Educ@bo Educación Adventista 2014

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EDUCACIÓN

ADVENTISTA

Año 2 - Edición Especial

Departamento de Educación de la Asociación Bonaerense de la Iglesia Adventista del 7º Día en Argentina. Administración de Instituciones Educativas Bonaerenses


“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Prov. 22:6)


“Las horas pasan, daréis cuenta de ellas”

Pr. Adrián Bentancor Presidente de la Asociación Bonaerense de la Iglesia Adventista del 7º Día

Escrita al pie de un reloj de sol, detrás del mástil que nos reunía diariamente en el inicio de clases, esta frase me ha acompañado desde niño. Por años fue sólo eso, una frase; pero con el paso de los años uno va comprendiendo el real valor de este pensamiento. Es un desafío constante a prestar atención, a cuidar y ordenar debidamente nuestras prioridades, a tomar conciencia de que nos encontraremos sí o sí con el resultado de nuestras decisiones. Te invito a mirar tu relación con la Educación Adventista por el tamiz de esta idea inicial. En el rol que hoy te toca desarrollar (padre, docente, etc.)

prestarle la mayor atención es comprometerte con ella y apoyarla constantemente. Priorizarla es estar dispuesto a darle el primer lugar entre tantas opciones e incluso estar dispuesto a realizar algún pequeño sacrificio con tal de brindarles a nuestros hijos lo mejor. Tomar conciencia del alcance de nuestras decisiones con relación a la Educación Adventista es aprender a mirar más allá del horizonte diario porque “en el sentido más elevado, la obra de la educación y la de la redención son una” (La Educación, 19).


Nuestros hijos. Nuestro mayor tesoro. Son el motivo de las alegrías más intensas y los mayores desvelos. Constituyen nuestro presente y futuro, nos proyectamos en función de ellos, y soñamos con lo que llegarán a ser algún día. ¿Dónde los vemos de aquí a cinco, diez, veinte, treinta años? ¿Ministrando una iglesia, en las aulas de una escuela, o en los pasillos de la universidad; en los consultorios o quirófanos de un hospital; en un establecimiento agrícola-ganadero; en un estudio jurídico-contable; en un laboratorio de menor o mayor complejidad; en una oficina o en un comercio; en la gerencia de una empresa? La lista puede ser interminable. Lo importante y trascendente, más allá del lugar en el que deberán actuar, es qué harán donde les toque estar. Educamos a nuestros niños y jóvenes para una vida de servicio aquí en la tierra y de preparación para la vida venidera. Para que sus vidas muestren a Dios, para que donde estén puedan dar un poderoso testimonio del amor de Jesús y la inminencia de su venida. Queremos estar con ellos en el cielo. Por eso es de fundamental importancia que reciban una educación que acompañe este objetivo divino. Que Dios dirija y bendiga todas nuestras decisiones. Si estamos en sus manos, Él abrirá los caminos para que su propósito pueda cumplirse en la vida de cada uno. “No tengo mayor gozo que este: el saber que mis hijos andan en la verdad” (3ª Juan 4).


Beatr铆z de Juste Directora de Educaci贸n Asociaci贸n Bonaerense


La educación en valores: del hogar a la escuela En la oferta educativa actual, la promoción de la educación en valores es el objetivo de muchas instituciones educativas. A nivel escolar, también surgen proyectos, tanto en establecimientos estatales como privados, donde se mencionan y promueven ciertos valores; sin embargo, los objetivos que se intentan alcanzar no apuntan a formar una persona mejor, sino tan solo a equilibrar un poco la “balanza” de la actual sociedad mal lograda. Pareciera que, detrás de cada proyecto, no habría una búsqueda de un cambio radical, sino tan solo el mejorar un poco. Sin embargo, cuando leemos la Palabra de Dios, vemos que el Señor espera para nosotros, lo mejor, desde el comienzo hasta la eternidad, que nuestra vida sea un crecimiento constante (Prov. 4:18). Y además, ¡está dispuesto a darnos todo el apoyo que necesitemos! (Rom. 8:32). Indiscutiblemente, la formación de los hijos comienza en el hogar. Es en el seno familiar donde

Lic. Cristian Ariel Ochoa Director del Instituto Adventista de Avellaneda

los niños empiezan a ser educados, y dependerán en gran medida de los padres las futuras decisiones que los adolescentes y jóvenes tomarán. Elena de White escribe que la tarea de edificar el carácter es la labor más importante que se nos ha confiado y la más urgente de atender en este tiempo; los jóvenes actuales se enfrentan a peligros que nunca antes se les habían presentado (La Educación, 225). También afirma que es en el mismo hogar donde comienza este desafío; no es ni en la iglesia ni en el colegio (Consejos para los maestros, 153). Como padres, al entender la gran responsabilidad que implica este desafío, podríamos comenzar a enumerar todos los aspectos que tendríamos que tener en cuenta… y terminaríamos en una lista tan larga que, seguramente, no sabríamos por dónde comenzar. Pero nuestro Señor, que está al lado de cada uno de nosotros pone al alcance de todos los padres, educadores y maestros, múltiples promesas


escritas en su Palabra… Dice: “Yo iré delante de ti, derribaré las alturas, romperé las puertas de bronce y haré pedazos la barras de hierro!” (Isa. 45:2 DHH); también nos aclara que si ponemos nuestros planes en sus manos, hasta los pensamientos serán fortalecidos (Prov. 16:3). Cuando priorizamos al Señor en nuestras vidas, todo lo demás es añadido! (Mat.6:33). Para lograr y continuar con el alto objetivo de educar en valores, Dios ideó un plan para su iglesia: ofrecer una educación formal según el ideal divino. El Señor ha instruido a hombres y mujeres para que asuman el compromiso de ofrecer una educación cristiana de primera calidad; esa calidad que se logra por tener la vista en la Eternidad! Dios desea que la Educación Adventista no solo brinde conocimiento, sino que prepare a los alumnos para el cielo. “La verdadera educación no desconoce el valor del conocimiento científico o literario, pero considera que el poder es superior a la información, la bondad al poder y el carácter al conocimiento intelectual. El mundo no necesita tanto hombres de gran intelecto como de carácter noble. Necesita hombres cuya capacidad sea dirigida por principios firmes” (La Educación, 225). Para esto, nuevamente debemos buscar al Señor. Él está dispuesto a guiar a los docentes en este objetivo; porque dice: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Sal. 32:8). Finalmente, es el Señor el que produce la obra en cada uno de nuestro corazones; pero para que esto suceda debemos mantenernos en su palabra (Sal. 119:9). Jesús mismo se deleitó en esta tierra pudiendo cumplir el encargo de su Padre; hoy, nosotros también podemos gozarnos de enseñar sus preceptos (Mat 28:20) tanto en el hogar como en la escuela; y de esta forma podremos gozar de la bendición expresada en Isaías 54:13 que dice: “Y todos vuestros hijos serán enseñados por el Señor; y gran paz tendrán vuestros hijos”.

LIBROS RECOMENDADOS CONDUCCIÓN DEL NIÑO

Descripción: Obra de la pluma inspirada por el espíritu de profecía, indispensable para la correcta solución de los muchos y complejos problemas inherentes a la educación de los hijos en sus tiernos años. CONSEJOS PARA LOS MAESTROS, PADRES Y ALUMNOS ACERCA DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA

Descripción: Las lecciones más esenciales que han de aprender los maestros y los estudiantes, no son las que apuntan al mundo, sino las que los apartan del mundo a la cruz de Cristo. FELICIDAD Y ARMONÍA EN EL HOGAR

Descripción: El hogar debe ser hecho todo lo que la palabra implica. Debe ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos son cultivados en vez de ser estudiosamente reprimidos. Nuestra felicidad depende de que se cultive así el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua.


Los roles de la Iglesia en las oportunidades que les damos Prof. Gustavo Sepúlveda Director del Instituto Adventista de Morón

“Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les pre-dicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones”. (Mar 2:1-6)


El foco de las actividades de la Iglesia es llevar a las almas a los pies de Jesús, utilizando diferentes dones y ministerios y enfrentando día a día una diversidad de dificultades para el cumplimiento de la misión. Jesús dedicó su ministerio con este foco, predicando, sanando y enseñando, y al igual que hoy, enfrentó muchas dificultades de dentro y fuera de la iglesia. En esta porción del relato bíblico podemos apreciar varios roles y actores de la iglesia que tenemos que imitar o no. A continuación, resumo cinco actores o grupos de actores y sus acciones tanto positivas como negativas: Los discípulos: rodeando a Jesús, aprendiendo de él y cuidándolo. Los fariseos: escuchando a Jesús atentamente para ver en qué se equivocaba. Otras personas: que necesitaban de Jesús e igual que todos los anteriores. El paralítico: quizás el que necesitaba más de Jesús. Los amigos del paralítico: ayudando al prójimo. Si sentimos que podemos tener un rol más o menos importante o más o menos particpativo dentro de la iglesia tenemos que tener en cuenta cuál es nuestro verdadero y más importante objetivo al cumplir estas actividades: facilitar a nuestros prójimos el acceso a un encuentro personal con Jesús. En el relato que leímos podemos imaginar la situación y ver que varios grupos de personas que estaban con Jesús no permitían el acceso de una de las per-

sonas más necesitadas. Si no tenemos la visión de permitir y facilitar el acceso de los demás a Jesús, podemos transformarnos en impedimentos para estas personas. La actitud de los amigos del paralítico es muy destacable, no por ser rebeldes y romper un techo, sino por hacer distintas acciones hasta lograr el objetivo de llevar a su amigo a un verdadero encuentro con Dios. Por lo que debemos orar para que Dios nos guíe y nos utilice para poder cumplir con la misión y no entorpecerla. Es deducible pensar que los discípulos y muchas de las personas que estaban allí querían cumplir con el objetivo de compartir lo que estaban conociendo, dado que eran colaboradores directos de Jesús, pero eso no quitó que le dieran la espalda al más necesitado y que impidieran que él llegara a los brazos de nuestro buen Dios. Debemos entregar nuestras fuerzas a Dios para que las acciones y decisiones que tomemos sean para que cada vez más hijos de nuestras iglesias reciban la formación que brinda la Educación Adventista, dado que esta es la principal formadora de Líderes. A nivel sudamericano ésta es la que forma más misioneros capacitados para dar a conocer el mensaje en el mundo. Tomemos la iniciativa de llevar a nuestros niños y jóvenes a la Educación Adventista para que el día de mañana sean misioneros y líderes en nuestras iglesias.


La enseñanza de la Biblia en nuestras instituciones educativas Lic. Leonardo Bertagni Director del Instituto Adventista Los Polvorines

“Cuando la Biblia es guía y consejera, ejerce una influecia ennoblecedora sobre la mente. Más que cualquier otro, su estudio ref inará y elevará”. (Consejos para los maestros, 212)

En nuestras instituciones educativas y siguiendo la orientación de la Inspiración se llevan adelante distintas iniciativas para hacer que la BIBLIA realmente sea la guía y consejera de la institución. Para empezar, diariamente se comparte la Palabra de Dios a través de las clases de Historia Sagrada en todos los niveles de enseñanza, es decir, nivel inicial, primario y secundario. El personal de nuestras instituciones tiene un fuerte compromiso con la fe y con la Iglesia. Los materiales de lectura son elegidos procurando reafirmar los valores cristianos. Nuestra Casa Editora nutre a nuestras instituciones educativas con dicho material.


En todas las materias se producen integraciones de los distintos temas compartidos con la fe bíblica, demostrando al alumno que la verdadera ciencia no está enemistada con la fe. También se realizan actividades especiales como semanas de oración y clases especiales de profecía, destinadas a seguir creciendo en el conocimiento de la Palabra de Dios. Además, los alumnos que muestran interés adicional reciben estudios bíblicos de parte de nuestro personal, como así también los padres. Las instituciones educativas adventistas participan activamente del programa de la iglesia, transfiriendo lo aprendido en el aula al campo de trabajo para consolidar lo aprendido. En síntesis, La Palabra de Dios organiza todo el quehacer de la Institución.


“Dios ha designado a la iglesia como atalaya, para que ejerza un cuidado celoso sobre los jóvenes y niños, y que como centinela vea cómo se acerca el enemigo y advierta del peligro. (CM, 157)”.


“La Biblia, como fuente de conocimiento, está llena de ejemplos de hombres y mujeres llamados a liderar. Noé construyó un arca (…), Débora condujo a los israelitas en la batalla y Pablo evangelizó al mundo en su época. Ningún curso o entrenamiento le confiere automáticamente a una persona la cualidad de liderazgo” (Pedagogía adventista, 63).

Se puede definir el concepto de líder como aquella persona capaz de guiar e influenciar a otros para cumplir una meta o propósito real. En las Escuelas de los profetas, se instruía a los jóvenes para que en el futuro fueran líderes; eran educados para ser hombres que discernieran entre lo bueno y lo malo, preparados para el servicio e instruidos para ser miembros activos de la sociedad. Hoy nos encontramos inmersos en un mundo que pide a gritos un Salvador. Como docentes necesitamos generar un cambio. “La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren. Hombres que sean honrados y sinceros en lo más íntimo de sus almas. Hombres que no teman dar al pecado el nombre que les corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo. Hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos” (La Educación 97). Fuimos llamados a realizar una tarea extraordinaria; fuimos llamados a ser líderes espirituales y también a formarlos. Sostenemos que la figura de Jesús es el ejemplo perfecto para la tarea de la educación y aún más su símbolo de liderazgo abnegado. Cristo siempre colocó su atención y dedicación en ayudar a sus semejantes con amor y perseverancia. Mantuvo un horizonte e ideales bien definidos, promovió la

unidad, el respeto, el trabajo en equipo y la humildad. Su visión del mundo definitivamente trascendía la comprensión del hombre. Como educadores tenemos una gran tarea, la de ayudar a que los estudiantes comprendan y experimenten los principios de Dios en sus vidas, y el día de mañana, sean líderes espirituales que se mantengan firmes ante las pruebas y prestos a escuchar el llamado divino. El apóstol Pablo afirma: “Sed imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo”. El educador debe ser semejante a Jesús, asumiendo el rol de coordinador y facilitador del aprendizaje, tomado de la mano del Salvador en todo momento. Pero no es una misión sencilla. “Sólo aquel cuyo corazón es transformado por la gracia de Cristo puede ser un líder adecuado” (Mensajes Selectos I, 164). ¿Cuál es el objeto de la educación adventista? La redención. Seamos copartícipes de la obra redentora del Espíritu Santo aquí en la tierra, siempre dispuestos a servir desde el lugar que nos ha sido confiado. Atesoremos en nuestro corazón las enseñanzas del Gran Maestro Jesús y que su vida sea un ejemplo a poner en práctica día a día. Y recuerda: “Cuando el alma se encuentra con Cristo, (…) tiene a su alcance el poder para realizar los más nobles ideales que se proponga” (La Educación, 28).

Prof. Luis Giménez Director del Instituto Adventista de Mar del Plata


Colaboradores de Dios Prof. Carlos Pérez Director del Instituto Adventista Florida

En el capítulo 3 de la 1ª carta a los Corintios, el apóstol Pablo atiende un problema que aquejaba a la iglesia de esa ciudad: divisiones entre los hermanos (vers. 3) que se identificaban con uno u otro líder de la iglesia (vers. 4). Les dice que estar en esa situación era una evidencia de falta de madurez espiritual (vers. 1-3). Afirma que cada uno de los apóstoles había contribuido al crecimiento de la iglesia de acuerdo con sus dones, pero ese crecimiento era obra de Dios (vers. 5-7). A Apolos y a sí mismo, como apóstoles, los califica como “colaboradores de Dios” (vers. 9). En esta línea de pensamiento, quisiera utilizar estos conceptos que Pablo presenta acerca de la iglesia y aplicarlos al campo de la educación cristiana, y a la obra que realizan los padres y los maestros cristianos. Los padres y los maestros cristianos somos colaboradores de Dios en la obra de la educación, de la misma manera en que Pablo y Apolos eran colaboradores de Dios en la obra de la salvación.

Esta idea de cooperación con Dios está presente en los escritos acerca de la educación de Elena G. de White. Ella presenta esta idea como componente fundamental de la educación, que debe darse entre los distintos actores educativos: Entre padres y maestros. Entre alumnos y maestros. Entre los maestros y Dios. Entre los estudiantes y Dios. Todos aquellos que cooperamos con el propósito divino de impartir a todo niño, adolescente o joven, el conocimiento de Dios, colaboramos con la modelación del carácter y lo acercamos a los pies del verdadero Maestro. Tanto los padres como los maestros debemos trabajar incansablemente para lograr que nuestros niños desarrollen todas sus facultades, formen un carácter armonioso y crezcan como ciudadanos de la Patria Celestial.


A lo largo de los años hemos visto crecer a pequeños y transformarse en jóvenes profesionales que sirven a Dios y a nuestra sociedad con los más altos principios y valores. Las entrevistas con alumnos y familias nos permiten crecer continuamente y acercarnos un poco más al corazón de nuestros jóvenes y niños. Recuerdo una de ellas en el año 2010. Eran cerca de las 10 de una mañana del mes de febrero, cuando en la oficina recibía a una madre y a un alumno a quienes nunca había visto, pero que había conocido a través de su legajo y de comentarios del personal docente. Era difícil expresarle a la familia la gran preocupación que sentíamos como Institución acerca de su incumplimiento a las normas del colegio, a su poca preocupación por el aspecto académico y a su escaso compromiso con los valores y principios del establecimiento educativo. Fue una larga charla en la que, con firmeza, amor y compromiso, logramos comprender que entre la familia, el alumno y la institución debíamos colaborar firmemente en la formación del joven. El tiempo transcurrió. Para ese joven, fue un año de progresos, del que salió renovado, para enfrentarse con la vida universitaria. Varios meses más tarde me encontré al ahora ex-alumno en la recepción del colegio. Se me acercó y me dijo las siguientes palabras: “Dire, gracias por confiar en mí y por el cariño de cada persona que trabaja aquí, desde el personal de maestranza hasta los docentes y directivos. Hoy, cuando llego al colegio, me siento en casa y cada persona me saluda por mi nombre. En cambio, en mi vida universitaria soy simplemente un ticket caminando. Se extraña el cariño de cada docente, la preocupación para que seamos personas con principios y valores firmes”. No debemos olvidar que tenemos un terreno que cultivar como padres y maestros y que nuestro Dios nos considera como colaboradores suyos en la misión de educar para la eternidad.

EL HOGAR CRISTIANO

Descripción: La sociedad se compone de familias, y será lo que la hagan las cabezas de familia. Del corazón “mana la vida;” y el hogar es el corazón de la sociedad, de la iglesia y de la nación. LA EDUCACIÓN

Descripción: Nuestro concepto de la educación tiene un alcance demasiado estrecho y bajo. Es necesario que tenga una mayor amplitud y un fin más elevado. La verdadera educación significa más que la prosecución de un determinado curso de estudio. Significa más que una preparación para la vida actual. Abarca todo el ser, y todo el período de la existencia accesible al hombre. MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD T.1 y 2

Descripción: La presente compilación ofrece orientaciones en el campo de la salud mental tomadas de los escritos de Elena de White. La solidez de sus consejos sobre educación, fisiología y nutrición ya ha sido reconocida. Sin duda, a medida que las investigaciones en el terreno de la psicología y de la salud mental avancen, se podrá verificar la solidez de sus orientaciones.


Diseño y producción gráfica

Impreso en Argentina - 2014

INSTITUTO

educacionadventista.org.ar


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