Informe Especial 02 agosto 2010

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LA HORA DE LOS INDIOS //6

CHRISTIAN LOMBARDI


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ESPECIAL DE DOMINGO

A fondo. Indígenas

La lucha del movimiento indígena En la primera mitad del siglo XX la lucha se centró en defender la propiedad colectiva de la tierra, la educación y el derecho ciudadano. En 1928 se puso en marcha el plan educativo indigenista. REDACCION informeespecial@opinion.com.bo

La participación de las comunidades campesinas e indígenas en la política es importante en un país con tan bajo desarrollo y tan alta proporción de población rural y nativa como Bolivia. Desde el siglo XIX, esta participación acusa una dinámica vigorosa de alianza y conflicto. Según la monografía “Bolivia: un país de re–configuraciones por una cultura de pactos políticos y de conflictos”, son conocidos los pactos establecidos por líderes indígenas con los grupos en el poder a lo largo del siglo, que buscaron el respeto de la tierra ante el avance del despojo y el establecimiento de relaciones serviles. Y son igualmente conocidas las revueltas indígenas y las acciones violentas de los gobiernos en su intento de reprimirlas. Además de esta característica importante, que involucra a la vez la negación y la negociación, es importante señalar que la participación masiva de los indígenas fue un ingrediente indispensable en el cambio histórico a lo largo de la historia republicana en Bolivia. Así sucedió en la guerra civil de 1899, cuando los ejércitos aymaras definieron la victoria de sus aliados liberales. La Revolución Nacional de 1952 habría sido sin duda distinta sin las movilizaciones que concluyeron en la Reforma Agraria y en la formación de milicias campesinas armadas. De igual manera, los bloqueos campesinos de carreteras contribuyeron decisivamente a la recuperación de la democracia entre 1979 y 1982. Actualmente, luego de una serie de reformas y movilizaciones que condujeron a los resultados de las elecciones nacionales de 2002 y el 2005 con la llegada a la presidencia de un aymara como Evo Morales, los movimientos campesinos se encuentran ya no solamente en las calles o caminos sino también en el Parlamento, en los gobiernos departamentales, municipales y en la Presidencia. PRIMERAS LUCHAS

A partir de la primera década del siglo pasado, y una vez derrotada la

sublevación indígena nacional del Willka Zárate, las luchas indígenas en el altiplano y valles del país se fragmentaron regionalmente y asumieron medios que volvieron a combinar reclamos legales con modos de acción colectiva. Encabezadas por los caciques apoderados, estas acciones se dirigieron a defender la propiedad colectiva de tierras comunitarias, a exigir el derecho a la educación y atenuar la arbitrariedad de las autoridades y vecinos de pueblos de provincia. La legitimación moral de estas reivindicaciones se sustentaba en el derecho a acceder a prerrogativas civiles y políticas, que era justamente una de las ofertas retóricas del régimen liberal inaugurado después de la Guerra Federal. En función de esta demanda es que los caciques apoderados reivindicaron el respeto a los derechos colectivos de los indígenas. En medio de esta generalización de esta estrategia negociadora de derechos colectivos frente al Estado, varias sublevaciones regionales, encabezadas por los caciques y liderazgos de base, se dieron en este período. Es el caso de Jesús Machaca en 1921, que a la cabeza de Faustino y Marcelino Llanqui se sublevaron a los comunarios en contra de los abusos del corregidor de ese pueblo. El otro caso significativo es la sublevación de Chayanta, en 1927, que creó lazos entre caciques indígenas, artesanos e intelectuales de la izquierda. Sublevaciones locales como ésta, lentamente comenzaron a emerger en varias regiones del altiplano anunciando el inicio de un nuevo “ciclo de protesta social” indígena que durará hasta la Guerra del Chaco. GUERRA DEL CHACO

Una década después, la participación indígena en la Guerra del Chaco estuvo marcada por el reclutamiento forzado en comunidades, pese a que inicialmente muchas de ellas buscaron incorporarse para acceder a un derecho de ciudadanía. Posteriormente, los indios que retornaron de la guerra se manifestaron con argumentos más legítimos para

A lo largo de la primera mitad del siglo XX los campesinos e indígenas se sublevaron en busca de mayor atención a sus demandas. ARCHIVO

hacer valer sus derechos como ciudadanos, derechos que en su mayoría giraban en torno a la tierra. En el gobierno del coronel David Toro (19361937), al amparo del decreto de sindicalización obligatoria, de inspiración corporativista, se formaron en los valles de Cochabamba los primeros sindicatos de colonos de hacienda. Se creó entonces el primer Sindicato Agrario de Huasacalle, en 1936 en Ucureña. A finales de la década de los 30 y principios de los 40 se volvió a reeditar en una escala más amplia, niveles de articulación entre indígenas, colonos y sectores urbanos radicalizados. Este nuevo ciclo de movilizaciones lo condujeron caciques y autoridades tradicionales de ayllu, que desde la pre guerra habían adquirido experiencia urbana. A finales de los años 30 los caciques Santos Marka

REBELIONES Durante el siglo XVIII indígenas como Tomás Katari tomaron las armas para hacer frente al control español. T’ula y Antonio Álvarez Mamani liderizaron la agitación en varias regionales, dando la consigna de huelga en las haciendas y tomando contacto con obreros y estudiantes de las ciudades. El sindicato campesino, así construido, en realidad no fue un quiebre sustancial con el modelo organizativo tradicional de las comunidades indígenacampesinas. Junto con el nombre modernizado y las reivindicaciones de remuneración, tierras y derechos reivindicados por los colonos frente a los hacendados, articuló la lógica

organizativa, la memoria y los repertorios de acción propios de la trayectoria indígena-campesina acumulada durante siglos. EDUCACIÓN Y TIERRA

Una de las demandas indígenas ha sido siempre la educación. En 1928, después del período de levantamiento temprano, se puso en marcha el plan educativo indigenista. Inmediatamente después de la Guerra del Chaco, junto al proceso de sindicalización obligatoria, el Gobierno llevó a cabo la construcción de 15 escuelas. A raíz de la construcción de núcleos escolares en Warisata (La Paz), Ucureña y Vacas (en Cochabamba), muchos hacendados castigaron a los campesinos que participaban en la construcción de las escuelas, llegando incluso a considerar a la EscuelaAyllu de Warisata como un centro de subversión y

célula de levantamiento social. Por su parte, en Ucureña la escuela estuvo estrechamente ligada a la organización de un sindicato campesino... Para agosto de 1942, en medio del crecimiento de los sectores reformistas urbanos, se realizó el Primer Congreso de Indígenas de habla quechua en Sucre. Al año siguiente se llevó a cabo el Segundo Congreso donde se propuso la realización de huelgas de brazos caídos y la necesidad de acuerdos con los obreros de las ciudades. Auspiciados por la Confederación Sindical de Trabajadores y contando con la presencia de activistas de la izquierda urbano mestiza, el movimiento indígena buscó establecer vínculos autónomos, por lo que su incorporación a las Federaciones Obreras se dio en calidad de “Secretarios de Asuntos Indigenales”.


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DATOS DE LOS INDÍGENAS

CENSO 90%

La mitad del rostro boliviano es indígena

De la población en la colonia era india

El

El censo de 2001 del Instituto Nacional de Estadística, INE, afirma que en el país este grupo alcanza a 4 millones de personas, una mayoría vive en el campo y otra en las áreas periurbanas de las principales ciudades. En 1976, el porcentaje de indígenas alcanzaba al 64 % (2.9 millones de personas), mientras que en 1992 llegó al 61% (3.9 millones), y el 2001 al 50% (4 millones).

El antropólogo español Xavier Albó, en su libro “Movimientos y Poder Indígena en Bolivia, Ecuador y Perú”, publicado por CIPCA, afirma que a lo largo de toda la época colonial los indios o naturales conformaban más del 90% de la población total de Charcas, y hasta avanzado el siglo XX se decía que de cada cuatro bolivianos tres eran indios.

población boliviana se considera quechua, mientras que el 25,2% se identifica como aymara. Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y Oruro son los departamentos en los que la gente se identifica como quechua. En Tarija y Santa Cruz también existe un elevado porcentaje de personas que se consideran ser parte del pueblo originario quechua.

68%

38%

mientras en Oruro esta identificación alcanza a 37.2%. En Santa Cruz quienes sienten pertenecer al pueblo aymara llegan al 3,9%, según el último Censo Poblacional de 2001 del Instituto Nacional de Estadística. En el caso de Beni y Pando, un reducido grupo (3,4 % y 4.1%) respectivamente se identifica con los quechuas, y un 3,6 % y 5,3% con los aymaras.

pueblo en especial. Esto predomina sobre todo en los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, donde alcanza a más del 60 % y, en Tarija, caso único, en un 80,3 %. Cifras relativamente menores se muestran en La Paz con un 22.5%, Oruro con 26.1%; Chuquisaca con 34.4%, Cochabamba con 25.6% y Potosí con un 16.1%.

De los paceños se identifica con aymaras,

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Son los pueblos indígenas de tierra bajas y se encuentran fundamentalmente en los departamentos de Beni, Santa Cruz y Pando. Ellos habitan en los llanos y bosques húmedos de la cuenca amazónica, así como en los bosques secos del Chaco y en los de la cuenca del Río de la Plata. Representarían aproximadamente menos del 10% de la población nacional.

EN

272 municipios de los 327 de todo el país, 50% o más de una población se autoidentifica como perteneciente a algún pueblo originario, según el estudio realizado por el reconocido antropólogo español Xavier Albó.

De los bolivianos no se identifica con ningún

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Los pueblos indígenas de los Andes bolivianos,

es decir, la zona occidental o andina del país son tres: aymaras, quechuas y urus. Los quechuas históricamente se han ubicado en los valles interandinos y los aymaras y urus en las zonas altiplánicas. Los miembros de pueblos indígenas andinos comprenden aproximadamente entre el 40 y el 90% de la población que habita esa región, dependiendo de su ubicación en áreas rurales o urbanas.

Censo de 2001 indica que el 30.7% de la

Lenguas indígenas son las que predominan en el país: aymara y quechua. Las personas que hablan únicamente esas lenguas ascendían en 1992 al 11,6% de la población de seis y más años, cifra inferior comparada con el Censo de 1976 (19,7% )

Son las naciones indígenas que coexisten

HAY

Una gran diversidad demográfica entre los pueblos indígenas de tierras bajas: guaraníes, chiquitanos, moxeños, guarayos, movimas chimanes, itonamas y tacanas, reyesano, yuracaré, joaquinianos y weenhayek, cavineños, mosetén, loretano, ayoreos; cayubaba, chácobo, baure, canichana y esse-ejja, sirionó, yaminahuas, machineri, yuki, moré, araona, tapiete, guarasugwe, huaracaje, pacahuara, maropa y leco.

Historia de Bolivia de José Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa, cuenta que Bolivia había llegado en 1952 a un punto de no retorno. Las ideas liberales acuñadas a fines del siglo pasado habían dado de sí todo lo que podían dar. El país había experimentado un modelo con sus virtudes y defectos. La receta estaba agotada. El diagnóstico de lo que representó el llamado viejo orden lo daba en algún sentido el censo que hizo el gobierno de Mamerto Urriolagoitia en 1950. Dicho censo reportaba que un 63 por ciento de los bolivianos era indígena (quechua-aymara y etnias del oriente). A pesar del despertar de los indios en el altiplano y los valles, a partir de la creación de sindicatos y de la movilización de 1945, la agricultura (con menos del 2 por ciento cultivado del total útil del país) estaba en manos de grandes propietarios (terratenientes) que especialmente en el altiplano y el valle, controlaban la producción. Desde el punto de vista social el indio dependía totalmente del hacendado, cultivaba una pequeña parcela a cambio del salario y su condición general era realmente lamentable...

En un contexto de graves contradicciones económicas, sociales y políticas, explican los historiadores, la Revolución de 1952 marcó la culminación de un proceso que se había desencadenado en la Guerra del Chaco cuando todo el país tuvo que enfrentarse a su fracaso, y sobre todo, pudo reconocerse en el propio campo de batalla su realidad social y sus limitaciones estructurales. La Revolución del 52 es un hecho fundamental en la historia contemporánea de Bolivia pues cambió el país. Por una parte se modificó totalmente la estructura económica. De una economía semifeudal controlada y dependiente de capitales privados de incalculable poder se pasó a una economía básicamente controlada por el Estado... En el campo, la Reforma Agraria de 1953 eliminó el latifundio y determinó el comienzo de un proceso de integración del campesino a la vida nacional. Aunque los errores de aplicación limitaron grandemente los resultados, se cambió la relación de poder entre las clases sociales en el campo. Otro cambio histórico de la revolución del 52 fue el voto universal que Paz Estenssoro consolidó, medida con la que todos los bolivianos, sin importar raza o clase, pudieron elegir libremente a sus autoridades.

El historiador Xavier Albó en su texto “Movimientos y poder indígena en Bolivia, Perú y Ecuador”, relata que al inicio del gobierno de Víctor Paz Estenssoro no había consenso sobre una reforma agraria. La iniciativa la tomaron los campesinos quechuas del Valle Alto de Cochabamba, que ya habían liderado las luchas de los años previos y, desde fines del mismo 1952 se apoderaron por su cuenta de varias haciendas, forzando así al Gobierno a acelerar la Reforma Agraria, que finalmente firmó en Ucureña el 2 de agosto de 1953, ante una multitud inmensa llegada de todo el país. Fue la luz para una revolución agraria, sólo parcialmente controlada por el Gobierno. Los colonos empezaron a tomar haciendas y la mayoría de los patrones atemorizados se escaparon dejando vía libre para tomas aún más masivas. La titulación tardó años, pero de hecho los campesinos ya tenían el control de la tierra en partes de Cochabamba, desde antes del decreto de Ucureña. En realidad fue poca la tierra nueva que adquirieron los ex peones de hacienda. El principal cambio fue otorgarles propiedad titulada sobre las parcelas que los beneficiarios ya usufructuaban como pago por su trabajo dentro de la finca.

Del pacto campesino y militar a la democracia

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en el territorio del actual Estado boliviano, aunque Bolivia es considerada como un país eminentemente andino y altiplánico, y, por ende, quechua y aymara, cuando en rigor la mayor parte del territorio boliviano pertenece a lo que se denomina Oriente, Chaco y Amazonia, espacio caracterizado también por la mayor diversidad étnicocultural y lingüística.

La Revolución de abril de 1952 y la Reforma Agraria

UNO

De los primeros indígenas en llegar al Palacio fue Víctor Hugo Cárdenas, un aymara que en 1993 asumió la vicepresidencia de la entonces República de Bolivia, tras consolidar la alianza de su partido (Movimiento Revolucionario Tupac Katari) con la del Movimiento Nacionalista Revolucionario. Otro hito histórico de la asunción de un indígena al poder político fue el de Remedios Loza, una chola paceña, que se convirtió en la primera parlamentaria de pollera que ocupó un curul en la Cámara de Diputados.

Luego de la Revolución Nacional y de la Reforma Agraria, el eje de la tierra se fue desplazando hacia el establecimiento de organizaciones independientes. Los gobiernos del MNR (1952–1964), en su intento de apuntalar un proceso revolucionario controlado, impusieron la sindicalización del área rural siguiendo el modelo minero y conformaron las milicias armadas campesinas, cuerpos firmemente vinculados con el MNR que fueron utilizados para enfrentarse con los poderosos sindicatos mineros. En éste período, y durante la vigencia del Pacto Militar–Campesino (1964–1978), que fue suscrito durante la presidencia del general René Barrientos y ratificado por los distintos gobiernos militares, el área rural careció de una organización independiente. El ascenso de la tendencia katarista a partir de inicios de la

Los campesinos perdieron importancia efectiva para el modelo económico, en tanto que no contaron más con el apoyo y la protección estatal.

década del setenta fue el principal esfuerzo realizado por el movimiento campesino aymara por lograr esa independencia, que se plasmó en la creación de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) en 1979.

En 1982 se estableció uno de los dos rasgos principales que continúan delineando la dinámica política y económica en Bolivia: la democracia. El otro rasgo es la economía de mercado. Una vez recuperada la democracia, el gobierno de la UDP (Unidad Democrática y Popular) no pudo lograr éxitos en términos de gobernabilidad. El siguiente gobierno, liderado por Víctor Paz Estenssoro, decretó el inicio de una nueva política económica de fuertes tintes neoliberales, y empezó la dinámica de coaliciones parlamentarias que respaldan las propuestas del Gobierno y le brindan estabilidad... A partir de este cambio, los campesinos se empobrecieron más. La mayoría de los centros mineros, que constituían una parte importante de su mercado, fueron cerrados, y sus trabajadores fueron despedidos.


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LA UTOPÍA DE LOS PUEBLOS HECHA REALIDAD Después de 500 años de espera la figura simbólica de un indígena emerge como algo mágico que encarna aquel sueño utópico del retorno, del “Pachacuti”. La promesa de Tupac Katari de volver convertido en millones se hizo más real que nunca durante una multitudinaria ceremonia ritual en Tiahuanaco y, luego en la mirada casi quebrada del primer Presidente indígena de Bolivia, durante su posesión en el entonces Parlamento de La Paz, justo cuando se le colocaba la banda presidencial. JOEL VERA REYES joelverareyes@gmail.com.bo

a mirada fija en el horizonte, el rostro petrificado. Un discurso en el aire, una promesa, y finalmente la banda le cae sobre el pecho. Un abrazo cerrado, los puños se contraen y la mirada se inunda. ¿Rabia, felicidad, incredulidad, todo junto?, sólo él lo sabe. Hasta las piedras se ablandan, hasta un indio se puede emocionar, hasta un Presidente puede llorar. Alrededor cientos que abarrotan el Palacio Quemado lo aplauden; afuera, en la plaza Murillo miles lo ovacionan; por la televisión, millones observan la promesa cumplida, el “Pachucuti”, Tupac Katari. El sueño del eterno retorno, la vuelta convertido en millones en un hecho mágico, esta vez político. Los millones lo observan, a favor y en contra no importa. Después de 500 años, el hombre más importante de Bolivia es de cuna humilde, de la clase trabajadora y de raza indígena. Era la tarde del 22 de enero de 2005 cuando Juan Evo Morales Ayma, nacido en Orinoca-Oruro, el 26 de octubre de 1959 se convertía en el octogésimo cuarto Presidente de Bolivia y en el primero de ese origen.

L

Un mes antes, en las elecciones de 2005 (18 de diciembre), Evo Morales obtuvo casi el 53.4% de los votos, lo que le permitió acceder a la Presidencia de la República logrando ser el tercer mandatario boliviano en la historia de la República elegido por mayoría absoluta de votos. El primero fue Hernán Siles Zuazo en 1956 y el segundo, Víctor Paz Estenssoro en 1960.

La promesa. “A mí sólo me matarán... pero mañana volveré y seré millones” Tupac Katari LÍDER DE LA REBELIÓN DE 1871

EL APU MALLKU

Un día antes, el 21 de enero de 2006, Morales asistió a una ceremonia religiosa en las antiguas ruinas de Tiahuanaco donde fue coronado Apu

Mallku o "líder supremo" por varios pueblos indígenas de Los Andes y recibió regalos de representantes de grupos indígenas de América Latina y del

mundo. Ésta fue la primera vez desde la coronación de Tupac Amaru (15451572), el último inca de la dinastía rebelde de Vilcabamba y ancestro de José Gabriel Condorcanqui en que se otorgó este título. Dos siglos y 24 años atrás, la noche del 9 de noviembre de 1781, Tupac Katari fue preso y sometido a tortura, para luego ser ejecutado, descuartizado y mostrado en partes en señal de “escarmiento a los indios” que habían cercado dos veces La Paz en rebelión ante el yugo español y dejar la promesa: “A mí sólo me matarán... pero mañana volveré y seré millones”.

Morales fue uno de los fundadores del Instrumento Político Para la Soberanía de los Pueblos (IPSP) y el MAS con los que lideró gran parte de las protestas sociales en las dos últimas décadas, con demandas como la nacionalización de los hidrocarburos y empresas estratégicas que el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993 a 1997) había privatizado. Evo ha despertado interés en el mundo por ser el primer mandatario de origen indígena en la historia de Bolivia y por su propuesta de realizar cambios radicales en las estructuras de la administración del país.

De capitán del equipo a Doctor de la U Evo Morales nació en Insayavi, Orinoca-Oruro, es de origen uru-aymara y creció en una familia de pastores de llamas y agricultores pobres del altiplano boliviano; tuvo que dejar su tierra para buscar la vida como músico, tras crecer en Orinoca y vivir días difíciles. Ésa es sólo una muestra que coincide con la de al menos

un 50 por ciento de los bolivianos. Pero, lo que en realidad encumbró a Morales fueron sus dotes de líder, su particular sentido del humor y sus aspiraciones que se manifestaron desde niño. En su escuela y durante su adolescencia se adueñó del equipo de fútbol de su pueblo. En 1981, cuando emigró al

Chapare fue cuando el fútbol y su infancia le abrieron paso como dirigente, luego como máximo representante de los cocaleros; después como líder del MAS-IPSP llegó al Parlamento y finalmente comandó la primera fuerza política boliviana, con la que llegó a ser Presidente. Ahora es Doctor Honoris

Causa de las universidades Autónoma de Santo Domingo de la República Dominicana; de Panamá y Nacional de La Plata de Argentina. El 29 de agosto de 2009, el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel d'Escoto, lo nombró "Héroe Mundial de la Madre Tierra".

MEMORIAS TRAS LOGRAR LA DIPUTACIÓN Primera incursión.

“Orgullosos de nuestra cultura, con nuestra vestimenta con nuestra coca, por primera vez campesinos, indígenas ingresamos al Parlamento Nacional”.

53,4%

De los votos durante las elecciones de 2005 Con este resultado se convirtió directamente en Presidente de Bolivia por mayoría absoluta.

81,3%

De los votos le convirtió en el diputado con más apoyo del país. Durante las elecciones de 2002, el MAS logró el 20,9% de los votos y fue el segundo partido de Bolivia.

Aquel histórico 21 de enero de 2006, Evo Morales era coronado como Apu Mallku.

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La piel del Estado ha cambiado Reivindicación. La redistribución de la riqueza en el país y la inclusión de los olvidados generan interés mundial JOEL VERA REYES joelverareyes@gmail.com

“Ha cambiado la piel del Estado”, es así como el analista político Carlos Cordero resume al describir, el fenómeno que ha experimentado Bolivia a partir de la inclusión indígena en la administración pública y en el manejo del Estado. A partir de lo simbólico y la traducción de las demandas de los sectores postergados en temas de agenda de Estado, así como el cambio de actores políticos y en su administración, son los factores que han detonado con gran éxito e interés incluso en el concierto internacional. Si a esto se suma el factor económico, inicialmente la relación Estado-indígenas es prácticamente un romance que florece a partir de lo simbólico y a la representatividad con que se plantean las nuevas estructuras. Lo político, con la inclusión y el cambio de actores en lo público; lo económico con la redistribución de la riqueza; y la repercusión internacional creando una imagen de cambio, se han convertido en los tres pilares fundamentales que han ido alimentando una relación armónica, que contrasta con la conflictiva relación histórica entre el Estado y los indígenas. Pero es sólo inicial, “después entrará en conflicto, presa del gran alcance de sus propias ofertas y el sostener ese Estado será el gran reto del Gobierno”. Cordero explica que de inicio, la relación del Estado con los movimientos indígenas, a partir de la

El gabinete de Evo Morales es muy diferente al de los anteriores gobiernos.

primera presidencia de Evo Morales ha sido exitosa debido al carácter simbólico que adquirió el orden de prioridades en la aplicación de las políticas nacionales que iniciaron en el denominado “proceso de cambio”. La reivindicación de los sectores olvidados y la inclusión social son dos ejes sobre los que este Gobierno ha echado a andar una estructura capaz de generar una revolución política, con cambios en las estructuras del Estado y presencia indígena en la administración pública. LA PRIORIDAD

En consecuencia se ha sustituido a toda una clase política, por otra compuesta por representantes de los sectores rurales, de los movimientos sociales.

En lo simbólico, el Estado ha pasado de postergar a lo indígena-campesinooriginario, a ponerlo en el primer plano de sus prioridades y su forma de concebir una novedosa manera de administración de lo público. “Novedosa entendiendo que no sólo los actores po-

líticos han cambiado, sino, que también lo han hecho los representantes legisladores y las autoridades regionales. Las reformas se han basado políticamente en la orientación hacia lo que antes estaba marginado. Aunque en los hechos, las estructuras sociales y económicas se hayan man-

ABI

tenido y simplemente hayan modificado a sus actores, que es una de las mayores críticas sobre esta administración”, afirma por su lado el antropólogo y analista Denis Ricaldi. Sin embargo, agrega, lo simbólico y la reivindicación proviene justamente de este hecho: del cambio

Los ciudadanos invisibles Es fácil traer a la memoria algún pasaje en el que un indígena-campesino se vuelve invisible. Durante una transacción bancaria, en el trámite de algún documento el hombre o la mujer, que además son reducidos a la mínima expresión desde su denominativo: “hombrecito” o “mujercita”, eran simplemente ignorados

en su demanda de servicio o incluso de auxilio por parte de los otros tramitantes. Enfrentan la barrera del idioma, hablan quechua o aymara, pero ningún banquero y pocos funcionarios públicos lo hablan incluso hoy, que es hasta obligatorio. En ese marco un simple papel, un trámite regular se convertían en dramas familiares. Una perso-

na con el dinero exacto para su diligencia no puede darse el lujo de permanecer en un lugar extraño por un trámite, a kilómetros de su casa, sin comida y sin ayuda, además siendo invisible. Estos perfectos extraños en su propio país, ahora tienen otra categoría. Se los ve, a veces con rabia; se los atiende, aunque por obligación.

de fichas sobre las plataformas que se prevén cambiar, pero que aún no se han podido modificar. Entonces, “la relación de estos sectores con el Gobierno se torna favorable al proyecto del Estado, ya que adquiere un carácter simbólico que no sólo toma en cuenta sus necesidades y habla de sus demandas, sino que las pone en primer lugar de su agenda de políticas nacionales. Por lo tanto las hace realidad”, explica Cordero. Los alcances de esta relación mantienen siempre alertas a los gobiernos con características similares en su relación Estado-indígena, porque históricamente ha estado marcado más por los momentos de conflicto que por los lapsos de acuerdos. Una de las principales razones es la división política colonial, arbitraria de los países, que siempre ha encontrado un rechazo de los actores indígenas, que se sienten divididos y avasallados, siempre en busca del reconocimiento de sus tierras y formas de gobierno propias. LO ECONÓMICO

Cordero señala que el factor económico es otro de los pilares del idilio que marcó el inicio del primer Gobierno de Evo con los sectores indígenas-campesino-originarios. “La redistribución de la riqueza con bonos especiales, que son dinero en efectivo en manos de los más necesitados, ha calado hondo en la población, por su forma novedosa y por la lógica de que ahora el dinero que antes estaba en el bolsillo de pocos, es de todos”, dice.

LAS CONQUISTAS HISTÓRICAS

La llegada de un indígena al poder LA PAZ En marzo de 2005, Evo Morales era posesionado como el presidente 84 de Bolivia, y en el primero de raza indígena, tras poco menos de 200 años de República.

La nacionalización de los hidrocarburos

La Asamblea Constituyente

DECRETO Desde el 1 de

ORURO La nueva Carta

mayo de 2006, las empresas que exploten los yacimientos deben ser mixtas en las que YPFB tenga al menos un 51% del capital. Deben entregar la producción a esa empresa pública que se encarga de la comercialización definiendo las condiciones, volúmenes y precios tanto para el mercado interno como para la exportación.

Magna de la Asamblea Constituyente fue aprobada orgánicamente el 10 de Diciembre del 2007 en Oruro, por 164 de los 255 asambleístas, electos el 2 de julio del mismo año, en medio de una crisis por el desconocimiento de la oposición a su legalidad. Fue refrendada el 25 de enero de 2009, por voto popular.

61% Aprobó la nueva Carta Magna La redistribución de riqueza del Estado BONOS “Juancito Pinto”, “Juana Azurduy”, el replanteo del “Bono Dignidad” son algunas de las formas en que se distribuye dinero a niños, embarazadas y ancianos.

CONSTITUYENTE La

nueva Constitución Política del Estado fue aprobada por 2.064.397 votos (61,43%) del total. Mientras que el "no" a la nueva Carta Magna alcanzó 1.296.175, es decir, el 38,57%. Tras un referendo el 25 de enero de 2009.

La redistribución de las tierras TÍTULOS Siete decretos sobre la distribución de las tierras emitidos en junio de 2006 ordenan entregar títulos de propiedad de tierras estatales a campesinos pobres, en particular indígenas. Estas medidas son parte del plan de nacionalización de los latifundios para su redistribución entre los trabajadores agropecuarios.


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El retorno al conflicto indígena Demandas insatisfechas y promesas difíciles de cumplir le esperan al Gobierno indígena. JOEL VERA REYES joelverareyes@gmail.com

El reconocimiento pleno de las nacionalidades indígenas de oriente y occidente, con todo lo que ello implica, es el gran problema que tiene el actual Gobierno en su horizonte más próximo. Antropólogos, analistas políticos e historiadores indigenistas lo reconocen así y no vislumbran un panorama auspicioso para la relación Estado-indígenas, en los próximos años, pese a que la cabeza de la administración pública de Bolivia esté comandada por una líder de origen indígena. RETOS

Lo económico, el reconocimiento de las nacionalidades y las modificaciones sustanciales en el texto constitucional son los retos que señalan los expertos como fundamentales para hacer viable este Gobierno en su relación con los indígenas, para no entrar en el antagonismo que ha marcado esta convivencia desde la época de la colonia. Sin embargo, coinciden, la tarea es de mediano y largo plazo cuando menos, por lo tanto debe también apelar a la paciencia y a su capacidad política para lograr estos lapsos de espera que no serán cortos. “El país en general espera cambios en la economía, cambios para mejorar su situación de vida, para obtener trabajo o un mejor sueldo. Estos puntos, trabajo y dinero, todavía no han sido resueltos y están incluidos entre las demandas de los sectores indígenas”, explica el analista político Carlos Cordero. A este aspecto debe añadirse la superficialidad con que se ha encarado el proceso de transformación en puntos estructurales como el reconocimiento a las nacionalidades, que según el antropólogo Denis Ricaldi,

Escaños El Gobierno prometió 18 escaños para los indígenas, pero sólo siete pudo otorgarlos. El aumento es casi imposible.

se ha abordado de una forma muy simbólica, pero que en los hechos no se ha estructurado aún una incorporación real. “Lo nacional pasa estrictamente por lo territorial. No se puede hablar de reconocer nacionalidades, cuando no se le reconocen los territorios a las naciones que conforman este país”, explica Ricaldi. Añade también que el Gobierno va tener que replantear la Constitución Política del Estado (CPE), pues, según entiende, al aprobarse el texto constitucional sin modificar la división política impuesta por la colonia arbitrariamente y reafirmada por la república, “lo que se ha hecho es refrendar lo arbitrario y el desconocimiento de los territorios indígenas. En consecuencia, se está negando de inicio las nacionalidades”, dice. RECONOCIMIENTO

En este punto Ricaldi señala que los sectores más radicales indigenistas reclaman, por lo que entienden, como un reconocimiento teórico de su existencia, pero no uno práctico, justo y de real reivindicación. “Si se reconocen 36 nacionalidades, los indígenas se preguntan, por qué sólo tenemos 7 representantes. En realidad sienten que no están siendo representados en la Asamblea Plurinacional y que siguen siendo postergados por el sistema de Gobierno, que obedece a patrones occidentales que no tienen na-

La marcha indígena mostró la insatisfacción que existe en este sector respecto al Gobierno de Morales.

da que ver con su lógica de administrar lo público, desde la misma designación de sus delegados”. Pero las dificultades del Gobierno llegan más lejos frente a los indígenas cuando los denominados sectores radicales entienden que éste es su momento y que

deben presionar hasta lograr su reconocimiento pleno como naciones. ESTADO-INDÍGENAS

El sociólogo y antropólogo Esteban Ticona Alejo, en su obra “Saberes, conocimientos y prácticas anticoloniales del pueblo aymara-

quechua en Bolivia”, realiza una radiografía de la antagónica relación entre el Estado y lo indígena afirmando que esta situación no se modificará mientras la lógica occidental siga dirigiendo la refundación de Bolivia. Ticona Alejo habla de una

Reformas a la Constitución Tanto Ricaldi como Cordero coinciden en señalar que las transformaciones que puedan permitir una inclusión real al funcionamiento del Estado y un reconocimiento pleno a las naciones indígenas de Bolivia requieren lapsos grandes en los que el Gobierno debe dar nuevas señales para lograr a cambio la paciencia de los na-

ciones indígenas. Ricaldi dice que es prácticamente imposible absolver todas las demandas. “Sobre todo las territoriales, que son las fundamentales, ya que los pueblos se entienden hasta religiosamente a partir de su tierra. Ahora el sistema no puede modificar la división política del país”, explica.

A esto Cordero suma la representatividad y el sistema democrático, “que no va a ser posible cambiar de acuerdo a sus demandas, no se les puede dar más diputados. El Gobierno ha cumplido en lo simbólico, pero en el resto ha prometido mucho más de lo que les puede cumplir y, ahora, está en problemas”.

EFE

“propuesta política de renovación o refundación de Bolivia”, como la república del Collasuyo. Para ello hace referencia a Eduardo Nina Quispe, que habla de la restitución y defensa de los ayllus andinos. Finalmente, todos coinciden en señalar que el indígena aún no se reconoce desde su nacionalidad, ni siquiera en lo lingüístico, en que la barrera del idioma sigue firme y que aún pese a algunas obligaciones en segmentos del Estado, es difícil que un quechuahablante se desarrolle en su idioma dentro de las centros urbanos. “Ni siquiera existe señalización pública, ni señalética en dos idiomas en sitios como los bancos. En Cochabamba al menos deberían estar en quechua y español”, dice Ricaldi.


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INFORME

COCHABAMBA, DOMINGO 1º DE AGOSTO DE 2010

ESPECIAL DE DOMINGO

Reportaje gráfico. Indígenas

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ARCHIVO

El “proceso de cambio” en Bolivia El cambio histórico de Bolivia es parte de un proceso que emergió de la crisis política, la corrupción del Estado y la respuesta de los sectores más deprimidos en busca de mejores días. Se materializó en movimientos sociales que alcanzaron el poder por la vía democrática e iniciaron una revolución política y

económica en Bolivia. Estas imágenes reflejan algunos de los pasajes más simbólicos de este recorrido por la historia nacional política reciente y sus actores más emblemáticos. Evo Morales, indígena presidente y algunos actores como Silvia Lazarte o Celima Torrico, mujeres de pollera que ocuparon cargos como la presidencia de la Asamblea Constituyente o el Ministerio de Justicia respectivamente, fueron algunos actores fundamentales para la elaboración de documentos legales que cambiaron las estructuras del país. Mineros, trabajadoras del

hogar, agricultores, maestros y personas de otros sectores también fueron actores de otros tantos momentos clave dentro de este “proceso de cambio”. El Gobierno de Morales es aplaudido por unos y muy cuestionados por otros. Sin embargo, los cambios no sólo en leyes continúan. Es una historia, una utopía hecha realidad en una serie de momentos que cambiaron la historia nacional y siguen al frente.

En imágenes. 1. Indígenas Hoy entran al palacio de Gobierno y festajan en la plaza.

2. Nacionalización Es la medida más radical que se adoptó para la recuperación de las empresas privatizadas.

3. Constitución La nueva carta magna cambió el país en favor de los indígenas.

4. Autonomía Bolivia ya es un país con cuatro tipos de autonomía. mas información www.opinion.com.bo

5. Celima Torrico Una mujer de pollera fue ministra de Justicia

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