La Ramona 16 mayo 2010

Page 1

ramona

nÂş 264

cochabamba, 16 de mayo de 2010

papirri, rodrĂ­guez (x2), espinoza, mujica, laguna y brusiloff


ramona

2

cochabamba, 16 de mayo 2010

desde el ombligo del mundo

Primero de

en sucre

*EL PaPiRRi

H

abía tenido un infarto digestivo con clínica y todo. El cuervo de blanco, dándome el alta dijo, severo,: “Señor Monrrroy, tiene el hígado en fibrosis, el páncreas perturbado y el colon erosionado…”. Y empezó la larga lista de prohibiciones mientras se relamía cuando hablaba de los chorizos. Cuando llegó a los tragos el rictus se le volvió sonrisa y concluyó: “Técnicamente, usted está jodido”. Bajón. Saliendo de la clínica sonó el celular, tenía voz de singanito del sur el que llamaba. “¿Papirri? Soy el Wilson de la Central Obrera Departamental de Chuquisaca. Cómo es hermano. Queremos que vengas a tocar a Sucre para el 1 de Mayo, es un acto de desagravio en el mismo lugar donde los hicieron arrodillar a los indígenas el año pasado”, dijo. Entonces me vino la ráfaga del escenario, la rabia por lo acontecido y también el torbellino de la factura que le debía al dueño de la clínica que -como buen stronguista- me dio plazo de un mes para pagar. Una de mis guitarras tenía pinta de billete con alitas. “Jodido de salud estoy, hermano”, le dije y se la puse difícil con el precio de la actuación. Contra todo pronóstico, el ñato dijo “¡Ya!, pero te damos un cheque global al llegar”. “Además con picantito te vamos a esperar”, dijo, mientras me daba una arcada. Así, quemando aceite, decidí ir a tocar a Sucre, en plena Plaza Principal, convaleciente, con mi guitarrita en la espalda, mi querido batero Vico y sin bajista pues no quiso ir de miedo. Salimos el mismo día en el primer vuelo. Las nubes me decían que la última vez que había tocado en Sucre había sido también en aquella Plaza, con Matilde Casazola, en abril del 2007, para una ONG alimentaria. Dos años después, un 1 de Mayo del 2009, volvía a la Plaza de Sucre en un ambiente francamente hostil. Llegamos al aeropuerto a los rebotes. El Wilson esperaba impaciente, directo a un auto y a la Plaza. Cuando salí del carro, un joven universitario me gritó: “¡Papirri, cabrón evista!”. De un balcón una doña lanzó: “¡Te vamos a cascar, llama!”. Llegando a la Plaza pude identificar dos escenarios: frente a la Casa de la Libertad nuestra

tarima con un sonido regularote, en donde se desplazaba pesadamente un grupo de teatro juvenil interpretando algo sobre la muerte. Justo en la espalda, un tremendo escenario donde la alcaldesa hacía su propio acto a pura cumbia. En el nuestro habían unas 20 personas, en el otro una multitud se sacudía. Ya era medio día, el sol arrasaba. El maestro de ceremonias anunció: “Ahora con ustedes, desde La Paz, la canción social de Manuel Chazarreta, el Papirri”. ¡Cuatro aplausos! Ahí nos veías con el Vico, k’asas, sin bajista. Le metí un Domínguez furibundo. Poco a poco, la gente del acto de atrás se fue viniendo. Una señorita guapa pidió: “¡La guacataya!”. Entonces la invité al escenario, subió con su hermana más, ambas veinteañeras vallunas, de generosas tetas y buenas caderas. Ya tenía corito. “La guacataya, la guacataya”, cantamos rico, bailando, luego vino “Bien le casaremos” con zapateada. Con “Que tal metal” subieron dos niños a escena, entonces me di cuenta que todo el acto de atrás se había venido al nuestro y doña Haydee se había

quedado solita con el Fidel que puteaba. Cuando empezábamos la “Metafísica Popular” salió de la Casa de la Libertad una comitiva de momias de terno con sus condecoraciones. Eran los de la Corte Suprema mezclados con el Rotary Club, aturdidos, amarillos, asustados, pasaron al trote. Algunos, al escuchar las primeras “Metafísicas” se iban frenando, la algarabía era total. Terminamos en fiesta. Salí del escenario sudando aquel sol de medio día valluno, la gente pedía otraaaa. El Wilson gritó “Una de protesta pues, ¡para eso te hemos traído!”. Y ahí nomás le casqué “Hay que tomar partido”, contra el racismo, contra la violencia, contra las dictaduras, canción motivada en el 11 de enero cochabambino. Súbitamente, en mitad de la canción, explotó algo y se cortó la luz. Salí del escenario mareado. Una señora quería que le firme un disco, un fabril gritaba: “¡No le des, es la esposa del Barrón!”. Uno de la COD con otro de la alcaldía se quitoneaban los cables. “Vamos a cascarle una chichita con picante”, dijo con voz de FM el maestro de ceremonias, en su abrazo sudado. Cuando llegó el primer piedrazo apareció como virgen morenita una señora guapa de rulitos y me dijo: “Soy el Defensor del Pueblo”. “Como podrá ver, yo soy el delantero del pueblo”, le dije… “Mejor vámonos Papirri”, dijo, y nos escabullimos con el Vico y las tetudas a la casa de la señora que era ahicito. Cuando cerró la puerta colonial de su casa el hígado me volvió al cuerpo. Pasé la tarde mirando los coctelitos desfilar por mi nariz, con el picante no pude y le casqué nomás. Ya por el atardecer, a los empujones lo saqué al Vico directo a la Terminal, justo salía un bus a Oruro. La tetonita mayor, mareadita, decidió acompañarme. “Por ahí no te veo más…” suspiraba en agudo. Los detalles de aquel viaje nocturno no puedo dar en este periódico decente. Aquel 1 de Mayo del 2009 fue mi último concierto en Bolivia, en aquel Sucre al borde de un ataque de nervios. Quito, mayo 2010 *”El Papirri” es el popular cantautor paceño Manuel Monrroy Chazarreta, quien actualmente reside en Ecuador, desde donde continúa sus crónicas. papirri@hotmail.com

Eco-Rock, el nuevo concurso de bandas que combina actitud verde y rock

Cerca de la revolución

Luis RodRíguEz C.

E

n la música popular boliviana, en especial el rock, existieron varias iniciativas y concursos que premiaban el talento de músicos y agrupaciones emergentes. Desafortunadamente la mayoría de éstos quedaron en el olvido luego del acto de premiación. Es más, parecería que las profecías de Frank Zappa se hicieron realidad y todos están por el dinero en el mundo musical. Las grandes sumas monetarias seducen a jóvenes que más allá de presentar una vocación y amor por su arte terminan separados por unos cuantos billetes. La creatividad dejó de premiarse hace mucho y agrupaciones que imitan el estilo, estético y musical, de aquellas que son “grandes” en nuestro medio consiguen un par de conciertos hasta que un buen día alguno de los miembros ya no asista a los ensayos. Esta triste realidad creó una suerte de desconfianza sobre los concursos para bandas. Varias agrupaciones temen presentarse porque las empresas organizadoras no comparten la misma visión sobre

la música que los participantes, incluso siendo vistos como instituciones a lo Yoko Ono. Y eso no es todo, algunos criterios sobre el manejo de los materiales a lo largo de éstos concursos terminaron de convencer a los conjuntos más creativos a mantenerse fuera de las convocatorias. Esta visión tan apocalíptica de los concursos desanima a cualquiera que desee ingresar en esta área, lo que no debería extrañarnos porque es sabido que las inversiones en este tipo de eventos casi nunca son recuperadas. Uno de los principales generadores del problema financiero que atormenta a los inversores es la planificación y la responsabilidad en la organización. Muchos proyectos fascinantes tuvieron que terminar abruptamente debido a malos manejos económicos. Afortunadamente no todo está perdido y de las cenizas de proyectos anteriores que tuvieron un final feliz emerge el Eco-Rock. Este concurso busca el talento de músicos locales y nacionales que quieran difundir sus creaciones. El evento tendrá una vasta duración hasta casi fi-

nales de año, y además de los respectivos premios económicos, logísticos y de producción, Eco-Rock busca concienciar el cuidado del medio ambiente a través de la creatividad de los participantes. Este concurso, que pondría orgulloso a Al Gore, busca crear una cultura de armonía y respeto con el medio ambiente a través del rock. Es como una versión moderna de aquellos festivales hippies a mediados de los sesenta donde la armonía entre la naturaleza y la música se volvían uno. Lamentablemente el calentamiento global y otros desastres ecológicos nos obligan a ser más rudos con las regulaciones sobre la trata de la flora y fauna. Las campañas gubernamentales y de otras organizaciones sobre el problema climático no tienen tanto impacto como una serie de conciertos que esperan conseguir buenos resultados con un público siempre complicado: los jóvenes. Este evento inicia con la convocatoria a todas las bandas que deseen participar. El formulario de inscripción será publicado en este suplemento la semana próxima pa-

? ¿Qué pasará en los próximos 20 años de Comunicación de la uCB? ¿Qué pregunta es esa? Fan Alguno de sus egresados ganará el Pulitzer. Optimista Seguirán con las viejas costumbres de embutir conocimientos y preparar presentadores de TV, con pocas excepciones. Fico Ojalá las cosas cambien y dejen de salir modelitos huecas como las que presentan los noticieros locales. Andrea ¡Benito Juchani será Presidente! Tarquero La Asociación de Ex Alumnos se convertirá en un grupo de cumbia. Ex Ojalá el Mgr. Andrade y el Marcelo sean rectores. Mario

Pregunta de la semana ¿Qué le debería decir Evo al Papa?

ra poder ser entregado a la organización. Más información sobre las bases y el concurso en: www.ecorock.org. luis_f_rodriguez_c@yahoo.com

PRESUNTOS IMPLICADOS editores: santiago espinoza, andrés laguna y sergio de la zerda la troupe: adriana campero, rodrigo mita, ricardo bajo, javier y luis rodríguez dibujos: diego lópez

PREGUNTITA

fotografía: paola lambertín webmaster:javier rodríguez colaboradores: marcia mogro, bartolomé leal, benjamín santisteban, xavier jordán, javier velasco, manuel monrroy y giovanna rivero

diseño: andrea guardia armado: lucio huaranca magne

Ramona ha creado este espacio semanal para una interacción amena y reflexiva con los lectores. Sugerencias sobre próximas preguntas o respuestas a las mismas pueden enviarse al correo electrónico: ramona_opinion@yahoo.com


ramona

3

cochabamba, 16 de mayo 2010

Entrevista con Juan Terranova, autor argentino invitado al Vi Encuentro iberoamericano de Escritores

Escribiendo para ser Con esta edición, la RaMoNa inaugura una sección especial dedicada a conocer a los autores invitados al Vi Encuentro iberoamericano de Escritores, que tendrá lugar en Cochabamba entre el 7 y 10 de julio próximos. El acontecimiento, organizado por el Centro pedagógico y cultural simón i. Patiño, girará en torno al tema “Humor y Literatura”. El “plato fuerte” de esta versión del encuentro es el peruano alfredo Bryce Echenique, al que se sumarán como invitados especiales el argentino Juan Terranova, el peruano diego Trelles Paz, además de los bolivianos Ramón Rocha Monroy, Manuel Vargas y Eduardo scott. En esta ocasión publicamos una entrevista realizada por el equipo de redacción del suplemento a Terranova. El diálogo, registrado el año pasado en Buenos aires, aborda asuntos relativos a Mi nombre es Rufus, una de las más recientes obras del autor argentino. Los interesados en conocer la literatura de éste y los demás autores del encuentro pueden buscar sus libros en la biblioteca del Centro Patiño. JaViER y Luis RodRíguEz

N

o a pocos se les ha ocurrido eso de conocer una ciudad por su literatura. Pero aún así –y no siempre sin razón– solemos descreer del guía, del sesgo de su visión e intereses. Por eso es que cuando encontramos alguien que parece patear las mismas calles que uno, cargar los mismos libros y hasta pinchar los mismos discos, el regocijo es supremo. Entre el idiotizante ruteo turístico (equivalente literario de la TV guía) y el imperio de lo universal-cosmopolita dado sobre muchos de nuestros creadores, casi no queda otra opción que ir sondeando microuniversos afines, trazando links entre intereses y personas antes que operar sobre las densas cartografías de lo total. Atravesando Buenos Aires en la más clásica de sus líneas de metro, llegamos a Caballito, un barrio muy barrio, que se parece –como ya pocas cosas– a esa Buenos Aires apenas superviviente en las fauces de la megalópolis que amenaza con engullirla. Allí nos esperaba Juan Terranova, uno de los más interesantes y respetados autores del nuevo panorama argentino. Intenso y contundente desde su recordado debut (el poema largo El Ignorante, que aún causa escozor en la intelligentsia a la que atacó), Juan extendió sus intereses y narrativa por el (nuevo) tango, la comunicación de masas, las nuevas tecnologías como formas literarias y también sobre esos temas eternos que son el deseo, la espera y la tensa enunciación que los empata. Conversamos con él sobre su más reciente libro, Mi nombre es Rufus, que triangula perfectamente lo biográfico, la erudición musical y el registro vital de una generación. -JR: Con el advenimiento de una nueva generación de escritores, lenguajes, formas e ideas, se hizo bastante común que apareciesen novelas cruzadas por música, cine y otras manifestaciones extraliterarias. sin embargo, hasta Mi nombre es Rufus (interzona, 2008) no habíamos tenido una novela que se animase a ponerse dentro de ese movimiento tan fascinante que es el punk. ¿Qué te llevo a escribir ésta novela? JT: Bueno, sí… igual me parece que le faltó algo a la novela. Que es un libro escrito como para neófitos. Vienen mis amigos punks, o amigos con los que compartí –porque yo todo eso (la historia de “Rufus”) de alguna forma lo viví– y fue como volver. Yo siempre viví en este barrio [Caballito], me moví acá. Fui al colegio de al lado 13 años, soy hincha del club que tiene su cancha aquí atrás [Ferro]. Este siempre fue mi barrio… y es un barrio pequeñoburgués, no es un barrio obrero; más bien todo lo contrario. Es un barrio de la clase media. Mi familia siempre fue profesional… ingenieros, arquitectos, psicoanalistas, etc. Entonces mi lectura del punk iba un poco ligada a esa clase media. Bueno, en algún momento alguien me dijo, “¿Por qué no escribís eso?” Fue como volver un a una época que viví. Sin embargo, yo nunca tuve un grupo. Nunca toqué en grupo de punk.

Sí tengo formación musical. Estudié música erudita, pero nada de tocar en una banda de rock. Nunca lideré un proyecto musical ni formé parte de uno. Esta fue otra de las razones por las que escribí el libro. [risas] Un poco la explicación es esa. Como nunca tuve un grupo de rock… Y siempre estaba como por tocar, o iba a ver a unos amigos que tocaban, y tenían libros muy autobiográficos en ese sentido. Mi hermano es músico profesional, tiene grupos ahora también [Fútbol], por más que se dedicó a hacer tango y otras cosas. Entonces como que siempre estuve cerca de todo esto. -JR: Lo que se nota definitivamente en el libro es que eres un melómano acabado. JT: Me parece, más bien, que el libro no representa completamente eso. Y sí, te decía que no representa tanto porque fue un libro que podía haber sido mucho más críptico. Poner bandas mucho más desconocidas, trabajarlo más, pero me pareció que eso lo iba a poner más pesado, y no quería narrar una enciclopedia; quería hacer un libro que se leyera con ese ritmo. -LR: Tu novela tiene una facultad interesante, bastante emocional además, que hace que muchas personas vean alguna parte de su juventud reflejada en ella. Le pasa a uno que va leyendo y de pronto, “Wow, esto yo también lo he vivido”. JT: Sí, el libro tuvo una recepción bastante buena en eso. En la gente que tiene entre 25 y 35 años, impacta de una. Y después también en las clases medias –así como yo; porque si uno se va más para el norte de la ciudad, el punk ya pasaba por otro lado, había otra cultura, etc. No es que dije “Voy a escribir un libro para la gente que tiene mi edad”, pero salió eso y un poco terminó apoyado en la cosa biográfica. -JR: Mi nombre es Rufus ha sido comentada como una novela punk, cosa que no comparto pues se sale de lo que –en una enorme contradicción– se podría llamar “canon punk”. ¿Cómo la ves tú? JT: Bueno, en la escritura seguro que no. ¿Qué entendemos por “escritura punk”? Una escritura pringosa, farragosa… William Burroughs, un poco por ahí Bukowski –narrar eso. De repente esa forma, especialmente la Burroughsiana que es tan pringosa, enrevesada, está buena, me gusta; pero no veía que para la novela se pudiera recuperar otra cosa que el ritmo. El ritmo de la canción de tres minutos: 1,2,3, vamos. Por eso los capítulos son tan breves. Casi una cosa epigramática, de no perder el tiempo, de la urgencia de las frases. Quizás faltó un poco de oscuridad, pero el punk yo lo viví así, de una forma muy luminosa. Como buscando un lado bastante conceptual del punk, que tiene justamente un lado muy conceptual y después una cosa bien visceral. -JR: Esto mismo se ve en lo estrictamente musical de la novela, donde junto a los Pistols citas a Mingus –por ejemplo. JT: ¡Y es que escuchábamos eso también! El punk te duraba, fácil, dos años y después escuchabas Rolling Stones. Y después Mick Jagger decía que

de uno mismo

Piazzolla era un genio, entonces empezabas a escuchar Piazzolla. O después te ponías a revisar los discos que tenías es tu casa, de tu abuelo, de tus viejos… y bueno los Beatles también –siempre presentes ahí. No era una cosa cerrada el punk. Vos escuchas The Clash, esos tipos sabían lo que estaban tocando. Con el Groove que tenían ellos, hay acordes en sus canciones que suenan jazzísticos. Por ejemplo [toma la guitarra y empieza a tocar] un acorde dulce, Maj7, y de repente es el acorde de [canta]… “Sharif don’t like it, Rock the Casbah, Rock the Casbah”. O sea, el punk lejos de lo que parece –y lo pongo en el libro– no es una cosa cerrada. La música era un refugio en ese momento. Por ejemplo los Beastie Boys, cuentan que cuando iban a clubes chicos, donde se hacía hardcore, en los cortes pasaban soul. Y aquí eso parecía una cosa normal. Ibas a escuchar una banda y cuando cortaban por ahí te ponían cumbia. -JR: una característica, digamos, rizomática o antropofágica de la música, que consigues traducir muy bien en la novela. JT: Sí. Yo cuando leí en la facultad los conceptos que tiraste recién, nos mostraban “Antopofagia = Oswald Andrade”. Yo decía “No, boludo, ¡pará! ¡Nosotros venimos haciendo esto desde la secundaria! ¡El rizoma, qué!” [risas] Vos ibas a Parque Rivadavia y era un lugar en el que tenías a un tipo que estaba fumando pipa y te decía: “Tomá, lee (no sé) una tragedia griega”, o “Leete Facundo”. Uno llegaba a la facultad con eso, y obviamente que la facultad te ayudaba y estaba bueno, pero en Buenos Aires, y en Caballito –que es mi barrio, el que conozco bien–, pero en todos lados, encontrabas esa gente que, si uno quiere y se mete y es curioso (y en el punk había mucha curiosidad) te enseña mucho. Después los músicos de jazz por ahí son más cerrados. Muchos pibes empiezan escuchando rock, después llegan al jazz y ahí se quedan. El jazz los consume. El rock no tiene eso, siempre es más “para afuera”. Agarra Rimbaud, agarra candombe, qué sé yo. -JR: Regresando a lo de la literatura punk, parece que hay autores que toman la idea muy en el sentido literal. abordan el punk más como un espacio –como es el caso de giddeon sams, que ambienta su novela, de otro modo bastante estándar, The Punk en ese contexto… JT: La bibliografía ensayística del punk, de la cultura del fanzine, me copa. -JR: Hablábamos de gideon sams, pero pasa algo parecido con Kathy acker –que capaz toma el punk más como una estética– o Chuck Palahniuk, que se adueña de la provocación del punk. Pero a lo que me iba, añadiendo también la ensayística punk, es que parece no existir una literatura punk como tal. sí formas, ritmos, temáticas o estéticas. Esas cosas, igual, con Mi nombre es Rufus parecen tener muy poco que ver. JT: Palahniuk es un escritor que me interesa. Le he robado bastante en otros lados, no en esta novela. [risas] Entiendo lo que me querés decir. Me parece que mis otras escrituras están, tal vez, más cerca de esto. Tal vez no El pornógrafo, que siento que le falta horno. Que le falta negatividad. -JR: Lo interesante en Mi nombre es Rufus es cómo se construye una trama meditativa sobre el punk, unas apostillas al paso de un personaje por ese momento. JT: Lo que pasa es que –y puede que tenga que ver– yo tuve una hija, me casé, empecé a trabajar sistemáticamente, a tener cuenta bancaria… también a cultivar placeres mucho más reposados que ir a un recital, o pasarte la noche fuera de casa. Y me parece que esto tenía que estar en el libro, como que la liberación de esa energía –de la juventud– es algo que está bueno, pero después pasa lo otro y si no te suicidaste, si no te moriste (tal vez de sobredosis), qué pasa. Y el libro tenía que contar un poco eso. -JR: Es como el “capítulo perdido” de La naranja mecánica JT: [Risas] Claro, dónde el tipo dice: “Bueno, ya está. Ya hice todo lo que tenía que hacer. ¿Qué me queda? Ya está, listo.” [Risas]


ramona

4

cochabamba, 16 de mayo 2010

5

Entrevista al cineasta y actual director del Conacine, César Pérez:

El audiovisual boliviano urbano todavía está en una etapa de imitación del lenguaje imperante SAntiAgo ESPinozA A. tAndil RivERA MAzoRCo

E

l de César Pérez es uno de los nombres más presentes en la filmografía boliviana de los últimos 25 años. Aunque natural de Perú, Pérez ha hecho una carrera que ha contribuido significativamente al desarrollo del audiovisual boliviano, en especial, desde el campo de la cinematografía. Acaso la credencial más meritoria de su extensa hoja de vida sea el haber hecho la dirección de fotografía en La nación clandestina (1989), el séptimo largometraje de Jorge Sanjinés considerado por muchos como la película más importante de la historia del cine boliviano. Es más, el peruano-boliviano no sólo diseñó el trabajo visual en aquella película, sino que operó también la cámara, materializando los tan célebres planos secuencia integrales teorizados por el maestro Sanjinés. Responsable de la fotografía de otras obras clave del cine boliviano del último cuarto de siglo, como Los hermanos Cartagena (Paolo Agazzi, 1985) y Cuestión de fe (Marcos Loayza, 1995), Pérez también incursionó en la dirección, codirigiendo la producción Ley de fuga y realizando numerosos documentales. También le dedicó varios años de su vida a la capacitación de pueblos indígenas en cine y video desde el Centro de Formación y Realización Cinematográfica (Cefrec). Y el año pasado se estrenó en la vida institucional al asumir la Dirección Ejecutiva del Consejo Nacional del Cine (Conacine), cargo que aún ocupa y desde el que pretende crear mejores condiciones para el quehacer cinematográfico nacional. Invitado a Cochabamba por los organizadores de la Semana Internacional del Corto para dictar un taller de Cámara Realización, César Pérez dedicó unos minutos de su cronometrada agenda de actividades –organizada por las recurrentes alarmas de su celular- para sentarse en una de las bancas del Prado y dialogar sobre el estado actual del cine nacional, las propuestas visuales emergentes y la reconfiguración del mercado cinematográfico. -En el marco de la Semana internacional del Corto usted dictó un taller sobre Cámara Realización, una modalidad de registro audiovisual de la realidad que está cambiando los modos de hacer y recibir la imagen en movimiento, y que tiene en el mundo indígena uno de sus principales polos de experimentación. ¿Podría decirse que el cine-video indígena viene promoviendo nuevas formas, nuevos lenguajes audiovisuales? Viene, viene, lógicamente. Uno de los elementos que señalo es que ellos (los indígenas) no reconocen el espacio escénico que nosotros sabemos manejar, que es casi de 180 grados nomás; ellos cubren los 360 grados. Eso

que se conoció de plano secuencia integral en La nación clandestina ellos lo aplican naturalmente. Los planos y contra planos lo hacemos con ellos todo el tiempo, o sea, esa conversación que ellos promueven no es vertical como el caso de la narrativa de la televisión privada, donde no vemos quién es el que está preguntando ni nada. Plano y contra plano hay todo el tiempo; es más, el camarógrafo voltea la cámara, se filma a sí mismo y voltea la cámara para el entrevistado. En la medida de lo posible, la manipulación es reducida casi a cero. -Se produce, entonces, una relación más equilibrada… Exactamente, entre interlocutores. Entonces, ahí ya tienes bases y elementos de una narrativa totalmente inédita, totalmente nueva. -¿En talleres como el que dictó en Cochabamba se busca también amplificar o difundir este tipo de prácticas? Bueno, lo hacemos con ellos (los indígenas). Ya ellos se han acostumbrado. Yo he sido propositivo, me han aceptado, he demostrado por qué teníamos que hacer esas cosas. No lo hacíamos porque me parecía a mí que era bonito o muy revolucionario, o muy atrevido, lo que quieras llamarlo; no, señores, esto parte de nuestro genuino interés, de nuestra propia lógica filosófica de interpretación de nuestra realidad, desde ahí nace. Nosotros tomamos esos elementos y esas formas expresivas que corresponden a esa lógica. -Además del escenario del cine-video indígena, donde afirma que se están creando nuevos lenguajes audiovisuales, ¿ha visto que en el cine boliviano reciente propuestas por plantear nuevos lenguajes? No, la verdad es que el cine o, en general, el audiovisual urbano todavía está en la etapa de la imitación del lenguaje imperante; digamos que todavía está en esa etapa. Y hay muy buenos resultados, muy buenas imitaciones, vuelvo a decir, y lo digo con todo el respeto y con todo el cariño que me corresponde en este caso: hay muy buenas imitaciones, pero hasta ahí nomás llegamos. Todavía no hay unas propuestas, salvo la del propio Jorge Sanjinés y algunas cosas que hemos hecho con Marcos Loayza en Cuestión de Fe. -¿Cuál es su diagnóstico de las condiciones actuales de producción cinematográfica en el país? Bueno, la cinematografía boliviana en el exterior no tiene muy buena imagen o no tenía muy buena imagen. Proyectábamos una imagen catastrófica a raíz de los problemas que ya conocemos sobre las deudas del mal llamado Fondo de Fomento Cinematográfico, que no es un fondo de fomento, sino un fondo crediticio, ésa es la verdad. Y fue diseñado así porque los resultados iban a llegar, inevitablemente, al punto en que estamos Lo que pasa es que el entusiasmo

por tener una ley y por tener un fondo eran tan desesperante y tan angustioso en los noventa, que era mejor tener eso a no tener nada. Pero eso nos llevó a donde estamos. He ahí el punto. Entonces, no quiero hacer más juicios de valor al respecto porque eso está en un estadio muy delicado, dentro del propio Estado y la parte civil que corresponde a este tema de los créditos. De todos modos, se ha hecho lo que se ha hecho, y yo pienso que solamente con voluntad política se resuelven las cosas, no hay otro camino. Y las voluntades políticas afortunadamente se están asomando recién en este momento. Ya ha pasado de todo esto como cinco años, y eso es muy lastimoso porque debió ser resuelto antes. Pero, en fin, estamos haciendo todos los esfuerzos para lograr un resultado digno. -En todo caso, es evidente que hay una gran inquietud por seguir haciendo cine en el país, al punto que podría decirse que estamos atravesando un período de efervescencia audiovisual sin precedentes… Si, efectivamente, la efervescencia corresponde a los sectores juveniles, dado que la presencia del digital permite el desarrollo de proyectos a una escala más extensa como es un largometraje. Pero, también, esa facilidad tecnológica y esa facilidad económica nos llevan por un camino que es el facilismo. Y ese facilismo, si bien es ciertamente respetable hasta cierto punto, porque todos tienen el derecho de expresarse y no podemos negarles eso, sí tenemos la obligación de darle una “normatividad” a esa efervescencia, porque si no lo hacemos, también nosotros somos tan irresponsables como lo pueden ser ellos. Ellos están preocupados más de su expresión, están en una especie de, yo diría, una efervescencia del yo, lo que ustedes señalaban en el libro (El cine de la nación clandestina). Yo veo más esa preocupación por el “yo” y el “nosotros”, y ya no por el “ellos”. Porque toda la etapa anterior correspondió a hacer con “ellos” las cosas. Y bueno, “ellos” ya están en el poder, así de simple, entonces ahora nos corresponde a nosotros. Es un poco eso. Entonces,

dentro de los conceptos de la pluralidad, me parece pertinente que se expresen también estos nuevos actores. El problema está en que esa dirección de efervescencias, en muchos casos, está lesionando cosas que se han hecho, está lastimando terrenos que se han ganado en el imaginario nacional. Y cuando nos referimos al imaginario nacional, es para referirnos al hecho de que las personas que vieron etapas anteriores de nuestra filmografía tienen un recuerdo, casi diríamos, bucólico y hasta poético de lo que se avanzó y aspiran a que tengamos los niveles narrativos de la interpretación de nuestra realidad, aunque sea del yo, con esa calidad, con esa mística de antes, que es lo que un poco falta. Porque, aquí, la efervescencia, la angustia de expresarse ha superado el plano de la mística; entonces, hay una especie de contradicción entre místicos y no místicos. Ése es el terreno en que más o menos sitúo las manifestaciones en el presente, y que lógicamente, lastima el imaginario nacional, porque los espectadores de estos tiempo se han formado, si partimos desde el año 2000-2001 a la fecha, con las multi salas ya instaladas, donde han multiplicado la presencia y la imposición de una estética narrativa externa y cuya calidad depende mucho del capital. Si nosotros no tenemos ese nivel de capital, simplemente somos muy modestos al lado de ellos. Y nuestra modestia es respondida hasta con piedad o, a veces, sin piedad, por parte del espectador. El espectador es muy cruel. En “Estación Reunida”, una agrupación de poetas en el Perú de los años setenta, se hablaba siempre del hipócrita lector. Yo diría que, más que hipócrita, es un perverso rector el que tenemos hoy día. Porque el hecho de no asistir a las salas y segregarse a partir de sus preferencias así de entrada nomás, ya indica mucho; dice ‘no quiero esta cosa, no quiero este producto’, así de simple. -lo cierto es que, cada vez, hay una crisis de consumo de cine en salas mayor, una crisis que se expresa aún con mayor radicalidad cuando se trata de cine boliviano…

ramona

Ése es el problema. He ahí el punto. Ese es el punto de quiebre de todo esto. -¿A qué se deberá este problema? ¿tiene alguna hipótesis? Claro que si. Lo primero es que se ha profundizado el colonialismo, de eso no hay duda, está mucho más profundo todavía, y lo que ese colonialismo ha vendido hasta la fecha, son sus valores: lo individual versus lo colectivo. Así de simple, ése es el negocio de las cosas. Y ha calado tan hondo, que (a los espectadores) no les importa lo emocional, les interesa su cosa, su entretenimiento, su “pasarla bien” y punto, se acabó la historia. Entonces a ese nivel se está llegando, y de hecho, ya hemos llegado. El espectador quiere pasarla bien. “No me cuenten a mí historias, no me cuenten otras cosas, yo quiero pasarla bien y punto y para eso pago”, tal es la mentalidad del público. Ésa es una actitud totalmente individualista, propia de un sistema de valores, así que no seamos inocentes ahí. Yo demando que dejemos la inocencia para otro momento, porque en estos casos hay que ser muy concretos, así de simple es la cosa. -Para colmo, entre el público se ha instalado una imagen, no necesariamente gratuita, de que el cine boliviano es malo…. Si nos damos cuenta un poco de las cosas de utilidad cotidiana, hasta hace poco la gente decía “el producto nacional no es bueno”. Hasta que, de pronto, han alcanzado a hacer, por ejemplo, jeanes idénticos a los importados, hasta con la misma marca, y nadie dice nada, se quedan calladitos. Entonces, vamos a tener que llegar a ese nivel de imitación, pero eso significa mover muchas piezas, muchas cosas, muchos intereses. Y pienso que el Estado es el que tiene la última palabra en todo esto, definitivamente, porque desde el lado privado muy difícilmente se pueden impulsar cambios. -Quizá la muestra más clara de la ausencia de voluntad del lado privado sea la renuencia de las administraciones de los cines a ofrecer condiciones favorables para la exhibición de películas nacionales… Es cierto. Y yo tengo muchas teorías muy crueles respecto a lo que se ha hecho con el cine de barrio. El cine de barrio no llegó a la crisis gratuitamente, eso fue toda una escalada que se armó muy bien orquestada, y que tomó algunos años, casi una década. No nos olvidemos que cuando aparece el cable, el cable sustrae prácticamente a las salas todos los espectadores, pero eso no era nada santo, porque después vienen los que ya conocemos ahorita. Entonces, ahí tampoco seamos inocentes, en la apreciación, de cómo se ha reorquestado el mercado. tandila@hotmail.com santi.espinoza@gmail.com

cochabamba, 16 de mayo 2010

Arte contemporáneo

“Cimientos” se inicia en su segunda versión

E

l 2do Festival de Performance y Accionismo “Cimientos” se realizará en el Centro Simón I. Patiño (avenida Potosí No. 1450), del 20 al 23 de mayo. Este Festival, curado por Alejandra Dorado Camara y Douglas Rodrigo Rada, y que originó una dinámica de exhibición para artistas de performance nunca antes realizada en el país hasta su primera versión, este año cuenta con la presencia de Gonzalo Rabanal (Chile) y de Gonzalo de la Torre (México), ambos artistas internacionales de primer nivel, y que llegan a la ciudad a dar talleres y a realizar obras específicamente para el acontecimiento, además de más de 15 artistas visuales locales, todos considerados lo mejor del trabajo de arte visual contemporáneo Boliviano. En los últimos diez años ha habido un gran cambio dentro del esquema de la cultura boliviana. Nuevas expresiones han surgido, no solo de las influencias de la globalización en la cultura que implicaba la transformación de los modelos tanto de producción como de consumo de cultura en el país, sino también por los cambios institucionales que esta ha generado. El performance es de la amplia emancipación del arte, una de las expresiones que en Bolivia han sido mejor recibidas por los creadores jóvenes, y que más interés han generado en el público nacional e internacional sobre la creación joven nacional. El término performance es extraordinariamente abierto en cuanto a su significado.

Se la ha reconocido como la denominación más popular para actividades artísticas realizadas en vivo y/o a actividades que en cierto momento renegaron de la idea de representación y trataron de aproximarse a la vida, intentando presentar las ideas directamente, con una formula de arte vivo que se abre a la coincidencia y a la espontaneidad. Por ser un tipo de expresión que se involucra directamente con el cuerpo, y por su distintivo carácter no comercial, el performance actual se utiliza para presentar ideas sobre género, raza y a veces expresarse sobre el arte y el circuito y otros muy diversos. Actualmente diversos artistas jóvenes locales, que trabajan en estos medios, han sido ganadores de premios importantes dentro de la cultura local y has sido invitados a participar en Festivales Internacionales, sacando en alto el nombre del país. Este acontecimiento es una de las pocas oportunidades en Cochabamba de explorar las sublimes expresiones del arte contemporáneo en Bolivia. Programa de “Cimientos” -Jueves 20 de mayo *9:00 Taller práctico con Roberto de la Torre *3:30 Taller práctico con Gonzalo Rabanal -Viernes 21 de mayo *9:00 Taller con Roberto de la Torre

*11:00 Taller con Gonzalo Rabanal *3:30 conferencias de artistas internacionales -Sábado 22 de mayo *Taller Berdebértigo Sandra de Berduccy: performer, Bernardo Rozo: dirección musical y Diseño Sonoro. 9:50 Puschka High Imput *Santiago Contreras 10:30 HUNDIDOS *Alejandra Dorado 11:00 Sin titulo *Alejandra Delgado 12:15 PASEO *Galo Coca 3:10 VA! *Jose Ballivian (con Álvaro Ruilova) 3:25 Retroalimentación *Gonzalo León Rabanal y Gonzalo Rabanal León Gómez (Chile) 3:45 En el nombre del padre y las escrituras...fuego a la casa *Roberto de la Torre (México) 4:10 Sin título *Galo Coca 5:05 VA! *Dj Guerrero 5:30 *Roberto Unterladstaetter Fue bonito-Todo el día *Alfredo Román Bulacio Exposición (doble exposición) – Todo el día *Blue Box MARINA Toda la tarde -Domingo 23 de mayo *Marcela Rivera 10:00 LOSELLASELLOS *Ruben Castillo (Chile) 10:50 La vida privada del agua *Ivette Mercado 11:35 CONMIGO *Dj Pituko 11:45


ramona

6

cochabamba, 16 de mayo 2010

Sobre lo inter-generacional en el rock y el retorno de los dinosaurios

La primavera de los viejos Con esta nota inauguramos nuestra cobertura especial del Festival san Miguel Primavera sound 2010, que la RaMoNa les traerá en exclusiva durante todo el mes de mayo. La próxima semana, en esta serie de artículos en los que iremos presentando las bandas y músicos que participarán en la décima edición del festival, revisaremos la discografía e historia de los míticos Pavement, fundadores de lo que hoy conocemos como las Ligas Mayores del rock independiente, además de ser la “cabeza de cartel” de un festival san Miguel Primavera sound 2010 que disfrutaremos junto a todos ustedes. Los invitamos nos acompañen. JaViER RodRíguEz C.

J

oseph Campbell tenía razón. Todos los mitos, todos los héroes son uno solo y el mismo. Osiris, Gilgamesh, Jesús, Krishna, Evo, el que sea; se puede reducir su trayecto a en único ciclo: un viaje sobrenatural, plagado de retos y usualmente con ayuda de un mentor, lleva al héroe a un momento de prueba/muerte/revelación que termina desembocando en su transformación en un ser iluminado. Claro, sería exagerado comparar el monomito con el proceso de implacable depredación al que somete la industria del entretenimiento a las luminarias que más vertiginosamente encumbró –Lindsay Lohan, Britney Spears y (el arquetípico a su propio modo) Michael Jackson–, pero si nos fijamos en viejos músicos “de culto”, que regresan unos cuantos años después de su menospreciada andadura original para encontrarse convertidos en postreros objetos de adoración y respeto, pareceríamos descubrir mayor resonancia con lo que propusiera Campbell. Como fuera, tras un 2009 marcado por una oleada de discos de bandas “viejas” que se resisten a reconocer su bancarrota creativa, o la inminencia de su “hora final” (U2, Pearl Jam, Alice in Chains, Green Day, etc.), resulta un poco ridículo querer volver la mirada hacia bandas incluso anteriores a las de esa camada –hoy casi en edad de jubilación. Sin embargo, la coexistencia posible entre músicos “perdidos” de los setenta y ochenta, y la floreciente nueva generación de rock independiente, nos tiene que llamar la atención, pues se supone que el rock es la más generacional de las instituciones. Que ambos grupos de bandas encontrasen su nicho sería lo normal, pero que su público se entrecruce y expanda simbióticamente, es algo digno de notar; más en un 2010 en el que varios dinosaurios vuelven a caminar. Como si hiciera falta contradecir a los que insisten con la nostalgia como pretexto para su pereza musical (“Ya no se hace buena música”, etc. etc.), dos generaciones distintas de músicos se han conjurado hoy en un momento creativo irrepetible. Los últimos freaks originales (Mark E. Smith, Van Dyke Parks, Lee “Scratch” Perry, Brian Eno) se permiten compartir escenario con músicos que tuvieron que redescubrir su obra “saltándose” innumerables bandas que habían crecido desconectadas de esa influencia. Por ejemplo, para llegar al postpunk hizo falta gambetear la omnipresencia del rock alternativo de los noventa. Alcanzar los sonidos puros del pop sintético de finales de los setenta requirió extirpar el dance contemporáneo más repugnante de esa matriz electrónica, etc. Cuando el año pasado los reflectores se volcaban sobre la imposible reunión de My Bloody Valentine, y un par de años antes lo habían hecho sobre los Pixies, este año nos sorprendió la reunión de la más influyente banda de rock indie de los últimos tiempos: Pave-

ment. Lo interesante no está en descubrir el bálsamo necesario para cicatrizar las diferencias que terminaron apartando a los miembros de la banda, sino en observar cuál será el recibimiento de una banda que a pesar de ser la bisagra entre el boom alternativo post-Nirvana y el periodo de germinación indie de nuestros días, jamás consiguió ser verdaderamente masiva. Hoy, cuándo sus fanáticos originales bordean ya los cuarenta, ¿serán finalmente elevados a la categoría de mito o seguirán restringidos al gusto de unos pocos? Pérdida de la memoria a corto plazo Ciertamente el de Pavement no es un caso aislado –aunque tal vez sí el más mediático. En 2010 los próceres post-punk DEVO lanzarán un disco que promete rescatar la excentricidad primigenia de la banda y proyectarla hacia el sonido de sus herederos dance-punk. Wire, desde una trinchera similar, siguen ejerciendo como exploradores de avanzada del punk ambiental y The Fall no da señal de agotamiento y arranca su cuarta década de actividad con Our future your clutter, de un envidiable y rabioso clamor post-punk. Todavía en el capítulo de los regresos post-punk, The Slits, Mission of Burma y los precursores del dance angular Liquid Liquid también se hacen presentes, ya sea lanzando notables discos (muestra de que no tienen nada que envidiarle al más avezado de sus herederos, a pesar de la diferencia de edades), o reclamando el lugar en los escenarios que por tantas décadas les fue negado. Y por supuesto que tiene sentido que se sintiesen urgidos a tomar lo que les correspondía por historia e influencia, ya que toda una camada de bandas actuales no hizo otra cosa que robarles los mejores trucos, darles algo de lustre pop y ofrecerse así a la voracidad de las masas indie. Precisamente otro de los fetiches de los músicos independientes de hoy, la electrónica, ha experimentado también importantes “resurrecciones”. Gary Numan, por un tiempo condenado al ostracismo del rock industrial, ha regresado para cabalgar el retro-ochenterismo impuesto por el apego a

los teclados que profesan tantas bandas indie de hoy. De hecho, hasta los ninguneados Pet Shop Boys han recibido el abrazo de una comunidad que aprecia el sabor kitsch y masivo de los hits del dúo electropop. Un poco más próximos cronológicamente, Orbital se han redescubierto como sensación del año en numerosos festivales, reactivando las pasiones por su techno onírico, al que sin duda no tardarán en aparecerle herederos. Por ahí también se escabullen los Charlatans, que con un renovador aire entre alternativo-madchester-dance nos producen el escalofrío de constatar que los noventa ya están dos décadas en el pasado. Son esos “nuevos clásicos” los más tenaces animadores de este revival trans-generacional. Built to Spill, Weezer, Spoon, Tortoise, Hope Sandoval, Circulatory System y Low extienden su segunda década de actividad desde unos noventa en los que sufrieron el maltrato de las hordas post-grunge, numetal y de britpop prefabricado, para llegar a nuestros días en la plenitud de sus poderes, reconvertidos en cimeras cabezas del movimiento indie. Y justamente la diversidad guitarrero lo-fi de Built to Spill y Weezer, el ingenio pop de Spoon, el barroquismo psicodélico de los Ciculatory System o el post-rock ominoso de Low son algunos de los puntales fundamentales del más fascinante momento creativo del que la música popular tenga memoria. Ligas Mayores Comprometidos con la misión de convertirse en el festival referencia para el rock independiente, el San Miguel Primavera Sound de Barcelona ha apostado muy fuerte, a lo largo de sus diez ediciones, por capturar lo más representativo y novedoso de la escena, además de reivindicar a “viejas glorias” del movimiento. Con ese afán han presentado el tremendamente ambicioso cartel con el que planean festejar su primera década, incluyendo decenas de bandas, entre las que destacan: Atlas Sound, Broken Social Scene, Dr. Dog, Seefeel, Panda Bear, Owen Pallett, No Age, Major Lazer, Los Campesinos!, Moderat, Japandroids, Superchunck, The Drums, The Big Pink, The New Pornographers, Titus Andronicus, The XX, Wilco, Yeasayer, etc. Y no sólo se trata de la crème del indie modelo 2010, sino de una selección que confirma lo que la llegada de Sonic Youth, Dinosaur Jr y Yo La Tengo ya sugería: los dinosaurios de la primera generación del indie vuelve a dominar la tierra. O al menos Barcelona. Pavement, The Pixies, Orbital, Neu!, The Fall, Wire y Van Dyke Parks serán los encargados de tomar el timón generacional de un cartel diseñado con mejor criterio que los cuasi dictados por el hype de Coachella o del FIB, en los que se vio cómo bandas “del momento” tenían hasta ocho veces más público que los reunidos Pavement –si bien el mérito musical es en tal caso inversamente proporcional. Es más, el cartel roza lo exquisito no sólo por acercarnos a nuestros adorados Pavement, o permitirnos presenciar “de primera mano” lo último del rock hipster; sino por ser capaz de reflejar ese maravilloso momento de expresión intergeneracional que mencionábamos al comenzar la nota. Este es el escenario donde se consagran los héroes, donde nos encontramos con los iluminados, pero también el crisol de amalgamas superadoras. Por ello Pitchfork y otros medios han apostado por el San Miguel Primavera Sound, y si acaso se le puede poner algún pero a la organización, es el de no haber conseguido convencer ni a Jeff Magnum (ja!) ni a los Athoms for Peace para elevar aún más los galones de un Festival de verdadero lujo.


ramona

7

cochabamba, 16 de mayo 2010

Prácticas orales y ancestrales en conexión con la Madre Tierra

del “buen ” al gestor del Planeta

“El pensamiento indígena y su práctica son producto de un análisis científico bien fundado en ancestrales conocimientos y saberes heredados de forma oral, iconográfica, mítica, ritual… y posteriormente puestos en constante práctica hasta nuestros días” RiCHaRd MúJiCa aNguLo*

a

ctualmente, mucho se dice de la relación de lo indígena y la naturaleza; de esta correlación, de las llamadas culturas étnicas y el medio ambiente, me referiré a dos percepciones específicas. Algunas posiciones plantean la existencia del “buen salvaje” que, desde una visión romántica, exalta a algunos grupos humanos como los protectores innatos del planeta. Dicha postura refiere a un supuesto instinto que hace que las cosas, en este caso el pensamiento y práctica indígena, sucedan de una forma “natural”. Sin embargo, la postura asumida por estas culturas, me refiero a los indígenas, no se debe sólo al instinto ni mucho menos. Por el contrario, el pensamiento indígena y su práctica son producto de un análisis científico bien fundado en ancestrales conocimientos y saberes heredados de forma oral, iconográfica, mítica, ritual, etcétera, y posteriormente puestos en constante práctica hasta nuestros días. Estas dos ideas nos llevan por caminos diferentes. Por un lado, la visión de la existencia del “buen salvaje” provocó la reflexión de la forma de vida occidental, consumista y “dueña del mundo”; provocando un reconocimiento moral de la importancia de la forma de vida de estos pueblos y su valor en la protección del medio ambiente. Por otro lado, a partir de la reivindicación y el empoderamiento del indígena, se habla del valor de dichos conocimientos y saberes, los cuales además de ser reconocidos moralmente son aceptados por los círculos científicos. El paradigma científico occidental tuvo que aceptar el valor y carácter científico de los conocimientos y saberes indígenas. Estos caminos no terminan ahí. Continuando la primera vía, la visión de la existencia del “buen salvaje” puede llegar — o mejor dicho, llegó— a ser un buen pretexto para la conformación de políti-

cas proteccionistas y paternalistas que fortalecen la relación de poder colonialista y vertical de los Estados sobre “sus” pueblos y naciones indígenas en el mundo, con el fin principal de proteger y controlar estas formas de vida armónica (supuestamente “para que no se pierdan”) en una suerte de museos vivos. Por la segunda vía encontramos una bifurcación. Por un lado, este reconocimiento del valor científico de los conocimientos indígenas hizo que los círculos cientificistas de occidente inicien la explotación de esta nueva mina de oro: los conocimientos indígenas; así se comienzan investigaciones para desentrañar los saberes indígenas y replicarlos en espacios urbanos —con otros nombres, colores y creadores, por ejemplo la medicina— pero con un carácter mercantil y de enriquecimiento. Por otro lado, el segundo ramal de la bifurcación, nos lleva al reconocimiento de la importancia científica de los conocimientos indígenas lo cual fortalece su papel político y, paralelamente, justifica su reivindicación; se demuestra que sus saberes, o sea su cultura, es un sistema de conoci-

mientos y practicas bien fundado y por tanto aplicable en la actualidad. Todo tiene vida Las prácticas de esta relación indígena-naturaleza no son acciones innatas, o sea inconcientes. Como hemos visto, responden a practicas totalmente concientes que manifiestan formas de vida (que quizá no comprendemos) que entienden al medio que los rodea como totalmente interrelacionada a la vida humana. Este pensamiento se puede ejemplificar, en la concepción de que “todo tiene vida”, todo tiene ajayu (espíritu, en aymara), todo tiene su jichi o su iya (dueño, en mojeño y chiriguano-guarani respectivamente); cada espacio es sagrado, y en algún tiempo el ser humano supo dialogar con ellos. El dotar de vida a lo que nos rodea hace que nuestra relación sea horizontal y no vertical, nos lleva a una relación dialógica y recíproca. Estos conocimientos y las prácticas culturales están tan interrelacionadas con el cotidiano que las vemos aplicarse incluso en la práctica festiva y musical. Este rol

20:00 horas, en el mARTadero (calle 27 de Agosto esq. Ollantay). Las entradas tienen un costo de 15 y 10 bolivianos.

Cuenta cuentos En el auditorio del Centro Boliviano Americano (calle 25 de Mayo No. 365), el 19 y el 20 de mayo se llevará a cabo el VII Festival de Cuenta Cuentos auspiciado por el Centro Boliviano Americano, la Asociación Boliviana de Lectura, El Centro Cultural “Semilla” y la Biblioteca Th’uruchapitas. Durante los dos días participarán más de cuarenta concursantes niños, jóvenes y adultos. La cita es a las 18:30 y el ingreso es libre. Concierto En el marco del Bicentenario de Cochabamba y conmemorando los 50 años del Instituto Eduardo Laredo, la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, dirigida por Augusto Guzmán, presenta la Novena Sinfonía de Beethoven, los días domingo 16 y lunes 17 de mayo en el centro El Campo. Las entradas pueden ser adquiridas en el Cine Center (avenida Oquendo y Ramón Rivero). Para cualquier consulta se puede llamar al 70788109. El precio de las entradas es el siguientes Bs 70 (VIP), Bs 50 (Plata) y Bs 20 (Bronce). Teatro El Taller de Teatro de la UPB presenta la comedia teatral “Doctor 0”, bajo la dirección de Claudia Eid, hoy domingo 16 de mayo a las

Teatro El elenco de Exilio Teatro presenta la obra “Noche de Bodas”, del dramaturgo argentino Claudio Hochman y dirigida por Gabriela Melendres, del 21 al 23 de mayo a las 19.00 horas, en el mARTadero (calle 27 de Agosto esquina Ollantay, Ex – Matadero Municipal).

está íntimamente ligado a los ritos, donde ambos, forman parte vital de los ciclos climatológicos y de producción agrícola y pastoril y sus estadios análogos en el ciclo vital humano. Es así que existen alternaciones estaciónales de géneros musicales, danzas e instrumentos, que se asocian a los tiempos y contextos en los que se ejecutan (Mújica 2008). Por ejemplo, para los andinos aymaras, en términos agrícolas y musicales, el año se divide principalmente entre la época de lluvias (jallupacha) de crecimiento agrícola; y la época seca (awtipacha), de frío. Incluso, esta relación conecta a la naturaleza con los muertos. Pues, la tierra es la madre, el vientre a donde retornamos al morir; y de donde nuestros antepasados salen en la celebración de Todos Santos, para ayudar o impulsar el crecimiento de los productos sembrados, especialmente la papa (Villarroel 2008). Estas relaciones no sólo se justifican desde una percepción animista y espiritual, sino principalmente científica, demostrando cómo estas concepciones y prácticas se interconectan en la concepción del uso controlado de los recursos naturales; el cual busca el equilibrio necesario para su continuidad, para asegurar la existencia de alimentación, para ayudar a la continuidad de los seres que habitamos el planeta. Por tanto, a partir de la valoración de los saberes y conocimientos tradicionales indígenas, se pasó del reconocimiento moral, al científico y se busca, hoy, su rol político. No como una postura de inclusión subordinada sino como una respuesta aplicable a las problemáticas actuales (donde el medio ambiental es sólo un ejemplo). Justamente, nos encontramos en un momento que posibilita esta participación activa, ya que a partir de la interculturalidad como política de Estado se busca hacer de Bolivia un país con carácter propio y contextualizado al entramado cultural que le da forma y vida. *Técnico de la Unidad de Registro y Catalogación del Patrimonio Material e Inmaterial (UNACAT), dependiente del Viceministerio de Interculturalidad del Ministerio de Culturas.

tá apadrinado por Ecla Party People. De igual forma, el Taller de Investigación Actoral: El Actor – Autor, impartido por los argentinos Sebastián Moreno y Laia Ferrari, comienza el lunes 17 hasta el viernes 21 de 19:00 a 21:00, con un costo de 80 Bs. Los talleres se realizarán en el mARTadero, ubicado en la calle 27 de agosto esq. Ladislao Cabrera. Para mayor información consultar en la página web www.martadero.org o comunicarse al 4588778.

Cine En los ciclos “Lunes de Película”, mañana se proyectará la película “Acusados”, de Jonathan Kaplan. La función se inicia a las 19.00 horas en la calle Baptista No. 110, casi Heroínas.

Exposición La exposición colectiva, en la que participan los artistas Ruperto Salvatierra, Emilio Torrez, Zenón Sansuste y Freddy Murillo, se efectua durante esta semana en el salón Gíldaro Antezana (Plaza Principal y España).

Talleres Los talleres Relato Digital, Actuación Intensiva, y Actuación para Adolescentes se inician este lunes 17 de mayo en la Escuela de Cine La Fábrica. Informes al teléfono 4455981.

Exposición La muestra de filatelia “Aeropostal: de los Pirineos a Los Andes”, continúa esta semana en horarios de oficina, en la Alianza Francesa (calle La Paz casi Crisóstomo Carrillo).

FormaRTe El Taller de Profesionalización para Creación Musical en Computadoras: Volumen I, dictado por Marcelo Guerrero e invitados especiales: Gustavo Sanzetenea, Luis Mercado (La Manzana) y “In da house Dj Academy”, comienza el lunes 17 de mayo y concluye el 12 de junio con una fiesta en Ecla Lounge, donde se presentarán los mejores trabajos producidos en el taller. El taller se desarrollará de 19:00 a 21:00 y los sábados de 10:00 a 12:00, tiene un costo de 150 Bs. y es-

Concurso El Concurso de Fotografía “Más allá de los estereotipos: miradas masculinas alternativas sobre las mujeres”, está dirigido a hombres, pudiéndose presentar fotógrafos profesionales o aficionados, de todo el país sin ningún tipo de restricción. Las fotografías deberán ser presentadas hasta el día 17 de mayo, impostergablemente, en las oficinas del IFFI o a la Casona Santiváñez. Convocatoria completa en : www.iffi.org.bo. Informes al teléfono 4409601-2-3.


ramona

8

cochabamba, 16 de mayo 2010

sobre Leaves of grass de Tim Blake Nelson

aprender a ver crecer la hierba estío aNdRés LaguNa

L

a filosofía vive tiempos duros, se la simplifica, se la deforma, se la populariza de manera descuidada, se la utiliza para justificar cualquier cosa. Los súper comerciales productos de autoayuda, los falsos artistas y los intelectuales impostores han sido más dañinos para Sócrates que la cicuta. Más Platón y menos Prozac de Lou Marinoff, Avatar del monstruoso James Cameron o Abre los ojos (1997) del efectista Alejandro Amenábar, no son más que tres ejemplos de esta tendencia contemporánea, echar mano de lo que sea y hacer cualquier cosa, sin el menor pudor o coerencia. Hasta las películas más pipoqueras tienen algún momentos de “profundidad”, en el que ensayan tocar el alma de los espectadores con reflexiones superfluas y cursis. Así que, por lo general, cuando en una película, en un libro o en una canción se mencionan los nombres de Platón, Nietzsche, Kant, Sartre, Maquiavelo o Confucio todo promete ser una enorme farsa. Repetir frases hechas, disparar citas trilladas no es más que una impostura de quienes quieren hacerse un lugar en el mundo a punta de falsedades. Por eso, cuando una cinta comienza con una cita “sesuda” o con un monólogo “iluminador” tengo un escalofrío y espero lo peor. Leaves of grass abre con un monólogo sobre Sócrates. Uf. Me toma por sorpresa. No era lo que me esperaba. Pero, la siempre excelente interpretación de Edward Norton evita que pierda la fe en la película. Luego, el desarrollo del monólogo, le inteligencia de sus conclusiones y la extraña austeridad de sus recursos retóricos, me asombran. En los primeros cinco minutos, Leaves of grass deja en claro que no es una película que debe pasar desapercibida, que lo que le ofrece al espectador es una propuesta desenfadada, seria y sincera. No es una película que quiere encontrar su lugar en el mundo a

través de la filosofía, es una película que tiene un lugar en el mundo y la filosofía hace parte de su código genético. Escrita y dirigida por Tim Blake Nelson, conocido actor secundario de primera (recordarlo en su formidable papel de O Brother, Where Art Thou?) y notable realizador (responsable de tres cintas de gran factura, Eye of God, O y The Grey Zone), Leaves of grass (2009) es una pequeña y ambiciosa obra maestra, que podría haber sido firmada por los hermanos Coen, por Quentin Tarantino o por Charlie Kaufman. De ninguna manera quiero decir que es un cinta poco personal y copiada, todo lo contrario, tiene la creatividad desenfadada de los geniales autores mencionados. La cinta cuenta la historia de Bill Kincaid (Edward Norton), un exitoso profesor de filosofía de Brown, la prestigiosa universidad estadounidense, que está en el punto más alto de su carrera, sus ensayos se publican con éxito, es portada de las revistas especializadas, sus alumnas están enamoradas de él, todos lo admiran y lo respetan. Kincaid es el intelectual de moda, una súper estrella de la academia. Sin esperarlo, la universidad de Harvard le ofrece la oportunidad de dirigir su propio departamento, de cumplir con el sueño de todo docente. Todo parece perfecto. Hasta que recibe una llamada, su hermano gemelo Brady acaba de fallecer. Bill debe volver a su pueblo, a Little Dixie, Oklahoma, el lugar del que salió hace tiempo y al que nunca quiso volver. El sofisticado y brillante profesor universitario debe volver a lo salvaje, a lo barbárico, al sur profundo, al lugar en el que prácticamente nadie conoce el Fedro o el Lisis. El mejor amigo de su hermano, Bolger (Tim Blake Nelson) lo espera en el aeropuerto. Después de un trayecto por demás accidentado, se entera que su hermano no ha muerto. Brady (también interpretado por Norton) es un criminal de poca monta, productor, traficante y, so-

bre todo, consumidor de marihuana. Ignorante, pero perceptivo, inteligente y carismático, Brady trajo a su hermano por dos motivos. Primero, para que vea a su madre (interpretada de manera deliciosa por la enorme Susan Sarandon), una mujer que vivió intensamente los años sesenta y que no los ha podido superar. Y, segundo, para que sea su coartada, para que la gente del pueblo confunda a Bill con él, mientras que él resuelva asuntos urgentes. Pero las cosas se complicaran. Los asuntos que Brady debe resolver son con un el traficante mayor de la zona (un Richard Dreyfuss descomunal) y Bill se encontrará con una mujer que hará tambalear su mundo, Janet (la bella Keri Russell), una poeta y profesora de literatura. A partir de ahí, momentos absurdos, dramáticos, conmovedores, lúcidos e hilarantes se intercalan en la película. Esta es una película de aprendizaje, una película

de iniciación, lo curioso es que quien se inicia y quien aprende es el personaje más culto y educado, el intelectual, el hombre que parece tener una visión clara de la vida, el hombre que parece controlar su mundo. Bill, que escapó de su pueblo, que viajó lejos en busca de sí mismo, en busca de un terreno que lo nutra y que le permita crecer, sólo regresando a su origen cumplirá con su acometido. Su madre le enseñará que los humanos son incapaces de ser perfectos, que son incapaces de cumplir con todas las expectativas que se depositan en ellos, pero que son capaces de amar desmedida e incondicionalmente. Brady, con irreverencia e intuición, le mostrará, que existen lazos más fuertes que la razón, que la memoria y los recuerdos son un terreno de salvación, que el hombre es incapaz de conocer lo que conocen los dioses y con los actos le dirá: “Cuando doy, me doy a mí mismo”. Janet, citando a Whitman, estando en contacto con lo más natural, con lo más puro, con lo más sincero, con los más esencial, rebatiendo a la modernidad occidental con el poder de las hojas de la hierba, lo acompañará en el camino que lo conduzca a sí mismo. Leaves of grass, entre chiste y chiste, entre disparo y disparo, entre cita y cita, entre guiño y guiño, nos ofrece un guión memorable, interpretaciones magníficas y cuestionamientos genuinos, intensos. Al final del filme, después del largo camino recorrido, Bill nos invita a cantar junto a él: “Vago... e invito a vagar a mi alma./ Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra/ para ver cómo crece la hierba del estío./ Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,/ de esta tierra y de estos vientos./ Me engendraron padres que nacieron aquí,/ de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,/ de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también”. andres.laguna@gmail.com

Crítica de la película que continúa en cartelera local

Iron Man 2: Patriotismo para adolescentes PEdRo BRusiLoFF CiNEMas CiNE

N

o puede resultar sorprendente que una ruptura entre los valores que pregona una sociedad y las prácticas que la determinan derive en el escepticismo, en el distanciamiento de las nuevas generaciones. Es aquí donde una plaga de súper héroes ha tomado la pantalla grande no tanto para salvar al mundo de un peligroso súper villano, sino para exponer una moraleja de patriotismo a los adolescentes confundidos. Desde la lamentable serie de películas de Spiderman, los súper héroes presentan cada vez más los rasgos característicos y patéticos de la adolescencia: incomprensión de sí mismos y del mundo, afán de protagonismo, malas relaciones con sus novias. No importa que el inepto Peter Parker pase de los 20 años ni que Tony Stark rebase los 30, todos ellos llevan un adolescente dentro. Esta configuración del héroe viene acompañada de la creciente importancia que se atribuye a una figura paterna ausente y a la cual el héroe recrimina (parafraseo las palabras de Stark) la falta de comprensión y palabras de ánimo. Este conflicto se resolverá por un oportuno descubrimiento que aclarará la importancia y el valor del legado de los padres a los hijos. En el caso que nos ocupa, faltaría que Iron Man levante su visera y, mirando a las cámaras, concluya: “Lo que nuestros padres nos dejaron es una responsabilidad cuyo ejercicio está exento de culpa (siempre quisieron hacerlo lo mejor posible para garantizar nuestro futuro) y, lo mejor, ésta es una responsabilidad que puede reali-

zarse sin dejar de lado los estudios, las mujeres y la adrenalina”. Peor aún, como si no fuera demasiado que se pretenda representar a la juventud con la figura de un antihéroe incapaz de consolidarse como tal, el lugar que se le otorga será finalmente secundario. Así, cuando asistamos al estreno de la película Avengers, donde la individualidad del súper héroe habrá sido disciplinada e incorporada en un cuerpo de fuerzas especiales del Estado cuyo líder será el mismísimo telos de toda esta procesión, el capitán América; el papel que nuestro rutilante Tony Stark detentará será el de un asesor casado, maduro y, en el peor de los casos, con la convicción de

que su hermético traje no cubrí toda la extensión del concepto protección. Y es que, desde el inepto Peter Parker, pasando por el sombrío Bruce Wayne y llegando a Stark, resulta infaltable la escena, así sea esporádica, del héroe salvando a un niño; del héroe que, después de haber descubierto que su historia era falsa y de haberse reconciliado oportunamente con las buenas intenciones de ese pasado, salva a un niño de la muerte. No se trata de establecer una relación entre el héroe y los niños, sino de dar a entender a los adolescentes la responsabilidad que los vincula a esos niños; niños que siempre aparecen en el papel de imitadores o admiradores. Todas las películas de este tipo parecen ser la misma estrategia didáctica que le enseña a una generación a reproducir los valores y prácticas de sus antecesores, lo cual no sería tan objetable de no ser porque esas prácticas y valores se relacionan directamente con la figura de un Estado y de una fuerza pública cuyo protagonismo resulta cada vez más intolerable. Por lo demás, no es extraño que en esta aparición del Estado, la figura de los senadores, finalmente la parte racional de aquel minotauro, se represente como lo jocoso, como lo falso; en tanto que las patas y las ancas de la bestia, los militares, son prácticamente ensalzadas. En fin, se trata de una intransigencia final, una negación a reconocer las dudas y los serios cuestionamientos de un Estado que pretende legitimar sus políticas de seguridad ante las nuevas generaciones, asumiendo la imagen de un padre preocupado por el futuro de sus hijos. www.cinemascine.net


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.