La Ramona 18 julio 2010

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30 años sin Marcelo

IMPRESO EN COBOCE-EDITORA OPINIÓN

nº 273 cochabamba, 18 de julio de 2010


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Dos propuestas del Kikin Teatro

“Happy Days” y “Crudo” en el mARTadero KIKNTEATRO E ICBA a próxima semana el Kikin Teatro presentará dos de sus mejores propuestas en el mARTadero (Ex Matadero Municipal). Los días lunes 19 y martes 20 se presenta la obra “Happy Days”, galardonada el año 2008 como Obra Destacada del XI Festival Nacional de Teatro Bertolt Brecht; y los días miércoles 21, jueves 22 y viernes 23 se presenta “Crudo”, merecedora del Premio Nacional de Teatro Peter Travesí el 2004. Las presentaciones inician a las 19:30 y la entrada general es de Bs 25. “Happy Days”, obra original de Samuel Beckett, fue traducida, adaptada y dirigida por Diego Aramburo, con la asistencia de dirección de Álvaro Manzano. Patricia García interpreta a Winnie, que está enterrada hasta la cintura en medio de la nada. Pedro Grossman es Willie (marido de Winnie), quién vive en un orificio detrás del montículo de Winnie; de cuando en cuando regala a Winnie algunas palabras… Winnie es un ser etéreo atrapado en la tierra. Cada día un timbre la despierta y otro le indicará la hora de dormir. El lapso intermedio debe llenarse de la mejor forma posible, con nada, con una rutina diaria cada vez más confusa, con versos de obras ya casi olvidadas, acciones, oraciones. Un presente eternamente continuo que se basa en la interrupción… La obra, considerada “la más alegre” de Beckett, no deja de ser otro planteamiento artístico no realista sobre la “imposibilidad de”. Su humor no deja de ser irónico y cruel. Y, como el resto del universo beckettiano,

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esta obra tampoco se constituye en símbolo de algo, quizás, en todo caso, es una paradoja… En la traducción, Aramburo recurrió a hacer transposiciones del tipo que el propio Beckett prefirió al momento de realizar la traducción al francés de la obra. Las obras de Beckett se caracterizan por las restricciones que el autor explicita para la puesta en escena de sus textos. Consecuentemente, pero más allá de clichés del teatro, cada decisión estética, conceptual y actoral en el “Happy Days” de Kikin Teatro se basa en el propio texto y en el “universo Beckett”. KikinTeatro ahonda en puntos de la obra que abordan temas como la soledad, la sordidez y el universo femenino. “Crudo” es una obra escrita y dirigida por Aramburo. Cuenta con la participación de Patricia García, Jorge Alanis, Lía Michel, Daniel Aguirre y Alejandro Marañón. En “Crudo”, una pareja de amantes que trabaja en una banda de “cogoteros”, ha ido quedándose con parte de la plata que roban a los taxistas que matan y temen que su jefe los descubra y los mande matar. Para evitar esto, ella debe conquistar a un tercero y le debe ser infiel, teniendo un romance con el jefe de la banda. Dado el machismo del medio, el momento que este tercero descubra que ella le es infiel, él deberá matar al amante, es decir, al jefe de la banda. Así la pareja se verá libre del jefe y de cualquier sospecha. El texto de la obra se origina a partir de una lectura de “Carmen” (ícono de la mujer seductora, retratado en el relato de Mérimée e inmortalizado en la Ópera de Bizet),

PREGUNTITA

¿Qué adivinaría el pulpo Paúl si estuviera en Bolivia?

que descubre ese personaje como un utilitario más del machismo característico de la cultura iberoamericana. “Crudo” es una aproximación muy particular a lo que en Bolivia se denomina “teatro popular”. Por esto la actuación se mueve entre momentos realistas, otros más elaborados y recurre también a la farsa característica del teatro “costumbrista” boliviano.

Desde el ombligo del mundo

Comprimido en MP3 *EL PAPIRRI ra un sábado esbelto, Quito fluía en aire tibio. Caminábamos como adolescentes de la mano por el parque de El Ejido, corazón (¿o hígado?) del centro histórico. Entonces me topé con un puestito de CD’s piratas. Me llamó la atención pues tenía la particularidad de ofrecer en formato DVD (¡!) cientos de canciones, todas apretujadas en ediciones especiales. Fui al detalle leyendo: Roberto Goyeneche 632 canciones, Adriana Varela 333 canciones, Joaquín Sabina 556 canciones, Chico Buarque 890 canciones, Piazzolla 1.221 canciones. Me entusiasmó el buen gusto. Preguntando si se trataba de imagen o qué, respondió familiarmente don Germán, quiteño peladito de 58 años, la ceniza del cigarro haciendo equilibrio, barba en incertidumbre, voz de ex radialista. Amable en la explicación, mostró un catálogo sorprendente, indicando que en DVD entraban más canciones y con mejor resolución de audio. Las dudas continuaban, la ignorancia vislumbraba. Entonces, abrió una puertita minúscula en su espalda, y pidió le acompañe a un túnel de piedras, “Las casas de por aquí tenían calabozo”, dijo. Ingresamos a lo que decía ser su oficina, un escritorio mugroso lleno de papeles y cartulinas con un computador de una tera (¡!), ser vivo parpadeante, triturador de canciones. Don Germán me enseñó pacientemente cómo vaciar las canciones de DVD a CD de audio, y realizar propias compilaciones. De pronto, miré al piso y encontré mi propia cara en una tapa a punto de cerrarse. “Tengo su música, la bajé del Internet. Yo conozco su canción ‘Hoy es domingo’ desde 1986, la descubrí en el casete ‘Si de amor se trata’ de Emma Junaro, grabado en Uru-

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guay”, dijo, erudito. Me quedé cojudo. Continuó: “Luego lo vi tocar en el Teatro Nacional, acá en Quito en octubre, y ahí me animé a sacar esta edición. Cuatro disquitos nomás he vendido”, me dijo riendo, e inaugurando un k’asa ventana causado por el cigarro. Entonces vi la tapa, decía: “El Papirri, 139 canciones MP3 en CD”. Explicó que mi producción cancionística completa entraba en un CD de audio nomás. En la misma categoría, y a precio de 2 dólares, se encontraba la obra completa de Frank Delgado, de Carlos Varela, de Gabino Palomares, todos rezagados en CD de audio. Más allá, los poderosos Paquito de Rivera, Chucho Valdez, Los Kjarkas, Gonzalo Rubalcaba, Tupay, mostraban sus sendas compilaciones en DVD de más de 300 canciones, con mejor calidad de tapita y a 5 dólares. Decidí comprarle 10 colecciones en DVD, 4 en CD de audio y 4 disquitos míos. Al salir a la luz, pude ver la contratapa que recordaba una foto en algún callejón paceño, realizada por mi amigo Ernesto Alcazar, con letritas pequeñas se precisaba toda mi discografía: “1983-Hasta Ahurita, 1990Cuentacantos, 1994-Bien le cascaremos, 1996-Qué tal metal, 2002-Cara conocida, 2002-Full Guitarra, 2006-El Papirri En Vivo, 2007-El Papirri For Export, 2009-Helado Propicio”. Impresionante: 30 años de canciones apretadas en un CD. Llegando a casa ingresé el CD a la compu, yo sospechaba que tenía unas 100 canciones grabadas, entonces descubrí la mentirita de las 139 canciones por las versiones repetidas, “Alasita” por ejemplo en tres versiones. Volví a escuchar “Señora Gorda” (1983) con el Oscar García en cuatro, Nico Suarez en piano y René Saavedra en contrabajo. Qué tiempos aquellos. “La necrológica”, “La cantata a la mala pata”, todas se presentaba por orden alfabético. ¿Que canción

iniciaba el CD de marras? “100 años del Tigre” porque el numeral es antes de la a, según explico don Germán cuando me visitó con su catálogo de nuevo. Estoy escuchando la “Villa Obrera” (1981), la había olvidado, toca la zampoña Alex Sánchez -¿que será de él?La batería el Charlie Barrionuevo, desaparecido en EE. UU. Hay una que se llama “La comparación” que francamente la había postergado en la memoria. “La imilla burguesa” sonó trayendo sus recuerdos, la voz de uno de mis primeros amores cantando la canción “Donde”, la voz de Jenny Cárdenas en “La sonrisa”. El asunto me emocionó en vez de indignarme. Don Germán vino ayer y me trajo la obra de Path Metheny en DVD, con 651 canciones. Y de regalo Mercedes Sosa en DVD con 772 canciones, “Esto por permitirme la ‘edición’ de su música”, dijo. Lo llamé a mi amigo Tilo, músico que arregla bicicletas, quien lo trajo al Dr. Logacho, el revistero del Ejido para ch’allar con un canelazo el CD “El papirri en MP3 made in Ecuador”. Así nomás es la cosa de la tecnología y de la piratería. Comprar un CD original es hoy un acto de nostalgia, valentía -por el precio- y apasionamiento, un placer de los pocos que quieren disfrutar el diseño, apoyar el lanzamiento, leer las letritas, analizar la ficha técnica, soñar con buen audio y demás vainas que a don Germán le hacen reír grave. *El Papirri es el popular cantautor paceño Manuel Monroy Chazarreta, quien continúa sus crónicas desde Quito, Ecuador, donde actualmente reside. papirri@hotmail.com

La sección “La Preguntita” de la RAMONA se trasladó al Facebook. Se publican todas las respuestas posibles. La nueva pregunta de la semana, que igualmente estará en el Facebook, es:

¿Por qué los países vecinos copian el caporal boliviano? Las respuestas también podrán enviarse, como es costumbre, a la dirección: ramona_opinion@yahoo.com. La edición virtual de la revista puede encontrarse en el sitio www.opinion.com.bo. ¡Gracias a todos!

ramona_opinion@yahoo.com

PRESUNTOS IMPLICADOS editores: santiago espinoza, andrés laguna y sergio de la zerda la troupe: adriana campero, rodrigo mita, ricardo bajo, javier y luis rodríguez y luis brun tapa: foto efe

fotografía: luis brun webmaster:javier rodríguez colaboradores: marcia mogro, bartolomé leal, benjamín santisteban, xavier jordán, javier velasco, manuel monrroy y

giovanna rivero diseño: luis brun armado: bladimir rocha vicenty


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Una crónica del festival FARADAY 2010

Murciélagos mundialistas, veda hipster y tres días de ensueño (indie) JAVIER Y LUIS RODRÍGUEZ DESDE CATALUNYA

uegos artificiales involuntarios, pero también explosiones de las del otro tipo. En estos días en que la “genialidad” es un tópico y los momentos “épicos” se han devaluado por repetitividad, desgaste y simple trasunto temporal, calificar un concierto/festival/show de “memorable” o “apoteósico” vale tan poco como el papel de colores por el que intercambian abonos, manillas, pases y similares tickets de acceso, las huestes indie. Y no es que nos estemos sumando al equipo de los perezoso-nostálgicos (¿Hasta cuándo insistirán con sus Beatles, Led Zeppelin y Nirvana?), o al de aquellos que se la pasan lloriqueando contra la industrialización/prostitución-capitalista del arte. Parecerá reaccionario, pero poder disfrutar un festival lejos de las masas de hipsters dispuestos a deglutir cualquier concierto en cartelera –por simple gula, nada de melomanía o verdadero interés por el músico– es un lujo que se agradece. Pero no sólo se trata de evitar, con un festival estupendamente curado, ese ambiente de “pasillo de aeropuerto” que suele regir en este tipo de eventos. Realizado en Vilanova i la Geltrú, sobre las costas del Mediterráneo, el FARADAY ya es una apuesta segura para escuchar música de calidad, en un ambiente insuperable y lejos del frenesí turístico-veraniego que inunda las ciudades. O la avalancha insoportable de los festivales más “britanizados” (el FIB, siguiendo el mal ejemplo de Glastonbury). En su edición 2010, el festival FARADAY era, pues, una cita obligada para disfrutar lo mejor del rock independiente actual y hacerlo como Dios manda. Siguiendo una conspiración de circunstancias que se sumaban a los 50 minutos en tren desde Barcelona (la veda hipster, una consecuencia de tal desplazamiento) y al magnífico emplazamiento del escenario (sobre un antiguo faro, dominando la playa de Vilanova), el FARADAY 2010 pasará a la historia como uno de los mejores festivales del año, pues supo combinar bandas precursoras de la actual “edad de oro” indie, apostó fuerte pero seguro por artistas españoles y rescató a un puñado de ídolos de siempre que, sin embargo, raramente pasarían por estos pagos. Y sí, ayudó la suerte de tener un clima espléndido y que la tranquilidad del pueblo la mantuviese el partido de España en el mundial; pero la verdadera culpa de que todo marchase bien la tiene el trabajo cuidadoso y bien realizado por la organización, que se toma con absoluto cariño el complacer el paladar de los melómanos asistentes al festival –y en una era en que la masificación sofoca ese cuidado propio de un “gourmet”, tenemos que apreciar eso infinitamente. A continuación, y en exclusiva para nuestros amigos lectores de RAMONA, les presentamos una detallada crónica de este maravilloso –y lo decimos en serio lejos de la hipérbole– festival. El FARADAY 2010 comenzó el viernes 2 de julio con la participación de Fred i Son, una deliciosa mezcla de pop y playa. Este cuarteto se presentó mientras el sol comenzaba a caer en la costa catalana, ofreciendo ese sonido en la onda de Belle & Sebastian, demostrando que no solamente de aquellas extrañas islas norteñas salen buenas bandas de este tipo. Coros femeninos, arreglos de vientos y letras en catalán invitan a conocer más a este grupo que se presentó por primera vez en el festival. Ya entrada la tarde comenzó su show Abraham Boba. El tecladista de Nacho Vegas se presentó esta vez con su propia banda, dando a entender que él también es uno de los pilares de la escena musical de Gijón. Su set corto pero contundente bastó para que el público se prenda con este cantautor que tiene bien aprendido el oficio –no en vano se pegó importantes borracheras junto al compositor más importante de España hoy. Sus canciones narrativas y cinemáticas atraparon los sentidos de un público atento, al que luego se uniría, sin pretensiones o poses, el propio Boba como espectador. Tras el paso de los jóvenes y pendencieros músicos de Joan Colombo (ojo con esta banda), fue el turno del mallorquín Bigott, que presentó su nuevo material “This is the beginning of a beautiful friendship”. El show quedó grabado en la memoria de muchos cuando luego de un encore comenzaron las primeras notas de “Dancing in the Dark” de Bruce Springsteen. Ese guiño a The Boss, santo patrón de los españoles, cerró un gran espectáculo lleno de sonidos y los repentinos bailes del frontman más desaliñado del showbiz español. El honor de ser el plato fuerte de la jornada fue compartido por Clem Snide y The Wedding Present, bandas de actualidad

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pero con una trayectoria nada desdeñable. Los primeros, liderados por el genial Eef Barzelay, no tuvieron miedo para interpretar el enorme “Zuma” de Neil Young y Crazy Horse. Milimétricamente reproduciendo la potencia avasalladora de los caballos salvajes y dándole el desgarbado toque Snide a las partes vocales, el cuarteto cumplió con el expediente con honores y añadió al espectáculo una “vuelta olímpica” en la que un pletórico Barzelay comandó a su banda a través de clásicos de su banda y algunos futuros hits de su más reciente disco –amén de un cover de Michael Jackson. Por su parte el cuarteto inglés encabezado por David Gedge presentó in extenso, y veintiún años después de su lanzamiento, un set basado en su disco “Bizarro”; producción que trascendió en las listas de popularidad con temas clásicos de la banda como “Brassneck” o “Kennedy”. Éstos hits, en los que participa incluso Steve Albini, terminaron inscribiéndolos entre los máximos exponentes y revisionistas de la violencia punk y ca-

El FARADAY 2010 pasará a la historia como uno de los mejores festivales del año, pues supo combinar bandas precursoras de la actual “edad de oro” indie, apostó fuerte pero seguro por artistas españoles y rescató a un puñado de ídolos de siempre. lidad lírica de bandas como Buzzcocks o The Clash, por lo que la posibilidad de escucharlos en vivo, tocando este material, era un verdadero lujo histórico (Gedge mismo recordó que era la primera y única vez que lo hacían en Europa). A pesar de que Gedge es el único miembro original restante, la banda demostró un dominio del disco y una solvencia supremas, al interpretarlo mientras estallaba el equipo de sonido del festival. Esto no hacía más que confirmar la profesionalidad de los músicos –ni siquiera se despeinaron, usando términos futboleros. El grupo estuvo acompañado a lo largo de su recital por un corro de fanáticos, notoriamente ingleses, que no dejaron de brincar y pegar gritos, en especial cuando The Wedding Present realizaron (por primera vez en vivo) un encore al tocar “Take me!”. Una vez terminado el brillante set de The Wedding Present, y con el escenario aún caliente, se presentaron los catalenes Mujeres. Esta banda dedicada el revival del garage rock sesentero se hizo del público con mucha facilidad, al ser hijos prodigios de Catalunya y estar muy rodados por la escena local. Este grupo es uno de los principales impulsores para que los padres del punk, Los Saicos, sean editados y conocidos en España, y eso se nota también en el sonido de la banda. Es más, en su repertorio se pueden encontrar también influencias de las primeras creaciones de horror punk californiano de los cincuentas y sesentas, así como tonadas de rocanrol tan sucio cómo clásico. En pocas: distorsión, diversión y chicas alocadas bailando para cerrar un primer día de festival ya muy difícil de superar. La jornada del sábado 3 de julio arrancó con importantes dosis de indie rock local (Marina Gallardo, Delco), que refrendaron los británicos Apples, la banda de indie pop ochento-escocés que The Drums quiso y no pudo ser; cerrándose la primera parte de

la noche con la siempre cumplidora presencia de El Petit de Cal Eril y su folk-pop tan lúdico como excéntrico. Sin embargo, la cabeza de cartel de esa noche le correspondía –sin discusión– a Jeff Tweedy, líder de Wilco que entonces se presentaba en solitario (bueno, acompañado por 6 maravillosas guitarras acústicas, armadas en semicírculo detrás suyo, casi “decorando” el escenario). Las expectativas, altas pero homogéneas –buena parte del público correspondía a fans empedernidos– fueron superadas por un concierto emotivo, técnicamente impecable y capaz de conmover a cualquiera que esté algo familiarizado con la trayectoria de Tweedy (o tenga unos segundos de atención para lo que el magnífico compositor de Chicago suele hacer con su banda estable). Los clasicazos “Hummingbird”, “California Stars” o “A shot in the arm”, arreglos “unplugged” de hits estilo “I’m trying to break your heart” o “Handshake drugs”, un cover dylaniano (“Simple twist of fate”), canciones nuevas y otras un poco menos habituales, completaron un repertorio extenso y satisfactorio. De estupendo humor y muy cerca al público, Tweedy atendió pedidos y se vio muy amistoso, animado y hasta con ganas de hacer bromas o felicitar al público por la victoria Española sobre Paraguay. Acompañado por un estupendo anochecer estival y los fuegos artificiales de la fiesta de Sant Pere (¡Justo para el cierre de “Via Chicago”!), Jeff pidió cantar menos canciones tristes, recordó –con la imaginación colectiva– a Nels Cline y sus fenomenales solos y dedicó el tema final a su esposa y a la “banda de black metal” que es su familia en gira, superando con mucho el sabor agridulce que nos había dejado su presentación junto a Wilco en el Primavera Sound de mayo pasado. Ya con el asunto resuelto, Los Punsetes tomaron el escenario Estrella Damm frente a un público envidiable en número, corroborando su estatura y popularidad a fuerza de esa particular mezcla de rock vanguardista y pop distorsionado que ejecutan. El descarrilado debut de Linda Mirada (mucho pop bailable pseudo-ochentero y una notable falta de rodaje en escenarios para la banda llamada a ser la “revelación” del indie español 2010) y esa cosa llamada Maika Makovski (esto es lo que pasa cuando intentas imitar a PJ Harvey y te faltan quilates de talento) frenaron de golpe el desenvolvimiento del festival, pero el sonido post-rave de Errors –próximos en cartelera– carburó con potencia dance y relanzó el nivel del FARADAY, hermanando en la pista de baile el electro más vanguardista con la quintaesencia de eso que por un tiempo supo llamarse nu-rave. Sin duda un gran descubrimiento, que llegó cerrando con gratísimo gusto y mucho baile, el segundo día del FARADAY. Con un domingo acechado por el indetenible desenvolvimiento de la Copa del Mundo y en el que la rutina trasnochadora ya se hacía sentir, el festival cerró su edición 2010 manteniendo el notable nivel. Presentando una cartelera “mini”, si se la compara en cantidad con la de días anteriores, el FARADAY reservaba la sorpresa final de Nick Lowe, uno de los pocos músicos a los que eso de “leyenda viviente” le calza tan bien como “ídolo de culto”. Todavía por la tarde, las murcianas de Hello Cuca tomaron el estandarte del indie español, seguidas por el folk celtico-Clasheado de Louis Eliot & the Embers, que se mostraron encantados de “telonear” a Lowe en el que debe ser su debut español, ofreciendo un cálido set de canciones a la medida de aquella perfecta tarde de domingo. Apresurado contra la salida de los últimos trenes hacia Barcelona y tras dedicarle media hora (incluido sonidista y consola propios) a preparar la acústica del escenario, Nick Lowe se presentó con la sobriedad y poder que sólo una veteranía notable como la suya puede conferir. De ahí todo apuntó hacia lo mítico. Armado sólo de una guitarra acústica y de su voz imperturbable al paso de los años, Lowe nos ofreció una mezcla de canciones nuevas con otras clásicas, los infaltables hits (muchas veces conocidos en la voz de otros) y hasta un “estreno” exclusivo para el festival; emparejadas todas las canciones en un registro country-pop-jazz clásico y elegante, pero no por ello carente de mordida rock ni de la sobria belleza tan característica de las composiciones del maestro inglés. Transfigurando en su voz la sofisticación lounge de la reciente obra de Richard Hawley, la poética mínima y urbana de su amigo-colaborador Elvis Costello y el aplomo del mejor pop británico, lo de Nick Lowe fue histórico y maravilloso desde cualquier ángulo. Suena exagerado, pero el amabilísimo y menudo inglés que ya agradecía en catalán, festejaba tocar en formato “intimo” y lejos de la frígida Helsinki y Snoop Dog, parecía igual de encantado. Aún tras el eco de Lowe y en la memoria de las olas de Vilanova, mientras centenares de felices melómanos bordeaban el mar emprendiendo el camino a casa, con un Mediterráneo tan oscurecido como lo estaba ese cielo surcado por murciélagos y llamaradas de las del otro tipo –sí, las internas–, nos terminaba de quedar claro que éste es uno de esos días que jamás olvidaremos.


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ramona cochabamba, 18 de julio de 2010

cochabamba, 18 de julio de 2010 El cortometraje realizado por Quiroga Santa Cruz se reestrenó en la Cinemateca

Entrevista a Hugo Rodas, autor de la biografía del escritor y líder socialista, que se presenta el viernes en Cochabamba

El combate

Marcelo Quiroga Santa Cruz o el socialismo vivido SEBASTIAN MORALES ESCOFFIER CLAUDIO SÁNCHEZ

CAMILA RAMÍREZ YAKSIC SANTIAGO ESPINOZA A. treinta años de su desaparición, la figura de Marcelo Quiroga Santa Cruz vuelve a cobrar vida en forma de una monumental biografía que pretende rendirle un cabal reconocimiento a la vida y obra del autor, intelectual y líder socialista cochabambino que murió a manos de la dictadura de García Mesa. Marcelo Quiroga. El socialismo vivido es el título de la biografía escrita por Hugo Rodas Morales, reunida en tres tomos de 2.250 páginas, con 6.000 notas y 170 páginas de referencias bibliográficas y documentales, un trabajo titánico que demandó nueve años de investigación. Lanzada en la ciudad de La Paz el 17 de julio, la obra editada por Plural será presentada en Cochabamba el viernes 23 de julio, en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Mayor de San Simón (c, Sucre esq. Oquendo), en el edificio facultativo nuevo (sexto piso), desde las 19:00. La biografía será comentada por el historiador boliviano Gustavo Rodríguez Ostria, por el director de Plural Editores, José Quiroga Trigo y por María Soledad Quiroga Trigo, hija de Marcelo Quiroga Santa Cruz. Reunida en tres tomos con una secuencia cronológica, la biografía escrita por Rodas se esfuerza en repensar en torno a la acción política boliviana desde el siglo XX, a través de la historia escrita y de lo que documentó Marcelo Quiroga Santa Cruz sobre la pobreza, la deserción de la “izquierda nacional”, el nazionalismo burgués y las fábulas afines del nacional-populismo. A manera de recordar los 30 años de la desaparición del pensador boliviano, la RAMONA dialogó con Rodas Morales, buscando dimensionar la importancia que su contribución bibliográfica tendrá en el afán de mantener vigente la vida y obra de Marcelo. -¿Cómo nació el proyecto de escribir la biografía de Marcelo Quiroga Santa Cruz? Si comprendo su interrogante, se trata de mencionar un aspecto o circunstancia particular que motivó esta investigación. Sin embargo, no hay una sola, tratándose de un individuo considerado como de singular importancia en la vida cultural y política boliviana. La presente investigación no nació propiamente del autor sino de nuestra historia, fue algo imprevisto, acaso de otras maneras tampoco haya concluido. -¿Cómo ha sido el proceso de la creación de la obra? ¿Cuánto tiempo demandó? ¿Qué fuentes se consultaron? El proceso fue demorado, intencional e injustamente. Era la única manera de dar la vuelta, una “vuelta de tuerca” a la cuestión de la responsabilidad de quien investiga. Demandó años que no son nada para explicar lo absurdo del crimen político que la democracia boliviana no llega a superar mejorándose a sí misma. Recuerdo haber decidido escribir el libro alguno de los días de 1995. Las fuentes solas podrían constituir un libro, su profusión se debe al requisito de reunir primero un archivo. Las carencias nuestras al respecto llevaron al autor fuera de Bolivia y allí sumaron las varias páginas, unas 170, que forman el sistema de referencias de esta obra.

asaron los años y los amigos que se habían despedido en Santiago se volvieron a encontrar en la ciudad de La Paz. En el fondo, Arnal, Montes y Quiroga parecían no haber cambiado, ya que, en ese momento, a todos ellos aún les interesaba filmar aquello cotidiano, eso que hacía que la vida fuera lo que era: un tiempo para vivir. Para 1959, Marcelo Quiroga Santa Cruz había comprado un nuevo equipo de cine y tenía mucho interés en empezar a realizar sus propias películas. Uno de los trabajos que figura dentro de la historia cinematográfica boliviana es el cortometraje La bella y la bestia , que él dirigió. Ese mismo año, Ande Films –productora fundada por Quiroga, figura legal para emprendimientos como éstos, invención artificial de legitimización de un trabajo que obedecía a la espontaneidad- termina produciendo El Combate. En su libro Historia del cine en Bolivia , Alfonso Gumucio Dagron precisa: “[El] Combate es un cortometraje en blanco y negro y 16 mm en el que Quiroga Santa Cruz hizo todo el trabajo de realización, fotografía y montaje. El tema central es una pelea de gallos, vista a través de los ojos de un niño que lleva su gallo blanco a un reñidero. El gallo blanco se enfrenta contra un gallo negro, y el blanco pierde, muere. El niño entra al reñidero, levanta su gallo muerto y se lo lleva afuera. Se sienta, e imagina otra pelea en la que el gallo blanco vence al negro”. El corto El Combate nace de una idea compartida entre Arnal y Quiroga: la película es un documental que cuenta con la participación de Alfonso Morales como protagonista, un niño que en su papel sintetiza la tensión que se vive ante la lucha de los gallos, un niño que, por esas casualidades de la vida, se encontraba en el Club Asil cuando los entusiastas aficionados se disponían a filmar, un niño de quien no se sabe nada más.

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-Se suele diferenciar la faceta política de Quiroga Santa Cruz de su faceta como escritor. ¿Esa división se expresa en su obra? Debo disculparme por la brevedad de estas respuestas enfáticas: dicha división estimo que es un error de la crítica tradicional o la intención nada inocente de atender a una sola de esas dimensiones, no es preciso indicar cuál.

es una novela representativa de los bolivianos, por eso, por esta causa decisiva se distingue con efectos favorables entre nosotros. -Ahora bien, la trascendencia de esta obra y de la posterior vida política del autor ha opacado el resto de su obra escrita, en especial la ensayística. ¿Qué nos permitirá descubrir ahora esta biografía del Quiroga Santa Cruz escritor? Lo que este trabajo se propone es inédito en la producción nuestra y acaso de nuestra región. Su valor queda a consideración de los lectores y de los especialistas. En el esfuerzo de dar unidad a las

la comprensión (o distracción como en el cine mercantilizado) de la realidad. Su potencial como instrumento de síntesis política de la realidad pudo haberlo motivado en particular hacia ese ámbito.

-¿Cómo explica que hoy, a 30 años de la desaparición de Quiroga Santa Cruz, aún no se haya podido dar con el paradero de sus restos? Temo ser pedestre y obvio al respecto. No se han buscado sus restos, salvo como método de autoexculpación. Una orden de cualquier Presidente constitucional bastaría para sanarlo. La dignidad Algunos individuos cambian siempre, son de una so- es más que una palabra, todavía la pieza siempre, y siempre son lo que son. Me parece no la pronunciamos.

-Circunscribiéndonos a su obra escrita, ¿es posible hablar de un Quiroga Santa Cruz periodista, de otro ensayista, de otro narrador o es que todos constituyen a un solo autor? He tomado en cuenta —como modelo inalcanzable por supuesto, para comenzar porque Boswell frecuentó a Johnson que la vida y la obra de Marcelo Quiroga Santa Cruz -¿Qué ha significado, para usdurante veinte años y las diferencias no ted, la vida y obra de Marcelo terminarían— la obra inglesa de James cumplen con aquella descripción. Quiroga Santa Cruz? Boswell sobre la vida del escritor Samuel Johnson. Allí se escribe con enorme belleza la idea dimensiones ética y anecdótica propias del género Qué significa más bien o, si Ud. prefiere, sigue de que algunos individuos cambian siempre, son biográfico y llevarlas más allá del límite de dicho orientando hacia la realidad desnuda a quien esde una sola pieza siempre, y siempre son lo que género, los fragmentos que se reúne no podrían es- cucha esa “respiración” que se percibe de la relason. Me parece que la vida y obra de Marcelo Qui- tar presentes con un sentido ni siquiera en las ción entre vida y obra. roga Santa Cruz cumplen con aquella descripción. obras completas del biografiado. Este puede ser un El autor estímulo para su lectura, pues algunos de esos -A Quiroga Santa Cruz se lo recuerda también fragmentos me han estimulado al tipo de unidad Hugo Rodas Morales estudió Ciencias Políticas por sus dotes de orador. ¿Podría decirse que esa que menciono. Por ejemplo, éste que retrata la po- (UMSA), realizó un diplomado en Estudios Andielocuencia tiene un correlato en su obra escrita? esía (el verbo, en un sentido casi bíblico de crea- nos (FLASCO) y en Economía (SUA-UNAM), Me parece que ningún individuo nace propen- ción) de dicha vida y obra, de un borrador supri- postgraduado en Estudios Latinoamericanos (CEso a una buena oratoria, es decir, a comunicar ver- mido por el biografiado: “Mi poesía es carne sin LA-UNAM). Participó en varias publicaciones, entre ellas: El pensamiento de Sergio Almaraz, CISObalmente de manera destacada alguna idea. El re- palabras”. UMSS, Cochabamba; Para que no se olvide la cuerdo de un buen orador suele significar el olvido -Una faceta no muy conocida de Quiroga Santa dictadura de Luis García Meza, La Paz, ASOdel esfuerzo vital que exige la tarea de comunicar con claridad y fluidez y de lo que no cabe duda es Cruz es la cinematográfica, que, entre otras cosas, FAMD, 1997; Entre la memoria y la justicia. Expede la artificialidad del lenguaje. La elocuencia no se manifestó en la creación de una revista de cine o riencias latinoamericanas sobre Guerra Sucia y dees un hecho natural, sino una búsqueda esforzada. en la realización del cortometraje El combate. fensa de Derechos Humanos, Rubén Ruiz (coord.), ¿Qué nos puede comentar de la pasión por el cine México, UNAM, 2005; René Zavaleta Mercado. -Hace poco tiempo Los deshabitados fue elegi- de Quiroga Santa Cruz? ¿Tiene relación con las Ensayos, testimonios y re-visiones, Norma de los da como una de las 15 novelas fundamentales de la otras pasiones que cultivó (la literatura, la política, Ríos et al. (coords.), Buenos Aires, Miño y Dávila, literatura boliviana. ¿Cómo explica la vigencia his- la cocina)? 2006; entre otras. Plural editó su libro Huanchaca. tórica y el reconocimiento académico que esta El término “pasión” induce (nuevamente) a Modelo político-empresarial de la cocaína en Boliobra alcanzado? imaginar la facilidad natural en la labor de crea- via (1997) y ahora Marcelo Quiroga Santa Cruz SoSe pueden pensar varias alternativas; en este ción artística. El cine parece haber sido advertido cialismo vivido (2010). momento se me ocurre la de atender con curiosi- por Marcelo Quiroga Santa Cruz (nosotros lo sacami_712@hotmail.com dad a lo que sucede un poco o mucho más allá del bemos en esta época de globalismo capitalista) cosanti.espinoza@gmail.com ambiente estrictamente local. Los deshabitados no mo una de las maneras más rápidas y directas para

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Gallo negro/gallo blanco Cuando vemos el nombre de Marcelo Quiroga Santa Cruz, inscrito en una pantalla e introduciéndonos a un film realizado por él, nos esperamos una especie de manifiesto político y tratamos de entender lo que vemos bajo esos términos. Gallo negro/gallo blanco se enfrentan; en la primera batalla gana el negro y en la segunda -en la imaginación del niño- sale victorioso el otro. Fácil sería hacer las respectivas oposiciones, clásicas, culturalmente aceptables, dar al color blanco valores positivos y al color negro valores negativos y re-

lacionar esto, de alguna manera, con una temática política coyuntural, sobre todo si hacemos una interpretación algo exagerada del papel del niño en la historia. El eje narrativo es mínimo y la obra de Quiroga se acerca mucho al registro documental, o mejor dicho, a un hijo muy pocas veces reconocido de éste: el contemporáneo videoarte. Sin embargo, en el mismo film no hay guiños un poco más explícitos que nos lleven a este tipo de conclusiones y, por tanto, preferimos una interpretación un poco menos sistemática y mucho más cercana a la descripción. Para esto, empecemos relatando cuál fue el germen que impulsó a hacer la película. El germen de El Combate Cuenta Arnal (que cooperó ampliamente en la realización del film) que, en esas épocas, él y Marcelo Quiroga Santa Cruz frecuentaban el club Asil, un reñidero de gallos en la zona de San Pedro. Ahí, peleaba un gallo blanco invencible, el campeón de todo el lugar. Un día cuando caía la tarde, cuando parecía que todo había acabado, llega un hombre que llevaba bajo su brazo, envuelto en papel periódico, un gallo negro destartalado al cual quería hacer pelear para ganarse algún dinero. Por su (mala) suerte, le toca contra el campeón. El dueño del gallo blanco acepta el reto y de esa manera se acomoda el espacio. Una extraña atmósfera se apodera

del lugar y sucede lo impredecible: el gallo negro gana en el primer round dejando fuera de competencia al contrincante. Arnal recuerda al oponente poéticamente, como “un enviado de la muerte”. En la segunda parte de El Combate, la segunda pelea en la imaginación del ñiño, el gallo blanco logra ganar la contienda. Es, a partir de este acto fortuito –de este hecho que sale de lo común en el club Asil–, que Arnal y Quiroga filman El combate. La edición de la filmación dio forma al acontecimiento, construyendo elementos ficcionales, como la aparición del niño que ayuda a redondear la idea y, sobre todo, otorgarle un sentido a tal acontecimiento: el sentido de “la muerte y la luz”. Por supuesto, se podría argumentar que el tema escogido por Arnal y Quiroga vuelve, de alguna forma, a proponer las oposiciones que criticábamos anteriormente: el negro representaría a la muerte y el blanco, a la luz, blanco/negro, positivo/negativo. Pero la polisemia de estos dos colores dan para un número infinito de interpretaciones, las cuales terminan siendo excluyentes entre sí. Además, este tipo de análisis no nos llevaría a nada. Filmar lo cotidiano Si hay un verdadero acto político en el film de Quiroga Santa Cruz, éste está justamente en el hecho de filmar el acontecimiento y darle, de esta manera, una cierta

sistematicidad, comprenderlo, cargarlo de sentimiento y lanzarlo a un público. Lo político, entendido esto etimológicamente como la “cosa pública”, tiene también que ver con las representaciones cotidianas que hacemos en la vida, es decir, con la forma en que miramos las cosas mínimas. Filmar el acontecimiento cotidiano significa plasmar una subjetividad e interpretar el mundo de cierta forma. Para Eiseistein, por ejemplo, la realidad no tiene ningún interés fuera del sentido que se da de ella. Bazin, en cambio, plantea que la realidad es rica porque es ambigua. Si bien las dos concepciones son diametralmente opuestas, creemos que logran describir a la perfección una película como El combate. Hay algo del registro documental “realista” que gustaría a Bazin, haciendo ambigua la obra, reticente a una interpretación completa: hay algo que se escapa. Sin embargo, al mismo tiempo, el hecho de filmar un acontecimiento tan mínimo, de dar un nombre al gallo negro que destrona al campeón, es otorgarle un sentido a una realidad. Ambigüedad/sentido concreto pueden estar juntos en el film sólo a partir de un elemento: la subjetividad, tanto del espectador como del realizador. Hacemos del registro documental una ficción, pero sin olvidar el poder de las imágenes per se, el ritmo que imprimen los gallos en el momento de agredirse, los rostros, el niño, el animal tirado, muerto. Hay un rasgo personal de Arnal en la película: su abuelo criaba gallos en Oruro y él en su adolescencia también lo hizo. También es importante destacar que, contextualizando históricamente la situación, en el año 1959 el pintor trabaja insistentemente en la representación de estas aves. Por otra parte, Quiroga construye una relación especial con la situación, desde su individualidad. La pelea de gallos, casi como tópico, podrá ser leído muchos años después en la novela Otra vez marzo, donde Quiroga le dedica algunas páginas y plantea al enfrentamiento entre el uno y el otro, con lo que la asignación de un significado excede la intención primera del autor. Algo que escapa al solo recuento histórico, o al relato de los logros, tristezas y finalmente la trágica muerte de Marcelo, sobrevive en El combate: su subjetividad, su mirada más allá de lo estrictamente político. El cine hace presente una ausencia y también nos hace presentes las subjetividades ausentes y es, a partir del aparato fílmico y desde El combate, que comprendemos lo terrible de la frase “Marcelo Quiroga Santa Cruz ha desaparecido”. www.cinemascine.net


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ramona cochabamba, 18 de julio de 2010

La desconocida, de Tornatore, está en cartelera del Cine Center

Sangre, sudor y lágrimas

LUIS BRUN rena es una de las tres mujeres que desfilan semidesnudas en un sombrío galpón. Aunque llevan puestas máscaras, se puede percibir una cierta tensión e inestabilidad en sus cuerpos, “recorridos” por la mirada lasciva de unos personajes siniestros, también cubiertos, detrás de un muro. A continuación, un rápido y brutal Dolly nos muestra el rostro de Irena, con las emociones en pulsación constante y, a la vez, en la más absoluta oscuridad. La desconocida (2006), película de Giuseppe Tornatore, nos cuenta la historia de una mujer cuya vida es signada por una bruma de fatalidad, que va sumando densidad con los años, desvaneciéndola como persona, hasta convertirla en un misterio. Desde los primeros minutos , Tornatore propone la atmosfera, tono y ritmo de la película, desarrollándola de esa manera, rigurosamente, hasta la escena final. La trama central se desarrolla en una Italia actual, donde Irena, una migrante ucraniana, está obsesionada en conseguir trabajo en la casa de los esposos Adacher, como empleada doméstica y niñera de Tea (Clara Dossena), una niña con problemas neurológicos. Cada uno de los actos en pos de ese deseo está estudiado con anterioridad, y cualquier medio es posible con tal de cumplirlo. La trama, que se alterna de manera secundaria a los hechos actuales, está compuesta por una serie de flashbacks en una Italia anterior, donde Georgia, una migrante ucraniana que se prostituye es ultrajada y violada de las formas más perversas. En medio de su dolor, conoce a un obrero italiano del cual se enamora. Ambas historias nos hablan de la misma mujer. Para poder recorrer los puntos que Tornatore ha usado para entretejer cada cuadro de una manera sólida y, por lo mismo, contundente, creo necesario hablar de tres elementos narrativo/cinematográficos que han sido fundamentales para dar vida a La desconocida : el score fílmico compuesto por Ennio Morricone, el montaje de Massimo Quaglia y el uso simbólico que se le da al cuerpo. El score o música incidental, compuesta por el maestro Morricone, no es un elemento complementario cuyo comentario merezca unas cuentas líneas como otras películas. Esta música es fundamental

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para conectar escenas, arrancar y terminar secuencias y jugar con el suspenso, oleadas constantes de pequeños clímax narrativos, cortados abruptamente, desconcertantes al principio. El score acompaña casi todas la escenas, usando algunos pocos silencios, que se vuelven más poderosos por su escasez, para luego retomar el laberíntico armado de acordes que hacen una narración musical en sí misma, algo ciertamente llamativo hoy, cuando, especialmente en la películas independientes, se ha empezado a descreer del uso protagónico de la música incidental. Al principio, como alguna vez me pasó con La hora s de Stephen Daldry, empecé a digerir las escenas dudando del excesivo uso de planos musicales, barrocamente montados, que pueden interpretarse como redundantes, pero, una vez que todo se conecta armónicamente, especialmente con el montaje (al igual que Las horas), no se puede concebir la película sin música. El montaje es, posiblemente, unos de los mejores recursos de la película. Resulta casi perfecto en su ejecución narrativa. A través de las formas y los movimientos se van entretejiendo el pasado y presente de Irena, en una pesadilla que ella vive con los ojos abiertos, o especialmente, cuando los abre. Junto con la puesta en escena y fotografía impecable, se intenta evocar al pasado que se va reproduciendo en el presente, como un karma: Tea amarrada, cayendo una y otra vez al suelo, angustiada en su intento por levantarse y defenderse, junto a escenas de Irena en el pasado, atada, cayendo al piso, desfalleciente luego de ser torturada y violada, o la tierra que sus manos cansadas van arañando, primero para encontrar el cuerpo de su amante y, luego, para cavar la tumba de su verdugo. Por último, el uso simbólico del cuerpo es funda-

mental en esta película, que es, literalmente, sangre, sudor y lágrimas. El trabajo que realiza Kseniya Rapapport es destacado, un registro histriónico realmente impresionante: su rostro es uno de los principales elementos simbólicos, es el misterio y la respuesta. Es el cuerpo de Irena objeto de los deseos más grotescos de Muffa, su proxeneta, y es a través del cuerpo de ella que se consuma el destino fatal. Sus laceraciones contantes comienzan a ser una metáfora de la apropiación, muerte y abandono de un espacio, la vejación del ser femenino, así como las heridas de Tea en su rostro infantil nos transmiten el desamparo, la soledad y, luego, una ambigua fortaleza. Es evidente la relación del síndrome neurológico de la niña con la vida de Irena,; el carecer de reflejos que activen el instinto de poner los brazos al momento de caer nos revela a través de los hematomas y heridas, la fatiga y dolor más grandes, más profundos e inmateriales. La desconocida también se puede considerar un film de denuncia, que lo es en todo sentido, pero creo que, acertadamente, basa su contundencia y genialidad en narrar la intimidad de un ser, sus cambios, amores, muertes y amarguras, dejando un poco de lado el mensaje moralizante o el inventario social que recuente lo daños. El mensaje se hace, al contrario, más denso y complejo, más descarnado, forzando al espectador a entender el alma de Irena a través de sus ojos, o descifrar sus pensamientos a través de frases oscuras. “Cuando alguien te golpee y no sepas quién es, échale la culpa al primero que veas, pero no a ti misma”, así va cerrando Tornatore el dolor de sus personajes, dejándonos un sabor de amargura, angustia y melancolía, resumidos, como no podía ser de otra manera, en la toma final del rostro de la desconocida. luis.axolotl@gmail.com

Sobre Precious de Lee Daniels, actualmente en cartelera en el Cine Center

La preciada condición humana

ANDRÉS LAGUNA a historia no es nueva, tampoco es rara o tristemente extraordinaria. Todos los días escuchamos o, en el peor de los casos, vivimos historias como la que se narra en Precious: Based on the Novel Push by Sapphire, la notable película del talentoso Lee Daniels. Es una historia que sucede en un mundo que es demasiado hostil, demasiado violento. Lo reconfortante es que el ser humano todavía puede irradiar luz, que puede sobreponerse, que puede imponerse con fuerza a las dificultades, que puede sobrevivir. Precious (Gabourey “Gabby” Sidibe) es una adolescente afroamericana de dieciséis años, vive en Harlem, tiene sobrepeso y gravísimos problemas de lectoescritura, es objeto de burla en su escuela, es víctima de graves abusos físicos por parte de su madre y ha sido embarazada dos veces… por su padre. Su vida está llena de sombras. Su única válvula de escape es la imaginación, sueña con ser estrella de cine, modelo o ídolo pop. Sueños superficiales, sueños de adolescente contemporáneo, pero sueños al fin. La vida se encarga de despertarla, de sumergirla en la densa y oscura materia de la que suele estar hecha. Todo cambia cuando es transferida a una escuela alternativa, cuando conoce a Blu Rain (Paula Patton), una profesora que creerá en ella y que la ayudará a encontrar las herramientas que le permitirán construir una vida nueva. A pesar de que Mary (Mo’Nique), su madre, no dejará de atormentarla, de agredirla, hará lo imposible para que Precious siga sufriendo la vida. Sostenida por su profesora, por un grupo de compañeras de la escuela alternativa, por el enfermero John (un Lenny Kravitz que con su correcta inter-

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pretación casi hace olvidar sus flojísimos últimos discos) y por la trabajadora social Ms. Weiss (una Mariah Carey que por una vez hace algo magnífico), Precious levantará a sus hijos, alzará la frente y caminará hacia delante, hermosa, íntegra y fuerte. Narrada rápidamente, resumida en estas pocas líneas, la película podría parecer una más de esas empalagosas “historias reconfortantes” llenas de lugares profundos, que se transmiten por el Hallmark Channel. Nada más alejado, Precious es una de las mejores cintas del año pasado. Basado en la novela Push de la escritora Sapphire, el guión de la cinta, firmado por Geoffrey Fletcher, es extraordinario, ahí radica gran parte de su éxito. Con el material de base, con la historia y los hechos que narra esta cinta, podría haber parecido un capítulo de “Mujeres, casos de la vida real”, pero termina siendo una pieza artística sensible, inteligente y efectiva, que supera los clichés, que con sobradas cualidades narrativas compone una pieza sólida de cine, a pesar de excesivo y poco sutil en algunos pasajes. El otro gran acierto de la cinta está en las interpretaciones. Lee Daniels da una clase de dirección de actores. Se olvida de las cualidades más características de sus intérpretes y los empuja a lugares que no habían transitado, los lleva al límite, los presiona, saca lo mejor de ellos, hace emerger toda su versatilidad, todo lo que pueden dar. En especial sobresalen las actrices, está es

principalmente una película de mujeres. Mo’Nique (conocida cómica y anfitriona de reality show) en el papel de la madre de la protagonista logra algo dificilísimo, encarnar a un ser despreciable impartiéndole humanidad, no por nada ganó el Oscar a mejor actriz de reparto. Paula Patton en el papel de la profesora Blu Rain, es maravillosa, con una amplio rango actoral, con una emotividad atronadora, se convierte en una tabla de salvación auténtica y vital. Mariah Carey en el papel de Ms. Weiss es una funcionaria pública perfecta, nos hace olvidar por completo su bochornosa experiencia cinematográfica pasada. Finalmente, la debutante Gabourey “Gabby” Sidibe, en el papel protagónico, es lo más fuerte del filme, logra una enorme empatía con el público, sin necesidad de pronunciar muchas palabras, siendo casi inexpresiva. Señores, esta es la muestra de un enorme trabajo de actriz-autora, ella construye al personaje a su medida, se lo apropia, lo hace verosímil, tan humano que termina siendo legendario, inolvidable. Precious es la clase de películas que haciendo un esbozo de lo peor que el ser humano puede llegar a ser, nos muestra lo más hermoso de la condición humana, la capacidad de vencerse a sí mismo, de nunca perder la esperanza, de nunca perder la fe. Precious nos demuestra que la humanidad del ser humano todavía es preciada. andres.laguna@gmail.com

Dulce y amargo RICARDO BAJO H. Si eres de esos que no traga a Tornatore y su Cinema paradiso, dale una chance, pequeñita, y atrévete (cine Center) con La desconocida (La sconosciuta , 2006), un “thriller” duro, un drama agobiante, molestoso, que indigesta, difícil de ver, por la realidad cruda que nos pone enfrente, por su violencia, por su pesimismo sin luz al final del túnel. Lejos, muy lejos de cursilerías y romanticismos que todavía algunos recuerden de la película más famosa de Giuseppe Tornatore. Una película jodida pero buena, aparentemente sencilla, inteligente siempre. La desconocida tiena hechuras de cine clásico, del viejo suspenso que no necesita estridencias. Y también es altamente emotivo, a la par que emocionante. Y de yapa, cine de denuncia, sin moralismos ni paternalismos, como el buen cine político, la situación de miles de mujeres de Europa de Este (en este caso de Ucrania) “ilegales”, víctimas de la explotación sexual, de las redes de tráfico de personas y proxenetismo. Cuando después de algunos años, La desconocida haya sido borrada de tu memoria, quedarán algunas secuencias todavía en el recuerdo: van dos. La protagonista llamada Irena (interpretada por un actriz rusa genial, Xenia Rappoport), maltrata con violencia desmedida a la hija que cuida (interpretada en un duelo con imán por Clara Docena), para que ésta aprenda a caer y a defender en la escuela. Y otra, minutos después, cuando la propia Irena se da el pequeño lujo de sonreir en la película al observar como la niña, aprendida la lección, pega a una de sus compañeras en un parque. Música siempre oportuna y en su sitio de un grande del cine mundial, Ennio Morricone, “flahsback” contínuos, toques de Hitchcock (con guiños a Vértigo y sus espirales), final abierto a la vez triste, a la vez esperanzador y alegre, contradictorio, dulce amargo, fiel reflejo de las perversiones y el lado más oscuro del ser humano, espejo de lucha por la supervivencia a pesar de los pesares. Cine de miradas, de silencios, de enigmas, de atmosferas, de objetos (de tijeras y zapatos, muy fetichista). Con una gran dirección de actores, donde destaca el malo malote, “Muffa”, el mafioso ucraniano, monstruo con guiños a los mafiosos de Corleone, interpretado por Michele Placido. Tornatore ha vuelto (para los que no creyeron en él últimamente) por la puerta grande, llevándose todos los premios de cine en su país, cautivando al público italiano y europeo. Película que más allá de lo dicho y de su riqueza de aristas, habla sobre las madres, sobre el sentimiento de maternidad, sobre parir nueve hijos y tener que “mendigar” su cuidado, sobre la esperanza de verlos crecer, como única salida a una vida de infierno. jericoara@yahoo.com


ramona cochabamba, 18 de julio de 2010

Sobre la película de Tomás Bascopé, ahora en el Cine Café 35 mm

El ascensor, la “primera” comedia del cine boliviano

El filme de Tomás Bascopé se repone en Cochabamba, en el Cine Café 35 mm (calle Tte. Arévalo No. 154, entre Ballivián y Baptista, lado del Banco Bisa). La primera función será el miércoles a las 19.15 horas; la película estará en proyección hasta el 31 de julio. La entrada tiene un costo de Bs 15 e incluye un capuchino. La RAMONA se une a la difusión de la bien lograda y altamente recomendada cinta, publicando una crítica de su pasado estreno. SERGIO DE LA ZERDA ucho nos hemos quejado acá quienes pensamos que el cine nacional no ha tenido nunca una comedia con todas las de la ley. Mi Socio (Paolo Agazzi, 1982) nos parecía un entrañable retrato de la Bolivia de la época, más que un divertimento cualquiera. Cuestión de fe y El corazón de Jesús (Marcos Loayza, 1995 y 2003) se nos hacían hondos y muy logrados dramas humanos, antes que auténticos motivos para la risa constante. Y, si bien películas como ¿Quién mató a la llamita blanca? (Rodrigo Bellott, 2006) y Sena Quina (Agazzi, 2005) nos arrancaron varias y sonoras carcajadas, al menos más que Día de Boda e Historias de singani, vino y alcoba (Rodrigo Ayala Bluske, 2008 y 2009), además de infinidad de producciones menores (en rigor tistes por su mala factura); estábamos convencidos de que los bolivianos no sabíamos reírnos de nosotros mismos. Al menos no en el cine. Algo les faltaba o sobraba a tales filmes para decirse “comedias” con todo lo que ello implica. Se hacía o mucho hincapié en el anticlímax que precede al gag o, por el contrario, se abusaba del humor fácil y escatológico, en unos casos menos paupérrimamente que en otros. Eso cuando la caricatura simplona de los personajes impedía de plano cualquier sorpresa cómica, o cuando las pretensiones sociológicas de las propuestas rebasaban sus razón de ser. Pues bien señores, la sequía de risas continuas, de humor audaz, elaborado y con identidad, terminó el 2009 con El ascensor, ópera prima del director Tomás Bascopé Pacheco (28 años y egresado de Comunicación de la universidad pública de Santa Cruz). Una

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escasa campaña publicitara ha determinado que, al menos en Cochabamba, la difusión de la cinta haya sido mínima. Pocos se enteraron de la historia a la que casi todos los mortales tememos cuando abordamos un elevador: quedarnos encerrados en él. Los cautivos de este relato son tres: Héctor (Pablo Fernández), Carlos (Jorge Arturo Lora) y Jhonny (Alejandro Molina). El primero es un exitoso empresario que sufre un secuestro por parte de los otros dos, un ex-empleado en busca de venganza y un ladronzuelo contratado para la ocasión, ambos tras un botín de 100 mil dólares que el acaudalado ejecutivo guarda en una oficina de su edificio. La trama transcurre en la cálida capital cruceña, donde justo en el momento del atraco se inician las bacanales y largas fiestas carnavaleras, motivo por el cual los personajes están obligados a convivir durante tres días en su pequeña prisión de metal, a la que entran sin tomar en cuenta un perdido letrero de “Descompuesto”. En el reducido espacio, provistos apenas de dos refrescos, papas fritas y una botella de whisky, los personajes interactúan en duros juegos de poder. Sus abruptas relaciones son inducidas por desperfectos del artefacto-cárcel, en el que transcurre casi el 90 por ciento del filme, de 100 minutos de duración. El despotismo prepotente del empresario, la supuesta ingenuidad y

Danza Caporales de diversas fraternidades bailan hoy, de 12.00 a 12.30 del medio día, en el Paseo de El Prado, como parte de un acontecimiento de reivindicación del origen boliviano de la danza, organizado en 18 países por la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore. Exposición Del 15 al 29 de julio, en la galería “Christian Valbert” de la Alianza Francesa (C. La Paz casi Crisóstomo Carrillo) se presenta la exposición fotográfica “París”, de Daniel Mariscal Flores. La muestra está constituida por 21 piezas que pretenden reflejar la vida cotidiana y el paisaje urbano de la “Ciudad Luz”. Estará abierta de 9 a 12.30 y de 15 a 19 horas.

actitud timorata del exfuncionario y la violenta irreverencia del delincuente son las claves de un humor a veces ácido, otras explosivo y siempre efectivo. Acá es donde El ascensor se gana sus primeros y fundamentales puntos, lo hace a partir de un guión inteligente, muy original, al que la notoria improvisación de los actores refuerza con una naturalidad carente de excesivos localismos. Pero el humor es nada más un detonante para que el director lleve también la atención a los miedos y sitios oscuros de tres clases sociales, que en este caso, lejos de referentes muy nacionales a las que nos tenían acostumbrados otras producciones, son desnudadas de la manera más humana y universal posible, y sin querer con ello -otra notable diferencia- encontrar lugares comunes de convivencia pacífica o mensajes de unidad. El tercer punto alto son las actuaciones de los protagonistas, especialmente la de Pablo Fernández (ya destacado en La llamita ) y la de Alejandro Molina, un actor de teatro que con esta película se muestra como una verdadera revelación en la gran pantalla. Si bien la película tiene altibajos (algo que nos recuerda a experiencias fallidas es el estereotipado guardia de seguridad, o escenas que podrían haberse suprimido), son más los aciertos igualmente visibles en una arriesgada propuesta de efectos especiales y una cuidada fotografía. El ascensor (rodada en digital con 90 mil dólares) es, por su calidad, la segunda mejor sorpresa del cine boliviano del año pasado, luego de la aclamada Zona Sur de Juan Carlos Valdivia. mirandoelhumo@yahoo.com

Video La actividad de proyección y conferencias “Pink Floyd: Videografía”, se lleva a cabo, del 13 de julio al 31 de agosto, en el mARTadero (Ex – Matadero Municipal), a donde la entrada es libre. El martes 20, a las 19.00 horas, el ciclo continúa con “Anthology of Pink Floyd” y una charla de Ernesto Guevara. Video El Instituto Cultural Boliviano Alemán y Los Hermanos Caradura continúan “The Blues”, ciclo de documentales sobre la historia de este género musical, que se realiza cada jueves. Este 22 de julio, a las 19.30 horas, se proyectará “The soul of a man” de Win Wenders, en el ICBA (calle Lanza No. 727, entre La Paz y Chuquisaca), a donde la entrada tiene un costo de Bs 5. Exposición La exposiciones de cómic “El emigrante” y “20 años de la historieta boliviana” continúan en el Centro Simón I. Patiño (Av. Potosí No. 1450), donde permanecerán hasta el 25 de julio. Con diversas actividades des-

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The A-Team, en cartelera del Center

Unos vanidosos magníficos SANTIAGO ESPINOZA A. on la versión cinematográfica de Los Ma gníficos (The A-Team), el director John Carnahan ha echado por tierra el encanto que la serie televisiva supo conservar durante más de dos décadas en el imaginario de millones de seguidores. El guión firmado por el propio Carnahan, Brian Bloom y Skip Woods intenta, sin éxito alguno, reescribir el origen de la saga de los cuatro Rangers que (mal)viven de operaciones militares clandestinas (y a pedido del cliente), luego de que el Ejército gringo les diera de baja por un crimen de guerra que no cometieron. Esta inmersión en el pasado del “Equipo A” es a tal punto desafortunada, que no sólo decepciona al más radical de los fanáticos de la serie de televisión ochentera, sino que carece incluso de la dosis de ingenio necesaria para capturar la atención de los imberbes “tragapipocas” que hoy llenan las salas de cine. La trama arranca narrando las circunstancias que unieron a los cuatro integrantes del equipo para luego saltar unos años adelante, a la operación en la que les tienden una trampa a fin de precipitar su expulsión del Ejército. A partir de entonces, lo que mueve a Los Magníficos es la recuperación del honor perdido. En el afán por limpiar sus nombres, se enfrascan en una operación gratuitamente enredada (aunque, a la postre, muy predecible), en la que procuran dar con quienes les tendieron la trampa y destapar la verdad del crimen de guerra. Es, entonces, que la película naufraga insalvablemente. No importa tanto que los soldados no hayan peleado en Vietnam, sino en Irak. Tampoco importa que, en lugar de bombas caseras y aparatosos radios militares, echen mano de armas y aparatos de comunicación de última generación. Lo que importa, y, a la larga, acaba con el encanto de Los Magníficos, es que la razón de sus tropelías se desvirtúa. Porque si algo cautivaba de la serie televisiva, era que las aventuras de los cuatro soldados obedecían a actos de solidaridad con los más desfavorecidos, con esos a los que precisamente prestaban “ayuda” Hannibal Smith y compañía. Y no era un militarismo filantrópico ni nada parecido, sino un gesto coherente con sus propios códigos marciales, que les permitía seguir sobreviviendo de sus operaciones clandestinas, pero sin renunciar al bienestar colectivo, a la justicia con los más débiles y a la nobleza que alcanzaban desde la ilegalidad de sus acciones. En cambio, en la película todo está en función de un deseo más egoísta y vanidoso: la recuperación del honor de los cuatro militares prófugos. Este desacierto es tan garrafal, que opaca los contados aciertos del filme y exacerba sus incontables problemas. Sólo por mencionar uno: la ausencia de química entre los cuatro actores que encarnan a los protagonistas. Así pues, los que quieran (re)descubrir el encanto, la nobleza y la química de Los Magníficos, tendrán que buscar en la “caja boba”.

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santi.espinoza@gmail.com de las 9 horas de la mañana, en el mismo espacio hoy concluye la Semana del Cómic. Informers al teléfono 4489666. Cine En los ciclos “Lunes de Película”, mañana se proyectará la película “Dawson, Isla 10”, de Miguel Littin. La función se inicia a las 19.00 horas en la calle Baptista No. 110, casi Heroínas. Concierto El dúo de flauta y guitarra Stacatto realizará un concierto a beneficio de la academia Man Césped, el sábado 24 de julio a las 19.30 horas, en el espacio mARTadero (Ex- Matadero Municipal), a donde la entrada tendrá un costo de Bs 15 y Bs 10 (estudiantes). Exposición La muestra de arquitectura y medio ambiente “Sobek”, se realiza, hasta el 29 de julio, en el espacio mARTadero (Ex- Matadero Municipal), a donde el ingreso es libre. Informes al teléfono 4122323.


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ramona cochabamba, 18 de julio de 2010

Se viene la Feria de Origami en el CBA

El origami, arte y ciencia en una hoja de papel *GUSTAVO MIRANDA M. uién no se ha atrevido, al tener un papelillo a mano, a doblarlo, distraídamente, y saludar ensayando su mejor perspectiva? Sin duda, este ejercicio, conciente o no, esconde en cada pliegue un enorme beneficio físico y psicológico que encontrará, del mismo modo (consiente o no), un tiempo para consumarse y trascender más allá de lo personal, hacia el acervo de la cultura universal. Quienes habíamos estado plegando papeles aisladamente, al encontrarnos, reconocernos y compatibilizar expectativas, nos hemos propuesto unir voluntades y capacidades para difundir, facilitar y dignificar esta noble actividad milenaria. El origami no es sólo una manualidad, ni siquiera solamente un arte, sino ciencia de valor universal sistematizada a tal grado que, como ninguna o quizá poquísimas actividades creativas y recreativas, obliga a sus practicantes a ofertar los diagramas y/o el Plano de Cicatrices del papel o la “Carta de Plegados” (CP), para que puedan ser reconocidos como origamistas. Como viejos duendes, cargados de historias ocultas en cada una de sus arrugas, buscamos eludir “peros”, flojeritas y pretextos, espurios culposos y de ignorancia, propios y ajenos, para más bien encontrar rutas y aliados a cada paso. Intentamos cautivar sólo con el fruto de nuestra actividad que, como semilla cosechada en diversas latitudes, provoca siembras en cada rinconcito donde encontramos amantes del arte y de la ciencia, en fin, de la cultura. Se trabaja sin más herramienta que las manos ni más material que un papel. Recreando la obra de la naturaleza y de las culturas, resolviendo ecuaciones complejas de la bi dimensionalidad 2D, de la tri dimensionalidad 3D, y de insospechadas dimensiones, sin siquiera dominar el alfabeto o los números, pero, resolviendo problemas estéticos, formales, estructurales, tecnológicos de las artes y de la cien-

cerebro, creativo y lógico, porque para plegar el papel, además de trabajar con las manos, se debe observar mentalmente la correspondencia geométrica, matemática de los pliegues, del anterior, del reciente y del próximo. Uno no sólo actúa mecánicamente sino lógicamente, aprehendiendo el método, objetivamente y sin límite de edad ni grado de instrucción. El origami sensibiliza física, emocional y socialmente, desarrollando la capacidad de percepción del entorno cultural y de la naturaleza, descubriendo lo maravilloso. Así diremos como los viejos de las alturas y de los nevados: “¡Escúchate!, ¡Ponte en equilibrio!” (1). Amén de otras latitudes.

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(1) ¡Amuki!, ¡Ja – lla – lla! * Presidente de la Sociedad Boliviana de Origami Wayasamin.

Programa de la primera semana

cia, de la arquitectura y de la ingeniería. De manera empírica, práctica y manual, dejamos volar las manos como diestras aves por los sistemas espaciales, torturados a veces por aprehenderlos con la geometría analítica y descriptiva, que sí, nos llega abstraída, como eco y memoriarte. Entonces, ¿no será siempre mejor trabajar concientemente y echando mano al conocimiento de la tecnología y de las artes? Hacer conciente el inconsciente: aprehender. Por eso, como organización “Wayasamin” (del quechua: ‘placentero vuelo de límpida ave’) nos obligamos a perennizar y a no detener la siembra ni la cosecha. A unir el trabajo manual con el trabajo intelectual, a juntar recursos y defectos y administrarlos sin temores ni prejuicios. Se busca fomentar y fortalecer grupos de origamistas, con diversas expectativas, aliados de profesiones en multidisciplinas, reconociendo el origami como recurso pedagógico interdisciplinario que favorece a la coordinación motora fina y gruesa, y equilibra los dos hemisferios del

-Miércoles 21 de julio Hrs. 19:00: Inauguración de la Feria. Demostración de plegados. -Jueves 22 de Julio Hrs. 9:00 a 21:00: Exposición de obras de origami. Hrs. 19:00: Exhibición del documental “Between the Folds” (“Entre Pliegues”, de Green Fuse Films). -Viernes 23 de junio Hrs. 9:00 a 21:00: Exposición de obras de origami Hrs. 19:00: Demostración de plegados.

Un “distante” reencuentro con Alfredo Bryce Echenique en el Encuentro de Escritores

Sobre el concierto de Savia Nueva

Alfredo, mi amor

La lucidez del artista

MARCELO GUARDIA CRESPO

ADRIANA CAMPERO URCULLO DESDE MÉXICO DF

l concierto de Savia Nueva en Cochabamba, el pasado viernes, fue impactante. Es uno de los grupos más importantes de la música popular boliviana, que tiene alcances internacionales. Su importancia reside en la capacidad de haber captado y recreado la historia de las últimas décadas con la sensibilidad propia de los artistas. Sus canciones reflejan el pensamiento de las personas preocupadas con la sociedad. No todos los artistas y públicos explicitan esos intereses. Ambas posibilidades definen la posición política frente al mundo. Savia Nueva siempre mostró su compromiso. Jaime Junaro no perdió la oportunidad esta vez y, refiriéndose a las piernas, dijo: “La izquierda y la derecha cojean....¿y ahora qué hacemos?”. Es un diagnóstico contundente y estético que supera la retórica de los analistas mediáticos. Confirma que la sensibilidad del artista puede aprehender mejor la subjetividad y objetividad de los fenómenos humanos. Savia Nueva volvió a Cochabamba y recordó a quienes los siguen que el arte es siempre reflejo de la historia. Su madurez orquestal y excepcional armonización de instrumentos y voces revivieron recuerdos que hacían falta en esta ciudad. marcegua1602@hotmail.com

uimos dos amantes que se encontraron a la distancia, después de años de espera, después de cientos de páginas de papel entre nosotros, después de las letras, de los suspensos y los silencios oportunos. Fuimos dos amantes que se encontraron cuando mi madre, en un movimiento que envidiaría cualquier samurai digno de nombrarse, le puso frente a la cara un artículo mío para que lo lea y autografíe mientras paseaba por los pasillos del Palacio de Portales, entre tanta gente importante. Por fin nos encontramos, Bryce, mi amor, por fin nos quisimos, por fin fuimos uno los dos. Y sí, fue un idilio por poder, pero nos reunimos al fin. Porque después de tanta espera, y justo cuando estoy lejos, en mi autoexilio en un campo de concentración olor a yodopovidona, mi amante decide ir a buscarme, el causante de tantas lágrimas y felicidad decide ir por mí, y lo que encuentra es a una suegra decidida a tomarlo como yerno a toda costa, acompañada de una cuñada que documentaría todo en fotografías que me harían lagrimear de

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La Feria del Origami se desarrollará en el Centro Boliviano Americano (C. 25 de Mayo No. 365), del 21 de julio al 5 de agosto. Las actividades incluyen demostraciones, proyecciones de películas y talleres a cargo de la Sociedad Boliviana de Origami Wayasamin. Publicamos el programa de la primera semana. Informes al teléfono 4221288.

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contento en medio de un auditorio vacío con internet gratis, en las madrugadas vacías de este enorme hospital. Y me buscó el Bryce con la mirada, mientras mi madre le contaba uno a uno los amoríos que tuve con él en cada libro. Amoríos terribles, de risas y bronca, de llanto y furia, pero sobre todo de un amor tan, tan cándido como él. Y en su bondad y el desequilibrio que le causaban los coctelitos que tanto le gustan, en una maniobra que merecía la pasión del momento, dobló una rodilla y con el pie de puntitas, apoyó en el muslo el periódico viejo que le ofreció Emma y escribió: “Para Adriana, mi cariño y gratitud”. Nada más.

“Para Adriana, mi cariño y gratitud”. Lo leí una y otra vez, había puesto el mensaje secreto en una clave difícil, en una que no usábamos hace tiempo, pero me lo dijo. Me dijo que me ama, me dijo que me espera, que me extraña, que regrese pronto para acompañarlo en las limeñas tardes de las que tanto me habló, con las que soñamos juntos, las que nos esperan ver llegar, a las que alcanzaremos con Manongo y Julius, en un abril que no va a partir sin mí. Desde ahora, y cada vez que lea su declaración de amor eterno en código, el calor de su mundo me apretará el corazón, las mariposas en la panza se irán volando, y en el lugar de siempre, la misma penumbra, los mismos boleros, la misma florista, vendiendo sus flores y claveles blancos, a la media noche, nos enredaremos entre las palabras, las comas y el frenesí. Y en medio de la conmoción, del cariño y las sensaciones, le juraré, apasionada, que la última vez que lo llore será sentada en una silla a orillas de una piscina, mojando, con la tristeza de su ausencia, la cubierta del cianuro salvador. Alfredo, mi amor. adriana.campero.urcullo@gmail.com


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