En los últimos años se ha hablado mucho de la idea de que el lugar de trabajo puede convertirse en un espacio que reactive a los empleados, hasta el punto de que al abandonarlo tras finalizar la jornada uno se sienta más renovado que al llegar. Es el caso del diseño biofílico, que ha contribuido a la creación de entornos de trabajo que son beneficiosos y reparadores para sus empleados.