Lectio Divina - 4 de octubre

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TOMA Y LEE LECTIO DIVINA

LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS Domingo 04 de octubre del 2020

▪ PREPARAR - PACIFICAR EL CORAZÓN

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra.

Date un espacio adecuado para orar

- INVOCAR AL ESPIRÍTU SANTO Pídele al Espíritu Santo que te dé luz para entender las Escrituras.

▪ LEER

¿QUÉ DICE EL TEXTO? Lee atentamente la lectura: Ponte en contexto, fíjate en los personajes, acciones, sentimientos, etc. Puedes subrayar la frase o palabra que te impacte y detente en ella.

Lectura del santo evangelio según San Mateo 21, 33-43 En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero, vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: «¿No han leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?" Por eso les digo que se les quitará a ustedes el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»

Palabra del Señor R. Glora a ti Señor, Jesús

▪ MEDITAR

¿QUÉ ME DICE EL TEXTO? Deja que la Palabra resuene en tu vida, medítala y confróntola con tu vida.

El evangelio nos habla de conversión, es continuación del texto del domingo anterior y, por tanto, se está dirigiendo a los ancianos y jefe de sacerdotes que se han “apoderado” de la viña, imagen del pueblo de Dios. Sin ser ellos los dueños, y aún más sabiendo que no lo son, se han apoderado de ella sin hacerla fructificar, y lo que es peor, a cualquiera que se ha acercado a ellos para pedirles fruto y por tanto, rendición de cuentas, los han golpeado y matado. Esta reacción violenta se manifestó aún más denigrante con el hijo, a quien “sacaron fuera de la ciudad”, para igualmente matarlo. A todos se nos ha confiado una parte de la viña del Señor: familia, amigos, mi comunidad, mi país, el mundo. ¿cómo la estamos cuidando? ¿cómo respondemos a los enviados que nos piden los frutos debidos? Fr. Alex Lam O.S.A.


▪ COMENTA SAN AGUSTÍN ¡En este momento se da la vendimia material. Sin embargo, hay también una vendimia espiritual, en la cual Dios se alegra mucho por los frutos de su propia viña. En efecto, nosotros “cultivamos” a Dios, pero Dios nos cultiva. No “cultivamos” a Dios de tal modo que lo hacemos mejor al “cultivarlo”, sino que Lo “cultivamos” adorándolo, no arándolo. En cambio, Él nos cultiva como el agricultor cultiva el campo. Por el hecho de que Él nos cultiva, nos hace mejores, pues también el agricultor mejora el campo cultivado; y busca en nosotros el fruto para que nosotros Lo cultivemos a Él. Su obra de cultivador nuestro consiste en el hecho de que no cesa de extirpar con su Palabra las semillas del mal, de abrir nuestro corazón con el arado de la palabra, de plantar ahí las semillas de los preceptos y de esperar el fruto de la vida de fe. Recibamos esta acción de Dios en nuestros corazones que nos cultiva para que le demos el culto justo, y así no seremos ingratos con nuestro agricultor, sino que le ofreceremos el fruto que Lo hará feliz. Nuestro fruto no Lo hará más rico, sino que nos hará más felices. [...] Se plantó la viña, es decir, la ley dada en los corazones de los judíos. Fueron enviados los profetas a buscar el fruto, es decir, la rectitud de vida. Recibieron afrentas y hasta la muerte. También fue enviado Cristo, el Hijo único del padre de familia; y no solo dieron muerte al heredero, sino que también, por ello, perdieron la herencia. Su perversa acción les produjo el efecto contrario. Para poseerla le dieron muerte, y por haberle dado muerte la perdieron. (Sermón 87, 1, 1.2, 3).

▪ PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL ▪ ¿Qué le dice el texto del evangelio a tu vida? ▪ ¿Qué testimonio como miembro de la Iglesia, “de la viña del Señor”, estoy dando a los demás? ▪ ¿Cuáles son esos frutos que le entregaría a Jesús si viniera a pedirmelo?

▪ ORAR

La casa de mi alma

¿QUÉ LE RESPONDO A DIOS? Orar respondiéndole a Dios después de escucharlo. Puede ser una oración de alabanza, perdón, acción de gracias, petición o de adoración.

La casa de mi alma es demasiado pequeña para acogerte, Señor. Hazla más grande. La casa de mi alma amenaza ruina. Restáurala, Señor. Lo sé, reconozco que da pena verla. ¡Está tan destartalada! ¿Quién será capaz de arreglarla? Ciertamente, yo no. ¡Sólo tú puedes arreglarla y limpiarla! Puesto que así lo creo, por eso me dirijo a ti. ¡Y... tú lo sabes, Señor! (Confesiones 1, 5, 6)

▪ COMPROMISO ¿QUÉ VAS A HACER HOY CON ESTA PALABRA? Decide actuar en concreto según los valores cristianos. Traza una línea de acción a la luz de esta Palabra de Dios. ▪ Rezar y ofrecer esta semana por todas nuestras autoridades eclesiales, por el Papa, los Obispos y los sacerdotes, por su santidad. ▪ Esforzarnos por ser testimonio en la Iglesia doméstica, que es nuestro hogar; hacer algo que nos cuesta cumplir en casa.


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