Padres que dieron pasos prácticos para restaurar la relación con sus hijos, y cómo oraron con poder••.
DOROTHY EATON WATTS
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~ompiera el corazón al ver que su hijo adopta un estilo de vida en pugna con los valores cristianos, en el que predominan las dro gas, la promiscuidad, las bebidas alcohólicas o el tabaco? ¿Ha sentido desánimo al ver que su hijo deja de asistir a la iglesia? ¿Ha experimentado un intenso dolor al enterarse de que su hijo mantiene relaciones homosexuales? ¿Ha llorado al ver que su hijo o su hija, que había sido educado para que amara a Dios, ahora se burla de su fe y de la Palabra de Dios? En este libro, presentamos más de 65 historias de hijos pródigos y de sus padres. Algunos pródigos son personajes históricos conocidos. Y otros son conocidos por pocas personas fuera de sus padres. Cada hijo pródigo tuvo padres que sufrieron a causa de sus acciones impropias; todos tenían padres que oraron sin cesar por ellos. Después de leer acerca de esos padres de hijos descarriados, el lector comprenderá que su dolor no es exclusivo. Que no tiene el monopolio de la angustia paterna o materna. del dolor abrumador ni de la frustración. Otros ya han experimentado la frustración, el desánimo y el dolor por algo similar a lo que usted está atravesando ahora. Dios no los olvidó, a ellos ni a sus hijos; tampoco se olvidará de usted ni de sus hijos.
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DOROTHY EATON WATIS
ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martín 4555. 81604(06 Florida Oeste Buenos Aires, República Argentina
Título del original: When Your Child Tums From God, Review and Herald Publ. Assn., Hagerstown, MD, E.U.A., 1996. Dirección: Pablo M. Claverie Traducción: Sergio Collins Diseño de la tapa y del interior: Ro mina Genski Ilustración de la tapa: Shutterstock IMPRESO EN LAARGENTINA Printed in Argentina Primera edición MMX- 5 ,5M Es propiedad. Copyright de la edición original en inglés© 1996 Review and Herald Publ. Assn. © ~010 Asociación Casa Editora Sudamericana. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.7~3.
Eaton Watts, Dorothy Cuando sus hijos se alejan de Dios 1 Dorothy Eaton Watts 1 Dirigido por Pablo M. Claverie- 13 ed.- Florida, Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010. 140p.; 21Xl4Cm. Traducido por, Sergio Collins
1. Testimonios de fe. l. Pablo M. Claverie, dir. 11. Sergio Collins, trad. III. Título. CDD248.5
Se terminó de imprimir el1o de diciembre de ~010 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B16o4CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.
Dedicado a Esteban. Ester y David, quienes me han dado el increĂble privilegio, la aventura y el gozo de ser su madre.
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No está solo
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Soltemos las amarras
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Cómo comprender los temperamentos
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~esposos
Tomás y Marta, después de haber intentado tener hijos durante siete años, se decidieron por la adopción. Durante la tramitación de los papeles legales, sus amigos les advirtieron: -Ustedes debieran vivir contentos solos. Los hijos adoptados les causarán más aflicciones que lo normal. Abandonen la idea de la adopción, si quieren ahorrarse un montón de diñcultades en el futuro. Tomás y Marta sacudieron la cabeza, incrédulos. ¿Cómo podrían los hijos traer algo que no fuese amor y gozo a los corazones de sus padres? ¿Acaso no planiñcó Dios que debíamos tener hijos? Por cierto que lo único que tienen que hacer los padres es amar a sus hijos, criarlos correctamente y, después de eso, vivir felices. Cuando consideraban los casos de padres con hijos descarriados, comentaban:
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-¡Eso nunca nos sucederá a nosotros! Seremos padres perfectos. Nos irá bien. ¡N o hay nada de qué preocuparse! Varios años después, cuando sus hijos se convirtieron en adolescentes, alguien les dio un lema, que ellos colgaron en la pared de su dormitorio. Decía: "La demencia es hereditaria. ¡La recibimos de nuestros hijos!" Para entonces, Tomás y Marta sabían lo que significaba ver que un hijo se rebele y que efectúe elecciones que afligían sus corazones. -¿En qué me habré equivocado? -se preguntaba Marta-. Si tan solo hubiese sido más estricta, o más vigilante, o más comprensiva o hubiera estado mejor informada ... Debió haber algo que hubiese podido hacer para prevenir todo esto. -Si tan solo no hubiera pasado tanto tiempo ausente de mi hogar -se lamentaba Tomás-. Si solo hubiera dedicado más tiempo a mis hijos. Tomás y Marta comenzaron a discutir y a culparse mutuamente por lo que habrían hecho mal. Después, puesto que se necesitaban tanto mutuamente, se reconciliaron y lloraron ante Dios. Oraron: "Señor, perdónanos por no ser los padres que debiéramos ser. Te rogamos que traigas a nuestros hijos de vuelta a ti antes de que sea demasiado tarde". Marta, sintiéndose culpable por no haber criado hijos perfectos, se sentía al borde de la desesperación. Renunció a los cargos que tenía en la iglesia y dejó de asistir a las reuniones sociales. La idea de que había fracasado en la educación de sus hijos la había convertido en una persona marginada de la sociedad. Los padres de hijos pródigos Marta y Tomás no son los únicos casos que han tenido dincultades en la crianza de sus hijos. Este problema afecta a miles de hogares en los que los padres experimentan la misma esperanza, elevan la misma oración y sienten la misma angustia. En este libro, presentamos más de 65 historias de hijos pródigos y de sus padres. Algunos pródigos son personajes históricos
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bien conocidos: Marco Aurelio, Agustín, Juan Newton, Adoniram Judson y Hudson Taylor. Otros son dirigentes cristianos famosos de este siglo: James C. Dobson, Franklin Graham, Dick Eastman y Glenn Aufderhar. Y otros son conocidos por pocas personas fuera de sus padres. Cada hijo pródigo tuvo padres que sufrieron a causa de sus acciones impropias; todos tenían padres que oraron sin cesar por ellos. Después de leer acerca de esos padres de hijos descarriados, el lector comprenderá que su dolor no es exclusivo. Que no tiene el monopolio de la angustia paterna o materna, del dolor abrumador ni de la frustración. Otros ya han experimentado la frustración, el desánimo y el dolor por algo similar a lo que usted está atravesando ahora. Dios no los olvidó, a ellos ni a sus hijos; tampoco se olvidará de usted ni de sus hijos. Referiremos historias de hijos pródigos que regresaron al hogar, y de otros que no lo hicieron. Compartiremos con el lector lo que otros padres realizaron con el fm de soportar su aflicción, los pasos prácticos que dieron para restaurar sus relaciones con sus hijos, y cómo aprendieron a orar con poder. Estas historias no sólo le darán esperanza, sino además sugerirán medidas concretas que podrá adoptar, acciones que pueden beneficiar su vida y las vidas de sus hijos. Todas las historias referidas son verdaderas. Cuando se usan nombres y apellidos, se mencionan las fuentes de información. Cuando se menciona sólo el primer nombre, las historias también son auténticas, pero se han cambiado el nombre y ciertos detalles para evitar la identificación de los personajes. Este libro es para usted ¿Ha sentido usted como si se le rompiera el corazón al ver que su hijo adopta un estilo de vida en pugna con los valores cristianos, en el que predominan las drogas, la promiscuidad, las bebidas alcohólicas o el tabaco? ¿Ha sentido desánimo al ver que su hijo deja de asistir a la iglesia? ¿Ha experimentado un intenso dolor al enterarse de que su hijo mantiene relaciones
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homosexuales? ¿Ha llorado al ver que su hijo o su hija, que había sido educado para que amara a Dios, ahora se burla de su fe y de la Palabra de Dios? ¿Ha sentido la estocada del temor cuando el teléfono suena en medio de la noche y su hijo no eatá en casa? ¿Espera las reuniones familiares con una mezcla de gozo y de aprensión? ¿Se siente, a veces, como un guerrero con las cicatrices de la batalla, en su búsqueda de paz con respecto a uno de sus hijos mayores? ¿Ha permanecido despierto/a hasta el amanecer, tratando de descubrir qué ha hecho mal como padre o madre? ¿O ha retenido las lágrimas, con dif:u:ultad, al oir a otros padres hablar con encomio acerca de sus hijos que sirven a Dios? No está solo o sola. Este libro es para usted. Este libro es para padres acongojados por las malas elecciones que sus hijos mayores de edad han efectuado. Es para los padres que oran por sus hijos pródigos, que han vagado lejos de Dios y la iglesia.
Un problema común de los padres cristianos -¡Cuántas veces he sufrido angustia por mi fracaso como madre! -se lamenta Pam Caruso-. Aunque hice lo que consideraba que era lo mejor para criar a mis hijos en el conocimiento y en el temor de Dios, cuando llegaron a la mayoría de edad uno por uno eligió vivir su vida lejos de él. Esta desesperación que siento no es únicamente mía; muchas otras madres cristianas, algunas de las cuales son las mujeres más piadosas que conozco, manifiestan el mismo tormento del espíritu.' Puesto que muchos cristianos somos padres de hijos descarriados, entonces ¿por qué tratamos de mantener nuestro propio dolor en secreto? ¿Por qué miramos, sonriendo, a los demás en la iglesia y decidimos que tenemos el monopolio del dolor? Tal vez, tememos compartir nuestras cargas aflictivas porque nos sentimos culpables. Sentimos que hemos fracasado como padres y no deseamos que otros se enteren de que estamos luchando con la vergüenza causada por un hijo descarriado. ¡Pero no estamos solos!
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Recuerdo muy bien cómo me sentí cuando uno de nuestros hijos se rebeló en contra de los valores que habíamos procurado enseñarle con tanto empeño. ¡Nos causaba un enorme dolor! lloré hasta que se me acabaron las lágrimas. Me sentía absolutamente fracasada como madre y como cristiana. Todos los demás causaban la impresión de que lograron el éxito como padres, mientras solamente yo me debatía en el fracaso. Ahora, muchos años después, percibo las cosas en forma distinta: ahora sé que la mayoría de los miembros de mi iglesia también ha pasado por idénticas circunstancias aflictivas. Las razones de los momentos críticos pudieron haber sido diferentes, pero el dolor y la aflicción han sido similares. Nos ha herido la frustración, o lo que temíamos que fuera nuestra falta de capacidad como padres. ¡Nos habíamos esforzado tanto! ¿En qué nos equivocamos? Hoy puedo alabar a Dios por su compañía en aquellos años de crisis, ahora lejanos. Puedo contemplar con placer la obra transformadora realizada por Dios en nuestra familia. ¡Los hijos que nos causaron aflicciones ahora nos proporcionan enorme gozo! Agradecemos a Dios por cada uno de ellos, y por su poder, que obró en sus vidas. Oro porque las historias contenidas en este libro contrihuyan a erradicar toda sensación de aislamiento que el lector pueda experimentar como padre o madre de hijos pródigos. Descubrirá que su caso es uno entre muchos ocurridos a padres cristianos dedicados, leales y amantes. Estas historias conñrmarán lo que usted ya sabía desde hacía mucho, pero por alguna razón lo había olvidado: que Dios nunca se irá de su lado. Él comprende lo que le sucede, porque también sufre coroo padre; está con usted en su aflicción. Pese a esta, hará que su corazón cante de gozo. Pam Caruso escribe, en este mismo sentido: "Aun en medio de mi doloroso clamor a Dios, recuerdo que él comprende. ¡Él pasó por lo mismo! Aunque era perfecto, la tercera parte de sus ángeles eligió rechazarlo como Padre. Aun Adán y Eva tuvieron un hijo
14 que prefirió no seguir a Dios, aunque había estado a las puertas del Jardín del Edén, y conocía la historia de la desobediencia de suspadres. No estoy sugiriendo que yo he sido una madre perfecta. Sin embargo, mi Padre celestial sabe que hice lo mejor que pude, y él me comprende y llora conmigo. Me proporciona ánimo saber que Aquel que dio a su Hijo único y amado está enterado de mi dolor".~ Y no estamos solos Rafael y Margarita Lewis se llenaron de ansiedad cuando Marcos no volvió a su casa a la hora de la cena. Cuando llamaron por teléfono a sus amigos, se enteraron de que se había ido al Estado de Florida en la mañana de ese día, en su motocicleta Honda. Cuando revisaron su dormitorio, en busca de algún indicio revelador, no encontraron nada. ¿Por qué se había ido sin decirles nada? ¿Por qué había abandonado sus estudios universitarios? ¿Se había metido en dincultades? ¿Adónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? Esa noche, Rafael y Margarita permanecieron desvelados mientras escuchaban el silencio nocturno, esperando oír de pronto el tronar de una motocicleta, que señalaría el regreso de su hijo. El zumbido de la moto nunca llegó. Cada día vivían en forma automática para bénencio de sus otros dos hijos, pero la preocupación por Marcos, su hijo pródigo de 19 años, los sumergía en el temor. Nunca les escribía ni los llamaba por teléfono. Un día, los llamó una amiga y les informó que había visto a Marcos en West Palm Beach (Florida) trabajando en un motel. Les dijo que estaba bien, pero le había pedido que no les dijera nada. Transcurrieron meses sin más noticias. La familia fue a visitar a los abuelos que vivían en Florida, como habían planincado. Llevaron regalos para Marcos, suponiendo que iría a pasar la Navidad con sus abuelos. Pero no fue ni llamó por teléfono. Los padres, desesperados, comenzaron a visitar los moteles de la ciudad, donde mostraron la foto de su hijo y preguntaron si alguien lo había visto. No tuvieron éxito. Cuando estaban por renunciar a toda esperanza, vieron su moto Honda. Rafael entró
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al motel a preguntar por él, mientras el resto de la familia permanecía en el automóvil. Volvió solo algunos minutos después. Había conversado brevemente con Marcos, pero el hijo no quiso ir a saludar a su familia. Queria que se fueran. Margarita escribió, posteriormente, acerca de esa experiencia: "Lloraba mi exterior. Pero en mi interior sentía un dolor de una intensidad que no había experimentado antes". 3 Marcos, el hijo pródigo, regresó al hogar con el tiempo, y se restauraron las relaciones con la familia. Como resultado de su dolorosa experiencia, comprendieron mejor las aflicciones de otros padres, estuvieron menos dispuestos a criticar, y más dispuestos a infundir valor y a dar apoyo. Comenzaron a experimentar lo que John White llama "la fraternidad de los padres acongojados"."' Margarita, con el permiso de Marcos, escribió su testimonio en su libro The Hurting Parent [Los padres acongojados]. Algún tiempo después de la publicación de este libro, lamadre de un hijo alcohólico recorría un mercado persa. Se detuvo en una mesa con libros usados y tomó el libro de Margarita Lewis. Comenzó a hojearlo y a leer algunos párrafos. No tardó mucho en convencerse de que ese era un libro que debía comprar. Leyó dos veces el libro, y luego lo prestó a una amiga que atravesaba por la misma situación aflictiva. Cuando su amiga no le devolvió su libro, ella compró otro ejemplar en una librería cristiana y lo leyó por tercera vez. Escribió una nota de aprecio a Margarita, la autora: "Mis problemas distan mucho de estar resueltos. Pero, ahora, ·por lo menos sé que no me volveré loca" .s Esta histoTia expresa el propósito de este libro: animar a los padres de hijos que se han alejado de Dios y de lfi,iglesia; animar al lector; infundirle esperanza; ayudarlo a comprender que no está solo.
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¿Qué puedo hacer ahora? 1. En su libro What Did IDo Wrong? What Can IDo Now? [¿Qué error cometí? ¿Qué puedo hacer ahora?], William y Candace
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Backus bosquejan tres clases de problemas referentes a los hijos mayores de edad: crónicos, críticos ... y criminales. 6 ..
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Trate de pensar en una persona conocida que tenga uno o más de los problemas consignados bajo cada categoría. Escriba su nombre y el nombre de su hijo o hija (si lo sabe) junto a cada problema. Dedique tiempo a pensar en cada padre o madre acongojados, cuyo nombre haya anotado. Pida a Dios que dé ánimo y esperanza a cada uno de ellos. ~. Trate de encontrar otros dos o tres padres afligidos que deseen unirse con usted para formar un grupo de oración en favor de hijos pródigos. Reúna material útil con el fm de compartir con los miem-
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DOROTHY EATON WATTS
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bros del grupo de oración y con los padres por quienes oran. Este material puede incluir pasajes apropiados de la Biblia, historias de padres que rescataron a sus hijos, estudios bíblicos abreviados, temas para comentar en el grupo e ideas para la sesión de oración. Puede obtener material útil de este mismo libro.
Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea las historias de los siguientes padres de la Biblia que sufrieron a causa del comportamiento de sus hijos. Anote los comportamientos problemáticos. ¿Cómo clasif:tcaría los problemas que los padres tuvieron que enfrentar? a. Adán y Eva (Gén. 4). b. Isaac y Rebeca (Gén. ~s:~o-34; ~7; ~8:1-9). c. Jacob y Lea (Gén. 34). d. Elí (¡ Sam. ~; 3; 4). ~- Lea los pasajes que aparecen más abajo. Será más encaz si elige un solo pasaje por día, para su meditación. Lea cada capítulo en diversas versiones de la Biblia, de ser posible. Subraye los textos que hablen directamente a su corazón. ¿Qué le dice cada pasaje acerca de Dios como padre afligido y de su capacidad para comprender el dolor que usted siente? a. Isaías 43. b. Oseas u. c. Isaías 49· d. Jeremías 31. e. Salmo w3. 1.
Referencias ' Pam Caruso, "Él comprende", citado en Rosa Otis, The Listening Heart (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publishing Assn., 1993), p. ~o. 'Ibíd. 3 Marjorie M. Lewis y Gregg Lewis, The Hurting Parent (Grand Rapid1r Zondervan Publishing House, 1988), pp. 19-~8. • John White, Parents inPain (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Preas,1979), p.~· s Lewis, p. 14. 6 WilliamandCandaceBackus, WhatDidiDo Wrong?WhatOmiDoNow?(Minneapolis: Bethany House, 1990), pp. 18-%.
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Wesley se dispuso a ser la mejor madre posible para sus 19 hijos. Desde su nacimiento, comenzaba a entrenarlos de acuerdo con estrictos principios metódicos. Entrenó su voluntad, al enseñarles a llorar suavemente y a obedecer siempre. Nunca les permitía comer entre las comidas regulares, y seguían un plan habitual de alimentación, para realizar el culto y para dormir. Ella impartía clases en una escuela durante seis horas diarias, y además dedicaba una hora por semana a la atención personal de cada alumno, para enseñarles principios bíblicos. Además, de alguna manera se las arreglaba para brindarles un buen eje:rllpló ál dedicar dos horas diarias a sus propias devociones petsortale·s.• "El hogar de Susana Wesley. en Epworth; era un:·hogar cris~ tiano casi perfecto -comenta Edith Deen'-. ·En: la historia hay pocas madres que han poseído la sensibilidad espiritual, la resistencia y la sabiduría de Susana Wesley". a
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Ese hogar ejemplar produjo dos personajes cristianos bien conocidos: John Wesley, fundador del metodismo, y Carlos Wesley, autor de himnos. Otro hijo, Samuel, también fue un ministro. Sin embargo, pocas personas están enteradas de que sus demás hijos le causaron aflicciones. Cuatro de sus hijas tuvieron matrimonios frustrantes: Patty, Kezzy, Sukeyy Emilia. Otra hija, Hetty, se enamoró de un meloso adulador andonado a las faldas. Se escapó de su hogar para juntarse con él. Cuando quedó embarazada, el "don Juan" rehusó casarse con ella. Hetty volvió al hogar en desgracia, y se casó apresuradamente con un plomero local. Susana no solo se sintió traicionada por Hetty, sino también olvidada por Dios. Había hecho todo lo posible por educar a sus hijos con el ñn de que transitaran por el camino correcto. Decía ella: "¿Cómo podía Dios permitir que le sucediera eso a una de mis hijas, cuando me he preocupado tanto de hacer todo correctamente? ¿Qué más pude haber hecho? "3 Mito 1: Los hijos que son enseñados correctamente nunca se rebelan Susana Wesley creía el mito de que los hijos que son enseñados correctamente nunca se rebelan. Basaba su creencia en una interpretación errónea de Proverbios ~~:6. Pero, este pasaje no dice que un hijo nunca pasará por la etapa del "hijo pródigo", en la que se rebelará contra Dios y su familia. Lo que promete es que el hijo nunca podrá olvidar las lecciones aprendidas en su infancia. Una madre misionera, mujer muy espiritual que dedicaba mucha reflexión y oración a la crianza de sus hijos a ñn de que transitaran por el camino correcto, escribió en su diario: "Podemos esperar que Dios nos honre, al no permitir que nuestros hijos se rebelen". Sin embargo, uno de sus hijos eligió vivir alejado de Dios y de la iglesia. ¿Podemos imaginar la congoja de esa madre cuando clamó ante Dios:" ¿Por qué, Dios? ¿Por qué? ¡Hicimos lo mejor posible! ¿Cómo pudiste permitir que sucediera eso, después de lo que prometiste en Proverbios ~~:6?"4
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Pero esta no es una promesa de que un hijo nunca se descarriará. Más bien, "es una declaración, una declaración general, acerca de cómo funcionan habitualmente las relaciones familiares", dice John White. s El libro de Proverbios es una colección de dichos sabios. Al leerlos, descubrimos que hay numerosas declaraciones acerca de los hijos que se rebelan en contra del consejo de sus padres. Según lo explica John White, "los padres son amonestados a criar a sus hijos correctamente. Los hijos son amonestados a responder sabiamente a la corrección de sus padres. Si ambos desempeftan su parte, todo saldrá bien". 6 La realidad es que existen admirables hogares cristianos en los cuales los hijos fueron criados correctamente, pero eligieron rebelarse. En la parábola del hijo perdido, ¿condena Jesús al padre cuyo hijo se fue a una tierra lejana? Si este mito fuera una realidad, convertirla a Dios en un mal padre, porque la tercera parte de los ángeles eligió rebelarse en contra de su amor, de su bondad y del entrenamiento correcto. Dios creó a todos sus hijos con libertad para elegir. Mito~: los padres son responsables por los pecados de 8U8 hijoa
Este mito circulaba en los días de Ezequiel. Había un pró,.. verbio según el cual "los padres comieron las uvas agrias, y loa dientes de los hijos tienen la dentera". · · '· El Seftor, después de interrogar a Ezequiel acerca de este proverbio, puso las cosas en su lugar. Dijo: " 'Vivo yo,'dtce:Jehová el Seftor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mía&; 'como e} tima del padre, así el alma del hijo es mía; el alma qae·peaare, eaa morirá' "(Eze. 18:1-4). Dios continúa diciendo; en·el venteulo ~o: "El alma que pecare, esa morirá; el hijo·no llevar!• el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo¡ la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impio. atd·aobre Q". "De manera que cada uno de nosotma dará a Dioa cuenta de sí" (Rom. 14:1~). En el Juicio, a ningún hijo se permitirá que
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culpe a sus padres por elecciones que él realizó mediante su libre voluntad. Dios ha establecido claramente quién es responsable por las elecciones efectuadas personalmente. Por cierto que Dios pedirá cuentas a los padres. Pero ¿de qué les pedirá cuentas? ¿Cuál es nuestra responsabilidad? Somos responsables por la crianza de nuestros hijos; por el ejemplo que les demos; por amarlos incondicionalmente y por orar por ellos. Pero, no somos responsables por las actitudes de nuestros hijos, por sus sentimientos, sus elecciones ni sus pecados. ¿Fueron los padres de Caín responsables por el asésinato de su hijo? ¿Fue Samuel culpable por los pecados de sus hijos? ¿Culpó Dios a Jacob por el comportamiento de Dina? ¿Fue inculpado el padre del hijo pródigo por los pecados de su hijo? Billy Graham comprendió dónde terminaban sus responsabilidades como padre. Su hijo Franklin, a los ~~ años de edad, fumaba, consumía bebidas alcohólicas y tenía otros comportamientas mundanos; pero el pastorGraham rehusó aceptar responsabilidad por las elecciones de su hijo. En 1974, la familia Graham se encontraba en Lausana, Suiza, para asistir a una conferencia internacional de evangelismo. El día del cumpleaños de su hijo Franklin, Billy y Ruth Graham lo llevaron a almorzar. Después del almuerzo; Billy caminó con su hijo por la ribera del lago. Al cabo de unos momentos de penoso silencio, el padre se volvió hacia Franklin y le dijo: -Tu madre y yo pensamos que en tu vida se desarrolla una lucha. Franklin no contestó nada. Su padre continuó diciendo: -Tendrás que efectuar una decisión: aceptar a Cristo o bien rechazarlo. No podrás seguir manteniéndote en un terreno intermedio. Tendrás que decidir seguirlo y obedecerlo, o bien rechazarlo. Franklin tampoco contestó esta vez. -Quiero que sepas que estamos orgullosos de ti, Franklin -continuó Billy Graham-. Te amamos, no importa lo que hagas en la vida ni a qué lugar vayas. La puerta de nuestro hogar estará siempre abierta y serás siempre bienvenido. Pero tendrás que efectuar una decisión.
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El silencio .fue la única respuesta de Franklin. Pero sabía, en su interior, que únicamente él era responsable por sus pecados y que solo él podía decidir lo que haría con ellos. Algunas semanas después, estaba sentado sobre su cama en el cuarto de un hotel en Roma. Encendió un cigarrillo, tomó una Biblia y leyó Juan 3. Recordó las palabras de su padre: "Franklin, tendrás que efectuar una decisión: aceptar a Crinto o bien rechazarlo". Franklin apagó su cigarrillo, se arrodilló y entregó su vida a Jesús. El hijo pródigo de los esposos Graham regresó al hogar esa noche.7 Mito 3: Los padres tienen que rescatar a sus hijos descaniados Los padres que creen en este mito pagan la ñanza cuando un hijo es detenido por manejar ebrio. Pagan el alquiler del departamento cuando su hijo no lo hace, o lo auxilian cuando no puede pagar las cuotas del automóvil nuevo que compró. Disimulan las faltas de su hijo o hija, con la esperanza de que su benevolencia lo ayude a cambiar de comportamiento. Lee Ezell dice: "De alguna manera, tenemos que dejar de pagar el precio por nuestros hijos mayores de edad [. .. ] . Debemos llegar al punto de permitir que cosechen los amargos resultados de sus propias elecciones equivocadas". 6 ¿Recuerda la historia del hijo pródigo? ¿Salió el padre en pos del hijo, con la intención de pagar sus cuentas, rehusando dejar que padeciera los resultados de sus malas elecciones? No, sino que dejó que las consecuencias impactaran la conciencia de su hijo y lo ayudaran a recuperar el buen juicio. El amor ñrme y sensato rehúsa reemplazar lo que los hijos han destruido, disimular y mentir por ellos, esgrimir excusas por su comportamiento, sacarlo de apuros cuando ·Se meten en diñcultades y pagar sus deudas. El amor ñrme y sensato rehúsa aceptar la culpa por las elecciones que los hijos han «fectuado.· Billy y Ruth Graham tenían amor ñrme .y ..sensato por Franklin, su hijo rebelde. Cuando se metió en problemas con la ley, sus padres dejaron que él mismo hiciera frente a las consecuencias. Cierto día, Franklin pasó a exceso. de velocidad frente a un patrullero estacionado a la orilla del camino. Franklin pen-
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só que el policía Pete Post reconocería su automóvil Triumph Spitfire de color verde, sabría que él era el hijo de Billy Graham y lo dejaría pasar sin sancionarlo. Pero; estaba equivocado. El policía salió en su persecución con todas las luces encendídas. A pesar de ello, Franklin no se detuvo, sino que aceleró por el camino de montaña que lo conducirla a su hogar. Cuando llegó, accionó el control remoto que abría la puerta del garaje, entró y luego cerró la puerta. Se echó a reir, al imaginar la cara que pondría el policía al encontrar cerrada la puerta del garaje. No contó a nadie lo que habia sucedido y se dirigió a su habitación. .· Pero su alegria fue de corta duración. Al poco rato, Billy Graham llamó a su hijo y le dijo: -El policia Pete Post viene por el camino. Ya abrí la puerta de entrada. Tú y yo nos reuniremos con él. Si él quiere detenerte, lo apoyaré. Ruth,la esposa, dijo que también estaba de acuerdo. El policía dio a Franklin una severa reprensión acerca de cómo manejar con seguridad, y le aseguró que si volvia a sorprenderlo manejando a exceso de velocidad le quitaría el permiso de conducir y lo metería en la cárcel. Luego de esa experiencia, Franklin hizo el siguiente comentario: "Aprendí algo que no había pensado antes: si me metía en dificultades y estaba equivocado, no podía contar con la ayuda de mi padre para que arreglara el problema o me defendiera. Nunca olvidé su promesa de estar de parte de la policía, aunque eso significara que me viera ser detenido y esposado" .9 "Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gál. 6:7). Dios permite que se cumpla la ley de la causa y el efecto; así es como debe ser.
Mito 4: Nuestros hijos nos pertenecen; son nuestros Esta declaración es falsa. Nuestros hijos son dones que Dios nos ha otorgado (Sal. ~~7:3). Nos han sido confiados como un legado; nos han sido prestados. No nos pertenecen totalmente; pertenecen a Dios. Él los ama más de lo que nosotros podríamos amarlos. Podemos confiarlos a su cuidado.
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Bárbara Johnson cuenta acerca de una mujer que tuvo que luchar con una terrible depresión durante dos años. después de enterarse de que su hija Carola mantenía una relación lesbiana. Finalmente, no pudo soportarlo más. Desesperada, llevó su carga a Dios. Oró: "Carola es más tuya que mia, y sé que la amas más que yo. Por eso, Señor, te ruego que te encargues de ella. Tú sabes cómo llegar hasta ella cuando yo no lo consigo. Ya no puedo llevar esta carga por más tiempo, de modo que te la entrego". No solo depuso su carga, sino también la dejó ahí. Dios le dio paz, y la capacidad de dormir por la noche.' 0 La madre de Carola comprendió la hermosa verdad de que Dios ama tanto a nuestros hijos que nunca dejará de buscarlos. No existe ningún lugar donde puedan ir sin que él no pueda alcanzarlos. "No importa que estos hijos descarriados rehúsen escuchar, o que no asistan a la iglesia o que guarden silencio cuando la conversación gira en torno a los temas espirituales. Ni siquiera importa si ellos rehúsan leer la Biblia u orar. Lo que sí interesa es saber que no pueden escapar de Dios, quien está en todas partes y habla constantemente" .11 Nuestros hijos no solo se han alejado de nosotros y de nuestros valores, sino también de la grey de Dios. Nuestro hijo es su hijo, su oveja perdida. Él es el Buen Pastor, que está ahí en medio de la noche y en la tormenta, buscando a su preciosa oveja perdida. Podemos confiar en que él la buscará hasta que la encuentre. Gloria Gaither concuerda con esto. Escribe: "Siempre calma la tormenta de las preocupaciones de los padres saber que Dios ama a nuestros hijos infinitamente más que nosotros, porque él es el Padre perfecto, con amor perfecto. Puedo estar con mis hijos y ayudarlos solo hasta el límite de mi presencia. Pero no existen límites para la presencia de Dios~· .'a Mito 5: Es posible ser padres perfectos Esta declaración es falsa. La verdad es que ningún padre humano es perfecto. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:z3). No hay padres justos, no hay
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ninguno (vers. w). Todos hemos pecado contra nuestros hijos; ninguno de nosotros lo ha hecho todo perfecto. Con frecuencia, hemos pecado sin percatarnos de ello. Hicimos las cosas en la misma forma en que nuestros padres las hacían. Tal vez solo ahora, tras muchos años, comprendemos lo que debiéramos haber hecho o dejado de hacer. Pareciera que mirar hacia atrás es más fácil que mirar· hacia adelante. Después de haber criado tres hijos, Madeleine L'Engle escribe: "A veces, Hugh y yo pensamos que si hicimos algo correctamente con nuestros hijos, eso ha sido un accidente y un milagro; con frecuencia comprendemos, al considerar las cosas retrospectivamente, que aquello que suponíamos que eran las mejores, en realidad no eran nada de buenas. Es posible que nuestros hijos hayan aprendido más de nuestros errores que de nuestra buena voluntad". •3 Lo glorioso del evangelio es que "si confesamos nuestros pecados, él es f:tel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Dios está con nosotros en este negocio de la paternidad. "Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados" (t Juan ~:1, ~). Jesús murió por los padres que no son perfectos y por los hijos descarriados. Su sangre puede cubrir nuestros pecados, como también los suyos. Él será un Padre perfecto para nuestros hijos, y enmendará aquello en lo que hemos fallado. Mito 6: Los padres pueden controlar el destino de sus hijos Hacía poco que Jan Johnson había tenido a Jenna, su primerahija. -Mamá -preguntó-, ¿cómo puedo estar segura de que Jenna se salvará e irá al cielo conmigo? Su madre, Evelyn Christenson, respondió: -Nada que puedas hacer, Jan, garantizará que Jenna vaya al cielo. Esto es estrictamente una decisión personal que cada uno debe efectuar, no importa quiénes sean sus padres o por cuál ritual o rito de iniciación hayan pasado. •4
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Evelyn Christenson comprendía que nunca podremos controlar a otro ser humano, aun cuando esa persona sea nuestro propio hijo. Este es un concepto difícil de entender para muchos padres. John White tuvo que luchar con esto cuando su esposa y él consideraban tener un segundo hijo. llegó al punto de pensar: "Señor, si este hijo no crecerá para servirte, entonces preferirla no tenerlo". -¿Qué puedes decir de Adán y de mí? -susurró Dios en el corazón de John-. No lo hice un robot, sino que lo creé a mi imagen y semejanza. Le otorgué la capacidad de agradarme o desagradarme, de obedecerme o desobedecerme. Yo sabía cuál sería su elección; sin embargo, lo traje a la vida. John comprendió que Dios le estaba diciendo ese dia: "J ohn, ¿estás dispuesto a dar el don de la vida a tu hijo, sin importar cómo tu hijo elija usar esa vida? No puedes controlar lo que el fruto de tu cuerpo hará con la vida que le proporciones. ¿Estás dispuesto a hacer como yo he hecho, a dar vida a alguien que podría acarrearte humillación, dolor y desgracia?" Aunque no fue fácil hacerlo, John oró: "Sí. Concédeme el poder de engendrar otro hijo [. .. ] , no importa qué rumbo ese hijo pueda elegir en la vida.'5
¿Qué puedo hacer ahora? 1. Vuelva a escribir cada mito de modo que se convierta en una declaración verdadera acerca de la paternidad. Por ejemplo, la verdad opuesta para el Mito 6 podría enunciarse: "El destino fmal de nuestros hijos depende de su propia capacidad de elección". ~- Busque un lugar tranquilo y sin interrupciones. Tome una hoja de papel y escriba todos los errores que ha cometido como padre. Sea tan específico como pueda. Cuando haya terminado su lista, preséntela ante Dios en oración. Confiese los errores cometidos y pida perdón. Lea los pasajes que siguen: 1 Juan 1:9; Isa. l:I8;Sal.I03: 8-n. A continuación, queme la hoja. Mientras la vea consumirse, pida a Dios que él elimine de su mente la culpa causada por los
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errores pasados, y que le proporcione la seguridad de su amor. 3. Lea ]oel ~:18 al3~ en varias versiones, si es posible. Subraye por lo menos ocho promesas para los padres que son imperfectos. Alabe a Dios por las grandes cosas que hará en su familia. 4· Lea ]oel ~: 1al17 en la misma versi6n en la que ley6 el pasaje anterior. Subraye por lo menos ocho cosas que Dios pide que hagan los padres imperfectos, para permitirle trabajar en su favor y en el de sus familias. ¿Ha hecho usted lo que Dios desea que haga? Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lealahistoriadeloshijos de Samuel en 1 Samuel8:1 al7. Lea acerca de sus nietos y bisnietos en 1 Crónicas ~5:5 y~ Crónicas 5:11 all3. Lea, también, el comentario sobre esta historia en Patriarcas y profetas (páginas 654 y 655). A continuación, responda cada una de las preguntas con Verdadero o Falso. ¿Qué apoyo biblico tiene para sus respuestas?
Referencias 1 Edith Deen, Great Women ofthe Christian Faith (Nueva York: Harper and Brothers, 1959), pp. 14 1-149· ~ lbíd., p. 141. 3Sandy Dengler,Susanna Wesley(Chicago: MoodyPress, 1987), pp. 181-187. 4 John White, Panmts in Pain, p. 4~· 5 lbíd .. p. 43. 6lbíd., p. 44· 7 Franklin Graham, Rebel With a Cause (Nashville: Thomas Nelson, Inc., 1995), pp. 118-1~3.
8 Lee Ezell, PiUsfar Parents inPain (Dalias: Word, 199~). p. 117. 9 Graham, pp. 56-58. 10 Bárbara Johnson, So. Stick a Geranium in Your Hat and Be Happyf (Dalias: Word, 1990), p. 86. u Tom Bisset, Why Christian Kids Leave the Faith (Nashville: Thomas Nelson, Inc., 1 99~). p. ~ 0 9· 1~ Ezell, p. 137. 13 Madeleine L'Engle,A Circle ofQuiet (San Francisco: Harper Collins, 199~). p. n6. 14 Evelyn Christenaon, What Happens When We Pray for Our Families? CWheaton, Illinois: Víctor Books, 199~). pp. 447• 448. 15 White, pp. 56-58.
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un perro de raza collie de do.s años de edad, se en-
contraba agazapado en el camino. Gruñíay ladraba en actitud beligerante, mientras Felipe Keller se aproximaba. El visitante notó que estaba atado con dos cadenas. Una iba del collar del animal hasta un poste de hierro, y la otra iba desde su cuello hasta una pata trasera, lo cual restringía sus movimientos. -No puedo evitar esta situación -explicó el dueño-, porque León salta los cercos, persigue los coches y aterroriza al vecindario. Tengo que deshacerme de él. El animal tenía demasiada edad para entrenarlo; pero Felipe Keller, al mirar los tristes ojos del perro, comprendió que tenía que hacer la prueba. Pensó: "Eres un perro inteligente. Te compadezco por la forma en que has sido tratado. Podrías ser un perro ovejero admirabk Procuraré ayudarte". León no demostró gratitud. En el viaje hacia su nu~vo hogar, en el asiento trasero del vehículo, no cesó de gruñir y de lanzar tarascones cada vez que Felipe intentaba tocarlo.
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Cuando llegaron a la granja, Felipe llevó a León a una perrera con buena comida, agua limpia, y una larga cadena para que pudiera caminar y correr. Sin embargo, el animal no quiso entrar. Rehusó comer y beber y no permitió que Felipe lo tocara. Como resultado, empezó a perder peso. Felipe comprendió el anhelo del perro y lo dejó en libertad. El animal corrió hacia el bosque, donde permaneció oculto durante varios días. Hasta que, un anochecer, apareció sobre un promontorio situado detrás de la casa. Cuando Felipe lo llamó por su nombre, escapó de él. Felipe llevó comida y agua, y las dejó en el promontorio. A la mañ.ana siguiente, no los encontró. Hizo lo mismo durante varias semanas, y cada vez el perro comía el alimento y tomaba el agua. "Me gustaría que viniera a mi lado", pensó Felipe. "Desearía que aprendiera a conocerme y amarme, a trabajar conmigo y ser mi amigo". Un día, a la hora de la puesta del sol, Felipe estaba solo frente a su casa, mirando a sus ovejas que comían en el prado. Era una escena que lo llenaba de alegría. De pronto sintió que una nariz húmeda y tibia tocaba sus manos, que tenía entrelazadas detrás de él. ¡León habia vuelto a su casa! Cuando las sombras caían sobre la tierra, siguió a su amo hasta la perrera, entró sin dificultad y se echó a descansar.' Los seres humanos nos parecemos a León, en cierto sentido. Dios nos ofrece hacernos miembros de su familia. Hace provisión para satisfacer todas nuestras necesidades; nos llama con amor por nuestro nombre. Pero, nos deja totalmente libres. Ninguna cadena nos ata a él en contra de nuestra voluntad; tenemos que regresar a él por nuestra libre voluntad. También nuestros hijos se parecen a León. Y nosotros, sus padres, que los amamos tanto, de algún modo tenemos que aprender a hacer con ellos lo que Dios hace por nosotros: lo mismo que Felipe Keller hizo por León. Debemos dejarlos en libertad. Dejar en libertad a nuestros hijos cuando entran en la mayoría de edad tal vez sea la tarea más dificil para los padres.
33 A Carola le resultó sumamente difícil. Crió a seis hijos, dos de un matrimonio anterior y cuatro de su segundo matrimonio. Después de casi treinta años de desempeñarse como madre, admitió que le estaba resultando muy difícil abandonar su papel maternal. Al mirar hacia el pasado, comprendió que tenía la tendencia a retener el control sobre sus hijos. Dice: "Hice el trabajo que mis hijos debían efectuar, y no permití que ellos desarrollaran su responsabilidad. Recuerdo cuando uno de mis hijos buscaba una universidad que le conviniera. Necesitaba ayuda para encontrar una que tuviera un buen plan de préstamos escolares. Pero, no me limité solo a prestarle ayuda, sino también hice toda la tramitación, en vez de permitir que él se ocupara de sus cosas. Así soy yo". Cuando sus hijos manifestaban una necesidad, ella respondía de inmediato con una idea, un libro, un pensamiento o un consejo. Reemplazaba las cosas de sus hijos que se quebraban o se gastaban; bloqueando de ese modo su desarrollo como personas responsables y autosuñcientes. Cuando una hija mayor de edad de Carola quedó embarazada, regresó al hogar. Fue una situación dificil, y Carola se esforzó por no inmiscuirse y por dejar que su hija cometiera sus errores, creciera y madurara. Pero, el hábito de toda la vida de ejercer control le resultó difícil de vencer. Oraba todos los días: "Ella está en tus manos, Señor. Ayúdame a no inmiscuirme. Ayúdame a dejarla en libertad y permitir que tú hagas tu parte".~ A la. mayoría de nosotros nos sucede lo mismo que a Carola: nos resulta muy difícil dejar libres a nuestros hijos, desde el punto de vista físico, emocional y espiritual. Así como los niños nos traen sus juguetes rotos con lágrimas para que los reparemos, yo llevé a Dios a mi hijo descarriado porque él era mi Amigo. Pero entonces, en vez de dejarlo en paz para que trabajara solo,
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Me quedé ahí y traté de ayudar con métodos que eran míos. Finalmente se lo quité y exclamé. "¿Cómo puedes ser tan lento?" "Hija mía -dijo él-, ¿qué más podía hacer? Porque tú nunca le diste libertad". Autor desconocido. Adaptado. Existen por lo menos ocho formas por las que procuramos retener nuestro control sobre nuestros hijos mayores de edad: complacerlos, rescatarlos, asumir una actitud de mártir, manipularlos, corregirlos, airarnos, aferramos a falsas esperanzas y no renunciar al papel de padres. Analicemos cada una. Deje de complacer Ethel, madre de 83 años de edad, controla a sus hijos adultos poniéndolos siempre en primer lugar, complaciéndolos y cediendo a sus exigencias. No expresa sus propias necesidades, sino que se dedica por completo a satisfacer las necesidades de sus hijos. Ha dedicado su vida a ser amable, agradable e irreal. Uno de sus hijos dijo: "Ella nos controla siendo amable, poniéndonos en primer lugar y postergando sus propias necesidades. Pero, a veces eso me fastidia. Siento como si estuviera caminando sobre huevos cuando estoy con ella". 3 La complacencia puede interferir nuestras relaciones interpersonales. Necesitamos desprendernos de la necesidad de controlar por medio de la complacencia. No es necesario anticiparnos ni satisfacer cada necesidad de nuestros hijos. Tampoco necesitamos dedicar más tiempo ni gastar más dinero y energía emocional en nuestros hijos adultos de lo que empleamos en nosotros mismos. Obtener la aprobación de nuestros hijos no tiene que ser la meta de nuestra existencia. Deje de rescatar Guillermo está siempre a disposición de sus hijos adultos.
3s Les envía cheques para ayudarlos a pagar las cuentas del dentista y el alquiler de la casa. Cuando cualquier cosa sale mal, sus hijos saben adónde acudir para salir de apuros. Guillermo es un padre que rescata. Emilia está siempre disponible como niñera de sus nietos. Si los chicos necesitan cualquier cosa que los padres no pueden proveer, ahí está la abuela para dársela. Nun ca les falta ropa, juguetes o dinero en efectivo, mientras la abuela está presente. Ella es una abuela que rescata. Nosotros, los padres, tenemos que abandonar la idea de que es nuestro deber ocuparnos de cualquier cosa que nuestros hijos no puedan hacer ellos mismos. Tenemos que dejar de rescatarlos del dolor, para obtener su cariño. Tenemos que dejar de sentirnos culpables si nuestros hijos necesitan de ayuda que podemos darles. No tenemos que proveer para todas sus necesidades; tenemos que dejar de hacerlo y permitir que Dios lo haga. Nuestros hijos necesitan aprender a confiar en él así como nosotros lo hacemos. Karen O'Connor era una rescatadora. Era la buena madre que siempre estaba a las órdenes cuando sus hijos la necesitahan. Hacía fiestas para sus hijos adolescentes, iba a la biblioteca a devolver sus libros atrasados, los reemplazaba en su turno de lavar la loza cuando ellos tenían otros planes, y los ayudaba a última hora cuando no habían hecho las tareas. Comenzó a despertar a la realidad cuando sus hijos ya eran mayores de edad y ella seguía sacándolos de apuros.+ Karen formó parte de un grupo de oración para padres después de que comenzó a tener dificultades con su hijo mayor de edad. Todo lo que hizo para ayudarlo fue rechazado por él. Des~ pués de escuchar la historia de Karen, una dama sentada en el lado opuesto de la habitación se levantó y se aproximó a ella, rodeó con un brazo sus hombros y le dijo: -Ha terminado su trabajo en la carne. Lo único que él necesita ahora son sus oraciones. -¿Quiere usted decir que no tengo que hacer nada más?
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-preguntó Karen, asombrada-. ¿Ya no tendré que enviarle dinero o alimentos, ni comprarle un automóvil nuevo ni revisar su programa de salud? ¿Lo único que necesito hacer es orar? El concepto de dejar en libertad a los hijos para que Dios obre en ellos era una idea nueva para Karen, pero decidió ponerla en práctica. Descubrió que no solo era un gran alivio, sino también, mejor aún, producía resultados positivos.
Deje de convertirse en mártir Los mártires son personas que sufren constantemente. Anuncían a todos su temor, fatiga, hambre, aflicciones, dolores y angustia mental. Solo necesitan enfermarse o sentirse mal, y sus hijos corren a su lado para darles apoyo y prestarles ayuda y atención. Los padres o las madres mártires hacen sentirse culpables a sus hijos por no hacer más por ellos, "después de todo lo que yo hice por ustedes". Los mártires se valen de su condición física o mental con el fm de obtener simpatía y ejercer una especie de control sobre sus hijos, a fm de mantenerlos a su lado. Tenemos que renunciar a nuestra actitud de mártires. Necesitamos crecer y depender de Dios en vez de nuestros hijos. Tenemos que dejar de tratar de ejercer control sobre ellos para hacerles sentir que nos deben algo, aunque sea algo tan sencillo como su gratitud. Deje de lado su actitud manipuladora La manipulación es otra forma de control que algunos de nosotros usamos. Arlene insiste en que sus hijos mayores de edad vayan a su hogar en Navidad cada año. Les dice: "Lo que sucede es que para nosotros no es Navidad si ustedes no nos acompañan".s Enrique, padre de 85 años, es un manipulador. Si su hija no lo llama por teléfono todas las semanas, se pone insoportable. La llama y le dice: "¡Me vas a echar de menos cuando me muera!" A veces, hasta le recuerda que ayuna y ora por ella para tratar de que vea las cosas desde su punto de vista. Debemos dejar de manipular a nuestros hijos mayores de
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edad. Debemos dejar de usar la culpa y la vergüenza a fm de conseguir lo que queremos. Debemos dejar de sentir que nuestros hijos nos deben algo. Deje de lado la necesidad de corregir Es fácil para nosotros captar las faltas de nuestros hijos, querer aconsejarlos y corregir.esos errores, aun cuando los hijos ya son adultos. Después de todo, si no les decimos lo que están haciendo mal, ¿cómo podrían cambiar? Cuando señalamos las faltas, les decimos: "Es para tu propio bien". La crítica hace que un hijo se sienta estúpido. En realidad, el padre o la madre le está diciendo a su hijo o hija adulto: "Tú no eres tan despierto como yo. No logras ver que estás obrando mal. Escúchame, y actuarás mejor". Los hijos adultos se resienten cuando los padres los critican y les señalan sus errores. Así como aquel perro llamado León tiraba de las cadenas de su antiguo amo, así también nuestros hijos adultos tratan de alejarse de nosotros cuando procuramos controlarlos por medio de las correcciones. La crítica destruye nuestras buenas relaciones con nuestros hijos adultos. Tenemos que abandonar la actitud crítica y permitir que Dios realice cualquier corrección que sea necesaria. Él la hará en el momento más apropiado, y con la cantidad adecuada de amor y atención solícita. Deje de lado el enojo Berta estaba enfadada. Cuanto más pensaba en el comportamiento imprudente y temerario de su hijo, más subía su ira. Estaba molesta porque él había abandonado sus estudios universitarios, se había retirado de un buen trabajo, y estaba arruinando su vida con bebidas alcohólicas y drogas. Le parecía que la vida no era justa con ella. Otros padres no se habían esforzado ni siquiera la mitad de lo que ella lo había hecho para ser una buena madre, y esa era la recompensa que recibía. Consideraba que la ira que sentía estaba justincada. Pensaba que el comportamiento de su hijo justi:f:r.caba su reacción. Sin em-
38 bargo, su relación con él continuó empeorando hasta que ella dejó de lado su derecho a sentir enojo y consiguió perdonar a su hijo.
Deje de lado las falsas esperanzas Carlos tuvo que esperar mucho tiempo hasta que logró tener un hijo. Dedicó toda su vida a ese niño. Tenía tantas esperanzas en él: imaginaba que crecería hasta convertirse en un hombre maduro y respetado; esperaba que fuera un médico responsable, que se encargara de su práctica cuando él estuviera listo para retirarse. Pero muy pronto tuvo que aceptar la realidad: su hijo detestaba la Medicina. Comenzó el curso de Introducción a la Medicina, pero renunció antes de completarlo. En cambio, le encantaba la mecánica, los automóviles y las máquinas. Consiguió trabajo en un taller de reparaciones. Pero, cada vez que visitaba su hogar, su padre insistía en que debía regresar a la universidad para estudiar Medicina y hacerse cargo de su práctica. Ya es tiempo de abandonar los sueños que tenemos para nuestros hijos y de que les permitamos tener sus propios sueños. Es tiempo de olvidar nuestras fantasías acerca del mamento mágico en que nuestros hijos se convertirán en lo que siempre habíamos soñado que llegarían a ser. Dejemos de lado nuestro papel de padres Federico Buechner descubrió lo difícil que resulta renunciar al papel de padre para dejar a los hijos en libertad, cuando una de sus hijas comenzó a manifestar síntomas de anorexia, enfermedad en la que el paciente se niega a comer. Él y su esposa le rogaron y le suplicaron en todos los tonos que se alimentara, pero ella se negó porii.adamente a complacerlos. Uegó el momento cuando su rostro adquirió un aspecto cadavérico, y su cuerpo era poco más que huesos cubiertos con piel. Parecía una víctima de un campo de concentración. Federico amaba tanto a su hija quetoda su vida se complicó con su problema. Si comía una tostada, él se llenaba de júbilo; en cambio, si no comía nada, se deprimía. Como padre, sentía que debía
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ser capaz de solucionar los problemas y cambiar la condición de su hija. Finalmente, descubrió que ya no era posible hacerlo. Este angustiado padre escribió: "Carecía de la sabiduría y el poder necesarios para sanarla. Ninguno de nosotros tiene el poder de cambiar a otros seres humanos que se encuentran en una condición aflictiva, y tendríamos que ejercer un poder terrible si pudiéramos hacerlo". Finalmente recapacitó, y aceptó que "la única manera en que ella podría estar bien otra vez era si ella misma elegía ser restaurada. Lo mejor que podía hacer como padre era apartarme y darle esa libertad, aun a riesgo de que la eligiera para causarse la muerte. en vez de la vida". 6 Pero aun cuando comprendió que debía dejarla en libertad, le resultó casi imposible hacerlo. Cuando su bija fue hospitalizada finalmente, él y su esposa se encontraban a mUes de kilómetros de distancia y fueron incapaces de protegerla, de efectuar sus decisiones y manipular los acontecimientos para su bien. Tuvo que hacer frente por sí misma a sus diñcultades. con médicos, enfermeras. psiquiatras y jueces capaces de demostrarle amor con firmeza. Salió de esta experiencia con salud y sabiduría.' Federico Buechner mencionó que, cuando visitó posteriormente a su hija en el hospital, había sentido "el apasionado refrenamiento y la calma de Dios", y había comenzado a comprender cómo Dios, nuestro Padre celestial, trata con cada uno de nosotros, sus hijos rebeldes, que daríamos la impresión de estar empeñados en autodestruirnos. Escribió: "El poder que creó el universo y diseñó las alas de la libélula, y que está más allá de todos los· demás poderes, refrena su amor a ñn de no abrumarnos con su poder". 8 ¡No es nada fácil! Nadie ha prometido que el trabajo de los padres de educar a sus hijos seria fácil. Tal vez, la parte más difícil es entregar a nuestros hijos a Dios, dejar nuestro control y colocarlos bajo su control. Karen Burton Mains llama a esto "la experiencia de Moria" .9 Lo mismo que Abraham, ascendemos penosamente la
40 colina de la paternidad y entregamos el futuro de nuestro hijo o hija en manos de un Dios amante. Fue difícil para Abraham; también lo es para nosotros. "Las oraciones por nuestros hijos son con frecuencia difíciles, porque descubrimos que no estamos dispuestos a aflojar nuestro control-escribe Karen O'Connor acerca de la experiencia de tratar de dejar en libertad al hijo adulto-. Podemos creer que es más seguro aferramos a un pasado familiar antes que confiar en un futuro desconocido". Después de la "experiencia de Moría" de Karen, experimentó una transformación en sus relaciones, y ahora anima a los padres a "ofrecer a Dios vuestra ira y vuestro temor, odio, resentimiento y frustración. Él los reemplazará con paz, confianza, amor, serenidad y contentamiento. Y él asumirá la responsabilidad de producir el resultado perfecto". •o ¿Qué puedo hacer ahora? 1. Reúna fotos de sus hijos. Colóquelas en una caja pequeña con tapa. Escriba una carta a Dios en la que le entrega deliberadamente cada hijo. Coloque la carta en la caja con las fotos. Envuelva la caja con papel de regalo. Ofrézcala en oración a Aquel que ama a sus hijos más de lo que usted podría amarlos. Coloque la caja donde pueda recordarle que sus hijos pertenecen a Dios, y no a usted. ~-Escriba una.oración que contenga los siguientes temas: adoración, confesión, agradecimiento y ruego. Adoración: Alabe a Dios porque él es un Padre celestial admirable para usted, su hijo descarriado. Tribútele alabanza por su compasión, su misericordia, su gracia y su amor. Alábelo por su paciencia, y por la libertad que le concede para seguirlo o rechazarlo. Confesión: Confiese su falta de sabiduría y fe. Confiese su ira, culpa. resentimiento, desilusión y frustración. Confiese su espíritu crítico y su deseo de control. Agradecimiento. Agradezca a Dios por el don de su hijo. Agradézcale porque él continúa obrando en la vida de su hijo. Ruego: Ofrezca su hijo a Dios. Pídale que intervenga en las vi-
~an,% oru ~;,-or ore a~a.n Ji ~;,-or
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41 das de sus hijos, que quiebre el poder del mal en sus vidas y que les ayude a experimentar el poder del increíble amor de Dios. Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia 1. Lea en voz alta la historia de la experiencia del Monte Moria de Abraham, en Génesis ~~:1 al18, y haga las sustituciones que siguen (para mí ha sido una experiencia conmovedora, y confío en que será lo mismo para cada lector): a. Cada vez que aparezca Abraham, lea su propio nombre. Si usted es una madre, cuando aparezca la palabra "padre",lea "madre" y cambie "él" por "ella". b. Cada vez que aparezca Isaac, lea el nombre de su hijo. Si se trata de una hija, cambie "hijo" por "hija", "muchacho" por "muchacha" y" él" por" ella". c. Reemplace "un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos" por "Jesucristo clavado en la cruz del Calvario".
Referencias 1Phillip Keller. LessonsFromaSheepDog (Dallas: Word, 1983), pp. 13-SS· ll Karen O'Connor,llestoring Relationships With Your Adult Dlild (Nashville: Tholllll8 Nelson, Inc., 1993), pp. 69,70. 3/bíd., p. 51· 4Ibíd .• p. s6. slbíd.• p. 91. 6 Frederick:Buechner, TeUingSecrets (San Francisco: Harper Collins, 1991), pp.:ol3-ll7· 7Ibíd .• p. :ol8. 8 Ibíd., pp.:ol8,1l9· 9 K.uen Burton Mams, Wlth My Whole Heart (Portland. Oregon: Multnomah Press. 1987). p. 8~. 10 O'Connor, p. 178.
~padres
de hijos pródigos suelen sentirse como el capitán de un barco que lucha por mantener a flote su navio en un mar tormentoso. Densas y oscuras nubes de temor y de desesperación bloquean la luz solar. Ira y resentimiento retumban en sus almas. Olas de vergüenza y remordimiento los anegan. Fuertes ráfagas de rechazo azotan sus corazones. Y, a veces, los elementos emocionales adquieren la intensidad de un ciclón. Lo mismo que un barco petrolero desbaratado por árrecifes ocultos, algunos padres sufren un grave dafto a causa de la rebelión de sus hijos amados. Quedan abruma_dos por la insensibilidad y la ingratitud. Son azotados por el remordimiento y la aflicción. Y con mucha frecuencia, su espíritu quebrantado derrama palabras ofensivas.
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Esto describe acertadamente lo que le sucedió a Bárbara Johnson cuando descubrió que su hijo era homosexual. Todo su mundo se volvió de cabeza. La asaltaron emociones conflictivas. Durante un estallido emocional, pronunció estas palabras, nacidas de una rabia loca: "¡Preferiría verte muerto antes que homosexual!" Y al mismo tiempo sentía un gran amor por él. Se lanzó sobre su cama y lloró durante horas, casi ahogándose en sus convulsivos sollozos. Bárbara lamentó durante once meses la pérdida de su hijo a quien había amado durante veinte aftos. Se había convertido en un desconocido. Ella deseaba morir, para librarse del dolor y la aflicción. Durante meses permaneció en su dormitorio la mayor parte del día, sin voluntad de seguir viviendo. "Si Dios me ama, ¿por qué permite que me suceda algo tan terrible? Seria mejor que me matara", pensaba. Subió a su automóvil y partió en dirección a un viaducto cercano. Decidió lanzarse al vacío, con coche y todo, con la intención de poner fm a su dolor. Sin embargo, cuando llegó al viaducto decidió orar a Dios, en lugar de consumar su plan. Imaginó una cruz, a su hijo y un martillo. Dijo al Seftor: "Voy a clavar a ese muchacho a la cruz, porque ya no puedo manejar esta situación [. .. ]. Pensé que te lo había entregado todo hace mucho. Pero esta vez lo estoy clavando realmente en la cruz; te lo estoy entregando. Y aunque nunca más regrese al hogar y no vuelva a verlo en mi vida, no importa lo que suceda, Seftor, ¡igual lo estoy clavando en la cruz y te lo estoy entregando!" Repentinamente, Bárbara tuvo la impresión de que "un millón de chispitas" habían sido puestas en su interior. El dolor y la pesadez que sentía desaparecieron. También se esfumaron las nubes de la tormenta emocional, y se calmaron las olas que debatían su espíritu. Bárbara experimentó paz por primera vez en once meses.' En esa maftana memorable, los sentimientos negativos de Bárbara Johnson fueron transformados en emociones positivas cuando comenzó a aplicar principios bíblicos para manejar las tormentas de su vida.
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45 Principio 1: El contacto con Dios transforma nuestras emociones Dios ha prometido, en Isaías 61:3, darnos "gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegria en lugar del espíritu angustiado". Jesús dispone de un bálsamo para cada dolor emocional. Puede darnos gozo a cambio de nuestra depresión, y paz a cambio de nuestro dolor. Puede ser que no podamos controlar nuestros sentimientos de ansiedad, ira overguenza; ¡pero él puede! Puede cambiar el odio en amor, y la desesperación en esperanza. Bárbara hizo contacto con Dios esa mañana en el viaducto. Escribe lo siguiente: "N o solo entregué a Dios a mi hijo Lany. También le entregué toda mi culpa, y conocí elauténtico perdón". a La transformación fue inmediata. Respiró profundamente y comenzó a cantar: "El Rey viene". Entonó varios himnos durante su regreso a la casa. Al día siguiente, limpió y ordenó la casa por primera vez en once meses. Puso en su grabadora algunos casetes con himnos de alabanza, y cantó con ellos mientras llevaba a cabo las tareas hogareftas. 3 El contacto con Dios transformó las emociones negativas de Bárbara Johnson en emociones positivas. Principio~=
Dios comprende nuestros sentimientos Jesús simpatiza con los padres. Ve nuestras lágrimas. Nuestra angustia lo conmueve. Se identiñca con nuestro dolor. Este principio se basa en Hebreos 4:15: "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debílidades, sino uno que fue tentado en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado". I esús experimentó dolor emocional, injusticia, rechazo, soledad y aflicción. Anhelaba ser aceptado por los demás. Él también lloró por los hijos pródigos. Una mañana, me sentía especialmente preocupada por nuestros tres hijos mayores de edad. Cada uno pasaba por diñcultades, y no sabía qué hacer para ayudarlos. Había orado mu .. cho por ellos, pero seguían con sus problemas. Querla arreglar
46 las cosas de ellos, como lo había hecho cuando eran pequeños. Le dije a Dios, en medio de mi frustración: "Señor, ¿adónde estás? ¿No ves lo que sucede? ¿No te importan mis hijos? ¿Te has olvidado de ellos?" Dios me contestó con las palabras de Isaías 49:15 y 16: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí en las palmas de las manos te tengo esculpida". Se me llenaron los ojos de lágrimas y me invadió una cálida sensación de la presencia de Cristo. Era como si él estuviera susurrando a mi atribulado corazón: "Sí, Dorothy, me preocupo por tus hijos. No los he olvidado. ¿Ves? Tengo esculpidos sus nombres en mis manos, juntamente con el tuyo". Coloqué mi mano sobre una página en blanco de mi diario de oración, y dibujé su contorno. Luego, escribí los nombres de mis hijos sobre la mano: Stephen Andrew Watts, Selvie Esther Rupert, David Raja Watts. Debajo, escribí: "El tatuaje de amor de Dios". La tibieza de ese momento me acompañó durante toda la semana. Muchas veces, desde entonces, he presentado ante Dios los nombres de mis hijos; he imaginado que sus nombres están escritos en la mano de Dios. Sé que los ama tanto que nunca los olvidará ni los abandonará. Dios también comprende los sentimientos del lector.
Principio 3: Dios satisface las necesidades emocionales de los padres Las luchas con nuestros hijos difíciles pueden agotar nuestras reservas de amor propio, poder y control. Los hijos no siempre son la fuente de bienestar y de consuelo que sus padres habían esperado en la edad avanzada. Nuestro nivel de ansiedad con frecuencia aumenta, a causa de los problemas de ellos. La batalla nos cansa y agota nuestra energía. Dios desea satisfacer las necesidades que tenemos como padres, tanto emocionales como físicas. Nunca se propuso que nuestros hijos las satisfagan todas; él prometió hacerlo para nosotros. oeaaJ.,._ d'u ~<u "'"
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Él puede proporcionarnos fortaleza para hacer frente a cualquier problema y aliviarnos de las tensiones propias de la paternidad. Un afio particularmente dificil de mi vida fue el que pasé como maestra en la escuela de .Kitchener, Ontario (Canadá), mientras mi esposo regresó a su trabajo en Bangalore, India. Habíamos planifi.cado esta separación con la idea de ayudar a nuestros tres hijos adolescentes a adaptarse a la cultura estadounidense. Aunque ambos estábamos convencidos de que esa era la voluntad de Dios, resultó más difícil de lo que yo había esperado. A mediados del afio, se presentó un problema grave, que no podía manejar yo sola. Necesitaba de mi esposo, de modo que lo llamé por teléfono a la India. -¡Tienes que venir! -le rogué, afligida-. No puedo manejar esto yo sola. Te necesito. -Dorothy -contestó mi esposo-, no puedo ir; Tendremos que confi.ar en el Sefior para que resuelva la situación. Oraré por ti. Terminada la comunicación, me sentí airada: no quería depender de Dios; ¡queria a mi esposo! Me retiré a mi dormitorio, y lloré por horas. Como no tenía a nadie a quien acudir, me volví a Dios, en busca de apoyo emocional. Él no me defraudó. Ese afio caminé durante horas; a veces, pasé la mitad del día recorriendo los bosques, hablando de mi problema con el Señor. Él alivió mi soledad y me ayudó a salir adelante. Con frecuencia canté mis oraciones mientras caminaba. Usaba una misma melodía con diferentes palabras, para expresar mis preocupaciones. Ese día, canté lo siguiente:
Querido Selior, me siento tan sola, Querido Señor, me siento tan sola, Querido Selior, me siento tan sola. Gracias por ayudarme a soportar. Querido Señor, te entrego a mi Stephen, Querido Selior, te entrego a mi David, Querido Sefíor, te entrego a mí Esther. Ayúdalos, sí. Ayúdalos, querido Señor.
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Descubrí que cantar y alabar a Dios por mis hijos era un magníñ.co tónico para modincar mis emociones negativas. Gracias a eso, sobreviví. También nuestro matrimonio sobrevivió. También nuestros hijos sobrevivieron. Cuando logré entregar al Señor mis emociones negativas, él pudo tomar a su cargo el control y suplir todas mis necesidades emocionales durante los largos meses de ausencia de mi esposo. Juan y Lorrie White también se volvieron al Señor, para que él supliera sus necesidades emocionales cuando uno de sus cinco hijos se descarrió. Supieron lo que signincaba la llegada de un auto de policía a su casa, y esperar lo que les diría el representante de la ley. Pasaron muchas noches sentados en silencio, abrumados por un dolor que no podían expresar en palabras. Juan escribió lo que sigue: "Hemos encontrado a Dios en una forma y en un grado que nunca antes habíamos experimentado. Descubrimos que también él es un Padre que está dispuesto a compartir los secretos de la paternidad, porque él creó esta institución [.. .]. En él encontramos sanidad y paz. Por medio de él aprendimos día a día cómo hacer frente a problemas imposibles".+
Principio 4: Dios puede usar a la gente para ayudarnos Pablo, después de su experiencia en el camino a Damasco, necesitaba que se lo guiara. El Señor pudo haber enviado a un ángel para que lo hiciera, pero, en cambio, envió a Ananías con el nn de que aconsejara a Pablo y orara con él. Del mismo modo, Dios puede enviar a diversas personas, con quienes podamos compartir nuestros problemas y orar. Puede ser un pastor, un médico o un consejero cristiano. Cuando tenemos una pierna quebrada no vacilamos en acudir a un médico competente. De igual modo, cuando tenemos emociones dañadas, o bien consideramos que somos incapaces de soportar sentimientos negativos provenientes de nuestro pasado, no debiéramos vacilar en buscar ayuda profesional. En respuesta a nuestras oraciones hechas con fe, Dios nos conducirá hacia alguien capaz de guiamos. A veces, esa ayuda puede llegar en la persona de amigos con
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problemas similares, que se reúnen para compartir sus preocupaciones y orar unos por otros. "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eñcaz del justo puede mucho" (Sant. 5:16). Clara es una persona que ha experimentado el ánimo que proviene del compañerismo con otros padres igualmente afligidos. Después de haberse reunido semanalmente durante cuatro años para compartir ideas, estudiar la Biblia y orar con otras dos damas, dio testimonio de la forma en que ese compañerismo la habia ayudado a vivir en medio de la desesperación y la vergüenza causadas por sus hijos rebeldes. Les dijo: "No creo que sea humanamente posible batallar sola con un hijo que está en libertad condicional y en tratamiento con metadona para vencer su adicción a la heroína. Sin el apoyo y la preocupación solicita de u&tedes; sin la buena disposición y la habilidad mostradas por ustedes para sentir conmigo, yo habría tenido un quebranto nervioso. Nuestra comunión y compañerismo ha sido la razón por la cual estoy viva" .s Pida hoy a Dios que lo ayude para encontrar una o dos personas especiales, capaces de compartir sus preocupaciones por sus hijos descarriados.
Principio 5: los sentimientos siguen a las acciones "Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y los hijos del monte de Seir,las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros" (~ Crón. ~o:~~). Puede ser que los israelitas no se hayan sentido victoriosos cuando se vieron frente a las fuerzas superiores del enemigo, pero salieron a la batalla entonando un canto de victoria. El sentimiento de victoria siguió a la elección consciente de salir con fe y actuar en forma victoriosa. La alabanza y el agradecimiento son formas por las cuales muchos padres han enfrentado su desánimo por sus hijos ma~ yores de edad descarriados. Son asombrosos los milagros que
so Dios comienza a obrar cuando dejamos de quejarnos por nuestros hijos y comenzamos a agradecerle por los hijos que nos ha dado, a alabarlo por ellos, a pesar de la forma en que viven y de lo que dicen. Asi que, alabe a Dios por sus hijos, ya sea que sienta deseos de hacerlo o no, y Dios suplirá el sentimiento. Rut Bell Graham es alguien que sabe que el agradecimiento y la alabanza pueden efectuar maravillas, aun cuando la persona no sienta ganas de hacerlo. Cierta noche, Rut yacía despierta pensando acerca de Ned, su hijo descarriado. Pensó en las luchas que había tenido con Franldin, el hermano mayor de Ned, quien había sido muy rebelde. Había comenzado a fumar, pero terminó causando problemas en el colegio y fue detenido por la policía. Ahora, su quinto hijo, Ned, había comenzado a rechazar los valores de la familia. Estaba usando drogas. lo cual la tenía muy preocupada. Comprendiendo que esa noche no podría dormir, encendió la luz y tomó su Biblia. La abrió en Filipenses 4:6 y 7: "Por nada estéis ansiosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Yla paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Rut comenta: "Repentinamente comprendí que el agradecímiento era el ingrediente ausente de mis oraciones. De modo que allí mismo agradecí a Dios por todo lo que mi hijo Ned era y había significado para mí a lo largo de los aftos. Cuando comencé a agradecer a Dios, comprendí que la preocupación y el trabajo se excluyen mutuamente. Cuando estamos más preocupados, debemos comenzar a agradecer a Dios por las lecciones que nos está enseñ.ando, mediante las dificultades que nos sobrevienen. Descubriremos que, invariablemente, en esos tiempos difíciles es cuando el contenido de la Biblia adquiere vida". 6 Cuando Rut comenzó a agradecer y a alabar, experimentó a continuación sentimientos de gratitud y de gozo. Este principio de "actuar como si" tiene muchas aplicaciones para padres afligidos y preocupados. Con el poder de Dios, podemos llevar a cabo actos de amor hacia nuestros hijos descarriados, aunque
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interiormente sintamos ganas de torcerles el cuello. Dios suplirá las emociones de amor si avanzamos con fe y efectuamos las obras de amor. Ese es el evangelio, puro y simple: Dios hará por nosotros lo que no podamos realizar por nosotros mismos. Podemos estar tan dolidos que no sintamos ganas de perdonar jamás lo que nuestros hijos han hecho; pero, con el poder de Dios, podemos dar los pasos necesarios para perdonar y pedir a Dios que nos conceda el sentimiento del perdón. Él no nos defraudará. Principio 6: Podemos elegir cómo nos sentiremos Cuando Dios nos creó. nos dotó con la capacidad de elección. Nos dejó en libertad para decir la última palabra en lo concerniente a lo que haremos con nuestra vida. Podemos elegir la vida o bien podemos elegir la muerte; podemos elegir lo que es negativo o bien lo que es positivo. ,Podemos elegir ser felices o bien podemos elegir vivir desdichados y amargados. "El dolor es inevitable, pero la infelicidad es opcional" es el título del primer capítulo del libro So, Stick a Gemnium in Your Hat and Be Happy [Prenda un geranio en.su son1brero y sea feliz], escrito por Bárbara Johnson. Ella dice: ·~Podemos elegir amontonar junto al corazón las espinas de la frustración, el fracaso, la soledad y el desánimo causados por nuestra situación actual o bien podemos reunir las flores de la gracia de Dios, su amor ilimitado, su presencia permanente y su gozo sin igual". 7 Los esposos Johnson perdieron un hijo en la guerra de Viet-, nam, otro fue atropellado y muerto por un conductor ebrio, y un tercer hijo les informó que era homosexual. Por esa misma época, Bárbara supo que estaba enferma de diabetes; pero, a pesar de tantas diñcultades, eligió cambiar lo único que podía: su propia actitud. 8 Bárbara había aprendido lo que el Dr. Viktor Frankl observó mientras se encontraba en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Él y su hermana eran.los únicos miembros de su familia que sobrevivieron. Él eseribiór:"A una persona puede quitársele todo, excepto la última de las liberta-
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des humanas: la facultad de elegir la actitud personal en cualquier situación; elegir su propia manera de actuar" .9
¿Qué puedo hacer ahora? 1. Lea la lista que presentamos a continuación de emociones negativas: ira, ansiedad, resentimiento, depresión, desesperación, desánimo, envidia, temor, frustración, aflicción, culpa, odio, celos, escaso amor propio, pesimismo, rabia, pesar, remordimiento, compasión quejumbrosa de sí mismo, vergüenza. Subraye las que haya sentido recientemente en relación con alguno de sus hijos mayores de edad. ¿Por qué se sintió de esa manera? Escriba las razones en uno o dos párrafos. ~-Haga una lista de emociones negativas que haya sentido recientemente. Frente a cada una escriba la emoción positiva que quisiera tener para reemplazarla. Ejemplo: odio: amor; culpa: perdón. 3. Ofrezca cada emoción negativa a Dios, en una oración con las palmas vueltas hacia abajo y luego hacia arriba. Siga los pasos que aparecen a continuación: a. Vuelva hacia abajo las palmas de sus manos, como si estuviera desechando algo. Entregue a Dios cada emoción negativa mientras permanece con las palmas invertidas. Represente 1 Pedro5:7. b. Vuelva las palmas hacia arriba, como si estuviera listo o lista para recibir un regalo de parte de Dios. Pídale que supla las emociones positivas que necesite. 4· Busque en una concordancia versículos que prometan las emociones positivas que usted desea. Lea cada versículo en más de una versión, de ser posible. Escriba en tarjetas por lo menos una promesa para cada emoción positiva. Colóquelas en lugares donde pueda leerlas con frecuencia. Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea las historias de Abraham, Sara, Agar e Ismael en Génesis ~1:8 al ~o. Si es necesario, léalas más de una vez, para aprenderlas bien.
53 Divida una hoja de papel en cuatro columnas. Encabece cada una con el nombre de cada personaje. Colóquese en el lugar de cada personaje; trate de sentir lo que ellos sintieron. Escriba todas las emociones manifestadas por cada uno, positivas y negativas. ~. Encuentre en este capitulo una ilustración para cada uno de los seis principios bíblicos para tratar con emociones negativas: a. El contacto con Dios transforma las emociones negativas. h. Dios comprende nuestras emociones. c. Dios puede satisfacer nuestras necesidades emocionales. d. Dios puede usar a la gente para ayudarnos. e. Los sentimientos siguen a las acciones. Podemos elegir cómo nos sentiremos. 1.
Referencias 'BárbaraJohnson, So, Stick a Geranium en Your Hat, pp. 35-48. 2 Ibíd .• p. 94· S Jbíd.' pp. 47-49· +John White, Parents inPain, pp. 14-16. s Marjorie M. Lewis y Gregg Lewis, The Hurting Parent, pp. 44• 45· 6 Dale Hanson Bourke, "Tough and Tender Moments", Today's Christian Woman (noviembre-diciembre de 1991), p. 50. 7Johnson, p. xi. · 8 Ibíd., pp. 1-5· 9 Carolyn Huffman, Meditation on a Rose Carden (Nashville: Dimensions for Living, 1995). p. 18.
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Pease. mujer bien organizada, decía con frecuencia a su hija LaVonne: "Necesitas más energía para tirar tu abrigo sobre la cama y colgarlo después que para colgarlo directamente en el placard". "Ella tenía razón, si se refería a la energía física -dijo LaVonne-. También estaba en lo correcto si hablaba de energía mental y de mí misma. Pero, mi personalidad es diferente de la suya y. para mí, dirigir mí atención a la tarea de colgar mi abrigo cuando estaba totalmente inmersa en otro proyecto requería un despliegue de energía mental que mí madre no podía imaginar". ¿Puede el lector comprender la desilusión que habrá sentido Blanche durante los 19 años que trató de enseñar a LaVonne a ser ordenada? Aunque LaVonne se casó, eso no cambió su personalidad. Cuando Blanche visitó a su hija en su hogar, quedó muy frustrada. LaVonne admite: "Pasarondiezañoshas-
s6 ta que fmalmente di con un sistema que me ayudó a tener una casa razonablemente limpia y ordenada. Por fm mi madre pudo venir a visitarme sin dar muestras de estar escandalizada por lo que veía. Ya no levantaba los brazos con desesperación, ni decía: '¿Cómo puedes vivir en esta forma?' " Veinticinco años después de haberme casado y establecido mi propio hogar, recuerdo que mi madre me decía: -¿Cómo puedes hacer un desorden tan grande cuando cocinas? Mi madre me enseñó que debia tener una olla con agua caliente, para ir lavando los utensilios que usaba. De ese modo, cuando terminaba de preparar la comida ya tenia la cocina limpia y ordenada. -Lo sé bien -decía yo riendo-; y aunque me lo has dicho desde hace mucho tiempo, sucede que no puedo hacerlo. Puedes dejar de decírmelo, porque no puedo aprender tu sistema. No es que me cueste aprender; solo estoy constituida en forma diferente que mi madre. Ella veía mi forma de hacer lascosas, sacudía la cabeza y decía: ..Yo no le enseñé a hacer las cosas de esa manera". Y ahora, cuando me encuentro mirando la forma en que mi hija mantiene su casa, digo entre dientes: "Yo no le enseñé a hacer las cosas de esa manera". En ocasiones, me hace sentir como si hubiera fallado totalmente en mi papel de madre, hasta que recuerdo que tenemos dos temperamentos muy diferentes. Yo soy colérica: quiero que las cosas se hagan de inmediato. Reunía a mis hijos alrededor de la mesa a la misma hora todos los días, para almorzar o cenar. Tenía un horario para que se bañaran y para tener nuestros ejercicios devocionales. A las 7 de la noche ya tenían que estar en la cama, para que pudieran levantarse a las 6 de la mañana. Ester tiene un temperamento flemático. Lleva su casa en forma tranquila. No tiene horario para las comidas o el baño de sus hijos. Pero ¿quién podría decir que mi método era mejor que el de ella? Sus hijos son felices, saludables y muy queridos. ¡Ella es una buena madre! 1
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57 Los seres humanos somos diferentes unos de otros; así como no hay dos copos de nieve idénticos, tampoco hay dos seres humanos que tengan la misma combinación genética. Cada uno de nosotros es un ser humano único, con nuestras propias huellas digitales, impresión de la planta del pie y tono de la voz. No pensamos de la misma forma, no nos comunicamos del mismo modo ni participamos de la misma manera en las actividades sociales. Vemos las cosas en forma diferente, escuchamos en forma diferente y sentimos en forma diferente. La comprensión de estas diferencias puede ayudarnos a tener mejores relaciones sociales. En este capítulo, nos ocuparemos de las diferencias de temperamento y de cómo estas diferencias afectan las relaciones con los hijos mayores de edad.
Cuatro tipos de temperamento Cuando Jesús vivió en este mundo, estudió los temperamentos de las personas con quienes trabajaba. He quedado asombrada al comprobar lo mucho que Elena ·G. de White, autora cristiana del siglo XIX, dice acerca de la importancia de comprender estas diferencias básicas entre la gente. Con frecuencia menciona las diferencias que existen en los rasgos de carácter o la disposición (temperamento). A continuación, presentamos algunos ejemplos. "El Salvador conocía el carácter [personalidad] de los hombres que había elegido; todas sus debilidades y errores estaban abiertos delante de él [. .. ]y su corazón amaba tiernamente a estos elegidos".~ "Cuando Judas se asoció con Jesús tenía algunos preciosos rasgos de carácter [rasgos de personalidad] que podrían haber hecho de él una bendición para la iglesia". 3 "En sus hábitos y temperamentos, los apóstoles diferían grandemente. Simón, el intransigente enemigo de la autoridad; [... ] el generoso e impulsivo Pedro, y el ruin Judas; Tomás, el nel, aunque tímido y miedoso; Felipe. lento de corazón e inclinado a la duda; y los ambiciosos y jactanciosos hijos de Zebedeo".+
ss Estos discípulos ejemplifican lo que hoy llamamos los cuatro temperamentos básicos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático.s 1. Sanguíneo. El generoso e impulsivo Pedro es un ejemplo de la personalidad sanguínea. Los sanguíneos son espontáneos y están en todo; aunque son rápidos para decir lo que piensan, no temen exponerse en público; se ofenden fácilmente, pero se reconcilian con prontitud. Los sanguíneos son habladores, entusiastas, curiosos, ansiosos por entrar en acción y sinceros. Hacen amigos con facilidad y no abrigan resentimiento. Pero a veces son indisciplinados, hablan sin pensar y no siempre cumplen sus promesas. ~. Colérico. Simón, el ardiente fanático, probablemente era colérico. Es posible que también lo fueran Santiago y Juan. Los coléricos creen que su manera de hacer las cosas es la única acertada; intentan apoderarse del poder y el liderazgo, son autosuficientes e independientes. Son porfiados, y no temen corregir las faltas de los demás. Son organizadores, y están orientados hacia las metas. Sin embargo, pueden ser mandones y egoístas. Les encanta participar en controversias y discusiones. 3. Melancólico. Tomás tiene algunas de las características de la personalidad melancólica. Era tímido y temeroso, inseguro de sí mismo. Los melancólicos son pensadores profundos, y son muy detallistas. Son precavidos en la formación de amistades, pero son fieles y dedicados. Con frecuencia se detienen en los aspectos negativos y ven el peor lado de las cosas. Suelen ser críticos de los demás y suspicaces. 4· Flemático. Es probable que Felipe fuera flemático. Era diplomático en su trato con los demás, según se evidencia en su encuentro con los griegos. Los flemáticos tienen una personalidad apartada del bullicio. Tienen buena disposición y son calmados, cuidadosos y serenos. Es fácil llevarse bien con ellos; y manifiestan mucha compasión y preocupación por los demás. Son competentes y firmes, pero evitan los conflictos. Les cuesta iniciar algo y resisten los cambios.
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Haciendo las veces de Dios Mi esposo, Ron, regresó al hogar después de un largo viaje, y me encontró alterada a causa del comportamiento de nuestros tres hijos adolescentes. Comencé a contarle mis desgracias en cuanto descendió del tren, aun antes de que mi pobre marido hubiera acomodado su equipaje en el baúl de nuestro automóvil. Me escuchó durante todo el camino a casa. Para cuando terminó de descargar las maletas, de bañarse y desayunar, se lo había contado todo. -¿Sabes cuál es tu problema, Dorothy? -me preguntó. Dejé de llorar. Lo miré, incrédula. -¿Mi problema? -espeté-. ¡Yo no tengo ningún problema! ¡Ellos son los que tiene·n un problema! -Sí, Dorothy, hablo de tu problema -exclamó Ron, sonríendo-. Estás tratando de hacer las veces de Dios con esos muchachos. Estás tratando de formarlos a tu imagen colérica y de trabajadora compulsiva. No hay modo en que nuestros hijos se conviertan en personas serias, trabajadoras, que siempre hacen lo que es correcto y productivo. No están hechos de ese modo. Entonces, ¿por qué no dejas de intentar cambiarlos? Cuanto más pensaba en eso, tanto más tenía que concordar con mi esposo. Eso era exactamente lo que había estado tratando de hacer: rehacer a mis hijos a mi propia imagen. David era el payasito de la familia. Podía hacernos reir aun cuando se portara mal. En su primer día de escuela, le dije: -Es mejor que te portes bien, o bien tu maestra te dará un castigo.· Sacudió la cabeza, hizo girar sus grandes ojos, y dijo: -¡Nadie va a castigar a un chico tan simpático como yo! -y nadie lo hizo ... aunque él se lo mereció más de una vez. Ester era una chica tranquila, reflexiva, pero sumamente lenta. Siempre era la última en estar lista para cualquier actividad, y eso me impacientaba considerablemente. Pero ·su hahitación estaba siempre limpia y en orden, sus cajones estaban bien organizados, y los frasquitos que mantenía en su tocador estaban ordenados por su tamaño.
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Esteban era un chico feliz y descuidado, cuya habitación estaba siempre en desorden. Tenía muchos amigos. y siempre estaba listo para ir a cualquier parte y hacer cualquier cosa. Era generoso y cariñoso, ya que compartía con sus amigos cualquier cosa que tuviera. Ron tenía razón. Dios nos creó a cada uno como individuos únicos. Yo no tenía necesidad de impacientarme con quienes no compartían mi temperamento colérico particular. Las cosas mejoraron mucho cuando renuncié a la compulsión de cambiar a mis hijos, y en cambio comencé a apreciarlos como las personas especiales que son. 6 Eso sucedió hace más de veinte años. Ahora mis hijos son adultos e independientes, y crían a sus propios hijos. Sería menos que honrada si dijera que ahora es fácil callarme la boca cuando ellos no hacen las cosas en la forma en que yo pienso que debieran hacerlas. Pero, oro mucho y me esfuerzo por aceptar a otros tal como son. Personalidades en contraste 1. Extrovertido-Introvertido. Los extrovertidos disfrutan al estar con la gente, con las aventuras, al relacionarse con los demás y al participar en las actividades de la comunidad. En cambio, los introvertidos se alejan de la gente y disfrutan de la tranquilidad para pensar en ideas, o problemas y emociones. 7 Esto puede causar toda clase de problemas en los hijos mayores de edad. Por ejemplo, un hijo extrovertido puede desear que se reúna toda la familia para pasar las vacaciones cerca de un parque de diversiones. Los padres introvertidos. por su parte, pueden decidir tomar unas vacaciones tranquilas en las montañas. ~.Pensamiento-Sentimiento. Las personas orientadas hacia el pensamiento basan sus decisiones en el razonamiento lógico y objetivo. Las personas orientadas hacia los sentimientos efectúan sus decisiones en forma subjetiva, basados más en cómo afectarán sus relaciones interpersonales. 8 Los padres lógicos y objetivos encuentran muy difícil comprender el razonamiento de un hijo que es guiado por los sentimientos y es subjetivo.
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3. Cerrado-Abierto. A algunas personas les agrada trazar planes con anticipación y tener todos los detalles en su lugar. Les gustan los horarios, los programas de trabajo y las respuestas defmidas. A otros les agrada dejar las cosas abiertas tanto tiempo como sea posible, y adaptarse a cualquier situación que se produzca.9 Un padre o madre cerrado, que hace planes a largo plazo para una reunión de familia, encontrará difícil manejar al hijo mayor de edad que desea hacer algo diferente a última hora. 4· Sumiso- Independiente. Un estudio realizado por Focus, sobre la familia, reveló que el85 por ciento de las familias tienen, por lo menos, un hijo independiente. En el caso de los hijos sumisos, resulta fácil llevarse bien con ellos. desde su nacimiento hasta la adultez. ya sea que sus padres sean independientes o sumisos. Sin embargo. un hijo independiente causa tensiones en sus padres el 90 por ciento de las veces, no importa cuál sea la personalidad de sus padres. •o Todos los contrastes anteriores de temperamento ofrecen oportunidades de conflicto entre padres e hijos adultos. La siguiente declaración acerca de Roberto Moffat, el famoso misionero que trabajó en África, y su hijo Juan, ilustra las dificultades que pueden surgir cuando existen personalidades en contraste: "Temperamentalmente, el padre y el hijo eran polos opuestos; uno era cálido, extrovertido, adaptable, con encanto y des envoltura, que se había convertido, voluntaria o involuntariamente, en un personaje notable en toda la región sur de África; en cambio, el otro era austero, introvertido, sin humor, intenso, desconfiado de la estima del público, remiso en todas las circunstancias a comprometerse. Cada uno reconocía las cualidades del otro, y ninguno hubiera herido abiertamente al otro, pero sus relaciones personales no eran fáciles". " Resulta útil recordar que no somos responsables por los temperamentos que nuestros hijos traen al nacer. Por mucho que nos esforcemos, no conseguiremos cambiarlos. Tenemos la responsabilidad de procurar comprenderlos y de amarlos, porque son un don que hemos recibido de Dios. Podemos agrade-
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cera Dios por ellos, y aprender a apreciarlos por lo que son y no por lo que quisiéramos que sean. Como padres amantes, procuraremos comprender las formas en que nuestros hijos son diferentes, para poder afumar su carácter único, sin molestarnos cuando no son como nosotros. La comprensión de las diferencias puede ayudarnos a dejar en libertad a cada hijo para que desarrolle su pleno potencial, a D.n de que llegue a ser el individuo único creado por Dios. Muchos malentendidos podrían evitarse si aceptáramos las diferencias temperamentales de nuestros hijos, si aprendiéramos a apreciar el carácter único de cada uno, y si buscáramos los medíos de satisfacer sus necesidades particulares. ¿Qué puedo hacer ahora? 1. Divida una hoja de papel en varias coLumnas. una para cada hijo. Escriba el nombre de cada uno al comienzo. A continuación, escriba en cada columna palabras para describir la personalidad de cada hijo. Encontrará características de los cuatro temperamentos en cada hijo, pero uno de ellos se destacará en forma más prominente. ¿Se parece el temperamento de ese hijo al suyo o es diferente? ~.Aprenda más acerca de los cuatro temperamentos básicos. Hay libros. que describen y analizan extensamente los diferentes temperamentos. Puede conseguirlos en una biblioteca o comprarlos en una librería.
Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea la historia de Jacob y Esaú en Génesis ~5=~~ al ~7· "Jacob y Esaú, los hijos gemelos de Isaac, presentan un notable contraste, tanto en su carácter como en su vida [.. .]. Esaú creció interesado en la gratificación de sí mismo y concentrado únicamente en el presente. Como las restricciones lo impacientaban, se complacía en la bravía libertad de la persecución, de modo que temprano escogió la vida del cazador. Sin embargo, era el favorito de su padre. El pastor tranquilo y amante de
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la paz se sintió atraído por la osadía y el vigor de su hijo mayor, quien recorría sin temor la montaña y el desierto, y regresaba a su hogar con la caza para su padre y con impresionantes relatos de su vida aventurera. Jacob, reflexivo, diligente y cuidadoso, preocupado siempre del futuro más que del presente, se conformaba con permanecer en el hogar, ocupado en el cuidado de los rebaños y el cultivo de la tierra. Su paciente perseverancia, ahorro y previsión eran apreciados por su madre. Sus afectos eran profundos y fuertes, y sus atenciones amables e incansables añadían mucho más a su felicidad que las manifestaciones de bondad ocasionales y alborotadas de Esaú" .•a 1. Haga cuatro columnas en una hoja de papel. Escriba en cada una uno de los nombres que siguen: Isaac, Rebeca, Jacob, Esaú. Anote, bajo cada nombre, los rasgos de personalidad que encontró en su lectura. ~. Los cuatro temperamentos básicos están representados en esta familia, y cada persona ejemplinca uno de ellos: sanguineo, colérico, melancólico y flemático. ¿Puede ahora identincara cada personaje con su temperamento?
Referencias ' LaVonne Neff. One ofa Kind (Portland. Oregon: Multnomah Press, 1988). pp. 1-19. 'ElenaG. de White.E!Deseado!ktodaslasgentes, p. 258. 3 Ibíd., p. 262. 4 Ibíd .. p. 263. s Florence Littauer, Personality Plus (Oíd Tappan. Nueva Jersey: Fleming H. Revell Co., 1983): Your PersonalityTree (Dalias: Word, 1986). 6 Dorothy Eaton Watts. The Best You Can Be (Hagerstown, Maryland: Review and Heraid. Publ. Assn., 1993), pp. 99· 100. 7 David Keirsey y Marilyn Bates, Please Understand Me! (Del Mar, California: Prometheus Nemesis Book Co., Inc., 1984), pp. 101, 102. 8 lbíd .. p. 105· 9 Ibíd .• pp. 105, 106. •o James C. Dobson,Parentinglsn'tforCowards (Dalias: Word Pub., 1987) pp. 51-60,226. " Mora Dickson. &lcwed Partner: Mary Moffat of Kuroman (London: Dobson Books, 1976), p. 193. " Elena G. de White, Patriarcas y profetas (Mountain View, California: Paciñc Press Publ. Assn., 1979), p. 175.
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la encomienda que el cariero le habla entregado y cerró la puerta. Miró las palabras escritas en el paquete: "Devuelva al remitente". Se le hizo un nudo en la garganta, y los ojos se le llenaron de lágrimas. Pensó: ¡No puede ser! ¿Por qué nos devuelven nuestros regalos? Esa noche, mostró el paquete sin abrir a su esposo, Benjamín, quien dio un profundo suspiro y dijo: -Y el cheque que envié para el cumpleaños de Jack nunca fue cobrado ... -Pero no podemos darnos por vencidos -dijo Elda-. Tiene que haber algo que se pueda hacer. Hornearé unos panecillos que le encantan a Jack. Se los llevaré yo misma. Estoy segura de que no los rechazará. Pero los rehusó. La amplia brecha abierta entre El da y Benjamíny su hijo y su familia cada año se profundizaba más. Ninguna muestra de amistad era aceptada. El da y Benjamín continuaron escribiendo,llamando por teléfono y enviando regalos, aunque estos eran sistemáticamente devueltos. -Siempre esperábamos, y orábamos, que algún día nuestro amor lograra cruzarla pavorosa brecha que se había abierto entre nosotros y nuestro hijo y su familia -comentó Benjamín.
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Hasta que el amor encontró un camino. Demoró diez años, pero fmalmente se remedió la enajenación, gracias al puente que se había edincado con ayuda del persistente amor de Elda y de Benjamín. Con cuidado y oración reconstruyeron una relación de amor con su familia enajenada.' La construcción de puentes de amor es tarea de todos los padres de hijos pródigos. A continuación presentaremos cuatro columnas de este puente.
Aprenda a escuchar Esta es la primera columna. El psicólogo cristiano William Bakus anrma: "El secreto de las buenas relaciones entre adultos es escuchar".~ Este mismo principio se encuentra en Santiago 1:19: "Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse". Sin embargo, como padres, estamos acostumbrados a hablar y no a escuchar, lo cual prepara el terreno para que surjan conflictos. El caso de Noe mí ilustra cuán dencientes somos para escuchar. Cierta vez, Noemí llamó a su padre porque estaba molesta por una discusión que había tenido con su esposo. -Hola, papá -saludó-. Gilberto y yo tuvimos una tremenda discusión. -¿Sobre qué discutieron? -quiso saber el padre. -Me dijo que soy una malcriada y consentida -contestó Noemí-. Dijo que siempre quiero hacer lo que a mí se me ocurre, sin tomar en cuenta su parecer. Y luego se fue. -¿Eso fue lo que dijo? ¡Ese infeliz no tiene derecho de hablarle así a mi hija! Se lo diré en su cara la próxima vez que lo vea. -No lo hagas, papá. Todo está bien. No le digas nada. Pero el padre no estaba "escuchando". No había comprendido la necesidad afectiva de su hija. De modo que fue a ver a Gilberto a su oncina y lo increpó por tratar mal a su hija Noe mí. -Lo que hizo mi padre no fue de ninguna ayuda -explicó Noemí a su amíga Carolina-. Lo que yo buscaba era algo de simpatía, pero en ningún momento esperé que él reconviniera a mí marido. Mi
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DOROTHY EATON WATTS
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padre consideró que la actitud de Gilherto era un insulto contra él como padre, de modo que estaba defendiendo su propio orgullo, más que a mí misma. No era eso lo que yo esperaba de su parte. -¿Qué deseabas? -preguntó Carolina. Después de pensarlo un momento, Carolina respondió: -Lo que deseaba era que mi padre me reconfortara y me dijera que yo no soy malcriada ni consentida, y que no siempre insisto en hacer mi propia voluntad. Más que nada, anhelaba que me escuchara y me manifestara amor. Pero no, él siempre tiene que intentar algo para arreglar las cosas. 3 El padre de Noemi tenía un "problema auditivo", una afección que afecta a muchos padres de hijos mayores de edad. William Backus sugiere que hay varias cosas que los padres hacen durante una conversación con sus hijos adultos, que activa ese "problema auditivo": pensar en forma defensiva, evaluar los comentarios, esperar el momento de contraatacar, idear soluciones, buscar faltas y planificar lo que dirán a continuación.+ Si queremos construir puentes de amor, necesitamos aprender a eliminar de la mente nuestra propia agenda, con el fm de concentrarnos en lo que nuestros hijos adultos están diciendo. Tal vez descubramos que hemos estado tan ocupados esperando para decir a nuestros hijos lo que pensamos que no hemos estado dispuestos a escuchar cómo se sienten. Superemos las barreras Imagine que su amistad con su hijo o hija mayor de edad es una calle de doble tránsito. Usted desea disfrutar de la amistad de su hijo adulto. y él o ella también querría ser su amigo o amiga. Ambos transitan en sentido opuesto por esa calle llamada amistad, esperando encontrarse; pero tropiezan con barreras en el camino. Procuran comunicarse, pero se vuelven frustrados por donde habían venido. Las barreras son expresiones que usamos para comunicar falta de aceptación de las palabras o de la actitud de alguien. Son palabras que empleamos para comunicar nuestro deseo de
68 que cierta persona camhie; que piense, sienta o actúe en forma diferente. Las barreras comunican hostilidad y falta de aceptación. Detienen la comunicación. Existen tres clases básicas de barreras: juzgar, sugerir soluciones y evitar las preocupaciones de la otra persona. 1. Juzgar. Las barreras que consisten en juzgar a una persona incluyen crítica, insultos, diagnóstico, calificación, echar la culpa y avergonzar. Estas barreras hacen que una persona se sienta no aceptada y que deje de aceptar. Un ejemplo ilustrativo es lo que Bárbara Johnson dijo a su hijo Larry cuando descubrió que era homosexual. Sus palabras condenatorias: "preferiría verte muerto que convertido en homosexual", pusieron fin a su comunicación con Larry durante once meses (vea el capítulo 4). ~.Sugerencia de soluciones. Nosotros, los padres, somos muy eficientes en esto. Estas barreras incluyen ordenar, imponer, exigir, amenazar, predicar, erihtir juicios moralizadores, interrogar y aconsejar. El padre de Noe mí utilizó esta barrera. Su hija manifestó resentimiento porque él intervino con una solución. Eso suponía que el juicio de Noemí no era sólido. Le hizo sentir que él no la había escuchado ni comprendido, que no era amada y que era incapaz de ocuparse de sus propios asuntos. 3. Conducta evitativa de las preocupaciones de la otra persona. Evitamos las preocupaciones de nuestro interlocutor cuando distraemos su atención, discutimos y apaciguamos, o cualquier cosa que hagamos con el fin de procurar que nuestros hijos dejen de sentirse mal. Cambiamos el tema o les decimos que la situación no es tan mala como ellos piensan; que se sentirán mejor después de una buena noche de descanso. El empleo de esta clase de barrera comunica nuestro deseo de alejarnos del dolor y la aflicción de nuestros hijos. Ruth Bell Graham es una madre que comprendió que hay veces en que es mejor no hacer nada, en lugar de construir barreras. Una de esas veces fue cuando su hijo Franklin fue expulsado
69 de un colegio cristiano. Él confesó que en esa ocasión había regresado lentamente a su hogar, para posponer todo lo posible la inevitable reunión con sus padres. Temía la reconvención que sabía que merecía. Esta era una ocasión perfecta para erigir barreras. Probablemente, él esperaba que sus padres lo juzgaran y lo avergonzaran; que le dijeran: "Debieras sentirte avergonzado. Tendrías que haberte portado mejor. Después de todo el dinero que gastamos en tu educación, has vuelto a meter la pata. ¿Cuándo demostra ~ rás un poco de buen juicio?" Hubieran podido muy bien predicar, ordenar y amenazar: "Franklin, te hemos dicho muchas veces que tienes que obedecer las reglas. Tienes que aprender a respetar la autoridad porque, si no lo haces, nadie sabe adónde irás a parar". Cuando llegó a la casa, vio a su madre de pie en la entrada. Él cuenta lo que sucedió: "Quise correr a esconderme en la cueva más cercana que pudiese encontrar. Cuando me aproximé a ella, sentía todo el cuerpo semi paralizado. A duras penas pude levantar la cabeza y extender los brazos para abrazarla. No necesité hacerlo, porque mi madre me abrazó con fuerza, sonrió y me besó como siempre, para darme la bienvenida al hogar". No hubo ninguna reconvención. Nunca se habló de su expulsión del colegio. No se erigieron barreras. "Ellos sabían que yo había aprendido una dura lección, de modo que no me abrumaron con culpa adicional. No necesitaba que alguien mll,s me hiciera ver lo estúpido que había sido. Ya lo sabía muy bien".s Ese día, Ruth Graham dio una demostración sobre la construcción de un puente de amor, al negarse a edihcar barreras entre ella y su hijo.
Vulnerabilidad Jesús renunció a su elevada posición para venir a este mundo con el objetivo de ser como nosotros. Fue accesible, pero al mismo tiempo quedó expuesto a los ataques. Se hizo vulnerable, y se expuso a la ofensa y el rechazo. Su vulnerabilidad lo llevó a
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la muerte, pero el resultado fue el triunfo de la resurrección. "Como padres afligidos, podemos encontrar nueva vida si seguimos su ejemplo. Al exponernos al riesgo de recibir nuevas ofensas, en realidad, lo más frecuente es que se produzca una renovación en nuestras relaciones con hijos problemáticos". 6 El amor quitará las capas de nuestro orgullo y nos hará accesibles; y nuestros hijos verán que deseamos mostrar nuestro lado humano. Necesitamos hacerles comprender que no somos perfectos; que también nosotros luchamos con las tentaciones y los problemas. Tenemos que confesar cuando nos hemos equivocado. Es conveniente que nuestros hijos se enteren de que hemos cometido errores. Solo siendo amplios y honrados podremos construir un puente de comunicación con nuestros hijos adultos. Donaldo mantenía escasa comunicación con Cliff, su hijo de ~3 a:fios. Parecía que vivían en mundos separados. Donaldo se sentía ofendido, y no apreciado como padre. Cliff sentía que no era amado como hijo. Un día, Donaldo hizo un examen de conciencia y comprendió que había cometido algunos errores graves durante los años de crecimiento de su hijo. Decidió hacerse vulnerable, abrirse a su hijo y decirle cómo se sentía realmente; sentimientos que había ocultado por veinte años. -Habíamos orado durante varios años pidiendo un hijo -le dijo a Cliff-, y tú llegaste a nuestro hogar. Y estaba emocionado. ¡Eras tan hermoso y alegre!, aun cuando sufriste el accidente que te dejó una pierna lisiada. No podías hacer cosas que otros niños hacían,,A veces se burlaban de ti, y eso me hería profundamente. -Quería protegerte -prosiguió el padre-, pero no podía. Decidí dejar que aprendieras a endurecerte y cuidar de ti mismo. De modo que te dejé solo y te forcé a hacer las cosas por tu cuenta. Ahora comprendo que me había equivocado. Eso debió haberte parecido como si me hubiese olvidado de ti. -Papá, tú nunca estabas a mi lado cuando yo te necesitaba -dijo Cliff, con una inflexión de ira en la voz-. Te odiaba por eso. Pensé que te avergonzabas de mí por mi condición de lisiado; que no te importaba lo que me estaba sucediendo.
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-Ahora comprendo que me estaba protegiendo a mi mismo. Me mantenía ocupado con mi trabajo. Me imagino que trataba de escapar de tu dolor. Hasta pensé en acabar con la vida de todos nosotros. Sé que todo eso fue un error, y no te culpo por lo que sientes por mí. Tampoco yo estoy satisfecho conmigo mismo. Lo lamento mucho, hijo. Te ruego que me perdones. Esta no fue una escena fácil pero, por lo menos, Donaldo y Cliff habían comenzado a comunicarse. Las primeras veces que dialogaron juntos estuvieron llenas de tensión. Donaldo no estaba seguro de poder soportar la ira de Cliff. Pero, poco a poco, comenzaron a disfrutar de la mutua compañía, a relacionarse como dos adultos y a comprenderse cada vez mejor.? Donaldo comenzó a construir un puente de amor cuando estuvo dispuesto a admitir sus errores y a pedir a su hijo Cliff que lo perdonara. Infundamos ánimo Debemos damos ánimo unos a otros (Heb. 10:~5). La expresión de nuestro aprecio es la forma más eñcaz de animar a alguien. Es hacer lo que Dios hizo por su Hijo en el río Jordán, cuando pronunció palabras de sincero aprecio: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mat. 3:17). Las palabras tienen·un tremendo poder. Una palabra dicha como conviene y en el momento oportuno puede cambiar el rumbo de la vida de una persona. Kate McLaughlin descubrió el poder de las palabras animadoras. Ella y su esposo, Miguel. habían estado buscando la forma de amar a su hijo Daniel, a pesar de que tenía un estilo de vida que distaba mucho de ser lo que ellos deseaban. Aunque era un homosexual declarado, tenia numerosas cualidades de las que ellos se sentían orgullosos. Buscaban toda oportunidad de afirmar su amor por él, de expresarle su aprecio. Durante una Navidad, Daniel le escribió a su padre: "Rabia deseado decirte cómo me sentía la última vez que estuviste aquí, cuando me dijiste antes de partir que estabas orgulloso de mi. Me sentí bien, papá; muy bien. Experimenté una tibieza en todo
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mi interior, y hasta sentí deseos de llorar[ .. .]. Quiero agradecerte, papá. Estoy agradecido porque tú eres mi padre". 8 Poco después de eso, Daniel compartió con sus padres la noticia de su regreso a Dios y de su elección de vivir como persona soltera. Cuán agradecidos se sintieron sus padres por haber mantenido abiertas las líneas de comunicación, y haber construido un puente de amor mediante la afmnación y el acto de infundirle ánimo. Tony Campo lo también tuvo una madre que le infundía ánimo. Escribe: "Mi madre tenía una manera de reducir a un mínimo mis fracasos y de maximizar mis triunfos. Me decía con frecuencia lo orgullosa que se sentía por todo lo bueno que yo hacía. No recuerdo que me haya dicho: 'Pudiste haberlo hecho mejor'. En cambio, siempre me hacía sentir que había hecho más de lo que habían esperado de mí. La oía decir a sus amigos: 'Ese hijo mío es una gran cosa. No tiene las ventajas de la mayor parte de los muchachos de este vecindario, pero está haciéndolo muy bien en la escuela. ¿Quién habría adivinado que mi hijo tendría tanto éxito?' Cada día, cuando salia de la casa, lo primero que me decía era: '¡Recuerda! ¡Puedes llegar a la cumbre, por Jesús!' "Hacíamos bromas en relación con eso; pero la última conversación que tuve con ella antes de su fallecimiento terminó con esas mismas palabras. Mi madre me hacía sentir especial. Me hacía sentir que era capaz de efectuar cosas importantes. Me convenció de que yo podía vencer cualquier limitación originada en el ambiente en el que vivía". 9 ¿Qué puedo hacer ahora? 1. La escritora Catherine Marshall cierta vez decidió dejar de pronunciar palabras de crítica.' 0 Ejerció un cuidadoso control con el objetivo de que no saliera ninguna crítica de su boca durante el día. Ponga en práctica este recurso la próxima vez que esté con sus hijos adultos. Es posible que encuentre que es más difícil de lo que imagina, pero es una forma de comenzar a construir un puente de amor.
73 ~- Escriba una carta de agradecimiento a cada uno de sus hijos adultos. Exprese en ella su agradecimiento porque son sus hijos. Incluya cosas específicas que aprecia en cada uno. Expréseles el orgullo que siente por ellos. No mencione los aspectos de sus vidas que le causan preocupación. 3. La próxima vez que hable con sus hijos, decida prestar atención a su propio comportamiento como persona que escucha. Sintonice la misma "onda" de sus hijos. ¿Cómo responde cuando su hijo o hija está hablando? Estudie su comportamiento. Anote las respuestas que revelan que no oye correctamente lo que sus hijos le dicen.
Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea los pasajes bíblicos que proponemos a continuación y que nos dicen algo acerca del intento que Dios hace por construir puentes de amor para nosotros, sus hijos descarriados. ¿Qué columna ilustra cada caso: escuchar, vencer las barreras, vulnerabilidad o dar ánimo? 1. Salmo 6:9; Salmo 34:4; Zacarías 10:6; Zacarías 13:9. ~- Lucas 15:n-3~; Salmo 103:~-s. 10, u; Apocalipsis~:~. 3, 13. 3. Juan 8:n; Juan 3:17; Romanos 8:34-39. 4· Filipenses ~:s-8; Isaías 53; 1 Juan 4:9, 10.
Referenciaa ' Marjorie M. Lewis y Greg Lewis, The Hurting Parents, pp. 99· 100. 'William y Candace Backus. What Did IDo Wrong? What can Ido NO'W?, p. 1~5. 3 Carolyn Johnson, Forever a Parent (Grand Rapids: Zondervan Publ. Home, 199~). pp. ~~~. ~~3. 4 Backus. pp. 1~6. 1~7. s Franklin Gram., Rebel With a Cause, pp. 106, 108. 6 Backus, p. 93. 7Jbíd., p. 90, 9~· 8 Jbíd. 9 Kate McLaughlin, My Son, Beloved Stranger (Boise, Idaho: Paciñc Press Publ. Assn, 1995). p. 138. •o Catherine Marshall,A Closer Walk (New York: Avon Books, 1986), pp. 6~. 63.
®:razón de Davy Crockett, un joven de quince años, latió más aprisa cuando llegó a los senderos familiares en los alrededores del río Nolichucky, en lo que hoy es el Estado de Tennessee, Estados Unidos. El aire mismo tenía el aroma del hogar. Se detuvo un momento, a la hora del crepúsculo, ante una amplia casa de troncos, que había sido bastante maltratadapor el tiempo. Había varios vagones cubiertos, estacionados en el espacioso patio. Un letrero, tallado en madera, colgado encima de la puerta, anunciaba: "Hostería Crockett. Cuarto y Comida". "No puedo hacerlo -se dijo David sacudiendo la cabeza-:-.. ¿Y si no se acuerdan de mi? Después de todo, han pasado casi tres años". Recordaba claramente el momento de su partida. Entonc~s tenía solo trece años y asistía a la escuela por primera vez. El ~o día de clases le dio una paliza a un muchaQho. Temiendo un. rudo castigo por parte del severo profesor, escapó al bosque y se oC!lltó; Cuando su padre se enteró de su mal comportamiento, le prometió una buena paliza al día siguiente, si no iba a la escuela. Atrapado
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entre dos temibles castigos, David tomó un contrato con un hombre que arrearía un hato de reses hasta el Estado de Virginia. Ahora había regresado. ¿Cómo lo recibirían? "Entraré en la hostería como cualquier otro viajero -decidió David-. Tal vez, ni siquiera me reconocerán". Y no lo reconocieron. Después de todo, hacía mucho que lo habían dado por muerto. Solo cuando se hubieron sentado alrededor de la mesa, para servirse la cena, fue reconocido por su hermana. -¡David! -exclamó la muchacha, corriendo alrededor de la mesa para encontrarse con él y darle un gran abrazo-. ¡David, mi hermano perdido! ¿Dónde has estado? -¡No puedo creerlo! -exclamó su madre entre lágrimas-. ¡Habíamos pensado todo el tiempo que estabas muerto! ¡Pero me alegro porque has regresado a casa! "El gozo de mi familia por mi regreso era tan grande que me sentí humillado -escribió David posteriormente-. Lamenté no haber aceptado el castigo, en lugar de haber sometido a mi familia a tanta aflicción como la que tuvieron que soportar por culpa mía" .• La familia Crockett sabía cómo manifestar benevolencia a un hijo pródigo. Comprendieron la importancia de los vínculos de amor, ese misterioso poder que envuelve y atrae con una aceptación abundante y completa. El lazo del amor de Dios Phillip Keller nació en un hogar de misioneros que trabajaban en el país africano de Kenya. Pero durante muchos años manifestó una actitud rebelde en contra de la sencilla fe de sus padres, y procuró alcanzar el éxito sin la ayuda de Dios. Sin embargo, Dios lo guió pacientemente hasta que lo hizo despertar a la realidad espiritual. Lo llevó de vuelta a África, con el fm de que trabajara como misionero para los miembros de la tribu Masai, como respuesta a las oraciones de su madre. Hoy se conoce a Phillip Keller como autor de más de treinta libros acerca de la vida cristiana práctica. 2 "Su lazo de amor" es la expresión particular que Keller emplea para designar los medios que nuestro Padre celestial usa para atraer
77 hacia sí a sus hijos rebeldes. Oseas los llama" cuerdas de amor". "Yo con todo eso enseftaba a andar al mismo Efraín, tomándo le de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui a ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida" (Ose. u:3, 4). "El amor de Dios todavía suspira por aquel que ha elegido separarse de él, y pone en acción ciertas influencias para traerlo de vuelta a la casa del Padre [ ... ] . Una cadena dorada,la misericordia y la compasión del amor divino, se hace pasar alrededor de cada alma en peligro". 3 ¡Qué descripción de nuestro Padre celestial afligido! ¡Qué descripción de amor, misericordia, bondad y gracia! ¡Qué ejemplo para los padres de los hijos pródigos!
¿Qué es la gracia? La gracia es un favor inmerecido; es el don de misericordia, en lugar del castigo. Una mujer fue a entrevistarse con el emperador Napoleón y le pidió lo siguiente: -Le ruego que perdone a mi hijo. -No -contestó Napoleón-. Este es el segundo delito de su hijo. La justicia exige que muera. -¡No estoy pidiendo justicia! -exclamó la madre-. Lo que pido es misericordia. -Tampoco merece misericordia, después del delito que ha cometido -informó Napoleón. -Si la mereciera, entonces no sería misericordia -arguyó la madre-. Misericordia es lo único que pido. El Emperador, conmovido por el sencillo ruego de la madre, declaró: -Está bien, entonces tendré misericordia. Su hijo ha sido perdonado.4 La gracia es un rey que otorga perdón. Es un padre que corre al encuentro del hijo pródigo. Es el beso de llll.a madre, cuando
78 un hijo o hija se ha comportado mal. Es la presentación de un regalo a un hijo o una hija desagradecidos, que no lo merecen. Es el espléndido don que Dios nos ofrece cuando vamos a su presencia con la conciencia culpable. Es el asombroso mensaje de que él está por nosotros y no contra nosotros. Una gracia maravillosa John Newton experimentó esa gracia personalmente en medio de una tormenta en el mar. Aunque había sido criado por una madre piadosa, quien le enseftó la Biblia, él le dio la espalda a Dios durante su adolescencia. Entonces, se embarcó y trató de olvidar lo que su madre le hahia enseftado. Descubrió que podía hacer reír a los demás tripulantes torciendo las palabras de la Biblia para convertirlas en chistes ii·reverentes. John fue de mal en peor, hasta que una patrulla de reclutamiento lo obligó a servir en un buque de la Armada. Desobedeció las órdenes, y fmalmente tuvo que trabajar en un barco trancante de esclavos en la costa africana, donde se convirtió en esclavo de los esclavos. Un dia escapó de ese navío y se embarcó con destino a Inglaterra. Durante ese viaje, una violenta tempestad puso en peligro el barco. El capitán, temeroso, quería arrojar a John al mar, porque supuso que la tormenta era el castigo de Dios para John Newton; y él mismo pensaba que eso podia ser cierto. Mientras las olas amenazaban con hundir el barco, Newton pensó en su vida de pecado y en lo mucho que se había apartado de las enseñanzas de su madre. Pensó que sus pecados eran demasiado grandes para ser perdonados, y que la muerte era un castigo justo y merecido. Cuando pasó la tormenta y el barco seguia a flote, Newton lo consideró como una señal de esperanza. Comenzó a orar por primera vez en muchos años. Los días que siguieron abundaron en peligros. No tenían muchas provisiones, y el barco había perdido la mayor parte de sus velas en la tormenta. No era posible que encontraran otro navío. John pasó esos días orando y leyendo la Biblia, buscando el ca-
79 mino de regreso a Dios. Un día, leyó la historia del hijo pródigo en Lucas 15. De pronto se vio a si mismo como el hijo descarriado de la historia, y comprendió que los brazos de su Padre celestial esperaban para darle la bienvenida, porque había vuelto al hogar. Ese día, John Newton aceptó la gracia de Dios y nació de nuevo. Después de regresar a Inglaterra, llegó a ser un pastor muy querido y autor de himnos religiosos. Nunca se cansó de contar cómo había sido salvado por la gracia de Dios, en medio de una tormenta en el mar. Manifestó su gratitud con estas palabras:
¡Maravillosa gracia! Cuán dulce eres, Que salvaste a un hombre vil, como yo! Una vez estuve perdido, pero fui encontrado. Estuve ciego, pero ahora veo. s La vida de John Newton muestra que las cuerdas del amor de Dios son lo suñcientemente largas para alcanzar a los hijos pródigos, no importa cuánto se hayan alejado del hogar. Pero esa gracia no es solamente para los hijos descarriados, sino también para los padres que se han descarriado.
Gracia para los padres Cierta vez, desperté a las cuatro de la mañana y no pude seguir durmiendo. Aparecían con insistencia en mi mente todos mis errores cometidos en el pasado, mis imperfecciones de carácter y las muchas veces que había fallado a Dios, especialmente en mi relación con mis hijos. Finalmente me invadió el desánimo, me levanté y me puse a leer la Biblia. Encontré ánimo enMiqueas 7:18 y 19: "¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado [. . .]? Echará en lo profundo del mar vuestros pecados". ) Entonces oré: "Gracias, Señor. Te agradezco por tu amor y por tu gracia, que perdonan todas las faltas que he cometido como madre. Te ruego que me ayudes a ser como tú, y que pueda ofrecer gracia a mis hijos. Ayúdame a olvidar sus pecados, asi como tú te olvidas de los míos".
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Gracia para nuestros hijos Piense en lo que la gracia de Dios signi:ó.ca para nosotros como padres. Piense en la forma en que nuestro Padre celestial nos trata cuando nos alejamos de su voluntad. Podemos hacer lo mismo por nuestros hijos. La gracia, posiblemente, sea el mayor don de amor que podamos derramar sobre nuestros hijos adultos. La gracia de Dios es siempre amable, de modo que debiéramos procurar ser siempre amables con las frágiles emociones de nuestros hijos descarriados. Pensaremos dos veces antes de hablar; refrenaremos la lengua, para que no pronuncie palabras duras y aflictivas, para no lacerar más un espíritu que ya está herido. La gracia de Dios,lo mismo que la suave lluvia del verano, da esperanza a nuestro dolido corazón. También nosotros debemos ofrecer esperanza a nuestros hijos, mediante una relación de misericordia y de perdón. La gracia de Dios nos acepta totalmente, tal como somos. Del mismo modo podemos nosotros aceptar a nuestros hijos pródigos, sin importar lo mucho que nos hayan frustrado. Podemos aceptarlos tal como son ahora, con sus puntos fuertes y sus debilidades, sus posibilidades y sus éxitos. En todos los chascos de la vida, aun los que nosotros mismos hemos causado, la presencia de Dios nos reconforta. Su gracia sana y bendice. De modo que podemos ser como bálsamo calmante para nuestros hijos, ofreciéndoles gracia que los reconfortará, sanará y bendecirá, aunque ellos mismos se hayan acarreado las di:ó.cultades. La gracia de Dios nos anima con palabras de bendición, amor y esperanza, cuando merecemos maldición, deshonra y muerte. De modo que podemos ofrecer ánimo a nuestros hijos aunque no lo merezcan. La gracia ofrece un nuevo comienzo. Margarita fue a visitar a Gregario, su hijo adulto. Se enojó en cuanto llegó a la puerta. Tenía ~9 años y seguía trabajando con un sueldo mínimo ... cuando trabajaba. Se molestó al pensar que vivía en forma miserable. La mitad de las veces, su hijo no sabía dónde
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dormiría ni qué comería. Sus amigos le permitían dormir en un sofá o en el suelo, cuando no tenía trabajo. A veces dormía en su automóvil y se bañaba en la playa. -¡Eres igualito a tu padre! -le gritó-. ¡Si no cambias tu vida, terminarás siendo un vago, miserable y solo, tal como él es! -¡Cállate! -le gritó Gregario, furioso-. ¡Deja de intentar dirigir mi vida! A Margarita se le llenaron los ojos de lágrimas cuando comprendió que había hecho lo que había prometido no hacer nunca: compararlo con su padre, que los había abandonado cuando Gregorio tenía ocho años. Se alejó de la casa sintiéndose muy mal. -Esta vez si que lo he arruinado todo -le dijo a su amiga Karen-. No tenía la intención de manifestar tanta crueldad. Pero parecía que éramos dos desconocidos, y no sabía cómo hablar con él. Es tan porñado que no sé qué más hacer. -Puedes comenzar de nuevo -sugirió su amiga-. Puedes reconocer tus errores y comenzar de nuevo. -¿Comenzar de nuevo? -preguntó, asombrada, Margarita-, ¿Cómo podría hacerlo? Gregorio tiene ~9 años. Nunca más será mi niñito. -Recuerdo haber oído un sermón acerca de nuestro Dios, que da una segunda oportunidad, y una tercera o cuarta si las necesitamos -le dijo su amiga-. Él nunca nos vuelve la espalda. Estoy convencida de que te dará otra oportunidad. Él intervendrá para que mejoren las relaciones entre Gregario y tú. Después de que Margarita se hubo ido, Karen O'Co~r pensó mucho en el Dios que da una segunda oportunidad. Escribió: "Cuando volvi a casa esa mañana, me impactó la idea de una segunda oportunidad, y lo que eso podría signi~car para otros padres como Margarita y como yo: madres y·padres que anhelaban tener la oportunidad de restaurar una relación deterío rada con sus hijos adultos. 6 Y eso es exactamente lo que la gracia de Dios hace. Jesús murió en la cruz del Calvario con el ñn de brindar una segunda oportunidad a los padres y a los hijos pródigos. Las cuerdas de
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amor están hechas con hebras de misericordia y de gracia. ¿Qué puedo hacer ahora? 1. Elabore una lista de personajes bíblicos que hayan arruinado sus vidas y a quienes Dios, en su amor y su misericordia, haya ofrecido una segunda oportunidad. ~. Escriba una carta de amor a Dios, para agradecerle por su bondad y misericordia en su vida. Mencíone específicamente ocasiones en las cuales le ha dado una segunda oportunidad y manifestado amor y gracia inmerecidos. Luego, confiese la dificultad que experimenta para extender esa misma gracia a sus hijos. Pídale que le dé fortaleza para confeccionar cuerdas de amor con las hebras de misericordia y de gracia. 3. Elija cada día un versículo bíblico que contenga la palabra "gracia". Léalo en diferentes versiones, si eso es posible. Escriha su propia versión de ese versículo e inserte su nombre cuando pueda hacerlo. Vuelva a escribirlo, insertando los nombres de sus hijos. A continuación, incluimos algunos ejemplos.
Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea Génesis ~~=9 al18. Considere que en esta historia el ángel habló dos veces, y que cada vez impartió una bendición de gracia especial. 1. ¿Cuáles fueron las dos bendiciones? ~. Isaac impartió la segunda bendición a su hijo, Jacob (Gén. ~8:3). ¿Qué recuerdos habrá tenido Isaac mientras bendecía a su hijo? ¿Qué efecto le parece que el hecho de que Dios salvara la vida de Isaac en el monte Moría, muchos años antes, habrá tenido sobre su impartición de gracia y bendición a su hijo Ja-
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cob, quien le había mentido y había engañado a su hermano? 3. Dios repitió la bendición de Jacob en Bet-el (Gén. ~8:1~, 15). ¿Qué le sugiere esto en relación con la gracia de Dios? Referencias ' Dorothy Eaton Watts, Stepping Stones (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Pub.Assoc., 1987), p. 352· 'Phillip W. Keller. WonderO'the Wind (Waco, Texas: Word,1982), pp.d-2S7. 3 Elena G. de White, Palabras de vida del gran Maestro (Nampa, Idabo. Publicaciones Interamericanas, 1971), p. 159. • H. M. S. Richards, The Premises ofGod (Washington D.C., Review and Herald Pub!. Assoc. 1956), p. 264. s Samuel Fisk, Forty Fascinating Convertían Histories (Grand Rapids: Kregel Pub., 1993), pp. 105-110. Ruth Be! Grabam, Prodigals and Those Who Love Them (Colorado Springs: Focus on the Family. 1991), pp. 27-32. Hugh Ted Kerry John M. Mulder, Conversions (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pub. Co., 1983), pp. 87-91. 6 Karen O'Connor, Restoring Relationships Whit Your Adult ChUdren, pp. 3-8.
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había discutido con su vecino sobre el emplazamiento de un cerco durante treinta afi.os. A causa de la disputa, ninguno de los dos quería enderezarlo. Cuando se encontraba en su lecho de muerte, decidió poner fm a eS!l si:tuació~. llamó a su esposa y le dijo: -Avísale a Abner que me estoy muriendo, y que d~o hablar con él. Ella regresó al rato con el vecino Abner. El aneiano habló con voz temblorosa: -.Abner, tú y yo hemos estado peleándono15 por el emplazamiento del cerco durante treinta afi.os. He dicho algunas cosas bastante desagradables de ti, y ahora deseo decirte lo mucho que lo lamento. Quiero reconciliarme contigo antes de morir. ¿Quieres perdonarme?
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-¡Por cierto que sí! -contestó Ahner, con lágrimas en los ojos-. Reconozco que yo también te he ofendido mucho durante estos treinta años. Así es, ya es tiempo de que seamos amigos. Después de un solemne apretón de manos, el enfermo sacudió un dedo frente a Ahner y le espetó lo siguiente: -¡Pero te advierto, Ahner, que si llego a mejorarme, es mejor que te olvides de lo que he dicho, porque yo tengo la razón en lo que se refiere al cerco!' A veces a los vecinos les cuesta mucho "enderezar los cercos", pero la verdad es que también las familias suelen tener grandes dificultades. Ofensas, injusticias, resentimientos e incomprensiones se amontonan, con el paso de los años, en ambos lados del cerco. Cuanto más edad tenemos, tanto más deseamos enderezar esos cercos, pero cada vez resulta más dificil llevarlo a cabo. Enderezar o reparar cercos significa restaurar las relaciones interpersonales, y eso es lo que más desean los padres y las madres de hijos pródigos. "El perdón es un paso importantísimo en el proceso de restaurar las relaciones con nuestros hijos adultos", afirma Karen O'Connor.• Existen tres formas mediante las cuales podemos usar el perdón para reparar nuestros cercos familiares. Podemos pedirlo, podemos otorgarlo y podemos ofrecerlo. Pedir perdón La señora Nell Thompsony su hijo único, Keith, habían estado enemistados durante doce años. Diversas circunstancias indujeron al hijo a separarse de su familia; ni siquiera la muerte repentina de su padre lo hizo reaccionar. Transcurrieron otros cinco años antes de que Nell, su madre, se enterara de que su hijo se había mudado con su familia al este del país. "Señor, te ruego que ayudes a Keith y a mí a reconciliarnos", oraba la atribulada madre todos los días. Pero nada sucedió. No tenía idea de lo que debía hacer. Cierto día, mientras convalecía de una enfermedad, Nell es-
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87 cuchó una cinta grabada titulada "Claves hacia el corazón humano", de Gary Smalley. Eso la hizo pensar. "Este mensaje es precisamente para mí. Ahora puedo ver dónde he fallado en satisfacer las necesidades de mi hijo sensible y musical. Quisiera haber.sabido antes lo que debía hacer". De pronto, sintió la impresión de que debía escribirle una carta. La madre obedeció a esa voz interior y escribió con mucho sentimiento, pidiendo perdón por los errores cometidos y comprensión para su ignorancia. Luego, fue al correo y la despachó sin demora. Ese mismo día, Enola, una señora que vivía con Nell, llamó a unos amigos para que oraran con ellas. Esperaron una respuesta durante varios días, pero no llegó. Finalmente, en el Día de la Madre, Nell recibió un hermoso ramo de flores. La tarjeta que lo acompañaba decía: "Con todo mi amor. Keith". "¡Cuánta emoción sentí en ese momento", comentó Nell. Poco después de eso, Keith se comunicó con Enola, e hizo los trámites necesarios para que ella y su madre volaran a la ciudad donde él y su familia vivían. Puesto que la madre no había hablado directamente con su hijo, se sentía algo inseguraen relación con el viaje. "¿N os esperará Keith en el aeropuerto? ¿Uevará a su familia? ¿Cómo me tratarán después de todos estos años?", se pre,.. guntaba Nell. Cuando Nell y Enola llegaron al aeropuerto, encontraron esperándolas a toda la familia: Keith, su esposa y sus hijas,· que eran tan altas como su padre. ¡Y pensar que hahia:n sido bebés cuando dejó de verlas! Ese sábado fueron juntos a la iglesia. Keith il'lterp~ó en el órgano melodías de alabanza. A Nell se le llen.arQn los ojos de lágrimas, mientras reflexionaba en la forma en que el Se:dor habia contestado sus oraciones y realizado un milagro.· Ese dia fue el comienzo de una nueva y cariñosa relación entre Nell y su hijo. Ella escribe: "Cada dia transcurrido desde entonees ha estado lleno de gozo. Dios está vivo, se preocupa por nosotros y reina so-
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bre todos; y yo he aprendido personalmente el valor de la amonestación de Santiago, que insta a confesar nuestros pecados unos a otros y a orar unos por otros para ser sanados (ver Sant. 5:16). 3 Stanley E. Jones declara: "Sin la disposición a confesar que uno está equivocado [. .. ] es imposible que se produzca progreso alguno. La gente que pretende estar siempre en lo correcto, en realidad, está siempre equivocada; equivocada precisamente por su actitud de pretender estar siempre en lo correcto". 4
Responder con perdón Betsey Moody nunca se había sentido tan sola en su vida. No solo había muerto su esposo y la había dejado con nueve hijos menores de 16 años; además, se sumaba a su dolor que su hijo mayor se había ido del hogar. Su nombre era lsaías. Había sido su sostén, su orgullo y la alegría de su vida, y ahora se había ido. Cuando anocheció, Betsey encendió una lámpara y la puso frente a una ventana, tal como lo había hecho todas las noches desde su partida. Se puso a pensar: "¿Qué estará haciendo mi hijo? ¿Tendrá comida suficiente? ¿Se habrá convertido en.un alcohólico, como su padre? ¿Cuándo regresará?" "Señor, te ruego que cuides de lsaías, dondequiera que esté, y tráelo de vuelta al hogar", oró de rodillas antes de acostarse a dormir; pero el sueño demoró en llegar. U oró en silencio. Pensamientos angustiosos llenaron su mente. "¿Qué errores cometí en mi relación con él? ¿En qué fallé? ¿Cómo pude haberlo detenido? Si no hubiera estado tan ocupada con los bebés que llegahan uno tras otro, y con el trabajo de alimentar a una familia ... " Betsey sufrió sola su dolor cada noche, mientras la luz de la lámpara ardía junto a una ventana, en caso de que Isaías regresara al hogar. La madre enviaba todos los días a su hijo Dwight al correo, por si hubiera llegado una carta de Isaías, y cada vez el muchacho demoraba su regreso para no presenciar la frustración de su madre. -Es inútil seguir yendo al correo -se quejó Dwight un día-, porque no llegará ninguna carta. Nunca encuentro alguna.
¿Para qué preocuparse? -¡Pero hoy puede ser ese dial -contestó la madre, disimulando el dolor que sentía-. Mi hijo mayor no me ha olvidado. Ahora, apresúrate a ir al correo. -¿Qué hace que estés tan segura? -quiso saber Dwight. -Dios escucha las oraciones de una madre -contestó Betsey-. Él traerá al hogar a mi hijo descarriado. ¡Lo hará! Dwight no discutió, porque conocía el dolor que su madre sentía. En las noches tormentosas oía su voz clamando a Dios por encima del aullido del viento: "Señor Jesús, cuida de mi hijo esta noche. Líbralo de los peligros. Tráelo de vuelta al hogar". El Día de Acción de Gracias siempre colocaba una silla adicional ante la mesa, para lsaías, "por si vuelve hoy", decía. Los meses se transformaron en añ.os. Hasta que un día, sentada a la puerta de su casa, la señora Moody vio a un desconocido que venía por el camino. Tenia una barba larga e hirsuta, y no se parecía a nadie que ella conociera. Se detuvo frente a ella y comenzó a llorar. Cuando la madre vio esas lágrimas, exclamó: -¡Pero si es mi muchacho perdido! ¡Ven. hijo, entra al hogar! -No, madre -contestó entre sollozos-. No entraré hasta que te oiga decir que me has perdonado. La madre lo abrazó con ternura y lloró. -¡Por cierto que te perdono! ¡Bienvenido al hogar! 5 Betsey Moody comprendió que su trabajo como madre de Isaías no consistía en convertirlo en hijo perfecto; tampoco era lograr que llegara a ser un cristiano ejemplar: esa era la obra del Espíritu Santo. Su responsabilidad era sencillamente amarlo, aceptarlo y perdonarlo, y eso hizo de todo corazón. Jeny Cook, en su libro Love, Acceptance and ForgiNeness [Amor, aceptación y perdón], sugiere que si deseamos la restauración de alguien, entonces nuestra parte consiste en ofrecerle tres garantías: 1. Que será amado, siempre, bajo cualquier circunstancia y sin excepción.·
90 ~.Que será totalmente aceptado, sin reservas. 3. Que; no importa cuán lamentablemente haya fracasado o cuán abiertamente haya pecado, recibirá perdón sin reservas cuando lo pida. Luego, sugiere que si no podemos ofrecer a alguien estas tres garantías, nunca podremos lograr que restaure su relación con nosotros, con la iglesia o con Dios. 6
Ofrecer perdón -No puedo perdonar a Pedro después de la forma en que nos ha tratado -dijo Osear al pastor Smith-. ¡No, señor! La ofensa es demasiado profunda. Cuando pida perdón y dé evidencias de que ha cambiado, entonces lo perdonaré. ¡Pero ahora mismo no merece nuestro perdón! -Es verdad -concordó el pastor Smith-. No merece superdón; pero Dios de todos modos le pide que lo perdone. A continuación, abrió la Biblia en Efesios 4:3~ y leyó: "Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo". Luego, siguió diciendo: -Así como Dios tomó la iniciativa para proveernos el perdón, también nosotros debemos dar el primer paso para ofrecerlo a los demás. -Pastor, lo que usted propone es muy duro -respondió Osear-. No sé cómo podría perdonar. Usted no comprende lo profunda que ha sido la ofensa que me ha causado Pedro. -Esa es otra razón para perdonar a Pedro -replicó el pastor Smith-. El perdón es la única forma de sanar esa herida profunda de su corazón. El perdón es, sencillamente, una decisión de desprenderse de ese dolor, de dejar de repetir los agravios que causaron el dolor. -Me niego a ser un hipócrita -declaró Osear-. No puedo decir que perdono cuando no siento deseos de perdonar. -El perdón no es un sentimiento -corrigió el pastor-. El perdón es una elección que efectuamos para no retener una ofensa cau-
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sada por otra persona. Es horrar el registro de su pecado en nuestra mente. Es elegir tratarla como si nunca nos hubiese agraviado. -Pero, la verdad es que me agravió, y no puedo perdonar su comportamiento. -Por cierto que no; yo tampoco apruebo las acciones de Pedro -aclaró el pastor-. El perdón es, sencillamente,liherar a Pedro de su juicio personal y dejarlo por cuenta de Dios. "Mía es la venganza y la retribución" (Deut. 3~:35). dice el Señor. Porque él se encargará de eso, es innecesario que usted lo haga. Perdonar no quiere decir que usted aprueba lo que Pedro ha hecho, sino que usted ya no se lo cargará a su cuenta. El perdón no es un sentimiento, sino un acto deliberado de la voluntad. Efectúe la elección, lleve a cabo la acción, y el sentimiento aparecerá en el momento debido. -Comprendo su punto de vista -admitió Osear-; pero de todos modos no será nada fácil. En efecto, fue una de las cosas más difíciles que Osear realizó. Solo con la fortaleza de Cristo pudo lograrlo. La obra más dificil del amor "El perdón es la obra más difícil del amor y su mayor riesgo -declara Lewis B. Smedes-. Perdonar parece una actividad no propia de los seres humanos. Nuestro sentido de justicia nos indica que la gente debe pagar por el mal que ha causado. Pero perdonar es el poder del amor para romper la regla de la naturaleza". 7 Catherine Marshall es una persona que podría decir que vale la pena correr el riesgo. Catherine hizo frente a numerosos desafíos cuando se casó con Len LeSound y asumió la responsabilidad de ser madre de tres hijos adoptivos. Desde el comienzo, encontró que era especialmente difícil llevarse bien con Unda. Discutían por la ropa, la comida, la hora de acostarse, el dinero y las tareas que debía desempeñar en la casa. Linda creía que su nueva madre no la comprendía y que, además, se había llevado a su padre. Se transformó en una adolescente infeliz y rebelde. Cuando Linda terminó sus estudios universitarios, ya existía un problema mayúsculo.
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Len, Catherine y Linda pasaron muchas horas tratando de llegar al fondo del problema de Linda. Finalmente, a instancias de su padre, Linda se puso de rodillas y confesó a Dios sus pecados de rebeldía e irresponsabilidad. Aceptó con lágrimas de gratitud el perdón y la paz de Dios. Se levantó sonriendo y se aproximó a Len y a Catherine, y también les pidió perdón. Pero, esa noche Catherine no pudo dormir. Después de pedir perdón a Dios por sus propias faltas, supo lo que tenía que hacer. Ala mañana siguiente, Catherine fue a ver a Linda con su Biblia abierta en la historia del hijo pródigo. Le dijo: -Linda, estoy segura de que recuerdas la historia del hijo pródigo. Tengo que confesarte algo. Anoche, cuando recibiste el perdón de Dios, mi reacción fue: "Todos esos años de ansiedad y de problemas que nos causaste a tu padre y a mí, y ahora fuiste perdonada instantáneamente por Dios. ¿No es eso demasiado fácil?" -Esta mañana Dios me dio la respuesta -continuó diciendo-. Dios me habló y me dijo: "Catherine, estás en peligro de tomar el lugar del hermano mayor del hijo pródigo. Abandona todos esos pensamientos negativos acerca de Linda en este momento. Además, quiero que conf:teses eso a Linda". Linda no supo qué decir. -De modo que, como dirían tus hermanos, he sido debidamente reprendida -añadió Catherine-. Linda, ¿quisieras perdonarme? Linda pensó: "Qué lindo que Dios se interese tanto por mí como para hablar con mi famosa madre acerca de nuestro problema. ¡Él debe amarme de verdad!" Luego, dijo a su madre: -¡Oh, mamá, estoy muy impresionada! Por cierto que te perdono. ¡Madre querida, cuánto te amo! 8 Catherine y su hija Linda se abrazaron; "la obra más difícil del amor" había restaurado las relaciones interpersonales dañadas. La decisión de perdonar
Nelson Pendergrass y su esposa ofrecieron a David un hogar, cuando él no lo tenía. Estaba en dif:tcultades con la policía y se
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dirigía directamente hacia una vida de actos de delincuencia. Esta familia hizo lo mejor posible por David; le dio todas las oportunidades y también todo su amor. Cierto dia, sonó el teléfono. -Es la policía -dijo Nelson a su esposa-. David robó un automóvil. Quieren que vaya al cuartel de policía. -¡Oh, Nelson, no otra vez! Yo creía que nuestro amor bastaría para enderezarlo. ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Acaso no sabe lo mucho que nos afecta? -Es evidente que no le importa cómo nos sentimos -comentó Nelson, disponiéndose a salir-. De todos modos iré a ver lo que sucede. Nelson subió a su vehículo y tomó con fuerza el volante. Estaba furioso. Iba pensando: "¿Cómo se atreve David a hacernos esto? ¡N os estamos esforzando tanto para darle una oportunidad, y él vuelve a meter la pata! Merece pasar tiempo en la cárcel por lo que ha hecho. ¡Siento ganas de decirle que desaparezca de mi vida!" Nelson pensó repentinamente en el accidente reciente que había sufrido. Recordó que lo habían llevado al hospital con grandes dificultades para respirar, deseando abandonar la lucha y terminar definitivamente con el dolor que sentia. En ese preciso momento, una enfermera se inclinó sobre él y le ordenó: "¡Respire! ¡Tiene que respirar!" Nelson respiró. "¡Respire, respire, respire", insistía la enfermera. Cada vez, él se esforzaba para obedecer. "Hoy estoy vivo porque esa enfermera no me abandonó -pensó Nelson, recuperando la calma-. Haré ló mismo·por David. No lo dejaré destruirse a sí mismo. Seguiré amándolo y perdonándolo hasta que enderece su vida, aunque demore muchotiempo". Nelson estaba tranquilo cuando se sentó junto a David en la celda donde lo habían encerrado. Le dijo: -David, no he perdido la esperanza de que cambies tu estilo
94 de vida. Tampoco permitiré que tú la pierdas: volverás a casa. Mamá y yo todavía te amamos. Te perdonamos. Saldremos juntos de esta situación, con la ayuda de Dios. 9 David es, en la actualidad, una persona responsable y productiva, porque sus padres decidieron perdonar el pasado, dedicarse a mejorar sus relaciones con su hijo y dejar el resto en las manos de Dios. ¿Qué puedo hacer ahora? 1. Busque en una concordancia de la Biblia las palabras "perdonar" y "perdón". Elija doce pasajes para leer. ¿Cuáles le hablan especialmente como padre o madre afligido? Elija uno que se aplique a su situación, y vuelva a escribirlo en forma parafraseada. Ponga su propio nombre y el nombre de su hijo o hija en el pasaje. ¿Qué mensaje le brinda acerca del perdón? ~.Encuentre un lugar tranquilo y sin distracciones. Escriba en una hoja de papel todas las cosas que su hijo o hija ha hecho contra usted. Cuando haya terminado su lista, preséntela a Dios en oración y entréguele cada una de sus ofensas. Dígale que desea hacer por ese hijo o hija lo que él ha hecho por usted: perdonarlo totalmente. Pida a Dios que le otorgue el mismo espíritu, por su hijo. que se encuentra expresado en el Salmo I03:Io al1~. Como símbolo de su liberación de esas ofensas, queme el papel. Pida a Dios que lo ayude a no recordar nunca más esos pecados, y que le conceda la gracia de amar a su hijo o hija como si esas cosas nunca hubieran sucedido. Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea, en Génesis 45· la historia del perdón a los hermanos concedido por José. Conteste a continuación las siguientes preguntas con un Sí o con un No. 1. ¿Existe evidencia, en este capítulo, de que José haya rehusado desempeñar la parte de Dios, al no someter a juicio a sus hermanos?
95 ~. ¿Existe evidencia, en este capítulo, de que José haya encontrado difícil adoptar la decisión que tomó? 3. ¿Existe evidencia, en este capítulo, de que José estuviera dispuesto a olvidar las ofensas pasadas y no inculpar a sus hermanos por ellas? 4· ¿Hay evidencia de que José estuviera más interesado en las relaciones futuras que en los pecados del pasado? 5· ¿Existe evidencia, en este capítulo, de que la relación entre José y sus hermanos haya sido restaurada mediante el perdón? ¿Qué puede decir acerca de las relaciones entre José y su padre? ¿Y de las de Jacob y sus hijos? ¿Y de las de los hermanos entre ellos?
Referencias ' Cecil G. Osborne, The Art of Getting Along With Feople (Grand Rapids: Zondervan Pub. House, 198o), pp. 188, 189; Dorothy Eaton Watts, Friendsfor Keeps (Hagerstown, Md.: Review and Herald Pub. Assn., 1995), p. •SS· • Karen O'Connor, Restoring Relationships With Your Adult Children, p. 167. 3 Nell B. Thompson, "Miracles Still Happen!" in Rose Otis. Listening Heart, pp. 157, 158. +E. Stanley Jones,A SongofAscents (Nashville: Abingdon Press, 1968), p. 18. s Gordon La~ley Hall, The Sawdust Trail (Filadelfia, Macrae Smith Co., 1964), pp. 8o-8~; Paul Moody, My Father: An lntimate Portrait of Dwight L. Moody (Boston: Little, Brown and Co., 1938). 6 J eny Cook con Stanley C. Ba!dwin, Love, Acceptance, and Forgiveness (Ventura, Calif.: Regal Books, 1979), pp. 1-~1. 7 Lewis B. Smedes, Forgive and Forget: Healing The Hurts We Don 't Deserve (New York; Pocket Books, 1984), p. 1~. 8 Catherine Marshall, Light In My Darkest Night (N ew York: Avon Books, 1989), pp. I38-I4I. 9 Gordon y Gail McDonald, Till the Heart Be Touched (Grand Rapids: Fleming H. Revell Co., 199~). pp. 43-45·
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si tan solo pudiera vivir nuevamente aquellos a:fr'bs! -se quejaba Jackie-. ¡Haría tantas cosas diferentes! Esta vez sería una mejor madre. -También yo -intervine-. Si existiera una segunda edición de la vida, ¡tendría mucho cuidado de corregir las pruebas! Pero Jackie y yo nunca podremos rehacer el pasado; solo podemos comenzar ahora y hacer lo mejor posible con el tiempo que nos queda. Existen diversas formas prácticas para demostrarnos nuestro interés y cuidados solícitos mutuos. Estos pequeños actos de amor incondicional pueden servir como cemento para fortalecer nuestras relaciones con los hijos adultos y los nietos. ¡Son cosas que podemos hacer ahora! Nuestro recurso más poderoso "El amor incondicional es el recurso más poderoso con que cuentan los padres -declara Marjorie M. Lewis-. Lamentablemente, muchos padres cristianos afligidos nunca manifiestan su amor en forma práctica, porque están sobrecargados con la
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culpa por no sentir siempre el amor que saben que debiera estar presente".' Es tan fácil dejarse inmovilizar por el resentimiento, la frustración, la ira, el desánimo y otros sentimientos negativos, hasta el punto de reprimir los actos de amor. Resulta difícil manifestar amor cuando nos sentimos ofendidos. Lo que necesitamos recordar es que el amor incondicional no es un sentimiento cálido y afectuoso, sino una elección que efectuamos en forma consciente. Es un asunto de la voluntad. Si elegimos llevar a cabo actos de amor, no dejaremos de experimentar los sentimientos correspondientes. Es necesario recordar que el amor incondicional se prodiga sin reservas; carece de requisitos previos. Es amor dado libremente y sin esperar gratitud o recompensa, y ni siquiera una respuesta. Cuando se llevan a cabo actos de amor con este espíritu, se convierten en nuestro recurso más importante. 1. Fortalecimiento de las relaciones interpersonales mediante la a:fi.rmación y el aprecio Nuestros hijos, no importa qué edad tengan, siempre necesitan palabras de anrmación y de aprecio para reforzar su autoestima, para recibir ánimo a D.n de continuar viviendo. Necesitan oír con frecuencia que nos sentimos orgullosos de ellos; que nos interesamos en lo que hacen; que creemos en ellos aunque cometan errores. Necesitan oír expresiones como estas: "Eres realmente especial para mí". "Eres tan considerado". "Te irá bien. Estoy seguro de ello". "Tienes lo que necesitas y eso te ayudará". "Te quiero". "¡Me siento orgulloso de ti!" "Estás haciéndolo muy bien". Procure recordar su última conversación con su hijo adulto. Trate de rememorar los comentarios negativos que hizo, como también las palabras positivas de anrmación y de aprecio. ¿Cómo lo hizo? Haga planes anticipados de diversas palabras y expresiones de anrmación y aprecio que podrá pronunciar la próxima vez que converse con su hijo.
99 ~. Fortalecimiento de las relaciones mediante la comunicación escrita Las palabras de aprecio y de afirmación habladas elevan el ánimo. Sin embargo, hay algo muy especial acerca de las palabras de amor escritas. Están ahí y pueden ser leídas muchas veces, cada vez que la persona necesita ser afirmada. Las palabras escritas son, con frecuencia, más poderosas que las habladas. Daryl se fue del hogar cuando tenia ~~ afios; y arrendó un departamento para vivir su propia vida, bebiendo, fumando y asistiendo a :&estas. Sabía que sus padres no aprobaban ese estilo de vida, pero deseaba saber si todavía era aceptado por ellos. Algunos días antes de la Navidad, Daryl fue a visitar a sus padres. Sentado en la cocina, sirviéndose una taza de chocolate y galletas preparadas por su madre, preguntó: -¿Cómo es que no me enviaron una tarjeta de Navi dad? -No envío tarjetas a parientes y amigos a quienes he pensado ver en persona -explicó su madre-. No pensé que tú esperarías una. -¡Pero yo les envié una! -protestó Daryl. -Lo siento -contestó la madre-, pero la próxima vez espero hacer mejor las cosas. Y así lo hizo. Aunque había pensado en invitar a Daryl a una cena de cumpleafios, de todos modos le envió una tarjeta y una nota escrita para expresarle su amor. Cuando su hijo fue operado, ella le envió una tarjeta y una hermosa planta deseándole un pronto restablecimiento, aunque lo veía todos los días. a Cyntia escribe mensajes especiales a sus hijos y nietos, en ocasión de sus cumpleafios. Les dice varias cosas que aprecia en ellos. Les dice por qué son tan especiales para ella. Marcos envía ocasionalmente a su hijo unos dibujos animados con una nota que dice: "Pensé que te gustarla esto. Pienso en ti con frecuencia. Papá". Marilyn escribe cortos mensajes con expresiones de amor, que coloca debajo de las cabeceras de sus hijos cuando van a visitarla. Teodoro deja mensajes para sus hijas en la computadora.
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3. Fortalecimiento de las relaciones mediante los recuerdos Ernestina confeccionó un álbum con certificados, premios, noticias y otros recuerdos, que había reunido para conservar numerosos acontecimientos felices de sus hijos. Se los entregaba en ocasión de sus cumpleaños. Bemie demoró varios meses en ver todas las diapositivas y los videos que había tomado de sus hijos durante sus años de crecimiento. Preparó una filmación con los momentos felices pasados con su familia. En Navidad, cada hijo recibió un vídeo titulado "Esta es tu familia". Myrtle preparó un álbum con fotografías que expresaban la historia de la vida de sus hijos, juntamente con breves comentarios de afirmación e información biográfica. Se los entregaba como regalos de cumpleaños. Ahora, está trabajando en la preparación de álbumes para sus nietos. Cuando falleció la madre de mi esposo, Ron pasó varias horas revisando sus papeles. Encontró cajas con tesoros que había guardado, recuerdos de sus hijos. Había álbumes con tarjetas de cumpleaños y del Día de la Madre, fotografías y libretas con calificaciones escolares de sus hijos y nietos. Ron quedó sorprendido al ver que había conservado certificados suyos por asistencia perfecta en el primer grado. ¡No tenía idea de que ella estuviera tan orgullosa de eso! Ahí estaba la primera carta que él le había escrito cuando tenía ocho años, con una lista de lo que deseaba para Navidad. También estaban todas las demás cartas que yo había escrito con los años. Era evidente que esos tesoros significaban mucho para ella, porque se notaba que los había usado bastante. Sin embargo, nunca le había dicho que había conservado esos tesoros. Él no tenía idea de que ella hubiera seguido con tanto cuidado sus realizaciones infantiles. Estos recuerdos, si son compartidos mientras estamos vivos, pueden ser muy útiles para afirmar las relaciones familiares.
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4· Fortalecimiento de las relaciones mediante celebraciones especiales ClaudiaArp escribe: "Con mucha frecuencia esperamos ocasiones especiales, como cumpleaños o días feriados, para llevar a cabo reuniones familiares; pero eso nos pone en aprietos. En realidad no tenemos que esperar la llegada de un gran acontecimiento, sino que tenemos que aflojar el paso. Deténgase ahora mismo y nje un día para celebrar algo. Considere a la gente especial con quien se relaciona y los eventos que se avecinan. Piense en las tres o cuatro semanas que siguen y procure descubrir alguna razón para efectuar una celebración". 3 Es posible que las celebraciones familiares no hayan formado parte de sus tradiciones; pero nunca es demasiado tarde para comenzar. Las celebraciones no siempre tienen que ser una nesta o una cena en su casa. Ueve a la familia a comer afuera, prepare una fuente de pochoclo (palomitas de maíz) cocine un guiso favorito, llame por teléfono, envíe flores, escriba una carta, escriba una poesía, tome fotografías. Lo que convierte el acontecimiento en una ocasión especial es la anrmación y la aceptación, la idea de que usted se preocupa por ellos. Puede ser benencioso comenzar a buscar acontecimientos poco comunes o que no se suelen tomar en cuenta, a f:tn de convertirlos en ocasiones de celebración especiales para algunos miembros de su familia. Podría celebrar el nacimiento de un perrito,la aparición de las primeras flores en primavera, la llegada de las primeras lluvias ... Puede realizar una nesta familiar cuando un hijo obtiene su permiso para manejar, cuando la familia paga la última cuota de su automóvil o cuando una hija acepta ser la novia de un joven apuesto. En la vida de una familia existen decenas de aconteeim.ientos dignos de festejarse. Por ejemplo, el aumento de sueldo o una promoción en el trabajo del padre, el aniversario de una operación quirúrgica que solucionó un problema de salud grave, o las primeras flores que aparecen en el jardln. También puede celebrar el nnal de los estudios profesionales de un hijo o una hija, la visita de algún familiar o el nacimiento de un bebé.
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5· Fortalecimiento de las relaciones mediante la conversación y la risa ¿Cuándo fue la última vez que se reunió con su familia para tener una comida especial, o que se sentaron a comer pochodo (palomitas de maíz) y dialogar? ¿Cuánto tiempo hace que participaron en una cena familiar o realizaron un paseo campestre? ¿Cuánto hace que usted y su familia se sentaron a conversar y a reír? Estas ocasiones pueden resultar bastante tensas cuando el estilo de vida de uno de los hijos causa aflicción a sus padres. Resulta muy fácil entrar en discusiones, o decir cosas ofensivas o inoportunas, por lo que los padres preneren evitar estas reuniones, para no tener que soportar el dolor causado por los exabruptos. Conviene planincar con anticipación la forma de conversar, reír y pasar momentos agradables sin entrar en temas delicados que generan controversias. A continuación, presentamos algunas sugerencias. Guarde sus caricaturas y tiras cómicas favoritas. Coloque una en cada plato, o bien hágalas circular y ríanse juntos. Pida a su familia que le den sus chistes favoritos y colóquelos en un frasco. Cuando obtenga una cantidad sunciente, invite a su familia a una nesta de la risa. Después de la cena o sentados en la sala, pida que vayan sacando y leyendo uno por uno los chistes del frasco; así todos pueden disfrutar de un buen momento de risas. Coloque una caja de preguntas en la cocina cuando haya una reunión de la familia. Pida que grandes y chicos coloquen en ella preguntas acerca de la vida de la familia, del pasado o del presente. Pueden contestarlas especialmente los miembros mayores de la familia. Pida que cada uno lleve tres objetos pequeños que recuerden tres cosas (buenas o malas) que le hayan sucedido durante el año anterior. Coloque esas cosas en un cesto. Después de la cena, vaya sacando uno por uno esos objetos y que el dueño renera lo que le sucedió. Cada caso dará oportunidad de decir palabras de anrmación y de aprecio a la persona que comparte su experiencia.
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6. Fortalecimiento de las relaciones mediante la presencia personal Era el cumpleaños número cuarenta de Karen O'Connor. Su esposo había hecho los arreglos para tener una ftesta sorpresa en un restaurante. La esposa quedó agradablemente sorprendida cuando vio a tantos amigos en medio de flores, música y una exposición de fotografías tomadas en diversos momentos de su vida. Fue de mesa en mesa para saludar a los presentes. De pronto miró, y vio a su madre y a su padre que le sonreían de pie en la parte posterior del comedor. Rabian volado desde Chicago a Los Ángeles para acompañarla en su cumpleaños. Karen escribió: "Comencé a llorar al ver a mis padres, quienes, más que nadie, me habían enseñado que estar presentes es el mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos".+ El mejor regalo que podemos hacer a nuestros hijos es estar con ellos en momentos de gozo, tristeza, alegria y desesperación; en casamientos, cumpleaños, dedicaciones, aniversarios, días feriados, bautismos, fallecimientos, mudanzas, recitales, programas, enfermedades, operaciones, juegos y graduaciones. Por cierto que no es posible estar siempre presentes personalmente, pero sí en espíritu. Podemos compartir sus vidas mediante llamadas telefónicas, tarjetas y cartas, además de las visitas. En ocasiones, los padres pueden estar ausentes de una ocasión festiva con el ftn de manifestar desaprobación por lo que ha estado sucediendo en la vida de un hijo. Es indudable que el hijo adulto ya está enterado de la desaprobación paterna; la ausencia solo profundiza el distanciamiento entre los padres ofendidos y el hijo o la hija descarriados. Estar presente demuestra amor y aceptación del hijo o la hija, aunque no necesariamente aprobación de su comportamiento. Estar presente mantiene abiertas las líneas de la comunicación. 7.Fortalecimiento de las relaciones mediante acciones bondadosas Susana no se siente feliz a causa de la elección efectuada por su
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hijo Timoteo: él decidió irse a vivir con una anúga. Pero ella desea que él sepa que de todos modos sigue amándolo. Ocasionalmente va al departamento donde viven, y les lleva un plato de galletas preparadas por ella o con buftuelos de canela recién horneados. Hace todo lo posible por fortalecer las relaciones con su hijo. Cuando Al ex decidió llevar a Claudia, la amiga con quien vivía, a pasar Navidad en casa de sus padres, Bonnie Ahrens, su madre, pensó cómo podría soportarlo. Sin embargo. ella y su esposo decidieron hacer que Claudia se sintiera bienvenida, y obsequiarle la misma cantidad de regalos que tenían para sus demás hijos. ¿Qué sucedería si Alex y Claudia llegaran a casarse? Pensaron que era sensato mantener una buena relación afectiva, para continuar edincando sobre ella. Al fmal de la celebración navidefta, Claudia los abrazó a ambos y les dijo: "Quisiera que mi familia tuviera relaciones tan estrechas como las de ustedes". Bonnie está segura de que su estrategia está produciendo resultados positivos. S Cuando Gregario entró en sociedad con su amigo Esteban para comprar una taberna, sus padres se sintieron muy mal. Pero le dijeron que de todos modos sería bienvenido en su casa para cenar con ellos los domingos, como de costumbre. En una ocasión, cuando el coche de Gregario se averió, su padre fue hasta su casa, situada al otro lado de la ciudad, para ayudarlo a repararlo. Su madre preparó algunos platillos especiales y se los envió, aprovechando el viaje de su esposo. Recordaron su cumpleaftos y tuvieron algo especial para él en Navidad. Con el tiempo. Gregario arregló sus cuentas con Dios, regresó a la iglesia y comenzó a estudiar el curso ministerial. Con frecuencia da este testimonio: "Sus numerosas manifestaciones de amor fueron las que me mantuvieron en contacto con ellos y con Dios, y las que me ayudaron a llegar al lugar donde me encuentro en la actualidad". 6
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¿Qué puedo hacer ahora? 1. Escriba un acróstico de aprecio para cada uno de sus hijos. Use las letras de sus nombres para comenzar frases de afirmación y de aprecio para cada uno, y entrégueselos. ~.Para el cumpleaños de su hijo, prepare un librito con igual número de páginas que la cantidad de años que cumpla. Escriba un corto relato respecto de algo que haya pasado en cada año e ilústrelo con dibujos o fotografías. Será la tarjeta más memorable que su hijo haya recibido. 3. Planifique una estrategia de relaciones para cada uno de sus hijos. Elabore una lista de tres cosas que se propone hacer durante el mes que viene a fin de expresar su amor incondicional para cada hijo. ¿Cuál de las siete clases de métodos para fortalecer las relaciones con sus hijos empleará? Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia 1. Lea el libro de Rut. ~. Elabore una lista de por lo menos cinco ocasiones de gozo, dificultad o tristeza cuando Noemí estuvo junto a su nuera Rut. 3.Lea nuevamente el libro de Rut. Haga una lista de las diferentes formas en que Noemí se dio a sí misma a Rut. Debiera encontrar por lo menos una docena.
Referencias ' Marjorie M. Lewis y Gregg Lewis, The Humng Parent, pp. 91, 92. 'Ibíd .• p. 69. 3 Dave y Claudia Arp. "One Minute Family Building". Today's Chrísrian Woman (enero-febrero de 1990). +Karen O'Connor, Restoring Relationships With Your Adult Children, p. 182. 5 Lewis, pp. 73, 74· 6 Ibíd., p. 94·
® : o n más perdurable que podemos ofrecer a nuestros hijos es el don de nuestras oraciones. Es un regalo que pue<ie entregarse en cualquier parte en el mundo, porque la ora~ión penetra todas las barreras del tiempo y del espacio. ~xpresa nuestro amor mejor que cualquier otro don que podamos imaginar. Sus beneficios son eternos, y no cuest~ nada fuera de nuestro tiempo. El regalo que puede ir a todas partes Amelía Taylor visitaba a una amiga que vivía a unos 1~0 kilómetros de su hogar en Barnsley, Yorkshire (Inglaterra). Despertó una mañana pensando en su hijo Hudson, de 17 afios. Había estado preocupada por él durante dos a:b.os. Era un buen muchacho, pero no conocía al Señ.or como ella, su esposo y su
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hija lo conocían. Él se mostraba descuidado e indiferente atodas las exhortaciones. "¿Qué pasaría si se perdiera? -pensó la madre-. Es mi único hijo y lo amo tanto. ¿Qué puedo hacer?" -Ora por él. ¡Ora por él ahora! -llegó la respuesta en forma de un susurro. La madre pensó: "¿Orar? Por supuesto que puedo orar por él. He estado haciéndolo todos los días, pero hoy será diferente. Iré a mi habitacióny oraré por él todo el día, si fuere necesario. No me levantaré hasta haber recibido la seguridad de que mis oraciones han sido oídas y de que él ha nacido en el Reino de los cielos". Ella permaneció de rodillas durante varias horas, llorando y orando por su hijo Hudson. Finalmente, la invadió una sensación de paz y de seguridad, por lo que supo que sus oraciones habían sido contestadas. Se levantó y alabó a Dios por lo que había hecho. Entretanto, en Barnsley, Hudson se encontraba solo y aburrido en el hogar. Mientras su madre estaba arrodillaba junto a su cama, él caminaba por la casa en busca de algo interesante que leer, para pasar el tiempo. Cuando entró en el estudio de su padre, vio una pila de folletos y tomó uno. El muchacho pensó: "Las historias que vienen en estos folletos suelen ser muy interesantes. Puedo leerlas y saltarme la lección espiritual que se encuentra al final". Sonriendo por haber encontrado esa ingeniosa solución para su problema del aburrimiento, Hudson tomó el folleto y se dirigió hacia el henil situado en el galpón de su padre. Se acomodó sobre la paja y comenzó a leer la historia de un minero del carbón, quien estaha preocupado porque se consideraba demasiado pecador para buscar a Cristo. Algunos amigos visitaron al viejo minero y compartieron con él las buenas nuevas del evangelio: Cristo ya había llevado sus pecados en el Calvario. El agobiado minero exclamó repentinamente: "¡Entonces ya está hecho! ¡Mis pecados han desaparecido!" Las palabras que Cristo pronunciara en la cruz ("Consumado es") surgieron en la mente de Hudson con fuerza explosiva. Ha-
~anJ& ,ru.r ~,..... ,re a~av. Jé ~,.....
DOROTHY EATON WATTS
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bía luchado durante varios años para hacerse cristiano, pero no le había parecido posible, a causa de sus pecados. Finalmente, lo mismo que el viejo minero, desalentado, había renunciado a su intento. Ahora comprendió que también había esperanza para él. Pensó: "Cristo consumó su obra por mí en la Cruz. No hay nada que deba hacer para mejorar mi condición. Sencillamente, debo confiar en la obra que Cristo realizó en mi favor. Mis pecados ya han sido perdonados. ¡Lo único que necesito hacer es arrepentirme y aceptar lo que él ya ha hecho por mí!" Hudson cayó de rodillas ahí mismo, y aceptó a Jesús como su Salvador. Esperó con impaciencia durante dos semanas el regreso de su madre, para darle las buenas nuevas. La recibió sonriendo en la puerta. -Tengo algunas buenas noticias para ti -le dijo. -Ya lo sé, hijo mío. He estado regocijándome durante dos semanas por las noticias que me vas a dar. Luego, le contó acerca de su vigilia de todo el día en oración. Había estado de rodillas a la misma hora en que él leía el folleto en el henil. Este muchacho, con el tiempo, llegó a ser el famoso J. Hudson Taylor, que trabajó como misionero en la China y fue el fundador de la Misión Interior de la China, cuya base fue únicamente la oración de fe. Sus miembros no solicitaban ayuda financiera sino que confiaban solo en la oración para recibir lo que necesitaban. Hudson no lo dudaba: la oración es la fuerza más poderosa del universo.' Ese día de junio de 1849, Amelia Taylor demostró el poder de la oración, que puede viajar a cualquier parte. en el tiempo y el espacio para llevar a cabo su propósito. La Qración: puede ir a cualquier parte donde Dios puede ir. Un regalo que expresa amor Dick Eastman describe la oración intercesora como·" amor de rodillas". Eastman, quien ha escriio numeroaoalihros sobre
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el poder de la oración, es un producto de la oración intercesora. Durante su adolescencia temprana estuvo envuelto en varios delitos. Su madre, al captar el peligro que corría, comenzó a orar por su conversión. Dick y su compañ.ero, Mike, habían elaborado un excelente plan para apoderarse de las carteras de las damas y de las biHeteras de los hombres. Iban a una piscina pública y recorrían el lugar donde los bañ.istas habían dejado sus toallas, bolsos, carteras o billeteras. Mientras la gente estaba en el agua, ellos extendían su toalla encima de una toalla con una cartera. Después de jugar durante algunos minutos con una pelota de playa, recogian la toalla, tomando también la billetera. Este recurso funcionó maravillosamente bien durante varíos domingos. En ese momento, Mike llamó por teléfono a su amigo y le dijo: -Dick, prepárate para ir a ver qué podemos conseguir hoy en la piscina. Pero ese día algo le había sucedido a Dick, porque replicó: ' -No iré, Mike. Ya no quiero seguir haciendo lo mismo. -¿Cómo es eso? ¡Vamos, y nos divertiremos muchol-lo instó su amigo. -N o sé lo que me pasa, pero he cambiado de idea. Dick no sabía por qué había dicho eso, pero ahora admite que fueron las oraciones de su madre las que produjeron ese efecto. De modo que Mike fue solo. Alguien vio lo que estaba haciendo y llamó a la policía. Mike fue detenido y encarcelado. Dios había comenzado a contestar las oraciones de mi madre -reconoce Dick. Dick Eastman está agradecido por muchos regalos que recibió de su madre, pero ninguno se compara con el regalo de sus oraciones.• La oración es un regalo de su tiempo Cierta madre tenía seis hijos por quienes orar; pero Jim, el menor, era el que más la preocupaba. Era un muchacho suma-
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mente porfiado. Cuando terminó sus estudios de enseñanza media, decidió que también se había graduado de la iglesia. Renunció a la iglesia y rechazó sus enseñanzas. Durante siete años vivió siguiendo sus propios deseos. Un día, el evangelista Bona Fleming llegó al pueblo y se produjo un reavivamiento en la iglesia de su familia. Aunque lo instaron a asistir, él decidió no hacerlo. Una tarde, mientras toda la familia se preparaba para ir a la reunión de la noche, Jim se escondió afuera. Finalmente, todos salieron de la casa y subieron al automóvil para ir a la iglesia. -¿Dónde está Jim? -preguntó su hermano Willis. -No quiere ir-contestó alguien-. Dice que no quiere saber nada más acerca de la iglesia y que no volverá a entrar en una. Willis bajó del auto, entró en la casa y comenzó a llamar a }im. Al no encontrarlo, salió y revisó el patio. Lo encontró sentado en un columpio. -¿No vendrás con nosotros? -le preguntó. -N o. He terminado con la iglesia -replicó Jim mirando el suelo. Willis no contestó nada, pero Jim vio que las lágrimas de su hermano caían sobre sus zapatos lustrados. -Está bien. Iré solamente esta vez -dijo Jim, y entró en la casa para vestirse. La familia llegó tarde a la reunión y tuvieron que sentarse en los únicos lugares disponibles en la segunda ñla de adelante. Estaban cantando, y las palabras y la música se combinaron para impresionar el corazón de }im. Él oró en silencio: -Está bien, Señor. Te pertenezco. Te acepto como mi Señor y Salvador. Bona Fleming, el evangelista, había estado observando el rostro de Jim. Cuando concluyó el servicio de canto, caminó hasta el borde de la plataforma, apuntó con el dedo hacia Jim y le dijo: -Tú, muchacho, ponte de pie. Jim se levantó. -¡VUélvete, y cuenta a esta gente lo que Dios hizo por ti durante el último himno!
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Jim pestafteó y tragó saliva. Luego, habló respecto del perdón que había encontrado cuando dijo: "Está bien, Seftor. Te pertenezco". Willis tenía el rostro inundado de lágrimas; también sumadre lloraba. El regalo de sus oraciones durante siete años fmalmente había obrado en el corazón de su hijo. Jim era James C. Dobson, quien seria el padre del doctor y autor James Dobson, director del Proyecto Enfocando en la Familia. 3 James C. Dobson, padre, dice acerca del regalo de la oración en una carta a su hijo: "He observado que el mayor engafto consiste en suponer que nuestros hijos llegarán a ser cristianos comprometidos simplemente porque sus padres lo han sido, o que cualquiera de ellos entrará en la fe cristiana por cualquier medio que no sea la abnegada obra de oración y de fe de sus padres. Pero esta oración requiere tiempo".+ El don de nuestras oraciones es precioso, a causa del tiempo necesario para envolver ese regalo diariamente con nuestro amor y nuestras lágrimas. Un regalo de enorme poder Una ilustración del tremendo poder de las oraciones de los padres puede apreciarse en la experiencia del doctor John Scudder y su esposa, que fueron los primeros misioneros que trabajaron en la India. Tenían ocho hijos, y los siete que vivieron siguieron en las pisadas de sus padres y también trabajaron como misioneros en el mencionado país asiático. La doctora Ida Scudder, fundadora del Colegio Médico de Vellore, era su nieta (hija de Juan, hijo menor del matrimonio Scudder). "Deseo que todos mis hijos sean misioneros", dijo el doctor Scudder a su esposa; y juntos ayunaron y oraron por cada uno de ellos. Sin embargo, ella asumió una preocupación particular por cada uno; convirtió sus cumpleaftos en un tiempo especial de ayuno y oración por su salvación y servicio. Su esposo hizo este comentario acerca de ella: "Mi esposa, literalmente, condujo a sus hijos al Reino, por medio de la oración".
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Los esposos Scudder estuvieron muy afligidos por su hijo Enrique, el mayor de todos. Lo enviaron a estudiar a los Estados Unidos a los once años. Se preocupaban constantemente por él porque era imprudente, impetuoso y pornado. Oraban fielmente cada día al Señor, pidiéndole que interviniera e hiciera lo que ellos no podían hacer. -Senti una gran preocupación por Enrique -confió la esposa a su marido-. Siento que está llegando a un punto crítico en su vida y necesita de nuestras oraciones como nunca antes. El doctor Scudder concordó con ella, y los dos dedicaron una semana completa al ayuno y la oración, por la salvación de su hijo mayor. Para entonces, Enrique terminaba sus estudios en la Universidad de Nueva York. Al final, un hombre joven, el doctor Kirie, llegó al lugar a fin de llevar a cabo reuniones para los jóvenes. Enrique asistió. Al término de una de las reuniones, Enrique pasó al frente cuando se presentó una invitación a entregarse a Cristo. Tomó la mano del doctor Kirk y le preguntó: -¿Cree usted que puede haber misericordia de Dios para mí? -Claro que si -respondió el orador-. Hay misericordia hasta para el peor de los pecadores. Entonces, ¿por qué no para ti?· Enrique asistió a todas las reuniones, y una noche habló por segunda vez con el doctor Kirk y le dijo: -Usted estaba en lo cierto; ¡hay misericordia para mi, ylahe encontrado! Enrique terminó su curso y volvió a la India como misionero, lo que llenó de gozo y satisfacción a sus padres, quienes no habían dejado de orar por su conversión. S Un regalo de consecuencias eternas "Cuando hablemos con Dios en la eternidad, nos enteraremos de que todo lo que ha valido la pena se. ha conseguido mediante oraciones intercesoras", escribe Dick Eastman. 6 Clayton Peck, Emilio Knechtle, SanAugustin; John Randolph, Reuben Torrey y Charles Spurgeon dirlaa: amén.a ·esto.
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"Dudo que hoy sería cristiano si no hubiese sido por los guerreros de la oración, que oraron por mí cuando era un adolescente irresponsable y rebelde -declara Clayton S. Peck, quien es ahora pastor adventista. -Volvía en mi automóvil a casa al amanecer, después de una flesta, cuando se apoderó de mí la abrumadora convicción de que estaba perdido. No logré quitármela: era un sentimiento abrumador e inexplicable. Me sentí mal durante todo el trayecto de regreso a mi hogar. Cuando entré, descubrí por qué: mi padre estaba sentado en la sala con la Biblia abierta sobre las piernas, y oraba por mí. Esa noche marcó un punto de cambio en mi vida. ¡Hay poder en la oración!". 7 Emilio Kneehtle escribe: "Las oraciones y las cartas de mi madre me siguieron. Desde el momento en que pisé suelo estadounidense, el Señor comenzó a obrar un milagro tras otro, hasta que todas las oraciones de mi madre, que vivía en Suiza, fueron contestadas una por una". 8 Reuben Torrey ingresó a la Universidad de Yale para estudiar leyes. Pronto, se enredó en la vida mundana: jugó a las cartas, participó en juegos de azar, consumió bebidas alcohólicas, bailó y fumó. Asistió a la iglesia porque se esperaba que lo hiciera, pero no tenia interés ninguno en la religión. En su tercer año de Abogacía, las cosas comenzaron a deteriorarse en su vida. La fraternidad universitaria de su elección no lo aceptó. Este rechazo lo desanimó totalmente. Reuben pensó que la muerte era la única forma de escapar de su desgracía. Tomó una anlada navaja de afeitar, pero sintió una poderosa fuerza que le sujetó la mano. Reuben supo de inmediato que era Dios que le daba una segunda oportunidad de vivir. Durante algún tiempo había sentido que Dios lo estaba llamando a predicar, aunque ni siquiera era cristiano. Había estado resistiendo ese llamamiento; pero ahora se sometió a su voluntad. Y clamó, desesperado: "Señor, si quieres quitarme esta espantosa carga, entonces predicaré". La carga desapareció de inmediato. Una admirable sensación de paz de Dios inundó su corazón. Se acos-
us tó, y durmió como no lo había hecho en mucho tiempo. Reuben A Torrey se convirtió en un evangelista de renombre mundial y fue el primer director del Instituto Bíblico Moody. Reuben sabia cuál era el factor que había causado la diferencia en su vida. Escribió: "Mi madre, que se encontraba a más de seiscientos kilómetros de distancia, oraba insistentemente pidiendo que me convirtiera en un ministro del evangelio. Yaunque yo había pasado por encima de sermones, argumentos, iglesias y todo lo demás, no pude pasar por encima de las oraciones de mi madre". 9 "Nuestra propia experiencia nos induce a creer que Dios contestará las oraciones -declaró Charles Spurgeon, célebre predicador de Londres del siglo XIX-. Mi conversión es el resultado de la oración: larga, afectuosa, ferviente e importuna. Mis padres oraron por mí. Dios escuchó su clamor, y aquí estoy, para predicar el evangelio". ' 0 Cuando Carlos tenía diez años tuvo la convicción de su propia condición pecadora. Permanecía despierto por las noches, horrorizado por el pensamiento de que Dios tal vez no lo había elegido para la salvación. La predicación de su padre, que era pastor, carecía de sentido para él, de modo que comenzó a visitar otras iglesias de la ciudad, tratando de encontrar la salvación. Sus padres, entretanto, oraban por su conversión. El6 de enero de 185o, Carlos, de quince años, salió en medio de una fuerte tormenta de nieve para ir a una iglesia situada a cierta distancia, pero tuvo que refugiarse en un callejón, para escapar del viento helado y la nieve, que disminuia su viaibilidad. De pronto vio un letrero mecido por el viento, que de· cía: "Iglesia Metodista Primitiva de la Calle ArtiBeria ':. Abrió la puerta y entró, con la esperanza de calentarse un poco antes de continuar su viaje. Había una docena de personas. Carlos se sentó en la parte posterior de la capilla~ Gua'Jido el predicador no llegó, uno de los miembros, que era tapatero, ae levantó y presentó el sermón. Carlos sintió disgusto;· ¿ Qu~ podrla decir un hombre tan sencillo que fuera digno de eaouchane? ¡Ni si· quiera·podía pronunciar correctamente algunas palabras!
u6 El zapatero habló sobre Isaías 45=~~: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más". "'Mirad' -dijo el zapatero-. Eso no requiere mucho esfuerzo; ni siquiera es como levantar un pie o mover un dedo: es nada más que mirar. Una persona no necesita ir al colegio para aprender a mirar. Dice: 'Mirad a mí'. Es Jesús quien está hablando. Dice: '¡ Miradme, cómo cuelgo de la cruz! ¡Miradme, muerto y sepultado! ¡Miradme, resucitado de los muertos! ¡Miradme, sentado ala diestra de mi Padre! ¡Miradme, pecadores, miradme!'" Después de unos diez minutos, el predicador laico terminó su sermón, y señaló a Carlos. Le dijo: "Joven, tienes un aspecto muyinfeliz. ¡Mira! ¡MiraaCristo! ¡Mira! ¡Mira! ¡Mira!" Carlos miró a Jesús esa noche; y con eso desapareció la carga de su culpa. Lo aceptó como su Señor y Salvador. Esa noche fueron contestadas las oraciones de sus padres." ¿Qué puedo hacer ahora? 1. Dibuje una caja de regalo con cinta y moño. Luego recórtela. ¿Qué dones de amor quisiera que Dios dé a su hijo o hija hoy? Escriba sus pedidos en la parte de atrás del dibujo. Que esa sea su oración por él o ella hoy. Cuando termine, coloque el dibujo en un lugar donde pueda verlo, a fm de que le recuerde que debe orar con frecuencia por sus hijos. Haga un dibujo de una caja de regalo para cada hijo. ~. Visite una librería cristiana para comprar una lámina, placa o figura que recuerde la omci6n. Envuélvala en papel de regalo y obséquiela a uno de sus hijos, en alguna ocasión cuando espere un regalo. Adjunte una nota o tarjetita con esta leyenda: "Cada día tienes el regalo de mis oraciones". Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea la historia de la intercesión de }airo en Marcos 5=~~ al 4~· De todas las personas que aparecen en esta historia, ¿con quién se identifica en su vida? ¿Por qué? 1. ¿ConJairo, que intercede por su hija?
117 ~.¿Con la madre que espera ansiosamente, sin esperanza? 3. ¿Con los llorones y los servidores, que habían perdido toda esperanza? 4· ¿Con la multitud curiosa? 5· ¿Con Pedro, Santiago y Juan, que presenciaron el milagro? 6. ¿Con los nueve discípulos dejados afuera esperando las noticias?
Referencias ' Clifford G. Howell. The Advance Gu.ard of Missions (Mountain View. California: Paciñc Press Pub. Assn., 191~), pp. 1199-3113; David y Naomi Shibley, The Smoke of a Thou.sand Vu!ages (Nashville: Thomas Nelson Publ., 1989), pp. 99-104. RuthA. Tucker, Fromjeru.salem to Irían/aya (Grand Rapids: Zondervan, 1983), pp. 173-188; John D. Woodbridge, Ambassadors for Christ (Chicago: Moody Press, 1994), pp. 157-1611. More Than Conqu.erors (Chicago: Moody Press, 19911), pp. 50-55. • DickEastman, Love onlts Knees (Oíd Tappan, N.J.: F1eming H. Revell Co., 1989), PP· 18, 19. 3 James C. Dobson, Parenting Isn 't for Cowards. pp. 77-79· ~Gloria Gaither, What My Parents Did Right, p. 711. s Howell, pp. 177-185. 6 Dick Eastman, No Easy Road (Grand Rapids: Baker Book House, 1971), p. 66. 7 Clayton S. Peck, nTo Rescue Prisoners in a Spiritual War", Adventis Review (14 de octubre de 1993), p. 15. 8 Kay Kuzma, My Unforgettable Parents (Mountain View, Calif.: Paciñc Press Pub. Assn., 1978), pp. 68-711. 9 Warren W. Wiersbe, Vlctoriou.s Christians You. Shou.ld Know (Grand Rapids: Baker BookHouse, 1989), pp. 74-80. •• Charles H. Spurgeon, Twelve Sermons on Prayer (Grand Rapids: Baker Book House, 1990), p. 111. "Samuel Fisk, Forty Fascinating Conversion Storie8, pp. 135-138; Hugh T. Kerr y John M. Mulder, Conversions, pp. 1119-13~; Dorothy Eaton Watts, This is the Day (Hagerstown, Md.: Review and Herald Pub. Assn .. 19811), p. 911.
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Agustin nació el 13 de noviembre del año 354 a.C., en el pueblo deTagaste, cerca de Cartago. en el norte de África. Mónica. su madre. comenzó a orar por él. desde su nacimiento, para que llegara a ser un cristiano, en lugar de seguir las pisadas de su padre pagano. Mónica no solo oró, .sino también enseñó esmeradamente a su hijo los principios d~ su fe. Cuando Agustín era adolescente, su padre lo envió a las mejores escuelas de Cartago. El muchacho realizó bien 1sus estudios. pero al mismo tiempo sucumbió a las tentaoiones de la ciudad y llevó una vida depravada. Vivió con una co~cubina, con la que tuvo un hijo ilegítimo. También se inmiscuyó co:n el maniqueísmo, un culto religioso que .admitia dos principios creadores, uno para el bien y otro para el mal.
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Barcos procedentes de Roma visitaban con frecuencia el puerto de Cartago, que era una de las cinco capitales del Imperio Romano. Agustín anhelaba ir a Roma y ver el mundo, pero su madre le rogó que permaneciera en Cartago. Cierta noche, le dijo a su madre que iría a despedirse de un amigo que viajaría a Roma. Mónica fue a una capilla cercana, donde cayó de rodillas y oró toda la noche para que Dios mantuviera a su hijo en Cartago. Pero, cuando llegó la mañana, descubrió que se había ido. Cierto día, se sintió tan mal por lo que le había hecho Agustín, que habló con un profesor cristiano acerca de él. Concluyó su historia con el rostro inundado de lágrimas. -Sigue tu camino -le aconsejó el profesor-. Dios te ayudará. No es posible que el hijo de tales lágrimas perezca. Mónica siguió a Agustín a Italia, y continuó orando por él. Buscó en las Escrituras las promesas de Dios de oír y contestar las oraciones. Se arrodillaba con frecuencia, colocaba su mano sobre una promesa y pedía a Dios que cumpliera lo que había prometido. Mónica oró y clamó a Dios durante 33 años, para que Dios cumpliera sus promesas, pero vio poco cambio en su hijo. Finalmente, llegó el día en que Dios contestó sus oraciones en forma notable. Fue en Milán, en el año 387. Una brisa leve agitaba las hojas de una higuera, en el patio de la casa donde Agustín vivía con su madre. Su sombra refrescaba el lugar donde Agustín permanecía postrado con el rostro pegado al suelo, aferrado al césped para controlar los espasmos de su cuerpo. Lágrimas de arrepentimiento fluían abundantemente de sus ojos. -¡Sálvame, Dios mío! -clamaba Agustín, angustiado-. Mi pecado es mayor de lo que puedo soportar. Quiero escapar de mi comportamiento disoluto, pero no puedo conseguirlo. Soy un hombre malo y perverso. A menos que me salves, estaré perdido para siempre, porque no puedo quebrar mis hábitos pecaminosos. ¿Por cuánto tiempo, Señor? ¿Durante cuánto tiempo tendré que permanecer en este estado aborrecible? ¿Por qué no puede ser esta la hora de terminar con mi desgracia?
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DOROTHV EATON WATTS
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En ese momento, Agustín escuchó la voz de un niño, que decía en una casa cercana: "¡Levántate y lee! ¡Levántate y lee!" Agustín sintió que era la respuesta de Dios a su oración. De modo que tomó la Biblia que había estado leyendo cuando lo había sobrecogido el sentimiento de su pecaminosidad. Tomó el libro con manos temblorosas y lo abrió en Romanos 13. Sus ojos se enfocaron en los versículos 13 y 14: "Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne". "En el momento en que leí estas palabras, se desvanecieron el abatimiento y el desaliento producidos por la duda -escribió Agustín-. Una paz y una seguridad maravillosas invadieron mi corazón, y comprendí que había sido perdonado. Ya no temía a la muerte, porque Jesucristo estaba conmigo". Entró, de inmediato, en la casa para compartir las buenas nuevas con su madre, quien nunca había cesado de orar por su conversión. Mónica asistió a su bautismo realizado en Milán. Había lágrimas de gozo en sus ojos, porque después de 33 años Dios había cumplido sus promesas.• El reclamo de las promesas "U na promesa es el asidero de la fe del que podemos aferrarnos durante la oración", escribió Catherine Marshall.~ "Es la palabra de un Caballero del más sagrado y estricto honor", declaró David Livingstone. 3 Peter Marshall declaró una vez: "En estas páginaS [la Biblia] se encuentran las palabras vivas del Dios viviente. E&taa palabras incluyen una cantidad de promesas, muchas de -ellu con condiciones. Lo único que tenemos que hacer. es eumplir' las condiciones, luego adelantarnos y reclamar su cumplimiento". 4. Glenn Coon, autor de numerosos libros acerca dé cómo reclamar el cumplimiento de las promesas, se:dala que hay 3.573 promesas en la Biblia. Establece tres pasos en el proceso de reclamarlas.s Son los siguientes:
1. Pedir. "Pedid y se os dará, buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá" (Mat. 7:7). "Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así". 6 "Toda promesa de la Palabra de Dios viene a ser un motivo para orar, pues su cumplimiento nos es garantizado ·por la palabra empeñada de Jehová". 7 ~.Creer. "Por tanto os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá" (Mar. u:~4). "Hablad y obrad como si vuestra fe fuera invencible". 8 "Aunque las palabras expresan los pensamientos, estos a su vez siguen a las palabras. Si diéramos más expresión a nuestra fe ( ... ] tendríamos másfe".9 3. Reclamar. "Padre, gracias te doy por haberme oído" (Juan
ll:41).
"De modo que podemos pedir a Dios estas bendiciones, creer que las recibimos y agradecerle por haberlas recibido" ,10 "Os insto a dejar que vuestra débil fe se aferre nuevamente de las promesas de Dios. Echad todo vuestro peso sobre ellas con fe inquebrantable; porque no fallarán, no pueden fallar" . "La fe verdadera demanda la bendición prometida y se aferra de ella antes de saberla realizada y de sentirla. Debemos elevar nuestras peticiones al Lugar Santísimo con una fe que dé por recibidos los prometidos benencios y los considere ya suyos (. .. ] . Esto es fe sincera y pura: creer que recibiremos la bendición aun antes de recibirla en realidad". ' 2 "Cualquier don que prometa se encuentra en la promesa misma. 'La semilla es la palabra de Dios' (Luc. 8:u). Tan ciertamente como se encuentra la semilla del roble en la bellota, se encuentra el don de Dios en su promesa. Si recibimos la promesa, también recibimos el don" .'3 11
El poder de la Palabra de Dios Gordon y su esposa habían oído acerca de la decidida in-
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tercesión de Mónica en favor de su hijo Agustín, y decidieron hacer lo mismo por su hija Gail. Ella había dado la espalda al cristianismo, a la fe de su infancia, para adorar a una diosa y practicar la hechicería. Santiago1:~1 es un pasaje bíblico que alentó a sus padres, y que se reñere a "la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas". Oraron porque la Palabra de Dios que habían plantado en el corazón de su híja permaneciera en ella, y que el Espíritu Santo la usara para hablarle. Sus relaciones con ella habían sido muy tensas durante añ.os. Resultaba muy conflictivo visitar su departamento y ver las fotografías y los objetos utilizados en su práctica de la brujería. Sus estantes estaban llenos de publicaciones anticristianas y de rituales satánicos. U oraron mucho y oraron mucho, pero no vieron ningún resultado. Lo que no sabían era que varías veces, durante esos añ.os, Gail había escuchado claramente una voz que le hablaba al corazón: "¡Gail, te amo!", le decía. Varias veces se sorprendió de estar cantando un himno cristiano mientras iba por la calle. Aunque trataba de dejar de cantar, no lo conseguía, y las palabras volvían a brotar de sus labios. Se hizo amiga de un hombre que era un ñel cristiano. Asistió a la iglesia con él y encontró interesantes las reuniones. Compró una Biblia y comenzó a leer las historias que había conocido en su infancia. Una noche, Gail estaba sola en su departamento. Encen~ dió el televisor, para matar el aburrimiento, y se puso a mirar la cruzada de Billy Graham. Su mensaje de esa noche era "Crea o muera". Cuando el pastor Graham hizo una invitación a entregarse a Cristo, ella se arrodilló y pidió a Dios que volviera a aceptarla. Después se levantó y quemó todos sus libros y simbolos de brujería. Uamó por teléfono a sus padretl y lea -dijo que había vuelto a Dios. ·· Gordon comenta: "Pensé en la forma .en. que habíamos 'plantado' la Palabra de Dios enGail ouando•et'a una·nifta; yque durante todos esos añ.os de descamo la semilla de Dioe había
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permanecido plantada en ella y ejercido su tranquila influencia, avivada por el Espíritu Santo [. .. ].Ahora sabemos que la Palabra de Dios permanece en el interior de nuestros hijos, aun cuando se aparten del Señ.or. Es capaz de volver a producir fruto, tal como sucedió en el caso de nuestra amada hija" .'4 Aferrémonos de las promesas Ken y Gladys McAllister quedaron desolados cuando Steve se alejó de Dios. Sin embargo. comenzaron a buscar en la Biblia promesas de ayuda para cada día, encomendando a Dios sus vidas y la de su hijo. En la mañ.ana del día en el cual Steve había tenido un accidente casi fatal en Alemania, el Señ.or les dio esta promesa: "He aquí yo estoy contigo. y te guardaré por dondequiera que fueres. no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho" ( Gén. ~8:15).
Cada día después de eso, los esposos McAllister reclamaron ese versículo para Steve. Oraron por él, aunque no sabían nada respecto de su participación en delitos, drogas y guerras de pandillas. Otro versículo que reclamaron regularmente fue: "Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (~ Tim. 1:1~). ¿Acaso no habían dedicado a Steve a Dios desde su nacimiento? Seguramente Dios, de alguna manera, cuidaría de esa preciosa vida que le habían encomendado hacía tanto tiempo. Creyeron en la promesa y continuaron orando. A veces, Gladys despertaba en medio de la noche. muy angustiada por su hijo. En esas ocasiones, repetía una promesa que había memorizado. Una que repetía con frecuencia a Dios en oración era~ Timoteo 1:7: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". Otra era Efesios 3:~0: "Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros". Transcurrieron los añ.os, y aunque los McAllister no vieron
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resultados de sus oraciones, Dios estaba obrando. Cierta vez, cuando Steve estaba entrando en un departamento por una ventana para robar, alguien le disparó e hizo añicos la ventana. Sintió que las municiones le rozaban el pelo, pero no lo hirieron. En ese mismo instante recordó este pasaje bíblico: "No ha de caer un cabello de su cabeza en tierra" (1 Sam. 14:45). Sabía que en ese momento su madre estaba orando de rodillas por él. Sin embargo, Steve ni siquiera así se arrepintió. Un día, iba a toda velocidad en motocicleta con su novia, cuando un camión con acoplado los golpeó por detrás; fueron arrojados al camino, pero la motocicleta quedó destruida. Nuevamente tuvo la sensación de que su madre había estado orando por él, pero no le contó a su mamá acerca del accidente ni cambió su comportamiento. Cierta vez, una pandilla de veinte hombres golpeó a Steve y lo dejaron tirado, creyendo que estaba muerto. Pero sobrevivió. Por lo menos dos veces fue impedido de consumar asesinatos que había planeado. Posteriormente comprendió que la mano de Dios había estado sobre él. Cuando Steve. fmalmente, se alejó de la vida criminal, tampoco se volvió a Dios, sino a la filosofía zen. Gladys y Ken continuaron orando por la liberación de su hijo, reclamando promesas bíblicas. Cierta noche, Steve no podía dormir. Se levantó a eso de la medianoche y se dirigió en su coche a un lago tranquilo para meditar al estilo zen, para buscar paz y serenidad. De pronto, recordó con toda claridad unas palabras que su madre le había dicho en una ocasión: "El único camino hacia el Padre es a través del Hijo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida". Steve pensó: "Si el budismo zen es verdadero, entonces el cristianismo es falso. Tengo que decidir por cuál camino seguiré". Posteriormente dijo: "De pronto tuve la convicción .absoluta de que Jesucristo era el Hijo de Dios. Comprendi que la fe de mis padres era auténtica, porque su amor era vef(iadero". Esa noche se arrodilló junto al lago y entregó su vida a Jesucristo. Steve fue a desayunar a la casa de sus· padres y lea contó la
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historia de su regreso a Dios. Ken y Gladys derramaron lágrimas de gozo, al ver la respuesta a más de diez años de oración y de reclamar las promesas de la Biblia. Steve compartió con ellos las numerosas ocasiones en que Dios le había hablado en el transcurso de los años. Steve es actualmente un cristiano comprometido que participa activamente en su iglesia local. •s
¿Qué puedo hacer ahora? 1. Comience un libro de oraciones para anotar las promesas bíblicas que está reclamando a Dios para sus hijos. Tenga una sección para llevar un registro de los indicios que le revelen que Dios está obrando en sus vidas. ~.A continuación encontrará varias promesas para leer. Escríbalas en tarjetas y colóquelas en diversos lugares de la casa donde pueda leerlas con frecuencia para obtener esperanza y valor en sus oraciones por sus hijos descarriados. O bien, colóquelas en un plato junto a su cama y lea una cada día. Elija una cada semana para memorizarla. Hechos~:39
Jeremías ~4:6, 7 ~Pedro3:9
Filipenses 1:6 Isaías 49:15, 16 Jeremías3~:17 ~ Timoteo
1•7
Salmo 119:90 Isaías 49•~5 1 Juan5:16 1}uan~:1
Marcos 10:~7 Isaías43 Efesios 3:~o
Números ~3:19 Malaquías 4•5· 6 Oseas14:4 Proverbios ~~· 6 Hebreos 10:~3 ~ Timoteo 1:1~ Santiago 1:~1
Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea la historia de la mujer cananea en Mateo 15:~~ al ~8. 1. ¿Siguió esta mujer todos los pasos para reclamar las promesas bíblicas que se presentaron en este capítulo? ¿Pidió, creyó y reclamó la promesa, y recibió la bendición que había pedido? Busque evidencias para cada uno de estos tres pasos. ~. La mujer pidió misericordia para su hija, algo que, Dios había prometido dar decididamente. Use una concordancia
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DOROTHY EATON WATTS
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para encontrar en el Antiguo Testamento promesas de misericordia que la mujer podría haber conocido. 3. La mujer cananea llamó a Jesús "Señ.or, Hijo de David", lo cual demuestra que lo reconoció como el Mesías. Lea las hendíciones del Mesías prometidas en Isaías 61. 4· Jesús recorrió unos ciento cincuenta kilómetros para contestar la oración de esta mujer.' 6 ¿Qué esperanza le proporciona este hecho?
Referencias • Ray Beeson y Ranelda Mack Hunsicker, The Hidden Price ofGreatness (Wheathon, Illinois: Tyndale House Pub. Inc .. 199¡), pp. 3-7; Ruth Bell Graham,Prodigals and Those Who Love Them, pp. 3-n; Hugh T. Kerry JohnM. Mulder, Converswns, pp. n-14; Dorothy Eaton Watts,Stepping-Stones, p.161; ThislstheDay, p. 3~5· 'Catherine Marshall,Adventures on Prayer (Old Tappan, N.J.: Fleming H. Revell Co., 1 975). p. 9°· 3 Ibíd., pp. 83. 84. 4 Ibíd. s Glenn Coon,A Study Cuide to the Prayer ofReception (Roan Mountain. Tenn.: Dynamic Living, 1968). 6 Elena G. de White, El conflicto de los siglos. p. 58o. - - - - · E l discurso maestro de jesucristo, pp. m:. n3. _ _ _ _ Palabras de vida del gran Maestro, p. 113, ----··El ministerio de curación, p. 195· _ _ _ _ ,El camino a Cristo, p. 51. _ _ _ _ TestimoniesforlheChurch, t. :o:. p. 497· _ _ _ _ ,Primeros escritos, p.~· 13 La educación, p. ~s3. •+WilliamyCandace Backus, WhatDidiDo Wrong?WhatCanl doNow?, pp.1so-154. •s Marjorie M. Lewis y Gregg Lewis, The Hurting Parent, pp. 136-143. 6 ' ElenaG. de White,ElDeseadodetodaslasgentes, p. 366.
rr~ ~nde hay vida, hay esperanza -me dijo una madre-. Solo sigo orando y amando; eso es todo lo que puedo hacer. El resto pertenece a Dios". Nosotros, los padres de hijos descarriados, debemos tener esperanza. Nuestra "esperanza es como~~ sql, que cuando caminamos vueltos hacia él. arroja la sombra de nuestra carga d~trás d~ nosotros" .• La esperanza hace qqe mire~os más allá del desá.n.imo del presente, hacia la posibilidad de un mañana más brillante. Hay, por lo menos, siete razones por las cuales tener esperanza. 1.
La capacidad de Dios para obrar depende de sus propios
recursos, y no de los nuestros ·Sus recursos son ilimitados. Para Dios todo es posible. Dios "tiene recursos inflnitos" a su alcance.~ Hasta los problemas personales más complicados no están fuera del poder de Dios. "No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no lo pueda leer, ni perplejidad tan grande que no la pueda desenredar" .3
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Un caso ilustrativo es el de Darlene. Durante sus años de universidad, renunció a su fe cristiana y adoptó un estilo de vida lesbiano. Sus padres no consiguieron hacerla cambiar de idea. Sin embargo, cuando uno de sus mejores amigos se unió a una secta, ella comenzó a leer la Biblia con el fm de encontrar argumentos para disuadirlo. Como resultado adicional de su estudio, se convenció de que las enseñanzas de Cristo son verdaderas. Darlene entregó su vida a Dios y regresó a la iglesia. Se reconcilió con sus padres. Aunque no han desaparecido todos sus problemas, está luchando para llegar a ser la persona que Dios quiere que sea. Darlene y sus padres tienen la firme convicción de que "Dios está dispuesto a enviar a cada ángel del cielo para socorrer a tal persona, antes que permitir que sea vencida". 4 ~.
Dios puede usar cualquier cosa a :&n de llevar a cabo su propósito para nuestros hijos Se nos ha dicho que "a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Rom. 8:~8). Dios puede obrar en cualquier circunstancia, para el bien de nuestros hijos y su eterna salvación. En el caso de Adoniram Judson, Dios obró mediante el mismo amigo que lo había inducido a rebelarse en contra de él. Eames, un ingenioso amigo universitario, había sostenido debates en favor del ateísmo, Voltaire y la infidelidad de los franceses. Adoniram, convencido por sus argumentos, se declaró ateo. Sus piadosos padres quedaron consternados, pero decidieron continuar orando por él. Varios meses después, Adoniram reservó un cuarto en un hotelito de un pueblo pequeño. El dueño llamó aAdoniram y le dijo: -Deseo informarle que en el cuarto que está al lado del suyo hay un hombre joven que está agonizando. El médico ha dicho que morirá antes del amanecer. Espero que esto no le cause ninguna molestia. Las paredes son lo bastante gruesas, por lo que no anticipo ningún problema.
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Adoniram se estremeció al pensar que alguien estaba muriendo tan cerca de él. Dijo al hotelero: -¡Eso es espantoso! Sin embargo, espero que podré dormir bien después de mi largo viaje. A la mañ.ana siguiente, preguntó al hotelero: -¿Murió el hombre, como el doctor habia predicho? -Si -contestó el hotelero. -¿Cuál era su nombre? -Su nombre era Eames -fue la respuesta. Adoniram palideció y salió apresuradamente, porque sintió que iba a desmayar. El joven fallecido había sido su mejor amigo en la universidad, el mismo que lo había inducido a renunciar a su fe en Dios. "Ha pasado a la eternidad", se lamentó Adoniram. "Murió sin Dios y sin esperanza. ¡Ese pude haber sido yo!" En ese momento Adoniram supo que creía, y que algún día también él tendría que comparecer ante su Creador. Entregó su corazón a Dios, y regresó a la universidad para estudiar el curso ministerial. Uegó a ser uno de los primeros misioneros que trabajaron en Birmania (hoy. Myanmar).s El caso de Adoniram ilustra una verdad: Dios puede utilizar cualquier situación, aunque sea muy sombría, con el fm de llegar a nuestros hijos. 3. Dios está obrando, ya sea que lo veamos o no Hasta donde la señ.ora Thatcher podía ver, la situación de su hijo Felipe ya no podía empeorar más. Se sentó en la sala de visitas de la cárcel de San Quintín y esperó su llegada. Había sido encarcelado varias veces desde que tenía once añ.os. Entró en la sala con un aspecto hosco y malhumorado. Se .sentó frente a ella. Mientras conversaban, el guardia mantuvo su arma apuntada directamente hacia ellos. -Hijo, ¿cuándo dejarás esta vida de delincuencia y comenzarás a vivir realmente? -le preguntó con ojos tristes. Felipe se encogió de hombros y miró al suelo.
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-Dios te ama, Felipe. Él puede hacer que todo resulte mejor si solo le das la oportunidad -siguió diciendo la madre. Felipe asintió, pero no prometió nada. Cuatro años después fue puesto en libertad, pero volvieron a encarcelado a los sesenta días. Ahora tenía 31 añ.os, y durante los últimos veinte años había pasado tanto tiempo en la cárcel como fuera de ella. Esta vez no tenia esperanza de libertad condicional hasta dentro de veinte añ.os. Esa noche, sintió que echaba de menos su hogar. Recordó la oración que su madre le había enseñado cuando era pequeño: "Ahora, cuídame míentras duermo ... " Cerró los ojos y repitió esa oración. De alguna manera lo hacía sentirse más cerca de su madre. Una noche regresó a su celda y descubrió una Biblia en su cama. La colocó en un estante y maldijo al que la puso en su cama, aun sin saber quién era. Sin embargo, la Biblia le había hecho recordar muchas cosas. Pensó en los pasajes bíblicos que su madre le había enseñado. Se enfureció y trató de alejarlos de su mente con palabras groseras; pero no pudo ... Varias noches después esperó hasta que su compañero de celda se hubiese dormido para salir de su cama en busca de la Biblia. De pie junto a la puerta, por donde se :hltraba algo de luz, comenzó a leerla. Continuó leyéndola hasta que llegó al lugar donde se habla de la muerte de Cristo en la cruz. Felipe pensó en su madre, y supo que estaba orando por él, posiblemente en ese mismo momento. Se echó sobre la cama, y lloró y maldijo, pero el cuadro de Cristo en la cruz permaneció grabado en su mente. Finalmente oró: -Dios, si es que existes, te ruego que me lo muestres. De inmediato le pareció oír que alguien decía: -La sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. -¡Oh, Dios, lo hiciste por mí! ¿Qué debo hacer? El Espíritu Santo habló suavemente a su corazón: -Felipe, solo pídeme que te perdone. Felipe se arrodilló en el cemento frío y oró: -Dios, ten misericordia de mí, que soy pecador. Sálvame. En el nombre de Jesús. Amén.
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Y durante todo ese tiempo su nel madre había estado orando, sin tener noción respecto de lo que Dios estaba obrando en el corazón de su hij;o. Posteriormente, Felipe recibió un indulto de parte del gobernador de California, y comenzó un ministerio entre los jóvenes delincuentes y adultos encarcelados. 6 4· Nuestros hijos no pueden descarriarse fuera del aleancede Dios No es fácil escapar de Dios. Glenn Aufderhar lo sabe por experiencia. Dejó de estudiar cuando cursaba el octavo grado, se fue de la casa y trató de desligarse de Dios. Pero, el Espíritu Santo lo siguió hasta el aserradero donde había conseguido trabajo. Un viernes de noche, el EspirituSanto siguió a Glenn y a sus amigos cuando se dirigieron al cine. Vio a Glenn fumando un cigarrillo, para darse valor. El Espíritu Santo se aproximó a Glenn cuando se detuvo frente al cine para leer los anuncios, a la hora de la puesta del sol. Le hizo recordar un viernes a la hora del culto familiar, cuando tenía cinco años. La historia de esa noche era acerca del juicio de Jesús. Entonces el pequeño Glenn habia deseado ardientemente poder cambiar el curso de la· historia: no quería que Jesús sufriera; no queria que fuera crucincado en esa cruz. Corrió a la cocina y tomó dos leftos: "¡Si yo hubiera estado ahí -gritó, blandiendo los leños como si fueran espadas-.las cosas habrían sido diferentes! ¡Yo te habría protegido, Jesús!" Parado frente al cine, recordando, Glenn se sintió abrumado por la emoción. Arrojó el cigarrillo al suelo y. sin decir una palabra, se fue y dejó plantados a sus amigos. Ni siquiera se volvió para ver su reacción ante su repentino alejamiento. Esa noche, Glenn escuchó al Espíritu de Dios que le hablaba al corazón mientras contemplaba la puesta del sol. Sabía que Dios lo estaba llamando. Glenn respondió en su corazón: "Sí, Señor, volveré a ti. Haré con mi vida lo que tú me pidas".
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Dios condujo a Glenn de vuelta a la iglesia y al colegio. llegó a ser un ministro, un evangelista, un administrador de la igle-: sia, y. fmalmente, presidente del Centro Adventista de Comunicaciones.? El Salmo 139 nos asegura que nuestros hijos no pueden escaparse de Dios: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, alli estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, alli tú estás". ¡Hermosas palabras de esperanza!
5· Dios no considera el tiempo en la misma forma que nosotros Keny Gladys McAllister (ver el Capítulo 11) esperaron diez años hasta que su hijo Esteban se enderezara. Elda y Ben, cuyo hijo les devolvió muchas veces los regalos que le enviaban (ver el Capítulo 6), también esperaron diez años. Bárbara Johnson (ver el Capítulo 4) esperó once años hasta que Larry se volvió a Dios y restableció las relaciones con ellos. Nell Thompson (ver el Capitulo 8) permaneció enajenada de su hijo Keith durante doce años. Mónica esperó 33 años hasta recibir respuesta a sus oraciones por Agustín (ver el Capítulo u). Todos estos padres pasaron años difíciles, llenos de aflicciones y de lágrimas, cuando no podía hacer nada más que orar, amar y esperar. Esperar es difícil para nosotros, pero Dios es paciente. Desde su perspectiva de la eternidad, está dispuesto a esperar años, si es necesario, para llevar a cabo su tarea. Sabe cuándo es el momento oportuno, y obrará pacientemente con nuestros hijos durante todo el tiempo que sea necesario. 6. Servimos a un Dios que da segundas oportunidades Al parecer, existen varios momentos cumbres en la "curva del retorno" a Dios, como Tom Bisset la llama en su libro Why Cristian Kids Leaves the Faith [Por qué los muchachos cristianos abandonan la fe]. Una de ellas se presenta en la década de los veinte años, cuando el adulto joven está estableciendo su ho-
135 gar y su carrera. En una encuesta realizada entre hijos que han abandonado su iglesia, James Dobson encontró que el 85 por ciento había regresado a la fe religiosa y a los valores de sus padres a la edad de ~4 años. El siguiente momento cumbre ocurre alrededor de los·cuarenta años, cuando los propios hijos del hijo descarriado se encuentran en la adolescencia. Este es un periodo característico de crisis de la edad madura o de revaluación de la vida. Es un tiempo en el cual muchos vuelven a considerar, con renovado interés, los asuntos espirituales. Otro momento cumbre se produce cuando muchos coroprenden por primera vez que no son inmortales. Cuando la enfermedad o alguna otra tragedia los afecta súbitamente, comienzan a preocuparse por su futuro, y llegan a la conclusión de que su duración no es ilimitada. Otro momento para regresar a Dios se presenta cuando ocurre la muerte del padre o de la madre. Vuelve a presentarse la tendencia a revaluar la vida y efectuar algunos cambios. 8 Patricia es un ejemplo de la misericordia de Dios al dar una oportunidad tras otra a nuestros hijos descarriados. Se había ido de su hogar antes de terminar los estudios de enseñanza media, se había metido en la cultura de las drogas, había tenido un aborto y había visto suicidarse a su novio. En su trabajo en un banco, Patricia había tenido dos oportunidades, cuando dos de sus asociados, que eran cristianos, intentaron interesada en las cosas espirituales. Ella ignoró sus invitaciones. Se le presentó una tercera oportunidad, cuando una prima aceptó a Cristo y trató de compartir con ella su amor por el Señor. Patricia no la escuchó. Tuvo una cuarta oportunidad mientras miraba el programa de Oprah Winfrey. El tema era la posesión demoníaca. Patricia escuchó la historia de una mujer que había tratado de matar a su bebé mientras estaba poseída por un demonio, pero que f:malmente había sido liberada por el poder de Jesucristo. Patricia comprendió repentinamente que Satanás era real y estaba
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vivo, y que habia estado ocupado procurando destruir su vida mediante la bebida, las drogas y el sexo ilícito. Se arrodilló en su habitación junto al televisor, y clamó a Dios para que acudiera a su vida y la salvara. "Mi padre continuaba orando por mi-dice Patricia-. Y Dios seguía hablándome y dándome oportunidades de encontrarlo, hasta que nnalmente escuché". 9
7. Dios seguirá obrando aun después de nuestra muerte El Dr. W. P. MacK.ay trabajaba en un hospital de Escocia cuando llevaron a la sala de emergencias a un ayudante de albañil, que había caído de una escalera. El Dr. Mack.ay comprendió de inmediato que no había esperanza para él. Procedió a hacer lo necesario para aliviar el intenso dolor del paciente. -¿Cuánto tiempo viviré, doctor? -preguntó el accidentado. -No puedo decirlo con seguridad -respondió el médico-; pero no es mucho. -'-Así es. Dios sabe lo que es mejor-contestó el hombre, procurando sonreír. -¿Tiene parientes a quienes podamos notincar? -inquirió el doctor. -No tengo -dijo el paciente-. Pero quisiera que avise a la propietaria de la casa donde vivo que estoy aqui. Le debo algo de dinero y quisiera pagárselo. -Así se hará -aseguró el médico. -Digale, también, que traiga el Libro -añadió. -¿De qué libro se trata? -quiso saber el Dr. MacK.ay. -Oh, ella lo sabe -aclaró el hombre, y se durmió. El Dr. MacK.ay visitaba diariamente a su paciente y notaba que a pesar de su dolor se mostraba calmado y casi gozoso. Falleció después de una semana de sufrimiento. El médico estaba presente cuando se llevaron el cadáver y ordenaban el cuarto. -¿Qué hacemos con esto? -preguntó una enfermera, mostrando un libro bastante ajado. -¿Qué libro es ese? -preguntó el doctor.
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-Es la Biblia de ese infortunado albañil ...-explicó la enfermera-. La dueña de la casa se la trajo, y él la leyó todo el tiempo que pudo. Después de eso,la mantuvo junto a él, debajo de la frazada. El Dr. Mackay tomó la Biblia y abrió la tapa. Se sobresaltó cuando vio escrito su nombre: W. P. Mackay. ¡escrito por su propia madre! Se la había regalado cuando él se había ido de la casa, y lo había instado a leerla todos los días. Él la había puesto de lado, y después, cuando estudiaba Medicina. la había vendido, para obtener algo de dinero. El médico se sintió abrumado por la emoción mientras pensaba en su madre ya fallecida, quien había orado por él durante tantos años. -Este libro está en muy mal estado y no vale mucho -dijo el doctor a la enfermera-. Yo mismo me encargaré de él y también de las otras cosas. El doctor MacKay llevó la Biblia a su ofi.cina y hojeó sus páginas sagradas. Algunas estaban sueltas; otras estaban ajadas. Se notaba que habían sido leídas con frecuencia. Numerosos pasajes estaban subrayados. Mientr¡¡.s los leía, casi podía oír la voz de su madre recitándolos, como lo había hecho cuando él era niño. El doctor se emocionó y se le llenaron los ojos de lágrimas al pensar en el amor de su madre. Y por primera, vez en muchos años, también pensó en el amor de su Padre celestial. Después escribió lo siguiente acerca de este incidente: "La voz de mi conciencia ya no pudo ser silenciada. No encontré reposo hasta que me levanté y acudí a Aquel cuya mano de amor había rechazado tantas veces, pero quien siempre pensó en mí con piedad y compasión. Por la misericordia y la gracia de Dios pude creer que Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero". •a Esperanza de los padres de la Biblia Lea la historia de la viuda importuna en Lucas 18:1 al8. 1. ¿Cuáles de las siete razones para tener esperanza se encuentran ilustradas en esta parábola? Encuentre declaraciones que respalden su lista.
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Se nos ha dicho que, con frecuencia, la fe vacilante de los discípulos fue fortalecida por el recuerdo de esta parábola. ¿Cómo podría fortalecer su propia fe, mientras se encuentra intercediendo por sus hijos? 3. Lea los pasajes que siguen. ¿Cómo respaldan el mensaje de esta parábola?
Referencias 'S. Smiles, en 1he New DictionaryofThoJJ#tts (Nueva York: Standard Book Co., 1948), p.~63.
• Elena G. de White, El ministerio de curación, p. 3t. 3 .ElcaminoaCristo, p.1oo. -----·Testimonies, t. 7• p. 17. s Faith Coxe Bailey, Adoniram ]udson: Missúlnary to Burma (Chicago: Moody Press, 1955>· pp. 7-17: Samuel Fisk, More Fascinating Conversion Stories (Grand Rapids: Kregel Pub., 1994), pp. 63-68: Dorothy Eaton Watts, Stepping-Stones, p. 349· 6 Fisk,pp.151-154· 7 Gloria Bentzinger, •A Renegade Reclaimed", Adventist Media Center Update (Spring! Summen993), pp. 5· 6; Dorothy Eaton Watts,FriendsforKeeps,p. 61. 8 TomBisset, WhyOr.ristianKidsi.eavetheFaith, pp.146-151. 9 Ibúi., pp. ~10-~1~. 0 ' Wllber Konkel, Uving Hymn Stories (Minneapolis: Bethany House, 198~). pp. 16-19.