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El pluralismo y la Iglesia Adventista El

pluralismo y la Iglesia

Adventista

Gerhard Pfandl Ministerio de Investigaciรณn Adventist1 a


El pluralismo y la gl sia A principios del siglo 20, la Iglesia Adventista había sobrevivido las tensiones de la Conferencia General de 1888 en Minneapolis y su teología se consideraba establecida. Durante los siguientes 50 años, la Iglesia se concentro en su misión y creció de 75.000 a más o menos 500.000 miembros. Durante este tiempo su teología cambio muy poco. Hubo unos pocos disidentes como A. F. Ballenger en América, W. W. Fletcher en Australia y L. R. Conradi en Europa pero, en general, administradores y teólogos seguían el mismo camino. Las cosas comenzaron a cambiar en la década de 1950, con la publicación del libro Preguntas sobre Doctrina.1 De repente, uno de los teólogos adventistas más destacados, M. L. Andreasen, desafió la teoría del liderazgo. El se mostro en desacuerdo con la enseñanza de los libros sobre la naturaleza de Cristo y la expiación y, al no ser escuchado en la Conferencia General, lo hizo público con su cartas a las iglesias. Durante los años 60 y 70, el abismo entre teólogos y administradores 1 Questions on Doctrine (Washington, D.C.: Review and Herald Publ. Assn., 1957).

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dv ntista comenzó a profundizarse. Los teólogos en sí mismos experimentaron una separación entre los profesores conservadores y liberales. Más y más puntos de vista alternativos aparecieron, y durante los 40 años anteriores, diferentes ramas teológicas aparecieron dentro del adventismo. Algunos teólogos adventistas del séptimo día han comenzado a usar ciertos aspectos del método históricocritico. Otros están impresionados con las teorías científicas y, cuando las escrituras y la ciencia parecen chocar, siguen a la ciencia en lugar de las Escrituras. En 1994, R. F. Cottrell, antiguo editor asociado de la Adventist Review, presento cuatro diferentes ramas de la teología adventista en su revista Adventist Today.2 Él les pregunto a varios representantes de los diferentes puntos de vista para escribir los artículos. Cada una de estas perspectivas clamaba representar al verdadero adventismo. a) Adventistas evangélicos En el articulo “Adventismo evanAdventist Today (Jan/Feb, 1994): 4-15.

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gélico: aferrándose a la cruz”, escrito por M. Rader, D. van Denburgh, y L. Christoffel,3 la primera oración dice: “el evangelismo evangélico es el autentico adventismo, el adventismo como Dios quería que fuera”.4 El origen del adventismo evangélico se remonta a los tiempos de la crisis de Desmond Ford y el periódico Evangelica, el cual existió durante unos cuantos años antes de la conferencia Glacier View en 1980. Su foco es el evangelio– con énfasis en la justificación. Las doctrinas distintivas del adventismo no son consideradas importantes y no reconocen la autoridad profética de Elena G. de White. “Ninguno de los adventistas evangélicos dan su lealtad a las tradiciones de la iglesia ni a las creencias fundamentales, las cuales corresponden solo a la actual perspectiva de la mayoría de los miembros en un tiempo particular en que las mismos fueron creados”.5 b) Adventismo progresista Los adventistas progresistas creen que las “necesidades percibidas” crean doctrinas, que la verdad presente debe ser reciclada y que las diferentes interpretaciones en la Iglesia son bue3 Cuando esto fue escrito, David van Denburgh y Larry Christoffel eran pastores en la Iglesia CampusHill, Loma Linda (California). 4 “Evangelical Adventism: Clinging to the Cross,” Adventist Today (Jan/Feb, 1994): 6.

Ibíd., 8.

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nas debido a que la revelación se da de manera progresiva. Nadie tiene el derecho de dictar un único correcto y aceptable sistema de creencias de ninguna manera. Madelynn Jones-Haldeman, quien por esos tiempos ensenaba en la Universidad Adventista La Sierra, escribió un artículo sobre al adventismo progresista titulado “Arrastrando a la iglesia hacia adelante”. En él, ella negó la unidad de la Biblia y clamo que “hay suficiente evidencia interna, como los eruditos han demostrado, como para sugerir que a medida que uno lee la Biblia, un Dios amante y monoteísta emerge de un panteón de dioses guerreros. El adventista progresivo cree que la imagen de Dios borrando poblaciones ya sea mediante la espada del hombre o mediante fuego, terremotos, tormentas catastróficas y erupciones volcánicas; demuestra que el hombre realmente ha hecho a Dios a su imagen y semejanza. Es apropiado pensar y hacer preguntas, considerar el material y no ser intimidado por las palabras “es inspirado”. Ningún salto de fe es lo suficientemente ancho como para crear un puente que cubra el abismo creado por estas contradictorias figuras de Dios”.6 Esto está en armonía con los conceptos de Historia de la Religión o de la Escuela de Religiones Comparadas, pero no con lo entendido por la Iglesia Adventista del Séptimo Día con respecto a las Escrituras. 6 “Dragging the Church Forward,” Adventist Today (Jan/Feb, 1994): 11.

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c) Adventismo Histórico El adventismo histórico, como su nombre lo indica, es donde comienza el adventismo, dice Ralph Larson. “Es el punto de referencia desde el cual todos los otros adventismos miden sus grados de diferencia”.7 Los adventistas históricos, representados por nombres reconocidos tales como Robert Wieland, Colin and Russell Standish y Ron Spear, se ven a sí mismos como los verdaderos sucesores de nuestros pioneros. Claman que el sistema de creencias de los pioneros ha resistido exitosamente a todos los asaltos de adentro y fuera de la iglesia y que en si mismo provee una base solida de fe que perdurara para siempre. El origen del adventismo histórico se remonta a la controversia con respecto al libro Preguntas sobre Doctrina. Recibió mayor impulso durante la crisis Ford/Rea/Davenport8 en 1980, como así también durante el firme crecimiento del estilo de vida y prácticas religiosas liberales en la iglesia en décadas recientes.

7 Ralph Larson, “Historic Adventism: Remembering to Trust and Obey,” Adventist Today (Jan/Feb, 1994): 12.

Desmond Ford negó el juicio investigador, Walter Rea afirmó que Elena G. de White era una falsa profeta, y Donald Davenport ofreció altos rendimientos en inversiones, y los millones de dólares se perdieron en la iglesia. 8

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d) Línea principal del adventismo/ corriente dominante del adventismo El artículo “La madre de todos nosotros: la corriente dominante del adventismo” fue escrito por Kenneth Wood, el antiguo editor de la Adventist Review.9 La corriente dominante del adventismo es, por definición, la mayor o mas prevaleciente tendencia en el adventismo. La corriente dominante es la de la mitad de la misma, donde lo actual es lo mas fuerte- la parte más productiva y activa de la iglesia. Teológicamente, la línea principal del adventismo está representada por los libros Creencias Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día10 y el Tratado de Teología Adventista del Séptimo Día.11 Son de naturaleza conservadora, evitan los extremos y representan un consenso del campo mundial. Una de las mayores razones del pluralismo en nuestra Iglesia es el uso de diferentes aproximaciones en la lectura de las Sagradas Escrituras. Por ejemplo: el abordaje cultural de las Escrituras presupone que mucho de la Biblia está condicionado por el tiempo y la cultura y, por ende, muchas de sus 9 Kenneth Wood, “The Mother of Us All: Mainstream Adventism,” Adventist Today (Jan/ Feb, 1994): 4-5. 10 Seventh-day Adventists Believe (Silver Spring, Md.: Ministerial Association, General Conference of Seventh-day Adventists, 2005). 11 Raoul Dederen, ed., Handbook of Seventh-day Adventist Theology (Hagerstown, Md.: Review and Herald Publ. Assn., 2000).


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afirmaciones no tienen validez universal o imperecedera. El resultado de esta manera de pensar es la de contradecir la doctrina. Como no podemos saber con seguridad cual es la verdad, es mejor no enfatizar ninguna interpretación. Esto, por supuesto, encaja bien con otra razón para el pluralismo en la Iglesia Adventista: el espíritu ecuménico, el cual está ganando más y más terreno en ciertas partes de la Iglesia. Steve Daily, antiguo capellán en la Universidad Adventista la Sierra, reprendió a la Iglesia por su oposición al ecumenismo y dijo: “hay un nuevo ecumenismo extendiéndose a través de gran parte de la iglesia cristiana de hoy, que los adventistas no pueden permitirse ignorar”. Se refirió a Francis Frangipane y escribió: “en su libro, espiritualmente consagrado, The House of the Lord (La casa del Señor), Francis Frangipane llama a todos los cristianos, incluyendo a los adventistas, a dejar de debatir sus diferencias y focalizarse en lo esencial de Cristo, del Espíritu Santo, la oración intercesora y un amor compartido por sus ciudades y comunidades”.12 El propio entendimiento de los Adventistas del Séptimo Día como la Iglesia remanente de Apocalipsis 12: 17 y la enseñanza de un juicio investigador son una piedra de tropiezo para los adventistas que creen en el ecume-

nismo. Un número de teólogos Adventistas del Séptimo Día está deseando prescindir de ellas o cambiarlas a algo menos ofensivo para los otros cristianos. George Knight, antiguo profesor de historia en la Universidad de Andrews, en su libro The Fat Lady and the Kingdom (La dama gorda y el reino) ha remarcado las consecuencias de esta tendencia. En lugar de contradecir nuestras doctrinas únicas, deberíamos reforzarlas, dice: “Así como un barrilete vuela en contra del viento, así hay una dinámica en los movimientos religiosos que es vitalizada por las diferencias e incluso la oposición. Ser diferentes les da a los individuos y grupos sociales significado; y ser diferente desarrolla compromiso con una causa, especialmente cuando conlleva la quema de puentes al unirse a una subcultura religiosa”.13 El pluralismo está aquí para quedarse, debemos admitirlo. Aun así, al mismo tiempo, la Iglesia a lo largo y ancho debe asegurarse de que este pluralismo no la destruya o separe. Los parámetros deben ser establecidos y la voz de la Iglesia, expresada en la reunión mundial de la Conferencia General, debe tener la última palabra. De otra forma, la Iglesia se desintegrara. Yo no creo que se desintegre. Esta Iglesia es la Iglesia remanente de la profecía. Jesús esta al timón, y mientras el

12 Steve Daily, Adventism for a New Generation (Portland, Ore.: Better Living Publishers, 1993), 312-1¬4.

13 George Knight, The Fat Lady and the Kingdom (Boise, Idaho: Pacific Press Publ. Assn., 1994), 135.

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este al mando, el barco de la Iglesia no se hundirá. Como Elena G. de White escribió: “…No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada.”.14 Notas biográficas de Elena G. de White,

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Gerhard Pfandl es Doctor en Teología (Andrews University, EE.UU.). Oriundo de Alemania. Director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas (Biblical Research Institute). Especialista en Antiguo Testamento, el libro de Daniel, Arqueología del Cercano Oriente y del Espíritu de Profecía. Traducido por Gisela Sánchez, estudiante de Licenciatura en Psicología, Profesorado en Psicología y Traducción de inglés en la Universidad Adventista del Plata, Argentina. Artículo adaptado para el Ministerio de Investigación Adventista. Publicado originalmente en “Perspective Digest: A Publication of the Adventist Theological Society”, vol. 17, Issue 4.

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