La cosmovisión teológica y su influencia sobre la iglesia adventista del séptimo día

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La cosmovisión teológica y su influencia sobre la Iglesia Adventista del Séptimo Día1 Fernando Luis Canale

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(Traducción de Gastón Clouzet )

Resumen Se analiza el concepto de cosmovisión y de qué manera su importancia viene dada por el hecho de que determina no sólo el sistema de ideas por las que se rige un individuo, en su vida intelectual y práctica, sino también como teología. En este sentido se trabaja el entramado lógico que opera entre la hemenéutica y la cosmovisión que la sustenta. Se comparan las cosmovisiones bíblica y teísta, deteniéndose en los principios básicos de esta última, tomados de la filosofía griega y la teología medieval, lo cual marca la diferencia básica con la cosmovisión bíblica, cuyo contenido esencial es el conflicto de los siglos entre el bien y el mal. Palabras clave: cosmovisión - teísmo - hemenéutica - presuposiciones - teología Summary An analysis of the concept of world view and in what way its importance is inescapable, given that it determines the system of ideas which guides the individual not only in his intellectual and practical life, but also in his theological understanding. The logical connection which exists between hermeneutics and the world view which supports it is explored. A comparison is made between biblical and theistic world view, with special attention paid to the basic principles of theistic world view, taken from Greek philosophy and Medieval theology, which is distinctly different from biblical world view, whose content is essentially the great controversy between good and evil. 1 Presentación hecha ante el Concilio Anual de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el 2 de octubre de 1995. El artículo fue sometido a arbitraje para la revista Enfoques hacia fines de 1998. 2 Fernando Luis Canale es Doctor en Teología y Licenciado en Filosofía y se desempeña actualmente como Profesor de Teología Sistemática en el Programa doctoral de Teología de Andrews University (Michigan, USA). 3 Gastón Clouzet es pastor retirado de la Iglesia Adventista del Séptimo Adventista Día y reside actualmente en Libertador San Martín. Se ha desempeñado como redactor y traductor de la Asociación Casa Editora Sudamericana (Buenos Aires).

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FERNANDO LUIS CANALE Keywords: World view - theism - hermeneutics - presuppositions - theology Résumé Dans cet article on analyse l idée de cosmovision et de quelle façon son importance dérive du fait qu elle ne détermine pas seulement le système d idées par les quelles un individu conforme sa vie intellectuelle et pratique, mais aussi sa théologie. Dans ce cadre on trouve la rélation logique qu il y a entre l herméneutique et la cosmovision sur laquelle elle se fonde. On compare la cosmovision biblique et la théiste, et on discute avec minutie les principes fondamantaux de cette-ci, pris de la philosophie grecque et de la théologie du Moyen Âge, et ses différences fondamentales avec la cosmovision biblique, dont l exposition essencielle se trouve dans la «Grande Controverse » entre le bien et le mal. Mots clefs: cosmovision - théisme - herméneutique - présupositions - théologie

Introducción Es bien conocido que la existencia de las cosmovisiones penetran individualmente en nuestra vida diaria. Por otra parte está claro el hecho de que las cosmovisiones que aparecen en las teologías cristianas difieren radicalmente de las que figuran en el pensamiento bíblico. Dentro de este contexto, a lo largo del presente trabajo se intentará mostrar cómo una cosmovisión, cuando opera dentro de una determinada teología, ejerce influencia sobre la vida de la iglesia, especialmente en este caso sobre la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Antes bien cabe la pregunta: ¿por qué se debe apartar la atención de la iglesia de su tarea esencial que es la proclamación del evangelio para referirse a un asunto teórico? ¿Es el tema de la cosmovisión tan importante para la vida y la misión de la iglesia de hoy? Trataré aquí de explicar un asunto técnico que tiene que ver con el lenguaje de todos los días, con la esperanza de que se perciba claramente la relación que existe entre la cosmovisión, la teología y la vida. Con este objetivo en vista revisaré primeramente la noción general y el papel de una cosmovisión, para referirme después a la influencia que tiene sobre la teología y sobre la vida de la Iglesia Adventista. Una aclaración acerca del concepto de cosmovisión

Definición: un conjunto de principios básicos Podemos definir de varias maneras el concepto de cosmovisión. Ronald H. Nash presenta una sencilla definición al respecto. Sugiere que 102

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es un conjunto de creencias acerca de los aspectos más importantes de la 4 vida . Mediante una definición más complicada podríamos decir que una cosmovisión es un conjunto de ideas acerca de la realidad que, como consecuencia de su naturaleza general y su amplio espectro, condiciona toda la gama del pensamiento y la acción de los hombres.

Algunas implicaciones de la definición En primer lugar, es importante que reconozcamos que estamos usando técnicamente el concepto de cosmovisión. No nos estamos refiriendo literalmente a una visión del mundo como en cosmología (el estudio del mundo como fenómeno natural). En este sentido el término cosmovisión tiene un sentido mucho más amplio. Por ejemplo, implica, entre otros asuntos fundamentales, nociones generales acerca de Dios, los seres humanos y la historia humana. Las definiciones también revelan que la cosmovisión pertenece al ámbito del conocimiento humano; en otras palabras, al dominio de lo cognoscitivo. Además, debemos poner énfasis sobre el hecho de que precisamente por su naturaleza y su papel cognoscitivo (lo cual se mencionará más adelante) la cosmovisión es un componente esencial de la naturaleza humana. Las Escrituras subrayan el principio antropológico de que cuál es su pensamiento en su corazón (del hombre), tal es él (Prov. 23:7). Elena de White, que elaboró plenamente su pensamiento sobre la base de principios bíblicos, nos explica que la mente controla al hombre entero. 5 Todos nuestros actos, buenos o malos, tienen su origen en la mente . Precisamente porque los seres humanos son lo que piensan, atesoran y deciden en su mente, la cosmovisión desempeña un papel tan importante y decisivo, no sólo con respecto a la manera de pensar, sino también en la vida y las actividades de la iglesia. Dediquémonos ahora a explorar brevemente el papel general que desempeña la cosmovisión en la experiencia de los seres humanos.

Papel: presuposiciones finales ¿Qué hace la cosmovisión en el ámbito del conocimiento y la vida? La respuesta a esta pregunta es sencilla y fundamental para poder comprender Ronald H. Nash, Worldviews in Conflict: Choosing Christianity in a World of Ideas (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1992), 16. 5 Elena G. de White, Mente, carácter y personalidad, tomo 1 (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1997), 72. 4

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la influencia de la cosmovisión sobre la vida de la iglesia. El papel directivo definido que desempeña la cosmovisión consiste en determinar la manera como piensan los seres humanos. De allí se desprende que la cosmovisión determina la forma como actúan los seres humanos. Explicaré el papel de la cosmovisión mediante el uso de algunas ilustraciones. Comparemos una cosmovisión con un par de anteojos. Así como los anteojos le permiten al individuo percibir la realidad, la cosmovisión nos permite a nosotros ver (comprender) las enseñanzas de las Escrituras. Esta analogía subraya el hecho de que la cosmovisión funciona como la presuposición final implícita en el proceso de pensar e interpretar las Escrituras. Imaginemos una cultura de aborígenes, muy primitiva y subdesarrollada. Son seres humanos como nosotros, con la única diferencia de que no tienen el más mínimo conocimiento de nuestra tecnología. Son tan capaces de conocer las cosas como nosotros. Por consiguiente, tienen una cosmovisión por medio de la cual pueden entender la realidad e incluso entenderse ellos mismos. En este contexto, imaginemos que alguien lleva un auto a su aldea, listo para manejarlo. ¿Qué sucede? Abrirá alguno de ellos la puerta, pondrá en marcha el motor y saldrá manejando? Por supuesto que no. Imaginemos la misma situación en el Bronx (New York City). ¿Actuarán los residentes del Bronx de la misma manera como los aldeanos? Claro que no. ¿Qué factor es responsable de la diferencia? No es el auto, sino la cosmovisión que usa cada grupo para interpretar la misma situación. Lo mismo sucede en el ámbito de la teología. La Escritura es la misma, pero las teologías son diferentes por causa de las cosmovisiones que se emplean para su interpretación. El papel que desempeña la cosmovisión también se puede comparar a un programa de computación. Como el programa de una computadora, la cosmovisión nos permite interpretar toda la gama de la información bíblica sin eliminar una sola pieza ni pasar por alto sus conexiones naturales. Definidamente, la interrupción de la comparación entre una cosmovisión y una computadora se produce de la siguiente manera: el hardware (la caja y los componentes físicos de la computadora) corresponde a la mente humana. El software (el programa) que se usa para hacer funcionar la computadora, corresponde a la cosmovisión. La información que se procesa o se interpreta viene en nuestro caso de la Escritura. El producto de esta computadora, por ejemplo el material impreso, corresponde a la teología y la predicación. 104

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Finalmente, en una forma muy real, la cosmovisión produce un efecto dominó. El papel presuposicional que desempeña la cosmovisión se escurre hacia abajo, y afecta la manera como entendemos cada porción y doctrina de la Escritura. Recordemos cómo se procede en ese popular juego de mesa conocido como dominó. Se juega con una cantidad de piecitas planas. La cara de cada una de ellas tiene dos cuadrados, sin nada o con algunos puntos blancos. Se los usa al jugar de tal manera que los extremos de cada pieza correspondan entre sí. Pero la comparación que quiero hacer no se refiere al juego de dominó en sí, sino al efecto que se produce cuando esas piecitas se colocan verticales, una detrás de otra, constituyendo una o varias filas. El efecto dominó se produce cuando se empuja la primera pieza de la serie contra la que está inmediatamente detrás. Como lo sabemos, cuando se empuja la primera pieza contra la que está inmediatamente detrás, se produce una reacción en cadena que finalmente derriba todas las piezas de la fila. En el campo de la teoría la cosmovisión funciona como la primera pieza del dominó, o las primeras de la fila, cuya acción produce una reacción en cadena que derriba a todas las demás. De la misma manera la cosmovisión inicia una reacción en cadena que afecta todo el pensamiento y la vida de la iglesia.

Resumen: algunos hechos importantes acerca de la cosmovisión Primero, hemos declarado de varias maneras que la cosmovisión es un conjunto de ideas básicas acerca de la realidad que, al funcionar como presuposiciones, están directamente implícitas en el proceso por medio del cual los seres humanos comprendemos la realidad y nos relacionamos con ella. Además, es necesario reconocer y aceptar el carácter universal de la cosmovisión como una realidad inevitable. La posesión de una cosmovisión no es opcional. Todos los seres humanos pensamos y actuamos sobre la base de una cosmovisión, aunque no estemos conscientes de ello. Segundo, todos los seres humanos adquirimos inicialmente una cosmovisión mediante un proceso de asimilación cultural. Las cosmovisiones generalmente se diseminan mediante un proceso de asimilación sin analizar ni evaluar todo lo que ofrece la cultura. Las cosmovisiones también se difunden por medio de la asimilación cultural en los niveles académicos más sofisticados. Las cosmovisiones actúan como un par de anteojos, como un programa de computación que nos permite ver y determinar la forma cómo comprendemos las cosas, inclusive la Escritura. Una verdadera reacción en Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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cadena (efecto dominó) parte de la cosmovisión y abarca toda la gama del pensamiento, la experiencia y las actividades de los hombres. Finalmente, necesitamos comprender que los seres humanos no estamos predeterminados para funcionar dentro de la cosmovisión predominante en la cultura dentro de la cual hemos sido educados. Por lo contrario, como resultado de algunos procesos de reflexión podemos elegir la cosmovisión que deseamos adoptar. Por supuesto, la elección entre varias cosmovisiones disponibles se puede hacer sólo después que el individuo reconoce la existencia y el papel que desempeña una cosmovisión en su manera de pensar y en su vida. La cosmovisión se puede programar. No estamos sometidos a una esclavitud cultural por medio de una cosmovisión. Recibir una cosmovisión por la vía de la asimilación cultural no es lo mismo que contagiarse de una enfermedad mortal. Aun cuando hayamos asimilado uno o varios componentes de diferentes cosmovisiones es posible reemplazarlos por otros. La cosmovisión que nos sirve para funcionar no es absoluta ni inmutable. Al contrario, podemos programar nuestra cosmovisión operativa e inclusive cambiarla por otra. En efecto, siempre hay disponibles para elegir una cantidad de cosmovisiones. Este hecho le proporciona esperanza a la conciencia y la obra de la iglesia. Después de este breve repaso de algunos de los aspectos importantes de la cosmovisión, dirigiremos nuestra atención a la forma como ésta ejerce influencia sobre la tarea de la teología cristiana, y sobre el pensamiento y la vida de la Iglesia Adventista. Debemos tener presente la siguiente pregunta: ¿por qué deberíamos cambiar nuestra cosmovisión operativa? La influencia de la cosmovisión sobre la teología La claridad requiere que defina brevemente la forma como usaré la palabra teología en las páginas siguientes. Por medio de esta palabra quiero referirme a la comprensión de la Escritura. Nuestro razonamiento anterior nos convenció de que la interpretación de la Escritura siempre implica una cosmovisión. Por lo tanto, la teología siempre está subordinada a la cosmovisión mediante la cual operan los teólogos, pastores y creyentes. Ya que éste es el caso, deberíamos preguntarnos si la teología adventista puede adoptar cualquier cosmovisión sin contradecir sus fundamentos bíblicos. Humberto Rasi menciona la existencia de tres importantes opciones que los adventistas podemos elegir, a saber, las cosmovisiones naturalistas, panteístas 106

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y teístas. Es evidente que el adventismo no puede aceptar las cosmovisiones naturalista ni panteísta sin contradecirse. En consecuencia, en este trabajo me voy a referir definidamente a la cosmovisión teísta, que es la que opera en la mayor parte de las teologías, tanto clásicas como modernas. La comparación de las cosmovisiones teísta y bíblica es una empresa complicada. Lo intricado del tema y el propósito específico de esta presentación requieren una simplificación. Por eso me referiré solamente a dos factores principales que constituyen la verdadera raíz de la diferencia que existe entre las cosmovisiones teísta y bíblica. Estos dos componentes desempeñan su papel desde el mismo principio de la reacción en cadena, característica de la forma como obra la cosmovisión. Santo Tomás de Aquino reconoció la importancia de pensar cuidadosamente en la forma como se da comienzo a la tarea teológica. Las primeras palabras de Ser y Esencia advierten a todos los teólogos que un error pequeño al principio llega a ser 6 grande al final . Los dos componentes son, primero, la cuestión del origen de la cosmovisión de uno y, segundo, la forma en que se entiende la naturaleza básica de la realidad. Puesto que en general estamos más familiarizados con la cosmovisión bíblica que la teísta, voy a concentrar mi atención en la cosmovisión teísta.

La cosmovisión teísta se aparta de la bíblica Las cosmovisiones teísta y bíblica entran en desacuerdo desde el mismo principio de la tarea teológica en dos puntos principales. Primero, al adoptar la cosmovisión teísta la teología cristiana reconoce explícitamente que la cosmovisión teológica se originó en alguna filosofía humana. La cosmovisión bíblica, por el contrario, se origina en la revelación divina que aparece en el registro inspirado de la Escritura. Que la cosmovisión operativa en la teología cristiana se originó en la filosofía humana y no en la revelación bíblica es una presuposición ampliamente aceptada por la teología cristiana. La cosmovisión teísta que opera en la teología cristiana se originó en la filosofía griega, particularmente en los escritos de Platón y Aristóteles. Las ideas básicas de la cosmovisión de Platón son tan influyentes que algunos pensadores consideran que toda la historia del pensamiento occidental no es otra cosa que notas de pie de página de las obras de Platón. 6

Santo Tomás de Aquino. El ente y la esencia. (Buenos Aires: Aguilar, 1966), 27.

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El contenido de la cosmovisión teísta que opera en la mayoría de las teologías cristianas ha sido decidido, y lo sigue siendo, por las propuestas generales de la filosofía griega o alguna versión modificada de ella. A partir de esta fuente se desarrolló una cosmovisión dualista. Como adventistas estamos familiarizados con el dualismo antropológico que se manifiesta en la dicotomía alma-cuerpo, generalmente aceptada por la cristiandad. Sabemos que esa dicotomía no proviene del pensamiento bíblico. ¿De dónde viene? Procede de la filosofía griega, como un requisito para fundamentar la cosmovisión dualista. En forma resumida repasaré algunos de los aspectos básicos de la cosmovisión dualista del teísmo. Platón concebía el mundo como si tuviera dos niveles: el celestial y el terrenal. La característica básica del nivel celestial es su inmutabilidad. En el cielo no hay cambios, ni movimientos, ni espacio, ni tiempo, ni historia, ni una palabra; nunca sucede nada en el cielo. Precisamente por causa de estas características Platón creía que el cielo era real en un sentido literal y definitivo. El nivel terrenal, en cambio, es la duplicación del celestial, pero con una dimensión no tan real, donde reinan el cambio, el espacio, el tiempo y la historia. Al aplicarla a la teología cristiana, esta cosmovisión requiere que Dios y sus acciones siempre cumplan los requisitos básicos del nivel celestial. Dios no puede interactuar con el nivel terrenal. Ningún acto de Dios implica, por lo tanto, cambio alguno, ni movimiento, ni participación con el espacio, el tiempo y la historia. Esta cosmovisión dualista determina que Dios obre en su mundo mientras los seres humanos lo hacen en el suyo. Se establece así una incompatibilidad básica entre los niveles celestial y terrenal. Debe comprenderse, con esto, que la cosmovisión teísta es incompatible con la bíblica. Si tuviera que resumir en una palabra la cosmovisión bíblica, tendría que usar no una, sino cinco: el conflicto de los siglos . Pero si le queremos aplicar la cosmovisión teísta a la idea del conflicto de los siglos, tendremos que descartar todos sus componentes, porque Dios no tiene nada que ver ni con el espacio, ni con el tiempo, ni con la historia. No es raro, entonces, que la teología cristiana haya sido incapaz a lo largo de los siglos de congeniar con la Escritura. El primer paso que cualquiera tiene que dar para entender la revelación de Dios en la escritura es abordarla sobre la base de sus propios términos. En otras palabras, para entender el contenido cognoscible de la revelación de Dios es necesario leer la Escritura usando la cosmovisión bíblica en lugar de la teísta. La aplicación directa 108

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que tiene este tema para la testificación y el evangelismo de la iglesia, merece que los pastores y los laicos la tomen en serio. Para resumir esta sección, deseo sugerir que el adventismo no puede adoptar una cosmovisión absorbiendo sin mayor análisis su interpretación teísta. La posición adventista requiere fidelidad a la Escritura por encima de toda idea humana. Por consiguiente, el contenido de nuestra cosmovisión no se puede conseguir en un supermercado filosófico. Los cristianos necesitan volver a la Escritura a fin de descubrir la cosmovisión que opera en ella. Entonces, este descubrimiento tiene que llegar a ser operativo en la medida en que la iglesia, en su conjunto, se relaciona con la dirección del Espíritu Santo al leer las Escrituras, y al pensar y obrar de acuerdo con ellas. Además, el adventismo no puede adoptar la cosmovisión teísta, porque ésta descarta el concepto bíblico fundamental de que Dios mora y obra dentro de la historia humana. Para que esta sugerencia resulte más clara, dirigimos nuestra atención ahora a algunas consecuencias de hacer teología de acuerdo con la cosmovisión teísta.

Implicaciones teológicas de la cosmovisión teísta Como ejemplo, consideraremos solamente una forma sobre cómo la adopción de la cosmovisión teísta afecta la tarea de la teología. Me refiero al tema de las acciones de Dios. Ya fue dicho que cuando se adopta la cosmovisión dicotómica de los griegos, Dios sólo puede actuar fuera del tiempo y la historia. Consecuentemente, de acuerdo con la cosmovisión teísta, Dios no puede obrar dentro de la corriente del tiempo y la historia. Las teologías católica y protestante, ya sea en sus versiones clásica o liberal, adoptan este principio. Los asuntos que he seleccionado como ejemplo son: la manera como se desarrolla la actividad de Dios, el papel de la Escritura, la Creación, la experiencia de la salvación, la cruz y la expiación. La manera como se desarrolla la actividad de Dios. Cuando se aplica la cosmovisión teísta, los actos de Dios sólo pueden ocurrir en un solo evento instantáneo. En otras palabras, las acciones de Dios se producen siempre en un punto de intersección (el evento instantáneo) entre una línea vertical ilustrativa de su obra no histórica y eterna, y una línea horizontal que representa el mundo histórico de los seres humanos. Dios, simplemente, no puede actuar dentro del mundo histórico de los seres humanos en la forma histórica que les es propia. Esta opinión contradice claramente la forma histórica en que la Escritura presenta las obras de Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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Dios. El concepto acerca de la manera como ocurre la actividad de Dios afecta la interpretación de todos los actos divinos, y por eso mismo toda la gama de la interpretación bíblica y sus enseñanzas doctrinales. El papel de la Escritura. Cuando se adopta la cosmovisión teísta, la interpretación de toda la actividad divina descrita más arriba se aplica a todas las doctrinas. La de la Escritura y su interpretación no está exenta del efecto dominó desatado por la aplicación de la cosmovisión teísta. Si Dios obra sólo en el instante, los actos por los cuales revela su voluntad no son históricos. Cuando Dios se revela no transmite información. Por lo tanto, la Escritura no se originó en la mente de Dios, sino en la mente y la imaginación de los humanos. A pesar de que algunos teólogos se ufanan de sus opiniones acerca de la inspiración, al final la cosmovisión teísta socava la autoridad divina de la Escritura. La Biblia, entonces, proviene de la autoridad humana y no de la divina. La erosión de la autoridad de la Biblia se debe, entre otras cosas, a la aplicación de la cosmovisión teísta. Cuando se la aplica a la doctrina de la interpretación de la Escritura, se produce un conflicto importante. Por una parte la Escritura presenta a Dios obrando dentro de la realidad histórica final (como se manifiesta en la dinámica del conflicto de los siglos), y por otra la cosmovisión teísta rechaza ese concepto. La conclusión es que la definición no histórica de la realidad abrazada por la cosmovisión teísta requiere una reinterpretación de las enseñanzas bíblicas, con lo que se socava su autoridad, y se exalta en cambio la autoridad del lector. Esta consecuencia de la aplicación de la cosmovisión teísta choca frontalmente con la posición adventista acerca de la autoridad y el papel de la Escritura. La Creación: un instante no histórico. Puesto que la interpretación teísta no da lugar a la actividad de Dios durante el tiempo histórico, los teólogos cristianos enfrentan grandes problemas para aceptar los seis días de la Creación del Génesis. Les parece claro a los que adhieren a la cosmovisión teísta que puesto que el Génesis se refiere a la Creación como un acto histórico de Dios, debemos interpretarlo como una ilustración o un mito referente al acto creador instantáneo, sin tiempo. Puesto que sería un mito, el Génesis no se está refiriendo al proceso histórico por medio del cual se originó nuestro universo, sino al instante ontológico (de ontología , una rama de la filosofía que se refiere a la existencia, al ser) en el cual se funda la existencia de todo nuestro universo. De acuerdo con esta opinión, la Creación no es un relato de la faceta histórica del origen del universo, 110

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sino de su arraigo en el otro lado de la cosmovisión dicotómica del teísmo. De acuerdo con la cosmovisión teísta, uno se ve forzado a concluir que Dios no obra dentro de la historia, sino más bien de acuerdo con su manera no histórica y eterna de obrar sin cambio alguno. La interpretación de la forma como se originó este mundo le corresponde al nivel histórico (al mundo), de acuerdo con la cosmovisión teísta. Es lógico que los que se adhieren a esta cosmovisión interroguen a la ciencia para disponer de una explicación más exacta del lado histórico del proceso de la Creación. Dentro de este marco, una cantidad creciente de teólogos cristianos no tienen mayores problemas para adoptar la evolución teísta. La cosmovisión teísta, por lo tanto, le da lugar a la evolución teísta. Esto evidentemente contradice la comprensión histórica de los orígenes de nuestro universo. La experiencia de la salvación. De acuerdo con la cosmovisión teísta, los seres humanos experimentan la salvación sólo como un acontecimiento del otro mundo. Es decir, como algo que no ocurre mientras fluye el tiempo histórico. La salvación se experimenta en el instante cuando la eternidad de Dios intersecta la historia humana. Si hablamos específicamente, la experiencia de la salvación toma la forma ya sea de sacramento (clásica) o de encuentro (liberal). La cosmovisión dicotómica del teísmo requiere que tanto el sacramento como el encuentro se entiendan en forma dualista. El sacramento y el encuentro tendrían dos lados, uno visible pero externo, y el otro invisible pero real. El sacramento y el encuentro ocurren en el lado no histórico del instante en que lo divino se encuentra con lo humano. Puesto que la dimensión cognoscitiva de la humanidad pertenece mayormente al nivel histórico (el mundo), la experiencia del cristiano en el sacramento y el encuentro no es de naturaleza cognoscitiva. Esta opinión contradice la teología bíblica, porque no integra la conciencia histórica del individuo en el proceso de la salvación. De acuerdo con la cosmovisión teísta, el conocimiento de la revelación bíblica no contribuye en nada a la esencia de la forma como los creyentes cristianos experimentan la salvación. La cruz. Puesto que la interpretación teísta de la cosmovisión no da lugar para la comprensión histórica de las obras de Dios, la cruz de Cristo no implicó ningún riesgo para Dios. En otras palabras, las tentaciones de Cristo no eran verdaderas tentaciones para Dios. Además, puesto que la cruz, tal como la presenta el Nuevo Testamento, es un acontecimiento histórico, Dios nunca pudo haber pasado por la experiencia de la cruz. Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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Ésta sólo ocurrió para nosotros. De nuevo la dicotomía de la cosmovisión teísta requiere una interpretación dicotómica. La cruz, entonces, tiene dos facetas. La real ocurrió en el otro lado del tiempo, donde ni éste ni el riesgo existen. El lado externo de la cruz concreta e histórica se desarrolló donde el tiempo y el riesgo sí existen. La obra de Dios sólo puede ocurrir en la faceta real, la invisible. Podemos acceder a esa faceta invisible y real sólo por fe. Pero podemos acceder a la faceta histórica y concreta directamente por medio del conocimiento. Se deduce que el Cristo divino-humano nunca murió ni resucitó. Esos hechos no pueden ocurrir en el nivel no histórico en el cual Dios existe y obra. En este contexto, entonces, la cruz llega a ser solamente la revelación más apropiada para nosotros de la eterna realidad de la salvación siempre preexistente en el ser de Dios. Además, la declaración bíblica de que el Hijo aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación (Heb. 5:8) no se puede entender literalmente. El suceso de la cruz, acaecido en el espacio y el tiempo, no se puede entender como causa de salvación, porque Dios no puede obrar en el espacio y el tiempo, ni puede tampoco la salvación ser la consecuencia de un acto histórico. El fundamento de la enseñanza cristiana se pone a un lado gracias a esta reinterpretación. Se remueve la piedra angular del Gran Conflicto. La expiación. Puesto que las obras de Dios corresponden a la faceta no histórica de la cosmovisión dicotómica, la salvación no se puede entender como un proceso histórico. De acuerdo con la cosmovisión teísta, Dios lleva a cabo la salvación de los seres humanos por medio de un acto perfecto y eterno que es igual a Él mismo. Por lo tanto, la idea bíblica de un proceso histórico en el cual Dios participa y por medio del cual lleva a cabo la salvación de los seres humanos, el mundo y el universo, es impensable. Aquí también la cosmovisión dicotómica del teísmo requiere una interpretación dualista de la expiación. Ésta puede ser sólo un acto divino. Por lo tanto, debe ocurrir en el lado invisible, no en el histórico de la realidad. La expiación, por lo tanto, siempre fue real. Nunca llega a ser real. Esa realidad eterna es completa y se revela completamente en la cruz de Jesús. Nada se le puede añadir a su plenitud por parte del Señor, porque la expiación es una eterna realidad en Dios mismo. En consecuencia, la doctrina bíblica del santuario, que presenta a un Dios aún dedicado a lograr la salvación de los hombres y del universo dentro del espacio y el tiempo, se vuelve simplemente contradictoria y carece de sentido de acuerdo con la cosmovisión teísta. Cuando se la adopta, la doctrina del santuario se convierte en otro 112

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símbolo de la eterna expiación cuya realidad pertenece al lado invisible y no histórico.

Resumen El contenido de la cosmovisión, aceptada como presuposición, desata una reacción en cadena (un efecto dominó) que determina la interpretación de la Escritura y la comprensión de las doctrinas de la cristiandad. Hemos concentrado nuestra atención en la cosmovisión que ha ejercido una influencia dominante sobre la teología cristiana desde sus mismos comienzos. Hemos intentado también comparar brevemente las cosmovisiones teísta y bíblica. La influencia de la cosmovisión teísta sobre la teología adventista (la comprensión de la Escritura) es creciente y negativa. Si tuviera que resumir esta impresión, una expresión viene a mi mente: asimilación a las teologías católica y protestante. Concretamente, la aplicación de la cosmovisión teísta a la teología adventista requeriría un importante apartamiento de la teología bíblica y de los hitos históricos de la teología adventista. Para aclarar la reinterpretación a la cual me estoy refiriendo, he de mencionar algunas, a manera de ejemplo. En primer lugar, la Escritura tiene que capitular ante la filosofía en su justo papel de autoridad teológica final. Por consiguiente, todas las enseñanzas bíblicas deben pasar por un proceso de reinterpretación para que concuerden con las presuposiciones no históricas de la cosmovisión teísta. De esta manera algunos aspectos fundamentales de la cosmovisión bíblica (el conflicto de los siglos y el Santuario) quedarían eliminados, ya que pasarían a ser sólo ilustraciones o mitos. Como resultado de esto, el pensamiento bíblico se distorsionaría y sería reemplazado por ideas provenientes de la imaginación humana. Los requisitos de la cosmovisión teísta, si se los acepta, llevarían a la teología adventista al punto de negar la razón de su existencia (fidelidad a todo el registro de la revelación divina tal como aparece en los Testamentos Antiguo y Nuevo). Entre tanto, la cuidadosa identificación con la cosmovisión bíblica y su uso en la tarea de interpretar la Escritura y hacer teología, impresionará en forma positiva a la teología adventista. A fin de aclarar lo que quiero decir, mencionaré algunos puntos a manera de ejemplo. La Escritura desempeña correcta y completamente su papel como la autoridad teológica final. Las enseñanzas bíblicas se interpretan dentro del contexto de la cosmovisión en que se concibieron originalmente, y tal como las expresó Dios. Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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El Gran Conflicto y el Santuario están destinados a desempeñar un papel especial en el nivel de lo presuposicional. Como resultado, se recupera el pensamiento bíblico en toda su plenitud y riqueza. De esta manera la teología adventista podrá trabajar dentro del nivel complicado de la erudición moderna, mientras afirma la razón de su existencia: Dios tendrá en la tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y la Biblia sola, como piedra que 7 toque todas las doctrinas y la base de todas las reformas . Al desarrollar la empresa teológica de la iglesia sobre la base de la cosmovisión bíblica, la teología adventista producirá una teología bíblica que servirá de alternativa a la teología ecuménica que se ha vuelto absorbente en este fin de milenio. La influencia de la cosmovisión sobre la vida de la iglesia Estamos en condiciones ahora de intentar responder la pregunta propuesta como título de este trabajo, a saber, ¿qué influencia ejerce la cosmovisión teológica sobre la vida de la Iglesia Adventista? Esta influencia depende de la manera como interpretamos la cosmovisión operativa. Hemos descrito dos opciones importantes, a saber, las cosmovisiones teísta y bíblica. En la sección anterior nos referimos brevemente a las consecuencias teológicas. Ahora nos referiremos a las repercusiones sobre la vida y la acción de la Iglesia Adventista. Comenzaré refiriéndome a la impresión que ejercerá sobre la vida de la iglesia la adopción de la cosmovisión teísta. Creo que se hará sentir, a lo menos en las siguientes áreas: el pensamiento de la Iglesia Adventista, la estructura de la comunidad de la fe, la forma como esa comunidad llevará a cabo su misión, y la forma como la Iglesia Adventista se relacionará con el mundo cristiano.

La influencia de la cosmovisión teísta sobre la Iglesia Adventista La influencia de la cosmovisión sobre la vida de la iglesia proviene de la impresión fundamental de la cosmovisión sobre la mentalidad y la teología de la iglesia. La aplicación de la cosmovisión teísta al estudio de la Escritura y a la mentalidad de la iglesia la conducirá a una sutil asimilación de diversas teologías, católica y protestantes, disponibles en el supermercado

7 Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 653.

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de la teología. Esa tendencia, si se integra a la mentalidad de la iglesia, se trasladará inexorablemente (el efecto dominó) a la trama y la urdimbre de la vida diaria de la iglesia. El secularismo. A medida que la teología se vaya asimilando al grueso del pensamiento cristiano, el proceso de secularización que esa tendencia ha producido ya en la mayor parte de las congregaciones cristianas, no encontrará restricciones para su expansión universal. Por el contrario, los pastores adventistas abogarán en favor de la secularización de la mentalidad y la acción, para que concuerden con la mentalidad ya secularizada de sus congregaciones. La Biblia ocupará un lugar honoris causa en la vida de la iglesia. La opinión humana ocupará el lugar de la Palabra de Dios, que ha sido confiada a nuestra custodia como congregación. Por supuesto, ya que esas prácticas ocurren dentro de la iglesia, sus proponentes pretenderán que cuentan con el aval del Espíritu Santo, aunque contradigan la Escritura y el consejo de Elena de White. Ya podemos observar algo de esa secularización en algunos lugares. Algunos argumentarán que, para alcanzar a la gente secularizada, es necesario adaptar nuestras prácticas a la cultura de la época. Este es el mismo argumento que muchísimos teólogos cristianos han adoptado por siglos. A medida que las congregaciones adventistas se asimilen a su ambiente cultural local, se fragmentará la unidad de la iglesia universal. Esto nos lleva a la siguiente consecuencia de la adopción de la cosmovisión teísta. Divisiones internas. Si se adoptara la cosmovisión teísta, se desataría una reacción en cadena. La teología se apartaría de la Escritura y se le rendiría pleitesía a las ideas de los seres humanos. Esto daría como resultado que la mentalidad de la iglesia se adaptaría al ambiente cultural, es decir, se secularizaría. El siguiente paso en esta incontenible reacción en cadena sería la fragmentación de la iglesia. Las divisiones que la cosmovisión teísta ha producido en la cristiandad se reproducirían en el adventismo. Estamos penosamente conscientes que este aspecto ya está presente en la Iglesia Adventista. Puede ser que algunos adventistas consideren estas divisiones internas como saludables expresiones de diversidad. Creo que la diversidad es saludable y que se la debe fomentar. Pero a lo que me estoy refiriendo es mucho más profundo que una mera diversidad. Hablo de una división en la estructura fundamental del pensamiento y la acción. Como lo explicamos antes, la cosmovisión se encuentra en la misma base del pensamiento y la vida de la iglesia. Un desacuerdo en este nivel nos divide Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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inmediatamente en comunidades diferentes. Sé que ésta es una idea que requiere tiempo para digerirla. Por esa razón debemos explorar otra consecuencia de la adopción de la cosmovisión teísta que ha de ser comprendida más concretamente. Declinación en el crecimiento. Como lo hemos visto, la adopción de la cosmovisión teísta nos llevará a adoptar las opiniones y las enseñanzas de las denominaciones cristianas más importantes. Si el adventismo incorpora en sus enseñanzas las teologías de las denominaciones cristianas que actúan de acuerdo con esa misma cosmovisión teísta, ciertamente no sólo tendremos los mismos problemas que ellas tienen, sino que nos estancaremos en nuestro crecimiento. Si el adventismo cree que su teología es básicamente idéntica a la del resto del protestantismo, no habrá razón alguna para que invitemos a alguien a ser adventista en lugar de ser católico o protestante. Cuando la misión de la iglesia pierde su fundamento teológico, se vuelve innecesaria. La misión ya no puede ser la proclamación de verdades bíblicas olvidadas. Necesitará reinterpretación. En lugar de la proclamación de verdades bíblicas, la misión de la iglesia se reinterpretará como obra social, activismo político y cosas semejantes. Quienes están involucrados directamente en la misión de la iglesia deberían considerar cuidadosamente este punto. ¿Por qué se ha detenido el crecimiento de la iglesia, o no es tan dinámico como debería serlo?: ¿falta de consagración?, ¿ausencia del poder del Espíritu Santo?, ¿escasez de métodos y de recursos humanos? Durante años se han mencionado esos factores. ¿No podría ser que el factor que no se menciona es la verdadera razón de nuestra vocación como ministros? ¿No podría ser que una teología claramente desarrollada, firme y fielmente enraizada en la revelación divina, tal como se nos da en la Escritura, es una condición indispensable para el crecimiento de la iglesia y el cumplimiento de su misión final? No estoy diciendo que éste es el único factor. Pero no podemos descuidar sistemáticamente este aspecto y seguir esperando que Dios bendiga nuestras miserables ideas humanas, nuestra imaginación y nuestra cultura. ¿No podría ser acaso? ¿No ha llegado el momento cuando la iglesia se debe volver a la Escritura con la misma seriedad de los pioneros? Este es en realidad el punto al tratar el tema de la cosmovisión. Asimilación al movimiento ecuménico. Si los adventistas adoptaran la cosmovisión teísta, su teología se asimilaría a las tendencias tradicionales o corrientes. Cuando se minimizan las diferencias teológicas, con el tiempo nos olvidamos de ellas. El adventismo surgió a la existencia por 116

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una razón: desarrollar plenamente el potencial de la religión bíblica. Este objetivo básico para la razón de ser y la misión del adventismo, no se puede llevar a cabo sin una teología que sea fiel a la Escritura. Si se adopta la cosmovisión teísta, se destruirá la razón de ser y la misión del adventismo. La asimilación de tendencias tradicionales o corrientes conducirá a las generaciones de adventistas presentes y futuras a olvidarse de las enseñanzas de la Biblia que trajeron a la existencia a la Iglesia Remanente. Más aún, si las futuras generaciones piensan y obran de acuerdo con la cosmovisión teísta, no entenderán las doctrinas bíblicas que originaron este movimiento. Debe recordarse que las cosmovisiones actúan como anteojos que nos permiten ver algunas cosas y descartar por completo otras como si no existieran. Si esta situación llegara a producirse, no me sorprendería escuchar amargos argumentos dirigidos en contra de este cuerpo, y en favor de la participación en el Movimiento Ecuménico.

Influencia de la cosmovisión bíblica sobre la Iglesia Adventista Constantemente he estado asumiendo un razonable grado de comprensión de los contenidos básicos de la cosmovisión bíblica. Algunas ideas desempeñan un papel preponderante en la cosmovisión bíblica. Una apreciación plena de la influencia que esta cosmovisión tendrá sobre la Iglesia Adventista requiere una explicación más detallada de algunos asuntos básicos. Por ejemplo, la iglesia debe encarar cuidadosamente temas tales como la naturaleza y el papel de la cosmovisión, sus componentes, la interpretación bíblica de esos componentes, y la teología producida por esa cosmovisión. Como sabemos bien, el adventismo no ha cumplido esta tarea todavía. Sin embargo es posible describir algunos de los resultados que lógicamente podemos esperar de la recuperación fiel, y de la adopción y la aplicación de una cosmovisión bíblica a la vida de la iglesia. Me referiré a los mismos temas que exploramos en nuestro análisis de la influencia de la cosmovisión teísta sobre la vida de la Iglesia Adventista. Este procedimiento nos ayudará a comparar los diferentes resultados que produce cada cosmovisión. Santidad. A diferencia de la secularización que resulta de la adopción de una cosmovisión teísta, encontramos la santidad que resulta de la aplicación de una cosmovisión bíblica. El adoptarla le ayudará a los cristianos a comprender la lógica íntima del cristianismo revelado en la Escritura. Además, descubrirán la importancia actual del cristianismo, que aparecerá como una opción trascendente para nuestra historia actual y nuestra cultura, Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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en lugar de trasmutarla a la imagen de cada nueva moda cultural. La santidad religiosa, sin embargo, no resulta sólo de adoptar ya sea una cosmovisión bíblica o la teología que produce. La santidad se convierte en una experiencia personal sólo en el acto religioso de entregarse a la dirección del Espíritu Santo. No obstante, la experiencia personal de la santidad como separación del mundo sólo puede ocurrir cuando la teología también se separa de la ideología del mundo, y es fiel a la revelación divina tal como aparece en la Escritura. No le corresponde a la iglesia decirle al Espíritu qué debe hacer. Pero una fiel representación de las intenciones y los planes de Dios es una tarea específica que podemos hacer. Los planes de Dios y sus intenciones nunca son el resultado de las culturas. Su origen es la revelación de Dios. Ella es la base de las reales posibilidades de santidad: vivir completamente separados de las ideologías culturales, y en abierto conflicto con ellas. Si Cristo no era de este mundo (Juan 17:16), sus discípulos no pueden dejar a un lado la revelación bíblica al adoptar toda forma de ideología cultural. La adopción de una cosmovisión bíblica le permitirá a la iglesia recuperar la enseñanza divina. Al enfrentar las ideologías humanas, la teología bíblica ofrece una verdadera alternativa a la vida y a la historia humanas. Al abrir una opción de origen divino dentro de la cultura humana, la cosmovisión bíblica traerá verdadera novedad frente al implacable determinismo de la cultura. La liberación de ese determinismo es uno de los resultados concretos de la religión bíblica. La santidad, entonces, forma parte de la esencia de la teología y la vida cristianas. Es conveniente en este punto aclararle algo al lector. La total separación de la cultura y la filosofía que estoy abogando aquí se aplica a la cosmovisión. Sólo cuando se excluyen todas las filosofías y las ideologías culturales, la iglesia puede basar firmemente su cosmovisión operativa en ideas y juicios bíblicos, y el uso de algunos aspectos definidos de las diversas culturas se debería integrar en la vida y la misión de la comunidad de la fe siempre de acuerdo con ella. Unidad interna. Una búsqueda deliberada de una cosmovisión bíblica y su adopción es una condición necesaria para cautivar todo pensamiento a la obediencia de Cristo (2 Cor. 10:5). La unidad cristiana no lo es sólo de acción. La unidad de acción y misión se funda en un nivel más profundo: la unidad de mente y pensamiento. (1 Cor. 1:10). El adventismo no puede intentar conseguir unidad interna si se limita a los cultos, la acción y la misión, mientras deja de llegar al nivel donde se logra la unidad, es decir, el pensamiento, la mente. La cosmovisión bíblica se convierte en una herramienta indispensable para ponerle los fundamentos a la unidad 118

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interna de la iglesia global. Pero la unidad de pensamiento no basta. La unidad en la entrega al Señor del pensamiento debe ser la realidad palpable de la iglesia. A medida que cada cual se someta al pensamiento de Cristo, la unidad interna será una realidad. Como lo sabemos, la unidad es una de las condiciones para recibir la lluvia tardía. La unidad dinámica de la cristiandad bíblica deberá reproducirse en el adventismo. Es tiempo ya de que los adventistas se den cuenta de que los reglamentos, o la concentración en la actividad misionera mientras se descuida el pensamiento de la iglesia, no pueden producir la unidad interna. Si el adventismo insiste en promover lo que es práctico para la adoración y la misión, mientras se olvida del pensamiento de la iglesia, las culturas y las ideologías la controlarán tarde o temprano. Por lo tanto, el sincero deseo de ser prácticos y de promover las misiones sufrirá una derrota finalmente. Crecimiento explosivo. La adopción de una cosmovisión bíblica en el proceso de comprender la Escritura, abrirá las puertas de los almacenes del Señor. También llenará un requisito indispensable para recibir las bendiciones de Dios: unidad de mente y sumisión a la mente de Dios. Además, la riqueza de las gemas bíblicas le dará poder a la obra misionera de la iglesia. Hay mucho más que hacer en favor del mundo de lo que nos permiten ver los anteojos que ahora estamos usando. Al dedicarnos al ministerio interno y externo generalmente nos conformamos cuando empleamos menos del 10% del poder que nos ofrece la Escritura. Tenemos que traer a la conciencia de la iglesia la enseñanza divina en toda su amplitud y su poder, para que la incorpore a su vida y su misión. Sé que el crecimiento y la misión de la iglesia son prioridades muy importantes en la agenda de los administradores. Creo que así debe ser. Siempre deberíamos preguntarnos: ¿cómo cumpliremos la misión que Dios nos ha confiado?, ¿cómo podemos ayudar a la iglesia mundial y las iglesias locales en su tarea de predicar el evangelio al mundo? Generalmente hemos respondido a esas preguntas prácticamente. Más habilidad para comunicar y equipos más eficaces podrían ser las respuestas para enfrentar la misión global. Otro enfoque común sugiere la necesidad de fortalecer espiritualmente nuestras vidas. Después de todo sabemos que tenemos la verdad. Lo que necesitamos no son más estudios teológicos decimos , sino vidas más consecuentes y mejores maneras de comunicar la verdad. Pero, ¿tenemos realmente la verdad, o andamos deambulando por el supermercado de las ideas, confundiéndonos más con el paso del tiempo? ¿Conoce la verdad la actual generación de adventistas? La respuesta depende de lo que entendamos por conocer. Si Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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significa estar al tanto del enunciado de las doctrinas fundamentales, podría ser un cuestionamiento correcto. La mayor parte de los creyentes adventistas conoce la verdad superficialmente. Pero conocerla tiene un significado mucho más profundo. No nos transformamos a la semejanza de la información que recibimos, sino de las ideas que comprendemos, aceptamos y seguimos. ¿Entendemos la verdad tal cual es en Jesús? La influencia que está ejerciendo la cosmovisión teísta sobre el adventismo a través de la asimilación cultural, me lleva a sospechar que no es así. ¿Qué pasaría si en lugar de persistir en el énfasis antiguo e ineficaz sobre procedimientos, tratáramos de equilibrarlo con una recuperación de la reflexión, donde descubrimos y compartimos la verdad? ¿Qué pasaría si descubriéramos que lo que hemos estado descuidando por décadas es en realidad la piedra angular de nuestra misión? Pensemos, oremos y hagamos algo acerca de esto. Una alternativa al movimiento ecuménico. Cuando la cosmovisión bíblica reemplace a la teísta, las vastas riquezas de la verdad bíblica estarán a disposición de todos. Nuestro ministerio consiste en ayudar a los hombres a conocer y usar la cosmovisión bíblica mientras consideran la Escritura como revelación divina. Cuando se estudia la Escritura al margen de esta provisión, la cultura llega a ser una formidable piedra de tropiezo que obstaculiza y hasta impide la adecuada comprensión de la Biblia. Necesitamos ayudar a la gente a ver y entender. Al intentar hacer esta tarea tan abarcante, nuestra misión para el mundo no sólo se pondrá en marcha, sino que tomará una nueva forma sorprendente. En su universalidad presentará una verdadera alternativa al movimiento ecuménico. Esta es en realidad la salida obligada de los que entienden la teología cristiana de acuerdo con la cosmovisión teísta. En cambio, la cosmovisión bíblica y su consiguiente aplicación a la vida y la misión de la iglesia, no sólo evitará que los creyentes se unan a ese movimiento, sino que implicará una formidable alternativa frente a él. Esta alternativa tiene la decisiva ventaja de estar sólidamente fundada en la revelación de Dios que está al alcance de todos en la Escritura. Cuando ocurran las escenas finales del Gran Conflicto, esta alternativa le ayudará a muchos otros cristianos a permanecer firmes, junto con los adventistas, en una inconmovible lealtad al Dios de la Escritura. Conclusión ¿Puede el adventismo adoptar la cosmovisión teísta sin contradecirse y sin abandonar su misión? Es claro para mí que la cosmovisión teísta, 120

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que sigue operando en la mayor parte de las teologías cristianas, es incompatible con la cosmovisión bíblica y, por lo tanto, el adventismo no la puede adoptar sin contradecir su razón de ser y sin dañar irreparablemente su experiencia y su misión. ¿Qué podemos hacer? ¿Puede el adventismo evitar que la cultura ambiente lo absorba? Sí, el adventismo puede evitar las incursiones del secularismo y el institucionalismo. El procedimiento que recomiendo es sencillo. Pero, por más sencillo que sea, requiere un cambio en la logística del adventismo. El movimiento debería funcionar, no sólo sobre la base del nivel práctico de la vida cotidiana, sino en el nivel reflexivo de la experiencia humana. Dentro del nivel reflexivo debemos observar una lealtad inquebrantable a la autoridad de la Escritura en la tarea cotidiana de interpretar, pensar y hacer la voluntad de Dios en el mundo de hoy. Esta es la única manera como el adventismo puede evitar la doble amenaza del secularismo y el institucionalismo. La tarea de recuperar la cosmovisión bíblica y aplicarla a las actividades cotidianas de la iglesia, debería ser llevada a cabo simultáneamente en todos los niveles de la vida de la iglesia, incluso el administrativo, el pastoral, el educacional y el de investigación. La elección que tenemos por delante es clara. Por una parte podemos descartar el tema de la cosmovisión como otro asunto teórico y no esencial para la vida y la misión de la iglesia. Esta actitud surge simplemente de la inercia, que sostiene que si continuamos con la rutina acostumbrada pero oramos un poquito más, todos los problemas se resolverán. Después de todo, Dios sigue en los controles, y en Él confiamos . Este es el camino más fácil. No requiere esfuerzos ni inversión de tiempo ni de dinero. Por tentadora que parezca, esta alternativa conducirá al adventismo a la asimilación de la cosmovisión teísta de las principales denominaciones cristianas, o alguna versión de las cosmovisiones naturalista o panteísta. De paso, éste es precisamente el camino que algunos de nosotros estamos explorando ahora mismo. Si dejamos que prosiga sin que le pongamos límites, la secularización de la iglesia se acelerará en los años venideros. Por otra parte, el adventismo puede hacer un movimiento brusco y quebrantar la inercia administrativa y el determinismo cultural. El tema relacionado con la cosmovisión y su obra oculta podría ser considerado esencial para la vida y la misión de la iglesia, de manera que se lo incluyera permanentemente en la agenda. Esta elección, por medio de una activa participación en todos los niveles de la iglesia, nos conducirá a la recuperación Enfoques, Año XI, Nos. 1 y 2, 1999 (101-122)

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de la cosmovisión bíblica. La recuperación de esta cosmovisión en la conciencia y la vida de la iglesia desatará una reacción en cadena (un efecto dominó) que, entre otros aspectos, incluirá el afianzamiento de la unidad de la iglesia global, y nuestro avance más allá de una simple explosión de crecimiento, al cumplimiento escatológico de la misión final de la iglesia cristiana. El futuro del adventismo depende de la decisión que tomemos hoy. Si no tomamos ninguna decisión, estaremos reforzando el status quo que al final conducirá al adventismo a absorber la cosmovisión teísta y a desatar la reacción en cadena que producirá. Fernando Luis Canale SDA Theological Seminary Andrews University Dirección: Berrien Springs MI 49104-1500 EE.UU E-mail: canale@andrews.edu http://www.andrews.edu/~canale

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