Programa febrero

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Las sinfonías y conciertos están conformados por varios segmentos musicales dentro de una misma obra, llamados movimientos que, generalmente, se indican en el programa de mano. Lo adecuado es aplaudir únicamente al finalizar la obra completa y no entre los movimientos.

En sala 2

Programación sujeta a cambios. Mayor información en www.filarmonicabogota.gov.co


Henrik Schaefer

Director invitado • Alemania

Henrik Schaefer

Director invitado • Alemania

Christina y Michelle Naughton Piano • Estados Unidos

WALTER HILGERS

Director invitado • Alemania

FREDY ROMERO Tuba • Colombia

jue

2•

5 P.M

VIE

10 • 7:30 P.M SAB

11 • VIE

17 • sáb

18 •

4 P.M 7:30 P.M 3 P.M

jue

Andrés Orozco - estrada

Director invitado • Colombia

BLANCA URIBE Piano • Colombia

FUSIón filarmónica juvenil Andrés Orozco - estrada

Director invitado • Colombia

Emmanuel Tjeknavorian Violín • Austria

23 • 8 P.M vie

24 • 8 P.M sáb

25 • 4 P.M

dom

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5 P.M

Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia Entrada libre

Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez

Boletería en taquilla o en www.primerafila.com.co

Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia Boletería en taquilla o en www.tuboleta.com

Auditorio Fabio Lozano U. Tadeo

Boletería en taquilla o en www.tuboleta.com

Iglesia Nuestra Señora del Carmen Entrada libre

Teatro Metropolitano de Medellín Boleteria en taquilla o en www. tuboleta.com

Teatro Julio Mario Santo Domingo Boleteria en taquilla o en www. primerafila.com

Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia Boletería en taquilla o en www.tuboleta.com

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

Boletería en taquilla o en www.primerafila.com

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Orquesta Filarmónica de Bogotá 50 años acercando la música a los bogotanos

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ímbolo y orgullo para los bogotanos, así es la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que a través de sus 50 años de historia ha logrado cumplir los objetivos con los que nació en agosto de 1967: democratizar y diversificar la música sinfónica, propósitos que ha desarrollado mediante la difusión del repertorio sinfónico universal y nacional en todas las localidades de la capital, en diferentes escenarios convencionales y no convencionales, como centros educativos y espacios públicos, lo que le ha permitido llegar a múltiples audiencias y convertirse en epicentro cultural de la ciudad. Desde su primer concierto en el Teatro Colón, bajo la dirección de Melvin Strauss, la OFB, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, se empezó a posicionar en la escena cultural nacional por su fuerza interpretativa, calidad artística, repertorios e invitados internacionales. De hecho, con tan solo un año de creación, la Filarmónica fue elegida para rendir un homenaje al Papa Pablo VI, durante su visita a Colombia en 1968. Desde entonces, la Orquesta ha interpretado las grandes obras del repertorio musical universal y ha sido una de las de América Latina que ha ejecutado casi en su totalidad los ciclos de compositores como Mahler, Bruckner y Bartók. Entre sus directores titulares ha tenido a Jaime León, Dimitar Manolov, Francisco Rettig y otros, en calidad de invitados, como Kent Nagano y Krzysztof Penderecki. En 2008 la OFB se ratifica como una de las mejores de la región luego de ganar el Premio Grammy Latino, en la categoría Mejor Álbum Instrumental, lo que le permitió tener mayor posicionamiento internacional, logro que sostuvo con las giras que hizo en Ecuador, Perú, Estados Unidos, Rusia, Italia y China, a donde llegó con obras del repertorio universal y de música colombiana. Ahora, siendo fiel al precepto de que la música es para todos, la Orquesta ha involucrado en su repertorio propuestas diversas que abarcan todos los tipos de público, como en efecto lo hizo cuando realizó una colaboración con la banda de heavy metal Kraken y en 2016, en el marco del cumpleaños 478 de Bogotá, con el

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Fotografía OFB: Kike Barona

grupo de rock Los Petit Fellas, con el que se presentó en el Parque Simón Bolívar, ante más de 10.000 personas. La Filarmónica ha asumido una nueva tarea que es la formación de niños y jóvenes, lo cual realiza mediante el programa: Proyecto de Formación, que se desarrolla en 31 colegios distritales y en los Centros Orquestales, con el objetivo de brindar procesos de formación musical por medio de una metodología de desarrollo psicológico, físico y musical. Actualmente, la Orquesta Filarmónica de Bogotá busca tener una mayor circulación de su repertorio, en aras de lograr que la música sinfónica construya ciudadanos más felices.

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Henrik Schaefer Director invitado • Alemania

jue • 2 • 5 P.M

Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia

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PROGRAMA El moldava Bedřich Smetana Variaciones Enigma Edward Elgar I. Variación I (L’istesso tempo) “C.A.E.” II. Variación II (Allegro) “H.D.S.-P.” III. Variación III (Allegretto) “R.B.T.” IV. Variación IV (Allegro di molto) “W.M.B.” V. Variación V (Moderato) “R.P.A.” VI. Variación VI (Andantino) “Ysobel” VII. Variación VII (Presto) “Troyte” VIII. Variación VIII (Allegretto) “W.N.” IX. Variación IX (Adagio) “Nimrod” X. Variación X (Intermezzo: Allegretto) “Dorabella” XI. Variación XI (Allegro di molto) “G.R.S.” XII. Variación XII (Andante) “B.G.N.” XIII. Variación XIII (Romanza: Moderato) “* * *” XIV. Variación XIV (Finale: Allegro Presto) “E.D.U.” INTERMEDIO Sinfonía n. º 4, Op. 36 Piotr Ilich Tchaikovsky I. Andante sostenuto. Moderato con anima II. Andantino in modo di canzona III. Sherzo - Pizzicato ostinato IV. Finale - Allegro con fuoco

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Notas al programa Carolina Conti

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l concierto de hoy nos muestra tres voces muy singulares del romanticismo, es decir, del movimiento cultural que surgió en Europa y América en el siglo XIX y que se caracterizó por una expresión libre de los sentimientos, en contraste con el orden del clasicismo, el periodo precedente. Los tres compositores que conforman el programa de hoy abrieron nuevos caminos a la música y fueron los primeros, en sus respectivos países, en ganar reconocimiento internacional.

El principal compositor nacionalista de Bohemia, hoy parte de la República Checa, es Bedřich Smetana. En un momento en que la música en su país no tenía un nivel relevante, Smetana entendió la necesidad de crear un estilo musical checo pero se rehusó a utilizar literalmente las tonadas populares. Fue a partir de las historias, las costumbres, las leyendas y los personajes de su país, que creó un repertorio original que definió un estilo musical para su patria. Ese repertorio es particularmente importante en la música para piano, la música orquestal y también en el campo de la ópera. Smetana fue el primer compositor en escribir óperas en checo y así abrió el camino en el género para otros creadores. El compromiso con su país era total, por eso sus aportes no se limitaron a la composición, sino que además fundó una escuela de música en Praga, fue director de la Sociedad Coral de su ciudad y director musical de la Sociedad de Artes. Cuando era director del Teatro Nacional de Praga, conoció a Dvořák con quien hizo una gran amistad. Por esa época perdió completamente el sentido de la audición, lo que lo obligó a abandonar su actividad como director. Se dedicó entonces de lleno a la composición. Entre 1874 y 1879, durante su enfermedad compuso Mi Patria, una de sus obras más populares y uno de sus grandes logros nacionalistas. La obra es un ciclo de seis poemas sinfónicos que giran en torno a temas locales y con los cuales quiso honrar y glorificar a la patria. Los poemas se titulan El alto castillo, El Moldava, Sarka, De los bosques y prados de Bohemia, Tábor y Blaník. El más interpretado es el segundo, El Moldava que abre el concierto de hoy. Vltava o Moldava es el río más largo de la República Checa. Recorre 430 kilómetros desde su nacimiento en Sumava, Bohemia, hasta su desembocadura en la ciudad

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de Melnik donde se encuentra con el río Elba. En este poema sinfónico, Smetana hace una representación musical del curso del río. Los paisajes y las situaciones cotidianas que se viven a lo largo de su recorrido en territorio checo están indicadas en la partitura. Es música programática que nos lleva inicialmente por los bosques de Bohemia donde nacen y corren dos arroyos, uno cálido, el otro frío hasta que se funden en uno solo (Primera y segunda fuentes del Moldava). A lo lejos se oyen trompas de cacería; la corriente se acelera y aumenta el caudal del río que pasa por valles estrechos, praderas y campos de trigo (Cacería en el bosque). Cantos y danzas de festividad se escuchan ahora aproximándose poco a poco (Boda campesina); en el reflejo de la luna en el agua danzan las ninfas y contemplan seres de otros tiempos (Danza de las ninfas en el claro de luna); El río sigue su curso y ahora el Moldava es catarata ensordecedora e imponente que golpea las rocas y llega a la fortaleza Vysehrad (Los rápidos de San Juan). Finalmente el río continúa su camino en el horizonte hacia el mar (El Moldava recorre largamente). Algo similar a lo que hizo Smetana con la música checa, lo hizo Sir Edward Elgar con la música británica a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Gracias a su inagotable imaginación y a su carácter musical, lleno de fuerza y originalidad, Elgar ha pasado a la historia como uno de los principales músicos del romanticismo europeo y particularmente de la música británica de su época. Con sus obras contribuyó significativamente al repertorio sinfónico, religioso (especialmente en el oratorio), de cámara, coral y de música de salón. Gran parte de su obra se inspira en la cultura y la naturaleza de su propio país, pero su estilo está construido sobre un profundo conocimiento de la historia de la música y de lo que en esa materia sucedía en Europa en ese momento. Las Variaciones sobre un tema original ‘Enigma’ op.36 fueron la primera gran obra orquestal de Elgar y pocas obras en la historia de la música tiene un origen tan curioso. Elgar comenzó a escribirlas, como él mismo dijo, en un espíritu de humor y las continuó con profunda seriedad. La obra está dedicada “A mis amigos retratados en ellas” pues el compositor hace “bosquejos de retratos de mis amigos -una idea nueva, creo- es decir que en cada variación he considerado el tema a través de la personalidad (por así decirlo) de cada uno”. Las variaciones están tituladas con las iniciales o los sobrenombres de los dedicatarios. El primer acertijo consistía en identificar a los personajes a través de la música. Durante algún tiempo Elgar mantuvo el secreto pero después reveló las identidades con descripciones precisas. Entre

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ellos se encuentran Alice, su esposa en la primera variación y el propio Elgar en la última. Pero un segundo misterio, que ha permanecido a lo largo de la historia, es el del tema original a partir del cual hace las variaciones: “El enigma no lo explicaré. Su ‘oscuro decir’ debe permanecer inimaginado y advierto que la aparente conexión entre las variaciones y el tema a menudo es de la textura más sutil. Además, a través y por encima de todo el conjunto ‘va’ otro tema más grande pero no se toca… Así que el tema principal nunca aparece, al igual que en algunos dramas recientes -por ejemplo en L’Intruse y Les sept Princesses de Maeterlinck- el personaje principal nunca está en el escenario”. Ese tema ha sido el gran enigma para los músicos desde entonces y ha generado, como era de esperarse, las más forzadas interpretaciones sobre su significado. Se sabe que el compositor reveló la verdad a tres personas que guardaron el secreto para siempre. La primera interpretación de las Variaciones Enigma tuvo lugar en Londres el 19 de junio de 1899 bajo la batuta de Hans Richter. Poco después se presentaron en Düsseldorf y así Elgar obtuvo el reconocimiento internacional. “Aquí por primera vez, un compositor inglés tiene algo que decir” declaró Richard Strauss en esa ocasión. Artífice del nacionalismo musical en Rusia, Piotr Ilich Tchaikovsky fue el primer compositor ruso profesional en asimilar la tradición sinfónica de Europa occidental. Empezó la composición de la Sinfonía n. 4 en Fa menor, op. 36 en mayo de 1877, un año tormentoso en el que aparecen dos presencias femeninas fundamentales en su vida: su esposa Antonina, obsesiva y desequilibrada con la que convivió nueve semanas infernales y por otro lado, en contraste, Nadezhda von Meck, viuda adinerada, amante de la música, que fue un apoyo incondicional para el compositor tanto emocional como económicamente a lo largo de su vida. A pesar de la admiración que se profesaban mutuamente, Nadezhda von Meck y Tchaikovsky nunca se encontraron personalmente, pero su relación epistolar fue larga y consistente y se ha convertido en uno de los documentos más importantes en el acercamiento a la obra del compositor ruso. Tchaikovsky dedicó su sinfonía a su protectora, quien le pidió en algún momento que le explicara la obra. Él le envió una carta con una detallada descripción de lo que pasaba por su mente al crearla. En ella explica cómo en el primer movimiento aparece el tema principal que es el del destino a partir del que surge toda la pieza, y cómo sentimientos de angustia y dolor contrastan con un sueño de tranquilidad y fe-

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licidad imposibles. Aunque no lo menciona en su carta, Tchaikovsky se vale de elementos de la música popular en la obra. El más evidente es el uso de la canción infantil En el campo se yergue un pequeño abedul en el cuarto movimiento. Pero la obra va mucho más allá pues plantea una nueva expresión en el plano sinfónico que hoy consideramos propia del romanticismo. La sinfonía se estrenó bajo la batuta de Nikolai Rubinstein el 22 de febrero de 1878 en Moscú.

ORQUESTA FILARMÓNICA DE BOGOTÁ MIÉRCOLES 12 DE ABRIL

TEATRO MAYOR JULIO MARIO SANTO DOMINGO • 8:30 P.M. Director: Patrick Fournillier. Solista: Alexander Gabrylyuk, piano, Rusia. PROGRAMA: Concierto para piano No. 3 en D menor, Op. 30, Serguéi Rachmáninov. Vals Acto II Onegin, Piotr Ilich Tchaikovsky. Danzas Polovtsianas, Aleksandr Borodín. ENTRADAS DESDE $40.000. PULEP ZZJ970.

JUEVES 13 DE ABRIL

TEATRO JORGE ELIÉCER GAITÁN • 5 P.M. Director: Patrick Fournillier. Solista: Andrey Baranov, violín, Rusia. PROGRAMA: En las etapas de Asia Central, Aleksandr Borodín. Meditación Op. 42, Piotr Ilich Tchaikovsky. Vals – Scherzo Op. 34 Piotr Ilich Tchaikovsky. Concierto para violín en Sol menor Op. 100, Reinhold Glière. Sinfonía No. 4 Op. 36, Piotr Ilich Tchaikovsky. ENTRADAS DESDE $10.000. PULEP VWL302.

FUSIÓN FILARMÓNICA JUVENIL JUEVES 13 DE ABRIL

AUDITORIO LEÓN DE GREIFF, U. NACIONAL DE COLOMBIA • 11A.M . Director: Conrad van Alphen. Igor Tchetuev, piano, Ucrania. PROGRAMA: Obertura Príncipe Igor, Aleksandr Borodín. Rapsodia sobre un tema de Paganini Op. 43, Serguéi Rajmáninov. Sinfonía No. 1, Piotr Ilich Tchaikovsky. ENTRADAS DESDE $10.000. PULEP ARY 764.

SÁBADO 15 DE ABRIL

TEATRO JORGE ELIÉCER GAITÁN • 5 P.M. Director: Julian Rachlin Alexander Buzlov, chelo, Rusia. PROGRAMA: Polonesa Eugene Onegin, Piotr Ilich Tchaikovsky. Variaciones Rococó, Piotr Ilich Tchaikovsky. Cuadros de una exposición, Modest Músorgsky. ENTRADAS DESDE $10.000. PULEP MJS 600.

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Henrik Schaefer

Director invitado • Alemania

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esde 2014 el alemán Henrik Schaefer es el director de la Ópera de Gotemburgo, Suecia, una de las más importantes del norte de Europa. La compañía cuenta con una orquesta de 86 miembros, uno de los mejores coros de Suecia y un aclamado cuerpo de ballet. Schaefer inició su carrera como violista en 1991 cuando se convirtió en el miembro más joven de la prestigiosa Orquesta FIlarmónica de Berlín. Paralelamente se formó en dirección orquestal en Leipzig. En el año 2000 Claudio Abbado lo escogió como su asistente y así tuvo oportunidad de dirigir un amplio repertorio. Su debut como director lo hizo con el montaje de La consagración de la primavera de Stravinsky, con el ballet de Leipzig y la Orquesta del Concertgebouw. En 2007 fue elegido como director titular de la Wermland Opera en Suecia después de una producción de Parsifal. Allí se ganó el reconocimiento internacional al dirigir cinco veces la totalidad de la tetralogía de El anillo del Nibelungo de Richard Wagner, estrenando las cuatro óperas que lo conforman en la misma semana. Su repertorio operístico incluye La flauta mágica, Don Giovanni, Las bodas de Fígaro, Cosi fan Tutte, Eugen Onegin, Fausto, La Traviata, La Boheme, Falstaff, Hamlet, Diálogos de Carmelitas, Hänsel y Gretel, Daphne, Elektra, Ariadna, El holandés errante, El oro del Rin, La Valquiria, Sigfrido, El ocaso de los dioses, Tristán e Isolda y Parsifal. Como director de orquesta ha trabajado con la Sinfónica de Tokyo, Sinfónica de Gävle, FIlarmónica de Osaka, Sinfónica de Helsingborg, Holanda Symfonia, Sinfónica de Norrköping, Sinfónica de Sapporo, Sendai Filarmónica, Filarmónica de Stuttgart, Metropolitana de Tokio, orquestas de las radios de Suecia y Holanda, Nueva Filarmónica de Japón, Filarmónica de Holanda, Filarmónica de Hong Kong y las orquestas en Nuremberg, Aalborg, Antwerpen, Enschede, Kristiansand, Tromsø y Madrid. También ha realizado numerosos trabajos discográficos y grabaciones de radio con la Sinfónica de la Radio holandesa y orquestas de Gotemburgo y Karlstad.

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Henrik Schaefer Director invitado • Alemania

Christina y Michelle Naughton Piano • Estados Unidos

VIE •10 • 7:30 P.M Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez

sáb •11• 4 P.M Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia

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PROGRAMA El pájaro de fuego (1919) Igor Stravinsky I. Ronda de las princesas II. Danza infernal del rey Katschei III. Canción de cuna IV. Final Concierto para dos pianos y orquesta en re menor, FP 61 Francis Poulenc I. Allegro ma non troppo II. Larghetto III. Allegro molto INTERMEDIO Sinfonía n. º 3 en mi bemol mayor, Op. 55 “Heroica” Ludwig van Beethoven I. Allegro con brio II. Marcia funebre (Adagio assai) III. Scherzo (Allegro) IV. Finale (Allegro molto–Poco andante–Presto)

Igor Stravinsky, Firebird Suite. Publisher Chester Music, Represented by: G Schirmer, INC

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Francis Poulenc: Concerto en ré mineur (1932) pour 2 pianos et orchestre. Editor: Edition Durand-Salabert-Eschig (Universal Music Publishing Group) Paris Representada por: Melos Ediciones Musicales S.A. Buenos Aires www.melos.com.ar


Notas al programa Carolina Conti

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omo fundador de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev supo crear montajes de un esplendor visual que cautivó a la audiencia en París a comienzos del siglo XX, pero además logró poner de moda el género del ballet que por largo tiempo había sido opacado por la ópera. En 1909, en San Petersburgo, Diaghilev asistió al estreno de dos piezas orquestales, Scherzo Fantástico y Fuegos artificiales, de Igor Stravinsky. Diaghilev quedó muy impresionado con lo que escuchó y le pidió al joven compositor que orquestara dos piezas para piano de Chopin para el montaje del ballet Las Sílfides. El resultado del encargo dejó muy satisfecho a Diaghilev quien entonces decidió tomar el riesgo de pedir al compositor que escribiera la música original para un nuevo ballet que sería presentado en la temporada de 1910. El empresario quería que el ballet fuera original y que estuviera de acuerdo con la estética innovadora de la compañía en cuanto a la coreografía y al diseño escénico. Fue así como se gestó El pájaro de fuego. El argumento del ballet se basa en un cuento popular ruso que narra cómo este misterioso pájaro fue capturado por el príncipe Iván. Por su liberación el pájaro le ofreció a Iván una de sus plumas doradas que también tenía poderes. Un tiempo después Iván conoció a la hermosa princesa Zarevna que, junto a sus damas, estaba bajo el hechizo del malvado brujo Kaschei. Iván, con la pluma de oro logró romper el hechizo y se comprometió con la princesa. Stravinsky escribió la partitura siguiendo cuidadosamente el libreto y creó una música de gran vitalidad, llena contrastes y esplendor, con números misteriosos, vivaces o profundamente líricos. En este primer ballet se puede percibir la influencia de su maestro Nikolai Rimsky Korsakov, de los ballets de Tchaikovsky, por supuesto, y de Debussy, pero las características de su estilo, en la orquestación y en el manejo rítmico, ya están consolidadas. El pájaro de fuego se estrenó el 25 de junio de 1910 en la Ópera de París con coreografía de Michel Fokine y fastuosos decorados del pintor Aleksandr Golovin. Fue un éxito total para la compañía y para Stravinsky que con solo 28 años ganó de inmediato el reconocimiento internacional. De la música del ballet, Stravinsky escogió los números que consideró más relevantes y arregló dos suites que son la que habitualmente se escuchan

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en las salas de concierto. El pájaro de fuego dio una nueva vida al ballet como espectáculo en París, que a partir de entonces vivió una época dorada. Stravinsky continuó trabajando con Diaghilev, y de esa colaboración surgieron otras obras maestras como Petrushka, La consagración de la primavera, Pulcinella y Las Bodas. Contemporáneo de Stravinsky, aunque 17 años más joven, fue Francis Poulenc. A diferencia del compositor ruso y de otros músicos de la época como Schönberg, Bartók o Berg que experimentaban constantemente nuevas técnicas en la música y cuestionaban el sistema tonal, Poulenc se mantuvo fiel a la tonalidad con total convencimiento de su arte. En una carta de 1942 escribió “Sé perfectamente que no soy uno de esos compositores que ha hecho innovaciones armónicas como Igor Stravinsky, Ravel o Debussy pero pienso que hay también espacio para nueva música que utilice los acordes de otros. ¿No es ese el caso de Mozart o de Schubert? Poulenc nació en una familia adinerada dedicada al negocio farmacéutico. Su madre, que era pianista, y su tío lo iniciaron en el piano y le abrieron el mundo cultural parisino. No recibió una educación musical formal pero tuvo contacto con Auric, Honegger, Milhaud, Satie, Schönberg y Casella y por varios años estudió con Charles Koechlin. A mitad de los años 20 empezó a componer, labor que continuó incesantemente a lo largo de toda su vida. Su obra es amplia y diversa, y abarca piezas cortas con melodías sencillas y ritmos alegres así como obras en gran formato de una profunda espiritualidad. Junto a Tailleferre, Durey, Auric, Milhaud y Honegger, Poulenc hizo parte del llamado Grupo de los seis que seguía los preceptos estéticos de Jean Cocteau y Erik Satie. El grupo, que surgió después de la guerra, encontró su inspiración en el arte cotidiano, en el circo, el jazz y el music hall. En París Poulenc entró en contacto con Winnaretta Singer, rica americana heredera del imperio de las famosas máquinas de coser y quien se convirtió por matrimonio en la Princesa de Polignac. Ella fue un referente importante para la música del siglo XX. Por su amor a las artes y a la música en particular, proporcionó un enorme apoyo a los compositores de la época. Gracias a ella surgieron algunas de las obras más importantes de Stravinsky, Fauré, Chabrier, Milhaud, Ravel, Weill, Albéniz, Falla y Szymanowski entre muchos otros. Poulenc recibió dos comisiones de parte de la princesa. Una fue el Concierto para órgano y la otra fue el Concierto para dos pianos que escuchamos hoy. Si en su

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Concierto campestre para clavecín y orquesta tomó como modelo la música del barroco, en el Concierto para dos pianos partió del clasicismo. Su principal modelo en este caso fue el Concierto n. 10 en Mi bemol para dos pianos K 365 de W. A. Mozart, compositor al que tenía verdadera devoción. Su objetivo siempre fue que la obra divirtiera al público. Por eso utilizó recursos que consideraba entretenidos, como la evocación a un instrumento exótico, el gamelán balinés, que había escuchado en la Exposición Colonial en París en 1931. La obra alterna distintos estados de ánimo en un diálogo fascinante entre los dos pianos y la orquesta. El compositor y su amigo de infancia Jacques Février en los pianos estrenaron el concierto en 1932 en la magnífica casa que la Princesa de Polignac tenía en Venecia junto al gran canal y desde ese momento fue todo un éxito. La obra de Ludwig van Beethoven se ha dividido tradicionalmente en tres periodos. El primero, que se inscribe en pleno clasicismo, evidencia la admiración e influencia de Mozart y Haydn. Luego, en el segundo periodo encontramos ya un cuestionamiento de las formas tradicionales en la búsqueda de un lenguaje más personal. En la última etapa de su vida encontramos la consolidación de un lenguaje propio, lleno de energía, emoción y libertad formal. La Sinfonía n. 3 Heroica, hace parte de la segunda etapa de su creación que está marcada por el Testamento de Heiligenstadt, una carta que escribió para sus hermanos, pero que nunca envió, en la que expresaba su deseo de morir ante la depresión que le produjo la pérdida de la audición. Es un documento fundamental en la vida del músico, pues en él también expresa que es su arte y su deber con él lo que lo obligan a seguir adelante. A partir de ese momento decide ‘tomar al destino por el cuello’ y continuar con su vida. Es también en esa época en que Beethoven siente una profunda admiración por los ideales de la Revolución Francesa y por la figura de Napoleón a quien identifica como el libertador del pueblo europeo y un abanderado de la justicia y la igualdad. Por algún tiempo el compositor había considerado escribir una obra en su honor. Empezó entonces la composición de una sinfonía que llevaría el nombre de Bonaparte. Cuando la terminó se enteró que Napoleón se había autoproclamado emperador en mayo de 1804. La noticia enfureció a Beethoven que inmediatamente rasgó la dedicatoria del manuscrito y cambió el nombre de la obra. La publicación de 1806 aparece como ‘Sinfonía Eroica, compuesta para celebrar la memoria de un gran hombre’. Beethoven dedicó la sinfonía a uno de

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sus protectores, el Príncipe Franz Joseph von Lobkowitz pero el gran hombre al que se refiere parece haber sido un amigo cercano de éste, el Príncipe Louis Ferdinand de Prusia, que había muerto en la batalla de Saalfeld luchando contra Francia en las Guerras Napoleónicas. Al Príncipe de Prusia, que también tocaba el piano y componía, dedicó Beethoven su Concierto para piano n. 3. Si las dos primeras sinfonías de Beethoven parten de la tradición vienesa de Haydn y Mozart, la tercera marca un cambio en su obra pero también marca un punto clave en la historia de la música. Es una sinfonía totalmente diferente a cualquiera que se haya escrito antes, como se percibe desde el impetuoso comienzo. El primer movimiento, Allegro con brio, es tan largo como una sinfonía completa de Haydn. El segundo es una lenta y profunda marcha fúnebre, algo que tampoco se había hecho antes. Esta marcha contrasta con la alegría del tercer movimiento Allegro vivace. Finalmente el cuarto movimiento, Allegro molto, Andante, Presto se basa en un tema de la música que Beethoven había escrito para el ballet Las criaturas de Prometeo, personaje que refuerza el carácter heroico de la obra. De esta manera la Eroica nos muestra un nuevo estilo de sinfonía en cuanto a la forma y la expresión. El dramatismo y la complejidad en la construcción plantean el ideal sinfónico de Beethoven y ya nos develan el camino hacia la estética romántica que, más allá del entretenimiento, indaga en profundidades psicológicas. Tras la primera interpretación pública el 7 de abril de 1805, hubo percepciones encontradas. Gran parte del público la encontró terriblemente larga y complicada en sus temas. Pocos supieron entender la grandeza y la novedad de la obra, pero no tuvo que transcurrir mucho tiempo para que la sinfonía se convirtiera en un éxito y también en un punto de referencia para los compositores posteriores a Beethoven. Es una obra poderosa, de gran ímpetu, atrevida y audaz para su momento, que sigue conmocionando al público hoy en día.

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ealizó estudios en la Vall d’ Christina ymusicales Michelle Uixó y en el Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo de VaNaughton lencia, continuando sus estudios en The

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Piano • Estados Curtis Institute ofUnidos Music de Filadelfia (EE.

UU) con Donald Montanaro desde 2000 dúo de las mellizassusestadounidenses al 2004. Prosiguiendo estudios con el Christina y Ricardo Michelle Naughton ha cauclarinetista Morales. tivado a la audiencia en gran parte del Fue galardonado consincronía el Premiodealsus Joven planeta con la perfecta inArtista Revelación en los Midem terpretaciones. Nacidas2009 en Princeton, New Clasical Awards Cannes, Francia. Jersey, de padres de en ascendencia europeaEsy considerado comoCurtis uno de los clarinetischina, se formaron en la Escuela Juilliard y en el Instituto donde obtuviemás excepcionales internacionalmenron el Premio Festorazzi. Las Naughtontas hicieron su debut en 2010 con la Orqueste. También fue ganador del Avery Fisher ta de Filadelfia. En esa ocasión fueron calificadas como un ‘par de perfección’ . La Premio enestelar, el prestigioso concurso crítica en San Francisco aclamó su ‘musicalidad maestría técnica Young y arte Artists Internacional Auditions inspirador’. Un año más tarde hicieronConcert su debut europeo en la ciudad alema2014 en Nueva (EE.UU) y .del Astral na de Munich donde la crítica las calificó como ‘un dúoYork sobresaliente’ Christina Services National como Auditions 2004, y Michelle Naughton han tocado bajoArtistic la batuta de directores Stephane en FiladelfiaEdo (EE.UU.). Denève, Charles Dutoit, Andrés Orozco-Estrada, de Waart, JoAnn Falletta, Giancarlo Guerrero, Emmanuel Krivine, Cristian Macelaru y Michael Stern. En 2012 realizaron su primer trabajo discográfico con el sello Orfeo titulado Piano Duets con obras de Mendelssohn, Schubert, Mozart, Falla, Ravel y Lutoslawsky. Luego vendría Visions con música de Adams, Bach y Messiaen con el sello Warneractuado Classics, como con quien firmaron de exclusividad. última Ha solista junto acontrato la BBC Concert Orchestra,Esta I Musici degrabación Montreal, recibió el reconocimiento Editor’s choice de la revista Gramophone en mayo de Orchestra of Saint Lukes, Orquesta de Valencia, Santa Barbara Chamber Orches2016. Sus actuaciones la temporada 2015 Joven - 2016Orquesta incluyerondepresentaciones tra, Orchestra de RadioenTelevisión Española, la Generalitat con la Sinfónica Nuevo Mundo, la Filarmónica Los Ángeles, en el Classic Valenciana. The del Haddonfield Symphony; Orquestade Sinfónica del Principado de Festival en Annency, Francia del y enVallés. el Concertgebouw de Amsterdam, la FilarmóAustrias, Orquesta Sinfónica nica de San Petersburgo, la Sinfónica del Estado de Sao Paulo, la Filarmónica Ha dado recitales enÓpera el Carnegie Hall y elentre Lincoln Center de Nueva York, el Kende Estrasburgo y la de Frankfurt muchos otros, así como giras por nedy Center eny China. Washington SD.c., Usedomer MusikFestival en Alemania y en Latinoamérica ciudades como Boston, Chicago, Los Ángeles, Santa Bárbara, San Diego, Tel Aviv y Tokio.

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Walter Hilgers Fredy Romero

Director invitado • Alemania

Tuba • Colombia

VIE •17 7:30 P.M Auditorio Fabio Lozano U. Tadeo

sáb •18 3 P.M Iglesia Nuestra Señora del Carmen

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PROGRAMA Rapsodia rumana n. ° 2 en re menor, Op.11, n. 2° George Enescu I. Rapsodia n.° 1 en la mayor II. Rapsodia n.° 2 en re mayor Concierto para tuba y orquesta Alexander Arutiunian I. Allegro moderato II. Andante sostenuto III. Allegro ma non troppo INTERMEDIO Sinfonía n. º 4 en mi menor, Op.98 Johannes Brahms

I. Allegro non troppo (mi menor) II. Andante moderato (mi mayor) III. Allegro giocoso - Poco meno presto - Tempo I (do mayor) IV. Allegro energico e passionato - Più Allegro (mi menor) Georges Enesco, 2eme Rhapsodie Roumaine opus 11. Editions Enoch & Cie Alexander Arutiunian. Concierto para Tuba y orquesta. Editions BIM

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Notas al programa Carolina Conti

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eorge Enescu (1881-1955) fue la principal figura musical de Rumania en la primera mitad del siglo XX. Además de compositor, director de orquesta y profesor fue uno de los más aclamados violinistas de su generación. Su primera aparición pública como violinista fue en 1889 cuando tenía nueve años. Estudió música en Viena donde aprendió también a interpretar el órgano y el violonchelo. Fue allí donde conoció la música de Wagner y tuvo ocasión de interpretar obras de Brahms con la orquesta del conservatorio en presencia del compositor. Posteriormente continuó sus estudios de composición en el Conservatorio de París con Massenet y Fauré, donde tuvo entre sus compañeros de estudio a Ravel, Schmitt, Koechlin, Casella y Cortot. Desde esa época su principal interés fue la composición. El estreno de su Poema Rumano op. 12 en París en enero de 1898, al lado de su actividad como director en Bucarest le dio muy pronto el reconocimiento como figura nacional de la música. Su actividad musical se dividía entre Rumanía y París, por un lado como intérprete del violín y el piano y por otro como compositor. Conformó un trío con Casella y Louis Fournier en 1902 y fundó el Cuarteto Enescu en 1904. Como violinista viajó frecuentemente por toda Europa antes de la Primera Guerra Mundial. En su patria creó en 1912 el Premio Enescu para compositores rumanos, fundó la Orquesta Sinfónica y creó la Compañía Nacional de Ópera de Rumania para la cual dirigió la primera producción de Lohengrin de Wagner en el país. También participó activamente en la actividad musical en Estados Unidos, país al que viajó con frecuencia desde 1923 como director invitado de diferentes orquestas. Durante la Segunda Guerra Mundial Enescu permaneció en Rumania donde realizó importantes grabaciones de sus obras con su ahijado Dinu Lipatti. Después de la Guerra el partido comunista tomó en control y Enesco abandonó el país en 1946 cuando ya estaba viejo y enfermo. Además de su encantadora personalidad, se le recuerda por una prodigiosa memoria. Conocía muchas de las obras maestras de la música de memoria incluyendo cada nota del anillo de Wagner y muchas de las obras de la edición completa de J. S. Bach.

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El repertorio de Enescu consta solo de un poco más de 30 obras entre las que se cuentan tres sinfonías y una ópera. Esto se debe a su intensa vida musical en varios campos pero también a su obsesión por el perfeccionismo. Muchas de sus obras publicadas fueron revisadas antes de la primera interpretación y muchas veces después. Hoy en día sabemos también que sus obras conocidas son sólo una pequeña muestra de la enorme cantidad de manuscritos que dejó sin terminar. Sin embargo las obras que publicó muestran una gran calidad artística en la que encontramos lo más depurado del clasicismo en conjunción con el estilo romántico francés y alemán en una muy personal interpretación que hace énfasis en los elementos de la música popular rumana. Esto se aprecia ya desde sus obras más tempranas como el Poema Rumano de 1897 y en las dos Rapsodias Rumanas op. 11 de las cuales hoy escuchamos la segunda. Estas rapsodias han gozado de una enorme popularidad desde su creación en 1901. De hecho, el compositor resentiría tal popularidad en algún momento de su vida, pues consideraba que estas piezas habían dominado y estrechado su reputación como compositor. Decía que lo que cualquier compositor podía hacer con una pieza de música popular era ‘rapsodizarla’ con repeticiones y yuxtaposiciones. Para contrarrestar esto escribió después una serie de canciones y danzas rumanas en las que la melodía es el aspecto principal. ‘No soy una persona de bonitas sucesiones de acordes. Una pieza merece ser llamada una composición musical sólo si tiene una melodía o aún mejor melodías súper impuestas una a otra’, escribió en su autobiografía. Pero el encanto que tienen las Rapsodias Rumanas las seguirá mantenido en el repertorio de las salas de concierto. Compositor y pianista Aleksandr Grigori Arutiunian (1881-1955) es el músico armenio más importante después de Aram Khachaturian. Arutiunian Inició su formación en el conservatorio de la ciudad de Ereván y luego en el Conservatorio de Moscú. Allí, entre 1946 y 1948 trabó amistad con Miaskovsky, Kabalevsky, Shostakóvich y Khachaturian. Recibió el Premio Estatal de la URSS en 1949 por la Cantata La patria para solistas vocales coro y orquesta, que escribió con motivo de su graduación. En su tierra natal se desempeñó como Director de la Sociedad Filarmónica Armenia, miembro de la Unión de Compositores y de la Unión de Cinematógrafos de Armenia, y en 1960 fue elegido como Artista del Pueblo Armenio. Sus composiciones presentan elementos tradicionales en lo formal, lo que se aprecia en el uso de secuencias clásicas de movimientos

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contrastantes o de formas y géneros barrocos especialmente suites y conciertos. Pero en la expresión se vale también de una estética romántica que se nutre de la herencia cultural armenia como se puede apreciar en la riqueza de las melodías y la vitalidad rítmica. Compuso obras en todos los géneros como concierto, sinfonía, obertura, cantata y suite de danzas entre otros pero su repertorio para instrumentos de cobre es el que ha tenido mayor relevancia. Su Concierto para trompeta es quizás su obra más popular pero también su Concierto para tuba y orquesta, que hace parte del programa de hoy, ha venido ganando un lugar en el repertorio. Lo compuso en 1992 para que fuera interpretado por Roger Bobo, virtuoso tubista norteamericano y consagrado pedagogo de instrumentos de cobre. El concierto está estructurado en tres movimientos: I. Allegro moderato; II. Andante sostenuto y III. Allegro ma non troppo. Aunque el color orquestal y las sugerencias a la música oriental nos muestran una clara influencia de Khachaturian encontramos también en la obra un lenguaje melódico muy personal. El intérprete debe buscar que el instrumento cante, según las indicaciones del Arutiunian. Este concierto es hoy una obra obligada para la tuba, instrumento que cuenta con un repertorio no muy amplio como solista, ya que suele hacer la parte del bajo o del contrabajo en bandas o en la sección de cobres de las orquestas. Una de las expresiones más puras del romanticismo la encontramos en la obra de Johannes Brahms (1833 -1899). Además de un importante repertorio para piano, vocal, concertante y de cámara, Brahms legó al repertorio sinfónico cuatro sinfonías que permiten ver la compleja evolución de su lenguaje. Brahms reverenciaba a Beethoven casi hasta la obsesión y de hecho se sintió intimidado por la obra del genio de Bonn durante largo tiempo. Por eso le tomó mucho tiempo escribir su primera sinfonía, obra que siguió corrigiendo durante veinte años. Menos difícil fue la concepción de la segunda y en la tercera ya se aleja del modelo beethoveniano para permitirse una expresión más personal, lo que se aprecia sobretodo en el final apacible que contrasta con los habituales finales victoriosos. La Sinfonía n. 4 en Mi menor es la última. La compuso entre 1884 y 1885 en la pequeña ciudad austriaca de Mürzzuschlag. Brahms entonces contaba con más de cincuenta años y estaba pensando en retirarse, así que la obra compila su ideal sinfónico, su pensamiento estético en el género y su más profunda expresión emocional. Brahms conocía muy bien la historia de la música, lo que se evidencia a lo largo de su obra. En la cuarta sinfonía se puede apreciar

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su fascinación por Bach y Haendel y en particular por la forma de la passacaglia, especialmente la que aparece en la Cantata n.150 de Bach que sirve de motivo fundamental a la sinfonía. Siguiendo los principios del movimiento romántico, el compositor expresa en su música los sentimientos y las pasiones con una libertad que no va en contra de las formas. Al igual que Schubert, Brahms consideraba que era precisamente la forma la que permitía la libertad. Inicialmente Brahms interpretó la obra al piano con un amigo ante una pequeña audiencia de amigos cercanos, críticos y colaboradores, pero la mayoría quedó desconcertada con la obra. Tras escuchar el primer movimiento en esa ocasión, el musicólogo y crítico Eduard Hanslick dijo que se había sentido ‘golpeado por dos personas increíblemente inteligentes’, aunque después de escucharla un par de veces más cambió de opinión. Solo sus amigos más cercanos, entre ellos Clara Schumann y el violinista Joseph Joachim, entendieron la maestría de la sinfonía. Sin embargo en el estreno que el propio compositor dirigió en octubre de 1885 en Meiningen, la obra fue bien recibida y poco a poco sus amigos comprendieron la complejidad de la obra y cambiaron sus opiniones. La elaborada construcción formal, la riqueza melódica, el colorido orquestal y la intensidad emocional, entre muchos otros aspectos, hacen de esta sinfonía una verdadera obra maestra.

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Walter Hilgers

Director invitado • Alemania

W

alter Hilgers nació en 1959 en Stolberg, Renania del Norte-Westfalia, Alemania. Estudió en la Escuela Superior de música de Aachen donde se formó en tuba, contrabajo y piano. En 1978 se vinculó a la Orquesta Sinfónica de Düsseldorf como intérprete de la tuba. Un año después fue invitado a tocar en el Festival de Bayreuth y allí permaneció por doce años. Como instrumentista ha hecho parte de orquestas tan importantes como la Filarmónica de Hamburgo, Sinfónica de la NDR de Hamburgo, Orquesta del Festival de Bayreuth y Filarmónica de Viena bajo batutas tan prestigiosas como las de Herbert von Karajan, Lorin Maazel, Claudio Abbado, Daniel Barenboim, Zubin Mehta, André Previn, Pierre Boulez, Georg Solti, James Levine, Seiji Ozawa, Riccardo Muti, Bernard Haitink y Günter Wand. En el año 1978 fue tubista de la Sinfónica de Düsseldorf. Fue miembro fundador del ensamble de metales German Brass al cual perteneció por más de 25 años y con el que realizó numerosas giras por todo el mundo además de numerosas grabaciones. También se ha desempeñado como docente en la Escuela Superior de música de Düsseldorf, Aachen y Lübeck. Entre los años 1989-1995 fue profesor de tuba y música de cámara en la Escuela Superior de Música y Artes Escénicas de Hamburgo. En 1995, obtuvo el cargo de profesor en la Escuela Superior de Música Franz Liszt de Weimar como profesor de música de cámara. Como director ha sido invitado a dirigir, entre otras muchas orquestas, a la de la Radio de Múnich, Nacional de Rumanía, Orquesta de cámara de la Radio de Bucarest, Filarmónica Enescu de Bucarest, Filarmónica de Zagreb, Filarmónica de Montevideo, Nacional de Buenos Aires, Estatal de Brandenburgo-Frankfurt y Filarmónica de Niza. Desde la temporada 2016/17 Walter Hilgers es Director Artístico Honorífico y director invitado permanente del Orquesta Filarmónica “Paul Constantinescu” de Ploiești, Rumania. Ha estado vinculado con Colombia a través del Festival Colombia Tubas y ha sido el maestro de Fredy Romero Nieto, tubista de las Orquesta Filarmónica de Bogotá.

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Fredy Romero Tuba • Colombia

I

nició sus estudios musicales en la Escuela de Música de Paipa con Miguel Duarte Figueroa. Más tarde ingresó a la Universidad Nacional de Colombia en donde recibió en 2002 su diploma como tubista. Desde 2003 se desempeña como tubista de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. En 2007 viajó a Argentina a seguir su capacitación con el tubista argentino, Patricio Cosentino. En 2009, gracias a una comisión de estudios dada por la Orquesta Filarmónica de Bogotá, viajó a Alemania donde recibió su diploma como tubista con el reconocido maestro Walter Hilgers (tubista del German Brass y de la Orquesta Filarmónica de Viena), quien participa activamente en la formación de tubistas en Colombia. Ha actuado como solista con la Filarmónica de Bogotá y con la Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia. Ha sido profesor de la Cátedra de tuba en la Universidad Nacional de Colombia, en la Pontificia Universidad Javeriana y en la Universidad de los Andes. Es el creador del Festival Colombia Tubas, que trae a los más grandes representantes de tuba y eufonio que existen a nivel mundial, generando así un espacio para los estudiantes de estos instrumentos del país que cada año se benefician con clases magistrales. Además de su labor con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, se desempeña como profesor de la cátedra de tuba de la Universidad Nacional de Colombia.

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Andrés Orozco-Estrada

Director invitado • Colombia

Blanca uribe

Piano • Colombia

jue •23• 8 P.M Teatro Metropolitano de Medellín

vie •24• 8 P.M Teatro Julio Mario Santo Domingo

sáb •25• 4 P.M

Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia

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PROGRAMA

Eventos Móviles II: ”Un Sonometraje” (Estreno Mundial) Andrés Posada

Concierto para piano y orquesta en la menor Edvard Grieg

I. Allegro molto moderato II. Adagio III. Allegro moderato molto e marcato - Quasi presto - Andante maestoso INTERMEDIO

Sinfonía n. º 9 en mi menor, Op. 95 -“Sinfonía del Nuevo Mundo” Antonín Dvořák

I. Adagio - Allegro molto II. Largo III. Scherzo. Molto vivace IV. Allegro con fuoco

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Notas al programa Carolina Conti

E

l romanticismo tuvo muchas facetas, entre ellas el nacionalismo que se refiere al movimiento que se caracteriza por tomar las tradiciones de cada país (bailes, canciones populares, héroes e incluso escenas de su historia) como base de la creación musical. Grieg fue el principal representante del nacionalismo en Noruega y Dvořák en la República Checa. Desde sus comienzos como compositor, Edvard Grieg sintió que era su deber crear un estilo musical nacional basado en las tradiciones de su país. La idea de tan grande compromiso fue alimentada en el joven compositor por dos importantes músicos noruegos. Por un lado el violinista y compositor Ole Bull que representaba la nueva vida de Noruega tras años de dominación danesa. Bull escuchó algunas de las primeras composiciones de Grieg y sugirió que fuera a estudiar a Leipzig. Fue él quien mostró a Grieg la auténtica música popular noruega. Grieg también conoció al Rikard Nordraak, joven admirador de Bull, compositor y además apasionado de la cultura del país, de sus leyendas, sus sagas, sus costumbres. Grieg y Nordraak compartieron el propósito de Bull de crear un estilo musical nacional y gracias a eso desarrollaron una cercana amistad pero por poco tiempo pues Nordraak falleció a los 24 años. Grieg mantuvo el compromiso como el objetivo principal de su creación. El resultado es evidente en obras como la música incidental para la obra teatral Peer Gynt de Henrik Ibsen o en Sigurd Jorsalfar y Bergliot sobre textos de Bjornstierne Bjornson, la principal figura literaria del país y el primer escritor escandinavo en recibir el Premio Nobel de Literatura. En el desarrollo cronológico de la carrera de Grieg encontramos que después de terminar su formación en Leipzig, Alemania, el compositor exploró inicialmente las formas tradicionales de la música académica para centrarse más adelante en pequeñas formas que le permitían utilizar mejor la riqueza de la música popular. El Concierto para piano y orquesta en La menor op. 16 marca el final de esa primera etapa de exploración. Grieg escribió la mayor parte de la obra en 1868 durante unas vacaciones de verano en Dinamarca. En el invierno siguiente, ya de vuelta en Oslo, terminó la orquestación. Grieg empezaba a tener reconocimiento como compositor y acababa de contraer matrimonio con

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la cantante Nina Hagerup, quien fue la principal inspiración para su repertorio vocal. En cuanto a la forma, el concierto está influenciado por el Concierto para piano en La menor de Robert Schumann que había escuchado interpretado por Clara Schumann y que le causó una profunda impresión. Grieg dedicó el concierto al pianista más importante de Noruega en ese momento, Edmund Neupert, quien fue el solista en el estreno que tuvo lugar el 3 de abril de 1869 en el Teatro Real de Copenhague. Algunos meses más tarde, Grieg conoció a Franz Liszt quien le aconsejó hacer algunos cambios. Después de considerarlo y analizar su partitura, Grieg decidió mantener el concierto como la había escrito. Sin embargo lo revisó varias veces a lo largo de su vida. La obra marca el final de la primera etapa del compositor quien a partir de entonces se concentró en formas breves y más intimistas. De todos modos su Concierto para piano y orquesta en una de las partituras más exquisitas del repertorio. Hablar de Antonin Dvořák es hablar del más célebre compositor de la República Checa, antes Bohemia. Su padre era carnicero y tenía una posada. Era de esperarse que Antonin siguiera los pasos de su padre pero afortunadamente no fue así. Muy joven pudo aprender lo más básico de la música y en 1857 ingresó a la Escuela de Órgano de Praga, de la que se graduó dos años más tarde. Más adelante se ganó la vida como intérprete de la viola y luego como profesor de composición en el Conservatorio de Praga. Dvořák era un creador comprometido con su tierra natal y con las históricas y legendarias tradiciones eslavas. Las emociones que despertaban los paisajes y las costumbres de su tierra las plasmó en música maravillosa. Sin embargo su obra, más universal, trasciende las fronteras de su patria y se abre a nuevas culturas. Entre 1892 y 1895 vivió en los Estados Unidos invitado por Jeanette Thurber, una gran patrocinadora de la música. Allí Dvořák asumió el cargo de director del Conservatorio Nacional de Nueva York y tuvo oportunidad de conocer la música popular norteamericana. Los cantos de los indígenas nativos, las melodías propias de los afroamericanos en las plantaciones y los espirituales, que consideraba la verdadera música norteamericana desde la perspectiva nacionalista, le llamaron particularmente la atención. Esa riqueza musical estimuló su creatividad y el compositor checo pensó plasmar sus impresiones de Estados Unidos en una partitura. Ese fue el comienzo de la Sinfonía n. 9 en mi menor, Op. 95 Del nuevo mundo. Esta es la obra más popular de Dvořák y una de las más expresivas del lenguaje romántico, gracias a su riqueza

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orquestal y melódica. La composición le tomó cinco meses y para su creación Dvořák se inspiró en melodías tradicionales americanas pero también en el Canto de Hiawatha, un poema de Henry Wadsworth Longfellow sobre el profeta y hombre de estado de la mitología de los indios norteamericanos de la región de los Grandes Lagos. Pero a pesar de estos elementos no podemos decir que se trata de una obra propiamente americana. El compositor lo expresó así: “Simplemente escribí temas originales que incorporan peculiaridades de la música de los indios, y desarrollé esos temas con los recursos del ritmo, armonía, contrapunto y color orquestal modernos”. La sinfonía evidentemente se inscribe en la tradición orquestal europea y el estilo de Dvořák se aprecia aquí al igual que en sus obras de inspiración checa. Sus cuatro movimientos presentan sutiles evocaciones a tonadas populares como Swing Low, Sweet Chariot en el primer movimiento, o de Over the River and Through the woods en el segundo, así como ideas a partir del poema de Longfellow. El estreno de la sinfonía tuvo lugar el 16 de diciembre de 1893 en el Carnegie Hall con Anton Seidl al frente de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. El éxito que tuvo se ha mantenido desde entonces.

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Andrés Orozco-Estrada Director invitado • Colombia

N

acido en Colombia y formado en Viena, es uno de los directores más destacados de su generación. Desde la temporada 2014/15 es Director titular de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt, Director Musical de la Orquesta Sinfónica de Houston y Director Principal Invitado de la Orquesta Filarmónica de Londres. Orozco-Estrada nació en Medellín (Colombia) en 1977. Inició sus estudios musicales con el violín y a los 15 años tomó sus primeras lecciones en dirección. En 1997 fue admitido en la Escuela de Música y Artes Escénicas de Viena, Austria, donde participó en la clase de dirección de Uroš Lajovic, pupilo del legendario Hans Swarowsky. Allí obtuvo su título con distinción al dirigir la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena en el Musikverein de la misma ciudad. Captó por primera vez la atención internacional en 2004 al dirigir la Orquesta Tonkünstler en el mismo escenario. En esa ocasión la prensa vienesa lo catalogó como ‘el milagro de Viena’. Desde entonces mantiene compromisos con orquestas a nivel internacional. Entre 2009 y 2015 desarrolló un trabajo exitoso como Director Musical de la Orquesta Tonkünstler. Es invitado regular de orquestas de gran reconocimiento alrededor del mundo, entre ellas la Filarmónica de Viena, la Filarmónica de Múnich, la Orquesta Gewandhaus de Leipzig, Orquesta de Cámara Mahler, la Orquesta Santa Cecilia de Roma y la Orquesta Nacional de Francia. De manera exitosa debutó recientemente con las Orquestas de Chicago, Filadelfia, Pittsburgh y Cleveland, la Orquesta Concertgebouw de Ámsterdam, la Filarmónica de Rotterdam, la Filarmónica de Oslo y la Filarmónica de Israel. En el verano de 2016 regresó al Festival de Salzburgo tras su contundente debut el año anterior, en esta ocasión con la ópera de Nicolai Il Templario y adicionalmente, relevando en el podio al director Nikolaus Harnoncourt, al frente del Concentus Musicus Wien interpretando la Novena Sinfonía de Beethoven. En 2017 Orozco-Estrada debutará con la Filarmónica de Berlín y regresará al Festival de Glyndebourne a dirigir la ópera La traviata.

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Blanca Uribe Piano • Colombia

N

ació en una familia de músicos profesionales. Su padre fue el maestro Gabriel Uribe García, destacado flautista, clarinetista y saxofonista. Sus primeros estudios musicales fueron junto a su abuela paterna, la pianista María García. Luego estudió piano con Luisa Manighetti. A los 11 años debutó con la Orquesta Sinfónica de Colombia y desde entonces se ha presentado en los principales escenarios de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Con tan solo 12 años ingresó al Conservatorio de Kansas City donde estudió con Viktor Labunski. Luego en Viena tuvo como profesor a Richard Hauser. Obtuvo un posgrado en la Juilliard School of Music, donde la pianista Rosina Lhevinne la consideró como una de sus mejores alumnas. En los Estados Unidos obtuvo resonantes triunfos en cinco concursos, entre ellos el Premio Naftzger en 1956. En 1959 participó por primera vez en un concurso internacional en la capital austriaca y obtuvo el Premio Elena – Rombro – Stepanow. En ese mismo año concursó en la competencia mundial de Ginebra donde conquistó la Medalla de Oro. Participó en el Concurso Chopin en Varsovia en 1965 junto a Martha Argerich. En esa ocasión recibió Mención Honorífica. El mismo año ganó en una competencia internacional en Río de Janeiro. En 1966 participó en el 2º Concurso Internacional de Piano Van Cliburn en Texas, Estados Unidos, donde ocupó el tercer lugar. El primer lugar en esa ocasión fue para Radu Lupu. En 1967 obtuvo el primer premio en el Concurso Internacional de Orense, España. Su grabación de la Suite Iberia de Isaac Albéniz y las Danzas fantásticas de Joaquín Turina le han valido elogiosos comentarios de la crítica, así como la del Concierto para piano n.1 de Richard Wilson, obra que tocó con la Orquesta Pro-Arte de Boston bajo la dirección de Leon Botstein. En 1977 presentó en Bogotá y Medellín el ciclo completo de las 32 sonatas para piano de Beethoven, proeza sin antecedentes en el panorama musical colombiano. También presentó en dos ocasiones el ciclo de los cinco conciertos para piano de Beethoven. Ha recibido la Estrella de Antioquia, la Medalla Francisco de Paula Santander, la Orden de San Carlos y un Doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad del Valle. En 1999 recibió

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la Medalla de Oro de la Alcaldía de Medellín. Por la excelencia en su interpretación de la Suite Iberia de Isaac Albéniz, y por su labor de divulgación de esta obra, fue distinguida en 2007 con el Premio Albéniz, otorgado por la Fundación Albéniz de Camprodón.

Directores y solistas invitados a la Orquesta Filarmónica de Bogotá

Henrik Schaefer, WALTER HILGERS, Leonard Elschenbroich, Lars Vogt, Christian Kunert. Para más información consulta nuestraprogramación en

www.filarmonicabogota.gov.co

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Orquesta Filarmónica de Bogotá Director musical asistente: Leonardo Marulanda

Violines I

Violas

Contrabajos

Luis Martín Niño Rodríguez (Concertino principal) Mauricio González Velásquez (Concertino alterno) Todor Ivanov Harizanov (Concertino alterno) Marilyn Louise Prasil Blanca Viviana Niño Rodríguez Luz Stella Rojas Robayo Martha Romero Sánchez Jorge A. Valencia Casasbuenas Rodrigo Cottier Arce Liliana Parra Puerto Ángela A. Sierra Ramírez Sergio A. Allendes Trujillo Giuseppe Tejeiro Castiblanco Pablo Hurtado Taborda Luisa Elena Barroso Cabeza

Aníbal Dos Santos Pestana Esperanza Mosquera Escobar Sandra Arango Johanna Gutiérrez Páez Guillermo Isaza Fisco Ricardo Hernández Mayorga Robinson J. Ávila Cardona Ligeia Ospina Linero Julián D. Linares Chaves Luz Helena Salazar Amézquita Olga Lucía Hernández

Alexandr Sanko Julio C. Rojas Cubillos Mónica Suárez Quiceno Juan Miguel Celis Fajardo Mauricio Daza Castillo Jorge S. Cadena Díaz Julián Gil Cuartas Andrés A. Sánchez Angarita

Violines II Tzanko Vesselinov Dotchev Olga C. Medina Vergara Mari Luz Monsalve Ospina Lenin L. Lozano Oviedo Víctor M. González Calcetero Julio César Guevara Díaz Daniel Luciano Herrera G. Beatriz Arroyo Sanabria Óscar F. Avendaño Ramírez Carlos A. Benavides Salcedo Juliana María Bello Bautista Luis Antonio Rojas Granada Herminson García 36

Violonchelos Camilo Benavides Rey Juan G. Monsalve Ospina Victoria E. Delgado Montoya Olga L. Ospina Serrano Andrea Fajardo Moreno Petar Hristov Ivanov Cecilia Palma Román José Marco Giraldo Mesa Ana Isabel Zorro Leyva Juan Pablo Martínez Sierra

Flautas Cristian M. Guerrero R. Fabio Londoño Ramírez Martha J. Rodas Blanco Luis Pulido Hurtado Brayan Muñoz (invitado) Oboes Orlín Petrov Amílkar Villanueva Romero Edna Barreto Soler Oboe/Corno inglés Luz del Pilar Salazar Echeverry Clarinetes Guillermo Marín Alcides Jauregui Edwin Rodriguez


Clarinete bajo

Tuba

Semana 3

Ricardo Cañón García

Fredy Romero Nieto

Fagotes

Percusión

Trompeta Freddy Torres

Pedro A. Salcedo Rodríguez Eber J. Barbosa Castro Rossemarie Mosquera Escobar Fagot/Contrafagot

William León Rodríguez Diana Alexandra Melo Reyes Rossitza Serafimova Petrova Víctor Hugo López Aguirre Santiago Esteban Suárez

Sandra Duque

Arpa

Arpa Emmanuel Rivera

Cornos

Martha Liliana Bonilla Zabala

Semana 4

Jorge A. Mejía Fernández Manuel F. Rodríguez Hurtado Carlos F. Rubio Rodríguez Gerney Díaz Gómez Miguel Á. Enríquez Burbano Jhon Kevin López

Piano

Violin I Tatiana Bohórquez

Trompetas Georgi Nikolaev Penchev Guillermo Samper Salazar Leonardo Parra Ríos Trombones Néstor Gueorguiev Slavov Luz A. Mosquera Varón Nelson A. Rubio Herrer Virgilio González Barinas Jefe de grupo Asistente jefe de grupo

Olga Nikolaevna Trouchina Musicos invitados

Trombón Abstin Caviedes Tuba Sebastián Mora

Viola Johana Pino

Semana 1 Trompeta Freddy Torres Trombón Abstin Caviedes Semana 2 Trompeta Freddy Torres Trombón Abstin Caviedes

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feb

26 • 5 P.M

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

Andrés Orozco-Estrada Director invitado • Colombia

Emmanuel Tjeknavorian Solista invitado • Austria

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PROGRAMA Lontano György Ligeti Concierto para violín en Re menor Op 64. Felix Mendelssohn I. Allegro molto appassionato II. Andante III. Allegretto non troppo - Allegro molto vivace INTERMEDIO

Sinfonía n.º 5 Dmitri Shostakóvitch I. Adagio – Allegro molto II. Largo III. Scherzo: Molto vivace – Poco sostenuto IV. Allegro con fuoco

En sala

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Pasión juvenil en la Orquesta Filarmónica de Bogotá

E

s un orgullo para la Orquesta Filarmónica de Bogotá contar con grupos de orquestas y banda juveniles, integradas por los más destacados artistas profesionales o en formación, procedentes de las diferentes universidades y conservatorios del país. La calidad de sus presentaciones en los más disímiles lugares de Bogotá y del país, no sólo ha provocado los mejores comentarios, sino que ha ayudado a la creación de nuevos públicos de la música sinfónica. La Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara, especializada en música del período Barroco, ha estado dirigida, desde su creación en noviembre de 2013, por el maestro Leonardo Federico Hoyos, destacado violinista colombiano. Esta agrupación ha realizado un invaluable trabajo pedagógico y de acercamiento a la música sinfónica en colegios distritales, centros comunitarios y auditorios, a través de puestas en escena en las que se conjugan el virtuosismo y la irreverencia.

La Orquesta Filarmónica Juvenil, dedicada a interpretar obras de los periodos clásico y romántico, ha contado con la dirección del maestro Carlos Villa, una de las figuras más destacadas de las cuerdas colombianas. Los guitarristas españoles Vicente Amigo, Pepe Romero y el bandoneonista Argentino, Rodolfo Mederos, han compartido escenario con este grupo de futuros maestros. Recientemente, ambas orquestas participaron con rotundo éxito en enero pasado en el X Festival Internacional de Música de Cartagena, donde se presentaron con el reconocido director italiano Rinaldo Alessandrini. De igual forma, la ‘chispa’ de nuestros jóvenes, revitalizó el Festival de Música Religiosa de Popayán, realizado en marzo de 2016.

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En esta maravillosa fusión aparece La Banda Filarmónica Juvenil, tal vez, el más popular de todos los grupos por la naturaleza de su repertorio, que privilegia obras de compositores nacionales y latinoamericanos. Cada vez que La Banda toca aires colombianos, el público le marca el tiempo con las palmas o baila sus temas. Con la dirección del maestro Francisco Cristancho, arreglista y compositor, La Banda ha participado en el Festival de Música Andina ‘Mono Nuñez’, el Festival de Bandas de Villa de Leyva y en el Festival de Bandas de Paipa.

Notas al programa Carolina Conti

L

os desastres de la Segunda Guerra Mundial llevaron a un cuestionamiento de todas las instancias de la humanidad y la sociedad. El arte fue reflejo de ello a través de la experimentación de nuevos medios, materiales y técnicas así como de expresiones profundamente intelectuales y abstractas. En la música europea los compositores posteriores a Schoenberg llevaron su método dodecafónico y el principio del serialismo no solo a la altura (tono) sino a los demás aspectos de la música: duración, dinámica y timbre. Entre esos compositores György Ligeti ocupa un lugar destacado. Nació en Hungría en 1923 y murió en Viena en 2006. Cuando tenía 20 años, en 1943, tuvo que suspender su formación debido a que, por su condición de judío, fue forzado a trabajar para los nazis. Después de las Segunda Guerra Mundial, en la que perdió a su padre y a su hermano, retomó sus estudios en Budapest. En 1956, cuando la Unión soviética invadió Hungría, Ligeti se trasladó a Viena y luego a Hamburgo donde conoció las tendencias vanguardistas. En Colonia participó en el estudio de música electrónica y en Darmstadt trabajó estrechamente con Karlheinz Stockhausen y Pierre Boulez, líderes indiscutibles del momento. Como alternativa a la música serial, Ligeti ideó un método que denominó ‘micropolifonía’, una técnica de composición en la que muchas líneas melódicas se entretejen y se mueven independientemente y así forman clusters (algo así como racimos de notas) que crean una ‘cristalización armónica’. En el complejo tejido polifónico que se genera el compositor hace cambios muy sutiles en el timbre, la dinámica, la densidad y la

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textura, y así construye una enorme corriente de sonido. Ligeti se dio a conocer con Atmosphéres de 1961, obra para gran orquesta sin percusión a la que siguió su Poema sinfónico para 100 metrónomos que se mueven en distintas velocidades. Más adelante, en 1966, vendrían Aventures para tres cantantes y siete instrumentistas, que es una secuencia sin palabras en situaciones casi operáticas y Lux aeterna, obra coral que Stanley Kubrick incluyó en su película 2001: Odisea del espacio, gracias a la que Ligeti ganó reconocimiento internacional. De 1967 es Lontano para gran orquesta, que abre el concierto de hoy. Lontano, que en italiano significa lejano, representa el abrir y cerrar de ‘una ventana en un largo y profundo mundo de los sueños de la infancia’ con imágenes que aparecen y luego se desvanecen. Aquí podemos escuchar tonos sostenidos largamente en el tiempo que se sobreponen a otros y van creando texturas cada vez más densas que súbitamente desaparecen y empiezan nuevamente a aparecer. En esta pieza, el compositor se vale de la técnica del canon que había estudiado concienzudamente en la obra de Ockeghem y Bach. ‘Utilizo el canon con el fin de establecer una unidad entre lo sucesivo y lo simultáneo’. ‘Pienso siempre en la voz, en capas y construyo mis espacios sonoros como texturas, como hilos de una telaraña, en la que la tela es la totalidad y el hilo el elemento básico. El canon ofrece la posibilidad de componer una tela de hilos melódicos según reglas bien definidas’. La obra se utilizó en las películas The Shining (El resplandor) de Stanley Kubrick y en Shutter Island (traducida como La isla siniestra) de Martin Scorsese. La música de Felix Mendelssohn se inscribe dentro del movimiento romántico aunque sus obras siguen muy de cerca la estética del clasicismo. Hijo de un banquero melómano y nieto de un importante filósofo, tuvo una formación humanística muy completa. Aunque nació en Hamburgo, poco después de su nacimiento la familia se trasladó a Berlín. Allí su hogar era frecuentado por los artistas e intelectuales más destacados de la época. El joven Mendelssohn tuvo contacto con Goethe y asistió a los cursos de Hegel y Alexander von Humboldt en la Universidad de Berlín. En lo musical fue un niño prodigio que hizo su debut en público a los nueve años y a los 11 ya componía con propiedad. Con 16 años compuso su Octeto para cuerdas en mi bemol mayor y a los 17, impresionado por la lectura de Shakespeare, compuso y dirigió la famosa obertura para El sueño de una noche de verano. Por ese entonces conoció al violinista Ferdi-

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nand David que tenía entonces 15 años y ya había aparecido como solista en la Gewandhaus de Leipzig. Muy pronto se hicieron buenos amigos. Más adelante el compositor sobresalió también como pianista, educador y organizador de festivales musicales. Además es a él a quien se debe el rescate de la obra de Johann Sebastian Bach y del Concierto para violín de Beethoven. En 1836 Mendelssohn asumió la dirección de la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig y nombró a Ferdinand David como concertino. Quiso entonces escribir una obra para su amigo con el objetivo de mostrar su virtuosismo. Dos años más tarde el compositor expresó en una carta que ya tenía definida la tonalidad de la obra y la melodía inicial, pero los innumerables compromisos de Mendelssohn dilataron la su creación. Sin embargo durante esos años, Mendelssohn pidió consejo a David sobre la técnica del instrumento en varias oportunidades. El Concierto para violín y orquesta en Mi menor op. 64 quedó terminado en 1844 y se estrenó en la primavera de 1845 con David en la parte solista y la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig bajo la batuta del compositor danés Niels Gade. Mendelssohn ya estaba muy débil para dirigir. La obra en tres movimientos, Allegro molto appassionato, Andante y Allegro molto vivace, sigue la forma propia del clasicismo. El compositor opta por una orquestación delicada que crea el contexto ideal al violín que protagoniza con una expresión propia del romanticismo. Tras el éxito del estreno, el concierto se volvió a presentar en el otoño y un poco después con la interpretación del famoso violinista Joseph Joachim que tenía entonces 14 años. Desde entonces es una obra obligada en el repertorio para violín que permite hacer gala de virtuosismo, maestría técnica y de las habilidades expresivas de los intérpretes. Fue la última obra orquestal del compositor quien falleció en 1847 a los 38 años de edad. Dmitri Shostakóvich fue el único compositor de fama internacional que fue totalmente el producto de la cultura musical rusa durante el periodo de la Unión Soviética, y su vida transcurre paralela a la del Estado Soviético. Cuando estalló la Revolución de octubre en 1917 Shostakóvich tenía 11 años. A los 13, Alexander Glazunov que era entonces el director del Conservatorio de Leningrado, quedó impresionado con el talento del joven y le sugirió estudiar piano y composición. Escribió su primera sinfonía a los 19 años con motivo de su graduación del Conservatorio. La obra, que lo convirtió en toda una celebridad, se interpretó muy pronto en Berlín, Filadelfia, Viena y Nueva York. Dos años más tarde, cuando te-

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nía 21, su fama como pianista también estaba consolidada y sus composiciones empezaban a llamar la atención del público y de las autoridades. A veces se alejaba de las doctrinas artísticas oficiales y, aunque otras veces parecía someterse a las directrices del régimen, mantuvo una integridad en su creación y una individualidad por las que ha pasado a la historia como el compositor más importante de la Unión Soviética. En 1932 el Estado emitió un decreto que regulaba la creación musical. En ese momento Shostakóvich terminaba su ópera Lady Macbeth de Mtsensk, que pretendía ser la primera de una trilogía en torno al tema de la mujer en Rusia. Dos años más tarde la estrenó y fue aplaudida como modelo de ‘realismo socialista’. Pero en 1936, cuando Stalin vio la ópera, la publicación ‘Pravda’ la condenó por sus disonancias y por lo explícito del tema en un editorial titulado ‘Caos en vez de música’. La obra fue acusada de ‘formalista’, lo que significaba, según las autoridades, que daba más importancia a la forma que al contenido y no estaba de acuerdo con el ideal impuesto que debía ‘reflejar y promover el espíritu optimista del pueblo soviético’. En seguida se prohibió su interpretación, prohibición que además ponía en peligro la vida del compositor que en ese momento trabajaba en su cuarta sinfonía. Esa obra, al igual que la ópera, presentaba giros armónicos atrevidos, una poderosa orquestación y una innovadora estructura, pero Shostakovich pronto se dió cuenta de que no era un momento adecuado para tal sinfonía y la dejó de lado. Un tiempo después empezó la composición de la Sinfonía n. 5 en re menor, op. 47 que irónicamente el compositor nombró como la Respuesta de un artista soviético a una crítica justa. La obra está construida en una forma más directa. Su sonoridad y sentido de grandeza resultaron más ‘adecuados’ a los ideales del realismo soviético, aunque se percibe también una expresión trágica que revela el momento emocional que vivía el compositor. El estreno de la sinfonía estuvo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Leningrado, dirigida por Yevgeny Mravinsky en 1937. La obra causó una gran emoción en el público que ovacionó por más de media hora al compositor.

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Emmanuel Tjeknavorian Violín • Austria

A

sus 21 años Emmanuel Tjeknavorian ha construido una sólida carrera y es reconocido como uno de los violinistas con mayor potencial de las nuevas generaciones. Nació en Viena en 1995 en una familia armenia de músicos. Recibió sus primeras clases de violín a los cinco años y dos años más tarde hizo su primera aparición en público. Dos años después ganó una beca de la fundación Vladimir Spivakov que le permitió ofrecer conciertos en la Sala Tchaikovsky en Moscú y en la Gran Sala del Conservatorio de esa misma ciudad. Estudió con Petros Haykazyan, Artashes Mkrtchyan y Arkady Winokurow. En febrero del 2011 empezó a estudiar con Gerhard Schulz miembro fundador del Cuarteto Alban Berg en la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena. Ha obtenido numerosos reconocimientos, entre ellos el segundo puesto en el Concurso Johannes Brahms en 2011. En 2012 representó a Austria en el concurso musical de Eurovisión para jóvenes. En la temporada 2012/2013 ganó el concurso Musica Juventutis en el Konzerthaus de Viena. En 2013 ganó el primer premio en el Concurso de violín Stephanie Hohl y recibió el primer premio en el Quinto Concurso Szymon Goldberg. En septiembre de 2014 fue el primer austríaco en la historia en llegar a la ronda final en el Concurso Fritz Kreisler, en el que ocupó el tercer puesto. En diciembre del 2015 quedó en segundo lugar en el Concurso Internacional Jean Sibelius y recibió el Premio Especial a la mejor interpretación del Concierto para violín del compositor finlandés. En su corta carrera ya se ha presentado como solista con orquestas destacadas de Europa y América. Su apretada agenda incluye en esta temporada, además de su concierto con la OFB, compromisos con la Orquesta Sinfónica de Jerusalén, la Camerata de Salzburgo, la Württembergisches Kammerorchester Heilbronn, en la sala de conciertos Filarmónica Eslovaca, en la Sala Brahms del Musikverein de Viena, en el Festival de St. Gallen y en el Festival Menuhin Gstaad. Emmanuel Tjeknavorian toca un violín Antonio Stradivari, Cremona 1698, generosamente cedido a él por la “Sociedad Internacional de Violín de Beare ‘Londres”.

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JUNTA DIRECTIVA Enrique Peñalosa Londoño

Alcalde Mayor de Bogotá D.C.

María Claudia López Sorzano Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte

María Consuelo Araújo Castro Secretaria de Integración Social

Darío Montenegro Trujillo Gerente Canal Capital

Bruce Mac Master Presidente ANDI

Leo Katz

Empresario

Sandra Meluk

Directora General Diseño Gráfico Nadia Campos-Ávila Impresión Subdirección Imprenta Distrital DDDI

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