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UNA FINLANDESA CON UNA MISIÓN
Recientemente, además, ha comprado cinco hectáreas de bosque en Kuusamo, con una idea muy clara en su cabeza. «Ahora que soy la propietaria de estos bosques, puedo asegurarme de que nadie los tale nunca», dice.
Su Instinto Como Gu A
Koutaniemi ha tendido a tener un pensamiento independiente desde que era adolescente.
«Sentía que tenía que ser yo quien decidiera dónde encontrar mi vocación», dice Koutaniemi, que se hizo fotógrafa independiente a los 19 años.
Más de 15 años después, sigue sintiendo lo mismo.
«Elijo mis proyectos de forma muy intuitiva, pero también tengo en cuenta el aspecto social y político del tema».
Al mismo tiempo, no le importa correr riesgos y caerse de bruces.
«Parte del viaje es estar incompleto y experimentar el fracaso», afirma. «Que tus cimientos se tambaleen suele ser bueno».
Toque Humano
En el pasado ha visitado zonas de conflicto, siendo testigo de la magnitud de la opresión y la supervivencia. Pero ¿cómo puede una fotógrafa relacionarse con seres humanos que han visto cosas indescriptibles, sin dejarse llevar por la emoción? La fotógrafa responde diciendo que fotografiar a la gente tiene mucho que ver con la interacción humana:
«El respeto mutuo es siempre la piedra angular».
Koutaniemi afirma que su arte se centra en el lado más suave de la historia: cómo se puede aprender algo de los demás y, en última instancia, darse cuenta de algo acerca de uno mismo.
«Tenemos nuestras diferencias, pero siempre hay más cosas que nos unen que cosas que nos separan», afirma. «Lo que importa es cómo trabajamos juntos».
JULIA ALAJÄRVI