El informe que tiene en sus manos, es una muestra clara de los múltiples niveles en que opera la violencia estatal en Colombia y de su permanente prolongación. Por su condición económica, social y política, el modelo de país que se nos ha impuesto ha producido millones de víctimas por más de 50 años. Quienes exigen transformar las condiciones para que no se repitan nunca más estas situaciones, no sólo son estigmatizados, sino que también son re-victimizados por defender su derecho a la verdad.