SEMINARIO DE CRÍTICA RICARDO SÁNCHEZ V.
VILLA EL SALVADOR, EL OTRO URBANISMO
Corría el año de 1971 y en Lima se realizaba la reunión mundial de gobernantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Mientras tanto al sur de la ciudad 200 familias, que más adelante se convertirían en 7000, invadían pamplona baja (San Juan de Miraflores) y zonas residenciales privadas en San Borja y Surco, por el sueño de la casa propia, por el sueño de la inclusión social, por el sueño de una ciudad libre de segregación racial, por una ciudad ordenada, limpia y que eleve los estándares y calidad de vida de sus habitantes. Una ciudad utópica. Pero, ¿Qué cosa implicaría que esas personas, no solo las que invadieron la zona sur de lima, sino todos los migrantes internos que invadieron las periferias de lima a partir de los 40´s, dejaran sus tierras, sus costumbres, sus estilos de vida, para aventurarse tal vez a un viaje sin retorno? La respuesta es sencilla donde influyen factores económicos, geográficos y sociales. En cuanto al primero de los factores, la economía se desprendió de forma desigual en las regiones del país. En la costa, principalmente en la capital, el crecimiento económico hizo posible la solidificación del sistema capitalista siendo favorecido por la mano de obra barata de los inmigrantes, generando en el interior del país que la pobreza se incrementara, pues el estado abandonó a la sierra y selva al no ser tomados en cuenta en el desarrollo económico a causa del centralismo. En el ámbito geográfico, el abandono de tierras y la superpoblación son características principales del territorio. Por un lado la agricultura disminuye considerablemente al no haber mano de obra y las ciudades costeras, entre ellas, Lima de densifica y se desborda hacia la periferia estableciéndose asentamientos humanos muy improvisados y faltos de servicios básicos generando un gran desastre urbanístico que hasta hoy persiste, salvo uno en especial: Villa el Salvador. Desde el punto de vista social, la combinación de culturas entre blancos, criollos e indios fue el proceso de intercambio por el cual se adoptó una nueva forma de cultura en Lima, perdiéndose las identidades grupales pues las distintas formas de vida de cada grupo interactúan en un mismo espacio y tiempo. Este aspecto es muy interesante debido a que por esta interacción se generará un nuevo tipo de arquitectura. ¿Inicio de la cultura chicha? En lo que queda del documento expondré ideas teóricas y su fundamento sobre la “otra arquitectura” como producto final de un proceso de invasión, asentamiento y autoconstrucción. Tomaré el caso emblemático de Villa El Salvador como un gran ejemplo de creación, gestión y desarrollo de ciudad basado en la autoconstrucción. Para poder entrar de lleno al tema definiré palabras claves como “autoconstrucción” y “la otra arquitectura”
Para Miguel Romero Sotelo, gestor principal del diseño urbano de Villa el Salvador, “la autoconstrucción está directamente ligado a lo informal” y “es una respuesta al olvido del estado”. A manera de recomendación hacia un fomento a la autoconstrucción formal y planificada, Mario Zolezzi y Julio Calderón en su libro Vivienda Popular: autoconstrucción y lucha por el agua, exponen que: “la autoconstrucción debería necesariamente tener asistencia técnica” y “que para su desarrollo óptimo el estado tendría que subsidiar algún porcentaje del precio en los materiales”. Como síntesis o interpretación se puede deducir que la autoconstrucción se da cuando el propio cliente (futuro usuario) es el inversor, promotor, gestor, administrador, diseñador, supervisor y muchas veces actúa como operario de la obra siendo este un proceso largo, pues depende del tiempo que tome en juntar el dinero necesario para la compra de materiales y salarios pertinentes a los obreros. Cabe señalar que no pagan impuestos y por ende se “abarata” el costo de construcción de alguna u otra manera. Con respecto a definición de otra arquitectura, Jorge Burga Bartra explica, de manera muy acertada, que “es aquella que tiene un doble código en el cual se yuxtaponen lo rural con lo urbano, lo tradicional y lo moderno, lo artesanal y lo industrial”. Entiéndase por esto que existen dos tipos de arquitectura, la vernácula, propio de culturas milenarias, pueblos rurales, muy empírica, de ensayo y error; y la teórica, propia de los arquitectos, muy científica, academicista, pensada, proyectada y ejecutada por diversos profesionales. Hoy por hoy es una realidad que la autoconstrucción es un engranaje importante en el motor de la economía, y sobre todo del mismo sector inmobiliario, pues solo el 20% del total de viviendas provienen de inmobiliarias. Según el INEI en el año 2009 el sector construcción aportó 5.58% al PBI (s/.370,000 millones) de los cuales un 3% lo aportó la autoconstrucción. Por lo tanto no se debe menospreciar la pro acción de muchos pobladores que quieren elevar su calidad de vida y esto no es solo de hoy, sino de muchos años atrás, entendiendo este fenómeno de autoconstrucción que se va a dar se quiera o no, el general Velasco en los 70´s optó obligadamente por encauzar a estos pobladores pujantes y con ganas de salir adelante, y con la orientación técnica adecuada fue un éxito total. Si lo comparamos con otras invasiones como el Cerro El Pino en El Agustino, la urbanización Leticia en las faldas del Cerro San Cristóbal, todas ellas carecen de asesoramiento técnico y de servicios básicos, generando degradación urbana y un tipo de arquitectura, si se le puede llamar así, que no tiene fundamento pues es obscenamente improvisado. “Las invasiones generan cadenas nocivas de producción de ciudades barriadas basadas en la pseudo autoconstrucción, la evasión tributaria y el fomento de una sociedad de mentalidad dependiente, autoritaria y paternalista”1.
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El arquitecto desarrollador. Retornando al territorio productivo y a las ciudades humanizadas. Miguel Romero Sotelo. Lima octubre 2006 p.24
“El general Velasco ya no sabía que hacer todo se le escapaba de las manos y la prensa empezaba a pedir explicaciones. Además, se acuerda de la importante reunión del BID y dice: “Señores, no hay ningún problema, inscríbanse todos los que quiere tener lotes…”. Al día siguiente, largas colas de migrantes provincianos de todos los departamentos del Perú se inscribían ordenados y presurosos en Villa El Salvador; el 61% venía de la sierra, 37% del a costa y el 2%”2. (mayo 1971) las premisas para el desarrollo del maratónico proyecto fueron muy claras: 1. Los asentamientos populares son parte de la ciudad 2. La participación organizada de la población de los asentamientos populares tiene un rol fundamental en el proceso de construcción de la ciudad. 3. Los técnicos proponen y los pobladores deciden. 4. Los migrantes tienen capacidad de organización y experiencia en actividades productivas y agropecuarias. 5. NO a ciudades dormitorios. La visión a futuro de la propuesta se baso estrictamente en la inclusión social. La estructura del modelo territorial buscó dar solución a los problemas de integración y organización social, salud, educación recreación y expansión, empleo y ocupación, así como al problema de la vivienda familiar. Cuyos objetivos fueron: 1. Lograr un modelo que cuente con zonas industriales, artesanales, residenciales, agropecuarias y forestales, debidamente integradas entre sí. Optimizar los recursos físicos, usando por ejemplo los 2. Cerros como hitos naturales, reciclando las aguas servidas para impulsar el desarrollo agropecuario usando la energía eólica (el viento) etc. 3. Integrar las redes viales al sistema metropolitano de circulaciones. Con este fomento del estado para generar habilitaciones urbanas, se generan nuevas formas de producción de ciudad. “Las ciudades deben crecer y desarrollarse por inversión y no por invasión. La inversión debe ser social, cultural y económicamente rentable.”3
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El comercio 16 de mayo del 2001 El arquitecto desarrollador. Retornando al territorio productivo y a las ciudades humanizadas. Miguel Romero Sotelo. Lima octubre 2006 p.24 3
Entrando de lleno a las características formales del diseño urbano y como este ayudo a gestionar, estratificar y administrar las CUAVES (Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador), que son las responsables de decidir en cuanto al desarrollo del proceso integral de Villa El Salvador, donde el rol de los técnicos es importante en la medida que se constituyan en generadores de alternativas de solución a los diversos que se presentan el dicho proceso integral, tenemos: Una zona industrial y artesanal, con empresas comunitarias que absorban mano de obra local, utilicen tecnologías propias e insumos nacionales y desarrollen procesos constructivos propios. Esta zona podría ser un importante punto de Apoyo para el desarrollo de la microrregión Sur de Lima. Una zona residencial, que ocuparía 120 Has, que sería una estructura homogénea formada por 120 módulos organizados jerárquicamente en 24 lotes de 7 x 20m. que formarían una manzana. 16 de esas manzanas harían un módulo urbano o grupo residencial (con centro de educación inicial, clubes de madres y áreas de recreación). El área que forman 4 grupos residenciales conformaría un barrio, 6 barrios harían un sector y un grupo de sectores configuraría el distrito. Esta estructura modular es fundamental para la organización de las CUAVES y actúa como generadora de una organización social también modular. Pues hay in dirigente de manzana, uno de grupo residencial, uno de barrio, uno de sector y uno del distrito que en este caso sería el alcalde. El mismo diseño genera integración comunal y territorial ya que los pobladores adquieren identidad con el grupo residencial y por ende con la estructura urbana modular básicamente por igualdad de modulo y la homogeneidad de la estructura, y en suma cohesionan la organización comunal. Una zona agropecuaria y forestal que ocuparía un área de 120 Has, regada por aguas recicladas, ayudaría a la generación de empleo, a la protección del ambiente y contribuiría a fortalecer el sistema de apoyo alimentario de Villa El Salvador.
El caso de Villa el Salvador no solo es excelente por el diseño urbano y la facilidad de organización de las CUAVES, sino también porque es un caso opuesto al crecimiento urbano de la ciudad oficial de Lima, en el cual el crecimiento consume áreas agropecuarias, productivas a la economía y medio ambiente. Esto es necesario remarcarlo a fin de reflexionar sobre el futuro crecimiento de Lima sobre sus aéreas eriazas, es decir preservando las actuales áreas productivas e incorporando áreas improductivas al sistema económico social y cultural de la metrópoli. Aquí se encontraron e integraron el planteamiento físico, económico y social con resultados positivos al asentamiento y a la ciudad en su conjunto. Esta realidad nos invita a seguir investigando y actuando en la construcción de enfoques de planificación que no se sustenten en el factor capital básicamente, si no en los factores de la población organizada participante y manejo territorial adecuado en pro de un desarrollo nacional. Finalmente como ya se había explicado líneas arriba en este documento sobre la denominada “otra arquitectura” yo me aventuraría a afirmar que Villa es un ejemplo claro y vivo de “el otro urbanismo”.
Anexo: Se adjuntan los diagramas hechos por Sotelo para el desarrollo del proyecto de villa el salvador.
FUENTES: Miguel Romero Sotelo El arquitecto desarrollador. Retornando al territorio productivo y a las ciudades humanizadas. Lima octubre 2006