skate architecture

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skate architecture

el skate como instrumento transformador y rediseñador de la ciudad

pablo del pozo del olmo ensayo proyecto fin de grado

index 0_abstract .......................................7 1_intro............................................11 1.1_when? 1.2_how? 2_study..........................................23 2.1_what? 2.2_where? 2.3_what for? 3_conclusion.................................49
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El presente ensayo estudia el skate como práctica urbana en el marco de la ciudad actual, y las sinergias que crea entre diversos usuarios de un mismo espacio.

El estudio se centra en dos cuestiones claves.

¿Cómo convive el skate con los demás usos de la ciudad? Pregunta enfocada en el principal problema del skate en el espacio urbano.

¿Cómo puede ser el skate una herramienta para transformar y rediseñar la ciudad? Proponiendo posibles soluciones.

Para ello, el ensayo va a seguir dos líneas narrativas.

Por una parte, una línea temporal. Esta comienza con el origen del skate, sigue con su situación actual, y concluye con una mirada propositiva al futuro. En segundo lugar, una línea espacial o de escala. Se parte de una escala global para continuar centrándose en lo local, en este caso en la ciudad de Madrid. Se estudian sus características tanto físicas como legislativas, y sus espacios concretos (case studies) a menor escala desde un punto de vista perceptivo del usuario.

A lo largo del ensayo surgirán otras cuestiones derivadas de las principales como ¿Cómo puede resolverse el conflicto peatón-skater? ¿Cómo puede ser el skate un uso/actividad más en la ciudad?¿Cómo puede ser el skate aceptado, integrado y potenciado?¿Cómo puede el skate ser un instrumento para ayudar a repensar las ciudades desde otro punto de vista?

palabras clave

skate - ciudad - usuario - espacio - espontáneo - experiencia - conflicto

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1_intro.

Las personas utilizan la arquitectura de manera incontrolable e impredecible. El espacio y sus usos se generan de forma espontánea y, la mayoría de las veces, no obedece a la idea de diseño concebida inicialmente por el arquitecto o el urbanista. La arquitectura, el urbanismo y el diseño de las ciudades, así como su impacto en las personas que la habitan, es a menudo estudiada desde el punto de vista del creador y no del usuario. Siendo el usuario la persona que habita, utiliza, experimenta y transforma dicho espacio, poco importa quién lo diseña y con qué intención, pues una vez construido se manifiestan una serie de nuevos usos, recorridos o experiencias espontáneos e impredecibles que no existían en la idea inicial de diseño.

Dentro de estos espacios aparecen infinitas maneras en que las personas se relacionan con ellos. El filósofo y sociólogo francés Henri Lefebvre habla, bajo el término Rhythmanalysis, del espacio entendido a través de las relaciones que produce con el cuerpo humano, es decir, el espacio que se produce o que se percibe al andar, que es diferente del que se percibe al correr, o al respirar, al tocar…1

A partir de esta idea, el estudio del espacio en la ciudad se puede abordar desde muchas y muy diversas perspectivas. Para este ensayo, se ha elegido la del skater.

¿Por qué razón? El skater tiene una percepción de la arquitectura muy particular. En algunos casos, la relación que tiene con la arquitectura y el espacio mucho más directa y profunda. El skater no se limita a habitar la arquitectura como un mero espectador, a percibirla únicamente a través de la vista. El skater ve, toca, escucha y tiene una comprensión del espacio y la materia más amplia y diferente. El oído, y sobre todo el tacto, ofrecen una percepción del espacio muy singular, que en muchas ocasiones no está al alcance de las experiencias cotidianas de la arquitectura. La ciudad tiene muchas capas que la conforman y el skate permite percibirlas de manera única.

El skateboarding influye en la experiencia de la arquitectura, en la concepción de lo social, o de lo puramente espacial. Patinar transforma la manera de vivir y entender la ciudad. La ciudad deja de ser reconocida como sucede habitualmente cuando caminamos por ella, para convertirse en un espacio de nuevas posibilidades de experimentación, imaginación, representación e investigación.

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El skateboarding se convierte así en un método de apropiación espacial.

Esta reflexión coincide con las palabras de Henri Lefebvre, el espacio debe ser “una herramienta para el pensamiento y la acción”. Así, la ciudad es para los skaters este cronotopo, en constante cambio y movimiento, definido por una serie de recorridos y derivas espontáneas, además de una sucesión de eventos, ideas, actividades que propone el espacio urbano en su constitución de la ciudad.

El skateboarding permite experimentar los edificios, no como un conjunto de objetos de diseño, sino como un conjunto de experiencias espaciales que se suceden.

El skate y lo urbano están ligados de manera inevitable. La ciudad y su arquitectura son el escenario donde el skate cobra sentido. Iain Borden, profesor de Arquitectura y Cultura Urbana en la Universidad de Bartlett, expone: “skateboarding actually becomes architecture, not as the object, but as the production and reproduction of space (...) the skateboarder creates personal space with intimate and subjective meaning.” (Skateboarding, Space and the City, Iain Borden, 2001)

“Skate is, therefore, architecture, not as a thing, but as a production of space, time and social being”

Skateboarding, Space and the City, Iain Borden, 2001

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1.1_when?

En este apartado, when?, se contextualiza el origen del skate y su evolución a través del tiempo, prestando especial atención a su estrecha relación con la ciudad y la arquitectura.

Es completamente imposible entender el skateboarding actual sin la arquitectura. Tanto es así que uno de los arquitectos más importantes del Movimiento Moderno, Alvar Aalto, cambió por completo la historia del skate.

En 1938 Alvar Aalto y Aino Marsio-Aalto construyen Villa Mairea. Como protagonista del espacio exterior diseñan una piscina de formas orgánicas, nunca vistas anteriormente. Esta piscina con forma de riñón y vaso curvo, respondía a dos decisiones. Una decisión puramente estética, por la que la piscina, con sus curvas orgánicas, evocaba los lagos finlandeses y formas de la naturaleza; y una decisión estructural, ya que el encuentro curvo entre el fondo y las paredes conseguía un mejor reparto de la carga sobre el vaso. Al no tener encuentros en ángulo, existía menor posibilidad de escapes o aparición de fisuras.

Alvar y Aino Aalto nunca habrían podido imaginar la importancia que llegaría a tener este diseño 40 años más tarde, y mucho menos adivinar el nuevo uso que el futuro le tenía destinado. La arquitectura es impredecible, y sus posibles usos, inimaginables. Una vez más el creador de arquitectura, en este caso Alvar y Aino Aalto, proyectaban una arquitectura con una idea de uso inmutable, y 40 años después, sus nuevos usuarios le darían una función totalmente inconcebible para ellos.

Alvar Aalto, reconocido por muchos arquitectos como uno de los protagonistas principales del Movimiento Moderno, fue también accidentalmente una de las figuras clave en la historia del skate.

La realidad es que el skateboarding nació bastante lejos de Finlandia y de la piscina de Villa Mairea. Unos 10-15 años después de su construcción, en los años 50, surge en la costa de California una idea: surfear el asfalto, la ciudad, la arquitectura. Se genera un movimiento espontáneo protagonizado principalmente por la comunidad de surfers de la costa californiana, quienes debido a la falta de olas deciden abandonar el océano y trasladar su pasión a la arquitectura de las ciudades.

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Así, desde California, se empezó a extender exponencialmente este movimiento por todo el país, en el que niños y jóvenes acoplaban cuatro ruedas a tablas de madera, cajas de leche, o cualquier otra cosa con la que pudieran construirse su primera tabla. No fue hasta 1957 cuando se comenzaron a comercializar las primeras tablas de skateboard, y, durante los años 60, la práctica de esta actividad se extendió y se promocionó a través de eventos y competiciones, surgiendo así los primeros estilos de deporte tan característicos en esta primera etapa, el Slalom y el Freestyle.

Pero, ¿qué relación tenía esta práctica con Villa Mairea?

“To discover the uses of things is the work of history”

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G.W.F. Hegel Aparición de los primeros skates en California Hugh Holland, Locals Only: California Skateboarding 1975-1978

Es en 1976, durante la gran sequía de California, cuando el trabajo de los Aalto toma una nueva dimensión. Durante esta sequía, con la prohibición de llenar las piscinas, éstas se convirtieron en artefactos arquitectónicos inútiles. “En 1976 y 1977, los patios traseros de Los Ángeles formaban un cementerio de piscinas vacías. Sin embargo, no eran inútiles. Para unos cuantos chavales, esas curvas de hormigón eran un campo para explorar, una silueta donde experimentar el mundo como no se había hecho nunca.” (2019, Pedro Torrijos)

Todos los jardines de Los Ángeles de la época tenían como referencia el Donell Garden de Sonoma, diseñado por el arquitecto Thomas Church, que se hizo muy popular debido a las inusuales formas utilizadas. El protagonista del jardín, como no podía ser de otra manera, era una una piscina con forma de riñón. Esto no era casualidad ya que Thomas Church era amigo y discípulo de Alvar Aalto y estaba tremendamente influenciado por su trabajo.

Así es como casi 40 años antes, Alvar y Aino Aalto diseñarían el escenario perfecto para la aparición de una nueva disciplina dentro de la práctica del skate: el pool skateboarding/bowl skateboarding. Esto supondría un cambio drástico. Un nuevo camino a explorar, con un espacio cuyas características se adaptaban a la perfección a esta novedosa disciplina.

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Glen E. Friedman

Nace el pool skateboarding en California Hugh Holland, Locals Only: California Skateboarding 1975-1978

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Transworld
Magazine
Skaters patinando por primera vez el bowl de Villa Mairea Justus Hirvi,
Skateboarding

Aunque la piscina de Villa Mairea fue el primer diseño de skate bowl, las primeras en ser patinadas realmente fueron sus copias en California. No fue hasta 2014 cuando se cerró el círculo y un grupo de skaters de Transworld Skateboarding, conscientes de la importancia del papel del la piscina de Villa Mairea en la historia del skate, consiguieron patinarla finalmente rindiendo un homenaje a la arquitectura que dio origen al pool skateboarding.

“An article by Finland’s largest newspaper, Helsingin Sanomat, in 2014 woke our interest to visit the pool without permission. We decided to try our luck with a small group and take a large risk. The property is one of the most significant protected areas in Finland. As a result we had to plan everything very carefully. On a spring weekend, we arrived at the spot at five in the morning before sunrise, in order to guarantee that no one would be awake. There were challenges: 300-kilometer distance, the previous evening’s rain, and the temperature dropped to freezing temperatures. This is what we got.”

Justus Hirvi, Transworld Skateboarding Magazine, October 2016 issue

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Es fundamental comprender la historia del skateboarding desde su inicio para poder comparar su posición con respecto al resto de la sociedad, y entender cómo ésta ha evolucionado desde una posición marginal a una posición en la que está más normalizado, que no completamente aceptado/integrado. Es también esencial para poder estudiar cómo ha evolucionado su relación con las ciudades: con su arquitectura, su urbanismo, sus habitantes.

A continuación se describe la metodología, el lenguaje y los modos de representación utilizados a lo largo del presente ensayo. Éstos son adaptados al lenguaje propio del colectivo skater a lo largo de su historia, y pretenden proporcionar una comprensión más profunda del tema.

El nacimiento del skateboarding en Estados Unidos supuso el nacimiento no sólo de la práctica de un nuevo deporte sino también de la aparición de una subcultura y de un colectivo social, con un nuevo estilo de vida y características muy definidas. Tanto es así que el skateboarding desarrolló con el tiempo un lenguaje propio y exclusivo para definir sus experiencias. Sin la comprensión de éste es imposible entender en su totalidad la práctica del skateboarding. Es por ello que en este ensayo se va a hacer uso de términos de dicho lenguaje que serán en su mayoría términos puramente ingleses o anglicismos, recogidos y aclarados en un diccionario anexo al final de este escrito.

Es asimismo importante para el desarrollo del estudio entender cómo se expresa y por tanto cómo documenta el skateboarding y su historia. Y es que el skateboarding si algo ha producido desde el inicio de su historia es documentación audiovisual. En contraposición a la escasez de documentos escritos o estudios que aclaren su creación/evolución parece infinita la cantidad de fotografías y vídeos disponible, siendo estos medios los que parece que más encajan a la hora de expresar lo que es el skateboarding, así como su relación con la arquitectura. Por tanto, este escrito se va a apoyar fundamentalmente en fotografías, así como en planos y esquemas.

No es común en el movimiento skater la teorización, ni la reflexión y producción de documentos escritos. Este colectivo se caracteriza por la fugacidad y espontaneidad de su práctica, quedando como único testimonio documentos audiovisuales o fotográficos, siendo los escritos exclusivamente centrados en el pasado inmediato. Este ensayo pretende dar una visión teórica, holística y atemporal del skate y su práctica en la ciudad.

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1.2_how?
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Tony Hawk, el mejor bowl skater de 1980, haciendo un “invert” Grant Brittain ,1980’s

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¿Qué es el skateboarding? ¿Podemos dar una definición precisa? A pesar de sus ya 70 años de vida el término skate continua siendo un neologismo en castellano, no existe aún un término que defina concretamente lo que significa el skate. En la RAE aparecen definiciones de términos como patinar*, o patín*, sin que ninguna de ellas haga referencia exclusivamente al skateboarding. El único término que se relaciona con el skateboarding es monopatín, limitándose a la definición del objeto y no de la práctica.

Es por ello que los skaters en España utilizan neologismos como skate, skateboarding, o incluso patín, siendo este un concepto que engloba muchas más disciplinas más allá del skateboarding, como pueden ser el patinaje sobre ruedas, sobre hielo, scooters, longboards, etc. Esto nos pone en una situación de partida determinada respecto a este tema, que es importante destacar antes de continuar.

En este capítulo, what?, se va a definir la práctica del skateboarding y sus características. Se van a definir sus integrantes, su auto-concepción, así como la concepción de dicho ejercicio para los ciudadanos externos a él. También se va a desarrollar el skateboarding dentro del marco de la movilidad urbana, y de la legalidad o ilegalidad de su práctica en según qué espacios de la ciudad.

¿Qué es entonces el skateboarding? Es un deporte de acción, que implica el uso de un monopatín para hacer trucos, también es una actividad de ocio, una forma de expresión artística, y un método de transporte (Iain Borden, 2001). Pero el skateboarding no es sólo eso. El skate es una cultura, una forma de vida. Es social, es arte urbano. Nació y se desarrolló en la calle. Es, por tanto, urbanismo y arquitectura. Es ciudad.

El skate es fundamental en el imaginario de la ciudad para un número muy importante de ciudadanos. El skater, protagonista en este ensayo de investigación, va a ser la figura a la que prestar especial atención.

El skater estereotipo en los 80 era un joven dinámico, rebelde, atrevido y en muchos casos en situación marginal. Sin embargo, el número de skaters, de todo tipo, edad y disciplina, ha crecido a una velocidad increíble en estos últimos años, haciendo que este estereotipo se diluya. Son varios los motivos y eventos que han propiciado el boom de esta actividad.

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2.1_what?

Por una parte, la facilidad de producir contenido audiovisual y compartirlo a través de redes sociales. Como se ha expuesto en el capítulo anterior how?, el medio audiovisual siempre ha sido la vía de transmisión principal de la cultura skater. El skate siempre se ha dado a conocer y se ha hecho atractivo a través de lo que los skaters llamamos videoparts, vídeos que en ocasiones llegan a tener la duración de una película. En ellos, skaters muestran trucos nunca antes vistos, realizados en arquitecturas o spots donde nadie antes había sido capaz (*NBD o Never Been Done)

En torno a estas videoparts se crea una cultura en constante difusión que impulsada por el mundo digital actual, acerca la cultura skater a cualquier parte del mundo.

Por otra parte, el hecho de ser aprobado como deporte olímpico en 2016 (apareciendo por primera vez en Tokyo 2020), le otorgó una nueva imagen para el resto del mundo. Lo que en un primer momento nació como una actividad ligada a lo marginal, se conviritió en tendencia global. De repente el skate se veía en pasarelas de moda y anuncios de perfumes, enfocado a vender productos dirigidos a un público totalmente contrario al original. El skateboarding adquiría una popularidad vacía desligada de sus verdaderos seguidores, aunque al mismo tiempo hacía del skate algo más atractivo y cercano para el resto del mundo.

Por último, el evento más reciente que ha impulsado verdaderamente la práctica del skate es el desconfinamiento tras la pandemia. Esto dió lugar al boom definitivo en cuanto al número de skaters en el mundo. La necesidad de salir al aire libre, socializar, y la búsqueda de libertdad común en la mayoría de los jóvenes (y no tan jóvenes), hizo del skate el perfecto aliado para muchos.

“Cuando el estado de alarma permitió salir a deportistas solitarios (...) la tentación de atravesar sobre la tabla grandes avenidas vacías de coches como el Paseo de la Castellana en Madrid o las Ramblas en Barcelona sedujo a miles de skaters ansiosos por reencontrarse con la velocidad y el cemento. Pero también a cientos de nuevos aficionados que, despojados de la libertad de salir a sus anchas, se sumaron a la fiebre del monopatín. Y así, sobre ruedas, se inició la reconquista de las calles.”

Sara Cuesta Torrado. El País Semanal, 11/10/2020

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El skate, y su condición de callejero y esa relación especial con la ciudad, dio en ese momento una nueva oportunidad de vivir la ciudad hacia el exterior, de manera contraria a lo ocurrido durante la pandemia. Su condición social era una vía de escape, un alivio y una herramienta.

Además, cabe destacar en estos últimos años, coincidiendo con el fin del confinamiento, el crecimiento imparable que se está produciendo dentro de la escena del skate femenino. Hace no mucho, el mundo del skate, al igual que muchos otros, era predominantemente masculino. Sin embargo, el skate femenino ha irrumpido en la cultura skater con fuerza, y llega para quedarse.

“Puede haber un 30% más de chicas que antes, sobre todo después del confinamiento del año pasado”. Javier Menéndez, jefe de redacción de Dogway Skateboarding Magazine, ha seguido el fenómeno de cerca: “Ha dejado de ser algo asociado al género masculino en la literatura, cine y televisión y eso ha calado. Lo del monopatín para el niño y patines de bota para la niña era la versión con ruedas del balón para el niño y muñeca para la niña”

Skaters, la calle es de ellas. Almudena Ávalos, El País Semanal, 13/08/2021

Finalmente, para entender el papel del skate dentro de la ciudad, es fundamental tratarlo en el contexto en el que se da actualmente. Por ello es importante hablar de su legalidad en según qué espacios de la ciudad y del lugar que ocupa dentro de la movilidad urbana.

En el marco de la movilidad urbana el skate es un tema de conflicto en cualquier ciudad del mundo. Se tomará como ejemplo la ciudad de Madrid, entre otras, para ejemplificar algunas de las dinámicas.

Al igual que la RAE no contempla el término skateboarding al margen de cualquier otro deporte sobre ruedas (patines, patinetes, etc), la legislación actual de Madrid tampoco. A diferencia de la bicicleta, que en los últimos años ha conseguido desmarcarse consiguiendo la relevancia y atención que merece, siguiendo el ejemplo de países del norte de Europa como Dinamarca, Holanda o Alemania.

En Madrid, como en otras muchas ciudades, el skate vive aún en una especie de limbo en lo que a legislación de movilidad urbana se refiere. En materia de

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patines y patinetes sin motor, en los que la Ordenanza de Movilidad Sostenible de Madrid engloba el skateboarding, se expone:

Monopatines: régimen similar al de patines y patinetes con posible restricción concreta por motivos de seguridad vial

Con esto, se restringe el skate no se sabe en qué ocasiones ni en qué espacios. A pesar de decir más tarde que se podrán utilizar por la vía pública, añade que se podrán aplicar las restricciones necesarias que, de nuevo, no se especifican de ninguna manera.

Con carácter general podrán ser utilizados por aceras (a velocidad de peatón), zonas peatonales, o cualquier tipo de vías ciclistas (protegidas o no), si bien por motivos de seguridad vial podrán realizarse restricciones específicas. En ningún caso tendrán prioridad respecto de los peatones.

De esta manera, parece que queda únicamente sujeto a la determinación de las autoridades el prohibir o no dicha actividad. Esto ha dado lugar en Madrid y en toda España a la aparición de conflictos, solucionados rápidamente con multas y sanciones a skaters, dada la amplia libertad otorgada a las autoridades para que esto se produzca, y la escasa protección concedida a los skaters. El hecho de no tener prioridad ni paridad de uso en ningún espacio de la ciudad hace que el skater siempre se vea perjudicado.

Una legislación llena de incoherencias, que no pretende incluir al skate en el conjunto de la ciudad, sino todo lo contrario. Ve en el skate un problema y trata de expulsarlo, en lugar de dar herramientas para resolver el conflicto.

Su uso deportivo únicamente podrá realizarse en las zonas específicamente señalizadas en tal sentido.

Así, se obliga a los skaters a desarrollar su actividad únicamente en estos espacios concretos, y se les aisla del resto de la ciudad, negándose así a intentar resolver el problema, negando así la oportunidad de una convivencia, y creando espacios pueden derivar en guetos.

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Todo esto choca y se contradice aún más cuando comparamos la situación del skate con la del scooter (patinete eléctrico).

Este medio de transporte, tan de moda actualmente (gracias en gran medida a la exhaustiva campaña publicitaria de la comunidad de madrid), parece que no ha supuesto ningún problema en cuanto a su proceso de integración en la ciudad.

A pesar de todos los problemas que ha supuesto para la ciudad, como la gran cantidad de scooters abandonados en las aceras peatonales de la ciudad, siendo obstáculo para la circulación de peatones cuando no están siendo utilizados, así como los problemas de integración con el resto de vehículos cuando aún no estaba permitido su uso en calzadas... finalmente estos scooters se han asentado en el conjunto de la ciudad

Esto se debe, obviamente, a que a diferencia del skate, estos scooters producen una recompensa económica: “There’s the idea that we should always be working to produce something: a product or a service to sell. Skateboarders while skateboarding, don’t generally do this, and so skateboarding suggests we can produce different things: expend energy not as work, but as the production of emotions, actions, effort and play.“

Sin embargo, al mismo tiempo, demuestra cómo la integración del skate en la ciudad es ya posible, y cómo no es necesario penalizar su uso o apartarlo de ciertos lugares de la ciudad, sino aceptarlo e integrarlo en estos espacios, apropiados para ello.

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Fotografía de cartel publicitario en el metro de Madrid Elaboración propia

Cartel publicitario: modificación de la ordenanza de movilidad sostenible Ayuntamiento de Madrid, 2021

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En este capítulo where?, se va a tratar el conflicto que existe en torno al skate en el ámbito de la ciudad.

Este estudio se va a centrar concretamente en la ciudad de Madrid, de la que ya se ha descrito anteriormente la legislación en relación al skateboarding. A diferencia de otras muchas ciudades europeas, como Bordeaux o Copenhague, Madrid no es un ejemplo a seguir en lo que se refiere a integración del skate en la ciudad.

Mientras que en estas ciudades se aplican políticas de aceptación e integración del skate en las calles, y estrategias y planes urbanísticos para favorecer la diversidad de usos del espacio público, Madrid aún intenta evitar el problema en lugar de enfrentarlo, tratando de relegar el skate a espacios aislados del conjunto de la ciudad, expulsándolo.

Estos espacios señalizados por la legislación como único espacio permitido para la práctica del skate son los skateparks. Actualmente, en el centro de la ciudad de Madrid sólo existe un skatepark adecuadamente acondicionado, el skatepark de Legazpi en Madrid Río. Obviamente, este pequeño espacio no es suficiente para acoger el volumen de skaters de toda la ciudad.

Por ello, los skaters de Madrid, dispersos por toda la ciudad, buscan y conquistan los espacios que la ciudad ofrece. Estos espacios, estas arquitecturas, en principio no señalizadas y no aptas para patinar, se vuelven patinables. Los skaters las hacen patinables. Se produce una apropiación y creación de espacio, se crea espacio con el propósito de patinar.

Estos espacios, cuyo objetivo inicial nunca fue el albergar la práctica del skateboarding, debido a su escala, a su geometría, o a su materialidad, se convierten en lo que los skaters denominamos spots, lugares de la ciudad a menudo vacíos, muertos o inútiles, que el skater revaloriza y pone en escena, y muestra a la ciudad un potencial en estos espacios antes oculto.

En Madrid encontramos muchos de estos spots, y de muy diversas características. La Plazas de Colón, de Santo Domingo, de las Cortes, de la ermita de la Virgen del Puerto, la Plaza de Ópera o la de Oriente frente al Palacio Real son algunos ejemplos de estos espacios, aunque con diferencias y similitudes entre sí.

La principal semejanza entre todos estos espacios urbanos es que, a pesar de ser espacios públicos, la práctica del skate no está permitida, al menos en

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2.2_where?

el papel.

Es por ello que en la mayoría de estos spots existe siempre un conflicto, en el que el skater conquista el espacio, y la legislación trata de expulsarle de dicho espacio. Es el caso por ejemplo, de la Plaza de las Cortes, frente al Congreso de los Diputados, donde se vive en lucha constante con la legislación. En este espacio, como en tantos otros de la ciudad, el colectivo skater se niega a aceptar la realidad de su situación, y a pesar de los intentos esporádicos de las autoridades por negar este uso particular de la plaza, los skaters siempre vuelven.

Este spot, en concreto, se puede tratar como uno de los denominados terrain vagues existentes en la ciudad, espacios sin vida, desprovistos de uso. Una plaza que ha evolucionado y se ha hecho demasiado dura como para facilitar la aparición de sinergias o nuevos usos de la ciudad: “carecen de una incorporación eficaz... son islas interiores, vaciadas de actividad... son olvidos y restos que permanecen fuera de la dinámica urbana” Ignasi Morales, Terrain Vagues.

Es entonces cuando esas superficies y geometrías, demasiado duras para el resto de ciudadanos, son para el skater el escenario perfecto. Así, su actividad revaloriza y muestra el potencial del lugar, lo que deriva en un conflicto en el que la legislación trata de “recuperar” ese espacio, invalidando este uso del espacio y de la arquitectura, para dedicarlo a cualquier otro uso o, como sucede finalmente en la mayor parte de los casos, a ninguno.

Como dice Iain Borden, el espacio público deja de ser público.

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Evolución arquitectónica (formal / material) de la Plaza de las Cortes, frente al Congreso de los Diputados

Se detalla en el plano anterior la ubicación en la ciudad de Madrid de la Plaza de las Cortes, o el spot de Congreso.

A partir de este momento, para explicar el flujo de circulaciones y las diferentes tensiones que se pueden llegar a producir en este tipo de espacios, se hará uso de esquemas en planta donde se representarán estos spots, estos espacios protagonistas en la ciudad en su relación con el skateboarding. En concreto, se representarán los spots de la Plaza de las Cortes (Congreso) y del Palacio Real.

En este caso, se muestran, en línea continua, las circulaciones principales de un skater en el spot de Congreso. A su vez, en línea discontinua, el tránsito habitual de peatones.

Así, se puede observar cómo las zonas de mayor tensión son aquellas donde los recorridos de ambos se acercan, pero cómo de la misma manera tanto skaters como peatones encuentran de manera natural su sitio en el espacio y respetan el del otro.

Se crean de esta manera vías de paso de peatones, visibles por las trayectorias de sus recorridos, y puntos estanciales para los mismos. También aparecen zonas de acción y movimiento para los skaters, protagonistas y principales usuarios de la arquitectura del espacio. Se puede observar cómo la interacción entre skaters y el espacio es mayor, y cómo el skater se fija en puntos del espacio que para el resto pasan desapercibidos.

2.2_where? 30

MunicipalZonaPolicía

CarreradeSanJerónimo

losaCongresode Diputados AccesoParking

MiguelEstatuade Cervantesde

aFuentede Neptuno

CalledelPrado

LEYENDA

Planta y circulaciones Plaza de las Cortes / Spot Congreso

Leyenda:

Recorridos peatonales

Puntos estanciales

Recorridos skaters

Inicio de recorrido skater

Puntos de acción skater

Áreas de tensión peatón-skater

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Esta situación se da en la Plaza de las Cortes, pero también en la Plaza de Santo Domingo, de Ópera, en la Plaza de la Ermita de la Virgen del Puerto, o en Príncipe Pío, siempre en constante conflicto.

Sin embargo, en otros casos, como en el caso de la Plaza de Oriente, la Plaza de Colón, o la Plaza de Dalí, no parece existir este conflicto entre legislación y skate en el espacio público. Aunque sí es cierto que en ocasiones se pueden llegar a producir tensiones que deriven en el conflicto expuesto en los spots anteriores, la realidad es que en estos espacios, conviven variedad de usos, siendo el skateboarding uno más entre ellos sin suponer éste ningún problema en la gran mayoría de ocasiones.

Puede que esto se deba a la gran dimensión de los espacios, siendo estas plazas las de mayor extensión en superficie de la ciudad, y las que ofrecen una mayor variedad de características, con la posibilidad así de albergar distintos usos.

Entre estas características se encuentra la existencia de diferentes pavimentos, lo que posibilita la aparición de espacios tanto blandos como duros, de zonas de sol o sombra, de ruido o silencio... generándose así distintas burbujas o ámbitos donde el skate encuentra su lugar, normalmente ocupando el pavimento más duro (cuya ocupación es muchas veces rechazada por el resto de ciudadanos), pavimento que a su vez es el que genera menos ruido para la ciudad.

Así, el skate se integra en estos espacios de manera natural, buscando en su extensión los rincones/burbujas donde el skate es a la vez posible, atractivo, y puede coexistir con las actividades del resto de ciudadanos.

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Skate stoppers en los spots de Príncipe Pío y la Ermita de la Virgen del Puerto, sobre las marcas de cera que una vez dejaron los skaters, símbolo de este conflicto entre skate y legislación. Fotografías de elaboración propia.

“Creo que esto está ocurriendo porque la gente no entiende el patín. Y cuando no entiendes algo te asusta, te genera inseguridad. Hay una falta de comunicación y de entendimiento entre la comunidad skater y la que no lo es, y entre los que patinamos y los políticos. Los skaters también tenemos que hacer el esfuerzo de entender a la otra parte. Al final vivimos todos en un centro urbano y hay que comunicarse para poder convivir”

Ben Skrzypek, extracto del artículo de Vice: Skaters sobre prohibir el patín en Madrid: “viene de la calle y en la calle se quedará”, febrero de 2018

Sin embargo, desgraciadamente las tensiones nunca desaparecen, y se agrandan cuando el respeto entre ciudadanos disminuye, pero se demuestra en estos espacios que, a través del diseño de la arquitectura y las sinergias naturales entre ciudadanos, es posible la convivencia de usos sin necesidad de una legislación que excluya explícitamente el skate.

They say “skateboarding is a sport and it belongs in skateparks”. That limited viewpoint fails to appreciate the paramount role of environment in skateboarding. If lawmakers are not shown how necessary urban exploration and travel are to skateboarding, we could risk losing them.

It’s ironic that politicians will approve spending money on skate plazas that look like street spots without realizing the importance of keeping street spots.

Madrid is banning street skateboarding next week Jenkem Mag, febrero de 2018.

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Skaters en Congreso. Pepe Lobez, Vice, 2018

Otro buen ejemplo/caso de estudio es el de la Plaza de Oriente, donde el skate se localiza en dos puntos muy concretos, uno frente al Teatro Real y otro frente al Palacio Real, que se expone a continuación.

Ambos puntos aprovechan pavimentos duros y superficies libres y extensas. Estas características físicas que normalmente no son interesantes para otros usos cotidianos de la plaza, favorecen que el skate se asiente en estos espacios.

En el siguiente esquema de planta se muestran las diferentes trayectorias de skaters y peatones en relación a este espacio, conocido por los skaters como el spot de la papelera de Palacio, donde esta papelera es el principal obstáculo que llama la atención del skater.

Sin embargo, este punto que para el skater es atractivo para el resto de peatones pasa desapercibido, y es aquí donde, cuando las trayectorias de ambos se cruzan, surgen áreas de mayor conflicto. Esto se puede observar en el esquema, así como los principales puntos de acción de los skaters.

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LEYENDA

Planta y circulaciones Plaza de Oriente / Spot Palacio

Leyenda:

Recorridos peatonales

Puntos estanciales

Recorridos skaters

Inicio de recorrido skater

Puntos de acción skater

Áreas de tensión peatón-skater

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Acceso Parking Bulevar
de Bailén a Plaza de España
a Palacio Real de Madrid

Otro spot a destacar en Madrid es la Plaza de Colón. Durante los años 90, la Plaza de Colón se consolidó como el principal spot de la ciudad. De hecho, su popularidad dentro de la escena de skate nacional creció tanto que muchos skaters del resto de España y hasta de Europa viajaban a Madrid para visitar y patinar la Plaza. Colón, o CLN, como lo llamaban los locals de aquel entonces, era el espacio perfecto para la práctica del skate. Pavimentos duros, lisos, bancos de hormigón, escaleras, bordillos... parecían diseñados para ser patinados.

Todo ello unido a un espacio tan extenso como para albergar a una gran cantidad de skaters (permitiendo al mismo tiempo la afluencia de peatones), y a la permisividad de las autoridades durante un tiempo, hicieron de este espacio uno de los mejores de todo el país. ¡En el mismo centro de la ciudad! Sin necesidad de confinar la actividad del skateboarding a un skatepark, cohabitando con la ciudad.

Sin embargo, esto no duró mucho tiempo, y hoy en día este spot es solo una reminiscencia de lo que alguna vez fue. Como en todos los spots de la ciudad, llegó un momento en el que las autoridades decidieron multar y prohibir esta actividad. Al no conseguir hacerla desaparecer por completo, se tomaron medidas más drásticas.

En lugar de repensar el espacio para dar cabida a todos los usos posibles, se rediseñó la plaza en su totalidad para expulsar al skate.

Así, el trabajo del arquitecto/urbanista/diseñador, se llevó a cabo a través de una arquitectura agresiva. Los pavimentos lisos fueron sustituidos por franjas de pavimento rugoso cada ciertos metros, los bancos de hormigón, superficies perfectas para grindar, se sustituyeron por bancos de madera, y los bordillos que constituían los límites de la plaza fueron modificados, intercalando bordillos a diferentes alturas obstaculizando así el paso del skate. Esta transformación del espacio es evidente en la zona de gradas, donde se pueden apreciar los cambios de pavimento en los puntos clave donde se concentra la actividad del skate.

Además, lo que alguna vez fue una plaza verde, con una superficie extensa de césped y árboles, con espacios de sombra y reposo, fue reemplazada por un embalse de gravilla, miles de pequeñas piedras que se repartían por el suelo de la plaza y que suponían un problema y un peligro para la circulación del monopatín.

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Este rediseño, proyectado para eliminar el skate de la plaza, tuvo otras muchas consecuencias, diferentes de las esperadas.

Es cierto que, durante un tiempo, el auge del skate en este spot disminuyó, pero también lo hizo la afluencia de ciudadanos. La consecuencia final fue la expulsión de casi todos los usuarios habituales de la plaza, convirtiéndola en otro terrain vague más, otra plaza de paso. Una vez más, aparecía otra plaza demasiado dura en el centro de la ciudad como para hacer otra función que la de vía de paso.

La eliminación de los espacios verdes y la expulsión de los skaters, hacía que la plaza perdiese su vida y su potencial, su atractivo, y por tanto, a sus usuarios.

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Plaza de Colón antes de su rediseño. Se pueden apreciar los bancos y bordillos de piedra, así como las extensas zonas verdes en el centro de la plaza. Postal de autor desconocido.

Sin embargo, como ya hemos visto antes, el skate siempre vuelve, y al seguir siendo esta plaza de pavimento duro y liso (aún con sus obstáculos/stoppers), los skaters se apropiaron de ella de nuevo. Las franjas de pavimento rugoso se convertían en un nuevo obstáculo a salvar, los bordillos en un reto,... El skater abordaba estas arquitecturas agresivas como un desafío, y, pese a suponer una dificultad en el desarrollo de su actividad, esto la hacía a veces aún más atractiva para el skater.

Es así cómo actualmente el skate se ha vuelto a apropiar de la plaza, nunca a nivel que lo llegó a hacer durante los 90, pero sí como para conseguir su “aceptación” en el día a día. Se ha consolidado así como un spot similar a la Plaza de Oriente, donde el skate se localiza en dos puntos (en las gradas del monumento al Descubrimiento de América y en la estatua a Blas de Lezo) y convive con el resto de transeúntes.

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Plaza de Colón antes de su rediseño. Pavimentos antiguos. sin franjas rugosas. Bancos y bordillos de piedra, perfectos para ser patinados. Fotografías del archivo de la Comunidad de Madrid. Plaza de Colón tras su rediseño. Pavimentos nuevos. con franjas rugosas. Bancos de madera y bordillos con cambios de altura (skate stoppers). Piedras en lugar de césped. Fotografías de elaboración propia.
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Ibu Sanyang, skater profesional de Carhartt Wip, haciendo un ollie subiendo las gradas del spot de Colón Fotografía original de Clément Le Gall

2.3_what for?

Tras el apartado anterior, where?, donde se han estudiado y analizado una serie de espacios/spots y relaciones skater-peatón, se demuestra que el skate es y debe ser aceptado como parte de la escena urbana, y cómo el skate puede convivir con las actividades del resto de ciudadanos, aun con las tensiones que pueda suponer.

En este apartado, what for? se van a dar agumentos de por qué la práctica del skate hace mejor a la ciudad. Asimismo, se va a poner en valor la percepción que tiene el skater de la ciudad dando lugar a la cuestión clave ¿cómo puede ser el skate instrumento para ayudar al rediseño de la ciudad?

En primer lugar, ¿qué aporta el skate a la ciudad?¿Por qué el skate puede hacer mejor a la ciudad?

La escena urbana actual es inconcebible sin la existencia del skate, y es necesario y mejora la ciudad porque da una nueva perspectiva, un nuevo punto de vista. La ciudad está formada por una síntesis de capas (palimpsesto) y el skate permite descubrir y experimentar una capa nueva. Es por ello que este ensayo de investigación cobra sentido cuando se estudia la arquitectura y la ciudad a través de esta nueva perspectiva que da el skate.

El skate permite experimentar arquitectura de una manera diferente. El skater tiene una concepción espacial y material profunda de la ciudad y su arquitectura, y su mente es capaz de encontrar en la ciudad atractivos que no son visibles al resto. El skater es capaz de valorar detalles de una ciudad que suelen pasar desapercibidos, y es capaz de dar diferentes usos a espacios no destinados previamente para ello.

El skater no se limita a habitar la arquitectura como un mero espectador, no sólo percibe el espacio a través de la vista. El skater toca, escucha, siente la arquitectura. El skater conoce cada tipo de pavimento de la ciudad, sabe cómo suena cuando choca contra las ruedas de su skate. Conoce cada bordillo y banco de la ciudad, sabe dónde se encuentran las superficies más accesibles y con el material más amable para practicar su actividad. Sabe también cómo suena y cómo se siente bajo sus pies el granito, el mármol o la madera del mobiliario urbano cuando entra en contacto con su tabla.

El skater es consciente de cuándo el espacio es apto o no para su ejercicio, es decir, sabe si un spot es patinable, o si puede hacerlo patinable.

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“I attempt to make everything skateable: walls, curbs, ramps, whatever” Natas Kaupas, skater, interview Thrasher vol.8 no.5 may 1988

Patinar transforma la manera de vivir y entender la ciudad. La ciudad deja de ser la ciudad conocida hasta entonces cuando caminamos por ella, para convertirse en un espacio de nuevas posibilidades de experimentación, imaginación, representación e investigación.

El skater crea espacio a su paso. Crea espacio patinable, que antes no lo era, y que nunca fue diseñado para tal propósito. El skater es impredecible, e interactúa con la arquitectura a su alrededor de manera espontánea.

People use cities in ways different to how architects intended them to be used. I’ve generally been interested in the history of architecture from the point of view of the user:Those who experience and utilised space and buildings, rather than those who design and make it.

Siendo el ciudadano la persona que habita, utiliza y transforma el espacio de las ciudades, la intención del diseñador queda relegada a un segundo plano, pues una vez construido el usuario manifiesta una serie de nuevos usos o experiencias que no existían en la idea inicial de diseño. Los arquitectos se centran en la producción del objeto, al contrario que en la producción de la experiencia, y es por eso que fallan a la hora de entender cómo el espacio puede ser percibido y apropiado por los diferentes usuarios de la ciudad.

En el skater se potencia esta cualidad que posee todo usuario de la ciudad. Lo que para otros ciudadanos son barreras en la ciudad, el skater percibe obstáculos a salvar, desafíos a superar, arquitecturas o geometrías con las que interactuar. Las arquitecturas que nos limitan en nuestro movimiento por la ciudad como simples peatones, para los skaters suponen una nueva posibilidad, un ámbito de oportunidad. Un mundo entero para la imaginación y la experimentación, posible gracias exclusivamente a una tabla de madera con ruedas y el escenario casi infinito de la ciudad, repleto de arquitecturas potencialmente patinables.

“A massive cement playground of unlimited potencial”

Carlos Izan, Aspects of the Downhill Slide, SkateBoarder vol.2 no.2

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De esta manera, el skater crea espacio a través del movimiento, de una forma similar a la que se refiere Henri Lefebvre cuando habla, bajo el término Rhythmanalysis, del espacio entendido a través de las relaciones que produce con el cuerpo humano, es decir, el espacio que se produce o que se percibe al andar, que es diferente del que se percibe al correr, o al respirar, al tocar... y que por supuesto es diferente al que se percibe al patinar.

Skateboarding lets you experience buildings not as a set of objects, designed by architects, but as a set of spatial experiences. Iain Borden, Skateboarding, Space and the City, 2001

Esta manera de percibir el espacio a través del movimiento de la que habla Lefebvre se acentúa con la experiencia del skateboarding. El skate se convierte en una herramienta para la experiencia, para el descubrimiento, y como dice Iain Borden, tras haber estudiado a Lefebvre: “el skate te permite experimentar la arquitectura no como una sucesión de objetos, sino como una sucesión de experiencias espaciales”.

La forma en la que esto sucede, y el skater crea ese espacio a su alrededor a través del movimiento se asemeja a los estudios del cuerpo humano y el movimiento de Eadweard Muybridge, con conceptos teóricos similares a los que más tarde trabajaría Henri Lefebvre. De hecho, la manera en la que el skateboarding se ha expresado desde sus inicios, por su condición esencial de movimiento, siempre ha sido a través de material audiovisual: fotografías, más tarde vídeos, o secuencias fotográficas similares a las de Muybridge, plasmando el movimiento y la interacción del skater con el espacio.

Por otra parte, otra de las razones por las que es importante para la ciudad la perspectiva del skater, y lo que ésta aporta a la ciudad, es su capacidad para revalorizar los terrain vagues existentes en ella.

Los skaters actúan como lupas para ver el potencial escondido de la ciudad. En las zonas más vacías, apartadas u olvidadas de la ciudad el skater es capaz de reconquistar y apropiarse temporalmente del espacio, dándole una nueva vida y un nuevo sentido.

Skateboarders answer Paul Virilio’s call for a counter-habitation of habitually uninhabited but nonetheless public critical spaces (...) city cores offer more opportunities and concentrated heterogeneous social spaces

Iain Borden, Skateboarding, Space and the City, 2001

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Serie de instantáneas del estudio Animal Locomotion sobre el movimiento y el cuerpo humano Eadweard

el padre del motion picture

Secuencia fotográfica de la actuación de diferentes skaters en espacios patinables de la ciudad Autor desconocido

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Muybridge, conocido como

La práctica del skate supone una crítica continua a la configuración de las ciudades contemporáneas.

A parte de ser capaces de revitalizar este tipo de espacios mencionados anteriormente, son capaces tambien de crear sinergias para conseguir la aparición de espacios multidisciplinares, de espacios de encuentro espontáneo,... Son un ejemplo importante dentro de la movilidad sostenible hacia la que se dirigen las políticas de movilidad urbana actuales. Además, es un argumento más hacia la ciudad para el peatón, la bici y el skate en lugar de la ciudad para el automóvil. Apuesta por la vida en la calle, la comunicación local, la vida de barrio, y encaja a la perfección en el marco del modelo de ciudad de los 15 minutos. Abre la posibilidad de repensar espacios mediante arquitecturas cambiantes y efímeras, haciendo que un espacio consiga ser varios espacios al mismo tiempo.

Por último, un argumento final por el que es importante para la ciudad el tener en cuanta la perspectiva del skater, es sencillamente que es parte del conjunto ciudadano. Una parte más, que, a pesar de haber sido siempre muy minoritaria, está en cada vez más en auge. Un colectivo que en el pasado siempre se ha encontrado marginado, que siempre se ha caracterizado principalmente por su rebeldía, por su independencia o por su deseo de autodeterminación, y que en ocasiones parece no querer ser parte de este conjunto.

Sin embargo, se ha demostrado en otras ciudades europeas, como Bourdeaux y Copenhaguen que mediante políticas urbanísticas que acepten e integren el skate es posible que éste sea parte del conjunto en los espacios adecuados para ello (que casi siempre son aquellos de los que el skater se apropia espontáneamente).

Diseñar o rediseñar así la ciudad para devolvérsela a los ciudadanos, en este caso a los skaters.

“Cities have the capability of providing something for everybody, only because, and only when, they are created by everybody.”

Por todo esto, es una posibilidad real el aceptar que el skate puede ayudar a transformar la ciudad hacia un futuro mejor.

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Downhill en Helsinki, Finlandia Keke Leppala, 2021

3_conclusion.

3_conclusion.

A lo largo de este ensayo, se ha expuesto el principal conflicto que surge de la práctica del skateboarding en el contexto de la ciudad.

Siendo consciente de que el skateboarding supone la aparición de unas tensiones que hay que controlar, y de que su actividad implica algunos conflictos como la rápida degradación de la arquitectura de la ciudad, se puede concluir que el skate pertenece y se va a manifiestar siempre en la ciudad.

Se ha demostrado en este estudio, a través de varios case studies localizados en la ciudad de Madrid, que la convivencia de esta actividad con el resto de actividades de la ciudad es posible en espacios concretos, y que skater y peatón pueden cohabitar un mismo espacio, si se dan las condiciones necesarias para ello, y si se acepta la huella que el skate puede dejar como consecuencia de su uso de la arquitectura.

Se propone de este ensayo el tomar el skate como una posibilidad, una oportunidad para repensar la ciudad, en lugar de tratarlo como un problema, o una actividad a expulsar. El skate es intrínseco en la escena urbana actual, y no va a desaparecer, porque vive en las calles. Por ello, en lugar de suponer un problema, el skate puede ser una herramienta más que planeadores y diseñadores puedan utilizar para rediseñar la ciudad.

Es necesario comenzar a abordar el skateboarding como una parte más del conjunto urbano, lo suficientemente importante como para tener en cuenta las actividades y sinergias que origina en la ciudad, y los espacios que crea, conquista, o redefine. Dar la importancia que se merece a un colectivo que reclama espacios donde desarrollar su actividad sin necesidad de que sea ésta el único fin, sin que sean dichos espacios exclusivos, sino todo lo contrario. Inclusivos, parte de un todo.

El skate puede ser instrumento para transformar la ciudad en algo mejor. Se han dado muchos argumentos para ello a lo largo de este escrito, incluso a pesar de haber centrado su atención en la ciudad de Madrid, ciudad en la que el skate aún no está totamente aceptado, y cuya práctica aún no está completamente permitida.

Como mirada al futuro, en este caso para Madrid, si se toma el skate como oportunidad de cambio y mejora, la ciudad se verá recompensada.

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Si se sigue el ejemplo de otras ciudades europeas como Bourdeaux, Hull, Copenhague o Malmö, que han adoptado este modelo de integración e impulsión del skate, todo el conjunto de la ciudad experimentará los beneficios que conlleva. En estas ciudades, el skate ha pasado de estar completamente prohibido a ser un pilar central en las políticas urbanísticas de la ciudad.

El skate es en muchas ciudades ya una herramienta eficaz de revitalización de espacios abandonados, una oportunidad para la experimentación con arquitecturas efímeras, o un móvil para la creación de espacios multidisciplinares. Es una solución, y no el problema.

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Proyecto en Bourdeaux de espacio público compartido Skate Urbanism, Léo Valls, 2019 Proyecto en Tallin (Estonia) de esculturas patinables Risto Kozer, 2016

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