QUINCE MINUTOS CON VOS TOMO#3 AUTORES VARI@S
ALMADEGOMA EDICIONES, JUJUY. MARZO DE 2016 ALMADEGOMAEDICIONES.BLOGSPOT.COM
NATALIA ROMERO SUR No iba a poder controlar todo. Lo supe la tarde en que el mar subió en una ola alta hasta nosotros. Alcanzó las piernas las caderas la cintura al sol los libros, los papeles, el lápiz los dibujos. El mar era una belleza incomparable que podía llevarme hundida y yo sin control. No era el agua no era la ola no era la arena interminable. Era el recuerdo de un miedo sin eco. Lo único que controlo no tiene nombre pero es mío.
NATALIA ROMERO COSECHA Nos íbamos, vos estabas de espaldas y cargabas una pala con la que íbamos a cavar el pozo. Yo callaba y el sol pulía el suelo y era mucho más que bruma ese aire tosco del polvo. En mi mano derecha puño cerrado pinza firme, estaban las semillas. Después de cualquier muerte para sobrevivir, hay que enterrar vida.
INTI GARCÍA SANTAMARÍA LA PLAYA Todas las estrellas son estrellas fugaces. Estas arañas veloces son cangrejos malaquitas. ¿Reconoces a Cáncer en el cielo? Todos los mapas cambian. Los brillos de sal sobre nuestros cuerpos oscuros son estrellas fugaces.
INTI GARCÍA SANTAMARÍA ESTIVAL Háblame de las horas que perdimos en qué pisada de talco frente al ortopedista quién miró ningún pájaro en la ventana cómo desapareció el silbido inconstante entre las hojas de cuál lluvia porque diario llovía y diario cantaba desde el mismo lugar otra figura de yeso dame otra firma háblame de las horas que perdimos sin retorno posible aunque nuestras manos enciendan otra vez mecheros de Bunsen sobre las mesas del laboratorio aunque la consola de la escuela entone La Bikina porque ninguna carta guarda la voz que descubrimos y aquel volumen de la revista que publicó tu retrato resulta inconseguible porque habrás olvidado las tres líneas de lo que tú llamaste mi primer poema hoy comprendes nuestro canto nunca estuvo en la cueva que inventamos en su honor sino en la necesidad de retener nunca la tuvimos su presencia ésta es la clave para practicar el aturdimiento de la memoria cuando hablo contigo estoy diciendo a todos una frase interminable que tus labios me dieron un estilo para hablar de las horas perdidas una forma sin espacio que nombra el espacio donde nada crecerá nuevamente donde nunca estaremos nuevamente si la tarde controla cielos morados si aprehendemos la cercana estación para ofrendar a los muertos nuestras manos vacías sin mecheros de Bunsen ni fórmulas de hacer fuego sin control sobre los recuerdos ni lástima para el descuido que nos llama como falso espejo en la boca un suspiro sin cuerpo lo reitera epílogo de los días no es posible traducir tu lenguaje sin traición…
DAIANA HENDERSON EL DÍA QUE SE MANTUVO TERSO todo el rato que estuvimos fuera cuando volvimos a salir en busca de cerveza viste el viento de mar que sopló? de regreso fue otra cosa, ni un suspiro evidentemente cambió el viento dijo uno de los dos y de dónde vino si no? de la ruta 19 se trajo serpenteando las curvas asfálticas peinando las antenas de los carros catapultando pájaros para que vuelen más rápido que la luz agradecidos quitando el sombrero a los peones en plena cosecha de planta insípida vino desde allá, nos lo mandaron nuestros amigos de la costa, del sur pero ese viento no era, cómo decirlo? contemporáneo ese viento venía del pasado trajo un olor al barco que nos asomamos y también del trago espeso que nos emborrachó y nos hizo pelearnos y reírnos, no sé en qué orden ese viento vino del pasado supo el mar que por algo este año no habíamos ni asomado pie y supo también que lo habíamos engañado con su primo con su primo negro del interior, dulce se ofendió de que le navegamos el lomo entero pero después a él también se le pasó la borrachera y se le pasó el enojo y pudo ver que estaba preocupado no sé si por nosotros o de que nos olvidásemos de él se vino desde allá, cebado, cálculo perfecto nos interceptó en el cruce totalmente desprevenidos con envase retornable en mano los demás parecieron no acongojarse era un viento medio individual que a nadie más despeinaba mentiría si dijera que el viento me empujó hacia vos yo me empujé, el viento mintió por mí.
DAIANA HENDERSON ROEDOR El niño sacó la dentadura postiza y llenó de monedas el vaso de agua, a la orilla de la mesa de luz de su abuelo. Estaban más doradas que ninguna, como pulidas. Miento. Yo no lo vi, solamente me lo contaron y estoy segura de que, además, la anécdota es mentira. Pero dejen que me quede con la filmación mental de las monedas expulsando finos hilos de luz que se atan a las puntas del sol. No me quiten eso.
JULIÁN MIANA ENFERMEDAD PROPIA II Cae en mi estómago, empieza a trabajar a las dos y cuarenta de la mañana te veo vestida de colores brillantes con tus dientes frontales que se miran entre ellos me sonríes estoy tratando de no pensar en vos estoy tratando de no pensar estoy tratando de que no me coma estoy tratando de que sea este mate el mate que tomo y no el mate que tomé con vos y estoy tratando de no acordarme que te llevaste tus aritos de búho tu tarjeta de crédito, tu documento hasta tus trabitas invisibles todo lo que te ataba aquí sé que me sigues amando que mañana, o pasado, o el jueves te voy a ver y que el domingo vas a conocer a mis padres algún día vas a volver a tener celular y vas a volver a hablarme todos los días ya se va a acomodar todo me dijiste la noche que todo empezó pero la psiquis no descansa y te sigo viendo conectada hace nueve horas te sigo viendo en línea sigo viendo tus fotos y nada es mentira Solamente armo fantasías en la cabeza.
JULIÁN MIANA POEMA 48 Es esta carne la que no siento mía es este cuerpo que por las noches me abandona en el que duelen otras vidas el que escucha los lejanos lamentos de muchas familias estrelladas contra el aplomo del hambre es este cuerpo Señor que se está pudriendo el que quiero que reemplaces al que quiero que tires a la basura o por lo menos saques un poco de brillo durante los eternos días de verano en que estoy solo durante los días de otoño en los que añoro las cacerías con mi padre ver sus manos, Señor sosteniendo un arma servirme carne asada luego matar un pato señor las mismas manos el mismo cuerpo que yo cargo hace veinte años hazlo brilla señor úngelo con tu luz y la suavidad de tus manos Señor ríspidas de trabajo como las de mi padre las manos de mi señor padre.
ANNA PINOTTI
Sentí un alarido que no era animal En mi propia lengua y Cerré la ventana Lo irremediable del prójimo En mi propia lengua un animal Sentí Un grito que no era yo Para calmar lo que reclama Me dijo No hay que buscar más Esa huella A nadie pertenece o sí Antes A alguien En la misma lengua Masticada Por ese alarido que no Ese prójimo que no Era un animal.
ANNA PINOTTI
Pero Supongamos le dije Ese Éste Animal nos comprometo a todos Y no muerde Y no ladra Y tal vez nunca Supongamos El sentido En ese aire que se cuela Permanente Imposible seguir hurgando La realidad se esconde Me dijo Vertiginoso y en pleno desamparo Se escuchan las campanas Que no son campanas Que o son campanas.
MARTÍN RANGEL QUIERO TOMARTE FOTOS DESNUDA Y SUBIRLAS A TUMBLR EN SECRETO hoy mi novia y yo tuvimos sexo fue genial yo me movía y ella gemía luego cambiamos de posición y yo seguí moviéndome y ella gimiendo después acabamos (ella antes que yo) era mediodía nos quedamos desnudos hablando por un rato luego ella se puso ropa interior y se paró junto a la ventana a comer una galleta yo quería hacerle una foto ponerle un filtro bonito y subirla a tumblr pero ella no me dejó
MARTÍN RANGEL ESTACIÓN ALETEO jugábamos a adivinar los rostros de la gente guiándonos tan solo por el sonido de sus voces jugábamos a tenernos a pertenecernos el uno al otro como si fuéramos de algún modo objetos ahora es difícil alcanzar siquiera a verte con este muro de mariposas apiladas y quietas que aún siendo hermoso se erige entre nosotros y nos separa aprendimos el lenguaje de las estrellas y cada noche cifrábamos nuestros mensajes en el cielo yo pensaba en ti como la musa un bigbang de amor me estallaba en el pecho y la certeza de que todo acaba temblaba en mi memoria apenas como un rumor pero déjenme volver a la noche: tú y yo moviendo las manos de cara al cielo dejando nuestros dedos llover sobre los astros como pianistas alucinados uníamos las estrellas como uníamos los puntos numerados en los juegos de la infancia escribíamos entre las nubes una única plegaria: que llegue el invierno de nuevo y con él se vayan también todas las mariposas
-FINLANDIAPABLO ESPINOZA + FERNANDO KRONCHYMAN
wawa-shyshyrecords.bandcamp.com
natalia romero (bs. as.) inti garcía santamaría (MÉXICO) daiana henderson (rosario) JULIÁN miana (santiago del estero) anna pinotti (la plata) martín rangel (MÉXICO)