La Guerra de Secesión de Portugal: la “batalla del Montijo”. 26 de mayo de 1644 Pablo Iglesias Aunión “El reinado de Felipe II (1556-1598) se caracteriza esencialmente por la herencia de un imponente conjunto de territorios que llegó a generar incluso la famosa frase en el mismo Monarca de “en mi Imperio no se pone el Sol”. Ciertamente, el imperio hispánico de Felipe II presenta elementos de continuidad de su padre, Carlos I (el emperador Alemán Carlos V) pero igualmente presente diferencias y una de ellas, es la vuelta hacia el interior de las fronteras hispánicas donde nos encontramos con la anexión de la corona portuguesa en el año 1580.” ANTECEDENTES: LA ANEXIÓN DE PORTUGAL A la muerte del rey de Portugal don Sebastián en el año 1576 en una campaña militar en Marruecos, la corona fue heredada por su tío abuelo don Enrique, anciano y carente de asesores. El pariente más cercano era el rey español Felipe II, como hijo de Isabel de Portugal esposa de Carlos I. Portugal se oponía abiertamente a que el sucesor a la corona fuera el monarca español, apoyando como sucesor a don Antonio, Prior de Crato. Felipe II, aparte de hacer valer sus derechos, que fueron reconocidos por el anciano don Enrique, preparó un poderoso ejército que permaneció en la frontera de Extremadura para invadir el reino en caso necesario. Muerto el monarca lusitano, una parte de los portugueses reconocieron el derecho sucesorio de don Antonio. Las tropas españolas al mando del viejo duque de Alba entraron fácilmente en el país y alcanzaron Lisboa, derrotando a los partidarios de aquél. Las cortes portuguesas proclamaron rey a Felipe II en 1580. La unión fue meramente personal, pues el país conservó sus propias leyes y su Administración, además de mantener en los principales puestos a personalidades autóctonas. LA INSURRECCIÓN DE PORTUGAL EN TIEMPOS DE FELIPE IV ( 1621-1665) El reinado de Felipe IV está inmerso dentro del siglo XVII que es conocido como el “siglo de la Gran Crisis”. Aquel imperio formado por Carlo I y Felipe II estaba claramente declinando y muchos de los territorios se iban perdiendo por diferentes procesos tanto militares como diplomáticos. Durante el reinado de Felipe IV, penúltimo de los monarcas de la dinastía de los Austrias, Cataluña y Portugal tuvieron sus momentos de deseos separatistas, la primera no lo consiguió, pero Portugal sí.
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En la corona portuguesa existía un enorme resentimiento contra la política española. El centralismo del valido del rey, el conde-duque de Olivares, había conseguido cambiar la idea de asentar un control en base a una cierta autonomía portuguesa. De esta forma, se proclamó la independencia de Portugal el 1 de diciembre de 1640 siendo entronizado el duque de Braganza, tras el levantamiento de Pinto Ribeiro y aprovechando una delicado situación interna de España (revuelta de Cataluña). Desde 1661 y hasta 1665 se produjeron enfrentamientos entre los ejércitos angloportugueses, ayudados por Francia, y las tropas españolas, con ventaja siempre de las primeras. Las derrotas de los ejércitos españoles en la batalla de Villaviciosa (1665) acabó con la posibilidad de recuperar Portugal. El conflicto se mantuvo hasta que se firmó el Tratado de Lisboa (1668), donde se reconocía la independencia de Portugal. Precisamente en ese proceso bélico mencionado entre los años 1661 y 1665, se produjo la batalla del Montijo. QUÉ FUE REALMENTE LA BATALLA DEL MONTIJO. La conocida popularmente como “batalla del Montijo” no es en sí mismo un hecho aislado o un enfrentamiento propio del proceso de guerra entre España y Portugal puesto que cabe preguntarnos de entrada, qué era Montijo para Portugal como para dar lugar a una batalla propiamente entre una pequeña localidad fronteriza y todo un reino que buscaba la independencia. Se trata pues del enfrentamiento entre el Ejército de Extremadura y el de Portugal. La “batalla del Montijo” es un suceso o capítulo más de la guerra lusoespañola pero dentro del deseo portugués de llevar la contienda a tierras en el interior de la frontera española y de invadir militarmente Badajoz. Es por lo que en marzo del año 1644, los portugueses, con la ayuda del ejército inglés y francés, al mando del duque Matías de Alburquerque tratan de tomar Badajoz, que era defendida por el Marqués de Torruesca. Portugal fracasó en su intento y entonces, solo entonces es cuando se dirigieron hacia las villas de Montijo y Puebla de la Calzada, a la que saquearon e incendiaron. Luego la propia batalla del Montijo fue en principio un verdadero desastre para el ejército español en su sección del llamado Ejército de Extremadura, pero se logró definitivamente salvar la invasión de Badajoz. El proceso ha de ser entendido total y absolutamente de manera global y como un episodio de la guerra y del deseo de Portugal en tomar Badajoz. La oposición en nuestras tierras se la hizo el Barón de Molingen, que les presentó batalla (“batalla del Montijo”) en los alrededores de la villa montijana y que lograría que el ejército portugués se retirara hasta Lobón. Las consecuencias del enfrentamiento para Montijo fueron bastantes negativas. Basta citar que el baluarte que rodeaba el templo 2
parroquial de San Pedro Apóstol fue prácticamente destruido y que Montijo y Puebla de la Calzada fueron incendiados, manteniendo ardiendo durante varios días. Era el 26 de mayo del año 1644, festividad del Corpus Christi. El Archivo Parroquial de San Pedro Apóstol, en su Fondo Histórico y dentro de la serie denominada Registros Sacramentales, el Libro III de Bautizados presenta en su apertura una diligencia que narran el desastre de lo sucedido en estos momentos en las villas de Montijo y Puebla de la Calzada y que reproducimos en la imagen de la página anterior. LA BATALLA PASO A PASO Ejército Portugués Comandante: Duque de Alburquerque Infantería ~ 7 000 hombres Caballería : 1 600 hombres Artillería: 6 piezas
Ejército de Extremadura Comandante: Marqués de Torresca Infantería : 4 200 hombres Caballería: 1700 hombres Artillería: 2 - 4 piezas
Pérdidas: 4 000 hombres
Pérdidas ~ 1 000 hombres
Situación Estratégica: En mayo de 1644, el nuevo ejército Portugués, mandado por el Duque Matías de Alburquerque, conduce una incursión en la provincia de Badajoz para exportar la guerra en territorio español. El 22 de mayo, los portugueses acapan en Montijo a 32 km al este de Badajoz. Entre tanto, el Gobernador de Extremadura, el marqués de Torrecuso, organiza, entre Talavera la Real y Lobón, un pequeño ejercito de campaña para expulsar el ejercito invasor. El 24 de mayo, los españoles marchan hacia el distrito de Montijo y el 25 de mayo pasan el río Guardiana en Lobón. El día siguiente los dos ejercito se despliegan en una llanura entre Lobón y Montijo. Ejército Portugués: Matías de Alburquerque dispone de 9 Terços de infantería (Ayres de Saldaña, Nuno Mascareñas, Luis da Silva, Joao de Sousa, Francisco de Melo, Martín Ferreira, Eustacio Pique (holandés), Sir Davis Cale (inglés) y Conde de Pardo) desplegados en 10 batallones y un destacamento de 400 mosqueteros y de 10 escuadrones de caballería. la infantería se despliega en el centro con 5 batallones en primera línea y 4 en segunda línea. Los 10 escuadrones de caballería están desplegados en las dos alas con Gaspar Pinto Pestanha a la izquierda y el Montero Mayor del Reyno a la derecha. El tren de equipaje esta guardado por los 400 mosqueteros y un batallón de infantería. La artillería, bajo las ordenes de Joâo Da Costa esta dispuesta en vanguardia al frente de la infantería. Ejercito Español: El Marqués de Torrresca dispone su Infantería en el centro con, en primera línea, 1 batallón Napolitano (Piñatelo), y batallón irlandés (Geraldino) reforzados con soldados españoles y 2 batallones españoles (Xeoler y Pulgar) y 3 batallones españoles (Monroy, Olivera y Aguëro) en segunda línea. En el ala izquierda nos encontramos con 6 escuadrones al mando de Don Francisco Velasco y en el ala derecha 6 escuadrones al mando del Barón de Molingen. La reserva esta compuesta por 2 escuadrones de caballería, lo que hace en total 7 batallones desplegados sobre 6 hileras y 14 escuadrones.
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