RITUAL DE LA PROFESION RELIGIOSA (TEATINOS)

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Ritual de la Profesi贸n Religiosa

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RITUAL DE LA PROFESION RELIGIOSA

DE LOS CLERIGOS REGULARES (TEATINOS)


Ritual de la Profesión Religiosa

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RITUAL DE LA PROFESION RELIGIOSA

DE LOS CLERIGOS REGULARES (TEATINOS) ADVERTENCIAS PREVIAS I NATURALEZA Y VALOR DE LA PROFESION 1. Llamados por Dios a «emitir los tres votos sustanciales de la vida religiosa; a saber, el de pobreza, el de castidad y el de obediencia, y a llevar vida clerical – “sub solito et communi habitu clericali in unum habitantes et in communi et de communi viventes et Deo humiliter et devote, quantum Ipse dederit, servientes sub Romani Pontificis et Apostolicae Sedis humili et immediata subiectione et speciali protectione” –y a dedicarse a la predicación de la Palabra de Dios, al servicio litúrgico de las confesiones y al estudio de la sagrada Teología y de los sagrados Cánones», 1 los Clérigos Regulares, siguiendo más de cerca de Cristo bajo la acción del Espíritu Santo, por la profesión religiosa, se dedican totalmente a Dios como a su amor supremo para que, entregados por un nuevo y peculiar título a su gloria, a la edificación de la caridad en el servicio del Reino de Dios.2 2. Mediante nuestra Profesión religiosa, los Clérigos Regulares abrazamos con voto público3, prometiendo a Dios observarlos, los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia; somos además consagrados a Dios por el ministerio de la Iglesia y, finalmente, incorporados a la Orden de san Cayetano con los derechos y deberes que determina nuestro derecho propio y el común.4 3. Así nuestra vida de Clérigos Regulares, en cuanto consagración total de la persona, manifiesta ante el mundo el desposorio admirable establecido por Dios en la Iglesia, signo de la vida futura, y el teatino consuma la plena donación de sí mismo como sacrificio ofrecido a Dios, por el que toda su existencia se hace culto continuo a Dios en la caridad. 4. La Iglesia no sólo ha elevado, con su sanción, la vida religiosa de los Clérigos Regulares a la dignidad de un estado canónico, sino que la presente, en la misma acción litúrgica o santa Misa – dentro de la cual es laudable que se haga la profesión religiosa5 – como un estado consagrado a Dios. Efectivamente, la misma Iglesia recibe los votos de nuestros profesos, les obtiene del Señor, con la oración pública, los auxilios y la gracia divina, los encomienda a Dios y les imparte una bendición espiritual, asociando su oblación al Sacrificio Eucarístico.6

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Constitutiones Ordinis Clericorum Regularium 1984, art. 1. Codex Iuris Canonici 1983, c. 573. 3 Cf. ibid, c.654 y 1192 4 Cf. ibid, c. 654 5 Sacrosanctum Concilium, 80 6 Lumen Gentium, 45 2


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II RITOS PARA LAS DIVERSAS ETAPAS DE LA INICIACION EN LA VIDA TEATINA 5. Las etapas por la que debe avanzar todo católico, dotado de recta intención, que tenga las cualidades exigidas por el derecho universal y el nuestro propio y esté libre de impedimento, hasta ser admitido definitivamente en nuestra familia religiosa de Clérigos Regulares y así entregarse a Dios y a la Iglesia para una incesante búsqueda del Reino de Dios y de su Justicia, seguro de que todas las demás cosas le serán dadas por añadidura (cf. Mt. 6, 23), son: 1. Postulantado;7 2. Noviciado;8 3. Profesión temporal;9 4. Profesión solemne;10 A esto se añade, en determinados casos, la renovación de votos. 6. El Postulantado, al que se refieren expresamente nuestras Constituciones, es un periodo de preparación al Noviciado al que admiten normalmente nuestros Prepósitos locales. Conviene que el día destinado al ingreso del postulante, su Director lo conduzca al Padre Prepósito y, llamado el P. Maestro, vayan al Oratorio de la Casa, le expongan el sentido del Postulantado, comentando algún texto de los inicios de nuestra Orden, que hablan de este periodo de prueba.11 Luego oren juntos. Después de haber orado, pasarán al Postulantado, donde el Prepósito, una vez que haya animado al postulante a la perseverancia, lo confiará oficialmente al cuidado y dirección del Maestro de postulantes.12 7. El Noviciado, con el que comienza la vida en nuestra Orden de Clérigos Regulares, tiene como finalidad que los novicios conozcan mejor la vocación divina; es decir la llamada que Dios les hace a profesar en el instituto de Clérigos Regulares, inspirado por Dios a nuestros Fundadores; prueben el modo de vida de nuestra familia religiosa en la Iglesia; conformen mente y corazón con espíritu y puedan ser comprobados su intención e idoneidad. 13

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Cf. CIC 83, c. 597 y CONST. 84 artt. 101-105 Cf. CIC 83, cc. 641-653 y CONST. 84 artt. 106-122 9 Cf. CIC 83, cc. 654-656 y CONST. 84, artt. 123-126. 10 Cf. CONST. 84, artt. 127-130 11 Notitiae pro Theatinis 18(1989) 7. 1212 CARLO DE PALMA, C.R. Istruttione per l’educazione dei Novitii nella Religione de’ Chirici Regolari, Venezia 1716, pp. 29-30. 13 CIC 83, c. 646. 8


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Al empezar, pues, el noviciado se tendrá el rito descrito más adelante con el cual se pida la gracia de Dios para conseguir el objetivo propio de este año canónico de probación. El rito, por su misma naturaleza, debe ser sobrio, breve y reservado exclusivamente a la Comunidad. Debe, además, realizarse fuera de toda celebración de la Eucaristía.14 8. Al término del Noviciado, el candidato a la Orden de los Clérigos Regulares (Teatinos) hace la Profesión temporal por tres años, comprometiéndose con votos públicos a observar los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia según el modo determinado en nuestras Constituciones y a ordenar su vida según el derecho propio de nuestra Orden, esforzándose así por alcanzar la perfección en su estado.15 La emisión de los votos temporales puede hacerse dentro de la Misa, pero sin especial solemnidad; úsese la fórmula para emitir votos que presenta el art. 121 de las Constituciones. El rito incluye la entrega del “hábito” teatino – pues, según una antigua costumbre, el hábito, siendo signo de consagración, se entrega al acabar el noviciado – y las Constituciones. 9. Concluido el segundo y también necesario periodo de prueba, llamado Juniorado, el joven teatino emite la Profesión solemne, por la que, renunciando a todos sus bienes, pierde la capacidad de adquirir y poseer, y se entrega perpetuamente al servicio de Dios y de la Iglesia. 16 El rito de la profesión solemne se celebra dentro de una celebración festiva de la Eucaristía, presidida por el Prepósito Provincial o su Delegado, procurando que todos los fieles que asisten a la misma, tanto clérigos como laicos, concurran tomando parte activa, cada uno según su modo propio, de acuerdo con la diversidad de órdenes y de funciones litúrgicas. 17 El rito de esta profesión solemne consta de las siguientes partes: a)

la petición de los que van a profesar;

b) la homilía con la que se instruye al pueblo y a los que van a profesar sobre la excelencia de la vida consagrada religiosa y teatina; c) las preguntas por las que el Prepósito se asegura que los que van a profesar están dispuestos a entregarse a Dios y a avanzar por la senda de la caridad perfecta según el derecho propio de nuestra Orden; d) la oración letánica por la que ruega a Dios Padre invocando la intercesión de la Santísima Virgen María, de todos los Santos, pero, sobre todo, de aquellos que forman parte de nuestra familia religiosa y han sido debidamente canonizados;

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Ordo Professionis Religiosae 1970, Praenotanda 4. CIC 83, c.598. 16 Ibid., c. 668/5. 17 Ibid., c. 899/2. 15


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e) la emisión de la profesión ante la Iglesia, el Prepósito Provincial o su Delegado, dos religiosos que fungen de testigos y de acuerdo con la fórmula de profesión recibida de nuestros Mayores;18 f) la bendición solemne o consagración de los profesos, con la que nuestra Madre, la Iglesia, ruega al Padre Celestial que derrame con abundancia los dones del Espíritu Santo sobre los nuevos profesos, confirmando así su profesión religiosa con la consagración litúrgica; g) la entrega de la cruz, como insignia de la profesión, por la que se significa externamente la incorporación perpetua a una Sociedad que no tiene otro escudo o insignia fuera de la Cruz, como escribe bellamente nuestro máximo historiador: «Haec publica nostri Ordinis tessera; hoc aedium nostrarum templorumque, hoc domestici sacrique instrumenti symbolum, ut possimus Clerici Regulares iure optimo appellari, nempe, Religiosi Crucis». 19 10.

En nuestra familia religiosa la Renovación de votos es doble:

a) o con valor jurídico al término del trienio de profesión temporal cuando se otorga prórroga del Juniorado b)

o devocional, según el tenor del art. 16 de nuestras Constituciones.

La primera renovación, es decir con valor jurídico, puede hacerse dentro de la Misa, pero sin especial solemnidad; en cambio, la costumbre de renovar los votos sólo por devoción puede hacerse de muchos modos, pero no se recomienda hacer públicamente dentro de la Misa lo que sólo es devoción privada; sin embargo, si parece oportuno renovar públicamente los votos en determinados aniversarios, como el XXV o el L de vida teatina, o al término de los Ejercicios Espirituales o de alguna otra circunstancia extraordinaria, adóptese el rito de la renovación de votos que ponemos más adelante.20 11. Cada uno de estos ritos, es decir, el rito de admisión al Noviciado, el de la profesión temporal o solemne y el de la renovación de votos, al ser de índole distinta, requieren su propia celebración. Por tanto, hay que evitar absolutamente la acumulación de diversos ritos en una misma Acción Litúrgica.21 III NORMATIVA LITURGICA PARA EL RITO DE LA PROFESION, TEMPORAL O SOLEMNE 12. Siempre que la profesión, sobre todo la solemne, se celebre en el curso de una Eucaristía es conveniente adoptar los textos de alguna de las misas rituales «en el día de la profesión religiosa» que presenta el Misal Romano o en los Propios de Misas, 18

CRIS, Prot. n. T.66-1/89. Silos, Hist, Cong. CC.RR. 1/42. 20 OPR/70, Praenotanda 7. 21 Ibid., 8. 19


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legítimamente aprobados; pero si la profesión coincide con una Solemnidad litúrgica o un Domingo de Adviento, Cuaresma o Pascua, con el Miércoles de Ceniza o durante la Semana Santa, entonces se dice la «misa» del día, añadiendo oportunamente fórmulas propias en la oración eucarística y en la bendición final. 22 13. Por tener la Liturgia de la Palabra, cuando está adaptada a la celebración de la Profesión, una gran importancia en orden a subrayar la naturaleza y función de la vida consagrada religiosa en la Iglesia, téngase en cuenta que, cuando se prohibe adoptar los textos litúrgicos de alguna misa «en el día de la profesión religiosa» (cf. supra, n. 12), puede tomarse una de las lecturas del Leccionario de la Profesión, a menos que se trate de los días del Triduo Pascual o de las Solemnidades de Navidad, Epifanía, Ascensión, Pentecostés, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo u otras Solemnidades que se celebran como días de precepto.23 14. Para la misa ritual «en el día de la Profesión», se emplean vestiduras sagradas de color blanco.24 15. Las normas dadas para el rito de admisión en el Noviciado (nn. 1-13) no son estrictamente obligatorias, a no ser que se diga lo contrario; por ejemplo, que el rito se tenga siempre fuera de la Misa, que sea sencillo y breve, etc. Puede tenerse, después de la Lectura breve, dentro de la celebración comunitaria de Laudes, Vísperas, Tercia, Sexta o Nona.25 16. Siempre que se haga la profesión o se renueven los votos dentro de la Misa, el rito de profesión o de renovación ha de tenerse inmediatamente después del Evangelio.26 17. En la elección de las diferentes perícopas bíblicas o de los textos litúrgicos que aquí se presentan «ad libitum» del Celebrante, obsérvese cuidadosamente la diferencia litúrgica entre profesión temporal, profesión solemne y renovación de votos. En línea con nuestro San José María Tomasi, «unus instar omnium» en el campo de la Liturgia, nuestros religiosos se adhieran a las formas más puras de la Liturgia y las sigan. Así se conseguirá la sobriedad, la dignidad y mayor unidad, tan recomendadas en este punto. 27

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Ibid., 9. Ibid., 10. 24 Ibid., 11. 25 Ibid., 12. 26 Ibid., 13-14. 27 Ibid., 15. 23


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CAPITULO PRIMERO RITUAL PARA LA ADMISION DE NOVICIOS EN LA ORDEN DE CLERIGOS REGULARES 1. En el día en que comienza el Noviciado téngase una celebración en la que se pida a Dios la gracia de obtener el fin propio de este tiempo de probación. 2. Este rito de iniciación se inserta convenientemente en una celebración de la Palabra de Dios que esclarezca la naturaleza de la vida religiosa y la índole propia de nuestra familia religiosa. Puede tenerse dentro de la celebración comunitaria de la Liturgia de las Horas, pero se prohibe tenerlo dentro de la Misa. 3.

El rito debe ser sencillo, sobrio y reservado sólo a la Comunidad.

4. En los textos del rito evítese todo lo que, de algún modo, parezca atentar contra la libertad de los novicios o deforme el verdadero sentido del Noviciado o de esta prueba canónica. 5. Escójase para la celebración de este rito la sala capitular u otro lugar apropiado. En caso de necesidad puede celebrarse en el Oratorio de la casa religiosa.

RITOS INICIALES 6. El rito comienza con el saludo del Prepósito Provincial o su delegado, pudiéndose cantar también un salmo o himno apropiado. 7. Luego la Comunidad se sienta y el Prepósito – sentado también – se dirige a los postulantes, que permanecen de pie, con éstas u otras palabras semejantes:

Queridos hijos, ¿qué nos pedís? Los postulantes contestan conjuntamente:

Muy Reverendo Padre, impulsados por la bondad de Dios, venimos aquí para probar la divina llamada bajo las peculiaridades de vuestra Orden. Os pedimos que nos enseñéis a vivir en pobreza, castidad y obediencia para seguir más de cerca de Cristo según la forma de vida apostólica que san Cayetano instauró en la Iglesia y, así, llevar vida clerical y fraterna vida común a tenor de las Constituciones de Clérigos Regulares.


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El Prepósito responde con estas palabras:

Dios misericordioso os ayude con su gracia y el Divino Maestro os ilumine. Todos:

Amén. 8. Después de esta petición, el Prepósito se levanta y dice:

V. R.

Nuestro auxilio es el Nombre del Señor. Que hizo el cielo y la tierra.

V. R.

El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.

El Prepósito:

Oremos. Ilumina, Señor, nuestra mente con la luz de tu claridad, a fin de que sepamos ver lo que hemos de hacer y logremos realizar lo que es bueno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. O bien:

Oremos. De ti, Señor, nace toda vocación religiosa, escucha las súplicas de tus hijos N. y N., que desean ser agregados a nuestra orden, para servirte con más fidelidad; que nuestra vida de comunidad sea para ellos expresión sincera del amor fraterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. CELEBRACION DE LA PALABRA DE DIOS 9. Se leen textos apropiados de la Sagrada Escritura intercalando la antífona Quaerite primum (Cf. Apéndice Musical I) u otra equivalente con algún salmo apropiado, v.gr. 62, 83, 33.


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10. Concluidas las lecturas, el Prepósito expone a la Comunidad y a los postulantes la naturaleza y objetivos del noviciado teatino o comenta un capítulo apropiado de las Constituciones. Si lo cree oportuno, puede entregar a los postulantes el escudo o emblema de la Orden, o el mismo libro de Constituciones que van a estudiar, o también el libro teatino de ascética «El Combate Espiritual». CONCLUSION DEL RITO 11. Es de alabar que el rito finalice con la Oración universal o de los fieles, previamente preparada, el Padrenuestro y la oración conclusiva que sigue:

Oh Dios, autor y dispensador de la vocación religiosa, sé propicio a las súplicas de tus hijos y concede a estos hermanos, que desean experimentar nuestra vida, conocer cuál es tu voluntad, y a nosotros ayúdanos a ser siempre fieles en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. O bien:

Dios omnipotente y eterno, concede tu favor a estos hijos tuyos N. y N., y condúcelos, en tu bondad, por el camino de la salvación eterna, a fin de que, con tu gracia, deseen y realicen decididamente lo que a Ti te agrada. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. 12. Se canta la antífona Quaerite primum (Apéndice Musical VII), o algún himno o antífona de la Liturgia de la Horas de S. Cayetano, o algún canto vocacional del Cantoral Litúrgico Nacional. Terminado el canto, se invoca la intercesión del Santo con estas palabras:

Oh Dios, que constantemente nos alegras con la protección de nuestro Padre San Cayetano; concédenos que, así como honramos su memoria, sepamos imitar también sus ejemplos. por Jesucristo, nuestro Señor.


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Todos:

Amén. 13. Luego el prepósito entrega los postulantes al Maestro de Novicios, inscribiendo su nombre en el Libro «ad hoc» de la Provincia. El y la Comunidad presente al rito los saludan fraternalmente y se termina la celebración.


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CAPITULO SEGUNDO RITO DE LA PROFESION TEMPORAL DENTRO DE LA MISA 14. El rito que se describe en este capítulo se realiza dentro de la Misa; solamente pueden utilizarlo los que hacen la primera profesión al término de un regular noviciado (cf. Advertencias Previas, n. 8). 15. Se dice la «misa» que corresponde a la liturgia del día o la «misa ritual» para el día de la primera profesión religiosa conforme a las rúbricas (cf. Advertencias previas, nn. 12-17). 16. El Prepósito Provincial, a quien compete recibir los votos religiosos a nombre de la Iglesia, o su Delegado, preside la celebración de la Eucaristía. 17. Normalmente la profesión se hace ante la sede; ésta si lo piden las circunstancias, puede colocarse delante del altar. Colóquense en el presbiterio los asientos para los novicios que van a profesar de tal manera que los fieles puedan seguir perfectamente toda la Acción Litúrgica. 18. Prepárese en abundancia el pan y el vino para consagrar de manera que haya suficiente para los Ministros y demás fieles que vayan a comulgar bajo las dos especies. Si se emplea un solo cáliz, procúrese que sea suficientemente capaz. 19. Además de lo que se necesita para la celebración de la Misa, prepárese: a) el Ritual de la Profesión: b) el hábito que los novicios van a recibir como signo de consagración; c) el libro de nuestras Constituciones.

RITO DE ENTRADA 20. Reunidos el pueblo y la comunidad teatina y después de preparar bien todo lo necesario, avanza la procesión por medio de la iglesia hasta el altar, mientras el coro, alternando con los demás fieles, entona el canto de entrada. La procesión se hace del modo acostumbrado y es recomendable que tomen parte en ella los novicios que van a profesar, acompañados de su Maestro y del Maestro de juniores de la Provincia. 21. Al llegar al presbiterio hacen la debida reverencia al altar y se colocan en los lugares preparados para ellos. El saludo inicial del que preside la celebración así como el rito penitencial de la Misa conviene que se adapten lo mejor posible a las circunstancias.

LITURGIA DE LA PALABRA 22. En la celebración de la Liturgia de la Palabra se procede en todo del modo acostumbrado y prescrito, excepto lo siguiente: a) Las lecturas se toman de la «misa» del día o de los textos que se enumeran en este ritual (cf. Advertencias Previas, n. 13)


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b) no se dice Credo aunque se prescriba en las rúbricas de la liturgia del día. PROFESION RELIGIOSA PETICIÓN 23. Después de la proclamación del Evangelio, el Prepósito y los demás fieles se sientan; sin embargo, los que van a profesar permanecen de pie ante la sede y hacen la siguiente petición:

FÓRMULA I El Maestro de Novicios dice:

Muy Reverendo Padre, estos novicios, aquí presentes, N. y N., piden respetuosamente ser admitidos a formar parte de nuestra Orden religiosa mediante la profesión temporal. El Prepósito:

¿Han sido ejercitados diligentemente en nuestra disciplina regular y desean permanecer fieles a su vocación? El Maestro de Novicios:

Después de transcurrir un año entero de probación canónica y al término de su noviciado, los juzgamos en el Señor bien dispuestos y preparados. El Prepósito y los teatinos allí presentes dicen:

¡Demos gracias a Dios! FÓRMULA II Uno de los que van a profesar, de pie y en nombre de los demás novicios, se dirige al Prepósito con estas o semejantes palabras:

Muy Reverendo Padre, nosotros, N. y N., después de conocer las Constituciones de la Orden de Clérigos Regulares y de haber vivido fraternalmente con vosotros el año canónico de prueba, te pedimos ser admitidos en la familia religiosa de San Cayetano por la profesión temporal y así abrazar los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia


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para dedicarnos, con nuevo y especial título, a Dios y a la extensión de su Reino. El Prepósito y los religiosos allí presentes responden:

¡Demos gracias a Dios!

HOMILÍA O EXHORTACIÓN 24. Luego se sientan también los que van a profesar y el Prepósito hace la homilía o exhortación. En ella se comentan oportunamente las lecturas bíblicas anteriormente proclamadas y se presenta la profesión religiosa como un especial camino de santificación y un bien para toda la Iglesia y la misma humanidad.

INTERROGATORIO 25. Al acabar la homilía, los que van a profesar se levantan. El Prepósito les pregunta si están dispuestos a entregarse a Dios y a avanzar por la senda de la caridad perfecta, según las Constituciones de nuestra Orden, con estas o semejantes palabras:

Queridos hijos, en el bautismo fuisteis ya consagrados a Dios por el agua y el Espíritu Santo; ¿queréis ahora uniros más estrechamente a El por la profesión de los consejos evangélicos en nuestra Orden de Clérigos Regurales? Los novicios que van a profesar responden todos a la vez:

Sí, quiero. El Prepósito:

¿Conocéis la naturaleza de los votos y las obligaciones de la vida religiosa teatina y habéis ya experimentado convenientemente las leyes y constituciones de nuestra Orden en la que deseáis profesar? Los novicios que van a profesar:

Sí, las conozco y acepto de buena gana. El Prepósito:

¿Queréis guardar castidad por el Reino de los cielos,


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aceptar voluntariamente la pobreza teatina y prometer obediencia para seguir así a Cristo con mayor perfección?

Los novicios que van a profesar:

Sí, quiero El Prepósito:

Que Dios omnipotente os lo conceda por su gracia. Todos:

Amén.

PETICIÓN DE LA AYUDA DIVINA 26. Después el Prepósito invita a pedir el auxilio divino diciendo:

Oremos. Todos, como de costumbre, oran en silencio durante unos momentos; luego el Prepósito añade:

Mira, Señor, con bondad a estos hijos tuyos que en presencia de la Iglesia Católica quieren consagrarte hoy su vida prometiendo guardar los consejos evangélicos; que su modo de vivir, Señor, te glorifique y contribuya a la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. PROFESIÓN 27. Acabada la oración, dos religiosos presbíteros, como se acostumbra en nuestra Orden, se colocan de pie junto al Prepósito Provincial o su Delegado, que permanece sentado, para actuar como testigos. Cada uno de los que van a profesar se acerca al celebrante y lee, de rodillas, la siguiente fórmula de emisión de votos:

Ego, N.N., (nomini adponitur locus originis)


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cúpiens cum maióri ánimi quiéte Deo servíre, intímius Ei me consecráre pressiúsque tota vita sequi Christum, qui me vocávit ad vivéndum iuxta apostolicam vivéndi formam, a sancto Patre Caietáno in Ecclésia restitútam, in mánibus tuis, Pater ________________________________________ (nomen et munus Superioris)

líbera voluntáte ad triénnium (ad annum vel aliud temporis spatium)

paupertátem, castitátem et oboediéntiam vóveo; itémque spóndeo in fratérna caritatite vitám commúnem dúcere secúndum Constitutiónes Ordinis Clericórum Regulárium. Quae ómnia, Spíritus Sancti grátia atque Beáta María Vírgine adiuavánte, perfícere exópto. (Locus) ______________________________________________________

die ______________ mensis _____________________ anni ___________ in ecclésia ___________________________________________________ ego N.N. suprascríptus manu própria scripsi et ípsemet pronuntiávi. 28. Fórmula para emitir votos religiosos en la Orden de Clérigos Regulares, traducida al castellano:

Yo, N.N., (nombre y lugar de nacimiento)

deseando servir a Dios con mayor sosiego de espíritu, consagrarme a El más íntimamente y seguir, toda mi vida, más de cerca de Cristo que me llamó a abrazar la forma de vida apostólica, instaurada por nuestro Padre san Cayetano en la Iglesia, en tus manos, P. _______________________________________________ (nombre y cargo que desempeña)

libre y voluntariamente hago voto por un trienio (un año u otro periodo de tiempo)

de pobreza, castidad y obediencia y además prometo


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hacer vida común en el amor fraterno según las Constituciones de la Orden de Clérigos Regulares. Todo lo cual espero cumplirlo con la gracia del Espíritu Santo y la ayuda de Santa María Virgen. En (nombre del lugar) _____________________________________________ el día _____________ del mes de __________________ de ____________ en la iglesia de ________________________________________________ yo, el infrascrito, lo escribí y yo mismo lo pronuncié. Luego se acerca al altar, firma la cédula sobre el ara santa y, depositada sobre la misma, regresa a su lugar.

ENTREGA DE LAS INSIGNIAS DE LA PROFESION TEMPORAL 29. Al acabar esta parte del rito, el Prepósito, asistido por el Maestro de Novicios, entrega a cada uno de los neoprofesos el hábito teatino diciendo:

Que el Señor te revista del hombre nuevo, creado por Dios en la justicia y en la santidad verdadera. El profeso dice:

Amén. Ellos mismos se visten el hábito en el presbiterio o en otro lugar apropiado.

30. El hábito puede ser bendecido con anterioridad, fuera de la celebración, usándose esta oración y rociándolo con agua bendita.

Oremos. Oh Dios, que revestiste de carne mortal a tu Hijo Jesucristo en el seno de la Virgen Madre, derrama tu copiosa bendición sobre estas vestiduras; y concede a tus hijos que, llevándolas, prefiguren en la tierra la futura resurrección y merezcan ser vestidos de inmortalidad.


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Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. 31. Durante la entrega y vestición del hábito, el coro y los fieles cantan alguna de las siguientes melodías: -

Quaerite primum... (Apéndice Musical I) con el salmo 62 u 83; Quaerite primum... (Id. VII), Algún canto vocacional del Cantoral Litúrgico Nacional.

32. Luego los neoprofesos, revestidos ya con el hábito teatino, se acercan al Prepósito que entrega a cada uno de ellos un ejemplar de nuestras Constituciones con estas palabras:

Recibe las Constituciones de nuestra Orden y obsérvalas fielmente para que, progresando en la caridad, desciendan sobre ti la paz y la misericordia divinas. El profeso responde:

Amén. Y se retira a su lugar, permaneciendo allí de pie.

ORACIÓN Y RITO DE ADMISIÓN 33. Terminado todo esto, el Prepósito se levanta y, vuelto hacia los neoprofesos, que se han arrodillado, dice o canta:

Dios misericordioso y clemente, a quien agrada toda obra buena y sin el cual nada puede llevarse a término; escucha, piadoso, nuestras humildes súplicas y defiende de toda mundanidad y afecto pecaminoso a estos siervos tuyos, N. y N., a quienes, en tu nombre, acabamos de recibir, por la profesión de los consejos evangélicos, en nuestra Orden de Clérigos Regulares y, por los méritos de la inmaculada siempre Virgen María,


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de san José, nuestros especiales Patronos, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, de san Cayetano y demás Santos de nuestra Orden, concédeles perseverar firmemente en su santa resolución y lleguen, así, limpios de pecado, al Reino de los cielos y gocen de la compañía de tus elegidos. Todos:

Amén. 34. Dicha esta oración, el Prepósito se sienta y dirigiéndose a los nuevos profesos, que estarán de pie ante él, recita, sin canto, con voz clara, la formula de admisión a la Orden:

Para gloria de Dios y provecho espiritual de vosotros, con licencia del Prepósito General de la Orden, os recibimos en la familia de Clérigos Regulares, fundada por san Cayetano, para que, incorporados a ella temporalmente, disfrutéis con nosotros de los derechos y deberes que os concede la Iglesia. Caminad dignamente en la vocación a la que habéis sido llamados y este hábito, que acabáis de recibir de nuestras manos, os sea defensa y escudo contra los ataques del enemigo y, a la vez, prenda y señal de vuestra pertenencia peculiar a Jesucristo. Los nuevos profesos responden:

Amén. 35. Como signo de su admisión a la Orden, cada uno de los profesos recibe el abrazo del Prepósito y de los demás religiosos teatinos que están en el presbiterio. Finalmente el mismo Prepósito los entrega al Maestro de Juniores de la Provincia, bajo cuyo cuidado y disciplina habrán de permanecer.

CONCLUSIÓN DEL RITO DE LA PROFESIÓN 36. El rito de la profesión se cierra con la Oración universal o de los fieles, pudiéndose elegir la formula propuesta a continuación u otra compuesta «ad hoc».


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ORACIÓN DE LOS FIELES

Participando de una misma fe y una misma caridad, unidos en un mismo Espíritu y una misma esperanza, elevemos a Dios, hermanos, nuestra común oración. R.

Te rogamos, óyenos.

Por la santa Iglesia de Dios: para que todos sus fieles, de cualquier condición o estado, guiados por el Espíritu de Dios y obedeciendo a la voz del Padre, sigan a Cristo, pobre y humilde, y lleguen a participar de su gloria. Roguemos al Señor. R. Por los sagrados pastores de la Iglesia: para que cumplan siempre su deber ministerial según la imagen del Sumo y Eterno Sacerdote pastor y obispo de nuestras almas. Roguemos al Señor. R. Por nuestro(s) hermano(s): para que su amor a Jesucristo lo(s) haga digno(s) testigos(s) y verdadero(s) servidor(es) del Evangelio. Roguemos al Señor. R. Para que, viviendo justa y piadosamente, perseveren toda su vida en lo que hoy han prometido. Roguemos al Señor. R. Para que sean celosos de la verdad y de la justicia, constantes en la adversidad y pacientes en la tribulación. Roguemos al Señor. R. Para que en su predilección por las cosas eternas no desprecien las tareas temporales. Roguemos al Señor. R. Por todos los hombres, especialmente los más pobres y abandonados: para que alcancen una vida digna y participen de las riquezas del mundo, que Dios ha creado para todos. Roguemos al Señor. R. Por los que sufren entre incertidumbres y dudas: para que Dios les abra los ojos del alma y descubran en Él la esperanza que no engaña. Roguemos al Señor. R.


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Escucha, Dios misericordioso, nuestras súplicas para que, quienes asiduamente quieren servirte, sean siempre enriquecidos con tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén. LITURGIA EUCARISTICA 37. Se recomienda que sean los neoprofesos a llevar al altar el pan, el vino y el agua para el sacrificio eucarístico. Mientras tanto se puede entonar un canto apropiado. 38. El Prepósito que preside la celebración eucarística da la paz a cada uno de los religiosos que han hecho la profesión temporal siguiendo la costumbre propia del lugar. 39. Cuando el Prepósito ha tornado el Cuerpo y la Sangre del Señor, se acercan al altar los nuevos profesos para recibir de sus manos la comunión bajo las dos especies. 40. Después de la bendición solemne del Prepósito, la Comunidad, que está fuera del presbiterio, y los familiares de los nuevos profesos, en señal de alegría, pasan a saludar y felicitar a los que han hecho su profesión.


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CAPITULO TERCERO RITO DE LA PROFESION SOLEMNE DENTRO DE LA MISA 41. Para la celebración del rito de la profesión solemne, por la que el Clérigo Regular se entrega perpetua y definitivamente a Dios, son días muy oportunos el 14 de septiembre, en el que nuestros Fundadores dieron principio a la Orden de Clérigos Regulares en la Iglesia, los domingos y las solemnidades del Señor, de la Purísima e inmaculada Virgen María y de nuestros Santos. 42. La profesión solemne debe celebrarse separadamente de cualquier otro rito de iniciación o de profesión religiosa (cf. Advertencias Previas, n. 11). Sin embargo, toda la Acción Litúrgica deberá celebrarse con la solemnidad y carácter festivos propios de este evento decisivo en la vida del teatino. 43. Se dice la «misa» correspondiente a la liturgia del dia o la «misa ritual» para la profesión perpetua de los religiosos, de acuerdo a lo dicho en Advertencias Previas, n. 12. 44. Donde sea posible y cuando la utilidad pastoral de los fieles no exija otra cosa, se invitará a todos los sacerdotes presentes a concelebrar con el Prepósito Provincial o el Delegado que ha de recibir la profesión solemne de sus hermanos (cf. Advertencias Previas, n. 9). 45. Téngase la profesión solemne en la iglesia de la Casa-Juniorado de la provincia, a menos que, con el objeto de obtener una mayor asistencia de fieles, no se prefiera la iglesia parroquial del profeso o cualquier otra iglesia más importante. 46. Dada la importancia que reviste la profesión solemne de nuestros Juniores en la vida de la Orden y en la vida misma de la Iglesia, comuníquese oportunamente a los fieles el dia y la hora de su celebración para que puedan acudir en el mayor número posible. 47. La profesión solemne normalmente se hace ante la sede; ésta, cuando lo pidan las circunstancias, puede colocarse delante del altar. Dispónganse en el presbiterio los asientos para los Juniores que van a profesar de modo que los fieles puedan seguir perfectamente toda la Acción Litúrgica. 48. Prepárese en abundancia el pan y vino que van a ser consagrados de manera que alcance para los Ministros y demás fieles que van a comulgar bajo las dos especies. Si se emplea un solo cáliz, procúrese que sea suficientemente capaz. 49. Además de cuanto se necesita para la celebración de la Misa, prepárese también: a)

el ritual de la Profesión;

b)

las insignias o cruces de la profesión solemne que van a ser entregadas.

RITO DE ENTRADA 50. Reunidos el pueblo y la comunidad teatina y después de preparar bien todo lo necesario para la celebración, la procesión avanza por medio de la iglesia hasta el altar, mientras el coro, alternando


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con los demás fieles, entona el canto de entrada. La procesión se hace del modo acostumbrado y es recomendable que tomen parte en ella los Juniores que van a profesar acompañados de su Maestro de Juniores. 51. Llegados al presbiterio, hacen la debida reverencia al altar y cada uno se coloca en el lugar que le corresponde. El saludo inicial del Prepósito así Como el rito penitencial de la Misa conviene que se adapten lo mejor posible a las circunstancias.

LITURGIA DE LA PALABRA 52. En la celebración de la Liturgia de la Palabra se procede en todo del modo acostumbrado y prescrito, a excepción de lo siguiente: a) las lecturas se toman de la «misa» del día o se emplean los textos enumerados en este Ritual (cf. Advertencias Previas, n. 13); b) no se dice el Credo, aunque así lo prescriban las rúbricas del dia; c) también se omite la Oración de los fieles, al quedar sustituida por la Letanía de los Santos.

LITURGIA DE LA PROFESION SOLEMNE LLAMADA Y PETICIÓN DE LOS CANDIDATOS 53. Terminada la proclamación del Evangelio, el Prepósito y los fieles se sientan; los que van a hacer la profesión solemne permanecen de pie. En este momento el Maestro de Juniores llama por su nombre a cada uno de los candidatos y ellos responden:

Presente. 54. El Prepósito pregunta a los que van a profesar:

Queridos hijos, ¿qué pedís a Dios y su santa Iglesia? Los que van a profesar responden, todos a la vez:

Ser admitidos perpetuamente en la Orden de Clérigos Regulares, en la que, con la ayuda de Dios, queremos perseverar hasta la muerte. Todos:

Demos gracias a Dios. HOMILIA


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55. Los que van a profesar se sientan también, y el Prepósito hace la homilía, en la que, a partir de los textos litúrgicos proclamados, presenta el misterio de la consagración por la profesión de los consejos evangélicos y exhorta a los candidatos a avanzar por la senda de la perfección evangélica, tal Como Dios la inspiró a nuestros santos Fundadores. INTERROGATORIO 56. Al acabar la homilía los que van a hacer la profesión solemne se levantan y el Prepósito les pregunta si están dispuestos a abrazar la vida teatina, tal como está expuesta en nuestras Constituciones. El Prepósito:

Queridos hijos, habéis terminado el segundo y también necesario tiempo de prueba, anterior a la profesión solemne y perpetua en nuestra Orden, que las Constituciones llaman Juniorado. ¿Queréis, ahora, consagraros definitivamente a Dios por la profesión solemne de los consejos evangélicos, según están determinados en nuestro derecho? Los que van a profesar:

Sí, quiero. El Prepósito:

¿Queréis, bajo el impulso del Espíritu Santo, dedicar generosamente toda vuestra vida a Dios y hacer fraterna vida en común, teniéndolo todo en común y viviendo del común, para un mejor servicio al Pueblo de Dios? Los que van a profesar:

Sí, quiero. ORACIÓN LITANICA 57. Todos se ponen de pie y el Prepósito, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:

Queridos hermanos, oremos a Dios, Padre todopoderoso,


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para que derrame su bendición sobre estos siervos suyos, a quienes ha llamado al perfecto seguimiento de Cristo en la Orden de Clérigos Regulares, y los confirme piadosamente en su santo propósito. Fuera del tiempo pascual y entre semana, el diácono dice:

Pongámonos de rodillas. El Prepósito se pone de rodillas delante de la sede; los que van a profesar se postran ante el altar; los demás se ponen de rodillas en el lugar donde están. En tiempo pascual y en domingo, todos, a excepción de los que van a profesar, oran de pie, sin arrodillarse.

58. Los cantores entonan las Letanías propias de la profesión solemne y los demás fieles responden cantando. Cuando bajo una misma letra se presentan varias invocaciones, escójase la más adecuada a las circunstancias de tiempo y lugar. En el lugar correspondiente pueden introducirse invocaciones a aquellos Santos que el pueblo venera con más devoción. Y, sí se cree oportuno, también pueden introducirse otras peticiones.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Santa María Madre de Dios, San Miguel, Santos Angeles de Dios, San Juan Bautista, San José, Santos Pedro y Pablo, San Juan., Santa María Magdalena, Santos Esteban y Lorenzo, Santa Inés, San Basilio, San Agustín, San Benito, San Bernardo, Santos Francisco y Domingo, San Cayetano, San Andrés Avelino, San José María Tomasi, San Ignacio de Loyola, San Vicente de Paúl, San Juan Bosco, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús, Santos y Santas de Dios,

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

ruega por nosotros ruega por nosotros rogad por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros rogad por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros rogad por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros rogad por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros ruega por nosotros rogad por nosotros


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Muéstrate propicio, De todo mal, De todo pecado, De la muerte eterna, Por tu encarnación, Por tu muerte y resurrección, Por el envío del Espíritu Santo,

líbranos, Señor líbranos, Señor líbranos, Señor líbranos, Señor líbranos, Señor líbranos, Señor líbranos, Señor

Nosotros que somos pecadores, a) Para que hagas más fecunda, la vida de la Iglesia, con la oblación y el apostolado de tus hijos, a) Para que aumentes continuamente los dones del Espíritu Santo en tu siervo el Papa N., y en los demás obispos, b) Para que ordenes la vida y el trabajo de los religiosos al progreso de la sociedad humana, b) Para que lleves a todos los hombres a la plenitud de la vida cristiana, c) Para que conserves y aumentes en todas las congregaciones religiosas la caridad de Cristo y el espíritu que animó a sus fundadores, c) Para que asocies más plenamente a la obra de la redención a todos los que profesan los consejos evangélicos, d) Para que compense con tus dones el sacrificio que representa para los padres de estos siervos tuyos la entrega de sus hijos, d) Para que de día en día configures a estos hijos tuyos con Cristo, el primogénito entre muchos hermanos, e) Para que concedas la virtud de la perseverancia a estos hijos tuyos, e) Para que bendigas, santifiques y consagres a estos hijos tuyos, hermanos nuestros, Jesús, Hijo de Dios vivo, Cristo, óyenos. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos.

te rogamos, óyenos te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos te rogamos, óyenos

te rogamos, óyenos te rogamos, óyenos


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59. El celebrante se levanta, mientras el pueblo permanece de rodillas, y con las manos juntas pronuncia esta oración:

Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, y con tu gracia prepara los corazones de tus hijos, para que el fuego del Espíritu Santo purifique los corazones que se consagran a ti, y los inflame vivamente de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. El diácono o la persona que haga sus veces dice:

Podéis levantaros. PROFESION 60. Concluida la oración letánica, dos religiosos presbíteros, según lo que prescriben nuestras Constituciones, se colocan junto al Prepósito, que permanece sentado, y fungen de testigos del acto. En este momento, cada uno de los que van a profesar se acerca al Prepósito Provincial o a su Delegado y lee, de rodillas, la fórmula de profesión de nuestros Mayores que llevará previamente escrita, de su puño y letra, en una cédula apropiada.

FORMULA PROFESSIONIS A MAIORIBUS TRADITA

Ego, N. N., (hie apponitur nomen patriae)

profiteor hódie coram Dómino, et promítto Deo, beátae Maríae semper Vírgini, beáto Petro Apóstolo, beáto Caietáno Patri nostro, Románo Pontífici, venerábili Congregatióni Clericórum Regulárium eiúsque Praeláto suísque successóribus canónice intrántibus et tibi ádmodum, reveréndo Patri ............................................................ (nomen et munus superioris)

oboediéntiam et reveréntiam débitam secúndum régulam


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trium votórum sollémnium Paupertátis, Castitátis et Oboediéntiae eiúsdem Congregatiónis Clericórum Regulárium. Hac in ecclésia civitátis.................................................................................. ipso die ................. mensis............................. anni ........................................ Ego suprascríptus manu própria scripsi et ipse pronuntiávi.

FORMULA DE PROFESION DE NUESTROS MAYORES TRADUCIDA AL CASTELLANO

Yo ................................................................................................................. natural de .................................................................................................... profeso hoy ante el Señor y prometo a Dios y a la Bienaventurada siempre Virgen María, al apóstol san Pedro, a nuestro Padre san Cayetano, al Romano Pontífice, a la venerable Orden de Clérigos Regulares, a su Prelado y sucesores legítimos, y por la misma razón a ti, Reverendo Padre ............................................ (nombre y cargo)

la obediencia y reverencia debida según la regla de los tres votos solemnes de Pobreza, Castidad y Obediencia de la misma Orden de Clérigos Regulares. Día ................... del mes ......................... del año ................................ en la (iglesia) ............................. de la ciudad de ..................................... Yo pronuncié esa fórmula que escribí de mi propia mano. Luego se acerca al altar, la firma sobre el ara santa y, depositada sobre la misma, regresa a su lugar. 61. Después, todos los que han hecho su profesión, arrodillados ante el altar, cantan o pronuncian con voz sonora:

Súscipe me, Dómine, secúndum elóquium tuum et vivam


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et non confúndas me ab exspectatióne mea. (Apéndice musical II) Y todos responden:

Suscépimus, Deus, misericórdiam tuam in médio templi tui. (Apéndice musical II)

BENDICION SOLEMNE O CONSAGRACION DEL PROFESO 62. Terminado lo cual, los neoprofesos permanecen de rodillas, pero el Prepósito se levanta y pronuncia la oración de bendición con las manos extendidas delante del pecho.

Oh Dios, fuente y origen de toda santidad, que de tal modo has amado a los hombres que los ha hecho partícipes de tu divinidad, y no has permitido que este designio de tu amor lo extinguiera el pecado de Adán ni lo cambiaran los delitos del mundo. Ya en el comienzo de los tiempos nos diste en Abel un ejemplo de vida inocente; suscitaste, además, en el pueblo hebreo varones santos y mujeres ilustres en toda virtud, entre las que sobresale la Hija de Sión, la Santísima Virgen María, en cuyas entrañas virginales se encarnó, para la salvación del mundo, tu Palabra, Jesucristo nuestro Señor. Él es la imagen de la santidad querida por ti: se hizo pobre para enriquecernos, se hizo siervo para devolvernos la libertad. Por su misterio pascual redimió al mundo con amor inefable y santificó a su Iglesia, a la que prometió los dones del Espíritu. Tú, Señor, bajo la inspiración del Paráclito, has atraído innumerables hijos hacia el seguimiento de Cristo, para que, dejadas todas las cosas y ligados con el vínculo del amor, se unan a ti con ánimo ferviente y estén al servicio de todos los hermanos. Mira, Señor, a estos hijos tuyos,


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a quienes has llamado según tu providencia, y derrama sobre ellos el Espíritu Santo, para que puedan cumplir fielmente con tu ayuda lo que hoy, llenos de alegría, han prometido. Mediten atentamente y sigan con constancia los ejemplos del Divino Maestro. (Abunde en ellos una castidad sin mancha, una pobreza alegre, una obediencia generosa. Te agraden por su humildad, te sirvan con sumiso corazón, te amen con caridad ferviente. Sean pacientes en la tribulación, firmes en la fe, gozosos en la esperanza, activos en el amor.) Su vida edifique la Iglesia, promueva la salvación del mundo, sea signo preclaro de los bienes celestes. Señor, Padre Santo, sé para estos hijos tuyos apoyo y guía, y cuando lleguen al tribunal de tu Hijo, sé recompensa y premio, para que se alegren de haber consumado la ofrenda de su vida religiosa; así, afianzados en tu amor, disfrutarán de la compañía de los santos, con quienes te alabarán perpetuamente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. Otra plegaria de bendición solemne o de consagración de los profesos:

Dios Padre, por ti florece tu Iglesia santificada, a ti te corresponde la alabanza de toda criatura. En el comienzo de los tiempos creaste un mundo feliz, y al quedar derrumbado por el pecado de Adán, tú prometiste unos cielos nuevos y una tierra nueva. Entregaste la tierra a los hombres, para que la hiciesen fecunda con su trabajo,

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y caminando por ella dirigiesen sus pasos a la ciudad celeste. Sobre tus hijos, iniciados en los misterios sagrados y reunidos en la Iglesia santa, distribuyes los dones variados de los carismas, para que unos te sirvan en la vida matrimonial, y renunciando otros a las nupcias, por el reino de los cielos, comuniquen sus bienes con los hermanos, se amen mutuamente en caridad y, formando un solo corazón, manifiesten la imagen de la asamblea eterna. Te suplicamos que derrames desde el cielo el Espíritu Paráclito sobre estos hijos tuyos que han aceptado las palabras de Cristo con fe constante. Fortalece sus espíritus y conforma su vida a la doctrina del Evangelio. Abunde en ellos, Señor, la caridad mutua y brille el amor a los hombres, para que sean signo claro de que tú eres el único Dios verdadero y amas a todos los hombres con amor infinito. Concédeles, Señor, que, resistiendo firmemente los combates de esta vida, reciban ya ahora el céntuplo que has prometido, y merezcan alcanzar al final el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. ENTREGA DE LA INSIGNIA DE LA PROFESION 63. Después los recién profesos se acercan ordenadamente al Prepósito, que entrega a cada uno de ellos la cruz de la profesión. El mismo Prepósito, teniendo a su lado el Maestro de Juniores que le ayuda, da a besar la cruz al profeso y se la cuelga del cuello, diciéndole

N., recibe la cruz de Cristo, emblema de nuestra Orden, y llévala de tal manera que alcances la vida eterna. En el nombre del Padre,  del Hijo y del Espíritu Santo.


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El profeso responde:

Amén. 64. Entretanto se canta alguna de las antífonas siguientes:

Vos qui reliquístis ómnia et secúti estis me, céntuplum accipiétis, et vitam aetérnam possidébitis. (Apéndice musical III) 0 bien:

Nos autem gloriári opórtet in cruce Dómini nostri Iesu Christi. (Apéndice musical IV)

En caso de bendecir las cruces de la profesión -lo que debe hacerse fuera de la misma celebración- puede usarse la siguiente oración y rociar después las cruces con agua bendita.

Señor, Padre santo, que has puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz y has querido que fuera el único escudo de nuestra Orden; bendice  estas cruces y concede a los que la llevarán, gloriándose en la de nuestro Señor Jesucristo, vivir de tal manera que alcancen la felicidad eterna. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. 65. Después el Prepósito, de pie y dirigiéndose a la asamblea de los fieles, declara perpetuamente incorporados a la Orden a los que acaban de hacer la profesión solemne con estas o semejantes palabras:

Estos hermanos nuestros que acaban de profesar no han sido oyentes sordos del Evangelio, sino que se han hecho imitadores de aquella multitud de quien está escrito que todos tenían un solo corazón y un alma sola; imitadores de aquellos que vendían todo lo que poseían y ponían el precio a


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los pies de los Apóstoles para que éstos lo distribuyeran según las necesidades de cada uno. Estos hermanos nuestros, después de renunciar a todos sus bienes y de abrazar la cruz desnuda para mejor identificarse con Cristo, piden ahora ser incorporados definitivamente y para siempre en el grupo de los que en la Iglesia somos conocidos con el nombre de Clérigos Regulares o Teatinos. Así pues, con la potestad recibida de Dios por el ministerio de la Iglesia y debidamente autorizados por nuestro Prepósito General, recibimos a N. y N. en nuestra Orden religiosa para que, convertidos en verdaderos y perpetuos hijos de san Cayetano, busquen con nosotros el Reino de Dios y su Justicia y, así, Llenos al final de méritos y buenas obras, obtengan del Remunerador de todo bien el premio prometido. En el nombre del Padre,  del Hijo y del Espíritu Santo. 66. El Prepósito otorga a los neoprofesos el ósculo de bienvenida y hacen lo mismo los religiosos teatinos que están en el presbiterio. 67. Mientras se prolonga el abrazo fraterno otorgado a los nuevos profesos, el coro canta con el pueblo:

Confírma hoc, Deus, quod operátus es in nobis a templo sancto tuo quod est in Ierúsalem. (Apéndice musical V) 0 bien:

Ecce quam bonum et quam iucúndum, habitáre fratres in unum. (Apéndice musical VI) 68. Luego los religiosos que acaban de profesar vuelven a su sitio y continúa la celebración de la Misa. Se omite la Oración de los fieles.

LITURGIA EUCARISTICA 69. Se recomienda que los neoprofesos, que han hecho la oblación total y perpetua de si mismos al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo sean los que, hoy, llevan las ofrendas de pan, vino y agua para el sacrificio eucarístico hasta el altar. Mientras tanto se puede entonar un canto apropiado. Evítese toda procesión de ofrendas que no esté a tono con la liturgia. 70. En las anáforas o preces eucarísticas hágase conmemoración de la ofrenda personal de los nuevos profesos, usándose los formularios que aparecen en el misal de la Iglesia romana. 71. Después que el Prepósito ha tomado el Cuerpo y la Sangre del Señor, se acercan al altar los nuevos profesos para recibir de sus manos la comunión bajo las dos especies.


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RITO DE DESPEDIDA 72. Acabada la oración de después de la comunión, los nuevos profesos se colocan delante del altar y el Celebrante, vuelto hacia ellos, puede decir:

Dios, autor de todos los dones, os llene de su gracia y bendición para que, a imitación de san Cayetano, edifiquéis su pueblo santo con los trabajos de vuestra vida y la santidad de vuestras costumbres. Todos:

Amén. El mismo Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo os haga testimonio y signo del Amor divino en medio del mundo. Todos:

Amén. Y Él, que se ha dignado llamaros al perfecto seguimiento de Cristo en la Orden de Clérigos Regulares, sea, al final de vuestra vida, premio y corona en el Reino de los cielos. Todos:

Amén. 73. Luego, dirigiéndose a toda la asamblea de fieles, dice:

Y a todos vosotros, que habéis tomado parte en esta Acción Litúrgica, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo  y Espíritu Santo. Todos:

Amén.


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74. Una vez que los Ministros sagrados se han retirado del altar y se ha terminado la celebraci贸n de la Eucarist铆a, la comunidad y los familiares saludan y felicitan a los que han hecho su profesi贸n.


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CAPITULO CUARTO RITO PARA LA RENOVACION DE VOTOS DENTRO DE LA MISA 75. Como ya se dijo en advertencias previas, n. 10, la renovación de votos se hace o con valor jurídico, cuando se prorroga el tiempo de Juniorado, o por devoción en algunas circunstancias especiales. 76. En uno y otro caso, celébrese el rito de la renovación dentro de la Misa con la máxima sobriedad. 77. La renovación al término del trienio de Juniorado, para el que se hizo la profesión temporal, la otorga y la recibe el Prepósito Provincial su Delegado, debiéndose en este caso tomar en cuenta las rúbricas nn. 26-28 de este Ritual. 78. La renovación devocional dentro de la Misa requiere determinadas adaptaciones que deberán ser preparadas cuidadosamente para no empañar la naturaleza de la acción que se realiza.

RENOVACION CON VALOR JURIDICO 79. Hágase en la Misa de la Comunidad, sin mayor solemnidad. Al término del Evangelio, el Maestro de Juniores se dirige al Prepósito Provincial o su Delegado que preside la celebración eucarística con estas o semejantes palabras:

Muy Reverendo Padre, N. N. de nuestra Orden de Clérigos Regulares, al que se le ha otorgado prórroga de Juniorado pide con respeto emitir en sus manos los votos religiosos por... (se dice el espacio de tiempo por el que renovará)

y prolongar así el tiempo de su probación en nuestra Orden. 80. El Prepósito invita a todos a sentarse y dirige a los circunstantes unas palabras de exhorto y de estímulo. Al acabar la homilía, el Celebrante pide la ayuda de Dios, diciendo, por ejemplo:

Oremos, queridos hermanos, a Dios, fuente de toda perseverancia, en favor de estos hijos suyos, que hoy van a renovar ante la Iglesia su profesión religiosa. Todos oran en silencio durante unos momentos. Luego el Celebrante dice:

Mira, Señor, a estos hijos tuyos, que en tu providencia has llamado a la perfección evangélica,


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y concédeles misericordioso que, perseverando siempre en tu amor, lleguen a la meta del camino que con alegría comenzaron. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amén. Luego, como se acostumbra en nuestra Orden, dos religiosos sacerdotes se colocan de pie a su lado, para fungir de testigos. Avanza el que va a renovar votos y con la cédula previamente escrita se arrodilla ante el Prepósito y la pronuncia con voz clara y sonora. La firma en el altar, donde queda depositada durante la celebración del sacrificio eucarístico, y se retira a su lugar. 81. El Prepósito invita a levantarse y se hace, debidamente adaptada, Oración de los fieles o universal n. 36 82. En todo lo demás la celebración de la Misa no presenta otras diferencias.


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RENOVACION DEVOCIONAL 83. La renovación devocional difiere intrínsecamente de la anterior por lo que en las Advertencias Previas se ha dicho que no se recomienda hacer públicamente dentro de la Misa lo que sólo es devoción privada. Sin embargo, si parece oportuno renovar los votos en determinadas ocasiones, se puede insertar, después de la homilía, un rito sobrio en el que los religiosos emitan ante los fieles, sin determinaciones de tiempo y lugar, la formula del n. 27. 84. La fórmula para estas ocasiones podría decir:

Yo, N. N., -

(al término de estos Ejercicios Espirituales) (en el XXV o L Aniversario de mi profesión) (u otra circunstancia)

queriendo servir a Dios con mayor sosiego de espíritu, consagrarme a El más profundamente y seguir, con toda mi alma, más de cerca a Cristo en la forma de vida apostólica, instaurada por san Cayetano en la Iglesia, renuevo hoy, libre y voluntariamente, mis votos de pobreza, castidad y obediencia, y prometo, además, llevar fraterna vida común según las Constituciones de nuestra Orden. Dios me ayude a cumplir mi compromiso de modo que, buscando ante todo su Reino y Justicia, merezca alcanzar los premios del Cielo. 85. Tanto la Oración de los fieles Como los textos litúrgicos empleados en esta celebración de la Eucaristía deben estar debidamente seleccionados y adaptados a las circunstancias.


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