paisajeMX @ MUERTE

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CONTENIDO 4

EDITORIAL

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COLABORADORES INVITADOS “El paisaje de Nod” @ J. Gutíerrez

SECCIONES 12 14

La importancia de los objetos en la muerte. @ Mercedes Mata Boyer Cementerios naturales. @ Fortino Acosta

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La muerte del paisaje dentro del citadino. @ Pamela López Necrópolis vertical. @ Perla Flores Rivera

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El símbolo de las perlas y las conchas en los ritos funerarios. @ Ramiro V.I. La muerte chiquita @ Jorge CR

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Información Nutricional octubre-noviembre. @ Al Monte

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Anhelo de la Muerte. @ Friedrich von Hardenberg (Novalis) Descendamos al seno de la Tierra, dejemos los imperios de la Luz; el golpe y el furor de los dolores son la alegre señal de la partida. Veloces, en angosta embarcación, a la orilla del Cielo llegaremos. Loada sea la Noche eterna; sea loado el Sueño sin fin. El día, con su Sol, nos calentó, una larga aflicción nos marchitó. Dejó ya de atraernos lo lejano, queremos ir a la casa del Padre. ¿Qué haremos, pues, en este mundo, llenos de Amor y de fidelidad? El hombre abandonó todo lo viejo; ahora va a estar solo y afligido. Quien amó con piedad el mundo pasado no sabrá ya qué hacer en este mundo. Los tiempos en que aún nuestros sentidos ardían luminosos como llamas; los tiempos en que el hombre conocía el rostro y la mano de su padre; en que algunos, sencillos y profundos, conservaban la impronta de la Imagen.

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EDITORIAL

Los tiempos en que aún, ricos en flores, resplandecían antiguos linajes; los tiempos en que niños, por el Cielo, buscaban los tormentos y la muerte; y aunque reinara también la alegría, algún corazón se rompía de Amor.

De un modo misterioso e infinito, un dulce escalofrío nos anega, como si de profundas lejanías llegara el eco de nuestra tristeza: ¿Será que los amados nos recuerdan y nos mandan su aliento de añoranza?

Tiempos en que, en ardor de juventud, el mismo Dios se revelaba al hombre y consagraba con Amor y arrojo su dulce vida a una temprana muerte, sin rechazar angustias y dolores, tan sólo por estar a nuestro lado.

Bajemos a encontrar la dulce Amada, a Jesús, el Amado, descendamos. No temáis ya: el crepúsculo florece para todos los que aman, para los afligidos. Un sueño rompe nuestras ataduras y nos sumerge en el seno del Padre.

Medrosos y nostálgicos los vemos, velados por las sombras de la Noche; jamás en este mundo temporal se calmará la sed que nos abrasa. Debemos regresar a nuestra patria, allí encontraremos este bendito tiempo.

¿Qué es lo que nos retiene aún aquí? Los amados descansan hace tiempo. En su tumba termina nuestra vida; miedo y dolor invaden nuestra alma. Ya no tenemos nada que buscar –harto está el corazón–, vacío el mundo.


DIRECTORIO paisajeMx.@EQUIPO COLUMNISTAS Y EDICIÓN Mercedes Mata Boyer Mtro. Fortino Acosta Moreno Pamela López-García

Perla Flores Rivera Misael Ávila Mejía Jorge Cedillo Rodríguez Ramiro V.I. .

COLABORADORES INVITADOS

J. Gutíerrez

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Al Monte

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INVITADOS


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Muerte El sĂ­mbolo de las perlas y las conchas en los ritos funerarios Por Ramiro V.I.

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La naturaleza se encuentra en un vaivén, es cíclica, se está renovando constantemente. Si bien la muerte no es un símbolo, si la podemos expresar como un destino, irremediable. Es importante hacer notar que en todo momento, dentro de la mente del hombre antiguo, la sacralidad es se ve manifiesta en elementos de la naturaleza, y es por ello que tenemos una gran riqueza de mitos que dan cuenta de esa riqueza y diversidad. La renovación cíclica que acontece en la naturaleza por sí misma, ha sido uno de los conflictos más grandes del ser humano. El tener conciencia de su muerte, situándose en un mundo infinito y cíclico, despertó un sentimiento de angustia y temor por dejar de existir. Sin embargo la esperanza de una vida superior a otro nivel, ha dado origen ritos simbólicos de preparación para esa nueva vida. La muerte simboliza la regeneración.

Cementerio de la Misión de Carmel con las tumbas de los indígenas decoradas con conchas. Foto Joerg Hackemann

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Tumba cubierta por conchas en cementerio español. Foto Mlnilsson

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Desde los primeros habitantes del mundo, hablando desde el neolitico en un principio, pero siendo intensificado en el paleolítico, con el hombre de Neanderthal y el Homo sapiens, es decir desde la concepción del Homo religiosus y el homo silbolicus, se han encontrado vestigios de ritos de culto a la muerte y del enigma de lo que existe después de la muerte. En un principio se creía en tener cerca a los muertos, por ello los primeros cementerios se encontraban cerca de los poblados. En las tumbas de Usbekistan se encontraron, conchas y perlas junto a los cuerpos, los cual nos hace ver la posibilidad de un contenido simbólico en los objetos depositados, según Mircea Eliade el símbolo de la concha en creencia funerarias es el “segundo nacimiento”.


El simbolismo de las conchas y las perlas se extiende por todo el mundo, en la China antigua se enterraba al difunto con jade símbolo del yang, que se opone a la descomposición, en conjunto con las conchas se refiere a un fin en particular es el destino, mientras que el jade evita la descomposición, las perlas y las conchas preparan al difunto para un nuevo nacimiento: “Según Li Ki, el ataúd estaba adornado por cinco filas de conchas preciosas y de tabletas de jade. El culto funerario chino, además de la ostra pei, utilizaban el mayor y mas fino de los mejillones Shen. Mejillones y conchas bivalvas se colocaban en el fondo de las tumbas. Cheng Hüan comenta así esta costumbre “Antes de bajar el ataúd, se debe recubrir de Shen el fondo de la tumba para impedir la humedad” (Karlgren, Some fecundity simbols pág 41). En la boca del muerto se ponían perlas, y el rito funerario en uso para los soberanos de la dinastía Han, precisa que sus bocas se llenen de arroz, de perlas y de jade, como indica la costumbre…”1

1 Mircea Eliade “Imágenes

ISBN: 84-306-1001-4

Dentro de los rituales funerarios en la India, se realizaban caminos de conchas que conducían desde la casa del difunto hasta el cementerio, en ciertos lugares se cubre de perlas la boca del muerto. En África se extiende una capa de conchas en el fondo de la tumba. Relata Eliade en su obra Imágenes y símbolos, que en la gruta de Cavillon había cerca de ocho mil conchas marinas, en su mayoría teñidas de rojo, y una décima parte estaban perforadas. El simbolismo de las perlas y las conchas en los ritos fúnebres son un ojo que nos permite ver que en la antigüedad se creía que existe algo después de la muerte, y que al mismo tiempo nos entrega el ideal de la nueva vida, de un segundo nacimiento, y las perlas y conchas son ese motivo de preparación para la iniciación en la siguiente vida, o la renovación de la presente.

y símbolos”. Editorial Taurus, sexta edición. Madrid 1987. pp 146.

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Editada y publicada el 20 de octubre 2012, México, D.F. Del. Coyoacán.

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