CONSIDERACIONES PARA UN APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL OVALLE

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CRÉDITOS Edición General / Corrección de Textos: Paisaje Rural Investigación & Gestión de Proyectos Limitada Corrector de Prueba y Estilo: Juan García Ro Diseño: Verónica Pinilla Alaniz Fotografías: Págs. 11, 12, 13, 14, 15, 16, 37, 38, 85, 86, 122, 139 y 140 Paisaje Rural Investigación & Gestión de Proyectos Limitada ISNB: 978-956-09019-0-3 Registro de Propiedad Intelectual: Nº A-278726 Derechos Reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o medio. Imprenta: Adros Impresores Santa Elena 1955, Santiago de Chile Primera Edición Junio 2017 100 Ejemplares www.paisajerural.cl contacto@paisajerural.cl Financia: Consejo Nacional de la Cultural y las Artes Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes Fondart Regional 2017 Ejecuta: Paisaje Rural Investigación & Gestión de Proyectos Limitada Patrocinan: Ilustre Municipalidad de Ovalle Centro Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos CIEL, Universidad de la Serena



ÍNDICE Presentación Comunidad

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CAPÍTULO 1 El Patrimonio Cultural de la Comuna de Ovalle

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Valor Sociocultural de la Arquitectura Tradicional del Limarí Sergio Peña Álvarez

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Tipologías del Patrimonio Cultural Construido de la Provincia del Limarí Danilo Segovia Morgado

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CAPÍTULO 2 La Importancia de proteger el Patrimonio

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Estado de Conservación de un Inmueble Patrimonial y Principales Intervenciones para su Recuperación y Conservación Ronald Caicedo Garay

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Conocimiento Tradicional como Herramienta para la Conservación del Patrimonio Construido Renzo Espinace Olguín

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Lineamientos para la Intervención del Espacio Público en una Zona Típica Rural 75 Benjamín Baeza Ferdinand CAPÍTULO 3 POTENCIAL Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DEL PATRIMONIO CULTURAL RURAL

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Conservación Sostenible de la Arquitectura Tradicional en Contextos Rurales Ronald Caicedo Garay

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Metodología de Valoración Integral para la Valorización del Paisaje Rural Roxana Lebuy Castillo

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El Paisaje Rural como Recurso Socioeconómico. Herramientas Legales para el Financiamiento de Iniciativas de Desarrollo Sustentable Vinculadas al Patrimonio Cultural Yocelyn Pinilla Alaniz

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Bibliografía

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PRESENTACIÓN La comuna de Ovalle integra un territorio excepcional, es rico en recursos naturales y culturales, preservados por miles de años por sus comunidades. Sin embargo, los agentes de riesgos ambientales y antrópicos, como sismos, sequías, inundaciones, recambio de población y los efectos de una economía extractiva aplicada a la zona, han puesto en estado de emergencia su conservación. Las reflexiones plasmadas en este libro son un modesto aporte al desarrollo territorial de la comuna de Ovalle. Solo uno de varios que requiere este territorio para un verdadero desarrollo sostenible a partir de su valioso patrimonio. El Taller de valoración del patrimonio cultural y natural de la comuna de Ovalle desde su planificación se gestó por el equipo de Paisaje Rural, pensando en una instancia de retroalimentación no solo de los profesionales que expondrían su experiencia sino también de quienes asistirian en calidad de alumnos, de la comunidad organizada, de las autoridades locales presentes y de la Universidad. Cada uno de ellos, desde su posición de poder ha de procurar alianzas, acuerdos y fijar rutas de orientación que permitan conducir los esfuerzos dispersos en el mismo camino: el desarrollo sostenible. La participación será entonces un eje fundamental para la conservación del patrimonio, en la toma de decisiones y en la planificación territorial, el riesgo y la pérdida del patrimonio generarán instancias de confrontación pero también de oportunidades, que posibiliten sensibilizar y conservar. El desafío que tenemos por delante de conservar nuestros recursos naturales y culturales es urgente, sitios y poblados con un imponderable valor cultural y ambiental están en riesgo, y el sector rural es el más vulnerable. El sentido de pertenencia del hombre con su tierra ha de preservar su identidad y ha de preservar el territorio que ha transformado culturalmente durante siglos para heredarlo a sus hijos. La riqueza patrimonial y cultural de nuestra provincia del Limarí, a todos los que amamos nuestro terruno, nos plantea una demanda ética que enuncia difundir nuestro patrimonio desde una mirada interdisciplinar y transdisciplinar con un enfoque global para que las nuevas generaciones puedan amar con inteligencia y pensar con amor lo que somos y tenemos y se comprometan con su conservación y sustentabilidad. René Barraza Astorga Centro Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de la Serena, Campus Limarí 7


COMUNIDAD

TERESA GALENO Académica de la Universidad de la Serena Carrera de Pedagogía Básica, Asignatura de Educación Artística Visual Mi interés de participar en esta actividad se debe porque la conservación del patrimonio cultural está vinculada con el estudio del arte, tiene que ver con la historia, tiene que ver con la tecnología. Asistir a este tipo de eventos en un lugar tan hermosos como Barraza, es una importante oportunidad. Revisar estos temas en el lugar que corresponde, es muy valioso. Porque estoy formando profesores básicos, y estos profesores son los que tienen la labor de educar a los niños, a las nuevas generaciones. Muchos van a terminar trabajando en el sector rural y la conservación del patrimonio es algo que les compete transmitir.

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SAÚL TAPIA Comunidad de Barraza Presidente de la Junta de Vecinos Barraza es la cabecera de la provincia de Limarí. Porque acá nace la historia del valle, al ser uno de los enclaves diaguita-español más antiguos del territorio. El taller ha sido fundamental para nosotros porque eso va a permitir en algún momento recuperar a este pueblo, recuperar su historia, recuperar cada casa, cada vereda y proyectarlo turísticamente como la cabecera patrimonial, cultural y turística del Valle de Limarí. Para nosotros este taller va a ser la puerta de entrada para lo que va hacer el desarrollo turístico de este sector y del valle de Limarí. Bueno también para que se desarrolle todo esto aquí en Barraza es necesario que algo nos sirva de plataforma y una buena plataforma es la creación de una corporación que reciba los recursos y desarrolle cada cosa acá en este pueblo. Aquí hay que desarrollar mucho, hay que desarrollar el turismo, pero es necesario el apoyo a través de un organismo superior. La junta de vecinos del lugar no es capaz de dar solución a los problemas que tienen que ver con la estructura e infraestructura de Barraza, solamente la junta de vecinos sirve para el desarrollo social de nuestra gente, pero para lo que es infraestructura y desarrollo turístico del lugar se necesita una organización que puede ser una corporación. Por ello, es necesario contar con las herramientas adecuadas para la gestión de esta patrimonial localidad, y participando de este taller damos un importante paso.

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AURORA TABILO Comunidad de Barraza Dueña del Restorán Cabildo Abierto Ha sido una linda experiencia. Sirve para mostrar el pueblo, para que vengan turistas. Muchas personas han disfrutado con nosotros, como clientes y yo tengo la certeza, la seguridad de que el turismo es una oportunidad de desarrollo sustentable para Barraza. Los visitantes son gente muy cariñosa, muy educada, siempre se van contentos y conformes, porque se sienten bien atendidos y bien acogidos. Gracias a la ayuda de los buenos clientes, de las autoridades, del municipio, y de mucha gente buena que se han interesado por nosotros, hemos salido adelante. El taller ha sido muy interesante, me alegro que hayan venido y que se interesen. Se agradece la inversión del Gobierno, que está destinado fondos para aprovecharlos en aprender. Dar las gracias por el apoyo y por este curso que si bien es cierto fueron tres días, fueron de mucha importancia. Si todos podemos aprender, podremos emprender.

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PEDRO ESPINOZA Comunidad de Barraza Soy nacido y criado en este pueblo. Por razones de la vida tuve que salir de mi pueblo y hacen 20 años que volví acá a mi tierra. Este pueblo en la antigüedad se llamaba San Antonio de la Villa. Al pasar los años, llegó un señor que se llamó Antonio Barraza Crespo, le decían el Capitán Barraza. Llegó joven, más o menos en 1630 y él fue quien le dio nombre al pueblo de Barraza. La virtud que tuvo este señor, fue que antes de morir le dejó dicho a su familia que cedieran el terreno donde está ubicada actualmente la Iglesia. El templo se construyó en 1794-1795, y hoy es Monumento Nacional. El taller fue positivo, totalmente positivo. Algo así nos hacía falta, que alguien nos viniera a conversar y a enseñar sobre la conservación del patrimonio, para ver qué es lo que podemos hacer para contribuir con ello. Hacer cosas para que nuestro pueblo sea conocido por nosotros, y no por la gente de afuera. Hablar sobre mi pueblo de Barraza, esa es la manera que tenemos de darnos a conocer. Ojalá que sea más conocido. Gracias a Dios tenemos un buen camino hacia al pueblo que permite que las personas vengan a visitarnos.

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CAPĂ?TULO 1 El Patrimonio Cultural de la Comuna de Ovalle


Valor Sociocultural de la Arquitectura Tradicional del Limarí Ponencia de Sergio Peña Álvarez, Historiador Universidad de La Serena, Chile Maestro en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural El valle del Limarí en épocas pasadas era inminentemente rural y los escasos poblados que había eran pueblos de indios como Huamalata, Guana, Combarbalá1 y el resto de la población vivía en viviendas aisladas o en pequeños grupos de viviendas cerca de un enclave minero, una majada de cabras o algún camino vecinal o de alguna hacienda importante. Las construcciones se adaptaban al entorno, si era a orilla de un camino de pendiente la fachada de la casa quedaba de un piso hacia el camino y de dos o más hacia el valle. En otros casos las viviendas se confeccionaban con barro y quincha y eran a veces más esporádicas, pues se ubicaban donde habían minas, majadas o cultivos temporales. La vivienda de los arrieros en la montaña también era otra construcción típica, usualmente eran de piedra y de techo de totora llamado techo cuyano. Otras eran hechas de adobe, quincha y de los materiales que se encontraran disponibles en el lugar donde estaban asentadas. El techo era de coirón, recurso ampliamente usado en tiempos coloniales no solo en viviendas campesinas sino también en casas patronales e iglesias como lo podemos desprender de la revisión de documentos notariales que se encuentran depositados en el archivo nacional histórico. Escasos ejemplos se encuentran de edificios techados con tejas, solo lo hemos podido constatar en la iglesia de Barraza y en algunas edificaciones de la villa de Combarbalá. Posteriormente, a raíz de la política ilustrada de los Borbones, se delimitaron urbanamente los antiguos pueblos de indios y se creó la primera fundación urbana en el valle del Limarí, que correspondió a la villa de San Francisco de Borja de Combarbalá.

Combarbalá Última Fundación Dieciochesca En el año 1788, acompañado de un sequito de asesores y 25 dragones, Ambrosio O`Higgins se dirigió al norte del territorio en una larga visita que llegaría hasta Copiapó, en esta visita aprovecharía de regular la conducta funcionaria, remediar los abusos, reorganizar las milicias y la defensa de la costa. Además fundaría varias ciudades, en el extremo norte, Vallenar y en las estribaciones cordilleranas del Limarí la ciudad de Combarbalá, más al sur refundaría Illapel. 1   Peña Sergio, El Niño Dios de Sotaquí, p, 17.

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El 15 de noviembre de 1788 llegó al asentamiento de Combarbalá, en este lugar, las personas que allí vivían desde hacía muchos años en las inmediaciones de la modesta iglesia solicitan verbalmente al gobernador la fundación de una villa. El 13 de marzo de 1789 piden a través de una petición escrita que haga efectiva la fundación de la villa.2 O´Higgins luego de su vuelta del viaje al norte, retoma su cargo y solicita al fiscal señor Pérez de Uriondo que analice la disputa entre el encomendero Manuel Varas y Juan Ignacio Flores sobre las pertenencia de las tierras donde alzaría la villa. Después de levantado los informes del Fiscal Pérez de Uriondo y convencido como todos los ilustrados de su época que con la fundación de ciudades contribuiría al desarrollo de la vida civilizada, a arrancar a los campesinos de la sumisión de los terratenientes y a fomentar el comercio, decreta en Santiago el 30 de noviembre de 1789 la fundación de la villa de San Francisco de Borja de Combarbalá.3 El acta mencionada es explícita en cuanto al deseo de los pobladores de vivir y construir una población en terrenos en los cuales pudiesen hacer sus casas con propiedad. En enero de 1790, Ambrosio O´Higgins envía un oficio a Juan Ignacio Flores superintendente de la nueva villa, en éste le expresa órdenes claras para la configuración de la plaza y también señala que siendo las tierras de la nueva fundación de los naturales de Combarbalá, se les dé preeminencia a ellos en la repartición de los solares. También en otro oficio destinado a Antonio Martínez de Mata le ordenó confeccionar los planos de los pueblos de indios de Sotaquí y Huamalata y el de la villa de Combarbalá.4 Combarbalá sigue una trama urbana de damero español; sin embargo su centro donde está la plaza de armas es flanqueado por solo cuatro calles al igual que las plazas de Vallenar, Rancagua y Santa Cruz en la Provincia de Colchagua. Luego de trazado el plano urbano; se procedió a efectuar una matrícula de población donde fueron identificadas las familias pobladoras y su condición étnica y social. Es importante indicar que cuando se creó el plan urbano, allí se estableció el terreno para la iglesia parroquial, que es el mismo sitio donde actualmente está emplazada. 2   Villagrán; Arnaldo, Combarbalá historia de su fundación, p, 34. 3   Op cit., p.43. 4   Op cit., p.50.

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A pesar de los preparativos e incentivos la configuración del poblado tardó varios años, lo mismo ocurriría años más tarde con la fundación de Ovalle. No obstante este fue el primer pueblo en contar con viviendas con fachada continua, que fue una característica de los núcleos urbanos consolidados en Chile, entre el siglo XVI y XIX.

Plaza e Iglesia de Combarbalá. Fotografía Ifman Huerta, 1990

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El Caso de Barraza Primera Fundación Republicana en el Valle del Limarí Si bien es cierto que Barraza se había ido formando en el siglo XVIII alrededor de la hacienda de Antonio Barraza, a comienzo de siglo XIX era un asentamiento de trapicheros, comerciantes mineros, aviadores de cobre y campesinos. Solo a partir de 1817 con la participación de sus vecinos en los combates de Barraza y Salala en el marco de la independencia nacional es que adquirió gran preeminencia como centro poblado y administrativo del valle del Limarí, adquiriendo el título de villa, por parte de O’Higgins en el siguiente decreto:” “Por su población numerosa, por su situación geográfica y por la feracidad de su territorio abundante en minas y por las pruebas que han dado sus habitantes a su decidido patriotismo antes y después de la brillante acción que con su auxilio se ganó sobre los enemigos el 11 de febrero de 1817, en el mismo; es acreedor a que se le nombre partido independiente de Coquimbo, creando la villa cabecera con un Teniente Gobernador y un Procurador cuya solicitud fue aprobada e informe del Gobernador e Intendente de Coquimbo. Declaro que el Valle de Barraza quede hoy en el Rango de Partido de la jurisdicción de Coquimbo cuyo nombre será en adelante el de San Antonio del Mar en toda la expansión de su territorio, que su población principal se titulará en adelante La villa de San Antonio del Mar”.5 Firmado O’Higgins Una configuración urbana que se puede apreciar actualmente en un plano que nos quedó de aquella época, el cual se mandó a confeccionar a José Miles, vecino del lugar, que muestra, la plaza, la iglesia y las principales calles del pueblo. A partir de ese momento se comenzó a diseñar en Barraza un trazado urbano con una tipología de viviendas de fachada continua en las calles principales y frente a la plaza. Actualmente algunas de estas viviendas han desaparecido, mientras que en puntos más alejados de la calle principal se encuentran algunas de ellas que aún conservan techos de coirón al igual que en el pasado colonial, el resto de las viviendas posee techo de zinc. En algunos tramos de las veredas aún se conservan retazos del pavimento de huevillo muy usado en la época colonial, asimismo, las acequias coloniales, todavía atraviesan el poblado para regar los huertos interiores. Estas mismas acequias riegan la plaza que 5   Actas1818-1824,CLS vol,44,fj 10, ANH

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tiene forma rectangular cerrada con muros bajos de piedra y cemento, sus entradas son angostas para evitar la entrada de animales. Conserva especies arbĂłreas nativas tales como pimientos centenarios junto a otras importadas, como pinos de Norfolk.

Plano de Barraza, JosĂŠ Miles, 1818, ANH, Santiago

Iglesia de Barraza y plaza 1980. Ernesto Huerta.

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Hegemonía Urbana de Ovalle en el Valle del Limarí En el año 1831 La Asamblea Provincial de Coquimbo, siguiendo los principios dieciochescos ordena fundar otra villa en el valle del Limarí, con las siguientes palabras: “La Asamblea considerando que entre la villa de Combarbalá y la Capital de la provincia hay una población de más de 30.000 habitantes esparcidos a largas distancias que viven en el más deplorable estado de ignorancia careciendo en absoluto los beneficios de la religión, hallándose en la necesidad de sufrir toda clases de vejaciones de los propietarios por estar distante las autoridades que deben defenderlos y aun a ser víctimas de los más perjudiciales monopolios. Sin embargo no todos los habitantes del valle del Limarí estuvieron de acuerdo, se opusieron los de Sotaquí pero principalmente y con mucha fuerza los de Barraza pues aducían que Tuquí estaban bajo la jurisdicción de Barraza y también a la valentía de los de Barraza que los había hecho merecedor al título de villa, habiendo combatido a los realistas en el campo de batalla. Sin embargo a pesar de todo se hizo efectivo el decreto de fundación y se nombraron autoridades entre ellas Gobernador, Alcalde y Procurador General. El encargado de trazar la planta de la villa fue el ingeniero francés don Pedro Coustilhas quien también había trazado la Alameda de Las Delicias en Santiago.6 La planta urbana se estructuró en calles distribuidas en el tradicional estilo damero tratando de superar la accidentada topografía del terreno con rellenos. El plano original, como puede verse en este plano de 1879, incluyó nueve calles cortas de norte a sur y seis calles largas de oeste a este. En cuanto a la edificación de la ciudad esta sería de fachada continua y se establecería en torno a los solares vendidos por el Gobierno, tomó varios años para que todos los solares estuvieran edificados. Las primeras viviendas edificadas en la ciudad fueron levantadas en la calle principal y frente a la plaza, entre ellos los edificios públicos, la iglesia parroquial, la municipalidad y la cárcel. Para la construcción de viviendas urbanas de distintos tamaños y facturas, se trajo desde los campos a maestros albañiles que ya habían tenido experiencia como constructores en la Villa de Combarbalá o Barraza, como Benito Barrios y el maestro Félix Pineda.7

6   González Edelmira, Ovalle, 1994, p,16 7   Rostro urbano, p, 20

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Plano de Ovalle, Birkerdal, 1879, Museo de Limarí

El impulso de Tamaya, explotación de cobre en las cercanías de la ciudad, permitió dinamizar la economía de Ovalle y de este modo se mejoraron la calidad y tamaño de las viviendas en el centro de la villa, además experimentaría mejoras en el mobiliario urbano y la plaza y alameda comenzarían a tomar formas de paseos públicos. De las tres villas estudiadas, no todas corrieron la misma suerte, Ovalle experimentó con el tiempo un notable crecimiento y desarrollo económico, constituyéndose en el eje principal del valle del Limarí. En tanto Combarbalá siguió en términos más lentos los pasos del desarrollo, sufriendo grandes transformaciones en su casco urbano tradicional. Finalmente, Barraza se detuvo en el tiempo, conservando su fisonomía de comienzos del siglo XIX, conservándose de esta manera un rico patrimonio cultural que esperamos siga siendo apreciado por los ovallinos y los turistas que acuden al lugar.

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Tipologías del Patrimonio Cultural Construido de la Provincia del Limarí Ponencia de Danilo Segovia Morgado, Arquitecto Construcciones de Adobe del Limarí A partir de la experiencia del proyecto Agua; Tierra y Paja. Construcciones de adobe del Limarí en el año 2007, que consistió en realizar un registro del patrimonio construido en adobe existente en la provincia 10 años después de ocurrido el terremoto de Punitaqui en el año 1997, pudimos visualizar el desarrollo que tuvo la arquitectura de tierra en este sector a través de sus innumerables edificaciones, que pueden definirse a partir de sus particularidades, dentro de una “arquitectura territorial” que está presente en todo el norte chico. Esta arquitectura que emergió en los mismos sectores en donde antiguas culturas molles y diaguitas ya habían dejado huellas de su presencia en los valles transversales en torno a los cursos de agua existentes, está vinculada además a la actividad económica agrícola y minera que definió su forma y desarrollo. El proyecto Agua, Tierra y Paja, contemplaba además una vinculación con la comunidad a través de talleres de patrimonio local, y de acercamiento a las técnicas constructivas de antaño, impartidos en escuelas rurales de las 5 comunas que componen la provincia, presentando a la tierra como el material ocupado históricamente por nuestros antecesores desde épocas precolombinas, poniendo en valor sus cualidades para el construir y el habitar, además de presentar a la tierra como un material 100% biodegradable y adaptable a sistemas sismo resistentes. Para ese año, el 2007, mi cuestionamiento se centraba en la escasa restauración ejecutada por parte del Estado y a las trabas burocráticas y normativas que se tenían que sortear para poder recuperar a todos estos edificios de carácter patrimonial. Ese año, solo dos templos católicos en el casco fundacional de Ovalle, ambos construidos en tierra, eran los únicos templos restaurados/reparados en la provincia: el templo Corazón de María y el templo San Vicente Ferrer; pero en el resto de las localidades, no se corría la misma suerte. Había muchos templos de gran data histórica, algunos en ruinas y otros con daños graves en donde ocurrían las fiestas religiosas y patronales de cada localidad, debiendo muchas de ellas celebrarse en la calle, como el caso de Sotaquí. Gracias al proyecto Agua, Tierra y Paja se pudieron visitar gran parte de los más de 300 poblados y localidades de la provincia, comprendiendo la historia de estos a 22


través de las construcciones y vestigios existentes. De esta manera se va entendiendo lo propio y las singularidades compositivas que se tiene respecto a la arquitectura, los modos constructivos y materialidades de otras regiones, las que deben estar analizadas y puestas en valor desde su contexto histórico, su entorno y el territorio en donde está inmersa. La Conquista del Territorio Los primeros pueblos en la Provincia del Limarí, comienzan a fundarse tras la ocupación española durante los años 1550 hasta el 1700, mediante las entregas de “dotes o mercedes”, llamadas de esta forma a las retribuciones en tierra que realizaba la Corona Española a los conquistadores de este nuevo continente. Para los Reyes Católicos la entrega de dotes aseguraba el pago del servicio de conquista y a la vez cristianizaba en la religión católica a la población indígena y mestiza. Según antecedentes históricos los primeros dotes en la zona fueron Sotaquí en 1550 y Barraza en 1571, siguiendo en los años posteriores Pachingo, Samo Alto, Huana, Huanilla y Salala (ref. “El valle del Limarí y sus Pueblos”. Guillermo Pizarro). Podemos decir que los primeros poblados comenzaron siendo pequeñas concentraciones indígenas existentes, tales como Sotaquí, Huana y Huamalata, lugares en donde los nativos de diversos sectores eran agrupados para conformar la fuerza de trabajo necesaria para domesticar el territorio conquistado. La población indígena local se mezcló con otras provenientes de comunidades más nortinas y de sectores trasandinos, dispuestas para el trabajo de la tierra, la crianza de ganado y caballares y la habilitación de innumerables obras necesarias para la productividad y el habitar humano. Los dotes en un principio eran vastas extensiones de tierra, con limites referenciales como cerros, valles y ríos, que muchas veces eran imprecisos debido al precario conocimiento que se tenía de la zona. Obviamente las mejores tierras para el cultivo y la crianza de ganado fueron ocupadas tempranamente, sobre todo los fondos de los valles, en donde existían cursos de agua, o los sectores precordilleranos, que podían generar un rica producción ganadera movilizando a los animales a pastar en las vegas cordilleranas en época de verano (veranadas). Con el paso del tiempo y la confección de cartografías, fue posible ver de mejor forma el territorio y establecer registros de propiedad individual.

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Curatos establecidos en el S. XVII, para la administración del territorio del Limarí.

Surge así el primer ordenamiento territorial en el año 1680, administrado en ese entonces por la Iglesia Católica y respaldado por la Corona Española, donde se establecían tres “curatos”: Andacollo, Sotaquí y Barraza, que además de tener el rol evangelizador, cumplía con el servicio de inscripciones de dotes y propiedades familiares, nacimientos, defunciones, matrimonios y ejercían también como juez en la distribución de las herencias. Todos estos registros han sido imprescindibles para develar el pasado histórico de la zona, convirtiéndose en importantes documentos de estudios para los historiadores. Para entender las tipologías de la arquitectura del Limarí, debemos entender también este territorio. Es así como la primera división territorial se establece con la división de los curatos, que son definidos para efectuar una organización eclesiásticoadministrativa, otorgada a la Iglesia Católica en épocas de la Colonia. En el Limarí los curatos definieron un régimen expansionista del catolicismo, promoviendo que se establecieran iglesias en cada poblado con una marcada denotación dentro de la geografía del lugar. Estas construcciones requerían de un mayor conocimiento constructivo, dado que se perseguía una mayor cabida, y por ende, significaba la edificación de carácter público más grande dentro de cada pueblo, estableciendo de esta forma en un referente del sistema constructivo y de los elementos compositivos que luego serían aplicados incluso a la construcción de viviendas. 24


Ya en los siglos XVII y XVIII, el desarrollo de los poblados se había incrementado enormemente, como también se habían diversificado las actividades productivas. Distintos productos agropecuarios entre otros eran incluso exportados hacia el Perú. Significativo fue también el desarrollo minero en los sectores de Punitaqui y Combarbalá en el siglo XVIII, que provoca un incremento en la población y por consiguiente un crecimiento de los precarios poblados que existían hasta entonces. Los pueblos del Limarí fueron erigidos con tierra desde sus inicios hasta las primeras décadas del siglo XX, forjando una tradición constructiva importante que ha soportado los embates del tiempo, terremotos y el descuido de los habitantes por conservar sus edificaciones originales, algunas de ellas superando los doscientos cincuenta años de antigüedad. Entre las construcciones emblemáticas destacan antiguas “iglesias” o templos católicos, haciendas, antiguas escuelas y varias viviendas, que evidencian en su forma e imagen un pasado de esfuerzo y de desigualdades sociales que son parte importante de la memoria colectiva e histórica y de nuestra identidad cultural. En todo el Limarí es posible encontrar un pasado constructivo en adobe, quincha o tapiales, usado desde los inicios de la Colonia hasta mediados del siglo XX cuando la arquitectura modernista y el uso predominante del cemento como material de construcción comienzan a transformar la antigua ciudad o poblado. Anterior a la entrada del modernismo, el estilo Neoclásico desarrollado en el siglo XIX, fue quien marcó la decoración de las principales obras. En este caso La Serena era un referente estilístico, que desarrolló adaptaciones del régimen colonial y de los modelos europeos barroco y principalmente neoclásicos, traídos en muchos casos por las órdenes eclesiásticas colonizadoras. Para ese entonces la promulgación de los lineamientos expansionistas y de formas constructivas emanaba desde el Perú como Capital Virreinal. Si comparamos con la arquitectura desarrollada en La Paz o Arequipa, estas ciudades tuvieron un mayor desarrollo ornamental en elementos complementarios y en las caracterizaciones de las fachadas, como lo aportado por el Barroco de los siglos XVII-XVIII, que se caracteriza por lo recargado de su decoración. Por lo general, la arquitectura chilena y por consiguiente la arquitectura del Norte Chico fue más bien de líneas puras y de escasa ornamentación, generalmente de estilo Neoclásico que rememora la antigua arquitectura greco-romana pero en un entendido más popular, adaptada a los recursos y medios productivos con el que contaba cada sector y optando a una forma más achatada y gruesa producto de la alta sismicidad que ya había destruido las primeras edificaciones realizadas. 25


Iglesias del Limarí

1. Pichasca/ 2. San Julián. / 3. Hurtado. / 4. El Maqui. / 5. Limarí. / 6. Monte Patria. / 7. Rio Hurtado. / 8. La Torre. /9. Samo Bajo. / 10. Rapel. / 11. Cogotí. / 12. Chañaral Alto

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El crecimiento de nuestro país siempre ha estado ligado al nivel productivo de sí mismo y explica el tiempo de los progresos urbanos y rurales. Con el desarrollo industrial que aportó tecnología y herramientas, fue posible incrementar la producción agrícola y la actividad minera, hechos que repercutieron en un crecimiento económico de la región y por ende en el aumento significativo de su población. El progreso en el Limarí comienza más claramente entre el 1800 y 1850 fecha en donde algunos poblados ya superaban los 1000 habitantes según lo demostraba el censo de 1854. Tal crecimiento demográfico hizo necesaria la construcción de más viviendas y mejoras en la accesibilidad de ciertos lugares. Se producía además una incipiente actividad comercial y surgían así varias haciendas, casas patronales y casas de comerciantes que evidenciaban el buen momento productivo por el cual se estaba pasando. Entre los productos importantes que producían las antiguas haciendas están: ganado vacuno, caballares, charqui y huesillos en los sectores cordilleranos, trigo en los sectores de secano y ganado ovino hacia la costa. La cabra siempre ha estado en el ganado limarino, siendo ya en el 1900 cuando ocurre un incremento considerable en su producción, situación que es concordante con la prolongación de las épocas de sequía. Habitando Territorios Sector Costero: Se puede definir como la primera franja próxima al mar, con presencia de la Cordillera de la Costa que aporta humedad constante. Existe en este territorio una vegetación baja y abundante, ideal para la crianza de animales. Podemos encontrar aquí 2 ejemplos de desarrollo de estancias como las haciendas de Pachingo y El Tangue. Sector Secano Costero: Esta zona, también llamada intervalles, porque representa extensiones de terrenos sin la presencia de cursos de agua importantes, solo esteros que en épocas lluviosas aparecen de manera esporádica. Estas zonas fueron de gran aprovechamiento para la siembra de trigo a través de la denominadas “lluvias”. Tuvo un gran apogeo hacia finales del siglo XIX, en donde incluso se encuentran registros de exportación de trigo desde estas zonas hacia las nacientes zonas salitreras e incluso hacia el sur del Perú. Sectores como Peñablanca, Punitaqui, Manquehua y sector de Los Quiles son ejemplos de esta zona de secano.

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Mapa esquemático de macroterritorios.

Sector de Valles Transversales: Se caracteriza por la marcada presencia del cajón del valle y la escasa zona cultivable solo posible en los terrenos cercanos al río. En esta zona se encuentran muchos de los poblados antiguos de Limarí, Chañaral de Carén, Carén, Hurtado, Pichasca y Rapel entre otros. Estos poblados se distinguen por la fachada continua de sus edificaciones agrupadas al borde del camino con huertas largas que bajan hasta el río. Asimismo, también existen ejemplos con pueblos de tramas urbanas mayores, como Monte Patria, Sotaquí y Combarbalá dadas por procesos fundacionales más planificados y posibilidades topográficas que permitía el relieve. Sector de Valles Cordilleranos: es la zona en donde se encajona y profundiza el Valle. Son zonas donde existen afluentes acuíferos más constantes por la presencia cercana de las nieves cordilleranas que a su vez traen además el ciclo de las veranadas, que consiste en arriar al ganado a las vegas de la cordillera, conocidas por el crecimiento de buenos pastos y agua pura ideal para la crianza de animales, como sucedió con el desarrollo de las haciendas emplazadas en estas zonas, que fueron grandes productores de mulares y caballares, necesarios para todas las labores agrícolas, ganaderas y mineras tanto de los alrededores como del norte de Chile en el siglo XIX y principios del XX. 28


Ejemplos de haciendas y casas patronales en sectores de los valles cordilleranos. 1.Santa Helena en Hurtado, 2. Hacienda el Bosque comuna de RĂ­o Hurtado, 3. Centinela de CombarbalĂĄ.

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Ejemplos de haciendas en sectores bajos de los Valles Transversales y encuentro con zonas del secano. (1. LimarĂ­ Oriente, 2. San JuliĂĄn, 3. La Torre)

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En el Norte Chico podemos distinguir la alta utilización del adobe en todos sus poblados, respondiendo así a una solicitud climática semidesértica dada por la capacidad térmica con que se comportan este tipo de muros al ser expuestos frente a una alta radiación solar. Esta tradición constructiva con adobes se remonta desde los primeros pueblos que habitaron el sector del Limarí. La mezcla de agua, tierra y paja, para conformar adobe, encierra un vínculo entre el hombre con su entorno a partir de la experiencia del habitar. El concepto adobe, ejemplifica la consolidación cultural y la posibilidad de un desarrollo futuro desde el aprovechamiento de los recursos disponibles. (Extractos Agua Tierra y Paja.) La Vivienda La vivienda común siempre se implementó de manera más precaria que los ejemplos de haciendas e Iglesias, dado por aspectos económicos y por la tenencia de la tierra, en donde no solo se ven ejemplos de viviendas autoconstruidas, sino también producidas bajo el complejo de haciendas, en donde se disponían de dependencias para el habitar de los trabajadores de alguna hacienda. Se pueden encontrar en el Limarí viviendas concentradas en un poblado, disgregadas en un sector o localidades y también planificadas en trama cuadricular, como lo que sucede con la ciudad de Ovalle. Por lo tanto también, en la vivienda se encuentra la manifestación del territorio, el tiempo histórico y su conformación sociocultural, estableciendo diferencias entre las viviendas de las familias ligadas a la agricultura en los valles y de las planicies del secano, las viviendas de los crianceros, las de aquellas familias ligadas a la minería, como también las viviendas dispuestas para los inquilinos. Una diversidad basada en un mismo material, pero que en su génesis responde a variables que definen su identidad, una arquitectura del territorio, que emerge desde su entorno y que es clara respuesta de la forma de vida de quienes habitan esta región.

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Ciudad de Ovalle

Varias fachadas de viviendas casco Fundacional de Ovalle.

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CAPĂ?TULO 2 La Importancia de proteger el Patrimonio


Estado de Conservación de un Inmueble Patrimonial y Principales Intervenciones para su Recuperación y Conservación Ponencia de Ronald Caicedo Garay, Arquitecto PUCV Chile Maestro en Conservación y Restauración de BB.CC. Inmuebles ENCRyM México El estado de conservación de un inmueble patrimonial se define mediante la descripción rigurosa de los deterioros que presenta la construcción y sus bienes muebles asociados, el establecimiento de las principales causas de los daños identificados, el análisis de su diseño estructural y la definición de los agentes de riesgo que pueden afectar en la conservación y mantenimiento del edificio. En un país con alta actividad sísmica como Chile, las construcciones tradicionales están permanentemente expuestas a sufrir serios deterioros, y en especial si no cuentan con un mantenimiento adecuado o se encuentran en situación de abandono. Si hoy la intención es recuperar este tipo de edificaciones, es fundamental contar con buen levantamiento crítico y estructural que nos permita contar con la mayor cantidad de antecedentes para definir la filosofía de diseño (de intervención patrimonial) más coherente con sus valores patrimoniales y estado de conservación, y con ello, no atentar contra la autenticidad e integridad del inmueble y garantizar su seguridad sísmica y habitabilidad. En Chile, la gran mayoría de las construcciones tradicionales de los contextos rurales están fabricadas con tierra, piedra y madera. Muchos autores coinciden que, debido a las características intrínsecas de estos materiales, la falta de mantenimiento es una de las causas principales de su deterioro, y si a esto le sumamos la eventual acción de agentes externos como sismos, inundaciones e incendios forestales, sus capacidades de resistir disminuyen considerablemente. Las técnicas constructivas de la arquitectura vernácula se han desarrollado básicamente a partir de la transmisión de conocimientos de origen popular que, como saber tradicional, consisten en una serie de manifestaciones culturales en respuesta a necesidades locales, así como a las condicionantes y recursos que ofrece el ambiente. Un avance tecnológico milenario que gracias a la sucesión de ensayos y errores, las experiencias constructivas exitosas trascendían y los fracasos eran descartados. Sin embargo, muchos de estos conocimientos tradicionales son altamente vulnerables al abandono del territorio y a su acelerada transformación sociocultural, por haber sido transferidos oralmente mediante experiencias vivenciales de una generación a otra, y no estar debidamente documentadas para su difusión y puesta en valor. 36


Esta condición de vulnerabilidad del conocimiento constructivo tradicional no es única del campo chileno, sino más bien, es un fenómeno universal que sufre actualmente la mayoría de los contextos rurales del mundo. La falta de recambio generacional, la migración de la población por la escasa oferta de trabajo, el abandono de las actividades tradicionales, la adopción de tecnología y modelos de explotación de los recursos naturales exógenos, la generalización de materiales y métodos de construcción de carácter urbano y homogeneizador, son algunas de las amenazas más comunes que inciden sobre este tipo de arquitectura. Para definir el estado de conservación de un inmueble patrimonial dentro de un contexto rural, es fundamental comprender cuáles son sus amenazas y vulnerabilidad. Si bien a un nivel técnico, el estado de conservación debe ilustrar en planimetrías la identificación de los principales daños que presenta la edificación (grietas, colapsos, desplomes, entre otros), el establecer sus causas y riesgos, permite orientar de mejor manera los objetivos y alcances de una posible intervención en favor de su restauración y/o conservación. Amenazas y Vulnerabilidad de la Arquitectura Vernácula Rural La R.A.E. define amenaza como todo hecho que puede producir un daño, y vulnerabilidad como a la condición de alguien o algo para poder ser herido o recibir lesión. Sin embargo, cuando hablamos de patrimonio cultural entendemos como amenaza a toda causa externa natural o antrópica que pone en peligro su autenticidad e integridad, y vulnerabilidad al grado de susceptibilidad del bien de sufrir algún tipo de deterioro, pérdida de un valor o distorsión de su significación cultural. UNISDR define como amenaza a todo fenómeno natural peligroso, tales como inundaciones, tormentas, sequías y terremotos, y procesos sociales mal planificados tales como urbanizaciones deficientes y degradación del medio ambiente1. Mientras que utiliza el concepto de vulnerabilidad para referirse al grado de susceptibilidad de estos activos a sufrir daños y perjuicios, debido a insuficiencias de diseño y construcción, falta de mantenimiento, condiciones de vida insegura y precaria, falta de acceso a los servicios de emergencia2 y ubicarse en zonas sísmicas, volcánicas o propensas a sufrir ciclones y huracanes. 1  United Nations, 2013, UNISDR, Global Assessment Report on Disaster Risk Reduction. p248 2  Idem

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En este sentido, es complejo desvincular conceptualmente amenaza de vulnerabilidad al momento de diagnosticar el estado de conservación del patrimonio. Por ello es necesario recurrir a un tercer término: riesgo. Internacionalmente se define riesgo como la sumatoria de tres conceptos: amenaza, exposición y vulnerabilidad3 Si bien el riesgo al cual se refiere tiene relación directa con los desastres naturales, el concepto crece al aplicarse a la conservación patrimonial entendiéndolo como las condiciones que provocan la pérdida o distorsión de valores culturales. El interés por salvaguardar este tipo de arquitectura enfrenta dos grandes problemas: en primer lugar, la naturaleza de sus materiales que la hacen vulnerable ante los factores de riesgos físico-naturales, y en segundo lugar, que en todo contexto rural existe un desprecio sistemático hacia su arquitectura vernácula por ser considerada poco duradera, insalubre y peligrosa. Ambos factores han incidido de manera directa tanto en la poca atención institucional y académica que ha recibido, como la falta de mantenimiento, el abandono y la pérdida de los conocimientos sobre procesos de reparación. Factores de Riesgo Socioculturales Transformación Socio-Cultural La acelerada transformación de las tradiciones culturales que las áreas rurales sufren actualmente, que se manifiesta principalmente en la destrucción de su arquitectura vernácula y en el abandono de sus sistemas de producción tradicional, pone en riesgo la estabilidad de su desarrollo cultural y la preservación de su patrimonio. Las últimas estadísticas sobre la población rural a nivel mundial revelan la migración de la población hacia los centros urbanos en especial en países desarrollados, donde la población urbana puede alcanzar el 90%. Se estima que para el 2030, el 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas y 1/3 de ella vivirá en la marginalidad4. Esta tendencia migratoria es un fenómeno universal. El abandono territorial se convierte así, en uno de los factores de riesgo sociocultural más agresivo y costoso de revertir. Este triste escenario ha ocasionado la pérdida progresiva de la arquitectura vernácula rural del mundo, en especial de naciones con cierta estabilidad económica y poca sensibilidad patrimonial.

3  Idem 4  http://www.bancomundial.org/temas/cities/datos.htm

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Programas de Turismo no Planificados Otro factor preocupante, es la actual postura de planes de gestión cultural y programas de desarrollo rural, en conservar el patrimonio arquitectónico tradicional, con el objetivo fundamental de promover el turismo5. Si se considera a este tipo de arquitectura como un patrimonio relevante, es arriesgado apostar su conservación para la promoción turística. Así lo explica María Amerlinck, al analizar los casos de los Pueblos Mágicos de México y de las Rutas Culturales en Andalucía. Concluye que el turismo puede ser un factor de riesgo que atente contra la identidad de los pueblos, al considerar el patrimonio como una mercancía, distorsionar tradiciones y desincentivar las investigaciones.

Muralla China. Principal destino turístico chino que atrae miles de turistas de todo el mundo. Sin embargo en temporada alta la cantidad de turistas supera la capacidad del sitio patrimonial de recibir visitas, trasformando el turismo en un agente de riesgo del lugar.

5  Amerlinck María-José, 2008, Arquitectura Vernácula Y Turismo: ¿Identidad Para Quién?, en Revista destiempos.com. Número 15, “Tradiciones y Culturas Populares”, México, p381-387.

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Pese a ello, Santiago Amaya Corchuelo señala que las líneas contemporáneas sobre la gestión del patrimonio cultural se asientan fuertemente en la consideración de éste como un recurso productivo. Luego agrega; el patrimonio adquiere ahora un valor añadido, el de su rentabilidad económica, propiciando nuevas y recientes intervenciones sobre el mismo, tanto desde la administración pública como desde entidades privadas, que promueven un discurso de recuperación y revitalización de los elementos culturales de determinadas zonas y su reutilización como nuevos espacios de recreación y ocio para una demanda cada vez más grande y especializada de la actividad turística6. El debate de considerar o no el patrimonio como un elemento de rentabilidad económica, debe ser integrado dentro de una discusión mayor, de considerar el patrimonio cultural como un elemento de rentabilidad social. Esto implica que el factor económico debe ser considerado, pero presidido por un análisis sociocultural capaz de entregar alternativas de rentabilidad, y así evitar la monopolización del turismo como la única herramienta viable para el desarrollo. Crisis Ambiental La crisis ambiental es otra de las variables que pone en riesgo el patrimonio cultural rural. Los problemas ambientales se generan principalmente por actividades y comportamientos humanos que trastornan el entorno natural, generando impactos negativos sobre el medio y la economía tradicional, cuyos efectos en el mediano y largo plazo ponen en riesgo la biodiversidad ecológica y cultural, además de la calidad de vida de toda la sociedad. Muchas de las regiones que poseen la más intensa diversidad biológica del planeta, son además territorios que acogen a la mayoría de las comunidades rurales del mundo. Chile no está ajeno a esta amenaza. En la actualidad, la ejecución de distintos proyectos de explotación de recursos naturales están afectando el patrimonio de las comunidades rurales del país. En cuanto a lo natural, me refiero a la utilización indiscriminada de agua en procesos mineros que terminan privando a las comunidades del vital recurso y contaminando las cuencas con materiales pesados y tóxicos afectando irreversiblemente a la agricultura. Dentro de lo cultural, este tipo de intervención provoca la migración de la población local y facilita su reemplazo por una población flotante y extranjera, ajena a las tradicionales locales.

6  Amaya Corchuelo Santiago, 2006, ¿Desarrollo patrimonial sostenible? Proteger el patrimonio cultural como fórmula para el desarrollo rural. Comunicación aceptada por el Comité Científico del III Congreso Internacional de la Red SIAL “Alimentación y Territorios”, España, pp15

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Marginación del Mundo Académico e Institucional Los factores de riesgo socioculturales que amenazan a este tipo de arquitectura no solo se manifiestan por medio de las transformaciones económicas de los contextos rurales, sino además por el bajo interés de la arquitectura vernácula en el ámbito académico, institucional y particular. Es conocido que en muchas sociedades no se tiene una adecuada comprensión acerca de sus valores culturales, y en comparación con los materiales y sistemas constructivos contemporáneos e industrializados, se considera pobre y anticuado, lo que termina por desaparecer debido al escaso apoyo con que se cuenta para promover su utilización. Esto ha decantado en serios conflictos con la normatividad, ya que por lo general las técnicas tradicionales no cumplen con los actuales lineamientos técnicos establecidos para los sistemas constructivos modernos. Es muy común que en países sísmicos esté prohibida la construcción de edificios que utilizan la tierra y la piedra como estructura. Este es el caso de Chile, que después del terremoto de Chillán en 1939, se prohibió utilizar la tierra para construir debido al colapso de un gran número de viviendas de adobe que costaron la vida de centenares de personas. Aunque las causas de colapso de estructuras en tierra y/o piedra por sismos están vinculadas a un mantenimiento deficiente, intervenciones erróneas y al bajo control de la humedad, este tipo de medidas prohibitivas solo ha logrado distanciar a las nuevas generaciones de arquitectos e ingenieros de los reales alcances que tiene el conocimiento tradicional constructivo. Intervenciones Deficientes Por mucho tiempo la técnica de instalar mallas metálicas sobre un muro de adobe para ser embutida en un aplanado de cemento-arena, fue una solución aceptada para el control de la humedad y reforzamiento sísmico de este tipo de estructuras, no obstante, esta técnica podría volverse obsoleta al ser considerada actualmente una intervención preventiva más perjudicial que beneficiosa. En sus publicaciones señalan que al reemplazar los aplanados de barro y de arenacal en muchos edificios tradicionales por aplanados de cemento tuvieron problemas estructurales a causa de la humedad que no logró evaporase naturalmente. Si el agua penetra en la pared detrás del cemento por la acción de capilaridad, no puede escapar y los adobes se saturarán. El problema básico con el uso de cemento en los edificios de lodo en su incompatibilidad: cemento es duro, mientras que la tierra es suave7.

7  Cornerstones Community Partnerships, 2006, Adobe Conservation. A preservation handbook. USA

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Un caso distinto es lo que ocurre en la zona rural de Michoacán, en México. Debido a que los materiales regionales ya no están disponibles o su costo es muy elevado, han recurrido a su sustitución como la utilización de lámina galvanizada para las cubiertas en reemplazo del tradicional tejamanil. Otra situación en el proceso de transformación material de la vivienda tradicional en Michoacán es la amalgama de lo nuevo y lo tradicional, donde se introduce un material industrial pero se mantienen las características espaciales, estéticas y volumétricas tradicionales. Puede visualizarse a dos escalas: en los detalles arquitectónicos como capiteles de columnas o zapatas, o bien a escala de la vivienda completa en que, a pesar del abandono de materiales tradicionales, se mantienen los espacios y distribuciones de la arquitectura vernácula.8

La poca sensibilidad patrimonial, la baja disponibilidad de materiales tradicionales y la llegada de recursos económicos del extranjero provocan que la homogeneidad del contexto sea distorsionada por las nuevas construcciones como en el caso de Churintzio, Michoacán. Fuente: Catherine R. Ettinger disponible en “La transformación de la vivienda vernácula en Michoacán”.

8  Ettinger Catherine R., 2010, La transformación de la vivienda vernácula en Michoacán, p49.

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Con lo anterior se establecer que la mayoría de las intervenciones realizadas a la arquitectura vernácula mediante la sustitución de sus materiales, están relacionadas principalmente con la intención de mejorar estructural y/o estéticamente la edificación en busca de un aspecto más moderno y duradero. Pese a ello, debemos considerar que esta tendencia de sustitución de materiales por lo general es obligada, debido a la disponibilidad y costo de los materiales tradicionales. Esto no descarta que se en algunos casos se considere como algo deseable el uso de materiales nuevos; simplemente plantea que por la limitada disponibilidad y el costo de los materiales, y por la pérdida de los saberes relacionados con su uso, la construcción tradicional deja de ser viable9. Entonces, para considerar una intervención deficiente o no, dependerá de la compatibilidad estructural de los nuevos materiales industrializados con los sistemas constructivos tradicionales y la capacidad evolutiva de la arquitectura vernácula de integrar una nueva materialidad sin perjuicio de su autenticidad cultural. Otros Factores Antrópicos La falta de mantenimiento y las intervenciones deficientes no son las únicas causas que afectan directamente a este tipo de edificaciones, sino también fallas en el diseño, errores en la construcción y problemas en la elaboración de elementos constructivos. Si bien estas amenazas pueden afectar a todo patrimonio, pueden ser muy preocupantes en estructuras que utilizan la tierra y la piedra como principal material constructivo. En cuanto a las fallas de diseño, las más comunes son: proyectar muros demasiado esbeltos propensos al volteo, disponer vanos muy grandes o esquinados en muros de tierra o piedra que debilitan su resistencia estructural, ausencia de refuerzos verticales en muros de longitud excesiva, entre otros. Por su parte, los errores constructivos más evidentes están en el deficiente dimensionamiento y calidad de los cimientos, la construcción sobre terreno de relleno, la mala disposición y trabado de hiladas, la ausencia de conexiones entre techumbre y muros, y las irregularidades de tamaño de bloques y espesor del mortero. Los problemas en la elaboración de elementos constructivos pueden ser variados, desde errores en el proceso productivo de la cal hasta el mal secado de la madera, sin embargo a modo de ejemplo, pondré énfasis en los posibles defectos en la fabricación de adobes, primordial elemento constructivo de la arquitectura vernácula rural. 9  Ettinger C., op.cit. p46.

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Debido al poco interés por esta técnica, uno de los errores más comunes que se cometen en la fabricación de adobes es la inadecuada selección de la tierra. En general, un buen suelo para la fabricación de adobes tiene la correcta proporción entre arcilla, limo y arena, y a menudo coincide con suelos fértiles y capas superficiales donde se entremezcla todo tipo de restos de origen animal y vegetal cuyo comportamiento puede ser impredecible. Factores de Riesgo Físico-naturales Sismos Los sismos son fenómenos naturales recurrentes especialmente en zonas donde existe alta presencia de arquitectura vernácula construida en tierra y/o piedra, y que causan daños acumulativos graves. Muchas de las construcciones tradicionales de los contextos rurales han resistido una infinidad de movimientos telúricos durante su historia, que han provocado en muchos casos colapsos totales y parciales de muros y cubiertas, asentamientos de cimentaciones, desvinculación de elementos constructivos, grietas de distintas intensidades y desprendimientos de aplanados. Sin embargo, muchos de los deterioros que ocasionan los sismos en este tipo de edificaciones tienen su origen en el daño acumulativo que ocasiona otra condición físico-natural importante; la humedad.

Vivienda tradicional afectada por el terremoto del 2014, Socoroma, Chile. Los sismos revelan deterioros previos como son las intervenciones deficientes y falta de mantenimiento. Fuente: Fundación Altiplano.

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Humedad La humedad puede manifestarse de manera ascendente por capilaridad desde el subsuelo a través de los muros o bien, descendente, por filtraciones de aguas pluviales desde las cubiertas. Se debe considerar además, que los cambios de humedad ambiente o variaciones higrométricas, pueden afectar directamente en las propiedades físicas y químicas de los materiales. La reacción más común a estas variaciones es el cambio de dimensión de los elementos constructivos que si bien, poseen un rango de resistencia frente a este tipo de fenómeno, en casos extremos pueden provocan su deformación y por ende, debilitar la estructura frente a un sismo. Por ello, el control de la humedad será esencial en las medidas preventivas a considerar en cualquier metodología de mantenimiento y conservación.

Flora y Fauna Parásita La presencia de árboles, arbustos, malezas, algas, líquenes y hongos dependerá de las condiciones ambientales favorables para su crecimiento; la humedad presente en los elementos constructivos, el pH del sustrato del material al que se adhieren, la temperatura y la iluminación para las especies que realizan la fotosíntesis. Mientras los organismos vegetales superiores pueden provocar grietas y erosiones mecánicas con sus raíces, al actuar como una cuña que introducida en juntas constructivas o pequeñas fisuras incrementa su tensión y rompe el material facilitando a su vez la filtración de agua. Los microorganismos producen con sus raicillas la disgregación de morteros y erosiones químicas al conservar la humedad superficial del material y segregar ácidos orgánicos que producen exfoliaciones en la piedra. Sin embargo, las condiciones ambientales no solo son favorables con la flora y microflora sino también con insectos y animales. Al igual que los organismos vegetales, los animales pueden producir la degradación de los elementos constructivos y la pérdida de cohesión o disgregación de los morteros. Por su parte, las termitas y otro tipo de xilófagos, son una amenaza latente en construcciones tradicionales de quincha y adobillo. La degradación de la madera por este tipo de amenaza es irreversible, por lo cual, el control de este tipo de plagas es fundamental para la preservación de este tipo de inmuebles. El excremento de aves y murciélagos también puede afectar a los materiales por medio de procesos químicos que debilitan la construcción. Asimismo, es muy común en contextos rurales que los roedores hagan túneles en las bases de los muros, y que las aves en sus partes superiores construyan sus nidos. 45


Clima Los principales factores relacionados con las condiciones climatológicas son la erosión física por la variación térmica y la radiación solar, y la erosión mecánica por la acción del viento y la lluvia. Es conocido que la variación de la temperatura puede provocar fisuras y cambios bruscos en la dimensiones de los elementos constructivos mediante la contracción y dilatación de sus materiales. Por su parte, la radiación solar puede provocar la foto-degradación de la madera tratada de forma tradicional. Cuando una madera se expone a la radiación solar, visible e invisible la capa superficial cambia de color, produciéndose a la vez una foto-degradación física y química de las células superficiales de la madera10. Este proceso consiste en el oscurecimiento de la madera hacia un tono grisáceo, donde las células degradadas de la madera son eliminadas por la erosión mecánica del viento y la lluvia, adquiriendo una coloración blanquecina final. No obstante, el efecto erosivo del viento y la lluvia dependerá del nivel de exposición de las construcciones vernáculas, pues su efecto consiste en desgastar sus superficies al lanzar contra ellas partículas que transportan, o arrastran las partículas ya disgregadas. El nivel de exposición determina el grado en el que éstas actúan, siendo el mantenimiento de este tipo de arquitectura la mejor herramienta preventiva frente a su acción. Criterios de Intervención Patrimonial Para el desarrollo de un proyecto de conservación, restauración, rehabilitación de un bien inmueble cultural o la integración de nueva arquitectura a un contexto rural patrimonial, es necesario establecer los principios o criterios que deben ser considerados al momento de intervenir un inmueble patrimonial en un contexto rural. -

Territorialidad. El territorio es un logro compartido entre lo natural y lo humano. Provee el espacio físico para la interacción de todos los componentes que involucra el patrimonio vernáculo y posibilidades del desarrollo sostenible. Toda intervención patrimonial dentro de un contexto rural, deberá considerar en su proceso de valoración, diagnóstico y propuesta, el territorio.

10  Álvarez Noves Humberto, 1982, Foto-degradación de la madera, España.

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Investigación. Se recomienda que antes de cualquier intervención, recabar la mayor cantidad de antecedentes bajo rigor científico, y con ellos fundamentar las intervenciones.

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Autenticidad. Se debe proteger la autenticidad en lo material, sociocultural y territorial de este tipo de construcciones. Minimizar la distorsión de sus valores patrimoniales, es garantía de conservación de su significación cultural como patrimonio.

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Universalidad. Este principio es aplicado desde la Convención de París, en la cual se establece que un bien cultural vinculado a un contexto natural puede ser considerado como patrimonio mundial y por ende, ser patrimonio de la humanidad adquiriendo valor universal.

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Integridad. Se entiende como el estado del bien cultural, como un todo e indivisible. Si bien este concepto puede incentivar la restauración integral o la reconstrucción, se debe comprender más bien como la manera de permitir la lectura integral del bien, que posibilite una mejor gestión del patrimonio.

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Reversibilidad. Es uno de los más difíciles de aplicar, pero se debe considerar facilitar la reversibilidad de las acciones tanto a nivel material como territorial, por ello, se debe realizar una investigación acuciosa de los antecedentes, aplicar técnicas ya probadas y ponderar la noción de futuro del patrimonio de los distintos actores sociales involucrados.

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Mínima Intervención. Este principio debe ser inherente a cualquier intervención. Éste facilita la preservación de la autenticidad e integridad en lo material, la reversibilidad de las acciones, y la sostenibilidad del ecosistema.

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Participación Multidisciplinaria. Debido a la escala territorial necesaria para garantizar la conservación de este tipo de patrimonio, es esencial la integración de un equipo que involucre varias disciplinas. Arquitectos, abogados, biólogos, restauradores, ingenieros, geógrafos, hidrólogos, agrónomos, historiadores, arqueólogos, antropólogos, sociólogos, entre otros, pueden ser parte de la intervención según el alcance del proyecto. 47


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Coordinación con la Comunidad. Según la recomendación de varias cartas relacionadas con este tipo de patrimonio, es fundamental la socialización de los proyectos. Una ventaja cualitativa en esta incorporación colectiva radica en el nivel de compromiso con su patrimonio, asegurando la sostenibilidad de la intervención a corto, mediano y largo plazo.

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Capacitación Comunitaria. La generación de activos humanos locales en la conservación patrimonial de este tipo de patrimonio es un objetivo que se debe lograr. Éste incidirá en la reactivación económica a través de la incorporación de mano de obra calificada en técnicas tradicionales.

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Inversión en Desarrollo Sostenible. Parte fundamental de la intervención ética del territorio que este tipo de intervenciones debe aspirar. El componente patrimonial puede incidir en las inversiones para el desarrollo territorial responsable a partir de los recursos naturales y culturales disponibles.

Tipos de Intervención Restauración El proyecto de restauración involucra la intervención material de los bienes, en busca de recuperar y reparar su funcionalidad sin perjuicio de su autenticidad como testimonio histórico y cultural. Sin embargo, la discusión teórica sobre sus alcances, ha llevado a desarrollar distintas maneras de aproximación al concepto, mientras que la carta de Venecia lo define como una operación que debe guardar un carácter excepcional, y se detiene allí donde comienza la hipótesis11. La carta de Cracovia lo describe como el resultado de la elección de políticas de conservación, a través del cual la preservación del patrimonio edificado y del paisaje es llevada a cabo12. Es decir, su conceptualización en el transcurso del tiempo se ha tenido que ajustar a las nuevas tendencias de conservación patrimonial cada vez más involucradas con lo social y el territorio. 11  UNESCO, 1964, Carta de Venecia, II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, Venecia, aprobada por ICOMOS en 1965, art.9. 12  UNESCO, 2000, op.cit.

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La restauración tiene como objetivo fundamental consolidar este tipo de construcciones, y debe ser considerada como un hito más en sus historias constructivas. Consiste en un ejercicio sistemático que tiene como propósito conservar su autenticidad material y tecnológica. Si consideramos además que Chile es un país sísmico, es necesario tomar medidas preventivas de reforzamiento. Por ello, los principios de autenticidad, mínima intervención y seguridad serán los ejes fundamentales de este tipo de intervenciones. Sus consideraciones son: -

Levantamiento: Este proceso es fundamental para la valoración y diagnóstico del bien a intervenir. La recolección de documentos es uno de ellos, y tiene como objetivo principal analizar y evaluar el significado cultural del bien y su entorno inmediato.

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Valoración: Los valores de este tipo de patrimonio involucran tanto su dimensión emocional y simbólica como cultural, tecnológica y de uso. Es decir, los valores históricos y culturales de la arquitectura tradicional son aspectos primordiales de su significado, asimismo su valor arquitectónico y estético como manifestación artística y tecnológica de las comunidades rurales vinculadas al edificio. Cabe señalar que dentro del proceso de valoración es fundamental considerar los marcos regulatorios y legislativos para visualizar las chances de protección, planificación, gestión y financiamiento, en beneficio de la conservación.

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Diagnóstico: Después de valorar el bien, deberán analizarse sus deterioros, problemáticas y estado de conservación. La arquitectura rural enfrenta distintos factores de riesgo que pueden deteriorar su estructura y distorsionar sus valores.

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Filosofía de Diseño: Una vez valorado y diagnosticado el bien en análisis es recomendable considerar, a partir de los principios establecidos anteriormente, una filosofía de diseño que oriente las acciones hacia un objetivo en concreto.

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Apuntalamiento: Por lo general al intervenir un edificio patrimonial con poco mantenimiento, es necesario asegurar el edificio y garantizar la seguridad de la zona de trabajo. Se debe apuntalar muros con desplomes u otro problema estructural, y techumbres con riesgo de colapso. 49


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Liberación: Por lo general es la primera acción a considerar en la mayoría de los proyectos de restauración previo apuntalamiento de la estructura. Si bien el concepto puede abarcar desde la necesidad de demoler agregados que no aportan valor al inmueble, hasta el desmontaje de alguna pieza u elemento estructural, que no puede ser consolidado en su lugar, y debe ser sustituido o reconstruido.

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Consolidación: En términos sencillos consiste en la aplicación e integración de materiales de soporte a la estructura original, para asegurar su durabilidad. Por ello, para la consolidación estructural de las edificaciones tradicionales en contextos rurales se deberán priorizar técnicas tradicionales y la compatibilidad de los materiales. Las técnicas más comunes son la inyección de morteros y la realización de calzaduras.

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Reforzamiento: En algunos casos y esperando que sean los mínimos posible, será necesario incorporar técnicas de reforzamiento estructural como resultado del diagnóstico y análisis de riesgo. Para estos casos existen distintas recomendaciones internacionales, la mayoría va a privilegiar las técnicas tradicionales como la incorporación de contrafuertes o mejorar la vinculación de los muros con la techumbre. Además, si así lo exige el proyecto, se pueden utilizar reforzamientos industriales contemporáneos como geomallas, mallas electrosoldadas y tensores metálicos. Cabe señalar que este tipo de materiales son compatibles estructuralmente con los sistemas constructivos tradicionales y cumplen con los criterios patrimoniales de reversibilidad y autenticidad.

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Reconstrucción o Reintegración: La viabilidad de la reconstrucción y/o reintegración estará determinada por la magnitud del deterioro o bien, por la necesidad de rehabilitar un espacio determinado solicitado por la comunidad. En sintonía con los principios de integridad, autenticidad y seguridad, la reconstrucción de elementos como cimentaciones, pisos, muros o cubiertas deberá considerar la conservación de la técnica constructiva mediante la utilización de materiales compatibles y sistemas constructivos tradicionales.

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Integración: La mayoría de las recomendaciones internacionales sugieren que la integración de instalaciones eléctricas, sanitarias o de comunicaciones deben ser lo más discretas posible y que no


deterioren la estructura y elementos ornamentales relevantes del inmueble. Por lo ello, al momento de la intervención se deberá tomar en consideración una serie de principios y criterios con el fin de no distorsionar los valores del patrimonio en cuestión, a favor de una integración armónica de los nuevos elementos tecnológicos. Rehabilitación Una de las mejores formas de conservar el patrimonio cultural construido, es mantenerlo en uso. En general se recomienda mantener la función original, pues implica la mínima intervención del bien y su legibilidad. Sin embargo, es muy común que en contextos rurales en abandono, sea necesario modificar el destino de las edificaciones existentes para garantizar su utilización. Se trata de la manipulación de un objeto que entra en regeneración, que puede ir más allá de una restauración y alcanzar transformaciones de su estructura interna, pasando por la reconstrucción mimética de edificios incidentalmente destruidos13. Si bien este tipo de intervención afecta en lo material también puede alterar la persistencia de los significados adheridos. Para no defraudar las expectativas proyectuales que permite este nivel modificador se debe tener presente que la nueva aportación formal quedará integrada o, al menos, presentará un carácter subsidiario respecto a la forma de partida14. En otras palabras, la tensión entre modificar valores y recuperar un edificio estará sujeta a la calidad de la integración y de la justificación socio-económica de la intervención. Si las rehabilitaciones se integraran adecuadamente, en un plan para el desarrollo del agroturismo, podríamos suponer buenos resultados en el sentido de que una acción de conservación patrimonial es compatible y viable con el desarrollo sostenible de un contexto rural. Para ello se recomienda: -

Investigar las tipologías de arquitectura vernácula existentes en el territorio. Estas pueden ser viviendas, iglesias, espacio público construido, graneros, corrales, terrazas de cultivo, y reconocer la evolución de los continuos cambios de uso funcional, estructura social, contexto político y desarrollo económico como parte de

13  De Gracia Francisco, 1992, Construir en lo Construido, La Arquitectura como Modificación, 3º edición 2001, Editorial Nerea, España, p189-190 14  Idem.

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la tradición de un contexto patrimonial. Con esto, el diseño de la rehabilitación no podrá superar estas volumetrías y distorsionar la imagen arquitectónica de las construcciones y urbana de los pueblos. Para ello, es fundamental conocer las demandas y los potenciales socioculturales de la población local en función de integrar de la mejor manera posible, los valores de la arquitectura vernácula rural a los planes territoriales de desarrollo. -

Involucrar la rehabilitación como también la integración de nueva arquitectura, con programas de planificación territorial en beneficio del fortalecimiento de los contextos rurales como paisajes culturales y naturales relevantes.

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Utilizar en el diseño de la rehabilitación tecnologías sostenibles y ecológicas, como sistemas solares pasivos, iluminación y ventilación natural, energías alternativas renovables, entre otros. No obstante estos factores dependerán, entre otras cuestiones, del clima, el uso del espacio, la localización y la calidad del proyecto propuesto.

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Comprender esta acción no solo como una medida de conservación material, sino además como salvaguardia de la memoria y el respeto de la tradición, y una oportunidad socio-económica viable bajo un enfoque turístico. Si bien el potencial de turismo en este tipo de contexto es indesmentible, será recomendable su utilización siempre cuando cuenten con una oferta de turismo rural organizada, de bajo impacto y basada en su valor natural y cultural.

Integración Sabemos que la integración es otra acción válida en la conservación patrimonial, siempre y cuando ésta se justifique y en la medida en que se respeten todas las partes interesantes del edificio, el entorno tradicional, el equilibrio de su composición y sus relaciones con el medio ambiente15. Cuando una integración arquitectónica repercute a escala territorial, afecta al sistema de relaciones culturales, sociales y económicas que caracterizan el lugar. En este contexto, la integración deberá considerar al asentamiento rural en su conjunto morfológico, funcional y estructural, como parte del territorio, del medio 15  UNESCO, 1964, op.cit., Art.13.

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ambiente y del paisaje circundante, y su diseño deberá anticiparse a los resultados violentos de las transformaciones culturales, además de verificar la sostenibilidad de las opciones seleccionadas conectando el patrimonio con los aspectos económicos y sociales del territorio. Se deben tomar en cuenta al momento de proyectar arquitectura contemporánea en un contexto rural, lo siguiente: -

Uso. el destino es fundamental para justificar la integración de nueva construcción en un contexto rural. Por eso, antes de diseñar nueva arquitectura, será necesario analizar qué tipo de construcciones son las requeridas por las comunidades y autoridades locales para fortalecer este contexto como un paisaje cultural relevante.

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Emplazamiento. El conocimiento sobre la naturaleza fue uno de los principales factores que permitió el desarrollo cultural de las comunidades rurales, el que se materializa en parte, en la orientación y ubicación de sus edificios. Por ello será fundamental durante el desarrollo de este tipo de integraciones, relacionar el nuevo edificio con su entorno más significativo, mediante la búsqueda de lugares protegidos del viento y del agua, y de suelos estables y pendientes moderadas16.

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Diseño Arquitectónico. Para resolver el diseño de las futuras ampliaciones, nuevas construcciones e infraestructura pública, se descartarán tajantemente las integraciones por contraste y se aceptarán las de asimilación o mimetismo, mientras que las estilísticas serán aceptadas siempre y cuando no distorsionen la realidad como falso histórico y se sustenten en la adecuada comprensión del origen de las formas y recursos constructivos históricos y tradicionales. El gran potencial de la arquitectura vernácula local que puede ser aplicado a las nuevas construcciones en un proceso de integración, tiene relación con su capacidad bioclimática, sismorresistente y sustentable.

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Sistemas Constructivos y Materiales. Es conocido que la arquitectura rural utiliza materiales locales y tradicionales para resolver sus construcciones de manera eficiente. Con lo anterior, se recomienda verificar, la disponibilidad de materiales locales para utilizarlos mediante tecnologías tradicionales o bien, combinar éstas con nuevos materiales y sistemas constructivos modernos sin perjuicio de la autenticidad y armonía del paisaje.

16  MINVU, 2008, op.cit., p102.

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Conservación Preventiva Como establece la carta de Venecia la conservación de los monumentos impone en primer lugar un cuidado permanente de los mismos17. Se considerará como conservación preventiva a toda acción de mantenimiento, seguridad y monitoreo que permita prevenir futuros deterioros, en función de disminuir la vulnerabilidad del patrimonio en cuestión ante los factores de riesgo ya identificados. -

Monitoreo. consiste en un proceso sistemático que busca recolectar la mayor cantidad de información para realizar el seguimiento y comportamiento de una estructura patrimonial frente a sus factores de riesgo. El monitoreo tiene como principal objetivo identificar el avance de los deterioros y definir sus causas. Esto permitirá determinar con mayor precisión las acciones de conservación y restauración necesarias para preservar el inmueble.

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Mantenimiento. Consiste un conjunto de trabajos periódicos que se realizan con el objetivo de conservar el patrimonio en condiciones adecuadas sin considerar acciones correctivas. Habitualmente se asocia el mantenimiento a la idea de reparar elementos deteriorados, pero más bien es un mantenimiento planificado y preventivo. Estas operaciones consideran principalmente el control de la humedad, previsión del fuego y la estabilidad estructural.

17  UNESCO, 1964, op.cit., Art. 4.

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Conocimiento Tradicional como Herramienta para la Conservación del Patrimonio Construido Ponencia de Renzo Espinace Olguín, Arquitecto PUCV Chile Diplomado Patrimonio Cultural PUC, Chile Introducción al Conocimiento Tradicional El conocimiento tradicional surge a partir de la transmisión de saberes construidos por una cultura y que se originan a partir de las experiencias que se van teniendo en las distintas temáticas que aborda la existencia de un grupo humano en un lugar en particular. Una serie de conocimientos que nacen a raíz de experiencias culturales modeladas por las necesidades y condiciones ambientales que van forjando una identidad local única, como parte de una diversidad cultural mayor y por ende en constante cambios e intercambios con otras culturas. La Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005) reconoce la importancia de los conocimientos tradicionales como fuente de riqueza inmaterial y material, en particular los sistemas de conocimiento de los pueblos autóctonos y su contribución positiva al desarrollo sostenible, así como la necesidad de garantizar su protección y promoción de manera adecuada. Vemos que por un lado el conocimiento tradicional se reconoce en elementos tangibles (construido) que dan cuenta de un saber modelado por una serie de experiencias y aprendizajes, y de un elemento intangible que van siendo trasmitido entre familias e integrantes de una misma comunidad, ambos se fortalecen mediante la libre circulación de las ideas y que nutre las capacidades y valores humanos constituyendo uno de los principales motores de desarrollo sostenible de las comunidades, los pueblos y las naciones. (ICOMOS, 2005). Materialización de lo Tradicional y su Relación con la Arquitectura Vernácula En el ámbito de estudio que nos hemos inscrito en el taller de Valorización Patrimonial en la Localidad de Barraza (2017) podemos vincular el conocimiento tradicional a la arquitectura vernácula como una respuesta de un grupo humano, comunidad o etnia a las condiciones del entorno y al territorio que habita, considerando los materiales que se dispone, el emplazamiento de lo construido, concepciones globales como la orientación respecto a la ubicación geográfica (cerros, ríos, valles, etc.) y según la latitud en que se encuentre. La significación cultural de la arquitectura vernácula guarda estricta relación con el conocimiento 55


tradicional (Caicedo, 2015) dado que es una de las principales manifestaciones culturales en que se materializan los saberes trasmitidos por generaciones. El patrimonio tradicional o vernáculo según la Carta del Patrimonio Vernáculo Construido (ICOMOS, 1999) es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo ocupa un privilegiado lugar en el afecto y cariño de todos los pueblos. Aparece como un característico y atractivo resultado de la sociedad. Se muestra aparentemente irregular y sin embargo ordenado. Es utilitario y al mismo tiempo posee interés y belleza. Es un lugar de vida contemporánea y a su vez, una remembranza de la historia de la sociedad. Podemos encontrar además que en la Carta del Patrimonio Vernáculo Construido se plantean ciertas consideraciones generales que definen el carácter y su esencia, material e intangible, en la valorización de este tipo expresiones formales de las culturas y plantea las primeras hipótesis de cómo este patrimonio debe ser cuidado y protegido en cuanto a su condición de soporte de la cultura y la relevancia de su legado en la protección de paisajes naturales y culturales. Consideraciones Generales 1. Los ejemplos de lo vernáculo (o tradicional) pueden ser reconocidos por: - Un modo de construir emanado de la propia comunidad. - Un reconocible carácter local o regional ligado al territorio. - Coherencia de estilo, forma y apariencia, así como el uso de tipos arquitectónicos tradicionalmente establecidos. - Sabiduría tradicional en el diseño y en la construcción, que es trasmitida de manera informal. - Una respuesta directa a los requerimientos funcionales, sociales y ambientales. - La aplicación de sistemas, oficios y técnicas tradicionales de construcción. 2. El éxito en la apreciación y protección del patrimonio vernáculo depende del soporte de la comunidad, de la continuidad de uso y su mantenimiento. 3. Gobiernos y autoridades deben reconocer el derecho de todas las comunidades a mantener su modo de vida tradicional y a protegerlo a través de todos los medios posibles, tanto legales como administrativos y financieros y legarlo a las generaciones futuras. 56


Principios de Conservación 1. La conservación del Patrimonio Vernáculo construido debe ser llevada a cabo por grupos multidisciplinarios de expertos, que reconozcan la inevitabilidad de los cambios, así como la necesidad del respeto a la identidad cultural establecida de una comunidad. 2. Las intervenciones contemporáneas en edificios, conjuntos y asentamientos vernáculos deben respetar sus valores culturales y su carácter tradicional. 3. Lo tradicional se encuentra sólo en ocasiones representado por estructuras singulares. Es mejor apreciado y conservado por el mantenimiento y preservación de los conjuntos y asentamientos de carácter representativo en cada una de las áreas. 4. El Patrimonio Vernáculo construido forma parte integral del paisaje cultural y esta relación ha de ser, como tal, tenida en consideración en el transcurso de los programas de conservación y desarrollo. 5. El Patrimonio Vernáculo no solo obedece a los elementos materiales, edificios, estructuras y espacios, sino también al modo en que es usado e interpretado por la comunidad, así como a las tradiciones y expresiones intangibles asociadas al mismo. Metodología para el Análisis del Conocimiento Tradicional Dado que el conocimiento tradicional es una fuente de información y sabiduría de trasmisión oral y vivencial posee una alta vulnerabilidad frente a los tiempos actuales, en que debido a la globalización del conocimiento y el desarrollo de las culturas, ha tendido a una homogeneización de las expresiones formales y a una distorsión en el verdadero contenido científico principalmente por ser difíciles de verificar, y aunque las evidencias materiales muestran, por ejemplo, la resistencia de las estructuras a lo largo de los siglos, como en el caso de muchos sitios patrimoniales, por no ser considerados procesos reproducibles y mensurables, rara vez se aceptan como informaciones válidas para fundamentar respuestas de diseño. (Guerrero, 2014). En el proceso de sistematizar las experiencias y hechos formales existentes para poder decantar en un análisis que pueda sustentar lo tradicional desde el análisis cuantitativo, se creó en Europa el proyecto Versus desarrollado como iniciativa de la Escola Superior Gallaecia (ESG) en conjunto con distintas universidades y organizaciones se reunieron con el objetivo de obtener conocimiento a partir del estudio de los principios de sostenibilidad identificados en el patrimonio vernáculo y así proponer nuevos caminos de actuación en la arquitectura contemporánea (Correia et al, 2014). 57


En palabras del equipo Versus, el patrimonio vernáculo representa un vasto recurso en la tarea de definir los principios para el diseño sostenible de la arquitectura contemporánea. El hecho es que actualmente la arquitectura vernácula, sus métodos y estrategias están infravalorados y rara vez son aplicados en las últimas tendencias constructivas. Por tanto, el objetivo fundamental del proyecto era obtener conocimiento a partir de éstas lecciones y principios fundamentales del patrimonio vernáculo, y explorar nuevas formas de integrar estas lecciones a la arquitectura contemporánea sostenible. Versus, creó una metodología para la observación y análisis de los casos de estudio en base a una lectura de las obras de patrimonio construido en tres niveles; primero definiendo sus características en relación a los tres pilares de la sostenibilidad (medioambiental, sociocultural y socioeconómica), segundo definiendo los puntos clave (objetivos y necesidades) en cuando a los tres pilares ya mencionados y finamente definiendo los principios y estrategias extraídos de cada caso para el diseño de una arquitectura más corresponsable y sostenible (Versus, 2014). Producto de esto, el proyecto generó como resultado final de la investigación una matriz para la evaluación de cada caso con el fin de visualizar las características que hacen de una arquitectura tradicional un modelo de desarrollo sostenible. Dentro de las dimensiones de la sostenibilidad, en la variante sociocultural destacan las expresiones que otorgan la identidad territorial y el sentido de pertenecía, sostenido principalmente por la cohesión social y las tecnologías aplicadas que dan forma a lo construido. En lo sociocultural podemos encontrar el conocimiento tecnológico de la arquitectura tradicional o vernácula, que al reconocer sus requerimientos nos dan la pauta de los principales elementos a considerar dentro de los criterios y metodologías de conservación (Caicedo, 2015).

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Fabricación de Adobe. Conocimiento tradicional.

Soluciones Climatológicas Una de las principales funciones de este tipo de arquitectura es entregar condiciones satisfactorias de habitabilidad. Siendo ésta una cualidad propia de cualquier espacio arquitectónico en el caso de la arquitectura vernácula rural, resulta ser el mejor ejemplo de adaptabilidad al medio. El diseño de las viviendas aymara en el norte de Chile es un buen ejemplo. Éstas destacan por ser una de las manifestaciones de la ocupación milenaria del territorio y reflejo de la adaptación de sus habitantes al medio. Como consecuencia, aparece esta arquitectura de tipología sencilla, con estructura de muros portantes de tierra y/o piedra (Fundación Altiplano, 2012) de baja altura y gran espesor. En definitiva, un diseño único en función del control térmico de forma pasiva y natural. Sin embargo, basándome en la hipótesis de Amos Rapoport, tengo que dejar claro que los requerimientos climatológicos no son el único factor que determina la forma y utilidad de la arquitectura vernácula, más bien es influenciado con mayor fuerza por factores culturales. Una indicación de esto, está en el hecho de que algunos inmigrantes llevan consigo su arquitectura, aunque ésta no sea adecuada para el nuevo clima. 59


Entonces, si bien el diseño arquitectónico tradicional bajo el enfoque de su funcionalidad térmica ha sido fundamental para garantizar la habitabilidad y subsistencia de ciertas culturas ancestrales, su utilización no siempre ha sido concluyente en la significación que pueda tener este tipo de arquitectura, por lo que su consideración de forma directa en metodologías de conservación sostenible se hace difícil. Quedará sujeta a la investigación puntual de cada caso en específico, sin embargo de manera general, es recomendable considerar esta cualidad arquitectónica cuando exista, tanto en los procesos de valoración como de diagnóstico, para que al momento de proponer medidas de intervención sobre el patrimonio en cuestión, éstas no distorsionen su autenticidad y capacidad tecnológica pasiva frente a las inclemencias climatológicas. Soluciones Ecológicas En décadas pasadas, cuando se pensaba que los recursos del planeta eran ilimitados y la emisión al ambiente de todo tipo de desechos no era preocupante, no existía conciencia por disminuir los procesos de producción que la causaban. Pero en nuestros días, cuando los problemas ecológicos han alcanzado condiciones críticas, y se calcula que alrededor de 40% de estos impactos negativos sobre el planeta provienen de la industria de la construcción (Guerrero, 2014), parte de la sociedad ha empezado a tomar conciencia de que muchos espacios creados por las generaciones pasadas poseen valores ecológicos, los cuales ayudan a su conservación y aportan conocimientos a la construcción de nuevos edificios. La solución ecológica tiene como principales factores los materiales utilizados y sus procesos constructivos, fundamentales en la integración al ambiente y la climatización pasiva de sus interiores. Los materiales utilizados predominantemente en la arquitectura vernácula rural son tres; la tierra, la piedra y la madera, los cuales son tomados directamente de la naturaleza, lo que permite que al momento de terminar su vida útil se integren fácilmente a la misma. En definitiva, la arquitectura vernácula ha tenido un especial cuidado en el uso de los materiales, sin caer en el abuso o explotación indiscriminada. Estas tradiciones estrictamente vinculadas al manejo de recursos naturales, llevan consigo cierto carácter sagrado influenciado por la cosmovisión de las comunidades rurales descendientes de antiguas civilizaciones, sobre el mundo y la naturaleza.

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Soluciones Estructurales En el transcurso del desarrollo cultural de las distintas las sociedades del mundo, éstas lograron transformar las condiciones naturales de los materiales que se encontraban en el ambiente, tales como la piedra, la tierra y la madera, con el fin de conseguir su máximo aprovechamiento constructivo al optimizar sus propiedades físicas. Si bien construir un muro estable nos parece sencillo y obvio, seguramente requirió de mucho tiempo de ensayo, error y observación, para determinar las condiciones adecuadas para alcanzar el equilibrio necesario entre esbeltez, longitud y altura. De este modo, la arquitectura vernácula tuvo que adquirir ciertos criterios fundamentales para su estabilidad; primero, la forma y tamaño de los elementos constructivos, y segundo, la manera en que se colocaban y distribuían dentro de la estructura. Esto llevó a desarrollar cierto conocimiento que para lograr resistencia y estabilidad se debía disminuir el espesor de los muros conforme se incrementaba la altura. Pero en este proceso de evolución tecnológica constructiva, el descubrimiento de las propiedades aglutinantes de la tierra y la roca caliza fueron fundamentales. Por ejemplo, la capacidad de la tierra humedecida de atrapar fibras vegetales o animales al secarse y endurecerse, permitió disponer de un cementante natural que logró complejizar las estructuras hasta alcanzar mayores alturas y cubiertas abovedadas. Sin embargo, el mayor acierto fue la cal, que debido al mejoramiento de sus propiedades físicas mediante la transformación química permitió estructuras de mayores dimensiones y más resistentes al medio natural (Guerrero, 2013). Soluciones Económicas La utilización de los recursos biológicos de forma controlada y eficiente es una de las principales características de la arquitectura vernácula y que de alguna manera, se traduce en beneficios económicos. De acuerdo a la cosmología de muchos pueblos indígenas, conocimiento y recursos, por ejemplo, los componentes intangibles y tangibles, no pueden ser separados. Conocimiento y recursos son utilizados y transmitidos conjuntamente (IIED, 2000) . El estudio de la arquitectura vernácula desde un enfoque socioeconómico, ha permitido la valoración de este tipo de patrimonio como herramienta para la arquitectura sustentable e iniciativas asociadas. Destaca en este ámbito el proyecto anteriormente citado de Versus este señala en sus conclusiones que el 61


conocimiento tradicional de la arquitectura vernácula refuerza la autosuficiencia de la comunidad a través la autoconstrucción y la asociación de la vivienda con la práctica de actividades productivas tradicionales. Favorece la producción, la transformación y los intercambios a través de la construcción y producción local, mano de obra capacitada y fuentes de energía no convencionales y regionales. Garantiza su resistencia al paso del tiempo y su uso a largo plazo a través de la capacidad de generar mantenimiento, materializar criterios de estabilidad y adaptabilidad, proponer refuerzos de puntos débiles, y utilizar elementos reemplazables y materiales resistentes. Utiliza con mesura los recursos locales y evita las pérdidas y el despilfarro a través del planeamiento de infraestructuras compartidas, utilización de energías renovables y sistemas pasivos. Como vemos, el modelo planteado respecto de la capacidad sustentable de la arquitectura vernácula no es solamente que su construcción sea económica por los materiales que utiliza, sino además por su capacidad de generar un ahorro energético bajo la bioclimática, su vinculación con sistemas productivos tradicionales y el turismo, y que su reparación pueda ser realizada por la comunidad y no necesite de especialistas, sobre todo en zonas rurales aisladas. En resumen, muchos autores revisados señalan que las técnicas constructivas de la arquitectura vernácula son el mejor ejemplo de austeridad y moderación de la utilización de los recursos naturales. Esta premisa, me permite establecer que la arquitectura vernácula y sus sistemas constructivos son actualmente la forma más económica y ecológica de construir. Como decía, la materialización del conocimiento tradicional lleva consigo la capacidad de generar mantenimiento y principios de estabilidad y adaptabilidad de manera sencilla y económica, factores esenciales para la conservación tanto del bien material como de su patrimonio intangible asociado. Es decir, gracias a sus soluciones económicas, ecológicas y estructurales la conservación sostenible es técnicamente posible.

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Panorámica del Valle de Camarones. Fuente: Renzo Espinace (2013)

PEL Comuna de Camarones - Experiencias de Puesta en Valor y Herramientas para la Conservación del Patrimonio Construido Durante los años 2013 y 2014 en el equipo del Taller de Restauración de la Fundación Altiplano MSV, quien desde el año 2002 trabaja en la Región de Arica y Parinacota desarrollando iniciativas de conservación, capacitación y difusión patrimonial asociado al desarrollo sostenible de las comunidades rurales de la región, se realizó un proyecto financiado por CORFO para potenciar los emprendimientos locales agrupados en la Cámara de Turismo y Comercio de la Comuna de Camarones, focalizado en la puesta en valor de los valores identitarios de los valles de Codpa y Camarones. Se llevó a cabo un proceso de capacitación en temáticas de turismo, patrimonio y desarrollo sostenible con el objetivo de fortalecer a los emprendedores a través del desarrollo de competencias, capacidades y la definición de sus proyectos a desarrollar que culminó en la materialización de 4 obras seleccionadas. Para cada proyecto, de los 28 que se desarrollaron, se utilizó una metodología basada en 3 etapas de desarrollo; Primero en la valorización patrimonial de lo existente, tanto de lo construido como el paisaje, considerando el patrimonio natural, cultural a nivel estético, histórico y de costumbres/usos y finalmente la definición de los valores a destacar por la intervención. Éste punto posee una similitud con la metodología descrita anteriormente y que fue desarrollada por Versus dado que en la valoración se podría utilizar la matriz creada para identificar las características según los patrones de desarrollo sostenible; Segundo, la definición del estado de conservación y análisis de riesgos en base a cuantificación de los daños principales, causas y riesgos que forma parte de un levantamiento crítico y una caracterización 63


de los daños; Y tercero, la definición de una propuesta de intervención patrimonial basada en los criterios universales en conservación del patrimonio arquitectónico que ha seleccionado Fundación Altiplano MSV (2012); autenticidad, mínima intervención y seguridad, reversibilidad, participación comunitaria y escuela taller, incluyendo para este proyecto algunos criterios específicos como la idea de territorio, sostenibilidad y turismo responsable. Luego, como equipo de trabajo propusimos un conjunto de criterios específicos y lineamientos para la propuesta de intervención, que en algunos casos coincidían con los universales, y que sería la matriz de cada proyecto para individualizar la propuesta.

Criterios para la Propuesta de Intervención

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Sostenibilidad: El trabajo a realizar debe considerar los aspectos socio culturales que han definido la forma de habitar en estos valles milenarios, entregando una respuesta que reconozca y revalorice este paisaje cultural. Debe proponer y procurar la utilización de materiales compatibles con la identidad del lugar, que permitan obtener soluciones adecuadas al clima que las afecta tanto con tecnología nueva como antigua. Por otra parte, debe proponer instalaciones de mínimo impacto ambiental que permitan eventualmente distinguir este territorio con un sello ecológico.

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Autoconstrucción: Los proyectos a realizar deben considerar la posibilidad de que sean ejecutados por personas que no necesariamente tienen experiencia en construcción, razón por la cual, es necesario que los diseños propuestos sean simples y fáciles de ejecutar. De la misma forma, la escasez de recursos es una amenaza permanente que incentiva la incorporación de soluciones incompatibles, por lo que el trabajo debe apuntar a la economía de recursos tanto materiales como humanos.

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Tecnología Tradicional Antisísmica: La condición de zona sísmica del territorio de trabajo obliga a considerar soluciones que aseguren estabilidad estructural permanente. Se consultaran antecedentes técnicos pertinentes y de consultas a profesional especialista.


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Potencial Turístico: El valle de Codpa y Camarones forman parte del Circuito Patrimonial Ruta de Las Misiones, por lo tanto es importante reconocer que los casos puntuales a resolver forman parte de un eventual sistema de proveedores de la oferta turística de la ruta, razón por la cual es adecuado considerar en las proposiciones de diseño, soluciones o recomendaciones que potencien esta realidad.

Construcción tradicional hecha en mampostería en piedra con mortero de tierra cruda, ubicada en el Valle de Codpa, próximo a la localidad de Cerro Blanco. Fuente: Espinace (2013)

Lineamientos de la intervención Se realiza un recorrido por la zona donde se realizarán los proyectos, Valle de Codpa y Camarones, en búsqueda de ciertos patrones que definan las características de la intervención. Desde las condiciones más puras de la arquitectura tradicional para el caso de las restauraciones y en el caso de obra nueva para definir los patrones a reinterpretar en una arquitectura más contemporánea, llegando a definir prototipos para cada modelo de intervención;

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1 CUBIERTA

2 VANOS

3 MUROS

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4 PISOS

5 CIERRES

Construcción de Prototipos A partir del proceso de valoración, diagnóstico y reconocimiento de los elementos constructivos identitarios que dan forma a la arquitectura del lugar, se realiza la propuesta de intervención de los 28 casos seleccionados lo que nos lleva a seleccionar 3 proyectos para ser construidos a modo de prototipos. La conceptualización de la materia dispuesta en el territorio se traduce en la propuesta de intervención y se ejecuta en tres casos con el objetivo de ser referentes materializados del programa de emprendimiento turístico asociado al desarrollo sostenible. 67


Prototipo de restauraciรณn patrimonial realizado en la bodega de pintatani de Valdemar Romero en el pueblo de Codpa. Fuente: Fuente: Espinace (2013)

Prototipo de construcciรณn de obra nueva realizado en la localidad de Vila Vila, Valle de Codpa. Se integraron elemento del paisaje al espacio interior. Fuente: Espinace (2013)

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Reflexiones Finales: La Observación Multiescalar, de la Materia al Territorio En el proceso que hemos analizado podemos ver cómo la observación cumple un rol significativo en el proceso de valorización de y propuesta de conservación del patrimonio construido. Partiendo por un ejercicio de descripción que descubre o devela la naturaleza y el contenido tanto material cómo intangible, proceso que no solo amerita una mirada minuciosa de la materia si no también una indagación en la memoria y relatos que contiene tanto el patrimonio construido como el territorio que lo contiene. Luego, se sistematiza la información recogida mediante una metodología clara y descriptiva de las características para finalmente llegar a una propuesta de intervención. La fidelidad y pertinencia del trabajo que se realiza sobre el patrimonio construido debiese ser el resultado de un proceso de observación transdisciplinario, una lectura integral y estratégica que abren la posibilidad de encaminarnos hacia un resultado orientado hacia el desarrollo sostenible.

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Lineamientos para la intervención del espacio púbico en una zona Típica Rural Ponencia de Benjamín Baeza Ferdinand, Arquitecto Universidad Andrés Bello Chile Especialista en Patrimonio Cultural Definición de Espacio Público En términos generales, el espacio público es todo aquel espacio de propiedad, dominio y uso público. Comúnmente corresponde a áreas o sectores delimitados por construcciones o elementos naturales, que permiten tanto la reunión y recreación de los habitantes, como también la circulación peatonal y vehicular sin restricción alguna. Su función principal es satisfacer las necesidades de espacio para que la comunidad pueda realizar actividades colectivas de intercambio, movilización, expresión e integración social que trasciendan intereses de carácter individual.

Diagrama que expone en color blanco el espacio público del pueblo de Barraza.

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Espacios Públicos con Condición Patrimonial Son aquellos espacios de uso público en los que, además de cumplir con las funciones básicas anteriormente mencionadas, coexisten valores históricos, estéticos, sociales, urbanos, arquitectónicos y/o constructivos, ambientales, culturales, etc. que han sido abiertamente reconocidos, hecho que los convierte en un escenario que proporciona un vínculo tangible tanto con un carácter local y propio del modo de vida de sus habitantes, con un período o hecho histórico digno de ser recordado o con paisajes y construcciones de características únicas, que al ser apreciados con suficiente información, contribuyen a fortalecer una identidad común, ya sea de un barrio, una comuna, una región o derechamente, para sostener simbólica y físicamente una identidad nacional.

Plaza de la Constitución, ZT Barrio Cívico, Santiago.

Las características y condicionantes que pueden hacer de un determinado espacio público un lugar digno de ser protegido difiere en distintos aspectos y dimensiones (dependiendo del valor reconocible que presenta con mayor relevancia), lo que sumado a factores como la ubicación geográfica, idiosincrasia de la comunidad que le dio motivo y forma y tipología urbana en la cual se inserta, da como resultado una multiplicidad de tipos de espacios públicos con valores patrimoniales y condicionantes particulares. 71


Zonas Típicas o Pintorescas Se trata de la protección legal que de acuerdo a la ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales se asigna a agrupaciones de inmuebles en zonas urbanas o rurales, que junto al espacio que los circunda y/o organiza, constituyen una unidad de asentamiento representativo del desarrollo evolutivo de la comunidad que lo habita, destacando del resto por poseer una especial connotación histórica, estilística, constructiva, arquitectónica o urbana que en conjunto definen un carácter ambiental y propio que es de interés nacional preservar. Tipologías Comunes de Zonas Típicas o Pintorescas: 1. Área representativa urbana o rural: Son áreas con condiciones de diversa índole y extensión, por lo tanto pueden corresponder a formas variadas como zonas construidas, áreas verdes o costeras, accidentes geográficos, etc. La superficie del polígono protegido está determinada por la homogeneidad o la lectura del total como una sola gran unidad, condición que está dada muchas veces por la continuidad que genera la presencia o repetición de ciertos elementos arquitectónicos, naturales, vistas o paisajes. Asimismo, también existen casos donde un valor intangible como un evento histórico es el principal elemento por el cual el área fue reconocida. En ese sentido, la intervención en un área de este tipo debe ser apuntando principalmente a resguardar su calidad ambiental y a generar un reconocimiento del área consolidada y su importancia como elemento a preservar. 2. Centro histórico: Corresponden a sectores edificados en el periodo formativo de un pueblo o ciudad. Usualmente se conforman por inmuebles de interés de valor histórico, arquitectónico y/o constructivo. Son el lugar de origen por excelencia y a partir de ahí podemos develar la historia, identidad y desarrollo de la comunidad que lo habita.

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Plaza Prat. Comuna de Iquique, Región de Tarapacá.

Es usual que los centros históricos denoten una calidad ambiental distinta al resto de la urbe, por ello, en estos casos, las intervenciones en el espacio público deben ser especialmente coherentes con lo preexistente, ratificando la importancia histórica y valor arquitectónico definidos a proteger, contribuyendo a su configuración como origen de la ciudad. 3. Pueblo tradicional: Un denominador común sobre los pueblos tradicionales es el valor social y cultural del cual gozan estos sitios, ya sea por formas de vida únicas, festividades de gran convocatoria o lógicas culturales que son traspasadas de generación en generación, lo cual, sumado a atributos eventualmente presentes como el valor histórico, arquitectónico, constructivo y/o paisajístico que los circunda, crean un ambiente único e irrepetible. Se debe considerar que usualmente se trata de localidades pequeñas en cuanto a superficie y número de habitantes, donde las intervenciones en el espacio público tienden a tener un impacto importante sobre el lugar. Por esta razón es imprescindible mantener un respeto con respecto al tipo y magnitud de la intervención a desarrollar, hecho que recae ante todo en la conservación del ambiente ya establecido. 73


4. Entorno a Monumento Histórico: Se trata del área que rodea a un bien inmueble protegido, entendido como una extensión del mismo monumento. Es un espacio que se encuentra en función del edificio protagonista y su objetivo es ser una antesala abierta a éste. Generalmente los edificios protegidos como Monumento Histórico tienen un gran valor arquitectónico e histórico, por lo que las intervenciones en su entorno deben apuntar justamente a relevar los valores por los cuales fue declarado el bien. 5. Conjuntos edificados con valor histórico, arquitectónico o urbanístico: Consisten en agrupaciones de inmuebles que destacan por exponer un modelo de diseño integral representativo de cierto momento histórico, con construcciones armonizadas entre sí repitiendo patrones de un estilo arquitectónico determinado. En general, el espacio público que estructura estos conjuntos suele ser poco diverso y bastante acotado por lo tanto, al igual que en el tipo de zona típica anterior, las intervenciones en el espacio público que circunda a estos conjuntos deben estar en función de destacar la arquitectura de los edificios y contribuir en la consolidación del conjunto como tal.

Consideraciones Frente a Intervenciones en Espacios Públicos Patrimoniales Frente a cualquier tipo de intervención sobre un sitio con estas condiciones, primero se deben tener en consideración dos aspectos que son la esencia del problema, por un lado, los valores por cuales está protegido el bien, y por otro, las necesidades actuales del funcionamiento cotidiano del lugar. El desafío entonces es mantener el equilibrio entre ellos a fin de no desvirtuar el motivo de la zona protegida o por ello obstaculizar el funcionamiento actual del lugar. Los problemas comunes de intervenciones en espacios públicos patrimoniales se deben generalmente a un poco conocimiento del lugar, ya que fueron elaboradas sin conocer la historia de éste desde su origen, sin reconocer las transformaciones que ha tenido en el tiempo ni las actuales necesidades que padece. Como resultado, son espacios sin carácter o identidad propia similares a muchos que existen en otros lugares o por el contrario, en el extremo opuesto, son espacios que escenifican un probable pasado, congelándolo y con ello dificultando su uso como parte de las dinámicas de funcionamiento actual. 74


Relación de equilibrio entre usos y valores en un EEPP con condición patrimonial.

En consecuencia, toda intervención debe responder a estos tres objetivos fundamentales: -

Respetar los valores ya reconocidos, teniendo en cuenta cuáles son los hechos o elementos significativos particulares del lugar (que fue o que es lo que lo hace valioso).

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Recuperar y/o reforzar los elementos particulares que definen su carácter, elementos constructivos u órdenes espaciales que le son propios al lugar.

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Propiciar una regeneración urbana adecuada, que permita actualizar el espacio público a sus nuevos usos, ajustando nuevas dinámicas o actividades que actúan en el presente sobre él, pero evitando que por ello se tengan que deshacer sus rasgos de valor.

Tipos y Recomendaciones en intervenciones en espacios público patrimoniales Parte importante en la elaboración de un proyecto de intervención consiste en tener claridad sobre cuál será el tipo y magnitud de las operaciones previstas para las obras a realizar: 75


Restauración Tiene como fin recuperar o devolver los valores y cualidades estéticas e históricas del espacio patrimonial a su estado original, o al que tenía en una época determinada. Dependiendo del estado de conservación del lugar al momento de la intervención, se puede subdividir en tres instancias: Preservación, Conservación y Restitución. Las principales directrices para un proyecto de restauración son: -

Cada proyecto de este tipo se debe abordar estudiando la historia del espacio a intervenir, esto significa reconocer tanto su origen como las distintas etapas históricas que pudiesen existir en el transcurso de su existencia. En ese sentido es importante evaluar cómo se han comportado las intervenciones ya realizadas en el lugar dependiendo si ellas facilitan o dificultan una correcta lectura de los valores reconocidos del bien.

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Si se considera la restitución y/o eliminación de algún componente, ya sean elementos constructivos, mobiliario urbano, o revestimientos y terminaciones, requerirán de una investigación que argumente con fundamento los motivos y decisiones de ello.

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Asimismo, frente a la necesidad de restituir un elemento determinado, la pieza reemplazante debe ser elaborada con la condición de lograr una integración visual con el resto de los elementos preexistentes que componen el lugar y su entorno, es decir, el nuevo elemento no debe resaltar o llamar la atención por sobre los elementos originales.

Rehabilitación Es la acción de recuperar un espacio público para actualizar y/o mejorar sus condiciones de habitabilidad. Corresponde a las medidas necesarias para revitalizar espacios públicos degradados por medio de intervenciones que buscan aumentar su capital social, económico y funcional a fin de mejorar la calidad e intensidad de las relaciones sociales que facilita. En general, las acciones de este tipo consisten en el mejoramiento (no modificación) de las condiciones físicas de los componentes del espacio y/o la instalación de nuevos equipamientos e infraestructuras de apoyo, los cuales deben cumplir con la premisa de no distorsionar la identidad y características propias del área protegida. Las principales directrices para una rehabilitación son: -

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Toda acción de rehabilitación debe ser respetuosa con el espacio intervenido resaltando los valores originales del conjunto. Sólo si fuese


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estrictamente necesario se deben agregar nuevos elementos a través del proyecto que se proponga. El proyecto de rehabilitación debe contemplar la necesidad de dialogo entre lo patrimonial y las intervenciones contemporáneas necesarias para cumplir el objetivo de revitalizar el espacio urbano. En tal sentido, las nuevas instalaciones deben propender a establecer relaciones analógicas más que literales con el sustrato anterior, innovando pero respetando la tradición, no desde lo literal sino que desde lo interpretativo, cuidando mantener espacialidades, configuraciones y elementos significativos, todos ellos rasgos que valorizan el lugar. El sobrediseño o la sobrecarga de mobiliario urbano u otros elementos como pavimentos o revestimientos de superficie, desfavorecen la clara lectura de las características originales del lugar, por lo que siempre se debe tender a la sobriedad y mínima intervención con la finalidad de preservar las condiciones ambientales de los espacios protegidos. A la hora de tomar decisiones sobre los materiales que serán conservados, utilizados y/o sustituidos se deberán tener en cuenta cuales son las opciones que mejor se adaptan tanto al objetivo perseguido en el proyecto de rehabilitación como a los valores reconocidos en el bien.

Remodelación Consiste en la recuperación de áreas protegidas por medio de acciones de reacondicionamiento que tienen como objetivo habilitar el espacio para recibir nuevas actividades distintas a las ocurridas originalmente en el lugar. La remodelación puede ser puntual, es decir, elemento por elemento, o bien, por sectores más amplios con intervenciones de mayor envergadura (renovación urbana).En el primer caso no se altera el trazado urbano existente; en cambio en el segundo, la estructura puede variar sustancialmente para adecuarse mejor a las nuevas necesidades. Generalmente la remodelación se ajusta a sitios donde lo recuperable en cuanto a elementos de valor arquitectónico es escaso y las posibilidades de restaurar son muy bajas, lo cual debe ser respaldado por medio de un informe técnico que argumente las decisiones tomadas. Las principales directrices para una remodelación son: -

La remodelación puede estar determinada por el cambio de uso del espacio público. En ese caso, el proyecto debe ser coincidente con la capacidad de carga que el espacio a intervenir tiene posibilidad de recibir. 77


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Si bien la remodelación se plantea como un reacondicionamiento, esta nueva configuración debe ser respetuosa y coherente con el contexto inmediato proyectándose como un aporte al polígono protegido y no como un espacio que compita con éste. La remodelación debe ser concebida y configurada como una prolongación del espacio público que la rodea, es decir los cambios propuestos deben ser justificados desde el contexto generando una sola respuesta en conjunto con la intervención.

Habilitación Es la acción y efecto de urbanizar, esto implica la asignación de uso a sitios baldíos ejecutando un proyecto que implique una comunicación coherente con su contexto. Se aplica generalmente a todos los espacios dentro de áreas protegidas que carecen de valor puntual y que no están claramente configurados. Esta acción se realiza en espacios residuales o intersticiales que podrían, eventualmente, convertirse en un espacio público que aporte en reforzar los valores reconocidos en el lugar y también facilite una respuesta adecuada a las necesidades de la comunidad que habitualmente lo utiliza. Sus principales directrices son: -

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La habilitación de los espacios públicos debe ser homogénea respecto al resto del área protegida, es muy importante que los nuevos elementos que proponga tengan un lenguaje que dialogue con el sustrato anterior, aportando continuidad y fluidez para con su entorno. Ya que se trata de un proyecto nuevo, los materiales y elementos elegidos deben ser escogidos simples en su diseño, funcionales en su uso y de reducida mantención.

Recomendaciones previas al desarrollo de una propuesta de intervención Finalmente, es importante recalcar, que cualquier tipo de intervención debe ante todo respetar los siguientes criterios: Autenticidad La autenticidad permite identificar las fases creativas que participaron en la conformación y uso del espacio a lo largo de los diferentes períodos de su historia. El criterio de la autenticidad, prima cuando es necesario cuidar los valores y acontecimientos culturalmente valiosos para una comunidad, por sobre las 78


interpretaciones personales o corrientes de estilos contemporáneos imperantes (moda). Para esto es importante desarrollar la propuesta de intervención de manera informada tanto técnica como históricamente, ya que se corre el riesgo de determinar acciones impulsivas y sin mayor sustento, lo cual finalmente genera un menoscabo en los auténticos valores del espacio. Integridad Responde a un planteamiento del conjunto que tenga debidamente en cuenta los diferentes aspectos de la arquitectura, estructura, instalaciones y funcionalidad. Es importante considerar una visión integral entre el entorno urbano paisajístico, histórico y cultural que lo conforma desde la mirada local y la valorización de sus cualidades propias y particulares. Diferenciación Debe existir la posibilidad de acciones contemporáneas sobre la preexistencia, lo que debe conciliarse también con el criterio de integridad para que la intervención resulte en una unidad estética, funcional, espacial y constructiva con el espacio intervenido. Se deben evitar los falsos históricos que imiten otros materiales o estructuras, prefiriendo elegir elementos contemporáneos simples y funcionales. En el mismo sentido, se debe evitar sobrediseñar o recargar en mejoras los nuevos espacios, reconociendo por ejemplo, la condición rural del lugar y respetando la sencillez y austeridad de los elementos que componen un conjunto. Calidad Constructiva y Material Uno de los problemas que se presenta en las intervenciones de este tipo es la elección adecuada de los materiales, procedimientos y técnicas a utilizar. Las intervenciones deben ser vistas como una oportunidad de mejorar y prolongar la durabilidad de los espacios públicos, para ello, la calidad constructiva, el estudio de ésta y el uso de materias primas duraderas y de buen acabado es fundamental. En cuanto a los pavimentos se deben considerar materiales fáciles de reponer, en lo posible propios del lugar y no productos de línea que pueden perder vigencia. De igual manera, para el mobiliario urbano es recomendable elegir materiales funcionales, de calidad y en armonía con lo preexistente.

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CAPÍTULO 3 POTENCIAL Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DEL PATRIMONIO CULTURAL RURAL


Conservación Sostenible de la Arquitectura Tradicional en Contextos Rurales Ponencia de Ronald Caicedo Garay, Arquitecto PUCV Chile Maestro en Conservación y Restauración de BB.CC. Inmuebles ENCRyM México Todo contexto rural en Chile es portador de una arquitectura tradicional relevante que debe ser analizada, valorada y conservada, no sólo para garantizar su preservación material como patrimonio cultural, sino además para ser utilizada bajo un enfoque socioeconómico, en beneficio de la comunidad. Atrás debe quedar la imagen de lo rural como un lugar aislado, pobre y de baja calidad de vida, hoy los avances tecnológicos permiten que la mayor parte de sus habitantes puedan acceder a los mismos servicios que una persona en la ciudad, facilitando la posibilidad al desarrollo rural sostenible, competitivo y con identidad. Sin embargo, para lograr este propósito es necesario reconocer a los oficios y técnicas constructivas tradicionales como herramienta de desarrollo y fuente de conocimiento. Con esto es posible establecer que la preservación de la arquitectura tradicional rural y su correcta aplicación como un elemento estratégico en la planificación territorial, es el resultado de trascender lo estrictamente material e incorporar al análisis el conocimiento comunitario e interpretación de su entorno natural. A este modelo se lo llamará Conservación Sostenible. Si bien la definición del término arquitectura tradicional sigue en discusión por parte de la comunidad científica, la mayoría coincide en que este tipo de arquitectura es un sistema sociocultural de alta complejidad, que nace de la íntima relación del hombre con el medio físico-natural que lo contextualiza, y que refleja de una forma directa, las maneras de habitar y ocupar el territorio. A través de la revisión y reflexión de publicaciones relacionadas, el presente ensayo buscará valorar y conceptualizar mediante diferentes enfoques de análisis, la arquitectura vernácula rural como un patrimonio cultural relevante y determinar, a partir de sus componentes constructivos y conocimiento tradicional asociado, su capacidad de generar procedimientos de conservación patrimonial que permitan garantizar su preservación en el tiempo, y que se ajusten dentro de lo posible, a la acelerada transformación sociocultural que sufren sus contextos. El Patrimonio cultural vernáculo de las comunidades rurales de Chile es diverso pero vulnerable. Dentro de este patrimonio destaca la arquitectura vernácula como uno de los mayores exponentes de la tradición constructiva y artística de la cultura rural, y centro de preservación de su conocimiento. Sin embargo, debido a la paulatina migración de la población rural hacia la ciudad, a la amenaza ambiental 83


y la acelerada transformación sociocultural y económica de los contextos rurales que se manifiesta principalmente en la pérdida del conocimiento tradicional, su arquitectura vernácula y todo lo que involucra, está en riesgo de desaparecer. Muchos autores coinciden que, debido a las características intrínsecas de los materiales utilizados en la arquitectura vernácula rural, la falta de mantenimiento es la principal causa de su deterioro. La acción devastadora de la intemperie afecta a todo tipo de materiales, incluso los de alta tecnología, pero en materiales tradicionales como la madera, la piedra y la tierra, las consecuencias de deterioro se intensifican. Si a esto le sumamos la eventual acción de agentes naturales catastróficos sus capacidades de resistir disminuyen considerablemente. Frente de este preocupante escenario existe una variedad de cartas internacionales que recogen esta urgencia. A mi parecer, uno de los principales documento relacionado con la conservación patrimonial que se ajusta a la problemática planteada es la carta de Burra ICOMOS de 1979, que profundiza en las recomendaciones para la gestión e intervención de sitios con significación cultural, a partir del planteamiento de que la conservación como concepto trasciende lo material e incorpora a la comunidad y la naturaleza, variables fundamentales en la conceptualización del patrimonio vernáculo construido. Bajo esta tendencia integradora, se hace necesario identificar en toda investigación relacionada con la arquitectura vernácula rural, el conocimiento tradicional presente en sus componentes constructivos y su respectiva significación cultural. Para ello, es fundamental analizar este patrimonio desde lo sociocultural, lo tecnológico-material y su vinculación con el territorio, esto con el fin de establecer las consideraciones necesarias para la conservación tanto de los bienes inmuebles en cuestión, como al fortalecimiento de la identidad rural y desarrollo sostenible de sus comunidades. Al entender el patrimonio cultural como el legado de nuestros antepasados y un recurso no renovable, bajo nuestra responsabilidad de conservar para las futuras generaciones a favor de satisfacer sus necesidades socioculturales, podríamos suponer que la acción de conservar es por sí, un proceso de desarrollo sostenible. Bajo este contexto, la Conservación Sostenible consiste en proponer la gestión a corto, mediano y largo plazo de la arquitectura vernácula rural, mediante el análisis de la capacidad de su conocimiento tradicional asociado de contribuir no sólo a su preservación, sino además a dar solución a los requerimientos socioculturales, económicos y ambientales del territorio rural.

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La Arquitectura Vernácula y sus Enfoques de Análisis En principio, el interés científico por la arquitectura tradicional nace en los países nórdicos a mediados del siglo XIX. Motivados por la búsqueda del origen de su identidad cultural, desarrollaron profundos estudios etnológicos y antropológicos que terminaron en grandes colecciones de construcciones tradicionales emplazadas en elaborados museos al aire libre. Uno de los casos más emblemáticos fue el Parque Skansen, construido en Suecia en 1891, cuyo objetivo era difundir de la manera más explícita posible la forma de construir en las provincias rurales de Suecia y preservar su cultura tradicional frente al riesgo de desaparecer. Por su parte, en la Inglaterra del siglo XIX, el interés por el patrimonio vernáculo se consolida como una respuesta crítica al proceso de industrialización. Por medio del movimiento Arts and Crafts, que encuentra en lo vernáculo las formas de conservar el valor de lo artesanal, surge el respeto por la naturaleza de los materiales, la valoración del proceso de ejecución y el rescate de los oficios1. Por consecuencia, se genera un nuevo estilo de arquitectura doméstica mediante la reinterpretación de la casa rural inglesa, tratando de recrear su sencillez, solidez e integridad. Durante el siglo XX el movimiento moderno y el racionalismo, utilizaron a la arquitectura tradicional como recurso romántico para la construcción de sus planteamientos teóricos. Le Corbusier reconocía en las construcciones vernáculas de las villas francesas los principios de la arquitectura, al señalar sobre éstas: que uno desearía detenerse ante cada casa, antigua o reciente, y penetrar en ella; sus soluciones arquitectónicas están llenas de vida inteligente, económica, constructiva, esforzada y sana2. Pese a ello, la devoción por esta arquitectura sólo fue plasmada en el discurso teórico del movimiento. Es conocido que al final del proceso, el movimiento moderno privilegió la experimentación del diseño mediante nuevos sistemas constructivos y estilos arquitectónicos, obviando la capacidad técnica de la arquitectura tradicional para su reutilización y conservación. En respuesta, nace en Francia un nuevo movimiento intelectual postmoderno, y que puso especial interés en documentar y catalogar la arquitectura vernácula del país. Esta tendencia nostálgica de un pasado pronto a desaparecer, llevó a realizar por todo el mundo un sinfín de inventarios y catálogos de arquitectura tradicional que detonó en la publicación del libro House Form and Culture3 de Amos Rapoport 1  Tillería González Jocelyn, 2010, La Arquitectura Sin Arquitectos, Algunas Reflexiones Sobre Arquitectura Vernácula, en Revista AUS nº 8 de la Universidad Austral de Chile, p12. 2  Oliver Paul, 1969, Shelter and Society, Ed. Española: Cobijo y sociedad. Madrid 1978, p21. 3  Rapoport Amos, 1969, House Form And Culture, Prentice Hall USA,

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en 1969. Éste planteo la hipótesis de que la forma de la arquitectura tradicional es definida a partir de factores socioculturales, y que aspectos como la disponibilidad de materiales locales, el clima y los conocimientos sobre tecnología constructiva pasan a un segundo plano, como factores modificantes. Por su parte, el historiador inglés Paul Oliver publica en ese mismo año, Shelter and Society, en el cual estudia la vivienda del hombre a través del tiempo en diferentes espacios, así como su relación con el uso del concepto arquitectura. Para ello desarrolló un análisis sobre las acepciones del concepto, y obtuvo como resultado que los investigadores han menospreciado lo vernáculo permanentemente. Más tarde, en su Enciclopedia de la Arquitectura Vernácula del Mundo de 1997, logrará documentar lo vernáculo, e instalar en el mapa académico actual este tipo de arquitectura. En éste establece los distintos enfoques teóricos de análisis y conceptos relacionados con este tipo de patrimonio, extrayendo de la arquitectura vernácula todos sus posibles significados culturales y relación con el ambiente, haciendo énfasis en la importancia de la tradición. Es así que a partir de la antropología y la etnología se ha generado una comprensión más amplia del término, al vincular lo tangible con lo intangible. Este fenómeno influenciado por las obras de Amos Rapoport y Paul Oliver, tuvo como consecuencia una nueva serie de publicaciones vinculadas con la conservación que buscarán valorizar y proteger este tipo de patrimonio desde su variable sociocultural. Si bien reconocemos la preocupación por la arquitectura vernácula a partir de 1964 con la Carta de Venecia, al incorporar al patrimonio cultural lo modesto y rural, y la Carta de París de 1972 sobre el Patrimonio Mundial, al poner énfasis en la integración del patrimonio cultural con el patrimonio natural fundamental en el génesis de la arquitectura tradicional, fue hasta 1975 mediante la Declaración de Ámsterdam, que los temas etnográficos fueron incluidos en el análisis de las edificaciones vernáculas, al señalar que la noción de patrimonio arquitectónico abarca hoy todos los conjuntos construidos que se presentan como una entidad, no solamente por la coherencia de su estilo, sino también por la huella de la historia de los grupos humanos que allí han vivido durante generaciones4. Luego, en 1976 mediante la Carta de Nairobi se alude desde un enfoque antropológico, al conjunto vernáculo como un valor patrimonial a la vida tradicional de un pueblo5.

4   Consejo de Europa, 1975, Declaración de Ámsterdam. 5  UNESCO, 1976, Declaración de Nairobi.

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Saldaña, Castilla y León, España. Ejemplo de arquitectura vernácula conocida como la casa torcida.

Vivienda Maya. Yucatán, México. Ejemplo de arquitectura vernácula en zonas cálidas y húmedas.

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Aunque la investigación multidisciplinar de este tipo de arquitectura ha generado un extenso conocimiento acerca de sus cualidades patrimoniales, las diferencias teóricas para conceptualizar el término siguen siendo evidentes. Desde la antropología destacan su valor sociocultural, al considerar la arquitectura vernácula como un auténtico sistema que procede del cuerpo de los hombres que habitan los lugares diseñados6, mientras que bajo un enfoque arquitectónico, destacan sus componentes constructivos y relación con el medio. Por lo tanto, se puede establecer que existen dos enfoques principales para aproximarse a la arquitectura tradicional; los que apuntan hacia una definición de la arquitectura vernácula como un proceso cultural; y los que definen esta arquitectura como producto cultural. Uno de los primeros documentos que se aproxima a una conceptualización integral de arquitectura vernácula es la carta realizada por CIAV-ICOMOS en 1992. Ésta la define como la expresión de valores históricos y auténticos reconocidos por una comunidad y que responden directamente a las necesidades del entorno cultural, físico y económico7. Se suma la conceptualización realizada por la Carta del Patrimonio Vernáculo Construido de 1999, establece las características que permiten su identificación como un modo de construir emanado de la propia comunidad, un reconocible carácter local ligado al territorio, coherencia de estilo, forma y apariencia, así como el uso de tipos arquitectónicos tradicionales establecidos, sabiduría tradicional en el diseño y en la construcción, que es trasmitida de manera informal, una respuesta directa a los requerimientos funcionales, sociales y ambientales, y la aplicación de sistemas, oficios y técnicas tradicionales de construcción8. En definitiva, es posible establecer que para considerar la arquitectura tradicional rural como un patrimonio cultural relevante y una oportunidad de desarrollo para las comunidades asociadas a él, será fundamental identificar su autenticidad y significación cultural a partir de tres variables indisociables: la sociocultural, la tecnológico-material y la vinculación con el territorio, entendiendo significación cultural como el valor estético, histórico, científico y social para las generaciones pasada, presente y futura9. 6  Fernández Alba A., 1990, Los Documentos Arquitectónicos Populares como Monumentos Históricos, o el Intento de Recuperación de la Memoria de los Márgenes, en Actas de las Jornadas Arquitectura Popular en España, p21-31. 7  ICOMOS, 1999, Carta del Patrimonio Vernáculo Construido, Ratificada por la 12ª Asamblea General en México, en octubre de 1999. 8  ICOMOS, 1999, op.cit. 9  ICOMOS, 1979, Carta de Burra. Carta ICOMOS Australia para Sitios de Significación Cultural

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Valoración como Proceso y Producto Cultural Sabemos que en la conservación patrimonial de bienes culturales, la asignación de valor es un factor determinante en la decisión responsable y justificada de las posibles acciones a realizar para su preservación y protección, sin perjuicio de su autenticidad e integridad. La valoración de este tipo de patrimonio debería ser un proceso relativamente sencillo desde un enfoque arquitectónico, sin embargo, al involucrar dimensiones más complejas como las intangibles, se problematiza. Una valoración integral de la arquitectura vernácula rural, no solo se debe realizar desde un punto de vista técnico, sino también desde su implicancia en lo social. Éste es el aporte proveniente de los distintos actores relacionados con el patrimonio, muy particularmente la comunidad que convive con el bien cultural10. Por eso se hace urgente ampliar el rol de la arquitectura vernácula desde testimonio histórico y estético, hacia un reforzamiento de su papel como componente fundamental de las identidades culturales rurales y posibilidad de desarrollo social.

Proceso Cultural El proceso cultural que significa construir este tipo de arquitectura involucra directamente a las comunidades rurales asociadas a él. Esto significa que la comunidad que construye, utiliza y custodia este tipo de patrimonio se transforma previa al proceso, en un actor fundamental como productor cultural. A través de la dependencia e interacción con la naturaleza y los recursos naturales las comunidades rurales han adquirido una conciencia cierta de su entorno natural, donde conocimiento y recursos son utilizados y transmitidos conjuntamente por medio de sus tradiciones. Los procesos sociales por los cuales se adquiere y utiliza el conocimiento tradicional se generan desde los valores culturales, e incluso espirituales, de la comunidad. Muchos poseedores de este tipo de conocimiento creen que los espíritus están presentes en todos los elementos del mundo natural y que se adquiere conocimiento a través de estos espíritus o dioses11.

10  Caraballo Perichi Ciro, 2011, De la Certidumbre Objetiva a la Duda Colectiva. Nuevas Categorías e Instrumentos para la Valoración y Conservación de Bienes y Sitios Patrimoniales Complejos, 2008, en Patrimonio Cultural, un enfoque diverso y comprometido, p43. 11  Instituto Internacional para el Medio Ambiente y Desarrollo (IIED), 2001, Protección de Conocimiento Tradicional y Patrimonio Cultural el Concepto del Patrimonio Bio-Cultural Colectivo, Perú.

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La arquitectura vernácula en contextos rurales no es tan solo una estructura tangible, sino más bien una institución creada para un complejo grupo de fines. Esto se debe a que la construcción tradicional es un proceso cultural influenciado directamente por la comunidad a la que pertenece. En Chile, gran parte de la arquitectura tradicional de pueblos originarios está fuertemente enraizada en significados simbólicos y religiosos. Por ejemplo, en las construcciones tradicionales aymaras es posible distinguir la estrecha relación del espacio construido con el paisaje, espacio sagrado por definición simbólica de la cosmovisión andina. Esto se traduce en el emplazamiento de los pueblos y su relación con el entorno natural sagrado, en el trazado de explanadas ceremoniales y espacios públicos junto al santuario, en las relaciones del pueblo con la iglesia y el trabajo, y en el ordenamiento de las viviendas en agrupaciones alargadas principalmente de orientación norte-sur con las fachadas y patios hacia el oriente enfrentando la salida del sol y reconociendo la presencia de los volcanes como hito espacial predomínate con un sentido simbólico. Este fenómeno recreado constantemente por las comunidades rurales hasta la actualidad, ha generado el conocimiento fundamental para su preservación. Se cree que el éxito de la mayoría de las comunidades rurales del mundo se relaciona con la comprensión de las fuerzas naturales y la orientación de sus asentamientos, además del alto contenido ceremonial, ritual o comunitario que conllevan sus procesos de construcción.

Producto Cultural La arquitectura vernácula rural como producto cultural, tiene una gran variedad de escalas y tipologías, donde la tecnológica utilizada en su construcción depende de las capacidades de la cultura a la que pertenece y de la disponibilidad de materiales que facilita el entorno. La elección del material, los procesos constructivos, las características de sus elementos, sus criterios estructurales, obedecen a una lógica constructiva en la que urge optimizar los recursos disponibles, estableciendo límites de acción precisos que son conocidos y heredados entre los miembros de la comunidad que comparte la sabiduría regional12.

12   Guerrero Baca Luis Fernando, 2014, Arquitectura en tierra. Hacia la recuperación de una cultura constructiva, en Reutilización del patrimonio edificado en adobe. Serie Antologías UAM, p37.

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Cultura Dogón, Bandiagara, Malí. Ejemplo de su arquitectura vernácula rural.

Chozos con zahúrdas. Extremadura, España. Ejemplo de estructuras a base de mamposterías.

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Así lo ratifica Rapoport al señalar que los factores socioculturales son los que determinan la forma de la arquitectura vernácula13. Es decir, esta arquitectura no sólo es resultado de los aspectos físicos, como establecen la mayoría de autores, sino que es consecuencia de varios factores socioculturales, y ésta se modifica por la situación climática y los sistemas constructivos utilizados por la comunidad que la genera. Si bien la mayoría de los estudios que analizan los sistemas constructivos de este tipo de arquitectura se han limitado a ser descriptivos y a considerar que cada caso es singular sustentado en la gran diversidad cultural de los contextos rurales del mundo, es posible identificar ciertos patrones constructivos que se repiten. Al parecer el conocimiento adquirido sobre las propiedades de los materiales, sus procesos constructivos y sobre todo, las posibilidades estructurales que entregan, han generado sistemas constructivos vernáculos muy similares alrededor del mundo. Esto quiere decir, que una de las variables determinantes de las características formales y volumétricas de la arquitectura vernácula es justamente la serie de conocimientos que han permitido transformar los materiales presentes en la naturaleza14. En definitiva, las técnicas constructivas tradicionales utilizan materiales de fácil obtención, algunos inagotables y otros susceptibles a un control sustentable, sin perjuicio del entorno y de manera responsable con las necesidades que la comunidad demanda. El hecho de que estos sistemas constructivos estén vigentes hasta el día de hoy, es una muestra fehaciente de su capacidad para resolver los problemas de habitabilidad de las comunidades rurales. Son fruto de la creatividad y de la experimentación de millones de personas, durante muchas generaciones desde hace miles de años, cuyo virtuosismo constructivo es consecuencia de un saber hacer y/o buen construir, cuya disminución sería una pérdida cultural importante. Este concepto del saber hacer y/o buen construir, que vincula el enfoque arquitectónico con el antropológico y etnográfico, es la base teórica para comprender la capacidad tecnológica del conocimiento tradicional y su vinculación con el territorio. Esta sabiduría constructiva está en permanente sintonía con el lugar, lo cual significa que no lo destruyen ni agota, sino más bien que trabajan con él. En consecuencia, la arquitectura vernácula rural expresa este conocimiento 13   Rapoport A., op.cit. 14   Guerrero Baca Luis Fernando. 2009. Tecnología Constructiva y Patrimonio Intangible, en De Tierra y Varas, una Muestra de Arquitectura Vernácula en la Sierra Gorda de Querétaro.

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mediante la elección del lugar, su carga ceremonial, los materiales utilizados y las formas diseñadas, integrándose de manera armoniosa y responsable al paisaje. Por estas razones, es posible establecer que la significación cultural de la arquitectura vernácula rural por medio de la valoración sociocultural, tecnológicomaterial y su vinculación con el territorio es la materialización de su conocimiento tradicional asociado. Esto quiere decir, que el resultado de la valoración de este tipo de patrimonio como proceso y producto cultural conlleva a plantear su intervención desde una concepción holística de lo que significa conservar y por ello, se deberá trascender lo construido e incorporar como componentes de análisis y herramientas de diseño a la comunidad y su territorio. Lo anterior puede ser esquematizado de la siguiente manera:

Esquematización de la Valoración de la Arquitectura Vernácula Rural. Fuente: Ronald Caicedo.

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Reflexiones a las Recomendaciones Internacionales A nivel internacional, existe una gran variedad de documentos vinculados con la protección del patrimonio cultural vernáculo. A mi parecer, uno de los principales que se ajusta a la problemática planteada es la carta de Burra ICOMOS de 1979, la que profundiza en las recomendaciones para la intervención y gestión de sitios con significación cultural a partir del planteamiento de que la conservación como concepto, trasciende lo material e incorpora a la comunidad y la naturaleza, variables fundamentales en la conceptualización del patrimonio vernáculo construido. Si bien se refiere específicamente a sitios arqueológicos, se podría extrapolar sus recomendaciones a zonas patrimoniales con arquitectura vernácula rural. Señala: los sitios de significación cultural, incluyendo los naturales, indígenas e históricos que contengan valores culturales, enriquecen la vida del pueblo, proveyendo a menudo un profundo e inspirador sentido de comunicación entre comunidad y paisaje, con el pasado y con experiencias vividas15. Este enfoque integrador sustenta la conservación de la arquitectura vernácula rural en su dimensión integral. Es decir, propone que la conservación busque desde la valoración y protección del patrimonio, fortalecer su rol en los procesos de planificación social y gestión patrimonial, entendiéndolo como un recurso disponible para el desarrollo sostenible del territorio. Para ello, la carta de Burra propone como uno de sus principios que la conservación de un sitio debe identificar y tomar en consideración todos los aspectos de su significación cultural y natural, evitando enfatizar injustificadamente uno a expensa de los demás16. Por su parte, la carta de la arquitectura vernácula de CIAV-ICOMOS de 1992, declara como principio de salvaguardia un programa global que considere la definición de los principios de investigación y de los métodos de conservación y protección. Sin embargo, destaca la importancia de la formación y educación de la población con el objeto de lograr su comprensión, apoyo y participación, además de respetar los valores vernáculos en todas las iniciativas que tengan que ver con el ordenamiento del territorio y la planificación regional17. Mientras la carta del patrimonio vernáculo construido de ICOMOS de 1999 establece los principios básicos de conservación que se relacionan principalmente con la autenticidad de sus formas y sistemas constructivos, destaca también que el patrimonio vernáculo no sólo obedece a los elementos materiales, edificios, 15   ICOMOS, 1979, op.cit. 16   Ídem 17   ICOMOS, 1999, op.cit.

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estructuras y espacios, sino también al modo en que es usado e interpretado por la comunidad, así como a las tradiciones y expresiones intangibles asociadas al mismo18. Como vemos, las cartas relacionadas con la arquitectura vernácula establecen como principios de conservación la importancia de la participación comunitaria en la toma de decisiones para el diseño de metodologías de conservación y la planificación de su territorio, así también, lo relevante que es su difusión y educación para la sensibilización social. En esta línea, CIAV-ICOMOS, establece la responsabilidad de las autoridades para crear las condiciones favorables para la conservación de este tipo de arquitectura a través de medidas legislativas, administrativas y financieras, y que se complementen con la sensibilización de la conciencia pública del valor de la cultura vernácula, mediante la promoción de la participación activa de los individuos en la formación y el desarrollo de las tradiciones en la comunidad19 Como líneas de acción la carta de 1999, propone la investigación y documentación como eje fundamental, se suma el respeto a la integración en el paisaje y la continuidad de los sistemas tradicionales de construcción, así como los oficios y técnicas asociados con el patrimonio vernáculo, son fundamentales expresión del mismo y esenciales para la restauración de dichas estructuras. Tales técnicas deben ser conservadas y legadas a las futuras generaciones, mediante la educación y formación de artesanos y constructores20. La Carta de 1992, recomienda para los proyectos de conservación ser precedidos por investigaciones científicas apoyadas con la participación de la comunidad y a través de publicaciones que sensibilicen a la opinión pública. Además, es deseable la aplicación de conocimientos técnicos en las construcciones tradicionales; si las técnicas tradicionales se han perdido, es necesario fijar normas de ejecución equivalentes con el uso razonado de los instrumentos y el conocimiento de la naturaleza de los materiales21.

18   ICOMOS, 1999, op.cit. 19   CIAV-ICOMOS, 1992, Carta de la Arquitectura Vernácula. Comité Internacional de Monumentos y Lugares Históricos. Comité Internacional de Arquitectura Vernácula CIAV-ICOMOS. 20   ICOMOS, 1999, op.cit. 21   CIAV-ICOMOS, op.cit.

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Arquitectura Tradicional en el pueblo de Barraza. Es posible reconocer los sistemas constructivos vernácuños en base a tierra (muros de adobe y tapia)

Contexto de la Iglesia de San Antonio del pueblo de Barraza. Declarada zona típica en 2009. Es importante distinguir el carácter rural del asentamiento, edificaciones de un solo nivel de una tipología tradicional, iglesia como icono de la trama urbana del lugar, y complementariedad con lo natural.

Por su parte, la carta de Nara de 1994 da cuenta de la importancia de la diversidad cultural. Concebida desde la Carta de Venecia, extiende el alcance de patrimonio cultural a lo que entendemos hoy como tal. En este afán de proteger la diversidad cultural como una fuente irremplazable de riqueza espiritual e intelectual, debe promoverse como aspecto esencial del desarrollo humano. Además, que la responsabilidad del patrimonio cultural y su administración pertenecen, en primer lugar, a la comunidad cultural que le dio origen y subsecuentemente a quienes cuidan de él22. Para ello, propone que la valoración del patrimonio debe ser atribuida al 22   ICOMOS, 1994, Documento de Nara en Autenticidad

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grado de credibilidad o veracidad de las fuentes de información, requisito básico para evaluar los aspectos de su autenticidad. Señala más adelante que la comprensión de la autenticidad juega un papel fundamental en todos los estudios del patrimonio cultural, en la planificación de la conservación y la restauración.23 Sin embargo, en la práctica las propuestas de conservación pueden priorizar aspectos de la arquitectura vernácula, por lo general estéticos, en beneficio de actividades económicas alejadas de la autenticidad funcional de éstas y en perjuicio del desarrollo comunitario. Como señala María José Amerlinck24, el turismo puede ser un factor de riesgo que atente contra la identidad cultural de los pueblos, al considerar el patrimonio como una mercancía, distorsionar tradiciones y desincentivar las investigaciones. Por ello, vale la pena señalar que al momento de proponer medidas de conservación que involucren la rehabilitación de espacios vernáculos para el turismo, estos deben involucrar no sólo los aspectos técnicos, sino además todos los aspectos socioculturales y antropológicos, que permitan garantizar la conservación de la arquitectura vernácula de manera integral. La Declaración de Nairobi de 1976, recoge esta urgencia. Si bien está construida desde un enfoque antropológico, sus recomendaciones se relacionan con la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea. Señala al respecto: considerando que los conjuntos históricos ofrecen a través de las edades los testimonios más tangibles de la riqueza y de la diversidad de las creaciones culturales, religiosas y sociales de la humanidad, y que su salvaguardia y su integración en la vida de la sociedad contemporánea es un factor básico del ordenamiento del territorio25. Frente a los acelerados cambios socioculturales de las zonas rurales, estos testimonios vernáculos vivos adquieren importancia para el desarrollo y la planificación territorial. La declaración recomienda en primer término la responsabilidad de cada ciudadano de exigir a los Estados la salvaguardia de este patrimonio, en el marco de las políticas públicas a nivel nacional, regional o local26. Sin embargo, se sabe que en muchos países falta una legislación eficaz y flexible sobre el patrimonio cultural, y si ésta existe no es respetada por todos. Además, los grupos de poder político no siempre se encuentran en sintonía con lo que exige la ciudadanía, 23   Ídem 24   Amerlinck María-José, 2008, Arquitectura Vernácula Y Turismo: ¿Identidad Para Quién?, en Revista destiempos.com. Número 15, “Tradiciones y Culturas Populares”, México, p381-387. 25   UNESCO, 1976, op.cit. 26   Ídem

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sino más bien con los intereses económicos de grupos empresariales. Frente a ello, nace la necesidad de fortalecer las organizaciones civiles como instrumento para la planificación de la conservación del patrimonio, de las cuales, en un proceso de capacitación e investigación, pueden llegar a ser organizaciones no gubernamentales calificadas para tal objetivo. Bajo esta tendencia el arquitecto restaurador, como profesional del área, es el encargado de coordinar las investigaciones y los intereses tanto académicos como sociales para determinar las prioridades de una intervención.

Hacia el Concepto de Conservación Sostenible Han sido diversas las alternativas que se han generado a lo largo del tiempo en busca de la conservación de la arquitectura vernácula rural y todo lo que implica, pero la mayoría de las soluciones han centrado su foco únicamente en los aspectos técnicos y materiales. En nuestros días es innegable la creciente inquietud por desarrollar alternativas más apropiadas y eficientes que involucren todas las variables posibles. Ante esta situación se entiende la necesidad de partir de una concepción antropológica, social y territorial más amplia de la arquitectura vernácula, que la redefina en términos de uso, protección y mantenimiento. Este enfoque se sustenta en la concepción de la conservación del patrimonio como parte integrante de la gestión patrimonial y la concibe en su dimensión integral con base a tres ejes fundamentales: conservación, identidad y desarrollo27. Se parte del principio de la relación indisociable de la conservación cultural con la identidad de los grupos sociales y las posibilidades de desarrollo. Así, la conservación trasciende la atención meramente técnica y puntual del patrimonio cultural en su aspecto tangible y parte del entendimiento de éste bajo una concepción holística en donde sus componentes culturales, sociales y ambientales son inseparables. Con lo anterior, la conservación debe buscar, a partir de la valoración y protección de la arquitectura vernácula y de la corresponsabilidad de la comunidad frente a ésta, potenciar su papel estratégico en los procesos de transformación social, concibiéndola como un recurso más para el desarrollo local. Para ello será fundamental crear de forma creativa y compartida un nuevo estado de relaciones y de acción entre los diferentes grupos sociales que inciden y se vinculan con este patrimonio. A grandes rasgos, la sostenibilidad se relaciona con la existencia de ciertas condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que determinan el 27   Cruz Flores, Sandra, 2009, Oxtotitlán, Guerrero: La Conservación de un Sitio de Patrimonio Rupestre, en Conservación de Bienes Culturales: Acciones y Reflexiones, coord. Luis Fernando Guerrero Baca, INAH, pp29.

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funcionamiento de los procesos humanos de forma armónica, a lo largo del tiempo y del espacio. Consiste en satisfacer las necesidades de la actual generación sin poner en riesgo los recursos disponibles para las futuras generaciones. Se trata de un concepto que pretende movilizar la responsabilidad colectiva para hacer frente al conjunto de graves problemas y desafíos a los que se enfrenta la humanidad, donde la conservación del patrimonio es uno de ellos. Es conocido que muchos relacionan el desarrollo sostenible sólo con la variable ambiental, pese a ello, más bien se trata de una revolución intelectual, una metamorfosis cultural, científica y social que rompe con una larga tradición de indiferencia28, donde la economía, la cultura y el ambiente no pueden tratarse por separado. Por lo tanto, se debe comprender como un término que exige tomar en consideración la totalidad de problemas interconectados a los que la sociedad ha de hacer frente y que sólo es posible a escala territorial, e incluso planetaria. Esto exige comprender que la conservación y el desarrollo no están en oposición. El mundo necesita diversas sociedades sostenibles, y el mundo rural es potencial candidato. Para ello es necesario conservar los sistemas sustentadores de vida, como los diversos procesos ecológicos con su biodiversidad asociada, y los sistemas sustentables de vida, como las culturas rurales que han aprendido a convivir con la naturaleza de manera respetuosa y eficiente. Sin embargo, para gran parte de la sociedad contemporánea, las fuerzas económicas son la base de toda actividad humana, la globalización y el creciente predominio de los enfoques basados en el mercado sobrepasan a las preocupaciones socioculturales. Los factores económicos determinan las posibilidades de práctica de conservación de manera fundamental, al influir en las decisiones, la elaboración de políticas, alentar o desalentar el uso del patrimonio. Este encuentro entre cultura y economía o bien, ha generado una discusión teórica sobre la forma en que deberían complementarse. David Thorsby prestigioso economista Australiano, sugiere usar la idea de sostenibilidad para llevar los sistemas económicos y socioculturales en conjunto. Tanto como el concepto de desarrollo sostenible ha sido utilizado para vincular los sistemas económicos y ecológicos con el propósito de identificar los efectos de las relaciones críticas entre la humanidad y ambiente. Específicamente, propone este enlace entre la economía y la cultura a través del concepto de “desarrollo culturalmente sostenible”.29 28   Mayor Zaragoza F., 2000, Un mundo nuevo, UNESCO, Círculo de lectores, Barcelona España. 29   Thorsby David, 1995, Culture, Economics and Sustainability, in Journal of Cultural Economics, Kluwer Academic Publishers, Netherlands, p200.

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Bajo este enfoque, se propone la Conservación Sostenible como una alternativa viable frente a la problemática de conservar el patrimonio cultural de los contextos rurales, que permita planificar a corto, mediano y largo plazo la conservación de su arquitectura vernácula, el fortalecimiento comunitario y el desarrollo territorial de manera responsable. Para ello, se necesita 3 niveles de intervención secuenciados y cíclicos: 1. Conservación por medio de acciones correctivas: Toda acción técnica de liberación, consolidación, reintegración e integración sobre la materialidad de la arquitectura vernácula. Éstas buscarán estabilizar las propiedades fisicoquímicas y mecánicas de los materiales que componen las estructuras en función de detener y contrarrestar su deterioro, y ser lo más respetuosas con el ambiente y las condiciones socioculturales de las comunidades rurales asociadas. 2. Conservación preventiva: Toda acción de mantenimiento, seguridad y monitoreo que permita prevenir futuros deterioros, en función de disminuir su vulnerabilidad. Es importante considerar las herramientas disponibles que faciliten la sostenibilidad en el tiempo de este tipo de acciones, por lo cual, el compromiso de la comunidad y de las autoridades será fundamental para el buen resultado de este tipo de intervención. 3. Conservación como herramienta de desarrollo sostenible: Toda acción innovadora anexa a la conservación de la arquitectura vernácula rural que permita rentabilizar social, ambiental, cultural, política y económicamente las intervenciones realizadas. Es importante considerar dentro de la planificación patrimonial, proyectos relacionados con el ambiente y el desarrollo cultural que permitan generar beneficios sociales y económicos a mediano y largo plazo, y así facilitar la incorporación de la comunidad en los distintos procesos de la conservación.

Además, para cumplir con los requerimientos necesarios de la conservación sostenible se deberá vincular la conservación de este tipo de patrimonio con procesos de reforzamiento social. Para ello, es fundamental promover la participación de la comunidad a través de: 100


1. Procesos de sensibilización: Estos buscarán fomentar la reapropiación y revaloración del patrimonio cultural vernáculo por parte de la comunidad, y así fortalecer la relación emotiva con su identidad cultural y entorno ambiental. Para ello es importante generar instancias de diálogo entre especialistas, autoridades y comunidad para la retroalimentación de antecedentes, experiencias y visiones a futuro del patrimonio en análisis. Cabe señalar que estos procesos necesitan de una entidad mediadora que canalice los distintos intereses y aportaciones a favor de la protección del patrimonio en cuestión. 2. Procesos de capacitación: Dentro de la misma iniciativa, se deberá capacitar a la comunidad de las normas vigentes de protección del patrimonio, en las medidas básicas de su conservación y en las alternativas de uso. Para ello se deberá considerar la participación de la comunidad a partir de la recopilación de antecedentes y procesos de valoración, y durante toda la intervención, para así empoderar y corresponsabilizarla en la conservación sostenible de su patrimonio. 3. Procesos de difusión: En beneficio de la comunidad, y por consecuencia, de las autoridades e instituciones vinculadas a la conservación patrimonial, entregar a pobladores y público en general, los conocimientos generados durante todo el proceso de la conservación, como una forma de reciprocidad que permita crear vínculos de confianza entre comunidades, instituciones y especialistas a cargo. Es preciso además, fortalecer las capacidades tecnológicas de la arquitectura vernácula rural por medio de los distintos medios de comunicación disponibles e instancias de debate y diálogo. Todo lo anterior puede esquematizarse en la siguiente imagen:

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Esquematización de los contenidos de la Conservación Sostenible. Fuente: Ronald Caicedo

La complejidad de preservar y proteger la arquitectura vernácula rural bajo el enfoque de la conservación sostenible, es decir, planificar su intervención a corto, mediano y largo plazo, implica un trabajo multidisciplinario y una coordinación permanente entre los distintos actores sociales. Además, es necesaria una investigación exhaustiva y participativa del patrimonio en estudio, que recopile de manera fidedigna la mayor cantidad de antecedentes vinculados a su valor técnicomaterial, sociocultural y territorial. Sin embargo, para ejecutar una conservación sostenible como metodología de intervención, el contexto rural y su arquitectura vernácula asociada, deberá cumplir la siguiente serie de condiciones para su viabilidad: 1. El conjunto vernáculo debe contextualizarse en un territorio rural o parcialmente urbanizado, donde la interacción entre comunidad y naturaleza conserve ciertos lineamientos de conservación ambiental, es decir, que tanto sus manifestaciones culturales como sus actividades económicas tradicionales sean de bajo impacto y conscientes de la vulnerabilidad del ambiente. 102


2. Este territorio debe estar vinculado a una comunidad relativamente organizada, lo que facilitará los procesos de sensibilización y capacitación de su población, fundamentales para garantizar la preservación de este tipo de arquitectura a mediano y largo plazo. 3. Al valorizar la arquitectura vernácula rural de manera holística e integradora, el resultado fue que la materialización del conocimiento tradicional es el factor fundamental de su significación como patrimonio, por lo cual, la comunidad vinculada al territorio debe ser generadora de procesos culturales capaces de materializar su conocimiento de manera tradicional y coherente con el ambiente. 4. La comunidad además requiere estar relacionada a un sistema de producción tradicional que permita generar iniciativas de desarrollo sostenible sin perjuicio de su autenticidad cultural y contexto natural. En otras palabras, que garanticen el desarrollo responsable y autónomo del territorio sin amenazar la diversidad natural y cultural de la región, del país y el mundo. 5. Finalmente se hace necesario contar con el apoyo de organizaciones no gubernamentales y autoridades locales para su gestión y financiamiento. Este punto será clave para el desarrollo de este tipo de iniciativas, por lo cual, el seguimiento de los recursos económicos disponibles tanto públicos como privados, la difusión permanente del patrimonio en cuestión y la coordinación entre todos los actores sociales vinculados a la planificación territorial, serán las acciones mínimas a considerar para el éxito de una conservación sostenible.

Conclusión La materialización del conocimiento constructivo tradicional lleva consigo la capacidad de generar mantenimiento y principios de estabilidad y adaptabilidad de manera sencilla y económica, factores esenciales para la conservación tanto del bien material como de su patrimonio intangible asociado y el territorio donde se emplaza. Por ello, es fundamental fomentar un tipo de desarrollo cuyo eje sea la comunidad y se centre en el mejoramiento de su calidad de vida, y al mismo tiempo, esté basado en la conservación de la diversidad tanto cultural como natural. 103


La mayoría de las recomendaciones internacionales para la conservación del patrimonio cultural vernáculo, establecen la importancia de la participación comunitaria en la toma de decisiones para el diseño de metodologías de conservación patrimonial y la planificación de su territorio, así también, lo relevante que es su difusión y educación para la sensibilización social. Sin embargo en la práctica, la mayoría de las propuestas de conservación y restauración que se realizan en Chile, tienden a priorizar ciertos aspectos de la arquitectura vernácula por lo general estéticos, en beneficio de actividades económicas alejadas de la autenticidad funcional de éstas y en perjuicio del desarrollo comunitario. Frente a ello, es fundamental fortalecer las organizaciones civiles sensibilizadas con el patrimonio cultural y natural en los procesos de diseño de proyectos, programas y planes de conservación patrimonial o de intervención territorial. Los conflictos que se generan por la reacción ciudadana frente a la pérdida del patrimonio, son espacios de confrontación y de encuentro, a través de ellos se debaten posturas y se generan alianzas, es decir, es la instancia que existe para moderar los intereses involucrados y generar de alguna manera, igualdad de participación y poder de los distintos actores sociales. Debido a la complejidad cultural de este tipo de arquitectura que involucra dimensiones patrimoniales tanto materiales como inmateriales, implica que al momento de investigar, valorar, diagnosticar y proponer soluciones para su conservación y protección, sea fundamental comprender de manera integral que estos componentes son inseparables. Por lo tanto, la planificación de la conservación patrimonial a corto, mediano y largo plazo desde la perspectiva de la sostenibilidad requiere en primer lugar, de una comprensión integral y global del concepto (correctivo, preventivo e innovador), y de promover la participación de la comunidad (sensibilización, capacitación y difusión).

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Metodología de Valoración Integral para la Valorización del Paisaje Rural Ponencia de Roxana Lebuy Castillo, Geógrafo de la PUCV Chile Master en Gestión Ambiental y Planificación Territorial de la Universidad de Barcelona Resumen Autores: Roxana Lebuy Castillo, Bryan González Niculcar La siguiente presentación describe de manera breve el proyecto Elaboración y validación de una metodología innovadora de valorización del paisaje rural, basada en variables ecológicas, económicas y socioculturales, el cual es realizado de manera colaborativa entre el “Centre for Rural Economy” (Newcastle University) y el Centro Regional de Innovación Hortofrutícola, Ceres (Universidad Católica de Valparaíso), y financiado por el Consulado Británico. El proyecto emerge de la reflexión por parte del equipo Ceres, respecto de las necesidades actuales de la ruralidad en Chile en relación a las transformaciones y complejidades del contexto social. Además, es un objetivo transversal del centro Ceres la implementación de acciones que sean coherentes con las necesidades locales y que promuevan el bienestar del territorio en su conjunto. En este contexto, la metodología propone un procedimiento que permitiría realizar una valorización del paisaje rural a partir de métodos participativos así como también desde un acercamiento desde diversas disciplinas, donde se busca potenciar un diálogo a partir del cual se obtenga una valorización compleja del paisaje; que sirva a su vez para identificar unidades potenciales de desarrollo local. Esto último, se considera especialmente importante, en tanto la identificación de las potencialidades y vulnerabilidades del territorio pueden ser parte del sustento que se requiere para la toma de decisiones y la generación de estrategias sustentables de desarrollo rural tanto a nivel de entidades locales como públicas. Importancia del Territorio Con la intención de concretar este primer acercamiento al territorio de estudio se propone la realización de una línea base en torno a información preexistente y para ello se sugiere considerar variables tanto del medio físico como social. las variables mínimas para esta comprensión así como también los elementos que las componen y las fuentes que, en el caso de chile, tienen disponible dicha información. Es importante destacar que esta tarea no es sólo una recopilación de información, sino que implica un análisis en función de los intereses del estudio; considerando 105


además el tipo de información, los procedimientos metodológicos en torno a su producción y el año en que fueron producidos. También se debe destacar que esto tiene el propósito de facilitar la concreción de las tareas de medición y producción de información, es decir tiene un fin operacional, pero de ninguna manera se debe perder una visión global del territorio y sus relaciones, en tanto serán estas las que darán paso al Paisaje. Entonces, la definición de cuadras no da cuenta del Paisaje, sino que corresponde a una estrategia para ordenar el escenario al comienzo del proceso, ya que en su desarrollo lo que prima es el paisaje construido. Valoración del Paisaje Por otro lado, esta valorización se propone como integral, es decir, que se propone un ejercicio de integración de diversos elementos que, según nuestro posicionamiento, componen el paisaje. Por esta razón consideramos como un pilar fundamental de esta metodología la participación ciudadana en tanto son ellas y ellos quienes viven día a día los cambios que sufre el paisaje, y quienes conocen con mayor precisión los recursos del territorio en el que habitan. Esto ubica a las comunidades en un lugar protagónico. Métodos de Valoración no Integrales En una revisión de los métodos de valorización podemos observar que en la actualidad existente una amplia diversidad y que se distinguen ya sea por sus intereses, enfoques y posicionamientos paradigmáticos. Por ejemplo, la Universidad de Murcia (2015) los agrupa en 5 grupos principales: 1. Métodos indirectos o de análisis de las componentes: que son los más comunes y que se basan en descomponer el paisaje en elementos a los cuales se les da una valoración individual en base a estándares. Los principales problemas de estos métodos son lograr la objetividad en el establecimiento de estándares, y por otro lado el hecho de explicar un sistema complejo en base a sus componentes por separado. Además, las selección de los componentes a evaluar se ve sesgada por la disciplina de quienes realizan la evaluación. A nivel científico, suelen encontrarse evaluaciones visualesecológicas, biológicas, socio-culturales, etc., pero es muy difícil encontrar evaluaciones que consideren una gran gama de componentes. 2. Modelos para predecir la preferencia: que establece ciertas características visuales permanentes del paisaje que representan una primera 106


contribución a la calidad escénica como son: relieve, agua, cubierta del suelo y elementos antrópicos. En base a encuestas se determinan las preferencias de la sociedad para cada uno de estos elementos, permitiendo en base a las respuestas, establecer a futuro la calidad visual de cualquier paisaje. 3. Métodos directos o de contemplación de la totalidad: se basan en la observación subjetiva de observadores, de la totalidad del paisaje (sin descomponer). Utilizan directamente escalas de rango o de orden (por ejemplo: espectacular-soberbio-distinguido-agradable-vulgar-feo) o a escalas numéricas. Este método tiene distintas variantes que intentan manejar más o menos la subjetividad, que es su principal debilidad (por ejemplo, establecer criterios de observación, recurrir a expertos, etc.). 4. Métodos de valoración económica del paisaje: Consiste en relacionar determinados valores de preferencia de los modelos con valores económicos de esos mismos paisajes. 5. Métodos mixtos de valoración directa y análisis posterior de las componentes: en este tipo de métodos, desarrollados por Shafer et al (1969) la valoración sólo se hace en forma directa pero se utiliza la desagregación para contrastar la valoración directa y facilitar la comprensión y simplificar. También permiten la comprobación empírica de la contribución de cada factor (establecer relaciones matemáticas entre preferencias y atributos de cada elemento del paisaje).

Importancia de la Participación Los niveles de participación más ampliamente difundidos hablan de grados, lo que podemos comprender como un proceso que en caso del desarrollo del trabajo va “desde las comunidades” (nivel informativo y consultivo) hacia un “con las comunidades” (resolutivo y ejecutivo): 1. Informativo: Las comunidades son informadas respecto de las pretensiones y planes que los “especialistas” llevarán a cabo. 2. Consultivo: Las comunidades entregan la información necesaria que será producida y analizada (diagnóstico) por los “especialistas” que luego diseñarán y ejecutarán acciones en función de sus análisis. 3. Propositivo: Las y los participantes tienen la posibilidad de señalar consideraciones que pueden o no impactar en el diseño y/o ejecución. 107


4. Resolutivo: Los y las participantes tienen un rol que implica participar de las decisiones respecto del proceso y por ende en las acciones. 5. Ejecutivo: nivel que incluye activamente a los y las actores en todas las partes del proceso. La unidad de análisis de esta metodología es el paisaje (delimitado en un comienzo geográficamente). En este punto nos basamos en la Conferencia Europea de Paisaje que define el paisaje como “…un área tal y como es percibida por las personas, siendo el producto de la acción e interacción de los factores naturales y/o humanos.” (Council of Europe, 2000). En lugar de ser zonas meramente naturales, los paisajes son parte de nuestro patrimonio cultural (Tudor, 2014). Bajo esta definición, los participantes de este proceso serán los habitantes de las localidades rurales en estudio que se sientan como parte del paisaje. En este sentido, para definir los participantes será necesario observar y analizar preliminarmente el territorio con el fin de comprender sus particularidades e integrarlas al proceso. No obstante, existen participantes, grupos y redes que pueden ser reconocidos a priori y a los que debemos prestar especial atención: • • • • • • • • • • • •

Habitantes locales Escuelas Juntas Vecinales Consejos Municipales Grupos de acuerdo a actividades económicas y/o empresarios locales Pequeños agricultores y artesanos ONGs Grupos comunitarios con algún nivel de organización Grupos ambientalistas Grupos de mujeres Grupos de Iglesias Otros grupos

Metodología Integral de Valorización del Paisaje Rural El proceso de valorización se llevará a cabo en cuatro fases que se comprenden como recursivas en tanto existe sobre ellas una revisión constate durante el proceso completo (Mori, 2008), sin embargo, estas fases se encuentran planificadas en base a la generación de mayores niveles de participación de las comunidades y se utilizan diversos métodos tanto cuantitativos como cualitativos, por lo que se considera como una estrategia de investigación mixta (Bryman, 2001, 2006; Brannen, 2005). 108


Por lo tanto, para efectos de este proyecto consideramos una definición de la ruralidad que va más allá de la definición dicotómica. En este sentido, una nueva aproximación debiera integrar una amplia gama de variables que interactúan en la vida rural, su inteligencia local, sus tradiciones y actividades particulares que otorgan un valor único al territorio relacionando usos de la tierra y su fuerza productiva como titular del suministro de alimentos y distribuidor de servicios ambientales de su riqueza natural. En síntesis: ¿Por qué desarrollar esta metodología?

¿Para qué desarrollar ¿esta metodología?

Se considera necesaria la creación • de instrumentos que permitan una valorización integral del paisaje rural.

Exista información actualizada respecto de los diversos valores de los espacios rurales.

La ruralidad en Chile se encuentra • definida como aquello que no es urbano.

Se generen diálogos que aporten a la definición de los territorios más allá de la dicotomía Urbano – Rural.

La ruralidad se compone de variados elementos que no siempre son valorados tanto por la población en general como por sus propios habitantes.

Exista un trabajo de reflexión que permita la identificación de los variados valores de los espacios rurales y su complejidad.

La situación actual de la ruralidad en Chile requiere de acciones que promuevan el desarrollo y bienestar del territorio.

Se planifiquen acciones que promuevan el desarrollo y bienestar del territorio a partir de sus propios valores.

Considerando lo anterior, se describe a continuación una propuesta metodológica para la valoración de los paisajes rurales. El documento comienza con la descripción de la estructura metodológica donde se detallan sus fases y resultados esperados para cada una de éstas. 109


Fase 1 Mapeo, Definición de Localidades Definición del área de trabajo: localidades rurales de Quebrada Alvarado, Quepilcho y Melosillas. Esta fase es fundamental en tanto implica la fase de diseño inicial, donde se definen los criterios que marcarán el punto de partida del proceso. El mapeo implica la definición de dichos criterios así como también el trazado geográfico de los territorios (Quintana, 2005) materializando así lo que anteriormente se mencionaba como necesidad ética, es decir, aquellos supuestos que movilizan la realización de este trabajo. El mapeo implica visitas a las comunidades seleccionadas a partir de los criterios, dando paso a un periodo de vagabundeo (Taylor & Bogdan, 1987) esto con el fin de establecer conversaciones preliminares y activar el contacto con y Análisis de las Redes Sociales (ARS) y evaluar conjuntamente la viabilidad del trabajo posterior (segunda etapa), en este sentido hacia el final de esta fase se espera que estas necesidades éticas entren en diálogo con las necesidades sentidas de las comunidades.

Fase 2 Valoración desde la Teoría Esta fase corresponde a un proceso de valorización basado en fundamentos teóricos que permiten la formulación de variables desde las distintas especificidades disciplinares. Estas variables son medidas u observadas en el territorio (trabajo de campo) para luego ser contrastadas con determinados estándares (Teoría). La aproximación al paisaje desde la teoría implica una revisión acuciosa de la literatura para seleccionar y definir las variables en un proceso que denominaremos operacionalización de las variables, en el cual se pasa de un constructo que no se puede medir a una variable susceptible de medición.

Definición de las Dimensiones a Valorizar Una dimensión de valorización es comprendida, para los efectos de esta metodología, como un contexto temático disciplinar que contiene entre sus fronteras una gran diversidad de elementos susceptibles de ser valorizados. En este caso, se definen cinco dimensiones a través de las cuales se espera obtener un acercamiento profundo y específico al paisaje rural y sus diversidades: 1) Dimensión Productiva, 2) Dimensión Social y Cultural, 3) Dimensión Escenario Físico, 4) Dimensión Arquitectónica y 5) Dimensión Ecológica.

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Fase 3 Valoración desde las Comunidades Los objetivos de esta fase se basan en un ejercicio comprensivo del paisaje rural por parte de las comunidades locales. De esta manera se considera la comprensión como un proceso analítico que incluye la identificación, descripción y categorización de los valores que las personas asignan a su entorno. En términos teóricos la asignación de sentido es un proceso psicológico que involucra diversos factores como la historia, la experiencia, las emociones, y los discursos que son parte del contexto en el que nos encontramos. Estos factores se encuentran en estrecha relación y dan paso a construcciones subjetivas que se pueden traducir en prácticas y conductas concretas. Cuando hablamos de los sujetos directamente involucrados nos referimos a quienes tienen una relación cotidiana con el paisaje, por ello utilizamos los conceptos de actores o habitantes locales. En términos prácticos, entre las y los participantes de esta fase se incluye a quienes han participado en la fase 2 así como también a nuevos actores del territorio. Respecto de esto, es importante que permanezca el criterio analítico de inclusión de personas lo más heterogéneamente posible, pero teniendo en cuenta aquellos grupos que tienden a ser excluidos en la toma de decisiones como lo son las niñas y niños, adultos mayores, mujeres, etc.

Fase 4 Encuentro Dialógico El encuentro dialógico corresponde a la última fase de esta metodología de valorización de paisaje rural. Antes de llegar aquí se ha realizado un largo recorrido donde se ha construido un paisaje desde distintos niveles de comprensión y producto de lo cual se cuenta con gran cantidad de información producida que se ha traducido a valores del paisaje. Es decir, se tiene información analizada respecto de lo que entendemos por paisaje rural así como también evaluaciones de este realizadas por diversos actores. En relación a lo anterior, el encuentro dialógico se puede comprender como un acto de volver a reunirse para analizar el paisaje. No obstante, estos encuentros son distintos a los de fase 2 y fase 3, porque las involucradas y los involucrados ya han identificado y valorizado distintos elementos del paisaje, pero en esta oportunidad el desafío es que estos conocimientos dialoguen para constituir una valorización conjunta del paisaje rural.

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El Paisaje Rural como Recurso Socioeconómico. Herramientas Legales para el Financiamiento de Iniciativas de Desarrollo Sustentable vinculadas al Patrimonio Cultural Ponencia de Yocelyn Pinilla Alaniz, Abogada UV, Chile Diplomada en Derecho y Gestión Ambiental UNAM, México Postgrado en Patrimonio Cultural, Turismo y Paisaje, FONDO VERDE_CIP Perú

Introducción Cuando hablamos de patrimonio cultural necesariamente debemos vincularlo con el medio ambiente o también denominado patrimonio natural, ambos conceptos comparten un vínculo de dependencia tan estrecho uno del otro, que la protección y vulneración de uno necesariamente ha de influir en el otro. Esta relación tan evidente en estos días, no siempre fue considerada así. Es a mediados del siglo XX, cuando la problemática de qué conservar y cómo hacerlo se transformaba en una discusión científica, que el concepto de patrimonio cultural comenzaba a transcender lo monumental, hacia una visión holística de su contenido y lo que realmente significa para la diversidad cultural del mundo. Se incorporaba su relación con el patrimonio natural y el patrimonio inmaterial, sus distintas escalas desde una obra aislada a un territorio, y su importancia para el desarrollo social de la comunidad asociada. En ese contexto la UNESCO, en la Convención para la protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de París de 1972, ratificada por Chile el año 1980, en su artículo 1°define y categoriza el patrimonio cultural en tres grandes grupos; los monumentos, los conjuntos y los sitios. En principio se entiende que el término de monumento se refiere a bienes muebles e inmuebles aislados con un valor excepcional, pero cuando se refiere a asentamientos humanos, pueblos o ciudades, al definir conjuntos y sitios, podemos ver la intención de la Convención fue el de considerar un grupo de edificaciones y su relación con su contexto natural como elementos patrimoniales. Esta relación indisociable del patrimonio cultural y natural llevará al Comité del Patrimonio Mundial en 1992, en su revisión a los criterios culturales de la Guía Operativa para la Implementación de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972, a adoptar la categoría de paisaje cultural1, y definirla como el resultado del trabajo conjunto del hombre y la naturaleza, es decir, como resultante de la interacción de las actividades humanas en un territorio concreto y, como realidad compleja, está integrado por componentes naturales y culturales, tangibles e 1   Rössler Mechtild. 2001. Los Paisajes Culturales y la Convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural: Resultados de Reuniones Temáticas Previas. pp. 47.

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intangibles2. Como vemos, la evolución conceptual del patrimonio cultural no solo recoge su relación con el medio natural, sino además la importancia de los elementos intangibles asociados al desarrollo cultural, donde las costumbres y el conocimiento tradicional se suman de forma complementaria. Durante las últimas décadas el ser humano ha ido modificado el territorio como nunca antes lo había hecho, estas modificaciones no han significado una mejora en los paisajes como podríamos suponer, por el contrario, sino un deterioro de los mismos. Como indica Nogué hemos asistido a un serio empobrecimiento paisajístico que ha echado por la borda buena parte de la esencia de los paisajes litorales, agrícolas, de montaña e incluso de algunos paisajes urbanos.3 El paisaje es importante pues hace comprensibles los procesos espaciales y estructuras que relacionan la naturaleza con la sociedad. El crecimiento urbanístico y rural desorganizado, espacialmente incoherente, y desligado de los asentamientos humanos tradicionales ha destruido la lógica territorial de buena parte de nuestras ciudades de nuestros pueblos. Esta dispersión del espacio construido, la introducción de sistemas constructivos descontextualizados social y culturalmente al lugar, construcciones sin ninguna planificación territorial sustentada, solo han podido generar paisajes mediocres, homogenizados y trivializados, que producen desinterés en conocerlos o disfrutarlos. Las causas de la pérdida de nuestros paisajes son muchas, pero la principal tiene relación con la falta de una ‘consciencia de paisaje’, de una sensibilidad. El paisaje es la proyección cultural de una sociedad en un territorio determinado y no sólo en lo referente a su dimensión material, sino también a su dimensión espiritual y simbólica4. La ausencia de esta cultura de paisaje está estrechamente relacionada con la histórica inexistencia de una legislación territorial y urbanística sensible a la temática paisajística. Nos encontramos frente a una emergencia citando nuevamente al profesor Nogué “la emergencia de territorios sin discurso y de paisajes sin imaginario” la riqueza paisajística de nuestro país, de nuestra región está en riesgo de desaparecer. Poner en valor los recursos que atesoran los paisajes culturales al servicio del desarrollo local de nuestras comunas, significa contribuir a mejorar nuestra educación, 2   Sánchez Pérez-Moneo Luciano. 2007. Una Nueva Orientación de la Ordenación del Territorio: Consideraciones en torno al Paisaje Cultural De Aranjuez. pp. 266. En Patrimonio Natural, Cultural y Paisajístico, Claves para la Sostenibilidad Territorial. Observatorio de la Sostenibilidad en España. 3   Nogué, Joan. 2007. La emergencia de territorios sin discurso y de paisajes sin imaginario. Rev.Ambienta, España, p.27 4   Ídem

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fortalecer nuestra identidad cultural y elevar el nivel de vida y bienestar5. El estudio y la gestión de los paisajes culturales promueven no solo la preservación de nuestro medio ambiente, sino además de nuestro patrimonio cultural capaz de propiciar un nuevo desarrollo económico, el sustentable.

El paisaje como Concepto y Recurso Es conocido que el concepto de paisaje ha sido utilizado en el tiempo en diversas áreas y revisado bajo diferentes enfoques. Esto ha generado que su definición cambie dependiendo de cómo es percibido por las distintas disciplinas. Es por ello, que el paisaje puede ser estudiado desde múltiples puntos de vista, y ser descrito de diversas maneras, como un objeto ecológico, visual, cultural, estético o simplemente como un territorio. Según Javier Maderuelo6, la palabra paisaje ha arraigado en el lenguaje cotidiano, siendo utilizada cada vez con más frecuencia como un comodín en ámbitos tan diferentes como la política, la biología, la pintura, la geografía, el urbanismo o la conservación patrimonial. Agrega que uno de los principales problemas al buscar una definición de paisaje es que, en la mayoría de los casos, las definiciones que se nos ofrecen están condicionadas por una instrumentalización que deriva de unas demandas sociales, económicas o políticas, desde los poderes públicos, cuales son las necesidades de planificar, actuar, preservar, conservar, prevenir o legislar sobre el territorio. El estudio del paisaje como disciplina científica, hace comprensibles todos los procesos espaciales y estructuras que relacionan la naturaleza y la sociedad, ayuda a comprender mejor los procesos ecológicos de conservación de la biodiversidad de un territorio, y permite agrupar diferentes objetivos ambientales y culturales para ofrecer soluciones precisas a los problemas territoriales. El Diccionario de la Lengua Española, define paisaje mediante tres acepciones, la primera “Extensión de terreno que se ve desde un sitio”, la segunda “Extensión de terreno considerado en su aspecto artístico”, y por último como “Pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno”. De lo anterior se aprecia que el paisaje tiene importantes connotaciones visuales. Actualmente, a nivel internacional, y especialmente en Europa, con la entrada en vigor del Convenio Europeo de Paisaje del año 2000, la definición más moderna del término paisaje introduce la importancia de considerar los aspectos subjetivos 5   Ibídem, p.28 6   Maderuelo Javier. 2005. El Paisaje Génesis de un Concepto. Madrid España.

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y objetivos del entorno. Así que el paisaje es definido como “cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos”7. Esta definición se ve refrendada en la propuesta del Convenio Internacional del Paisaje del 2010, iniciativa promovida por la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (IFLA) y apoyada por la UNESCO, que define al paisaje como “un espacio/tiempo resultado de factores naturales y humanos, tangibles e intangibles, que al ser percibido y modelado por la gente, refleja la diversidad de culturas”8. Todas las definiciones revisadas hasta el momento, coinciden que el paisaje independiente de las características de sus valores ambientales, culturales y visuales, es posible analizarlo desde la posibilidad de utilizar de manera responsable sus recursos naturales y culturales. Bajo este enfoque, destaca el concepto de “Paisaje Cultural”. Éste término comprende las manifestaciones de interacción entre la humanidad y su entorno natural, mencionadas en el artículo 1º de la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO9. Sin embargo, esta relación indisociable del patrimonio cultural y natural llevó al Comité del Patrimonio Mundial en 1992, a adoptar la categoría de Paisaje Cultural10, y definirla como el resultado del trabajo conjunto del hombre y la naturaleza, es decir, como resultante de la interacción de las actividades humanas en un territorio concreto y, como realidad compleja, está integrado por componentes naturales y culturales, tangibles e intangibles11.

7  Convenio Europeo del Paisaje. 2000. En Convenio Europeo del Paisaje: textos y comentarios. Editorial Secretaria Técnica del Misterio de Medio Ambiente. Madrid. 2008. 8  Convenio Internacional del Paisaje. 2010. iniciativa promovida por la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (IFLA) y apoyada por la UNESCO. 9   UNESCO, 1972, Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, Paris, Francia 10   Rössler Mechtild. 2001. op cit. 11  Sánchez Pérez-Moneo Luciano. 2007. Una Nueva Orientación de la Ordenación del Territorio: Consideraciones en torno al Paisaje Cultural De Aranjuez. pp. 266.

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Canela Alta. Comuna de Canela. Ejemplo de paisaje rural de la IV Regiรณn.

Huatulame. Comuna de Monte Patria. Ejemplo de paisaje rural de la IV Regiรณn.

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En otras palabras, son capaces de Ilustrar de manera tangible, la evolución de la sociedad y sus asentamientos humanos a lo largo de los años, bajo la influencia de las limitaciones y/o de las ventajas que presenta el entorno natural y de fuerzas sociales, económicas y culturales sucesivas, internas y externas. La protección de los paisajes culturales puede contribuir a las técnicas modernas de utilización viable del territorio, conservando al mismo tiempo, los valores naturales del paisaje. La existencia duradera de formas tradicionales de explotación de la tierra sustenta la diversidad biológica en numerosas regiones del mundo. Por consiguiente, la protección de los paisajes culturales tradicionales es útil para mantener la diversidad biológica. Desde un punto de vista socioeconómico, la conservación y buena gestión del paisaje conlleva importantes beneficios. Por ejemplo, la calidad visual del paisaje puede ser un ingrediente relevante en la configuración del precio del suelo, en el valor de la producción tradicional o bien, de ser atractivo para el turismo. El paisaje juega un papel muy importante en la actividad turística. Es un hecho, que un paisaje con una apariencia bella y cuidada atrae la atención de la mayoría de los turistas. El encuentro con lugares memorables, produce un impacto positivo en el funcionamiento psicológico de las personas, experimentado una alta satisfacción emocional con sensaciones de bienestar y belleza. Por otro lado, el turismo puede desempeñar un importante papel como factor positivo en la recuperación de zonas típicas deterioradas, en la revalorización de prácticas productivas ancestrales, y en la protección y regeneración de ecosistemas para revalorizarlos como nuevos recursos turísticos. Sin embargo, considerar o no el paisaje como un elemento de rentabilidad económica, debe ser integrado dentro de una discusión mayor, de considerarlo el patrimonio como un elemento de rentabilidad social. Esto implica que el factor económico debe ser considerado, pero presidido por el análisis de factores socioculturales capaces de entregar otras alternativas de rentabilidad, y así evitar la monopolización del turismo como la única herramienta viable para el desarrollo. Por último es importante señalar su influencia en la salud de la población. Cada vez existen más evidencias de su utilidad en la promoción, el mantenimiento y la recuperación de la salud. Este aspecto es coherente con un concepto de salud entendido como el equilibrio entre las capacidades físicas, mentales y sociales, y los riesgos ambientales, sociales e individuales. Equilibrio que se encuentra en constante inestabilidad, y que al romperse puede acabar en enfermedad y en discapacidad. Utilizarlo de forma sostenible tiene virtudes terapéuticas. Un paisaje de calidad, bien ordenado y gestionado, incide positivamente en la salud física y mental de las personas, y muy especialmente de aquellas más desvalidas. Pero el paisaje también puede suponer un riesgo cuando su degradación comporta amenazas para la salud. 117


Es necesario revalorizar el paisaje en servicio de la preservación de la salud, ya que se trata de uno de los valores más compartidos por el conjunto de la ciudadanía. Por ello, es urgente implementar en el diseño de toda política pública vinculada con el desarrollo rural, el “Análisis de Paisaje” como herramienta para la gestión sostenible de sus recursos culturales y naturales. Éste para su viabilidad y eficacia, deberá ser comprendido de manera integral, es decir, que no sólo considere verificar los valores visuales del paisaje sino además identificar las potencialidades de sus valores socioculturales y ambientales para ser utilizados en la planificación del territorio.

Problemática de los Paisaje Culturales Al igual que todo tipo de patrimonio, la globalización socio-económica, a la homogeneización de la cultura, la crisis ambiental, el abandono territorial, son los factores de riesgo más agresivos y costosos de revertir que atentan gravemente el paisaje, y no sólo por degradarlo físicamente, sino más bien por favorecer la pérdida progresiva del sistema de vida asociado.

Acelerada Transformación Sociocultural La acelerada transformación de las tradiciones culturales que las áreas rurales sufren actualmente, que se manifiesta principalmente en el abandono de sus sistemas de producción tradicional y en el crecimiento urbano sin planificación, ponen en riesgo la estabilidad y la preservación de los paisajes culturales. Durante las últimas décadas las estadísticas indican que la población rural a nivel mundial revela un alto grado de migración hacia los centros urbanos en especial en países desarrollados, donde la población urbana puede alcanzar el 90%. Se estima que para el 2030, el 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas y 1/3 de ella vivirá en la marginalidad12. Esta tendencia migratoria es un fenómeno universal que sufre actualmente la mayoría de los contextos rurales del mundo. Las áreas rurales especialmente aquellas más dinámicas, se enfrentan con serias dificultades a los procesos de reestructuración económica. Estos procesos, a veces muy rápidos, no siempre son bien asimilados por unas estructuras socioeconómicas rurales, en principio, más rígidas que las de las zonas urbanas. En este contexto, el paisaje cultural es un recurso fundamental que, de un lado, sirve para reforzar la 12   http://www.bancomundial.org/temas/cities/datos.htm

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identidad rural frente a los modelos culturales homogeneizadores a los que llevan los procesos de crecimiento acelerado y, de otro, sirve para diversificar los recursos económicos de estas zonas13. Programas de Turismo no Planificados Otro factor preocupante, es la actual postura de planes de gestión cultural y programas de desarrollo rural, con el objetivo fundamental de promover el turismo. Si se considera el paisaje como un patrimonio relevante, es arriesgado apostar su conservación para la promoción turística.

Crisis Ambiental Los problemas ambientales se generan principalmente por actividades y comportamientos humanos que trastornan el entorno natural, generando impactos negativos sobre el medio y la economía tradicional, cuyos efectos en el mediano y largo plazo ponen en riesgo la biodiversidad ecológica y cultural, además de la calidad de vida de toda la sociedad. Muchas de las regiones que poseen la más intensa diversidad biológica del planeta, son además territorios que acogen a la mayoría de los pueblos indígenas y comunidades rurales del mundo. A través de la dependencia e interacción con la naturaleza y los recursos naturales las comunidades han adquirido una cantidad de conocimiento de su entorno natural pero a pesar de esto el conocimiento acumulado está desapareciendo rápidamente mientras el mundo se va volviendo más culturalmente y biológicamente uniforme a ritmo constante.

Marginación del Mundo Académico e Institucional Los factores de riesgo socioculturales que amenazan al paisaje cultural no sólo se manifiestan por medio de las transformaciones económicas de sus contextos, sino además por el bajo interés en el ámbito académico, institucional y particular. Es conocido que en muchas sociedades no se tiene una adecuada comprensión acerca de sus valores culturales, se considera pobre y termina por desaparecer debido al escaso apoyo con que se cuenta para promover su utilización.

13  ídem p15.

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Normativa e Instrumentos legales aplicados al paisaje La complejidad de identificar la autenticidad e integridad que posee el paisaje cultural, tanto en contextos ruarles como urbanos, hace necesario arbitrar todos los mecanismos disponibles para su identificación, valoración, protección y gestión, ante la amenaza de destrucción diferentes factores ciernen sobre ellos. Por ello, la regulación del patrimonio debe ser conjunta, tanto cultural como natural, pues justamente es en el espacio natural donde el ser humano ha desarrollado toda su actividad cultural y artística, dando lugar a una interacción que es expresión misma de nuestra identidad. A propósito de los paisajes culturales, y la urgencia que significa su conservación, los ordenamientos jurídicos internacionales paulatinamente han ido evolucionando hacia la regulación en algunos casos conjunta y en otra indistinta del tema de patrimonio cultural y natural. En el caso de nuestro país según veremos ambos tipos de patrimonio se regulan por separado, pese a todos estos esfuerzos la falta de sistematización de las normas y la regulación sectorial de estos dos tipos de patrimonio hace necesario dirigir los esfuerzos hacia la creación de una normativa legal coherente, sistemática y única de paisajes.

Ámbito Internacional Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972 Este instrumento internacional, el cual Chile ratificó el año 1980, es uno de los mecanismos legales más eficaces que posee la comunidad internacional para el rescate, conservación y salvaguardia del patrimonio mundial. En virtud de ella el patrimonio cultural de acuerdo al artículo 1° de la Convención puede estar constituido por aquellos monumentos, conjuntos o lugares con valor universal desde el punto de vista de la historia, el arte o la ciencia. El patrimonio natural en cambio según su artículo 2° está representado por los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas biológicas o por grupos de estas formaciones, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico. También las formaciones geológicas y fisiográficas, los lugares naturales y las zonas estrictamente delimitadas que constituyen el hábitat de especies de flora y fauna amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación, o de la belleza natural. A propósito de los paisajes culturales tema que no convoca en este informe en el año 1992 el Comité del Patrimonio Mundial reconoció el extraordinario valor universal 120


de algunos paisajes cuando consideró al paisaje cultural como un tipo especial de sitio del Patrimonio Mundial Cultural definiéndolo como aquellos lugares “…que combinan el trabajo de la naturaleza y el hombre ilustrativos de la evolución de la sociedad humana y del uso del espacio a lo largo del tiempo, bajo la influencia de limitaciones físicas y/o oportunidades presentadas por el medio ambiente natural y de sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto externas como internas. Los paisajes culturales deben ser seleccionados con base tanto a su valor universal sobresaliente como a su representatividad en términos de una región geo-cultural claramente definida y también por su capacidad de ilustrar los elementos culturales esenciales y distintivos de tales regiones”.14 Debido a la importancia intrínseca de muchas zonas de paisajes y los valores que la sociedad les atribuye, muchos países expresaron su intención de otorgar valor social y económico a ellos y regular su protección a través de normativa legal y de instrumentos políticos de gestión territorial15.

Convención Europea del Paisaje La Convención Europea del Paisaje fue celebrada en Florencia el año 2000 en ella se vuelve a redefinir el concepto de paisaje como “cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos”. Si bien no se trata de un convenio en que Chile forme parte dada su naturaleza regional, es importante revisar su contenido como derecho comparado cuya experiencia podría replicarse. En este convenio los Estados miembros de la Unión Europea coinciden en que la protección de sus paisajes favorece la generación de empleo, el fortalecimiento de la cultura e identidad local y reconocen n el paisaje un elemento clave del bienestar individual y social, y que su protección, gestión y ordenación implica derechos y responsabilidades para todos. En el preámbulo de dicha instrumento los estados miembros plasman el espíritu que los motiva a la celebración de este instrumento manifestando que el paisaje desempeña un papel importante de interés general en los campos cultural, ecológico, medioambiental y social, y que constituye un recurso favorable para la actividad económica y que su protección, gestión y ordenación pueden contribuir a la creación de empleo y que y es un elemento importante de la 14   Mateu, Jaume i Lladó, Los Paisajes Culturales. Patrimonio Mundial como Herramientas de Gestión Territorial. El caso de la Serra de Tramuntana de Mallorca, Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles N° 66, 2014, España. 15   Vásquez Muñoz, Jorge L., La protección del paisaje y los paisajes protegidos, Caminos virtuosos para la construcción social del territorio en: Descúbrelas: Áreas Protegidas Urbanas. Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Registro ISBN 978-958-44-5868-1. Primera edición, p.4

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calidad de vida de las poblaciones en todas partes: en los medios urbanos y rurales, en las zonas degradadas y de gran calidad, en los espacios de reconocida belleza excepcional y en los más cotidianos.16 Por último en virtud de este instrumento las partes del convenio se comprometen a asumir medidas generales y específicas, entre las cuales destacan el reconocimiento jurídico a los paisajes como parte de su patrimonio natural y cultural, la generación de políticas destinadas a su protección, gestión y ordenación; el establecimiento de procedimientos para la participación pública; la integración del paisaje en las políticas de ordenación territorial y urbanística y en la política cultural, medioambiental, agrícola, social y económica; además del fomento a la sensibilización, la educación, su identificación y calificación, definición de objetivos de calidad paisajística, y aplicación.

Asamblea General de la Unión para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) una organización mundial, como su nombre lo indica, para la conservación de la naturaleza y de los recursos naturales, considerados como indispensables para la supervivencia de la población. La UICN promueve en las sociedades la conservación de la naturaleza para asegurar que todo uso de los recursos naturales sea equitativo y ecológicamente sostenible.17 La UICN en su Asamblea General celebrada en el año 1994, estableció seis categorías de espacios protegidos, una de esas categorías la V y para los efectos que nos interesa corresponde a los Paisajes Protegidos. Las Directrices de la UICN para las Categorías de Manejo de Áreas Protegidas definen los paisajes protegidos, paisaje terrestre y marino protegido, como la “superficie de tierra, con costas y mares, según el caso, en la cual las interacciones del ser humano y la naturaleza a lo largo de los años han producido una zona de carácter definido con importantes valores estéticos, ecológicos y/o culturales, y que a menudo alberga una rica diversidad biológica. Salvaguardar la integridad de esta interacción tradicional es esencial para la protección, el mantenimiento y la evolución del área”. De este modo los paisajes protegidos por definición obligan a poner énfasis en las percepciones y valores que éstos suscitan en las comunidades de residentes y visitantes, con lo cual las metas, los objetivos y los instrumentos tradicionales de conservación de las áreas protegidas cambian, asumiendo de manera categórica el 16   Preámbulo de la Convención Europea del Paisaje realizada en el año 2000 en Florencia, párrafos 4,5 y 6. 17   Fuente: UICN. Información disponible en http://www.iucn.org/. Consultado el 12 de enero de 2015

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papel de la población como actor de conservación ambiental. Como es posible notar la categoría de paisajes culturales de la convención de Patrimonio Mundial es similar a la categoría los paisajes protegidos de la UICN. Las semejanzas las encontramos a propósito del énfasis que se da a la interacción entre el hombre y la naturaleza; al reconocimiento del valor que poseen las tradiciones culturales relacionadas con el paisaje; y a la importancia que se otorga a los valores asociativos.18 Por último, el criterio fundamental para el reconocimiento como paisaje cultural del Patrimonio Mundial es su “valor universal excepcional”. En el caso de las áreas protegidas de la categoría V no se da tanto énfasis a las cualidades excepcionales, aunque ciertamente las áreas deben tener importancia nacional para ameritar su protección19.

Ámbito Nacional El ordenamiento jurídico de Chile prevé una serie de mecanismos de carácter legal así como instrumentos políticos, destinados a la protección del patrimonio cultural y natural de nuestro país. Si bien esta regulación generalmente es de carácter independiente, es decir se protegen por separado los dos tipos de patrimonio (natural y cultural) también podemos encontrar algunas leyes en las que se hace referencia al patrimonio cultural y natural como un todo indisoluble y como un solo bien jurídico a proteger. En nuestro país no tenemos un sistema legal integral que regule de forma conjunta tanto el patrimonio cultural y natural y que reconozca de forma expresa el concepto de paisaje salvo referencias implícitas. La falta de una visión integral sobre los paisajes ha producido en la práctica que las normas sobre patrimonio natural y cultural que existen se hayan dispersado, produciendo confusión y desconocimiento sobre estos ordenamientos y sobre cuáles son las instituciones a cargo de su gestión y protección. La falta de una política coherente y clara, de una legislación integral y la falta de una colaboración interinstitucional hacia un mismo objetivo en esta materia es lo que se debe revisar y mejorar para contar con una normatividad efectiva de protección de los paisajes, y no tan sólo los de valor excepcional sino además los más cotidianos. La Constitución Política de la República de Chile regula indistintamente tanto la protección al patrimonio cultural como el natural. Tratándose del patrimonio natural, 18   Phillips, Adrián, (2002). Directrices de manejo para las áreas protegidas de la categoría V de la UICN: Paisajes terrestres y marinos protegidos. UICN Gland, Suiza y Cambridge, Reino Unido. 19   Ídem.

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la Constitución reconoce como un derecho de rango constitucional el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, y designa al Estado como garante de este derecho y de la conservación del patrimonio ambiental del país. En materia de protección al patrimonio natural en la Constitución podemos destacar los siguientes artículos; -

Artículo 19°: La Constitución asegura a todas las personas: (…) N°8: El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza. La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger el medio ambiente (…)

A propósito de este artículo es necesario señalar que esta norma consagra la protección del medio ambiente mas no define qué se entiende por él, entonces es la Ley de Bases Generales del Ambiente N°19.300 a quien corresponde definirlo, esta ley denota claramente el espíritu del legislador de establecer una amplia definición de patrimonio natural omnicomprensiva también del patrimonio cultural, en ese sentido la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente en su artículo 2°, letra ll entiende por medio ambiente: “El sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus interacciones, en permanente modificación por la acción humana o natural y que rige o condiciona la existencia y desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones.” De este modo la definición que nos entrega esta ley viene a establecer que el medio ambiente se compone no solo elementos naturales sino también de elementos de carácter cultural que condicionan la existencia de la vida en sus diferentes expresiones. La importancia de esta amplia definición de medio ambiente radica en el hecho de que el patrimonio cultural es un aspecto que queda protegido por la Ley de Bases Generales del Ambiente y por ende por el sistema de evaluación ambiental que ésta establece en el caso de alguna obra o proyecto que potencialmente habría de afectarlo. En la práctica la inclusión del patrimonio cultural como parte del concepto de medioambiente de acuerdo a esta ley, se ha traducido en uno de los mecanismos de protección del patrimonio cultural más importantes con que se cuenta en nuestra legislación20. En materia de protección al patrimonio cultural la Constitución entrega al Estado el rol de protección y el de incrementar el patrimonio cultural de la nación. Esta idea se 20   González Carvajal, Paola. (2004). protección jurídica del patrimonio cultural: logros y encrucijadas del patrimonio antropo-arqueológico chileno. chungará (Arica), 36(supl. espect1), 509-522. Recuperado en 09 de marzo de 2015

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expresa en el artículo 19 N° 10 (…) Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles, estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la protección e incremento del patrimonio. Otra herramienta, es la Ley Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional. Los Gobiernos Regionales son órganos públicos creados para ejercer la administración superior de cada una de las regiones de Chile, su objeto es lograr el desarrollo social, cultural y económico de las regiones que administran. En lo que atañe al presente trabajo destacaremos cuales son las funciones y las atribuciones que le corresponden en materia de patrimonio ambiental y cultural.21 Artículo 17° Funciones en materia de ordenamiento territorial -

Fomentar y velar por la protección, conservación y mejoramiento del medio ambiente, adoptando las medidas adecuadas a la realidad de la región, con sujeción a las normas legales y decretos supremos reglamentarios que rijan la materia.

-

Fomentar y propender al desarrollo de áreas rurales y localidades aisladas en la región, procurando la acción multisectorial en la dotación de la infraestructura económica y social.

Artículo 18° Funciones en materia de fomento productivo -

Establecer prioridades de fomento productivo en los diferentes sectores, preocupándose especialmente por una explotación racional de los recursos naturales, coordinando a los entes públicos competentes y concertando acciones con el sector privado en los estamentos que corresponda.

Artículo 19° Funciones en materia de desarrollo social y cultural -

Determinar la pertinencia de los proyectos de inversión que sean sometidos a la consideración del consejo regional, teniendo en cuenta las evaluaciones de impacto ambiental y social que se efectúen en conformidad a la normativa aplicable.

-

Fomentar las expresiones culturales, cautelar el patrimonio histórico, artístico y cultural de la región, incluidos los monumentos nacionales, y velar por la protección y el desarrollo de las etnias originarias.

21   Ley n° 19.175, orgánica constitucional sobre gobierno y administración regional. versión digital disponible en biblioteca del congreso nacional de chile en el siguiente link http://www.bcn.cl/leyfacil/ index_html. consulado el 07 de marzo de 2015

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Otra herramienta legal es la Ley N° 17.288 Sobre Monumentos Nacionales. La protección oficial del patrimonio cultural en Chile comienza en el año 1925, la primera ley sobre monumentos nacionales solo consideraba al patrimonio histórico, arqueológico y monumental (edificios monumentales) hacia el año 1970 se incorporan además la declaratoria de zonas, sitios, localidades, barrios o poblaciones, con el fin de cautelar el patrimonio urbano y también áreas rurales. Esta reforma venía a reconocer la necesidad de una visión conjunta del territorio y el patrimonio histórico. Es en virtud de esta ley N°17.288 que los monumentos nacionales se encuentran protegidos en nuestro país, el objetivo de esta norma es la protección del patrimonio cultural de la nación, que además garantiza la protección de lugares arqueológicos, la declaración de un edificio cuando se convierte en monumento, al igual que una zona típica o santuario de la naturaleza, con el fin de mantener el patrimonio histórico y natural de país22. En esta ley se establecen las siguientes categorías de protección; Monumento Histórico, Zona Típica y Pintoresca, Sitios Arqueológicos, y Monumentos Públicos. En cuanto a lo medio ambiental, existe la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente n°19.30023. El artículo 2° letra b de la ley, establece que la conservación del Patrimonio Ambiental es “el uso y aprovechamiento racionales o la reparación, en su caso, de los componentes del medio ambiente, especialmente aquellos propios del país que sean únicos, escasos o representativos, con el objeto de asegurar su permanencia y su capacidad de regeneración”. De este modo la conservación se convierte en una importante herramienta para proteger los paisajes frente al impacto que puedan generar determinados proyectos o actividades sobre el patrimonio cultural, antropológico y arqueológico en el su área de influencia. Esta ley establece medidas para evitar, mitigar y eventualmente compensar a las comunidades por eventuales alteraciones significativas a los componentes del patrimonio cultural y natural. Otra ley que me parece interesante es la Ley de Indígena n°19.253. La denominada ley indígena sitúa la promoción de las expresiones culturales y la protección del patrimonio indígena como sus objetivos esenciales, de este modo esta ley reconoce a los indígenas como parte esencial de la nación chilena, lo que implica respetar, proteger y promover el desarrollo de los indígenas, sus culturas, sus familias y comunidades. 22   Ley de Monumentos Nacionales N° 17.288. Versión digital disponible en Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en el siguiente link http://www.bcn.cl. Consultado el 07 de marzo de 2015 23   Ley de Bases generales del Medio Ambiente Versión digital disponible en Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en el siguiente link http://www.bcn.cl. Consultado el 08 de marzo de 2015

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Además, se debe considerar la Ley del Sistema General de Áreas Silvestres Protegidas n°18.632. Las áreas naturales de nuestro país se regulan a través de un sistema legal integral conocido por sus siglas SNASPE (sistema nacionales de áreas naturales protegidas por el Estado) en la ley N° 18.362. La administración de este sistema corresponde a la Corporación Nacional Forestal. Por último, la legislación urbana es también decisiva para el ámbito de la protección del paisaje. La Ley General de Urbanismo y Construcciones, y su Ordenanza General, establecen que corresponderá a los municipios la identificación y conservación de los elementos construidos de valor cultural y paisajístico que son los que otorgan identidad a barrios, sectores o comunidades. Así las normas con incidencia en esta materia de patrimonio cultural son: -

Artículo 60º Inciso 2º. Igualmente, el Plan Regulador señalará los inmuebles o zonas de conservación histórica, en cuyo caso los edificios existentes no podrán ser demolidos o refaccionados sin previa autorización de la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo correspondiente.

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Artículo 116º : Se entenderá por normas urbanísticas aquellas contenidas en esta ley, en su Ordenanza General y en los instrumentos de planificación territorial que afecten a edificaciones, subdivisiones, fusiones, loteos o urbanizaciones, en lo relativo a los usos de suelo, cesiones, sistemas de agrupamiento, coeficientes de constructibilidad, coeficientes de ocupación de suelo o de los pisos superiores, superficie predial mínima, alturas máximas de edificación, adosamientos, distanciamientos, antejardines, ochavos y rasantes, densidades máximas, estacionamientos, franjas afectas a declaratoria de utilidad pública y áreas de riesgo o de protección.

Como hemos visto a lo largo de este breve resumen nuestro país Chile no posee un sistema legal integral que regule de forma conjunta el patrimonio cultural y natural (Paisaje Cultural) y que reconozca de forma expresa el concepto de paisaje, salvo referencias implícitas que ya analizamos de las que es posible deducir que si se reconoce su existencia. Esta falta de regulación integral y conjunta del patrimonio natural y cultural, del reconocimiento de explicita de la noción de paisaje, hace urgente la necesidad de trabajar para identificar los diversos paisajes culturales que posee nuestro país, diseñar políticas públicas al respecto, establecer marcos legales e institucionales y elaborar los respectivos planes de manejo o gestión para conservar y proteger, el valioso paisaje que poseen algunas regiones como la de Coquimbo, es un ámbito ideal para el diseño e implementación de estas iniciativas. 24 24   Universidad de Magallanes, Paisajes Culturales en Chile y sus Desafíos, Chile. Artículo electrónico disponible en http://umag.cl/paisajesculturales/?page_id=8. Consultado el 03 de marzo de 2015

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Para lograr una verdadera protección legal del paisaje en Chile es necesario instrumentalizar la obligación asumida por Chile al ratificar la Convención Sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, la obligación de garantizar una protección y una conservación eficaz de patrimonio cultural y natural situado en su territorio.

Gestión Sostenible del Paisaje En Chile la definición oficial de que es rural y urbano es bastante estricta. Se define como urbano a todo conjunto de viviendas concentradas, con más de 2.000 habitantes, o entre 1.001 y 2.000 habitantes cuando el 50% o más de la población económicamente activa esté dedicada a actividades secundarias y/o terciarias. Excepcionalmente, se consideran urbanos los centros que cumplen funciones de turismo y recreación con más de 250 viviendas concentradas, aunque no alcancen el requisito de población25. A mi parecer, esta definición oficial subestima la influencia del sector rural en el territorio designando de manera abstracta, zonas de evidente carácter rural como zonas urbanas. Esto es posible corroborar al revisar el último censo poblacional validado en Chile, el cual indica que del total de la población chilena sólo el 13% vive en sectores rurales26. Sin embargo, bajo un análisis multidimensional como el utilizado en países europeos, se estima que 5.925.428 habitantes, es decir, un tercio de la población total de Chile, viven en algún tipo de territorio rural27. En Chile, las zonas rurales son muy diversas. Presentan una gran diversidad de actividades y configuraciones, además de una compleja red de articulaciones entre los distintos sectores económicos, así como diferentes grados de vinculación con los centros urbanos. Es posible determinar su tipología mediante el análisis de sus características demográficas, de su ubicación geográfica aislada y/o de su grado de dependencia a las actividades productivas tanto tradicional como al turismo ecológico y cultural. En definitiva, la zona rural chilena trata de todo asentamiento nacional independiente de su tamaño y densidad poblacional, que tenga fuertes relaciones con su entorno y con las actividades económicas primarias y del turismo responsable. 25  Instituto Nacional de Estadísticas (INE). 2005. Ciudades, Pueblos, Aldeas y Caseríos. Instituto Nacional de Estadísticas. Departamento de Geografía y Censos. 26  Instituto Nacional de Estadísticas (INE). 2010. Compendio Estadístico. 27  Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).2008. Desarrollo Humano en Chile Rural. Seis Millones por Nuevos Caminos. Santiago de Chile. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

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El paisaje es portador de un patrimonio cultural relevante y de una biodiversidad de alta calidad paisajística que deben ser conservados y bien gestionados, no sólo para garantizar su preservación material sino además para ser parte fundamental del desarrollo sostenible del territorio. Pese a lo positivo que pueden resultar estos beneficios, la acelerada transformación sociocultural de la zona rural, que se manifiesta principalmente en la destrucción del ambiente, la migración de la población y en el abandono de sus sistemas de producción tradicional, pone en riesgo la estabilidad del desarrollo cultural y calidad paisajística. Frente a esta problemática será fundamental, y con cierta urgencia, redefinir las políticas socioculturales y económicas para la región, con el fin de mitigar la migración poblacional y generar un desarrollo sostenible de estas áreas sin atentar contra su autenticidad. Como señalaba anteriormente, debido a este tipo de necesidades territoriales se hace urgente implementar en el diseño de toda política pública vinculada con el desarrollo rural de la región, el “Análisis de Paisaje” como herramienta para la gestión sostenible. Sin embargo, para cumplir con los requerimientos mínimos para su viabilidad y real incidencia en el territorio, es recomendable investigar y fortalecer el conocimiento tradicional asociado a la vida rural, como la principal herramienta capaz de aportar en el diseño de metodologías de conservación, restauración y utilización del paisaje rural de la región. Una gestión inteligente del conocimiento tradicional lo convierte en un elemento clave para una mayor cohesión sociocultural, económica y ambiental del territorio, por tanto en un elemento de sostenibilidad. Entonces, para ordenar el paisaje desde la perspectiva de lo sostenible, se requiere de una comprensión integral y global del concepto, y de reconocer en la sabiduría ancestral el fundamento para garantizar su conservación en el tiempo. Para ello, propongo tres niveles de intervención secuenciados y cíclicos: Intervención Correctiva, Intervención Preventiva, e Intervención de Desarrollo Sostenible. Por otra parte, para el éxito de este tipo de intervenciones se deberá vincular a la gestión del paisaje cultural/rural, procesos de reforzamiento de la identidad cultural y difusión de su conocimiento tradicional. Para ello, es fundamental promover la participación de la comunidad a través de: Procesos de sensibilización, procesos de capacitación y procesos de difusión. Es importante establecer que el paisaje rural de Chile es de una calidad visual, ambiental y cultural excepcional y con gran potencial para el desarrollo sostenible. Como sociedad tenemos que redescubrir los valores de su ruralidad, y mientras no lo 129


hagamos, continuaremos con políticas públicas poco eficientes. No obstante, a nivel nacional, regional, sectorial y municipal, existe la intención de planificar las políticas públicas desde la conservación patrimonial y desarrollo sostenible. Al respecto, el Gobierno ha trazado una serie de objetivos para la planificación sostenible de la región, entre los cuales destacan: -

Objetivos Estratégicos Institucionales del SUBDERE. Fortalecer el capital humano en los Gobiernos Regionales y los municipios para el diseño e implementación de políticas de desarrollo regional impulsando el fortalecimiento de las identidades territoriales.

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Estrategia Regional de Desarrollo Periodo 2009-2020 GORE Coquimbo. Reconoce el espacio rural como generador de oportunidades y los graves efectos que produce el éxodo de su población hacia sectores urbanos. Establece además que se debe compatibilizar el desarrollo económico con la preservación de los recursos naturales y el mejoramiento de la calidad de vida como sello regional mediante la cohesión social basada en la identidad reconocida.

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Plan de Desarrollo Comunal 2014-2018, PLADECO Municipalidad Ovalle. Este propone la gestión participativa y de calidad realizando proyectos que permitan una mejor calidad de vida. Utilizar el turismo cultural como palanca de desarrollo comunal.

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Políticas Culturales de la región 2011-2016 CNCA. Declaran que es posible convertir al arte, la cultura y el patrimonio, tanto por sí mismo como asociados al turismo, en un nuevo eje de desarrollo económico y social para la región.

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Estrategia Nacional de Turismo 2012-2020 SERNATUR. Destaca que la valoración de los sitios nacionales de alto contenido histórico, arqueológico y/o natural contribuye a la valoración de las identidades culturales para el desarrollo del turismo cultural.

Frente a este escenario, es importante exigir a las instituciones públicas colaboración en el fomento y desarrollo de iniciativas asociadas a la conservación patrimonial y la planificación territorial, y con esto, garantizar la utilización responsable de los recursos culturales y naturales disponibles en el territorio. Para ello, existe una serie de fondos públicos que pueden ser aprovechados por la comunidad, en el diseño e implementación de propuestas vinculadas a la conservación patrimonial y desarrollo sostenible.

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Desafíos para la Gestión Patrimonial En el caso particular de esta región, la incipiente actividad minera y sus industrias asociadas nos da la oportunidad de anticipar, a través del derecho y la gestión, un conjunto de medidas y normas que aseguren la conservación del paisaje cultural de la región y con ello preservar el importante patrimonio cultural que habita en él, caminando hacia la promoción de un desarrollo económico saludable que no agote en el corto plazo una de las principales reservas de patrimonio cultural y ambiental de Chile. La Región de Coquimbo, por voluntad o indirectamente ha sido destinataria de diversa legislación de protección ambiental y patrimonial, como vimos todos los cuerpos legales que revisamos son aplicables a este territorio, las razones de ello son variadas, entre algunas el rico patrimonio de la zona y el ser territorio de una cultura rural milenaria, ha logrado que por años se conserve la integridad y autenticidad de este paisaje, y que en consecuencia la diversa legislación en materia de patrimonio cultural, indígena y ambiental del país le sean plenamente aplicables. Sin perjuicio de ello, como vimos Chile no posee un sistema legal integral que regule de forma conjunta el patrimonio cultural y natural, y que reconozca de forma expresa el concepto de paisaje cultural, salvo referencias implícitas que ya hemos visto de las que es posible deducir que si se reconoce su existencia. Por lo tanto, si no existe una institucionalidad legitima y experta que proteja este tipo de patrimonio, es difícil generar conciencia en la sociedad, sector privado e instituciones públicas del potencial socioeconómico que tiene la gestión de un paisaje. Esta falta de regulación integral y conjunta del patrimonio natural y cultural hace urgente la necesidad de trabajar para identificar los diversos paisajes culturales que posee nuestro país, diseñar políticas públicas al respecto, establecer marcos legales e institucionales y elaborar los respectivos planes de manejo o gestión para conservar y proteger el valioso paisaje que posee Chile. 28 Para lograr una verdadera protección legal del paisaje cultural de la región, es necesario instrumentalizar la obligación asumida por Chile al ratificar la Convención Sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, la obligación de garantizar una protección y una conservación eficaz de patrimonio cultural y natural situado en su territorio. Para lograr esa instrumentalización se propone: 28   Universidad de Magallanes, Paisajes Culturales en Chile y sus Desafíos, Chile. Artículo electrónico disponible en http://umag.cl/paisajesculturales/?page_id=8. Consultado el 03 de marzo de 2015

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1. Adoptar una Política Nacional de Paisajes Culturales. Se propone la elaboración de un Plan Nacional de Paisajes cuyo objetivo sea el establecimiento de medidas dirigidas a garantizar la viabilidad y protección del paisaje cultural de las regiones del país. Adoptar una Política Nacional de Paisajes Culturales. Este Plan nacional debe basarse en criterios internacionales basados en el trabajo realizado por instituciones como Unesco y la UICN entre otras y de la experiencia comparada. A través de este Plan Nacional se pueden desarrollar criterios y métodos de actuación que han de recaer sobre los paisajes culturales y coordinar la participación de las distintas administraciones e instituciones que tengan injerencia en su protección o gestión. 2. Incorporar la protección del paisaje cultural en el proceso de planificación de las políticas, planes y programas de desarrollo regional, en materia de ordenación del territorio, protección del medio ambiente, desarrollo social y cultural, y de fomento de las actividades productivas, en virtud de las atribuciones que en esta materia le otorga la ley a los gobiernos regionales. 3. Potenciar y hacer uso de diversos instrumentos de gestión a nivel nacional, regional y municipal por ejemplo: Evaluación Ambiental Estratégica (EAE). El carácter preventivo de este instrumento permite anticipar y prevenir potenciales amenazas que puedan afectar negativamente el paisaje cultural de la región. Es necesario promover su utilización en aquellos instrumentos cuya aplicación es voluntaria como en el caso de políticas y planes que impacten el medio ambiente en su sentido amplio, y en aquellos instrumentos en que la EAE sea obligatoria como en los planes reguladores, planes regionales de ordenamiento entre otros, es importante introducir a la EAE criterios y conceptos de conservación patrimonial y cultural basados en instrumentos internacionales. Dada la naturaleza estratégica de las decisiones evaluadas por la EAE, la aplicación sostenida y eficiente de esta evaluación conlleva a una significativa contribución a la sustentabilidad del desarrollo de la región en donde ha de aplicarse una determinada política o plan. Áreas de Desarrollo Indígena (ADIs): Promover la utilización de este mecanismo de gestión sirve para incentivar y potenciar las capacidades propias y autogestionarias de los indígenas, como garantía de un uso racional de sus propios recursos naturales, humanos, económicos y culturales. 4. Fortalecer una institucionalidad efectiva y coordinada a través de los tres niveles de administración; nacional, regional y municipal, en materia de protección y gestión del patrimonio ambiental y cultural del país.

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