Palabreria 3

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...sobre Cultura y otras Curiosidades Año 1 Núm.3 Octubre de 2011

La Selección Natural Fashion Un día salvé dos peces Los caballos de Kounellis


“Un

país, una civilización

se puede juzgar por la forma en que

trata a sus

animales” Mahatma Gandhi

Editorial Resulta bastante irónico que lo que nos diferencia de los animales sea de lo que carecen la mayoría de nuestras acciones, no son pensadas o razonadas para coexistir de una forma armónica con ellos. Es por eso que este número está dedicado a los animales, a la relación que existe entre nosotros y el papel moral que desempeñamos ante ellos, como nos lo plantean Carlos Olmos y Juan Vargas. De su interacción dentro del mundo del Arte, Aurora Aroca y Nicola Mariani nos dan una muestra de ello. En los gráficos de Newrona, que como en las fábulas de Samaniego, nos dan lecciones de vida, o simplemente lo que representan en nuestras vidas por ser parte de la familia, como nos cuenta nuestro joven amigo Max Farrougia. Todos somos parte de este mundo, aprendamos a respetar y vivir en paz con todos los seres porque todos somo hijos de la Madre Tierra.


Palabrería 3 Gracias a: Carlos Olmos Juan Vargas Ramón Corona Aurora Aroca Nicola Mariani Claudia García M. Max Farrougia Ivan Alamilla Adriana Pérez Pedro Reyes y en especial a Mariana.

Diseño y edición: Tonatiuh Tenopala Brand Inc. Fotografía portada:¨Kairo¨ de Ivan Alamilla


Tres viejos conocidos con diferentes experiencias en el mundo de la música se reunen con la idea de crear “otro” sello discográfico, un sello con la idea y la visión de la música como música, es decir, desde dentro, daejando atrás todos los accesorios del mainstream.

www.origamirecords.com


SE LES COMUNICA QUE CANCUN ANIMAL RESCUE, ACEPTA TODO TIPO DE PRODUCTOS / MERMA QUE TIENEN EN SUS BODEGAS, EMPRESAS Y NEGOCIOS A CAMBIO DE RECIBO DEDUCIBLE DE IMPUESTOS. ESTOS PRODUCTOS/MERMA SERAN UTILIZADOS EN USO DE LAS INSTALACIONES DEL CENTRO DE REHABILITACION ANIMAL. UBICADO EN EL KM.294 Y TAMBIEN EN USO DE VENTA PARA RECAUDAR FONDOS PARA COMPRA DE LOS MATERIALES EN NECESIDAD DE LA CONSTRUCCION DE DICHO CENTRO DE REHABILITACION ANIMAL DOMESTICO Y SILVESTRE. ESTE CENTRO EN SU ESPECIALIDAD VENDRA A SER DE VITAL IMPORTANCIA EN FAVOR DE LOS ANIMALES QUE TENEMOS EN NUESTRA CIUDAD DE BENITO JUAREZ. INFORMACION O DONACIONES: cancunanimalrescue.org@gmail.com GRACIAS POR SU CONSIDERACION A LA PRESENTE. CANCUN ANIMAL RESCUE CHANGE MY WORLD AC. SOPHIE VAN DEN BEELE


“Tiempo después lo dibujé casi sin darme cuenta, pero por aquel entonces amanecía con una euforia impensable días atrás, cuando el dolor de una ruptura se empeñaba en seguir masticando el desgarro. En mi sueño rescataba con un esfuerzo angustioso a un par de peces que, por haber saltado de sus peceras, a punto estuvieron de morir asfixiados en un suelo lleno de trastos oscuros y envejecidos por inservibles. Desperté con la primera bocanada de oxígeno que tomó el último pez, y una sensación de alivio indescriptible. Dicen que los peces representan las emociones del subconsciente. Yo estoy convencida de que aquel sueño me ayudó a hacer las paces con mis sentimientos.” Aurora Aroca www.myspace.com/auroraaroca www.myspace.com/boatbeam

“Un día salvé dos peces”. lápiz de color Aurora Aroca



La Selección Natural Fashion

por Carlos Olmos

La semana pasada estaba haciendo vida social virtual a media madrugada, como lo hace mucha gente, ya que es cuando uno se puede dar el tiempo necesario sin que lo estén molestando, y pasadita la media noche, se me antojó un café, así que me dirigí a la cocina, al encender la luz me percate que estaba siendo invadido por una colonia de hormigas, empecé a seguir la línea que suelen hacer y me llevó hasta la celosía del cuarto de servicio. Inmediatamente así como cuando uno corre por el extinguidor cuando hay un conato de incendio, así corrí presuroso por el poderoso, mortal y destructivo DDT y aplique un liguero rocío de medio bote sobre la columna de hormigas que avanzaba hacia el interior de mi cocina, el otro medio bote lo vacié sobre la celosía, para asegurarme que no habría una reorganización de la estrategia de invasión hacia mis dominios. Normalmente, trato de ser amigable con el planeta, en la medida de lo posible, digo, tengo automóvil, uso electricidad y gas, pero trato de usarlos lo menos posible y consumir la menor cantidad de agua, y creo que en el corto plazo seguirá siendo así, y no por falta de ganas, sino por no tener alternativas que se encuentren al alcance de mi bolsillo. Y bueno el DDT es un mal necesario que sólo es usado en un caso de extrema urgencia. Siempre me he jactado de ser una persona amorosa y comprensiva con los animales, y esto incluye algunos insectos que a veces se introducen en mi domicilio, como: abejas, catarinas, grillos, y arañas. Cuando éstos llegan a introducirse los atrapamos y los llevamos al


exterior. Lamentablemente no puedo decir lo mismo si se meten cucarachas, moscas, mosquitos o algún roedor, bueno a éste último le bastaría escuchar el grito que daría mi esposa para verlo para caer fulminado de un paro cardiaco. Todos los que alguna vez pasamos por la primaria y secundaria, hemos oído de la selección natural y que algunas especies se extinguen y otras evolucionan. Pero el ser humano aparte de su contribución a modificar los procesos naturales acelerando éstos, también hacemos nuestra propia selección natural a nuestra propia conveniencia y gusto. Como a mucha gente a mí no me gusta la fauna nociva, por lo menos dentro de mi casa, es por eso que coexistimos el DDT y un servidor. Pero reflexionando esto un poco más, y basándome en una verdad universal, que este mundo es una dualidad, desde muy niño siempre he creído que hay seres afortunados y no tan afortunados, bonitos y feos, con gracia y sin ella, chistosos y sin chiste, aunque mi abuela siempre me ha dicho que lo chistoso es pariente de lo feo, y eso aplica tanto a seres humanos, animales y plantas. Lo interesante de esto es que me llegan montones de correos alusivos a la crueldad contra los animales, que es una crueldad como matan a las focas arpa bebe en Canadá para obtener sus preciadas pieles, que por cierto usan algunos humanos. Que masacren a los delfines en Dinamarca para reafirmar machismos. Que saqueen los nidos de las tortugas para comerse o vender sus huevos. (No importa que en algunos de esos lugares se estén muriendo de hambre) Que los japoneses y noruegos sigan cazando ballenas. Que en pleno siglo XXI se sigan considerando trofeos de caza los tigres en Asía o elefantes y rinocerontes en África. Sí, eso es muy malo y no debería de pasar, pero no debería de pasar con ningún animal, no sólo con los que la inmensa mayoría de la gente considera animales bonitos. Sino es concurso de belleza. Jamás me han llenado la bandeja de entrada de mi correo, con mensajes de gente indignada porque se está acabando con el ajolote, especie endémica del Valle de México, por mencionar algún ejemplo o de la crueldad hacia las tarántulas, víboras, tlacuaches, tejones, musarañas, murciélagos, escarabajos, ranas, peces, etc. O de la crueldad hacia una pequeña colonia de hormigas muertas por una pequeña dosis de medio bote de DDT. No solo es cruel matar de la forma que sea a los perros, gatos, delfines, focas, elefantes, pandas, tigres y ballenas. Hay un gran número de especies amenazadas que ni siquiera nos preocupamos por saber su nombre. Hoy en día el están amenazadas el 12 % de las aves, el 23% de los mamíferos, el 52% de los insectos, el 32% de los anfibios, el 51% de los reptiles, el 20% de los tiburones y rayas. Y estos desaparecen a un ritmo de 100 a 1000 veces más rápido que el normal.




Los animales en el círculo moral del hombre por Juan Jesús Vargas V.

Quien no recuerda frases como “que hay de nuevo viejo”, eso, eso, es to-to- todo amigos” o Félix el gato, el único gato, te hará reír te hará sentir y a casa te hará venir… como olvidar esa relación emocional que cuando niños teníamos con los animales a través de las caricaturas, cuantos gatos en la vida real se llaman Félix o Garfield , en fin, el caso es que por algún motivo esa relación emotiva entre los niños y los animales, se va transformando a lo largo de nuestras vidas, tal vez por perder la magia de creer que un animal puede ser héroe o hablar con los humanos o tal vez porque con el tiempo los niños se convierten en adultos y adoptan una visión mas real de la existencia de los animales en este mundo y la relación con ellos.

para servirnos de ellos y los hicimos dependientes de nosotros para su supervivencia, esta sería finalmente nuestra relación con ellos.

Hablar de la relación entre el hombre y el animal significa expresar diferentes tipos de relaciones.

La relación del hombre con los animales en la naturaleza

Existen también dentro de este ámbito animales compañeros como el perro, el gato, algunas aves o peces los cuales conviven con el hombre dentro de una relación mas emocional, mas intima, pues cubren vacios y tiempos que a veces el hombre no es capaz de llenar por si mismo, sin embargo el tipo de relación sigue siendo utilitaria, porque a veces se olvida que ellos sienten también emocionalmente esa relación, ya que el hombre se convierte para ellos en un posible compañero social.

Una expresión puede ser que en el planeta tierra existen diferentes animales y una especie de estos Como ya lo había mencionado, el ser humano es una animales se caracteriza por ser pensante,” el hombre”. especie animal del entorno natural y el tipo de relación con los otros animales es de forma unilateral, en donde Esta característica le da cierta ventaja para decidir qué unas especies utilizan a otras, unas representan peligro tipo de relación puede llevar con los demás animales, para otras y entre ellas misma podemos observar esto se convierte en el punto de partida para determinar competencia y cooperación. Una muestra de esta si este tipo de relación es de alguna forma justa para relación unilateral existe cuando los animales de una ambas partes, ya que la presencia del hombre y especie sirve de presa a otra especie representando un los animales en la naturaleza enmarca un debido peligro entre ellas. Por ejemplo el hombre siempre se ha equilibrio, un orden, un proceso para el sostenimiento servido de la caza para su alimentación representando una amenaza para las otras especies, sin embargo, de los ecosistemas naturales. otras especies como los moscos se aprovechan del La relación del hombre con los animales podemos hombre volviéndose una especie peligrosa pues segmentarla en dos ámbitos generales: la relación con trasmite enfermedades como el dengue. los animales en la comunidad humana y la relación con Después de entender los entornos en los que el hombre ellos en la naturaleza. se relaciona con los animales, el siguiente punto es Dentro de la comunidad humana podemos encontrar los determinar si dentro del círculo moral del hombre existe animales “útiles”, por ejemplo aquellos que sostienen un trato justo, y racional hacia las demás especies, las nuestra base alimenticia como los cerdos, las vacas, las cuales en cierta forma están en desventaja. gallinas, etc., a este segmento le llamaremos animales domésticos pues fueron sacados de su ambiente natural Es importante reconocer que al ser la única especie


animal pensante, tenemos la responsabilidad de nuestras acciones sobre los otros animales no pensantes, por lo tanto esa responsabilidad se extiende a protegerlos y ver por el bienestar común dentro del ecosistema en el que convivimos con ellos, ya sea el natural o dentro de la comunidad humana. Esta responsabilidad humana tiene porsupuesto una connotación cristiana, la cual afirma que el hombre es amo y señor de la naturaleza pero apegado a una condición de ser bueno, de ser justo y aplicar sus condiciones morales para si mismo y para con los animales. El respeto al derecho que tienen los animales como seres vivos debe ser el eje del círculo moral del hombre, pues los animales al ser seres vivos pueden sentir dolor y por lo tanto, no debemos producírselos intencionalmente, pues además de sentir dolor, también pueden sentir miedo, estrés y tristeza. No son simplemente pasivos, viven también su vida, se mueven, actúan, tienen un comportamiento social, en consecuencia también pueden sufrir cuando se les encierra, cuando se les priva del contacto con los compañeros de su propia especie; cuando se les exhibe, cuando se les presiona para hacer actos circenses o acrobáticos, en estas acciones es en donde deberíamos preguntarnos si el circulo moral del hombre en verdad es coherente, pues mientras existen hombres que son ejemplares seres humanos en su entorno social, dañan de una forma u otra a los animales. Lo anterior es lo que nos define moralmente a la amplia mayoría de nosotros, y es que tenemos un comportamiento contradictorio y paradójico: con algunas personas y a menudo también con algunos animales somos justos y buenos, nos preocupamos por ellos, los protegemos, los cuidamos si están enfermos, pero en cambio y al mismo tiempo, podemos ser injustos, crueles, viles y despiadados con el resto de los seres del planeta, comprando abrigos de pieles de animales que sufren de matanzas despiadadas como las focas, compramos productos de belleza que

han costado el sufrimiento y la muerte de miles de animales, y con esto no quiero decir que el hombre no debe servirse de los animales para su supervivencia, si no la forma grotesca en que el hombre explota a los animales para obtener sus pieles, carne o colmillos. Existe un abismo en nuestro interior que separa lo mejor y lo peor de nosotros mismos creando un vacío del cual hemos perdido la conciencia cada vez que entramos en esta incongruencia, este es el círculo moral que aprendemos desde niños, mientras nos encantamos con los animales que vemos en la televisión a través de las caricaturas, aprendemos a generar una emoción hacia ellos, sin embargo, cuando los niños se convierten en adultos las emociones se convierten en frías realidades en donde los animales toman un significado de utilidad. Es importante reflexionar sobre nuestra postura moral y de responsabilidad ante los animales y los ecosistemas que conforman el planeta para lograr un verdadero sentido humano en el trato hacia las demás especies.


Los caballos de Kounellis Por Nicola Mariani No es difícil estar de acuerdo con el sociólogo italiano Alessandro dal Lago y la artista Serena Giordano cuando afirman, en el libro Mercanti d’Aura (2006), que una primera distinción entre el arte así llamado “clásico” (o, si se prefiere, pre-contemporáneo) y el arte “contemporáneo” sería que este último está estrechamente ligado a su «reflexividad»; esto es, a su propio “discurso” sobre sí mismo, que le llevaría a ser, al mismo tiempo, arte y meta-arte. De hecho, como se sabe, una gran parte de la cultura artística contemporánea ha ido configurando su propia originalidad creativa a través de un porceso de progresiva liberación de los modelos, los cánones y las pautas del clasicismo occidental y del peso de su tradición. A este propósito se podrían citar muchísimos ejemplos de obras realizadas a lo largo, por lo menos, del último siglo por los más conocidos artistas. Y, de cada uno de ellos, se podrían llamar a colación sus diferentes premisas estéticas; sus peculiares poéticas; sus distintivas soluciones formales y, según los casos, sus intenciones irónicas, críticas, incluso polémicas, subversivas y revisionistas, con respecto a la secular historia de las artes. En este sentido, la fenomenología artística del siglo XX, y de principios del XXI, está repleta de “cortes” materiales y simbólicos en contra de las convenciones académicas históricamente dominantes. Entre todos, quizás merezca una mención especial el caso de los caballos del Kounellis. En enero de 1969 el artista griego (desde los veinte años afincado en Italia) Jannis Kounellis (Pireo, Atenas, 1936) organizó una exposición personal en la Galería L’Attico de Fabio Sargentini en Roma que, a lo largo del tiempo, se ha convertido en una suerte de mito artístico contemporáneo. En dicho contexto Kounellis expuso la obra Senza titolo. Dodici cavalli vivi: instalación, de dimensiones variables, con doce caballos vivos atados a las paredes del espacio expositivo (como si de cuadros golgados se tratase). Los animales, con sus propios rumores, olores, movimientos, huellas y desechos, se presentaban a la vista y a los demás sentidos del público de una manera directa y chocante, escenificando la irrupción de la “naturaleza” en el mundo del arte, del cual ponía radicalmente en discusión los tradicionales presupuestos elitistas. Como bien se sabe, el caballo, por su elegancia y por la energía vital que expresa,

Fabio Sargentini observa los caballos de Kounellis entrando en la Galería L’Attico en Roma. Enero de 1969. Foto: Claudio Abate. Courtesy: Archivio Galleria L’Attico.


ha ocupado en la historia del arte (sobre todo en la escultura y la pintura) un lugar privilegiado como elemento de primer orden de la composición (tal vez segundo sólo a la figura humana). En cambio, en la obra de Kounellis este animal se presentaba al público sin mediaciones “artificiosas” o simbólicas; esto es, fuera de la ilusoriedad idealizante de la representación artística, hallandose materialmente traducido a la realidad a través de su presentación. En este sentido, con su provocadora instalación, el artista oponía al género académico rígidamente codificado de la “naturaleza muerta” la práctica vitalista de la “naturaleza viva”; cuestionando así las referencias utilizadas habitualmente a la hora de juzgar el valor de una obra de arte y aportando una contribución muy significativa a la redefinición de los presupuestos teóricos; las técnicas; los materiales y los límites propios del arte contemporáneo. Hablando de esta obra, A.M. Guash escribió: «En un espacio que pertenece al dominio de mostrar el “hacer” y no al del “vivir” la realidad, J. Kounellis, con un gesto tan político como artístico, genera tensión y rompe la comunicación habitual entre el arte y el espectador» (Cfr. A.M. Guash, El arte último del siglo XX, 2000). Con su presencia incontrolable, los caballos cohibían los espectadores, llegando incluso a atemorizarlos, puesto que ponían en crisis sus estrucutras perceptivas y los obligaban a vivir una situación de pasividad e incomodidad. De hecho, la galería se había transformado, de lugar anónimo y frío, en espacio abierto a una molteplicidad de experiencias sensoriales simultáneas. Junto con G. Anselmo, A. Boetti, Mario y Marisa Merz, M. Pistoletto, G. Zorio, G. Paolini, G. Penone entre otros, Kounellis se suele considerar como uno de los exponentes más destacados del arte povera italiano. Este movimiento se desarrolló principalmente en torno a la obra del turinés Mario Merz y a la labor crítica de Germano Celant, quien en 1967 acuñó la definición «arte povera» (arte pobre) para identificar el trabajo de estos artistas. A partir de entonces Celant empezó a promover las obras “poveristas” en galerías privadas de ciudades italianas como Genova, Amalfi y Torino, llegando muy pronto a valicar los confines nacionales y logrando que esta corriente artística y la teoría que la apoyaba alcanzasen grande relevancia a nivel internacional. En palabras del crítico italiano Renato Barilli, el término “arte povera” «sta a indicare l’intento di indietreggiare verso un livello di esperienza primordiale e vitalistica» (indica el intento de retroceder hacia un nivel de experiencia primordial y vitalista. Cfr. R. Barilli, L’arte contemporanea, 1984).

Jannis Kounellis, Sin Título. Doce caballos vivos, dimensiones variables, 1969. Vista de la instalación en la Galería L’Attico, Roma (1969). Courtesy: Colección privada.


En el ámbito de esta retrocesión a lo primordial, el trabajo de Kounellis ponía de manifiesto la ruptura consciente de aquel diafragma, teórico y práctico a la vez, que separaba el “dentro” y el “fuera” de la obra de arte. De hecho, la producción artística de los años sesenta de Kounellis está marcada por la presencia de elementos naturales puros y, especialmente, de seres vivientes. Además de los ya citados caballos y de otros animales como el papagayo, en sus obras aparecieron también plantas, tierra, fuego y varios materiales “pobres”, como el carbón, el hierro, la tela de yute etc. En estas piezas el peso, las formas y las fuerzas de la realidad, con sus sugestiones antropológicas y mitológicas, constituían elementos básicos del proceso creativo y el espectador se encontraba llamado a confrontarse con binomios esencialmente relacionados con el mundo de los sentidos, como naturaleza/cultura, espontaneo/artificial, caliente/frío, sólido/etéreo etc. A lo largo de las décadas sucesivas los caballos vivos de Kounellis - que en la citada exposición romana de finales de los años sesenta generaron un impacto considerable tanto en el público como en la crítica y, más en general, en el complejo del sistema artístico de aquel entonces - han vuelto a reaparecer varias veces y en diferentes contextos. Por ejemplo, en 1976 la instalación fue presentada en la XXXVII edicción de la Biennale de Venezia. En aquella ocasión una parte de la crítica, más comprometida a nivel socio-político, interpretó la obra como un “detonante” que en la intención del artista quería sacudir los espectadores de la inmobilidad cultural en la que se hallaban tras las tensiones ideales y las promisas supuestamente revolucionarias del ’68 que, según estas interpretaciones, en realidad no habían cambiado casi en nada las verdaderas condiciones culturales de la sociedad. Más recientemente, los caballos vivos fueron expuestos en una imponente retrospectiva antológica que el Museo d’Arte Donna Regina (MADRE) de Napoli dedicó a la trayectoria artística, larga casi medio siglo, de Jannis Kounellis. La exposición tuvo lugar entre abril y septiembre de 2006 y fue organizada por el director del Museo Eduardo Cicelyn en estrecha colaboración con el artista y con el comisario jefe Mario Codognato. En aquella muestra los caballos fueron catorce (dos más que en la versión de 1969) y permanecieron “expuestos” por quince días. En lugar del público; de los críticos y de los demás expertos y aficionados al arte, esta vez las polémicas fueron despertadas por las asociaciones italianas implicadas

Jannis Kounellis, Sin Título. Catorce caballos vivos, dimensiones variables, 2006. Vista de la instalación en el MADRE, Napoli (2006). Courtesy: Colección privada.


en la protección y el respeto de los animales, con argumentaciones que poco o nada tenían que ver con valoraciones estéticas o disquisiciones teóricas sobre el gusto. Como se puede leer en la revista de arte italiana Exibart de esas fechas, especialmente duro fue el ataco a los organizadores de la muestra por parte de la Lega Anti Vivisezione (Liga Anti Vivisección), que en una nota de prensa condenaba firmemente «l’uso di esseri viventi come oggetti da mettere in mostra, oggi come trent’anni fa» (el uso de seres vivientes como objetos de exposición, hoy como hace treinta años). En el mismo documento los activistas de la LAV expresaban la esperanza de que «la crescente sensibilità nei confronti degli animali crei uno sdegno tale da scoraggiare i visitatori della mostra dal visitare la sala in cui sono esposti i cavalli» (la creciente sensibilidad hacia los animales pueda crear una indignación tal que desanime a los espectadores de la muestra del visitar la sala en la que están expuestos los caballos). En el otoño del mismo año la instalación fue presentada también en la exposición Homage to Jannis Kounellis en la feria Art Cologne. En aquel contexto también se levantaron protestas por parte de grupos animalistas y especialmente de Aktion Tier, que (como se puede leer en el portal artinfo.com) definió la obra como un «escándalo». Puesto que había que considerar los caballos como seres «instintivamente timidos», según ellos, exponerlos al público conllevaba un estrés excesivo e inaceptable. Como respuesta a estas acusaciones, los organizadores de la feria exhibieron todas las autorizaciones recibidas por especiales comisiones veterinarias que habían certificado las buenas condiciones de salud de los caballos. Evidentemente, hoy en día, al igual que hace más de cuatro décadas, la obra sigue suscitando al mismo tiempo plausos y críticas; polarizando de una manera bastante neta, por un lado, sus estimadores y, por otro lado, sus detractores. Signo evidente de su gran vitalidad. Tanto en el sentido poético y metafórico, como en el sentido más literal y material del término.

Jannis Kounellis, Sin Título. Catorce caballos vivos, dimensiones variables, 2006. Vista de la instalación en el MADRE, Napoli (2006). Courtesy: Colección privada.


REGALOS Y MASCOTAS por Max Farrougia.

Cuando cumplí ocho años le dije a mi mamá que quería un regalo muy especial: Un perrito. Lo buscamos unos días y cuando tuve a Megan, mi nueva perrita Jack Russell, me sentí muy feliz, porque sentí que era como su padre, porque ella estaba muy sola. Jugué mucho con ella, la tuve muchas noches en mi cama, mientras fue pequeña. Después había que educarla, pero como la consiento mucho, conmigo se aprovechaba y a veces se portaba mal… (Tú sabes:: popós, pipís, juguetes rotos, destrozos de papel, destruir la basura, etc.) Ella creció y en diciembre, llegó un visitante: Un perro salchicha macho, al que llamamos “Solovino”, y sólo se fue, pero antes, aprovechó el celo de mi perrita y la embarazó… Primero me preocupé mucho, pues dicen que no deben mezclarse las razas. Yo lloré, pero mi mamá me tranquilizó diciéndome: Ya ni modo, va a tener esos perritos y quizás van a salir muy bonitos. Lo mejor, no fue lo hermosos que salieron, sino que fueron mi regalo del día del niño. Megan me hizo muy feliz con: Buga, Polo, Jamaica y Miel. Los menciono en el orden que nacieron. Luego vendimos a Jamaica y a Polo, después pensamos en vender a Miel y quedarnos con Buga y Megan, nada más. Pero un día Megan y Buga se salieron de la casa, después sólo regresó Megan. Me sentí muy mal pero me quedé con Miel y Megan. Esta es la historia que trata de los regalos más padres que he recibido. No puedo creer que mi historia estará en una revista, que leerán niños esta historia muy triste, porque me encariñé con “Solovino” y cuando se fue me sentí muy mal. Después cuando tuve a Buga, sabía que era mi cachorrita perfecta, pero un día escapó y me sentí tan, pero tan triste… Todavía la extraño.


Max, Miel y Megan





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