Alerta Nutricional
Edición #1 - Lunes, 9 de junio de 2008
El hambre oculta mata e incapacita a nuestros niños: Las deficiencias de micronutrientes, conocidas también como “hambre oculta”, están directamente relacionadas con el hambre y la desnutrición infantil, generan daños irreversibles a nivel individual, incrementan la morbilidad y mortalidad infantil y materna e incapacitan negativamente durante todo el ciclo de vida, produciendo efectos negativos para el desarrollo de los países, tanto en el corto, mediano y largo plazo. (Plan Nacional “Prevención y Control de las Deficiencias de Micronutrientes”, Panamá, 2008.)
La anemia: un freno al desarrollo En Panamá, el 52% de los niños y niñas menores de 2 años sufren de anemia, lo cual nos ubica entre el grupo de países con prevalencia severa de anemia, encontrándonos en situación más grave que Honduras, El Salvador y Nicaragua. La anemia es consecuencia de deficiencia de hierro y está considerada como un problema de salud pública porque reduce el desarrollo infantil, produce incapacidad física y mental y consecuentes complicaciones en el aprendizaje y la productividad, siendo, además, una de las principales causas de muerte materna.
Ante esta realidad ¿qué podemos hacer? ¡Podemos fortificar el arroz! Con una inversión de menos de 2 millones de balboas anuales, se puede fortificar todo el arroz que se consume en Panamá (154 libras por persona al año), con hierro, ácido fólico, vitaminas del complejo B y zinc. Como resultado de una simple medida como la yodación de la sal, Panamá fue declarado país libre de los desórdenes por deficiencias de yodo, constituyéndose en el único país de Centroamérica que ha recibido esta declaración internacional producto de una evaluación externa. Experiencias en países como Brasil y Costa Rica confirman lo que expertos en nutrición aseguran: “que los resultados positivos de fortificar el arroz con los micronutrientes arriba señalados, se podrán ver en menos de 18 meses”.
Y los panameños, ¿Qué estamos esperando?