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Minería, en la agenda de los principales candidatos
Argentina en modo electoral. En una estrategia de desdoblamiento con respecto al gran acontecimiento del último trimestre, algunas elecciones provinciales ya se han llevado a cabo, en algunas jurisdicciones con resultados previsibles, así como sorpresivas en otras.
No se puede quitar la importancia de los comicios provinciales, pero sin duda alguna que ya comienza a asomar lo que en términos boxísticos se define como “pelea de fondo”, con una primera instancia para el 13 de agosto con las elecciones primarias, en la que se determinarán los partidos presentes para las elecciones presidenciales, así como como sus candidatos respectivos.
Las elecciones presidenciales tendrán su Día D el 22 de octubre, donde se elegirá quién comandará los destinos de la República Argentina hasta diciembre de 2027; dependiendo de los resultados, podría haber un segundo capítulo el 19 de noviembre.
¿Qué ocurre entre estas elecciones nacionales y la industria minera? ¿Existen puntos en común? Más allá de las diferentes posturas políticas y visiones en particular, los principales candidatos que compiten por la Casa Rosada coinciden en el desarrollo de la minería para proveer las materias primas críticas, con el objetivo final de trabajar por un planeta más limpio.
A este momento el quinto complejo exportador de Argentina, con un registro de más de US$3.800 millones en 2022, la demanda de minerales para la electromovilidad encuentra a nuestro país con una amplia oferta de cobre y litio, metales que, si se poner en valor los diferentes emprendimientos ya conocidos, podrían quintuplicar los registros del año pasado.
En el caso del metal rojo, los analistas estiman que, de aquí a 2050, se demandará más cobre que el total producido a lo largo de la historia: no será suficiente con los centros en producción actuales así como potenciales expansiones.
A partir del 10 de diciembre de 2023, quien lidere la República Argentina seguramente apostará fuertemente por la industria minera, segmento económico caracterizado por generación de fondos genuinos, impulso del comercio exterior, así como transformación económica y social en zonas relegadas.