Delirium Tremens Revista Literaria de alcance internacional Año II, número 4, Agosto 2011 (Edición Primer Aniversario) ISSN 2219-391X
Director y editor: Paolo Astorga artesinlucro@gmail.com http://sinllegaraloinvisible.blogspot.com Celular: 993398823 Apoyo de edición: Isabel Flores sheresath@hotmail.com Esta revista se edita de manera híbrida tanto en papel de manera artesanal en la ciudad de Lima y en formato virtual a través de la siguiente dirección: http://revistadeliriumtremens.blogspot.com Para envíos de libros, revistas u otros, nuestra dirección postal es: Sr. Paolo Astorga Av. Malecón Checa 557 San Juan de Lurigancho Lima 036, Lima-Perú
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N0 2010-11549
Impreso en Perú Síganos en Facebook: www.facebook.com/pages/Revista-Literaria-Delirium-Tremens/260919240585557
En esta edición Revista Literaria Delirium Tremens número 4 (Edición Primer Aniversario)
Gritos etéreos (Poesía): Roger Santiváñez 8/ Mirtha Pecho 10/ David Fernández Rivera 11/ Iván Fernández Frías 12/ Alfredo Coello Peralta 13/ Paulo César Caffo Palacios 14/ Alicia del Águila Peralta 15/ Pamela Rodríguez 16/ Sergio Gabriel Lizárraga 17/ Vanessa Navarro Reverte 18/ Denis Castañeda 19/ María Inés Aldao 21/ Andrea Cabel 23/ Daniel Irineo 25/
Obituarios del silencio (Narrativa): Rolando Revagliatti 28/ Peregrina Varela 30/ Andrea Zurlo 33/ Roger Alexander Román de la Cruz 35/ Fernando Morote 37/ Álvaro Valderas 40/
Oráculos de arena (Ensayos y Artículos): Enrique Lihn vs la caja idiota Por: Daniel Rojas Pachas 42/ Ante la ausencia de la ley. Aproximación al micro cuento “Ante la Ley” de Franz Kafka Por: John Fredy Vélez Díaz 50/
Papiros de carne (Reseñas): El arribo de un éxtasis violento César Pineda Quilca 60/ La lluvia detiene Roy Dávatoc 60/ Efecto secundario Varios Autores 61/
Carne Daniel Rojas Pachas 61/ Primera muerte inédita Karina Moscoso 62/ La Caída Ulises Pastor Barreiro 62/ Polvos ilegales, agarres malditos Fernando Morote 63/ Versos de azul. Poemas junto al mar y un soneto de emoción Juan A. Pellicer 63/ Guardián de acantilados Joe Montesinos 64/ Historias del Barrio Marcelo Nasra 64/
La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes John Lennon
Gritos etéreos (Poesía)
Gritos etéreos - Poesía / 8
Roger Santiváñez royika@hotmail.com
SEMPER AMAT 1 Perfectas son las piernas de la ninfa en short Sobre el césped redondea el mundo de un oro Más dulce que cualquier canción de amor El cielo enlaza nubes a la azul rutilante Precocidad asume que el verano se pro Longa en su cintura ice-cream & en el Borde de los muslos flota un agua purísima Los chiquillos le ponían los cabellos en la Frente mientras uno a uno la punteaban Ligeros jugueteando en el fondo del jardín & ella sonreía a mi visión llena de jacintos La grama más clara hacia el atardecer Perfume inadvertido del jardín lejano Ritmo impreso en el morir del día con La fronda al compás del aire refrescando 2 El pequeño bosque rodea la piscina Su verdor me alcanza con augusta Brisa sáfica briza el tapiz ex Tenso donde fulgen tus doradas formas Apenas cubiertas por inusitados aires Núbiles preñándote de ausencia del
Gritos etéreos - Poesía / 9
Arbol desconocido brotaron los frutales se Escucharon los arpegios más lindos previos Al silencio total que viene con la noche El tiempo sucumbe ante los rápidos vanitas Más celeste que las propias aguas intranquilas Donde busco el enigma de un día de dolor Para sondear la densa liquidez & sentir La refrescante tibieza helada de una Belleza chiquita & calatita deshaciéndose 3 Memoria del almendro en mi jardín Su sombra todavía me enternece si Escribo del verano adolescente para Qué las hojas caen sobre el pasto Se vuelven amarillas muertas cómo Suenan si camino sobre ellas plash Plash & el mundo está nítido a esa Hora perfecta vientos del desierto lau Reles de Vice al final de la civilizada Vía cerca del mar el insólito balneario Brisa que alegra los flamencos a lo lejos Hacen línea al fondo en la orilla de La isla perfume de caballa frita & el sol que se prende en tus pe Zones dorados no me queda sino El dibujo bajo la lycra
Gritos etéreos - Poesía / 10
Mirtha Pecho queen_sleeper.2@hotmail.com
ODIAME Sin tomar referencias, perdiéndome entre lo post-moderno, absorbiendo las partículas que conforman este camino y los instantes convertidos en nostalgia voy dibujando la mujer que ahora soy. Ódiame, porque no me gustan los niños, detesto las plantas, vivo del aire, me da igual la contaminación sonora, y aborrezco los hoteles de 20 soles. Ódiame. Ódiame. Ódiame sin piedad, Olvidando los versos que un día te dedique, y las canciones que en la radio nunca pasaron… Ódiame con vergüenza, con la misma vergüenza que utilizas hoy como mascara para cubrir el rostro de un hombre que es dueño de una mujer. Su mujer. Yo. Tu mujer.
Gritos etéreos - Poesía / 11
David Fernández Rivera cia.davidfernandezrivera@gmail.com
Obertura La vajilla desgastada del tiempo atraviesa mis mandíbulas con el aguijón alborotado en la misma combustión que atraviesa los cojines con la boquilla de una bombona entreabierta en el útero de la ventana. En él, puedo ver las caderas nerviosas de una niña vestida con los tacones que succionan el torniquete de mis anginas hacia el intestino que fecunda las sandalias del alfiler. Los viandantes me esperan al otro lado del comedor, cuando alguien me contesta arañando el silencio afilado en cemento la dictadura de mis lágrimas. Lo siento, no puedo escuchar lo que ahora se agrieta bajo el tapete asfaltado en la tachadura imprecisa de la mordaza. "Ven".
Gritos etéreos - Poesía / 12
Iván Fernández Frías kiss668@gmail.com
IMAGINA
“Mientras el sacerdote, ese negador, calumniador, envenenador profesional de la vida, siga siendo considerado como una especie superior de hombre, no habrá respuesta a la pregunta: ¿qué es la verdad?” Friedrich Nietzsche (El Anticristo)
Imagina un charco de color sangre donde los locos rían al bañarse donde los lienzos nunca sean mármol y la materia se deforme a cada instante Imagina un renglón muy torcido que cruce la página amarilla y desteñida que rompa el sermón de los pastores y que descubra las mentiras de cada línea Imagina un árbol contorsionado por el peso de los huesos afincados en [la altura donde anida la letra muerta incontestable; mientras un niño saborea ocasionalmente los despojos solitarios de [amargura que deja por doquier su creencia incuestionable
Gritos etéreos - Poesía / 13
Alfredo Coello Peralta alcoello18@gmail.com
De ambulante
Yo he sentido al deambular el latido del costado su silencio. Deambulo… como si mis miembros fueran inmortales como si hubiese emprendido una fuga contra la ausencia como si la angustia persiguiera, queriendo arrancar la vida a zarpazos. Deambulo… (sin darme cuenta) como un número más de una enorme manada como las lágrimas que arrastra el aura y van cayendo, una por una, las pestañas. Deambulo en la bruma, en la tarde, en la aurora igual que la canción que aprendí en la infancia y ahora muda de soledad. Deambulo en el sendero inevitable, donde dos palomas como dos palabras unen. Deambulo… sensorial mente, colgado del viento que palpita como una antorcha en una vieja iglesia donde moran arañas. Deambulo y el que deambula no soy yo es el eco del tiempo que dicta la ruta final de este incendiado ambulante.
Gritos etéreos - Poesía / 14
Paulo César Caffo Palacios pcaffo@gmail.com
Poemas De: Soledades inventadas 1 Poesía pura poesía llévame contigo a donde quieras que me lleves iré solo contigo iré de tu mano a donde quieras que me lleves sobre la yerba amarilla te besaré el sueño el sueño puro donde a solas bailo contigo
14 Cuando de pronto me abrazas, vienen hacia ti, a detenerte, todas las rosas celosas celosas de que sólo a ti me entregue. Pero yo, amor, que suelo contemplar en ti la rosa, acudo a tu incendio de pétalos enamorados, acudo a la delicia de tu boca para besar a la misma rosa.
Gritos etéreos - Poesía / 15
Alicia del Águila Peralta adelag@amauta.rcp.net.pe
Sueño, 1525 El 8 de junio de 1525, apenas la Virgen María hubo llegado a las Indias occidentales, Durero soñó un terrible diluvio. Esa noche, tinta gris cayó del techo y un cráter en medio del papel. El diluvio no llegó, pero la materia del pensamiento, como radio a transistor o mochila de ilegal latino trajo demasiado peso consigo. Inundó de energía su pecho, igual que al profeta Elías, vagabundo en el desierto. O como a Pedro en Cañete, reencauchador de llantas al borde de la carretera. La Virgen zurció las pantys antes de colocarse quieta detrás del caballete. ¿Y si Dios ordenara volver a pintarla, después de tanto tiempo? Las uñas cortas y las cejas claras, toques de aparecidas o víctimas del fracaso. Tanto dormir para soñar un minuto, treinta segundos y cinco siglos. Para nunca vivir un diluvio, apenas gotas de sal en la frente. El tiempo vuelve, renacido en nuevos filos.
Música El repique de cigarras soñando con tigres de mar destella el sonido azul, propio de la tierra abrazada por la ola, violenta, despatarrada, abierta al coro de la brisa animal. El silencio invade los ojos, sin aire ni agua en los estribos, y una onda en espiral, de paz trivial y cansina dibuja entre las manos/ una muda sinfonía. Y de pronto suena. Pero ya se ha ido.
Gritos etéreos - Poesía / 16
Pamela Rodríguez plumarebelde@hotmail.com
Mis aguas vuelven a encauzarse
Pescando buñuelos en tardes de chelo retornan en mi mente los ficus de joven bosque remembranzas juveniles jocundas, oriundas de abriles; Pintados en campos de colores párvulo. Mi jardín aun conserva el simiente de primaveras en verdes campos, vestigios aquellos el aire que sopla, me trae a la memoria aquellos años de juventud que aun titila deposito de antaño que aun palpita; en follaje de oro, robledal y brizna. Siento en mis manos la nieve vieja y el terreno seco. Se extraviaron palabras con el pasar de prisa recuerdo bien, fue nuestro tiempo un aliado. si hubiéramos cruzado la orilla el mar y sus olas no hubieran desandando el olvido y la savia de los bosques absorbería liquidas reliquias Voy cocinando candidez en sartén hirviendo para el sazonar de recuerdos. ¿Recuerdas nuestras danzas bajo el alba del día?: - yo te recuerdo sin prisa.
Gritos etéreos - Poesía / 17
Sergio Gabriel Lizárraga sergiopoet@hotmail.com
SOLEDADES
Me encontré con la ciudad Otra vez herida, Y a sus personas Con señales de sangre. Me encontré con el monstruo Que aun respira, Desgajando en bocados la esperanza, Escupiendo nostalgias. Me encontré con el pasado Anidando en los ojos, Y lágrimas nuevas Despidiendo antiguos adioses. Me encontré con un pueblo Sin bosques para leños, Y con un invierno filoso Cortando de raíz los sueños. También me encontré contigo, Dormías Musitando mis versos
Gritos etéreos - Poesía / 18
Vanessa Navarro Reverte clap_es@yahoo.es
POSESIVIDAD
Primero pensé que eras el ojo de Dios, presencia reconfortante que me guiaba por los caminos correctos. Me sentía protegida bajo tu inexorable vigilancia. Luego empecé a dudar… ¿no es demasiada atención? Y pasé a pensar que eras el ojo del Gran Hermano metiéndote en mi intimidad, ahogando los resquicios más ocultos de mi ser, de lo que yo era, moldeándome como arcilla en tus rudas manos. Ni un segundo de descuido te permitías, me permitías. Vivía en una jaula eterna. Ahora sé que eres el ojo de Sauron, una malevolencia que aterra mis noches y mis días, que ruge por mi posesión o la toma por la fuerza. ¿Cómo has podido cambiar tanto? Me equivoqué: tú no has cambiado. El monstruo siempre estuvo allí; es mi ojo el transformado.
Gritos etéreos - Poesía / 19
Denis Castañeda denis_1920@hotmail.com
NUDOS A: Jorge Eduardo Eielson.
Emprendiste el viaje A bordo de los lienzos cosmogónicos Que agitan a las sombras De tus versos Y repetirás en el mundo que hoy encuentras Las frases marcadas buscando respuesta Al misterio del amor Llevarás en tus manos El ramillete dibujado en la poesía En forma de pájaro Rodeado por el torrente del polvo envilecido que cubre París como cuando te encontrabas En un cuarto de hotel O en una habitación en Roma Mirando tu sexo y comparando a Europa con las mísera Ciudades latinas bajo el sello de Arte Poética Tus nudos han descendido a la tierra en signos de tinieblas Para llevarte al lado de María Aquella niña fea y de saliva sagrada Que la hiciste huir de su barrio miserable Y que hoy contemplas junto a ella Las calles doradas Dentro de la esfera Te conviertes en el rayo fluvial Que atraviesa las gamas o puertas Entre el torbellino de matices que se esbozan en las figuras
Gritos etéreos - Poesía / 20
Y evocas a Adán poeta al llegar al parque para un hombre dormido Y confiesas que eres el poeta que escribe en la cenizas del cráneo Y la lluvia baña tu soledad El vuelo es la huella que dejas en los desvanes La sangre transcurre en el centro de la voz Y las imágenes se deleitan desde el Perú A través de la escultura de palabras para una plaza de Roma Anaxagore de Clazomene inauguró tu cuerpo como un cristal Delirante mientras Marilyn Monroe se desviste celebrando El poema que un día quisiste enviar a la Luna Y ahora te sientas sobre una cascada Para yacer del trayecto evolutivo En el Pop Art Luego continuarás en el mundo infinito de la carne Del papel y de los nudos.
UN DÍA EN LA CIUDAD Todos ahí existían colectivos en la ciudad vieja como en una guarida jóvenes y viejos abatidos y enérgicos en medio de las largas y sucesivas horas del día sus difusos brazos con cuerdas sobre sus espaldas y son rudas maromas sin ocupación. Esa misma mañana yacía inmaterial como el sutil cáliz del polvo. Se ventilaban en la plaza reposados o tirados en las bancas con la estrella solar en las piedras y éste manifestaba su caliza fulgurosa. Revestida de sueños de seres pobres y canosos o dormidos a la vez suaves o tal vez ásperos que se explayaban por el entendimiento con sin lucidez de metal sí un día dormidos en la ciudad.
Gritos etéreos - Poesía / 21
María Inés Aldao inesaldao@hotmail.com
De mi pago
La silla vacía La taza que humea Café con dueño ausente. Me voy al lugar que sufre Junto al paisaje su gente su voz. No te espero –lo he decididoSi me llamas el alma avisará. No puede frenarse una historia –la míaPorque otra –la nuestra- anuncia un final. Retorno a mi pueblo Pago querido Ayer saludaba triste Hoy lo hará también. El brazo amigo de la infancia Que acoge gustoso a quien antes se fue. No me busques -no te esperoEl final anunciado acaba de iniciar. La vida terrible que quita brinda golpea Hará que te sienta en la siesta quieta En el recuerdo húmedo En el rostro inmutable En el verano caliente En esta oscuridad. Y eso bastará.
Gritos etéreos - Poesía / 22
Ella escribe
Escribe porque la oscuridad la espera y su ángel no acompaña porque no está en paz aunque no espera encontrarla escribiendo porque no sabe con quién hablar y necesita que la escuchen. Escribe porque así sufre menos, porque la noche está fría y no quiere despertar. Escribe porque tiene la sensación de que se le acabó el amor. Y porque quiere olvidar mientras escribe el sonido de aquella voz. Qué poder tiene su voz en la noche.
Gritos etéreos - Poesía / 23
Andrea Cabel andrea.cabel@gmail.com
revés
Cuando los cuerpos abandonan las palabras, aún insisten en usar la boca para decir. Hans Bürkli
mis piernas asentaban la tierra húmeda, los códigos de horas y las palabras. arcángel del llanto, tocas mi espalda y tratas de bajar la fiebre soplas incendiado una vida de bruma. existir crea una montaña una con aureola de fuego, pero aquí en casa, mi espalda enferma menciona tu nombre blanco cargado de hierbas para salvar mi dolor para dejar mi lengua ciega de sed buscando el mar creyendo en sus golpes y en la mañana sigue el círculo de las batallas que he perdido, y no entiendo tu forma de hablar, tan blanda como el agua, siempre habitando el rostro de un recién nacido. la fiebre sube y me escondo detrás de tus escamas espera un sello en el brazo, en la soledad de una garganta que grita tu nombre: manos zurcidas, desgarrado y resonante verbo. somos las dos escribiendo la madera de un encuentro.
Gritos etéreos - Poesía / 24
garúa nacida el 27 de enero te nombro tristeza, noche, gotera, luz de asfalto sola. púas en mi corazón golpeadas por el viento. y tú, garúas cuando te nombro finito cuando sonríes a pesar de los rostros de la porcelana fría a pesar de las piedras preciosas sujetas a tu pecho sujetas a tus huesos, a tu piel de sonrisa. te nombro, y el aire descalzo acaricia tu cuerpo de recuerdo anillo, tejido, conjunto de colores sobre la mesa esperando colarse en tu [muñeca. mientras el sol nos habla del mar, de las islas que lo consumen y pintamos nuestras manos atadas con todo el humo de tu cuerpo, con el vacío del mío, mientras la luz de un lago rodeado de montañas consume el reflejo de tu batalla del peso que deforma una boca abierta que despega.
Gritos etéreos - Poesía / 25
Daniel Irineo irineo_md@hotmail.com
1ª ORACIÓN A CATEDRAL mi mano devana tiene astillas llaga cavila su filo sobrelasangre -clavo el golpe a tu cuerpocreo señor en el hambre que demora la bibliacreo señor en la vigilia de mar agonía del eremita hiero tu pecho con la espiga de mañana pandeagua descalza
2ª ORACIÓN A CATEDRAL la escena permanece fija en el estribo del tiempo somos el hueco
Gritos etéreos - Poesía / 26
de la herida que el cuchillo no deja ruego de gotas r i e l a n -sepultura de mar astillas de carne desmienten denuedos del Gólgota mudo el verbo la ceniza sehizombre
YERMA bajo el resuello de tu sal respiré pasto vuelve la eternidad de sol a un huerto que se hizo tierra tierra que el exilio de tus manos seca
Los verdaderos escritores son aquellos que quieren escribir, necesitan escribir, tienen que escribir Robert Penn Warren
Obituarios del silencio (Narrativa)
Obituarios del silencio - Narrativa / 28
Rolando Revagliatti revadans@yahoo.com.ar
Cuatrocientas
Ocurrirá hoy. Ojalá resulte memorable. Digna esta Mariela para ser “la cuatrocientas”. Tal vez se lo diga. Tal vez no pueda contenerme, y ya que se fue estableciendo circulación confesiva... Sí, si funciona como espero, después de serlo, sabrá que ha sido “mi cuatrocientas”. Bonita cifra para un gentilhombre anónimo que todavía tiene su arrastre manteniéndose en forma, sin fumar ni comer ni beber en exceso, haciendo gimnasia, en fin, cuidando, sin matarme, la salud y el aspecto. Tengo a quien salir: mi padre: ducho, un estilista. “El traje de confección de la monogamia”, sentenciaba mi madrastra, “nunca le sentó”. A ella tampoco: “mi número uno”. Yo estaba abombado, sin ganas de levantarme para ir al colegio. Me reanimó con su terapéutica, envalentonándome, mi emprendedora y experta madrecita, docente, brisa despejadora, contando yo doce años, cincuenta y seis meses antes de que mi viejo la rajara. Después desfilaron hasta concreciones copulativas las siguientes trescientas noventa y ocho. En realidad, descartando a las que no me concedieron chance reivindicatoria tras haberme sobrevenido I. D. O. P. (indeseabilísimas dificultades operativas persistentes), en primeras encamadas. Ésas (minas jodidas) se me quedaron (no podría ser de otro modo) atravesadas. Fueron siete. No figuran en mi lista. Lista que fui conformando desde pichón, con seriedad: nombres, apellido, seudónimo, edad o edad aproximada, lugar de nacimiento, estado civil, señas particulares, actividad laboral y/o estudiantil, cantidad de hijos y otros datos familiares interesantes, instancias de la erótica, observaciones. No sumo tampoco a las veintitrés yirantas. Sólo a las que lo hicieron conmigo por amor o antojo. Con añosas fue siempre mi debilidad, mi propensión, lo más excitante. Con la única que logré eyacular siete veces en un mismo viaje carnal había una distancia de cuatro décadas. Yo andaba en mi apogeo gonadal. Fue
Obituarios del silencio - Narrativa / 29
cuando decidí no entrar a la universidad por más que me tiraba arquitectura. Algunas obtendrían resonancia pública: Julia Zabriurdián Nilsse como ensayista, periodista y empresaria: la traté cuando ella concluía el colegio secundario; Ivonne Iris Barnichitsi como especialista en esterilidad; Zoé como modelo y actriz. A otras las conocí ya notorias. “La cien” no fue comunicada de su ubicación en mi lista, pero a “la doscientas” se lo dije, la platinada señora de Szterenbirgt. La divirtió el honor. Me regaló un reloj carísimo y me rogó que la retribuyera con un recuerdo. Le obsequié un corpiño rosa, bordado, muy fino, que habían dejado debajo de mi almohada. Le quedó perfecto, no tuvo escrúpulos, y le produjo un recóndito regocijo: así es de fascinante el alma femenina. En cambio, “la trescientas” lo tomó pésimo, y además, no me creyó. La pobre chica carecía de humor. Acaso no valga la pena correr ese albur con ésta de hoy. A ésta de hoy me agradaría volver a verla, así, cada tanto, añadirla a quienes en la actualidad ya tengo en danza, llamarla para cuando me deprimo, para cuando se me arma un bache, para cuando agonizo en la estacada. Si sigo dándome máquina, soné. Mejor voy vistiéndome y rumbeo para la casa de Mariela, que a las nueve se largan los papis a Chubut y queda como única ama de la vivienda y de mi palpitar, esa cosita que estoy más impaciente que la puta que me parió, como si me estuviera por estrenar; como si no hubiera llegado a fifar con cinco pares de hermanas; como si nunca hubiese concertado citas (o arrebatado números telefónicos) con diez u once mujeres un sábado desde el crepúsculo hasta las dos de la mañana, siendo yo un pintón y rápido veinteañero; como si nunca me hubiese acostado por primera vez hasta con cuatro en una misma semana; como si jamás lo hubiera hecho, como por turnos, con tres en un lapso de veinticuatro horas; como si me fuera a casar con Mariela o con cualquier otra; como si estuvieran por donarme la Cordillera de los Andes en reconocimiento a mi vigencia en el arte amatorio; como si hoy me certificaran, y con la firma de Dios autenticada por peritos calígrafos, que no volveré a sufrir, ni a sobresaltarme, ni a padecer ataques de desasosiego o asma; como si, precisa e ineludiblemente hoy, después de las nueve de esta mañana de invierno y en domingo lluvioso, fueran a ungirme con algún otro sentido para mi vida de soltero alienado.
Obituarios del silencio - Narrativa / 30
Peregrina Varela auroritadelsol@gmail.com
Bonito no puede estar feo
Ombligos de Venus… los conocí, parecen cactus sin pinchos, de ahí no sale la miel, pero que bonitos son, ombliguitos verdes, de grupo en grupo divididos, gruesitos y con textura y sin picarme. Son buenos, dulces y agradables, los conocí en el monte de san Pedro, quien me diera volver a verlos para contar sus hojitas. Miel de arena y mar salada, miel sin penas, miel del alma, miel que te quiero miel. Y yo sigo rezando… Dios, que haya algo mejor para mí, que algo mejor me suceda, que el tarrito de miel azul bienvenidito sea. Pero que algo mejor haya que me saque de las penas. Pero que la miel no se acabe aunque lo demás, no sea. No hay nadie bueno en el mundo… todo perturba la paz, todo es caer en terrenos que no se pueden pisar. No hay nadie bueno, no hay. No hay sentimientos puros con los que lograr amar, no hay amor en seres vivos, sólo interés y maldad. No hay nadie bueno en el mundo, en la faz terrenal. Si malogran mi destino y no me dejan respirar, no hay nada bueno, no hay. El mundo está podrido, mucho vicio, poco aguante, poca bondad cosechada, poca boquita rosada que nada dice más que HOLA, y yo no sé si soy rosa o amarilla o caprichosa. Y yo no sé si soy diosa o Eugenia u otra cosa. Considero que soy nadie, considero valgo nada. Considero la distancia y no hay luz ni fragancia. No hay nada valioso ni otra cosa. Y sigo aquí viendo el viento y la distancia que me separa del sol… y las estrellas en el cielo de hielo que saben cantar, fumar, hablar, engañarme, que se han dejado llevar por los que la muerte conocen y no se entristecen, que orgullo sienten de su condición… y él… que nunca me ha besado, no lo hará ya. Están advertidos… no puedo desaparecer, morir, no puedo ser ignorada en medio de la victoria, la desdicha del ser, quienes han sabido dar muerte, no me perdonarán la vida… están advertidos, uno a uno, unos a los otros… inmensamente advertidos.
Obituarios del silencio - Narrativa / 31
Soy inocente, no tiene que pasarme nada ya que inmensamente vuelo y no vuelvo, vuelo al viento, a las olas…a la luz que me cura y podré sentir a Dios conmigo. Una fuerza positiva y no negativa, enaltecedora y no arrolladora, en vigor, en plenitud, en armonía, en soltura, en concordancia, en altura, en locura, en mayoría, en asamblea, en luz y sombra en tempestad. Te hablo de cosas mías, de situaciones vividas por algunos amigos y de poesía. Aunque me gustaría hablarte de Bonito. Este es un perrito triste por que está atado con una cadena. Lo primero que me viene a la mente es que me gustaría adoptarlo y darle todo mi amor, un cariño que, sin duda, allí no recibe. Me lo imagino de color marrón y muy bueno y obediente, también creo que está muy cansado de vivir de esa manera y que desearía poder correr por los campos y que lo pasearan por diferentes ciudades para que hiciera turismo. Sin dudarlo pienso que lo está pasando mal. Esa casa no es la apropiada, aunque las he visto peores. Yo desearía para ese perrito una casa de mayor tamaño y con calefacción, y que de noche para que no tuviera miedo durmiera en la habitación de su amo, que no me importaría ser yo. El paso está prohibido, pero yo me pregunto, ¿quién querrá atravesar aquella puerta?... yo, no. Yo solamente quisiera llevármelo conmigo, aunque mi piso quizás se le quedaría un poco pequeño, después de todo es un perrito grande y necesita espacio, aunque sobretodo, considero que necesita amor y libertad. Estando atado, si le atacan no podría defenderse bien, le harían daño, no correría demasiado lejos. Yo quisiera atravesar las puertas de hierro y llegar a los corazones de los que tienen a esos perros amarrados día y noche. Yo le llamaría "Bonito". Mi bonito es una maravilla, es un perro que agradecería una mano que cogiese esa cadena y lo subiese a un coche para dar una vueltecita por el pueblo. Mi bonito no está siendo feliz y a mí me está doliendo el alma, se me va la vida cuando le veo... pero no debe sufrir pues necesito seguir respirando para rescatarle, a él o a otros que están como él. Para luchar por ellos, porque se le reconozcan sus derechos, para que se les trate con dignidad. Me gustaría poner el collar de su cuello a su dueño o dueña y dejarle allí día y noche para ver como día a día se iba deteriorando. Yo sueño con cambiar su carita de pena por una carita de gloria... con ser su ilusión cada día... con que me venga a despertar por las mañanas, con comprarle las mejores croquetas del mercado... yo sueño con verle más gordito y peinado... yo sueño con verle correr libre por un campo de amapolas... yo sueño con verle libre y feliz. Yo desearía poder ayudarle... desearía decirle que corra, que es mejor cualquier cosa que una cadena al
Obituarios del silencio - Narrativa / 32
cuello. Yo desearía besarle y acariciarle, cuidarle, encontrarle algunos amigos para ir al parque. Bonito se está poniendo feo... un perro tan bonito no puede estar así, ni que sea bonito ni feo. Es un ser vivo. Es un ser que sufre si le hacen daño. Hay que cambiar su historia y con ello “la historia”. Hay que propiciarle un futuro mejor. Hay que robárselo al dueño y luego enviarle una carta en la que se le diga: es usted una mala persona, se pudrirá en las llamas del infierno, un infierno similar al que dio por vida a su noble animal. Puede que le hayan dejado allí abandonado... que ya no sea de nadie. Entonces será mío, no creo que el conductor del camión que está detrás de él lo quiera tener por mascota... no sé si el sería feliz con su vida en la carretera un día tras otro, sintiéndose mareado por los largos viajes. Quizá su felicidad esté en una vida tranquila y en viajes más cortos, quizás tenga ya demasiados años para tener por dueño un camionero. Lo mejor para Bonito es una vida con una verdadera familia, en un chalet con jardín y árboles de varios tipos. Bonito se merece ser feliz. Bonito se merece que le quieran. Bonito se merece dormir caliente por las noches. Bonito necesita pasear y moverse. Bonito necesita mejor alimentación. Bonito se merece una casa estupenda. Bonito se merece tener una cara alegre. Bonito se merece muchos besos y abrazos. Necesita con urgencia que se lo lleven de allí. Yo deseo ser su ladrona. Pero no sería un robo, sería una caridad, es una necesidad muy grande sacarle de ese triste sitio en que se encuentra. Busco a personas que piensen como yo, busco aliados en esta gran lucha. Te estoy buscando a ti... sí, a ti que estás tirado en ese sofá no sabiendo que hacer con tu vida, a ti que eres sólo un pobre contemplador de tristes situaciones pero que eres incapaz de mover un dedo para cambiarlas. Ahora tenemos porque luchar. El paso no puede estar prohibido para sacarle de ahí. Para ello hay que dar los pasos que sean necesarios y atravesar cualquier puerta o ventana. Bonito nos está dando la oportunidad de ser realmente importantes, de adoptarle y quererle, de cuidarle y protegerle. Quizás si no lo hagamos pronto se muera de pena o de hambre, lo muerdan otros perros, se olviden de darle de comer y beber, quizás si no lo hacemos pronto, pronto será demasiado tarde.
Obituarios del silencio - Narrativa / 33
Andrea Zurlo andrea.zurlo09@gmail.com
Pane Nostrum
El ruido de los disparos la persiguió como perro rabioso mordiéndole los talones. Se refugió detrás de una pared, doblando una esquina. El sudor formaba caminos brillantes sobre su piel pálida y se helaba en contacto con el frío intenso del aire tieso y lleno de premoniciones. ¿Cuándo comenzó la debacle? ¿En qué instante preciso se confundió el cielo con la tierra? Se sentó sobre el suelo y lloriqueó. Su familia fue de las últimas en convencerse de que esta vez no sería igual que las anteriores e intentaron abandonar el caos a último momento. Su padre insistía en que no llegarían a tanto, hasta que se encontró con una horda de gente invadiendo la urbanización residencial donde vivían, guiados por un cabecilla que los incitaba a saquear y destruir las casas al grito de “El pan es nuestro”. Ella estaba retornando a su casa cuando se enteró de lo sucedido, su padre le advirtió por teléfono que no regresara, ya la rescatarían. La ciudad quedó dividida por la mitad y, por algunas razones genéticas de mala suerte, ella fue la única que quedó del lado equivocado, mientras que el resto de su familia se refugió en la mitad que el ejército protegía contra las bandas de asaltadores famélicos, contra esas personas condenadas a una pobreza perenne que heredaban como si fuera un mal incurable. Con el terror anidado en sus vísceras, pasó dos noches oculta detrás de pilas humeantes de objetos irreconocibles y de neumáticos quemados por las “bandas de marginados”, como les llamaban en los noticiarios. Se arrastró por el suelo para ensuciarse y arruinarse las ropas, así sus ropas a la moda pasaban desapercibidas. El hambre y el miedo la obligaron a salir de su escondite, la batería descargada de su móvil decretó su aislamiento definitivo y la muerte de su esperanza de ser rescatada. Sin más opciones, se unió a un grupo de
Obituarios del silencio - Narrativa / 34
personas que formaban el séquito de un Predicador flaco, feo y desprejuiciado, un revolucionario sin revolución que oraba al “Pane nostrum” y sermoneaba sobre la venida de la guerra del pan y la liberación de los pobres de la opresión de los ricos, para deslizarse en la opresión de los mismos pobres. Los hombres adoran las castas. Armados con palos y algunos con cuchillos, formaban grupos de seis personas y arrasaban con lo que quedaba del saqueo anterior, ante las miradas incrédulas de quienes ya nada poseían, en un círculo vicioso destinado a imponer la pobreza y la inercia, paralizando la posibilidad de aspirar a salir de esa mugre y degradación. Nos amoldamos a todo, piensa ella procurando hilvanar palabras para no embrutecerse definitivamente, para distinguirse de las bandas de forajidos, cultivando en secreto su aversión hacia la obediencia ciega al Predicador de desgracias, guardando entre algodones el sueño de superar la frontera y escapar de esa pesadilla. “Ábaco, Abolengo, Acacia, Bacterias, Balas, Balacera…Tiroteo”. Las palabras la devolvían a la realidad, las balas rajaban la oscuridad con estelas de luz roja. La noche era un desvelo largo. Aún debía acostumbrarse a su nueva condición de pobre, el estómago vacío le producía una mueca de dolor cada vez que sus tripas gruñían. Yo no soy así, se dice recitando en un Rosario “Aristóteles, Aristófanes, Nietsche, Platón, Sócrates…”. El Predicador instaba a conquistar nuevos barrios cuando el pan se acababa, debían seguir luchando contra los ricos, vengarse. La masa humana avanzó por las calles, la arrastraban y ella, debilitada, no conseguía oponerse. Un niño abandonado y cubierto de mugre, igual que todos los demás, la tomó de la mano. Ella los oía gritar “¡El pan es nuestro!”, mientras recitaba para sus adentros “Baudelaire, Balzac, Byron, Borges…”. ¿Para qué le servía? El vidrio de las puertas del hipermercado explotó cediendo a los golpes. Nada ni nadie los detuvo. En pocos instantes la gente ya huía cargando comida, televisores, electrodomésticos, carne para los hijos, alimentos para los perros… Ella se encontró huyendo conducida siempre de la mano por su nuevo acompañante, ambos llevaban una larga barra de pan bajo el brazo y una botella de leche en la mano. Se miraron sonriendo por un instante y empezaron a correr en medio de la marea de gente espantada por la llegada de la policía. Fue entonces cuando ella dejó de hilvanar palabras, uniéndose con su nuevo amigo al coro general: “Pane nostrum”.
Obituarios del silencio - Narrativa / 35
Roger Alexander Román de la Cruz roger_23_03@hotmail.com
Pequeña
Pequeña, contigo los problemas no se inician cuando mientes, sino cuando dices la verdad. Cuando fijas la mirada en algún punto que, según tú, es más oscuro de lo normal. Me señalas aquel rincón en penumbras y yo sólo atino a preguntarte qué te han hecho las sombras, porqué no las dejas en paz, y te pido, te repito, que les permitas dormir tranquilas y vuelvas conmigo. Entonces la bofetada de todos los días se hace más seca y sonora que de costumbre, y el dolor más intenso por supuesto. Yo me quedo con una marca encendida con la forma de tus dedos en la mejilla y tú te devuelves a tus sueños tan apaciblemente que termino convencido de que aquello fue tu beso de las buenas noches. O debería decir “de las malas noches”, mis noches de insomnio, tus noches de recaída. Sólo en noches como esa me atrevo a tocarte. Y mientras recorro tu cuerpo con las yemas de mis dedos, te pido perdón por hacerte esas bromas, por no tomarte en serio y por estar tocándote mientras duermes. Pero como siempre el amanecer me atrapa a mitad del camino. Suena el despertador. Salto del susto y de un golpe aplasto el cacarear del maldito aparato. El silencio que ahora escucho es nuevo. El anterior, el de la noche, aquel silencio húmedo y cálido, aquel que te hace girar de incomodidad, apretándome, pateándome, y sepultándome a tu gusto, se ha ido. Ahora el silencio nos llama a levantarnos a la vez que el viento fresco nos obliga a agazaparnos entre las sábanas en busca del último resquicio de calor. Estamos a merced de esta lucha, del forcejeo entre dos fieras que nos están dispuestas a irse sin su presa. Pero aquel silencio ruidoso es más fuerte y decidimos, mejor dicho, decido, zarpar hacia el comedor, a preparar el desayuno. A tientas, las plantas de mis pies buscan dónde aterrizar. El primer contacto, errado como siempre, de mi pie izquierdo en el piso, detona un escalofrío, la mordida del frio, el presentimiento helado que sube por
Obituarios del silencio - Narrativa / 36
mis piernas y recorre mi espina dorsal. La piel se me eriza y me quedo paralizado, esperando que el veneno se diluya. Como siempre, te has dado cuenta y sueltas una risita complacida, tu primera señal de vida de la mañana. Me calzo las pantuflas en un segundo intento, respondo la risita con un gruñido y camino a paso adormilado hacia la cocina, sin voltear a mirarte. Pero con el rabillo del ojo contemplo tu contemplarme, tus ojos risueños esbozando una sonrisa lánguida que se pierde entre el cariño y el bostezo; tu boca, una línea sinuosa coronada de pétalos rojos que me mira y se disuelve por dentro. Ya va a ser la hora de ir al colegio. Nos sentamos uno frente al otro, damos las gracias musitando una oración y empezamos a comer. No me canso de mirarte, tengo el asiento de primera fila pare este espectáculo: la escena espeluznante y divertida de verte atragantándote con lo que tienes en frente. Pero observo también que no te has peinado, que de tus ojos asoman las legañas y que aun estas en ropa interior. Y te resondro, te repito a gritos que te bañes, que te peines, que te vistas, que tomes tus pastillas, que ya se hace tarde, que siempre me haces esto, que pareces una niña… Es entonces que te echas a llorar, me acusas de ser malo, de no comprenderte, de no saber cuidarte. Y como siempre no me queda otra que disculparme, para luego bañarte, peinarte y vestirte yo mismo. Solo para que después tenga que volver a batallar contra ti para darte de tomar la medicina. Las pastillas rojas, las azules y blancas que tanto odias, las que tienes que tomar cada ocho horas, las que te hacen vomitar, las que no quieres volver a tomar. Las que algún día, cuando me acosen mis propias sombras, también me recetarán. Pero sabes, pequeña bandida, que todo lo hago con mucho agrado, que participaría en esta obra teatral toda mi vida sólo para verte sonreír al final de cada acto, de cada día. Y aunque la verdad, esas sombras que nos esperan al anochecer, y el dolor nos acosen cuando sea la hora de partir, podremos, como siempre, seguir actuando. Será el momento de ir de la mano hasta la puerta del colegio y de despedirnos con un beso en la mejilla que nos deja frustrados. Y mientras yo me pierdo entre el bullicio de mis compañeros de clase y tú entre las madres que preparan la fiesta de promoción de sus hijos, sabremos que la única verdad es la nuestra.
Obituarios del silencio - Narrativa / 37
Fernando Morote fe_morote@yahoo.com
Box Populi
Ellas simplemente no lo pueden creer. -¿Tan grave es la cosa? –pregunta Celeste. Argentina es una dama. Reprime con elegancia una risotada mordaz. -No todo el mundo pasa media hora arrodillado en el confesionario comenta. -¿Entonces? –insiste Celeste. -Si quieren, mejor regresen a la casa -ofrezco. -¿Tanto te vas a demorar? -Puede ser un poco largo. Nunca he hecho esto antes. El tumulto dentro del templo empieza a formar una extensa fila mientras los acólitos disponen el anda y la cruz. Una multitud de velos y mantas negras comienza a agruparse alrededor de nosotros. El incienso invade el ambiente con ese olor típico que irrita la nariz pero que por un enigmático motivo acaricia el espíritu. -Con toda esta gente no vas a poder rezar tranquilo –apunta Celeste. -No, si no tengo que rezar. Argentina frunce el ceño. Es obvio que abriga una sospecha. -Benito, dime la verdad –coacta mi mujer- ¡Qué penitencia te ha dado el cura! -¡Baja la voz, hijita! –susurra Argentina, codeando las costillas de Celeste. En ese momento pasa cerca de nosotros el padre Napoleón. Todos le dicen Loco Frío. Las vecinas del edificio donde vivimos sostienen que se debe a su piel pálida, su cabeza poblada por una jungla de cabellos negros, largos y desordenados que le cubren la cara, y sus manos siempre heladas. Es el mismo sacerdote que escucha mi acto de reconciliación minutos antes de iniciar la misa. -¿Te masturbas, hijo? –pregunta con insistencia.
Obituarios del silencio - Narrativa / 38
-Padre, a veces no me puedo contener… -Pero dime, hijo ¿te masturbas? ¿te masturbas? Ignoro los secretos móviles de sus ansiosas inquisiciones, pero su afilada nariz da la sensación de penetrar la ventanilla del confesionario. -Va a haber una procesión –declaro por fin. Mi suegra hace un esfuerzo digno por mantener la discreción. -Dónde –increpa Celeste. -Aquí, dentro de la iglesia. -Es el vía crucis, hija -explica Argentina. -Benito, esta vez te pasaste. Sólo se me ocurre adoptar la pose de un atribulado católico arrepentido. -¡Cómo serán tus pecados, carajo! –exclama mi mujer-. No quiero ni que me cuentes. -Hija, mejor vamos a la casa –sugiere Argentina- Estos recorridos pueden durar bastante y mira la cantidad de gente que hay. Liberadas del yugo, Celeste y Argentina deciden retirarse. Sólo Dios sabe por qué a solas puedo funcionar mejor. La penitencia termina siendo un privilegio para mí. -La soledad es el remedio de los fuertes y la desesperación de los débiles –enuncia el padre Napoleón en la primera estación preliminar. La experiencia de transitar el camino doloroso de Jesús deviene en un proceso de purificación personal. Durante la misa siempre pienso que la homilía es el plato de fondo y el resto del rito sólo la ensalada que lo acompaña. Esto es diferente. Veo claramente cómo yo también soy condenado a muerte y cargo mi propia cruz a causa de mis faltas. Caigo, me levanto y vuelvo a caer. Acudo a mi madre en busca de consuelo. Amigos, familiares y desconocidos ayudan a limpiar mi espíritu. Sigo levantándome tras una nueva caída. Soy despojado de mis ataduras. Muero crucificado. Y resucito a una nueva vida. Los fieles armados de tambores, cornetas, bombos, faroles y velitas misioneras susurran rezos interminables en mis oídos. El padre Napoleón acomete en la novena estación: -Dios quiere mirar cómo respondemos ante una situación difícil. Si la respuesta es la fe y la perseverancia, todo marchará bien. El sonido de la carraca indica al séquito que debe detenerse. Las llamas emanando de los cirios iluminan mis reflexiones. El padre Napoleón ajusta sobre su tabique la montura parchada de sus lentes poto de botella. Estamos en la decimosegunda estación: -Ésta es mi orden: Sé valiente y ten ánimo; no tiembles ni tengas miedo: Yavé tu Dios está contigo adondequiera que tú vayas. No es casualidad escuchar mi oración favorita en un momento como
Obituarios del silencio - Narrativa / 39
éste. La necesidad de un drástico, dramático, radical, sustancial y agresivo cambio en mi vida se hace insoslayable. Lágrimas desconsoladas y desgarradoras demostraciones de gratitud azotan mi corazón. Retorno a casa envuelto en una nube de fervor religioso. Encuentro a Celeste dormida. El trayecto desde los cuarteles generales de Caifás, Pilatos y Herodes hasta la cima del Monte Calvario ha sido agotador. Mejor aún: conmovedor. Sin despertarla, me inclino para darle un beso en la frente. En silencio reúno mis pertenencias, que no son muchas, y abandono el hogar. Estoy decidido a no regresar. Sé que eso es lo que ella ha estado esperando -y por lo que ha estado orando- desde hace mucho tiempo. Soy el tipo de hombre que hace más feliz a su familia estando lejos de ella.
Obituarios del silencio - Narrativa / 40
Álvaro Valderas alvaro.valderas@yahoo.es
La torre
Cómo podríais perdonarnos los ausentes que no pensáramos ya en vosotros: nos comería la culpa si lo hiciéramos. Los de este pueblo tan chiquito que somos la familia —invento a mis acompañantes— hemos construido un gran salón donde reunirnos y que llenar de voces que te nombren; encima de él, una biblioteca llena de volúmenes que escribimos nosotros mismos con los recuerdos; en el tercer piso está la habitación de juegos, con una güija central en la que hacemos como que nos purgamos desprendiéndonos cada cual de sus fantasmas; en el cuarto hay un laberinto que siempre y solo llega hasta tu imagen, y del cual no se puede salir; el quinto lo ocupa un pasillo cubierto con espejos que nos reflejan y nos atemorizan; en el sexto no hay nada, ni silencio, y acudimos a él cuando la pena se vuelve excesiva para sobrellevarla; y en el séptimo estás tú, de alguna manera. No tuvimos hijos, y he debido levantar yo solo esta torre que recorro cada día: con trocitos de alma y lo que me queda de vida la he alzado, sobre tu tumba, para ayudarme a retenerte.
El hombre nace libre, responsable y sin excusas. Jean Paul Sartre
OrĂĄculos de arena (Ensayos y artĂculos)
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 42
Enrique Lihn vs la caja idiota Daniel Rojas Pachas Profesor de Literatura egresado de la Universidad de Tarapacá carrollera@hotmail.com
E
n esta oportunidad he querido intervenir el poema de Lihn titulado T.V, el texto corresponde al libro “A partir de Manhattan” publicado en Chile en 1979, por tanto está fuertemente influenciado por el viaje que el autor realizara un año antes a Nueva York, gracias a la beca Guggenheim que se adjudicó durante el 78 y aunque posteriormente el poeta volvería a Norteamérica, este poemario en la tradición dialogante de su obra en torno al viaje, refleja con nitidez y desde el título, una serie de sentimientos e impresiones disímiles que se conjugan producto de su significativa estancia en la gran manzana: nostalgia, extrañamiento, apabullante
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 43
duda, proyección ante una desconocida realidad, aislamiento ante lo moderno y soledad producto de la decepción que genera el nuevo sitio, lo cual afecta al poeta hasta en sus mínimas diferencias y no menos extrañas similitudes. Por tanto, dentro del grueso de poemas que conforman este poemario, T.V resulta una certera y crítica mirada, casi podríamos decir un profético recorrido por los albores de la década del 80 (estamos hablando ya casi de 30 años de vigencia) con respecto a ese otro U.S.A que mira y afecta a muchas naciones y sus habitantes con su política, costumbres e ideología. Para analizar este poema me centraré en una sola idea “el fuego”, postulado que se bifurca polisémicamente, esto quiere decir que el autor conjuga una serie de visiones disímiles o posibilidades para el lector, estrictamente tres, puede que hayan más, la poesía siempre deja campo abierto en función de la enciclopedia del lector y siempre el autor dice más o menos de lo que anhela, de cualquier forma señalaré las tres que yo en mi lectura considero: primero hogar, luego fuego como energía y elemento natural y finalmente consumo que a su vez se refiere al término económico de gastar y por ende consumismo y desde luego al efecto básico del fuego al reducir los cuerpos. Todo desde un solo centro, de manera que Lihn desde un tallo único extiende un racimo de significados que operan connotativamente. El poeta vincula como ya señale tres campos semánticos o tres familias de significados, a través de la repetición de un único conjunto de palabras fácilmente asimilables bajo la idea general de fuego: Fuego, llama, horno crematorio, abrasan, extinción, reducidos y arder. Todas estas tienen una fuerte preeminencia en el poema (están marcadas con negrita) y son manifestaciones del elemento ígneo. Uno de los tres significados, quizá el más directo, es la influencia de este elemento al destruir los cuerpos o tornarlos cenizas, de ese modo tenemos una idea de consumo pero qué hay de las otras dos, consumo como estilo o sistema económico de mercado y el otro significado propuesto, quizá el más rebuscado en apariencia: hogar.
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 44
Partamos con el primer verso “Como los primitivos junto al fuego el rebaño se arremansa atomizado”. Este nos presenta la idea de fuego como energía natural remontándonos al descubrimiento que hicieron nuestros primitivos antepasados, bajo esta misma idea, el fuego como elemento natural nace la connotación de hogar, la que posteriormente se reforzará en el resto del poema y que parecía tan alejada en principio. ¿Y por qué hogar?, porque la palabra hogar deviene de hoguera, lugar donde se prendía el fuego, así también el vocablo lar que significa hogar, era para los romanos el espacio para atizar el fuego, por extensión se llama casa al hogar, por ser el lugar de reunión de la familia en torno a una chimenea o caldero. Y es que el fuego para los primeros hombres fue el mayor medio de asentamiento. Les otorgó cobijo y protección contra el frió, los apartó de las inclemencias de la oscuridad, la noche y el peligro de las bestias, el fuego fue como un Dios que proveía, abrigo y alimentos cocidos. Lihn retoma esa idea en este verso y el que sigue, pues señala que como los primitivos ante el fuego, las familias de hoy se reúnen pero en una situación contradictoria, no como individuos sino como masa, como rebaño, lo cual conlleva una carga peyorativa, pues están cuasihipnotizados, dirigidos y peor aún, él señala “atomizados”, eso quiere decir como una masa dispersa, ambiguo pero posible, pues es una masa que fragmenta al individuo que aglutina pero no une, sólo son cuerpos yuxtapuestos. Es un apelotonamiento de seres sin identidad, reunidos, pero ¿ante qué?, ¿ante el fuego? y ¿dónde están reunidos?, las respuestas llegan pronto al leer el segundo verso. “en la noche de las cincuenta estrellas, junto a la televisión en colores”. La noche de las cincuenta estrellas se refiere a la noche de Norteamérica, la bandera de estados unidos tiene cincuenta estrellas una por cada estado, así que Lihn se refiere a la noche de todos los estados federales del país del norte. Es una situación endémica, generalizada esta de los cuerpos sin identidad aglutinados ante el fuego, pero volvamos a ello, ¿a qué fuego? pues no es el fuego natural que en un comienzo nos anticipa Lihn. Se trata ciertamente de un elemento congregador aquel al que alude el poeta, y lleva sin duda a los hombres a reunirse de manera sedentaria, tal como los antepasados, sólo que bajo otras condiciones. La energía es ahora artificial, es eléctrica y en específico lo que los aglutina
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 45
es un producto de esa energía, mecanismo que significa el advenimiento de la modernidad y los medios de masas, se trata de la televisión o T.V a colores. Este punto nos lleva a los tres versos siguientes “De esa llama sólo se salvan los cuerpos/ En cada hogar una familia a medio elaborar clava sus ojos de vidrio/ en el pequeño horno crematorio donde se abrasan los sueños”. Estos versos contienen tres palabras nuevamente relacionadas con el fuego, llama, horno crematorio y abrasar, de quemarse en las brasas, lo cual nos remite hacia atrás, a la condición de aquel rebaño, a su cualidad de pulverizados, de atomizados por la caja idiota, lo que a su vez implica el tercer campo semántico: el consumo, pues ya revisamos, el hogar y el fuego como energía natural y su par opositivo, la metáfora que Lihn hace con la T.V como energía artificial. El consumo se presenta entonces en estos versos en un sentido alegórico, pues bien sabemos que el fuego es una de las fuerzas más poderosas de la naturaleza, capaz de destruir un cuerpo en segundos, de reducirlo pero qué hay de la energía artificial, ¿la televisión tiene ese poder? y ¿qué afecta? Según Lihn lo tiene, pues señala que la televisión es un horno crematorio el cual produce un osario con las ilusiones, por ello afirma tajante que de esa llama que es la televisión ante la cual las familias o el rebaño sucumben, sólo queda intacto el cuerpo, el problema se vuelca entonces a la tradición metafísica del poeta, pues su hablante mira más allá del consumo material, del desgaste del cuerpo, del sedentarismo, por ende se trata de la muerte del pensamiento, de la mente ante el bombardeo de imágenes, el consumo está entonces enfocado al poder convocador y dirigista de la televisión, parte integral de un sistema consumista de mercado, plástico, materialista e incluso imperial. Lo cual graciosamente podemos llevar de nuevo de la metáfora a lo tangible del fuego pensando en cómo este elemento natural destruye la materia y desde allí pensar una nueva metáfora, la de estas mentes y
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 46
cuerpos que se inmolan, que se sacrifican en el fuego corrosivo de la imagen, del producto, del sistema y de la receta consumista de éxito, no por nada el poeta coloca esa idea de hipnosis en la descripción que realiza su hablante al decir “con los ojos clavados en el vidrio” y señalar en la frase que antecede “familias, grupos a medio elaborar”, se trata de personas incompletas, seres inconclusos, carentes, adolecen y por ello buscan suplir su necesidad con ayuda de la caja. Pero Lihn no queda allí, el siempre debe agregar un elemento mítico, universal, tomado de sus lecturas y su gran conocimiento de las artes y la cultura occidental. “La antiséptica caja de Pandora de la que brotan ofrecidos a la extinción del deseo meros objetos de consumo”. Quizá este verso puede parecer una frase perdida o forzada dentro de un poema que trata algo tan mundano como la televisión, sin embargo, no es casualidad que ambas sean cajas, cajas que contienen información que una vez abiertas o encendidas afectan al hombre y no hay vuelta atrás, ambas son cajas con sorpresas y son trampas de fines superiores, en el caso del mito de Epimeteo y Pandora se trata del poder de los olímpicos que querían vengarse de la astucia de los hombres representados por Prometeo, el hermano sabio de Epimeteo casado con Pandora. En el caso del poema T.V se trata de otras fuerzas, los consorcios, las universidades, el estado, los privados que son dueños de los canales, de la programación de eso que paradójicamente se llama parrilla programática, otra alusión al fuego, a las brasas, al consumo. La idea de Lihn entonces es revisitar intertextualmente a Prometeo que es todo lo contrario a su hermano, el poeta introduce a esta figura mítica como un contraste pues Epimeteo es cobarde, débil, insensato, es el prototipo del usuario televisivo que se deja engatusar por los infomerciales, por la idea de belleza prefabricada, Pandora, creada por Hefestos para deslumbrarlo, en cambio Prometeo es aquel que vive en busca del conocimiento, el eterno buscador de interrogantes que se revela a los dioses y los poderes fácticos, es el autodidacta por antonomasia, aquel a los que temen los poderes y los medios y aquel que
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 47
queda en la periferia o lo encadenan pues a alguien con ese perfil, no pueden conminarlo con su programación, es inmune a sus mecanismos y por ende peligroso. En definitiva Lihn pone el mito para ponderar a los tipos de hombres que hay y también porque una vez abierta por curiosidad la caja de Pandora, se escapan todos los males del mundo. En este apartado debo recalcar que Lihn difícilmente es un moralista, por tanto no considera el tema de la T.V, el consumo y la influencia que tiene el medio sobre los hombres en términos de blanco y negro, bueno o malo, sin embargo es un crítico duro de una sociedad disgregada como aquella que vio en ese tiempo, los 80 (pensemos que pronto aparecería MTV, el rey del pop, la chica material y el boom del merchandising de Star wars ya era prueba infalible de todo un engranaje de consumo). Muy similar a lo que vivimos hoy como nuestra rutina y con lo mayor naturalidad pues está asumido. De forma que vivimos en un mundo relativista y Estados Unidos siempre lo ha sido bajo su modelo de hacerse uno a sí mismo de cero, de ser la tierra de los sueños, las posibilidades y la libertad, pero es en este ultimo valor que reside como contraparte una mayor responsabilidad sobre todo ante la información, los medios y no sólo por quienes fijan la programación sino principalmente, por parte de los usuarios. De lo contrario estamos ante víctimas indefensas y desvalidas de aquella caja sucia, contaminada en la medida que libera todo lo imaginable, lo mejor y peor sin concesión para el receptor, por eso la frase de “ella brotan ofrecidos a la extinción del deseo meros objetos de consumo”, porque la televisión siempre venderá más allá de comunicar, pues para ser viable y solvente necesita patrocinadores, publicidad, apoyo financiero para transmitir. De ahí nace el siguiente verso, “en lugar de signos, marcas de fábrica” alusivo a la gran cantidad de productos o soluciones milagrosas que vende la T.V los infomerciales, los recetarios de felicidad, la autoayuda, las sectas milenarias, el horóscopo, la farándula el modelo de belleza y adecuación social, el discurso políticamente correcto, los matinales, el amarillismo, las noticias alarmistas que siembran miedo, y paranoia, todos son signos pero no abiertos a interpretación, son marcas que buscan un pensamiento automatizado como el del reduccionismo
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 48
lingüístico que Orwell platea en 1984. No quieren espacio para el discernimiento, marca y logotipo= éxito/placer, no marca = fracaso/ dolor y en esa misma instancia, Lihn pone en la palestra a uno de los personajes más arquetípicos de la televisión norteamericana y su estándar programático, el showman, que podemos visualizar desde Ed Sullivan a Jhonny Carson y luego Jay Leno o David Letterman con sus versiones criollas como Don Francisco o Morande, que juegan con la estupidez, la ignorancia y necesidad del publico o el concursante. Sin distinguir edades ridiculizan en un grotesco carnaval a las personas, lo que realza la idea de rebaño ante este pastor que dirige las conductas con un cuadro luminoso que dice aplauso… de manera que el público surumbático se para y grita como monos al ritmo del sonsonete de sus estrategias de director del circo. E ahí el poder de los últimos versos “Hombres y mujeres reducidos por el showman a su primera infancia/ ancianas investidas de indignidad infantil/ juegan en la pantalla que destaca sus expresiones inestables como la de las cosas en el momento de arder”. Ya no estamos ante sujetos sino objetos, producidos moldeados en serie, son mentes deformadas que gracias a intereses netamente bursátiles y plásticos son enviadas al horno e inmoladas por un fin superior, el dirigismo mercantil, el poder de los inversionistas y sus acciones. Lo cual da un sentido mayor a la frase atomizados, pues basta con recordar los 90, algo que Lihn no alcanzaría a ver pero que a grandes rasgos anticipa con su texto. Pensemos en la guerra del golfo, aquel simulacro televisado y que llevó a CNN a consagrarse como una de las cadenas más exitosas en la tarea por exponer la verdad, una verdad que sólo tiene asidero y valor en la medida que está en la pantalla y desde allí es transmitido a las retinas que pueden ahora, ver desde la comodidad de sus asientos como un átomo pulveriza al mundo en segundos. De manera que señalado por Lihn sobre la noche de las 50 estrellas es vigente y más aún, podemos replantearlo pensando en nosotros mismos y ya no solo en la T.V sino Internet, al visualizar como toda una generación ve resumida su infancia en un video de you tube que en menos de cinco minutos condensa las imágenes y sonidos de las series y
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 49
dibujos animados con que creció, la nostalgia y memorabilia circulante es abismal, el espíritu retro y vintage inmenso, y todo se conjuga a través del merchandising y las modas recicladas pues ahora la T.V no vende sólo existencias externas a sí misma sino que ejerce una función podríamos decir metaléptica pues rompe los niveles de realidad y se vende a sí misma, vende productos que ya transmitió y se autoexplica y presenta una problemática que se genera en el mismo medio para luego ser noticia, por tanto a nivel mundial vivimos una revolución e invasión mediática, somos parte de ese rebaño aunque nos duela admitirlo, estamos pulverizados, y el problema del lenguaje que Lihn plantea por ejemplo en otro poemas “Nunca salí del horroroso chile” ya no es una limitante pues esta cultura del consumo tiene los medios para traducir sus productos y medios de venta a los códigos de cada nación, por eso hoy la empanada se produce bajo los mismos mecanismos que una hamburguesa de MacDonalds y Condorito es parte de Microsoft. Lihn mismo está en you tube como curiosidad, al igual que Lira en cuánto vale el show y la mente y alma humana en ese proceso de mediocrización y manejo que pretende limitar la responsabilidad, juicio y voz, es un bombardeo de napalm diario en una noche de 50 estrellas que ya no son estrellas sino satélites que globalizan a aquellas masas divididas de antaño para llevarlas cantando y de la mano directo a un Auschwitz de las conciencias y voluntades.
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 50
Ante la ausencia de la ley Aproximación al micro cuento “Ante la Ley” de Franz Kafka John Fredy Vélez Díaz Licenciado en Filosofía Universidad de Antioquia Johnf.velez@gmail.com
Introducción
L
a ley tiene dos causas humanas y un origen divino. Esta progresión entre el derecho, el poder y la metafísica, recrea el mecanismo de fundamentación constitutivo de la Modernidad. La ley es el poder de la razón. Pero la razón no puede fundamentarse a sí misma. La crisis Nihilista se desata. El problema de los fundamentos inaugura una época posmoderna que crea una nueva esencia. La transparencia es la esencia de lo evidente. Es perpetración del irracionalismo de la razón al interior de la metafísica occidental. La ley es entonces la transparencia de la ausencia. La abdicación de un
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 51
principio absoluto en la matriz del caos que sustenta toda significación en el horizonte insoslayable del lenguaje. La escritura se convierte en cadáver de la ley. Su hedor es la ilusión vital de su existencia. El despojo que no oculta más que muestra su naturaleza inexpugnable. La ley no es causa pero si apariencia, que induce a pensar una razón superior inaccesible al ser humano que sustenta un poder absoluto. La ley se funda sobre el mito que ella misma crea, es el mito del mito, el juego que recrea su rito circular. La ausencia se hace presencia en la transparencia de la escritura. Escritura y ley se convierten en una única y misma cosa. La escritura es la ley, porque lo escrito, escrito está, dogma constitutivo de la civilización occidental, y no hay verdad más irrefutable que esta. La ley es pues el vacio esencial que alberga en la escritura la plenitud de su significado. “La buena escritura siempre es comprendida. Comprendida como aquello mismo que debía ser comprendido: en el interior de una naturaleza o de una ley natural, creada o no, pero pensada ante todo en una presencia eterna”. (Derrida, De la Gramatología, 2008). Kafka plantea el problema de la ausencia de la ley al interior de la presencia absoluta de la escritura. Esta presencia ausencia, que funda una realidad inédita, admite, sin contradicción, una doble hermenéutica, soportada en el ámbito de validez apriori del lenguaje. El clérigo cuenta a K. la historia del campesino que acude a la ley para encontrar su propio destino, en la revelación de la ausencia de la ley. El clérigo advierte de entrada a K. del doble engaño. La ley y la escritura representan la ausencia de lo que significan. Pero la una no es sin la otra, doble negación que la afirma. La escritura crea la ley de la ausencia de la ley. Instituye el simulacro que oculta su propia transparencia, cifrando en la claridad de la ausencia un enigma que es la sustancia de la ley. Las “palabras exactas de la escritura” (Kafka, 2010: 26), no engañan: son la verdad. El clérigo plantea a K. el problema de la verdad de la escritura, que funda la verdad de la ausencia de la ley. “En los escritos introductorios de la ley se habla de esta equivocación” (Kafka, 2010: 23). Cómo puede hablar la ley de la equivocación sin revelar con ello su propia ausencia. K. intenta múltiples hermenéuticas. El discurso
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 52
teológico y el discurso jurídico concurren en la ambivalencia del lenguaje: la ley de la escritura o la escritura de la ley. La ley de la palabra revelada del clérigo impone una verdad más allá del orden del discurso, al que apela el campesino para litigar sus demandas. La pregunta central por las condiciones de posibilidad de la constitución de la ley remite al ámbito originario de captación de la ley. En el mundo Griego, que está en el fundamento del nihilismo Kafkiano, las relaciones de poder, enclavados en el orden ontológico de la Moira, experimentan una ruptura radical a partir de un principio político, que se constituye en masa crítica en la pregunta ¿Qué es la ley? ¿Cuál es el origen y el contenido de la ley? El hombre griego se enfrenta al abismo del que había sido sustraído por la mitología, enfrascado ahora en el abismo de la escritura. La continuidad del mundo se interrumpe abruptamente. La universalidad se metamorfosea en el rostro de la incertidumbre, que insinúa tras la máscara una transparencia absoluta, que permite ver el asombro de Narciso ante el mutismo de su propio rostro. La verdad es contemplación. Logos. Recorte en el continuun del tiempo que por esta misma condición se aleja del fluir de los acontecimientos. Por tanto es de apariencia, al phatos del origen. El logos aprehende el aspecto diacrónico de la physis. La sospecha de que la naturaleza se comporta de manera previsible y constante, es fracturada por la pregunta que pretendía develar el enigma. Parménides en el poema del ser establece la oposición clásica del pensamiento: Doxa o Aleteica. La escritura es escenario dialéctico: Imagen. Origen. Rudimento. El mundo homogéneo del mito, se hace discurso metamórfico. La imagen puede multiplicarse en virtud de su condición analógica. La imagen torna a su opuesto en el círculo de repetición de la diferencia. El mito es metamorfosis en la transparencia de la imagen. La imagen oculta sus condiciones de posibilidad, remitiendo siempre a otro del cual la imagen es toda verdad. Un mito nunca afirma nada pero niega en principio. Ello significa sujeción a una nueva estructura del poder que presume instituirse a partir de este punto de ruptura. El nomoi, el logoi, es así mismo contingente, convencional y arbitraria. El problema de los límites de la propia auto constitución se impone como cuestión central. Para ello
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 53
se concibe el ágora como espacio no institucionalizado y neutral en el cual se pueda concebir toda posibilidad de establecer un principio íntimo de determinación de límite, anterior a toda representación o imagen, e incluso a toda repartición dualista del mundo. Y el ágora es condición de posibilidad de la escritura en cuanto hecho social. Se opera aquí el reconocimiento de una nueva profundidad que articula ser y escritura, verdad y ley, orden natural y orden divino (Castoriadis, 2006: 323). La conciencia se abisma sobre sí misma en el espacio y límite de su propia contemplación. Es el Kath´ hautó, de Platón. El “en sí mismo y según sí mismo”, encierra el reconocimiento de una universalidad. La igualdad es un vínculo de extrañezas, que encuentran la universalidad en la singularidad de la igualdad articular. La extrañeza del ser es la condición Universal. La igualdad es un vínculo de participación que entraña la universalidad en este reconocimiento recíproco. Para el mundo clásico la necesidad de un punto de referencia absoluto era impostergable e imperiosa. Este era la gran empresa de la escritura, la arquitectura fundamental del mundo. Pero la escritura debía ser sometida a los mecanismos de vigilancia y control del logos. La sincronía de la imagen invariable era interrogada por la diacronía del acontecimiento y el devenir en el ámbito de la construcción de la subjetividad clásica en la polis griega, en tanto repositorio semántico. Momento de inflexión coyuntural de la nomoi en cuanto instauración originaria. Lo que hay en juego es la posibilidad del simulacro, de la escritura, de la ley en cuanto código escrito. La puesta en escena. Si la condición de la ley es ser establecida, la pregunta fundamental es ¿puede la ley establecerse a sí misma? La respuesta perentoria es: el hombre es la medida de su propia ley. El portero nos induce a comprender este aserto al decir: “Aquí nadie más podía obtener admisión, porque esta entrada estaba destinada solo para ti”. (Kafka, 2010: 26). La escritura se establece a sí mismo como condición de su propia ley. El mito de si misma. El logos va más allá al establecerse como condición para el establecimiento de la ley y se hace ley del mito. La escritura se hace entonces posibilidad de resolución de la oposición. La escritura es el abismo abierto en el seno de la polis: Un abismo de otro abismo. La
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 54
ley a partir de la cual se instituye la polis bordea el abismo y refrena la reflexión de la polis, ante el temor y la amenaza de la caída. Es intento condenado de vender un puente sobre el abismo para atisbar sus secretos. La ley se finca en el ocultamiento del abismo que le es propio. Y es esta consciencia del abismo el fundamento de la ley, que fractura la dimensión mítica del pensamiento que sustenta el discurso teológico, imprimiendo un movimiento en la dirección del logos. El límite interno en la autoinstitución del nuevo orden de representación del mundo se establece a partir de la conciencia de la arbitrariedad, contingencia y convención de la ley en el abismo de su naturaleza propia. Nadie logra decir que es la ley pero la conciencia de esta imposibilidad es el principio de sí misma. La emergencia de la necesidad de un código que restablezca el orden del mundo, el equilibrio de la Moira, ante la ausencia del gran metarrelato que sucedió a la muerte de Dios, el olvido por la pregunta del ser y el conflicto de las Interpretaciones, puestos en la palestra pública para que den cuenta de algo que ello no son, de la carga semántica de un discurso que colapsó ante la inminencia de sus propias consecuencias. La escritura se hace chivo expiatorio. Cordero sacrificial en un rito que no es ya hermenéutica táctica del mito, sino condición patológica de la katarsis del logos. La polis, escritura cultural, se funda en la victima sacrificial de la ley, que se condena a sí misma para crea cultura. La reproducción diacrónica del rito garantiza la pervivencia sincrónica del sentido, en el acontecer de un simbolismo universalmente fundado en la extrañeza del ser que advierte la ilimitez de la significación. Se trata de un círculo hermenéutico en un sentido esencial. La pregunta se responde a sí misma. La consciencia es un círculo vicioso que encierra su propio abismo. La autoinstitución del sujeto al interior de la polis, se detiene en la conciencia del origen de la significación como representación. Se reconoce un punto de origen común entre logos y mitoí más allá de sí mismos. Y éste punto de referencia absoluto no logra ubicarse al interior o al exterior de ambas representaciones: Un punto interno de conexión con lo otro, o un punto externo de conexión con lo otro. La escritura, como espacio institucionalizado, se ofrece, paradójicamente, en ámbito de posibilidad no institucionalizada del ejercicio de la conciencia jurídica. La sola existencia de la escritura del espacio institucionalizado, se establece como contenido y principio de la ley, en tanto condición de posibilidad de auto institucionalización de la polis.
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 55
Platón desconfía de la escritura como vehículo de la verdad: “Por consiguiente, el que cree que deja establecido un arte en caracteres de escritura, y el que, recíprocamente, lo acoge pensando que será algo claro y firme porque está en caracteres escritos, es un perfecto ingenuo, y en realidad desconoce la predicación de Ammón, creyendo que los decires escritos son algo más que un medio para recordar aquello sobre lo que versa el escrito”. (Platón, Fedro, 1979: p. 882).
La posibilidad de un nuevo acceso a la comprensión a la cuestión de la ley está inscrita inevitablemente al interior del horizonte ontológico del lenguaje, como modo privilegiado de entendimiento, por cuanto constituye el modo de ser general del ser ahí. Con Heidegger, la naturaleza esencial del ser como lenguaje, es situada en un estadio anterior a la dualidad y la diferencia, que caracteriza el modo peculiar de aprehensión occidental. Estadio precontractual en el que el logos se expresa como dispositivo existenciario básico, regulando todo ejercicio de nominación y designación. El lenguaje comporta un orden propio. Su naturaleza es la ley que se inscribe en el ámbito de los fundamentos apriori del mundo. La tragedia de Edipo y el dilema de Antígona expresan la captación clásica del problema de la ley en el orden del logos. El campesino Kafkiano señala la honda inclinación de la naturaleza humana en la frase. “Si todos aspiran a la ley”, que al margen del contexto de significación particular, alude a un principio constitutivo de identidad, que está en la base sustancial del sujeto. La confluencia del concepto de destino “fatum”, con el concepto de ley “nomos”, establece una relación de implicación lógica, que configura la naturaleza sustancial del concepto ley. Hablamos de una identidad inmanente, de una unidad sustancial original. Esta relación se resuelve en el signo como unidad mínima de sentido. El discurso es entonces un lenguaje concebido en el seno del signo, que es la ley inmanente del ser. La presencia de la ausencia, la huella de un significante que camina en pos de sus pasos. La presencia de la ausencia. En “Ante la ley” Kafka ilustra plenamente el tránsito entre la presencia y la ausencia que expresa la ley de la escritura. El clérigo establece el primer momento de la presencia en la dualidad realidad e
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 56
ilusión. El clérigo alesiona a K. para que abandone su modo de ver ingenuo, vinculado al sentido común, y se instale en la realidad. Seguidamente el clérigo propone una distinción entre tabernáculo y tribunal, respecto a un modo de la realidad superior: libros, escritos, escritura. La moral teológica y la ética secular se expresan a través de la cultura. El clérigo pone en marcha la tramoya del simulacro, donde la presencia exhibe la multivocidad de sus significados, para vestir la ausencia del signo en el tablado del discurso. El clérigo pone en escena la ley instalándola en la realidad al lado del portero, convertido en predicado. La ley se antoja en esta imagen a una Atalaya inexpugnable, con puentes levados que resguardan un misterioso secreto, accesible acaso a caballeros medievales que buscan protección y abrigo luego de trasegar inhóspitos confines. La presencia se afirma aquí como horizonte, una dimensión óntica que alberga el acontecer histórico del devenir. Al espacio corresponde un tiempo, sin el cual la pregunta por la ley sería inconcebible. El clérigo dice al campesino que es posible entrar en la ley pero no ahora. Es la ley del tiempo de la ley, que imprime un modo temporal a la presencia. La posibilidad se entiende al interior de ésta relación como potencia aristotélica. El tiempo es la posibilidad que media entre la potencia y el acto de la ley. A la presencia de la ley concebida en el orden real, se añade una presencia en el orden jurídico. La prohibición. El portero advierte la curiosidad de K. que “se agacha para mirar al interior a través de la puerta”. La risa y la sentencia se expresan aquí como formas de la presencia inherentes al código de la ley. El clérigo ríe y sentencia en un registro que revela la ausencia de la ley en la contradicción de la expresión, porque es inconcebible reír y sentenciar a la vez, al pertenecer ambos actos a extremos opuestos de significación. La condición de portero enunciador puede liminal la cuestión, pero persiste el alejamiento que implica la prohibición: la oposición de un orden moral y un orden real: “Si tanto te atrae, intenta irrumpir a pesar de mi prohibición”. Estamos tentados aquí a entender la ley en el sentido Lacaniano de pre-escripción del deseo: la prostitución de la ley. La instauración del deseo a través de la descripción morbosa del delito mediante la escritura del código. La presencia de la ley encuentra su formulación categórica en la alusión indirecta al poder. El portero afirma: “Soy poderoso”. Doble
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 57
poder del que se invisten los comisarios: el poder real e inmediato y el poder simbólico. El símbolo desata una progresión indefinida y creciente que consuma en el reconocimiento por sí mismo de otro omnipotente e insoslayable. Es la ley del poder. La ausencia omnisciente que extrae toda su potencia de su naturaleza transparente. La ausencia que se transparenta es una presencia invisible. El clérigo intenta dar forma a esta percepción al referir que “incluso la mirada del tercero ni yo la alcanzo a soportar”. La ausencia es imposible de apreciar. No se puede ver aquello que no está presente. Sin embargo se puede intuir. Es la forma de la mirada interior, la intuición pura. Dada la acumulación de evidencias el campesino se ve obligado a reconocer la presencia de la ausencia de la ley, pero no lo acepta: “la ley debe ser accesible a todo el mundo y siempre” (Kafka, 2010:22). Apela a la estrategia del tiempo que adopta como la primera verdad de la ley. Se prepara para esperar. Tiene tiempo para observar y planifica. Sabe que no puede violar la ley del tiempo porque incurriría en un delito. No obstante la viola, al intentar sobornar al portero, al cual contempla embutido en su “abrigo de piel”, con su “gran nariz puntiaguda”, “la barba tártara, negra, escasa, larga” (Kafka, 2010:22). La cantidad de provisiones apremiaba acotar el protocolo. La vacuidad de la ley engullía toda dádiva. Polisemia del código que reforzaba la presencia de la ley y su inexorable moral. El campesino se vuelve senil y vociferante. La maldición atrona el mutismo de la ausencia. El eco de los años devuelve la certeza de la indiferencia. El poder se afinca en la impenetrabilidad. El lastre del tiempo se asoma como pulgas en el cuello de piel. El cuerpo se hace sentencia de la ley del tiempo: la inocencia senil de un campesino anciano. Es el “resplandor que irrumpe inextinguible desde la puerta de la ley” (Kafka, 2010:25). Fuego fatuo que oculta más que revela la ausencia de la ley. A contra luz no es posible ver nada salvo la ilusión. El campesino está enceguecido por la espera y el tiempo. Sólo puede reconocer lo que desconoce. Es la consumación de la ausencia. La parábola Platónica de la caverna. Una certeza que obliga a la pregunta. Una pregunta que obliga una repuesta. El campesino acomete la pregunta que da sentido a la espera que resume su vida: ¿qué es la ley? El portero parece resolver la pregunta al admitir la necesidad de diferir el acceso. Respuesta insólita que otorga a la ley una nueva transparencia. Un ocultamiento que hace patente la imposibilidad de la pregunta, más que la
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 58
imposibilidad de una respuesta. La respuesta a la pregunta de la ley pertenece a un ámbito inexpugnable que sustenta su sentido. Esta era la verdad que el campesino debería llevar a la tumba. El Clérigo reafirma como colofón la ausencia de la ley en la presencia de la escritura. El artificio del lenguaje que recrea la escritura es apariencia verosímil de la ley, más no su verdad; aunque esta verdad sea la única verdad que K. puede poseer. En la carta VII, Patón la paradoja de K. parece resolverse en una nueva paradoja: “Por otra parte, todo esto expresa tanto la cualidad como ser de cada cosa, por medio de este débil auxiliar que son las palabras, por eso ningún hombre razonable se arriesgara a confiar sus pensamientos a este vehículo, y mucho menos cuando éste queda fijo, como ocurre con los caracteres escritos. (…) Por esta razón todo hombre serio se guardará mucho de tratar por escrito cuestiones serias y de entregar, de esta manera, sus pensamientos a la envidia y a la falta de inteligencia de la multitud”.
K. queda sumido en la mortaja de la escritura, en la risa cínica de Fedro y en el cautivante embrujo del espejo de Narciso que devuelve por única verdad la ley de la apariencia.
BIBLIOGRAFÍA
VIVAS HURTADO, Selnich (2010). Franz Kafka: Micro cuentos y dibujos, Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. DERRIDA, Jacques. (2008). De la Gramatología, México: Siglo XXI Editores. AYALA BLANCO, Luis Alberto (2004). El silencio de los Dioses, México: Editorial Sexto Piso. PLATÓN (1979). Obras Completas, Madrid: Aguilar.
Cuanto más se lee, menos se imita Jules Renard
Papiros de carne (Reseñas)
Nota: A menos que se demuestre lo contrario todas las reseñas han sido escritas por Paolo Astorga.
Papiros de carne - Reseñas / 60 El arribo de un éxtasis violento (Toro de Trapo Editores, Lima, 2011) César Pineda Quilca Es El arribo de un éxtasis violento un libro que se pierde por dos difíciles y apasionantes c a m i n o s . Primero la relación entre poetacreación entendida no solo como mera aceptación del acto escritural, sino como una posibilidad que trasciende lo expresado en la escritura poética, desnudando y confesando abiertamente esa insatisfacción ante lo deseado, ante la construcción del hombre que lentamente, a medida que crea, conoce más de sí y de sus inevitables desmoronamientos. En segundo lugar el discurso poético de este libro, transcurre inevitablemente ligado a una veta que más que erótica es la retórica de un cuerpo deseante, un monumento al hombre que no solo reescribe ese “cuerpo de mujer”, sino que lo envuelve de palabras que buscan una oportunidad que acaso, en esa evocación donde las frustraciones tienen nombre propio, forma y hasta olor, buscan una identidad, una efímera satisfacción, un lugar para “computarse” dios o sombra, esclavo o simplemente aire que recorre el olvido a mil kilómetros por hora. Es la mujer en este libro el sex symbol de la creación, aquello que se crea para el goce de lo eterno en un instante, la brevedad de lo infinito como el del orgasmo codiciado por mucho tiempo,
el cual solo se logra a través de la búsqueda de la certeza en un puñado de palabras que quedan hiriendo al papel, fingiendo de presente, satisfaciendo solo a la ficción, mas no a la piel que sigue esperando, mucho menos al alma que se incendia. “Todo poema / No es más que una sombra / Que nos per/sigue a todas partes. // Una / Puerta oculta. // A veces / nuestra única salida.”
La lluvia detiene (Eclosión Editores, Lima, 2011) Roy Dávatoc La lluvia detiene de Roy Dávatoc, es un poemario marcado desde sus primeros versos por la imposibilidad de poseer. Esa frustración en este libro se transforma en expresión, en discurso válido para la catarsis. Es que el poeta no solo expone sus heridas, sus taras, sus incapacidades, sino que las ironiza, las enfrenta, las deforma, las acepta. La desolación aquí no es un mito, sino una oportunidad. No se debe pues entender este libro como una mera increpación a lo amado, léase acaso desde la perversión, desde la injuria y el poder que nos faculta la insatisfacción, la inconformidad, como sensaciones que revelan nuestra carne y su intensión egoísta y tremendamente bella, nuestra carne y su hedor humano, nuestra carne y el tiempo que nunca se detiene, sino
Papiros de carne - Reseñas / 61 hasta hacernos ceniza, olvido. “Decidí cerrar los ojos, apretar los dientes / aguardar que llegaran las lluvias / las aves migratorias, la cuenta del alquiler / el último golpe.”
Carne (Ediciones Cinosargo, Chile, 2011) Daniel Rojas Pachas
Efecto secundario (El Quirófano Ediciones, Ecuador, 2011) Varios Autores Efecto secundario, es una antología poética del Taller “El Quirófano” la cual reúne a 8 poetas jóvenes de Guayaquil nacidos entre 1974 y 1990, entre los cuales tenemos a Beatriz Viteri, Xavier Hidalgo, Andrés López, Laura Nieves, Adolfo Santistevan, Lis Quezada, Giovanni Salvatore y Lucero Llanos. Este libro nacido del taller de poesía liderado por el poeta ecuatoriano Augusto Rodríguez, no solo nos actualiza nombres de las nuevas generaciones poéticas de Guayaquil, sino también nos brinda una refrescante serie de poéticas que van desde la insania del amor que se transforma en tejido purulento después de la violencia o la frustración, la muerte como fetiche, la ironía como discurso cuasi redentivo, hasta la cúspide de la exploración del cuerpo, sus límites y su sensible belleza esperando ser transgredida por la palabra y su extraña forma de seducirnos.
Carne de Daniel Rojas Pachas es un poemario marcado por el signo de lo sensual, pero no desde una perspectiva netamente descriptiva, sino como un discurso que casi siempre choca con la violencia y los límites de lo corpóreo. El discurso poético es la carne y el orgullo de poseer(la). La carne es el espacio no solo físico, sino también emocional para dar rienda suelta a todo tipo de fantasías, muchas de ellas bizarras, pero que en ese desenfreno, se dan de lleno con un tipo de filosofía: la del cuerpo que se posee y subordina. La violencia es usual en la marcada relación hombre-mujer, pues aquí el código es obtener placer según nuestros impulsos, más allá de los sentimientos. Lo moral y lo ético, son discursos caducos, pues es la irrupción, la posesión violenta y el disfrute desenfadado y esquizoide lo que nos salva, lo que nos da vida y nos la quita necesariamente por un instante donde el gemir, el llegar al orgasmo son solo signos de una inmensa insatisfacción que deviene en la furia de lo estéril. “honrar a las musas, ninfas y jawas / todo para un grupo de escolares: quinceañeras… / no puedes quitar los ojos de sus faldas a cuadros, piernas, muslos y todo se /
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 62 vuelve carne… sólo carne… rosada, roja carne… / en eso se va la vida…”
Primera muerte inédita (Ediciones Letra en llamas, Lima, 2010) Karina Moscoso P r i m e r a muerte inédita, es el impulso del desamparo y de c i e r t o endemoniamiento, no solo para crear, sino para creer(se) lo que se crea. La poesía de Karina Moscoso es tierna y sensual en apariencia, pero siempre en actitud desafiante, presta a comerse al amante de turno o hacer de la luna un signo de batalla, impúdica batalla contra la soledad y la pérdida de la inocencia. Es la primera muerte de esta poeta cantuteña que desde sus poses de niña buena, busca más bien, como diría Raúl Heraud en el prólogo: “una mirada humana, confesa, sobre una vida incendiada, llena de seres que quedaron atados al pasado, cual si fueran fantasmas aparecen y desaparecen dentro de los poemas, en ellos no encontramos liberación ni perdón…”. “Ya no existe la tierra prometida a su alrededor, / sino el mundo incierto de una próxima muerte inédita, / que goza la injuria de un amor / olvidado por el lecho del sueño.”
La Caída (Editorial Aguirre, Argentina, 2011) Ulises Pastor Barreiro
La caída, es una novela de suspenso, donde la confrontación entre polarizados grupos de poder se da, no solo de m a n e r a ideológica, sino t a m b i é n discursiva. Novela donde se m e z c l a n diferentes paradigmas, donde el sistema hegemónico o “institucional”, en la novela aparece simbolizado a través de la doctrina ortodoxa que impone la Iglesia sobre la manera de concebir al mundo y al ser humano y cómo esta doctrina subordinadora guarda estrechísima relación con los Estados imperialistas. La novela empieza contándonos los sucesos de dos académicos Valentina Hernández y Anisio Teixeira, los cuales participan de un congreso que se da en la ciudad de Mar del Plata, Argentina denominado “La creación del universo y la el origen de la existencia humana”, más adelante se contactarán con el Vaticano y se conocerá un fabuloso enigma que podría cambiar la forma de ver al “otro” desde la perspectiva occidental, no solo política, sino también filosófica. Novela de trama intensa y rápida, La Caída explora y critica mordazmente, influenciada por autores como Paulo Freire y su
Oráculos de arena - Ensayos y artículos / 63 Pedagogía del oprimido, a un mundo donde la “cultura” solo existe supuestamente para los grupos que dominan, mientras los subalternos deben de expresarse desde el discurso reprimido o marginal.
Polvos ilegales, agarres malditos (Bizarro Ediciones, Lima, 2011) Fernando Morote
Polvos ilegales, a g a r r e s malditos, de Fernando Morote, es una novela que trastoca el discurso erótico, no solo como satisfacción carnal, sino como modus vivendi, como finalidad ante la demoledor paso del tiempo y la hegemonía de la frustración. El libro entremezcla una serie de situaciones relacionadas a la vida de pareja y aquellos demonios que poco a poco van trasformando las relaciones en tedio, en actos mecánicos, llenos de pura inercia y abatimiento, donde el sexo es el escape, el eterno paliativo frente a la derrota, pues como dice el mismo autor: “Polvos ilegales, agarres malditos no es otra cosa que a historia de un hombre, en plena crisis de la mediana edad, procurando su realización personal a través del sexo. Y cómo esa búsqueda acarreó más de una maldición a su vida.”
Versos de azul. Poemas junto al mar y un soneto de emoción (Publidisa, España, 2011) Juan A. Pellicer Versos de azul. Poemas junto al mar y un soneto de emoción, de Juan A. Pellicer, es un libro que bulle desde la naturaleza y el tiempo para retratar un espacio donde las remembranzas renacen de la palabra poética y adquieren una nueva belleza, belleza que solo puede darse después de haber vivido. El poemario explora esa siempre misteriosa temática del mar a través de una serie de alusiones al símbolo que representa el mar como cuerpo vivo y cambiante, que poco a poco se va sublimando en pequeños chispazos de emociones que no solo conmueven, sino que es una poesía que nace del sosiego para ser eterna y leve hasta aparcar en el silencio. “En este instante de paz, cálido presente, / las palabras se rinden a la magia del silencio, inventando susurros que me traen las olas, / que llegan arrullándose buscando su muerte / entre lágrimas perdidas de perlas confundidas.”
Papiros de carne - Reseñas / 64 Guardián de acantilados (Pájaros en los cables editores, Lima, 2010) Joe Montesinos Guardián de acantilados, de Joe Montesinos, es la poesía que ha pasado por el tambor muchas veces desafiante y a lt er ad or del tiempo para dejar la luminosidad de una serie de poemas cuya temática central es bastante diversa, sin embargo, la idea del color, la exploración y trasgresión del cuerpo como entidad íntimamente relacionada a la lucha por construirse en el cosmos como ser y no solo como substancia, permiten a Joe, enhebrar una poética de la lucha entre lo construido y el devenir de los desmoronamientos. La belleza es aquí violencia del tiempo y diálogo con la naturaleza hecha signo musical, textura y posibilidad de una escritura que nace de lo surreal para acopiarse de todo elemento natural y alcanzar la intemporalidad tan deseada, tan lejana. “Y ¿qué hacer mientras la medianoche / me sirve un plato de planetas rubios? / ¿Qué hacer si yo también soy / un pordiosero de paisajes / haciendo cola detrás de esqueletos, / un papel arrugándose con el paso lento de mis dedos / y un pensamiento puro / en una cabeza que se acaba de golpear?”.
Historias del Barrio (Editorial Dunken, Argentina, 2011) Marcelo Nasra Historias del Barrio de Marcelo Nasra, es una serie de 14 cuentos cuya t e m á ti c a e st á enmarcada en el espacio tan nuestro y tan de todos como lo es el barrio, lugar que nos ve nacer y crecer, pero sobre todo es el espacio donde muchas veces suceden cosas maravillosas que aunque parezcan sencillas o intrascendentes, siempre nos afecta a todos. Y es desde esa visión de lo colectivo, que Marcelo, ha diseñado a una serie de personajes que a través de la narración de hechos muchos de ellos tan comunes como un juego de ajedrez o hasta históricos como la migración italiana a Argentina y sus ganas por posicionarse desde los márgenes, muestran un lado patente no solo como objeto literario, sino un símbolo de nuestra vida como seres humanos. Los personajes, casi siempre encierran un enigmático toque mágico que nos hace ver que la belleza de las cosas no está muy lejos y que sobre todo un barrio, nuestro barrio, siempre conserva esa frescura y sabor que caracteriza y diferencia de los otros barrios, pues la verdadera historia se construye día a día allí y es allí donde se vive la verdadera nación, el verdadero amor, la verdadera soledad y por supuesto la verdadera vida.
Colaboradores de la presente edición Roger Santiváñez: Nació en Piura, costa norte del Perú. En 2010 salió en España su libro ‘Amaranth precedido de Amastris’ bajo el sello Amargord de Madrid. Este año aparecerá en Lima la edición peruana de ‘Amaranth’ con Tranvía Editores, así como ‘Roberts Pool Crepúsculos’ por Ediciones Hipocampo. Actualmente es profesor de español avanzado en Temple University, Filadelfia. Estos poemas pertenecen a una nueva colección en proceso de escritura. Mirtha Pecho. Poeta peruana. Vive al sur de Lima. David Fernández Rivera (Vigo, 1986), poeta y dramaturgo. Ha publicado "Caminando entre Brumas", "TH", 2004 (Premio "TH" al mejor poemario del año 2004); "Sentimiento y luz", Ayuntamiento de Vigo, 2005, y en breve se editará "Canciones de mi ausencia", "TH".Inicia su camino en el teatro con "Rojo sobre Negro"(2003) y el próximo año estrenará "Cielos y tormentos". Iván Fernández Frías; nací en Santander (España) en 1985 y me vine a Madrid para estudiar. Licenciado en Filosofía en la Universidad Complutense; actualmente estoy escribiendo mi tesis doctoral sobre la filosofía de Spinoza y el Idealismo Alemán, bajo la tutela del profesor José Luis Villacañas Berlanga, en la misma U.C.M. Escribo desde siempre, y mi interés literario está influenciado por la literatura clásica de Alemania y el Sturm und Drang: Goethe, Schiller, Klopstock, Novalis . Alfredo Coello Peralta (Lima, 1975). Poeta, Blogger y Promotor cultural. Estudio Periodismo. Poemas suyos fueron incluidos en la publicacion Poetas y Narradores del año 2006 hecha por Instituto de Cultura Peruana en Miami, es miembro activo de Poetas del Mundo, algunos de sus poemas navegan por la red. Actualmente dirige al Grupo Parasomnia que organiza los recitales poéticos en la biblioteca de Barranco. Paulo César Caffo Palacios (Huánuco, 1987). Estudio Ingeniería de Computación y Sistemas en la Universidad de San Martín de Porres, cursando el 7mo ciclo. He sido parte del grupo literario llamado Iluminación en la UNHEVAL, donde fui a invitado a sus recitales poéticos. Actualmente vivo en Lima, trabajo en LG y junto a cuatro amigos de diversas profesiones hemos formado un gran proyecto llamado ZZtudio. Alicia del Águila Peralta. Ha publicado el poemario Los planos de la casa de agua (Tranvía Editores, 2009), y poemas en Hueso Húmero n° 51 y en la revista virtual Ciberayllu. Dejó la escritura poética luego de un accidente informático que le costó la pérdida de sus archivos literarios, para retomarla hace unos años
atrás. Estudió sociología en la Pontificia Universidad Católica, la maestría de Ciencias Sociales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO, México) y el doctorado en la misma especialidad en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha ejercido la docencia universitaria y el periodismo y actualmente trabaja en un organismo de cooperación internacional. Investigaciones publicadas sobre historia, política y género. Pamela Rodríguez. Nació el 5 de septiembre de 1983, en la ciudad de Lima, sus estudios primarios los realizó en la Unidad Educativa “Cristo milagroso” Luego ingresó a realizar sus estudios secundarios en el C.E. “Angélica Palma Román”, Más adelante hizo estudios académicos en los institutos: superior tecnológico público “Diseño”, y el Instituto de Formación y Asesoramiento Profesional INFAP-ND. Actualmente pertenece a la Escuela literaria del sur-Red de escritores y escritoras por el Alba. Sergio Gabriel Lizárraga. Tafí Viejo, Tucumán, Argentina. Profesor en Letras [UNT]. Postgrado en Ciencias Sociales en FLACSO Buenos Aires. Fue becado por la Società Dante Alighieri para realizar estudios de perfeccionamiento en lengua y cultura italianas en Roma. Ejerció la docencia en el nivel universitario, terciario y secundario, es capacitador docente. Gestor cultural en su comunidad. Mediante una beca otorgada por la Società Dante Alighieri di Roma en el año 2005, realizó estudios de perfeccionamiento en la capital italiana. Obtuvo numerosas distinciones literarias, en cuento y poesía, a nivel internacional, nacional, provincial y municipal, como el premio internacional de poesía inédita “Pluma de Plata 2008” de la SADE seccional Córdoba, en el marco de la IV Feria Internacional del Libro de ésa ciudad argentina. Cuenta con publicaciones tanto literarias como de investigación lingüística, en Argentina, España, Italia y Perú Vanessa Navarro Reverte (Cartagena,1979) es licenciada en Filología Inglesa y trabaja como profesora de secundaria. En 2003 ganó el concurso de loas Antonio Oliver Belmás y en 2004 consiguió un accésit en el certamen Pro-Mujer de Cartagena. Ha sido publicada en Ariadna-RC, VI y VII Cuaderno de Profesores Poetas, Almiar e Insólitos y ha participado en diversas exposiciones colectivas. Colabora con regularidad en diversos foros y blogs literarios y en 2009 inició su bitácora personal: http:// vainillayangora.blogspot.com/ Denis Castañeda. Poeta y profesor de Literatura. Nació en Chimbote Perú en 1978. Estudió Educación en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Primer premio en poesía de los juegos florales en el 2005. Es autor de los poemarios: Diamantes en la Sombra (2004), Bajo el puente de Londres (2005) y La palabra enterrada (2010). Figura en las antologías: Nueva Poesía Hispanoamericana, Mp4 Jueves Culturales, (Poesía en la Garcilaso), 60 Poetas Contemporáneos S. XXI (Yacana Bar), Poesía Peruana Infantil; entre otras. Ha participado en diversas actividades culturales en el Perú y en el extranjero. Artículos y poemas suyos se encuentran en las más prestigiosas revistas físicas y virtuales.
María Inés Aldao es Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente cursa el último año de la Maestría en Literaturas latinoamericana y española en la misma Universidad. Participó en varios congresos sobre literatura, especialmente con ponencias relacionadas con la literatura colonial. Además es docente en los niveles medio, terciario y universitario y ha participado con cuentos y novelas de su autoría en distintos concursos nacionales e internacionales. Andrea Cabel, Lima, 1982. Licenciada en Literatura hispánica por la Universidad Católica del Perú. Diplomada en Periodismo Político y Análisis Cultural por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Actualmente forma parte del Doctorado en Artes y Ciencias del Departamento de Español de la Universidad de Pittsburgh, EEUU. Publica en diversas revistas del medio nacional e internacional. Su primer poemario, Las falsas actitudes del agua, 2006, recibió el primer premio del concurso Esquina de papel, auspiciado por la Embajada de España y fue reeditado en julio del 2007. Su segundo poemario, a modo de plaquette, Uno rojo, ve la luz en la colección “Underwood” de PUCP en setiembre 2009; la segunda edición de la plaquette se publica este año bajo el mismo sello. “Latitud de fuego”, bajo el sello de Borrador editores, ha sido publicado en julio, Lima, 2011; y es consecuencia de la nostalgia y la felicidad. Daniel Irineo. Nace en la Ciudad de México en 1986, estudió Derecho en la Universidad del Valle de México (UVM), en 2009 participa en las antologías literarias Pliego de Astillas (Colección poética La 7ma llave, CONACULTAINBA), y Niños que se tragan la luna (editorial El Cálamo); integró los talleres de poesía de los maestros: Iván Leroy (2007), Raúl Renán (2008) y Víctor Sosa (2011); en 2010 ingresa a la carrera en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, actualmente trabaja para el área de Programas Editoriales del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Rolando Revagliatti nació en 1945 en la ciudad de Buenos Aires, la Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de la breve antología poética personal “El Revagliastés” y “Revagliatti – Antología Poética”, con selección y prólogo de Eduardo Dalter. Sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.net. Sus 185 producciones en video se hallan en http:// www.youtube.com/rolandorevagliatti Peregrina Varela nació en Caracas-Venezuela. Doctora en Ciencias de la Información. USC. 1998. Autora de las novelas “Alejandra Alejandra, mujer donde las haya; si señor”, “La señorita Liliam está buscando empleo” y “Zafiro de Noite”. Aurora de los libros de poesía “Amaneciendo” y “Los sueños de una mujer”. Publicados en Internet. También de los libros “Tsunami de rosas” y “Era imposible gritar libertad”. Sin publicar. Ganadora del primer premio de cuento en la Feria del libro de Moreno. Buenos Aires 2010. Obra: Capricho solar.
Andrea Zurlo. Nacida en Argentina, donde cursó sus estudios de Traductora, está radicada en Italia desde 1990. Es miembro correspondiente del Círculo de Escritores de Venezuela y de la Asociación de Escritores de Mérida (Venezuela). Forma parte del Equipo Editor de la Revista Literaria digital Palabras Diversas. Su novela “El Sendero de Dante”, fue editada en 2007. Participó con textos de su autoría en numerosas publicaciones colectivas y revistas literarias. Roger Alexander Román de la Cruz, Callao-Perú. Estudiante de literatura en la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos. Ha participado en diversos espacios de narrativa, como en el tercer número de la revista Plesiosaurio, primera revista de ficción breve peruana, y la revista Tajo, un proyecto de corte urbano. Fernando Morote. Piura, Perú, 1962. Ha publicado “Poesía MetalMecánica” (1994), “Los quehaceres de un zángano” (2009) y “Polvos ilegales, agarres malditos” (2011). Entre Octubre 2010 y Marzo 2011 ha sido incluido en las antologías “El sabor de tu piel”, “Microantología del microrrelato 2” y “Eros de Europa y América” publicadas por Ediciones Irreverentes de Madrid, España. Varios de sus relatos han sido publicados también en la versión virtual del Periódico Irreverentes. Actualmente vive en Nueva York. Álvaro Valderas. Español, licenciado en Literatura, soy editor asociado de Fuga Libros, una editorial panameña. He colaborado como articulista con varias revistas y periódicos, así como he publicado un libro de relatos (Libro de Cruentos, Diputación de León, 1990), dos novelas (Bloody Mary, Ediciones del Curueño, 1998; El oro de Noriega, De librum tremens, 2011), una novela corta (Dos odiseas, Diario de León, 1994) y más de veinte relatos en antologías y recopilaciones. Asimismo, he escrito guiones para vídeos y anuncios de televisión. Daniel Rojas Pachas (Lima 1983) Escritor, Magíster en Ciencias de la Comunicación y profesor de Literatura egresado de la Universidad de Tarapacá. Reside en Arica-Chile donde ejerce la docencia Universitaria Actualmente edita la Revista Literaria virtual y Editorial impresa Cinosargo. Ha publicado el poemario Gramma en el 2009 con Ediciones Cinosargo, en investigación ha publicado Realidades Dialogantes, un análisis pragmático de cinco novelas Latinoamericanas Generacionales. John Fredy Vélez Díaz. Licenciado en Filosofía Universidad de Antioquia. Aspirante al título: Maestría en Hermenéutica Literaria EAFIT. Blog http:// johnfvelez.blogspot.com/
REVISTAS EN RED Espacio para difundir revistas literarias a través de la web Avenida Los Escritores. Revista literaria en pdf. Blog: http://avda-losescritores.blogspot.com
Cinosargo. Revista y editorial independiente Cinosargo es un espacio dedicado a la difusión, estudio y creación literaria en todos sus géneros. Web: http://www.cinosargo.cl
Letralia, Tierra de Letras, es la revista literaria de los escritores hispanoamericanos en Internet. Publicamos poesía, narrativa, ensayo y otros géneros. Web: http://www.letralia.com
Revista Río Negro. Colectivo Río Negro es un grupo dedicado fervientemente a la difusión artística y cultural, trabajando en la divulgación de la obra de autores tanto nóveles como consagrados, y nacionales e internacionales a través de diversas plataformas como la Revista Río Negro, de aparición mensual. Web: http://colectivorionegro.cl/
Revista NM. La nueva literatura fantástica hispanoamericana, editada en Argentina. Web: http://www.revistanm.com.ar/
Revista
Poe+. Revista poética estacional. críticas, comentarios y sugerencias a través del Blog: http://revistadigitalpoeymas.blogspot.com/
Generación espontánea. Revista de creación literaria española. Web: http://www.atisba.com/generacionespontanea