Shall we talk about it? Addiction

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Adicciones, ¿habLamos?

Hoy, millones de personas proclaman que la vida sin drogas puede resultar mucho más intensa, divertida y feliz. Pero, quizá, para aceptar esta convicción, sea necesaria mucha información. Y de ahí este libro, que aporta a los jóvenes datos contrastados sobre todas las adicciones. Sin embargo, la información no es conocimiento. Requiere un proceso de elaboración. Sólo entonces, con la reflexión personal, los datos se ensamblan y forman un criterio. Y una persona con criterio propio es un ser libre con capacidad para decidir y actuar.

ISBN 978-84-342-3428-4

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Adicciones, ¿habLamos? Pero, ¿de qué va?

Es un punto de información y de reflexión que nos ayuda a decidir y actuar.


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Sumario Adicciones y drogas 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28

De qué va el tema Uso y abuso El consumo de drogas Tolerancia y dependencia El porqué de las adicciones El proceso de la adicción Factores individuales y psicológicos Factores sociales Tratamiento de las adicciones Las drogas y el peso de la ley Campañas preventivas Me gusto como soy

Un mundo de drogas

Proyecto y realización Parramón Ediciones, S.A. Dirección editorial Lluís Borràs

30 32 34 36 38 40 42 44 46 48

Drogas y más drogas La moda del cannabis Efectos y riesgos del cannabis El éxtasis y las drogas de síntesis La cocaína Las anfetaminas y otros estimulantes La heroína y los derivados del opio Las colas y otros inhalantes Las pastillas para dormir Píldoras tranquilizantes

Edición Cristina Vilella Textos Lluís Cugota Mateu Licenciado en Psicología Periodista científico Diseño gráfico y maquetación Laia Salcedo Fotografías Age-Fotostock, Getty Images, Nos & Soto Ilustraciones Mercè Galí Dirección de producción Rafael Marfil Producción Manel Sánchez Preimpresión: Pacmer, S.A.

El alcohol 50 52 54 56 58 60

El alcohol, la droga más consumida El alcohol y el organismo humano La persona alcohólica Por qué se bebe alcohol Leyendas urbanas sobre el alcohol Toque de alerta ante el alcoholismo

El tabaco 62 64 66 68 70 72

El tabaco, una droga legal Humos tóxicos Efectos y riesgos del tabaco Por qué fuman los jóvenes Mitos en torno al tabaco Vamos a dejarlo

Primera edición: septiembre 2008 Adicciones, ¿hablamos? ISBN: 978-84-342-3428-4 Depósito Legal: B-36.138-2008 Impreso en España © Parramón Ediciones, S.A. – 2008 Ronda de Sant Pere, 5, 4ª planta 08010 Barcelona (España) Empresa del Grupo Editorial Norma de América Latina www.parramon.com Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante cualquier recurso o procedimiento, comprendidos la impresión, la reprografía, el microfilm, el tratamiento informático, o cualquier otro sistema, sin permiso escrito de la editorial.

Las conductas adictivas 74 76 78 80 82 84 86 88 90 92

La adicción a conductas Comprar por comprar Darse un atracón El culto al cuerpo La adicción al juego La adicción a Internet El abuso del teléfono móvil La adicción al trabajo La adicción a los demás y la adicción al sexo La prevención de las conductas adictivas

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Índice alfabético de materias


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Información, refLexión y criterio La adicción ha perseguido al ser humano desde tiempos remotos, pero nunca como ahora los trastornos adictivos habían alcanzado tanta importancia. Hoy, existe una enorme variedad de sustancias y de conductas adictivas, las personas afectadas se cuentan por miles y los jóvenes se inician cada vez más pronto en el consumo de tóxicos. Sin embargo, la sociedad sigue mirando hacia otro lado ante ciertas drogas, como el alcohol o el tabaco (tan peligrosas y perjudiciales como las demás), y determinadas conductas adictivas, como la adicción al trabajo o a las nuevas tecnologías, incluso se contemplan con indulgencia.

En cualquier trastorno adictivo, la persona afectada se ve privada de su libertad y centra toda su razón de ser en el motivo de su adicción, sea el alcohol, la cocaína, la comida o los chats. La persona adicta pierde el control de su vida, y paso a paso se ve abocada hacia la miseria física y el deterioro mental.

Por eso, justo ahora, ante la gravedad de la situación, la prevención resulta tan importante. Hoy, millones de personas proclaman que la vida sin drogas puede resultar mucho más intensa, divertida y feliz. Pero, quizá, para aceptar esta convicción, sea necesaria mucha información. Y de ahí este libro, que aporta a los jóvenes datos contrastados sobre todas las adicciones. Sin embargo, la información no es conocimiento. Requiere un proceso de elaboración. Sólo entonces, con la reflexión personal, los datos se ensamblan y forman un criterio. Y una persona con criterio propio es un ser libre con capacidad para decidir y actuar.

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Uso y abuso ¿Cuándo una actividad placentera se convierte en una adicción? Una persona puede vivir estupendamente sin necesidad de fumar un cigarrillo, beber una copa de brandy o esnifar cocaína. Esto es evidente. Pero ya no resulta tan obvio que, hoy en día, y tal como están las cosas, una persona pueda estudiar, trabajar o disfrutar de su tiempo libre sin un teléfono móvil, Internet o sin practicar un poco de ejercicio. En cualquier caso, una actividad “normal” se convierte en adicción cuando deja de ser placentera y la vida de esa persona gira en torno a satisfacer esa necesidad.

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¿Cuáles son las adicciones más frecuentes en la adolescencia? El alcohol, el tabaco y el cannabis siguen siendo las drogas de entrada más usuales entre los jóvenes (las sustancias que empiezan a consumir), mientras que la ludopatía (adicción al juego) y el abuso de las nuevas tecnologías y sus variadas aplicaciones (Internet, teléfono móvil y televisión) son las conductas adictivas más habituales.

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Adicciones y drogas

¿Por qué resultan tan atractivas algunas conductas adictivas? Los expertos sostienen que los jóvenes encuentran atractivas las actividades de ocio que pueden realizar a su aire, sin la supervisión de los adultos. En ocasiones, algunos jóvenes, por una serie de razones, acaban abusando de estas actividades lúdicas. Pero, muy a menudo, el problema no radica en una actividad en concreto, sino que se encuentra en la propia persona, en su forma de ser y en sus expectativas de la vida.

¿Cuáles son los signos de alarma ante una adicción? Una persona adicta suele mostrar algunos cambios en su vida que quizá nos puedan ayudar a detectar un trastorno adictivo. No se trata de hacer de policía de nadie, sino de observar ciertos comportamientos y actitudes que permitan una detección precoz. Cinco cambios usuales entre los adictos son: 1. Hábitos: cambios en los hábitos cotidianos de alimentación, sueño e higiene personal. 2. Amistades: cambio de amigos y desatención de las antiguas amistades y las relaciones familiares. 3. Desinterés: pérdida del interés por las cosas que antes les resultaban satisfactorias, bajón en el rendimiento escolar (o laboral) sin motivo aparente, desmotivación y pereza. 4. Ánimo: estado de ánimo alterado con muestras de irritabilidad, inquietud y ansiedad. Agresividad o falta de respeto hacia las normas familiares. 5. Dinero: demanda de dinero o desaparición de algunos objetos propios o del hogar o, por el contrario, posesión de demasiado dinero.

¿Cuándo se abusa realmente de una droga? Se entiende por abuso de drogas el uso excesivo (esporádico o periódico) de una droga con un fin recreativo (por diversión). El abuso de cualquier droga supone siempre un riesgo muy serio para la salud. No sólo se considera abuso el consumo crónico de una persona adicta a la heroína o muy “enganchada” a la cocaína, también lo es el consumo compulsivo e intensivo, centrado en determinados días u horas, de drogas legales (alcohol y tabaco) o ilegales (marihuana, cocaína y drogas de síntesis...) al que se entregan inocentemente algunos jóvenes durante los fines de semana.

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Drogas y más La adicción a las drogas Una droga es una sustancia tóxica que perturba el funcionamiento normal del sistema nervioso central y suele causar tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia. Las personas adictas a una droga centran su vida y todos sus esfuerzos en satisfacer la necesidad de consumo de esa droga y dejan de lado las actividades educativas y laborales, y sus relaciones familiares y sociales.

¿Cómo se clasifican las drogas? La clasificación de las drogas es una cuestión algo confusa, ya que depende del criterio de ordenación que se elija. Los principales sistemas clasificatorios tienen en cuenta el punto de vista jurídico (diferencian entre drogas legales y drogas ilegales), la peligrosidad (distinguen entre drogas duras y drogas blandas), el origen (separan las drogas naturales de las drogas sintéticas), el grado de toxicidad y dependencia, y los efectos que causan en el sistema nervioso central. Según este último criterio existen drogas estimulantes, drogas depresoras y drogas psicodélicas o perturbadoras de la percepción. Éste es el criterio adoptado en este libro, puesto que se considera la clasificación más rigurosa de que se dispone actualmente.

Drogas

estimulantes

depresoras

psicodélicas

Efectos aceleran la actividad cerebral y motora, producen euforia y disminuyen el cansancio

disminuyen la respuesta del sistema nervioso central, dificultan la coordinación de movimientos y son analgésicas

trastocan el funcionamiento del cerebro y alteran la percepción de los sentidos

Ejemplos

Tolerancia (habituación)

Dependencia psíquica

física

tabaco

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•••

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cocaína

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anfetaminas

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alcohol

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•••

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derivados del opio (u opiáceos)

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••••

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inhalantes

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barbitúricos

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tranquilizantes

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derivados del cannabis

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drogas de síntesis

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alucinógenos

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Un mundo de drogas

drogas Una droga natural puede ser tan adictiva y tóxica como una droga sintética.

¿Hay drogas duras y drogas blandas? Hay drogas, y punto. Esa distinción es ampliamente rechazada en la actualidad. Antes, se diferenciaba la heroína del cannabis, y poco más. Todas las drogas son tóxicas y perjudiciales para el ser humano. Todas las drogas fomentan la adicción y la dependencia. Según los expertos, hay que valorar cada droga por separado y analizar las repercusiones y las alteraciones que ocasiona en cada persona adicta en concreto.

Al filo de la ley Es una diferenciación meramente jurídica, que tiene muy poco que ver con los criterios sociales y de salud. De todas formas, es una clasificación muy extendida, basada en la tradición y en presiones comerciales y publicitarias. Se consideran “drogas legales” el tabaco y el alcohol, e incluso los inhalantes, algunos estimulantes (como la cafeína) y los medicamentos usados con fines terapéuticos; en cambio, son “drogas ilegales” todas las demás, como la cocaína y las anfetaminas, los derivados del opio y del cannabis, las drogas de síntesis y los medicamentos usados con fines lúdicos.

El alcohol y el tabaco son considerados “drogas legales”, pero producen adicciones con un enorme impacto personal y social.

¿Las drogas naturales no perjudican el organismo? Es una idea falsa. Ninguna droga es inocua. Las drogas “naturales” proceden de determinadas plantas, como la marihuana o el hachís, que se obtienen del cannabis, o la cocaína, que se elabora a partir de las hojas de la coca, o el alcohol, que es un producto que se obtiene de la fermentación de frutas o cereales. Por su parte, las drogas “sintéticas” (o drogas artificiales) se obtienen en el laboratorio tras un proceso químico más o menos complejo, al igual que las anfetaminas, los derivados del opio o las drogas de síntesis, como el éxtasis.

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Efectos y riesgos deL cannabis ¿Qué efectos produce un cigarrillo de marihuana? Los efectos del cannabis varían según la forma de presentación de la droga y las características de cada consumidor. Como se suele fumar, las sustancias activas del porro pasan de los pulmones a la sangre, invaden el cerebro, y ahí ejercen sus efectos durante 2 o 3 horas. Comparado con otras drogas, el principio activo del cannabis –el tetrahidrocannabinol, o THC– posee una toxicidad moderada (porque no se producen muertes fulminantes por su consumo), aunque ocasiona numerosas alteraciones casi inmediatas en el fumador.

¿Cómo afecta el cannabis al aprendizaje? Fumar porros y estudiar es una mala combinación. Es probable que la persona adicta al cannabis observe cómo empeora con el tiempo su capacidad de atención, reacción y memoria, y tendrá dificultades para pensar y solucionar problemas.

El subidón de los canutos Cuando se fuma un porro, los compuestos activos del cannabis llegan muy pronto al cerebro. Los primeros efectos que se perciben son una sensación de euforia (subidón), locuacidad (hablar mucho), hilaridad (reírse sin motivo), seguidos por cambios en las percepciones (la música y las imágenes se perciben con más intensidad), relajación, descoordinación de movimientos y somnolencia. Esta “borrachera cannábica” viene acompañada también por sequedad de boca, enrojecimiento de los ojos, estado de ansiedad y estrés cardíaco.

Tras una sensación de euforia, al fumador de cannabis le invade la descoordinación, la relajación y la ansiedad.

Abusos con graves riesgos Hoy sabemos que algunos compuestos del humo de la combustión del cannabis permanecen en el organismo días, semanas e incluso meses después de ser absorbidos. Con el tiempo, la persona adicta al cannabis suele presentar trastornos psicológicos de cierta gravedad, como el denominado síndrome amotivacional, que se caracteriza por apatía, torpeza y pérdida de la concentración. También se ha descubierto que el fumador crónico de canutos Cuanto antes empieza un es más vulnerable a la depresión, las dolencias graves joven a fumar porros, más del aparato respiratorio y del probables y más graves sistema cardiocirculatorio, las serán las alteraciones ocaalteraciones del sistema inmunitario y la esterilidad. sionadas por el cannabis.

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Un mundo de drogas

La vida media del THC El tetrahidrocannabinol (THC), el principio más activo del cannabis, es un compuesto químico muy particular, ya que tiene una vida media de una semana, lo que quiere decir que, al cabo de una semana, el organismo sólo ha eliminado la mitad de esa sustancia. Cuando el consumo es regular, aunque sea un porro de vez en cuando, el THC se acumula en el cerebro y va minando las capacidades mentales.

El porro no cura El porro no es un medicamento y, por lo tanto, no cura enfermedades (más bien las provoca). Por eso, hay que distinguir entre el uso lúdico del cannabis y su utilización terapéutica. Los últimos estudios realizados con un extracto estandarizado de cannabis (THC, cannabidiol y otros cannabinoides), aplicado con un pulverizador sublingual o en la mucosa bucal, han dado buenos resultados en determinados tratamientos clínicos, ya que se ha demostrado que este fármaco alivia los efectos adversos de enfermedades concretas, como los vómitos y las náuseas provocados por los tratamientos de quimioterapia y los dolores musculares de los afectados de esclerosis múltiple, y mejora el apetito de los enfermos de Sida.

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Hoy, millones de personas proclaman que la vida sin drogas puede resultar mucho más intensa, divertida y feliz. Pero, quizá, para aceptar esta convicción, sea necesaria mucha información. Y de ahí este libro, que aporta a los jóvenes datos contrastados sobre todas las adicciones. Sin embargo, la información no es conocimiento. Requiere un proceso de elaboración. Sólo entonces, con la reflexión personal, los datos se ensamblan y forman un criterio. Y una persona con criterio propio es un ser libre con capacidad para decidir y actuar.

ISBN 978-84-342-3428-4

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Adicciones, ¿habLamos? Pero, ¿de qué va?

Es un punto de información y de reflexión que nos ayuda a decidir y actuar.


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