¿Por qué tener una "Amiga-Cola? por Camilo Campusano

¿POR QUÉ TENER UN “AMIGO-COLA”?

Por Camilo Campusano (T.M.) y José Ramírez (Lic. Lingüística y Literatura Inglesa ).

Este año en Chile, como ningún otro, ha resonado con fuerza el rugido de las voces de las mujeresfeministas. En esta oportunidad y en el contexto del mes de la mujer, nos queremos dar la libertad de escribir, no sobre, sino desde el feminismo: abordando los abusos de carácter sexual que han sufrido la mayoría de las mujeres.

Abusos que se fundamentan en el poder y tradición del heteropatriarcado (HP).

Por ejemplo, no es extraño escuchar a alguna compañera contar que le tocaron “el poto” en la micro o en el metro; o que en más de alguna ocasión durante la noche caminando sola por la calle, se ha sentido en peligro por la sóla presencia masculina; o al carretear en casa de amigos, entrada la noche y con algunos tragos encima, es más seguro irse que quedarse con sus amigos, que por el sólo hecho de ser hombres son potenciales violadores. Sin embargo, esto no acaece cuando hay amigos-colas.

En nuestra experiencia, al momento de irnos apretados en un auto, siempre la más delgadita y chiquita se va sentada en las faldas de un amigo-cola; o al quedarse en alguna casa siempre duermen juntas “las amigas”; o cuando salimos a bailar siempre hemos de quitar “los jotes” a las amigas. Todo lo anterior, tiene un denominador común: evitarse algún abuso de algún hombre-heterosexual. ¿Cuál es la diferencia entre la amiga-cola y el amigo-heterosexual? Pese a lo aparente, lo que los distingue no es únicamente en la condición sexual, sino que la marginalidad, la violencia y la discriminación a la que son sujetos bajo el sistema del HP. El amigo-cola, no respeta y ama a sus amigas únicamente por no ser su objeto de deseo, sino que existe una ausencia de privilegios dados por el HP, que nos hace empatizar con la compañera. Nos cuidamos entre las discriminadas.

Con todo ésto, no queremos decir que todo hombre-heterosexual sea un violador potencial, sino que hacemos un llamado a “darle la vuelta” a lo dicho, a analizar la violencia diaria que viven las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ que se fundamenta en la Tradición del HP. Está en nuestras manos la oportunidad de acabar con situaciones de abuso y maltrato. Está en todes acabar con la violencia en nuestro lenguaje haciéndolo inclusivo, en terminar con convencionalismos, en trabajar el buen trato y la fraternidad; dejando de lado cuestionamientos básicos como el: “¿cómo andaba vestida? ¿no será muy corta la falta? ¿la atención de quién quiere llamar con ese escote?”.

Tal vez, y de una vez por todas, en unos años más, los cuidados buscados en las amigas-colas ya no se fundamente en la marginalidad, sino únicamente en el cariño que se le tenga al amigo-cola, porque ya no habrá que preocuparse del “hétero” que nos quiera violar, o del gustoso grupo de neonazis ávido por mostrar su hombría golpeando “locas” a las afueras de una disco, ese día, será el día en que la tradición bastarda del HP será relegada al olvido y al desdén.