COLELE Memorias de un Baterista Rebelde
JosĂŠ A. Sanchis Tormo
© de los textos: José A. Sanchis Tormo © de las imágenes: Sus autores
Edita:
I.S.B.N.: 978-84-16582-27-3 D.L.: V-2938-2015 2ª Edición Enero 2016 Impreso en España Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación ni de su contenido puede ser reproducida, almacenada o transmitida en modo alguno sin permiso previo y por escrito del autor.
Dedicado a Pepa Tormo Navarro, mujer vitalista, luchadora y positiva frente a la adversidad... cualidades que hacen admirar a una buena madre.
Intención del autor Han transcurrido casi cinco años desde que mi primer libro Bruno Lomas, El Eterno Rockero fuera conocido por vosotros, a través de dos ediciones singularmente especiales. Una vez más, el relato de otro extraordinario músico –clasificado como baterista–, ha reclamado mi interés de tal modo que ha hecho inevitable mi regreso al mundo literario, al considerarlo merecedor de su notoria publicación. Tras año y medio de exhaustivo trabajo, realizando entrevistas, haciendo acopio del material fotográfico más exclusivo, reuniéndome con sus amistades más cercanas –artistas, esencialmente– y escuchando, por supuesto, a su entrañable y querida familia, he podido concluir, desde el prisma de mi condición de escritor, que la actividad de “un percusionista en mayúsculas” es tan compleja, tan repleta y, a la vez, tan atrayente como lo es su gestación a lo largo de toda su trayectoria. Un reto extremadamente arduo, que después de varios años relatando alguna que otra crónica me ha embarcado, sin dudarlo, en esta insólita e intimista biografía evidentemente autorizada. Me enorgullece haber podido compartir al lado de grandes artífices instantes tan decisivos de la existencia de nuestro protagonista, examinando de primera mano toda su obra –que, todo hay que decir, es muy extensa–, ahondando, paso a paso, en el estudio y entendimiento riguroso de sus aspectos más variopintos, los 7
cuales nos desvelan un amplio abanico de detalles y anécdotas que nos dibujan cómo ha sido y “es” su distinguida faceta a la batería… en cientos, diría miles, de escenarios de toda la geografía española.
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Prólogo Creo que ya soy mayor, porque cuando tengo que mirar atrás, sólo recuerdo los momentos alegres que he vivido. Eso debe ser bueno, porque significa que los malos episodios que guarda mi disco duro, los he llevado directamente al olvido de mi memoria. Cuando me he situado frente al papel en blanco, para escribir unas líneas sobre mi buen amigo Colele, únicamente he añorado risas, músicas, gamberradas mil, y kilómetros de carretera, recorridos en tan dispares vehículos de locomoción como: furgonetas, autobuses, aviones, barcos y… no estoy seguro, si hasta incluso en carromato o a caballo. La Patxinguer Z fue un grupo increíble. Ahora que ya no están en activo lo puedo decir. Nacido en el año 1980, rompió todos los moldes que existían en los conjuntos que proliferaban en aquellos años de la famosa “Transición Democrática”. Locos creativos, nos reíamos, si hacía falta, de nuestra propia sombra. Nuestro campo de experimentación fue Valencia. Poco tiempo después, un golpe de suerte nos condujo al programa de TVE Si yo fuera presidente de García Tola, donde tuvimos la oportunidad de darnos a conocer con una canción y ¡quién nos lo iba a decir! nos quedamos casi tres temporadas, compartiendo plató con el malogrado Javier Krahe, Joaquín Sabina y otras personalidades rara avis de la popular Movida. Fue asombroso, recorrimos toda España con nuestra hilaridad y nuestra música, por 9
cierto, bien hecha. Hasta bautizamos el bocata de “llonganisses i botifarres” como el “Bocadillo Patxinguer”. Hubiera sido imposible esta obra sin contar con un músico como Colele. Él, superviviente de mil batallas aportaba la frescura, la inventiva, la puesta en escena que se requería, sabiendo dar en cualquier instante un paso más allá, hasta llegar al límite… se nota que había tenido una excelente formación musical. Era un buen analista del público y sus reacciones. “De casta le viene al galgo”. Su experiencia con solistas y bandas como: Orxateta i Fartons, Los Top-son o Bruno Lomas… le dieron esa justa identidad. Si a esto le añadimos la buena camaradería y el toque de sal y pimienta que ponía en cada actuación, la receta Patxinguer estaba servida. Colele tocaba la batería, las percusiones, el trombón de varas, incluso se lanzaba a cantar una saeta haciendo una parodia de “Francisco Alegre”, que nos hacía retorcernos de la risa. En los ’90, y también de carambola nos llegó la etapa de los cruceros. Anduvimos por medio mundo haciendo disfrutar al pasaje, conocimos buenos amigos y nos relajamos con los nuevos aires marinos y las más modernas culturas. Nos vino bien ese período de reflexión. ¡Que nos quiten lo bailao! Fue una plataforma muy productiva, de la que nacieron múltiples proyectos que, a día de hoy, siguen vigentes. Supimos, entre todos, marcar su punto y final sin resquemores ni malos rollos y el que no lo vea que consulte nuestra obra. Fuimos un buen equipo. Seguiremos recordando a Rafa “El Marqués”, Visente “El Inca”, que nos dejaron demasiado pronto, pero podemos disfrutar de Arcadi, los hermanos Murillo, Manolito Julivert, Mamen Steinway, Ximet, César y el gran “Matalafer Mayor del Reino”: Sí, Colele, ése que en un crucero que hicimos para Porcelanosa, se llevó con10
sigo una foto de tamaño natural de Isabel Preysler y la colocó de forma bien visible en el escaparate de su tienda de colchones, con un rótulo que abajo decía: “EN MI VIDA, HA HABIDO MUCHOS HOMBRES… PERO SÓLO UN COLCHÓN, COLCHÓN COLELE”.
Un abrazo fuerte, amigo Lluís Miquel
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Nota Introductoria Para poder entender la vida como músico de nuestro protagonista, hay que analizar, primero, el alcance significativo que entraña ser un baterista y cuál es la instrumentación que le acompaña. Según distintos diccionarios consultados de la lengua española, se entiende por: Baterista: Aquella persona que toca la batería, en especial si se dedica a ello profesionalmente. Batería: Instrumento musical de percusión, formado por varios tambores y platos metálicos, que se tocan con baquetas o escobillas –denominados palos– y con mazas accionadas por pedales.
Está compuesta por: 1) Platillos Ride y Crash: Un plato Ride –el más grande–, está situado a la derecha de la caja y el que lleva el ritmo en sustitución del Hit-Hat. Junto a él, varios platos Crash, que se utilizan para dar énfasis en los pasajes musicales y acentuar diversos ritmos. 2) Hi Hat o Contratiempos: Consta de dos platillos, instalados en un soporte con pedal, que permite que uno caiga sobre el otro haciéndolos sonar. 13
3) Splash: Platillo pequeño, que se emplea para lograr efectos especiales, comúnmente, en pasajes de poca intensidad sonora. 4) Tom de Piso: Tambor Tom-Tom de doble parche, que usualmente está sobre el piso y se sustenta sobre tres patas. 5) Toms 1 y 2: Generalmente montados sobre el bombo “dos Toms aéreos y dos de piso a la derecha”. 6) Caja Central, Tarola o Redoblante: Su función es marcar los compases. 7) Bombos: Se manejan normalmente con el pie, a través de unos pedales adheridos a una maza. Posee el sonido más grave y potente de todo el conjunto. 8) Pedales: Controlan distintos elementos de la batería con los pies, habitualmente el bombo y los platillos Hit-Hat. 9) Baquetas y Escobillas: Las escobillas se usan en estilos como el Jazz, el Swing o el Blues. Se suelen construir de madera y fibra de carbono. Las baquetas se destinan para métodos más contundentes como el Hard Rock y el Metal por la potencia que proporcionan. Están fabricados de madera, fibra de carbono y aluminio. Nota del autor: Considerando las piezas enumeradas como “básicas o esenciales” en cualquier batería, bien es cierto que cada baterista es libre de incorporar nuevos componentes suplementarios, que produzcan musicalmente una sonoridad más adecuada.
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CapĂtulo 1
Su infancia
Capítulo 1
Su infancia Entremos de lleno a conocer la singular vida de este músico inconformista que, a lo largo de más de 50 años, se ha entregado “incondicionalmente” a ella, deleitándonos con el toque insurgente de su batería, de la que nunca se ha desprendido y con la que ha crecido y se ha desarrollado artísticamente, acumulando multitud de anécdotas y vivencias dignas de ser contadas… Como todo libro de memorias que se precie, pretendo no dejar en el olvido ese momento tan crucial y entrañable en la historia de cualquier ser humano, que abre el capítulo de su existencia, rememorando, con gran emoción, la fecha de su advenimiento, que tendría lugar un día cuatro de una gélida mañana de abril de 1946, en la calle Marqués de Elche, número 22, situada en la popular pedanía valenciana de Patraix. Su nombre, uno de los más valorados dentro del mundo de la percusión no será otro que el de... Juan Antonio Faure y Mateo “Colele”. Pero... no era hijo único, ya que dieciocho meses antes (octubre de 1944), había nacido su hermano Francisco José en el mismo barrio de Patraix, distrito que se encuentra integrado plenamente en el entramado municipal de Valencia. Ambos, de acentuadas raíces mediterráneas, definían su identidad demostrando un carácter desprendido, cálido y cercano que, generosamente, transmitían a cuantas personas queridas se acercaban a su entorno, bien por lazos de amistad o sencillamente por motivos laborales. 17
Sus progenitores, Francisco Faure Roura (abril 1908 - marzo 1995), originario de Figueres (Gerona) y Antonia Mateo Ramo (junio 1908 - marzo 1985), natural de Orrios (Teruel), dedicaron su vida entera a su prolífica empresa textil de calcetines Molfort’s*, que se encontraba limítrofe a la Alquería del Alcalde y tan, tan afín a su lugar de residencia habitual que, simplemente dando un breve paseo se llegaba hasta ella. Molfort’s: Su traducción al castellano nos desvela el significado de “Muy fuertes”. Era una compañía de confección de calcetines y otras prendas de género de punto. Se fundó en el año 1918, en “Mataró” (Barcelona) de la mano tripartita de Josep Costa, Joan Rectoret y Joan Cusachs. Años sucesivos, la firma haría extensiva su representación con la inequívoca presencia de dos nuevas delegaciones, que afiliarían sus sedes una en la ciudad de “Banyoles” en el interior de la Comunidad Catalana y la otra en la propia capital de Valencia. La regencia de esta última quedará en manos de los ascendientes de nuestro protagonista.
Publicidad de la empresa Molfort’s, años 1929 y 1935
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Sus padres eran personas humildes, trabajadoras, incansables, muy tradicionales en su forma de pensar –aunque de mentalidad abierta–, de arraigadas convicciones, que supieron, desde un principio, contagiarles con delicado esmero y objetiva rectitud. Gracias a la semejanza de caracteres que mediaba entre ambas generaciones, facilitó enormemente la consolidación de una dulce etapa que, abundante en cariño, transSus padres, Francisco y Antonia, año 1944 parente comunicación, diáfano entendimiento y apoyo incondicional desencadenaría en momentos imborrables de presente recuerdo para ambos párvulos. Como resultado una infancia dichosamente feliz, que con nostalgia siempre añorarán, y de la que absorbieron las mejores aptitudes y enseñanzas que el duro transcurrir del día a día les brindaba, convirtiéndoles en hombres de provecho, sana bondad y serio porvenir. De dónde viene su alias: Las empleadas de su negocio familiar, siendo éste un bebé, acostumbraban a dirigirse a él a través del apodo “Juanele” diminutivo de su nombre original “Juan” y, de este modo, cada vez que le preguntaban su nombre, ante la dificultad (dada por su prematura edad) él les respondía…: “Colele”. De tan simpático trabalenguas, nacería el que es actualmente su seudónimo. Por ello, desde su más tierna niñez así se le distinguirá en su ámbito familiar y círculo de amigos más próximos de la Comunidad Valenciana, con el afectuoso y legendario apelativo de “Colele”.
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Su ilusión por tocar la batería y el innato talento que le acompañaba, ya se dejaban entrever cuando con tan sólo dos cubiertos de madera, una vieja caja de zapatos o las más simples cacerolas de cocina de su madre, se transformaban en los mejores instrumentos musicales para iniciarse –sin saberlo todavía–, en la que sería profesionalmente su definitiva vocación. Gracias a estos particulares utensilios de Año 1948 “percusión”, inconscientemente, ya se estaba desarrollando el germen de una extraordinaria e incontrolable pasión por la música, que originará la que posteriormente será su filosofía de vida. Realizó sus estudios de bachiller en el Instituto de “Los Padres Predicadores Dominicos”, etapa en la que coincidirá, entre otros alumnos, con el gran Emilio Baldoví, que con el tiempo llegaría a ser el precursor del Rock Español en la Comunidad Valenciana; su nombre de batalla no sería otro que el de… Bruno Lomas. De sus primeros años como estudiante, recuerda con cierta acritud y sabor agridulce el trato marcadamente severo y disciplinado que acentuaban día a día los priores que impartían su docencia tan férreamente, “casi a golpe de silbato”, sin más consideraciones que las legalmente reglamentadas por la dirección de dicho cole20
En el colegio, año 1951 aprox.
gio. Fueron temporadas duras e incluso “crueles” para un niño en plena adolescencia. Como alumno defendió sus diferentes asignaturas de manera moderadamente aceptable, sorprendiendo en ocasiones a sus profesores con algún destacado notable en sus calificaciones globales. Aplicado en sus deberes, concluyó su periodo escolar con mesurado éxito, continuando sus estudios de formación profesional en el colegio sindical “San Vicente Ferrer” durante dos años, hasta que fue expulsado por difundirse la ideología política “republicana” de sus predecesores, que nada tenía que ver con la que abanderaba tal escuela, de tintes transparentemente falangistas. Desde muy joven, su apego a la música era tan evidente que se le hacía imposible disimularlo ante los ojos de nadie, para 21
todos era ya Vox Pópuli*. Su participación directa en la celebración de cualquier acontecimiento popular, su actitud confiada y su sentir totalmente despreocupado atestiguaban esa poderosa “vis atractiva” que ejercían sobre él esos “metálicos sonidos” que le provocaban el estremecimiento más inesperado. Así pues, se convertía en uno más de cuantos integrantes conformaban las distintas bandas municipales que daban “savia Junto a su hermano Francisco, en el día de la nueva” y frescura a las 1ª Comunión de ambos, el 30 agosto de 1953 fiestas más distinguidas de su barriada y pueblos anexos. En estos eventos, su arte connatural, a flor de piel, nos abría sus ventanas, absolutamente cristalinas, con descarado acierto, sobresaliendo visiblemente entre sus compañeros de enseñanza. Vox Pópuli: Expresión latina que significa “voz del pueblo” y que se usa para indicar que una cosa es conocida y sabida por todo el mundo y, por tanto, se da como aceptada o verdadera.
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Con su hermano Francisco, en el Hospital Militar (Museo San Carlos), el 27 diciembre de 1958
Curiosamente, el primer instrumento que tuvo en sus manos no fue una batería, sino una armónica cromática (marca Hohner) que le regalaron sus padres una inolvidable noche de Reyes, con tan sólo diez años de edad.
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CapĂtulo 2
Primer grupo... Primer sueldo
Junto a amigos, el 20 junio de 1960
Capítulo 2
Primer grupo... Primer sueldo A finales de 1959, entra a formar parte del grupo Los Pepenson, cuyos únicos integrantes eran Pepe Escrivá y Pepe Núñez, voces y guitarras, respectivamente, a quienes se unirán más adelante Vicente Escrivá (hermano de Pepe) al contrabajo, y nuestro biografiado, ¡cómo no! a la percusión. Comenzarán sus actuaciones en el municipio español de la Comunidad Valenciana de Catarroja, en respetables festivales, a los que les sucederán populares presentaciones de Fallas, singulares galas en terrazas de verano, pistas de baile, incluso sonadas entrevistas y debates, que pondrán en el punto de mira al naciente conjunto en las ondas hertzianas. Su primera intervención se producirá en la plaza de Patraix, junto a la orquesta Vives, con motivo de la conmemoración anual de San Roque. Especial alusión merece la festejada en Los Matinales del Teatro Princesa (Valencia), en la que también se podría oír a Los Milos, como banda estelar, liderados por su colega de instituto Bruno Lomas, todavía conocido como… Emilio Baldoví. Peculiaridad: El significado artístico de Los Pepenson, se compone de las dos principales letras que conforman el nombre real de sus dos creadores: Pepe Núñez y Pepe Escrivá.
A sus entregados seguidores les obsequiaban con popurrís de las baladas italianas más consagradas de autores de la talla de: Marino Marini, Renato Carosone, Tony Dallara, Nico Fidenco o 27
Los Pepenson presentados por el locutor, Enrique Ginés, año 1961/62
Adriano Celentano que aderezaban con acertados contrastes musicales de puro rock norteamericano al estilo de: Chuck Berry, Little Richard o el mítico Rey del Rock Elvis Presley... señal de identidad de tantas y distintas generaciones. En las fiestas más internacionales de los valencianos “Las Fallas” –exponente máximo de la unión de tradición, sátira, arte y sentimiento por una tierra–, multiplicaban sus participaciones, en unión a otras formaciones de célebre prestigio como: El Cuarteto de Colores, Angélica y sus Serenader’s, Los Hispánicos o el cantante catalán José Guardiola, instaurándose así una arraigada costumbre que se repetía y conmemoraba en el celebérrimo Pabellón de la Juventud. La estación primaveral era un cálido reclamo al que acudían “con los ojos cerrados”, para colaborar en el programa de festejos de “San José”. 28
Curiosidad: Mientras cursaba sus estudios de bachiller, trabajó durante varias temporadas en el oficio de soldador, en la industria metalúrgica Nayes, que se ubicaba en la provincia de Valencia, en la calle Jacinto Labaila, número 10.
Sin respaldo musical –públicamente reconocido–, ya comenzaba a tocar la batería... su medio de expresión vital. Autodidacta, espontáneo, impulsivo, de certeras intuiciones y una versatilidad que no entiende fronteras constituirán en este campo sus mejores armas para alimentar su desarrollo profesional, de forma desaforada y trepidante.
Junto a amigos, el 2 de junio de 1963
En el Conservatorio de Música de Valencia es donde alcanzará su anhelada y, tantas veces ansiada meta, aunque debo deciros que este desenlace… todavía estaba en trances de descubrirse. Sueldo aproximado de Los Pepenson: Entre 700 y 800 pesetas por cada “bolo” que celebraban, repartiéndose equitativamente entre sus cuatro componentes.
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Con el famoso certamen Trampolín de Estrellas, que patrocinaba Radio Manises, Los Pepenson logran –en 1961– alzarse con el segundo premio, gracias a su loada versión del tema Ramona, gran éxito de los Blue Diamonds, cuyo hit colocaron, meses antes, en lo más alto a nivel mundial. El primero se lo concedieron al grupo Los Superson, capitaneados por un jovencísimo cantante llamado Luis Manuel Ferri Llopis, futura figura y leyenda del pop hispano, que artística y mundialmente se daría a conocer bajo el nombre de... Nino Bravo. Este Festival-Concurso de Intérpretes de la Canción, que apoyaba la Obra Sindical Educación y Descanso en estrecha colaboración con la emisora antes citada, se realizó en la terraza Los Filtros de Manises (Valencia), contribuyendo así al transcurso de un gran año para nuestro protagonista. … ¡Quién podría imaginar, que lo que se estaba gestando por aquellos años se convertiría en puro arte sinfónico! Anécdota: Terminada una de sus actuaciones y con apenas tiempo material para llegar a su siguiente concierto, cargaron sus instrumentos con tal celeridad y premura que circulando por una de las vertiginosas pendientes que se vislumbraban a lo lejos precipitaría la caída de parte del equipo a lo largo del irregular asfalto, viéndose en la obligación de detenerse y recogerlos con resignación, uno tras otro… incluyendo el “esférico” bombo que rodaba y rodaba carretera abajo, sin control.
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Desenfrenada fiesta nocturna e inminente traslado a la comisaria –por alteración del orden público–, Tavernes de Valldigna (Valencia), año 1963
Los Adams, en la Terraza Fallera de la calle Jesús (Valencia), año 1962
Hombre de constantes retos personales, se lanzaba de cabeza ante cualquier tentativa de trabajo concurrente, no dudaba en aprovecharla. Durante la última etapa con Los Pepenson (1961/62), hizo compatible sus múltiples compromisos con las distintas formaciones de estilos parejos, más presentes que nunca en los escenarios, con quienes se identificaba artísticamente y compartía las experiencias más dulces e inolvidables, siendo testigo directo de sus giras. Entre ellas, creo justo mencionar, dos bandas de emblemático prestigio. La primera Los Adams, provenientes de la cuna valenciana de la propia capital del Turia, dada a conocer en la primavera del año ‘61 de la mano del guitarrista, vocalista y, sobre todo amigo, Juan Fabra Rojo. Su expresión musical defendía la diversidad de los países más afines a nuestra tierra, como Francia, Italia o Inglaterra; quedando dibujadas paradójicamente rasgadas pinceladas del sonido más tradicional del pop-rock americano. 31
La segunda Los Pañuelos Negros, que estaba integrada por: Agustín Abad a la guitarra, Agustín Sánchez al bajo, y Fernando González voz principal y contrabajo. De estos últimos, deciros que, con frecuencia, ofrecían numerosas intervenciones en los bailes que se celebraban en las termas sitas en “Las Arenas” de Valencia y, que en contadas noches, colaboraban en el programa que patrocinaba “La Unión Capitalizadora” y respaldaba Radio Llíria (Valencia), amenizándolo con sus más exclusivas melodías. Incluso su brío y arrojo les llevó a grabar un acetato en los estudios Voxon de Valencia, en el que incluirían la épica canción Johnny B. Goode del rockero norteamericano Chuck Berry. Tema sujeto a multitud de osadas interpretaciones a lo largo de la historia, que ha sobrevivido a todo tipo de adaptaciones más o menos atrevidas, siendo su versión un ejemplo claro de osadía y frescura respecto de las ya existentes. Desafortunadamente, el vinilo desaparecería meses después y, de él sólo se conserva… la portada del disco. Un enigmático seudónimo: En este período con Los Pepenson, a nuestro biografiado le atribuyeron el curioso patronímico de “Pastisso”, por su carácter dulzón y el gran magnetismo que proyectaba a las féminas con su música y gracejo natural, algo que en absoluto las dejaba indiferentes, conduciéndolas a su terreno como un auténtico conquistador, un verdadero “Don Juan”... para más inri.
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Acetato original de Los Pa単uelos Negros, a単o 1961 33
CapĂtulo 3
Comienza la locura
Con el Conjunto RĂo, a finales de 1962
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Capítulo 3
Comienza la locura En un corto plazo de tiempo, la dicha y la fortuna le deparará a Pepe Escrivá la inesperada oportunidad de acompañar –al por entonces afamado cantante zaragozano de origen marroquí– Miguel Jiménez de Miñana Marín “Chico Valento”. Pero ésta, caprichosa en ocasiones, irá más allá permitiéndole mostrar su valía y talento junto al popular grupo valenciano Los Top-Son. En paralelos caminos, Pepe Núñez reanudará sus estudios superiores de Ingeniería Química y nuestro personaje decidirá asociarse con el pianista Manuel González Sánchez para crear el efímero Conjunto Río, al término de 1962. Los Pepenson pasarán a ser… memoria viva de la música valenciana. Tres meses después, nacerán los míticos Jevels arropados por Colele a la batería; Manuel González Sánchez al piano; Silverio Duato Sapiña al saxofón; Joaquín Gabarda a la guitarra y su hermano José Luis al bajo y primera voz. Su andadura musical se dará a conocer en pequeños locales, aunque de gran peso, como la mítica sala Cañaveral, situada en la calle Dr. Olóriz (Valencia) o la transitada terraza de verano de Benicalap, puntos de encuentro de tantas bandas valencianas, en las que despertará la máxima expectación ante un auditorio que enfervorecido les responderá con sus mejores vítores. Es de destacar su participación en el Concurso Tri-Naranjus, donde fueron galardonados con el premio principal del certamen, desbancando a numerosas e indiscutibles formaciones de certero renombre como: el Quinteto 8 menos cuarto, Los Rockers, Los Small Boys o los mismísimos
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