La Huertana y El Hueso de Oliva Francisca García de la Paz Mª Rosa Pujante Pérez
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La Huertana y El Hueso de Oliva Francisca García de la Paz Mª Rosa Pujante Pérez
Érase una vez, en una región muy conocida por todos, un príncipe muy apuesto llamado Rafael, que buscaba a una joven doncella para casarse con ella y así poder reinar el maravilloso Reino de Murcia, pues ésta era la única condición que le ponían al joven príncipe sus padres, contraer matrimonio con una princesa de verdad. –¡Oh, qué desgracia la mía! –Dijo el joven príncipe–. Debo encontrar esposa cuanto antes, de lo contrario nuestro reino pasará a manos de los malvados primos Penchos.
El rey, al ver a su hijo muy pensativo exclamó: –Este reino necesita cuanto antes un rey joven y valeroso, yo ya estoy demasiado mayor para continuar con este agotador trabajo. Su madre, la reina, apresurada por la situación, ordenó a sus lacayos que prepararan un caballo, pues su hijo el príncipe saldría esa misma mañana a buscar a la que se haría llamar Reina del Reino de Murcia. Esa misma mañana, el príncipe junto con dos de sus lacayos, se dispusieron a buscar por todos lados a esa mujer bella y hermosa que estuviera dispuesta a compartir la corona y vivir feliz con su amado príncipe.
En su búsqueda, recorrió hasta el último rincón de cada región, pero para su desgracia siempre había algún contratiempo. Princesas decían haber muchas, mas nunca lograba asegurarse que lo fueran de verdad. Cada vez que el príncipe decidía dar el paso, descubría la mentira y el interés de éstas por proclamarse reinas de tan hermoso reino como era el de Murcia. –Hola hermoso príncipe ¡Miau! – Dijo una de ellas–. Si me eliges a mí como esposa ¡Miau!, te haré el hombre más feliz del planeta ¡Miau!
–¡Alteza, fíjese en el rabo! –Interrumpió uno de sus lacayos al ver lo que escondía la misteriosa mujer. En ese momento, lacayos y príncipe huyeron apresurados de aquel lugar tan extraño.