La risa y la sonrisa reinas de una nueva civilizacion by Pasionporloslibros

Alexander Alfonso M.

A帽o 2012.

La risa y la sonrisa, reinas de una nueva civilizaci贸n

A帽o 2012. La risa y la sonrisa, reinas de una nueva civilizaci贸n

Alexander Alfonso M.

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Índice El hombre que sobrevivió a todas las épocas 17 El gran juicio contra la naturaleza 24 Los 10 motivos básicos y los 6 miedos básicos del ser humano 28 Nuestro próposito o núcleo de existencia 40 Historias alucinantes 48 Nuestro niño interior 58 Nuestros grandes logros 61 Nuestros pretextos 66 El ateo 77 Esperando el paraíso para ser felices 85 El veredicto 87 Últimas palabras del juez 90 Último consejo del juez 97 Despedida del juez de los jueces 100 Fórmula del bienestar 107 Nuestras reuniones 113 Mi padre me cuida 119 Somos seres espirituales

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Como iba cambiando el mundo Una cena de Navidad inolvidable Pensamientos Lectura de libros recomendados

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Introducción

Este libro no tiene la intención de cambiar sus hábitos religiosos, ni mucho menos disminuir nuestra fe en la esperanza de un advenimiento de Dios. Lo que usted cree es derecho suyo y la verdad nunca podrá cambiarse. Esta historia es una fábula y un fuerte deseo, nada más. Esta es una historia inspiradora, amena y llena de fantasía, que combina casos verídicos de personas reales y datos reales contemporáneos, para mezclarlos con la magia y la ciencia ficción. Esta interesante historia es el instrumento que utiliza el autor para mostrarle a usted una gran verdad: usted puede ser y sentirse permanentemente feliz. Desde la fecha en que el autor se propuso sentir eso una vez en su vida, y la fecha de publicación de este libro, pasaron ocho años y cinco meses. Tiempo suficiente para que el autor pasara por todo tipo de situaciones. Desde problemas en relaciones amorosas, pasando por problemas familiares, laborales, económicos y hasta de peligro. Y en todas ellas el autor se dio cuenta de una sola cosa: nada ni nadie logró hacerlo pensar o sentir algo que él no quiso pensar ni sentir.

El autor escribió esta historia, palabra por palabra; letra por letra, para asegurarse de que la persona que hace más de ocho años atrás, y cuya vida pasaba por un momento muy crítico, y que aseguraba que ni él ni nadie podría escaparse de la tortura de los pensamientos, y mucho menos lograr dominarlos; fuera la misma persona que hoy le dijera a usted, querido lector, que el ser humano tiene el poder de controlar su estado de ánimo cuando quiera. Y que el ser humano puede sentirse siempre feliz en el interior de su mente sin importar lo que pase por fuera. El autor se obsesionó por lograr esto después de haber leído el capítulo número XV del libro Piense y hágase rico, de Napoleón Hill, titulado «Los seis fantasmas del temor». Ahora usted está leyendo esta historia escrita con la intención de obsesionarlo a poner la risa y la felicidad como lo más primordial en su vida. No queda más que empezar a leer y poner a volar la imaginación para ver cómo la risa y la sonrisa se adueñaron de nuestro mundo. Ante ustedes las palabras tomadas del libro Piense y hágase rico que sirvieron de gran inspiración al autor de este libro: «Estamos estableciendo aquí los fundamentos para la presentación de un hecho de gran importancia para quien no comprende por qué algunas personas parecen tener “suertes” mientras que otras, de igual o mayor habilidad, entrenamiento, experiencia y capacidad cerebral, parecen destinadas a soportar la desventura. Ese hecho se explica con la confirmación de que todo ser humano tiene la habilidad de controlar su propia mente por completo. Y con ese control es evidente que cada persona puede abrir su mente a los impulsos de pensamiento emitidos por otros cerebros, o cerrarla a cal

y canto». También cita: «el ser humano tiene el poder de admitir únicamente aquellos impulsos de pensamiento de su propia elección». Y por último: «la naturaleza ha dotado al hombre de un control absoluto sobre una sola cosa; “el pensamiento”».

Palabras del autor

Este libro está basado en una leyenda, pero es el primer monumento a la risa y a la sonrisa que se haya hecho jamás. En realidad, para estos dones de Dios debería fabricarse un monumento mucho más grande que todos los rascacielos que hoy existen o existirían algún día en el mundo. Porque este instinto de la risa hace que uno pase de ser una criatura como cualquier otra (pero además aun, sin color), y se convierta en un ser humano que irradia una luz capaz de iluminarlo todo. Lamentablemente la risa y la felicidad nos duran muy poco a todos nosotros. Esto sucede porque solo hemos aprendido a reírnos y a sonreírnos «por fuera», es decir, por medio de algo que nos sucede en el exterior. Sin embargo, estos regalos de Dios solo existen permanentemente en nuestro interior; en nuestra mente. Pero ponerse a buscar dentro de la mente no es fácil, da miedo y es doloroso. Este libro tiene la intención de ayudar a lograr erradicar ese miedo y ese tabú. La intención es ayudar a olvidar la vergüenza que da cuando uno habla mucho sobre lo que es «la mente», y empiezan a decir que uno

está «medio loco» o «medio loca». También el miedo a la burla y a la exclusividad, que envuelve siempre la búsqueda de la verdad dentro de uno mismo, nos paraliza. Yo era uno de los que creía que ponerme a buscar «estas cosas» dentro de mí cambiaría mi forma de ser. Tenía miedo a perder mi carácter. Miedo a que me hiciera una persona pensativa. Miedo a que me hiciera una persona demasiado reservada. Miedo a tener que buscar esto en una secta o religión; pues si alguna vez estoy en una religión quiero hacerlo por convicción y no por miedo o necesidad. Miedo a que empezara a rechazar a las personas que no fueran tan «profundas». Tenía miedo, también, a que terminara en una montaña con una barba larga, como un ermitaño, huyéndole a la civilización… nada de eso sucedió. Me entregué a buscar mi felicidad dentro de mi mente con todas mis fuerzas y con la ayuda de Dios, la encontré. Ahora puedo hacerlo todo mucho mejor que antes. Lo único que cambió es que todo lo que hacía antes ha mejorado, y hoy ¡soy permanentemente feliz! Ya no creo en la frase que dice: «No hay felicidad completa», la eliminé de mi mente, porque aprendí que el ser humano convierte en realidad todo lo que él cree. Quizás sucedan muchas cosas en mi vida que no son ideales, que son tristes, que son injustas, etc., pero nada de esto tiene que ver con mi interior, porque todo lo exterior que existe, todo, sea bueno o sea malo, cambiará inexorablemente y alguna vez desaparecerá; sin embargo, mi interior está exclusivamente dominado por mí, y cambia solo cuando yo, con mi voluntad, lo permito. Hoy es un mito, un deseo o una ciencia ficción pensar que la risa y la sonrisa serían la solución de tanto dolor en el mundo. También sería de locos creer que Dios

volverá, solo, cuando volvamos a reírnos, ¿quién sabe?; pero en el pasado también era ciencia ficción pensar que la Tierra era redonda o que se pudiera transmitir las ondas televisivas, o que un objeto con miles de toneladas de peso pudiera volar más alto que una pluma. Este libro es un llamado a que se unan cada día más fuerzas que defiendan este don divino. Se defiende la vida a toda consecuencia, se defiende el dinero hasta con las fuerzas militares; y ¿quién defiende a la risa hasta el final? ¡Nadie! La risa está siempre solita en una esquina, marginada, ignorada, menospreciada y atreviéndose a salir solo de vez en cuando a la luz. ¡Ojalá y se escriban miles de libros sobre el tema de la risa y la sonrisa como este! ¡Ojalá y comience una ola de risas! ¡Ojalá y la risa se ponga de moda! ¡Ojalá y la risa pueda llegar a tener el poder del dinero! En este libro encontrará usted cientos de razones para reír (nada que ver con chistes). Y si no encuentra razones, entonces buscará excusas para reír y ser feliz. ¡Ojalá que este libro inspire a reír! ¡Ojalá este libro ponga una sonrisa de despreocupación dentro de usted! Alexander Alfonso M.

Año 2012. La risa y la sonrisa, reinas de una nueva civilización

El hombre que sobrevivió a todas las épocas Todo empezó cuando me encontraba hablando con mis mejores amigas, Yashira y Vanesa; y mis mejores amigos Kevin, Thomas, Erik y Benjamin acerca de las antiguas civilizaciones mayas, que habían pronosticado el fin del mundo para el año 2012. Ya estábamos por el cuarto mes del año y era un tema muy mencionado. Mientras que unos hacían chistes y se burlaban de las veces que han fallado los pronósticos en toda la historia de la tierra sobre el fin del mundo, otros lo tomaban muy en serio en el grupo. Erik se levantó de la silla y dijo: no jueguen con ese tema, hay muchas coincidencias para este año. Qué cosa más curiosa que precisamente este año el mes de junio tenga cinco viernes y cinco sábados, y el de julio cinco domingos, esto ocurre cada 823 años. ¿Cómo pudieron saber eso los mayas y relacionarlo con otros acontecimientos que están sucediendo ahora? Yashira también preguntó: ¿Y por qué el calendario de los mayas termina para esa fecha de diciembre de este año, que ni quiero mencionar? Thomas agregó: la 17

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tierra siempre ha temblado, eso no es cosa nueva, pero este año la tierra ha temblado en sitios que nunca había temblado antes. Yo dije que sentí temblar la tierra hace como media hora, y Thomas replicó que precisamente él había sentido el temblor también. La discusión se extendió y de ese tema pasamos al otro tema que era casi obligatorio, y era hacernos las preguntas, que generalmente uno se hace en la adolescencia, pero que vienen de vez en cuando también cuando uno es adulto, y son: ¿de dónde vinimos realmente y adónde vamos? ¿Cuál es el propósito de todo esto? ¿Valdrá la pena el precio que uno paga por toda esta lucha? Cuando sin darme cuenta, ya estaba volando en mi imaginación y me llegó a la mente: ¿qué tal y existe alguien que haya burlado a la muerte hasta ahora?, ¿qué tal y esa persona esté en el mundo desde el principio de los tiempos y nadie sepa nada? Esta persona podría ser testigo de todos los acontecimientos de nuestra historia, pensé. Quizás esta persona supiera la respuesta y así pudiéramos saber si realmente fuimos traídos aquí por seres de otros mundos o si fuimos creados por Dios. ¿Cuál es realmente su propósito con nosotros? Parece que toqué algún lado de mi subconsciente, porque me llegó el recuerdo de cuando era pequeño que había oído de alguien que le decían loco porque se la pasaba diciendo que él estaba en el mundo desde el comienzo de los siglos, y que él sabía quién era el responsable de todas las calamidades, guerras y angustias del hombre. Y además, decía también que el culpable no era el demonio, como nosotros habíamos creído. Cuando ‌18

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volví a la realidad, ni me atreví a mencionarles a mis amigos lo que me pasaba por la cabeza, no vayan ellos a preguntarme cuándo fue mi última evaluación cerebral. Me quedé oyéndolos, pero otra vez me fui a mis pensamientos y me preguntaba: ¿qué habrá sido de ese hombre? ¿Estará vivo todavía? Yo sabía que no me iba a concentrar más en lo que se estaba hablando y busqué una excusa para salirme del grupo. Cuando me disponía a salir mi amigo Kevin me preguntó: ¿Adónde vas? Te vi cuando estabas como en las nubes en nuestra conversación. ¿Qué te pasa? Yo le dije que nada, que solo quería irme a buscar algo que había olvidado. El insistió tanto que tuve que decirle todo lo que había pensado, y que me disponía a buscar aquel hombre. ¿Cómo que te vas a buscar aquel hombre? ¿Tú solo? Tú mismo me dijiste que ese hombre era loco, me dijo mi amigo. Si tú vas, yo voy contigo. Sabía que no tenía caso discutir con Kevin, él era muy testarudo. Dejé que me acompañara y nos fuimos a averiguar dónde estaba ese hombre y que fue de él. Lo primero que debía hacer era ir donde yo vivía cuando pequeño. Esto quedaba al otro lado de la ciudad de donde vivo ahora, así que mi amigo se ofreció a llevarme hasta allí en su auto. Llegamos a mi antigua vecindad y a mi antigua casa. Me alegró mucho volver a saludar a los vecinos de mi infancia, tengo muy lindos recuerdos de ellos. De allí nos fuimos a donde vivía el señor. Su casa estaba a tres cuadras de donde estaba la mía. Al llegar a su casa vimos que eran otros señores quienes ahora vivían allí. Les preguntamos si sabían dónde vivía aquel 19

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hombre ahora y nos dijeron que no, pero que el vecino de al lado ha vivido siempre allí, y que lo más probable es que él podría saber. Fuimos donde el vecino y le preguntamos. Él nos dijo que el hombre no se despidió de él cuando se mudó y nunca le dijo para dónde se iba, pero él se acordó que el señor solía frecuentar un café que estaba al lado del parque principal de la vecindad. Nos fuimos enseguida a ese café y allí encontramos a un joven atendiendo el negocio. Le preguntamos si había oído hablar algo del señor que buscábamos y él nos dijo que sí había oído muchos relatos acerca de este hombre en el café, pero quien sabía donde él vivía era su padre. Nos acercamos a la mesa donde estaba el padre y le preguntamos. Él nos contó que en todos los años que este señor visitaba su café nunca lo tomó como un loco. Él era muy pacífico y se sentaba muy tranquilo en aquel rincón y solo tomaba café o agua. Escribía mucho en unos cuadernos que traía y sabía mucho de historia. El señor del café nos dijo que antes de que el hombre se mudara, pasó por allí y le dejó su número de teléfono. Al principio me llamaba frecuentemente, pero hace dos años que ya no me llama, dijo el señor. La dirección exacta no la sé, pero él se mudó a la ciudad más próxima a la nuestra. El señor también nos dijo la parte de la ciudad donde él vivía y el nombre de la vecindad. Llegamos a la ciudad y preguntamos por el señor. Ya todo el mundo lo conocía y enseguida nos dijeron donde él vivía. Este hombre vivía en una zona donde casi no había edificios, solo casas separadas un poco entre ellas. ‌20

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Encontramos la casa donde dijeron que él vivía. Ya estando allí, lo pensé antes de llamar a la casa, pues no sabía cómo podía comenzar una conversación con este señor, ni cómo preguntarle algo, pero no íbamos a viajar hasta su puerta y no atrevernos a llamar, así que entonces toqué el timbre. Una mujer de bonita apariencia y rostro amable me abrió la puerta. Me preguntó qué quería y le dije que deseaba hablar con el señor que vivía allí. ¿Puedo saber para qué?, me preguntó ella, porque aquí nadie lo visita y le tienen como un loco. Si es para burlarse de él o molestarle no lo permitiré y además él no está ahora en la casa, me dijo la señora. Yo le dije que solo quería oír la historia que él contaba hace muchos años y le juré que solo lo iba a escuchar y no lo molestaría ni le faltaría el respeto. La señora me creyó y nos dijo que pasáramos a la casa y que su esposo vendría en cualquier momento. Yo no quise poner nerviosa a aquella mujer y le dije a mi amigo que por favor se fuera. Él se negó al principio, pero le expliqué la razón y él entendió y se fue. Yo entré a la casa y tomé asiento. Después de unos minutos sin hablar le pregunté a la señora: señora, ¿cómo es su esposo?, ella me respondió: mire, él es un hombre muy especial y diferente, pero totalmente normal. Lo amo muchísimo y somos felices. Él es muy positivo, lleno de vida y me contagia de alegría. Señora, ¿y qué dice usted acerca de lo que dice su esposo?, le pregunté. Lo que él dice le corresponde a él, no le puedo juzgar. A veces me cuenta cosas que no entiendo, pero le creo. 21

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Yo con solo verle el rostro a esa mujer me di cuenta que no podía estar casada con ningún loco y mi curiosidad por conocerlo aumentó aun más. La señora me brindó algo de tomar y seguimos conversando un buen rato. De repente el hombre llegó a la casa y entró a la sala donde estábamos desde una habitación continua. Me sorprendió que a pesar de haber oído hablar de este hombre desde que yo era muy pequeño, este se veía muy joven. Era muy limpio al vestir y su rostro era también amable. Noté que se veía cansado. La señora le dijo: este hombre ha viajado desde otra ciudad y quiere hablar contigo. ¿De qué?, me preguntó él. Le respondí que solo quería hablar con él acerca de la historia del mundo, ya que había oído que él había vivido desde el comienzo de la raza humana hasta ahora. También le pregunté, con una cara medio chistosa, que cómo se sentía después de haber vivido tanto tiempo. Solo a eso vine y no le molestaré. ¡No puede ser, es increíble!, exclamó el señor. Hace años que nadie viene a visitarme y cuando lo hacían era solo para burlarse de mí y a veces hasta para agredirme y decirme que me vaya del vecindario. He vivido todas las épocas y todo el mundo me ha llamado loco, pero nadie se había dignado nunca a conocerme y preguntarme sobre estas cosas; y, ¿por qué precisamente hoy? ¿Qué tiene hoy de especial?, preguntó la señora. ¿Se me ve que estoy cansado, verdad?, preguntó él a su esposa. Es que hoy fue el juicio. ¿El juicio? ¿Cuál juicio?; ¿el juicio final?, pregunté yo un poco asustado, ya que se habla tanto de que el mundo terminará en estas fechas. Él me dijo que ‌22

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no era ningún juicio final. Pase por aquí, por favor, me dijo, y le mostraré de qué se trata. ¡Tú también!, le dijo a su mujer. Yo por dentro de mí preguntaba: ¿será verdad esta coincidencia, que precisamente hoy yo venga a visitar a este hombre?, ¿o estará este hombre de verdad loco hablando de un tal juicio? Aún así, igual le seguí y nos fuimos en dirección a la habitación de donde él había salido, cuando nos dijo: he vivido tanto tiempo escondiéndome de la muerte y observando todo desde los lugares que he tenido que vivir, y vi como el mundo se está yendo al borde de la locura más rápido que nunca. Todo va muy deprisa y lo peor está aún por llegar. Observando y observando había llegado a la conclusión de que la culpa de todo esto no la tiene el hombre, ni el demonio, ni mucho menos Dios, como pensábamos nosotros, sino la naturaleza misma. Por eso entonces decidí acusar a la naturaleza ante el tribunal supremo del universo; ante Dios. Miren ustedes, Dios creó todo lo que existe. La naturaleza fue creada pocos días antes que nosotros. Como el ser humano tiene un tiempo limitado para vivir en este mundo, nadie pudo vivir lo suficiente como para percatarse de que la naturaleza juega con nosotros. Pero yo sobreviví a la naturaleza y me di cuenta de esto. Hace mucho tiempo que yo había enviado esta acusación ante Dios, pero ya que nadie se había atrevido a acusar a la naturaleza de esto antes, Dios necesitaba mis argumentos por escrito para leerlos detalladamente. Después de tanto tiempo esperando, Dios pasó causa hoy. Yo fui el representante de la raza humana, la parte acusadora. La naturaleza también tenía sus representantes 23

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y era la parte acusada. A pesar de que mis argumentos eran tan contundentes, el juicio tomó un rumbo que nadie esperaba. No quiero contarles todo el juicio y como ven estoy muy cansado. Lo grabé y quiero que lo vean por ustedes mismos. Yo les enseño donde está el video y luego me voy a descansar. El gran juicio contra la naturaleza Entramos por un pasillo, y aunque la casa era igual de grande que todas las demás de la zona, este era muy largo. Tenía estantes a ambos lados y al comienzo del pasillo habían artefactos muy antiguos y rarísimos que no había visto antes. Mientras caminábamos, los artefactos iban ya siendo menos desconocidos hasta llegar a aquellos que conocía en los museos en la actualidad. Todo estaba dividido como por diferentes eras en el tiempo. Así llegamos hasta el final del pasillo donde había una habitación continua. Al abrir la puerta vi que era una habitación ultramoderna y en ella había una pantalla gigantesca. La señora ya conocía la habitación y me dijo que podía tomar lo que quisiera para comer o beber de un refrigerador que había allí. Tomé algo para beber y me disponía a buscar algo para comer cuando el hombre encendió la pantalla. Quedé anonadado con la imagen que parecía en tercera dimensión, pero sin utilizar lentes especiales. El sonido era nítido y muy alto. Entonces no hice más nada que sentarme en el sofá junto a la señora. El hombre puso el video y se fue a dormir. Noté que él se había llevado el ‌24