Lo volvere a decir

Page 1

Antonio García

LO VOLVERÉ A DECIR


Antonio García (Ponferrada, 1950). En los primeros escarceos con la escritura dudaba entre la prosa y la poesía. Cuando me decidí por la poesía, creía que la línea roja que las separaba era infranqueable. Pronto me di cuenta de que esa línea gruesa, aunque existía, era permeable. Y así, tanteando, he llegado a este Lo volveré a decir recurrente, tratando de que las páginas no se sumen a páginas y que al menos en un verso habite la posibilidad de su propio silencio. A. García




Antonio García

LO VOLVERÉ A DECIR

Valencia - mmxiv


© Antonio García © Cubierta, «Ariadna en el laberinto de las palabras» de Alfonso Brezmes 1ª edición, 2014

Edita: Pasionporloslibros ISBN: 978-84-16174-16-4

Impreso en España / Printed in Spain Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación ni de su contenido puede ser reproducida, almacenada o transmitida en modo alguno sin permiso previo y por escrito del autor.


Dices que repito algo que he dicho antes. Lo volverĂŠ a decir. T. S. Eliot



SEGURO QUE AMANECE

Suerte la de conducir el Citroën plateado de madrugada, camino de la playa el último barco pesquero se fue y no hay ni un borracho haciendo el trompo tampoco guardia civil ni putas el lunes de descanso solo se oye la brisa de tierra y el silencio que se cuela por la ventanilla del Xsara poco a poco surgen siluetas de sombra con perrito, mujeres con mallas deportivas (100 calorías quemadas, más o menos) luego los primeros faros neuróticos tanteando el pan de cada día monovolúmenes subidos en las aceras con madres despeinadas y párvulos zombis Radio Clásica 24 horas y una cuña: «Cacaolat ha echado el cierre 7


y la claridad siempre viene del cieloÂť; el mundo se despierta pisas a fondo, tocas fondo, es hora de acostarse seguro que amanece

8


PULP FICTION

No nos la chupemos mutuamente, todavía

Un equipo de cien tíficos de la universidad de Cambridge (Massachusetts) ha llegado a una sorprendente conclusión: «La gente ha dejado de adorar a Dios» alguien llama… el tipo del Círculo conserje de instituto: «en la próxima revista viene una vieja llamada Alis Muro o algo así le han dado el premio ese tan famoso… lo ha dicho la tele hoy» 9


no se trata del ojo equilátero armonioso ni aquel otro ingenuo Big Brother de Orwell vigilante de rutinas gestos triviales todavía oscuros hábitos sórdidos secretos (las manos quietas) otra vez se te ha ido la señal y no oyes más que la masa la masa morbosa impúdica enajenada travestida depilada vendiendo comprando efectos especiales violando todos los gerundios imaginables

10


TRANGALLADA

Ao meu fillo

Cuánto te esperé días y noches hijo mío y crecieras como la buganvilla hasta el dintel donde tu abuelo te llamase por su nombre y el mío para ir al cole y rompieses todos los cristales de los curas también el llanto del cuartelillo luego llegasen estirones fiebres voz engolada castañas resacas a tiempo completo (qué harías) 11


tocarĂ­as el bajo el rosario de la aurora aquella novia del instituto (no te preocupes, padre) poco antes de partir hacia un futuro donde nadie sabe ni reclama pues nunca viniste a la plegaria de tu madre (yo paguĂŠ el cristalero).

12


DE VUELTA

Y como me viene en gana abandono el cuarto de los espíritus y me voy de paseo me encuentro en un estado de ánimo romántico-extravagante (buenos días, don Roberto) las floristerías y las perfumerías me huelen a muerto (esos centros me gustan: ¿las flores son de silicona?) «Son ramos pantierros» la currutaca de la librería wasapea como una posesa (Manuel Machado «Yo, poeta decadente») «Un momento… no está, ¿Manuel qué?» 13


(Machado + IVA) no, nada de ofertas especiales tarifas planas internet incluido nostalgia de Berna Madrid Barcelona… el bar muy chic «De eso no tenemos» (estoy viendo las botellas) «¡Le he dicho que nunca hemos tenido, así que…!» así que vuelvo a encerrarme ciclotímico con Walser.

14


BARDOS

… and ne forhtedon na¹ «La balada de Maldon»

Cuando acudáis al combate y perdida la batalla consigáis en un verso —uno solo— de un poema, perpetuar la gloria del instante y el hierro de la muerte, tomad aliento, alzad los ojos, sosegaos, no cedáis ante la adversidad mas cuidaos del istmo del oprobio, donde cantan las sirenas, las alondras, los ruiseñores, el estertor.

¹… y jamás con temor 15


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.