Para quien canta el ruiseĂąor
Jose G. Sunday 2016
Primera publicación en España 2016 Copyright
2016 textos por Jose G. Sunday
Diseño portado por Jose G. Sunday Traducciones de textos musicales por Jose G. Sunday Textos musicales por sus respectivos autores Ilustraciones por Jose G. Sunday
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www.pasionporloslibros.es C. Begoña, 34 – bajo I.S.B.N.: 978-84-16582-84-6 46183 . L Eliana – Valencia – España
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PROLOGO Para quien canta el ruiseñor, es una combinación de textos propios, y una recopilación de textos musicales, en su mayoría de la cultura afroamericana. Los temas incluidos en este libro son elegidos desde una perspectiva subjetiva de los temas musicales que tocaron mi vida, y el tiempo que me ha tocado vivir. No son todos los que están, ni están todos los que son, es una simple selección arbitraria de varios estilos de música. Es sabido, que la música popular moderna es una aportación de la cultura africana, y sus descendientes a la cultura popular mundial. Desde el rock, pasando por el jazz, el blues, o el soul, y estilos tan novedosos como el hip-hop, o el rap, son producto de la cultura afroamericana. Estilos que marcan, y marcaron épocas, estando como telón de fondo para en primer lugar, la lucha de los afroamericanos por derechos sociales, a pasar a la cultura popular de todo el mundo. Quizás no muy sabido por los consumidores de este tipo de cultura, es que algunos de estos estilos de música estuvieron en su día prohibidos por ser música subversiva y/o perturbar la paz social. Con el tiempo estos estilos de música han pasado a ser la base reivindicativa, y cultural de jóvenes, y no tan jóvenes, de todo el mundo. Yo, humildemente, he traducido algunos de estos textos del inglés al castellano, con mayor o menor acierto, Y usado como telón de fondo a mis propios textos, espero que sean leíbles, y de alguna manera, sin nostalgias, traigan gratos recuerdos. Jose G. Sunday Abril 2016
La musica es la poesia de los sentidos
¿Para quién canta el ruiseñor?
El canto del ruiseñor, canto de aves inquietas
un canto que inunda todo a este lado de la calle
que vienen de corto viaje, para decirnos
sonido que retumba entre paredes humanas
“one love” cosas tan banales ya.
hasta llegar a mí, “one love” dice, y rememoro viejos tiempos.
más fáciles de entender, cuando nos perdemos por veredas
Cuando casi de niño me deleitaba con la visión de ella
irreconocibles ya, perdidos en un tiempo pasado
mas sé que ese no es el amor cual se refiere es más amplio, aquel que bajaba los frutos extraños de los árboles. es aquel que pedía comprensión al ser golpeado es ese que ves en los ojos de la madre al partir. A lo alto de la torre salen las notas de un altavoz retumban bajando como pájaros errantes a oídos del que se apuesta a escuchar.
solo las aves altruistas son capaces de recordar lo efímero, cuando ya somos solo memoria en un vaivén frenetico, casi a ciegas.
Hay polvo en los rincones no consigo quitármelo de encima pasan los días, los meses, los años
puesto que está ahí, sin que nadie le invite le habrá la puerta, y le diga; pasa amigo polvo. han pasado ya tantos años
el polvo se acumula en las esquinas.
Ya no lloramos, ni echamos de menos
Los hombres lo justificaban todo
lo que había, y lo que hubo, ya es parte de nosotros
con honor, y una frágil justicia. Tanto polvo, ¿de dónde vendrá? ¿Será por vivir en una ciudad? este polvo amenaza con colmarlo todo. Las mujeres eran más directas llamaban a las cosas por su nombre y amaban solo a los elegidos tanto tiempo ya sin caer entre sus piernas. El polvo es parte del vivir supongo
mas el polvo que se acumula en todos los rincones.
El polvo se acumula en los rincones
El polvo se acumula bajo mi cama
este dolor existencial se acumula en mi
el dolor del saberse vivo, saberse despierto
tendido sobre la cama, reposando entre sabanas.
me hace cerrar los ojos en la odisea
Partículas polvorientas en el aire que respiro
a sabiendas de lo que hay debajo
traspasan el colchón, baja entre mis grietas
de tanto querer, tanto perder.
para acumularse bajo mi cama.
Descansando los huesos, y un puñado de pellejo
Sobre el colchón, descansando estos huesos
el polvo se acumula irremediablemente
tantos kilos de pellejo, de vida que se apaga
bajo mi cama donde la aspiradora no llega
en cada suspiro, en cada vivencia, en cada beso
allí se siente segura, resguardada de mí.
vamos restando vida, en dirección a esa lapida
Del dolor de saberse mortal afanando la vida
mi cama es nueva, con sabanas nuevas
será todo en vano? ¿Es todo un espejismo?
no conoce amores, no conoce de suspiros de gemidos en la oscuridad, fluidos que se intercambia.
A veces no quiero acordarme
siguió altiva, como toda mujer sabe
a veces se borran los acontecimientos.
la belleza esta tanto en el porte
las mujeres lo recuerdan todo
como en saber llevarlo
cada detalle, cada beso en un instante. Fue la primera vez que la llamaron negra
¡Negra! Hermosura de la tierra siempre quise olvidar cada suspiro en tu lecho.
una emoción la golpeo en su pecho
¿Para qué sirven los recuerdos?
su rubor negro se subió a sus mejillas
todo lo que queda después
sus pezones se hincharon en su pecho. Son cosas del recuerdo ¿para qué sirven? si el tiempo se los lleva, como nos llevará a ti, y a mí. Construimos castillos en la arena andamos medio borrachos de felicidad. Ella no se volvió a la llamada
en la distancia, al contar los días a sabiendas que ella tampoco volverá.
De Oslo siempre quise partir pesaba mucho la memoria sus vaivenes se pegaban a mi como tatuaje sus calles, sus parques, sus estatuas
todos los caminos se conjuraban con ciudad del blues blanco. ya harto de correr, me abandonaba en sus calles como el que no quiere como un turista accidental
todos me miraban impasibles.
buscando algo parecido a mi
Di un paso al frente, y otro, más otro
preparando un largo viaje
pero no me movía del lugar se estaba haciendo a mi esta ciudad o yo, iluso de mí, estaba condenado a él. Como a las rosas blancas, con ojos de gata a las faldas de otoño, cuando todo se volvía morado en mi guarida siempre en un letargo inconsciente a ritmo de jazz, me flageaba las desdichas pero nunca partía, y si así fuera
que nunca partía de la estación.
El viaje se antoja infinito
todo tiene un final.
claro que es algo que solo cabe en nuestra mente
Nadie nos recordará, ni nadie nos leerá
me prometes un dios en el cielo
el televisor tampoco nos acompañara
cantaba el ruiseñor, esperando a que me muera
y se antoja infinito, siendo finito
pero mientras tanto, no oye mis llantos. La marcha forzosa, no te quieres mover pero el incordio del vecino te ara mover. Los deseos son quizás lo único verdadero estos también te aran mover unas, fichas en el tablero otras, manos bajo sus faldas. Solo así reencarnamos lo efímero a más compradores de sueños pero como las rebajas en el súper
los suspiros bajo sabanas lo único quizás real entre sueño.
que hasta la filosofía
Nada está olvidado, tampoco lo olvida el ruiseñor
que mantenía a unos superiores
pero Olsen no se da por aludido
y a otros inferiores, no fuera abolida
en el viaje de la mentira, las apariencias
y desacreditada, solo veríamos guerras.
la falsedad, la calumnia o el simple embuste
El porteño Olsen, no se da por aludido
nos llegan sonidos inequívocos.
siglos traficando con especias
Todos sabemos las letras de la canción
conmigo, contigo, con ellos
todos hemos alguna vez bailado a su son
Cantaba el ruiseñor
no cambiaba el rumbo de velas en mástil.
El ruiseñor no se equivoca.
Cada instante de la arena perenne del reloj
Allá como acá, ya huele a pólvora
recordaban junto a gemidos
ha sangre que derraman las grietas
sus hazañas por tierras lejanas
donde solo Olsen al parecer sabe qué hace ahí.
tierras cercanas, tierras prestadas, tierras con alma, con dueños.
Quiero que me hagas reír me dijo; quiero que me enseñes esos trucos que me hacen gritar me dijo; entre risas. ¿Puede generar risas el no matarse? ¿Por no atreverse?
son razones suficientemente solidas para no querer morir, no, todavía no. Algún sueño, algún truco, queda por conquistar más tarde te are reír, como la niña que ahora mujer fuisteis
¿Por no saber que hay detrás de la muerte?
mis trucos que siempre consiguen que te quites la ropa
El vacío total, la nada, el no ser
te los enseñare, y más tarde entre besos
garantiza la tan ansiada paz
te diré por qué no es hora de morir.
pero no tiene por qué ser gracioso la soledad entre almas que vagan no es nada en comparación. Su cara risueña donde se antoja iluminarse el sol sus curvas, donde resbalan mis manos sin pretensiones, sin fijaciones