Conversando con el maestro
La era en la que vivimos está marcada por un fuerte pensamiento de autosufi ciencia. Debido a los avances científicos y tecnológicos logrados en las últimas décadas, el hombre se declara dueño de su destino, olvidándose del Creador, ante quien algún día deberá rendir cuentas. Los preadolescentes tienden a ser moldeados por las influencias que reciben de la sociedad, ya que atraviesan una fase de profundas transformaciones. Ser maestro de la Escuela Dominical no se trata solo de preparar una lección durante la semana y enseñarla el domingo, sino que implica preocuparse por la salud espiritual de los alumnos. ¿Por qué nuestros preadolescentes asisten a la iglesia? ¿Solo para acompañar a sus pa dres o porque reconocen que ellos también necesitan la salvación? La lección de hoy es una excelente oportunidad para que aquellos que todavía se sienten indecisos reconozcan a Jesucristo como el único Salvador. Estudie la lección con detenimiento, dedique tiempo a la oración, lea la Biblia, comentarios bíblicos y libros. Busque siempre la guía de Dios y los resultados no tardarán en aparecer.
• Comprender el contexto histórico del nacimiento de Jesús;
Objetivos:
• Reconocer que necesitamos de un Salvador;
• Aprender que debemos ser cada vez más como Cristo.
Espacio del maestro
Este trimestre estudiaremos la vida de nuestro Señor y Salvador Jesús. Es fun damental que todo cristiano, incluso el preadolescente, se dé cuenta de que la encarnación del Verbo divino es la máxima manifestación del amor y la miseri cordia de Dios hacia la humanidad pecadora.
El preadolescente suele tener muchas preguntas sobre diversos temas, especialmente aquellos relacionados con la vida espiritual y, a menudo, cues tiona el mundo que lo rodea. La tarea del maestro implica satisfacer esta sed de conocimiento con el estudio de la Palabra de Dios. En este grupo de edad, el preadolescente comienza a sentirse adulto y busca independizarse de la opinión de sus mayores. Es necesario que entienda que, por más autosuficiente que sea el hombre, siempre dependeremos de la gracia de Dios, ya que somos pecadores que necesitan la salvación ofrecida por Dios mediante el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario.
La Biblia declara enfáticamente que la única forma en que el hombre puede ser salvo es reconociendo que es un pecador y aceptando el señorío de Jesucristo sobre su vida. ¿Comprenden nuestros preadolescentes el verdadero sentido de lo maravillosa que es la salvación que reciben a través de Jesús? ¿Reconocen el
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peligro de vivir alejados de los caminos del Señor? Comience la lección pregun tándoles a sus alumnos si saben qué es la salvación, espere que respondan y luego presénteles un cartel con el título: Salvación. Pegue de antemano recortes de periódicos y revistas de personas en peligro en este cartel. Compare estas situaciones peligrosas con la situación del hombre que vive en pecado, enfatice que, así como estas personas morirían si no hubiera alguien que las rescatara, nosotros moriríamos en nuestros pecados si Jesús no hubiera venido a este mundo para salvarnos.
Conociendo + de Dios
¿Alguna vez se han preguntado por qué necesitamos a un Salvador? Quizás hayan pensado que respetar a los mayores, ser amable con los demás, obedecer a los padres, sacar buenas calificaciones en la escuela y otras buenas obras puede hacer que prescindamos de la necesidad de un Salvador. Si pensamos de esta manera, nos estamos equivocando, porque las buenas actitudes no son suficientes para tener libre acceso al Cielo.
La Biblia declara que no hay ni una sola persona justa (Ro 3:10) y, a causa de nuestros pecados, estamos lejos de Dios (Ro 3:23). Pero para salvarnos de nuestros pecados, Dios envió al Señor Jesús (Mt 1:21), su único Hijo. Podríamos pensar que, como Hijo de Dios, Jesús debería haber tenido algún privilegio mientras vivió en este mundo, como vivir en un palacio rodeado de sirvientes o presumir de una serie de bienes y riquezas para demostrar que era poderoso. Sin embargo, la Biblia afirma lo contrario. Jesús vino al mundo como una persona humilde (Mt 11:29) y, desde su nacimiento, tuvo una vida sencilla (Fil 2:7). Este es el tema de la clase de hoy.
No había lugar para los padres de Jesús
Cuando nació Jesús, el mundo estaba bajo el dominio del Imperio Romano. Los judíos, el pueblo al que pertenecía Jesús, debían obedecer las órdenes del emperador romano, una especie de rey, que en ese momento se llamaba Augusto (Lc 2:1). Como él quería saber cuántas personas vivían en su estado, Augusto ordenó que se empadronara a todas las personas que allí vivían.
Los judíos tenían la costumbre de que los contaran en su ciudad de nacimiento. Entonces José, el padre de Jesús en este mundo (Lc 3:23), salió de Nazaret con su esposa María, que estaba embarazada,
hacia Belén, la ciudad donde nacería el Rey de reyes.
Era un viaje largo, aproximadamente llevaba seis días a pie. Así viajaban las personas más humildes como José y Ma ría. ¿Se imaginan cuán cansados estarían cuando llegaron a Belén? Ciertamente querían encontrar un lugar donde pudie ran descansar. Pero Belén era un pueblo pequeño y no había lugar en ningún mesón de la ciudad, ya que las estancias también estaban ocupadas por otras personas que habían llegado para que las contaran. Como no encontraron ningún lugar para quedarse, la familia de Jesús fue alojada en el único lugar disponible: un establo; donde se guardaba a los animales. Allí, humildemente, nació el Salvador.
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qué necesitamos un Salvador? ¿Cómo se llama la ciudad donde nació Jesús? ¿Por qué José y María no encontraron lugar
ningún mesón? R: Porque nuestros pecados nos separan de Dios. R: Belén. R: Porque los mesones estaban ocupados por mu chas personas que también
la ciudad para ser contadas.
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Apoyo para el maestro
“Las circunstancias del nacimiento del Señor fueron humildes, bajo toda posible muestra de desprecio. De hecho, Él era realmente el primogénito, pero implicaba poca honra ser el primogénito de una mujer pobre como María, que no tenía herencia a la que Él tuviera derecho como primogénito, excepto lo que tenían al momento de su nacimiento.
[…] Él sufrió humillaciones particu lares para Él mismo.
(1) Jesús nació en un establo. Este hijo de David, que era la gloria de la casa de su Padre, no tenía herencia que pudiera aprovechar, ni siquiera en la ciudad de David, ni tampoco tenía un amigo que pudiera albergar a su afli gida madre, y brindarle un alojamiento donde ella pudiera descansar. Cristo nació en un establo, para demostrar que vino al mundo solo para residir aquí temporalmente, como cuando uno va a una posada, y para enseñarnos a hacer lo mismo. Un mesón recibe a todos los que llegan, y Cristo hace lo mismo con nosotros. Él levanta su bandera de amor como su insignia, y el que viene a Él, no es rechazado; pero a diferencia de otras posadas, Él recibe a los que llegan “sin dinero y sin valor”. Todo es gratuito.
(2) Él fue colocado en un pesebre; el recipiente que se usa para alimentar al ganado. Como no había lugar en el mesón, y por falta de hospedaje, y por falta de lo indispensable, lo colocaron en un pesebre en lugar de una cuna. Algunos asumen que la palabra que nosotros traducimos como “harapos” deriva de una palabra que significa rasgar, y deducen que estaba tan lejos de tener un buen ajuar de nacimiento que es posible que incluso sus propios pañales estuvieran rasgados. El hecho de que haya nacido en un establo y fuera colocado en un pesebre es un ejemplo de:
[1] La pobreza de sus padres. Si hubieran sido ricos, habrían conseguido
un lugar donde quedarse; pero como eran pobres, tuvieron que arreglárselas como pudieron.
[2] La corrupción y degeneración de los buenos modales en esa época, que provocaba que una mujer con reputación de virtud y honor fuera tratada de una manera tan inhumana. Si hubiera exis tido algún sentimiento humanitario, no habrían llevado a una mujer en trabajo de parto en medio de un establo.
[3] La humillación de nuestro Señor Jesús. A causa del pecado nos hemos vuelto como un bebé exiliado, indefenso y miserable; y Cristo fue un bebé así. De esta manera, el Señor Jesús se reveló a sí mismo como Aquel que fue tipificado por Moisés, el gran profeta y legislador del Antiguo Testamento, quien, siendo un bebé, fue colocado en una canasta hecha de cañas, así como Cristo en un pesebre. Cristo desprecia de esta manera toda la gloria de este mundo y nos enseña que hagamos lo mismo. Como los suyos no lo recibieron, que no nos extrañe que no nos reciban a nosotros.” (Henry, Mathew. Comentário Bíblico Novo Testamento , Mateus a João.[Comentario bíblico del Nuevo Testamento, de Mateo a Juan]. Río de Janeiro: CPAD, 2008, p. 528).
Él nació humilde, en un pesebre
Cuando un niño está a punto de nacer, los padres tratan de hacer todo lo posible para que se sienta cómodo. Le compran un ajuar, una cuna y algunos juguetes. Al nacer, Jesús no tenía ninguna de estas cosas, su madre lo envolvió en retazos de tela y lo colocó en un pesebre, que era un recipiente de madera o piedra donde se depositaba el alimento de los animales.
Incluso siendo el Rey de reyes, Jesús no nació en un palacio, sino en un lugar más simple que muchos niños judíos de su época. Esta fue la voluntad de Dios, para mostrarnos que lo que importa no es la riqueza que este mundo pueda ofrecernos, ya que muchas veces pensamos que lo
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importante es tener la vestimenta más linda, los mejores zapatos, los mejores disposi tivos electrónicos, pero para Dios lo que importa son las intenciones que tenemos en nuestro corazón. Jesús era rey, pero nunca vivió como rey; era una persona sencilla y humilde y, como sus siervos, debemos vivir siguiendo su ejemplo.
REVISANDO
Respuesta personal.
Apoyo para el maestro
Es necesario hacer hincapié en la humildad del nacimiento de Jesús. Hoy en día, cuando nace el heredero al trono de un país, los medios de comunicación se encargan de dar la noticia de una manera exhaustiva. Jesús nació para “ser el rey de los judíos” (Mt 2:2), y su nacimiento pasó desapercibido en todo Israel. El hecho de que no hubiera lugar para Cristo en ningún mesón prefigura el rechazo que sufriría el Señor Jesús por parte de Israel. Asimismo, hoy en día, las naciones distraídas por las guerras y el enriquecimiento financiero terminan rechazando al Salvador. El hombre tiende a sobrecargarse de actividades y no reserva un lugar para Cristo en su vida (Lc 10:38-42).
Matthew Henry, en el texto utilizado para apoyar al maestro, afirma que, al nacer en un establo, Cristo afirma el carácter provisional del tiempo que estaría en este mundo y que nosotros debemos mostrar la misma actitud. La Biblia dice que somos extranjeros en este mundo (1 P 2:11). Para los preadolescentes de hoy, que forman parte de una sociedad
de consumo, aceptar esta afirmación puede resultar un tanto difícil, ya que significa dejar a un lado las cosas materiales. Para una mejor comprensión de esta enseñanza, el mejor ejemplo que podemos tener es la vida del mismo Señor Jesús, quien, siendo el Rey del universo, no tenía lugar donde descansar (Mt 8:20).
Un nacimiento que trajo alegría
El nacimiento de un niño es motivo de ale gría para todos los que lo rodean. Es un momento que trae gran felicidad, no solo para los padres que, después de nueve meses de espera, pueden ver el rostro de su hijo, sino también para los abuelos, tíos y primos que quieren conocer al nuevo integrante de la familia. Con Jesús no fue diferente, su nacimiento trajo alegría no solo a su familia, sino también a todo el mundo, porque había nacido el Salvador.
El día que nació Jesús, la Biblia relata que había un grupo de pastores en el campo cuidando a sus ovejas, protegiéndolas de los lobos y de los ladrones. De repente, se les apareció un ángel y una luz fuerte brilló sobre ellos, dejándolos muy asustados (Lc 2:8-9). Pero el ángel había venido a traerles la buena noticia: Jesús, el Salvador, había nacido. Esta fue una noticia maravillosa que traería mucha alegría a todas las personas. Incluso nosotros, que no nacimos en ese mo mento, podemos regocijarnos de que haya nacido el Salvador de toda la humanidad.
De una manera sencilla, el ángel anunció que este niño era el Salvador, el Mesías, el Señor (Lc 2:11). ¿Podemos darnos cuenta de cuán importante es el nacimiento de este niño? Como Salvador, Jesús salva del pecado y de la muerte a todos los que confían en Él. La palabra Mesías es de origen hebreo, el idioma oficial del pueblo judío y significa “ungido”. Los reyes de Israel, al momento de comenzar a reinar, eran ungidos antes de convertirse en reyes. En relación con Jesús, Mesías significa rey, pero no un rey ordinario, sino el Rey de reyes. Señor era el nombre con el que los judíos llamaban a
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¿Cómo demuestras con tus actitudes que eres una per sona sencilla como Jesús?
Dios; cuando el ángel llamó a Jesús, Señor, estaba diciendo que ese niño que estaba acostado en ese sencillo pesebre era Dios. En ese momento apareció un coro de ángeles que cantaba: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lc 2:14). Dios debe ser exal tado por el inmenso amor que demuestra por nuestra vida. ¿Alguna vez le han dado gracias a Dios por habernos salvado al enviar a su Hijo Jesús a este mundo? Este maravilloso nacimiento trajo paz al mundo, porque Jesús es el “Príncipe de Paz” (Is 9:6). Quizás se estén preguntando qué tipo de paz es esta, y por qué existen tantas guerras y violencia en el mundo. Jesús vino a rescatar al hombre para que hiciera las paces con su Creador, porque estábamos separados de Dios a causa de nuestros pecados. A través de Jesús el hombre pudo acercarse a Dios, y esto trae paz a nuestras vidas. Una paz que solo Aquel que nació como Salvador, Mesías y Señor puede darnos.
Apoyo para el maestro
El Evangelio de Cristo es la Buena Nueva que trae gran gozo. Los primeros en recibir esta buena noticia fueron los pastores, que formaban parte de una de las clases sociales más bajas del antiguo Israel, es decir, los primeros en escuchar el Evangelio fueron las personas más comunes y humildes.
El amor de Dios, manifestado en la venida del Mesías, trajo verdadera paz a este mundo, porque destruyó la enemistad que el pecado había producido entre Dios y los hombres. Todo esto es motivo de alegría, porque cuando tenemos paz con Dios, tenemos nuestra conciencia en paz.
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REVISANDO ¿A quién anunció el ángel el nacimiento de Jesús? ¿Qué tres títulos de Jesús anunció el ángel? ¿Qué tipo de paz anuncia ba el coro de ángeles? R: A los pastores que estaban cuidando sus ovejas. R: Salvador, Mesías y Señor. R: Paz entre Dios y los hombres.