33 Grados de Engaño

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33 grados de engaño Desenmascarando a la masonería © 2017 por Tom C. McKenney Publicado por Editorial Patmos, Miami, FL. 33169 Todos los derechos reservados. Publicado originalmente en inglés por Bridge-Logos, Alachua, FL 32615 USA con el título 33 Degrees of Deception Copyright © 2011 por Tom C. McKenney A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se toman de la versión Reina-Valera ©1960, Sociedades Bíblicas Unidas. Traducido por Belmonte Editores Diseño interior y portada por Adrián Romano ISBN: 978-1-58802-803-7 Categoría: Sectas Impreso en Brasil | Printed in Brazil


En memoria

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n memoria del difunto Reverendo James D. Shaw, que amó la Masonería con todo su corazón, buscó su conocimiento y sirvió a sus instituciones con toda su mente y sus fuerzas. Trabajó con mucho fervor en la Masonería, recibiendo algunos de sus más altos honores. Y contrariamente al joven rico, lo dejó todo para seguir a Jesús; y habiendo puesto su mano en el arado, nunca miró atrás. Sin egoísmo, pasó el resto de su vida compartiendo con otros, dentro y fuera de la Masonería, la verdad que le había hecho libre. Y en memoria de la difunta esposa de Jim, Bonnie, quien compartió el viaje con Jim, pagando juntamente con él el precio del rechazo masivo y todos los años de persecución, peligro y dolor. Tras resultar gravemente herida cuando su auto fue saboteado, Bonnie permaneció en cama y con dolor durante el resto de su vida. Y en memoria de mi difunto amigo, el vicecomodoro Mick Oxley, retirado de las Fuerzas Armadas Reales, quien, al igual que Jim Shaw, pasó gran parte de su vida buscando a Dios de manera sincera y activa en los lugares equivocados. En su servicio por todo el mundo con las FAR, Mick buscó la “luz” primero en el islam, después en el misticismo oriental, y finalmente en la Masonería (constitución inglesa). En 1967 encontró definitivamente la Luz verdadera en Jesucristo y dedicó el resto de su vida a proclamar la verdad liberadora de Jesús, y revelando el error y la maldad de las religiones falsas, en especial aquellas en las que él mismo anteriormente había vagado en oscuridad.



Reconocimientos

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ste libro probablemente no se habría escrito si no hubiera sido por el aliento y la ayuda continuados del Reverendo Pierce Dodson de Lebanon, Tennessee, un guerrero de la verdad, que estaba decidido a ver este libro publicado. Nunca perdió su celo y su sentimiento de urgencia con respecto a este mensaje de verdad y libertad; y nunca vaciló, incluso cuando yo, cansado y distraído por la presión de otros compromisos, le ofrecía poco ánimo. Pierce previó la necesidad de este libro, en especial ahora, cuando la atención del mundo está en los libros de Dan Brown y en la inundación constante de “documentales” de televisión como los que emiten en History Channel, que glorifican los aspectos misteriosos de la Masonería y sus supuestos orígenes antiguos. Mi hija, Melissa Harris de Pass Christian, Mississippi, no solo se esforzó mucho en la preparación del manuscrito, sino que también, bastante literalmente, lo hizo posible. Yo no podría haber terminado el proyecto sin su competencia extrema y su esfuerzo heroico, ya que trabajó bajo las circunstancias más difíciles, en el periodo más difícil y doloroso de su vida, empleando tiempo y fuerzas que no tenía. Solamente ella y su Señor sabrán cuán difícil fue. Finalmente, estoy agradecido a Lloyd y Peggy Hildebrand, apóstoles de la Verdad, y su plantilla de personal en Bridge-Logos Foundation, por haber hecho posible este proyecto, por su amable paciencia conmigo, y por hacer el proceso todo lo agradable que puede ser una tarea tan difícil como esta.



contenido

Prefacio del autor

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Primera Parte Hacia la luz: Una odisea Prólogo Introducción 1. Solo 2. En busca de un futuro 3. Llevado a la luz 4. “Voy a Florida” 5. Maestro Masón 6. El ascenso 7. Viento en popa 8. Por fin una religión 9. Se forma una tormenta 10. Hacia la luz 11. Caminar en la luz Una nota personal de Jim Epílogo: En los años que siguieron Apéndices: A. Doctrina masónica contra doctrina cristiana B. Simbolismo masónico C. Moralidad masónica D. La leyenda de Hiram Abiff E. La conferencia del Grado 32 F. Una oración por libertad G. Nota del autor concerniente a Jim Shaw y el grado 33

21 22 24 27 32 43 53 63 71 82 91 101 111 122 123 128 148 154 159 165 169 171


Segunda Parte POR FAVOR, DÍGAME Prólogo Introducción 1. Naturaleza y orígenes de la Masonería 2. El ámbito de la Masonería 3. Masonería estadounidense: La Logia Azul y los Grados más elevados 4. Los grados “cristianos” de la Masonería 5. Los Shriner: el islam en la Masonería 6. Masonería adoptiva: Grupos masónicos para mujeres y niños 7. La Masonería y otras órdenes fraternales 8. Membresía de la Masonería: Por qué se unen los hombres 9. Membresía de la Masonería: Cómo se unen los hombres 10. Membresía de la Masonería: Cómo abandonan la Logia los hombres 11. La Masonería y la Biblia 12. Masonería y religión 13. Exclusividad y elitismo de la Masonería 14. La Masonería y Jesucristo 15. Masonería y secretismo 16. Masonería y engaño 17. La Masonería y sus símbolos 18. Juramentos de muerte y ejecución masónica 19. Masonería, Presidentes y los Padres Fundadores 20. La Masonería y lealtades divididas 21. La Masonería y el ocultismo 22. Masonería y Mormonismo 23. Masonería, la Nueva Era y el Nuevo Orden Mundial Epílogo: Desarrollos recientes Apéndices: A. “Hermanos” femeninos en la Logia B. Juramentos de muerte C. La “palabra perdida” y su significado D. La Masonería y sus controvertidas autoridades

179 180 181 186 190 195 201 209 216 220 223 231 234 242 249 259 271 277 287 297 305 313 318 325 330 336

Bibliografía Índice de temas

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Prefacio del autor El gran engaño que se perpetúa: ¿por qué hombres buenos engañan a otros hombres buenos, llevándoles a la Logia? ¿Cómo puede ser eso? La clave de todo ello.

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i biblioteca personal masónica está formada por más de 200 volúmenes, la mayoría de los cuales “supuestamente no debo tener.” He leído con atención los más significativos, consultándolos una y otra vez mientras estaba preparando mis anteriores libros sobre el tema, y durante la preparación de este libro. Me gustaría que esos masones que se interesan lo suficiente para tener una opinión de mí supieran que no me propuse una postura antimasónica, con rabia doctrinal, arremetiendo ciegamente a diestra y siniestra mientras me abría camino por la literatura desconcertante y con frecuencia contradictoria de la institución masónica. De hecho, hice referencia con tanta frecuencia a las palabras de algunos de esos hombres, que comencé a sentir que les conocía. Por uno de ellos, Henry Wilson Coil, llegué a tener cierto grado de respeto. Algunos de esos hombres fueron genuinamente malvados, impregnados de un esoterismo anticristiano y luciferiano, sirviendo a sabiendas al príncipe de las tinieblas. Creo que algunos, sin embargo, no intentaban deliberadamente engañar a los lectores inocentes de sus escritos; creo que incluso ellos, en la mayor parte, creían que lo que escribían era la verdad. La mayoría de esos hombres eran hombres filosóficamente honorables que estaban muy ciegos a la verdad de Jesús y que, como Pablo escribió a Timoteo acerca de los últimos días, “engañaban y eran engañados.” Ellos representan, a gran escala internacional, lo que Jesús resumió tan secamente como “ciegos, guías de ciegos.” Los candidatos a los tres primeros grados (la logia local/Logia Azul) están casi siempre seguros de que la Masonería se basa en la Biblia (no es así; se basa en la Cábala, y en el paganismo egipcio, y volveremos a hablar de eso). Y si profesan ser cristianos, se les dice que les hará mejores cristianos


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(no será así; hará justamente lo contrario). Cuando esos hombres leen u oyen algunos de mis libros, su primera respuesta es por lo general el enojo. Para aquellos que van más allá del enojo, su respuesta siguiente muy natural y razonable es a menudo: “Pero si lo que usted dice es verdad, ¿por qué mi padre, mis tíos, mi pastor y otros hombres buenos en mi logia iban a engañarme?” La respuesta, siempre, es que esos hombres cristianos, honestos y honorables que le dijeron esas cosas lo hicieron porque ellos creían que eran ciertas. La respuesta natural que sigue a eso es: “¿Por qué entonces aquellos hombres de aquella generación anterior engañaron a mi padre, a mi pastor y a los demás, quienes entonces me engañaron a mí?” De nuevo, la respuesta es la misma: generación tras generación, hombres buenos convencen a otros hombres buenos para que entren y acepten la Logia porque quienes fueron antes de ellos también creían que eso era bueno. Con este libro, estoy orando para romper ese círculo perpetuo de engaño hereditario y confianza erróneamente situada. Cuando se permite a la luz de la verdad penetrar en el oscuro salón de la logia con sus ventanas pintadas por encima o selladas, la cadena de engaño puede ser rota, y hombres sinceros y buenos pueden dejar de ser sus víctimas.

El engaño mortal En 1988 escribí un libro titulado El engaño mortal, la historia real del Reverendo James D. Shaw y su experiencia de la Masonería. Escribí el libro en primera persona, del modo en que él lo relató, como si Jim estuviera contando la historia al lector; y en un sentido muy real, era así. Es la conmovedora historia de un hombre que había anhelado una familia, y quien desde la niñez había anhelado encontrar, conocer y adorar a Dios. Había vivido hasta la edad adulta, exitoso en los negocios y en su servicio en la Segunda Guerra Mundial, sin hallar ninguna de esas cosas. Entonces, en el sistema de la Masonería, Jim creyó que finalmente había encontrado familia y satisfacción espiritual. Como miembro devoto de la Masonería, estudió vorazmente, y subió “por las escaleras” de los oficios de la Logia Azul, llegando a ser Venerable Maestro. Y mientras tanto, también ascendió por los “grados más elevados” del Rito Escocés, llegó a ser miembro de la Orden de la Estrella Oriental, y entró y alcanzó prominencia en el Altar. Jim y Bonnie, su esposa, disfrutaban de la abundante vida social en la familia masona, y él creía que había encontrado todo lo que había anhelado siempre. Fue hecho Caballero Comendador de la Corte de Honor, el peldaño hacia el grado


PREFACIO del AUTOR

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33, el más alto de la montaña masónica. Su copa estaba rebosando. Pero entonces comenzó a hacerse preguntas inquietantes acerca de la Masonería. Preguntó a los hombres que deberían haber tenido las respuestas, pero no recibió ninguna. Y siguió su búsqueda hasta que se encontró con Jesús, el Cristo vivo, y su vida fue cambiada para siempre. En el libro El engaño mortal, la historia de Jim recorrió todo el mundo, publicado en los Estados Unidos y en Europa. Muchas vidas fueron cambiadas, siempre en medio de acalorada controversia con la Masonería y sus apasionados defensores.

Por favor, dígame Seis años después, en 1994, escribí un segundo libro sobre la Masonería, un libro temático en formato de preguntas y respuestas. Está basado en preguntas que personas han hecho repetidamente, cuando me invitaron a cientos de programas de entrevistas en radio y televisión. Este libro se titula Please Tell Me , y es esencialmente un libro de información sistemática sobre la Masonería, basado enteramente (y exclusivamente) en fuentes masónicas oficiales. En ese libro, no se hace referencia ni se cita como autoritativa ninguna fuente no masónica. A excepción de algunas referencias a publicaciones de noticias y el testimonio de un anterior Gran Capellán, cada fuente citada era una publicación masónica. Por favor, dígame se convirtió en un libro de referencia para iglesias y escuelas, y para bibliotecas familiares. Ambos libros fueron éxitos de ventas, y por la gracia de Dios, la verdad en ellos cambió muchas vidas; pero ambos dejaron de publicarse cuando la editorial declaró bancarrota. Este nuevo libro Ahora, gracias al liderazgo de Bridge-Logos Publishing Company, la verdad transformadora de estos dos libros está de nuevo a disposición del público. Este nuevo libro incluye el contenido completo de El engaño mortal y Por favor, dígame, pero también contiene mucho más. Se han producido cambios dramáticos y significativos en el mundo de la Masonería desde 1994, y en este nuevo renacer de los dos libros originales, esa nueva información adicional actualiza al lector con respecto a lo que está sucediendo en el mundo de la Masonería en la actualidad. Este es un libro que puede usted tener en la biblioteca de su casa, regalar a la biblioteca de su iglesia, o regalar a un amigo que lo necesite.


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Una nota concerniente al uso de la palabra “doctrina” Entre los estudiosos en el campo de la Masonería ha habido un debate sobre lo que, en publicaciones masónicas, constituye doctrina. Algunos insisten con fuerza en que la doctrina masónica solamente puede ser derivada, o apoyada, por los rituales publicados. Otros creen que la doctrina también puede ser derivada o apoyada por otras publicaciones, como cuadernos y otras publicaciones masónicas “oficiales” de jurisdicciones, ritos y cuerpos. Y hay otros que argumentan que también puede derivarse doctrina de los escritos de filósofos masones que están aprobados y recomendados por varias jurisdicciones, pero que “no son oficiales”, como los escritos de los respetados filósofos masones Albert Pike, J.D. Buck y Albert Mackey. Para que nos entendamos desde el principio, para los propósitos de este libro no habrá tal intento de definir “doctrina.” Mi intención es demostrar, de manera sencilla y clara, las creencias, enseñanzas y prácticas generalmente aceptadas en el vasto y complejo mundo de la literatura masónica, citando rituales, fuentes “oficiales” que tienen el visto bueno de la jurisdicción relevante, y los clásicos masónicos “no oficiales” de respetados filósofos masones, que son laureados por los círculos masónicos oficiales y están incluidos en los planes de estudio para la educación de candidatos a los diversos grados, y en la educación continuada en la Logia. Mi objetivo es declarar de manera sencilla las creencias y prácticas más significativas del mundo de la Masonería, y presentar la actual literatura masónica subyacente de la que emanan. Unas palabras especiales para el lector masón Este libro no es “antimasón”; este libro es simplemente la verdad, declarada, es mi oración, en amor. Yo he vivido algunas cosas y he aprendido algunas cosas que la mayoría de masones no conocen; cosas que necesitan conocer. Y he intentado plantearlas de manera ordenada tan honesta y sencillamente como puedo hacerlo. Yo no soy el enemigo de los masones; soy su amigo, su defensor, buscando tan solo decirles la verdad sobre el sistema que les engaña, les utiliza y hace negocio de su compromiso sincero y su lealtad. A lo que me opongo es a ese sistema, no a usted. Muchas, muchas veces, al final de una entrevista me han preguntado: “Tom, ¿qué es lo último que le gustaría decir?” Mi respuesta es siempre la misma: a quienes no son masones, y en especial a quienes están pensando en hacerse masones, les digo: “Por favor, conozcan los hechos antes de tomar la decisión de unirse a la Logia; ármense con la verdad antes de comprometerse.” Y al masón, si escucha una sola cosa que digo que sea


PREFACIO del AUTOR

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esta: “No tenga miedo a la verdad; Jesús prometió que si le damos una oportunidad, la verdad nos hará libres.” A excepción de nuevos puntos y testimonios, cada referencia y cada cita en este libro proviene de un libro masónico, o de su propia Biblia masónica. Todas esas referencias han de encontrarse en su Cuaderno, en su Biblia masona, en su ejemplar de Moral y Dogma, o en la biblioteca de su logia. Y al masón le digo de nuevo: no tenga miedo a la verdad; solamente la mentira es lo que puede hacerle daño.

La Biblioteca de la Gran Logia de Iowa Si la biblioteca de su logia no tiene alguno de esos libros masónicos, puede pedirlos, sin costo alguno, a la Biblioteca de la Gran Logia de Iowa. La Biblioteca de la Gran Logia de Iowa es una de las mejores bibliotecas masónicas del mundo, y ellos son muy generosos para prestarlos sin costo alguno y enviárselos. Llame al (319) 365-1438; escriba un correo electrónico a librarían@gl-ia.org. Y ahora, con todo esto en mente, sea usted bendecido, y muchas vidas sean cambiadas, por la verdad contenida en este nuevo libro.

Tom C. McKenney Ocean Springs, Mississippi, 2011



Primera Parte

HACIA LA LUZ: UNA ODISEA LA SINCERA BÚSQUEDA DE DIOS POR PARTE DE UN HOMBRE

Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías 29:13


Foto: De la colección del autor

Esta logia fue antes una iglesia. Su vidriera inundaba el santuario de hermosa luz; sus grandes puertas estaban abiertas de par en par, invitando a todo aquel que tuviera hambre y sed de respuestas sobre la vida, la muerte y la eternidad venidera a entrar y tomar del agua de la vida gratuitamente. Ahora, sin embargo, ha sido convertida en una logia. Sus ventanas están tapiadas, pintadas por encima, y sus grandes puertas cerradas permanentemente . La entrada que queda, una pequeña puerta azul, está cerrada con llave. Si se está llevando a cabo una reunión, también está vigilada por un hombre con una espada. Ahora dice al mundo “profano”: “No puede usted entrar aquí a menos que se convierta en uno de nosotros, jure por su vida proteger los secretos de la vida, la muerte y la eternidad; son solamente para nosotros: los pocos de la élite.” Y al hombre de color que pasa caminando le dice: “Usted no puede entrar nunca aquí, porque es inferior y nunca podrá ser uno de nosotros.”


Prólogo a la Primera Parte Por Duane Washum, ex-Venerable Maestro, Logia Vegas número 32, en Las Vegas, Nevada

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o hubo nunca ninguna persona en toda mi vida a quien quisiera y admirara más que a mi padre. Cuando él falleció, perdí más que a mi papá; perdí a mi héroe, mi mentor y mi mejor amigo. Y debido a que mi mejor amigo me dijo una vez que la Masonería le hizo ser un mejor hombre, fui motivado a convertirme en masón. Además, para la familia Washum, llegar a ser masón era una tradición familiar. Sin embargo, poco tiempo después de servir en la logia de la que fui miembro, como su Venerable Maestro, sentí convicción del Espíritu Santo. Y al sentir convicción, oré a Dios pidiéndole perdón y acepté a Jesucristo como mi Señor y Salvador. Aquel día supe que, cuando encontré a Cristo, mi búsqueda de la Luz había terminado, porque Él es la luz del mundo (ver Juan 8:12). También supe en los días siguientes que la Masonería no era una tradición familiar; era una tragedia familiar. Mi viaje a la Masonería no llegó tan lejos como los viajes de Jim Shaw le llevaron, pero, al igual que para Jim, llegó el día en que entendí que la Masonería no era algo de lo que yo pudiera seguir siendo parte. Cuando un hombre recurre a la Masonería y a lo que sea que sienta que la Logia tiene que ofrecer, está dando la espalda al Dios vivo y verdadero. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26)

La Masonería ha causado divisiones dentro de las familias. Incluso más, ha causado divisiones dentro del Cuerpo de Cristo. Es mi oración que haya más hombres como Tom McKenney, que se ha puesto voluntariamente “toda la armadura de Dios” para exponer la verdad acerca de la Masonería y su incompatibilidad con la fe cristiana. En Cristo. Duane Washum, Exmasón para Jesús


Introducción a la Primera Parte

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a Masonería, cuando se entra en ella sinceramente, es una búsqueda de luz; cualquier masón informado puede decirlo. Sin embargo, por debajo de la superficie de esta búsqueda de luz, una búsqueda de conocimiento y entendimiento espiritual, hay mucho, mucho más. Como una isla que se eleva desde la superficie del mar, cuya cima es de mil pies por encima del nivel del mar, lo que vemos es en realidad solamente lo más alto de una montaña inmensa, la cual puede elevarse cuatro o cinco millas desde el nivel del mar. La inmensa mayoría de esa montaña gigantesca raras veces se ve, y cuando ocurre, es solamente por parte de un pequeño número de eruditos y exploradores comprometidos, con un equipo sofisticado y submarino. La Masonería es muy parecida a eso. La mayoría de masones ven y conocen solamente el pequeño pico que está por encima del “nivel del mar” del conocimiento masónico, ese que consiste en la experiencia de la Logia Azul y los grados “más elevados” del Rito de York y el Rito Escocés. Solamente un porcentaje muy pequeño de masones llega a ser consciente de este conocimiento invisible y su importancia ocultista y religiosa; y de estos, solamente unos pocos dedicados lo seguirán y lo estudiarán. De hecho, la vasta mayoría de masones viven su vida, ya sea inconscientes del significado más profundo en la Masonería, o si tienen alguna vaga conciencia de que hay más significado del que han visto, oído y hecho, no se molestan en profundizar. Su único entendimiento de la Masonería está limitado a lo que les han enseñado en la experiencia de su Logia Azul; y con bastante naturalidad, se conforman con eso. Creen lo que les han enseñado, confían en el sistema con todo su corazón, y no piensan más allá de eso. De hecho, incluso entre los relativamente pocos que entran a los grados “más elevados” del Rito de York y el Rito escocés, solamente un porcentaje muy pequeño de ellos buscará más allá de los grados su verdadero significado. Algunos continuarán pagando cuotas y asistirán a reuniones y funciones sociales, pero no harán nada más. Otros realizarán los tres primeros grados para que “les marquen su tarjeta” o por propósitos


INTRODUCCIÓN a la PRIMERA PARTE

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sociales, políticos o de otra índole, y poco después se vuelven inactivos. Intelectualmente y filosóficamente lo dejan atrás y siguen adelante con la vida. Jim Shaw era la rara excepción. No estaba conforme con satisfacción social, ventaja política o conocimiento superficial; sentía el significado verdadero y más profundo de la “luz” prometida, y la buscó con todo su corazón, con toda su mente y con todas sus fuerzas. Su ardiente búsqueda le llevó a recorrer los asientos de liderazgo en la Logia Azul, el Rito Escocés, la Orden de la Estrella Oriental, y el Altar Místico. Siguió los escritos de los filósofos masones, en una interminable búsqueda de iluminación, de satisfacción intelectual y espiritual; escaló la montaña del conocimiento masónico, buscando esa “luz” suprema en toda su plenitud. Llegó a ser Maestro de Grado en el Rito Escocés y fue hecho Caballero Comendador de la Corte de Honor, el último peldaño hacia el grado 33, lo más alto de la montaña masónica. Pero entonces comenzó a tener preguntas inquietantes con respecto a todo ello. Hizo preguntas profundas a aquellos que deberían haber tenido las respuestas; pero ellos no pudieron darle ninguna respuesta satisfactoria; y entonces alguien le presentó a Jesús, el Cristo vivo, y su vida fue cambiada para siempre. Allí, en el aire enrarecido en lo alto de la montaña espiritual, al fin atravesó las nubes y encontró la revelación plena, el verdadero significado de Luz y Vida. Esta es su historia. Venga y haga ese peregrinaje a la Verdad con Jim, aquí en la Primera Parte: “Hacia la Luz: Una odisea.”


Primera Parte - Capítulo 1

A SOLAS

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i madre se casó por segunda vez cuando yo tenía dos años. Sin duda, era demasiado pequeño para entender que mi padre nos había abandonado cuando yo tenía solamente dos meses de edad. Nunca le he visto. A medida que pasó el tiempo, mi padrastro fue desarrollando un creciente disgusto por mí que yo aceptaba como normal, al no tener conocimiento y experiencia alguna con los que juzgar la vida. Él amaba de verdad a mi madre, creo, a su propia manera imperfecta. Pero su resentimiento hacia mí creó problemas para ella casi desde el principio. Mi abuela cristiana era una amorosa y poderosa influencia en mi vida. Ella me quería. Nuestro amor mutuo y su evidente disgusto hacia mi padrastro contribuyeron a que el odio y el rechazo que él sentía hacia mí aumentaran. A pesar de mi origen, mi abuela y nuestro amor el uno por el otro afectaron a mis problemas en casa, los cuales se acrecentaron de manera gigantesca con el nacimiento de mi pequeña hermanastra. Era natural que mi padrastro le favoreciera a ella, lo cual ciertamente y obviamente ocurrió. Si quedaba algún atisbo de nuestra relación padre-hijo, se desvaneció con su llegada. Después de mi hermanita, nacieron tres varones. Con la llegada de cada uno, la vida de mi padrastro se llenaba cada vez más con sus propios bebés. Simultáneamente, yo crecí, perdiendo cualquier ventaja de “niño pequeño” con la que pudiera haber comenzado nuestra relación. Me convertí, obviamente y por completo, en un patito feo adolescente no querido, en una complicación totalmente no bienvenida en su hogar.

El trabajo comienza temprano A pesar de lo desagradable que todo eso fue para mí, lo acepté. Nunca había conocido otra cosa, y además estaba ocupado. Mi padrastro había decretado


A SOLAS

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que debía trabajar y correr con mis propios gastos. Y eso hice, comenzando por mi primera ruta de periódicos a los cinco años. Pronto yo me compraba mi propia ropa, libros y material escolar. Durante la primaria tenía una ruta de periódicos que repartía por la mañana temprano antes de ir a la escuela y un segundo trabajo en la farmacia/droguería de mi barrio después de las clases. Por las tardes caminaba, reuniendo periódicos de mi ruta y vendiendo periódicos extra por las calles. Estaba al día con mis deberes de la escuela, trabajaba en mis empleos y me mantenía alejado de los problemas, salvo en casa.

Vivir con abuso físico Las cosas realmente no parecían tan malas. Tan solo hacía lo que tenía que hacer, y pensaba que mi vida era bastante normal, salvo por una cosa. Los golpes que recibía de mi padrastro no me parecían normales. Eran frecuentes, siempre que él encontraba la más mínima excusa, y no era nada parecido a la disciplina en amor que cualquier padre le daría a su hijo. Eran palizas. Pero las recibía, sin ver alternativa alguna, e intentaba sacar lo positivo. Me aferraba a la creencia de que mi madre y mi abuela me amaban. Esta fue mi vida hasta la edad de doce años. Las palizas se terminaron Tenía trece años cuando vi a mi padrastro golpear a mi madre con su puño. No me detuve a pensarlo. Tan solo reaccioné en base a un instinto reflejo en lo más hondo de mi propia naturaleza. Salté sobre él, le aparté de ella, y comenzó una salvaje pelea. Aunque él era mucho más grande que yo, y yo era solo un niño, luché con la furia de un hijo rescatando a su querida mamá, y con la ira acumulada durante toda una vida de abuso físico y emocional. Conseguí tirarlo al suelo. Él se levantó y se fue de casa. Aunque no me di cuenta de ello, esta parte de mi vida había llegado a su fin. “Debes irte” La siguiente tarde, cuando llegué a casa del trabajo en la droguería, mi madre me estaba esperando en el jardín frontal. Estaba llorando. Me detuvo antes de entrar en casa y dijo: “Jimmie, Joe dice que tienes que hacer tus maletas e irte. Dice que no te soporta más por aquí, y que debes irte.” Ella apenas podía pronunciar las palabras, y a medida que la realidad de lo que estaba oyendo llegaba a mi mente, el llanto comenzó a surgir y finalmente a brotar. Lloramos ahí, de pie en el jardín frontal, pero eso era algo a lo


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33 GRADOS de ENGAÑO

que ambos teníamos que hacer frente. Ella tenía ahora cuatro hijos más pequeños además de mí y una vida que debía vivir.

Se planta la semilla Mientras cargaba mis libros de la escuela y la poca ropa que tenía, mi madre me dijo: “Ahora, Jimmie, quiero que consigas una habitación cerca de tu trabajo; y como te has estado manteniendo a ti mismo, quizá no te resulte demasiado difícil. Jimmie, quiero que intentes ser un hombre. Intenta ser como tu tío Irvin [su hermano]; él es un buen hombre y es masón. Va a la iglesia y es bueno con su familia, y si le conoces más quizá puedas crecer y ser un buen hombre y masón como lo es él.” Mi madre no sabía nada de lo que es la Masonería, pero sabía que su hermano era un buen hombre, trabajador, y que iba a la iglesia. Mi padrastro había prohibido que nadie de nuestra familia asistiera a ninguna iglesia, diciendo que todos los que iban a la iglesia eran unos hipócritas. Creo que el hecho de que el tío Irvin fuera un miembro activo de la iglesia metodista fue la razón principal por la que mi madre le admiraba. Ella quería que yo fuera como él. La semilla que después germinaría, brotaría y crecería hasta dar fruto en un ardiente compromiso con la Masonería, llevándome hasta sus niveles más altos de servicio y liderazgo, estaba plantada. Aunque no me di cuenta entonces, el rumbo de gran parte de mi vida ya estaba marcado. Pero no solo llegaría a ser un buen masón como mi tío Irvin; yo llegaría más lejos que él en la Logia, más, mucho más lejos que él, ya que ello se convertiría en el centro de conocimiento, sabiduría y realización religiosa en mi vida. Mi vida llegó a construirse en torno a mi búsqueda de la luz y la compañía que encontré en la Orden Masónica y sus diversos cuerpos. Mientras estábamos allí de pie en el jardín aquel día doloroso y crítico, ella continuó aconsejándome. “Aléjate de los billares,” me dijo, y siempre lo hice. “No fumes cigarrillos,” me dijo, y nunca lo hice. Ella añadió: “Si vas a fumar, fuma puros como tu tío Irvin,” y durante muchos años de mi vida lo hice. Mientras ella hablaba, comencé a darme cuenta de la magnitud de lo que estaba ocurriendo. Con esa comprensión aumentando dentro de mí y cegado por las lágrimas, me aproximé a ella, le abracé, me di la vuelta y me alejé caminando. Con cada paso que daba por la calle alejándome de mi madre, el peso del mundo y de un futuro incierto se acomodaba en mis hombros de un niño de trece años. Estaba solo.


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