5 conversaciones que usted debe tener con su hija. by Editorial Patmos

5 conversaciones que debe tener con su hija es para madres con hijas de cuna

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Eres más que la suma de tus partes No te apures tanto por crecer El sexo es fantástico y vale la pena esperar ¡Está bien soñar con el matrimonio y la maternidad! Chicas salvajes hay para regalar—Atrévete a ser Virtuosa.

Vicki Courtney

Este libro contiene enlaces a notas adicionales online ofreciendo consejos extraordinarios sobre conversaciones para las diferentes etapas del desarrollo: menores de cinco años, de seis a once años, y más de doce años. Vicki Courtney es la fundadora de Virtuous Reality Ministries, que produce contenido online y realiza eventos en los Estados Unidos para niñas preadolescentes, jóvenes adolescentes y sus padres. Es autora de varios best-sellers y fue entrevistada para compartir sus consejos para la cultura de los jóvenes en CNN, FOX news, Enfoque a la familia y en su blog VirtueAlert.com. Vicki con su esposo y tres hijos vive en Austin, Texas.

que usted debe tener con su hija

a dieciocho años. ¡Este libro no debe faltarle! La comentarista sobre cultura juvenil Vicki Courtney, aconseja a las madres sobre cómo prepararse para conversar con sus hijas en sus años formativos. Con el propósito de tratar enteramente con temas espirituales, desafíos de la cultura y otros factores de inﬂuencia, se han escrito varios capítulos para cada una de las siguientes conversaciones.

5 conversciones

Desde la cuna hasta la universidad, hable con sus hijas la verdad sobre la vida antes que crean las mentiras de la cultura.

conversaciones

que usted debe tener con su hija

Vicki Courtney

5 conversaciones que usted debe tener con su hija Vicki Courtney

5 conversaciones que debe tener con su hija © 2013 Vicki Courtney Publicado por Editorial Patmos, Miami, FL EUA 33169 Todos los derechos reservados. Publicado originalmente en inglés con el título 5 Conversations You Must Have With Your Daughter por B&H Publishing Group, Nashville, Tennessee. © 2008 Vicky Courtney A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se toman de la Nueva Versión Internacional, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Traducido por Marisoly Álvarez Adaptacion de portada y diagramación: Wagner Leonardo Francia ISBN: 978-1-58802-682-8 Categoría: Vida Cristiana/Mujeres Impreso en Brasil Printed in Brazil

Contenido Introducción............................................................................... 11 Conversación 1: Eres más que la suma de tus partes Capítulo uno: Bonito empaque................................................... 17 Capítulo dos: El final de la talla y el debate del peso.................... 28 Capítulo tres: Advertencia al Comprador: Exponiendo las mentiras de los medios.................. 42 Capítulo cuatro: Redefiniendo la belleza...................................... 57 Conversación 2: No te apures tanto por crecer Capítulo cinco: Infancia interrumpida......................................... 72 Capítulo seis: El factor amistad.................................................... 88 Capítulo siete: ¡Chicos, oh chicos!............................................... 99

Conversación 3: El sexo es fantástico y vale la pena esperar Capítulo ocho: EL mensaje de la cultura: El sexo es fantástico – ¿Por qué esperar?............................................... 114 Capítulo nueve: Lo que cultura NO le dice a tu hija sobre el sexo...............................................................123 Capítulo diez: Embarazo adolescente: Siendo honestos sobre las opciones..................... 137 Capítulo once: Una llamada de alerta para los padres cristianos.................................... 150 Capítulo doce: Una manera nueva y mejorada de hablar sobre sexo.......................................... 159 Capítulo trece: Conversaciones adicionales................................ 168 Conversación 4: ¡Está bien soñar con el matrimonio y la maternidad! Capítulo catorce: El plan antimatrimonio................................. 180 Capítulo quince: Los encuentros casuales, el concubinato y otros destructores del matrimonio................... 194 Capítulo dieciséis: Cuando sea grande, quiero ser una mamá..... 208 Conversación 5: Chicas salvajes hay para regalar –Atrévete a ser Virtuosa. Capítulo diecisiete: Malo es el nuevo Bueno.............................. 224 Capítulo dieciocho: ¿Hoy princesa, mañana dolor real?............. 232 Capítulo diecinueve: Las cualidades eternas de una joven virtuosa..................................... 243 Apéndice................................................................................... 255 Notas........................................................................................ 257

Introducción

as introducciones son un asunto serio para mí. Por esta razón, raramente presento la introducción a mi editorial cuando entrego el resto del manuscrito. En lugar de ello, espero hasta la fase final de revisión, cuando recibo el libro por última vez (generalmente unas pocas semanas antes de ir a la imprenta). Para fijar el tono y actitud del libro, lo leo de principio a fin de una sola vez. Sé que será lo primero que usted leerá, así que quiero que sea lo último que haya escrito. Comparto este pequeño detalle con usted para que pueda apreciar mejor la increíble ironía de mi lista de quehaceres para esta semana: √ Escribir la introducción para 5 conversaciones √ Revisar el listado de mudanza con Paige √ Conseguir quien cuide al perro: viaje a la residencia universitaria Qué tiempos más locos. Pensé que era raro haber escrito este libro durante su último año en la secundaria. Lo estuve escribiendo mientras la veía echar porras en los juegos de Varsity y eventos de porristas por última vez. Lo estuve escribiendo cuando recibió en el correo su carta de aceptación de su opción universitaria número uno. Lo estuve escribiendo mientras íbamos de compras para adqui-

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rir sus vestidos de bienvenida y graduación. Lo estuve escribiendo mientras salía de novia por primera vez. Lo estuve escribiendo mientras planeaba una cena para celebrar sus dieciocho años. Ahora, aquí sentada en mi silla favorita para escribir, redacto esta introducción mientras ella está arriba haciendo un inventario de las cosas que hay en su habitación y poniendo a un lado aquellas que se llevará consigo a la universidad. ¿Alguien puede darme un pañuelo, por favor? Para el momento que tenga este libro en sus manos, mi esposo y yo habremos empacado las pertenencias de nuestra hija menor y viajado más de ochocientas millas, cruzando cuatro estados para llevarla hasta su residencia universitaria. Imagínese, ella jamás ha estado lejos de casa por más de una semana. Sé que vendrá a casa a visitarnos y durante las vacaciones de verano y eso me consuela un poco. Sin embargo, la verdad es que no es probable que regrese a casa y vuelva a establecerse en su habitación. Al final del pasillo cerca de la mía. En donde sé que está sana y salva. Ya he llevado a su hermano mayor a la universidad, así que sé que estará fuera más de tan solo cuatro años. ¿Ya le mencioné que mi hija nunca ha estado lejos de casa por más de una semana? Ay. Aun así, en este sentido irónico retorcido, mi niña se encuentra al borde de ingresar a la universidad mientras dio una lectura final a un libro llamado 5 conversaciones que debe tener con su hija. Y me pregunto si he estado a la altura del tema de este libro: “Desde la cuna a la universidad hable con sus hijos la verdad sobre la vida antes de que crean las mentiras de la cultura.” ¿He dicho lo suficiente? ¿He hecho lo suficiente? ¿Le he enseñado lo suficiente? ¿La he preparado lo suficiente para que pueda vivir sola? ¿La he equipado lo suficiente en lo referente a las relaciones de pareja para que evite a los Fulanos que sin duda alguna se cruzarán en su camino? ¿Le he recordado lo suficiente que Dios tiene estándares diferentes de belleza? ¿La he amado lo suficiente? ¿Mi fe le ha servido de modelo lo suficiente? ¿La dirigí a Cristo lo suficiente?

INTRODUCIÓN

¿No está en la naturaleza de una madre preguntarse siempre si hemos hecho lo suficiente? Afortunadamente recuerdo que Dios es más que suficiente para compensar mis insuficiencias parentales durante el camino. En lo que se refiere a la crianza de mi hija, la mayor parte del trabajo ya está hecho. Espere, quizás deba añadir eso a mi lista, ¡sólo por el placer de marcarlo como hecho! √

Completar la tarea de crianza de dieciocho años dada por Dios con Paige.

Es difícil criar a una hija en la cultura actual. Nunca me ha gustado dorar la píldora y algunas veces este libro le hará estremecerse de la vergüenza. He tenido las cinco conversaciones mencionadas en este libro con mi propia hija. Una y otra vez. La premisa básica detrás de estas conversaciones es que son conversaciones permanentes. Deberían comenzar cuando su hija es joven y continuar a lo largo de los años. No se detienen cuando ella trate de zafarse o comience a voltear los ojos. De hecho, las aumenta. Y usted ora, ora, ora y depende de Dios para que le dé fortaleza, sabiduría y discernimiento. No puede hacer todo el trabajo tan sólo con sus propias fuerzas. Necesita de la ayuda de Dios. Antes de que se dé cuenta, amiga mía, será tiempo de que ayude a empacar a su hija para ir a la universidad o dejarla ir al mundo real. Mi más sincera oración es que cuando llegue ese momento, usted también sienta una sensación general de satisfacción con respecto a su tarea de crianza de dieciocho años. Dios no busca madres perfectas que críen hijas perfectas. Él busca madres imperfectas que crían hijas imperfectas en un mundo imperfecto… y que desesperadamente confían en un Dios perfecto para los resultados. —Vicki Courtney

CONVERSACIร N 1

Eres mรกs que la suma de tus partes

Capítulo uno

Bonito Empaque

e ha sentido alguna vez atraída por un bonito empaque? Los fabricantes de productos que buscan éxito en las ventas conocen la importancia del empaque. Saben además que los consumidores toman más del 70 por ciento de sus decisiones en la tienda y pueden enfrentarmás de cien mil artículos que compiten por su atención.1 Ya sea un paquete de chicle, un tubo de pasta dental o una bolsa de papas fritas, puede estar seguro de que un sinnúmero de dólares y horas han sido invertidos analizándolo todo, desde el público objetivo hasta la línea de colores y la ubicación en los estantes. La meta final, por supuesto, es que el producto se destaque y, sobre todo, que sea elegido por el consumidor y escaneado en la caja. Ahora bien, ¿qué le parece si le digo que su hija es también un producto? Los directivos de su marca trabajan sin parar para asegurarse de que ella sepa que le hará ser notada. Para poder captar la atención de la audiencia deseada, su empaque deberá ser perfecto. Cuando digo perfecto, quiero decir “inmaculado”. Para el momento en que cumpla los doce años, habrá visto un estimado de 77.546 comerciales.2 Añádale a eso las imágenes que ve diariamente en las revistas, vallas publicitarias y el internet, y puede estar segura de que para cuando cumpla dieciséis

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estará clara en cuanto a su rol según lo define la cultura. Una y otra vez se le dirá que pierda peso, que afirme los músculos, que vista provocativamente y alardee de ello. Simple y llanamente, ella es un objeto para el placer visual masculino. Deberá pelear por la atención masculina en un mar de competidoras. Su audiencia es también exigente. Él, también, habrá sido inundado con ás de tres cuartos de las imágenes de mujeres niñas y mujeres jóvenes admiten perfectas de fotografía. participar en actividades dañinas Tiene cero tolerancia cuando se sienten mal sobre su hacia los pechos planos, cuerpo. los muslos regordetes, la celulitis, las manchas en la piel, las puntas abiertas en el cabello o las arrugas en la cara. ¿Por qué debería conformarse con algo menos que una reina de belleza? Ha llegado a creer las imágenes retocadas son el estándar de belleza. Su hija ha sido engañada y depende de usted que sepa la verdad. Si ella construye su identidad según la estrecha definición de belleza de la cultura, puede estar segura de que ésta permeará cada rincón de su vida desde ahora y para siempre. Noventa y tres por ciento de las niñas y mujeres jóvenes dicen sentir ansiedad o estrés con relación a algún aspecto de su apariencia cuando se arreglan por las mañanas. Más de tres cuartos de las niñas y mujeres jóvenes admiten participar en actividades dañinas cuando se sienten mal sobre su cuerpo. Cincuenta y ocho por ciento de las niñas y mujeres jóvenes se describen a sí mismas en términos negativos, incluyendo palabras como asqueroso y feo, cuando se sienten mal consigo mismas. Casi cuatro de cada diez tienen perniciosos hábitos alimenticios, como anorexia o bulimia.3

BONITO EMPAQUE

No se engañe. Su hija será expuesta a las mentiras. La mayoría caerá. Algunas manifestarán externamente cuando la fundación comience a resquebrajarse. Otras sufrirán en silencio. Llevarán una sonrisa en la cara simulando ser inmunes a la presión por alcanzar esta estrecha definición de belleza. Su secreto estará a salvo por ahora. La aversión que sienten por sí mismas se revelará sólo en privado cuando salgan de la ducha y vean su reflejo en el espejo del baño. O cuando suban a la báscula en el consultorio médico. O cuando estén en los vestidores de una tienda por departamento mientras luchan por en la talla que les gustaría vestir. O cuando estén sentadas junto a la piscina con alguna amiga que atrajo la mirada del salvavidas cuando pasó caminando. Piénselo. ¿Cuándo fue la última vez que tomó una revista de modas y leyó un subtítulo que se enfocaba en la belleza interior? Ya sea que se trate de consejos sobre moda, dieta, o cómo agradar a los hombres en la intimidad, el mensaje es alto y claro para nuestras hijas. El empaque es de suma importancia. ¿Y el premio por un empaque hermoso? Un guiño quizás o un silbido de algún transeúnte. Algunas podrán incluso ser llamadas de “buenas” o “sexy”. El gran premio es que el “empaque” tenga éxito en llegar a ser objeto del deseo masculino. ¿No es eso acaso de lo que se trata? Ya han pasado casi cuatro décadas desde el movimiento feminista y aún así las mujeres nunca habían sido tan tratadas como objeto como lo son hoy en día.

La triste situación actual

Pude ver esto recientemente después de escribir una nota en mi blog sobre el escándalo de Vanessa Hudgens. En caso de que no recuerde la historia, la señorita Hudgens es la actriz de la película High School Musical, cuyas fotos desnuda se colaron en internet a través de una fuente desconocida. Muchos enlaces nuevos ofrecieron foros públicos en donde los lectores podían escribir su propia opinión sobre el escándalo. Sentí ganas de vomitar mientras leía comentarios de hombres, jóvenes y maduros, que analizaban todas

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y cada una de las partes de su cuerpo. Incluso se había rumorado que varias de las fotos habían sido tomadas cuando tenía dieciséis años de edad. Madres y padres, sepan que estas no eran páginas pornográficas. Muchas de ellas eran respetables sitios de noticias que fallaron en monitorear o censurar los comentarios de los lectores. Esto nos ofrece una pequeña muestra de los efectos causados por una cultura hipersexualizada e infestada de pornografía. No se engañe. Sus hijos e hijas han sido expuestos (o lo serán) a esta suciedad en algún momento. Quizás estén entre los 7,08 millones de telespectadores que sintonizaron la premiación de videos musicales de MTV de 2007 para ver la rumorada presentación de regreso de Britney Spears.4 O quizás si no fue así, estuvieron entre más del millón y medio de espectadores que lo vieron luego en YouTube en los días que siguieron. De más está decir que no fue ninguna presentación de regreso. De hecho, lo que vi fue mucho más que una chica tambalearse en el escenario vistiendo poco más que un sostén y pantaletas, olvidando la letra de la canción. Vi a una chica cuya fama fue construida en la objetivación de su cuerpo comenzando a la edad de quince, quien desde entonces se había transformado en una niña de portada para todo lo que pudiera salir mal cuando su valor personal se basa en la suma de sus partes. Por supuesto, se podría decir que ella misma fomentó y alentó esa atención, pero con toda justicia, ¿se dio ella cuenta en aquel momento de que los mismos admiradores masculinos que una vez colgaron su afiche en la pared le darían la espalda apenas engordara una libra? ¿Soy la única que se pregunta si sus problemas de inestabilidad mental tienen algo que ver con el hecho de que ella crea que no es nada más que la suma de sus partes? Sus padres ya no están allí como antes y se queda preguntándose a sí misma quién es ella y si importa algo. Adicionalmente, me pareció particularmente preocupante cuando leí los comentarios sobre su presentación en YouTube y otros sitios de farándula que la mayoría estuvo de acuerdo en opinar que estaba “gorda”. En el mundo real, muchas mujeres estarían felices

BONITO EMPAQUE

de lucir como se veía ella a tan poco tiempo de haber dado a luz dos bebés. Este es otro ejemplo de una cultura que ha impuesto una estrecha definición de belleza, que no toma en consideración los efectos naturales de la maternidad o el envejecimiento. Se espera que las mujeres vuelvan al mismo cuerpo que tenían antes de dar a luz sin dar evidencia alguna de la belleza de la maternidad. La definición cultural de belleza no tolera las estrías y el exceso de piel que cubrieron una vez abdominales firmes. ¿Y cuál es la recompensa, se preguntará, para la mujer que puede parir varios hijos, contratar a un chef que le prepare comidas bajas en grasa y tener un entrenador que la obligue a ponerse en forma de nuevo? Si es una madre celebridad que logre obtener todo esto, puede terminar apareciendo en TMZ.com (un sitio popular sobre celebridades) bajo la categoría de “Mamás Buenas”.5 Qué situación tan triste y patética. Mientras tanto, nuestras hijas (e hijos) estar mirando y tomando notas.

Una estrecha definición de belleza

Madre, ¿puede identificarse con la presión que está sintiendo su hija? Apuesto a que sí. Créame, usted no está sola. Un estudio encargado por la Fundación Dove encontró que el 57 por ciento de las mujeres están completamente de acuerdo con que: “los atributos de belleza femenina han sido definidos muy estrechamente en el mundo de hoy”, y el 68 por ciento está completamente de acuerdo con que “los medios y la publicidad fijan un estándar irreal de belleza que la mayoría de las mujeres jamás podrán alcanzar.”6 ¿Le irrita el constante bombardeo de esta definición distorsionada de la belleza? A mí sí. De hecho, estoy en pie de lucha y mi irritación es una de las fuerzas motoras detrás del mensaje de este libro. Ya basta. Si este capítulo le ayuda también a sentirse airada, está bien. Algunas veces, la ira es el estímulo que provoca la acción. El reto para redefinir la belleza no es algo nuevo. Dios advirtió a su pueblo hace mucho que nadie debía ser juzgado por la suma de sus partes. Cuando el profeta Samuel fue llamado por Dios

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para que ungiera al próximo rey que seguiría a Saúl, Dios le reprendió por asumir que el hermano mayor de David, Eliab, sería el próximo en suceder al trono por su apariencia atractiva. En 1 Samuel 16:6, el profeta vio a Eliab y pensó: “Sin duda que éste es el ungido del Señor.” El versículo que sigue revela el estándar de Dios para juzgar la belleza cuando le dice a Samuel: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7). Juntas vamos a combatir las mentiras de la cultura para que pueda iniciar algunas conversaciones necesarias y equipe a su hija con la verdad sobre la belleza, la verdad de Dios. Ya sea que su hija haya construido ya una base sobre las mentiras de la cultura o está apenas comenzando a ser expuesta al lavado de cerebro, créame, la batalla no está perdida. Cuando Dios está presente, siempre hay esperanza. Sólo hablando y discutiendo las mentiras podremos equipar a nuestras hijas. Nuestro silencio, por otro lado, confirmará las mentiras de la cultura y les dejará la impresión de que no valen más que la suma de sus partes. Nuestras hijas necesitan saber que el estándar de belleza de Dios es el único que importa. Increíblemente, el estándar divino fue una vez el estándar aceptado uestras hijas de la cultura. Hoy en día vemos los necesitan saber que resultados de una cultura que hace el estándar de belleza tiempo apartó sus ojos de Dios en lo de Dios es el único que referente a la belleza, la bondad y la moralidad. que importa.

Secretos de Belleza, alrededor de 1890

¿Puede imaginarse abrir el diario de su hija y leer: Querido diario, ayúdame a ser bella por dentro? Eso es lo que una madre a finales del siglo diecinueve probablemente encontraría. Joan Jacobs Brumberg,

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autora de The Body Project [El Proyecto Corporal], investigó diarios de chicas y periódicos desde finales del siglo diecinueve hasta principios del siglo veinte para trazar los cambios en las actitudes referentes a la apariencia física. Encontró que “antes de la Primera Guerra Mundial, las chicas raramente mencionaban sus cuerpos en términos de estrategia para mejorarse a sí mismas o problemas de identidad personal.” Afirma que “Cuando las chicas en el siglo diecinueve pensaban sobre maneras como mejorarse a sí mismas, casi siempre se enfocaban en su carácter interno y cómo se reflejaba este en su comportamiento externo. En 1882, las metas escritas de una adolescente en su diario eran: ‘No hablar de mí misma o mis sentimientos. Pensar antes de hablar. Trabajar duro. Tener auto control en mis conversaciones y mis acciones. No dejar que divague mi mente. Ser digna. Interesarme más en otros’.”7 ¿Se imagina lo que deben decir los diarios de las niñas adolescentes hoy en día? Tengo una idea bastante buena de lo que podría decir el mío en comparación. Sin duda, el énfasis en la belleza interior ha pasado al olvido hace mucho. De hecho, muchas muchachas puede que ni siquiera sepan que hubo una época en la que una mujer joven se enfocaba en sus atributos internos. Curiosamente, Brumberg nota que a las jóvenes del siglo diecinueve se las desalentaba a mostrar demasiado interés a la apariencia física; hacer eso sería vanidad. El autor comenta que “el carácter se construía atendiendo al auto control, el servicio a otros y la creencia en Dios.”8 No es difícil preguntarse si las chichas del siglo diecinueve conocían lo dicho en Proverbios 31:30: “Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.” Sin duda, llegar a ser una mujer que teme al Señor era la meta final de las mujeres en el siglo diecinueve. En resumidas cuentas, valoraban la virtud sobre la vanidad. Hoy las cosas están al revés. El estudio de la Fundación Dove encontró que el 60 por ciento de las mujeres están completamente de acuerdo con que “la sociedad espera que las mujeres mejoren su atractivo físico.” El 59 por ciento estuvo completamente de

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acuerdo con que “las mujeres físicamente atractivas son más valoradas por los hombres.” Finalmente, el 76 por ciento estuvo completamente de acuerdo con que ellas desearían que la belleza femenina fuera representada en los medios como algo más allá que el simple atractivo físico.9 En mi opinión, pareciera que a las mujeres les gustaría ver que la belleza tuviese más que ver con virtud más que con vanidad. Un siglo después la palabra virtud ha sido olvidada y ya no es parte del vocabulario de las jóvenes en general. Así que ¿cuándo y cómo, exactamente, ocurrió el cambio de la virtud a la vanidad? Créalo o no, el espejo de su baño puede ser parcialmente responsable. En The Body Project, Brumberg afirma: “Cuando el espejo comenzó a ser un rasgo típico de las casas de la clase media estadounidense al final del siglo diecinueve, la atención al acné adolescente aumentó, como también lo hicieron las ventas de productos para el rostro. Hasta entonces, las espinillas era principalmente una experiencia táctil, al menos para las chicas que las tenían. Todo esto cambió al final del siglo diecinueve con la adopción generalizada de lavamanos con agua corriente y un espejo colgando sobre él, en las casas de clase de media.” Añade además que “los espejos juegan un papel crítico en la manera en que las niñas estadounidenses han n siglo evaluado sus propias caras y figuras.”10 después la palabra A medida que los espejos se virtud ha sido olvidada popularizaron, las mujeres pudieron y ya no es parte del escudriñar y comparar sus rasgos con vocabulario de las las mujeres que veían en las películas jóvenes en general. y las revistas, sin mencionar las unas a las otras. En la década de 1920, las mujeres estadounidenses comenzaron a interesarse por los cosméticos. Desde el polvo facial, hasta colorete, lápiz labial e incluso rizadores de pestañas, las mujeres corrían a la farmacia local para abastecerse de estos

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accesorios de belleza. El movimiento de castañuelas aumentó aún más las ventas de cosméticos entre las mujeres y especialmente las jóvenes adolescentes. Brumberg afirma que “las ventas de compactos (pequeños espejos de mano con un compartimento para polvo facial) se elevaron porque éstos permitían a las mujeres escudriñar y ‘reconstruir’ sus rostros casi en cualquier parte, en cuestión de un momento.”11 Poco después, las balanzas domésticas comenzaron a estar disponibles, y manejar el peso se volvió una preocupación en las mujeres jóvenes. Hasta entonces, el único lugar en el que una mujer podía pesarse era la farmacia o la feria del pueblo. Antes de esto, hacer dieta y ejercicio eran asuntos virtualmente desconocidos y, otra vez, hubieran sido considerados como un asunto de vanidad. De hecho, me impresionó descubrir en el libro de Brumberg que a finales del siglo diecinueve cuando las mujeres jóvenes dejaban el hogar, con frecuencia escribían a sus madres contándoles sobre su ganancia de peso y voraz apetito. ¡Era considerado casi una maldición ser delgado! Se pensaba que las chicas delgadas no eran saludables y podían tener problemas de infertilidad. La habilidad de poder procrear hijos sanos era mucho más importante que verse esbelta en un traje de baño. A medida que los espejos se popularizaron y el movimiento de castañuelas más común en la década de 1920, las mujeres comenzaron a expresar preocupación por la ganancia de peso y poco después el hacer dieta o “restringir la comida” se volvió un tema común. El cambio de la virtud a la vanidad ha sido un tren de alta velocidad desde entonces.

Reflexiones verdaderas

Deténgase un minuto e imagine cómo sería la vida sin fácil acceso a espejos y básculas. Yo, por ejemplo, dejé de pesarme hace un año en un esfuerzo por combatir la mentira cultural de que mi felicidad depende de un cierto número en la báscula. Debido a que durante

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mi adolescencia y en la universidad luché con un desorden alimenticio, desarrollé el mal hábito de pesarme diariamente, algunas veces varias veces al día. Si el peso excedía el rango que había definido como aceptable, incluso por tan solo una libra, eso marcaba mi día entero. Ahora mi enfoque es lucir saludable por encima de subir a la báscula y dejar que sea ella quien tenga la palabra final. De ninguna manera estoy sugiriendo que juntemos todos nuestros espejos y los coloquemos en línea para una práctica de tiro al blanco, ni que lancemos todas nuestras básculas al basurero, pero sí estoy cuestionando el impacto que éstos han tenido entre las mujeres respecto a su imagen corporal. Hace algunos años hablé con un grupo de mujeres pertenecientes a una fraternidad de una gran universidad. Una de las oficiales que me había invitado había escuchado mi historia de autoimagen distorsionada durante mis años universitarios. Me pidió específicamente que compartiera sobre mi propia experiencia con un desorden alimenticio debido a que muchas de las chicas que vivían en la residencia de la fraternidad sufrían de desordenes alimenticios que iban desde la inanición hasta la bulimia. De hecho, el asunto era tan serio que estaban teniendo problemas de plomería debido a que las tuberías se estaban corroyendo de manera prematura o los retretes se estaban tapando debido a todo el vomito forzado. Cuando llegue a la residencia de la fraternidad la noche en que debía tener mi charla, la chica me dio un tour rápido por el lugar. Durante el recorrido no pude evitar notar que había espejos por todas partes. Paredes enteras habían sido transformadas en espejos en el gran salón de reuniones y en la sala. Además, había espejos de tamaño completo en todos los pasillos y en la escalera principal. Cuando hice un comentario sobre los espejos en todas partes, enseguida me respondió: “¿Por qué cree que tantas de nuestras chicas están matándose de hambre y vomitando? Los espejos son un recordatorio constante de que nunca podrán ser perfectas.” En ese momento añoré los días sin espejo de finales del siglo diecinueve, una época en la que la virtud era considerada belleza y la vanidad un

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pecado. Mientras que puede ser imposible deshacerse de los espejos, es posible deshacerse de algunas de las expectativas que tienen las mujeres cuando ven su reflejo en el espejo.