La música de salón revive en Caracas con una serie de tertulias musicales, que nos traslada a la Venezuela sencilla y cordial de finales del XIX y principios del XX, la de las veladas musicales, las rumbas o los saraos celebrados en los salones de las casas.
Traer de nuevo hasta nosotros, una noche, la noche de la serenata, tocadores de guitarra y cantantes, cantar frente a la ventana. Aquellas ventanas, que “fueron concebidas para que por ellas entraran a las casas el amor y la música”.
Estos lugares, para el “ver y dejarse ver”, para la tertulia y la degustación, para el baile y la diversión, fueron los sitios de encuentro por excelencia de los artistas. Estas veladas se engalanan con canciones, danzas y valses de nuestros compositores, también llenas de relatos y cuentos de cronistas de aquella época, donde la ciudad despierta plácidamente, donde los mozos desfilaban por las ventanas y donde abundaba la poesía.