Iglesias DE la antigua
Ruta DE la plata
FotografĂas
max donoso saint
Estimado lector: Imaginarse la antigua Ruta de la Plata es imaginar las caravanas de hasta 2.000 llamas y mulas en los polvorientos caminos del altiplano, ataviadas con alforjas de cuero conteniendo piñas del preciado metal, en un recorrido que iba desde la ciudad imperial de Potosí en Bolivia hasta el puerto de Arica en nuestro país. Es imaginar el esfuerzo de trasladar el mercurio, metal indispensable para refinar la plata, desde Huancavelica en Perú, por los caminos trazados entre los abismos de los Andes Centrales, recorriendo cumbres y valles por cientos de kilómetros, hasta la puna boliviana donde se encuentra el famoso Cerro Rico. También es imaginar que estos antiguos caminos indígenas enlazaron los pueblos donde la evangelización tuvo un rol fundamental y cuyo resultado visible hoy son los templos que este libro muestra. Las iglesias de esta ruta reflejan el asombroso esplendor del arte barroco andino que floreció desde el siglo XVI en todo este recorrido, transformando estos templos en verdaderos museos en la actualidad, con sus portadas de piedra tallada, con retablos, pinturas murales, cuadros e imágenes extraordinarias. Nuestra intención ha sido dar a conocer este legado que une Perú, Bolivia y Chile a través de sus iglesias y su arte y valorar una parte de esa historia conjunta, rica en vivencias, esfuerzos, sacrificios y gozos.
FERNANDO LARRAÍN CRUZAT
Gerente General LarrainVial
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Dear Reader, To imagine the ancient Ruta de la Plata (silver road) means to envision caravans of as many as 2,000 llamas and mules on the dusty roads of the Altiplano plateau, hauling leather saddlebags filled with the precious metal, on a journey that began at the imperial city of Potosi in Bolivia to end at the port of Arica in Chile. It means to envision the effort of transporting mercury, essential for refining silver, from Huancavelica in Peru, along roads skirting the precipices of the Central Andes, crossing heights and valleys over hundreds of kilometers to reach the puna grassland in Bolivia, where the famous Cerro Rico hill is found. It further means envisaging how those ancient indigenous roads connected the villages where evangelization played a major part, an effort blatantly visible today in the churches illustrated in this book. The churches along this road reflect the astonishing splendor of the Andean baroque that flourished in the 16th century, rendering those religious temples veritable museums today, with their carved stone portals, extraordinary altarpieces, wall paintings, pictures, and remarkable images. We have sought to make known this legacy that unites Peru, Bolivia, and Chile through their churches and their art, as well as recognize the value of part of this shared history, so rich in experience, effort, sacrifice and joy.
FERNANDO LARRAĂ?N CRUZAT
Chief Executive Officer LarrainVial
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Iglesias de la Antigua Ruta de la Plata es un libro que nos relata la importancia que han tenido los caminos y la religiosidad en la formación de la cultura andina, durante más de cinco siglos. Las imágenes del fotógrafo Max Donoso, así como el texto introductorio del historiador Pedro Querejazu, son testimonio elocuente de las huellas del pasado y sintetizan el profundo conocimiento del arte colonial andino que aportaron a esta obra expertos tan distinguidos como las historiadoras Teresa Gisbert y Lucía Querejazu, de Bolivia, el arquitecto Roberto Samanez, de Perú, y las chilenas Magdalena Pereira, historiadora, y Amaya Irarrázaval, arquitecto. Imágenes y textos nos permiten acercarnos a la realidad prehispánica y colonial y descubrir que, las rutas en que se levantaron iglesias ornamentadas en forma asombrosa, también fueron las que abrieron la posibilidad de conquistas, traslados e intercambio de conocimientos y bienes, que influyeron y moldearon nuestra identidad. Esta publicación tiene como objetivo permitir al lector conocer una parte de nuestra historia a través de este trabajo fotográfico, que nos muestra cómo, hasta la llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX, los caminos fueron el único puente de comunicación entre los pueblos, desde los Andes al Pacífico. Las rutas terrestres permitieron transportar cargamentos con la mítica plata que produjo el Cerro Rico de Potosí y, junto con ello, esparcir las tradiciones y saberes que enriquecieron la imaginería religiosa de los templos, el arte, la arquitectura, el comercio y, en general, todas las formas y expresiones de vida en esa vasta región. La Corporación Patrimonio, cuyo objetivo es el cuidado y difusión de nuestro acervo cultural tangible e intangible, se enorgullece de proyectos como este que contribuyen a la comprensión y difusión de nuestra identidad. Agradecemos a la empresa LarrainVial por esta valiosa iniciativa que, junto a la Ley de Donaciones Culturales, hacen posible publicaciones que colaboran en el aprendizaje y aprecio por nuestra historia y herencia cultural. Roberto Fuenzalida G.
Director Ejecutivo Corporación Patrimonio Cultural de Chile
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The book Iglesias de la Antigua Ruta de la Plata (Churches of the Old Silver Road) tells us of the important role that roads and religion have played for more than five centuries in the formation of Andean culture. The images by photographer Max Donoso, together with the introductory text by historian Pedro Querejazu, bear eloquent witness to the traces of the past and summarizes the profound knowledge of Andean Colonial art contributed by distinguished experts including historians Teresa Gisbert and Lucía Querejazu, of Bolivia; architect Roberto Samanez, of Peru; and, from Chile, Magdalena Pereira, historian, and Amaya Irarrázaval, architect. Images and texts enable us to approach pre-Hispanic and Colonial life and to find out that the roads, close to which astonishingly decorated churches were erected, were the same roads that opened the way for conquests, transfers, and exchange of knowledge and goods that influenced our identity and molded it. The object of this publication is to enable the reader to become acquainted with a part of our history by means of a remarkable collection of photographs, showing us how –until the railroad made its appearance in the late 19th century– the roads were the sole means of communication among peoples, from the Andes to the Pacific Ocean. The roads made it possible to transport loads of the mythical silver from the Cerro Rico of Potosí and, at the same time, extend the traditions and knowledge that enriched the religious imagery of the churches, the art, architecture, trade, and, in general, all the forms and expressions of life in that vast region. Corporación Patrimonio, whose purpose is the care and dissemination of our tangible and intangible cultural heritage, is proud of projects such as this, which contribute to the understanding and dissemination of our identity. We thank LarrainVial for this valuable initiative that, together with the Law on Cultural Donations, makes it possible to issue publications that contribute to the knowledge and appreciation of our history and cultural heritage. Roberto Fuenzalida G.
Executive Director Corporación Patrimonio Cultural de Chile
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Presentación Mapa de la Ruta de la Plata Introducción
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Perú
San Sebastián de Huancavelica Santo Domingo de Ayacucho San Pedro de Andahuaylas Compañía de Jesús San Jerónimo San Pedro de Andahuaylillas Huaro Checacupe San Francisco de Ayaviri Santiago Apóstol de Lampa San Pedro de Juli Santiago de Pomata Puno
40 48 56 64 72 76 86 92 100 106 114 122 132
Bolivia
Copacabana Guaqui Tiahuanaco Laja San Francisco Jesús de Machaca Caquiaviri Calamarca Sica Sica Curahuara de Carangas Tomarapi Copacabana de Andamarca Huachacalla Quillacas Salinas de Garci Mendoza Nuestra Señora de Copacabana San Benito San Lorenzo
138 148 156 164 170 178 186 194 202 208 220 224 232 240 246 252 260 266
Chile
Parinacota Putre Socoroma Pachama Belén
274 280 286 292 298
Traducción Agradecimientos
304 331
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Presentación
A
l compartir este libro con los lectores penetro en una geografía que une a los países de Perú, Bolivia y Chile en un tiempo que fue muy importante para el mundo entero; el que va del siglo XVI al XVIII. El escenario es “la Ruta de la Plata”, con tres puntos que lo definen: Huancavelica, Potosí y Arica. Ruta que transitan los indígenas acarreando recuas de llamas, y más tarde de mulas, las que cargaban el mercurio en Huancavelica para llevarlo a Potosí. El mercurio es indispensable para la extracción de la plata que “brota” del famoso cerro y esta plata sale por Arica rumbo a España vía el Callao y Panamá.
La tecnología utilizada, el aparato burocrático que la controlaba y las vidas sumergidas en este empeño nos han dejado un recuerdo doloroso que no nos deja ver las luces de esta hazaña. La mirada de la historia suele ser indiferente a los sentimientos, maneja datos y números, en ella no se siente el calor y el frío, no se pueden ver los dorados interiores de las iglesias como los ven las caravanas que hacen un alto para rezar, y nosotros queremos ver ese camino con la paja brava que se mueve al ritmo del viento, ese cielo azul que carece de nubes, las cabañas, los campesinos, las vicuñas que pasan lejanas y las exóticas portadas talladas en piedra. Y es un fotógrafo el que nos hace vivir, aun sea solo por instantes, ese paisaje a la vez humano y pétreo. La larga ruta que va de Huancavelica a Potosí coincide con la ruta de los mitayos que, por turnos, llegaban cada año en número de 13.500 al centro minero para trabajar en los socavones, en los ingenios y en la conservación de las “lagunas” que creaban un río artificial cuya agua movía las ruedas de la molienda. Luego del trabajo de cuatro meses, los mitayos regresaban a sus comunidades.
Todo es pasado y solo nos queda el viento, las montañas, las imágenes, la Virgen de Copacabana en su Santuario, los lienzos de Caquiaviri con el cacique llevado por un ángel al cielo. Queda la Catedral de Puno con sus enigmáticas sirenas en la portada, las mismas que nos miran nuevamente en Lampa y Asillo. Es la presencia del mar en el polvo de la puna. Cuando las caravanas, cargadas de plata, dejan Potosí rumbo a Arica pasan cerca de una Parinacota decorada con pinturas murales similares a las de Curahuara de Carangas. Es la ruta que iba desde el altiplano hasta la costa del Pacífico cuando los pueblos indígenas organizaban su geografía en base al control de los pisos ecológicos. Estas rutas las utilizaron en la Colonia y hoy, asombrados, las descubrimos. Solo las imágenes nos pueden dar idea de este escenario que carga sobre sí tantas vidas, tantas esperanzas y tantas decepciones. Max Donoso lo muestra cuando capta con su cámara el viento, el gesto duro de los actuales habitantes y, la luz de las velas que nos hablan de la fe no extinguida. Colabora en la introducción de este libro Pedro Querejazu de Bolivia, en la descripción de la ruta peruana el arquitecto Roberto Samanez que, durante años, ha recorrido estos caminos y trabajado para recuperar el arte de su tierra. En Bolivia se ocupa del relato la joven investigadora Lucía Querejazu y Amaya Irarrázaval nos describe la ruta chilena que nos lleva desde la cordillera hasta el mar.
Teresa Gisbert
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Las rutas de la plata
L
a Ruta de la Plata es una y muchas rutas a la vez. Tiene el nombre simbólico del metal cuya producción concitó la atención mundial durante un tiempo y supuso el flujo en todos los sentidos, de hombres, ideas, bienes y productos, entre ellos la plata, que transitaron por esta región con ramificaciones de acceso y salida desde y hacia todas las partes del mundo. Las rutas prehispánicas
En Abya Yala, las rutas prehispánicas de la región andina se fueron formando a partir de las primeras migraciones de ocupación humana de este vasto continente y luego por el migrar de los primitivos pobladores de la región que seguían los flujos estacionales de los animales mayores de los que se alimentaban y servían y al final domesticaron. Estos flujos estacionales se convirtieron en permanentes y se han mantenido hasta el presente con los grupos de ganaderos como los llameros de Carangas, que llevan bloques de sal extraída del salar de Uyuni hacia las regiones bajas y que traen y llevan los productos usados y requeridos por los sabios y médicos Callahuayas. Con el tiempo, esos flujos fueron conformando el sistema prehispánico del “control vertical” de los diversos pisos ecológicos y el “sistema de archipiélago” que implicó desplazamientos parciales y semipermanentes de miembros de los distintos grupos étnicos para conseguir y acceder a diversos productos de regiones ajenas a la propia. Así se fueron conformando redes de caminos y rutas estables. Por estas rutas los ganaderos Huancarani, del altiplano sur, exportaron su cobre a otras regiones. Algún tiempo más tarde los tiahuanacotas expandieron su cultura altiplánica a los valles interandinos y a la costa del océano Pacífico, llevando consigo la tecnología de las herramientas, utensilios y armas de bronce, los textiles y cerámicas refinadas y el traslado de productos alimenticios de las terrazas y camellones inundadizos con riego Autor anónimo. Virgen-Cerro. c. 1730. Óleo sobre lienzo. Museo de la Casa Nacional de Moneda, Potosí. La Santísima Trinidad corona a la Virgen María Inmaculada como Reina de la creación que, a su vez, representa la montaña de plata y la Pachamama, venerada por todos los poderes terrenales. En las faldas de la vestidura de la Virgen, las del cerro, se ven tanto bocaminas, como vizcachas, pájaros y árboles que originalmente vivían en él.
controlado. Ellos, que habían domesticado la papa en las tierras altas, la fueron mejorando primero y luego la implantaron en otras regiones, así como la tecnología para deshidratarla por congelamiento y conservarla como alimento seco por tiempo prolongado, en lo que conocemos como chuñu y tunta. En la vasta región del altiplano sur se domesticaron granos como la quinua, que fue luego difundida por todo el altiplano y otras tierras altas. Los tiahuanacotas propalaron también muchos de los mitos de origen de la región y la idea y veneración de Huiracocha, dios creador andino que está representado en la Puerta del Sol, en Calasasaya. Por estos caminos transitó en vía de reflujo la veneración de Pachacámac, dios de la tierra y los terremotos, desde su montañaadoratorio en Lima hasta el lago Titicaca y el Cerro de Potosí, en cuya cima se hizo un altar para venerarlo. Por estos caminos serpenteantes entre el altiplano y los escarpados valles, unos pueblos conquistaron a otros y se produjo el intercambio de productos, tecnologías, costumbres y cosmovisiones. Por esta ruta las conchas de spondylus, moluscos marinos oriundos de las costas del hoy Ecuador, llegaron tanto al Caribe, altiplano y lago Titicaca, como también hasta los valles altos de las tierras de los Charcas. Con ellas se hicieron joyas y collares y las conchas enteras se usan aún como cornos, oyéndoselas sonar en los llamados indígenas de convocatoria a asambleas en las alturas de Potosí, Chuquisaca y Cochabamba. Más tarde, los Incas, belicosos guerreros conquistadores y prácticos dominadores y administradores de territorios, construyeron el señorío imperial más grande de Sudamérica, Abya Yala, aun antes de la llegada de los europeos. Ellos perfeccionaron el sistema de construcción de caminos así como el de comunicación rápida de los chasquis y los tambos. De este modo, el Inca podía comer en su mesa en Cusco pescado fresco del Pacífico o frutos del Amazonas. Los caminos eran en general de pavimento de piedra y en buena parte tenían muros laterales de tapial o adobe. Los tramos empinados eran con escalones. La carga y los productos eran llevados a hombro o en recuas de llamas, generalmente numerosas, porque estos animales oriundos de la región y domesticados, no cargan pesos mayores de 50 kilos.
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Ellos construyeron la ruta mayor, el Cápac Ñan, eje troncal y columna vertebral de un sistema vial que cubre más de 60.000 kilómetros por territorios y topografías muy diversas y variadas, sorprendentes y en general hostiles. El sistema de caminos y rutas conecta transversalmente la costa del Pacífico con la sierra y con los valles y tierras selváticas de la cuenca del río Amazonas. Longitudinalmente recorre por vías paralelas tanto la costa del Pacífico como la cordillera de los Andes. La ruta de la costa hacia el norte iba desde Cusco, pasaba por Palpa, Ica, Nazca, Pachacámac, Lima, Huarmey, Chan-Chán, Los Tallanes (Piura), Ayavaca y Tumbes; y la hacia el sur, desde Cusco pasando por Tambo Colorado, Catorpe, Copiapó, hasta el río Maule. La ruta de la sierra, hacia el norte, desde Cusco por Vilcashuamán, Huari, Jauja, Tarma, Huánuco, Cajamarca, Chachapoyas, Tumibamba, Loja, Quito, Inga-Pirca y Pasto, en el río Ancasmayu. Y hacia el sur por Piquillajta, Rajche, Jatun Colla, Pucara, Puno, Chucuito, Tiahuanaco, Chuquiabo (La Paz), Paria, Tupiza, Tilcara, Pampas de Tucumán. Estos caminos bordeaban el lago Titicaca también por el lado oriental, de Lampa y Pucara por Escoma, Carabuco, Ancoraimes, Achacachi, Huarina, Pucarani, Tiahuanaco, Chuquiabo. Muchos de estos caminos siguen en buen estado y en uso por los llameros. Algunos se usan como vías turísticas, entre Cusco y Machu-Picchu o desde La Paz a los valles yungas.
especie creando variedades más productivas hasta producir el maíz blanco del valle del río Urubamba, el mejor del mundo. Por estos caminos llevaron y trajeron procedente de todo el imperio a la mano de obra especializada, los yanaconas, y los concentraron en Cusco, su capital. Orfebres y metalisteros, talladores de querus, artífices de las plumas, tejedores que podían hilar el pelaje fino de los pájaros de la noche, los murciélagos. Por estos caminos trajeron y llevaron también su cosmogonía y concepción del Universo, su culto por el Inti y la Quilla, sus cultos subterráneos que dejaron de lado los dioses de antes, pero que de todas maneras los reunieron y concentraron en el templo del Coricancha, en Cusco, hoy parcialmente visible debajo del convento de Santo Domingo de esa ciudad. Cuando el gran imperio Inca estaba en su máximo esplendor y extensión, por estos caminos también llegaron noticias de los guerreros blancos y barbados salidos del mar. Finalmente, para cumplir ese mito nuevo, por estos caminos llegaron esos personajes montados sobre enormes bestias resoplantes y con largos palos que disparaban truenos y fuego, destructores de todo y ansiosos de oro y poder.
El camino recorría todo el altiplano para seguir hasta los valles de los Chúis e Incallajta, hasta las fortalezas de piedra de Samaipata y Oroncota, frente a los Chiriguanos, o hacia los valles de los Calchaquíes en el hoy norte de Argentina y los valles y desiertos del norte de Chile, por San Pedro de Atacama, Cobija y Arica. Por estos mismos caminos los Incas trasladaron pueblos enteros para doblegar su rebeldía, como la nación Chúi del valle de Cochabamba que expulsaron totalmente para poblar con otras gentes que les fueran leales. También llevaron diestros y feroces guerreros Charcas para sus conquistas del extremo norte del imperio, donde algunos quedaron como grupo étnico en la actual Colombia. Con el sistema de la minga y la reciprocidad construyeron caminos, ductos de agua, sistemas de terrazas artificiales en las laderas de las montañas para expandir y optimizar la tierra cultivable; construyeron asimismo almacenes de alimentos, ciudades y fortalezas. Por estos caminos y en menos de cien años impusieron el idioma quechua como la lengua franca de los Andes, proceso tan eficaz que hoy sigue siendo la lengua nativa más extendida de la región. Ellos también sistematizaron y mejoraron el cultivo del maíz, que aunque originario del norte de México, había llegado por rutas de mar y tierra hasta Sudamérica y era ya conocido y cultivado por las culturas precedentes en el tiempo. Con sus sistemas de terrazas de cultivo, mejoraron la
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Autor anónimo. Vista del Cerro de Potosí con un ingenio minero. c.1590. Acuarela sobre papel. Hispanic Society of America. New York. Una de las representaciones más antiguas y precisas del Cerro de Potosí en la fase temprana de su explotación. Las bocaminas están en la parte más alta del cerro. En primer plano un ingenio completo, con el cárcamo de agua que mueve la rueda que activa los martinetes de molienda del mineral; delante, los laboreos de separación y procesado del mineral. Detrás del ingenio, construcciones y viviendas con techo de paja.
Las rutas de la conquista y de la colonia española Es indudable que Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Francisco Valverde, con sus secuaces, subieron por estos caminos incaicos desde el Pacífico hasta Cajamarca, para encontrarse con el gran señor Atahuallpa. De allí algunos tomaron el Cápac Ñan para llegar a Cusco en 1532, lugar en que poco antes había sido asesinado el Inca Huáscar por órdenes de su hermano; otros, por las rutas costeras llegaron para fundar la ciudad Los Reyes, en el valle del río Rímac, que conocemos como Lima. Esa banda de invasores, astutos conquistadores embebidos de las ideologías políticas de Maquiavelo y otros pensadores europeos, dividieron y conquistaron un poderoso imperio que, coincidentemente, estaba aquejado por pugnas internas, al borde del colapso administrativo del sistema de la reciprocidad y con sus poderosos ejércitos conteniendo a los aguerridos Chiriguanos (guaraníes) en la frontera suroriental. Las disputas entre los socios de la conquista forzaron a la Corona a la división de los reinos conquistados en el de Nueva Castilla, desde Cusco hacia el norte para los Pizarro y Nueva Toledo, desde Cusco hacia el sur para los Almagro. Diego de Almagro y su compañía salieron por estos caminos incaicos, desde Cusco rumbo al sur, para hacer el reconocimiento de su territorio. En su recorrido pasó cerca de las conocidas minas de plata de Porco y cerca del Cerro de Potosí, la montaña de plata más grande del mundo, en cuya cima estaba el altar y adoratorio de Pachacámac. Almagro nunca supo de ellos. En su recorrido por el altiplano y los Andes fundó las poblaciones de Paria y Tupiza y siguió al sur para atravesar la cordillera y llegar a la costa del Pacífico, cerca de lo que hoy es Arica, donde tomó una embarcación para ir por mar hacia el norte hasta Los Reyes. Por estos caminos nuevamente corrió sangre de conquistadores y de conquistados que crueles y sanguinarios, ambos dominaron unos y resistieron otros. Estos caminos prehispánicos se convirtieron en las rutas de los conquistadores españoles, de los fundadores de ciudades, de los evangelizadores y predicadores, de los que dominaron y abusaron de los indios y también de los que los defendieron y cuidaron. Por estas rutas llegaron las ideas de la utopía, de la posibilidad de construir dos repúblicas convivientes en un mismo espacio. La utopía americana, donde todo era posible, donde podía construirse un mundo perfecto y sin los males y pecados que aquejaban al viejo mundo, donde era posible la idea de construir el paraíso en la tierra; porque esta tierra es después de todo el paraíso terrenal donde los pájaros son parlantes.
Melchor María Mercado. República de Bolivia. Potosí. 30. Coya Runas. Mestizos e Indios. 1849. “Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbres de Bolivia (1841-1869)”. Acuarela sobre papel. Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Sucre. Atuendos de los habitantes de Potosí a mediados del siglo XIX. El personaje de la izquierda es un minero, con vestido de cuero, que lleva la lámpara en la cabeza y en las manos el cincel y el combo.
Tras los soldados y los predicadores llegaron los abogados y administradores, los pobladores en busca de nuevas oportunidades, pero sobre todo de riqueza rápida. Unos fundaron ciudades y poblaciones, siguiendo utópicos modelos clásicos, redujeron y congregaron a los otros, cerca de las rutas, de los ahora llamados Caminos Reales. Trajeron sus usos y costumbres como los cabildos y los gobiernos autónomos de las ciudades y pueblos. Así se fueron formando las ciudades de españoles rodeados por los barrios de indios. La tierra se repartió con feudal sentido de pertenencia y poco a poco se fue desintegrando el eficaz sistema de archipiélago y control vertical que, pese a todo, no desapareció. Junto con los conquistadores llegaron sus familiares para aprovechar de los frutos de la conquista; así como los artífices y constructores, vinieron los tejeros y ladrilleros, los alarifes y constructores, con sus tradiciones de origen morisco, de mosaicos, tejas y techumbres de armadura y convocaron la mano de obra indígena. Y se fueron construyendo viviendas y edificios públicos con tejas, ladrillos y artesonados, sostenidos por muros de tapial y adobe. Con esos materiales se hicieron cabildos e iglesias, conventos, casonas y caseríos, acometidas y ductos para el agua de las pilas públicas en las plazas. Al final, el sistema colonial de comunicaciones viales se superpondría sobre el prehispánico y desarrollaría algunos trazos nuevos o se extendería hacia lugares donde los primeros no
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habían llegado. Se estableció el Camino Real entre Lima y Potosí, que también transitaba de Lima hacia el norte. De Potosí ese camino seguía hasta Buenos Aires, pasando por Tarija, Yavi, Salta, Tucumán, San Juan, Mendoza, Córdoba y ramales que atravesaban la cordillera hacia Santiago. Estos caminos, igual que los de España, tenían mojones de tramo en tramo que señalaban la ruta y marcaban el rango de la vía. Se establecieron también otros caminos vecinales que satisfacían necesidades locales y regionales. Las rutas del comercio El sistema de caminos prehispánicos y coloniales se estableció inicialmente para el intercambio de productos y la movilización de personas. Este sistema fue el núcleo básico que posibilitó la existencia de un universo económico andino autónomo y autosuficiente, lo que no quita que el sistema estuviera interconectado con otras partes del continente y, desde luego, con otros continentes. El flujo de productos locales de un lugar a otro fue importantísimo en la etapa prehispánica, especialmente en la que nos ocupa como sustento de las Rutas de la Plata. Por estos caminos circularon los alimentos en conserva de Cusco rumbo a Potosí, los paños de Quito tan cotizados para los atuendos de las damas y los tejidos de los obrajes de Quispicanchis y La Paz.
Gaspar Miguel de Berrío. Vista de Potosí. 1758. Óleo sobre lienzo. Museo Charcas. Sucre. Esta obra muestra, a modo de vista aérea, el Cerro Rico, con el sistema de lagunas artificiales y la ribera de los ingenios que se alimenta con su agua. En primer plano la ciudad de los españoles rodeada de los 14 barrios de indios con sendas iglesias parroquiales. Se aprecian también las recuas que traen productos a la ciudad y llevan la plata a diversos destinos.
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En la tierra de los Carangas del altiplano sur, junto con las alpacas y vicuñas, se criaban las llamas que luego conformarían las recuas de arriería. En las tierras del Tucumán en Argentina, se criaban en grandes haciendas las acémilas para el transporte. Se cruzaban en grandes cantidades las mulas que demostraron ser los animales ideales para el transporte de carga por largas distancias. Desde Tucumán venían las mulas para las recuas que luego iban hasta Cusco, Huancavelica, Lima y hasta más al norte. Desde las tierras bajas de las misiones jesuíticas de Chiquitos llegaban a las tierras altas la cera y la miel de abejas, los paños de algodón, los bargueños y otros muebles taraceados. De Moxos subían instrumentos musicales como el órgano de la iglesia de Tarata en Cochabamba, hecho en San Pedro. Por esas mismas rutas retornaban a esas misiones libros, herramientas, vino para las celebraciones litúrgicas, plata y oro para los orfebres mojeños y chiquitanos. Desde el Paraguay subía a las tierras altas la yerba mate, así como la coca de los valles yungas de La Paz era llevada a las minas tanto de Huancavelica como a las de Oruro, Porco y Potosí.
La labor edilicia de administración y mejoramiento de las rutas llevó a la realización de infinidad de puentes de piedra de uno o varios ojos que aún hoy siguen en uso, como el de Huánuco, Pachachaca, Chumbao, el de Paucartambo o el “Puente del Diablo” cerca de Potosí, entre muchos otros. Las rutas de los mares son también complemento fundamental de las Rutas de la Plata. Los puertos principales fueron Buenos Aires en el Río de la Plata o el Callao cerca de Lima en el Pacífico, pero muchos otros cumplirían un papel importante en el proceso de comunicación, conquista, desarrollo y cambios de estas regiones como el de Valparaíso, Cobija, Arica, Matarani, Chincha, Trujillo, Paita, hasta llegar a Panamá. Los puertos de recepción en otras partes como Portobello, Cartagena, Santa Marta, La Habana, Cádiz y Sevilla, fueron parte del sistema mayor de las Rutas de la Plata.
Por estos caminos subieron temprano en el tiempo troncos y tablones de madera de cedro procedentes de los bosques de Nicaragua para hacer retablos, sillerías de coro, techos de artesonado en las ciudades de Lima, Cusco, La Paz, La Plata, Potosí y tantas otras. Por estos mismos caminos llegaban bellos productos de Filipinas y la China en el Galeón de Manila que atracaba en Acapulco y de ahí al sur bajaban por Quito, Lima o Arica. Por estos caminos circuló en ruta de venida el azogue traído primero de Almadén en España y luego de Huancavelica en el centro del Perú. Por estas mismas rutas salía la plata metálica, ya fuese en lingotes o amonedada, para pagar las obras de arte hechas en Cusco o los alimentos traídos de tierras distantes o hacia las arcas reales, para pagar las deudas de la Corona y las guerras de Europa. Por estas y otras rutas más directas entre Potosí y el océano Pacífico, siguiendo caminos escondidos entre los Andes, salían las piñas de plata y entraban los productos de contrabando traídos por barcos ingleses, holandeses y franceses. Encajes de Flandes, sedas de la India, la China o Filipinas subían para adornar casas y vestimentas. También salía la plata de contrabando desde Oruro por Corque, Toledo, Andamarca, Sabaya, Parinacota, Putre, Caquena, Putani y otras pequeñas poblaciones de agricultores y ganaderos de altura, llevadas por las recuas de llameros y arrieros, hacia Tacna y Arica, o desde Potosí, por rutas más al sur, pasando por San Pedro de Atacama, Isluga, Tarapacá, Mamiña y otros pueblitos metidos en los vericuetos de los caminos, también hacia Arica o Cobija o hasta Santiago.
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Manifestaciones de la plata usada para el arte y el culto. Cristo crucificado con potencias, cantoneras, candeleros y decoración de la peana, de plata repujada. Par de floreros de altar. Escultor y orfebres anónimos activos en Potosí a fines del siglo XVIII. Museo de la Casa Nacional de Moneda, Potosí.
Las rutas de la religión Junto con los primeros conquistadores llegaron los religiosos y predicadores. Ellos venían a cumplir el compromiso de la Corona Española con la Santa Sede de difundir la fe en Jesucristo Salvador de la Humanidad. Estos evangelizadores, diocesanos y regulares, fueron caminando e instalando cabildos eclesiásticos en las nuevas catedrales y parroquias en las ciudades, estableciendo doctrinas en las reducciones rurales para congregar a los indios, evangelizarlos y al mismo tiempo censarlos y cobrarles tributos para la Corona. Por estos caminos llegaron los religiosos de las órdenes predicadoras: los franciscanos, dominicos, agustinos y mercedarios. También se permitió que por estos caminos transitaran las religiosas de órdenes contemplativas y de clausura, porque se consideró que pese a que ellas no predicaran directamente, desde las clausuras conventuales rezaban por las misiones, por los predicadores y por la conversión de las almas de los indios al cristianismo. Así, fueron erigiéndose los conventos de las franciscanas, las dominicas, las concepcionistas y las carmelitas descalzas. A diferencia de lo que pasó en Nueva España, en el Virreinato del Perú se obligó a las órdenes religiosas a tener sus casas y conventos en las ciudades. Por esos mismos caminos llegaron, décadas después, los jesuitas que revolucionarían los procesos de predicación, evangelización y conversión, abriendo nuevos caminos hacia las tierras bajas donde fueron instalando el sistema de reducciones misionales, desde las regiones del río Orinoco y del río Mainas hasta las de Moxos, Chiquitos y del Paraguay, haciendo frontera, ocupando territorio y reduciendo y convirtiendo indios de infinidad de grupos étnicos. Su trabajo misionero llegó a lugares tan al sur como la isla Chiloé, en el extremo sur del continente.
Lima el hermano lego de la Compañía de Jesús, Bernardo Bitti. Desde Lima empezó a difundir la estética del manierismo. Poco después, él mismo tomó los caminos y trabajó intensamente y en forma progresiva para los nuevos colegios jesuíticos de Huamanga (hoy Ayacucho), Arequipa, Cusco, Juli, La Paz, Potosí y La Plata, para luego retornar a Lima. Décadas más tarde y en pleno siglo XVII, otro hermano lego jesuita, Diego de la Puente, desde Trujillo tomaría los caminos andinos para ir dejando su producción de grandes lienzos en esa ciudad norteña, Lima, Cusco, Juli y La Paz. Casi al mismo tiempo, un seguidor de Bitti oriundo ya de América, Gregorio Gamarra, recorriendo estos caminos produjo grandes lienzos para los franciscanos en Potosí, La Paz y Cusco. Junto con estos artistas fueron pidiéndose obras a España, algunas por encargo, que venían en los bagajes de los funcionarios reales del virreinato, de las audiencias y cajas reales y autoridades eclesiásticas. Ya durante el siglo XVII, en Cusco, ciudad donde los Incas habían concentrado a los yanaconas artífices más hábiles de su vasto imperio, una nueva tanda de artistas formados a la sombra de Bitti y de discípulos de Alesio y Medoro, conformaron una escuela artística trascendental que produjo obras de muy alta calidad, la Cusqueña. Durante la segunda mitad del siglo XVII, además de trabajar en la reconstrucción de la ciudad devastada por un terremoto en 1650, empezaron a exportar sus obras, hacia el norte y hacia el sur. Diego Quispe Tito Inca, Basilio Santa Cruz y otros fueron sus nombres. Ellos no tomaron los caminos pero sus obras sí, llegando especialmente a Potosí y más al sur.
Las rutas del arte y de los artistas
En el siglo XVIII, Cusco seguiría produciendo obras para la exportación. Notable fue Marcos Zapaca Inca, que remitió pinturas tan al sur como Catamarca en Argentina. Por entonces, algunos talleres anónimos en Cusco fueron capaces de producir hasta 200 pinturas por mes, que salían en las recuas de mulas para ser vendidas por varas y compradas por clientes poco adinerados y sin pretensiones, pero devotos e interesados.
Igual que en siglos anteriores, siguieron circulando los tejedores, los artistas de las plumas, los talladores y pintores de querus disimulados como un arte de resistencia con apariencia de popular, mientras que otros artistas llegados de Europa marcaron la impronta e impusieron nuevos medios y lenguajes visuales.
Los escultores y las esculturas recorrieron los mismos caminos; la Virgen de La Paz salió de Sevilla y llegó a la Catedral de La Paz en el siglo XVI o la imagen también sevillana de la Virgen del Rosario que aún se venera en la iglesia de Santo Domingo en Potosí, en la misma época.
El italiano Angelino Medoro mandó primero sus obras desde Colombia para luego viajar él mismo al sur e instalarse en Lima. Las obras de Medoro salieron de Lima hacia Santiago de Chile, San Francisco de Potosí y la iglesia de Yotala, en Chuquisaca. Otro italiano, Mateo Pérez de Alesio, que llegado directamente desde Sevilla, se afincó en Lima como retratista de la corte virreinal y huaquero. Poco antes que ellos había llegado en 1571 a
Los escultores españoles e italianos también recorrieron estos caminos para producir sus obras de ciudad en ciudad y al paso enseñar lo que para los indios eran nuevas técnicas, la madera tallada y policromada, con estofado de pan de oro y encarnaduras. Así trajinaron por estas rutas los hermanos Gómez y Andrés Hernández Galván que produjeron obras en Lima, Cusco, La Paz (el primitivo retablo de San Francisco, hoy en Ancoraimes)
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José García Mesa. Vista de Potosí. 1900. Óleo sobre lienzo. Colección particular. La Paz. El Cerro Rico visto desde la torre de la iglesia de San Lorenzo. En primer plano el mercado de la ciudad.
hasta La Plata, donde entre 1580 y 1582 crearon el antiguo retablo mayor de La Merced y otros más. Diego Ortiz recorrió la misma ruta. Ante la escasez y carestía del material, recurrió a viejas técnicas; las figuras fueron huecas, hechas de tela encolada y luego policromadas y encarnadas. Así hizo el Cristo de la Recoleta en Cochabamba, antes de 1580, y mientras trabajaba en Potosí, lo encontró el indio Francisco Tito Yupanqui Inca. Este indio noble, descendiente del Inca Túpac Yupanqui, esculpió en Copacabana una primera escultura de la Virgen de la Candelaria hacia 1579. Al párroco que la vio le satisfizo y la puso en el altar. Cuando cambiaron de párroco en el pueblo, su imagen fue des-
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echada. Dolido, partió con su tío el Cacique hasta Potosí, donde aprendió el arte de la escultura con Diego Ortiz. En 1582, con el permiso del Obispo de Chuquisaca para hacer escultura, tomó como modelo la imagen sevillana de Santo Domingo y elaboró con técnicas propias, de maguey y tela encolada, la imagen de la Virgen de la Candelaria que hoy conocemos como Virgen de Copacabana. Con la imagen a cuestas partió de retorno al norte. Al pasar por La Paz, conoció a un dorador Ortiz que estaba policromando el retablo mayor de San Francisco. A cambio de trabajo, Ortiz policromó la imagen y Tito Yupanqui aprendió la técnica. En 1582, la imagen llegó a Copacabana. Fue entronizada
y en poco tiempo adquirió fama de milagrosa, especialmente entre los indios. Tito Yupanqui formó un taller y empezó a producir imágenes que siguiendo caminos diferentes llegaron a puntos muy diversos como Pucarani, Cocharcas, a pedido del Indio Quimiche, a la capilla de la Bahía de Río de Janeiro que desde entonces lleva su nombre de Copacabana; otras fueron a Roma, a la Catedral de Sevilla, a Torino, a San Agustín de Arequipa y de Cusco y, como no, también a Potosí, donde se fundó la iglesia y la parroquia de Copacabana. En el siglo XVII en La Plata, el indio Diego Quispe Curo formó también otro taller de escultura. Por su parte, otros escultores sevillanos y castellanos llegados a Lima recorrieron los caminos de las tierras altas y llegaron hasta Potosí; Martín de Oviedo, Gaspar de la Cueva y Luis de Espíndola formaron la escuela Potosina de imaginería. Desde allí sus obras irían a La Plata y Santiago de Chile. La ciudad de Potosí, con su riqueza y oportunidades, congregó a lo largo de tres siglos tanto a las obras como a los artífices más notables, como los ya mencionados, y otros pintores como Mateo Pizarro, Francisco de Herrera y Velarde, Francisco López y Castro, y ya en el siglo XVIII, a Luis Niño, Gaspar Miguel de Berrío y Manuel Córdova. Entre ellos conformaron la peculiar escuela potosina de pintura y escultura, que en su momento también exportó su producción a La Plata, Santiago y el norte de Argentina. Las obras de Luis Niño llegaron a Lima y Roma. Los arquitectos y constructores recorrieron también los mismos caminos, construyendo al principio iglesias doctrineras, de larga nave, con amplios atrios, cuatro capillas posas, capilla abierta y capilla Miserere, como en el gran Santuario de Copacabana, Callapa, Quillacas y muchas otras. Construyeron iglesias parroquiales, conventos y casas con techos de armadura. También empezaron a construir puentes de arcos de piedra, diferentes y mucho más resistentes que los incaicos de lianas. Llegaron los entalladores que hicieron bellas techumbres de artesonado en Lima, Ayacucho, Cusco, La Paz, La Plata, Potosí y en los pueblos y reducciones como San Luis de Sacaca, antigua capital de los Charcas. Vinieron los arquitectos especialistas en construcciones de ladrillo y loza, de tradición también mudéjar, y dejaron obras como el Santuario de Copacabana o la Catedral de La Plata. Los arquitectos y canteros del estilo “Barroco mestizo” recorrieron los caminos, haciendo edificaciones civiles, pero sobre todo templos formidables de piedra labrada, bóvedas de cañón en las naves, cruceros y cúpulas de media naranja en el medio, con fachadas ricamente labradas imitando los retablos del presbiterio.
Theodore de Bry. Recuas de carneros de la tierra. Grabado sobre papel. Representación idealizada desde la estética del Renacimiento; parte de la serie de grabados sobre América, realizada y publicada entre 1590 y 1634, con base en noticias y crónicas de viajeros por este continente.
Al parecer iban y venían realizando obras como La Compañía de Arequipa, la iglesia de San Carlos Borromeo en Puno, las iglesias de la Santa Cruz y San Pedro en Juli, Santiago Apóstol en Pomata, San Andrés en Zepita, Santiago de Guaqui, San Francisco, Santo Domingo y San Pedro en La Paz, Sica Sica al sur, San Francisco en Potosí, al mismo tiempo que la Torre de la Compañía y la Portada de San Lorenzo, el santuario de Manquiri cerca de la ciudad de Potosí, la iglesia de Tomave y la de Salinas de Yocalla, Santa Mónica en La Plata, conformando de esta forma un estilo regional, peculiar y propio. Por otros caminos desde el sur, desde el Río de La Plata, desde Buenos Aires, pasando por Tucumán, Salta y Tarija en grandes carretas, para las que hubo que hacer caminos especiales, llegaron las máquinas de acuñar para la nueva Casa Real de Moneda de Potosí. Este grandioso edificio se habría construido entre 1758 y 1762, con diseños de Luis Cabello y Pedro Ruíz Tagle. Junto con las máquinas llegaron rejas, herramientas y utensilios de hierro de Vizcaya y los artífices que las instalaron y pusieron a funcionar. A principios del siglo XIX y pasado de moda en las ciudades el estilo barroco popular, vendría de Arequipa el arquitecto Fray Manuel Sanauja para realizar, en 20 años, la magnífica iglesia catedral o Matriz de Potosí. Al terminarla, lo invitaron a realizar la nueva catedral de La Paz.
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P. Olivares. Cerco de La Paz. 1781. Óleo sobre lienzo. Museo Municipal de la “Casa de Pedro Domingo Murillo”. La Paz. Se aprecia la ciudad, representada como planta urbana, fortificada para la defensa. Abajo a la izquierda el Intendente Sebastián de Segurola pasa revista a sus tropas. En la parte alta, en la ceja del altiplano, el campamento de Túpac Catari. En un medallón a la izquierda, la primera representación conocida del Illimani, nevado tutelar de La Paz.
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Las rutas del dolor El flujo del dolor y la muerte por las Rutas de la Plata se inició ante la demanda de la Corona y de los mineros de Potosí por mano de obra para trabajar en las minas del Cerro Rico. Los españoles introdujeron en un principio al proceso de explotación y beneficio del mineral a esclavos traídos de África. No se sabe el número de esclavos llevados a Potosí por las rutas del sur, por el Río de La Plata o por el Pacífico, pero lo cierto es que estos no se adaptaron a la altura ni al trabajo tan duro y morían rápidamente. Por eso, el Virrey Francisco de Toledo, estando en Potosí en 1570 y tomando como referencia e inspiración el sistema de trabajo usado en la época prehispánica para la realización de obras públicas, volvió a establecer el sistema de la mita. Según este sistema, los indios de ciertas regiones debían acudir al servicio de la mita a Potosí, una vez cada ocho años. La disposición estipulaba que los servicios serían pagados y que el sistema era rotativo y por solo seis meses de duración. Fue rotativo para trabajar en el interior de las minas y en el laboreo exterior. Los turnos en el interior de la mina eran semanales. Los indios entraban a los socavones el lunes y salían el sábado. Debían llevar su comida y provisiones para toda la semana. Los domingo las minas quedaban abiertas, independientemente de quién fuera su propietario, y cualquiera podía entrar y extraer mineral. Dada la mentalidad y costumbres de la época, el sistema se convirtió en un servicio forzado que se pervirtió rápidamente. Los españoles abusaron del sistema. Los caciques especularon con la mano de obra de sus comunidades o ayllus. Unos indios se negaban al servicio y se fugaban de sus pueblos a otras regiones; algunos otros se quedaban en Potosí o las inmediaciones y ya no volvían a sus tierras de origen. Esto implicó el traslado temporal de miles de indios y afectó seriamente la demografía y la posesión de las tierras de comunidad de las zonas afectadas. Los indios sujetos a la mita fueron los de las provincias cercanas a Cusco, de Canas, Canchis y Quispicanchis, y los aymaras del altiplano: Collas, Lupacas, Quirhuas, Callahuayas, Pacajes, Carangas, Soras y Quillacas. Una vez que estos mitayos llegaban a Potosí, se instalaban en los barrios de las 14 parroquias de indios ubicadas en las faldas del Cerro Rico y rodeando la ciudad de los españoles de Potosí. Los indios de la Confederación de los Charcas, los Caracaras, Charcas, Yamparas y Chichas, de las regiones de Chuquisaca y norte de Potosí, estuvieron exentos de este terrible servicio porque habían suscrito alianzas con los españoles para el dominio de los incas, al principio de la conquista.
Autor anónimo. Estos yndios están guayrando. Circa 1600. Acuarela sobre papel. Hispanic Society of America. New York. Hornos o torres de fundición de mineral de origen prehispánico usados en la Colonia. La leña arde alimentada por el viento produciendo altas temperaturas para la fundición del metal que es recogido en crisoles en la parte baja.
Tras la instauración de las repúblicas andinas, en Bolivia y Perú se abolió la esclavitud de los afroamericanos y también el servicio de la mita, poniéndose así fin a tan terribles servidumbres. La muerte solapada La muerte llegó por estos caminos, solapada como siempre. Llegó con las enfermedades provenientes de Europa y desconocidas en América. La epidemia de la gripe causó la muerte de miles de indios durante las primeras migraciones de la mita. Con la gripe llegaron también otras enfermedades epidémicas como el sarampión, el tabardillo y la viruela, que causaron gran mortandad entre los indios. Cuando se desarrolló la tecnología del beneficio del mineral de plata con azogue, se creó otra ruta de la muerte solapada. El tránsito del azogue, o mercurio, metal líquido extremadamente venenoso, causó muchas muertes entre los que lo extraían de las minas, los que lo transportaban y sobre todo entre los que hacían las amalgamas con el mineral de plata. Al principio las cargas de mercurio venían de Almadén, en España, que tras largo recorrido por mar subía a las tierras altas, a Potosí y Porco, para el beneficio del mineral de plata. Se trajo mercurio de Almadén hasta que esas minas se agotaron. Cuando se descubrieron y explotaron las minas de mercurio en Huancavelica se creó un nuevo foco de mortandad, la de los indios que extraían ese metal líquido tan venenoso.
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Para entonces, ese mineral era transportado en bolsas de cuero especiales, a lomos de mula, desde Huancavelica, pasando por Cusco y hasta Potosí. Se hizo otra ruta paralela, por mar. Bajaban el mercurio de Huancavelica hasta la costa y de allí era llevado por barco hasta las costas próximas a la ciudad de Arequipa o hasta los puertos de Arica o Cobija, más al sur. Desde esos puertos marinos, el mercurio era llevado en recuas de llamas o mulas hasta Potosí. Cuando el mercurio llegaba a Potosí, en los ingenios se hacían tortas con el mineral de plata y el azogue generando unas pastas sólidas. Esas tortas eran luego quemadas en hornos alimentados por fuego de leña y viento, de donde a las torres les venía el nombre quechua de Huayras. Los vapores del mercurio que se separaba dejando la plata metálica fueron causa de gran mortandad entre los indios huayradores. Las rutas de la opresión y de las ideas de la libertad El terrible y desacertado despotismo ilustrado del rey Carlos III y sus sucesores oprimió y exaccionó duramente a los americanos. Por decisiones equivocadas rompieron el sistema de relacionamiento social y económico al trasladar la Audiencia de Charcas al Virreinato de Buenos Aires. Además, la opresión de los indios llevó a los levantamientos de Tomás Catari en 1779, en Chayanta en el norte de Potosí, de José Gabriel Condorcanqui “Túpac Amaru II”, en Cusco y de Julián Apaza “Túpac Catari”, en La Paz, en 1780 y 1781. La represión fue cruel y sangrienta. Pese a ello quedó sembrado el germen de la ulterior lucha por la emancipación americana de la Corona Española. Por estos caminos trajinaron las ideas formadas bajo el aliento de los jesuitas en la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca donde se forjó el silogismo altoperuano, núcleo de las ideas de la libertad y de la emancipación. En 1800 transitaron de La Plata a La Paz y de La Plata al sur, con Cornelio Saavedra y los fundadores de la República Argentina en 1810. Paradójicamente, el sentido de autonomía territorial de la administración de la Audiencia de Charcas constituyó el nicho de resistencia tanto realista como autónoma regional contra los ejércitos libertarios. Por los caminos provinciales y vecinales los guerrilleros acosaron a las fuerzas regulares del recientemente modernizado ejército español. Manuel Asencio Padilla y su esposa doña Juana Azurduy en Chuquisaca, los Lanza, en los Valles de La Paz, los Arce y el Tambor Vargas en los de Ayopaya
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y Mizque en la región de Cochabamba, hicieron una guerra sin cuartel ni victorias. Más tarde y con su respaldo, podrían ingresar desde el sur tres ejércitos expedicionarios argentinos, comandados por Castelli y Belgrano, sin poder reducir el bastión de la Audiencia de Charcas. Por eso el General José de San Martín, con otro ejército, atravesó los Andes y liberó Chile, donde O’Higgins fundó una nueva república y siguió al norte y liberando también al Perú. Finalmente, tras 15 años de conflictos, por los caminos del norte llegarían los ejércitos libertarios encabezados por Antonio José de Sucre y Simón Bolívar, que sería el primer Presidente de la nueva República. Poco después, en 1825, trajinando por diversos caminos llegaron a La Plata los diputados, que reunidos en asamblea, optaron por la separación de la Corona Española y fundaron una nueva república independiente. Las rutas de los creyentes Los caminos y rutas que se hacen con un propósito acaban sirviendo para muchos. Las rutas para el tránsito del maíz, las papas, la coca, el azogue o la plata metálica también fueron útiles para que los creyentes se desplazaran desde sus lugares de residencia o trabajo permanente a los lugares de veneración de la divinidad. Copacabana fue sitio de peregrinación religiosa desde mucho antes de la llegada de los españoles a América. Por un lado, sacerdotes peregrinaban llevando devociones y veneraciones como la de Pachacámac de la costa del océano Pacífico al sur de Lima hasta las tierras altas del sur, como el pueblo de Chucuíto en el lago “Chucuíto” (conocido hoy como lago Titicaca), y hasta el cerro de plata de Potosí, el Súmaj Orco. El retorno de los Incas del Cusco hasta Copacabana y la isla Titicaca (hoy Isla del Sol), además de guerra de conquista, fue un peregrinaje religioso al lugar mítico de origen. Por eso instalaron allí palacios como La Chincana y el Pilcocaina y en Copacabana instalaron casas de miembros de las panacas familiares del Cusco. Fue más tarde, poco después de que fuera entronizada la imagen de la Virgen de la Candelaria, obra de Francisco Tito Yupanqui Inca, en la iglesia parroquial de Copacabana en 1583, cuando la imagen adquirió fama de milagrosa entre los indios; el lugar se convertiría en lugar de peregrinaje desde lugares distantes. Con el tiempo se edificaría el magnífico santuario que hoy conocemos y también la Hospedería de Indios y la Hospedería de españoles, que aún existen y se usan para acoger a los peregrinos de la fe. Llegarían peregrinos de lugares distantes como los bandeirantes y comerciantes de Río de Janeiro, Brasil. Copacabana sigue sien-
Capilla de Lachoc, en la ruta de las recuas, a poco de salir de Huncavelica rumbo a Cusco. Allí los caminantes y arrieros veneran y se encomiendan a la Virgen del Carmen.
do hoy lugar de peregrinación constante, pero especialmente en las fiestas del 2 de febrero y 6 de agosto. Pese a que la Virgen de Copacabana es Patrona de Bolivia, la mayor cantidad de peregrinos que acuden a venerarla y pedirle sus favores proviene de Perú, de las regiones de Lima, Arequipa, Cusco y Puno. Cocharcas se convirtió también en lugar de peregrinación desde que el Indio Quimiche llevó una imagen desde el lago Titicaca hasta la sierra central del Perú, donde se erigió otro gran santuario que sigue recibiendo devotos de la Virgen.
Los caminos son recorridos a distintos puntos siguiendo distintas devociones. El santuario de Quillacas en Oruro convoca a cerca de un millón de peregrinos por año, así como la veneración al Apóstol Santiago en Quime o Guaqui convoca a peregrinos que vienen desde lugares tan distantes como San Francisco de California. Otros fieles devotos recorren caminos para venerar al Señor de los Temblores en Cusco cada Lunes Santo, o al Señor de Huanca en sus serranías altas. Acaso la imagen del Señor de los Milagros de Lima sea la que más peregrinos convoca cada año
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Autor anónimo. Corta Parte del Plan de la Ymperial Villa de Potosí y de su famoso Cerro. A 17 de Abril de 1758 años. 1758. Tinta sobre papel. Museo de la Casa Nacional de Moneda, Potosí, Bolivia.
procedentes de todo el continente, incluyendo a los que le hacen promesas sin necesariamente acudir hasta sus pies. Desde hace varias décadas los creyentes de las regiones de Oruro y Potosí, acompañados por músicos y bailarines, acuden cada año a venerar y festejar a la Virgen de la Tirana en la cordillera de los Andes en Chile.
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Todos estos creyentes y peregrinos son los herederos de la fe en Cristo y su madre la Virgen María y son testigos fidedignos de la proeza de la evangelización que la Iglesia Católica realizó en América.
Los caminos de hierro y las nuevas rutas Tras siglos de usar caminos de peatones y auquénidos, convertidos luego en caminos de herradura por los que circulaban caminantes, recuas de llamas, de asnos, mulas y caballos y hasta carretas con tiros, al finalizar el siglo XIX fueron apareciendo nuevos caminos, hechos de hierro por los que circulaban enormes bestias de acero, humeando y resoplando, que tiraban largos carros encadenados unos con otros. Estos trenes que caminaban sobre rieles paralelos de hierro, por sendas con declives controlados, expresión de la modernidad tecnológica, se fueron introduciendo en los países sudamericanos: Argentina, Perú, Chile, Bolivia y otros. Podían recorrer grandes distancias alimentados solo por agua y carbón y podían llevar grandes cantidades de carga, ya fuese a granel, como minerales y granos, o empacada, incluyendo pasajeros. El primer ferrocarril circuló en Copiapó, Chile, en 1851. De modo semejante, más tarde, se hicieron el ferrocarril Antofagasta-Uyuni, construido en 1881 y con un ramal hasta La Paz; el ferrocarril Arica-La Paz, construido entre 1906 y 1913; el que une La Paz, Oruro, Potosí, Villazón, La Quiaca, con el sistema argentino que baja hasta Buenos Aires; la red oriental que une Oruro con Cochabamba, Santa Cruz, Corumbá, que empalma con el sistema ferroviario de Brasil. El ferrocarril transandino Mendoza-Los Andes que ahora es interoceánico y va de Valparaíso hasta Buenos Aires; el diverso sistema de redes ferrocarriles del Perú, especialmente los del centro y sur que salen de Lima y llegan, pasando por Arequipa y Puno, hasta Cusco. Estos ferrocarriles que atravesaban por varios lugares la cordillera de los Andes fueron haciendo inútiles las recuas de mulas y llamas y el oficio de los llameros y arrieros fue quedando en desuso. Se fundaron y crecieron nuevos pueblos y postas en torno a estos caminos de hierro y fueron quedando abandonados los pueblos de los arrieros y llameros.
estas nuevas rutas y otros murieron debido a las grandes distancias que podrían recorrer los camiones, buses y automóviles, haciendo innecesarias las jornadas de marcha a pie de los antiguos caminantes o arrieros con sus recuas. Por allí empezaron a circular camiones inmensos, a veces con remolques, llevando carga diversa y a veces contenedores cerrados y sellados que bajan en los puertos también de enormes barcos, hasta sus destinos en cualquier lugar del continente. Esos son los caminos que ahora podemos recorrer y es muy rara la ocasión de encontrarse con recuas de animales llevados por sus arrieros con su carga llena de cultura y símbolos, cuando no de pasar por pueblos a veces perdidos en la vastedad del altiplano, o en los recovecos de los valles interandinos, casi fantasmales, con escasos habitantes y presididos por enormes y bellos templos construidos por la fe de los hombres de antaño. Al transitar por los actuales caminos en medio de espacios desolados, cuesta darse cuenta de la intensidad del flujo de personas, ideas, bienes y productos que circularon por los caminos prehispánicos y coloniales, mucho más intensos proporcionalmente que los de las actuales repúblicas. Hoy que también usamos los modernos corredores del aire que en pocas horas comunican puntos distantes en diferentes continentes, nos cuesta pensar en lo mucho que significaron los caminos de antes, los de las Rutas de la Plata. Pedro Querejazu Leyton
Academia Boliviana de la Historia La Paz, octubre de 2011.
A fines del siglo XIX, tras la invención del automóvil, se desarrollaron nuevos caminos carreteros. Estos siguieron muchas veces los trazos de los caminos prehispánicos o los coloniales, pero fueron introduciendo variantes dados los requerimientos de los vehículos que por ellos circulaban. Ya en la segunda mitad del siglo XX estos caminos fueron haciéndose más anchos, de varias vías, asfaltados, con puentes sobre los ríos, evitando los vados. Hoy hablamos de la Carretera Panamericana que recorre el continente entero de norte a sur y viceversa, o los corredores interoceánicos que lo atraviesan al ancho por varios lugares y latitudes. Estos nuevos caminos fueron también creando nuevos modos de comunicación y de relacionamiento social. Muchos pueblos antiguos se desplazaron parcialmente para acercarse a
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perĂş Textos roberto samanez argumedo
iglesia de
san sebastián de Huancavelica Huancavelica está en la zona andina central del Perú, a 457
El sector de población más numeroso era el de los trabajadores
kilómetros de Lima y a una altitud de 3.676 msnm. El terri-
indígenas. Muchos llegaban de territorios vecinos, pero otros
torio fue ocupado por la cultura Chavín y más adelante por
de lugares tan lejanos como la provincia de Chumbivilcas en
el imperio Wari. Los señoríos Chanka dominaron la región y
el Cusco. La toxicidad del mercurio producía alta incidencia de
se enfrentaron a la hegemonía inca, siendo
enfermedades y mortalidad entre ellos. Vivían
derrotados e incorporados al Tahuantinsuyu.
en barrios separados del centro de la villa,
En la segunda mitad del siglo XVI la corona
siendo una de esas parroquias de indios la de
impulsó la búsqueda de minas de mercurio o
San Sebastián, situada al oeste de la ciudad. Su
azogue, como se denominaba entonces, para
iglesia fue la segunda en edificarse, a inicios del
emplearlo en el proceso de amalgamación
siglo XVII, consolidándose en 1686 cuando el
con la plata y permitir la obtención de mayor
cacique Lorenzo Ramos adquirió tierras de los
cantidad de mineral puro, a menor costo. En
alrededores para que los indios construyeran
1557 se descubrieron los yacimientos de Huan-
sus casas.
cavelica, que permitieron grandes utilidades en
Edificado frente a una espaciosa plaza, el templo
la explotación de las minas de los virreinatos
destaca por la originalidad de su composición
del Perú y Nueva España.
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clásica, que se manifiesta en un pronunciado tímpano triangular,
La ciudad se fundó con el nombre de Villa Rica de Oropesa
con una portada principal de tres cuerpos flanqueada por otras
en 1571 y tuvo épocas de apogeo durante el esplendor minero.
dos laterales, determinando una solución de planta basilical con
Su importancia económica determinó que fuera sede de un
tres accesos. En el segundo cuerpo de la portada principal, a
Corregimiento. A fines del siglo XVI, el cronista Martín de
ambos lados de la ventana del coro, existen pilastras cajeadas
Murua escribía que “la villa es de gente rica y que gasta el dinero con
con figuras masculinas de torso desnudo y toga, con un capitel
prodigalidad y exesivamente…”
jónico sobre la cabeza. Expresión manierista que representa
Nave principal con techo artesonado y retablo barroco en el presbiterio.
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al dios “término” de la mitología romana, protector de los límites de una propiedad. Al lado izquierdo del frontis se levanta la torre de tres cuerpos con campanarios en el segundo y espadaña en el remate superior. El interior tiene nave central y dos laterales, de poca amplitud, y está separado del presbiterio por un arco triunfal. Las techumbres interiores tienen artesonados con alfarje y lacería mudéjar, destacando por su calidad el de la capilla mayor y los de las sacristías laterales. A los pies de la iglesia están situadas dos capillas, estando destinada la del lado derecho al culto de la Virgen del Carmen y la opuesta utilizada como baptisterio. Destaca en el templo la existencia de dos retablos renacentistas y se conservan también el ambón y el púlpito de madera con bajos relieves.
El remate triangular y las tres portadas caracterizan a la iglesia, cuya capilla mayor sobreelevada denota su antigüedad.
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Cristo crucificado rodeado de imágenes de devoción popular, que se venera en un pequeño retablo con arco trilobulado.
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Temprano despuĂŠs de la misa, las hermanas Donatilda y Trinidad Llamoca, huancavelicanas con atuendos cotidianos, comparten una bebida caliente.
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Cumbres nevadas, lagunas y bofedales de la cordillera de Chonta, en el trayecto entre Ayacucho y Huancavelica.
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iglesia de
santo domingo de ayacucho La antigua ciudad de Guamanga fundada en 1539, como un
La iglesia ocupa una esquina delante de una plazuela y tiene
punto intermedio entre Cusco y la capital del virreinato, cambió
atrio frontal y retiro lateral, que permiten lucir su volumetría
su nombre por el de Ayacucho al inicio de la República. Está
de piedra y cal, en la que destaca la cúpula cubierta con tejas
situada en una zona árida de los Andes, a 558 kilómetros al sur
de cerámica. En el encuentro de las dos calles que definen el
este de Lima y a una altitud de 2.761 msnm.
espacio ocupado por el templo, existe una
En el periodo formativo se desarrolló en la
columna estriada sobre pedestal, rematada con
región la cultura Huarpa y más adelante fue el
una cruz encima del capitel. Era en su origen
lugar de origen del imperio Wari. Siglos después
el “rollo”, hito simbólico que marcaba el lugar
los señoríos Chankas ocuparon el territorio y
donde se impartía justicia. En el lado opuesto
se enfrentaron a los incas, siendo sometidos
del atrio se levanta la maciza torre exenta, de
tras la victoria de Pachacutec Inca Yupanqui.
piedra en su primer cuerpo, rematada por otros
Un año después de la fundación española de
dos cuerpos de albañilería de ladrillo, formando
la ciudad, llegaron los primeros sacerdotes
una esbelta torre de espadaña.
dominicos y en 1542 se les asignó un terreno
En su composición frontal hacia el atrio, la iglesia está resuelta con una galería de tres arcos apoyados sobre pilares y cubierta abovedada, encima de la cual se forma una galería techada sustentada en pies derechos de madera. Se trata de una capilla abierta o “capilla de indios”. Detrás de esas galerías y a mayor altura, se alza la parte delantera del templo, rematada en curva, acompañando la forma de la bóveda de medio cañón. Un numeroso conjunto de pináculos bordea
para la erección de su iglesia y convento, que en una descripción de 1586 se menciona como “iglesia vieja y maltratada”. El templo actual de concepción barroca, se edificó a inicios del siglo XVII. Tiene planta en cruz latina y está cubierto con bóveda de medio cañón y cúpula apoyada sobre un doble tambor en el crucero.
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ImaginerĂa religiosa del siglo XVIII y lienzo sobre la Virgen Inmaculada, que integran el acervo de la iglesia dominica.
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Desde el arco rebajado del coro, la nave amplia y luminosa se engalana con las b贸vedas y la c煤pula del crucero.
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La peculiar fisonomía del templo se expresa en la galería alta para la misa de indios y las tres torres con campanarios.
el coronamiento superior escalonado. A ambos lados destacan
Lucas. Perduran en el interior, en los brazos del crucero, dos
dos pequeñas torres con un vano de campanario en cada lado.
retablos de la segunda mitad del siglo XVII, valiosos por su
En el interior de la iglesia, el altar mayor de dos cuerpos y tres
calidad y antigüedad.
calles de concepción barroca está tallado en madera y recubierto
El calendario festivo de Ayacucho relacionado con las cele-
de pan de oro, ocupando toda la altura del muro testero. Se
braciones religiosas, tiene como escenario destacado al templo
venera la imagen de la Virgen del Rosario, que está acompañada
de Santo Domingo.
de tallas de calidad, representando a San Juan Bautista y San
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La acendrada religiosidad de la antigua Guamanga se percibe en estas niĂąas con atuendo de ĂĄngeles para una ceremonia.
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Curso de agua que se nutre de los deshielos de glaciares, en los parajes altoandinos entre Andahuaylas y Ayacucho.
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iglesia de
san pedro de andahuaylas Situada al sureste de los Andes en una región montañosa y de
Se trata de uno de los ejemplos más antiguos de la arquitectura
vertientes escarpadas, la ciudad de Andahuaylas está a 2.926 msnm
renacentista en el virreinato peruano. Destaca por sus propor-
y a una distancia de 801 kilómetros de Lima. El territorio
ciones y es de nave única alargada, cubierta con techumbre
formó parte del imperio Wari y en el periodo Intermedio Tar-
de madera y tejas. Tiene el ábside plano hacia el exterior y
dío dominaron la zona los señoríos Chanka,
ochavado al interior del presbiterio. En su
enfrentados a la hegemonía de los incas hasta
construcción se empleó piedra caliza labrada,
ser vencidos por Pachacutec Inca Yupanqui.
que destaca en el austero paramento exterior
Al inicio de la conquista española, en su marcha
y se levanta sobre uno de los lados de la plaza.
desde Cajamarca al Cusco, Francisco Pizarro
Esa fachada tiene tres elevados contrafuertes y
fundó en 1533 San Pedro de Antahuaylla, nom-
una sencilla portada lateral, con arco decorado
bre nativo que significa “cielo de color cobre”.
con rosetones en la arquivolta.
Otorgó a su acompañante Diego Maldonado
Una cruz de piedra de sección circular estriada,
la encomienda con las tierras y servidumbres
contemporánea a la edificación del templo, se
de ese lugar, que pasó a ser un Partido de la
alza delante de uno de los contrafuertes.
Intendencia de Huamanga. En la segunda
En la fachada de los pies se levanta la torre
mitad del siglo XVI, el interés por la minería determinó el es-
única, en el lado de la Epístola. Tiene un solo campanario por
tablecimiento de un Corregimiento en Andahuaylas con el fin
lado y está cubierta con techo piramidal, contando además con
de controlar el aprovisionamiento de trabajadores y productos
una escalera helicoidal de acceso desde la base, donde se ubica
alimenticios a las minas de Huancavelica. En la década de 1560
el baptisterio. Cubierto con bóveda de nervaduras y casetones,
se inició la edificación de la iglesia matriz bajo la advocación
confirma la antigüedad del templo.
de San Pedro, dilatándose las obras durante más de un siglo.
56
Retablo mayor de composici贸n cl谩sica y expresi贸n barroca, con elaborados cartones decorativos a ambos lados.
57
Mujer indígena orando con unción y ataviada con la típica prenda que le cubre los hombros.
58
Peque帽o retablo lateral de madera dorada, con imagen de devoci贸n en la hornacina central.
59
Merece especial atención la portada de la fachada principal, situada a la izquierda de la torre, en la que se alteró intencionalmente la lógica de la composición arquitectónica, disminuyendo el ancho del segundo cuerpo y distribuyendo los ejes de las columnas con una modulación inusual, creando una contradicción erudita propia del anticlasicismo del manierismo. La portada está compuesta en el primer cuerpo por una ancha calle central que contiene el vano de acceso, rematado con arco y flanqueado por pilastras cajeadas. En las calles laterales, más estrechas, existen hornacinas sobre peanas rematadas con veneras a las que se superponen cartelas con molduras. Cuatro esbeltas columnas jónicas estriadas separan las tres calles del cuerpo bajo. El entablamento del primer cuerpo se interrumpe para dar continuidad al segundo, que solo ocupa la longitud de la calle central. Presenta dos ventanas gemelas rematadas con arcos y separadas por un parte luz en forma de columna abalaustrada sobre pedestal.
Campesina andahuaylina con su pequeño hijo en la espalda ingresando al templo.
60
Fachada lateral hacia la plaza, destacando los contrafuertes de piedra y la torre con techo piramidal.
61
Campos de cultivo de tubĂŠrculos y pastoreo de ovinos, en las inmediaciones de Andahuaylas.
62
iglesia de la
compañía de jesús
La orden de la Compañía fue la última en llegar a las Indias, ha-
para trasgredir la austeridad de épocas anteriores, explicando
ciéndose presente en el virreinato peruano en 1568. Los jesuitas
que no era necesaria en la casa de Dios.
se trasladaron al Cusco integrando la comitiva que acompañó al
La iglesia del Cusco se edificó con planta en cruz latina, capillas
virrey Francisco de Toledo, tres años después. Con su decidido
a ambos lados de la nave y dos grandes torres en los pies del
respaldo obtuvieron del Cabildo de la ciudad un privilegiado
templo. La nave cubierta con bóvedas crucería se concibió con
solar en la plaza mayor, donde antes estuvo el
capillas en el trancepto, generando un amplio
templo incaico del Amaru Cancha. En 1597
crucero cubierto por una cúpula sobre tambor.
empezaron a construir su primera iglesia, de
En el exterior se caracteriza por su altura ex-
una sola nave hecha de adobes y cubierta de
cepcional, con torres que se elevan hasta casi
estructura de madera. A raíz del terremoto
dos veces el ancho, haciéndola más esbelta y
que afectó a la ciudad en 1650, se optó por
destacando el tamaño de su portada retablo,
su demolición para sustituirla con otra acorde
que alcanza el nivel de los campanarios.
con la importancia de la ciudad.
En el exterior del templo se repite, labrado en
El nuevo templo se concibió como un ambi-
piedra, el retablo mayor del presbiterio. Destaca
cioso proyecto en cuanto a tamaño y volumen
por la rica composición de columnas, nichos
exterior. La orden jesuita deseaba hacer notar
y arquitrabes, cuyos efectos de luz y sombra
su trascendencia al cumplirse un siglo de permanencia en el
se acentúan con la gran cornisa curva que enlaza las torres. La
virreinato. Como era usual, el proyecto se envió a la Casa Matriz
fachada retablo con los campanarios a ambos lados, focaliza la
en Roma, llegando en un momento en el que la orden había
atención del escenario urbano de la plaza. Las capillas laterales y
determinado que no podía mantenerse al margen del gusto por
la vistosa fachada labrada en piedra del colegio jesuítico vecino
la suntuosidad que proclamaba el estilo barroco. Cambiaron la
complementan magistralmente la composición.
interpretación del modo nostro, su forma de concebir los edificios,
64
Retablo mayor de equilibrada composici贸n y gran tama帽o. En la portada se exterioriza la misma composici贸n.
65
La obra ejecutada trasmite gran unidad estilística, a pesar de la intencional verticalidad del conjunto que buscó superar la ausencia de un atrio sobre elevado como el que tiene la cercana catedral. Al inaugurarse el templo en 1668, los jesuitas quisieron trasmitir un mensaje de exaltación a su congregación, presentando un lienzo que representa la unión entre la tradición incaica y la española en la persona de un descendiente del fundador de la orden. Se muestra el matrimonio de la princesa inca descendiente del líder de la resistencia contra el dominio español y un sobrino de San Ignacio de Loyola.
Vista desde la catedral, la iglesia de la Compañía destaca por el peculiar perfil de sus torres y cúpula.
66
Ocupando el emplazamiento del palacio de Huayna Cรกpac, la iglesia se impone en el conjunto gracias a su verticalidad.
68
Los primorosos detalles labrados en las pechinas y los 贸rdenes corintios enmarcan el lienzo de la uni贸n de nobles linajes.
69
Imponentes murallas sucesivas que forman รกngulos, entrantes y salientes, en el extenso adoratorio inca de Sacsayhuamรกn.
71
iglesia de
san jerónimo
72
El pueblo de San Jerónimo, situado a doce kilómetros al sur del
sobre pedestal. En esa galería se oficiaban las ceremonias
Cusco y a una altitud de 3.209 msnm, surgió poco después de la
litúrgicas, delante de una hornacina con la representación de
fundación española de la ciudad, cuando los asentamientos dis-
la Virgen inmaculada. Uno de los atributos de ese ícono, que
persos del entorno fueron concentrados en pueblos de indios. En
se representa pisando una serpiente, fue reemplazado por una
la segunda mitad del siglo XVI, la orden de los
serpiente mítica con cabeza de puma.
Predicadores Dominicos concluyó la edificación
La iglesia es de una sola nave alargada con
del templo.
muros de adobe en los que se apoya la cubierta
La iglesia construida por los dominicos se ha
de madera rolliza de par y nudillo, inclinada a
conservado hasta la actualidad, constituyendo
doble vertiente y protegida con tejas de ce-
uno de los testimonios más antiguos del perio-
rámica. En el muro de los pies, la portada de
do inicial de colonización. Destaca su capilla
ingreso sigue la forma de un arco de triunfo y
abierta en planta alta, destinada a oficiar la
está decorada con pintura mural. Junto a ese
misa para los feligreses que estaban al exterior,
acceso, el coro alto se apoya sobre una galería
ocupando el atrio elevado y la plaza. En ese
con tres arcos de piedra.
periodo inicial los indígenas, no habituados a
El presbiterio situado a mayor altura que la nave,
las iglesias, se resistían a ingresar a ellas.
presenta el ábside ochavado, con un excepcional testimonio del
La fachada presenta una esbelta galería labrada en piedra le-
siglo XVI constituido por el altar mayor de estuco revestido de
vantada delante de la portada de acceso. Situada a un costado
hojas de pan de oro. Al entrar en vigencia el barroco en el siglo
de la maciza torre de espadaña, la galería similar a una “loggia”
XVIII, ese altar fue abandonado y se colocó encima otro de
compuesta de tres esbeltos arcos en primer nivel y seis de
madera tallada y dorada. En una restauración del siglo pasado
menor tamaño en el superior, todos apoyados en columnas
se trasladó el retablo barroco a una capilla lateral.
El arco triunfal enmarca el presbiterio con el antiguo retablo renacentista de estuco y pan de oro.
73
San Jer贸nimo, patr贸n de la iglesia. Talla en madera policromada ejecutada por Melchor Huaman Mayta en 1683.
La torre de espadaĂąa y las esbeltas galerĂas frontales, con la capilla de indios en la superior.
En el hastial del coro alto se conserva pintura mural del siglo
la nave del presbiterio y algunos sectores de los muros y las
XVI con tema renacentista que lleva en su parte central el
jambas de ventanas, conservan tramos de pinturas que dan
escudo de los dominicos. TambiĂŠn el arco triunfal que separa
testimonio de la policromĂa interior de la iglesia.
75
iglesia de
San pedro de andahuaylillas
76
Situado a 42 kilómetros al sur del Cusco y a una altitud de 3.198
madera que ocupa todo el frente hacia el exterior, con el fin de
msnm, el centro poblado de Andahuaylillas ocupa parte del
exteriorizar el culto en días festivos. A la derecha de la nave se
territorio comprendido entre la cuenca del río Vilcanota y su
levanta la maciza torre de dos cuerpos.
tributario el río Lucre. Ese espacio geográfico fue propicio para
Inicialmente, el templo estuvo a cargo del clero secular, teniendo
el asentamiento de diferentes grupos étnicos.
como párroco a partir de 1613, al célebre lin-
Al surgir la cultura inca, ésta sometió a los se-
güista Juan Pérez de Bocanegra en cuya gestión
ñoríos que ocupaban la zona y ellos, a su vez,
se hizo la decoración con pinturas murales, que
fueron integrados por la administración colonial
cubre todo los espacios del conjunto. Tuvo
al Corregimiento de Quispicanchi.
como pintor al artista Luis de Riaño, discípulo
En 1572 San Pedro de Andahuaylillas se creó
del pintor italiano Angelino Medoro. Ejecutó,
como “pueblo de reducción” concentrando a siete
entre otras obras, las portadas renacentistas
parcialidades indígenas. Su templo se edificó
pintadas en el sotocoro, una de ellas con la frase
según las características de la época, con nave
ritual del bautismo traducida en latín, castellano,
alargada separada de la capilla mayor por un arco
quechua, aymara y puquina.
triunfal. El presbiterio se hizo con una cubierta
Las dos pinturas murales más destacadas están
a mayor altura para dar cabida al techo artesonado.
en el muro de la entrada, con temas sobre El camino del Cielo y El
En la edificación del templo se emplearon cimentaciones de piedra,
camino del Infierno. A fines del siglo XVII cuando la doctrina era
muros de adobes y cubiertas de madera rolliza con armaduras
regentada por los jesuitas, la iglesia fue remozada reemplazando
de par y nudillo, recubiertas con tejas de cerámica. A los pies
el altar mayor de estuco dorado, por el actual de concepción
de la iglesia se levantó una portada de ladrillo, compuesta como
barroca. Las paredes de la nave decoradas con murales se cu-
un arco de triunfo con cuatro ejes de pilares, encima de la cual
brieron con grandes lienzos sobre la vida de San Pedro Apóstol,
se ubicó la capilla abierta. Está concebida como una galería de
con marcos dorados ornamentados y columnas salomónicas.
Aspecto de la nave ornamentada con pinturas murales y lienzos del siglo XVII sobre la vida de San Pedro Ap贸stol.
77
Portada renacentista pintada en el acceso al baptisterio. Repite la fórmula para el bautizo en cinco lenguas diferentes: latín, español, quechua, aymara y puquina.
78
Curiosa imagen de la capilla en la que se guardan temporalmente obras restauradas en el taller de escultura.
79
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Hornacina con la Sagrada Familia campesina.
Relieve sobre coronación de la Virgen, en calle central del retablo mayor.
A lo largo de sus cuatro siglos, la iglesia ha reunido un impor-
restauración que la parroquia viene desarrollando con los aportes
tante legado artístico, gran parte del cual está incorporado a la
de una fundación internacional. El templo continúa abierto a la
propia arquitectura. Ese patrimonio requería de una prioritaria
visita y al culto mientras prosiguen las obras.
Cartela representando a santa en la cenefa pintada.
Detalle de retablo barroco sobrepuesto a otro anterior renacentista.
81
Proceso de restauraci贸n de obras de arte del templo, en el interior de una de las capillas laterales.
La fachada de la iglesia con la galerĂa abierta para celebrar la misa y la maciza torre de adobes vista desde la plaza.
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Río Vilcanota que discurre por el valle al sur del Cusco. El Camino Real hacia la región del lago Titicaca acompaña ese recorrido.
85
iglesia de
huaro
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El pueblo de Huaro está ubicado a 45 kilómetros al sur del Cusco,
pilastras pareadas y hornacinas entre ellas. El cuerpo superior
a una altitud de 3.220 msnm. En torno a los 700 años d.C., la
tiene una hornacina y encima un arco trilobulado rematado por
cultura Huari se expandió hasta la cuenca de Huaro ocupando
la imagen del Padre Eterno. A un costado, el cubo de la base
el emplazamiento del pueblo actual antes de que construyera el
recibe encima la torre de espadaña hecha en piedra, con tres
enclave urbano de Pikillacta. Con posterioridad
cuerpos de arcos superpuestos.
a su decadencia, etnias locales ocuparon la zona
El templo es conocido por sus pinturas murales
y más adelante fueron anexados por los Incas.
de valor iconográfico, ejecutadas a fines del siglo
Después de la ocupación española se creó la
XVIII. Destacan las del arco triunfal repre-
doctrina de Urcos, de la que dependía el anexo de
sentando a San Juan Bautista con los doctores
Huaro, que entonces se conocía como “Guaroc”
de la Iglesia. En el sotocoro las pinturas están
y surgió de la reducción de indios del siglo XVI.
distribuidas en seis paños, con las postrimerías
De ese periodo es la iglesia, con atrio al mismo
del hombre (Muerte, Juicio, Infierno y Gloria) y
nivel de la plaza, con una sola nave con capilla
otras composiciones sobre la muerte. Destacan
mayor separada por arco triunfal. En el extremo
el tema del “árbol vano” y “ la muerte del pobre”
opuesto tiene coro alto con vigas de madera
ambientada en la plaza de Armas del Cusco; la
apoyadas sobre arcos de piedra.
más llamativa representa el infierno con numerosos condenados
La techumbre del conjunto es de maderas rollizas dispuestas en
sometidos a tormentos.
el sistema de par y nudillo. El artesonado mudéjar del presbiterio
La pintura de los faldones de la cubierta sobre la vida de la Virgen
es uno de los más antiguos con faldones y harneruelo decorados
y los santos evangelistas tiene en su parte central animales que
con cinta y saetín, compuesto de casetones con pinjantes. Tiene
representan virtudes cristianas. En la fila inferior se ven frutas y
un sencillo tratamiento exterior en el que predomina el volumen
adornos de flores. Otra hermosa representación es la plasmada
de los muros, con una austera portada plateresca organizada con
en el coro alto con columnas salomónicas pareadas que simulan
Aspecto exterior con la sencilla portada y torre de espada単a con tres cuerpos.
87
Vista de la nave hacia el presbiterio cubierto con un notable artesonado mudĂŠjar.
En el sotocoro, los arcos fueron pintados y la escena del infierno estรก representada con gran dramatismo.
sostener tirantes dobles de la estructura del techo. Entre las columnas figura un personaje de atuendo morisco portando una cesta de frutas sobre el turbante. Una llamativa composici贸n es la de la nave que, cerca del coro, muestra un esqueleto con guada帽a y reloj de arena, con una tiara papal, una mitra de obispo, una corona de rey y cascos de militares a sus pies. Simboliza la vanidad y la brevedad de la vida. Con esas escenas, los sermones impactaban a los feligreses en el periodo posterior a la etapa de catequesis y cristianizaci贸n.
Detalle del infierno con demonios que sujetan a sus v铆ctimas. Cintas con leyendas describen pecados y suplicios.
91
iglesia de
checacupe
Ubicada a 100 kilómetros al sur del Cusco y a una altitud de
A fines del siglo XVII, la doctrina tenía 1.500 feligreses y según
3.585 msnm, la localidad de Checacupe ocupa un sector de la
informó el párroco al obispo en 1689, la iglesia: “está pintada i
cuenca del río Vilcanota, que en el periodo prehispánico estu-
dorada toda ella con otras alaxas que constan en los libros…”, refirién-
vo habitado por los grupos étnicos Canas y Canchis. Los incas
dose a la extraordinaria ornamentación interior ejecutada desde
los sometieron durante su expansión y, con la
el siglo anterior. El templo fue concebido con
conquista española, el territorio se reivindicó
nave única alargada y encerrada entre elevados
a nombre de ambos. La intendencia del Cusco,
muros de adobe. Un arco triunfal separa la nave
constituida en 1768, consideró como uno de
del presbiterio con cubierta situada a mayor
sus partidos el de Canas y Canchis.
altura para albergar un techo artesonado. A los
El pueblo de Checacupi, como se denominaba
pies de la iglesia existe un coro alto hecho con
entonces, surgió en la segunda mitad del siglo
vigas de madera apoyadas en ménsulas.
XVI al crearse el pueblo de indios, agrupando
En Checacupe se ha conservado de manera excep-
a los ayllus dispersos. Por su ubicación a la vera
cional la ornamentación renacentista introducida
del Camino Real que conducía al Alto Perú y
por artistas italianos que llegaron al virreinato
su vinculación con el poblado anexo de Pitu-
en el siglo XVI. El presbiterio atesora pinturas
marca, que servía de acceso a la zona de pastoreo en torno al
al temple en los faldones del techo artesonado representando la
nevado Ausangate, la doctrina adquirió especial importancia.
Anunciación de la Virgen y, en los otros, a los doce apóstoles de
En los siglos XVII y XVIII se convirtió en el centro principal
medio cuerpo, en una concepción de magnífica factura. En los
de procesamiento de lana y fabricación de tejidos. Le corres-
recuadros superiores se alternan símbolos de Jesús y María con
pondió también ser proveedora de la mano de obra de indios,
figuras de origen pagano, moralizadas en el Renacimiento. La
obligados a trabajar en las minas de Potosí y Cailloma.
influencia mudéjar se verifica en las vigas tirantes y en la lacería de estrella pintada en el almizate, del que cuelgan dos pinjantes.
92
En el presbiterio destaca el artesonado mudĂŠjar policromado con ornamentaciĂłn renacentista y la caracterĂstica viga pareada, almizate y pinjantes.
93
Las series de lienzos con marcos dorados complementan las pinturas murales del siglo XVII existentes en el sotocoro.
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El arco triunfal de la nave encuadra la mirada hacia el exuberante retablo mayor de tres calles y tres cuerpos, con columnas salom贸nicas entre ellos.
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Detalle del frontal de plata de gran relieve y densidad de ornamentación, con tallos vegetales envolventes y querubines.
En el sotocoro existen pinturas murales mostrando el martirio
de pies existen santos eremitas, para recordar el valor del ayuno
de San Lorenzo y San Sebastián, con personajes semidesnudos
y la penitencia. San Antonio Abad figura con dos clérigos do-
de correcta y expresiva anatomía, propia del humanismo. Otra
nantes, haciendo referencia a que parte de las rentas del templo
escena muestra al apóstol Santiago el Mayor, apareciendo en la
se destinaban al seminario del mismo nombre en el Cusco.
batalla de Clavijo contra los moros. A ambos lados en el muro
97
Perspectiva urbana de Checacupe, pudi茅ndose apreciar una casa republicana con balc贸n de balaustres de hierro y, al fondo, la maciza torre de adobe de la iglesia.
98
MarĂa Illatinco y Claudia Melo, campesinas de las comunidades de la provincia de Canchis, vistiendo numerosas faldas bordadas y sombreros caracterĂsticos.
99
catedral de
San francisco de ayaviri
100
Al norte de la extensa meseta del Collao, en la planicie altoandina
extremo opuesto, dos torres gemelas encierran, en el tramo
cubierta de ichu, gramínea que caracteriza las llanuras de la puna,
frontal, a la fachada retablo de la iglesia.
se ubica la localidad de Ayaviri. Situada a 3.900 msnm, fue un
La cubierta con bóveda de medio cañón construida con sillares
antiguo asentamiento prehispánico de pastores de camélidos
de piedra labrada y apoyada en arcos formeros, fue edificada
sometidos por los incas en su expansión hacia
durante las reformas del siglo XVIII. Con
el Collasuyu.
lunetos que se insertan en cada tramo de la
Al inicio del dominio colonial, la zona fue otor-
bóveda, da paso a una rica iluminación. En el
gada como encomienda a don Juan de Pancorbo
exterior, se hace evidente la concepción barroca
y, en el gobierno del quinto Virrey del Perú,
de origen cusqueño en la portada rehundida
Francisco de Toledo, se creó una reducción de
entre los cubos de las torres. Compuesta de
indios que dio origen al pueblo posterior. La
tres cuerpos y tres calles que se ornamentan
primera iglesia, de adobe y cubierta de paja,
con columnas corintias en posiciones diferen-
tuvo la advocación a San Francisco de Asís.
tes, generando el movimiento característico
La doctrina de Aiavire, como se la denomina-
del estilo. Completan el lenguaje decorativo
ba entonces, formaba parte de la diócesis de
recuadros con flores estilizadas y cuadrifolias
Cusco. En 1674 recibió la visita pastoral del obispo Manuel de
inscritas en círculos.
Mollinedo, quien describió su difícil viaje hasta un paraje tan
En el interior de la iglesia, destacan las pinturas sobre lienzo
alejado y la determinación que tomó para la reedificación de su
de gran formato que cubren las paredes de la nave. La autoría
templo. Las obras se iniciaron en 1687 siguiendo el proyecto
y la fecha de las pinturas está indicada en una de ellas que
del capitán Hilario de Villeta. Se edificó con gran armonía
reza: “Yzidoro Francisco Moncada, Maestro Mayor y Alcalde Veedor
entre sus partes, con una nave alargada y crucero cubierto
del Arte de la Pintura de la Gran Ciudad del Cusco, acabo de trabajar
con cúpula apoyada en grandes arcos de piedra labrada. En el
los lienzos de todos los cuadros de esta Iglesia en 9 de Abril de 1768”.
El presbiterio cubierto con b贸veda de piedra alberga al retablo barroco del siglo XVIII, con calles delimitadas por columnas salom贸nicas. Frontal de plata maciza con ornamentaci贸n de grutescos y querubines.
101
Los lunetos de la b贸veda iluminan los grandes lienzos y sus marcos tallados que cubren los muros de la extensa nave.
La fachada barroca de raigambre cusqueña destaca por sus esbeltas torres que enmarcan el imafronte, tratado como un gran retablo.
El templo de Ayaviri, declarado Monumento Nacional en 1941,
rinde culto a la Virgen de Alta Gracia, veneración originaria
fue elevado a la categoría de catedral junto con la creación de
del pueblo de Mocomoco en Bolivia y que da lugar a grandes
la prelatura en el año 1959. Desde que se edificó la iglesia se
celebraciones en el mes de septiembre de cada año.
103
104
Campesinos de comunidades de la provincia de Melgar interpretan melodĂas con zampoĂąas, flautas andinas de sonidos profundos.
105
iglesia de
santiago apóstol de lampa El centro poblado de Lampa ocupa un valle abierto y que casi no
Mollinedo promovió un extenso programa de edificación y reno-
se distingue del altiplano que lo rodea, a una altura de 3.905 msnm.
vación de templos que, con nuevas propuestas arquitectónicas y
Está situado a una distancia de 83 kilómetros al noroeste de
constructivas, buscaba revitalizar la acción pastoral de su diócesis.
Puno, en una zona que formó parte de los señoríos Qollas y
La iglesia actual de Lampa se edificó bajo la advocación de San-
Lupaqas hasta ser sometidos por los incas en su
tiago Apóstol, entre los años 1678 y 1685. Se
expansión hacia el sur del continente.
adoptó una planta en cruz latina con cúpula en
Al inicio del periodo colonial, la zona fue parte
el crucero. A diferencia de las iglesias cusqueñas
de la encomienda otorgada al conquistador
de planta similar, se optó por construir una torre
Rodrigo de Esquivel, cuyos descendientes inte-
exenta a la usanza tradicional de la región.
graron la aristocracia cusqueña al convertirse en
En la cubierta del templo se utilizaron estruc-
los marqueses de Valleumbroso. En la segunda
turas de madera, caña y estuco para cubrir la
mitad del siglo XVI se creó una reducción de
nave y las capillas con una falsa bóveda. Un siglo
indios de la que se originó el pueblo de Lampa.
después de concluida se desmontó nuevamente
El obispado del Cusco tenía jurisdicción sobre
la cubierta para introducir arcos de piedra con
28 doctrinas de la meseta del Collao, entre las
hastiales para apoyar las piezas de madera. Se
que se contaba Lampa. En su visita pastoral inicial, el Obispo
mantuvo el sistema de las falsas bóvedas y la cubierta exterior
Manuel de Mollinedo y Angulo visitó la localidad, verificando
con tejas de cerámica vidriada. Al concluir los trabajos en 1777,
que la antigua iglesia estaba en mal estado. En carta cursada al
se agregaron pináculos ornamentales de piedra, que le otorgan
Rey, cuatro años después, le da cuenta que el templo: “porque
su perfil característico.
está amenazando ruina, se empieza a fabricar de nuevo”. En su gestión
106
El caracterĂstico arco cobijo protege la portada lateral de ingreso por el muro del evangelio, en la que destacan las columnas corintias de las entre calles.
107
La cúpula de la iglesia recibió en el siglo XVIII la adición de pináculos que le otorgan el perfil característico. La piedra negra de los paramentos resalta con la luminosidad de la zona.
109
Una serie de lienzos con marcos barrocos que, al igual que el púlpito, ornamentan el interior. El altar mayor del siglo XIX es de estilo neoclásico.
En el exterior, la composición destaca por la presencia de arcos
tados con columnas y arquitrabes. En la portada principal existe
de piedra que cubren tanto la portada lateral de ingreso por el
un escudo con sirenas tenantes que sostienen una cartela con
muro del evangelio, como la de pies de la iglesia. Ambas están
el monograma de la Virgen.
tratadas como portadas retablo con calles y cuerpos ornamen110
El coro alto sobre arco rebajado, con el órgano añadido por el benefactor del templo en el siglo XX.
Efecto de luz cenital sobre la réplica de la Piedad de Miguel Ángel, introducida en el siglo XX.
En el siglo pasado un benefactor, propietario de minas y sena-
Ángel. La controvertida adición se ha convertido en atractivo
dor de la República, agregó una capilla adosada a la nave con
para la visita turística.
una cripta coronada por una réplica de la Piedad de Miguel
111
El conjunto urbano de Lampa es el que mejor conserva su patrimonio edificado en todo el Departamento. El templo destaca en armonĂa con las edificaciones.
112
iglesia de
san pedro de juli
114
A 80 kilómetros al sur de Puno, en la ribera del lago Titicaca
El primer templo edificado por los dominicos fue dedicado a
a una altitud de 3.870 msnm, está situado el antiguo pueblo
Santo Tomás y concluido en 1567. Una década después arriban
de Juli. Las misiones de la orden de los Predicadores Domi-
los jesuitas y cambian la advocación por la de San Pedro, intro-
nicos se establecieron en la zona occidental del lago desde la
duciendo sustanciales modificaciones en su configuración. En
primera mitad del siglo XVI para cristianizar
1621 concluyó la construcción de la portada
a los grupos étnicos Lupaqa. En 1565 se creó
barroca de la fachada con dos cuerpos y una
la reducción de indios de Juli, lugar donde esa
sola calle central.
orden religiosa empezó la edificación de los
Las modificaciones más trascendentes se die-
templos de las parroquias de San Pedro, San
ron entre 1760 y 1767, precisamente antes de
Juan Bautista, la Asunción y Santa Cruz.
la expulsión de los jesuitas de todo el imperio
El descontento por la acción misional de los
español. En el inventario que se levantó en esa
dominicos, influyó en la determinación del virrey
oportunidad, se indica al referirse a la nave que
Francisco de Toledo para que la Compañía de
“dicho cañón es nuevo con una hermoza cornisería y
Jesús se hiciera cargo de la doctrina a partir
todo él de piedra”. La intervención consistió en
de 1576. Ubicada en una región densamente
reconstruir la nave con pilares interiores que
poblada, se convirtió en el gran centro doctrinero del Collao
forman capillas hornacinas a ambos lados de la misma. En ese
y Juli, llegando a ser conocido como “La Roma indígena”.
mismo periodo, se construyó la torre única con dos vanos de
En los primeros años, la acción misional de los jesuitas atendía
campanas, rematada con cúpula, al estilo de las torres cusque-
a diez mil pobladores, los que se incrementaron hacia fines del
ñas. Al construir la nueva nave de piedra se edificó también la
siglo XVI. Los feligreses recibían intensa atención doctrinal
cúpula del crucero empleando caña, madera y estuco.
y se llegó a contar, desde 1612, con una imprenta que editó
En su interior, las capillas de la nave están ricamente ornamen-
vocabularios y misales en lengua aymara.
tadas con retablos, imágenes escultóricas y lienzos, que inclusive
Ornamentado retablo mayor que incorpora, en la parte superior, fragmentos del altar que hizo Bernardo Bitti para la iglesia de la Asunci贸n en 1584.
115
cubren las pilastras. Muchas de esas obras de arte fueron trasladadas al deteriorarse las otras iglesias de Juli. En el baptisterio se conservan pinturas murales del siglo XVIII, presentes tambiĂŠn en las capillas de la nave. En la actualidad, San Pedro es el Ăşnico templo que cumple funciones litĂşrgicas en esa localidad. Los otros tres estuvieron en ruinas y fueron recuperados para el turismo cultural.
La nave del templo tiene capillas hornacinas con pinturas murales sobre los arcos y pilares. Retablos y lienzos cubren todos los espacios.
116
Se単oras de Juli con atuendos cotidianos y sombreros para protegerse del sol, ante una elaborada cancela con el monograma jesuita.
118
Aspecto del baptisterio con pinturas murales en el arco de acceso y b贸veda va铆da cubriendo el espacio para las ceremonias.
119
Fachada del antiguo templo dominico transformado por los jesuitas. Agregaron la portada en 1621 y, en el siglo XVIII, la torre inspirada en la CompaĂąĂa del Cusco.
120
iglesia de
santiago de pomata Ubicada en la ribera occidental del lago Titicaca, a 3.810 msnm,
En el aspecto ornamental, la portada de los pies construida
el antiguo pueblo de Pomata formó parte del obispado de la
debajo de un gran arco, contrasta por su sencillez con la signifi-
Plata y más adelante de la diócesis de La Paz. La primitiva iglesia
cativa portada lateral resuelta con calles paralelas, rematada por
regentada por dominicos fue sustituida por la actual, empezada
un ático semicircular. Muestra un repertorio decorativo de gran
y concluida en la segunda mitad del siglo XVIII.
creatividad con mascarones de rasgos felinos en
Es, sin duda, una de las más importantes iglesias
los pedestales y el empleo de atlantes, queru-
peruanas, destacando por su notable composi-
bines, chinchillas, pumas, aves e inclusive una
ción y decoración barroca mestiza.
representación del sol, que estaba proscrita por los dominicos. Existe además una representación
Concebida con planta en cruz latina, tiene pi-
de águila bicéfala con dos cabezas con coronas,
lares interiores que sostienen arcos fajones en
motivo heráldico de la casa de Austria.
los que se apoya la bóveda de cañón y forman capillas hornacinas en ambos lados de la nave.
En el interior del templo, el retablo mayor es de
En el trancepto la cúpula está cortada por cua-
gran calidad y está ricamente decorado. Tiene
tro ventanas que iluminan la primorosa talla de
tres calles verticales y dos cuerpos rematados
ángeles estilizados, transformados en guirnaldas
por un ático, que acompaña la curva de la bó-
y semejando una danza circular. Las pechinas también tienen un
veda. Se complementa con columnas salomónicas dobles en
fino encaje tallado con jarrones y follaje. El volumen exterior
las entrecalles.
destaca por la limpieza de los muros carentes de contrafuertes,
Son dignos del mayor interés los delfines tallados y dorados que
gracias a los pilares interiores. También por su torre única de
aparecen en los cartones de los extremos. Seres con trompa y
raigambre cusqueña y la cúpula rematada por una linterna.
dientes puntiagudos de cuya boca cuelga una piña. Son semejantes
Página derecha: Interior de la cúpula de piedra con cintas radiales esculpidas en relieve y ángeles estilizados, como guirnaldas en una danza ritual.
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Retablo mayor de gran calidad con composici贸n geom茅trica y recuadros rectangulares, manteniendo el empleo de columnas salom贸nicas pareadas.
Equilibrada composici贸n de la nave con pilastras que reciben arcos fajones y la b贸veda con lunetos por los que penetra la iluminaci贸n.
a los seres mitológicos representados en la cerámica Tiahuanaco. Su presencia, junto a temas grutescos, simboliza la resurrección. En la bóveda del presbiterio existe otra figura labrada de connotaciones simbólicas, una sirena tocando el charango tallada en alto relieve que representa el mal y recuerda las tentaciones del mundo. Está vinculada al mito de las mujeres peces del lago que pecaron con San Bartolomé, uno de los apóstoles de Jesús. Por esa razón, su representación en las iglesias barrocas del litoral es frecuente.
Vista de conjunto en la que se aprecia la calidad de la composición, con muros libres de contrafuertes y acertada intersección de las bóvedas y la cúpula.
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Izquierda: Delicada combinación ornamental de cuadrifolias labradas y pintura mural. Derecha: Pila de agua bendita de piedra de Berengüela sobre un fuste de columna reutilizado.
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Página derecha: Talla en piedra de mujer indígena con ánfora de flores, frutos y profusa vegetación, plasmada en las pechinas de la cúpula.
En la ribera del lago Titicaca, MarĂa Flores, mujer aymara, recolecta haces de juncos conocidos como totora. Esa especie silvestre se utiliza para techos y alimento del ganado.
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catedral de
puno
La región altiplánica del lago Titicaca se benefició con el descu-
portante donativo de una dama propietaria de minas, en 1794 se
brimiento de minas de plata a inicios del siglo XVII y de manera
concluyó la matriz. Pensada en función de las características de
similar, a raíz del hallazgo de las minas de Laicacota. Las ingentes
la villa en el siglo XVIII, su tamaño no es el que se espera para
riquezas obtenidas y las diferencias entre peninsulares oriundos de
una catedral. La designación como tal le correspondió en 1867
regiones rivales en España, alimentaron disputas
cuando se creó el obispado de Puno.
que desbordaron en un conflicto social. El virrey
El templo repite esquemas del barroco cusqueño,
Conde de Lemos intervino para solucionarlo,
con un par de torres iguales, levantadas sobre
ajusticiando a los involucrados y mandando
planta rectangular y un solo vano de campanario
incendiar y arrasar el centro poblado que había
en cada lado. En el remate superior se cubren
surgido en las inmediaciones de los yacimientos.
con una cúpula y encima una linterna. Como es
Para completar esas medidas fundó en 1668 la
característico en la zona, esbeltos pináculos se
villa de San Carlos de Puno, como capital de la
agrupan en las cuatro esquinas de la parte más alta.
provincia y asiento de las Cajas Reales. En los
Su logrado diseño, con todas sus partes estudiadas
primeros años de la fundación se inició la edi-
y proporcionadas, se hace evidente en las pilastras
ficación de la iglesia matriz. Al poco tiempo se
adosadas a los lados de la nave, que apenas sobresalen. Son los
empezó a modificar, sustituyéndola por partes, para contar con
soportes de los arcos formeros de la bóveda de piedra de medio
un templo de mayor prestancia. Con el descubrimiento de las
cañón que se aligeraron visualmente en el interior, haciéndolos
minas de Carabaya, se incrementaron los aportes de los mineros
coincidir con los contrafuertes laterales externos. Éstos modu-
para proseguir la construcción del templo.
lan las austeras fachadas laterales, otorgándole contundencia al
En 1788, cuando Puno dependía de la diócesis de La Paz, se
volumen exterior.
informó del mal estado de la obra inconclusa. Gracias a un im-
132
La severidad de los elementos arquitect贸nicos del interior contrasta con el barroquismo de la fachada. El altar mayor, de logrado dise帽o, es de la primera mitad del siglo XX.
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Sin duda la fachada retablo es el componente más destacado. La portada es de tres calles en el primer cuerpo y uno solo central en el segundo, rematada con arco trilobulado. El tallado en bajo relieve contiene profusa decoración de sirenas, querubines, niños atlantes, cuadrifolias y follaje extendido en toda la superficie. Cubriendo las columnas, el entablamento y las hornacinas constituyen una magistral expresión del barroco mestizo.
Sobre una plataforma elevada, la catedral se levanta imponente en el espacio de la plaza. Sus torres con campanario único y la portada retablo derivan del barroco cusqueño.
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bolivia Textos lucĂa querejazu escobari
iglesia de
copacabana
138
El santuario de Copacabana se encuentra a orillas del lago
su adoctrinamiento de esta forma, de modo que cuando estuvie-
Titicaca; un lugar sagrado desde hace más de mil años. Allí se
sen completamente empapados de su nueva religión pudieran
veneraba al ídolo Copacawana, divinidad vinculada con el agua.
ingresar al templo y formar parte del cuerpo social participante
Así se mantuvo durante el gobierno Inca, pero tras la llegada de
de la sociedad colonial.
los españoles se fundó ahí una parroquia donde
Esta capilla es hoy casi imperceptible en el
posteriormente Francisco Jiménez de Sigüenza
conjunto debido al crecimiento del pueblo y
construiría la iglesia que hoy conserva la milagrosa
del mismo complejo eclesiástico. Los arcos que
imagen de la Virgen de Copacabana. La iglesia
tenía fueron tapiados por lo que ya no se puede
fue construida en forma de cruz latina con torre
apreciar la estructura original. Adicionalmente,
adosada y con un atrio de grandes dimensiones
las construcciones posteriores se han adosado
en el que se conservan las cuatro capillas posas
a la capilla, lo que lamentablemente la ha desfi-
y una monumental capilla Miserere, de hermosa
gurado. De todas formas, el complejo mayor de
ejecución, entre la puerta del atrio y la puerta
la iglesia, con su imponente atrio y el convento
lateral de la iglesia. Su construcción comenzó
son uno de los atractivos artísticos y culturales
en 1631 y concluyó en 1651. Es extraordinario
más importantes de la región.
que se conserve en ella la capilla abierta de indios que se en-
Otro elemento sobresaliente de la infraestructura religiosa del
cuentra adosada a la estructura mayor. Esta capilla recibe esta
complejo de Copacabana es el claustro del convento. La arquería
denominación porque permitía la prédica del sacerdote desde
de éste tiene columnas de estilo jónico y cada tramo se cubre con
ella y en que la feligresía, en proceso de evangelización, asistía al
una pequeña cúpula dándole un carácter particular al conjunto.
culto en el atrio y el exterior del templo. Este tipo de capillas se
El retablo mayor, construido hacia 1580, está completamente
utilizaba tanto por el vasto número de feligreses como porque
dorado con parte del cuerpo central labrado en plata para
al no estar completamente integrados en la fe, se prefirió realizar
resguardar el sagrario, el ostensorio y el camarín de la Virgen.
El 6 de agosto los fieles del pueblo y los peregrinos se agolpan en el p贸rtico del atrio del gran santuario para comprar los recuerdos de la Virgen que se llevar谩n bendecidos de vuelta a sus hogares.
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Los últimos rayos del sol caen sobre la bahía de Copacabana. En la península se pueden ver las terrazas de cultivo que se utilizan en el lago desde hace más de mil años. Al fondo, la Isla del Sol.
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En la Capilla de Velas los fieles encienden velas al pie de una rĂŠplica de la imagen de la Virgen de Copacabana. Al encenderlas rezan a la Virgen para pedirle sus favores o pagan a rezadores para que lo hagan por ellos.
La imagen de la Virgen fue realizada por el indio noble y escultor Francisco Tito Yupanqui, quien fue a Potosí para aprender el oficio. Allí se inspiró en la imagen de la Virgen del Rosario de la iglesia de Santo Domingo y esculpió la milagrosa imagen de la Virgen de la Candelaria, luego entronizada en Copacabana el año de 1584. Cinco años después, la parroquia pasó a manos de los agustinos quienes incluyeron en el retablo mayor, encima del camarín de la Virgen, un lienzo de San Agustín. La Virgen de Copacabana goza de gran popularidad en todo el país y en la región aledaña del territorio peruano. Se festeja a la Virgen en dos oportunidades del año, el 2 de febrero, día de Nuestra Señora de la Candelaria, y el 6 de agosto, fiesta nacional de Bolivia y día en que la población acude al templo para hacer bendecir sus autos. Con esta bendición la Virgen protegerá a los viajeros. Se ha vuelto tradicional por lo tanto el hacer bendecir todos los autos, buses, camiones y otros medios de transporte por los sacerdotes del templo. Esta celebración se realiza en la puerta del atrio, donde los interesados parquean sus autos y los decoran con arreglos de flores y balsitas de totora, guirnaldas de kantutas, azúcar, arroz y canela para recibir la oración del sacerdote y el agua bendita del templo. Luego se prenden cuetillos para festejar el hecho. Adicionalmente, se puede incluir en el interior del auto y para que quede como recuerdo y constancia, una banda de terciopelo o tejida en los colores de la bandera nacional, ricamente decorada en la que
La Misa Solemne del 6 de agosto se celebra con el templo lleno de fieles y peregrinos. El magnífico retablo mayor desde donde la Virgen vela por sus fieles da el tono luminoso para la oración y el arrobamiento.
dice: Bendecido en Copacabana.
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El Yatiri ciego, Juan Cort茅s, presta sus servicios de oraci贸n y bendici贸n sincr茅tica cerca de la puerta lateral del atrio.
Las h谩biles manos de las mujeres del pueblo elaboran guirnaldas de kantutas para engalanar a las personas y los autom贸viles que ser谩n bendecidos y que esperan en la plaza ante el gran p贸rtico del atrio.
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La basílica, rodeada por su gran atrio almenado, con sus capillas posas en las esquinas y la capilla Miserere al centro. Las cubiertas y bóvedas están forradas con cerámica esmaltada de color verde que brillan al sol dando significado a la palabra Copacabana: piedra verde brillante.
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iglesia de
guaqui
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El pueblo de Guaqui se encuentra en la orilla sureste del lago
helicoidales con follaje enroscándose en ellos. Todo en el color
Titicaca, en el camino que va de La Paz hacia Tiahuanaco.
rojizo natural de la piedra de esta región.
Guaqui es conocido por haber sido el puerto del que salían
En el interior de la iglesia vemos el barroco mestizo total-
y entraban mercaderías para comerciar con Puno, en el lado
mente desarrollado en el retablo mayor, capillas laterales y
peruano del lago. Para facilitar el transporte de
más de setenta pinturas y cuarenta imágenes
esta mercadería hacia La Paz, se construyó una
que componen todo el conjunto. La talla del
vía férrea que conectaba el pueblo con la ciudad.
retablo mayor es profusa en decoración hecha
Esta privilegiada situación comercial favoreció
en filigrana dorada. Destacan los detalles de la
el crecimiento del pueblo y el reforzamiento
platería en torno al ostensorio realizados en
de sus fiestas en toda la región.
1796 por el orfebre indígena Pedro Mamani.
El templo de Santiago de Guaqui fue cons-
En el presbiterio se encuentran cuatro lienzos
truido entre 1784 y 1788. La iglesia primitiva
de gran formato y calidad realizados por Juan
correspondiente a la primera evangelización
Ramos, uno de los más importantes pintores
fue derruida para construir la gran iglesia que
de la denominada escuela del Collao del siglo
hoy tiene el pueblo. El templo tiene planta de
XVIII. Se trata de cuatro triunfos, uno de El
cruz latina, con nave única y cúpula como cerramiento del
nombre de Jesús, el Triunfo de la Sagrada Familia, El nombre de María
crucero. En el interior, la cúpula está decorada con pintura
y finalmente el de la muerte de Santiago.
mural al temple representando a los cuatro Evangelistas en
Por sobre esta magnífica colección, sin embargo, la imagen más
las pechinas y follaje floral en el arco toral y en partes de las
importante de este templo es la del Tata Santiago. La devoción
capillas del crucero.
a la imagen de Santiago Matamoros en la región andina es muy
Dos grandes torres campanario enmarcan una portada
fuerte debido a su relación con la divinidad prehispánica Illa-
bastante austera, con floreros labrados en la piedra y pilares
pa. La imagen del Tata Santiago de Guaqui es festejada cada
La portada y las torres de la iglesia barroca de Santiago Ap贸stol engalanadas de fiesta con la bandera nacional. En la plaza se preparan las comidas para los devotos que vienen a venerar a Tata Santiago, el santo patrono.
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Las mujeres tienen la tarea de cambiar y mantener frescas las flores de los altares y la imagen del Tata durante todo el a単o. En la imagen, Pastora Mamani.
La morenada es la danza que los fieles del pueblo y los peregrinos dedican de preferencia a Tata Santiago en su fiesta.
año, del 23 al 25 de julio, y se le tiene no solo devoción, sino
ejército, sombrero y, en muchos casos, lentes de sol, relojes y
también mucha reverencia ya que, como se dice popularmente,
demás menaje de militar de alto rango, todo lo que se realiza
es un santo renegón. En 2005, el Tata Santiago fue convertido
en metales y telas preciosas.
en General de División por las Fuerzas Armadas de Bolivia
Para la fiesta, que cada año es más grande y concurrida, los
y se lo viste ya no con el traje del apóstol, sino con uno del
feligreses de diferentes pueblos y de la ciudad se organizan
151
Los fieles llegan a orar a la Virgen del Carmen que preside el espacio sagrado desde el retablo mayor.
Detalle de la piedra labrada de la portada, representando una ĂĄnfora con flores y frutas visitadas por dos aves.
en comparsas para bailar en la plaza principal en homenaje
El dĂa 25, dĂa del santo, los feligreses hacen la mayor gala rea-
al santo. Sin embargo, al santo solo le gusta la morenada, de
lizando ofrendas para ĂŠl en el lago, en balsas de totora.
modo que la fiesta es eminentemente un desfile de morenadas.
152
Pastora recogiendo sus ovejas al atardecer. En la regi贸n del altiplano boliviano donde se encuentra Guaqui la poblaci贸n se dedica tanto a la agricultura como a la ganader铆a de ovinos, bovinos y auqu茅nidos.
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154
Tras la cosecha de los cereales, los campesinos trillan las espigas para separar los granos y, tras molerlos, con la harina hacer el delicioso pan del altiplano.
155
iglesia de
tiahuanaco
156
La sociedad tiahuanacota parece haberse consolidado como
La reducción española de los pobladores indígenas de la re-
población concentrada en torno a los templos del sitio ar-
gión se realizó en un sitio muy cercano a las ruinas. Para la
queológico alrededor del año 800 a.C. En el año 500 a.C.,
construcción de la iglesia, como parte de una estrategia de
su población ya era considerable y había superado a la de las
resimbolización del espacio y las formas, se utilizaron muchas
sociedades vecinas, las cuales eventualmente se
piedras de los antiguos templos. Esto explica
fundieron con la tiahuanacota. Su economía
que a cada lado de la puerta del atrio se hayan
estaba basada en la agricultura de altura utili-
puesto dos figuras tiahuanacotas de hombres
zando tecnologías andinas desarrolladas para
sedentes y que en el techo, como gárgolas, se
subsistir a una altura de 4.000 msnm. Estos
hayan tallado cabezas de puma.
métodos incluyeron la utilización de camellones
Exteriormente, la iglesia es de piedra vista y
de riego controlado que implicaban la cons-
tiene una gran torre almenada a los pies dividida
trucción de montículos longitudinales en los
en dos cuerpos, uno mucho más ancho que el
que se cultivaba bajo la protección ambiental
otro, permitiendo hacer una especie de baran-
del agua. Los tiahuanacotas aprovecharon los
da con almenas a la altura del campanario. La
contactos con pueblos de otras tierras para
portada es muy austera, pero en las bases de las
intercambiar productos de altura por otros de los valles y la
columnas estriadas se pueden ver tallados monos y máscaras,
costa, y a esto se debe su expansión cultural a otras regio-
de tradición prehispánica.
nes. Se estima que en su momento de mayor auge, hacia el
La iglesia es de nave única con dos puertas y está techada con dos
800 d.C., el centro ritual de Tiahuanaco tenía alrededor de
cúpulas, una sobre el crucero y otra sobre el presbiterio. Ésta está
30.000 habitantes. Hacia el cambio del milenio, la ciudad se
completamente pintada con nubes azules y segmentos dorados
despobló y la sociedad tiahuanacota se fundió con las nuevas
en los que se representa la Gloria Celestial con las imágenes de
migraciones aymaras.
los santos formando dos círculos cuyo centro son las imágenes
El presbiterio de la iglesia San Pedro y San Pablo de Tiahuanaco cubierto de lienzos. Entre ellos se ve la Presentaci贸n de la Virgen al Templo con los retratos de los donantes, los caciques Paxi-Pati.
157
Imagen del Se帽or atado a la columna, manifestaci贸n del realismo del barroco que impacta a los fieles para motivar su devoci贸n.
Bóveda del presbiterio con la representación de La Gloria Celestial, presidida por la Santísima Trinidad, y los santos en círculos concéntricos en torno a ella.
de la Trinidad y la Virgen. El presbiterio está lleno, de piso a
estas pinturas, hechas hacia 1660, destaca una en la que están
techo, con pinturas alusivas a la vida de la Virgen que forman
retratados los donantes, el cacique Martín Paxi-Pati y su mujer
la continuación del retablo mayor barroco, completamente
que va vestida tradicionalmente con la cabeza cubierta con una
dorado y con algunas piezas de plata en el ostensorio. Entre
lliclla de colores vivos.
159
Venerable anciano del pueblo, Tomรกs Choque, con su fajo de coca para el acullico del descanso.
160
Mujer que tras orar, sale por la gran portada de la iglesia, en cuyos dados estรกn tallados hombres verdes manieristas y monos prehispรกnicos.
La puerta del atrio de la iglesia de Tiahuanaco estรก flanqueada, a modo de guardianes protectores, por dos grandes imรกgenes prehispรกnicas tiahuanacotas. Dentro del atrio, la portada y la torre almenada.
161
El muro lateral norte del templo prehispĂĄnico de Calasasaya, cuyas piezas mayores pesan decenas de toneladas y que, para construirlo, fueron trasladadas desde las canteras en la serranĂa de Quimsachata, al sur.
163
iglesia de
laja
164
El pueblo de Laja se encuentra en el altiplano del Departa-
como la cúpula que desde adentro parece hecha de mosaico
mento de La Paz, al sur del lago Titicaca y a pocos kilómetros
por sus filas de piedras decorativas que van ascendiendo hasta
de la ciudad de La Paz. Fue ahí, sobre el poblado aymara
el centro. Toda la cúpula, además, está iluminada por las cuatro
de Laxa o Lappara, donde se realizó la primera fundación
ventanas que se abren por encima del tambor.
de La Paz el día 20 de octubre de 1548 por el
La portada es bastante austera y contrasta con
capitán Alonzo de Mendoza. A los pocos días,
las dimensiones de la fachada y las dos grandes
sin embargo, los conquistadores decidieron
espadañas que tiene a ambos lados. En ella
buscar un lugar con un clima menos riguroso
se distinguen, como elementos decorativos
para trasladar la fundación. El lugar de todas
importantes, solo dos columnas salomónicas
formas debía quedar en un punto intermedio
con relieves de monos y águilas bicéfalas co-
entre Arequipa y La Plata para servir de asen-
rrespondientes a los últimos años de la dinastía
tamiento a los encomenderos de la región. La
Habsburgo. Las espadañas, aunque ya proyectadas
exploración llevó a que, dos días después, la
tempranamente, solo fueron construidas en el
ciudad fuera trasladada y refundada en el valle de
siglo XVIII y en el siglo XX, cada una con tres
Chuquiabo, donde se estableció definitivamente.
campanas. Los retablos de las capillas de la nave
La iglesia de Laja se inició en el siglo XVI, pero fue remodelada
son completamente barrocos y dorados y poseen columnas
posteriormente a partir de 1680. Está construida íntegramente
helicoidales adornadas con hojas y flores, más abundantes aún
con piedras de la región. La planta es de cruz latina, con un
en los guardapolvos.
crucero cerrado por una cúpula y decorada exteriormente
El retablo mayor de la iglesia no está del todo dorado, lo que le
con azulejos verdes que la distinguen desde la distancia. El
da un tono de calidez gracias al color de la madera y los pocos
techo es de bóveda de cañón corrido en piedra vista, así
detalles decorativos que han sido dorados. El diseño general
Las espadaĂąas de la iglesia de Laja brillan como oro baĂąadas por la luz del atardecer altiplĂĄnico.
165
Presbiterio con el retablo mayor.
Conjunto del altar mayor, con el sagrario, gradillas y frontal de plata labrada, y al fondo, detrás del Crucificado, el ostensorio.
de este retablo es manierista, pero contrasta con el ostensorio
profusión de flores, como en la gradilla, en la que se ven
de plata. Esta estructura de la calle central del retablo también
vasijas de las que salen flores intercaladas con querubines, y
se extiende al segundo cuerpo, formando una especie de bal-
el frontal, en el que al centro de una decoración geométrica
daquino a la imagen de la Virgen que, además, está rodeada de
tiene un corazón alrededor del cual se lee: in amandote deum fac
espejos enmarcados en plata. Estas piezas son las que ostentan
vt ardeat cor meum (al amarte mi Dios haz arder mi corazón).
la decoración más barroca del conjunto al estar labradas con Página izquierda: Interior de la cúpula de media naranja irregular, con sus ventanas de alabastro translúcido.
167
Cada 8 de diciembre, se celebra en Laja la fiesta de la Virgen de Chijipampa, para lo cual se organiza una entrada folklórica. Estas entradas folklóricas de los pueblos del altiplano suelen llenarse de gente ya que las imágenes siguen siendo muy veneradas, a pesar de que gran parte de la población originaria de los pueblos ha migrado a las ciudades. Por lo tanto, en las fiestas religiosas, incluso más que en las cívicas, los pueblos adquieren una dimensión completamente diferente. En Laja es característica la producción de pan artesanal que se vende en las fiestas, pero que también se lleva a la ciudad de La Paz de forma diaria.
Las cerámicas vidriadas de la cúpula y la doble espadaña son características de Laja.
168
iglesia de
san francisco
La iglesia de San Francisco de la ciudad de La Paz es uno de los
la ciudad en el valle de Chuquiabo. La primera iglesia, muy pri-
monumentos más importantes del barroco mestizo y además
mitiva, se construyó en 1550. A partir de entonces, la orden se
uno de los más queridos por la población paceña. Hoy en día
dedicó a recolectar donaciones para poder erigir un templo con
el templo está en pleno centro de la ciudad. La iglesia es parte
todo el esplendor que merecía. La primera iglesia fue demolida y,
de un conjunto monumental, un convento con tres claustros y el edificio de la Tercera Orden Franciscana. Con el tiempo, el atrio de la iglesia se ha convertido en el espacio predilecto de
con planta basilical. Estas condiciones hicieron que la iglesia y lo que queda del convento que hoy conocemos tardara bastante en comenzarse. Su finalización data de la segunda mitad del siglo
manifestaciones populares, políticas u otra na-
XVIII. El templo se consagró en 1784 pero la
turaleza, dado que se encuentra en el nudo vial
portada no estaba finalizada todavía, se presume
más importante de la ciudad. En él se realizan
que tardaría todavía esa década en entregarse.
festivales y ferias durante todo el año. Su funda-
Lo que más llama la atención de esta iglesia es
ción, sin embargo, buscó que la comunidad de
precisamente su magnífica portada tallada en
frailes viviera lejos de la ciudad de los españoles
piedra con frutas tropicales, uvas, hombres verdes
y estuviese más cerca de la población indígena, interés que se plasmó en prácticamente todas sus fundaciones americanas. Es así que se erigió la iglesia y su convento cerca del río que dividía a la ciudad de españoles de la reducción de
170
a principios del siglo XVIII, se inició la construcción de la actual
y alegorías de la fertilidad en mujeres desnudas, todo rodeando la figura central del segundo cuerpo, una escultura de San Francisco de Asís, de bronce. En el remate, que sobresale en altura al cuerpo del templo, está labrado el escudo de la orden. La torre de la iglesia fue diseñada
San Pedro y Santiago de Chuquiabo.
por el padre Eulalio Morales S.J. hacia 1885 y es tan grande que
Fue fundada por Fray Francisco de Morales y Fray Francisco de
parece casi desproporcionada con respecto del templo. Con
Alcocer entre 1548 y 1549, a pocos meses de haberse establecido
sus tres grandes cuerpos albergan también enormes campanas.
Las cubiertas de las bĂłvedas de las capillas laterales, la nave central y la cĂşpula, con sus respectivas linternas, regadas por la luz dorada del final del dĂa.
Desde el coro, el altar y el retablo mayor lucen todo su esplendor enmarcados por las pinturas del Triunfo de la Inmaculada y las pechinas del crucero.
172
El colorido vitral de San Francisco de AsĂs del segundo cuerpo de la portada ilumina el interior con luz iridiscente.
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El interior de la iglesia está colmado de grandes obras de pintura e imaginería. El retablo mayor es ejemplo del esplendor del barroco mestizo, tan lleno de decoración, que la estructura desaparece por completo detrás de las flores, hojas y espejos. En el presbiterio se encuentran algunas de las mejores pinturas realizadas en el área andina por el pintor Leonardo Flores, con las temáticas del Triunfo de la Inmaculada Concepción. La cúpula de media naranja, sobre el crucero, tiene la leyenda tallada con la fecha de su cierre en 1753.
Los breves momentos del amanecer en que el atrio de San Francisco está despejado y libre para las palomas.
174
Madrugadora como las palomas, junto con los rayos de sol, la mujer devota llega al templo reciĂŠn abierto para orar.
La fiesta mayor de La Paz es la “Entrada del Señor del Gran Poder” celebrando a la Santísima Trinidad, cuando las morenadas interpretadas por numerosas cofradías de fieles muestran su devoción con gran lujo y ostentación.
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iglesia de
jesús de machaca
178
El pueblo de Jesús de Machaca se encuentra en la provincia
nueva, más grande y esplendorosa, que hablara de su poder en
Pacajes, nombre que deriva del pueblo que habitaba la región
la región, para reemplazar a la capilla doctrinera erigida en el
desde antes de la invasión incaica. Los pacajes que habitaban en
siglo XVI. Afortunadamente, de las transacciones y contratos
esta región fueron organizados por las autoridades españolas en
ha quedado un gran registro en papel que se conserva hoy en
ocho pueblos, uno de los cuales fue Machaca la
día en el Archivo de La Paz.
Chica o Jesús de Machaca. Durante la Colonia,
El templo, de tamaño considerable, se terminó
el pueblo fue adquiriendo relevancia a medida
de construir en 1706. La torre fue finalizada en
que su población y especialmente sus caciques
1754 y el atrio fue reformado en 1778, lo que
participaban de los trajines, el comercio colonial
significa que esta familia, junto con otras con-
que se formó en torno a la comercialización de
tribuciones de los feligreses de la comunidad y
la plata y otros productos. El territorio de los
probablemente de otros caciques también, se
pacajes se encuentra en medio de las rutas del
ocupó de su mantenimiento y embellecimien-
trajín. Esto implicó que eventualmente, gracias
to durante más de un siglo. La presencia de la
a la habilidad de algunas familias cacicales como
iglesia en el espacio del altiplano se acentúa por
los caciques Fernández Guarachi de Jesús de
la magnífica torre de piedra que la acompaña
Machaca, lograran consolidarse como los más poderosos de la
y la puerta del atrio, también de piedra vista. En el atrio se
región, siendo dueños de grandes extensiones de territorio, así
encuentran las capillas posas y es un conjunto muy completo.
como de ganado para el comercio.
El cuerpo de la iglesia, de planta de cruz latina, está cerrado
Estos poderosos caciques, activos principalmente entre fines del
por cañón corrido y cúpula encima del crucero.
siglo XVII y principios del siglo XVIII, en concordancia con su
Tres son los maestros que intervinieron en la construcción: Alon-
rol de responsables de la evangelización de su comunidad, utili-
so Calli, maestro albañil natural del pueblo de Machaca, quien
zaron parte de su cuantiosa fortuna en la erección de una iglesia
al parecer fue uno de los más importantes en lo concerniente a
La ef铆mera decoraci贸n interior de las iglesias, con cintas, telas y flores, es una de las apropiaciones populares de tradici贸n colonial barroca con mayor persistencia en los pueblos rurales de La Paz.
179
180
El presbiterio con el magnífico altar y retablo mayor, costeados por los Caciques Fernández Guarachi, está engalanado para la fiesta mayor.
Detalle de una de las pinturas de los Triunfos de la Iglesia, con los jesuitas y el retrato del presbítero donante, junto a la puerta de la sacristía.
la responsabilidad, pese a que se dice que Mogrovejo ayudó a
de trabajar en Machaca. Era por lo tanto hombre de innegable
maestrear la obra. Junto a este artífice que figura como maes-
experiencia, quizás a él se deban las crucerías góticas del tem-
tro, albañil y cantero, se halla Juan Quispe Guzmán, natural del
plo tan usadas en la arquitectura del Cusco. Por último, está el
Cusco, que residía hacía muchos años en la región y que había
albañil Felipe Guarachi, pariente del cacique, que no necesitaba
intervenido en la edificación de varios templos cusqueños antes
de traductor pues conocía la lengua española.
Las imĂĄgenes de la Virgen MarĂa Dolorosa y San Juan Evangelista, son parte de un conjunto de Calvario.
181
El conjunto de Jesús de Machaca, con la iglesia con atrio y torre adosada, desde la plaza en que se encuentran las capillas posas.
La población de Jesús de Machaca se considera una de las herederas más importantes de la tradición étnica y cultural aymara. Actualmente, el municipio de Jesús de Machaca juega un rol muy importante en el proceso de construcción de autonomías indígenas en el Estado Plurinacional de Bolivia.
182
Pareja de Caciques Pacajes, Ponciano Quiso y EpifanĂa Calle, vistiendo elegantes trajes negros cubiertos con coloridos poncho y llijlla y otros atuendos propios.
183
Torre funeraria cilíndrica de piedra labrada. En toda la región del altiplano suroccidental abundan los chulpares, enterramientos de los Señoríos Aymaras.
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iglesia de
caquiaviri
Caquiaviri se encuentra en el altiplano del Departamento de La
La iglesia fue construida durante la segunda mitad del siglo
Paz, en el territorio del antiguo pueblo de los pacajes. En esta
XVI y de acuerdo a su diseño corresponde más concretamente
región la población se dedica esencialmente a la ganadería de
a las décadas entre 1570 y 1590. La reducción indígena que se
altura. El pueblo tiene una fuente de agua que sin embargo no
organizó y estableció sobre el antiguo poblado fue la cabecera
es abundante. Caquiaviri tiene una fisonomía
de la provincia durante el gobierno Inca en la
un tanto particular en relación a otros pueblos
región. El pueblo se encuentra en una región
cercanos ya que está ubicada en una inclina-
en la que abundan los sitios arqueológicos y
ción, a las faldas de una colina. La iglesia fue
chullpares, en especial en el cerro Huaraca.
construida en la parte más alta de la planicie
Cuando se procedió a reducir la población de
y tiene algunos árboles en la plaza delante de
Pacajes en pueblos, en el caso de Caquiaviri se
ella, lo cual no es muy común en el altiplano
optó por instalar la reducción sobre el poblado
paceño. La plaza es amplia y el pueblo está
indígena, proceder a fundar una parroquia y
organizado alrededor de ella. La feria se instala
las instancias administrativas y de gobierno de
en la plaza, pero solo llega a abarcar la mitad
la Corona Española.
de la misma. Sin embargo, cuando se acerca
A la iglesia se accede por unas gradas que en su
el carnaval Caquiaviri se llena de gente, algunos descendientes
momento fueron de alabastro, pero que luego fueron reemplazadas
de sus pobladores que vienen desde otras ciudades y gente
por piedra. La fachada está enlucida y tiene una portada sencilla
que viene de pueblos cercanos para dar inicio a las fiestas pre-
de estilo renacentista. La iglesia es de larga nave única en cuyos
carnavaleras. Y es que en Caquiaviri nació la ya mítica figura
muros cuelgan cinco enormes pinturas de postrimerías, a saber
carnavalera del Ch´uta, parodia del paceño, y la danza típica
Muerte, Reinado del Anticristo, Juicio Final, Infierno y Gloria.
de la Kullawa.
186
Presbiterio, con el altar y el retablo mayor enmarcado por las trompas y la b贸veda de crucer铆a.
187
Este Infierno, parte de una serie de cinco grandes lienzos de Las PostrimerĂas de Caquiaviri, ademĂĄs de los padecimientos infernales de los condenados, tiene en la parte superior el mundo terrenal y, en las cartelas laterales, escenas de los pecados.
188
El custodio de la iglesia, Juan Salazar, acompa単ado por sus dos hijas.
190
La nave única de esta iglesia doctrinera con sus enormes lienzos decorados con platabandas de madera tallada, dispuestos en dos niveles y el sencillo coro al fondo.
Dispuesta encima de las postrimerías se encuentra una serie de
y de la Eucaristía. Lo magnífico de las pinturas de Caquiaviri, al
la vida de San Antonio Abad, probablemente ejecutada por un
margen de la gran calidad de su ejecución, es su disposición a
pintor cusqueño. En el otro cuelga una serie de la vida de la
lo largo de la nave. Aparte de los tres retablos más que hay en
Virgen, de autor desconocido.
ella, se han tallado platabandas para sostener las pinturas a lo
El magnífico retablo mayor completamente tallado y dorado está
largo de la nave, conformando una única estructura que reviste
ejecutado de forma que las trompas superiores encuadren con
los muros laterales interiores de la nave. Esta estructura no
las nervaduras de tipo gótico que se realizaron en el cerramiento
solo sostiene las cinco grandes postrimerías, sino que también
de las bóvedas. En la parte más alta del crucero se encuentran
se extiende a la parte más alta en la que pinturas de menores
además grandes lienzos alegóricos del triunfo de la Inmaculada
dimensiones forman parte de esta disposición.
191
La iglesia, en las faldas del cerro, domina la planicie y el peque単o poblado.
192
iglesia de
calamarca
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El pueblo de Calamarca se encuentra en la Provincia Aroma
Carangas, ambas en el Departamento de Oruro, tanto el cuerpo
a 60 kilómetros de la ciudad de La Paz sobre el camino que
como el techo de la iglesia, del presbiterio y Altar Mayor es
lleva a Oruro. Su iglesia es una de las más visitadas de la región
de mayor alto y ancho. El retablo mayor está completamente
gracias a su cercanía a la ciudad de La Paz y el fácil acceso al
dorado y corresponde al barroco mestizo como también el
pueblo. Pero, sobre todo, porque en ella se
ostensorio y arco que alberga la figura de la Virgen.
conserva un conjunto de pinturas de arcángeles
La serie de ángeles que cuelga a lo largo de la nave
arcabuceros, únicos en estilo y cantidad. En
está compuesta por 27 lienzos de aproximadamente
esta región, en cercanías al pueblo de Cala-
metro y medio de alto, pintados a partir de 1680.
marca, también existen importantes conjuntos
Estas pinturas son lo que quedó de las dos series
de chullpas, enterramientos prehispánicos, en
completas que existían en la iglesia y que fueron
forma de edificaciones de un solo espacio, con
inventariadas a principios del siglo XVIII. En ese
una apertura o puerta, elaboradas en adobe que
momento las pinturas sumaban un total de 36.
pueden verse en campo abierto o a veces entre
Calamarca es quizás el único lugar en el cual se
las casas de los pueblos.
pueden admirar las series de ángeles prácticamen-
La iglesia del pueblo es de piedra, de nave única,
te completas, ya que muchas de estas series tan
y fue construida en 1605. Desde fines del siglo XVI la feligresía
populares han sido robadas. Sus características son únicas y lo
de Calamarca realizaba peticiones para embellecer su iglesia,
más sobresaliente es que se trata de ángeles militares vestidos
por lo que debemos considerar tanto que existió un primitivo
como los ejércitos españoles o flamencos de la época.
templo anterior al actual y que por el otro lado, la comunidad
Estos arcángeles visten casacas y pantalones de colores, broca-
hizo un esfuerzo por obtener decoración sobresaliente para su
teados con dorado y en algunos casos con complejos diseños.
iglesia, tarea que lograron con gran éxito al obtener las series
Las camisas van adornadas con mucho encaje y llevan medias de
de ángeles. Como en las iglesias de Ayo Ayo y Curahuara de
colores y zapatos con rosón o lazo. Como forma de apropiación
Presbiterio con el retablo mayor de estilo barroco andino de madera tallada y policromada. El altar, sagrario, ostensorio y hornacina principal son de plata labrada.
195
del tema iconográfico, en algunos arcángeles destacan las coloridas alas que parecen corresponder más a una paraba amazónica que a un ángel europeo, lo que hace de esta serie una bellísima manifestación del gusto andino por los colores y las plumas. Es importante destacar también que Gabriel Dei lleva consigo una bandera escaqueada de colores. De tradición renacentista, este tipo de bandera bien pudo coincidir o haber inspirado la creación de la bandera andina Whipala, que representaba a los pueblos del Tahuantinsuyu y que el Estado Plurinacional de Bolivia ha adoptado como símbolo de pluriculturalidad. Estas series gozaron de una devoción particular en la región andina durante el siglo XVIII. Es posible que este gusto responda al fuerte impulso que tuvo este tipo de representaciones como símbolo de protección de la monarquía y de acompañantes espirituales de la gesta del Imperio de los Habsburgo en América.
La luminosa nave de la iglesia con los lienzos de las tres series de los famosos Arcángeles arcabuceros en los muros.
196
Como resultado de los sincretismos religiosos andinos, las legiones celestiales de ĂĄngeles fueron representados en la regiĂłn de La Paz como ĂĄngeles militares con arcabuces, espadas, alabardas, banderas, trompetas y los sĂmbolos del poder como cetros y coronas.
198
Maestro de Calamarca, (pintor anónimo, activo en Calamarca). Ocho de los Arcángeles arcabuceros de la serie más temprana: Osriel Dei en descanso de la marcha con arcabuz y mecha en la mano izquierda; Uriel Dei, cargando la pólvora en el disparador; Michael, presidiendo la marcha de la compañía; Leriel Dei, presentando el arcabuz, con la mecha lista en la mano izquierda; Hazriel Dei, en plena marcha con arcabuz al hombro; Salami Dei, con trompeta y corona, Rafael Dei, alabardero, y Laeiel Dei, cargando su arcabuz. c.1690. Óleo sobre lienzo.
199
El atardecer cae sobre el pueblo, la “ciudad de piedra” como dice su nombre, dominada por la iglesia que está en la parte más alta.
201
iglesia de
sica sica
202
El pueblo de Sica Sica se encuentra a 125 kilómetros al sur de
La portada principal, imitando un retablo, está formada por
la ciudad de La Paz en el altiplano. A pesar de que su iglesia
tres cuerpos. Destacan en ella las seis columnas salomónicas
está dedicada a San Pedro, en el pueblo se celebra con mayor
que son sostenidas por rostros de gigantes o monstruos,
popularidad la fiesta de la Virgen del Rosario cada primer
alegorías. Las columnas están revestidas de hojas y frutas
domingo de octubre. En la fiesta, los feligre-
tropicales y se pueden identificar vasijas de las
ses bajan a la Virgen del altar para adornarla
que salen largas plantas. El segundo cuerpo está
con las antiguas joyas que la comunidad cuida
separado por un entablado de decoración vegetal
celosamente durante todo el año para poder
y sobre las columnas centrales se asientan los
engalanar la imagen en su fiesta. Entre estas
apóstoles. En la hornacina principal, destaca
joyas destaca un rosario de cuentas de oro y
una gran cruz blanca de alabastro que se ve a
adornos de plata coloniales. Sin embargo, la
la distancia. La gran obra de talla en piedra de
feligresía le regala cada año un vestido nuevo
la portada, tan profusamente decorada aunque
para que luzca desde el altar y luego pase a
con poco relieve, tiene en las gárgolas ubicadas
formar parte de su ajuar.
en las portadas laterales los nombres de Mal-
En Sica Sica se construyó una iglesia primitiva a fines del
co Maita y Diego Choque como sus artífices.
siglo XVI, de la cual aparentemente ha sobrevivido el grueso
Asimismo, en la portada lateral se leen los nombres Diego
del edificio, siendo las portadas, el crucero, las torres y el
Choque y Mateo Choque con la fecha de 1729.
artesonado refacciones o adiciones y mejoras realizadas en
La iglesia conserva en su interior hermosos retablos barro-
el siglo XVIII. De ahí que nos encontremos en estos últimos
cos completamente dorados. Aunque alguno se perdió en
elementos con un barroco mestizo plenamente desarrollado
el incendio de 1998 y los otros sufrieron daños menores,
y finamente ejecutado. La nave es única pero espaciosa, con
siguen siendo de gran belleza. En el altar mayor se podían
un presbiterio poligonal, toda realizada en adobe.
observar el frontal, gradilla, tabernáculo y hornacina central
La iglesia estรก engalanada para la fiesta de la Virgen del Carmen. Siguiendo la costumbre popular de tradiciรณn barroca, de la techumbre cuelgan velos con รกngeles decorando el interior y recreando la Gloria Celestial.
203
Detalle de los hombres verdes labrados en los pedestales de las columnas salomónicas.
de plata labrada, sin embargo, los saqueos y la falta de cuidado
colores a cuyos pies, en un recuadro, se puede ver la iglesia del
han fragmentado este conjunto. Las pinturas lamentablemente
pueblo con su antiguo techo de paja. Esta pintura presenta el
han sufrido una suerte similar; aunque la serie de la vida de San
recurso estilístico del trampantojo para representar un retrato
Pedro todavía se conserva, así como el destacado cuadro de la
de la imagen de bulto que se venera en el lugar. Tiene además
Virgen del Rosario con una corona adornada con plumas de
pintado a un donante cuyo nombre se desconoce.
Página izquierda: Portada de los pies, de piedra tallada, imitando un retablo, de estilo barroco mestizo, según el modelo jesuítico de tres pares de columnas salomónicas.
205
En cuanto a la escultura, sobresalen las de los Evangelistas que están acomodados en las pechinas que sostienen la cúpula del crucero. Afortunadamente el incendio no afectó la escultura de San Bartolomé de Gaspar de la Cueva, escultor español que trabajó en Potosí a fines del siglo XVII y cuya obra es un ejemplo del arte barroco sevillano de la Contrarreforma. El templo de Sica Sica nos muestra la simbiosis de la decoración europea con elementos indígenas, lo que ha llevado a la caracterización de un estilo barroco mestizo local. Sin embargo, la mano de obra indígena, habilísima en su ejecución, y los gustos locales que se impusieron en los templos, revelan una actitud mucho más activa hacia el desarrollo del barroco que la simple mezcla desapasionada de elementos de dos tradiciones diferentes.
Vista del conjunto con la cálida luz del amanecer que realza la gran portada y el magnífico par de torres barrocas.
207
iglesia de
curahuara de carangas
208
La iglesia de Santiago de Curahuara de los Carangas es una de
Ortiz y el apoyo de los caciques Baltasar Cachagas y Gonzalo
las más visitadas de la región y recibe popularmente el título de
Jarama. En el interior de la iglesia hay retablos barrocos de
Capilla Sixtina de los Andes como la iglesia de Andahuaylillas,
madera que, sin embargo, se pierden en la riqueza de la pintura
cerca de Cusco, en el Perú. Esto se debe a que esta iglesia, de
mural que recubre totalmente los muros y el techo. Este tiene
construcción de adobe y cubierta de paja,
estructura de artesonado, pero está pintado con una
bastante austera, está completamente de-
representación del cielo estrellado con ángeles en el
corada con pintura mural, parte de la cual
que se ve una arquería entre la cual se pintaron los
data de 1606. La iglesia se encuentra en el
doce apóstoles con Cristo a la cabecera y hacia los
territorio de los Carangas, un pueblo de
pies la escena del Bautismo en el Jordán. El coro es
pastores de altura que no tenía asentamien-
bastante particular ya que no responde a los modelos
tos grandes, sino que de acuerdo a su móvil
clásicos sino que es simplemente una elevación, como
actividad se establecía en pequeñas estancias
un medio piso más alto.
de alrededor de 15 familias y mantenía a su
La escena más destacada de este conjunto es, tal vez,
población en movimiento entre las regiones
el Juicio Final pintado en el muro lateral izquierdo o
de los valles y la costa.
del evangelio. Esta es la escena que uno ve al entrar a
La iglesia fue erigida en el tercer tercio del siglo XVI. Su es-
la iglesia. En ella está representado Cristo como Juez escoltado
tructura es bastante antigua y precaria, por lo que tiene grandes
por los santos mientras San Miguel a sus pies supervisa el trán-
contrafuertes en el exterior y su techo es de paja. En la iglesia,
sito de las almas al cielo y al infierno. De mayor formato son los
al pie de la crucifixión, hay un cartel en el que se detalla que la
remates del artesonado en los que se ha representado, a un lado,
iglesia se construyó en 1608, la que se debe considerar como
a San Martín de Tours vestido a la moda impuesta por Felipe II,
fecha de finalización. Esta habría sido edificada por el cura Juan
y al otro, el Apóstol Santiago, ecuestre y como conquistador.
En el techo del presbiterio, el cielo estrellado de colores es el tel贸n de fondo de la arquer铆a que alberga a Cristo presidiendo la Ciudad Celestial, rodeado de sus ap贸stoles.
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Parte de los pies de la nave totalmente cubierta de pinturas murales. En el coro está representado El triunfo del Corazón de Jesús, rodeado de ángeles músicos.
210
El presbiterio de la iglesia. Detr谩s del retablo mayor de madera tallada y policromada se ha encontrado el primitivo retablo de adobe policromado, con escenas de la infancia de Jes煤s. En el front贸n, la Crucifixi贸n, obligatoria en todos los altares mayores.
212
El baptisterio, en cuyos muros las pinturas murales representan a Caleb y Josúe, a San Francisco Xavier predicando a los indios, vestidos con sus uncus característicos y La matanza de los inocentes.
Las escenas se multiplican entre franjas decoradas con flores y
Hasta hace poco, el pueblo de Curahuara de Carangas era in-
rocallas, nubes y escenas bíblicas, representaciones de santos,
accesible. De hecho, debido a su aislamiento durante los años
plumas, frutas, aves; un paraíso en el medio del duro altiplano
1950, el pueblo solo era conocido porque ahí se encontraba una
boliviano, de ahí que entrar en esta iglesia sobrecoja al visitante
cárcel para prisioneros políticos debido a su aislamiento. Tras la
y se quede con una sensación única.
construcción del puente que cruza el río Desaguadero, finalmente el pueblo ha quedado conectado y visitar su magnífico templo es ahora el mayor atractivo.
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Pintura mural del techo del baptisterio que representa el paraĂso terrenal y la Gloria, con ĂĄngeles, aves y flores que reciben al reciĂŠn bautizado.
214
Detalle de la pintura mural que representa El juicio final. Los resucitados y las almas del purgatorio esperan implorantes ser llevadas a la Gloria Celestial.
215
Irene Pacajes con su ni単o, tomando el sol en la puerta de su casa.
216
El Jilacata Juvencio Condori con sus atributos, el poncho de los colores de los Carangas, con fajas de tocapus, estrellas de ocho puntas de tradiciĂłn incaica y cruz de plata en el pecho. Lleva tambiĂŠn el lazo de arriero, la bufanda de lana de vicuĂąa, el gorro de llamero y sombrero de caminante.
217
La iglesia de Santiago de Curahuara de los Carangas, con su techo de paja y su torre blanca iluminada por el Ăşltimo sol, ubicada a un costado del pueblo, en medio de la vastedad del altiplano.
218
iglesia de
tomarapi
220
El pueblo de Tomarapi se encuentra en el Parque Natural
El templo tiene planta de cruz latina y nave única cerrada por
Sajama, Departamento de Oruro. Esta reserva es una de las
un techo a dos aguas. El interior es muy austero y comple-
más bellas en la puna boliviana y santuario para varias especies
tamente limpio, pero conserva la pintura mural que decora
nativas de la región, como la vicuña. Por sus aguas termales y
el arco toral con caballos y grandes hojas que van creciendo
espectaculares paisajes es una importante zona
hacia lo alto para rematar en una imagen de
turística de Bolivia. La población de Tomarapi,
Cristo Redentor. El pequeño presbiterio es muy
y por lo tanto su iglesia, se encuentran a pocos
estrecho, pero está decorado con pintura mural
kilómetros del volcán Sajama, uno de los picos
imitando las decoraciones de grandes edificios
nevados más altos de la cordillera de los Andes.
y dibujando elementos arquitectónicos que el
La iglesia de Tomarapi fue construida en 1872
templo no tiene, para así embellecerlo más. El
y corresponde a un proceso diferente al de las
retablo principal, de dos cuerpos, parece más
iglesias coloniales que fueron creadas como
una extensión arquitectónica del edificio que un
doctrina durante el siglo XVI y refaccionados o
elemento externo ya que está completamente
reconstruidos en el XVIII. En este caso, como
policromado y así se funde con la pintura mural
en el de los pueblos de Sajama y Lagunas, la
del presbiterio.
iglesia fue construida en el siglo XIX. La iglesia es de piedra y
En esta región se puede encontrar una estrecha relación entre
está totalmente pintada de blanco, por lo que resalta el techo de
la pintura mural y la pintura de chullpas, los enterramientos
paja que fusiona el edificio con el entorno. La torre es exenta y
prehispánicos. Las chullpas pintadas de esta región repiten los
se encuentra en una esquina del atrio que, a su vez, está cerca-
diseños textiles incas con tocapus diferenciados dispuestos a lo
do por un muro perimetral con pequeñas aberturas, como un
ancho de las edificaciones. Estas estructuras, durante el reinado
tímido intento de arquería, también de piedra y adobe. Tiene
de los incas tanto como en periodos anteriores, reemplazaron
además una excepcional capilla externa en el testero.
las estructuras religiosas ya que, a pesar de no tener esa función,
Reducido presbiterio con retablo mayor y arco toral, con pintura mural en la que el Padre Eterno preside un mundo vegetal.
221
se edificaron en estrecha relación con los Apus o cerros sagrados. La crónica de Cieza de León narra el proceso de conquista de este territorio por parte de los Incas; los señores de Hatun Colla y Chucuito se replegaron a esta región para hacer resistencia a la conquista. Sin embargo, los Carangas dieron paso a los Incas y fue entonces que se enfrentaron Collas e Incas. Es probable que, en conmemoración a estos eventos, la región haya quedado como un espacio sagrado y se hayan construido tantas chullpas.
El conjunto completo de la iglesia doctrinera, la capilla con cubiertas de paja en medio del atrio, con las capillas posas en las esquinas y la torre, a los pies del majestuoso Sajama; la montaña más alta de Bolivia.
222
iglesia de
copacabana de andamarca
224
La iglesia de Copacabana de Andamarca se encuentra al este
uno de los últimos templos en decorarse de esta forma en el
del lago Poopó, en el municipio de Santiago de Andamarca del
territorio boliviano del periodo colonial.
Departamento de Oruro. En esta región se encuentran varios
La iglesia es de estilo renacentista y nave única. La pintura mural
pueblos que conservan los templos de doctrina erigidos en el
se encuentra en los muros laterales, en el arco toral y en los arcos
siglo XVI a tiempo de las primeras campañas
que se abren hacia las capillas del crucero, resal-
de evangelización y construcción del sistema
tando prácticamente cada detalle arquitectónico.
colonial de doctrinas. En el caso de Copaca-
En el interior, el retablo mayor está dorado y
bana de Andamarca, la iglesia fue construida
policromado. Los muros tienen un zócalo pintado
en 1754, de piedra y con dos torres. El templo
con una rejilla cuadricular diagonal con flores
tiene planta de cruz latina y está cubierta por
dentro de cada cuadrado hasta una franja verde,
cuatro cúpulas de piedra realizadas posterior-
a partir de la cual se han pintado en el resto de
mente. Estas cúpulas destacan el templo y lo
la pared diferentes motivos.
diferencian de entre las iglesias de los pueblos
Entre toda la pintura destacan algunas esce-
de la región. En el amplio atrio todavía existen,
nas, como la imagen de San Agustín, pintado
como en Copacabana del lago Titicaca, las cuatro
utilizando trampantojo como si se tratara de
capillas posas y una capilla Miserere en el centro del mismo. En
una imagen de bulto. De hecho, el santo está pintado de pie,
este caso, como en tantos otros de las iglesias del altiplano, su
con todos sus atributos, entre dos velas de altar. Hay en toda
exterior austero y la aparente precariedad del templo, así como
la iglesia una gran cantidad de árboles, flores y aves, tanto en la
el sobrecogedor entorno del altiplano surandino, contrastan con
nave como en el presbiterio. Al mismo lado de la nave también
la riqueza de la decoración interior. Así, esta pequeña iglesia en
se ve una imagen de la Virgen del Carmen como intercesora
el medio del despoblado altiplano está bellamente decorada con
de las almas del purgatorio, escena que está encuadrada por
pintura mural. Copacabana de Andamarca es probablemente
un marco pintado imitando a uno tallado en madera. A media
La capilla en medio de su atrio vista desde el arco que le da acceso y separa el รกmbito sagrado del no sagrado.
225
Dos niños entran en la capilla junto con el sol que calienta e ilumina el interior, cuyos muros tienen representaciones del paraíso. Al fondo la puerta está alineada con la puerta del atrio y más allá la capilla.
227
El arco triunfal, decorado con pintura mural, enmarca el retablo mayor de estilo barroco popular andino, policromado y decorado con espejos.
Arriba: El Leviatán verde vomita el fuego ardiente del infierno. Abajo.: Pintura mural que imita pintura sobre lienzo con marcos tallados, en que la Virgen del Carmen con el Niño Jesús rescatan almas del purgatorio.
altura en los muros, se pueden ver otras escenas de menor
de donde salen demonios y a donde caen los cuerpos desnudos
tamaño entre las que se ve una representación de la iglesia con
de los pecadores. Las dimensiones y colorido de esta escena la
sus dos torres y el techo a dos aguas que remata la portada.
hacen extraordinaria y la incluyen entre las representaciones de
En el lado opuesto de la iglesia está representado el Leviatán,
postrimerías características de esta región. Este tipo de pinturas
como una gran cabeza verde con la boca abierta botando fuego
está estrechamente relacionado con los procesos de extirpación Página derecha: Gran hornacina en cuyo fondo está pintado San Agustín, Fundador y Doctor de la Iglesia, en trampantojo, como imagen de altar. El exterior tiene representaciones del paraíso con aves libando de flores y frutas.
228
de idolatrías para los cuales se enfatizaba mucho en la oposición entre el cielo y el infierno. En este caso, la representación del Leviatán y las almas del purgatorio con la Virgen del Carmen como intercesora, construyen las imágenes postrimeras de purgatorio e infierno. A estas representaciones se opone la exuberante vegetación pintada en toda la iglesia, pero particularmente en el presbiterio, donde árboles de tamaño casi natural rebosan frutos y aves entre una barda de jardín. Y es que para la población indígena esa era la visión del paraíso, lo cual concuerda igualmente con la promesa cristiana del retorno al Jardín del Edén.
El conjunto completo de la iglesia con cubiertas de bóvedas, en medio del atrio almenado y con arquería, la capilla Betania y al fondo la capilla Miserere, que presiden el pueblo desde la altura del valle resguardado de los vientos altiplánicos.
231
iglesia de
huachacalla
El pueblo de Huachacalla se encuentra en el Departamento
mente a causa de la precariedad de la primera iglesia, el templo
de Oruro, al sureste del territorio boliviano. Este sector se
ha sido refaccionado incontables veces, tanto durante la Colonia
caracteriza por ser muy alto y frío en que los pequeños valles
como en tiempos más recientes. Entre estas refacciones, la del
se forman gracias a ríos y lagos, así como los bofedales y el
techo de la iglesia es una de las más evidentes ya que, siendo
efecto de los salares propician el surgimiento
de materiales traslúcidos, permite una mejor
de pequeños escenarios donde los pastos
iluminación interior y de esta forma se pueden
pueden crecer mejores para la ganadería, que
apreciar las pinturas que decoran los muros
es la actividad tradicional más importante de
de esta pequeña iglesia rural. Esta situación,
la región. Adicionalmente, los suelos ricos
además ha distorsionado la apariencia externa
en minerales favorecen la agricultura de pro-
del templo por lo que no pareciera correspon-
ductos como la quinua, de importante valor
der a un periodo tan temprano. A pesar de
nutricional. Huachacalla se encuentra en el
los arreglos, la pintura mural de su interior es
territorio de los Carangas, antiguo señorío
tan bella que ha suscitado en la comunidad el
aymara que se caracteriza por el pastoreo de
interés constante por preservarla.
altura. El pueblo fue creado como reducción para una mejor administración de la población, en oposición al habitual sistema disperso de ocupación territorial que tenían los pastores. Este pueblo fue uno de los que proveía de mano de obra para la mita minera de Potosí, como lo registran las Visitas de fines del siglo XVIII.
232
La iglesia es austera y pequeña, con una portada única y torre espadaña con tres campanas grandes y una pequeña que hacen lucir mucho la estructura. El pronunciado techo a dos aguas alberga en su interior una preciosa iglesia con el techo de caña y el arco toral de piedra vista decorado con pintura mural floral en el que se lee: Alabado sea el Santísimo
La iglesia del pueblo está dedicada a Santiago Apóstol y fue
Sacramento. El púlpito es de estilo manierista, previo al barro-
construida en el siglo XVII. Desde su construcción y probable-
co mestizo que se impondría posteriormente en la región. En
El guardiรกn de la iglesia espera al pie del presbiterio, junto al altar engalanado con flores para la fiesta.
233
Mural del sotocoro. Los ángeles cantan y tocan trompeta, fagot y órgano.
el cuerpo se puede ver la persistencia mudéjar del alfiz y las
En el sotocoro están pintados ángeles músicos que caminan
hermosas columnas escamadas como troncos de palmeras que
cargando sus instrumentos musicales; arpa, violonchelo, una
flanquean las imágenes en relieve de los Doctores de la Iglesia.
especie de fagot, órgano, trompeta y mandolina, además de varios ángeles que los acompañan llevando las partituras.
234
Otro grupo de ángeles forma parte del coro y tañen las cuerdas.
Estos ángeles flanquean una escena de la Anunciación. El gusto
los ángeles, como representación del cielo y la música como
andino por la representación de ángeles músicos y arcángeles
elemento esencial de la evangelización y la gloria divina, fue-
arcabuceros ha pervivido de forma sobresaliente en la iglesia
ron constantes en los programas iconográficos de las iglesias
de Calamarca y en el pequeño templo de Huachacalla. El hecho
andinas a lo largo de la Colonia e incluso en los primeros años
de que esta pintura sea además bastante posterior indica que
de la República.
235
El conjunto de la iglesia, con la fachada protegida por la techumbre de armadura y presidida por la torre espadaĂąa de tres bronces.
236
Arriba: En el arco toral del presbiterio, un ángel lleva el símbolo lauretano del Espejo de Justicia. Abajo: Cazoleta del púlpito adosado a la pared de la nave.
El ecónomo y custodio de la iglesia, Andalicio Quispe, lleva el guión de plata del siglo XIX, hecho para la procesión del Santísimo Sacramento del Altar.
237
238
Llanura de bofedales y pasturas, aquĂ secas por el invierno, ideales para la crianza del ganado nativo: llamas, alpacas y vicuĂąas, donde antes tambiĂŠn pastaban los ya desaparecidos guanacos.
239
iglesia de
quillacas
240
El pueblo de Quillacas, en el Departamento de Oruro, se en-
decimiento al milagro de haber conservado a sus mulas. Esa
cuentra en el lado sureste del lago Poopó. La población está
es la leyenda que explica cómo comerciante y arriero habrían
rodeada por los cerros de San Juan, Mallcu y Santa Bárbara,
construido la iglesia de Quillacas, en cuyo altar mayor se en-
donde existen sitios de adoración prehispánicos que siguen siendo
cuentra el Cristo crucificado o Tata Quillacas.
visitados por los habitantes de la comunidad
La iglesia que existe hoy en el pueblo es de gran
y gente de los alrededores para realizar sus
tamaño. La edificación original data del siglo
ofrendas y ceremonias. El pueblo se encuen-
XVII, mas la fachada y los altares interiores
tra en una de las regiones más áridas y poco
son ya neoclásicos. La iglesia tiene una cúpu-
pobladas del altiplano orureño. Sin embargo,
la central sobre el crucero y una gran torre,
desde tiempos prehispánicos, pasaban por esta
distinguibles desde la distancia y que destacan
región los pastores que, a partir de la Colonia,
en un pueblo tan pequeño como Quillacas.
pasó a ser espacio de trajín comercial.
La portada de la iglesia es de líneas puras y
Fue alrededor de esta última actividad que
exentas de decoración ya que fue terminada
surgió la leyenda que dio vida a la devoción
con gusto neoclásico. El atrio del templo es
por el Señor de Quillacas o Tata Quillacas. Fue
amplio y tiene, a lo largo del perímetro, una
el caso de un mercader que tras emborracharse se encuentra
arquería que se abre a la altura de la mitad lateral de la iglesia
solo y sin su recua en la que había invertido todo su haber.
en una portada simple de arco de medio punto. La iglesia es
Un hombre viejo le habría indicado el lugar donde pastaban
de planta de cruz latina y la cubierta es de bóveda.
sus mulas y cuando las encontró y quiso agradecerle al viejo,
El pueblo de Quillacas pasa casi todo el año deshabitado y
éste había desaparecido. El hombre entonces vio un crucifijo
no está bien abastecido. Es solo el 14 de septiembre, día de la
y prometió construir un templo para su veneración en agra-
fiesta del Tata Quillacas, que el pueblo se llena de devotos y
La imagen del milagroso Señor de Quillacas, Cristo crucificado, preside el altar y el retablo mayor de estilo neoclásico, de mampostería pintada imitando mármol, con filetes de pan de oro.
241
peregrinos de Bolivia, Perú y Argentina. Esto se debe a que el Tata Quillacas es patrono de los arrieros y los transportistas que atraviesan la región, y al ser una imagen con fama popular de milagrosa, la fiesta es un espectáculo digno de verse ya que el pueblo fantasma se convierte en población rebosante de gente, alegría y color. Esta devoción es además tan fuerte porque los migrantes han adoptado al Tata Quillacas como su patrono y protector, sobre todo la población boliviana que migra a la Argentina a trabajar. La iglesia y su conjunto arquitectónico fueron declarados Patrimonio Cultural de Bolivia en 2005, y la fiesta y las tradiciones alrededor del Tata Quillacas fueron declaradas Patrimonio Oral, Cultural y Religioso de Bolivia el 5 de julio de 2007.
La alta y blanca torre de cuatro cuerpos, que se ve desde gran distancia, preside sobre las bóvedas de la nave y el crucero y sobre las construcciones de adobe del pueblo, que tiene poco más de 200 habitantes.
242
En la parte alta del pueblo, esta pequeĂąa ciudad de los muertos se proyecta en la vastedad casi infinita del desĂŠrtico altiplano sur.
245
iglesia de
salinas de garci mendoza
246
El pueblo de Salinas de Garci Mendoza se encuentra en el
que responde principalmente al pastoreo de altura y al comercio
Departamento de Oruro, al sureste del territorio boliviano. A
interregional. Esto significó que los españoles, para imponer su
pocos kilómetros al noroeste del pueblo se encuentra el salar
sistema colonial de administración tributaria a las poblaciones
de Coipasa, el segundo en tamaño después del salar de Uyuni.
dispersas, tuvieron que reunirlas en pueblos y doctrinas; así se
Hacia el norte se encuentra el mítico volcán
formaron los pueblos como Salinas.
Tunupa. Esta región de suelo volcánico con
La iglesia de Salinas tiene un atrio cercado por
alto grado de sales y minerales ha convertido
una barda con arquería ojival y un portal de
a su tierra en una de las más ricas para la
arco como puerta principal realizado durante
producción de quinua. La quinua es uno de
la primera mitad del siglo XX. En la esquina
los alimentos más completos en el mundo y
exterior del atrio se levanta la torre campanario
en Salinas de Garci Mendoza se precian de
con un reloj, también del siglo XX. El templo
producir la mejor quinua en ese suelo tan
es de nave única con techo a dos aguas como la
extrañamente nutritivo.
mayoría de las iglesias doctrineras. La portada
En este territorio, antes de la llegada de los
corresponde a un estilo neoclásico temprano
españoles y los incas vivían los Jatun Quillacas,
que todavía tiene fuertes reminiscencias del
los Asanaques y los Lipes, entre otros. Estos son pueblos aymaras
barroco, es decir, se trata de una portada neoclásica que sigue
cuya base de organización social es el ayllu o comunidad, que
en la lógica barroca. Aparentemente, el intento fue lograr
de forma similar a los Carangas, no se establecían en centros
una portada más sobria y con pocos elementos decorativos,
urbanos o habitacionales de gran tamaño sino que mantenían
pero esto derivó en una portada desproporcionada en la que
un alto grado de dispersión en el espacio que ocupaban. Esto
la cornisa parece convertirse en un cuerpo intermedio y el
no se debe a un nivel inferior de desarrollo social sino, por el
remate se extiende deformando la decoración, lo que logra
contrario, a una estrategia de ocupación territorial particular
unas figuras curiosas.
Gran portada de estilo neoclĂĄsico, del final del periodo colonial, construida de mamposterĂa y enlucida de blanco, mantiene resabios del barroco mestizo en la decoraciĂłn floral dispersa y en los querubines.
247
Las mujeres del pueblo cambian los ropajes a los santos para la fiesta. Tradicionalmente las imĂĄgenes son tratadas como personas vivas, por eso reciben de los fieles vestiduras nuevas cada aĂąo.
248
Los fieles, a la luz de las velas, ultiman los detalles de la fiesta religiosa.
249
Aunque en el interior de la iglesia la intención es la misma, en este caso se logra plasmar exitosamente la intención y, tanto el retablo mayor como el púlpito, son completamente neoclásicos. El retablo mayor ya no está completamente dorado sino, más bien, totalmente blanco con algunos detalles dorados, como los capiteles y algunos elementos decorativos. Igualmente neoclásicos son las imitaciones de mármol pintadas en los pilares y pilastras. El remate del retablo repite las figuras y elementos decorativos de la portada de la iglesia, sin embargo, aquí las proporciones son armónicas entre sí.
En medio de las riberas e islas con cactus centenarios, la vastedad del salar de Uyuni refulge pese al cielo encapotado que anuncia nevada.
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iglesia de
nuestra señora de copacabana
252
La iglesia de Copacabana en la ciudad de Potosí es una de las
la mayor afluencia de mitayos y gracias al poder y riquezas de
parroquias de indios más antiguas de la ciudad. La parroquia
algunos caciques de estos pueblos, la iglesia pudiera ser renovada
se fundó en una ranchería que eran los terrenos, al pie del
durante el siglo XVII. Los caciques Fernández Guarachi de
cerro, donde se instalaron las poblaciones de indios mitayos
Jesús de Machaca que financiaron la construcción de la iglesia
que venían en grandes cantidades y desde di-
de su pueblo, también ayudaron a financiar los
ferentes provincias del virreinato a trabajar de
arreglos de su parroquia de mitayos en Potosí
forma obligatoria y rotativa en las minas del
en el siglo XVIII.
Cerro Rico. Estas rancherías correspondían a
Para fines del siglo XVII, la iglesia ya estaba
14 parroquias ubicadas a lo largo de la Ribera,
terminada con la estructura con la que persiste
el río artificial que alimentaba los ingenios de
hasta hoy. Al ser parroquia de indios, la iglesia
procesamiento de mineral. Algunas de estas
antigua era muy austera y tiene una planta de
parroquias son San Cristóbal, La Concepción,
cruz latina de nave única que no se reformó
San Sebastián, Copacabana, Santiago, Santa
luego. La reforma más importante que se
Bárbara y San Benito.
hizo en la antigua estructura fue la cúpula de
Se sabe que, desde el siglo XVII, la parroquia
media naranja realizada en madera, trabajo
de Copacabana estuvo a cargo de los agustinos, quienes estando
para el que se contrató a Lucas Hernández, afamado tallador
también a cargo de la iglesia de Copacabana en el lago Titicaca,
que residía en la Villa Imperial de Potosí hacia fines del siglo
expandieron la devoción a esta imagen a Potosí, ciudad en la que
XVII. Por sus magníficos techos de artesonado se considera
Tito Yupanqui modelara la milagrosa Virgen. A esta parroquia
a esta iglesia como una de las tres mayores representantes del
llegaban los mitayos de las provincias de Paucarcolla, Asángaro,
mudéjar en Bolivia, junto con las iglesias de San Miguel y San
Pacajes, los Omasuyos de la región del lago Titicaca y los Canas,
Francisco de la ciudad de Sucre y la iglesia de La Merced en la
Canches y Tinta de la región del Cusco. Esto supuso que con
misma ciudad de Potosí. La cúpula de madera de Copacabana,
En el altar mayor de la antigua parroquia de indios que congregaba a los mitayos Pacajes, la rĂŠplica de la Virgen de Copacabana colocada en el ostensorio y flanqueada por flores frescas y las banderas de Bolivia y PotosĂ, espera para presidir la fiesta. Al pie, el afiche muestra que la imagen del Beato Juan Pablo II ya forma parte de las devociones del pueblo potosino.
253
Artesonado de ocho paños con pinjantes que cierra el techo del crucero izquierdo.
254
realizada a partir de casetones, se extiende como una estructura
decoración vegetal. Por lo demás, mantienen una estructura y
única desde las pechinas hasta su centro. Las maderas de esta
estética todavía manieristas. Estos han sufrido el paso del tiem-
cúpula no fueron pintadas, a diferencia del resto del techo que
po y han sido redecorados, en parte con un gusto neoclásico
está dorado y policromado.
que impuso el pintado de un azul claro a grandes partes de los
Los retablos interiores revelan la antigüedad de la iglesia, un
retablos. En el retablo mayor se ve la imagen de la Virgen de
barroco temprano. En ellos, se revelan las primeras intenciones
Copacabana y el Ecce Homo de uno de los retablos laterales
de columnas salomónicas o helicoidales, así como una tímida
es de Gaspar de la Cueva.
El retablo de El Calvario, en el crucero izquierdo, lleva también la imagen del Niño Jesús de Praga, de larga veneración en Potosí.
En el exterior de la iglesia, que estuvo descuidado por muchos años, hay dos portadas. Una está tapiada aunque todavía se puede notar la estructura del arco de decoración muy austera. La portada principal –también lateral–, es muy temprana en su diseño y decoración. Las pilastras cajeadas están adornadas por casetones con una sola flor en su interior, lo que se repite en el friso. El remate es igualmente austero, pero ya presenta las formas de un barroco temprano.
Desde el atrio, las cubiertas del crucero y los brazos que esconden los magníficos artesonados mudéjares y la manierista cúpula de casetones.
La portada principal en el lateral de la nave, vista desde el gran atrio, muestra un dise帽o manierista de pilastras cajeadas y front贸n curvo partido.
258
Desde los techos de la iglesia de San Francisco se ven la portada y torres de La Matriz y la Torre de la CompaĂąĂa en medio del oleaje de los tejados de las viejas casonas.
259
iglesia de
san benito
La parroquia de San Benito, en la Villa Imperial de Potosí, fue
trabajaban como sopladores en las torres de purificación de
fundada como parroquia de indios. Anualmente, miles de indí-
la plata. Esta técnica prehispánica de purificación del mineral
genas se movilizaban desde provincias en la región de Cusco,
primó durante las primeras décadas de la extracción de la plata
La Paz y Oruro para cumplir con la mita, trabajo obligatorio
hasta que el método por azogue o mercurio se impusiera. De
y rotativo en las minas de Potosí que debían
todas formas, sin embargo, el oficio perduró y
cumplir todos los hombres en edad activa.
la técnica nunca desapareció del todo.
Esto implicó que la entonces Villa Imperial se
Esta iglesia es una de las edificaciones más
poblara repentinamente de grandes cantidades
hermosas de Potosí gracias a sus nueve cúpu-
de habitantes, pensadas como estancias transi-
las, visibles desde varios puntos de la ciudad.
torias, pero que eventualmente se establecieron
El templo que se ve hoy en Potosí data del
de forma definitiva en ella. Para disponer mejor
siglo XVIII, más específicamente entre 1710
del trabajo de estos mineros, la administración
y 1730, fechas entre las que posiblemente se
colonial vio por conveniente que los grupos
reconstruyó la antigua iglesia para construir la
no se desintegraran y mantuvieran sus víncu-
actual. La planta de la iglesia es de cruz latina
los de origen, evitando además los conflictos.
y está cubierta por las cúpulas a lo largo de
Las rancherías, donde vivían los mitayos, estaban ubicadas a lo
toda la nave y el crucero. Una solución similar se encuen-
largo de la Ribera que corría por la Villa, a los pies del Cerro
tra en el claustro de Copacabana en el lago Titicaca, en el
Rico, y que alimentaba los ingenios de plata desde el sistema
que igualmente se usó varias cúpulas para cerrar el cuerpo
de lagunas artificiales construidas especialmente para este fin.
principal del templo. Sin embargo, el ejemplo más cercano
Los mitayos que llegaban a ser feligreses en la parroquia de San
y sobresaliente es el de la iglesia de Salinas de Yocalla en las
Benito iban desde Cochabamba, Asángaro y Sica Sica y tenían
cercanías de Potosí.
la característica común de ser todos huayradores, es decir, que
260
El antiguo atrio de San Benito, convertido en plaza, tiene ahora una pila de piedra.
261
262
Formidable imagen del Cristo crucificado en su altar del Calvario, en el crucero izquierdo.
Imagen escultórica de la Virgen de Guadalupe, la de Extremadura, que desde el siglo XVI cuenta con numerosísimos devotos entre los habitantes de Sucre (La Plata) y Potosí.
El exterior de la iglesia, con el atrio cerrado por arquería y las
esquema renacentista sobre el que se ha aplicado decoración
gradas en media luna, es la mejor introducción a este bellísimo
mestiza que destaca, particularmente, gracias a sus colores
templo recientemente restaurado. La portada sigue un sencillo
extraídos de las tierras del Cerro Rico.
La gran nave, vista desde el altar. La cubierta con la cadena de bóvedas de media naranja sobre pechinas; debajo los lienzos que representan la Vida de San Benito.
En el interior, a lo largo de la nave y dispuesta en platabandas,
tónicos, presenta pintura mural con ornamentos florales muy
se encuentra una serie de la vida de San Benito realizada en el
coloridos. El altar mayor, completamente dorado, también fue
siglo XVIII en el taller de Marcos Zapata, pintor cusqueño. El
realizado en el siglo XVIII y responde completamente al estilo
zócalo de la nave, así como los arcos y otros detalles arquitec-
barroco mestizo.
263
La iglesia de San Benito, con sus características cubiertas blancas de bóvedas semiesféricas, en medio de su atrio con arquería, en la zona más baja de los barrios de indios y ribera de los ingenios, al pie del Cerro Rico.
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iglesia de
san lorenzo
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La iglesia de San Lorenzo de Potosí es probablemente el ejem-
el techo de la antigua parroquia cedió ante una fuerte nevada,
plo más representativo del barroco mestizo andino gracias a
por lo que se reinició el trabajo. Su hermosa portada de piedra
su magnífica portada de piedra hábilmente labrada con figuras
pareciera estar incrustada o armada como un retablo de madera.
mitológicas y especies nativas. Tras el inicio de la explotación
Está formada por dos cuerpos exquisitamente labrados con
del Cerro Rico de Potosí por parte de los
decoraciones florales en cada elemento arquitectó-
españoles, a partir de 1545, se fundaron
nico de su estructura. Las columnas adosadas son
varias parroquias para servir a la creciente
salomónicas y están decoradas con racimos de uvas
población del entonces pueblo minero.
que van envolviendo las formas de la columna hasta
En esta primera etapa de crecimiento se
perderse en las faldas de hojas de dos mujeres que, a
fundó la parroquia de españoles dedica-
la manera de cariátides, sostienen el segundo cuerpo
da a la Anunciación. Su construcción se
de la portada. El segundo cuerpo tiene en su parte
inició en 1548 y tuvo varias refacciones
central una figura, también tallada en piedra, de San
hasta el siglo XVIII, cuando finalmente
Miguel. Esta figura se encuentra en medio de un
la estructura logró la estabilidad necesa-
arco, flanqueada por dos columnas adosadas ya no
ria. Durante la visita del Virrey Toledo
salomónicas, pero que repiten en menor tamaño y
a Potosí en 1572, éste ordenó que la iglesia de la Anunciación
relieve el motivo envolvente de las uvas y las figuras tenantes.
se convirtiera en la parroquia de indios San Lorenzo de los
En la coronación están representados San Lorenzo y San Pedro.
Carangas, pueblo de la región de Oruro, cuyos integrantes a
En este segundo cuerpo, imitando el cielo, se encuentran a los
partir de entonces, empezarían a acudir a Potosí como mitayos
lados las figuras del sol y de la luna con una estrella. Debajo de
a trabajar en las minas del Cerro Rico.
cada cual se encuentra una sirena tocando un laúd. Durante el
La iglesia está formada por una única nave con una cúpula como
siglo XVIII, las sirenas se convirtieron en un elemento deco-
cerramiento del crucero. Se sabe que, ya durante el siglo XVI,
rativo bastante común después de haber sido recuperadas de
La magnífica portada de la iglesia es una filigrana de piedra. Está presidida desde la hornacina superior por la Santísima Trinidad y San Miguel Arcángel, en medio de sirenas que tañen la música celestial que mueve los astros. El cuerpo de la portada está lleno de ángeles, arcángeles y mujeres tenantes que representan la Gloria Celestial. Esta portada es obra del indio Luis Niño, afamado pintor, escultor, entallador y orfebre.
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Imagen de Santiago Peregrino en su altar durante la octava de su fiesta.
Imagen de San Lorenzo Mártir, patrono de la iglesia, en su altar provisional para celebrar su fiesta.
los relatos clásicos durante el Renacimiento. Su representación,
Las sirenas fueron representadas, en el arte barroco andino,
durante la Colonia, en pintura y relieves en la región andina y
tanto pictórica como escultóricamente como elementos arqui-
especialmente en los alrededores del Lago Titicaca, responde
tectónicos. La forma en la que están representadas en la portada
además a la representación del mito precolombino según el cual
de San Lorenzo parece corresponder a la visión platónica del
en el lago vivían dos sirenas llamadas Quesintuu y Umantuu.
Universo en la cual ocho sirenas con su música mueven las
La leyenda dice que estas dos sirenas, o mujeres pez, habrían
esferas de los cielos.
seducido a Tunupa en el lago. De esta forma, la simbolización del pecado y la tentación a través de las sirenas coincide tanto en la mitología andina como en la europea occidental.
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El interior de la iglesia, con su estructura de calicanto enlucido y los arcos de siller铆a que sostienen las b贸vedas. Al fondo el presbiterio con el altar y retablo mayor.
269
Mujer verde tenante que, junto con su par, sostiene el arco de la puerta del templo.
Conjunto de la fachada con las torres, vista desde la esquina del atrio.
chile Textos amaya irarrรกzaval zegers
iglesia de
Parinacota
No es de extrañar que al llegar los españoles a América se en-
volcán Parinacota y su mellizo el Pomerape, a 4.392 metros de
contraran con una trama de caminos de larga data, usados por
altitud. El gran bofedal que lo enfrenta lleva el mismo nombre, Parinacota, o “laguna de flamencos” en aymara.
una y otra cultura que se iba sobreponiendo en el tiempo. En nuestra América del Sur, el gran imperio del Tahuantinsuyo había utilizado y aumentado una enorme red que cubría casi un millón de kilómetros cuadrados. Para atravesar los Andes y poder llegar al puerto de Arica, punto de embarque de la plata del Cerro Rico de Potosí hacia Madrid, los españoles continuaron utilizando el sistema de transporte incaico de llamas o “carneros” y más tarde las mulas, guiados y apoyados por los indígenas. Al retornar, las recuas traían azogue de mercurio –para mezclar con la plata– y todo tipo de alimentos y vituallas para facilitar la vida de los miles de indígenas que poblaban los innumerables pueblos preexistentes y aquellos nuevos que se fueron formando a lo largo de la ruta y sus caravanas. La primera iglesia que encontramos en la zona es la de San Santiago de Parinacota, una joya ubicada en el pueblo a los pies del
Aunque en 1739 se la nombra como parte de la doctrina de Codpa, para 1793 forma parte de la doctina de Belén, incorporándose así al conjunto de las iglesias del Valle de Lluta y la red de Belén, esto es, el recorrido desde Potosí a Arica pasando por Parinacota, Putre, Socoroma, Pachama, Belén, Livilcar, Humagata y Azapa. Este conjunto patrimonial refuerza la unidad territorial y cultural de esta zona andina a través del recorrido de la Ruta de la Plata de Cusco-Potosí-Arica y del azogue proveniente de Huancavelica, propiedad de la Corona. En 1784, se reconocían también algunas vetas de oro y plata en las minas de Choquelimpie, cuyos trapiches y relaves estaban en Parinacota y en el pueblo de Guallatire, más al sur. El pueblo de Parinacota tuvo mucha actividad debido a la ruta minera y fue asentamiento de gran población llegando a tener 149 habitantes en la primera mitad del siglo XVIII. A pesar de
Página derecha: La materialidad y el color de la naturaleza se fusionan en el conjunto construido en tierra y piedra de esta iglesia, su atrio y su torre.
274
Este cuadro anónimo del siglo XVIII representa una práctica muy extendida en la pintura virreinal surandina como es la representación de una imagen escultórica, por ello los cortinajes y ánforas con flores. Aquí vemos a la Virgen Dolorosa, con su manto negro y manos cruzadas sufrientes.
El acceso a la intimidad de la iglesia se va graduando desde la calle, pasando por el atrio, rodeando la presencia del templete en el frente de la puerta principal y terminando en un misterioso interior.
su lejanía misional, llevó al doctrinero a recrear el catecismo en los
La iglesia está rodeada por un muro perimetral de piedra estucado
muros interiores de la iglesia, lo que es posible observar en las esce-
en barro y pintado con cal del bofedal y adornados con pequeñas
nas de la confesión y de las postrimerías, con similitudes a patrones
figuras talladas en piedra volcánica. Este gran atrio tiene tres ac-
iconográficos de otros templos en la Ruta de la Plata. El pueblo
cesos con arcos y coronamiento en piedra volcánica rosada. Un
conserva las capillas posas para las procesiones ceremoniales,
macizo campanario de dos cuerpos forma parte del muro en una
integrando, como en otros lugares, el conjunto construido con
esquina del conjunto. Tanto el muro como el campanario están
la naturaleza creada.
coronados con paja brava al igual que la iglesia, confiriéndole al Página derecha: El arte culto expresado en las pinturas murales, en las imágenes y sus telas, desarrollado por manos indígenas, se transforma en su arte de vivir.
276
conjunto la calidad arquitectónica que nunca debieron perder los otros templos del altiplano. La iglesia original es del siglo XVII y fue reconstruida en 1789 en piedra blanqueada con cal. Un sencillo portal de piedra labrada y pintada insinúa la riqueza cromática de su interior. Los muros interiores están cubiertos de pinturas al fresco que representan las escenas bíblicas que más motivarían al hombre andino. Destacan los animales, vegetación y columnas salomónicas para representar las escenas religiosas del Juicio Final, San Jorge y el Dragón, San Jerónimo Penitente y un Vía Crucis. La riqueza y antigüedad de estas pinturas y del conjunto constituyen un ícono del estilo barroco andino.
La austeridad de la vida que ha caracterizado a estas comunidades se toma de la mano con la naturaleza de estos agrestes parajes. En la imagen, el pastor Fernando Gutiérrez Pacajes.
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iglesia de
Putre
280
Si en el pueblo de más abajo, Socoroma, las “aguas corren”, aquí
La primera mención de una iglesia en Putre es de 1618, de barro
se oye el “murmullo de las aguas” según los aymaras, animando
y piedra picada con techo de paja y torre de adobe para sus tres
las verdes praderas que han servido por siglos a las recuas de
campanas. Según los cronistas de la época, estaba literalmente
animales que circulaban por el altiplano en busca de alimento
cubierta de oro y plata producto del auge minero aurífero en
y transportando la preciada riqueza producida
Choquelimpio y el paso de las recuas con la
desde las minas de plata del Cerro Rico de
plata desde Potosí. Alrededor de 1700, los ve-
Potosí hasta el Puerto de Arica.
cinos decidieron ampliar la capilla pero solo a
El poblado de Putre, sobre asentamiento pre-
fin de siglo, en 1789, se la describe como una
incaico, crece a las faldas del cerro Taapaca o
iglesia de crucero, con puertas nuevas, sacristía
Nevados de Putre. Nace en 1580 como centro
y un retablo fabricado mayormente en madera
de abastecimiento para las caravanas de mulas
de cedro y algo de alerce, con sagrario con
del creciente tráfico minero y comercial hispano.
llave y seis nichos. Cuatro años después, se la
Aún quedan casas con portadas de piedra que dan
describe como recién fabricada y acorde a los
cuenta de aquella prosperidad. Para esa época, el
requerimientos de la feligresía. Sufrió numerosos
paisaje adquiere elementos fundamentales para
cambios hasta el terremoto de 1868, cuando
la vida e imagen física que representa la superposición del bagaje
quedó totalmente inutilizable. En 1871 se inicia su reconstruc-
cultural hispano sobre la cosmovisión andina precolombina; a
ción con la fachada, el coro y el arco de ingreso al atrio, todos
los caseríos, terrazas, canales y rutas precolombinas se suman
en piedra. Recién a principios del siglo XX se registra la iglesia
capillas y torres, atrios y altares procesionales, novenas y posas,
terminada con muros de adobe y techo de calamina y con por-
portadas de piedras y nuevos puentes, creando un nuevo orden
tada en piedra labrada dividida por una doble cornisa. La puerta
que se mantiene hasta hoy.
principal está flanqueada por dos pilastras rectangulares y diseño
La festividad de las imรกgenes religiosas, su calidad y cantidad, son el gran patrimonio, decorado y culto de esta iglesia.
281
La fachada de la iglesia, su atrio y su torre son parte constitutiva de la gran plaza central en torno a la cual crece el poblado.
acanalado. La base del coro es también de cal y piedra y su piso
y europeas. Construido en piedra y estucado en yeso, está pin-
entablado cuenta, además, con barandas de madera y fierro y un
tado con aplicaciones doradas, todo enmarcado en columnas
órgano antiguo.
cilíndricas de fuste liso. Enriquecido por la proliferación de
Su altar principal es de piedra pintada, de tres cuerpos y tres
imágenes sagradas, constituye una obra de arte de la imaginería
calles en una sencilla pero festiva amalgama de culturas andinas
barroca andina. Página derecha: Estos campos cultivados en andenes y explanadas permitieron la vida de las recuas de llamas y mulas en la Ruta de la Plata.
282
En su interior aún se conserva una piedra tallada empotrada en el suelo para realizar el rito andino de la “wilancha”, en el que se sacrifica un llamo blanco en honor a la Pachamama y al Dios Padre, solicitando la bendición a los trabajos y al templo. El templo es de una sola nave, con baptisterio y sacristía, y conserva su torre exenta. Junto a la iglesia de Socoroma, se alzan como las de mayor tamaño del altiplano chileno.
Esta imagen contemporánea aún mantiene la visión de cómo serían “los carneros” cargando el mineral en los siglos XVII y XVIII. Según información de Frezier, en 1700 había alrededor de 200 mil mulas trajinando.
284
iglesia de
socoroma
Su nombre en aymara es poético y real: “Agua que corre, agua
La iglesia, dedicada a San Francisco de Asís, tiene su origen en
que no se filtra”. El antiguo lugar precolombino fue ocupado
1560. Es una de las primeras mencionadas, cuando el auge de
por los españoles para cubrir la ruta Arica-Potosí, aprovechan-
la minería de la plata de Potosí ya estaba bien establecido, con
do también las enormes riquezas agrícolas que sus andenerías
más de 40.000 personas habitando la rica ciudad. El conjunto
producían. El camino de las recuas de llamas
religioso está formado por la iglesia, el atrio
al principio, y de mulas después, se internaba
abierto, la torre campanario, las capillas posas,
por la quebrada de Lluta y pasaba por los
el calvario y el cementerio.
poblados de Socoroma, Putre y Parinacota.
La iglesia es de una sola nave, larga y angosta,
El pueblo, establecido en un mirador hacia
y con capillas laterales que desarrollan un mag-
la quebrada, es una belleza urbana que debe
nífico espacio para el culto de la comunidad.
descubrirse con un recorrido silencioso y
Fue reconstruida en 1840 y restaurada tras
peatonal. El caserío está a los pies del cerro
sucesivos terremotos. De la última restaura-
Chatiza. En la profunda quebrada corre el
ción en 1883, se conservan en la actualidad
agua que alimentará, más allá, el río Lluta. La
sus muros de adobe pintados blanco, a la cal,
semicuadrícula española se entrelaza con las
y su portada de piedra de estilo neoclásico
construcciones de características andinas y mestizas: adobe, paja
republicano sobre un patrón arquitectónico barroco andino.
brava, piedra, vegetación y árboles como la queñua y el molle,
Por el costado hay otro acceso con puerta con marco y arco
en recorridos que incorporan la naturaleza a la vida cotidiana.
de piedra tallada con signos religiosos y los nombres de los
El trazado colonial se conserva casi intacto, con algunas de sus
evangelistas. Se la supone vestigio del templo anterior. En el
calles empedradas con canalón de agua al centro. Por la calle
interior encontramos las capillas laterales correspondientes al
más ancha pasaban las cabalgaduras de arrieros que venían por
baptisterio, la sacristía y la sala de andas o “kujgraria”.
el camino tropero desde Putre.
286
A la iglesia, con su atrio abierto a la plaza, se llega tras el recorrido blanco de los adobes pintados del poblado y las nieves eternas.
El retablo mayor y la simplicidad de la arquitectura se apoyan para enmarcar cada imagen venerada en las fiestas de la comunidad.
288
La santería es tan viva y real como la muchedumbre que se reúne para celebrar cada año sus fiestas patronales.
El retablo mayor, otrora de alerce y cedro, es de piedra labrada
las otras iglesias de la zona, la estructura de la techumbre tiene
de base barroco andino, de tres cuerpos horizontales y tres calles
ancestros hispánicos de origen árabe. Es la llamada armadura
verticales con un manifestador, lugar donde va la imagen tutelar.
de techumbre de par y nudillo. Por el interior está forrado en
Los arcos de medio punto de influencia neoclásica están enmar-
un tipo de esterilla como acabado del cielo de la nave.
cados en columnas estriadas del tipo protodórico. Al igual que
289
La iglesia enfrenta la plaza y su atrio no tiene muros. A su costado y separada, se encuentra la torre de doce metros de altura, de adobe y construida sobre una importante base de piedra. El acceso por el interior hacia el campanario es digno de realzarse ya que da la dimensi贸n y visi贸n del conjunto e imponente paisaje. Socoroma, junto a Bel茅n, Putre y Parinacota, son asentamientos que integran la belleza natural del paisaje como parte de su identidad andina.
Por las calles empedradas del pueblo, Francisco Maldonado sube en sus hombros conjuntamente el material para la casa y el alimento para el animal.
291
iglesia de
pachama
Su nombre quechua viene de la madre tierra, la Pachamama. De
piedra a ambos costados. Su techumbre original, como todas las
origen preincaico, el lugar se distingue al bajar por la quebrada
capillas de esta región andina, era de madera y caña, cubiertas de
de San Andrés. Los españoles lo incorporaron a la red de las
paja y barro. El retablo mayor es de una base, un cuerpo y un
caravanas de “carneros” que recorrían el Tahuantinsuyo. Es así
ático donde va una imagen y tres calles. Los nichos del retablo,
como en 1787 los españoles, utilizando estas
para las imágenes de veneración e incrustados
redes para transporte de su plata y alimentos,
en el muro testero, están enmarcados en made-
lo describen distante tres leguas del “Camino
ras talladas policromadas. Pequeñas ventanas
Real de Potosí”.
con placas de alabastro iluminan tenuemente
Al quedar inscrito en la doctrina de Belén,
el presbiterio. La importancia misional de
según los registros de la iglesia, el pueblo de
estos templos queda también plasmada en la
Pachama servía también para beneficiar a los
presencia de las pilas bautismales, mencionadas
habitantes de los altos de la quebrada de Lluta
en 1793. Sin embargo, lo más sorprendente
que, a fines del siglo XIX, alcanzan a cerca de
y valioso es la conservación de las pinturas
1.500 almas.
murales de la nave principal y de la fachada de
La iglesia está ubicada fuera de la traza del pueblo, separada por
piedra representando a los santos patronos San Andrés, San
una plaza. Un gran y bello atrio amurallado, con barda de paja
Pedro y la Virgen María.
brava, troneras y tres accesos con arco, contiene la torre exenta
laterales, es del siglo XVII, de albañilería de adobe en doble hilada
El importante patrimonio artístico colonial de sus pinturas murales, del siglo XVIII, lo conforman cuatro conjuntos de pinturas al temple seco y de gran colorido ubicadas en el interior de los muros y sobre la portada, en el tímpano. Este patrimonio pictórico lo comparte con otras iglesias andinas, siendo tan relevante
con mortero de barro y pintado blanco, con contrafuertes de
que merece una reglamentación y cuidados especiales.
y el cementerio. La construcción original de la iglesia, de una nave con capillas
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Una sencilla y colorida cruz colocada en el centro del atrio es la antesala al arte mural de la fachada y del interior de la iglesia.
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San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, está pintado en el muro entre columnas salomónicas y rodeado de montañas con sus andenerías prehispánicas.
La temática católica de los murales de la segunda mitad del
Niño Dios en sus hombros y San Jorge venciendo al dragón. Los
siglo XVIII está enriquecida con elementos andinos incor-
músicos muestran en sus ropas la amalgama de los dos mundos,
porados por los artistas locales que cubren intensamente las
calzones hispanos y mantas andinas.
paredes. Tanto las flores como los elementos decorativos del
A pesar del abandono del pueblo, y como es costumbre en la
barroco mestizo enmarcan las figuras de los santos venerados
cosmovisión andina, cada año se reúnen los descendientes para
en la época: San Isidro Labrador, patrono de la agricultura, San
celebrar al santo patrono y dar gracias por sus vidas.
Miguel Arcángel en combate contra el mal, San Cristóbal con el Página derecha: San Cristóbal con el Niño Jesús en sus hombros atraviesa un mar de decoraciones sincréticas entre el arte hispano y el indígena.
294
296
Aunque la cosmovisión indígena incluía a la naturaleza, los habitantes buscaron límites para apropiarse de tan vasto e imponente espacio.
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iglesia de
belén
La Iglesia aprovechó los poblados y redes de transporte del
La iglesia de San Santiago, de 1777 y de fábrica de adobe y
altiplano para establecerse y dar a conocer la nueva religión
portada de piedra canteada –El Pórtico de San Santiago–, está
a una humanidad que ya tenía sus propias deidades. Con este
profusamente tallada con pilastras circulares, columnas salo-
propósito se crea la doctrina de Belén en 1777, única de nom-
mónicas, dados, cornisas y tallas de figuras americanas como
bre cristiano en la zona. El pueblo de Belén es de diseño hispano, ubicado sobre tres plataformas y conserva casi por completo su trazado, con algunos tramos de calles aún con pavimento de piedra. En la época
monos, sirenas, leones, vegetación autóctona que, típicas de la cosmovisión precolombina andina y europea respectivamente, hacen del conjunto uno de los más representativos del estilo barroco andino y el más valioso de la región. La presencia del puma, el mono y las sirenas, constituye una clara
prehispánica era el puente entre las comuni-
pervivencia de la cosmovisión andina precolom-
dades ganaderas del altiplano y los centros
bina. El mono sosteniendo las columnas es un
agrícolas de los valles bajos y llegará a ser,
tópico muy trabajado en la imaginería mestiza,
más tarde, el pueblo precordillerano más
apareciendo por primera vez en la portada de la
importante de la época colonial.
iglesia de Tiahuanaco, datada en 1612. Su presencia
La primera mención de una iglesia en Belén es
se explica en el ancestral intercambio sostenido entre los señoríos aymaras del altiplano y los de
de 1618. Las iglesias se establecen en una plaza de tres niveles,
la selva subtropical de Bolivia. La sirena, también motivo de la
quedando la más antigua de la Virgen de la Candelaria en lo
mitología aymara, aparece junto al mono en textiles del siglo
alto y la más nueva de San Santiago Apóstol, en el nivel bajo.
XVIII. El león y el puma, animales comunes de esas latitudes,
Es en 1793 que se menciona y describe a ambas con sus bellas
son temidos y reverenciados como deidades. En el pórtico que
torres exentas que coexisten en paz. Han sido sucesivamente
da hacia el oriente, inscrito en el arco de piedra canteada, se
intervenidas y restauradas debido a los reiterados terremotos.
lee “La Virgen Concebida Sin Pecado Original”.
Página derecha: En la sencillez de este espacio, el conjunto de imágenes religiosas pareciera que salen a recibir al visitante de la pequeña iglesia.
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La sencilla pero teológica inscripción del arco de piedra de la portada oriente revela la vitalidad de sus creencias.
Las columnas salomónicas del barroco andino que enmarcan el acceso a la iglesia, apoyadas sobre ángeles y tallas americanas de sirenas y leones, recrean la cosmovisión precolombina andina y colonial hispana.
Para 1850, el conjunto estaba compuesto por el cementerio, la
“finamente pintado”. Conserva una importante colección de
torre con cuerpo de base de adobe y parte superior de piedra,
imaginería y textiles de los siglos XVII y XVIII en madera,
con coro alto con balaustrada de madera, púlpito y un órgano
yeso y tela encolada, muy representativas de la escuela colonial
en mal estado. En años anteriores, su interior era descrito como
alto peruana.
Página izquierda: Las campanas de la torre de adobe y piedra se asoman a los cuatro vientos para anunciar la pureza viva de la tradición religiosa.
301
Presentation
A
s I share this book with readers I enter a geographic space where Peru, Bolivia and Chile meet at a highly significant time for the entire world, the 16th to the 18th centuries. The scene is “the silver road” and three places that define it: Potosí, Huancavelica and Arica. Indians traveled along it driving llamas –and later mules-, to load mercury at Huancavelica and carry it to Potosí. Mercury is essential to extract the silver that “springs” from the famous hill, and the same silver sails from Arica towards Spain, by way of Callao and Panama. The technology employed, the bureaucratic apparatus that controlled it and the lives spent in that endeavor have left us a painful memory that prevents us from seeing the brightness of that feat. The eyes of history are often indifferent to feelings; history deals with data and numbers, it feels neither the heat nor the cold, we cannot see the gilded interior of the churches as the caravans see them when they call a halt for prayer, and we wish to see the road with the reeds rustling in the wind, the blue cloudless sky, the huts, the peasants, the herds of vicuña in the distance, and the exotic portals carved in stone. Now a photographer makes us feel, if only for an instant, that landscape of men and stone. The long road from Huancavelica to Potosí is the same road along which the mitayos came to the mine each year, numbering 13 500, to work by turns in the tunnels, the sugar mills, and in the upkeep of the “lakes” that originated an artificial stream to turn the millwheels for grinding. After working for four months in shifts, the mitayos returned to their communities.
Everything is past and all we have left is the wind, the mountains, the images, the statue of Our Lady of Copacabana in her Sanctuary, the canvases of Caquiaviri with the cacique being borne to heaven by an angel. The Puno cathedral remains, with its enigmatic mermaids on the portal, mermaids that look at us again in Lampa and Asillo. It is the sea present on the dusty puna. When the caravans, laden with silver, leave Potosí to make their way to Arica, they pass close to Parinacota, decorated with wall paintings similar to those at Curahuara de Carangas. It is the route that led from the altiplano to the Pacific coast when the native peoples organized their geography on the basis of control of ecological levels. These routes were covered during the Colonial period and with astonishment we discover them today. Only pictures can give us an idea of this great stage where so many lives, so many hopes, and so many despairs ran their course. Max Donoso shows it to us when he captures with his camera the wind, the hard features of the present inhabitants, and the light of the candles speaking to us of unextinguished faith. The Introduction to this book is contributed by Pedro Querejazu, from Bolivia; the description of the Peruvian section is written by architect Roberto Samanez, who for many years has explored these roads and worked to recover the art of his native land. A young researcher, Lucía Querejazu, tells the tale of Bolivia, while Amaya Irarrázaval describes the Chilean road that takes us from the Andes to the sea. Teresa Gisbert
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The silver roads The silver road is one and many roads. The metal that for some time concentrated worldwide interest, causing a flow in all directions of men, ideas, goods, and products, including silver, passing through this area and branching off -coming and going- to and from the four corners of the world. The pre-Hispanic roads In Abya Yala, the pre-Hispanic roads of the Andean region gradually took shape with the early migrations of human occupation in this vast continent, then with the migration of the primitive inhabitants of the region, who followed the seasonal flows of the large animals on which they fed and which they used and eventually domesticated. Such seasonal flows became permanent and have continued to this day among cattle-breeding groups like the llama drovers of Carangas, who carry blocks of salt from the Uyuni salar to the lower country and who fetch and carry the items used and required by the Callahuaya wise men and physicians. In time, such flows gradually formed the pre-Hispanic system of “vertical control” over the various ecological levels, and the “archipelago system”, which involved partial, semi-permanent movements of members of the various ethnic groups to obtain and access diverse products from regions other than their own. As a result, networks of roads and stable routes were gradually formed.
weapons, textiles and fine ceramic ware, and transporting food products from the flood terraces and ridges under controlled irrigation. They, who had domesticated the potato on the highlands, improved it first then planted it in other regions, together with the technology for dehydrating it by freezing and keeping it as dry food for prolonged periods in the form of what we know as chuñu and tunta. In the vast region of the altiplano, grains were domesticated including quinoa, which was eventually disseminated to all the altiplano and other highlands. The Tiahuanacotas also propagated many of the myths of origin of the region, and the notion and worship of Huiracocha, the Andean creator god, who is represented on the Puerta del Sol or Door of the Sun, at Calasasaya. Along these roads, in the reverse direction, travelled the worship of Pachacámac, god of the earth and earthquakes, from his templemountain in Lima to Lake Titicaca and the Cerro de Potosi, on the summit of which an altar was erected to worship him. Along these winding roads between the altiplano and the rugged valleys, some peoples conquered others and there was an exchange of products, technologies, customs, and world views. Along this road the Spondylus shells from the coast of what today is Ecuador reached the Caribbean as well as the altiplano and Lake Titicaca, as far as the high valleys of the land of the Charcas. Jewels and necklaces were made from them and the whole shells are still blown like horns, and they may be heard summoning Indians to meetings on the heights of Potosi, Chuquisaca, and Cochabamba.
Along these roads the Huancarani cattlebreeders of the southern altiplano exported their copper to other regions. Sometime later, the Tiahuanacotas expanded their highland culture to the inter-Andean valleys and the coast of the Pacific Ocean, taking with them Later, the Incas, bellicose conquering warriors the technology of bronze tools, utensils, and and practical rulers and administrators, built up
the most extensive imperial domain in South America, Abya Yala, before the Europeans came. They perfected the system of road construction and speedy communication with chasquis and tambos. Thus the Inca, at his table in Cusco, could eat fresh fish from the Pacific or fruit from the Amazon River. The roads were generally paved with stone and frequently had side walls of mud or mud bricks. The steeper sections had steps. Loads and products were carried on men´s shoulders or by droves of llamas, usually in large numbers, for these animals, natives of the region and domesticated, do not carry more than 50 kilos’ weight at a time. They built the main road, the Cápac Ñan, which is the trunk road, the backbone of a road system that covers more than 60,000 kilometers over widely diverse and varied territories and topographies, astonishing and mostly hostile. The system of roads and routes connects the Pacific from west to east with the sierra and the valleys and forests of the River Amazon basin. Longitudinally, it runs parallel to the Pacific coast and the Andes. The coast route, going north from Cusco, passed by Palpa, Ica, Nazca, Pachacámac, Lima, Huarmey, Chan-Chán, Los Tallanes (Piura), Ayavaca, and Tumbes. Going south from Cusco: Tambo Colorado, Catorpe, Copiapó, to the River Maule. The sierra road, north, from Cusco: Vilcashuamán, Huari, Jauja, Tarma, Huánuco, Cajamarca, Chachapoyas, Tumibamba, Loja, Quito, Inga-Pirca y Pasto, on the River Ancasmayu. To the south: Piquillajta, Rajche, Jatun Colla, Pucara, Puno, Chucuito, Tiahuanaco, Chuquiabo (La Paz), Paria, Tupiza, Tilcara, Pampas de Tucumán. These roads bordered Lake Titicaca also on the east, by Lampa and Pucara, by Escoma, Carabuco, Ancoraimes, Achacachi, Huarina, 305
Pucarani, Tiahuanaco, and Chuquiabo. Many of these roads are still in good condition and used by the llama drovers. Some serve as roads walked by trekkers and backpackers, between Cusco and Machu-Picchu, or from La Paz to the Yungas valleys.
took also their cosmogony and concept of the universe, their worship of Inti and Quillav (the sun and the moon), their subterranean worships, which put aside the old gods but nonetheless grouped and concentrated them in the temple of Coricancha, in Cusco, partly The road covered all the altiplano and went visible today below the convent of Saint on to the valleys of the Chui’s and Incallajta Dominic in that city. peoples, or the stone fortresses of Samaipata When the great Inca empire was at its most and Oroncota, facing the the Chiriguanos, splendour and extent, along these roads also or towards the valleys of the Calchaquíes in came news of the bearded white warriors out of the sea. Finally, for the new myth to what is today the north of Argentina. Along the same roads the Incas moved whole be accomplished, along these roads came peoples to quell their rebelliousness, as in the those personages mounted on huge snortcase of the Chui nation of the Cochabamba ing beasts and carrying long poles that shot valley, who were totally expelled and their land thunder, destroying everything and eager for peopled with others who would be faithful, gold and power. or they took dexterous and ferocious Charcas warriors to the conquest of the far north of the empire, where some remained as an ethnic group in what is now Colombia. Based on the minga and reciprocity, they built roads, water conduits, artificial terraces on mountain slopes to increase and improve arable land; they also built storehouses for food, cities, and fortresses. Along these roads, in less than one hundred years they had imposed the Quechua language as the lingua franca of the Andes, so effectively indeed that to this day Quechua is still the most widely-spoken native language in the region. They also systematized and improved the cultivation of maize, which, though originating in northern Mexico, had come to South America over land and sea, and was already known to, and grown by, earlier cultures. They, with their terrace system for farming, improved the species and created more productive varieties until they produced the white maize of the Urubamba valley, the best in the world.
The roads of the Spanish conquest and colonization Undoubtedly, Francisco Pizarro, Diego de Almagro, and Francisco Valverde, with their henchmen, climbed along the Inca roads from the Pacific to Cajamarca, until they met the great lord Atahuallpa. From there some of them took the Cápac Ñan and reached Cusco in 1532, where the Inca Huascar had recently been assassinated by order of his brother; others, marching along the coastal roads came to found the city called Los Reyes in the valley of the River Rímac, which we know as Lima.
from Cusco to the south. Diego de Almagro and his company took these Inca roads from Cusco to the south, to reconnoiter his territory. On the way he passed close to the Porco silver mines and close to the Cerro de Potosi, the largest mountain of silver in the world, bearing on its summit the altar and temple of Pachacámac. Almagro never heard of them; however, on his way across the altiplano and the Andes he founded the settlements of Paria and Tupiza, and continued south to cross the cordillera and reach the shores of the Pacific, near what today is Arica, where he boarded a vessel to travel north by sea to Los Reyes. On these roads blood flowed once more, the blood of the conquerors and the conquered, both equally cruel and equally bloodthirsty, some were victorious, others resisted. The pre-Hispanic roads became the routes of the Spanish conquistadors, of the founders of cities, of the evangelizers and preachers, or those who dominated the Indians and mistreated them, and also of those who protected them and cared for them.
Along these roads came the notions of Utopia, the possibility of building two republics existing together in the same space. The American Utopia, where all things were possible, where a perfect world might be built, without the evils and sins that beset the Old World, where the idea of building paradise on earth was feasible because this That band of invaders, astute conquerors im- land is after all the earthly paradise where bued with the political ideas of Macchiavello the birds are speaking birds. and other European thinkers, divided and con- After the soldiers and the preachers came quered a powerful empire that, coincidentally, the lawyers and administrators, the settlers in was just then suffering from internal strife, search of new opportunities, but above all of on the verge of the administrative collapse quick enrichment. Some founded cities and of the reciprocity system, with its powerful settlements, following classic Utopian models, Over these roads, from all over the empire, armies resisting the brave Chiriguanos (Guarani) reduced and congregated the others, close to they took and brought back specialized labor, on the south-eastern border. the roads, those known today as highways. the yanaconas, and concentrated them in Cusco, The disputes among the partners in the They brought with them their habits and their capital. Goldsmiths and metalworkers, conquest forced the Spanish Crown to divide customs, such as councils and autonomous carvers of querus, feather workers, weavers who the conquered kingdoms into that of New governments of cities and towns. The cities of could spin the fine hair of the night birds, the Castile, for the Pizarros, from Cusco to the Spaniards were thus formed, surrounded by bats. Over these roads they brought and they north, and New Toledo for the Almagros, the Indian quarters. The land was distributed
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with a feudal sense of ownership, and little by little the effective archipelago and vertical control system crumbled but, notwithstanding, did not entirely disappear.
The flow of local products from one place to another was most important in the preHispanic stage, most particularly at the time of our concern, as support for the silver roads. Along these roads went the food preserves from Cusco, on their way to Potosi, or the cloths of Quito, coveted for ladies´ clothing, the woven goods from the looms of Quispicanchis and La Paz.
Along these roads the quicksilver came in, first brought from Almadén, in Spain, then from Huancavelica in central Peru. Along the same roads the silver metal went out, in ingots or in coins, to pay for works of art made in Cusco or the foodstuffs brought from far-off lands, or to the royal treasury, to pay the debts of the Crown and for the wars of Europe.
On the land of the Carangas of the southern altiplano, in addition to alpacas and vicuñas, llamas were bred and eventually made up the droves of pack animals. On the plains of Tucumán, in Argentina, the great haciendas bred pack animals. Mules were bred in large numbers because they had proved to be ideal animals for transporting loads over long distances. From Tucumán came the droves that would then go on to Cusco, Huancavelica, In the end, the Colonial system of road com- and Lima, and even further north. munications would overlay the pre-Hispanic From the lowlands of the Jesuit missions lanes and develop new sections or extend of Chiquitos wax and honey came to the to destinations that the former had failed to highlands, cotton cloth, items of furniture reach. The highway was built between Lima decorated with carvings and wood inlay as and Potosi, which also led northwards from cabinets and varguenos. From Moxos came Lima. From Potosi this road went on to musical instruments such as the organ of the Buenos Aires, passing through Tarija, Yavi, church of Tarata, in Cochabamba, made in Salta, Tucumán, San Juan, Mendoza, Córdoba San Pedro. Along the same routes the misand branching into roads that crossed the sions received books, tools, wine for liturgical Andes towards Santiago. These roads, like ceremonies, silver and gold for the Mojeño those of Spain, had milestones from section and Chiquitano silversmiths and goldsmiths. to section, showing the way and registering the From Paraguay the mate leaves climbed to rank of the road. Other minor roads were also the highlands and the coca from the Yunga laid down, to meet local and regional needs. valleys of La Paz was taken to the mines at Huancavelica as well as those of Oruro, Porco, and Potosi. The trade roads Along these roads, very soon, came tree trunks The pre-Hispanic and Colonial road system and planks of cedar wood from the forests was initially established for the exchange of Nicaragua, for making altarpieces, choir of products and transportation of persons. stalls, ceiling beams and panels in Lima, Cusco, This system was the basic core that allowed La Paz, La Plata, Potosi, and so many other the existence of an autochthonous self- cities. Over the same roads came beautiful sufficient Andean economic universe, which objects from the Philippines and China in the was nevertheless interconnected with other Manila Galleon that anchored in Acapulco; parts of the continent and of course with from there they came down through Quito, other continents. Lima, or Arica.
Over these and other, more direct, roads, following trails hidden in the Andes, the silver piñas went out and the contraband goods, brought in English, Dutch, and French ships, came in. Lace from Flanders, silks from India, China, and the Philippines, climbed up to adorn houses and clothing. Contraband silver also left from Oruro through Corque, Toledo, Andamarca, Sabaya, Parinacota, Putre, Caquena, Putani, and other small villages of high-altitude farmers and cattle-breeders, carried by the droves of llama shepherds and drovers, towards Tacna and Arica; or from Potosi, along more southern roads, passing through San Pedro de Atacama, Isluga, Tarapacá, Mamiña, and other hamlets concealed in the turns of the road; also to Arica or Cobija, or even Santiago.
With the conquistadors came their relatives to make the most of the fruits of the conquest, as well as the artificers and builders, the tile and brick makers came, the master builders and contractors, with their traditions of Moorish origin, of mosaics, tiles, coffered ceilings and reinforced roofing, and called in Indian labor. And dwellings and public buildings began to be erected with roof tiles, bricks, coffered ceilings and paneling, held up by mud walls and mud bricks. These materials were used to make city halls and churches, convents, mansions, and settlements; to make outlets and ducts for the water of the public fountains in the town squares.
Municipal action in managing and improving the roads led to construction of vast numbers of stone bridges of one or more spans, in use to the present day, such as the bridges at Huánuco, Pachachaca, Chumbao, that of Paucartambo or the “Devil´s Bridge” near Potosi, among many others. The sea routes are also an essential complement to the silver roads. The principal ports were Buenos Aires on the River Plate, or Callao, close to Lima, on the Pacific; however, many other harbours were to play a leading role in the process of communication, conquest, development, and changes in these parts, such as Valparaiso, Cobija, Arica, Matarani, Chincha, Trujillo, Paita, as far as Panama. The destination ports elsewhere –Portobello, Cartagena, Santa Marta, Havana, Cadiz, and Seville– were part of the greater system of the silver roads.
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The roads of religion Together with the conquistadors came the religious orders and the preachers. They came to fulfill the commitment made by the Spanish Crown to the Holy See, to disseminate the faith in Jesus Christ Savior of Mankind. These evangelizers, both diocesan and regular, journeyed on foot and set up ecclesiastical chapters in the new cathedrals and parishes in the new cities, establishing doctrinarian parishes in the rural reservations organized to bring the Indians together, evangelize them and at the same time make a census of them and tax them on behalf of the Crown. Along these roads came the monks of the Orders of Preachers: Franciscans, Dominicans, Augustinians, and Mercedarians. The nuns of contemplative and cloistered orders were also allowed to follow these roads, for it was felt that though they did not preach directly, from their cloisters they prayed for the missions, for the preachers, and for the conversion of Indian souls to Christianity. Thus convents were built for the Franciscan, Dominican, Conceptionist nuns, and Discalced Carmelites. To the contrary of what happened in New Spain, in the Viceroyalty of Peru, the religious orders were obliged to have their houses and convents in the cities. Over the same roads, decades after the foregoing, came the Jesuits, who were to revolutionize the processes of preaching, evangelization, and conversion, opening new roads to the lowlands where they gradually set up the system of missionary reservations, from the environs of the River Orinoco and the River Mainas, the regions of Moxos and Chiquitos, and in Paraguay, making a frontier, occupying territory and gathering and converting Indians of countless ethnic groups. Their missionary work spread as far south as the Island of Chiloé, at the southern end of the continent. The roads of art and artists As in earlier centuries, weavers, feather workers, carvers continued to circulate, in-
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an earthquake in 1650, they began to export their works to north and south. Their names were Diego Quispe Tito Inca, Basilio Santa Cruz, and others. They did not take to the roads, but their works did and arrived espeAn Italian, Angelino Medoro, first sent his cially to Potosi and further south. works from Colombia, then travelled south In the 18th century, Cusco was to continue himself and settled in Lima. The works of producing works of art for export, especially Medoro left Lima for Santiago de Chile, San Marcos Zapaca Inca, who sent paintings as Francisco de Potosi, and the church of Yotala, far south as Catamarca in Argentina. By then, in Chuquisaca. Another Italian, Mateo Pérez some anonymous workshops in Cusco were de Alesio, who came direct from Seville, settled capable of producing up to 200 paintings per in Lima as portrait painter for the viceroyal month, which left with the mule trains to be court and huaquero (amateur seeker of objects sold by the yard and purchased by customers hidden in old tombs). Shortly before them, of little wealth and no pretensions, but who Bernardo Bitti, a lay brother of the Society were devout and interested. Sculptors and of Jesus, had arrived in Lima in 1571. Shortly sculptures travelled over the same roads; such afterwards, he himself took to the roads and was the case of Our Lady of La Paz, which worked intensively and progressively for sailed from Seville and arrived at the cathedral the new Jesuit schools in Huamanga (now of La Paz in the 16th century, of Our Lady Ayacucho), Arequipa, Cusco, Juli, La Paz, of the Rosary, also from Seville, which is still Potosi, and La Plata, then returned to Lima. venerated in the Church of Saint Dominic Decades later, in mid-17th century, Diego de in Potosi, in the same period. cluding painters of querus disguised as an art of resistance made to look like popular art, while other artists coming from Europe left their mark and imposed new visual media and languages.
la Puente, another Jesuit lay-brother, from Trujillo, was to set forth along the Andean roads leaving his profusion of large canvases in that city and in Lima, Cusco, Juli, and La Paz. Almost simultaneously, a follower of Bitti, now a native of America, named Gregorio Gamarra, following these roads, produced great canvases for the Franciscans at Potosi, La Paz, and Cusco.
Spanish and Italian sculptors also travelled over these roads, from town to town, to execute their works and to teach as they went what were new techniques for the Indians, carved and polychromed wood, gold leaf ornaments, and flesh-color paint. The brothers Gómez and Andrés Hernández Galván thus came and went along these roads, and produced works in Lima, Cusco, La Paz, (the original altarpiece of Saint Francis, now in Ancoraimes), south to La Plata, where between 1580 and 1582 they made the old main altarpiece of La Merced and others. Diego Ortiz followed the same route. Given de scarcity and high price of materials, he resorted to older techniques, figures were hollow, made of glued cloth, then painted in polychrome and flesh-color paint. With that technique he made the Christ of the Recoleta in Cochabamba and was working in Potosi when the Indian Francisco Tito Yupanqui Inca came looking for him.
At the same time as these artists, works were commissioned from Spain, others came in the baggage of the royal officials of the viceroyalty, of the audiencias and royal treasuries, and ecclesiastical authorities. During the 17th century already, in Cusco, where the Incas had concentrated the ablest yanacona artificers of their vast empire, a new generation of artists, trained in the shadow of Bitti and of the disciples of Alesio and Medoro, produced works of very high quality and formed an art school of transcendent importance: the Cusqueña. In the second half of the 17th century, in addition to working on This Indian noble, a descendant of Inca Tupac the reconstruction of the city devastated by Yupanqui, made in Copacabana the first image
of Our Lady of Candlestick around 1579. It pleased the parish priest when he saw it and he placed it on the altar. When the parish priest was replaced, the image was removed. Deeply hurt, the artist left for Potosi with his uncle, the cacique, and there studied the art of sculpture under Diego Ortiz. In 1582, with permission from the Bishop of Chuquisaca to engage in sculpture, he took as his model the statue of Saint Dominic in Seville and, with his own techniques, out of maguey and glued cloth, he made the image of Our Lady of Candlestick that we know today as Our Lady of Copacabana. Carrying the image, he started on his return journey north. Passing through La Paz he met a goldsmith, Ortiz, who was gilding the main altarpiece of Saint Francis. In exchange for work, Ortiz polychromed the image and Tito Yupanqui learned the technique. In 1582, the image arrived in Copacabana. It was enthroned and was soon reputed to be miraculous, especially among the Indians. Tito Yupanqui set up a workshop and began to produce images that along different routes arrived at widely diverse destinations, including Pucarani, Cocharcas, at the request of Indian Quimiche, to the chapel on the Bay of Rio de Janeiro, which, since then, is known as Copacabana; others went to Rome, to the cathedral of Seville, to Torino, to Saint Augustine at Arequipa and at Cusco, and, naturally, also to Potosi, where the church and parish of Copacabana were founded. In the 17th century, in La Plata, an Indian, Diego Quispe Curo, also formed another sculpture workshop. In turn, other sculptors from Seville and Castile, having arrived in Lima, followed the highland roads and reached Potosi, including Martín de Oviedo, Gaspar de la Cueva, and Luis de Espíndola, and formed the Potosi School of imagery. Their works would travel from there to La Plata and Santiago de Chile. In the course of three centuries, the city of Potosi, with its wealth and opportunities, gathered the most outstanding works as well as the most renowned artists, including those
mentioned above, and other painters, among them Mateo Pizarro, Francisco de Herrera y Velarde, Francisco López y Castro, and, in the 18th century, Luis Niño, Gaspar Miguel de Berrío, and Manuel Córdova. They formed the distinctive Potosi School of painting and sculpture, which in its time also exported its production to La Plata, Santiago, and the north of Argentina. The works of Luis Niño reached Lima and Rome. Architects and builders also travelled along the same roads, at first building doctrinal churches with a single long nave and extensive atrium, with four posas chapels, open chapel, and Miserere chapel, as in the great Sanctuary of Copacabana, Callapa, Quillacas and many others. They built parish churches, convents, and houses with coffered ceilings. They also began to build bridges with stone spans, different from and much more resistant than the Inca bridges of ropes.
the Sanctuary of Manquiri, near Potosi, the churches of Tomave and of Salinas de Yocalla, Saint Monica in La Plata, thus confirming a regional, characteristic style all their own. Along other roads, from the south, from the River Plate, from Buenos Aires, passing by Tucumán, Salta, and Tacna, in great carts, for which special roads had to be built, came the coinage machines for the new Royal Mint at Potosi. This grand building had been erected between 1758 and 1762, from designs by Luis Cabello and Pedro Ruiz Tagle. With the machines came iron railings, tools, and utensils from Biscay together with the artificers who set them up and put them to work.
Early in the 19th century, the andean baroque style having gone out of fashion in the cities, an architect, Friar Manuel Sanauja, was to come from Arequipa to complete, in 20 years, the magnificent Cathedral or Metropolitan Church of Potosi. When he finished it, he was The carvers came and made beautiful panelled invited to build the new cathedral of La Paz. ceilings in Lima, Ayacucho, Cusco, La Paz, La Plata, Potosi, and in towns and reservations such as San Luis de Sacaca, ancient capital The roads of sorrow city of the Charcas. Architects came, special- The flow of sorrow and death over the silver izing in buildings of brick and tile, also of roads began when the Crown and the miners Moorish tradition, and left such works as the of Potosi demanded labour to work in the Sanctuary of Copacabana or the Cathedral mines of the Cerro Rico. Initially, the Spaniards of La Plata. introduced slaves brought from Africa to the The architects and stonecutters of the mestizo work of mining and beneficiating the ore. baroque style travelled along the roads erect- The number of slaves brought to Potosi by ing public buildings, but above all formidable the roads of the south, by the River Plate or temples in carved stone, with barrel vaults by the Pacific is not known; the fact is, howover the naves, chancels, and domes in the ever, that these slaves failed to adapt to the centre, with richly carved fronts imitating altitude or the hard work and they died very the altarpieces of the chancel. Apparently, soon. For this reason, Viceroy Francisco de they came and went completing such works Toledo, being in Potosi in 1570, and finding as La Compañía in Arequipa; the Church of inspiration in the mita and minga system in use Saint Charles Borromeo in Puno: the Churches in pre-Hispanic times for executing public of the Holy Cross and Saint Peter, in Juli; the works, decreed the mita operation. Apostle James in Pomata; Saint Andrew in Accordingly, the Indians of certain areas had Zepita; Saint James in Guaqui; Saint Francis, to come to serve in the mita of Potosi, once Saint Dominic, and Saint Peter in La Paz; Sica every eight years. The order stated that their Sica in the south; Saint Francis in Potosi; at the services would be paid for and that the syssame time as the Tower of Church of the Society tem was rotating and lasted only six months. of Jesus, and the Portal of Saint Lawrence,
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It was rotating for work inside the mines and for outside operations. The shifts inside the mine lasted one week. The Indians entered the tunnels on Monday and emerged on Saturday. They took with them food and provisions for the whole week. On Sundays the mines remained open, no matter who owned them, and any man could go in and extract ore, which then belonged to him. Given the mentality and customs of the times, the system became forced labor and was soon perverted. The Spaniards exceeded the limits of the system. The caciques speculated with the labor of their communities or ayllus. Some Indians refused to serve and fled to other regions; others remained in Potosi or its environs and never returned to their homelands. This involved the temporary transfer of thousands of Indians and seriously affected the demography and ownership of community land in the affected areas. The Indians bound to the mita were those of the provinces close to Cusco, of Canas, Canchis, and Quispicanchis, and the Aymaras of the altiplano: Collas, Lupacas, Quirhuas, Callahuayas, Pacajes, Carangas, Soras, and Quillacas. When the mitayos arrived in Potosi, they settled in the neighborhoods of the fourteen Indian parishes located on the slopes of the Cerro Rico and surrounding the city of the Spaniards in Potosi. The Indians of the Confederation of Charcas, the Caracaras, Charcas, Yamparas, and Chichas, from the regions of Chuquisaca and north of Potosi, were exempt from this terrible service because they had alliances with the Spaniards to dominate the Incas, at the beginning of the conquest. Upon the installation of the Andean republics, slavery of Afro-Americans was abolished in Bolivia and Peru, and the mita
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service was also abolished, thus putting an end to such terrible servitudes. The stealthy death Death came along these roads, stealthily as usual. It came with the diseases from Europe unknown in America. The epidemic of flu caused the death of thousands of Indians in the course of the first mita migrations. With the flu came other epidemic diseases such as measles, typhus, smallpox, which decimated the Indians. When the technology for processing silver ore with mercury was developed, another road was opened for stealthy death. The transport of quicksilver, mercury, the extremely poisonous liquid metal, caused numerous deaths among those who mined it, those who transported it and above all those who mixed the silver ore with the mercury. At first the loads of mercury came from Almadén, in Spain, and after a long sea voyage climbed to the highlands, to Potosi and Porco, for processing the silver ore. Mercury was brought from Almadén until those mines gave out. When the mercury mines at Huancavelica were discovered and exploited, a new focus of death was created, that of the Indians who mined that poisonous fluid metal. By then, that ore was carried in special leather bags, on muleback, from Huancavelica, through Cusco, to Potosi. A parallel route was made by sea. The mercury was brought down from Huancavelica to the coast. From there it was shipped to the coast close to the city of Arequipa or to the ports of Arica or Cobija, further south. From these seaports the mercury was loaded on droves of llamas or mules and taken to Potosi. When the mercury arrived at its destination, cakes were made at the works,
containing silver ore and mercury, in the form of thick paste. The cakes were then burnt in furnaces heated by firewood and wind, which originated the quechua name of huayras given to the towers. The vapours of mercury that rose leaving the silver metal caused many deaths among the Indian huayradores, or furnace operators. The roads of oppression and of the ideas of liberty The terrible and misguided enlightened despotism of King Charles III and his successors oppressed and taxed the Americans heavily. As a result of mistaken decisions, they broke down the system of economic and social relations by moving the Audiencia of Charcas to the Viceroyalty of Buenos Aires. In addition, the oppression of the Indians led to the risings of Tomás Catari in Chayanta, north of Potosi, in 1779, of José Gabriel Condorcanqui “Túpac Amaru II”, in Cusco, and of Julián Apaza “Tupac Catari”, in La Paz, in 1780 and 1781. Repression was cruel and bloodthirsty. Notwithstanding, the seed was sown of the later struggle for American emancipation from the Spanish Crown. Along these roads travelled the ideas born with the encouragement of the Jesuits at the Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, where the Higher Peruvian syllogism was formed, the core of the ideas of liberty and emancipation. In 1800 these ideas travelled from La Plata to La Paz, and from La Plata southwards, with Cornelio Saavedra and the founders of the Argentine Republic in 1810. Paradoxically, the sense of territorial autonomy of the administration of the Audiencia of Charcas was the niche of resistance, royalist as well as regional and autonomous, against the liberating armies.
Along the provincial and local roads, guerrillas harassed the regular forces of the recently modernized Spanish army. Manuel Asencio Padilla and his wife, doña Juana Azurduy, in Chuquisaca; the Lanzas, in the Valleys of La Paz; the Arces and Drummer Vargas in those of Ayopaya, and Mizque, in the region of Cochabamba, waged a war with no quarter and no victories. Later, with their support, three Argentine expeditionary armies could come in from the south, commanded by Castelli and Belgrano, and were unable to reduce the bastion of the Audiencia of Charcas. That is why General José de San Martín, with another army, crossed the Andes and liberated Chile, where Bernardo O’Higgins founded a new republic, and continued north and liberated Peru. Finally, after 15 years of conflicts, along the roads of the north would come the libertarian armies headed by Antonio José de Sucre and Simón Bolívar, who would be the first president of the new Republic. Shortly afterwards, in 1825, advancing along various roads, the deputies arrived in La Plata and, having met in an assembly, elected to separate from the Spanish Crown and founded a new independent republic. The roads of the believers The roads and routes that are made for a purpose end by serving many purposes. The roads intended for the transit of maize, potatoes, coca, quicksilver or silver metal were also useful for believers to travel from the places where they had their homes or their permanent work to the places for worshiping the divinity. Copacabana was a site of religious pilgrimage long before the coming of the Spaniards to America. On the one hand, priests travelled carrying devotions and worships, such as that of Pachacámac, along the coast of the Pacific Ocean south of Lima,
the Chucuito village at the “Chucuito” lake (known today as Lake Titicaca), as far as the silver mountain of Potosi, the Súmaj Orco. The return of the Incas from Cusco to Copacabana and Titicaca Island (today Island of the Sun), besides a war of conquest, was a religious pilgrimage to the mythical place of origin. That is why they built palaces there like La Chincana and Pilcocaina, and in Copacabana they built houses for the members of the family panacas (descendants of the same lineage), of Cusco. Later, shortly after the image of Our Lady of Candlestick, the work of Francisco Tito Yupanqui Inca, was enthroned in the parish church of Copacabana in 1583, when the image became known among the Indians as miraculous, the place was to become a site of pilgrimage from distant places. In time, the magnificent sanctuary that we know today would be erected, together with the Hospedería de Indios (Hostelry for Indians) and the Hospedería de Españoles (Hostelry for Spaniards), which still exist and serve to welcome the pilgrims of faith. Pilgrims were to come from distant places, such as the bandeirantes and traders of Rio de Janeiro, in Brazil. Today Copacabana is still a place of constant pilgrimage, especially, however, on the feast days on 2 February and 6 August. Although the Virgin of Copacabana is the patroness of Bolivia, the largest number of pilgrims who come to venerate her and pray for her favours come from Peru, from the areas of Lima, Arequipa, Cusco, and Puno. Cocharcas also became a place of pilgrimage since the Indian Quimiche took an image from Lake Titicaca to the central sierra of Peru, where another great sanctuary was built, which continues to welcome devout followers of the Virgin. The roads are travelled to different destinations following different devotions. The sanctuary of Quillacas in Oruro summons about one million pilgrims yearly, and the
veneration of the Apostle James, in Quime or Guaqui, summons pilgrims from as far away as San Francisco, California. Other devout faithful take the roads to worship the Lord of Earthquakes in Cusco, every Holy Monday, or the Lord of Huanca in the high mountains of Cusco. The image of Lord of Miracles in Lima may be the one to summon the largest number of pilgrims each year from all over the continent, including those who make promises to him without necessarily coming to his feet. For many years now, believers from the regions of Oruro and Potosi, escorted by musicians and dancers, come each year to venerate and celebrate the Virgin of La Tirana, in the Andes Mountains in Chile. All these believers and pilgrims are the heirs of Faith in Christ and His mother, the Virgin Mary, and bear trustworthy witness to the evangelization that the Catholic Church conducted in America. The iron roads and new routes After centuries of using roads for pedestrians and auquenidos, later converted into bridle roads along which went travellers on foot, droves of llamas, asses, mules, and horses, and even horse-drawn carts, at the end of the 19th century roads began to appear, made of iron, along which ran huge beasts of steel, smoking and puffing, pulling long cars chained to each other. These trains, which rode on parallel iron rails, along ways with controlled gradients, an expression of technological modernity, began to appear in Argentina, Peru, Chile, and Bolivia. They could run for long distances, fed only with water and coal, and were capable of carrying large quantities of cargo. Either in bulk, such as minerals and grain, or packed and also carrying passengers.
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The first railroad operated in Copiap贸, Chile, in 1851. This was followed, some years later, by the Antofagasta-Uyuni railroad, built in 1881, with a branch line to La Paz; the Arica-La Paz railroad, built between 1906 and 1913, or the one that joins La Paz, Oruro, Potosi, Villaz贸n, La Quiaca with the Argentine railroad network that travels south to Buenos Aires, or the eastern network that goes from Oruro to Cochabamba, Santa Cruz, Corumb谩 and branches out to join the railroad network of Brazil. The Trans-Andean Mendoza-Los Andes railroad, which is now interoceanic and travels from Valparaiso to Buenos Aires, or the varied railroad networks of Peru, particularly those of the centre and south that leave from Lima and pass through Arequipa, Puno, to Cusco, and others. The railroads, which crossed the Andes at several points, gradually replaced the droves of mules and llamas, and the craft of drover became redundant. New towns and posts were founded and grew around these iron roads and the towns of the drovers of mules and llamas were gradually abandoned. At the end of the 19th century, following the invention of the automobile, new vehicle roads were laid out, mainly following the prehispanic and colonial roads, though introducing variants, given the requirements of the vehicles circulating on them. By the second half of the 20th century, these roads were wider, with several lanes, asphalted, with bridges over rivers, avoiding fords. Today we speak of the Pan American Highway that passes over the entire continent from north to south and vice versa, or the interoceanic corridors that cross its width at various points and latitudes. The new roads also gradually created new forms of communication and social relations. Many old towns partly moved closer to the new roads, while other died out because of the long distances
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that trucks, buses, and automobiles were capable of covering, rendering unnecessary the stages of walking on foot of the old travelers or drovers and their droves. Huge trucks began to circulate over them, sometimes with a trailer, carrying diverse cargo and sometimes closed and sealed containers that are left at ports also by immense ships, to their destinations anywhere on the continent. These are the roads that we can travel today and very rarely do we meet droves of animals and their drovers, with their cargo full of culture and symbols, or pass through towns, sometimes lost in the vastness of the altiplano or among the twists and turns of the inter-Andean valleys, almost ghostly, with few inhabitants, presided over by immense and beautiful churches erected by the faith of the men of the past. When we travel over the present roads in the middle of desolate spaces, it is hard to realize the intensity of the flow of individuals, ideas, goods, and products that circulated along the pre-Hispanic and Colonial roads, proportionately much more intensively than those of the present republics. Today, when we also travel along the modern corridors of the air, which in a few hours link distant points in different continents, it is hard to imagine how much the roads of the past meant, such as the silver roads. La Paz, October 2011. Pedro Querejazu Leyton
Academia Boliviana de la Historia Bolivian Academy of History
PERu
became consolidated in 1686 when cacique Lorenzo Ramos acquired land in the surrounding area for the Indians to build their homes.
Texts roberto samanez argumedo
Built facing a spacious square, the church is remarkable for the originality of its classic composition, as manifested by an emphatic triangular tympanum, with a main portal in three sections flanked by two others, resulting in a basilica plan with three entrances. In the second section of the main entrance, on either side of the choir window there are mortised pilasters featuring male figures with bare torsos and wearing togas, bearing an Ionic capital on their heads. A Mannerist expression representing the god Terminus of Roman mythology, protector of the bounds of a property.
church of sAN SEBASTIÁN DE HUANCAVELICA
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uancavelica is located in the central Andean area of Peru, 457 kilometers from Lima, at an altitude of 3 676 meters. The territory was occupied by the Chavín culture followed by the Wan empire. The Chanka domains ruled the region and faced the Inca hegemony; they were defeated and added to the Tahuantinsuyu. In the second half of the 16th century, the crown fostered the search for mines of mercury, or quicksilver, as it was then known, for amalgamation with silver, in order to obtain more ore at a lower cost. Deposits at Huancavelica were discovered in 1557, leading to substantial profits for mining operations in the viceroyships of Peru and New Spain.
The tower in three sections rises on the left side of the front, with belfries on the second level and a bell tower at the top. The interior has a central nave and two side aisles, not very wide, separated from the chancel by a Moorish arch. The arches of the main chapel and those of the side sacristies are remarkable for their quality. At the foot of the church there are two chapels, the one on the right side being devoted to Our Lady of Carmel and the opposite one serving as a baptistery. Two remarkable Renaissance altarpieces can be seen within the temple, together with pulpits on each side of the high altar and the main pulpit of wood ornamented with carvings in bas-relief.
CHURCH OF SANTO DOMINGO DE AYACUCHO
The town was founded in 1571 under the name of Villa Rica de Oropesa and boomed at the time of the mining splendor. Its economic significance led to its becoming the seat of a Corregimiento. At the end of the 16th century, chronicler Martín de Murúa wrote that “the town belongs to wealthy people who spend money prodigally and in excess . . .” The most numerous sector of the population were the Indian workers. Many came from neighboring territories, but some from as far afield as the province of Chumbivilcas in Cusco. The toxicity of the mercury caused a high incidence of disease and death among them. They lived in quarters separate from the center of the town and San Sebastián was one of such Indian parishes situated west of the city. This church was the second to be built early in the 17th century and
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he old city of Guamanga, founded in 1539 as a midpoint between Cusco and the capital of the viceroyship, changed its name to Ayacucho at the beginning of the Republic. It is located in an arid area of the Andes, 558 kilometers southeast of Lima, at an altitude of 2,761 meters above sea level. In the formative period the Huarpa culture developed in the
region and later was the origin of the Wari empire. Centuries later, the Chankas dominions took over the territory, faced the Incas, and were defeated and conquered by the victorious Pachacutec Inca Yupanqui. One year alter the Spanish foundation, the first Dominican priests came and in 1542 they were allocated land to erect a church and convent. In a report of 1586, it is described as “an old and damaged church”. The present edifice, in Baroque style, was erected in the early 17th century. Its plan is shaped like a Latin cross, roofed with a half-barrel vault and dome supported by a double drum at the crossing. The church is in a corner facing a small square; it has an atrium in front and a side recess, allowing a view of its volume in stone and lime, emphasizing the dome covered with glazed tiles. At the corner of the two streets defining the space occupied by the church there is a fluted column on a pedestal ending in a cross on the capital. It was once the rollo, a symbolic milestone marking the spot where justice was once meted out. On the opposite side of the atrium there is a massive free-standing tower, of stone in the lower section, topped by two other sections of masonry forming a slim belfry. The front facing the atrium has a gallery with three arches supported by pillars and a vault-shaped covering, on top of which there is a roofed gallery held up by wooden stanchions. It is an open chapel or “Indian chapel”. The front of the church rises behind the galleries and higher that they, ending with a curve following the shape of the half-barrel vault. Numerous pinnacles border the stepped upper capping. On each side there is a low tower with openings for bells. Inside the church the high altar has two sections and three divisions; its style Is Baroque, carved in wood and covered with gold leaf, taking up the full height if the wall. There is an image of Our Lady of the Rosary flanked by excellent carved figures representing Saint John the Baptist and Saint Luke. Two altarpieces from the second half of the 17th century can be seen in the arms of the crossing; they are valuable for their quality and antiquity. The church of Saint Dominic is the distinguished venue of religious celebrations in the calendar of feasts in Ayacucho.
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CHURCH OF SAN PEDRO DE ANDAHUAYLAS
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outheast of the Andes, among tall mountains and steep slopes, the town of Andahuaylas stands at an altitude of 2,926 meters above sea level, 801 kilometers south of Lima. The territory once formed part of the empire of the Wari people. In the Late Intermediate Period the ruling Chanka domains, facing Inca superiority, were vanquished by Pachacutec Inca Yupanqui. Early in the Spanish conquest, Francisco Pizarro, marching from Cajamarca to Cusco in 1522, founded San Pedro de Antahuayla, a native word meaning “copper-colored sky”. He granted his companion, Diego Maldonado, the encomienda with the lands and associated rights of way. The place became a department of the Intendencia of Huamanga. In the second half of the 16th century, interest in mining led to the establishment of a corregimiento in Andahuaylas, in order to supervise the supply of labor and food products to the mines at Huancavelica. Construction of the church dedicated to Saint Peter was begun in the second half of the 1560s and lasted for more than a century before completion. It is one of the oldest examples of Renaissance architecture in the Peruvian viceroyship. Its proportions are notable; it has a single long nave roofed with wood and tiles. The apse is plain outside and chamfered inside the chancel. It is built of hewn limestone visible in the outer wall rising along one of the sides of the square. This front has three tall buttresses and a simple side entrance with an arch decorated with rose windows in the arquivolte. In front of one of the buttresses there is a stone cross of striated circular section, contemporary with construction of the edifice. At the foot of the building there is a single tower on the Epistle side. The tower has a single bell on each of its sides and is covered with a roof in pyramid shape. In addition, it has a helicoid staircase for access from ground level where the baptistery is located, roofed with a ribbed and coffered vault, confirming the antiquity if the church.
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The portal of the main front, to the left of the tower deserves special mention. The logic of the architectural composition was intentionally altered: the width of the second section was reduced and the axes of the columns were distributed in unusual modulation, arising from the anti-Classic attitude of Mannerism.
when the Order had agreed that it could no longer ignore the taste for sumptuousness marked by the Baroque style. The authorities of the Order altered their view of the modo nostro, their way to conceive buildings, to abandon the earlier austerity explaining that it was not necessary in the house of God.
The portal is composed, in the first section, of a wide central entrance containing the access leading to an arch and flanked by mortised pilasters The side divisions are narrower and have niches on sills adorned with shells and topped with brackets and moldings. Four slim striated Ionic columns separate the three divisions of the lower level. The entablature of the first section is interrupted to make room for the second section, which takes up only the length of the central division. There are two twin windows topped with arches, separated by a mullion in the shape of a column with balusters on a pedestal.
The Cusco church was built on a Latin-cross plan, with chapels on both sides of the nave and two large towers at the foot of the building. The nave covered with rib vaults was conceived with chapels in the transept ending in a broad cross aisle covered by a drum dome. Viewed from the outside, the building is exceptionally tall, its towers rising to nearly twice the width, making the whole slimmer and underscoring the size of the altarpiece portal, as tall as the bell towers.
CHURCH OF la compañía de JESÚS
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he Jesuit Order was the last religious order to come to the West Indies and arrived in the Peruvian Viceroyship in 1568. Three years later, they transferred to Cusco with the retinue of Viceroy Francisco de Toledo. With the decided support of the latter, they obtained from the Cabildo or municipal council the grant of a privileged site on the main square, which had been previously occupied by the Inca temple of Amaru Cancha. They began to build their first church in 1597. It had a single nave made of mud bricks and covered with a wooden structure. After the earthquake that shook the city in 1659, it was decided to demolish the church and replace it with one in consonance with the importance of the city. The new church was conceived as an ambitious project in the matter of size and outer volume. The Jesuit Order wished to emphasize its importance upon accomplishing one century of presence in the viceroyship. As customary, the project was sent to the Mother House in Rome and arrived there at a time
The main altarpiece of the chancel is reproduced, carved in stone, outside the temple. The rich combination of columns, niches, and architraves is notable, its effects of light and shadow emphasized by the great curved cornice surrounding the towers. The altarpiece front flanked by bell towers is the focus of attention in the urban setting of the square. The side chapels and beautiful carved stone front of the neighboring Jesuit school complement the composition in a masterly way. The building reflects great stylistic unity, despite the intentional verticality of the whole, which was designed to overcome the lack of a raised atrium such as that of the nearby cathedral. When the church was inaugurated in 1668, the Jesuits sought to convey a message in praise of their congregation, by showing a painting representing the union between the Inca and the Spanish traditions in the person of a descendant of the founder of the Order. The work shows the marriage of the Inca princess, a descendant of the leader of resistance to Spanish domination, to a nephew of Saint Ignatius Loyola.
CHURCH OF san jerónimo
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he town of San Jerónimo, located 12 kilometers south of Cusco at 3 209 meters above sea level, emerged shortly after the city was founded by the Spaniards and the settlements scattered about the area were concentrated in Indian villages. In the latter half of the 16th century the Order of Preachers (Dominicans) finished construction of the church. The church built by the Dominicans survives to this day; it is one of the oldest testimonies of the initial period of colonization. The open chapel at high level is worth noting; it was meant for celebrating mass for the congregation gathered outside in the raised atrium and the square. In this initial period the Indians, unused to churches, were reluctant to enter them. The front has a graceful gallery carved in stone, in front of the access portal, with the massive belfry to one side. The gallery resembles a loggia composed of three light arches on the first level and six smaller ones on the higher level supported by columns on pedestals. Liturgical rites were held here, in front of a niche containing a representation of the Immaculate Virgin. One of the attributes of this icon, which is represented as treading on a serpent, was replaced by a mythical serpent with the head of a puma. The church has a single long nave with mud-brick walls holding up the roof of round wood sloping in both directions and covered with glazed tiles. The access portal is shaped like a triumphal arch and decorated with wall paintings. Close to this access the choir loft rests on a gallery of three stone arches, The chancel is higher than the nave and has a chamfered apse containing an exceptional testimony of the 16th century in the high altar of stucco lined with gold leaf. When the Baroque held sway in the 18th century this altar was abandoned and another made of carved and gilt wood was placed on top. In the course of restoration conducted in the last century, the Baroque altarpiece was moved to a side chapel. The gable of the choir loft preserves wall paintings of the 16th century in a Renaissance frieze featuring in its center the coat of arms of the Dominicans. The triumphal arch separating the nave from the chancel, as well as some sectors of the walls and window-frames, also preserve segments of paintings that bear witness to the interior polychromy of the church.
CHURCH OF san pedro de ANDAHUAYLILLAS
replaced by the present one of Baroque inspiration. The walls of the nave decorated with wall paintings were covered with large canvases dealing with the life of the Apostle Peter, in gilt frames ornamented with twisted columns. In its four centuries of existence, the church has collected a significant artistic legacy, embodied to a significant extent in the architecture itself. This heritage required priority restoration, which the parish has been performing with contributions from an international foundation. The church remains open for visits and worship while the works are going on.
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ocated 42 kilometers to the south of Cusco, at an altitude of 3,198 meters above sea level, the settlement of Andayhuillas occupies part of the territory comprised between the basin of the River Vilcanota and its tributary, the River Lucre. With the rise of Inca culture, the domains of the area were subdued and the colonial administration subsequently included them in the Corregimiento of Quispicanchi. In 1572, San Pedro de Andahuaylillas was founded as a “reservation town” and concentrated seven different Indian groupings. The church was built according to the customs of the time, with a long nave separated from the chancel by a triumphal arch. At this point the chancel ceiling was raised to make space for paneling. Construction of the temple included stone foundations, mud brick walls and roofing of round wood assembled with torque and knuckle, covered with glazed tiles. At the foot of the church a brick portal was built composed as a triumphal arch with four sets of pillars, which supported the open chapel. The portal is conceived in the shape of a wooden gallery running across the entire front and facing outward, to bring worship out of doors on feast days. A massive two-section tower rises on the right side of the nave. Initially, the church was in the care of secular clergy and the parish priest, as from 1613, was the renowned linguist Juan Pérez de Bocanegra, under whose rule the decoration with wall paintings covering all the spaces of the interior was completed. The artist was Luis de Riaño, a disciple of the Italian painter Angelino Medoro. Among other works he executed the Renaissance portals painted beneath the choir loft, one of them bearing the ritual words of baptism in Latin, Spanish, Quechua, Aymara, and Puquina. The two most notable wall paintings are found on the wall of the entrance, depicting The Way to Heaven and The Way to Hell. At the end of the 17th century, when the doctrina was run by the Jesuits, the church was remodeled and the high altar of gilt stucco was
CHURCH OF HUARO
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he town of Huaro is 45 kilometers south of Cusco, at an altitude of 3,220 m above sea level. About AD 700 the Huaro culture expanded to the Huaro valley and settled in the location of the present town, before the urban settlement of Pikillacta was erected. Following its decline other local peoples occupied the area and were subsequently annexed by the Incas. Following the Spanish occupation the doctrine of Urcos was established including the annex of Huaro, then known as Guaroc, and was based on the Indian reservation of the 16th century. The church was built at that time. Its atrium is at the same level as the square and it has only one aisle and a chancel separated by a triumphal arch. At the opposite end there is a choir loft with wooden beams resting on stone arches. The roof is of pieces of round wood assembled with torque and knuckle. The Moorish paneling of the chancel is one of the oldest with hip and cloth decorated with ribbon and headless nails, featuring pendant keystones. The outer treatment is simple, focusing on the thickness of the walls and an austere Plateresque portal with pairs of columns with niches between them. The upper part has a niche topped by a triple arch ending in an image of Almighty God. To one side the cube-shaped base holds up the bell tower built of stone with three superimposed rows of arches.
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The church is renowned for its frescoes of iconographic value executed in the late 18th century. Particular interest attaches to the painting of the triumphal arch representing St John the Baptist with the doctors of the church. Beneath the choir loft the paintings are distributed among six panels depicting the Last Things (death, judgment, hell and glory) and other compositions on death. Special interest attaches to the “dead tree” and the “death of the poor man”, set in the main square at Cusco, The most remarkable is the one representing hell with a number of the damned suffering torments. The paintings on the cloths of the ceiling on the life of the Virgin Mary and the saintly evangelists have a central panel showing animals representing Christian virtues. The lower row contains fruit and flower arrangements. Another handsome painting is located in the choir loft, where pairs of twisted columns appear to hold up double tie rods of the ceiling structure. Among the columns there is a man in Moorish dress carrying a basket of fruit on his turban. A remarkable composition is seen in the nave close to the choir loft; it shows a skeleton carrying a scythe and an hourglass, and having at its feet a papal tiara, a bishop´s mitre, a royal crown, and soldiers´ helmets. It is a symbol of the vanity and brevity of life. Such scenes and the sermons that explained them left their mark on the faithful in the period following the stage of catechesis and conversion to Christianity.
CHURCH OF CHECACUPE
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ocated 100 kilometers south of Cusco and 3,585 meters above sea level, Checacupe occupies part of the basin of the River Vulcanota. In the pre-Hispanic period, the area was inhabited by the Casas and Canchis ethnic groups. The Incas, in their expansion, conquered them and following the Spanish conquest the territory was recovered for both groups. The intendencia of Cusco, set up in 1768, included the department of Casas y Canchis.
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The town of Checacupi, as it was then called, arose in the second half of the 16th century when the Indian village was formed grouping the scattered Ayllu people. Because of its location beside the High Road leading to Alto Peru and its links to the subsidiary settlement of Pitumarca, which furnished access to the grasslands around Mount Ausangate, the doctrina became particularly important. In the 17th and 18th centuries it became the main wool processing and weaving center. It also supplied Indian labor, as Indians were required to work in the mines at Potosi and Cailloma. In the late 17th century, the doctrina had 1500 faithful and as the parish priest reported to the bishop in 1689, the church “is painted and gilded all over with other jewels recorded in the books . . .”, referring to the astonishing interior decoration of the church carried out since the preceding century. The building was planned with a single long nave enclosed between tall mud brick walls. A triumphal arch separates it from the chancel, the latter being taller to make room for a paneled ceiling. At the other end of the church there is a choir loft built on wood beams supported on brackets. At Checacupe the ornaments introduced by Italian artists who came to the viceroyship in the 16th century are exceptionally well preserved. The chancel treasures paintings in temper on the hips of the paneled ceiling, representing the Annunciation; others show half-length paintings of the twelve apostles, in a magnificent rendering. The higher panels have symbols of Jesus and Mary interspersed with figures of pagan origin moralized during the Renaissance. The Moorish influence is visible in the tie rods and star-shaped almizate, with two boss keystones hanging. Beneath the choir loft there are wall paintings depicting the martyrdom of Saint Lawrence and Saint Sebastian, with half-naked characters whose anatomy is correct and expressive, characteristic of Humanism. Another scene shows the Apostle James the Greater in the battle of Clavijo against the Moors. On both sides of the wall at the foot of the church there are hermit saints, to recall the value of fasting and penitence. Saint Anthony Abbot is depicted with two donor clerics, as a reference to the fact that part of the church rents was devoted to the Seminar of the same name in Cusco.
CATHEDRAL OF San francisco de AYAVIRI
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o the north of the extensive Collao plateau, the village of Ayaviri rises in the midst of the high Andean plain covered with ichu, the gramineous plant characterizing the plains of the puna, at 3,900 meters above sea level. It was once an ancient pre-Hispanic settlement of camel shepherds overcome by the Incas in their expansion towards the Collasuyu. At the beginning of the Colonial period, the area was granted to don Juan de Pacorbo as an encomienda and during the term of the fifth Viceroy of Peru, Francisco de Toledo, an Indian reservation was set up there, which originated the town that came later. The first church, built of mud bricks and thatched with straw was dedicated to Saint Francis of Assisi. The doctrina of Alavire, as it was then known, was part of the diocese of Cusco. Bishop Manuel de Mollinedo, who included Alavire in his pastoral visit in 1674, described his hazardous journey to such a far-off place and his decision to rebuild its church. The works began in 1687 based on a project by Captain Hilario de Villeta. There was great harmony among its various sections, with a long nave and transept covered by a dome supported by large arches carved in stone. At the opposite end, twin towers frame the altarpiece front of the church. The half-barrel vault built of hewn stone supported by formerets was a later work, constructed during the reforms of the 18th century. Lunettes are pierced in each section of the vault to admit the light. On the outside, the Baroque concept of Cusqueño origin is evident in the sunken portal between the cubes of the towers, comprising three sections and three recesses ornamented with Corinthian columns in different positions, expressing the characteristic movement of the style. Decorative panels with stylized flowers and quadrifoliates enclosed in circles complete the decoration. Inside the church, the large paintings on canvas lining the walls of the nave are remarkable. The name of the
artist and date of the works are given on one of the latter as follows: “Ysidoro Francisco Moncada, Master and Bailiff of the Art of Painting of the Great City of Cusco, having finished working on the canvases of all the pictures of this church on the 9th of April 1768.” The church of Ayaviri, declared a National Monument in 1941, was raised to the status of Cathedral when the Prelature was created in 1959. Since the church was built, the Virgin of Alta Gracia is venerated there, a tradition originating in the town of Mocomoco, in Bolivia, and giving rise to extensive celebrations each year in the month of September.
CHURCH OF santiago apóstol de LAMPA
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he settlement at Lampa lies in an open valley, almost undistinguishable from the altiplano surrounding it. It is 83 kilometers northwest of Puno, at 3,905 meters above sea level, in an area that was once part of the Qolla and Lupagas domains until it was conquered by the Incas in the course of expansion towards the south of the continent.
The present church of Lampa was built and dedicated to the Apostle James between 1878 and 1885. The floor plan is in the shape of a Latin cross with a dome over the transept. Differing from the Cusco churches with the same plan, it was decided to build a separate tower as was traditional in the region. Structures of wood, cane, and stucco were erected to cover the nave and chapels with a false vault. One century after it was finished, the roofing was again taken down to introduce stone arches with gables as support for the wooden beams. The false vaults were retained as well as the outer roofing of glazed ceramic tiles. In 1777, when this work was finished, ornamental stone pinnacles were added, giving the church its characteristic outline. On the outside, stone arches cover both the side entrance on the gospel side and the portal at the foot of the building. Both are treated as altarpiece portals with crosspieces and ornamental columns and architraves. At the front entrance there is a shield showing mermaids holding a bracket with the monogram of the Virgin Mary. Last century a benefactor, owner of mines and senator of the Republic, added a chapel to the nave, containing a crypt crowned by a replica of the Pietà by Michelangelo. The controversial addition has become a tourist attraction.
chuch of SAN PEDRO DE JULI
At the beginning of the colonial period, the area was part of the encomienda granted to conquistador Rodrigo de Esquivel, whose descendants joined the aristocracy of Cusco when they became marquises of Valleumbroso. An Indian reservation was created in the second half of the 16th century and developed into the town of Lampa. The bishopric of Cusco had jurisdiction over 28 doctrinas in the Collao highlands including Lampa. On his first pastoral visit, Bishop Manuel de Molinedo y Angulo went there and saw that the old church was in poor condition. Four years later, in a letter to the King, he reported that the church “because it threatened to become a ruin, is being rebuilt.” Molinedo carried out an extensive program of construction and renewal of churches, applying new architectural and construction methods, in order to revitalize pastoral work in his diocese.
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ighty kilometers south of Puno, on the shores of Lake Titicaca at an altitude of 3,870 meters above sea level, stands the ancient town of Juli. The missions of the Order of Preachers (Dominicans) settled there in the first half of the 16th century, on the western side of the lake, to convert to Christianity the Lupaga ethnic groups. The Indian reservation of Juli was created in 1565 and the order set about building temples in the parishes of San Pedro, San Juan Bautista, Asunción, and Santa Cruz.
Discontent over the missionary action of the Dominicans influenced the decision of Viceroy Francisco de Toledo to have the Jesuit order take over the doctrina from 1576. Located in a densely populated area, the parish became the great doctrinal center of the Collao area and Juli became known as the “Indian Rome.”. Initially, the Jesuit mission cared for ten thousand people, whose numbers had increased by the end of the 16th century. A printing press was set up in 1612 which printed vocabularies and prayer books in the Aymara language. The first church built by the Dominicans was dedicated to Saint Thomas. It was finished by 1567, a decade before the coming of the Jesuits. When the latter took over the doctrina, they changed the appellation to that of Saint Peter and introduced major changes to the layout. Construction of the Baroque portal in the front was completed in 1621, featuring two sections and a single central entrance. The most important modifications came about in 1760 and 1767, shortly before the expulsion of the Jesuits from the entire Spanish empire. The inventory that was drawn up on that occasion, referring to the nave, records that “this vault is new with beautiful cornice work and all in stone.” The work had included reconstruction of the nave with pillars forming niche chapels on either side. The single tower was also erected at that time with two openings for bells and topped by a dome in the style of the Cusqueño towers. When the new stone nave was built, the vault at the vault at the crossing was made of cane, wood, and stucco. Inside, the side chapels of the nave are richly decorated with altarpieces, sculptured images and paintings on canvas, even surrounding the pillars. Many of these works of art were transported there as other churches of Juli decayed. Wall paintings of the 18th century are preserved in the baptistery and there are similar paintings in the chapels along the nave. Today San Pedro is the sole church in the locality to perform liturgical rites, for the other three were in ruins and were recovered for purposes of cultural tourism.
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CHURCH OF SANTIAGO DE POMATA
The vault of the chancel shows another symbolic representation; it features a mermaid in high relief playing the charango. She represents evil and recalls the temptations of the world. She is associated to the myth of the fish-women who sinned with St Bartholomew, one of the apostles of Jesus. For this reason, she is frequently represented in the Baroque churches of the coast.
CATHEDRAL OF PUNO
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ocated on the west bank of Lake Titicaca, 3,810 meters above sea level, the ancient town of Pomata was part of the archbishopric of La Plata and later of the diocese of La Paz. The primitive church ruled by Dominicans was replaced by the present building, begun and finished in the second half of the 18th century. Undoubtedly, it is one if the major churches of Peru, notable for its remarkable composition and mestizo Baroque decoration.
he altiplano area of Lake Titicaca benefited from the discovery of silver mines early in the 17th century and again with the finding of the mines at Laicacota. The prodigious wealth obtained and the differences among the peninsular Spaniards from rival regions of Spain fed disputes that led to a social conflict. The Viceroy, Count of Lemos, acted to resolve it ordering the execution of those involved and having fire set to the settlement that had arisen close to the deposits.
Inside the temple, the main altarpiece is handsome and richly decorated. It has three vertical divisions and two sections ending in an attic which follows the curve of the vault. Double twisted columns complement the divisions.
In 1788, when Puno belonged to the diocese of La Paz, the poor condition of the unfinished building and the need for repairs were reported. Thanks to a substantial donation from a lady mine owner, the church was completed in 1784. It had been planned for the town as it was in the 18th century, which is why its size is not what might be expected of a cathedral. That status was granted in 1867 when the bishopric of Puno was created.
The carved and gilt dolphins on the ornaments at the ends are most interesting. These beings have a trunk and pointed teeth, and each has a pineapple hanging from its mouth. They resemble the mythological creatures represented on the ceramics of Tiahuanaco. Their presence in cave topics is a symbol of resurrection.
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The ground plan is shaped like a Latin cross, the interior columns support transverse arches on which the barrel vault rests; niche chapels are formed on either side of the nave. In the transept, the dome has four windows that shed light on delicately carved stylized angels resembling garlands engaged in a circular dance. The pendentives are also embellished with a fine lacy carving of vases and foliage. Also for its single tower in Cusqueño style and the dome crowned by a turret. The simple back entrance built under a great arch contrasts with the significant side portal, which is crowned by a semicircular attic. The decoration is highly creative, containing figureheads with feline features on the pedestals and including Atlants, cherubim, chinchillas, pumas, birds, even a representation of the sun, an item forbidden by the Dominicans. In addition, there is a two-headed eagle, its heads crowned, the heraldic motif of the house of Austria.
In 1668, to complement these measures, he founded the town of San Carlos de Puno as capital of the province and Seat of the Royal Treasury. Construction of the church began shortly after the foundation and very soon alterations were introduced; the project was modified by segments in order to obtain a more important building. With the discovery of the mines at Carabaya the miners’ contributions for continuing construction of the church increased.
The church repeats the patterns of the cusqueño Baroque, with twin rectangular towers and one opening for
bells on each side, topped with a dome and lantern. As usual in the area, slim pinnacles adorn the four corners of the tallest part. The successful design with all its components studied and proportionate, is evidenced in the pilasters at the sides of the nave, which barely stand out. They support the formerets of the half-barrel stone vault, which are lighter in the interior and made to coincide with the outer buttresses that give character to the austere side walls and importance to the outside volume. The altarpiece front is undoubtedly the most remarkable component. The portal has three divisions at the first level topped by a trefoil arch. The bas-relief work includes a profuse decoration of mermaids, cherubs, child Atlants, quatrifolias and foliage covering the entire surface. The work covers the columns, the entablature, and the niches in a masterly expression of mestizo Baroque.
Bolivia Texts Lucía querejazu escobari
church of Copacabana
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he church of Copacabana is located on the shores of Lake Titicaca in a spot that has been a place of worship for more than one thousand years. The idol Copacawana, a divinity associated with water, was worshiped there. The place survived for the duration of the Inca government. Upon the coming of the Spaniards, however, a parish was founded there; later, Francisco Jiménez de Sigüenza would build there the church that harbors the miraculous image of Our Lady of Copacabana. The church was planned in the shape of a Latin cross with a tower and a vast atrium where the four posas chapels are preserved, as well as a monumental miserere chapel, of handsome construc-
tion, between the atrium door and the side door of the church. Construction began in 1631 and ended in 1651. It is remarkable that the Indian open chapel, backed by the main structure, is preserved. The name of the chapel means that the priest could preach from it to the congregation in the process of evangelization, who attended worship in the atrium and outside the church. Chapels of this type were employed because of the vast numbers of the faithful, but also, as they were not yet fully admitted to the faith, it was found preferable to conduct indoctrination in such fashion, so that when they were completely familiar with their new religion, they might enter the church and join the body of participating colonial society.
other means of transportation blessed by the priests of the church. The celebration is held at the door of the atrium, where the interested parties park their cars and decorate them with flowers and small reed rafts, garlands of kantutas, sugar, rice, and cinnamon to receive the prayer of the priest and holy water of the church, after which small firecrackers are let off to celebrate the event. In addition, a band of velvet or woven in the colors of the national flag and richly decorated, reading “Blessed at Copacabana� may be placed inside the car as a souvenir and proof.
church of Guaqui
Today, this chapel is almost invisible in the building, because of the growth of the town and of the ecclesiastical construction itself. The original arches were walled over, and the original structure is no longer visible. In addition, the subsequent constructions were performed adjacent to the chapel, unfortunately disfiguring it. Nevertheless, the greater complex of the church, with its imposing atrium and convent, is one of the major cultural and artistic attractions in the region. Another outstanding component of the religious infrastructure of the complex is the convent cloister. Its arches have columns in Ionic style and each section is covered by a small dome giving the whole a special character. The main altarpiece, built around 1580, is completely gilt, with part of the central section worked in silver to protect the tabernacle, the monstrance, and the chamber of the Virgin. The image of the Virgin was made by the Indian noble and sculptor Francisco Tito Yupanqui, who traveled to Potosi to learn the craft. There he found inspiration in the image of Our Lady of the Rosary in the church of Saint Dominic and sculpted the miraculous image of Our Lady of Candlemas, which was subsequently enthroned in Copacabana in 1584. Five years later, the parish was given over to the Augustinian monks, who placed a painting of Saint Augustine on the high altar, on top of the chamber of the Virgin. The Virgin of Copacabana is highly popular all over the country and in the neighboring area of Peruvian territory. Our Lady is celebrated on two occasions every year; on 2 February, which is the feast of Our Lady of Candlemas, and on 6 August, national feast day of Bolivia, when people come to the church to have their automobiles blessed. With this blessing the Virgin will protect travelers. It has thus become traditional to have all automobiles, buses, trucks, and
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uaqui is located on the southeast shore of Lake Titicaca on the road from La Paz to Tiahuanaco. It is known for having been the port where goods came and went for trade with Puno, on the Peruvian side of the lake. To facilitate transport of such merchandise towards La Paz, a railroad was built connecting the town with the city. This privileged commercial condition fostered the growth of the town and reinforces its festivities throughout the region.
abound in decoration and gilt filigree. The details of the silverwork around the monstrance are striking; they are the work of the Indian silversmith Pedro Nanabi in 1796. The chancel contains four large important canvases by Juan Ramos, one of the major painters of the so-called Collao school in 1796. The set includes four triumphs; one of The Name of Jesus, The Triumph of the Holy Family, The Name of Mary and finally that of the death of James. Over and above the magnificent collection, the most important image in the church is that of Tata Santiago. In the Andean region, devotion to the image of Santiago Matamoros is deeply rooted because of its links to the pre-Hispanic divinity known as Illapa. The image of Tata Santiago of Guaqui is celebrated every year from 23 to 25 July, and is the object not only of devotion but also of profound reverence because, as the people say, he is an outspoken saint. In 2005, Tata Santiago was promoted general by the Armed Forces of Bolivia; as a result, he is no longer dressed like the apostle but in army uniform, wearing a hat and often carrying sunglasses, watches, and other accoutrements of a high-ranking military officer, everything worked in precious metals and rich cloth. For the feast, which grows larger and more crowded each year, the faithful from other areas and from the town organize groups to dance in the main square in homage to the saint. The latter, however, cares only for morenadas, dance of black people or people disguised as blacks, so the feast is mainly a parade of morenadas. On the twenty-fifth, the saint’s feast day, the faithful take the festivities on the lake and make offerings to him on rafts made of reeds.
The church of Santiago de Guaqui was built between 1784 and 1788. The primitive church arising from the first evangelization was torn down to build the great church now forming part of the town. The ground plan is in the shape of a Latin cross, with a single nave and a dome to close the crossing. Inside, the dome is decorated with wall paintings in temper depicting the four Evangelists on pendentives and floral foliage on the principal arch and parts of the chapels of the transept. Two great belfries frame a rather austere portal, with flower vases carved in the stone and helicoid pillars adorned with foliage climbing around them. All in the natural reddish hue of the stone in this area. The interior of the church shows fully developed mestizo baroque in the main altarpiece, the side chapels, the seventy-odd paintings and forty images assembled there. The carvings of the main altarpiece
church of Tiahuanaco
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he Tiahuanaco society seems to have become consolidated as a population concentrated close to the temples of the archaeological site around 800 B.C. By 500 B.C. the population was considerable and had grown larger than the neighboring societies, which
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eventually merged with Tiahuanaco. Its economy was based on high-altitude farming, applying Andean technologies developed in order to subsist at an altitude of 4,000 meters above sea level. Such methods included the use of ridges for controlled irrigation, which involved construction of longitudinal furrows surrounded by water, where plant growing proceeded under the environmental protection of water. However, the inhabitants of Tiahuanaco were already taking advantage of contacts with peoples from other lands to exchange high-altitude products for those of the valleys and the coast; the same reason accounts for their cultural expansion to other regions. It is estimated that at its peak, towards 800 AC, the ritual center of Tiahuanaco had a population of 30,000. Towards the end of the millennium the city was depopulated and the Tiahuanaco society was dispersed and mingled with new aymara migrations. The Spanish reservation for the Indians of the region was built very close to the ruins. To build the church, as part of a strategy for resymbolizing the space and the forms, numerous stones from the ancient temples were utilized. This explains why on both sides of the atrium door there are figures of sitting men of Tiahuanaco and why on the roof, as gargoyles, there are carved heads of pumas. On the outside, the church is of bare stone and has at its foot a tall tower with battlements, which is divided into two sections, one much wider than the other. This made it possible to arrange a kind of balustrade with battlements at the height of the belfry. The portal is austere; however, the bases of the striated columns are carved with figures of monkeys and masks of pre-Hispanic tradition. The church has a single nave and is roofed with two domes: one over the transept, the other over the chancel. The latter is painted all over with blue clouds and gilt segments where heavenly glory is represented with images of saints forming two circles around the central images of the Trinity and the Holy Virgin. The chancel, from floor to ceiling, is covered with paintings alluding to the life of the Virgin continuing the main altarpiece, baroque, completely gilt with a few pieces of silver in the monstrance. One of these paintings, completed towards 1660, is notable for being a portrait of the donors, the cacique MartĂn Pacsi Patti and his wife, who is wearing traditional dress with her head covered by a colorful lliclla or shawl.
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church of Laja
of the central division of the altarpiece continues to the second section forming a kind of canopy for the image of the Virgin, which is further surrounded by mirrors framed in silver. These pieces are the most baroque of all, for they are decorated with a profusion of flowers, as on the step, where one can see vases from which flowers emerge interspersed with cherubs, and the front where in the center of geometric decoration there is a heart surrounded by the words: in amandote deum fac vt ardeat cor meum (in loving Thee my God make my heart burn).
he town of Laja is located on the altiplano of the Department of La Paz south of Lake Titicaca and a few kilometers from the city of La Paz. The first foundation of La Paz took place there on 20 October 1548, by captain Alonzo de Mendoza, on the Aymara settlement of Laxa or Lappara. A few days later, however, the conquistadors decided to seek a place where the climate was less harsh to transfer the foundation. In any case, the place had to be at a midpoint between Arequipa and La Plata, so that it could serve as a base for the encomenderos of the region. As a result of the exploration, two days later, the city was transferred and founded again in the Chuquiabo valley, where it definitively remained.
Each year, on 8 December, the people of Laja celebrate the feast of Our Lady of Chilipampa, for which a folkloric entry is organized. These folkloric entries into the towns of the altiplano attract many people, for the images are profoundly venerated despite the fact that a major portion of the original population of the towns has migrated to the cities. As a result, on religious feast days, even more than on civic ones, the towns acquire a completely different appearance. Production of homemade bread is characteristic of feast days, but it is also taken to La Paz for sale.
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The church of Laja was begun in the 16th century, but was remodeled later, as from 1680. It is built entirely of stone from the area. The ground plan is shaped like a Latin cross forming a crossing closed by a dome covered on the outside with green tiles that make it visible from a distance. The ceiling is a barrel vault in stone. And so is the dome, which from the inside seems to be made of mosaic, for the rows of stones climbing towards the center are highly decorative. The entire dome received additional light from the four windows opening above the drum. The front is austere and contrasts with the size of the front and the large belfries on either side. Major decorative elements include only two twisted columns with carvings of monkeys and two-headed eagles illustrating the final years of the Habsburg dynasty. The belfries, though planned at an early date, were built, one in the 18th and the other in the 20th centuries, each with three bells. The altarpieces of the chapels along the nave are completely baroque, entirely gilt, with helicoid columns decorated with leaves and flowers that are even more abundant along the moldings. The main altarpiece of the church is not entirely gilt, which gives it a degree of warmth swing to the color of the wood and the few decorative details that are gilt. The general design of this altarpiece is Mannerist, but contrasts with the monstrance in silver. The structure
church of San Francisco
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he church of Saint Francis in La Paz is one of the most important monuments of mestizo baroque and, in addition, one of the dearest to the population of La Paz. Today the church rises in the center of the city. The building is part of a monumental group comprising the convent with three cloisters and the building of the Franciscan Third Order. With time the atrium of the church has become a favorite site for demonstrations, political or otherwise, because it is located at the most important road junction in the city. Festivals and fairs are held there all year round. It was founded, however, with the intention of having the community of friars lives far away from the city of the Spaniards and closer to the Indian population. This inspiration was followed in practically all the foundations of the Order in America. Accordingly,
the church and convent were located close to the river that separated the city of Spaniards from the reservation of Saint Peter and Saint James in Chuquiabo. The foundation was performed between 1548 and 1549 by Friar Francisco de Morales and Friar Francisco de Alcocer, a few months following the establishment of the city in the Chuquiabo Valley. The first church, which was extremely primitive, was erected in 1550 and from then on the Order collected donations for building a church with all the splendor it deserved. The first church was demolished because of its age and construction began on the present one, on the plan of a basilica, early in the 18th century. As a result, the church and what remains of the convent as we know it were not finished until the second half of the 18th century. The church was consecrated in 1784; the portal, however, was not finished and we assume it would take another decade to complete it. The most astonishing feature of this church is precisely its magnificent portal carved in stone with tropical fruit, grapes, green men and allegories of fecundity with naked women, all surrounding the central figure of the second section: a statue of Saint Francis in bronze. At the top, which is taller than the church itself, is the coat of arms of the Order. The great tower, so large as to seem almost out of proportion with the church, has a great bell in each of its three huge sections and was designed by Father Eulalio Morales, S.J. in 1885. The interior of the church is filled with great works of art including paintings and images. The main altarpiece shows the greatest splendor of mestizo baroque, so abundant in decoration that the structure disappears completely behind flowers, leaves, and mirrors. In the chancel are some of the best paintings in the Andean area by the painter Leonardo Flores, on themes related to the Triumph of the Immaculate Conception. The domed vault, over the transept, shows a carving with the name and the date when it was finished: 1753.
church of Jesús de Machaca
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he town known as Jesús de Machaca is in Pacales Province, named for the people who inhabited the region since before the Inca invasion. The Pacajes who inhabited the region were organized by the Spanish authorities into eight towns, one of which was Machaca la Chica (Lesser Machaca) or Jesús de Machaca. In the course of the Colonial period the town grew in importance to the extent that its population, and particularly its caciques, or leaders, participated in the activities, the colonial trade that grew around marketing of silver and other products.
a man of undeniable experience, perhaps he crafted the Gothic arches of the church, so widely used in Cusco architecture. Lastly, there is Felipe Guarachi, bricklayer, a relative of the cacique, who needed no interpreter as he was fluent in Spanish. The population of Jesús de Machaca is held to be one the major heirs of the Aymara ethnic and cultural heritage. At present, the city council of Jesús de Machaca plays a major role in the process of setting up autonomous Indian communities in the Plurinational State of Bolivia.
The Pacaje territory is located in the midst of the trade routes, which meant that finally, thanks to the ability of certain cacique families, such as the Fernández Guarachi caciques of Jesús de Machaca, became consolidated as the most powerful in the region, owners of extensive tracts of land and cattle for the market. These powerful caciques, active mainly from the late 17th to the early 18th centuries, consistent with their role as persons responsible for evangelization in their community and supported by the clergy involved, spent part of their substantial fortune in the construction of a new church, larger and more splendid, that would bear witness to their power in the region, to replace the doctrina chapel erected in the 16th century. Fortunately, the transactions and contracts were kept in a vast register on paper, preserved today in the Archive at La Paz. The church, of considerable size, was finished in 1706. The tower was completed in 1754 and the atrium was reformed in 1778, which means that this family, together with other contributions from the faithful of the community and probably other caciques as well, took care of its maintenance and embellishment for more than a century. The presence of the church on the altiplano is stressed by the magnificent stone tower beside it and the door to the atrium, also of stone. In the atrium there are also the posas chapels and the whole is a highly complete setting. The body of the church, in the shape of a Latin cross, is roofed with a barrel vault and a dome over the transept. Three master craftsmen participated in the construction: Alonso Calli, master bricklayer, born in Machaca, who seems to have been one of the most important as regards responsibility, although it is said that Mogrovejo helped to direct the works. Next to this builder who is registered as master, mason, and stonecutter, is Juan Quispe Guamán, native of Cusco, who had lived for many years in the region and had taken part in the construction of several churches in Cusco before working in Machaca. He was thus
church of Caquiaviri
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aquiaviri is located in the altiplano area of the department of La Paz in the territory of the ancient Pacaje people. In this area the population is mostly devoted to animal husbandry at high altitudes. The town has a water fountain, though water is not abundant. Caquiaviri differs from other neighboring towns in that it is built on a slope at the foot of a hill. The church was erected on the highest spot of the plateau and there are a few trees in the square in front of it, which is not usual on the altiplano of La Paz. The square is spacious and the town is organized around it. On market days the fair is held in the square, though it takes up only half the space available. When carnival time approaches, however, Caquiaviri is crowded with people; some are relatives of the inhabitants coming from other towns and people from neighboring villages coming to share in the pre-carnival festivities, because Caquiaviri saw the birth of the by then mythical carnival figure called Ch’uta, a parody of the citizens of La Paz, and the typical dance known as Kullawa. The church was built in the second half of the 16th century, specifically, according to its design, between 1590 and the end of the century. The Indian reservation organized there was established on the site of the old settlement that was head of the province during the Inca government of the area. The town is located
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in a region abounding in archaeological and chullpar sites, especially on a hill known as Cerro Huaraca. When the Pascales population was organized in towns, in the case of Caquiaviri it was decided to base the reservation on the Indian settlement, found a parish together with the administrative and government services of the Spanish Crown.
quebusier archangels unique in style and number. In the region, close to Calamarca, there are also large groups of chullpas, pre-Hispanic burial places, in the shape of constructions containing a single space, with an opening or door, made of mud brick, which may be seen in the open country or sometimes among the houses in the villages.
The church is reached from a flight of steps that were once of alabaster but alter a time were replaced with stone. The front is plastered and has a simple portal in Renaissance style. There is a single long nave with its walls hung with five immense paintings of last things, I .e. Death, Reign of the Antichrist, Last Judgment, Hell, and Glory. Above the last things there is a series on the life of Saint Anthony Abbott, probably executed by a Cusque単o artist. On the opposite wall hangs a series on the life of the Virgin Mary by an unknown painter.
The church of the town is of stone, with a single nave, and was built in 1605. Since the late 16th century, the faithful of Calamarca petitioned for the embellishment of their church, so we must consider that there was a primitive church earlier than the present one and that the community made an effort to obtain outstanding decoration for their church, with great success as the groups of angels were obtained. As in the churches of Ayo Ayo and Curahuara de Carangas, both in the department of Oruro, the body as well as the roof of the church are higher and wider at the chancel and high altar. The main altarpiece is gilt all over in mestizo baroque style, which also includes the monstrance and arch framing the figure of the Virgin Mary.
The magnificent high altarpiece, carved and gilt all over, is executed in such a way that the higher niches are fitted perfectly to the Gothic-style ribs of the vaults. The highest part of the transept also has large allegorical canvases on the triumph of the Immaculate Virgin and the Eucharist. The magnificent effect of the Caquiaviri paintings, apart from the high quality of their execution, stems from their arrangement along the nave. In addition to three other altarpieces, there are carved shelves to hold up the paintings along the nave, composing a single structure that covers the inner walls of the nave. This structure not only holds up the five huge last things, but also rises to the highest level, where works of smaller dimensions are included in the arrangement.
church of Calamarca
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he town of Calamarca is located in Aroma Province, sixty kilometers from La Paz on the road to Oruro. Its church is one of the most visited in the area, owing to its proximity to La Paz and to the easy access to the town. Most of all, however, because it preserves a number of paintings of har-
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The series of angel pictures hanging along the nave comprises twenty-seven canvases about 1.5 meters tall, painted from 1680 on. These paintings are what remain of the two complete series that used to adorn the church and were listed in an inventory in the early 18th century. At that time, the works totaled thirtysix. Calamarca is perhaps the only place where such series of angels are practically complete, for many of these paintings, which are so popular, have been stolen. Their characteristics are unique, one of them being that they are military angels dressed as Spanish or Flemish soldiers of the time. These archangels wear military tunics and trousers in bright colors brocaded in gold and often of complex design. Their shirts are adorned with much lace and they wear colored stockings and shoes with bow ties. As a way of taking over the icons, some of the archangels have colored wings that would be more appropriate in an Amazonian paraba than on a European angel, making this series a most beautiful expression of the Andean taste for colors and feathers. It is also worth noting that Gabriel Dei carries a chequered banner in several colors. In the Renaissance tradition, this type of banner may have coincided with or inspired the creation of the Andean flag whiphala, which used to represent the peoples of the Tahuantinsuyu and which the Plurinational State of Bolivia has adopted as a symbol of multiculturality. These series aroused special devotion in the Andean region during the 18th century. The trend may have responded to the strong impulse given to representations of this nature as a symbol of protection from
the monarchy and spiritual supporters of the saga of the Habsburg Empire in America.
church of Sica Sica
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ica Sica is a town situated 125 kilometers south of La Paz in the altiplano. Although the church is dedicated to Saint Peter, the town celebration of Our Lady of the Rosary, the first Sunday in October of each year, is more popular. During the feast day the faithful remove the Virgin from the altar to adorn her with the ancient jewels that the community guards zealously all year round to adorn the image on the feast day. Among the jewels there is a rosary of gold beads and silver ornaments dating from the Colonial period. Notwithstanding, each year the community presents her with a new habit which she will wear upon the altar, then it will be added to her wardrobe. A primitive church was built at Sica Sica in the late 16th century, most of which seems to have survived, while the portals, transept, towers, and paneling are repairs, or additions and improvements made in the 18th century. That is why we find in the latter elements a fully developed and finely executed mestizo baroque. The nave is single but spacious, with a polygonal chancel, all built of mud bricks. The main portal, imitating an altarpiece, is composed of three sections. Its six notable twisted columns are held up by faces of giants or monsters, allegories. The columns are swathed in leaves and tropical fruits, together with vessels from which long plants emerge. The second section is separated by a wooden partition covered with plant decoration; the apostles are seated on the central columns. In the main niche a white alabaster cross stands out among the decoration and is visible from a distance. The great carved stonework of the portal, so profusely decorated, though with little relief, includes gargoyles on the side portals bearing the names of Malco Maita and Diego Choque as their artificers. In addition, the names of Diego Choque and Mateo Choque may be read together with the year1729.
In its interior, the church preserves handsome all-gilt baroque altarpieces. Although a few were lost in the fire of 1998 and others suffered minor damage, they are still impressively beautiful. At the high altar it was once possible to observe the front grading, step, tabernacle, and central niche made of wrought silver; however, robbery and lack of care have fragmented the whole. The paintings, regrettably, have suffered a similar fate; notwithstanding, the series on the life of Saint Peter is untouched, as well as the remarkable picture of Our Lady of the Rosary wearing a crown adorned with colored plumes, at whose feet there is a view of the church of the town with its previous roofing of straw. The painting uses trompel ‘oeil to show a picture of the image venerated there and also depicts an unknown donor. Among the sculptures, those of the Evangelists are outstanding. They are placed at the pedestals of the columns that support the dome of the crossing. Fortunately, the fire spared the statue of Saint Bartholomew made by Gaspar de la Cueva, a Spanish sculptor who worked at Potosi in the late 17th century, whose work is an example of Seville baroque art of the Counter Reformation. The church at Sica Sica shows the symbiosis of European decoration and indigenous elements, leading to a local mestizo baroque. Nevertheless, Indian labor, extremely capable in execution and local tastes that prevailed in the churches reveal a much more active attitude towards the development of baroque beyond the simple dispassionate mixture of items from two different traditions.
church of Curahuara de Carangas
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he church of Santiago de Curahuara de los Carangas is one of the most visited in the region and is generally known as the Sistine Chapel of the Andes, like the church of Huaro, close to Cusco, in Peru. This is because the church, built of mud bricks and roofed with straw, rather austere, is decorated all
over with wall paintings, part of them of 1606. The church is located in the territory of the Carangas, a tribe of high-altitude shepherds who had no large settlements but who, because of their mobile activity, would set up small encampments comprising about fifteen families and keep the population moving about the regions and the coast. The church was built in the last third of the 16th century. The structure is old and precarious, which is why it has substantial buttresses on the outside and its roof is of straw. Inside the building, at the foot of the crucifixion, there is a sign telling that the church was made in 1608, which should be understood as the date when it was finished. The building seems to have been the work of the priest Juan Ortiz with the support of caciques Baltazar Cachagas and Gonzalo Jarama. Inside the church there are baroque altarpieces; they are lost, however, in the wealth of wall painting that totally covers the walls and ceiling. The latter is paneled but painted over with a representation of a starry sky with angels, and arches with the twelve apostles among them. Christ is at the head and the scene of Baptism in the River Jordan at the opposite end. The choir is remarkable in that it does not respond to any classic model but is simply a more elevated section about half a storey higher. The most outstanding scene in the place is perhaps the Last Judgment painted on the left or Gospel wall. Christ is represented there as Judge escorted by the saints, while Saint Michael at his feet supervises the transit of souls to heaven and hell. At the ends of the paneling are, on one side. Saint Martin of Tours attired in the fashion imposed by Philip the Second of Spain, and on the other the Apostle James, on horseback, like a conquistador. The scenes multiply among bands decorated with flowers and pebbles, clouds and biblical scenes, portraits of saints, feathers, fruits, birds; it is paradise in the harsh Bolivian altiplano, that is why upon entering this church the visitor is overawed and left with an indescribable feeling. Until recently, the town of Curahuara de Carangas was inaccessible. In fact, it was so isolated that in the 1950s it was known only because it contained a prison for persons convicted for political reasons, precisely owing to its isolation. With construction of the bridge over the Desaguadero River the town has finally become connected and visiting its magnificent church is its greatest attraction today.
church of Tomarapi
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he village of Tomarapi is in the Salama Natural Park, department of Oruro. This is one of the most beautiful reserves on the Bolivian puna and a sanctuary for several native species of the area, such as vicuĂąa, and because of its hot springs and spectacular landscapes it is a major tourist area of Bolivia. The settled area of Tumarapi, and its church with it, are located a few kilometers from a volcano, Mt Sajana, one of the tallest peaks in the Andes. The church of Tomarapi was built in 1872 as a result of a different process from the Colonial churches, which were created in the 16th century as doctrinas and in some cases were repaired or rebuilt in the 18th. Here, as in the towns of Salama and Lagunas, the church was erected in the 19th century. The building is of stone and is painted white all over, highlighting the straw roof that blends the building with the surroundings. The tower is separate and rises in a corner of the atrium. The latter is bounded by a surrounding wall pierced by small apertures, like a timid simulation of arches, also in stone and mud bricks. There is also an exceptional outside chapel at the head of the building. The ground plan of the church is in the shape of a Latin cross; there is a single nave with a pitched roof. The interior is highly austere and unadorned save for the wall painting that decorates the main arch with horses and great leaves becoming larger as they climb to end in an image of Christ the Redeemer. The small chancel is narrow but nonetheless adorned with wall paintings imitating the decorations of large buildings and depicting architectural details non-existent in the church, in order to enhance its beauty. The man altarpiece, in two sections, resembles an architectural extension more than an external element, given that it is completely polychromized and so melts into the wall painting of the chancel. In this area a close association can be found between wall paintings and the paintings on chullpas, pre-Hispanic burial sites. The painted chullpas of the region repeat
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the Inca textile designs with differentiated tocapus arranged across the breadth of the constructions. These structures, during the reign of the Incas as well as in earlier periods, replaced the religious structures for, in spite of not being intended for that purpose, they were built in close association with the apus or sacred hills. The chronicle of Cieza de León relates the conquest of this territory by the Incas: the lords of HalunColla and Chucuito withdrew to the area to oppose resistance to the conquest, but the Caranga people let the Incas enter and that was when Collas and Incas confronted one another. It is likely that to commemorate such events the region became and remained a sacred space and so many chullpas were built.
church of Copacabana de Andamarca
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he church of Copacabana de Andamarca rises to the east of Lake Poopó, in the municipality of Santiago de Andamarca, department of Oruro. In this area there are a number of towns that preserve the doctrina churches raised in the 16th century at the time of the first evangelization campaigns and organization of the Colonial system of doctrinas. In the case of Copacabana de Andamarca, the church was built in 1754, of stone and with two towers. The church is shaped like a Latin cross and is covered by four stone domes executed at a later date. These domes characterize the church and distinguish it from the churches of other towns in the region. The extensive atrium still shows, as at Copacabana on Lake Titicaca, the four posas chapels and a Miserere chapel in the center. In the present instance, as in so many other altiplano churches, the austere exterior and apparent precariousness of the building, together with the awe-inspiring surroundings of the southern Andean altiplano, contrast with the wealth of decoration inside the churches, for this small church in the middle of the uninhabited altiplano is decorated with beautiful wall painting. Copacabana de Andamarca is probably one of the last churches to be decorated in this style
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on Bolivian territory during the Colonial period.
church of Huachacalla
The church is of Renaissance style and has a single nave. The wall paintings cover the side walls, the main arch, and the arches leading to the chapels at the crossing, and adorn practically every one of the architectural details. Inside, the main altarpiece is gilt and polychromed. The walls have a plinth painted in a diagonal grid pattern with flowers inside each square, ending in a green band above which the wall is covered with paintings on various subjects. Among all the paintings some scenes stand out, such as the image of Saint Augustine, painted in trompe l’oeil as though it were a statue. In fact, the saint is pictured in a standing position, with all his attributes, flanked by two altar candles. All over the church there are a vast number of trees, flowers and birds, in the nave as well as in the chancel. On the same side of the nave there is also a picture of Our Lady of Carmel interceding for the souls in Purgatory, enclosed in a painted frame imitating carved wood. Halfway up the walls there are smaller scenes including a picture of the church with its two towers and pitched roof at the top of the church portal. On the opposite side of the church there is a picture of Leviathan, in the form of a huge green head with its mouth open, spouting fire from which demons emerge and into which the naked bodies of sinners fall. The dimensions and coloring of this scene make it extraordinary and includes it among the representations of last things characteristic of the area. Paintings of this type are closely related to the processes for extirpating idolatry, which strongly emphasized the opposition between heaven and hell. In the present case the representation of Leviathan and the souls in purgatory, and Our Lady of Carmel interceding for them are the last images of purgatory and hell. In opposition to such images there is the exuberant vegetation painted all over the church, but particularly in the chancel, where trees of almost natural size are covered with fruit and birds behind a garden fence. Among the Indian populations such was the vision of Paradise, which in turn also agrees with the Christian promise of a return to the Garden of Eden.
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uachacalla lies in the department of Oruro, in southeastern Bolivia. This area is characterized as being very high and cold, where small valleys are formed thanks to rivers and lakes, as well as the bofedales or wetlands, and salars, which foster small areas where the grass is better for animal husbandry, the major traditional activity of the region. In addition, the mineral-rich soil encourages farming such products as quinoa, of significant nutritional value. Huachacalla is located on the territory of the Carangas, an ancient aymara domain characterized by high-altitude grazing. The town was created as a reservation, the better to manage the population, as opposed to the habitual scattered system of territorial occupation favored by the shepherds. This town was one of those that furnished labor for the mining shifts of Potosi, as recorded in the Visits of the late 18th century. The church of the town is dedicated to the Apostle James and was built in the 17th century. Since construction and probably because of the precarious nature of the first building, the church has been repaired countless times since, during the colonial period as well as in more recent times. Of such repairs, that of the roof is one of the most obvious, as it was executed with translucent material, which admits more light and thus allows a better view of the paintings decorating this small rural church. The fact has further distorted the outer appearance of the church, so that it would not appear to belong to such an early period. In spite of all repairs, the interior paintwork is so beautiful that it has aroused in the community a constant interest in preserving it. The church is austere and small, with a single portal and a belfry with three large bells and one small one giving much beauty to the structure. The steep pitched roof harbors under it a lovely church roofed with cane, and the main arch of stone decorated with floral wall painting reading “Praised be the Blessed
Sacrament.� The pulpit is of Mannerist style, prior to the half-breed baroque that would later invade the region. The body of the church shows the persisting Arab influence of the alfiz and handsome columns with scales like the trunks of palms, showing images of Doctors of the Church on each side. Below the quoir loft there are musician angels walking and carrying their musical instruments, i.e. harp, cello, a kind of bassoon, organ, trumpet, and mandolin, in addition to several angels accompanying them and carrying the scores. These angels are on each side of a scene of the Annunciation. The Andean taste for representations of musician angels and harquebusier archangels survives in remarkable fashion in the church of Calamarca and in the small temple of Huachacalla. The fact that this painting is in addition of a considerably later date shows that angels representing heaven, and music as an essential element of evangelization and divine glory, were constantly present in the iconographic programs of the Andean churches and during the colonial period, and even the early years of the Republic.
church of QUILLACAS
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he town of Quillacas, in the department of Oruro, is located on the southeast side of Lake PoopĂł. The area is surrounded by the San Juan, Mallcu, and Santa BĂĄrbara mountains, where there are pre-Hispanic worship sites visited to this day by the inhabitants of the community and people from the vicinity for making offerings and conducting ceremonies. The town is in one of the most arid and unpopulated sites of Oruro; however, since pre-Hispanic times shepherds crossed the area and in the colonial period it became actively involved in trade.
An old man told him where his mules were grazing and when he found them and sought to thank the old man, the latter had disappeared. The merchant saw a crucifix and promised to build a church on the spot to venerate it and give thanks for the miracle of having recovered his mules. That is the story of the legend explaining how the merchant and drover had built the church of Quillacas, on the high altar of which is the image of Christ on the cross, or Tata Quillacas. The existing church is very large; the original building was erected in the 17th century, but the front and interior altars are Neoclassical. The church has a central dome over the crossing and a tall tower, both identifiable from afar, and standing out in such a small town. The church portal is simple and devoid of decoration, in Neoclassical style. The atrium is extensive and surrounded by arches opening into a semicircular arch leading to a simple portal halfway along the side of the church. The church plan is in the shape of a Latin cross and roofed with a vault. For most of the year the town of Quillacas is uninhabited. On 14 September, however, the feast day of Tata Quillacas, the area fills with believers and pilgrims from Bolivia, Peru, and Argentina. This is because Tata Quillacas is the patron of muleteers and carriers crossing the area and as the image is popularly held to perform miracles, the feast day is a spectacle truly worth seeing, for the ghost town is filled to bursting with people, cheer, and color. The devotion is all the stronger because migrants have adopted Tata Quillacas as their patron and protector, especially the Bolivian population that migrate to Argentina looking for work. In 2005 the church and its architectural setting were declared Cultural Heritage of Bolivia, and the feast day and traditions surrounding Tata Quillacas were declared Oral, Cultural, and Religious Heritage of Bolivia on 5 July, 2007.
church of Salinas de Garci Mendoza
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he town of Garci Mendoza is located in the Department of Oruro, in southeastern Bolivia. A few kilometers to the northeast lies the Coipasa salar, the second largest after the Oyuni salar. To the north rises the mythical volcano, Mt Tunupa. This region, with its volcanic soil rich in salts and minerals has become one of the richest for the production of quinua. Quinua is one of the most complete foodstuffs in the world and the people of Salinas pride themselves on producing the best quinua on this curiously nutritious soil. This area, before the Spaniards and the Incas, was inhabited by the Jatun Quillaca, Asanaque, and Lipe peoples, among others. These are aymara peoples whose social organization is based on the ayllu or community that, like Caranga, did not settle in large urban or living centers, but were to a considerable extent scattered over the territory they occupied. The church at Salinas faces an atrium enclosed by groined arches and has an arched portal as main entrance executed in the first half of the 20th century. There is a single nave with a pitched roof, as most of the doctrina churches have. The front is in early Neoclassical style, retaining strong baroque reminiscences; in other words, it is a Neoclassical portal still adhering to the baroque style. Apparently, the intention was to design a plainer portal with few decorations, but the result was a disproportionate entrance where the cornice appears to become an intermediate section and the top extends deforming the decoration, which gives rise to some curious figures. Inside the church the intention is the same; here, however, the intention is successfully expressed and both the high altarpiece and the pulpit are fully Neoclassical. The main altarpiece is no longer gilt all over but rather all white with a few details in gold, i.e. the capitals and some decorative elements. The imitation marble painted on pillars and pilaster is similarly Neoclassical. The figures and decorations of the church portal are repeated at the top of the altarpiece; however, here the proportions harmonize.
In connection with trade, a legend sprang up that fostered devotion for the Lord of Quillacas, or Tata Quillacas. The story goes that a merchant, having become drunk, finds himself alone and deprived of his drove on which he had invested all his money.
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church of nuestra señora de Copacabana
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he church of Copacabana in Potosi is one of the oldest Indian parishes in the city. The parish was founded in a sector of hovels, at the foot of Cerro Rico, the living quarters of the Indians, known as mitayos, who came in large numbers from different provinces in the viceroyship to do compulsory turns of work at the Cerro Rico mines. These shantytowns covered fourteen parishes located along the Ribera, an artificial river that fed the ore processing plants. These parishes include, among others, Saint Christopher, Conception, Saint Sebastian, Copacabana, Saint James, Saint Barbara, and Saint Benedict. We know that from the 17th century the parish of Copacabana was in the hands of Augustinian monks, who were also in charge of the church of Copacabana on Lake Titicaca and extended veneration of this image to Potosi, where Tito Yupanqui sculpted the miraculous image. Mitayos from Paucarcotta, Asángaro, Pacajes, Omasuyos from the Lake Titicaca area came to the parish, as well as Canas, Canchas, and Tinta Indians from around Cusco. This meant that with the greater number of mitayos and thanks to the power and wealth of some caciques of these peoples, the church could be renovated during the 17th century. The caciques Fernández Guarachi from the town of Jesús de Machaca, who financed construction of the church of their own town, also helped to pay for the repairs to their church of mitayos in Potosi during the 17th century. By the end of the 17th century the church was finished, with the structure it still has at present. As it was an Indian parish, the old church was most austere and its Latin cross plan and single nave were never altered. The most important alteration made to the old structure was the dome made of wood, for which Lucas Hernández was hired. He was a renowned carver who lived in the Imperial City of Potosi towards the end of the 17th century. Because of its magnificent paneled ceilings this church is held to be one of the
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three best representatives of mudéjar in Bolivia, together with the churches of Saint Michael and Saint Francis in Sucre, and the church of La Merced in the same city of Potosi. The wooden dome of Copacabana, composed of panels rises as single structure from the pendentives to the center of the dome. The wood of this dome was not painted, in contrast with the rest of the ceiling, which is gilt and polychromed. The altarpieces inside the church are proof of the antiquity of the church, as they belong to an early baroque revealing the first intimations of twisted or helicoids columns, together with timid attempts at decorative foliage; otherwise their structure and esthetics are still mannerist. These pieces have also undergone the onslaught of time and have been redecorated, partly with a Neoclassical touch that caused large portions of the altarpieces to be painted light blue. The high altarpiece shows the image of Our Lady of Copacabana, and the Ecce Homo on one of the side altarpieces is by Gaspar de la Cueva. The outside of the church, which was neglected for many years, there are two portals. One is walled over, but the structure of the austere decorative arch can still be seen. The main portal, which is also lateral, shows very early design and decoration. The boxed pilasters are decorated with coffers containing a single flower, a motif repeated along the frieze. The top is equally austere, but begins to show the forms of early baroque.
church of san Benito
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he parish of Saint Benedict in the Imperial City of Potosi was founded as an Indian parish. Every year, thousands of natives moved from provinces in the region of Cusco, La Paz, and Oruro to comply with the mita, the compulsory and rotating stint of work at the mines of Potosi that was binding on all males of active age. This meant that at intervals the then Imperial City was suddenly crowded with large numbers of inhabitants, who were meant to be there for short periods but ended by settling there per-
manently. The better to organize the work of these miners the Colonial administration found it advisable for the groups not to be scattered but to retain their links of origin, in order to avoid conflicts. The huts where the mitayos or Indian mine workers lived were placed along the riverbank, which ran the length of the City at the foot of Cerro Rico and fed the silver mills from the system of artificial lakes built especially for such purpose. The mitayos who attended the church of Saint Benedict went there from Cochabamba, Asángaro, and Sica Sica, and all of them were huayradores or blowers at the silver-purifying towers. This pre-Hispanic technique for purifying the ore lasted for the first few decades of silver mining, until the use of mercury or quicksilver was adopted. The craft endured, however, and never disappeared entirely. This church is one of the most beautiful buildings of Potosi because of its nine domes, visible from several parts of the city. The church seen today in Potosi is of the 18th century, specifically between 1710 and 1730, believed to be the dates of the possible reconstruction of the old church to build the present one. The plan of the church is shaped like a Latin cross covered by the domes along the full length of the nave and chancel. A similar solution is that of the cloister at Copacabana on Lake Titicaca, where a number of domes were employed to roof the main body of the church. The nearest and most notable example, however, is the church of Salinas de Rocalla in the environs of Potosi. The outside of the church, with the atrium enclosed by arches and the crescent-shaped steps are the finest introduction to this beautiful, recently restored temple. The portal follows a simple Renaissance scheme on which half-breed decoration has been applied, particularly remarkable for the colors in which it is painted, which were obtained from the earth of Cerro Rico. Inside, the length of the nave, painted on plates, there is a series on the life of Saint Benedict produced at the workshop of Marcos Zapata, a Cusco painter. The plinth of the nave, together with the arches and other architectural details, are painted with highly colorful floral ornaments. The high altar, entirely gilt, was also decorated in the 18th century and is a perfect sample of mestizo baroque.
church of San Lorenzo
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he church of Saint Lawrence of Potosi is probably the most representative example of Andean mestizo baroque given its magnificent portal carved with mythological figures and native species. When the Cerro Rico of Potosi began to be mined by the Spaniards in 1545, a number of parishes were founded to attend to the growing population of what was then a mining town. The Spanish parish dedicated to the Annunciation was founded in this first stage of expansion. Construction began in 1548 and several repairs were undertaken until the 18th century, when the structure was finally completed. When Viceroy Toledo visited Potosi in 1572 he ordered the church of the Annunciation converted into a parish of Indians, San Lorenzo de los Carangas. The Carangas were a people from the region of Ordure who from then on would begin to travel to Potosi as mitayos or workers bound to work in the Cerro Rico mines. The church has a single nave with a dome to close the crossing. We know that the roof of the old church gave way under a snowfall in the 16th century and the work was again undertaken. Its handsome stone portal seems to be sunk or assembled like a wooden altarpiece. It is composed of two sections exquisitely worked with floral decorations in every architectural component of the structure. The engaged columns are twisted and decorated with bunches of grapes that wrap around the shape of the columns until they disappear in the leaf skirts of two women holding up the second section of the portal like caryatids. In the center of the second section there is a figure of Saint Michael, also carved in stone. The figure is in the middle of an arch flanked by two columns that, though not twisted this time, repeat the winding motif of grapes and supporting figures in smaller size and lower relief. Saint Lawrence and Saint Peter are represented at the top. This second section, which imitates the sky, has figures of the sun, the moon, and a star, under each
of which there is a mermaid playing a lute. In the 18th century mermaids became a decorative element, often repeated since their recovery from classic tales during the Renaissance. Their presence during the Colonial period in paintings and relief work in the Andean region, and particularly in the neighborhood of Lake Titicaca, further responds to the representation of the pre-Columbian myth that two mermaids named Quesintuu and Umantuu lived in the lake. The legend tells that the two mermaids, or fish-women, had seduced Tinipa in the lake. The symbol of sin and temptation through mermaids thus coincides in both Andean and West European mythologies. Mermaids were represented in Andean baroque art in both paintings and sculpture as architectural items. The way they are represented on the portal of Saint Lawrence appears to fit the Platonic view of the universe, where eight mermaids move the spheres of the heavens with their music.
Chile Texts amaya irarrázaval zegers
mix with the silver, and all manner of foodstuffs and victuals to ease the life of the thousands of Indians inhabiting the countless existing villages and the new ones that sprang up along the route and its caravans. The first church we find in the area is that of Saint James of Parinacota, a jewel raised in the town at the foot of Mt Parinacota and its twin volcano Mt Pomerape, at an altitude of 4,392 meters above sea level. The extensive wetland stretching out in front of it has the same name, Parinacota, meaning “flamingo lake” in Aymara. Although in 1739 it is named as part of the doctrina of Codpa. By 1793 it was included in the doctrina of Belén, forming part of the set of churches of the Lluta Valley and the Belén network, that is, the route from Potosi to Arica, through Parinacota, Putre, Socoroma, Pachama, Belén, Livílcar, Humagata, and Azapa. This group of locations reinforces the territorial and cultural unity of this Andean area through the route of the Silver Road from Cusco-Potosi to Arica, and the quicksilver road from Huancavelica, property of the crown. In 1784 some lodes of gold and silver were also known at the mines in Choquelimpie, whose works and tailings were in Parinacota and Guallatire, a small town farther south.
CHURCH OF PARINACOTA
The town of Parinacota was extremely active because of the mining route and its population grew to as many as 149 inhabitants in the first half of the 18th century. Despite the distance from missions, the leader of the doctrina was led to illustrate the teachings of the catechism on the inside of the church walls, which may be observed in scenes describing confession and last things, resembling iconographic patterns in other churches of the silver road. The people preserve the posas chapels for ceremonial processions, mingling, as elsewhere, the building with created nature.
t is hardly surprising that the Spaniards, upon arriving in America, found a network of roads or long standing, utilized by one culture after another, following each other in time. In our South America the great empire of Tahuantinsuyo had built and extended an immense network covering close to one million square meters.
The church is surrounded by a stone wall stuccoed with mud and painted with lime from the wetland, and adorned with small figures carved from volcanic stone. The extensive atrium is accessed from three sides through arches crowned with pink volcanic stone. A heavy belfry in two sections forms part of the wall in one corner of the building. Both the wall and the belfry are thatched with straw like the church, giving the whole an architectural quality that the other churches on the altiplano ought never to have lost.
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To cross the Andes and reach the port of Arica, where the silver from Cerro Rico de Potosi was shipped towards Madrid, the Spaniards continued to use the Inca form of transport on llamas or “rams” and later on mules, led and supported by Indians. On the return trip the droves carried quicksilver of mercury to
The original church was built in the 17th century and was reconstructed in 1789 in stone whitewashed with lime. A simple portal in carved and painted stone
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suggests the chromatic richness of the interior. The inside walls are covered with frescoes representing such biblical scenes as would be most inspirational to Andean people. Animals, vegetation and twisted columns are remarkable in representing religious scenes of the Last Judgment, Saint George and the Dragon, Saint Jerome as Penitent, and a Way of the Cross. The richness and antiquity of these paintings and the whole compose an icon of Andean baroque style.
CHURCH OF PUTRE
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n Socoroma, at a lower altitude, the “waters run”, here the “murmur of water” is heard, according to the aymara, giving life to the green pastures that for centuries have fed the droves of animals that roamed the altiplano for food and carrying the precious wealth from the silver mines at Cerro Rico de Potosi to the seaport of Arica. The town called Putre, on the site of a pre-Inca settlement, grows on the slopes of Mt Tarapacá or Nevados de Putre. It arose in 1580 as a supply center for the mule caravans of the growing Spanish mining and trade traffic. Some stone houses are still standing that bear witness to such prosperity. At that time, the landscape acquired fundamental elements for the life and physical image arising from the superimposition of Hispanic cultural baggage on the pre-Columbian Andean world view. To the pre-Columbian houses, terraces, canals, and routes are added chapels and towers, atriums and processional altars, novenas and posas, stone portals, and new bridges, creating a new order that continues to this day. The first mention of a church in Putre was written in 1618, made of mud and hammered stone, roofed with reeds, and a mud brick tower for its three bells. According to contemporary chroniclers it was literally covered in gold and silver, owing to the gold mining boom at Choquelimpio and the transit of droves carrying the silver from Potosi. Around 1700 the inhabitants decided to expand the church, but not till 1789 was it described as a church with a transept,
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new doors, a sacristy, and an altarpiece made mostly of cedar and some larch wood, with a locked sanctuary and six niches. Four years later it is described as recently finished and in compliance with the requirements of the congregation. It underwent numerous changes until the earthquake of 1868, when it was rendered completely useless. Reconstruction began in 1871 on the front, choir, and arched entrance to the atrium, all in stone. In the early 20th century the church is recorded as finished with mud brick walls and a corrugated iron roof, together with a carved stone portal divided by a double cornice. The main door is flanked by two rectangular fluted pilasters. The base of the choir loft is also of lime and stone, and its wooden floor also has iron and wood handrails and an antique organ. The high altar is of painted stone, in three sections and three divisions decorated in a simple but festive combination of Andean and European cultures. Built of stone and plastered, it is painted with gilt applications, the whole framed by plain cylindrical columns. Enriched with a proliferation of holy images, it is a masterpiece of Andean baroque imagery. Inside the church a large carved stone sunk in the ground is still preserved for performing the Andean rite known as wilancha, when a white male llama is sacrificed in honor of the Pachamama and God the Father, asking for a blessing on the works and the church. The church has a single nave, with baptistery and sacristy, and preserves its free-standing tower. This church and the church of Socoroma rank as the largest on the Chilean altiplano.
CHURCH OF SOCOROMA
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ts name in aymara is both poetic and true: “Running water, water that does not filter.” The ancient PreColumbian place was occupied by the Spaniards to cover the Arica-Potosi route, also taking advantage of the abundant produce that was grown on terraces.
The route of the droves of llamas, at first, later of mules, entered the quebrada of Lluta and crossed the towns of Socoroma, Putre, and Parinacota. The town built on a lookout point over the quebrada, is a spot of urban beauty that must be discovered on foot and in silence. The houses are at the foot of Cerro Chatiza. Water runs at the bottom of the deep gorge to feed, farther on, the river Lluta. The Spanish semigrid is interlaced with buildings of Andean and half-breed features, mud bricks, tall dried grass, stone, vegetation, and such trees as quinoa and molle, in surroundings that bring nature into everyday life. The Colonial layout is preserved almost intact, with some of the streets retaining the stone pavement and a broad gutter carrying water down the center. The widest street was used by the horses of drovers who cane on horseback along the cattle road from Putre. The church, dedicated to Saint Francis of Assisi originated in 1560. It is one of the earliest to be mentioned, when the silver mining boom at Potosi had been going on for some time and more than 40,000 people inhabited the wealthy city. The set of religious buildings comprises the church, open atrium, bell tower, posas chapels, Calvary, and churchyard. The church has a single, long, and narrow nave with side chapels furnishing magnificent space for community worship. It was rebuilt in 1840 and restored alter several earthquakes. Since the latest restoration, in 1883, the mud brick walls painted white with lime and the stone portal in Republican Neoclassical style on an Andean baroque architectural pattern have been preserved. On the side there is another entrance with a door in a stone frame and arch carved with religious symbols and the names of the evangelists. It is supposed to be a relic of the preceding temple. Inside there are side chapels including baptistery, sacristy, and portable platform room, or kuigraria. The main altarpiece, at one time of larch or cedar wood, is carved in stone in Andean baroque style, in three horizontal sections and three vertical divisions, with a special niche for the tutelary image. The round arches in Neoclassical style are supported by striated columns in proto-doric style. As in other churches of the area, the roof structure has Hispanic ancestors of Arab origin. It is what is known as knuckle and pair roof structure. On the inside, the nave ceiling is finished with a form of canvas. The church faces the square and the atrium has no walls. To one side and separate stands the tower, twelve meters high, made of mud bricks and supported by
a significant stone base. The access from the interior to the belfry is worth visiting for it furnishes the dimension and view of the whole and the imposing landscape. Socoroma, with Belén, Putre, and Parinacota, are settlements integrating the natural beauty of the landscape as part of their Andean identity.
CHURCH OF PACHAMA
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ts quechua name is derived from Pachamama, meaning Mother Earth. The place originated in pre-Inca times and can be seen from a distance while going down along the quebrada San Andrés. The Spaniards included it in the road network of the llama (or “ram”) caravans that crossed the Tahuantinsuyo. In 1787, the Spaniards, taking advantage of the same networks to transport their silver and foodstuffs, describe it at a distance of three leagues from the “High Road to Potosi”.
sionary importance of these churches is also manifest in the presence of baptismal fonts, mentioned in 1793. The most remarkable and valuable fact, however, is the preservation of the wall paintings along the nave and the front wall, representing the patron saints Saint Andrew, Saint Peter, and the Virgin Mary. The major colonial artistic heritage of its 18th century wall paintings comprises four sets of highly colorful paintings in dry temper executed on the inner walls and over the entry, on the tympanum. This pictorial heritage is shared with other Andean churches and it is so important that it deserves regulations and care. The Roman Catholic imagery on the walls dating from the 17th century is enriched with Andean elements added by local artists and covering the walls intensely. Both flowers and ornaments in the mestizo baroque style frame the figures of the saints venerated at the time: Saint Isidore the Laborer, patron saint of farming, Saint Michael the Archangel in combat against evil, Saint Christopher with the Child Jesus on his shoulders, and Saint George overcoming the dragon. The clothing of the musicians shows the amalgam of two worlds: Spanish breeches and Andean mantas. In spite of the decayed condition of the town, as the custom is in the Andean world view, each year the descendants meet to celebrate the patron saint and give thanks for their lives.
CHURCH OF BELÉN
Registered in the doctrina of Belén, according to the church records, the town of Pachama also benefited the inhabitants of the heights of the quebrada of Lluta, who, by the end of the 19th century, numbered close to 1500 souls. The church is located outside the town, separated by a square. A spacious and beautiful walled atrium, topped with wild straw, battlements, and three arched entries, contains the free-standing tower and churchyard. The original construction of the church, with a single nave and side chapels, is from the 17th century, with walls of mud bricks in double courses, mud mortar and painted white, with stone abutments on both sides. The original roofing, as in all chapels of this Andean region, was of wood and canes, covered with straw and mud. The main altarpiece has a base, a structure and an attic where an image is placed, and three divisions. The niches of the altarpiece, for venerated images, are sunk into the back wall and framed in carved polychromed wood. Small windows with plates of alabaster shed tenuous light on the chancel. The mis-
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he Church made the most of the settlements and transport networks of the altiplano to become established and disseminate the new religion to a section of mankind who already had their own divinities. To this end, the doctrina of Belén was created in 1777, the only one to be called by a Christian name in the area. The town of Belén is of Hispanic design, built on three platforms, and almost completely preserves its layout, with some sections of streets still showing their stone pavement. In the pre-Hispanic period it was the bridge between the cattle-breeding
communities of the altiplano and the farming centers of the low valleys and would become, in time, the most important town of the Colonial period in the Andean foothills. The earliest mention of a church in Belén is dated 1618. The churches are built on a square on three levels, the oldest, dedicated to Our Lady of Candlemas, at the highest level, and the newest, of the Apostle Saint James, on the lowest. In 1793 both are mentioned and described with their handsome free-standing towers, existing together in peace. They have been repaired and restored several times because of the frequent earthquakes. The church of Saint James, built in 1777 of mud bricks with a portal of quarried stone – The Portal of Saint James – is profusely carved, with circular pilasters, twisted columns, dadoes, cornices, and carved American figures including monkeys, mermaids, lions, native vegetation, typical of Pre-Columbian Andean world view, and European ideas, respectively, make the whole one of the most representative instances of Andean baroque style and the most valuable set in the area. The presence of pumas, monkeys, and mermaids is a clear survival of Pre-Columbian Andean world view. A monkey holding up columns is a subject recurring very often in half-breed imagery; it appeared for the first time on the portal of the church of Tiahuanaco, dated 1612. Its presence is due to ancestral exchange going on among the aymara domains of the altiplano and those of the subtropical jungle of Bolivia. The mermaid, also a motif of aymara mythology, appears together with the monkey on woven goods of the 18th century. The lion and the puma, common animals at those latitudes, were feared and revered as deities. On the portal facing east, inscribed on the quarried stone arch, we read “The Virgin conceived without original sin”. By 1850 the whole included the churchyard, the tower with its base in mud bricks and the top in stone, a choir loft with a wooden balustrade, pulpit, and an organ in defective condition. Earlier, the interior had been described as “finely painted”. The church contains a sizable collection of 17th-18th century images and textiles in wood, gypsum and glued cloth, highly representative of the Colonial school of High Peru.
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Diseño
María Isabel Fernández Edición de textos
Francisco Braun corrección de textos
María Inés Fuenzalida TRADUCCIÓN
María Teresa Escobar postproducción digital
Eliana Arévalo Paola Cifuentes
Foto Portada:
Iglesia de Tomarapi, Departamento de Oruro, Bolivia.
Páginas 8-9:
Paisaje de Tambo Quemado, Departamento de Oruro, Bolivia.
Páginas 10-11:
Iglesia de Salinas de Yocalla, Departamento de Potosí, Bolivia.
Páginas 12-13:
Cementerio de Milluni, Departamento de La Paz, Bolivia.
Páginas 14-15:
Celebración de San Santiago en El Alto, Departamento de La Paz, Bolivia.
Página 16:
Segunda iglesia de Lagunas con el volcán Sajama atrás, Departamento de Oruro, Bolivia.
Páginas 20-21:
Pinturas rupestres de caravanas de llamas, río Tocariri, Departamento de Oruro, Bolivia.
Páginas 38-39:
Paisaje de Ayaviri, Departamento de Puno, Perú.
Páginas 136-137: Calvario iglesia de Tomarapi, Departamento de Oruro, Bolivia. Páginas 274-275: Paisaje Caquena, Región de Arica y Parinacota, Chile. Páginas 304-305: Paisaje en el límite Chile-Bolivia.
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Agradecimientos A mis ilustres colaboradores en los textos: Teresa Gisbert, Pedro Querejazu, Lucía Querejazu, Roberto Samanez y Amaya Irarrázaval, por sus oportunos y valiosos consejos en todo el transcurso de este proyecto. A Philipp Schale, Embajador alemán en La Paz, por sus innumerables datos y entusiasta colaboración a través de su espléndida guía de las iglesias rurales de Bolivia. A Jorge Canelas, Cónsul chileno en La Paz y Falastin Shaktur, Cónsul chilena en Nueva York. Al padre Oscar Morelli en Andahuaylillas. A Elizabeth Rosas, Johanna Viktorin, Sandra Boulanger, Ximena Medinacelli, Carminia Pereira, Javiera Pizarro, Víctor Hugo Sepúlveda, Francisco Braun, Maria Teresa Escobar, María Isabel Fernández, María Inés Fuenzalida, Eliana Arévalo y Pacífico Gamboa. Y a la historiadora Isabel Cruz de Amenábar por su ayuda generosa y desinteresada. Su orientación y sus sabias indicaciones hicieron posible la materialización de esta obra.
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Iglesias de la Antigua ruta de la plata
Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 211.259 Derechos reservados. Prohibida su reproducción © Max Donoso Saint, 2011 ISBN: 978-956-345-773-5 Fotografías de Max Donoso © Max Donoso Saint, 2011 © Pedro Querejazu Leyton: páginas 24-25-26-27-30-31-32-33-194-198 y 199. Derechos reservados. Prohibida su reproducción
Autorizada su circulación por Resolución Nº 511 del 21 de noviembre de 2011 de la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado. La edición y circulación de mapas, cartas geográficas u otros impresos y documentos que se refieran o relacionen con los límites y fronteras de Chile, no comprometen, en modo alguno, al Estado de Chile, de acuerdo con el Art. 2º, letra g) del DFL Nº 83 de 1979 del Ministerio de Relaciones Exteriores. Quedan reservados todos los derechos que confieren las leyes nacionales y los convenios internacionales vigentes o que entren en vigencia con posterioridad a esta edición. Prohibida la reproducción total o parcial de este libro y de las fotografías contenidas en él, incluyendo su fotocopia, su incorporación a un sistema informático, su arrendamiento, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico o por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de su autor. Editado y publicado por Max Donoso.
Tiraje: 2.000 ejemplares. Diciembre 2011.
Impreso en Fyrma Gráfica, Salar de Atacama 1287, Pudahuel, Santiago, Chile. Proyecto acogido a la Ley de Donaciones Culturales, con el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile y el auspicio de LarrainVial. Edición Limitada. Prohibida su venta.
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