Lumbrícido Nombre común: Lombriz de tierra Nombre científico: Lumbricus terrestris
Pertenece al Tipo de los Anélidos (gusanos segmentados en anillos más o menos cilíndricos) y a la Clase de los Oligoquetos. Son animales sencillos y primitivos, que llevan excavando galerías muchos millones de años. El rastro dejado por sus galerías es uno de los fósiles más comunes y característicos del Paleozoico. Aparentemente sin órganos sensoriales, posee unas células primitivas sensibles a la luz que le indican si es de día o de noche, y poco más. También detectan bien las vibraciones, y suponemos que tendrán cierta capacidad olfativa. No parece mucho, pero a ellas les va de maravilla.
ANATOMÍA DE LA LOMBRIZ
Su trabajo en la naturaleza es uno de los más eficaces y también menos reconocidos, tiene un papel importante en los ecosistemas donde son consideradas especies clave.
La vida de la lombriz La vida de la lombriz transcurre casi en su totalidad bajo tierra, comiendo y defecando, sin más aliciente que algún encuentro fortuito con otros animales (como el topo) y siempre con el temor de ser sacada a la superficie.
Tan sólo unas semanas al año y siempre coincidiendo con copiosas lluvias, la lombriz se decide a abandonar la seguridad de su refugio y salir a la superficie. Siempre de noche, porque la luz del sol puede matarla en pocos minutos.
En este periodo de tiempo no sabemos muy bien por qué sale ni a dónde va, pero suponemos que el motivo será el mismo que tienen la mayor parte de animales; para reproducirse.
La reproducción
El amor de las lombrices no es un amor cualquiera. Es, probablemente el amor más compartido, el más igualitario y generoso. Porque la lombriz da a su pareja tanto como recibe de ella. En este aspecto la lombriz va mucho más allá que cualquier otra especie.
Es hermafrodita; macho y hembra a la vez. Si su pareja le tienta con su órgano femenino, ella le corresponde con un órgano masculino y otro femenino. Si su pareja le da un hijo, ella le da otro a su pareja. Cuando copula, su parte femenina copula con la parte masculina de su cónyuge y su parte masculina lo hace con la femenina del otro. Pasado el tiempo, él/ella y ella/él tienen cada uno sus hijos. En este caso, huevos encerrados en un capullo.
HUEVOS DE LOMBRIZ
La relación no puede ser más de igual a igual, más aún por el hecho de que para poder aparearse los dos individuos tienen que ser del mismo tamaño.
Su función en el medio
La lombriz es una incansable perforadora de túneles. Su actividad perforadora no cesa, porque cada vez que come, perfora; y cada vez que perfora, come. Solo cuando da marcha atrás deja reposar a su largo e incansable tracto digestivo, pero la lombriz no es animal que retroceda fácilmente. Engulle la tierra, aprovechando la materia orgánica y expulsando por el otro extremo el resto.
De esta manera, al cabo del año ha removido toneladas de tierra, oxigenándola y disgregándola, dejando el suelo en óptimas condiciones para el desarrollo de las raíces de nuestras plantas. Pero aún hace más. Cuando la tierra no es lo suficientemente rica la lombriz se ocupa de arrastrar hasta sus galerías restos vegetales de la superficie, con lo que va enriqueciendo lentamente el terreno. Paulatinamente, el terreno se va llenando de lombrices y haciéndose cada vez más rico, hasta llegar a constituir el llamado “humus de lombriz”, un cotizadísimo fertilizante.
Otras especies Lo normal es que no pase de los quince centímetros. Esas son las que encontramos en nuestras excavaciones jardineras. Pero nuestra humilde lombriz puede llegar a no serlo tanto y dar algún que otro susto a quien con ella se topa.
Hay lombrices muy grandes que viven en niveles más profundos y llegan a medir medio metro. Pero esto no es nada si tenemos en cuenta que en Australia viven unos parientes de nuestra lombriz que alcanzan los dos metros, ¿se imagina?