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El jardín como un ente constructor de hogar
from Jardines Imaginarios
by Paula Orozco
(ca. 1988). Celebración de cumpleaños en el jardín de Anolaima. [Fotografía]. Recuperado de Archivo Familiar.
La constitución de un hogar implica la creación de tradiciones, rutinas y rituales en los que todos los habitantes del hogar están implicados. Para quien tiene la directriz del jardín, dicho espacio se convierte en un elemento más que conforma su hogar, ya que por medio de este se crean recuerdos, se construyen relaciones y se transmiten conocimientos. Al ser un espacio compartido, tiene implicaciones en las relaciones entre los habitantes del hogar, las tareas que allí se realizan también se vuelven compartidas, y es por medio de estas actividades que se crean las conexiones entre la familia.
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Debido a que el hogar implica varios actores que performan diferentes actividades, hay que hablar de la labor individual que tiene cada uno de estos. Dichas actividades se dividen en dos instancias. La primera, la corporalidad del individuo es un actor activo que le permite desenvolverse en actividades que aporten a la constitución del hogar de forma constante. En el jardín, por ejemplo, los miembros deben dividirse las acciones de cuidado sobre este ¿Quién va a regar las plantas?¿Quién recoge el agua lluvia en los baldes? En segunda instancia, se realizan labores simbólicas que impliquen la cercanía entre los miembros de la familia. Un ejemplo de esto son las charlas de jardín, las cuales reafirman la confianza entre los miembros y propician el conocer al otro. Acorde con Bhatti, en estas conversaciones se revelan problemas de la identidad, pensamientos y reflexiones basadas en las creencias personales y, en general, son un claro reflejo del estado interno del individuo. Todas estas actividades son un aporte que se hace de forma constante a la construcción de nuestro hogar.