Raymonde April
MON REGARD EST NET COMME UN TOURNESOL
La obra de la fotógrafa Raymonde April es reconocida por su aproximación a la vida privada. En ella se reúnen aspectos documentales, autobiográficos y rutas de ficción. En las últimas décadas, ella reinterpreta su propio archivo fotográfico reconfigurando el concepto de la memoria como un presente continuo. Mi mirada es nítida como un girasol es un proyecto realizado con la curadora Anne-Marie Ninacs en el que se examinan los archivos a la luz de la idea de la autorrepresentación. II Regresar a los archivos de antiguos trabajos. Tomar la historia de las propias imágenes como un presente memorial... forma de mirar el recuerdo y de recordar la mirada. Tres acciones integradas en un hecho, en un acto, en un proceder: representar el mundo propio, presentar las antiguas presencias, y percibir la diferencia como una suerte de presentificación. III Representar Nuestro cuerpo es la memoria de un proceso vital... los trazos, las huellas, los movimientos y andares o las rutas en la visión (tal vez clandestina) de una conducta amatoria; constituyen, digamos, un carácter presencial cotidiano. Siempre nos vemos en el espejo y muy pocas veces nos asombramos de ser nosotros mismos. Algo distinto pasa con nuestras imágenes fotográficas. Es tan obvia la desarticulación: ese que está ahí soy yo pero en algo no se parece, algo falta, algo sobra... esa imagen me representa pero yo estoy aquí para mirarla. La historia de nuestras imágenes o las imágenes de nuestra historia son la representación de lo que fue, desde la mirada del que sigue siendo. Son pasadas y asombrosamente predictivas, todo lo que muestran es la causa del efecto hoy, ahora, aquí. I
V Presentar Representar es connotar la no presencia, es reconocer los signos que nos permiten conocer el mundo. Pero también, al mirar los retratos, regresa en nuestro interior la cualidad viva, la memoria sensorial sin límite, atemporalmente presente. Diríamos que esas imágenes, al tiempo de representar, presentan algo. Se deslizan como un paisaje íntimo en un tiempo continuo. V Presentificar Entre la presencia y la representación no sólo hay un vacío, un espacio a imaginar. Sino que ahí (en una suerte de no lugar) se discuten las sensaciones; se confunden los sentidos... más allá de toda comprensión, la experiencia reconoce una demanda temporal anterior al día, a la hora, al instante... se percibe el hiato que encierra los frágiles desplazamientos de la subjetividad, buscando dar presencia a algo que no esta en el tiempo pero que crea el tiempo… entre la significación y la degenerada mácula del tiempo algo aparece pidiendo ser real. Presentificar la sensación casi perdida o aún no presente, podría ser, tal vez, crear la realidad. VI Bioy Casares, en El sueño de los héroes nos cuenta la historia del brujo Taboada, quien deformaba las capas transparentes del tiempo haciendo una suerte de cirugía en la memoria grupal. Parecía separar en su magia los momentos clave, ubicaba dónde era necesario retomar la historia pasada para construir un nuevo presente… magia y tiempo. Humberto Chávez Mayol Estudio Mouffetard Marzo 2013
Autoportrait au balcon
1985 56 x 81 cm
Autoportrait au rideau
1991 61 x 91.5 cm
Autoportrait en manteau d’hiver
1995 76 x 101.5 cm
Autoportrait en 4 temps
1984 61 x 81 cm
Autoportrait en robe noire
1979 56 x 81 cm
Atelier boul. Saint-Laurent
1985 61 x 91.5 cm
Jupe bleue
2000 40.5 x 61 cm
Autoportrait aux ombres
1981 51 x 76 cm
Autoportrait à la mèche de cheveux
1995 71 x 101.5 cm
Rayon
2000 71 x 101.5 cm
Rosiers
2010 91.5 x 122 cm
Fenêtre à la Chimère
1988 40.5 x 56 cm
Sentier du Roitelet
2002 76 x 101.5 cm
Autoportrait aux renards
1979 40.5 x 61 cm
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