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OBISPADO DE SAN ISIDRO
Año LIV
Junio 2015
Nº 532
REFLEXIÓN DE MONS. OSCAR OJEA SOBRE LA COLECTA DE CÁRITAS 2015 Quisiera comenzar esta breve reflexión con ustedes sobre la colecta de Cáritas -que se realiza, como todos los años, el segundo fin de semana de junio-, con unas palabras del papa Francisco en su carta sobre la Alegría del Evangelio. Dice Francisco: "Cuando san Pablo se acercó a los Apóstoles de Jerusalén para discernir " si corría o había corrido en vano " (Ga 2,2), el criterio clave de autenticidad que le indicaron fue que no se olvidara de los pobres" (cf. Ga 2,10)". La primera Iglesia tenía muchos problemas, y sin embargo se unió justamente en esto: en no olvidarse de los pobres, en no olvidarse de la colecta de aquellos que estaban en la indigencia. El Papa continúa diciéndonos en su carta: "Este gran criterio, para que las comunidades paulinas no se dejaran devorar por el estilo de vida individualista, tiene una gran actualidad en el contexto presente. La belleza misma del Evangelio no siempre puede ser adecuadamente manifestada por nosotros, pero hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha": nuestros pobres. El lema de la colecta de este año es: "Compartir es multiplicar", y nos remite al Evangelio de la multiplicación de los panes y de los peces; allí hay algunos elementos que querría destacar, uno de ellos es la compasión de Jesús. Jesús primero se compadece de la multitud. Ve esa enorme multitud que lo seguía, que se queda toda una tarde compartiendo como el Señor, que se queda viendo como el Señor cura los enfermos. Les predica largamente, y finalmente cuando baja el sol, y ya hace frío, los discípulos le dicen: "Despedí a la multitud, porque tienen que ir a comer". ¿A dónde iba ir a comer esa multitud pobre y hambrienta? Si Jesús los despedía, posiblemente no hubieran comido nada, y sin embargo Jesús, por esa compasión que es ponerse en el lugar del otro, que es sentir lo mismo que el otro está sintiendo -eso quiere decir compasión en el Evangelio, no lástima; es estar con el corazón padeciendo con aquel que padece-, Jesús les dice: "Denle ustedes mismos de comer", es decir, pone la responsabilidad en los Apóstoles. Pero aquí no hay nada, acá hay poquito, cinco panes y dos peces… No importa, con eso se puede mucho y se puede todo. Y se pudo tanto, que se llenaron doce canastas y sobraron, dice el Evangelio. ¡Qué podamos ver en los pobres al mismo Jesús y que podamos recibir de ellos las enseñanzas del Evangelio! Allí vivieron esta experiencia de compartir. Cuando compartimos podemos multiplicar.
BOLETIN DIOCESANO -
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