DE LA LUZ Y DE LAS SOMBRAS

Page 1

DE LA LUZ Y DE LAS SOMBRAS LA OTRA MIRADA

Ensayo

Fernando Calero de la Pava - Pedro G贸mez Arango 1


DE LA LUZ Y DE LAS SOMBRAS LA OTRA MIRADA

Ensayo

Fernando Calero de la Pava - Pedro G贸mez Arango 2


3


La relación entre sustancias psicoactivas y enteógenas como el yagé, el chamanismo, el paganismo y la tradición judeocristiana.

Un grito para denunciar lo que va de una aberración, a una “civilización”; lo que va de la infamia del “pecado original” y la expulsión del paraíso, a la industria del narcotráfico y el terrorismo internacional. Herencia oculta y siniestra de sociedades secretas en el mundo occidental.

Hacia una visión renovada del mundo y la ampliación de la conciencia.

4


Contenido

Introducción…………………………………………………..………..10

Capítulo 1

El árbol de la ciencia, el árbol de la vida y el ADN Una luminosa y extraña coincidencia………..……….………………12 5


Capítulo 2

El yagé y un ápice del universo indígena………………..…..………22

Capítulo 3

Una visión etnomédica del yagé………………………………………51

Capítulo 4

Chamanismo, paganismo y tradición judeocristiana………………..61

Capítulo 5

La maldición divina……………………………………………………..77

Capítulo 6

El pecado original……………………………………………………….82

6


Capítulo 7

El velo de la razón…………………………………………………..….86

Capítulo 8

De imágenes y de simbolos………….……………..………………102 El caduceo…………………………………………………………..…107 El axis mundi………..…………………………………………………109 El taijitu…………………………………………………………………110 El hexagrama……………………………………………………….…111

Capítulo 9

El tetragrámaton YHVH…………….……………………………..…113

Capítulo 10

El árbol sefirótico y el nombre secreto del Dios judeocristiano..………………………123

7


Capítulo 11

El Adán genético y la Eva mitocondrial…………………………..…127

Capítulo 12

Shiva y Shakti………….……………………………………………...131

Capítulo 13

El monoteísmo…………………………………………………………133

Capítulo 14

La historia al revés……………………………………………….……135

Capítulo 15

Lo que va de una aberración a una civilización…………………....151

8


Capítulo 16

Paradigmas que se tambalean………………….…………………...193

Capítulo 17

Una mirada al pasado, al espejo…………………….………………198

Capítulo 18

Nuestros parientes bonobo………………………….……………….205

Capítulo 19

La caída del velo…..y de la máscara.………………………………221

Bibliografía ………………………………………………….………..225

Agradecimientos ………………………………………….………..231 9


Introducción

“¿Qué pasaría si todos los libros que se han escrito están equivocados?”

Morris Berman Matemático, historiador, profesor y humanista estadounidense

“Los libros históricos y legales se han corrompido tanto en el curso del tiempo, en parte por accidente, y en parte por las modificaciones, que ni siquiera el erudito más agudo puede albergar la esperanza de desenredar todas las marañas y restaurar el texto original”.

Robert Graves Erudito, profesor y escritor inglés

10


Antes de iniciar la lectura de este libro, queremos invitar a nuestros lectores a pensar sobre las afirmaciones que hacemos en estas páginas, pero sin darles crédito hasta que puedan ser comprobadas personalmente; atreverse a rascar y ver más allá de la superficie, más allá de las apariencias. Tenga cautela con lo que ve, con lo que lee y escucha, pues vivimos en una época sobresaturada de información. Una época que quizá algún día llegue a ser recordada por todo el ruido y toda la basura que hemos creado, material e intelectual. Desconfíe de las versiones oficiales, de la educación y la enseñanza, de la historia tal como no la han contado, de los medios de comunicación, de todo lo que se da por hecho, de todo lo que esta revestido de solemne autoridad y santidad, y especialmente de quienes se proclaman como benefactores y salvadores de la humanidad. Averigüe antes de formarse un juicio y convertirse en eco de la noticia, en instrumento de propaganda. No se deje llevar por la corriente, no se deje manipular ni confundir, no trague entero, no se deje amedrentar por la religión ni por el Estado, las cosas a menudo no son lo que parecen. Valore el poder de su mente, el poder de su imaginación, escuche lo que le dice su intuición y su corazón. Observe la Naturaleza y el Universo; son nuestra esencia, nuestra guía y nuestro mejor espejo.

El trabajo que presentamos a continuación, más que escritura, ha consistido en investigar, reflexionar y tejer unas ideas, fruto de nuestra experiencia y conocimiento, con las opiniones y saberes de otros autores y autoras, para armar un rompecabezas que permita a cualquiera que lo lea, formarse una visión distinta del mundo, y a nuestro juicio más real, de la que nos han querido inculcar, y quizá también nos permita ampliar la conciencia respecto a lo que verdaderamente somos. 11


Capítulo 1

El árbol de la ciencia, el árbol de la vida y el ADN Una luminosa y extraña coincidencia

“Si desea esconder algo a la gente, incúlquele una manera de pensar y de ver la vida que sea lo más distinta posible de lo que ocurre realmente. De esa forma, si la verdad llega a ser revelada, parecerá tan ridícula y fantástica que la mayoría no la aceptará. Si hace suficientemente bien su trabajo, todos terminarán transformando la verdad en algo irrisorio, diciendo que es una locura y ridiculizando a quien intente promoverla”.

David Icke Escritor e investigador británico

“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”.

Mahatma Gandhi Pensador y político indio 12


El árbol de la ciencia bíblico, la vara de Esculapio, la doble hélice del ADN, la pareja Nuwa y Fuxi, el caduceo

Ya en los tiempos míticos del Jardín del Edén, podemos encontrar una perfilada hipótesis sobre la identificación de la planta del conocimiento, como lo sugiere Terence McKenna en su libro “El manjar de los Dioses”.

Y qué luminosa y extraña coincidencia premonitoria, la de aquellas imágenes bíblicas de la serpiente enredada en el árbol de la ciencia, la doble hélice que forma la ayahuasca, la doble hélice que forma la cadena del ADN y el árbol de la vida. Pero una coincidencia más sorprendente aún, es saber que el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1962, Francis Crick, padre de la genética moderna, se encontraba bajo los efectos de un enteógeno, LSD, cuando descubrió por primera vez la estructura en doble hélice de la cadena del ADN, junto con James Watson y Maurice Wilkins.

13


¿Pero cual otro podría ser “el fruto prohibido de árbol de la ciencia”, una planta que confiere sabiduría? Alguno semejante al yagé, usado por varios pueblos indígenas de Suramérica, o el haoma de los persas, o el soma de los hindúes, o la ambrosía de los griegos, o el peyote de los pueblos huichol y navajos de Centro y Norteamérica, o el iboga de los Fangs y Bwitis en África Occidental, entre otras, todas ellas muy poderosas y con características similares. Setas y plantas enteógenas consideradas sagradas y presentes en casi todas las antiguas culturas desde tiempos inmemoriales, a las que se les atribuyen propiedades mágicas y medicinales, asociadas a la divinidad, a la espiritualidad, a la búsqueda del conocimiento, a la expansión de la conciencia, al discernimiento y al respeto por la naturaleza.

Los rituales ligados a su

utilización han sido durante miles de años desacreditados, satanizados y condenados por la tradición judeocristiana.

Estructura del ADN

Árbol de la ciencia bíblico

14


Esto es lo que muy pocas personas saben y la gran mayoría ni siquiera sospecha, que en la relación entre las sustancias psicoactivas y enteógenas, y la tradición judeocristiana, así como en el sometimiento a la naturaleza, se halla la piedra angular de ese esperpento que conocemos como “Civilización”; y que la Torá (900 antes de la Era Común), la Biblia (900 a. E.C. – 100 E.C.) y el Corán (700 – 900 E.C.), los libros “sagrados” de las mal llamadas religiones monoteístas y obras maestras de la literatura arcana, son los libros más corruptos y abyectos que la humanidad haya escrito jamás. Tanto conocimiento y al mismo tiempo tanta vileza, donde el delito ha sido convertido en “religión”, y un monstruo elevado a la categoría de Dios. No hay libros en la historia por los que se haya derramado más sangre. Los sabios perversos disfrazados de nobleza, de profetas, de filántropos, de filósofos, de teólogos, de autoridad, de jueces, y de santos, con algunas excepciones. Aunque habría que reconocer, que también tienen su merito, porque mantener alienada y embrutecida a tanta gente y durante tanto tiempo para aprovecharse de ello, no es tarea de poca monta.

Si alguien quiere saber como se fabrica un mito o un paradigma, he aquí un ejemplo: "Un grupo de científicos encerraron a cinco monos en una jaula, en cuyo centro pusieron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos.

15


Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo el recién llegado fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto, y finalmente el último de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así..." Por algo se ha dicho: “Es mas fácil desintegrar un átomo que un preconcepto”.

No somos expertos en la Tora, ni en la Biblia ni en el Corán, sin embargo, con lo que hemos hurgado hasta ahora, como lo veremos más adelante, ha sido más que suficiente. Y es que no se necesita comerse una carroña, y mucho menos entera, para comprobar que apesta y que le brotan los gusanos.

Tan grande ha sido su influencia, como grande es la ingenuidad, la inconsciencia, la ignorancia y la hipocresía de quienes se arrodillan ante ellos. 16


Detrás de estos libracos, con ínfulas de santidad, que glorifican la violencia, la esclavitud y el terrorismo; considerados “Ley Divina” por una caterva de monos parlanchines que se dicen llamar “homo sapiens”, y cuya mayor virtud ha sido tenerlos atemorizados y enceguecidos durante milenios, hasta el punto que muchos cándidos estarían dispuestos a matar, y aun más, a inmolarse por defenderlos, se han agazapado desde los mismísimos albores de la “historia”; las élites voraces y omnipresentes; de una maraña inextricable de hermandades esotéricas, de sociedades secretas iniciáticas masculinas y jerárquicas. Tan sabias como siniestras.

Obsesionadas con el poder y el

saber; posteriormente adquirirían un carácter espiritual, filosófico, militar y económico; habiendo logrado acuartelar, deslumbrar y corromper a muchos de los personajes más grandes; con su inteligencia, sus conocimientos, sus artimañas, y también con su riqueza; para luego jactarse y exhibirlos como trofeos después de que les sirvieron como idiotas útiles. Son las verdaderas autoras en las sombras, de estos libros espurios, y de esas maquinas de esclavitud, de estafa y de tortura que conocemos hoy como la Religión y el Estado; precursoras de Templarios, Masones, Rosacruces, Illuminati, y un sinnúmero de grupúsculos de todos los pelambres y calibres inimaginables; presos del ego y envenenados con la sabiduría de los antiguos alquimistas; expertos en mezclar verdades con mentiras; en la creación de mitos y en toda clase de falsificaciones. Conocedoras de nuestra psique, de nuestras emociones, del inmenso poder del “secreto”. Lo que les ha proporcionado ventajas y

privilegios inconfesables, y quienes han impuesto el código del

silencio a sus adeptos, en ocasiones veladamente, cuando no explícitamente, bajo amenaza de muerte como cualquier mafia que se respete. Maestros en hacer parecer difícil lo que es fácil; en crear conflictos y dividir; en el arte de la 17


intriga, de la manipulación de la conciencia, del cinismo, del terror psicológico, pero también de la agresión violenta. Además de haber jugado siempre con ventaja, han posado como grandes benefactores de la humanidad.

A pesar de que todos desde niños hemos escuchado infinidad de veces la pérfida “historia”, cuando preguntamos a la gente cual fue el “pecado original”1 por el cual fuimos expulsados del “paraíso”, lo primero que recibimos es una cara de asombro y extrañeza tragicómica, y acto seguido apenas balbucean cualquier cosa tratando de acertar, sin tener la menor idea de lo que eso significa, y difícilmente relacionarían la prohibición y estigmatización de las drogas, la guerra al narcotráfico y los verdaderos dueños del negocio, con aquel pasaje bíblico tan actual y tan lejano. Pero no solamente eso, miremos bien si no existe alguna relación entre nuestra actitud depredadora irracional, la misma que nos ha llevado al desprecio por la naturaleza, a la destrucción del planeta, y en gran medida a los problemas ambientales que padecemos en la actualidad, con aquella maldición divina contra la “Tierra”, decretada por el “innombrable”, por haber comido “el fruto prohibido del árbol de la ciencia”, el árbol del conocimiento. ¿A dónde está el poder, la sabiduría, la perfección, la misericordia y la santidad de un Dios que maldice su propia creación? Un Dios muy sospechoso. Lo vamos a desenmascarar. ¿Qué clase de Dios y de religiones son aquellas que desde sus inicios castigan el saber? Un derecho inalienable y una condición inherente a la vida. Unas religiones fundadas en el temor y en la fe ciega como virtud, lo que no es otra cosa más que una forma velada de mantener la ignorancia de sus fieles,

18


una forma encubierta de degradación; por algo se ha dicho: “El que no sabe es como el que no ve”.

En su libro “Cosmos”, Carl Sagan (1934 – 1996), el célebre astrónomo y científico estadounidense de origen judío, afirmó algo que es bien sabido: “la evolución nos ha hecho de tal modo que el acto de comprender nos da placer porque quien comprende tiene mayores posibilidades de sobrevivir”.

Hemos sido perversamente confundidos y engañados.

Hemos sido

victimas de una trampa, de una patraña, de un acto criminal. Se nos ha dicho que debemos temer a Dios, y nosotros nos preguntamos: ¿Acaso una gota de agua le debe temer al mar? Se nos ha dicho también que debemos amar a Dios, y nosotros nos preguntamos: ¿Acaso se puede amar por decreto o por obligación?

Si la fe mueve montañas, también es cierto que puede llevarnos de cabeza al despeñadero.

1.

Muchos pueblos antiguos tienen relatos de un pecado original por un acto de desobediencia a Dios. En el caso de las religiones del tronco bíblico, solamente el judaísmo y el cristianismo, tienen esta idea ligada a la historia de Adán y Eva, y la consecuente expulsión del jardín del Edén por haber comido el fruto prohibido del árbol de la ciencia, el árbol del conocimiento. En el islam no aparece el mismo concepto.

19


La historia sagrada de los koryak en Siberia, es una compilación de relatos conservada por tradición oral, que estudia el origen de los espíritus de los hongos amanita muscaria, llamados wa'paq. El relato se

sitúa en una

antigua época mitológica donde los animales y el hombre eran uno y en la cual, el héroe legendario Gran Cuervo, astuto y hábil chamán, ayudó a los dioses a poner orden en el mundo. Ésta es la leyenda según fue consignada por el antropólogo ruso Vladimir Bogoras:

“Un día Gran Cuervo encontró una ballena que, descarriada, se había acercado demasiado a la costa y había encallado en la playa. Gran Cuervo trató de devolver a su amiga ballena a sus compañeras de mar abierto, pero se encontró que no podía siquiera levantar la bolsa de tejido vegetal en que la ballena llevaba sus provisiones. Gran Cuervo voló entonces al cielo y pidió consejo al gran dios Vahiyinen (existencia), quien le ordenó ir a cierto lugar cerca del mar, donde encontraría unos espíritus blancos y espigados, tocados con sombreros de color carmesí, los wa'paq. Si comía alguno de ellos, obtendría la fuerza que necesitaba para levantar la bolsa y ayudar a la ballena a regresar a aguas profundas. Gran Cuervo fue al lugar donde habría de encontrar a los wa'paq, y allí Vahiyinen escupió sobre la tierra. Dondequiera que caía su saliva los hongos brotaban: eran ellos los wa'paq. Una vez que Gran Cuervo comió algunos, se sintió tan fuerte y alegre que se puso a bailar. Los espíritus wa'paq le preguntaron cómo era que él siendo un hombre tan fuerte y poderoso, no podía siquiera levantar la bolsa de provisiones de la ballena, a lo que Gran Cuervo respondió: "Tienen mucha razón, soy un hombre fuerte, así que iré a levantar la bolsa de viaje”. 20


Gran Cuervo regresó donde estaba encallada la ballena, alzó la pesada bolsa como si no tuviera peso alguno y puso al Animal hacia su camino. Finalmente, Gran Cuervo dijo: Quédese el amanita para siempre en la tierra y vean mis hijos: los hombres, lo que les enseñará".

Desde entonces, los chamanes koryak hicieron lo mismo que Gran Cuervo: comer estos hongos para adquirir conocimiento y fuerza sobrenatural; para conjurar espíritus y seres animales y para proyectar sus propias almas a otros mundos. De hecho, la palabra chamán proviene del idioma tungu, de Siberia, xaman o schaman, y éste del verbo scha, "saber", un término que en general significa "sabio, adivino, mago, médico, creador de éxtasis, especialista en cosas sagradas y mediador entre el mundo humano y el mundo sobrenatural". Al igual que otros pueblos ancestrales de Asia y América, los koryak, los chukchis y demás tribus autóctonas de Siberia, conciben al mundo constituido por muchas capas o niveles conectados por un eje central cósmico en donde cada capa tiene sus propios espíritus habitantes y gobernantes. En ocasión de grandes crisis comunitarias o individuales, los chamanes viajaban a los distintos niveles para consultar a los espíritus. Por lo general, sólo ellos podían hacerlo; aunque también la gente común podía emprender el viaje, pero se reservaba al sabio la interpretación de la experiencia y su aplicación al resto de la tribu.

También en el Rig Vedá, el texto más antiguo y sagrado de la India y uno de los más antiguos del mundo, fechado según cálculos astronómicos 21


relacionados con la precesión de los equinoccios entre el 4000 y 2500 a. de E.C., aunque otros estudiosos lo sitúan alrededor del 1400 a. de E.C. (8.48.3, en la traducción de Griffith) podemos leer:

a ápāma sómam amritā abhūmāganma jyótir ávidāma devān c kím nūnám asmān krnavad árātih kim u dhūrtír amrita mártyasya

Hemos bebido Soma y nos hemos vuelto inmortales; hemos alcanzado la luz y descubierto a los dioses. ¿Ahora qué puede hacer la malicia de nuestros enemigos para hacernos daño? Qué, oh inmortal, engaño mortal del hombre.

Manuscrito sanscrito del Rig Vedá en escritura devanagari

Como el Soma en la India, el Haoma de los persas en su antigua religión, el zoroastrismo o mazdeísmo (1600 - 1200 a. E.C.), de la que se 22


nutrieron también el judaísmo, el cristianismo y el islam; es a la vez un dios, una planta sagrada, y la bebida mística que se extrae de ella. Tanto en un caso como en otro, se trata de una planta embriagante que contiene virtudes naturales y sobrenaturales. Así la liturgia de su venerable libro, El Avesta, atribuye al Haoma las virtudes de curación, fiereza, longevidad, prosperidad, sabiduría e inmortalidad, que los himnos védicos celebran cuanto cantan al Soma. El propio Zoroastro deploraba los excesos y su uso profano e incontrolado.

¡Oración a Haoma! “Haoma es bueno: Haoma está bien creado, ha sido creado justo, ha sido creado bueno y curador. Es hermoso de forma, quiere el bien, es victorioso. De color oro, de tallo flexible, es excelente para beber y el mejor de los viáticos para el alma. Oh Haoma de oro, yo pido de ti la sabiduría, la fuerza y la victoria, la salud y la curación; la prosperidad y la grandeza; la fuerza de todo el cuerpo y la ciencia universal; y que pueda ir por el mundo como señor soberano, aplastando el maleficio....”. (Avesta, II, 100)

No dejamos de sentir admiración por Persépolis, de sentir curiosidad por Zoroastro y sus mensajes espirituales casi perdidos.

Otra versión, igual de esclarecedora, es la identificación de la imagen de la serpiente y el árbol de la vida en la mitología griega; muy anterior a la tradición judeocristiana, según nos cuenta Mark Hedsel en su libro “El Celador”: 23


“Hubo otra serpiente guardiana de un jardín, anterior a las tradiciones cristianas: es Ladón, centinela de las manzanas según la mitología griega. Este ofidio no tuvo nada que ver con la tentación, ni con la caída o el auge de la humanidad: no ostentaba otra función que la de guardián. Los

alquimistas

de

épocas

posteriores,

avezados

en

descifrar

significados ocultos, distinguieron la verdadera identidad de Ladón. Es la serpiente del fuero interno, custodia de las riquezas interiores. El árbol que guardaba esa serpiente está dentro del hombre. En la medida en que se puede atribuir una forma física a ese árbol, donde germinan las manzanas místicas, es la columna vertebral, que tiene forma serpentina, con su tronco de vértebras y sus ramificaciones que son las vías nerviosas, que culminan en el cráneo. El fruto magnifico de ese árbol era el cerebro humano, y su flor se llamó el Chakra corona. Los alquimistas sabían que la serpiente enrosca su forma sinuosa alrededor de la columna vertebral, dentro de la envoltura humana, aunque muchas veces preferían representarla como algo exterior para revelar su terrible poder. La mitología griega tiene un rasgo espléndido, y es que por una vez, tenemos la sensación de que el mitólogo está a favor del dragón-serpiente. Es el guardián de las manzanas mágicas y estas simbolizan la Sabiduría Secreta que buscan algunos hombres y mujeres. Ese fruto espinal se llamaría <manzana> en la leyenda de las Hespérides pero sabemos que era en realidad una manzana de oro. También el fruto del árbol edénico se llamo luego <manzana>, pero pasando por el latín aparece un juego de palabras equívoco, ya que <malus> puede significar tanto <la fruta> como <lo malo>. A menudo 24


conscientes del doble sentido, el árbol frutal se equiparaba al ser humano, pero infestado de maldad como consecuencia de la caída orquestada por la serpiente”.

Conocida es también la escena de “La Eneida” de Virgilio, escrita en el siglo I a. E.C., en la que Dido, la reina de Cartago, antigua ciudad fundada por los fenicios procedentes de Tiro, en un enclave costero al norte de África, cerca de la actual ciudad de Túnez, habla para referirse a la hechicera que cuidaba el templo de las Hespérides: “…daba ella de comer al dragón, y cuidaba del árbol de las ramas sagradas, vertiendo para aquél gotas de miel y granos de amapolas soporíferas…

25


Capítulo 2

El yagé y un ápice del universo indígena

“El yagé crece a partir de esquejes, por lo que se piensa que se extiende hasta el principio de los tiempos, y se lo compara con un cordón umbilical que vincula a los seres humanos con el pasado mítico”.

S. Hugh-Jones

Ayahuasca (Banisteropsis caapi)

26


“Los médicos tradicionales de la Amazonía, o payés, son hombres profundamente sabios, dotados de una inteligencia poco usual y de una personalidad imponente, son casi sin excepción, caballeros de la selva”.

R. Shultes y R. Raffauf

“Un humanismo bien ordenado no comienza consigo mismo, sino que devuelve las cosas a su lugar. Sitúa al mundo delante de la vida, ó a la vida delante del hombre y al respeto por los demás antes del amor a sí mismo. Esta es la lección que nos enseñan aquellas personas que llamamos salvajes, una lección de modestia, de decencia y discreción a la vista de un mundo que precedió a nuestra especie y que la sobrevivió”.

Claude Leví Strauss Antropólogo belga de origen judío

El yagé o ayahuasca (Banisteropsis caapi), término de origen quechua que se descompone en “aya” alma y “huasca” bejuco (bejuco del alma), es una enredadera que crece formando una doble hélice. Ha sido tema central y aparece en numerosos textos, algunos de ellos excepcionales, como “El manjar de los Dioses” de Terence McKenna, etnobotánico de la Universidad de Berkeley, filósofo y escritor, y una de las figuras más importantes de la 27


contracultura norteamericana del siglo XX; en “El bejuco del alma” del etnobotánico americano Richard Evans Schultes, director del Museo Botánico de la Universidad de Harvard y Robert F. Raffauf. También en “Indios de Colombia”, del antropólogo y arqueólogo austriaco Gerardo Reichel-Dolmatoff, quien fuera el fundador y director de la Facultad de Antropología de la Universidad de Los Andes y autor de numerosos libros. Estas obras, recogen un cumulo de información de muchos años de estudio e investigación sobre el conocimiento de diversas tribus aborígenes de nuestro país, las dos últimas, ilustradas con fotografías esplendidas. Pero quizá lo más importante, es la profunda reflexión que obliga su lectura, al descubrir el inconmensurable valor de unas culturas que han padecido el ostracismo y el desprecio en su propia tierra durante siglos, a pesar de atesorar una sabiduría y una forma de ver y entender la vida, que pone a prueba la actitud arrogante y pretenciosa de eso que nos complace en llamar “Civilización Occidental”.

Veamos

algunos

comentarios

que

nos

permitan

acercarnos

y

contextualizar ese mundo indígena tan ajeno para la mayoría de nosotros. En “El bejuco del alma”, Schultes y Raffau afirman: “La perspicacia de los indígenas para notar detalles es asombrosa. Con frecuencia detallan y nombran, muchas clases de una planta, que pueden identificar a distancia sin tocarlas, saborearlas u olerlas, aun cuando un botánico no pueda encontrar ninguna diferencia morfológica entre ellas, por lo que debe considerarlas como representantes de una misma especie. En el caso del yoco, por ejemplo, los indígenas distinguen por lo menos quince clases, que están bien establecidas en el sistema de clasificación indígena. Esto es un enigma. Se han dado varias 28


explicaciones, pero todas son conjeturales y ninguna explica satisfactoriamente su agudeza, ni ofrece una explicación científica de este fenómeno”.

Sin embargo, el indígena va descalzo y nunca llegará a pisar Harvard, uno de los templos del saber en el mundo occidental.

Por su parte, Gerardo Reichel-Dolmatoff escribe: “La inferioridad del indígena ha sido una de las grandes falsedades de los últimos quinientos años. Cristóbal Colón, el primer intelectual que escribiera sobre los indios recién descubiertos, seguramente no fue el originador de estas infamias. Por el contrario, en su famosa Carta describe a estas gentes con palabras de sincera admiración; pensaba haber descubierto el paraíso….Pero la falsedad se impuso y ha seguido propagándose hasta nuestros días, multiplicada y extendida por la mayoría de los representantes de la Iglesia, de los gobiernos, de los historiadores y viajeros, literatos y divulgadores. Las sociedades, tanto de los Andes como de las tierras bajas tropicales, han sido difamadas, perseguidas y aún exterminadas.

No cabe duda de que al final del siglo XV muchos indígenas de Mesoamérica y Suramérica habían logrado niveles intelectuales y científicos mucho más altos de lo que los conquistadores estuvieran dispuestos a admitir. …Ejemplos serían la astronomía y el calendario de los Mayas; la arquitectura de los Andes Centrales y de Mesoamérica, los textiles peruanos, la metalurgia colombiana, la domesticación de un sinnúmero de plantas alimenticias, los sistemas de control hidráulico, entre tantos logros.….La gente me dice: Pero estos indios no sabían ni siquiera escribir. Pues los Mayas de Guatemala si 29


sabían escribir, por lo menos los sacerdotes, situación parecida a la de la Edad Media europea, cuando la escritura solo se conocía en los monasterios y en las cortes. Fueron aquellos monjes benedictinos, franciscanos, dominicos y otros, quienes nos transmitieron nuestra civilización greco-romana y judío-cristiana. Y fue por eso por lo que los frailes fanáticos que llegaron a Guatemala quemaron sistemáticamente todos los libros Mayas, porque sabían que ellos contenían la esencia de tradiciones milenarias, aún más antiguas que las suyas y por lo mismo inadmisibles como competidoras. Me dicen que los indios no tenían tecnología. Tenían su tecnología, una tecnología de otro orden, adaptada a sus necesidades y valores y a su ambiente. La tecnología nuestra se desarrolló en alto grado de acuerdo con su aplicación bélica, gran parte de aquella tecnología operaba y sigue operando en función de guerra, de lucha, de muerte, de destrucción.

No olvidemos que el 83% de la industria estadounidense y por ende el motor de su economía, está basada en la producción de armamento. Sabemos que casi toda la producción de la Boeing como la de General Electric, es militar. Nos preguntamos qué sería de los Estados Unidos si no inventaran guerras, y de la voracidad que les impone vender las armas, para conservar su poder. Por ahora. Pensamos que los demás países productores de armamento, se rigen por los mismos intereses.

Pero lo verdaderamente importante, lo humanamente extraordinario fue que los indígenas americanos no desarrollaron sus conocimientos metalúrgicos para servir a fines bélicos. Los textiles indígenas, hablando de los Andes 30


Centrales y Mesoamérica, no tienen igual en el mundo y su tecnología superaba todo lo que se producía en aquella época en la Europa medieval. El uso

cultural

estrictamente

controlado

de

sustancias

psicoactivas,

la

comprensión de mecanismos subconscientes, tal como se manifiesta en la iconografía, los textos chamánicos, la tradición ritual, son de una riqueza infinita. En realidad, el conocimiento astronómico-cosmológico, la manipulación bioquímica y la comprensión psicológica, junto con sus conceptos éticos concomitantes, corrían a veces parejas con los conceptos del mundo cristiano. Solo hoy, después de medio milenio, nos damos cuenta de por qué se originó aquella falsedad de la inferioridad del indígena….Nos dejamos engañar fácilmente por las apariencias.

Nosotros consideramos que aun con el escaso conocimiento que se tiene hoy del mundo indígena, los avances en el mismo nos demuestran que en muchos aspectos superaban a la Europa del Medioevo.

Los Tukano de la selva amazónica, conciben el universo en el cual se desarrolla la existencia humana, en dos dimensiones: la dimensión externa de la realidad objetiva y la interna, la de la psique. Al usar aquí el termino “dimensión” no se debe pensar que se trata de un dualismo de opuestos complementarios, de dos dimensiones diferentes, delimitadas cada una de la otra. Por el contrario, se trata de un todo en el cual el individuo se “conecta” o “desconecta” consciente o inconscientemente con una u otra “dimensión” cognoscitiva. Es más bien como si una persona bilingüe piensa y habla en dos idiomas, dominando los diferentes matices semánticos. 31


Una maloca es uno de los ambientes domésticos más agradables que uno pueda imaginarse. Qué vida tan discreta, tan calmada y tan ordenada como aquella maloca de un jefe que ejerce autoridad sin dar órdenes. Una maloca es una construcción cósmica y, al mismo tiempo representa un útero materno. Así la vida dentro de la misma tiene un carácter intrauterino, sacral, donde reina la armonía y la discreción. Las familias que forman los habitantes de una maloca constituyen una unidad de estrecha colaboración, de reciprocidad y de autodefensa, basada en los más altos valores de cohesión familiar y de responsabilidad social. Los misioneros nunca han entendido eso. Pensando que una tal vivienda multifamiliar tenía que ser un foco de promiscuidad e ignorando que los actos sexuales nunca tienen lugar dentro de la maloca sino siempre fuera de ella y a bastante distancia, han hecho una sistemática campaña en su contra obligando a los indígenas a construir ranchos inmundos para una sola familia. Al destruir las malocas los misioneros están destruyendo un sistema simbólico que da seguridad a sus habitantes, una memoria artificial cultural en que cada parte, aún la mínima, estaba cargada de significados. Han destruido la cohesión entre las familias, la reciprocidad, la colaboración espontánea. Han destruido una obra de arte.

32


Hombre tukano

En

una

maloca

Mujer tukano

pueden

vivir

hasta

ocho

familias

nucleares.

Frecuentemente se trata de un grupo de hermanos y sus esposas, las cuales pueden pertenecer a muy diferentes tribus Tukano ya que las reglas del matrimonio insisten en la exogamia lingüística y en la residencia virilocal. Es pues normal que se hablen diferentes lenguas en una maloca y, en efecto, el multilingüismo es una característica de los indígenas del Vaupés. No tiene nada de raro que una persona hable cuatro o cinco lenguas diferentes”.

Los occidentales basados en los viejos trabajos de Pavlov (1849-1936) y más recientemente de Skinner (1904-1990), podríamos pensar en la vida en la maloca, condicionados por los experimentos con ratas y otros animales, 33


estudiando la biología tradicional de los seres vivos: Si bien una rata o dos, pueden vivir en armonía en un espacio limitado, tres o cuatro agredirse, y más de seis destruirse, nos es difícil entender la convivencia en comunidad, en una sociedad que ha hecho énfasis en la individualidad y la propiedad privada como paradigma de la realización del ser humano. Debemos hacer un acto de reflexión, casi imposible por nuestro condicionamiento.

Nuestra cosmogonía no nos permite entender la visión holística

y

diferente que tiene el indígena. ¿Cuántos de nosotros podríamos vivir en una maloca, o en el paraíso que conoció Colon cuando vio por primera vez estas tierras, y del que aun, milagrosamente, quedan vestigios?

Un espacio exuberante de bosques, de ríos y de lluvia, donde el agua es un elemento esencial en la vida, bien por su abundancia o por su carencia. Recordemos que venimos del agua; pero si miramos el opuesto, cuyo lugar paradigmático es el desierto, también podemos encontrar formas de vida que han conseguido una extraordinaria adaptación.

En una entrevista realizada por el periodista, escritor y profesor catalán Víctor Amela, a un hijo del desierto, el pastor y estudiante tuareg Moussa Ag Assarid, podemos leer lo siguiente:

M.A.- No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles....Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido 34


pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo. V.A.- ¡Qué turbante tan hermoso...! M.A.- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través. V.A.- Es de un azul bellísimo... M.A.- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados... V.A.- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil? M.A.- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo. V.A.- ¿Por qué? M.A.- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa. V.A.- ¿Quiénes son los tuareg? M.A.- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh. V.A.- ¿Cuántos son?

35


M.A.- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

V.A.- ¿A qué se dedican? M.A.- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio... V.A.- ¿De verdad es tan silencioso el desierto? M.A.- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo. V.A.- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez? M.A.- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él! V.A.- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

M.A.- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, a escuchar, a aguzar la vista, a orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes, te llevará a donde hay agua.

V.A.- Saber eso es valioso, sin duda... 36


M.A.- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

V.A.- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

M.A.-Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con ser, ¡porque cada uno ya es!

V.A.- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

M.A.- Vi correr a la gente por el aeropuerto. ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

V.A.- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

M.A.- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

V.A.- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

M.A.- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

V.A.- ¿Tanto como eso?

M.A.- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era 37


todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

V.A.- ¿Qué pasó con su familia?

M.A.- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

V.A.- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

M.A.- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

V.A.- Y lo logró.

M.A.- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

V.A.- ¡Un tuareg en la universidad!

M.A.- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camello... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

V.A.- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí? 38


M.A.- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa…En el desierto no hay atascos, ¿y sabes por que? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

V.A.- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

M.A.- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde…

V.A.- Fascinante, desde luego...

M.A.- Es un momento mágico…Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor…La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor…

V.A.- Qué paz...

M.A.- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

Recordemos que en el desierto no hay contaminación lumínica ni auditiva, y se pueden experimentar momentos de absoluto silencio, de paz y tranquilidad. Allí se vive lo más austeramente posible, lejos de la frivolidad del mundo del consumo; por eso su serenidad, su porte, su esbeltez y su buena salud en un medio tan inhóspito.

39


“Ya mencioné que nuestro mundo físico, fenomenológico, es visible solo mientras que se mantenga el circuito energético, es decir, mientras que el individuo restituya cada quantum de energía que gaste para su propia supervivencia. Ahora bien, para poder cumplir con esta norma fundamental, la persona debe darse cuenta de que todo lo sensorialmente perceptible, tiene además un significado esencial en la dimensión mental-psicológica. Llegar a conocer estos significados es el objetivo principal de la vida. Para lograr este conocimiento abstracto existen varios mecanismos que son: el consumo estrictamente controlado de alucinógenos de origen vegetal, las privaciones sensoriales de todo orden, la meditación, los estados hipnagógicos, oníricos e hipnóticos, estados hiperactivos, autísticos y otros más. Lo que probablemente representa el elemento unificador principal es la experiencia extática inducida por una poción preparada de una liana de la Familia de las Malpigeáceas, genus Banisteriopsis, comúnmente llamado yagé, en el vernáculo del Vaupés. Los Tukano designan la experiencia de yagé como un “despertar”. En efecto, todo el proceso de conceptualización, el proceso de reconocer los significados, se entiende como un despertar de las facultades mentales y psicológicas del individuo, pues únicamente entonces puede adaptar su m odo de vida al ambiente natural y social, sin entrar en conflicto y causar serios desequilibrios. El pensamiento analógico, el concepto de significados encubiertos y la experiencia alucinatoria constituyen, en su conjunto, un alcance de la imaginación de una riqueza inagotable.

40


La forma en que los Tukano han “inventado” su cultura consiste en una multitud de elementos, de subsistemas y sistemas que se organizan en niveles de interpretación posibles, los cuales son fácilmente confundibles ya que a menudo se interpenetran, traslapan o presentan asociaciones de ideas que son difícilmente comprensibles para un forastero.

Obras Tukano

Detalle de cerámica Tukano

Ningún indígena diría que está solo en un tracto de selva; siempre está en presencia de algo, de alguien, de los antiguos, de los ancestros. Es entonces cuando uno comienza a comprender que significa la selva para esta gente; que tan grande es su preocupación por no disturbar el equilibrio de aquellas energías que ellos ven como las fuerzas vitales del universo. Si tratamos de ver el paisaje con estos ojos, desde esta perspectiva de una inmensa profundidad histórica llena de escenas y eventos vivos, tal vez comprenderemos que lo que nosotros llamamos secamente “conservación del medio ambiente”, tiene para los indígenas un profundo sentido ético.

41


Una vez hemos captado lo que es el medio ambiente físico en el cual se mueven los Tukano, debemos tratar de mirar más allá de sus límites, para formarnos una idea de su cosmovisión total.

Aunque la mayoría de los alimentos proviene de los cultivos de yuca, los Tukano siguen teniendo la mentalidad del cazador. Ahora bien: todos hemos visto alguna fotografía que muestra a un indígena armado con su arco y flecha o su cerbatana, exhibiendo alguna presa, tal vez un mico o una pava. Y al mirar tal foto se piensa: ¡Qué gente tan feliz! Caminar así en medio de la selva, con la frescura de la mañana, para conseguir en un rato una buena presa. Pero la realidad es muy distinta. Pongámonos en la posición mental de él. Matar a un animal es extinguir una partícula de una gran energía cósmica. Comer este animal es transformar esta partícula en una partícula energética personal. Pero como en el cosmos hay una cantidad limitada de corrientes energéticas, cada partícula que el hombre sustrae de este gran flujo, debe ser repuesta. Todo lo que el hombre utiliza para su sostén, lo debe reponer imponiéndose ciertas restricciones de consumo. Estas restricciones pueden consistir en reglas dietéticas, en prohibiciones de cazar o pescar en ciertas condiciones, en continencia sexual y en un sinnúmero de pequeñas limitaciones en su vida diaria. Hay sistemas de control que apoyan estas reglas. Hay sueños y pesadillas, hay presagios en los colores, olores, ruidos, el vuelo de las aves, el nadar de los peces. Ello se discute con el chamán, quien advierte que cualquier exceso en la caza, la pesca o cualquier abuso de frutos silvestres o de maderas, llevaran a la enfermedad. No habrá escapado a la atención del lector que en el fondo se trata aquí de reglas de manejo de la fauna y la flora, y que el 42


chamán, el tan difamado “brujo” y “hechicero” es el ecólogo consciente y eficiente”.

Nuestros más modernos y avanzados conceptos y aplicaciones científicas y tecnológicas en el campo de la ecología y la sostenibilidad, algo nuevo y revolucionario para nosotros, no son más que pataleos de ahogado, y al lado de la exquisita sutileza, la profundidad y la sabiduría ancestral de los suyos, parecen ingenuos, torpes y caricaturescos. ¿O es que acaso aún nos cabe en la cabeza, después de ver los costos de todas las maravillas que hemos inventado, seguir talando bosques, envenenando el aire, el agua y la tierra, para soñar un día con mejorar el paisaje y el clima del planeta, sembrándolo de relucientes molinos de viento y tapizándolo con brillantes paneles solares?

Si la naturaleza representa un principio de máximo aprovechamiento de los recursos, en donde nada es basura, todo es útil y todo es reciclable, lo que nosotros conocemos por civilización y progreso ha llegado a ejemplificar el principio en el que todo tiende a ser desechable, todo tiende a pasar de moda antes de cumplir su ciclo de vida, todo tiende a ser convertido en zahúrda, en chatarra, en elementos y sustancias difícilmente reutilizables, y muchas de ellas altamente toxicas y contaminantes. Es evidente que si la industria fuese honesta e hiciera solo lo que es verdaderamente necesario para vivir sin dañar el entorno, y la publicidad lo enfatizara, las empresas desaparecerían. La contaminación, la degradación, el desequilibrio y la miseria que abunda a nuestro alrededor y amenaza con asfixiarnos, es apenas el pálido reflejo del veneno que nos han dado disimuladamente por alimento para el 43


cuerpo y para el alma; enmascarado de religión y de cultura; es la basura que llevamos por dentro; los síntomas de una sociedad enferma, que empieza a dar muestras de su estado terminal, y los cantos de sirena del desarrollo, de la ciencia y de la tecnología: un ardid, un espejismo; un callejón sin salida.

En el libro “La Diosa Blanca”, del escritor y erudito inglés Robert Graves, encontramos la siguiente reflexión acerca del valor y la utilidad de la poesía, uno de los atributos del tan menospreciado chamán:

“¿Cuál es la utilidad o la función de la poesía en la actualidad?» es una pregunta no menos acerba porque la hagan con insolencia tantos estúpidos o la respondan con apologías tantos tontos. La función de la poesía es la invocación religiosa de la Musa; su utilidad es la mezcla de exaltación y de horror que su presencia suscita. ¿Pero «en la actualidad»? La función y la utilidad siguen siendo las mismas; sólo la aplicación ha cambiado. Esta era en un tiempo una advertencia al hombre de que debía mantenerse en armonía con la familia de criaturas vivientes entre las cuales había nacido, mediante la obediencia a los deseos del ama de casa; ahora es un recordatorio de que no ha tenido en cuenta la advertencia, ha trastornado la casa con sus caprichosos experimentos en la filosofía, la ciencia y la industria, y se ha arruinado a sí mismo y a su familia. La «actual» es una civilización en la que son deshonrados los principales emblemas de la poesía. En la que la serpiente, el león y el águila, corresponden a la carpa del circo; el buey, el salmón y el jabalí a la fábrica de conservas; el caballo de carrera y el lebrel a las pistas de 44


apuestas; y el bosquecillo sagrado al aserradero. En la que la Luna es menospreciada como un apagado satélite de la Tierra y la mujer considerada como «personal auxiliar del Estado». En la que el dinero puede comprar casi todo menos la verdad y a casi todos menos al poeta poseído por la verdad”.

El escritor colombiano William Ospina, en su ensayo “Es tarde para el hombre”, escribe:

“Así, cada invento de la modernidad nos llega como sacralizado por la idea de que toda novedad supone un avance. Nadie duda que los autos de hoy son mejores que los autos de ayer: pocos piensan que la proliferación de los autos está cambiando por un plato de orgullo y comodidad el oxigeno del planeta y el derecho a la capa de ozono.

Parece que les debiéramos gratitud a las fuerzas que construyen nuestro patíbulo. Parece que debiéramos gritar “Bienvenido el progreso”, cada vez que surge una nueva tontería o una nueva atrocidad. Si el vértigo de la moda encadena a las juventudes del planeta a una frenética servidumbre; si las ciudades crecen sin control y sin previsión, deslumbrando a los inmigrantes con promesas cada vez más irreales; si para salvar los rendimientos del capital los pesticidas envenenan los campos; si las industrias militares trabajan día y noche para producir cada vez más sofisticados instrumentos de muerte; si transformamos sin reflexión la materia del mundo en substancias inertes incapaces de volver 45


al ciclo de la naturaleza; si multiplicamos los monstruosos escombros no biodegradables, bienvenido el progreso. Si la técnica y la industria nos imponen un ritmo cada vez más desaforado y urgente en la vida, en el trabajo, en los viajes, en el placer, en la música, un ritmo que excluyó lo divino y pronto excluirá lo humano: bienvenido el progreso.

Si el universo de los mensajes comerciales invade sin tregua el espacio y la mente; si la escuela sustituye cada vez más la relación viva con el mundo por un discurso autoritario y fósil que usurpa el lugar del conocimiento; si los ociosos inventos de la tecnología nos hacen cada vez más pasivos, más sedentarios y más inmóviles; si la manía de la especialización nos arroja cada vez más inermes en manos de técnicos cada vez más obtusos; si la ciencia explora las entrañas de la realidad y manipula amenazadoramente el universo de los dioses sin respeto y sin escrúpulos: bienvenido el progreso. No hay ya novedad que no quiera imponerse por ese camino. Supongo que alguna vez las cosas tuvieron que probar su utilidad antes de ser aceptadas, ahora parece bastar que alguien las anuncie como algo nuevo y que alguien las venda como algo ventajoso. Así han logrado invadirnos, no siempre transitoriamente, cosas que cualquier mente sensata rechazaría si el prurito de la novedad no inhibiera la reflexión.

¿Puede la mera lucidez detener la carrera desenfrenada de los potros del progreso? Tal vez no sería imposible si la

humanidad

advirtiera que tras las seducciones de la publicidad, las provisiones de la industria,

los

prodigios

de

la

ciencia, los

refinamientos

de

la 46


especialización y las maravillas de la técnica subyace algo insensible y monstruoso,

que

supremacía,

lo

asediados

de

adulando espolea

al

hacia

tentaciones,

hombre, su

predicando su

ruina.

demasiado

Pero

absortos

confort

estamos en

y

su

demasiado

esas

pantallas,

demasiado pasmados de hechos y de cosas, demasiado acosados por la necesidad o por el afán de poseer, y mientras tanto, fieles al mundo que deben acompasar, los relojes corren cada vez más aprisa “.

También para los sioux, igual que para los tukano y para tantos otros pueblos cazadores de la tierra, el acto de cazar no es un deporte como lo es para nosotros, ni mucho menos una vulgar carnicería; para ellos es una actividad sagrada, un acto de comunión y reciprocidad con el reino animal, es decir con su propia familia. En palabras de los sioux: “Seguir la pista de un animal y hallarle en medio de dificultades y peligros equivale a encontrar al Gran Espíritu... La finalidad de la existencia”. Seguir las huellas de un animal es seguir sus pasos, conocerle, fundirse con él desde que se pone el pie sobre la primera huella. Hay que ser fuerte para poder hacerlo porque el guerrero debe estar abierto y sólo, y el miedo en la pradera puede traer la locura. El cazador que triunfa nunca piensa en ello, pues si lo hiciera se borraría el instante de cada paso, de cada olor, de cada latido. Previamente se le habla, se le pide permiso y perdón al animal por tener que matarle para comer, recordándole que el cazador también será un día parte de la tierra que alimentará a sus hermanos plantas y animales”.

47


La comparación entre las tecnologías de un arco o una cerbatana, y la de un arma de fuego, deja al descubierto el abismo existente entre dos formas de ver y entender la vida, completamente diferentes. El arco y la cerbatana son certeras y silenciosas, no cobran más que la presa necesaria. Su uso, su fabricación y su mantenimiento, generan un impacto mínimo en el ambiente. Son armas inteligentes. En cambio, un arma de fuego, además de su poder destructivo, es estruendosa, con lo cual si se falla al primer intento, se ahuyentarán las presas o se cazará en exceso, y esto sin contar el consumo de energía y la contaminación que implica tanto su uso, como su fabricación y su mantenimiento. Es como pescar con dinamita. Las animales salvajes son mucho más sabios a la hora de cazar. Solo toman lo que necesitan.

Por otra parte y llegados a este punto, nos preguntamos también qué tan legítimos y apropiados son los términos: América, Latino América o Hispano América, en los cuales ni siquiera se ha dejado un espacio para honrar la memoria de los hijos originarios de esta tierra, los que la han amado, los que dejaron un legado que hoy vemos con respeto y admiración, y que entregaron su vida para defenderla. Como diría Víctor Manuel Haya de la Torre, fundador del APRA en el Perú, cada día cobra más fuerza que usemos un nombre más real y más justo para nuestro continente, como podría ser Indo América.

48


El amor por el conocimiento, la capacidad que tenemos los seres humanos por sorprendernos, ha existido desde siempre, sin embargo, la filosofía occidental, podríamos decir que se origina en Grecia en el siglo V a. E.C. con Pitágoras, a quien se le atribuye el término; llegando hasta pensadores

como

Derrida,

Foucault,

Deleuze,

Arendt,

Chomsky;

los

estructuralistas, postestructuralistas y postmodernistas que triunfan en la academia europea y estadounidense. Nosotros somos una particularidad de la historia universalizadora de occidente, o quizá mejor, lo que ha quedado de la voracidad sin limites que caracteriza al poder imperante. Con la llegada de Colón y sus secuaces, quienes llegaron en barcos con insignias templarias en sus velas -la cruz paté roja-, despega el capitalismo moderno de la burguesía europea, despojando las riquezas del Nuevo Mundo, así como lo han hecho, desde el inicio de la “civilización” todos los imperios, ligados a la rapiña y al genocidio. Recordemos que aquí murieron, según los cálculos más prudentes, entre 50 y 70 millones de nativos; en otras palabras, una de las mayores masacres de las que se tenga noticia; la mayor en el mundo occidental. Algunas estadísticas aseguran que la mayoría de las muertes se debieron a las enfermedades traídas por los “invasores”, como si eso ayudara a disminuir la dimensión de la tragedia. Ni que hablar de la experiencia “civilizadora” de los países asiáticos y africanos. En el capitulo 24 de El Capital, Marx habla del capital original con el que Inglaterra logró hacer la Revolución Industrial, principalmente en Liverpool y 49


Manchester, gracias a los buenos oficios de corsarios, bucaneros y filibusteros, es decir, piratas que asaltaban los galeones españoles en su viaje de regreso a Europa, con el botín que también ellos habían expoliado. No olvidemos a “Sir” Francis Drake, o a su colega, “Sir” Henry, el pirata Morgan, entre otros. Desde entonces, hemos sido proveedores de “materias primas” que después nos venden con el valor agregado de la industria. Nosotros no hemos hecho Revolución Industrial, ni mucho menos Informática. Hasta la forma de vestir y de pensar nos ha llegado de los centros del poder en occidente. Poco sabemos de pensadores de otras latitudes, como el palestino Edward Said, o la india Gayatri Spivak, o de Homi Bhabha, también indio; casi nada sabemos de Confucio, el gran filósofo chino, o de los sabios de los grandes imperios de Togo y Benin en el oeste africano, y menos aún de nuestros pensadores y sabios indígenas, de los cuales ni siquiera sabemos sus nombres.

50


Capítulo 3

Una visión etnomédica del yagé

“La ayahuasca se puede preparar con varios ingredientes y con diferentes grados de intensidad, desde una simple infusión en agua fría hasta un cocimiento que hierve lentamente durante varios días en combinación con las hojas del arbusto de chacruna”.

F. D. Lamb

“Para lograr tener visiones, su fuente más importante de conocimientos, los chamanes hacen uso de los enteógenos. Bebemos yagé, dice el payé, las cosas comienzan a hablarnos, y nuestra alma es liberada de nuestro cuerpo”.

F. Trupp

51


Rito ceremonial de yagé

La sustancia conocida como yagé o yajé, es una preparación de diversas comunidades étnicas del piedemonte andino-amazónico, asentadas en Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia y Brasil. Utilizada con fines medicinales, purgativos, y en ceremonias de carácter ritual. El nombre “yagé” es propio de las comunidades indígenas de Colombia; particularmente: los tukano, cofanes, sionas, ingas, coreguajes y kamsás. En los otros países el nombre más común es ayahuasca.

52


Yagé (Banisteropsis caapi)

La preparación más difundida incluye por lo menos dos plantas: el bejuco denominado igualmente “yagé” (Banisteropsis caapi) considerada macho, y la planta llamada “chagropanga” (Diplopteris cabrerana) considerada hembra; en la preparación propia del área colombiana, porque en el sur, la planta asociada al ayahuasca en la mezcla, es la rubiácea conocida como “chacruna” (Psychotriaviridis) también considerada hembra, pero el efecto resultante es similar.

53


Chagropanga (Diplopteris cabrerana)

Chacruna (Psychotriaviridis)

La mezcla es utilizada, según la tradición, por los payés, taitas o chamanes; en rituales nocturnos que ellos dirigen, acompañados por cantos arcaicos e invocaciones, sahumerios, toques de música con cascabeles, armónicas, rondadores, flautas, y bombos; además de danzas interpretadas por ellos mismos. El ritual se inicia con la repartición de la dosis para cada participante. Dicha dosis, aunque variable según el chamán y el grado de concentración de la mezcla, así como de la persona y la experiencia anterior que tenga con la bebida; situación que tiene en cuenta el taita para decidir la cantidad que le sirve, puede ser de entre 20 y 40 cms3. Generalmente al cabo de media hora a 45 minutos, el yagé comienza a producir efecto. Pasada una hora y media de haber sido repartida la primera toma, el taita ofrece una segunda, para quienes no hayan tenido efecto o quieran repetir. De ahí en adelante, los participantes podrán pedir tomas adicionales según su estado particular, y el taita decidirá si suministra más a quienes se lo soliciten. Cada toma adicional es normalmente inferior a la primera.

54


El efecto puede durar unas dos horas. Hablamos del efecto de trance o de Estado Modificado de Conciencia, en el que en ningún momento se pierde la conciencia; solo se vive un estado de conciencia ampliada, del que normalmente las personas recuerdan todo lo ocurrido y las visiones tenidas; así en muchos casos no sepan expresar en lenguaje verbal el contenido de esas visiones. Las personas que toman una segunda, o tercera vez en la misma noche, viven una prolongación de su estado de trance, sin perder en ningún momento la conciencia; aunque físicamente puede ocurrir que la persona se mueva como en estado de borrachera, o que sienta que no se puede poner en pie. El momento culminante del ritual es el procedimiento de sanación o limpia que ejecuta el taita individualmente sobre cada participante, en el que ayudado por un ramo de hojas llamado “wairasacha”, canta y danza alrededor del paciente que sentado con el torso desnudo, soplando y chupando en sitios determinados del cuerpo; para ejecutar la limpieza. En la mañana siguiente posterior a la toma, no existen situaciones que se puedan asimilar al “guayabo” o “resaca” cuando se consume alcohol u otros sicotrópicos. No hay, o solo en casos muy extraños, dolor de cabeza o malestar. Normalmente las personas viven una situación de gran lucidez y optimismo. Hay alegría y normalmente una sensación de energía extra. Es frecuente que posterior a la toma los participantes tengan propensión a hablar sobre su experiencia y sobre cosas de las que sienten ahora, que tienen CLARIDAD.

55


El análisis químico ha identificado el componente activo del yagé como del grupo de las harminas, de entre un grupo de alcaloides betacarbonílicos. El componente activo de la chagropanga es la triptamina, o más precisamente la DMT (dimetiltriptamina), componente considerado responsable de la producción del contenido visionario de la experiencia. Las triptaminas solo son efectivas por vía oral si se acompañan de un inhibidor de la MAO (monoaminoxidasa), una enzima presente en el sistema digestivo y que es para el caso el papel que juegan los betacarbonilos, haciendo posible el efecto visionario. Los componentes señalados ubican el yagé como un psicotrópico: una sustancia que influye sobre el Sistema Nervioso Central.

La DMT es considerada como un neurotransmisor que se encuentra de manera natural en el cerebro humano, exactamente en la hipófisis o glándula pineal y en el cerebro de otros mamíferos. Es el alucinógeno de acción más intensa que se conoce, el de mayor impacto visual. Se encuentra también en numerosas plantas y semillas, y se produce en pequeñas cantidades cada vez que una persona sueña, y en las experiencias cercanas a la muerte.

La denominación enteógeno fue establecida por los especialistas en el tema desde hace unos 20 años, en reemplazo de la denominación alucinógeno que ha ido adquiriendo una connotación peyorativa. La palabra enteógeno, de etimología griega, designa la característica de estas sustancias de producir una experiencia “extática” y que se traduce como “dios en mí”, o “que genera la divinidad en mí”.

56


Tal vez ha sido este el tipo de efecto que más se ha estudiado en el yagé, incluso en desmedro del efecto purgativo y físico que lo ubica como recurso de medicina preventiva; puesto que limpia, desintoxica y fortalece el organismo; produciendo a menudo en quienes lo consumen, sensación de náusea, vómito y diarrea; dependiendo de las condiciones particulares de cada individuo. La desintoxicación que produce el yagé, puede entenderse también como una reconexión de las personas con su profundidad instintiva, con las raíces de su propia naturaleza física. Pero no es conducente entender el efecto del yagé de manera parcial. Su mejor comprensión es en su efecto integral, más aún, hoy, que se insiste en el carácter psicosomático de muchas de las enfermedades. Por eso el efecto de “purga” puede extenderse también al nivel mental y espiritual. En el “nivel psíquico”, pueden aplicarse conceptos como el de “catarsis”, que se entiende como depuración de emociones y sentimientos a través de la descarga

de sensaciones y eventos acumulados o escondidos en el

inconsciente profundo. En el “nivel mental”, el de la construcción de racionalizaciones de nuestra mente, la experiencia puede ser comprendida por el efecto “dialógico”, o de “desdoblamiento” de nuestra mente en el momento del trance: aparece dentro de ella un interlocutor que pone en cuestión la divagación y el diálogo autojustificativo interno. De esta manera, podemos decir que en el nivel mental significa un ajuste en nuestra forma de conceptualizar, establece un límite a nuestras especulaciones. Más complejo aún es el “nivel espiritual”. Es la confrontación con nuestra realidad más profunda, la que toca en nuestro ser la dimensión del Misterio, “lo 57


innombrable”, lo que no tiene nombre, y que adquiere las formas de representación de las creencias en que hemos sido formados o que hemos adquirido a lo largo de nuestra historia personal. Es allí donde se pueden revelar todo tipo de fábulas, ilusiones, frustraciones, o también las visiones en las que se manifiesta nuestra metáfora de la divinidad y donde construimos nuestro altar íntimo de significantes, que le dan sentido a nuestra vida. En esta dimensión podemos entender el efecto como la reconexión con un “orden” que percibimos de la realidad y de las cosas. Dicho estado es inefable, inexpresable en palabras, pero podríamos referenciarlo como parte del inconsciente colectivo o del inconsciente individual propiamente dicho, o utilizando un término más actual: el Imaginario.

Puede ser que lo que encontremos sea confusión o armonía, lo que si consideramos importante es resolver las dudas que nos ha planteado la experiencia. A veces son tareas que nos deja el yagé-juez en nuestro inconsciente, y que nos demandará después. La situación nos lleva a elucubraciones superyoicas: la moral sociocultural; que no es la misma en una persona de ciudad, que en un aborigen de la selva.

“Toda la experiencia puede llevar a una expansión de la conciencia, a nuevas formas de percibir y entender la realidad, lo que puede redundar en un estado general de salud y propiciar por tanto una vida más satisfactoria y productiva”. Nos explica el sociólogo Ricardo Díaz Mayorga, director de la revista “Visión Chamánica”, en su “Breve descripción etnomédica del Yagé”. 58


Sin embargo, y no obstante lo anterior, es importante anotar, que el consumo de sustancias enteógenas como el yagé, en un medio como el nuestro, podría representar también un alto riesgo para personas con propensión a desordenes de tipo psíquico o emocional.

Veamos ahora la semejanza de las experiencias anteriormente descritas, con las explicaciones que aparecen en el libro “Misterios del mundo antiguo” del profesor e investigador español Bartolomé Bioque, sobre las etapas de la Gran Obra, en el Arte de la Alquimia, siempre cargado de metáforas y simbolismos, para mantener el conocimiento oculto a los ojos del no iniciado:

“Cuando el dragón es vencido por el héroe, entrega sus dones y tesoros. En la mitología germánica, Sigifredo, el famoso héroe, vence al dragón Fafner, que era el custodio de un tesoro de oro. Otro aspecto a destacar es el del engullimiento. La entrada a la cabaña iniciática, tiene a veces forma de boca de dragón. Es el regreso ad uterum, la preparación de un nuevo nacimiento, pero esta vez espiritual. Este significado pasa a través de varias etapas: el iniciado debe afrontar la prueba que le lleva a la muerte psíquica entrando en las fauces del dragón y por lo tanto descendiendo a los infiernos; en una fase posterior, era regurgitado por el dragón, renacimiento a una vida superior. Jonás, como un adepto que navega entre las aguas espirituales, es engullido por el Leviatán. Así lo cuenta la Biblia. 59


Permanece alegóricamente tres días en el sepulcro –el vientre de la ballenapara eliminar los residuos negativos de su psiquis; crea los vehículos solares y cuando sale de nuevo a la luz del día, está purificado y puede ir a profetizar a la ciudad de Nínive.

No escapará a la atención del lector, la coincidencia y los significados que envuelve, el que más tarde nos diga la leyenda que también Jesucristo resucito al tercer día.

El dragón es el tentador, es el Bafometo, monstruo de las leyendas de los Templarios, el entrenador psicológico y el guardián de las puertas del Santuario. Las pruebas del guardián del umbral son contra el mismo aspirante a la luz; es el espejo que refleja nuestra propia realidad a nivel de pensamientos, sentimientos y acciones en todos los planos de conciencia. Si es vencido, queda esclavizado por el horrible monstruo. El dragón no puede morir, es el impulso vital, los instintos y pasiones; es la vida en uno de sus aspectos. El alquimista debe robarle el fuego al diablo”.

60


Capítulo 4

Chamanismo, paganismo y tradición judeocristiana

“La muerte es la destrucción de la ignorancia”.

Alce Negro Chamán Siux

“Hay un mundo más allá del nuestro, un mundo que está lejos, también cercano e invisible. Ahí es donde vive Dios, donde viven los muertos y los santos. Un mundo donde todo ha pasado ya, y se sabe todo. Ese mundo habla. Tiene un idioma propio. Yo informo lo que dice. El hongo sagrado me toma de la mano y me lleva al mundo donde se sabe todo. Allí están los hongos sagrados, que hablan en cierto modo que puedo entender. Les pregunto y me contestan. Cuando vuelvo del viaje que he tomado con ellos, digo lo que me han dicho y lo que me han mostrado".

María Sabina Chamána Mazateca 61


Tambor de chamán con Axis mundi

Llama la atención el consumo de enteógenos como el yagé, que empieza a darse en nuestras ciudades, así como el tratamiento mercantilista y la forma ligera en que se aborda su utilización, un acto tan serio y delicado, que puede significar una amenaza para una tradición milenaria asociada a rituales sagrados y profundamente respetada por pueblos indígenas americanos. Común a todas las culturas desde la memoria de los tiempos. Estrictamente dirigido y controlado por chamanes o iniciados. Resaltamos también la contradicción y los sincretismos que se producen cuando se confrontan las creencias aborígenes, de orden animista, ligadas a la veneración y el respeto

por la naturaleza; en contraste con la tradición

monoteísta judío-cristiana, que maldijo y separo de un tajo a los seres humanos de la madre naturaleza, y que durante siglos ha perseguido, sin compasión, al chamanismo y al paganismo, no obstante, estar ella misma impregnada hasta 62


la medula. Llena de plagios de muchas de las creencias y religiones a las que ha querido destruir. En el caso de la ruptura con la naturaleza, recordemos el trauma que ocasiono en el mundo científico y religioso occidental, la publicación en 1859 de la obra “El origen de las especies” de Charles Darwin, aún hoy no reconocida por la mayoría de las iglesias cristianas.

Estos sincretismos los encontramos también en otras circunstancias. En los años 50s, cuando el banquero Gordon Wasson, notable investigador, junto con su esposa Valentina Pavlovna, considerados los padres de la etnomicología, y autor de numerosos libros sobre chamanismo; en sus experiencias con las celebres chamánas mexicanas María Sabina, “La mujer del libro blanco” , como la llamaba Juan Rulfo, y con Eva Méndez, “La señora”, como era conocida en su pueblo de la Sierra Mixteca de Oaxaca, al sur de México, nos cuenta sobre la presencia de imágenes cristianas en medio de los rituales ancestrales con hongos. Después de que Wasson publicara en la revista LIFE en 1957 su artículo “En busca del hongo mágico”, la fama de estas mujeres, legendaria en su tierra, se extendió por el mundo. Entre sus distinguidos visitantes podemos mencionar a los Beatles, los Rolling Stones, Aldous Huxley, Timothy Leary, Walt Disney y Jim Morrison. Después llegaron hordas de “civilizados” de todos los rincones del planeta. Cuentan de estas chamánas, que a pesar de su extraordinario poder y sabiduría, vivieron hasta su muerte de manera sencilla; no cobraban a sus pacientes por sus consejos y curaciones; recibían de ellos lo que quisieran darles.

63


María Sabina decía: “Una sabia como yo no debe cobrar por sus servicios, no debe lucrar con su sabiduría. Quien cobra es un mentiroso. El sabio nace para curar, no para hacer negocio con su saber”.

En 1955, cuando Wasson se encuentra por primera vez con María Sabina, los hongos no se utilizaban con el propósito de provocar éxtasis por el éxtasis mismo. Se empleaban para curar una enfermedad o resolver una duda; su consumo estaba rodeado de reverencia. Wasson los sacó del misterio y, comenzó el aniquilamiento al perderse el secreto: disipación que se hizo masiva a partir de su uso "como moda". Las comunidades hippies y la burguesía estadounidense vieron en ello un nuevo entretenimiento. Cuando Wasson conoció a María Sabina, ella aún usaba una variedad de hongo, que nombraba en mazateco como "Ya'nte", el cual crecía sobre la madera de un árbol muerto. Wasson lo identificó como el "Conocybe Siliginoides Heim", especie hoy extinguida.

Así contaba María Sabina, como se convirtió en una mujer sabia: “Varios años, no sé cuántos, mi hermana María Ana se enfermó. Sentía dolores en el vientre que hacían que se doblara y gimiera de dolor. Cada vez, yo la veía más grave. Llamé a varios curanderos, pero fue inútil, ellos no podían curar a mi hermana. Viéndola así tendida, la imaginé muerta. No, eso no debía ser. Ella no debía morir. Yo sabía que los angelitos tenían el poder. Yo los había comido 64


de niña y recordaba que no hacían mal. Yo sabía que nuestra gente los comía para sanar sus enfermedades. Entonces, decidí: en esa misma noche yo tomaría los hongos santos. Así lo hice. A ella le di tres pares. Yo comí muchos, para que me dieran poder inmenso. No puedo mentir: habré comido treinta pares de "derrumbe". Cuando los angelitos estaban trabajando dentro de mi cuerpo, recé y le pedí a Dios que me ayudara a curar a María Ana. Me acerqué a la enferma. Los angelitos guiaron mis manos para apretarle las caderas. Suavemente le fui dando masaje donde ella decía que le dolía. Yo le hablaba y comencé a cantarle; sentí que hablaba cada vez con mayor facilidad y sentí que le cantaba bonito. Decía lo que los angelitos me obligaban a decir. Seguí apretando a mi hermana, en su vientre y en sus caderas; finalmente le sobrevino mucha sangre. Agua y sangre como si estuviese pariendo. Nunca me asusté porque sabía que Dios la estaba curando a través de mí. Los angelitos aconsejaban y yo ejecutaba. Atendí a mi hermana hasta que la sangre dejó de salir. Luego dejó de gemir y durmió. Mi madre, que aún no se devolvía a la distancia, se sentó junto a ella para acompañarla. Yo no pude dormir. Los angelitos seguían trabajando en mi cuerpo. Tuve una visión: Aparecieron unos personajes que me inspiraban respeto. Yo sabía que eran los Seres Principales de que hablaban mis antepasados. Ellos estaban sentados detrás de una mesa sobre la que había muchos papeles escritos. Yo sabía que eran papeles importantes. Los Seres Principales eran varios, como seis u ocho. Algunos me miraban, otros leían los papeles de la mesa. Yo sabía que no eran de carne y hueso. Yo sabía que no eran seres de agua o tortilla. Sabía que eran una revelación de los angelitos. De pronto escuché una voz: una voz dulce pero autoritaria a la vez. Como la voz de un padre que quiere a sus hijos, que los cría con fuerza, una voz sabia que dijo: 65


Estos son los Seres Principales... Yo sentí una felicidad infinita. En la mesa de los Seres Principales apareció un libro, un libro abierto que iba creciendo hasta ser del tamaño de una persona. En sus páginas había letras. Era un libro blanco, tan blanco que resplandecía. Uno de los Seres Principales habló y me dijo: María Sabina, éste es el Libro de la Sabiduría. Es el Libro del Lenguaje. Todo lo que en él hay escrito es para ti. El Libro es tuyo, tómalo para que trabajes... Yo exclamé emocionada: ¡Es para mí!. ¡Lo recibo! Y los Seres Principales luego desaparecieron y me dejaron sola frente al Libro inmenso. Yo sabía que era el Libro de la Sabiduría. El Libro estaba ante mí, podía verlo pero no tocarlo. Intenté acariciarlo pero mis manos no tocaron nada. Me limité a contemplarlo y, al momento, empecé a hablar. Entonces supe que estaba leyendo el Libro Sagrado del Lenguaje. Mi Libro. Yo, que no leía, estaba leyendo el Libro de los Seres Principales. Ya no era una simple aprendiz. Yo había vislumbrado la perfección. La había rozado de alguna manera, y como premio, como un nombramiento se me había otorgado leer el Libro sin saber leer. Cuando se toman los angelitos se puede ver a los Seres Principales. De otra manera, no. Y es que los angelitos dan sabiduría porque hacen humilde: igualan con lo más mínimo del universo. El Lenguaje está en el Libro. El Libro lo otorgan los Seres Principales. La sabiduría es el lenguaje. En esa misma velada, luego que el Libro desapareció, tuve otra visión: Vi al Supremo Señor de los Cerros, al Chicon Nindó. Vi que era un hombre a caballo que venía hacia mi choza... su cabalgadura era hermosa: un caballo blanco, tan blanco como la espuma. Un caballo hermoso. El personaje detuvo su cabalgadura a la puerta de mi choza. Yo lo podía ver a través de las paredes, yo estaba dentro de la casa pero mis ojos tenían el poder... el personaje esperaba a que yo saliese. Y con decisión salí a su encuentro. Me 66


paré junto a él. Sí, era el Chicon Nindó, el que es dueño de las montañas. El que tiene poder para encantar a los espíritus... Me paré junto a él y me acerqué más. Vi que no tenía rostro aunque usaba un sombrero blanco. Su rostro era como una sombra. Era un ser como cubierto por un halo. Enmudecí. No dijo una palabra. Desapareció por el camino rumbo a su morada: el gran Cerro de la Adoración. Entré a la casa y tuve otra visión: Vi que algo cayó del cielo con gran estruendo, como un rayo circular. Era un objeto luminoso que cegaba. Vi que caía por un boquete que había en una pared. Lo que cayó se fue convirtiendo en una especie de ser vegetal, también cubierto por un halo como el Chicon Nindó. Era como una mata con flores de muchos colores; en la cabeza tenía gran resplandor. Su cuerpo estaba cubierto de hojas y tallos. Ahí estuvo parado, en el centro de la choza; yo lo miré de frente. Sus brazos y sus piernas eran como ramas y estaba empapado de frescura, y detrás de él apareció un fondo rojizo. El ser vegetal fue perdiéndose en ese fondo rojizo hasta desaparecer completamente. Al esfumarse la visión yo sudaba, sudaba, mi sudor no era tibio, sino fresco. Me di cuenta que lloraba y mis lágrimas eran de cristal, las que, al caer en el suelo, producían tintineos. Seguí llorando pero silbé y aplaudí y bailé. Bailé, porque ya sabía que ahora yo era la Payasa Grandiosa. Ya era sabia".

En la obra “El lenguaje de los hongos”, el antropólogo, escritor y poeta australiano Henry Munn, que vivió largas temporadas con los indígenas Shipibo-Konibo del Perú y con los Mazatecos de México, casado con la sobrina de un chaman, dice que los hongos usualmente se comen en pares. Cada

67


pareja representa a un hombre y una mujer. Simbolizan el principio dual de la creación y de la procreación.

El antropólogo y filósofo mexicano, Sergio Espinosa Proa, en su ensayo “Dos aproximaciones al chamanismo”, escribe: “El chamanismo en su perspectiva, viene definido menos como religión que como una depurada y a la vez arcaica técnica de éxtasis; y lo esencial en ese trance, es que lo sagrado se experimenta siempre que se produce una alteración radical del orden simbólico que habita el sujeto, una experiencia invariablemente cercana a la muerte o a la locura. Para llegar a ella, como se ha hecho notar, no necesariamente se recurre a sustancias enteógenas; también la soledad y el sufrimiento, y todas las modalidades de ascetismo, pueden propiciarla. Eso es lo que el chamán experimenta como contacto con lo sagrado: una suspensión, anulación, distorsión –o, en su caso, expansión– del orden natural de las cosas. Digamos como corolario a lo anterior, que, en su origen, la religión es una exploración de lo desconocido, exploración que consiste en una prueba, o en un conjunto de ellas, donde se compromete no solo la estabilidad emocional o la identidad cultural sino también, y eso parece decisivo, la propia vida de cuantos en ella se encuentran genuinamente involucrados. Lo que se conoce habitualmente como chamanismo, esa figura inquietante del éxtasis y del extravió, rinde cuenta de un abandonarse a aquello que la vida cotidiana, los estados normales de conciencia, no alcanzan siquiera a sospechar.

68


Pero esa exploración, en oposición frontal, con la estrategia de la ciencia o de la filosofía, no tiene la más mínima pretensión de colonizar los territorios simbólicos descubiertos: cada viaje, más que un reconocimiento, es una desestructuración del conocimiento. De manera paradigmática, el trance chamánico consiste en una destrucción simbólica y periódica del individuo, destrucción sobre la cual el cuerpo social, es decir, la vida en común, va a ser cíclicamente regenerada. El chamán muere (simbólicamente) para llegar a ser chamán, y muere para seguir refrendando su poder. Su poder, para decirlo de un tirón, consiste en saber renunciar momentáneamente pero íntegramente a él y a todo lo que de él se deriva ¿hay algo más vulnerable que un chamán en trance? Acaso por ello, las religiones salvacionistas recelan tanto del chamanismo y de sus supervivencias: la desestructuración del mundo puede ir demasiado lejos y poner en entredicho la vigencia de una representación determinada. Origen y sanción de todo poder (social), con las técnicas chamánicas y ritos del éxtasis puede advertirse de que manera el fundamento de las religiones se relaciona con la experiencia de su suspensión. En otras palabras, lo sagrado está ahí para ayudarnos a sospechar de todo lo que nos hemos acostumbrado a reconocer como eso que no podría ser de otra manera que como es. No debe extrañarnos entonces que entre lo sagrado y la religión se produzca esa interferencia y esa confiscación que pretende fundir lo que no podría en principio ser más diferente”.

69


El chamanismo, según lo describe Sergio Espinosa Proa, es el término con que, desde la historia, la civilización y la religión, se generaliza una experiencia mística, porque se aparta de las ocupaciones profanas. El chamanismo es paleolítico; la mitología neolítica; la religión histórica, es decir: imperial. La mitología se va perfilando contra la experiencia chamánica, casi anunciando el desplazamiento que posteriormente tendrá lugar cuando la religión a su turno se desprenda de esta. Joseph Campbell (1904-1987); filósofo, profesor, escritor y mitólogo estadounidense, lo resume así: La principal preocupación de todas las mitologías, sistemas éticos y organizaciones sociales de las sociedades agrícolas ha sido suprimir las manifestaciones del individualismo, y se ha conseguido obligando o persuadiendo a la gente a identificarse, no con sus propios intereses, intuiciones o formas de experiencia sino con los arquetipos y formas de comportamiento y sistemas de sentimiento desarrollados y mantenidos en el dominio público. Una visión del mundo derivada de la lección de las plantas, representando al individuo como una célula o en un contexto mayor, el de la sangre, la raza, o en grado superior, el de la especie. Todo impulso de autodescubrimiento es liquidado. El chamanismo es la experiencia de la soledad extrema, de la pérdida y de la recuperación del sí; de la metamorfosis y la mudanza; es la experiencia de la cima, del abismo, del vacio más allá de todo horizonte, y a ella se opone con todas sus fuerzas la religión. Desde este punto de vista, la polaridad entre lo chamánico y lo sacerdotal no podía ser más aguda.

70


Como corolario de su análisis, Campbell afirma que este antagonismo –el poder no humano ante el cual los individuos han de prosternarse, por un lado, y el poder humano que se afirma sin límites, por el otro– forma parte de todas las civilizaciones. Es la oposición entre la representación sacerdotal del poder que formó el universo como una fuerza más allá de la crítica humana o del desafío; el poder que hizo el sol y la luna, los mares; Leviatán, Behemot y las montañas; ante quien la actitud adecuada del hombre es el temor reverencial, y por otra parte, la del mago autosuficiente, el poder titánico del chamán, el constructor de babel, a quien no le importa la ira de Dios, el que sabe que es más viejo, más grande y más fuerte que los dioses; porque en verdad, es el hombre quien los ha creado, mientras que el poder que creó el Universo no es otro que la voluntad que opera en el hombre mismo y sólo en el hombre ha alcanzado la conciencia de su reino, poder y gloria.

El chamanismo podría ser el equivalente a la religión de los pueblos sin escritura y sin historia, de los pueblos sin Estado y sin Dios. Como si ese “sin” fuese una carencia o una falta, un estado de postración y desamparo cósmicos. Pero no es tal, el chamanismo da testimonio de un “más”, y aun, de un “contra”. En el chamanismo hay ante todo una resistencia esencial a caer en la religión, es decir, a ser devorados por esos artefactos de captura y sometimiento que son el Estado y la Iglesia, excrecencias perversas de la identidad –de la interioridad- del grupo social. El Creador, si lo hubiese, está saludablemente ausente, pues de todos modos es un tramposo y no hay por qué tenerle fe, como lo afirma Sergio Espinosa Proa.

71


En realidad, el sacerdocio en sus orígenes, no fue una evolución del chamanismo, sino una degeneración, en la que grupos de individuos poseedores de una sabiduría ancestral, pero envenenados por su egoísmo, traicionaron su esencia, abusaron de su saber, y decidieron monopolizar y ocultar sus conocimientos en su propio beneficio para acumular riqueza y poder, dando lugar a la aparición de las primeras hermandades esotéricas, sociedades secretas y cultos mistéricos, y posteriormente, serán estas mismas “castas” y “élites” corruptas -verdaderas mafias-, las creadoras de las religiones monoteístas dogmáticas y autoras de sus “libros sagrados” y sus “leyes”. Es tanto lo que han pervertido, que han pasado de sabias a impostoras. No es de extrañar que estas organizaciones tengan una inclinación especial por las “instituciones de caridad” y que entre sus miembros se encuentren grandes “filántropos”, con lo cual, además de distorsionar su imagen y seguir engañando a la comunidad de la cual se aprovechan, puede que les sirva también para “aliviar” su consciencia.

El término “pagano”, por su parte, proviene del latín “paganus” que significa literalmente hombre del campo: campesino o aldeano, pero ha sido satanizado y usado en Occidente de forma peyorativa para referirse a las personas que tienen creencias religiosas diferentes al judaísmo, al cristianismo o al islam. El término pagano, fue usado durante el Imperio Romano que adopto el cristianismo como religión oficial, para dominar y perseguir a todas las antiguas religiones y posteriormente, con la supremacía

occidental se

extendería al resto del planeta.

72


Viendo lo anterior y teniendo en cuenta que solamente hemos hecho una aproximación al significado y la profundidad del mundo chamánico y pagano, consideramos que estos han sido campos fértiles para la farsa y el engaño. Sin embargo, cuando se trata de verdaderos chamanes, es entendible el temor y los celos que estos representan para las “religiones oficiales”, y la feroz cacería de brujas que se ha desatado en otros tiempos. Oigamos en palabras del poeta y escritor mexicano, Ramón Méndez Estrada, la experiencia que vivieron Gordon Wasson, un banquero anglosajón, y su esposa Valentina Pavlovna, una médica pediatra de origen ruso, de los que ya hemos hablado; en su encuentro con un chamán de Huautla llamado Aurelio Carreras, antes de conocer a las chamánas Eva Méndez y María Sabina:

“De alguna manera Wasson sabía, efectivamente, mucho sobre el asunto. Había tenido una experiencia, si no directa, sí muy personal con los honguitos. Dos años antes había llegado a Huautla en lomo de mula, acompañado por su esposa, Valentina Pavlova. En aquella ocasión consiguieron que Aurelio Carreras, un chamán tuerto, realizara en su presencia una consulta a los hongos mágicos. Los Wasson plantearon como problema la obtención de noticias de su hijo Pedro, motivo suficiente a juicio del sabio, pues los indígenas recurren a los honguitos para enterarse de la suerte que corren sus hijos o parientes, lejanos del hogar, desplazados en busca de trabajo y recursos.

En aquella ocasión sólo el chamán consumió los hongos, y los Wasson no creyeron en realidad en la sentencia que dictaron por boca de Aurelio:

73


Pedro está vivo. Lo buscan afanosamente para enviarlo a la guerra. Tal vez no lo encuentren, pero resulta penoso decirlo. Alemania tiene que ver en el asunto”, e indicaron que Pedro estaba en Nueva York. Antes de que terminara la velada apareció otro vaticinio: un pariente de Wasson caería gravemente enfermo en el curso del año.

Wasson narró después que su actitud con respecto a la ceremonia y a los poderes adivinatorios de Aurelio fue de amable condescendencia. No alcanzaba a creer que un indio pudiera penetrar en los problemas de una familia neoyorquina. Además, las aseveraciones del vate no coincidían con las suposiciones del matrimonio de micólogos con respecto a la vida de su hijo. Pedro vivía en Boston, y no en Nueva York, y se había dado de alta en la Guardia Nacional a los 17 años, hecho que le valió para no ser movilizado al frente. Casi un mes tardaron los Wasson en encontrar el primer indicio del poder profético de Aurelio: al regresar a su departamento en Nueva York hallaron en la cocina restos de una fiesta que había organizado Pedro con sus amigos el fin de semana que sus padres preguntaron por él a un desconocido, en unas montañas perdidas al sur de México, pues así lo confirmaban las notas de las compras. En las semanas siguientes, el hijo de los Wasson, movido por problemas sentimentales, firmó un compromiso para enrolarse por tres años en el ejército regular y, al cabo de tres meses de entrenamiento, entró al servicio en Alemania. Cinco meses después de la velada, un primo hermano de Wasson, de 40 años de edad, sucumbía víctima de un ataque cardiaco. Las profecías de Aurelio se habían cumplido al pie de la letra en menos de un año.

74


Antes de que pasaran dos años, Wasson estaba de vuelta en la Sierra Mazateca, en compañía del fotógrafo Allan Richardson, y había conseguido que María Sabina le abriera las puertas de lo desconocido”.

Podrá el retador mago canadiense James Randi, “el escéptico”, y quien se ha hecho famoso por su “Desafío paranormal de un millón de dólares” para quien sea capaz de demostrar sus poderes sobrenaturales frente a las cámaras de la TV; sentirse satisfecho al no haber encontrado hasta el momento quien cumpla con sus absurdas exigencias, para ganar el tan codiciado premio; pero es que pretender comprobar lo inexplicable con las condiciones científicas de un laboratorio; es como buscar la cuadratura del círculo, o pretender que un personaje de estas características se encuentre en el estrecho corro de los famosos del mundo; es como buscar el Polo Norte en el Ecuador. Quizá, si tuviera la suficiente honestidad, le convendría al señor Randi ahorrarse la publicidad e invertir una parte del dinero de su premio, y visitar alguno de esos pueblos que llamamos “primitivos”; de los que aún quedan pocos, y allí, sin cámaras, sin laboratorio, con una visión más amplia y sin la mirada tuerta de la razón y de la ciencia, pueda encontrar entre sus anónimos chamánes, y no entre las luminarias de Hollywood, el “jet set” internacional y el mundo académico; lo que tanto ha buscado.

Y sobre la afirmación de Sir James Frazer, acerca de la pérdida de influencia de la magia en el mundo civilizado, debida según él, a que la gente ha podido comprobar: “su impotencia para manejar a placer ciertas fuerzas 75


naturales que hasta entonces se habían supuesto dentro de su mandato”, nos quedan muchas dudas, pues se le ha olvidado, la difamación y persecución implacable que han sufrido sus practicantes -no los magos de circo-, y que en algunos épocas llegó a los limites del exterminio, promovido por las grandes religiones que han visto una competencia difícil de manejar.

Recordemos que la palabra “magia” proviene del latín magia, derivado a su vez del griego μαγεία, y esta probablemente del antiguo persa magush, que contiene la raíz magh: "ser capaz", "tener poder".

76


Capitulo 5

La maldición divina

Si todas las bestias se extinguieran, moriríamos de una gran soledad espiritual, pues cualquier cosa que ocurra a los animales, nos sucede a nosotros. Todas las cosas están relacionadas. Lo que sea que acontezca a la Tierra, nos acontece a los hijos de la Tierra.

Jefe Indio Seathl

Repasando la “historia” bíblica podemos leer en el Antiguo Testamento: Génesis 1:27 “Y creo Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creo macho y hembra; y los bendijo Dios, diciéndoles: < Procread y multiplicaos y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra> ” Y más adelante: Génesis 3:17 “Al hombre le dijo: < Por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol que te prohibí comer, diciéndote: no comas de él: Por ti será maldita la tierra: Con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida…>” 77


Como vemos, la maldición divina contra la Tierra no vino sola, a ella se sumó la concesión y el derecho a perpetuidad para la explotación sin límites del planeta; idea que ha dado pie a toda clase de atropellos contra la naturaleza; la llave que desató la insaciable voracidad del ser humano convirtiéndonos en una verdadera plaga; en un cáncer, y que siglos más tarde, en los albores de la modernidad, serviría para que el ilustrísimo Sir Francis Bacon, quien fuera templario iniciado, fundador en 1580 de la Sociedad Secreta Literaria Rosacruz y de la Logia de los Masones Especulativos, y encargado por el rey Jaime I de Inglaterra y VI de Escocia, para revisar y traducir la primera versión de la Biblia protestante en ingles, declarara sin inmutarse: “Permítanos que la raza humana recupere ese derecho sobre la naturaleza que le pertenece por legado divino; su ejercicio será gobernado por la sana razón y la verdadera religión”.

¡Casi nada! Podríamos decir de nosotros, lo mismo que dijo Dante de la loba del infierno: “E dopo il pasto a piu famme qui pría”, (Y después de comer tiene más hambre que antes).

A pesar de todas nuestras ambiciones, de todos nuestros excesos y arbitrariedades, y de saber que el concepto de pecado varía de una cultura a otra, no hay precedentes en la historia de la humanidad, ni siquiera en la prehistoria; en ninguna religión o cultura; en donde se haya producido una monstruosidad semejante: una maldición divina en contra de la naturaleza como consecuencia de un “pecado” cometido por el ser humano.

78


¿Y cuál podría ser el significado y las consecuencias que ha traído esta postura abominable, y el desprecio impuesto, por la religión, a la naturaleza? Harold Martínez, arquitecto, profesor y escritor colombiano, en su libro “La relación Cultura Naturaleza en la Arquitectura Occidental” dice: “Desde Karl Gustav Jung, y luego Wilhelm Reich, Erich Fromm, Carl Rogers, Roger Walsh, Abraham Maslow, Stanislaw Grof, hasta llegar a quienes particularmente han estudiado la relación Sí Mismo-Otro como Michael Balint, Maurice Merlau Ponty, Jacques Lacan, Henri Wallon, Donald Winnicott, Ronald Laing y Géza Roheim, la psicología ha llegado a graves diagnósticos en torno al grado de insatisfacción espiritual del ser humano occidental y a sus posibles causas que predominantemente localizan en la ruptura del ser humano con la naturaleza. La inquietante inseguridad, esa sensación de vacío, conocida en psicología como “nemo” o “falta básica”, según denominación de Michel Balint en su obra “La falta básica” necesita ser resuelta de alguna manera, exige una categoría sustitutiva. La historia de las sociedades patriarcales va a caracterizarse hasta nuestros días por el intento permanente y progresivo de encontrar sustitutos para llenar la satisfacción primaria de totalidad, la “consciencia indivisa”, que de alguna manera se perdió y dejo en su lugar una insoportable vacuidad. La aparición efectiva del “nemo”, la percepción vaga de que algo falta, de que se está dividido o vacío, ha estado presente en toda la historia de la Civilización Occidental, desde las culturas mesopotámicas, pasando por la hebrea y griega, hasta llegar a los centros neurálgicos de las sociedades post-industriales actuales”.

La “falta básica”, es la angustia existencial de la que nos hablan los existencialistas franceses de la postguerra, principalmente Jean Paul Sartre y 79


Albert Camus. Sin embargo, no podemos dejar de pensar, como tantos otros autores, que esa inmensa soledad existencial, también está condicionada por otros factores que influyen en la personalidad, como son: los aspectos genéticos, endocrinológicos, físicos, psíquicos, socioculturales…, que nos hacen repetir el eterno aforismo: ¿Qué somos nosotros, de dónde venimos, hacia dónde vamos? ¿Por qué estamos aquí, en lugar de no estar? ¿Por qué existe un universo y no “una realidad” donde ni siquiera existiera la nada? Contundentes preguntas que un ser humano se hace. Cuando desde la sola razón y la ciencia no existe una respuesta. Se presenta una crisis existencial, que puede llegar a afectar profundamente.

Además nos preguntamos: ¿A dónde nos ha llevado esta ruptura brutal con nuestro origen? ¿En qué momento se perdió el respeto por la naturaleza, generando un conflicto insoluble; un enfrentamiento permanente con nuestra propia esencia? Actitud que está causando desastres ecológicos cuyas consecuencias empezamos a vislumbrar. La pérdida del respeto por el otro (la otredad); por la vida,

y los

cimientos deformes de una sociedad que ha logrado un extraordinario desarrollo económico, tecnológico e industrial, y el más miserable estado de subdesarrollo ético y espiritual.

Una visión más poética pero no menos dramática de ese alejamiento progresivo de los seres humanos del mundo natural y espiritual; con su apego y obsesión materialista, lo encontramos en la película “BARAKA”, (El último paraíso), del director Ron Fricke, con música de Michael Stearns. La palabra

80


“Baraka” de origen árabe sufí, significa “aliento de vida”, “bendición”, “suerte providencial”. La película hace un retrato crudo y descarnado del universo, contrastando la belleza y la variedad de la vida, y la degradación y la uniformidad producto de la globalización de la sociedad dominante. Un viaje alrededor del mundo, que por momentos hace contener la respiración. Todas las palabras sobran.

Tampoco podemos caer en la reflexión nostálgica de lo que hubiera podido ser, con los cambios drásticos de la sociedad, por la evidente consecuencia de un proceso histórico, de un proceso ontogenético. Preferimos reflexionar en una forma más asertiva y proactiva; buscar nuevas opciones para ver y entender la encrucijada en la que nos encontramos.

81


Capitulo 6

El pecado original

Para recordar la noción que heredamos del

“pecado original” y las

razones por las cuales Adán y Eva fueron expulsados del paraíso y la humanidad condenada al parto con dolor, al trabajo forzado y a una vida llena de temores, de represiones sexuales y sufrimientos; veamos lo que dice la Biblia en el Antiguo Testamento, para los cristianos, o la Tora, el Pentateuco para los judíos:

Génesis 2:15 a 17…Tomó, pues, Yavé Dios al hombre, y le puso en el jardín de Edén para que lo cultivase y guardase, y le dio este mandato: <De todos los árboles del paraíso puedes comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comas, porque el día que de él comieres ciertamente morirás>…

82


Adán y Eva, pintura mozárabe siglo X

Génesis 3:1 a 24 Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé Dios, dijo a la mujer: <¿Con que os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?> Y respondió la mujer a la serpiente: <Del fruto de los arboles del paraíso comemos, pero del fruto del que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: <No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir>. Y dijo la serpiente a la mujer: <No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal>. Vio pues la mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él sabiduría, y cogió de su fruto y comió, y dio también de él a su marido, que también como ella comió. Abriéronse los ojos de ambos, y viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos cinturones….Pero 83


llamo Dios al hombre, diciendo <¡Donde estás?>…….¿Es que has comido del árbol que te prohibí comer? Y dijo el hombre: <La mujer que me diste por compañera me dio de él y comí>. Dijo, pues, Yavé Dios a la mujer: <¿Por qué has hecho eso?> Y contestó la mujer: <La serpiente me engañó y comí>. Dijo luego Yavé Dios a la serpiente: <Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo… A la mujer le dijo: <Multiplicaré los trabajos de tus preñeces, parirás con dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido que te dominará>. “Al hombre le dijo: < Por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol que te prohibí comer, diciéndote: no comas de él: Por ti será maldita la tierra: Con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida…>”…..Díjose Yavé Dios: <He ahí al hombre hecho como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; que no vaya ahora a tender su mano al árbol de la vida y comiendo de él, viva para siempre>. Y le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén, a labrar la tierra de que había sido tomado. Expulsó al hombre y puso delante del jardín de Edén un querubín, que blandía flameante espada para guardar el camino del árbol de la vida…

Después de recordar éste trágico episodio de eso que se ha llamado nuestra “historia sagrada”, queremos resaltar un hecho que nos ha llamado poderosamente la atención. En una entrevista que le hicieron en febrero de 2008 a Víctor Jacanamijoy Jajoy, taita (chaman), del pueblo Inga de Santiago, en el Valle de Sibundoy en Putumayo, Colombia, acerca de la cultura medica del yagé, este respondió:

84


“En el paraíso del que hacemos parte, hemos convivido con todo lo creado, no nos molesta nada. La mancha verde, el poquito que queda, el oxigeno que respiramos es gracias a la conciencia natural que es el yagé”.

Nos preguntamos, cuantas personas, de aquellas que llamamos civilizadas, estarían preparadas para entender y aceptar, que después de tantos milenios de maldición divina contra la naturaleza, de tantos bosques talados, de tanta sangre derramada, de tanta esclavitud, de tanto engaño, de tantos ríos y mares envenenados; de un aire que en poco tiempo será difícil de respirar, milagrosamente, aun quedan seres humanos que hoy en día siguen viviendo en el paraíso, gracias a que no han conocido otra religión distinta a la de la Madre Naturaleza, y a que se han podido mantener alejados, hasta donde les ha sido posible, de los flamantes representantes de otras divinidades.

Para algunos estudiosos, la nostalgia de la perdida del paraíso esta relacionada con la disminución de las áreas de bosques y selvas, producida por severos cambios climáticos ocurridos en el planeta en el pasado. Para nosotros, el hecho de que ésta situación haya quedado registrada en la Biblia de una manera tan dramática es algo muy significativo, y más que la reducción de selvas y bosques, la expulsión del paraíso asociada a un dios castigador y unas religiones dominadoras, fue lo que produjo un cambio en la forma de relacionarnos con la naturaleza y con nosotros mismos, especialmente entre las culturas que quedamos bajo su influencia. La consolidación y el triunfo de la tradición judeocristiana en el mundo occidental y todo lo que ésta representa, acabó con esa situación paradisiaca, con la glorificación de la naturaleza como 85


suprema fuerza espiritual, y fue el comienzo de la “historia”, la historia de los poderosos, la historia de la guerra, de la esclavitud, del terror y de la muerte.

En la memoria colectiva del mundo “civilizado”, existe el recuerdo de un Jardín Idílico, así como ha quedado consignado en mitologías y religiones, pero más que un lugar, el Paraíso podría ser también un estado de conciencia, un estado del alma.

Prueba de ello es que aún existen criaturas que siguen viviendo en el “Paraíso”, sencillamente porque ni ellas se han salido de él, ni los representantes de “Dios” han logrado hasta el momento hacer lo suficiente para someterlas y expulsarlas. Y si lo contrario del Paraíso es el Infierno, no es difícil deducir hacia donde es que nos han empujado a los que hemos quedado a su alcance, aunque al parecer son pocos los que aun se enteran. Que ni el Paraíso esta en las nubes, ni el Infierno es una caldera, ambos están en nuestra mente.

Recordemos las palabras del pintor, escritor y ocultista ingles Austin Osman Spare (1888-1956):

“A recorrer lo invisible envié mi alma, por si descifraba alguna letra de ese más allá; más paso a paso mi alma regreso a mi luego y contesto: Yo misma soy el Cielo y el Infierno”.

86


También el gran poeta y sabio persa Omar Jayyam (1048-1131) en Rubayyat escribe:

“Descubrir quise en vano el Cielo y el Infierno más allá de la Tierra y aun del infinito. Pero una voz me dijo: ¡Necio! Cielo e Infierno, hasta el fin de los siglos, viven sólo en ti mismo”.

Todavía retumban en nuestros oídos las declaraciones hechas el 21 y el 28 de julio de 1999 por Juan Pablo II, en aquel momento histórico del catolicismo cuando dijo, palabras más palabras menos, que el Cielo y el Infierno en realidad no existen como lugares, que solo son estados del alma. Y esto a pesar del prurito que pueda producirle a quien fuera el antiguo prefecto de la Sagrada Congregación del Santo Oficio, hoy Benedicto XVI, quien con su voz quebrada no oculta su particular agresividad, la misma que le serviría para llegar al trono que hoy ocupa y que para nosotros no deja de ser más que un acto sublimatorio. Con su tocado de armiño, sus zapatillas aterciopeladas y sus atavíos extravagantes nos recuerda además, que es digno representante de la Iglesia alemana, una de las tres, más opulentas y poderosas del mundo.

87


Capítulo 7

El velo de la razón “En qué medida la razón humana arroja un velo sobre la realidad es algo que pasa desapercibido”.

Mark Hedsel

“Si un hombre pudiese comprender el horror que encierran las vidas de las personas ordinarias que dan vueltas en un círculo de intereses y metas insignificantes, si pudiese comprender lo que se está perdiendo, se daría cuenta de que sólo puede haber una cosa seria para él: escapar de la ley general, ser libre. ¿Qué puede haber más serio para un hombre encarcelado que está condenado a muerte? Sólo una cosa: cómo salvarse, cómo escapar, ninguna otra cosa importa”.

George Gurdjieff Filósofo, místico, profesor, escritor y compositor armenio

88


Las dos interpretaciones, la del árbol de la ciencia que promete sabiduría, y la del árbol de la vida, inmortalidad, como las de Mckenna y Hedsel, son correctas y junto al relato de Virgilio, conducen todas al mismo objetivo, que no es otro más que la comunión espiritual del ser humano con la fuente original del Universo, la iluminación como ha sido llamada por algunos, una experiencia que sin duda es para muchos, la razón principal de la vida. Esa experiencia mística, de sublime éxtasis, puede ser alcanzada de distintas maneras. Una puede ser mediante la alteración de la consciencia con el uso de plantas enteógenas, consideradas sagradas y respetadas por todas las antiguas culturas; otra, con la práctica de ejercicios de meditación, respiración y ayuno como en el caso del yoga, el tantra, el budismo, el taoísmo, el sijismo y el gnosticismo. Pero también es posible mediante ciertas técnicas de sueño, como es el caso de la antigua práctica de la incubación, o en el momento de esa experiencia que llamamos muerte. La lucidez de los agonizantes.

Uno de los objetivos de la meditación es apartar el ego de los niveles inferiores donde opera el deseo, para que flote libre del poder hipnótico del dominio material. La palabra éxtasis, proviene del griego ektásis, que significa, “salir de las bases”.

Nosotros, la humanidad durmiente, vivimos atrapados en una prisión que es casi imperceptible, presos del ego, del lenguaje y la cultura; en el sopor de la vida material. El establecimiento religioso dogmático, nunca ha estimulado la búsqueda personal del Dios interno sin la mediación de sus secuaces; los 89


autodenominados

representantes de Dios sobre la Tierra; ni habla de la

adquisición de la soberanía personal, ni de la consciencia de que todos somos Uno con la Unidad. El conflicto y la división por cultura, raza, género, orientación sexual, orientación política o creencias, nos mantiene a los seres humanos separados. Vulnerables.

Por otro lado, y de acuerdo con la Kabaláh, en la palabra hebrea naguén, que significa “tonada simple para meditar”, se encuentra la palabra guen o jardín, haciendo alusión al Paraíso o Gan Edén “Jardín del Edén”, lo que implica, un estado de conciencia de plenitud y de unidad.

También en la Kabaláh, según explican los escritores e investigadores Baigent, Leigh y Lincoln: “De las etapas de la iniciación kabalística, una de las más importantes es la llamada “tifiret”. Durante esta experiencia, según dicen, el individuo va más allá del mundo de la forma y entra en el mundo amorfo, o, en términos contemporáneos, “trasciende su ego”. Hablando simbólicamente, esto consiste en una especie de “muerte” en sacrificio: la “muerte” del ego, del sentido de la individualidad y del aislamiento. Un renacimiento o resurrección. Unidad y armonía que lo abarca todo”.

Como bien lo definió Ioannes Amos Comenius, el teólogo, filósofo y pedagogo checo del siglo XVI en su obra “El Laberinto del Mundo y el Paraíso del Corazón”. “El que ha cruzado la ultima puerta interior, se convierte en algo distinto de los demás hombres; queda lleno de júbilo, felicidad y paz”. 90


En su libro: “My Stroke of Insight” (Golpe de discernimiento), Jill Bolte Taylor, doctora en neurobiología de la Universidad de Harvard, explica con la propiedad y autoridad que le da una vida dedicada al estudio del cerebro humano, la experiencia que vivió cuando el 10 de diciembre de 1996, sufrió un derrame en el lado “izquierdo” del cerebro, que la tuvo al borde de la muerte, y que para ella significó haber alcanzado el Nirvana:

“Al principio me sobresaltó encontrarme dentro de una mente silenciosa. Pero entonces quedé inmediatamente cautivada por la magnificencia de la energía a mí alrededor. Y debido a que ya no podía identificar los límites de mi cuerpo, me sentí enorme y expansiva. Me sentí una con toda la energía que era, y ésta era hermosa allí. Imagínense lo que sería estar totalmente desconectada del parloteo cerebral que te conecta al mundo externo. Así que aquí estoy y cualquier stress relacionado con mi trabajo, se fue. Y me sentí más ligera en mi cuerpo. E imaginen que todas las relaciones en el mundo externo y los muchos estresantes relacionados con ellas, se fueron. Tuve una sensación de tranquilidad. ¡E imaginen lo que sentiría yo al perder 37 años de equipaje emocional! Sentí euforia. La euforia era hermosa… Pero me di cuenta: “¡Estoy todavía viva y he encontrado el Nirvana. Y si he encontrado el Nirvana y todavía estoy viva, entonces todo el que está vivo puede encontrar el Nirvana!”.

91


Cerebro humano visto desde arriba

Recordemos que nuestro cerebro está dividido en dos

hemisferios

independientes, que piensan en forma diferente, se ocupan de cosas diferentes y procesan información diferente; se puede decir que tienen personalidades completamente distintas, (la dualidad complementaria e inseparable).

El lado izquierdo del cerebro es el lado masculino, el yin: es la mente objetiva, consciente, voluntaria, activa; el que da impresiones, el lado del querer. La parte consciente del Yo. Piensa lineal y metódico; piensa en pasado y en futuro; piensa en lenguaje, categoriza y organiza; es el lado de la razón, el lado lógico, práctico, el lado de la ciencia y de las matemáticas, el que dice Yo soy y separa del flujo de energía alrededor, y éste fue el lado afectado de Jill Bolte, el lado sobre el cual ha hecho especial énfasis nuestra educación “civilizadora”.

92


El lado derecho en cambio, es otra cosa, es el lado femenino, el yang: es la mente subjetiva, involuntaria, pasiva, inconsciente del Yo, que recibe impresiones; es el lado del crear, el lado del instinto. Piensa en presente, piensa en imágenes; aprende a través del movimiento del cuerpo; es la energía que se conecta con la energía alrededor; es el lado de los sentimientos, de los símbolos y de las intuiciones; el lado que dice Mi; el lado de la toma de riesgos, de la filosofía y de la religión. Es el lado que ha sido intencionalmente marginado y olvidado en nuestra educación racionalista de tradición judíocristiana. El lado del cerebro que quisieran extirparnos, pero ante la imposibilidad, algunas culturas y religiones patriarcales han optado por la circuncisión ritual. Popularmente se dice que los hombres pensamos con la cabeza de abajo; no es por casualidad que haya sido allí precisamente a donde han ido a cortar.

No olvidemos que el prepucio en los hombres es considerado la parte femenina de su cuerpo, mientras que en las mujeres, es el clítoris la parte masculina; los vestigios quizá, de un pasado andrógino. Aunque muchos pueblos han utilizado la circuncisión durante siglos, las primeras evidencias de esta practica las encontramos en el antiguo Egipto 2300 años a. E.C., pero puede ser muy anterior, y también recordar que todos los dioses del panteón egipcio eran considerados en sus orígenes como hermafroditas; mito que recoge Platón en su “Banquete”, según el cual, este era el estado de la humanidad en el principio, aunque pretendan disfrazar esta mutilación canalla y abusiva, que atenta contra la integridad física e impacta profundamente en el inconsciente de las victimas; con toda clase de absurdas justificaciones, que van desde el mandato divino a la necesidad médica. Tan falso el primer 93


argumento como el segundo; prueba de ello es que para los judíos la circuncisión o Brit Milá, no tiene validez si no se hace de manera ritual por parte de un Mohel, un judío piadoso, instruido y conocedor de las leyes de la circuncisión detalladas en el Shulján Aruj, esto quiere decir, si no cumple como acto psicomágico, como diría Jodorowsky. Es muy probable que fuera mediante la imposición y la ritualización de este atropello, un sacrificio y un acto oprobioso, como se consolido en algunos pueblos, el paso de sociedades matrilineales a sociedades patrilineales. ¿O es que acaso el pacto con Dios no se podría haber hecho de una manera menos sangrienta, y sobre todo, amputando otro apéndice menos traumatizable de nuestra anatomía? El erudito James DeMeo, quien ha estudiado los cambios climáticos en el planeta ocurridos durante miles de años y su relación con pueblos que habitan en diferentes regiones del globo, cree que hay una relación directa entre patrones patristas o dominadores de organización sociosexual, y traumas físicos o psicológicos causados por catástrofes ambientales. Estos patrones se han perpetuado, mediante la institucionalización del trauma, a través de prácticas crueles en la crianza infantil, que inhiben la respiración, la expresión emocional y los impulsos placenteros. Asegura que estas organizaciones sociales represivas, crean una “armadura caracterológica y muscular crónica”. Los severos controles de la sexualidad femenina, son también parte del mecanismo para mantener este modelo de dominación.

William Ospina, en su libro “Es tarde para el hombre” escribe: “Podrá la razón excluir de su discurso y aún de su consideración todo lo que no sea

claramente explicable

en

su origen,

medible

en

su extensión, 94


previsible en su funcionamiento y expresable mediante un sistema de fórmulas racionales, pero aunque no sepamos explicarlo ni medirlo, ni preverlo o controlarlo, existen el dolor y la enfermedad, el terror y la imaginación, el amor, la locura y la muerte; existen las esperanzas y los presentimientos, los sueños y los delirios, lo demoníaco y lo divino”.

En una entrevista realizada el pasado mes de abril, a la doctora en Neurocirugía y premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1986, la italiana de origen judío sefardí Rita Levi-Montalcini, con motivo de su cumpleaños número 100, encontramos algunas declaraciones y datos sobre su vida, que pueden ayudarnos a entender algunos aspectos de nuestra educación marcadamente racionalista y nuestra cultura de tradición judío-cristiana. Rita Levi-Montalcini, nació en Turín en 1909, hija de Adamo Levi, ingeniero y hábil matemático, y de la talentosa pintora Adele Montalcini; curiosamente en las profesiones de los padres, se refleja el prototipo del hombre racional y la mujer intuitiva. Siendo muy joven, se reveló contra los deseos de su padre y decidió que nunca se casaría y se dedicaría a estudiar y ayudar a la gente, para no repetir el modelo de su madre, sometida a la férrea autoridad y dominio paterno.

En la entrevista encontramos las siguientes declaraciones de la doctora Levi: “La culpa de las grandes desdichas de la humanidad la tiene el hemisferio derecho del cerebro. Es la parte instintiva, la que sirvió para hacer bajar al australopiteco del árbol y salvarle la vida. La tenemos poco desarrollada y es la 95


zona a la que apelan los dictadores para que las masas les sigan. Todas las tragedias se apoyan siempre en ese hemisferio que desconfía del diferente. El cerebro límbico, el hemisferio derecho, no ha tenido un desarrollo somático ni funcional. Y, desgraciadamente, todavía hoy predomina sobre el otro. Todo lo que pasa en las grandes tragedias se debe al hecho de que este cerebro arcaico domina al de la verdadera razón. Por eso debemos estar alerta. Hoy puede ser el fin de la humanidad. En todas las grandes tragedias se camufla la inteligencia y el razonamiento con ese instinto de bajo nivel. Los regímenes totalitarios de Mussolini, Hitler y Stalin convencieron a las poblaciones con ese raciocinio, que es puro instinto y surge en el origen de la vida de los vertebrados, pero que no tiene que ver con el razonamiento. El peligro es que aquello que salvó al australopiteco cuando bajó del árbol siga predominando. Lo importante es vivir con serenidad, y pensar siempre con el hemisferio izquierdo, no con el derecho. Porque ése lleva a la Shoah (Holocausto), a la tragedia y a la miseria. Y puede suponer la extinción de la especie humana”.

A pesar de declararse ella misma como laica y librepensadora, y de haberse rebelado desde muy temprana edad contra la autoridad de su padre, no deja de ser notoria la impronta indeleble de su educación y sus ancestros, sin embargo, también es entendible que alguien que ha vivido de cerca el drama de la persecución y la manipulación “racional” y enfermiza de ciertos líderes, que han actuado negativamente sobre el inconsciente de las masas y sobre ellas mismas, vea nuestra parte animal e instintiva con verdadero horror; como una tragedia que debemos tratar de evitar a toda costa, y no como algo completamente natural y necesaria, una parte de nuestra esencia de la cual no podemos escapar, y que al contrario de llevarnos al abismo, puede ser la que 96


nos salve de la pesadilla de la razón. Consideremos ¿que seria del arte, de la poesía, o de la locura del amor y la pasión, sin nuestro hemisferio derecho?

Como dijo el pintor Francisco de Goya, aun hoy no comprendido: “El sueño de la razón produce monstruos”, frase que quedo impresa en el grabado más emblemático de toda la obra grafica goyesca, el Capricho No.43 (1799).

Francisco de Goya, grabado - Capricho No.43 (1799)

Justamente, habría que preguntarse si no es más armónica y equilibrada la naturaleza salvaje que no pelea contra sus instintos, sino que literalmente depende de ellos para subsistir, en oposición a

nosotros, los llamados

animales “superiores”, y especialmente los autoproclamados “civilizados”, tan 97


arrogantes y pretenciosos, que reprimiendo nuestros instintos, nos hemos convertido en una verdadera plaga. Hemos creado tanta contaminación, tanta miseria, tanto desequilibrio y corrupción, al punto de poner en grave amenaza nuestra propia existencia, y con nosotros la de las otras especies, y la totalidad del planeta.

También Alejandro Jodorowski, el polifacético artista chileno de origen judío-ucraniano, en su libro “Psicomagia” dice: “Ser racional es bueno, pero ser solamente racional es una lepra, es una peste, una enfermedad”.

Una historia extraordinaria y aleccionadora sobre la importancia de comprender, valorar y aceptar el principio de nuestra naturaleza dual, no la dan los pueblos Fang de Gabón, en África Occidental Ecuatorial y su religión Bwiti; circunstancia que los ha mantenido hasta ahora incólumes ante las garras del cristianismo, como lo describe Terence McKenna en su libro “El manjar de los Dioses”: “Los cultos de los Bwiti del África Occidental, ofrecen un ejemplo instructivo: El uso de plantas enteógenas (Iboga) no solo les proporciona éxtasis visionarios, sino también lo que ellos llaman un “corazón abierto”. Esta cualidad, la conciencia del cuidado de los otros, se cree que es lo que explica la cohesión interna de la sociedad Fang y la habilidad de los Bwiti entre los Fang, para resistir el asedio de los misioneros y del mercantilismo occidental en su cultura. Ni los Bwitis ni los Fangs creen que ellos deben erradicar del mundo el culto al pecado o al demonio. Para ellos el bien y el mal van juntos, y 98


frecuentemente ellos responden a los misioneros: “Nosotros tenemos dos corazones, uno bueno y uno malo”.

Mala suerte tuvieron nuestros indígenas que casi fueron exterminados por los invasores.

En 1936, el escritor, poeta y dramaturgo francés Antonin Artaud (Marsella 1896,

Paris 1948), visitó México para vivir entre los indios

tarahumara, ahí donde la Sierra Madre es más agreste. Dijo que esperaba de ellos el origen sin traicionar del ser humano, esperaba conocer una Verdad que ellos habían conservado. Encontró un pueblo cuya historia puede leerse en la geografía de las montañas, cuyos ritos reproducen una comunicación transparente con un Dios al que se llega a través del camino del Ciguri. El Ciguri es el rito de una danza y el cuerpo de una planta, el peyote. Con éste rito los tarahumara se despojan de sus apariencias hasta que se les revela su verdadero ser. Artaud participó de éste rito. “Con él, el Hombre esta solo, dice, y tocando desesperadamente la música de su esqueleto, sin padre, madre, familia, amor, dios o sociedad. Y andas del equinoccio al solsticio, sujetando tú mismo tu propia humanidad. El peyote, continúa, conduce al “yo” hasta sus fuentes auténticas. Al salir de un estado de visión semejante, no se puede volver a confundir como antes la mentira con la verdad. Quizás nuestra civilización podría superar su frustración si todos bebieran el Ciguri, comentó. Pero dicen esos sacerdotes de

99


Ciguri, que el peyote no se da a todo el mundo y que para acceder a él hay que estar predestinado. La vida moderna esta atrasada con respecto a algo y no los indios tarahumara con respecto al mundo actual”. (Tusquets)

Cuenta William Ospina en su ensayo “La riqueza escondida”: “Un día le oí decir a una indígena nasa, en un diálogo en la oficina de Naciones Unidas: «Hay una diferencia entre ustedes y nosotros, nosotros no somos hijos de Dios, nosotros somos hijos del Agua y de la Estrella». Esa frase me conmovió, porque allí estaba cifrado el gran conflicto de la conquista de América: el choque entre unos pueblos para los que el mundo era sagrado, como para todos los panteístas, animistas y politeístas del planeta entero, incluidos los egipcios, los griegos y los romanos antiguos, y los pueblos de la Europa de la Edad Media, que ya sólo creían en la sacralidad del espíritu. Europa ha destruido su naturaleza porque sólo cree en la superioridad del espíritu humano; América, hasta hace cinco siglos, vivía todavía en un orden mítico en el cual eran sagrados, como en la India actual, los ríos y los bosques; los animales y las lluvias; la tierra y el cielo”.

Las palabras de la indígena Nasa:“…nosotros no somos hijos de Dios, nosotros somos hijos del Agua y de la Estrella”, es decir, del Agua y del Sol; el agua como principio femenino y el sol como principio masculino, demuestra, igual que en la historia de los Bwitis africanos, la consciencia y la aceptación de nuestra esencia dual; en oposición al monoteísmo; un dios misógino al que se 100


le ha ocultado su contraparte femenina, y de paso, se ha cometido la infamia de asignarle a la Mujer, la encarnación del mal, como si el bien y el mal fueran atributos, y exclusividad de un género. ¿O es que acaso nadie ha conocido hombres malvados y mujeres santas, o lo contrario? El agua y el sol son principios de vida, pero también pueden ser de muerte, y la vida y la muerte no son ni buenas ni malas en sí mismas, simplemente hacen parte de la existencia, como el día y la noche. Si hilamos fino, nos damos cuenta que si alguien ha hecho por la destrucción del planeta, es el genero masculino, que con su tan alabada testosterona, ha hecho todas las guerras posibles. A pesar de las historias de las Mesalinas, las Lucrecias, contadas por los hombres, las mujeres han sido las que han hecho posible la conservación de la especie. Son las que acogen, las que alimentan, las gregarias; las que estructuran la familia en una sociedad que se ha vuelto cada vez más violenta. Quizá, como dice Cioran: “porque las mujeres han desarrollado una capacidad de adaptación, debido a milenios de esclavitud”. Y a pesar de la misoginia del filósofo y escritor rumano-francés, la apreciación es valida; pero también es la evidencia contundente que nos muestra la historia, inventada y manejada por el género masculino. Por el vencedor.

101


Capítulo 8

De imágenes y de símbolos

“No me hablen oscuramente de las cosas claras. Háblenme claramente de las cosas oscuras”.

Pensador Latino

“Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos”.

Miguel de Unamuno Escritor y filósofo español

Hablando de símbolos, en el libro “El Retorno de los Brujos” (Le Matin des Magiciens) de los escritores Louis Pauwels y Jacques Bergier, encontramos esta definición: “¿Qué es el símbolo, sino el modelo abstracto de una realidad, de una estructura, que la inteligencia humana no puede dominar enteramente, pero de la cual esboza la teoría? El símbolo revela ciertos 102


aspectos de la realidad -los más profundos- que desafían todo medio de conocimiento”.

La imagen de la serpiente enroscada en el árbol de la ciencia o en la columna vertebral, es la misma que encontramos en el caduceo o en la vara de Esculapio, símbolos mitológicos, a los que se les han atribuido poderes mágicos desde tiempos inmemoriales, relacionados con la medicina y con la evolución espiritual. Algunos de estos símbolos e imágenes comparten la posición erguida, por lo que también han sido asociados al tirso sagrado de la mitología griega, como símbolo fálico. El báculo de “Su Santidad”. Recordemos que báculo o bácullum en latín, es el hueso peneano de la mayoría de los mamíferos, entre ellos el perro y el gato, lo que les permite la penetración en ausencia de

erección. El hueso homólogo en las hembras se llama

baubellum; no es por casualidad el parecido con Babilonia, la antigua ciudad de Mesopotamia. Los grandes simios, el chimpancé, el gorila, el orangután y el mono gibón, nuestros parientes, aun lo conservan. ¿Qué sería de nosotros si aun lo tuviéramos? Podemos asegurar que no se habría inventado el piano. Igual podríamos decir del gorro de los obispos, papas, popes, etc. Si bien la mitra de los primeros, para unos amigos jesuitas, es la continuidad del vacío de su cerebro, sabemos que se trata de una representación fálica y también una alusión a los hongos mágicos. Tengamos en cuenta que los seres humanos no necesitamos estar en celo para hacer el amor. Las serpientes enroscadas en la columna, también aparecen en el kundalini La fuerza mágica, y en la mitología mexica, Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, representando la dualidad, la polaridad inherente a la condición

103


humana y al Universo: la serpiente es el cuerpo físico con sus limitaciones, y las plumas son los principios espirituales.

Todos estos símbolos son imágenes poderosas porque al igual que los antiguos mitos, representan arquetipos. Recordemos que la palabra arquetipo proviene del griego αρχη, arjé, fuente, principio u origen, y τυπος, typos, impresión o modelo, es decir, un patrón ejemplar del cual otros objetos, ideas o conceptos se derivan.

El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) descubrió que en los delirios de los psicóticos, había un fondo colectivo de imágenes y símbolos arcaicos. Llamó arquetipos a esos elementos de la memoria, y postuló que además del inconsciente personal, existe un inconsciente colectivo, compuesto por los instintos y los arquetipos.

Los instintos son de carácter biológico, y ante ciertos estímulos se traducen en acciones. Los arquetipos son formas innatas de percepción y de intuición, que determinan nuestra manera de captar el mundo.

Tanto los instintos como los arquetipos son colectivos; contenidos universales heredados, que están más allá de lo personal.

El concepto de arquetipo, introducido por C. G. Jung dentro del campo de la psicología, alude al hecho de que los seres humanos compartimos una serie de experiencias en el curso de nuestra evolución, que han quedado, por 104


su naturaleza colectiva, incorporadas en la memoria de la humanidad como patrones de comprensión de la realidad. Estos esquemas son pura energía inconsciente que busca realizarse y lo hace por medio de símbolos, los cuales expresan un orden de saber que la consciencia humana desconoce, pero que existe como verdad en las profundidades de su alma transpersonal. (Eduardo H. Grecco, Interpretación iniciática de la décima revelación)

Para Mircea Eliade los arquetipos son paradigmas ejemplares y transhistóricos, es decir, comunes a toda la humanidad y que se remontan a épocas más allá de la historia. Podemos decir que estos símbolos son representaciones de cómo esta hecho y como funciona el Universo; el Macrocosmos y el Microcosmos, y es por eso que aparecen insistentemente en diferentes culturas y épocas alrededor del mundo.

La ciencia, con sus laboratorios y sus formulas, ha ido descubriendo que estos símbolos arcaicos a menudo expresan lo mismo que se ve a través de los más potentes telescopios y microscopios. Como lo dijo alguna vez el genio francés Blaise Pascal (1623 – 1662) considerado junto con Charles Babbage, el padre de los computadores: “Yo demostraría en lo infinitamente pequeño un Universo micro cósmico, considerando el protón como un Sol central y los electrones como los planetas satélites”. De aquí surge otro concepto fundamental, aun no completamente aceptado por la ciencia, y es que el Universo es fractal. Nosotros somos fractales. ¿Y qué es un fractal? Es un objeto o forma geométrica cuya estructura básica, fragmentada, se reproduce a diferentes escalas con ligeras y constantes variaciones. Cada partícula contiene dentro de si la totalidad del Universo. 105


Veamos algunos ejemplos:

Romanescu

Familia

Árbol

Caracol

El término fractal fue propuesto por primera vez por el matemático polaco francés de origen judío Benoît Mandelbrot en 1975 y se deriva del Latín fractus, que significa quebrado o fracturado. Hasta ahora se han identificado varias estructuras naturales de este tipo: Las nubes, las montañas, el sistema circulatorio, las líneas costeras, los copos de nieve, los arboles y las plantas con sus frutos y flores, los caracoles...

106


El Caduceo

Kundalini

Caduceo

Vara de Esculapio

Ménade sosteniendo el tirso

La palabra caduceo, proviene del griego κηρυκειον que significa “vara de olivo adornada con guirnaldas”; posteriormente se cambiaron las guirnaldas por serpientes. Esta vara la llevaban siempre los heraldos como Mercurio, mensajero de los dioses en la mitología romana. Simboliza la unión sexual en si misma; la vara representa el pene erecto; las serpientes corresponden a la vagina y el movimiento y las alas en la parte superior son el extasis alcanzado. El caduceo también puede entenderse como la

sublimación de la energía

sexual instintiva, que permite alcanzar planos superiores de conciencia. Las dos serpientes entrelazadas representan el número 8, símbolo de lo infinito y del equilibrio entre fuerzas opuestas. Son el eterno movimiento cósmico y fuente de regeneración. El Caduceo, al igual que el Axis Mundi, el Taijitu o el Árbol de la Vida, constituyen una representación de cómo está construido y como funciona el Universo, el Microcosmos y el Macrocosmos. 107


La antigüedad del símbolo es milenaria y la encontramos en la India, grabado en las tablas de piedra llamadas “nágakals”, una especie de ofrenda que aparece a la entrada de los templos. Erich Zimmer reconoce también el origen del caduceo en Mesopotamia 2600 años a. E.C.; en el diseño de la copa sacrificial del rey Gudea de Lagash, e incluso puede rastrearse su origen en fechas muy anteriores, en las antiguas culturas, asiria, caldea, egipcia, fenicia, mexica o maya, entre otras.

El tronco del árbol del Yaxche, la ceiba sagrada. En la parte superior esta posado el pájaro como espíritu mensajero. La versión Maya del caduceo, axis mundi o árbol de la vida.

108


El axis mundi

Axis mundi chamánico

El maíz, el Axis mundi mexica

El árbol como Axis mundi

El Axis mundi o 'eje del mundo' es un símbolo muy antiguo presente en numerosas culturas. La idea expresa un punto de conexión entre el cielo y la tierra, lo de arriba y lo de abajo, en el que convergen todos los rumbos. Este espacio funciona como punto de partida del Universo. Como ombligo.

El

Axis

mundi

aparece

en

muchas

regiones

con

distintas

representaciones, pudiendo adoptar la forma de algo natural como una montaña, un árbol, una columna de fuego o de humo, o ser una construcción humana como una torre, una escalera, un pilar, etc. El símbolo aparece en contextos religiosos o seculares y se encuentra tanto en culturas chamánicas como en las principales religiones del mundo, guardando una estrecha relación con el caduceo, el taijitu, el árbol de la vida o el árbol sefirótico.

109


El taijitu

Taijitu (Yin-Yang)

Esa dualidad complementaria e inseparable, principio generador de todas las cosas y presente en todo el Universo, el yin y el yang representado en el símbolo del Tao, el taijitu, concepto fundamental de la filosofía oriental que se manifiesta también en todas las parejas de dioses de la antigüedad, ApsuTiamat, Anu-Inanna, Isis-Osiris, Astarte-Baal, Shiva-Shakti, Olorum-Oduma, Geb-Nuts, Itzam Na-Ix Chel, Gea-Urano, Izanagi-Izanami, Nanar-Ningal, FriggOdín, entre otras, ha sido perversamente callada por las religiones monoteístas patriarcales, que en el fondo lo que ocultan no es más que un complejo de inferioridad masculino disfrazado de egolatría. El taijitu al igual que el caduceo, el axis mundi, el árbol de la vida o el árbol sefirótico, es también una representación del Universo.

110


El hexagrama

Fuego – Aire – (Linga)

Agua – Tierra – (Yoni)

El hexagrama

El hexagrama, que hoy se conoce como la Estrella ó Escudo de David, Magen David, es un símbolo mandala llamado satkona yantra o sadkona yantra presente en antiguos templos hindúes; símbolo de Vishnú y el Shrî–Antara de los brahmanes; también presente en Egipto y en Sumeria entre otros. Simboliza la interpenetración de los dos mundos, el visible y el invisible. En el hinduismo, la unión del linga y el yoni (el falo y la vagina), al que se le atribuyen propiedades mágicas y asociado a la conciliación entre las dos fuerzas complementarias, lo de arriba y lo de abajo; el principio masculino y el principio femenino unidos. Muchos años después cuando Theodor Herzl buscaba un símbolo para el nuevo movimiento sionista, escogió el Hexagrama, que posteriormente sería usado en la bandera del Estado de Israel.

El más antiguo uso judío conocido del hexagrama se encuentra en un sello en la antigua Palestina (siglo VI a. de E.C.) y posteriormente, ocho siglos más tarde en el friso de una sinagoga en Cafarnaúm. Pero estos primeros hexagramas pueden haber sido sólo diseños ornamentales; irónicamente, una 111


esvástica, otro motivo popular antiguo de origen hindú, aparece al lado del hexagrama en la pared de la misma sinagoga.

El Hexagrama o Estrella de David

En la Edad Media, los hexagramas aparecen frecuentemente en iglesias, raramente en sinagogas o en objetos rituales judíos. Fue la Menorá, y no la Estrella de David, la que sirvió principalmente como símbolo judío desde la antigüedad hasta el período post renacentista. Aunque los eruditos han intentado trazar el origen de la Estrella de David hasta el Rey David mismo, al Rabino Akiva y a la rebelión de Bar Kokhba hijo de la estrella (135 E.C.), o a los kabalistas, especialmente al Rabino Isaac Luria (siglo XVI). Ningún escrito o artefacto judíos documentan esta pretensión. En cambio, toda la evidencia sugiere que los primeros usos del hexagrama se limitaron a la Kabalah práctica, es decir, la magia judía, alrededor del siglo VI E.C. 112


Capítulo 9

El tetragrámaton YHVH

Recordemos que la palabra Elohim, en hebreo ‫יִהלֱא ם‬, usada en la Biblia para referirse a Dios, no es singular sino plural, y no significa dios sino dioses. El singular es Eloah, en hebreo ‫ֱִלו‬. Así las cosas, no es de extrañarse que en la Biblia Dios hable en plural y se haga referencia a su condición dual: “Génesis 1:26

< Díjose entonces Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y a

nuestra semejanza…> Génesis 3:12 <Díjose Yavé Dios: He ahí al hombre hecho como uno de nosotros…..> Génesis 5:1 < …Cuando creo Dios al hombre le hizo a imagen de Dios: Hizolos macho y hembra y los bendijo…>.”

En el Antiguo Testamento, la palabra Elohim aparece dos mil quinientas setenta veces. Nos preguntamos, ¿a qué diablos se refieren cuando hablan de monoteísmo?

Pero aún hay más, existe una interpretación que aparece en diferentes documentos de carácter esotérico, en la que se revela que el tetragrámaton judío YHVH (YHWH), en hebreo ֱ‫םֱו‬, el innombrable, el nombre sagrado de 113


Dios, encierra la naturaleza dual y bisexual de la fuerza creadora del Universo, o mejor dicho, de las fuerzas creadoras del Universo, porque YHVH se deriva de acuerdo a esta hipótesis de Jehová (Jehovah), la unión andrógina entre el masculino Jah, nombre prehistórico de Adán y el femenino Havah, nombre prehistórico de Eva: (Jah-Hovah, Macho-Hembra).

Otra versión asegura que la palabra Jehová apareció en un periodo posterior a la palabra YHVH, considerada más antigua; y fuera en el siglo XV de la era cristiana, cuando se insertaron las marcas vocales de Adonai (aDoNaI) entre las consonantes de YHVH convirtiéndose de esta manera en YaHoVaH. (La "I" de Adonai en realidad corresponde a la media vocal Yud, "Y"). Por una regla gramatical, la primera "A" de Adonai, se transforma en una "E" breve. Así pues, la palabra escrita aparecía: YeHoVaH y pronunciada se oiría Jehová. En cualquier caso, lo más importante de la interpretación es que sigue siendo válida.

Es interesante también la explicación del nombre Jehová, que aparece en el libro “Rey Jesús”, del erudito ingles Robert Graves, en un dialogo que sostiene el propio Jesús con el gadeliano durante su estadía en Egipto:

“Continuaron intercambiando preguntas y respuestas, mutuamente complacidos. Para el poco instruido, lo que aquí se recuerda de esa conversación

será

extraño;

pero

escribo

para

los

instruidos.

Ellos

comprenderán cómo Jesús había deducido de la mención del número 110 por el gadeliano que el alfabeto ocultaba un antiguo secreto matemático, la proporción del diámetro del círculo a su circunferencia, que es de siete a 114


veintidós. También comprenderán que la reticencia del gadeliano acerca de las dos vocales dobles, A e I, atrajo naturalmente la atención de Jesús, quien vio que las siete vocales formaban un nombre sagrado. Era II.I.E.U.O.A.AA. En letras latinas, JIEVOAA.

¿Nos recuerda acaso este nombre, las vocales de nuestro alfabeto: A,E,I,O,U.,

pero

puestas

en

distinto

orden:

I.E.O.U.A?

Después

se

transformaría en Jehová, cambiando la I por J, la U por V, e intercalando la H. Bonita manera de ocultar un nombre detrás de las primeras letras que aprendemos cuando niños, y con las cuales nos enseñan a hablar.

Había en esto una maravillosa iluminación. Jesús reconoció de inmediato que ese nombre de siete letras, el secreto primero a que se refería el gadeliano, era el del dios del Arca, adorado por gran cantidad de naciones con lazos de sangre. Los hebreos, su pueblo elegido, los mentores espirituales de todos los hijos de Adán, lo llaman Jehová, una forma deliberadamente equívoca del nombre; -pero sus cuernos de carnero sagrados proclaman musicalmente el nombre verdadero en los grandes festivales. Fue ese nombre, se dice, el que derribó instantáneamente las murallas de Jericó cuando Josué sitió la ciudad. Los antiguos frigios conocían el nombre y anudaron sus letras en el yugo de Gordio; pero la insensata espada de Alejandro cortó el nudo. Los gadelianos aún lo conservan, pero sólo lo declaran a los poetas. Jesús jamás hubiera podido aprender el nombre entre su propio pueblo, puesto que no se le enseñaba a ningún israelita excepto al sumo sacerdote y a su sucesor elegido, ni podía escribirse o pronunciarse salvo una vez por año, cuando el sumo sacerdote entraba en el sancta sanctorum y lo susurraba de forma casi 115


inaudible. No se le comunicaba con palabras pronunciadas por labios humanos, sino mediante la disposición de siete objetos sagrados en un orden dado, cuyas iniciales deletreaban el nombre. Era un nombre de poder probado; usándolo, decían los judíos, Moisés había provocado las plagas de Egipto, y Elias y Elisha habían rescatado hombres de entre los muertos”.

Entre los estudios etimológicos, el significado preciso del nombre YHVH, que aparece en el Antiguo Testamento unas 6.000 veces, es aún objeto de disputas por parte de los especialistas, pero una de las teorías más aceptadas, correspondería a una modificación del texto de Éxodo 3:13 en la Biblia, ó Shemot 3:13 en la Torá:

Empero, el más grande de los profetas, Moshé, directamente le inquirió: Y dijo Moshé a Elokim; He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo, El Elokim de sus padres me ha enviado a ustedes; si ellos me preguntaren; ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? Y H' dijo: Eheie asher Eheie, que es traducido como Soy el que Soy, y quizás mejor: Seré el que seré, pero indudablemente se lo puede reducir a Yo Soy, como lo expresa la misma Torá.

Obsérvese que de ese nombre, YHVH, pareciera que son únicamente las dos primeras letras YH las que hablan para decir Yo soy. Podríamos afirmar sin temor a equivocarnos, que estamos frente a la expresión y la adoración del Ego, de esa parte del cerebro humano, el lado izquierdo, el masculino, la mente objetiva, que piensa lineal, metódica, voluntaria, activa; el lado de la razón, de 116


la ciencia, de la lógica; el de las matemáticas, el lado practico, el que categoriza y organiza; el que separa del flujo de energía alrededor, el que dice Yo soy, que se impuso a fuerza de musculo, pero también de inteligencia y terrorismo, sobre el lado derecho de nuestro cerebro, el lado femenino, la mente involuntaria, pasiva, subconsciente, que recibe impresiones; el lado de los sentimientos, de los símbolos y de la intuición; el lado que dice Mi, el que se conecta con la energía alrededor, que corresponde a la otra mitad del nombre, VH, y que ha sido despreciada, amordazada y marginada durante miles de años. Desde que los hombres tomaron el poder.

Recordemos la frase aquella de Santa Catalina de Génova: “Mi Yo es Dios, y no reconozco otro Yo que mi Dios mismo”.

Curiosamente, si miramos el nombre YHVH escrito en forma horizontal y lo dividimos

en dos partes YH-VH, la primera letra del nombre, la “Y”, se

encuentra en el lado izquierdo, que corresponde al lado masculino del cerebro, y está presente en primer lugar en el Yo o Ego, y también en el cromosoma “Y” que define el sexo masculino, mientras que la letra “V”, la primera letra de la segunda parte del nombre VH, que es la estilización de un pictograma que representa el triangulo púbico de una mujer, se encuentra en el lado derecho, que corresponde al lado femenino del cerebro, y está presente en muchas palabras con connotación femenina, entre ellas: Eva, Vida, Virgen, Vientre, Vagina, Vulva, Vesica Piscis o la diosa Venus.

Sería ingenuo pensar que cosas como esta, entre otras, lleguen algún día a ser abiertamente aceptadas y divulgadas por aquellos que durante miles 117


de años, en sociedades secretas masculinas, las han mantenido celosamente guardadas bajo estricto juramento, aún a costa de la vida; infortunadamente esta sabiduría ha sido usada en beneficio de una minoría que se consideran “elegidos”.

Ya lo decía Maimonides, (1135-1204) el gran teólogo y filósofo judío, quien reveló la existencia de un secreto en el Antiguo Testamento con las siguientes palabras: “quienquiera que descifre el verdadero sentido del libro del Génesis debe intentar ocultarlo”.

Nos preguntamos, quienes podrían beneficiarse con mantener ese secreto tan callado. Una solicitud de complicidad sospechosa, pero aún así, no han faltado los que han dicho algo, entre los más celebres: Plutarco, Apuleyo, Rabelais, Saint-Germain y Fulcanelli, entre otros.

Recordemos también que en algunos idiomas indoarios, la tercera persona del pronombre personal en singular es usualmente yé para el masculino él y vé para el femenino ella, que unidos serian: YE-VE, lo que equivaldría a EL- ELLA, (otra manera de verlo es Y - EVE, Espíritu y Materia) ¿Y que tienen que ver las lenguas indoarias con el YHVH hebreo? Pues según algunos estudiosos, las lenguas hurríticas constituyen la base más factible de la cual todas las lenguas indias surgieron. De acuerdo con esta hipótesis, al analizar los documentos del reino de Mitanni se puede comprender que el sánscrito nació en esa región, y en un principio los hebreos eran considerados gente de origen hurrita, o sea, del país donde habitaba Abraham antes de sus 118


viajes a Canaán y Egipto. Documentos del periodo de Ur III revelan que el área montañosa al este y al norte del valle del Tigris y del Éufrates, estaban entonces habitadas por gentes de lengua hurrítica, que eventualmente penetraron en la región oriental del Tigris, al norte de Diyala. Las lenguas de raíz sánscrita ya se hablaban en una vasta área del Medio Oriente, incluyendo Canaán: los horeos de la Biblia, hurritas de la historia, habitaban en el Negev; los jebuseos y heveos, dos tribus hurritas, en Judea y Galilea. Los nordisraelitas fueron inicialmente establecidos por los asirios en "Hala, Havur, Gozán y en las ciudades de los medos" (2Reyes 17:6). Esta es exactamente la tierra de los hurritas. Después de la caída de Nínive ante el poder Babilonia, la mayoría de los hurritas y parte de los nord-israelitas en exilio, emigraron hacia el este y fundaron el reino de Khwarezm (Jorazmia), desde el cual sucesivamente colonizaron el valle del Indo y el alto valle del Ganges. Es importante anotar que los hurritas son de particular interés histórico, porque son el pueblo que introdujo el caballo y el carro de guerra en Oriente Medio.

Es sabido además, que tanto el dios judeocristiano Yavé, como el dios islámico Alá, son el mismo. Ambas versiones evolucionaron del antiguo dios cananeo El, también llamado Eloáh y Eláh, que en árabe se convirtió en Alláh, y cuya esposa era Asera, (Asherah o Astarte) como consta en las tablas de Ugarit, aunque más tarde le fuera negada su consorte, pero conservó sus atributos y sus títulos. La pareja El-Asera, era considerada en la mitología cananea como Padre-Madre de todos los dioses. Entre su corte había un dios menor llamado Yaw, dios del caos y las tempestades, y según el laureado historiador y profesor italiano Giovanni 119


Pettinato, fue en Ebla, durante el reinado del patriarca Eber o Heber, de donde para algunos procede el nombre Hebreo, que se cambio la forma teofórica de El a Yaw, y de ahí pasaría a Yahwéh. El, es una palabra semítica del noroeste, que usualmente se traduce como dios o deidad, y aparece como prefijo en muchos nombres como: El-ías, El-iud, El-í, El-ezar, El-iezer, o también usado como sufijo en: Emanu-el, Ab-el, Dani-el, Isra-el, Isma-el, Gabri-el, Ezequi-el, Samu-el, etc. En la Biblia encontramos en repetidas ocasiones el nombre El con diferentes denominaciones, como en Génesis 17:1 “Cuando Abraham tenía noventa y nueve años, se le apareció Yahvéh y le dijo: Yo soy El Saddai; anda en mi presencia y sé perfecto”.

Por otro lado, según lo afirma el escritor, científico, investigador de las religiones y profesor norteamericano James Hurtak, el nombre YHVH también está íntimamente relacionado con el ADN.

En la enseñanza bíblica y kabalista la estructura del cuerpo humano surgió de la pronunciación de la Palabra Divina. Hurtak establece una correlación del nombre YHVH, como la clave que está detrás del código de trascripción de las letras químicas que desarrollan el cuerpo humano. En 1973, mientras estaba en la Universidad de California, Hurtak llegó a comprender que existía una conexión entre las asociaciones lingüísticas y genéticas en las letras que conforman el nombre del Dios Hebreo YHVH. Elaboró una tabla de recursos genéticos usando el Código del Nombre Divino en un arreglo triple de letras, incluyendo el inicio y el alto en la codificación de 120


las letras para cada una de las secuencias de los aminoácidos y los ácidos nucleicos. Este trabajo fue presentado, ante la Academia de Parapsicología y Medicina en Junio de 1973 y fue publicado, como una matriz para la interrelación entre el lenguaje y la genética en el uso del nombre YHVH.

En cuanto a los códigos de combinación del ADN que conforman los aminoácidos, el trabajo delinea al código del ADN como una serie de matrices. La primera y fundamental matriz cúbica consiste en las permutaciones del Tetragrámaton, las cuatro letras en hebreo que se traducen como Yahweh (Yod- Heh-Vav-Heh). Esta matriz se denomina Palabra-Espíritu. La tabla Palabra-Espíritu se conforma de las tres letras del Nombre Divino que, en varias combinaciones, crean las 64 celdas. Aunque el Nombre Divino se escribe con cuatro letras, utiliza sólo tres del alfabeto (Y-H-V, con la H repetida), tal como el ADN o el ARN tienen cuatro nucleótidos como "letras" pero solamente se leen tres a la vez para formar el codón que codifica los aminoácidos de nuestro cuerpo. El nombre YHVH no es estático, al igual que las secuencias del ADN, y se puede volver a combinar para diferentes funciones (V-H-Y-H-Y-V-H-H-V,….).

Se nos dice en Juan 1.1: "En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios", y cita un acto creativo con la Palabra que proviene del Divino Yod-Heh-Vod-Heh como el Código Dios dentro de la creación. Después de la primera y fundamental tabla Palabra-Espíritu, continúa la secuenciación para conformar la tabla matriz de los nucleótidos del ADN que, a su vez, codifican las secuencias de los aminoácidos mientras que las

121


otras caras del cubo, adicionan otras secuencias matemáticas y sonorovibratorias.

En suma, la relación entre el código lingüístico del nombre YHVH y las partes celulares de la estructura humana pueden ser vistas en cuanto a la forma-onda del ADN de una cierta frecuencia vibratoria que compone la biocomputadora humana a través de 64 áreas celulares de una compleja matriz. El Código Divino es el mecanismo codificador comunicado a través de rangos de micro señales, donde el vínculo vibratorio forma la materia genética dentro de las células como un patrón de flujo de energía Divina. El cuerpo es visto como un bio-traje de luz que opera, a través de un lenguaje de luz bioquímica que da millones de instrucciones por segundo. La identidad de cada individuo se alberga en este laberinto interno de letras químicas que equipa al genoma completo con el mecanismo anímico de la vida. Únicamente podemos salir de la inconsciencia y entender las instrucciones codificadoras superiores al seguir el hilo de la vida en las letras de los Nombres; la persona que ha perdido este hilo se pierde en el laberinto del cuerpo y la mente, sostiene Hurtak.

122


Capítulo 10

El árbol sefirótico y el nombre secreto del Dios judeocristiano

En el libro “Kabaláh” de Ione Szalay, encontramos la clave para terminar de armar el rompecabezas de ese nombre, el tetragrámaton YHVH (YHWH); en hebreo se escribe de izquierda a derecha ֱ‫( םֱו‬Yod- Heh-Vav-Heh). Es una pena que a pesar de toda la sabiduría, de la ilustre genealogía y el linaje kabalista de Szalay, se omitan, como probablemente lo han hecho sus maestros, cosas tan elementales y fundamentales en el significado de ese nombre del Dios judeocristiano, sin embargo, y a pesar de las faltas, su explicación es tan clara y contundente que termina corroborando todo lo anteriormente dicho sin dejar lugar a dudas. Para ello, vamos a examinar el cuadro en donde se ve claramente su significado y lo que hace falta para completarlo:

123


Este cuadro y el texto explicativo que lo acompaña dice tanto por lo que está a la vista, como por lo que se oculta. Además hay un lapsus en la escritura de la explicación muy revelador: Obsérvese que en la descripción del cuadro se ha repetido dos veces la palabra izquierdo; en vez de decir lado izquierdo y lado derecho. Curiosamente el lado derecho es precisamente el que corresponde a lo femenino en el cerebro humano, esa parte tan menospreciada en la tradición y la educación judeocristiana. Igualmente, podemos ver la correspondencia entre el nombre de Dios escrito en hebreo ֱ‫( םֱו‬Yod-Heh-Vav-Heh)

YHVH verticalmente, el árbol

sefirótico (árbol de la vida) y el cuerpo humano, en donde se confirma que las letras YH del nombre YHVH, corresponden a la parte superior del cuerpo, es decir, la mente y el espíritu, mientras que las letras VH corresponden a la parte baja del cuerpo, es decir, a lo más material, lo más animal: el sexo, el lugar de las mal llamadas bajas pasiones, que lejos de serlo, son sublimes. 124


Por último, nótese que en la parte superior del cuadro, hay una casilla pequeña en donde dice Nada y seguidamente dice Adám kadmon, por consiguiente, en la parte inferior del cuadro se ha omitido una casilla igual y correspondiente a su contraparte, es decir, el Todo y la Eva kadmon, un olvido sospechoso, nada más y nada menos que una de las siete leyes del Universo, representada también en uno de los brazos de la menorá, que dice, "Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grado”.

Así, hemos completado el acertijo; si en la parte superior está lo más sutil que es la Nada y el Adám kadmon, es decir, el hombre primordial o primitivo, el macho, el espíritu; en la parte inferior esta lo más denso que es el Todo y la Eva kadmon, correspondiente a la mujer primordial o primitiva: la hembra, la materia. Materia, Mater, Madre. Arriba el Padre original y abajo la Madre original:

Adán

y

Eva.

Una

vez

más,

tenemos

los

dos

principios,

complementarios e inseparables, creadores del Universo, reunidos en ese nombre secreto e impronunciable: YHVH.

Por último, tenemos otra interpretación valida que nos ayuda a esclarecer el significado del nombre YHVH, observando el cuadro del sacerdote estadounidense William McNichols, titulado “Yahweh”, en donde se aprecia como las letras hebreas ֱ‫( םֱו‬YHVH) ensambladas en forma vertical, arman la silueta de un ser humano.

125


El tetragrámaton

Cuadro de Fr. William McNichols: Yahweh

Silueta humana

YHWH en hebreo

Que guasa; pensar que fue este mismo “Dios” ֱ‫( םֱו‬YHWH) el que prohibió hacerse imágenes. Éxodo 20:4: “No te harás escultura, ni figura alguna de lo que hay en el cielo arriba, ni en la tierra abajo, ni en las aguas debajo de la tierra”. Visto lo anterior, quizá sea más fácil de entender también, de donde proviene esa obsesión androcentrista y antropocentrista (ver pag. 194), que tanto daño ha causado.

A propósito, la idea del ocultamiento del significado de este nombre, YHWH, lo tomó el judaísmo de la mitología egipcia, que consideraba al dios Ra indestructible, porque nadie conocía su nombre, y se decía, que el día que fuese desvelado, seria el presagio del fin de los tiempos.

126


Capítulo 11

El Adán genético y la Eva mitocondrial

En genética humana, el Adán cromosomal-Y se define como el individuo más antiguo que poseía un cromosoma Y del cual descendieron todos los cromosomas Y de la población humana actual. Un estudio evolutivo de la Universidad de Stanford sobre 93 polimorfismos genéticos humanos hallados en este cromosoma, en mil individuos de 21 regiones del mundo, calculó que un antepasado masculino común a todos los hombres actuales vivió en África hace unos 70.000 años. Es bastante posterior a la antepasada común llamada Eva mitocondrial, por razones que se desconocen, pero que probablemente se deba a que las mitocondrias y el cromosoma Y presentan diferencias en la transmisión y presión evolutiva para trasmitirse a los descendientes. Según la teoría genetista, la Eva mitocondrial habría sido una mujer africana, que en la evolución humana correspondería al ancestro femenino que poseía las mitocondrias, de las cuales descienden todas las de la población humana actual. Por ello, al seguir la línea genealógica por vía materna de cada persona en el árbol genealógico de toda la humanidad, la Eva mitocondrial correspondería a un único antepasado femenino de la cual diverge toda la población actual de Homo sapiens. Seres humanos.

127


Probablemente había muchas otras mujeres vivas en la época de la llamada Eva mitocondrial, pero sus líneas de herencia materna se han extinguido. Esto ocurre habitualmente cuando una generación de una familia no produce ninguna hija.

Basándose en la técnica de reloj molecular, los investigadores creen que esa Eva vivió entre 150.000 y 290.000 años antes de nuestra era. Muy anterior al Adán genético. Una comparación del ADN mitocondrial de distintas etnias de diferentes regiones, sugiere que todas las secuencias de este ADN tienen envoltura molecular en una secuencia ancestral común. Asumiendo que el genoma mitocondrial sólo se puede obtener de la madre, estos hallazgos implicarían que todos los humanos vivos descienden en última instancia de una sola mujer, cuando ya habrían existido los primeros y más primitivos Homo sapiens, tales como el Homo Sapiens Idaltu. Se sabe de esta Eva a causa del genoma contenido en las mitocondrias, (orgánulo presente en todas las células), que sólo se pasan de la madre a la prole. Cada mitocondria contiene ADN mitocondrial, y la comparación de las secuencias de este, revela una filogenia molecular.

Son muchas las leyendas mitológicas que apoyan esta teoría científica. Recordemos que para los griegos, según la Teogonía de Hesíodo, tras el Caos, que para ellos significaba vacio, y era la deidad femenina primordial, surgió Gea, la Diosa Madre, la de anchos pechos, la eterna fundación de los dioses del Olimpo, que sin la dulce unión del amor, es decir, siendo virgen, engendró a 128


Urano, el cielo estrellado, su igual, para cubrirla a ella, a las colinas y también a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. De la unión con su hijo Urano, nacieron los Titanes del Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, y las Titánides Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Fabe, la de dorada corona y la hermosa Tetis. Después nacería Crono el astuto, el más joven y terrible de sus hijos, y tras ellos vendrían otros más.

También en la mitología muisca, Bachué, la madre chibcha, salió de la laguna de Iguaque una madrugada, llevando un niño en los brazos. Bachué era una madrediagua morena y garbosa, de senos redondos, firmes, cobrizos, terminados en punta. El niño creció y Bachué, encargada de poblar la tierra, empezó a ser fecundada por la criatura que había cargado en sus brazos. En pocas edades recorrió muchos cercados, y por todas partes dejó criaturas y enseñanzas. Un día, sin avisar, Bachué se metió a la laguna de Iguaque, acompañada del mismo ser que había traído. Se lanzó a las aguas y un gran bostezo del lago la devoró, convirtiéndola en serpiente, símbolo de inteligencia entre los Chibchas. Al varón no le pusieron mayor atención, pero ella quedó para siempre con el título de madre de la humanidad, fuente de toda vida.

En la mitología egipcia fue la antigua diosa Hathor, cuyo nombre significa Templo de Horus, divinidad cósmica, diosa del amor, de la fertilidad, de la alegría, de la belleza juvenil, del erotismo; diosa nutricia, madre y esposa del dios Horus que más tarde sería identificado con el dios Ra y ella con la diosa Isis.

129


Carl Gustav Jung, médico, psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, el único católico entre los padres de la psicología moderna, sugirió que la madre arquetípica era una parte del inconsciente colectivo de todos los humanos, y varios estudiantes jungianos, como Erich Neumann y Ernest Whitmont, han argumentado que dicho arquetipo apuntala muchas mitologías y precede a la imagen del padre en dichos sistemas religiosos. Tales creencias ayudan a explicar la universalidad de esta imaginería de la diosa madre.

Por otra parte, podemos también observar, si es que nuestra moral manipulada nos lo permite, las múltiples señales que desde el pasado nos advierten sobre nuestro oscuro y divino origen incestuoso. En principio, solo quienes han nacido por cesarea, se perdieron de untarse del sexo de su madre, de la cabeza a los pies. Mala suerte tuvo Edipo que después de resolver el acertijo1 y deshacerse de la Esfinge, (La guardiana del umbral), con lo cual desaparecerían todas las prohibiciones y los tabúes, especialmente el del incesto, terminó injustamente cargado de culpas.

1.

Según el mito, la Esfinge (la estranguladora), monstruo femenino que tenía cabeza de mujer, cuerpo de león, cola de serpiente y alas de águila, fue enviada por Hera al monte Citerión, cerca de Tebas, como azote contra los tebanos y en castigo porque Layo, el rey y padre de Edipo, había raptado al joven Crisipo. Instalada en el monte Fición, la Esfinge proponía a los que entraban en la ciudad o salían de ella la adivinanza siguiente, sugerida por las Musas: “¿Cuál es el animal que camina en cuatro patas por la mañana, sobre dos patas al medio día y sobre tres patas al anochecer?” El que no acertase, era devorado, y así los devoraba a todos hasta que llegó Edipo, que se dirigía a Tebas, tras un incidente en el que había muerto Layo. Y después de escuchar la adivinanza que le propuso la Esfinge, contesto: “Es el hombre, que camina a gatas en la infancia, sobre sus dos piernas cuando es adulto, y con la ayuda de un bastón cuando es anciano.” Contrariada la Esfinge al oír esto, se mató despeñándose desde lo alto, mientras Edipo continuo su camino hacia Tebas, donde fue recibido como un salvador, para después casarse con Yocasta, que había ofrecido su mano a quien librase de semejante monstruo a la comarca.

130


Capítulo 12

Shiva y Shakti

También en los Upanishad, los libros sagrados del hinduismo, escritos en sanscrito probablemente entre los siglos VII y V a de E.C., podemos leer lo siguiente: “Cuando lo absoluto deseó tener su contrapartida, se dividió en dos mitades: la una masculina o Shiva y la otra femenina o Shakti, y la mutua atracción entre ambos principios, procreo todas las cosas que existen”. Lo masculino dentro del principio femenino y lo femenino dentro del principio masculino, engendro el Universo, la Naturaleza y al ser humano. La unión de Shiva (La sustancia) y Shakti (La energía), es la base de la creación, cuya naturaleza es puro deseo. Y cuando se unen, hallan su realización en el placer, porque la existencia por separado no es sino ficción.

El Swami Karapati, en su obra “Lingopasana-rahasja” dice:”Todo amor, toda sensualidad, todo deseo arraiga en la búsqueda del placer. No deseamos sino aquello que nos proporciona placer, y todo placer, toda sensación placentera, es una experiencia de lo divino, ya que toda vida procede del placer y este es el creador de todo cuanto existe”.

131


En África, la pareja primordial la encontramos con diferentes nombres según el pueblo y la tradición. Entre los yoruba se llaman Olorum y Oduma. El matrimonio del cielo y la tierra tiene un sentido de fecundidad cósmica. La Tierra es nuestra madre y el Cielo nuestro padre.

El cielo fertiliza la tierra por la lluvia. La tierra produce los frutos.

132


Capítulo 13

El monoteísmo

“El ego es la estructura psicológica que nos lleva de cabeza al infierno”.

Terence McKenna Etnobotánico, filósofo y escritor americano

Veamos ahora lo que escribe McKenna en su libro “El manjar de los Dioses” a este respecto: “El mundo Occidental, se ha enfocado fijamente en el ego, y en la idea monoteísta de un solo Dios. El monoteísmo exhibe esencialmente un patrón patológico de personalidad proyectado en la idea de un Dios. El patrón del ego masculino paranoide, posesivo y obsesionado por el poder”.

Nosotros agregaríamos a lo anterior, que el monoteísmo, posando de filantropía, es la base de un modelo de sociedad autoritaria y jerárquica bajo el 133


dominio masculino, en el que se impone, aunque de manera velada y haciendo alusión a derechos divinos falsos: el cinismo, la ventaja, el desequilibrio, la degradación, el engaño, la codicia, el saqueo, la corrupción, la opresión, la explotación, la injusticia, la arbitrariedad, la violencia, la esclavitud. Podemos afirmar, que más que religiones, son una enfermedad, una degeneración.

Si nos fijamos en ese gran espejo que tenemos delante de nuestros ojos, y dejamos a un lado algunos prejuicios atávicos impuestos, podemos observar que la Naturaleza y el Universo, responden más a esta condición de nuestro origen dual, polar, (Padre - Madre), que a la forma abyecta, misógina y contra natura, que las religiones monoteístas nos han querido inculcar, y de paso, algunos mitos inconfesables relacionados con el género y la sexualidad, por los que muchas personas que siguiendo sus instintos, han sido durante siglos censuradas, discriminadas, asesinadas y calificadas de enfermas, quedaran automáticamente reducidos a escombros.

134


Capítulo 14

La historia al revés "Hay dos historias: la historia oficial, embustera, que se enseña ad asum Delphini, (para uso del Delfin) y la historia secreta, en la que se encuentran las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia vergonzosa".

Honoré de Balzac Escritor francés

“Incluso el pasado puede modificarse: los historiadores no paran de demostrarlo”.

Jean-Paul Sartre Filósofo, escritor y dramaturgo francés

“La realidad es que la historia misma es una conspiración”.

Richard Hofstadter Historiador y filósofo americano de origen judío 135


“Si la verdad puede ser contada de forma comprensible, será creída”.

Terence McKenna Etnobotánico, filósofo y escritor norteamericano

Si la historia que nos han contado, siempre ha sido escrita y manipulada por los vencedores, y en nuestro caso particular bajo el dominio masculino durante los últimos 12.000 años, actualmente estamos viviendo un tiempo de cambios y condiciones excepcionales. Algunos de estos cambios han sido las investigaciones realizadas principalmente desde el siglo XX, por grupos multidisciplinarios en los que han participado mujeres, cosa que nos está permitiendo volver a ver y entender el pasado desde una nueva perspectiva. Una de estas destacadas mujeres es la socióloga, arqueóloga y escritora austriaca Riane Eisler, autora de varios libros, entre ellos “El Cáliz y La Espada” en donde afirma lo siguiente:

“Aunque hace sólo 25 años los antiguos arqueólogos aún estuvieran hablando de Sumeria como la "cuna de la civilización" (y aunque esta sea todavía la impresión predominante entre el público en general), hoy sabemos que no hubo sólo una cuna de la civilización, sino varias, todas datando de milenios antes de lo que se sabía previamente, remontándose al neolítico.

136


En su libro “1984”, George Orwell previó una época en que un "Ministro de la Verdad” reescribiría todos los libros y remodelaría todas las ideas, a fin de ajustarlas a las necesidades de los hombres que estuvieran en el poder. Pero, lo terrible no es la posibilidad de que acontezca tal cosa, sino el hecho de que ya aconteció hace mucho tiempo, en casi todo el mundo antiguo. En el Oriente Medio, primero en Mesopotamia y en Canaán, y posteriormente en los reinos hebraicos de Judea e Israel, la reelaboración de las historias sagradas, al lado de la nueva redacción de los códigos de la ley, fue en gran medida trabajo de los sacerdotes. Como en la Europa antigua, ese proceso se inició con las primeras invasiones androcráticas y prosiguió a lo largo de milenios, a medida que Egipto, Sumeria y todas las tierras del “Creciente Fértil” fueron poco a poco siendo transformadas en sociedades guerreras dominadas por el hombre. De acuerdo con la amplia documentación presentada por los investigadores bíblicos, tal proceso de reelaboración de los mitos aún estaría aconteciendo en el año 400 a. C. cuando los estudiosos nos dicen que los sacerdotes hebraicos reescribieron por última vez el Antiguo Testamento. La redacción final, en un libro sagrado —la primera parte de nuestra Biblia—, de los mitos y leyes que afectaron tan profundamente nuestras mentes occidentales, ocurrió cerca de un siglo después de que Esquilo escribiera la Orestiada en Grecia. En esa época, en Palestina, la mitología bíblica en la cual el judaísmo, el cristianismo y el islam aún se basan, fue reexaminada, organizada y ampliada por un grupo de sacerdotes hebreos identificados por los estudiosos bíblicos como “S”, o escuela Sacerdotal. Ese rótulo iría a los antiguos rehacedores de mitos, tales como “Y” o escuela de Elohim, la cual escribió en el reino del norte de Israel, o “J” de la escuela Javé del reino sur de Judea. Esos grupos editoriales “Y” y “J” anteriormente habían reescrito mitos cananeos y babilónicos, así como la 137


historia hebraica, de forma que se adecuase a sus objetivos. Después el grupo “S” comenzó a trabajar sobre esos antiguos textos heterogéneos, en la tentativa de producir uno nuevo. Su objetivo, para citar a los estudiosos bíblicos que comentaron la famosa Biblia Dartmouth, consistía en "transformar en realidad el proyecto para un estado teocrático". De acuerdo con estos estudiosos de la religión, esa nueva redacción de los mitos, si no implicaba una conspiración de ideas políticas, ciertamente si lo era de documentos.

Sin embargo, consideramos como ya se ha dicho, que si la reelaboración de los mitos tenia como objetivo la creación de un estado teocrático, si implicaba una conspiración tanto política como religiosa. Pensamos que nos corresponde la visión crítica y humanista que tantas veces ha contribuido a evitar que la visión de la realidad sea una sola, es decir, ese panorama estrecho de los sempiternos vencedores, cuya codicia y voracidad siempre han escrito la historia.

Varios

siglos

después,

la

destrucción

sistemática

de

todo

el

conocimiento del pasado fue tan contundente, incluyendo la quema masiva de libros, que llegó a expandirse fuera de Europa, o en cualquier lugar que la autoridad cristiana pudiera alcanzar. Así, en el año 391, bajo Teodósio I, los cristianos ahora androcratizados quemaron la Gran Biblioteca de Alejandría, uno de los últimos reductos de sabiduría y conocimiento de la antigüedad.

La información sobre nuestro pasado perdido ineludiblemente acarrea un conflicto entre lo viejo y lo nuevo en nuestras mentes. La antigua visión afirmaba que las primeras relaciones humanas de parentesco se desarrollaron 138


a partir del hombre cazador. La nueva, hoy establece que los pilares para la organización social se originaron de madres a hijos. La antigua visión mostraba la prehistoria como la historia del "hombre cazador y guerrero". La nueva, muestra tanto hombres como mujeres utilizando nuestras extraordinarias facultades humanas para sostener e implementar la vida. Así como algunas de las sociedades más primitivas existentes, como los Bambuti y los Kung en África, no se caracterizan por ser hombres de las cavernas: belicosos, que arrastraban a las mujeres del pelo; hoy día parece que el paleolítico fue un periodo de tiempo notablemente pacífico. Y así como Heinrich y Sophia Schliemann desafiaron a los estudiosos de su tiempo, probando que la ciudad de Troya no era una “fantasía homérica”, sino un hecho prehistórico, nuevos descubrimientos arqueológicos confirman las leyendas sobre una época antes de que un dios masculino decretara que la mujer sería para siempre inferior al hombre, un periodo en que la humanidad vivía en paz y plenitud. Según la nueva visión de la evolución cultural, la dominación y violencia masculina y el autoritarismo, no son legados ineludibles y eternos. Y en vez de un "sueño utópico", un mundo más pacífico e igualitario es una posibilidad real para nuestro futuro. Pero el legado que nos dejaron esas sociedades de culto a la Diosa no se limita al incesante recuerdo de un tiempo en que el "árbol de la vida" y el "árbol del conocimiento" aún eran considerados dádivas de la Madre Naturaleza tanto para hombres como para mujeres. Tampoco consiste sólo en la sensación conmovedora de lo que podría haber acontecido a la humanidad, si se le hubiera permitido que llegara a la madurez libre para disfrutar de esas dádivas.

139


Las tecnologías básicas sobre las cuales fue construida la civilización posterior son nuestro legado de estas sociedades primitivas de asociación. Nada de eso implica que hayan sido perfectas. Aunque hayan hecho grandes contribuciones a la cultura y más tarde hayan sido recordadas como una época más armoniosa y mejor, ellas no eran sociedades utópicas. Es importante enfatizar que una sociedad pacífica no significa ausencia de toda violencia; estas eran sociedades formadas por seres humanos. Además, con todo su ingenio, las tecnologías materiales del neolítico aún eran primitivas en comparación a lo que tenemos hoy. Aunque haya evidencias de escritura, no se ha descubierto aun literatura escrita.

Es también muy probable que las mujeres hayan inventado la más fundamental de todas las tecnologías materiales, sin la cual la civilización no podría haberse desarrollado: la domesticación de plantas y animales. De hecho, aunque eso raramente sea mencionado en los libros y las clases donde aprendemos la historia del "hombre primitivo", la mayoría de los estudiosos de hoy concuerdan en que las cosas ocurrieron así. Observan que en las sociedades recolectoras-cazadoras contemporáneas, las mujeres, y no los hombres, se encargan típicamente del procesamiento de los alimentos. Así, habría sido muy probable que fueran las mujeres las primeras en sembrar semillas en el suelo de sus campamentos, como

también iniciar la

domesticación y cría de animales, alimentándolos y cuidando de ellos como hacían con su prole. Los antropólogos resaltan también el hecho de que en las culturas horticultoras primarias de tribus y naciones "en desarrollo", al contrario de las suposiciones occidentales, el cultivo del suelo se encuentra hasta el momento en las manos de las mujeres. Esta conclusión también es reforzada 140


por los incontables mitos religiosos primitivos que atribuyen explícitamente la invención de la agricultura a la Diosa. En los registros egipcios la diosa Isis es repetidamente referida como la inventora de la agricultura. En las tablas mesopotámicas, la diosa Ninlil es venerada por enseñar a su pueblo a cultivar. Se encuentran también en la arqueología y en los mitos, numerosas asociaciones no-verbales de la Diosa y de la agricultura. Estas comprenden una gran extensión de tiempo, desde Çatal Hüyük, donde las ofrendas de granos eran hechas en santuarios a la creadora, hasta la época griega clásica, cuando ofrendas similares aún eran hechas a las deidades femeninas Hiedra y Ceres.

En contraste con el pensamiento empírico tan valorado en nuestra era secular, estas sociedades primitivas de asociación fueron el producto de una mente caracterizada por una conciencia fantasiosa, intuitiva y mística. No se quiere sugerir con eso, como argumentó el psicólogo Julian Jaynes, que estos pueblos primitivos usaban exclusivamente el lado derecho del cerebro. Jaynes declaró que la verdadera conciencia humana —la cual relacionamos sólo con el uso de nuestro lado izquierdo del cerebro, más lógico— se originó con los choques cataclísmicos provocados por la secuencia sanguinaria de invasiones y desastres naturales. El argumento, que hasta entonces éramos poco más que autómatas dominados por Dios y limitados al lado derecho del cerebro. Pero basta que miremos los santuarios de Stonehenge y Avebury para que percibamos que ya en el periodo neolítico los pensamientos lógico, secuencial y lineal característicos del funcionamiento del lado izquierdo del cerebro ya estaban bien establecidos. Es evidente que la relación de esas enormes piedras con los movimientos del Sol y de la Luna, así como su formato, 141


transporte y colocación, exigieron una avanzada comprensión de matemáticas, astronomía e ingeniería. Y ciertamente el pueblo de Creta —el cual construía viaductos y carreteras pavimentadas, planeaba palacios de complejo dibujo arquitectónico, y tenía fontanería interna, un comercio próspero y gran conocimiento sobre navegación— también debe haber hecho extenso uso del lado izquierdo del cerebro, así como del lado derecho. Pues las adquisiciones materiales de Creta son sorprendentes incluso para los patrones modernos, superando inclusive a las sociedades más desarrolladas de la actualidad. Aún más impresionante, cuando son comparadas con nuestro mundo moderno, es el hecho de que en esas sociedades prehistóricas de asociación, los avances tecnológicos hayan sido básicamente usados para hacer la vida más agradable, y no para dominar y destruir. Lo que trae de vuelta la distinción fundamental entre la evolución cultural de las sociedades de dominación y las de asociación. Con eso, se concluye que, en este aspecto, nuestras primitivas sociedades de asociación, menos adelantadas tecnológica y socialmente, eran más evolucionadas que las sociedades altamente tecnológicas de nuestro mundo actual, donde millones de niños son condenados a morir de hambre todos los años mientras billones de dólares son destinados a formas cada vez más sofisticadas de armas de exterminio. Desde esta perspectiva, la búsqueda actual de una espiritualidad ancestral perdida, puede ser considerada bajo una luz nueva. En esencia, hoy la exploración por parte de tantas personas, de una sabiduría mística que nos remonte a tiempos primitivos, es la búsqueda del tipo de espiritualidad característica de una sociedad de asociación, y no de dominación.

142


Las evidencias míticas como arqueológicas indican que tal vez una de las más notables cualidades de la mente pre-dominadora, ha sido el reconocimiento de nuestra unidad con toda la naturaleza, la cual reposa en el centro del culto neolítico y del culto cretense a la Diosa. Cada vez más, el trabajo de ecologistas modernos indica que es esta cualidad más antigua de la mente, muchas veces asociada en nuestra época a algunos tipos de espiritualidad oriental, es mucho más avanzada, frente a la ideología de destrucción ambiental de la actualidad. De hecho, ella propone nuevas teorías científicas como la de que toda la materia viva terrestre, junto con la atmósfera, los océanos y el suelo, forman un sistema de vida complejo e íntimamente ligado. El químico James Lovelock y la microbióloga Lynn Margulis llamaron a la hipótesis “Gaia”, siendo ese uno de los antiguos nombres griegos para la Diosa. La idea que la sociedad antigua tenía sobre los poderes que gobiernan el Universo como provenientes de una madre proveedora y alimentadora también proporciona psicológicamente una tranquilidad mayor —y socialmente produce menos tensión y ansiedad— que la idea de deidades masculinas castigadoras, las cuales aún dominan gran parte de nuestro globo terrestre.

Y como tal conocimiento representa una grave amenaza para nuestro sistema actual, hay grandes esfuerzos para suprimirlo. Dentro de la investigación que hoy nos suministran los hallazgos arqueológicos aquí relatados, disponemos de muchos ejemplos de la dinámica de supresión de la información en la sociedad dominadora. Ejemplo sorprendente, es el modo como, aunque los niveles más profundos y antiguos de la zona arqueológica de Hacilar en Anatolia, aún no hubieran sido alcanzados, James Mellaart recibió órdenes para interrumpir las excavaciones, con el argumento de que "más 143


trabajos en el lugar sólo producirían resultados repetitivos, sin mayor valor científico.

Esa decisión fue tomada a despecho de las protestas de Mellaart, aunque en esa época las regiones remotas de los túmulos, incluyendo los cementerios circundantes (la fuente de los datos arqueológicos más ricos en la mayor parte de las excavaciones), aún no habían sido explorados. Pero sin apoyo

financiero

o

institucional,

las

excavaciones

tuvieron

que

ser

interrumpidas, y la zona de estudio ha sido devastada de forma no-científica por cazadores de tesoros, por lo cual ya no tiene la misma utilidad arqueológica.

Seguramente, otros factores contribuyeron

para

la decisión de

interrumpir prematuramente excavaciones arqueológicas tan importantes, decisión denominada por Mellaart como "uno de los capítulos más trágicos en la historia de la arqueología". Pero permanece la pregunta: ¿Hasta qué punto esa decisión fue tomada, en razón del conocimiento que iba surgiendo en el sentido de que detrás de las abundantes y diversas actividades artísticas de Hacilar "existe", como escribió Mellaart, "la gran fuerza inspiradora de la antigua religión de Anatolia: el culto a la Gran Diosa?”.

Los esfuerzos de los intelectuales para adaptar la realidad a una visión dominadora del mundo, se remonta a la prehistoria. El principal instrumento para el cambio dramático en nuestra evolución cultural fue la Espada. Pero había otro que a largo plazo se hizo más poderoso: el instrumento del escriba y del estudioso; la pluma o estilete para marcar las tablas con palabras. 144


Particularmente en nuestra época, cuando estamos intentando crear una sociedad pacifica, es instructivo saber que la pluma puede ser tan poderosa como la Espada, pues al final, acabó siendo esta herramienta aparentemente frágil, lo que literalmente puso la realidad patas arriba”.

Otra tergiversación desvergonzada, prosigue Riane Eisler, tiene que ver con el descubrimiento de faraones y soberanos de raza negra en Egipto: “Es posible recordar la curiosa nota de pie de página de Charles Darwin en “La Estirpe del Hombre”. Darwin se acordó que, cuando estuvo en Egipto, observó que los trazos de una estatua del faraón Amenófis III son notablemente negroides. Pero al decir eso, aún en una simple nota de pie de página, inmediatamente calificó lo que viera con sus propios ojos —y que desde entonces se hizo firmemente establecido— como la existencia de faraones negros en Egipto. Aunque Darwin haya procurado personalmente que sus observaciones fueran verificadas con más detalle por dos personas que lo acompañaban en esa ocasión, se sintió coaccionado a citar dos autoridades conocidas en el asunto, J.C. Nott y George R. Gliddon, quienes en su libro “Tipos Humanos” describieron los trazos de los faraones como "notablemente europeos", afirmando no corresponder la estatua en cuestión a un "mestizaje negro". Hemos observado incidentes semejantes relacionados con evidencias de mujeres faraones, por ejemplo, Meryet-Nit y Nit-Hotep. Pero, mientras en la egiptología se encuentra este tipo de ceguera autoritaria, en la mayor parte de la literatura autorizada sobre Creta es extensa; con desvíos constantes, haciendo invisible o, en la mejor de las hipótesis, trivializando el mensaje excepcionalmente claro del arte cretense. Mucho después de Darwin, cuando fueron descubiertas más estatuas y evidencias visualmente más claras de la 145


existencia histórica de soberanos negros, los especialistas (cuya machacadora mayoría estaba constituida de blancos), aún afirmaban que era imposible que hubiera cualquier "mestizaje negro". De la misma forma, indicios notables de la diferencia esencial que distingue a Creta de otras sociedades, aún son sistemáticamente negados o atenuados por la mayoría de los estudiosos”.

En una entrevista concedida a Wallace Shawn el 19 de Octubre de 2004, Avram Noam Chomsky, escritor, filósofo, profesor emérito en el MIT y lingüista norteamericano de origen judío ucraniano, y uno de los más celebres y respetados intelectuales de nuestro tiempo, dijo: “Usted puede encontrar cosas en las religiones tradicionales, que son muy buenas, decentes, bellas y mucho más. Pero permítame decirle que la Biblia, es probablemente el libro más genocida que se haya escrito. El Dios de la Biblia, no solamente le ordenaba a su pueblo elegido, llevar a cabo verdaderos genocidios, sino literalmente borrar, hasta el ultimo hombre, mujer o niño de los Amalekitas, con sus burros y todo lo que tenían, solo porque cientos de años atrás, este pueblo, siguiendo su estilo de vida nómada, se les atravesaba en su camino cuando trataban de cruzar el desierto. Pero El no solamente hacia cosas como esta, el Dios de la Biblia, siempre estaba listo para exterminar a cualquier ente con vida, porque algunos seres humanaos le irritaban. Esta es la historia de Noé. Aquí, decir genocida es poco, usted no sabría de que otra manera describir a esta criatura. Alguien lo ofendió a El y entonces fue y barrió a todos los seres vivos de la faz 146


de la Tierra. Pero antes, como gran cosa, le ordena a Noé para que salve la vida de una pareja de cada especie. Y esto se supone que fue un acto bello y gentil”.

Y en otra entrevista que dio Noam Chomsky a Harry Kreisler, en Marzo 22 de 2002 dijo: “Profeta significa intelectual. Estos eran personas que hacían análisis geopolíticos, daban lecciones de moral y cosas por el estilo. Nosotros hoy les llamamos intelectuales. Entre ellos estaba la gente que nosotros honramos como profetas y también la gente que nosotros condenamos como falsos profetas. Pero si usted mira con atención los datos bíblicos de aquella época, fue al revés. Los aduladores de la Corte del Rey Ahab fueron los honrados, y aquellos a quienes nosotros llamamos profetas fueron apresados y llevados al desierto”.

La crítica a la categoría de totalidad hegeliana y marxista de la historia, la hacen los filósofos postestructuralistas como: Foucault, Althusser, Derrida, Barthes, Deleuze; e insistirán en ello los postmodernistas como Lyotard, Baudrillard, Vattimo, etc., quienes la describen como una acumulación infinita de

sucesos

fragmentados

que

nunca

dan

una

visión

total.

Los

postestructuralistas incurrirán en la exaltación de lo fragmentario. Walter Benjamin, filósofo alemán de origen judío que según se cuenta, se suicidó ingiriendo morfina al llegar a Portbou en España, cuando huía con un grupo de refugiados que fueron interceptados por paramilitares franquistas, ante el temor de ser deportados a Francia que estaba controlada por los nazis; sin embargo, después del trágico suceso, al resto del grupo se le permitió 147


continuar su camino. No se equivocaba Benjamin cuando veía la historia como catástrofe, la acumulación de ruina sobre ruina, que lejos de tener un sentido lineal y de progreso, va de tumbo en tumbo. Viendo los acontecimientos dramáticos de finales del siglo XX y principios del XXI, pareciera que el poder que ha promovido la guerra y ha escrito la historia se empeña en categorías que solo pueden ser entendidas desde la totalidad hegeliana.

Paul Koch, escritor alemán, doctor en Humanidades, Historia y Ciencias Sociales, especialista en dinámica de grupos y organización de sociedades, dice en su libro “La historia oculta del mundo”: “Recordemos que nuestra especie posee 46 cromosomas en cada célula sexual. Estos pequeños filamentos son la causa de los factores hereditarios. Están agrupados en 23 parejas iguales compuestos por dos cromosomas X, excepto en un solo par que resulta variable. Si el par contiene dos cromosomas X, el sexo será femenino, pero si el par contiene un cromosoma X y otro Y, el sexo será masculino. En 1967, el químico alemán Friedmund Neumann, presentó en el Congreso de Farmacología de Berlín, una extraordinaria declaración sobre sus propios estudios, según los cuales todos los seres humanos poseemos los dos sexos en estado latente en nuestro propio organismo; que se desarrolle uno u otro se debe exclusivamente a la acción hormonal. Posteriores estudios científicos demostraron su teoría de que la testosterona, la hormona masculina, es a la postre la principal responsable de la aparición de los atributos viriles, 148


como los testículos o el vello en el cuerpo, además de impedir el crecimiento de las mamas. Lo más interesante del trabajo de Neumann es que creó una corriente de opinión apoyada por numerosos científicos de su especialidad, según la cual el ser humano es esencialmente femenino, y solo la intervención de las hormonas, determina que su destino varíe y pueda nacer como hombre”.

Menuda sorpresa la que nos hemos llevado, no vaya a resultar ahora con que la historia es al revés, y que fue Adán el que salió de una costilla de Eva. ¿O es que acaso no han sido siempre las hembras las que han parido y dado de mamar a los machos? A aquellos “venerables sabios” y legendarios patriarcas; “representantes de Dios sobre la Tierra” y “grandes benefactores de la humanidad”, ya metidos en semejante contradicción, no se les ocurrió una idea más brillante, una imagen más sutil, como decir por ejemplo que Eva había salido de un sueño de Adán, de un poema, o de su corazón; de un órgano vital; no, quizá les resultaba demasiado incomodo, perturbador y vergonzoso, decir que Eva había salido del vientre de Adán, y por eso, se decidieron entonces por una de sus costillas, una parte de su humanidad tan poco significativa y casi que prescindible. Es evidente que su misoginia no les permitía ver más allá de sus propios ojos y sin embargo, no dejamos de admirar y reconocer, aquella extraña y poderosa habilidad para hacer de lo negro blanco y de lo blanco

149


negro, o para hacer que la mayoría de la gente, aún con los ojos bien abiertos no pueda ver ni entender nada distinto a lo que el manipulador desea.

Los seres humanos tenemos un talento manifiesto para engañarnos a nosotros mismos cuando está comprometida nuestra parte emocional. Apreciaríamos que los creyentes ortodoxos, apelaran más bien a la cordura y a la honestidad, antes que a las emociones, para hacer una reflexión sin prejuicios, ya que nuestro interés no es otro más que el de la investigación y el entendimiento de temas que a todos nos compromete.

150


Capítulo 15

Lo que va de una aberración a una civilización

“No es un síntoma de buena salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.

Jiddu Krishnamurti

Convendría aquí hacer un paréntesis y examinar con atención, entre otras cosas, el significado y el alcance de la palabra misoginia, para comprender hasta que punto una condición anómala, ha llegado a convertirse en una norma, y más aún, en uno de los pilares de nuestra “civilización”.

La misoginia, del griego μισογυνία, “odio a la mujer”, es la aversión u odio a las mujeres o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar a la mujer como género y con ello todo lo considerado como femenino. 151


La misoginia ha sido considerada como un atraso cultural arraigado al concepto de superioridad masculina, según el cual el rol de la mujer es dedicarse exclusivamente al hogar y la reproducción.

Algunas civilizaciones, en diversas épocas, han sido más misóginas que otras; pero la raíz de la misoginia moderna es doble; por un lado griega, a través de mitos como el de Pandora y de monstruos femeninos altamente simbólicos como las Sirenas, las Arpías, Escila y Caribdis o la Esfinge, ó de filósofos como Aristóteles, quien escribió que las mujeres eran biológicamente inferiores al varón, y por otro lado, la tradición semítica contenida en la Biblia, que consideró a las mujeres inferiores al varón a causa del pecado original de Eva y por castigo divino (Génesis, 3:16-17). Juicios negativos que se reiteran en la historia de las mujeres de Salomón, I Reyes 11:1-27, y en muchos comentarios negativos de Proverbios, Eclesiastés, etcétera. Además, los exegetas de la Biblia, sin excepción masculinos, interpretaban las figuras femeninas positivas de la Biblia no como mujeres, sino como símbolos de la Iglesia o del alma humana, como por ejemplo la Esposa del Cantar de los Cantares, o las ejemplares Judith y Esther. La Edad Media en Europa asimiló ambas doctrinas y en ella se llegó a discutir incluso si las mujeres tenían alma. La Santísima Trinidad del Cristianismo concebía Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero no madre. Dios es hombre y creó al hombre a su imagen y semejanza, no a la mujer, que fue una creación inferior al hombre, tomada de una costilla suya. Eva hizo pecar a Adán. Los Evangelios hablan más de los apóstoles masculinos que de los femeninos, aunque también los hubo. San Pablo dice que "las mujeres en la iglesia, callen”.

152


Por otra parte, otras religiones, que no han conocido algo semejante al Renacimiento pagano y racionalista, se muestran en general mucho más misóginas, como en el caso del Islam, en cuyo Corán se lee "cuelga el zurriago donde la mujer pueda verlo" y "el dominio masculino es indispensable para que los hombres puedan apropiarse del producto de la fecundidad femenina". Según la sharia o ley musulmana el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre. También el Corán autoriza la poligamia de hasta cuatro mujeres y permite el concubinato.

En África y en algunos países árabes, el concepto va mucho más allá, no nos olvidemos del harén o serrallo, donde el hombre puede tener tantas mujeres como pueda mantener, pero paradójicamente, en la mayoría de los casos, el hombre es un mantenido, ya que son las mujeres las que hacen los trabajos del campo y de la casa, o son tomadas como objetos sexuales y reproductores. Entonces, no nos debería sorprender, ver a diez mujeres con un hombre, que en el fondo no es más que una forma velada de esclavitud. Si bien es cierto que en otras especies de animales en la naturaleza, se dan formas muy variadas de organizaciones sociales, incluida la de un macho con varias hembras, habría que revisar cuales son más justas y equilibradas, antes de enorgullecernos con nuestra humanidad de doble moral.

La misoginia está relacionada con el pesimismo y la misantropía filosófica, pues la aversión a las mujeres suele ser sólo un síntoma de un desprecio, aun más grave, hacia todo lo humano.

153


Hay dos tipos de estructura social: el matriarcado y el patriarcado, y dos líneas de sucesión, la matrilinealidad y la patrilinealidad, de las cuales la más segura es la primera. El matriarcado corresponde a una posición predominante de la mujer, y el patriarcado al del hombre. En este segundo caso el lenguaje ha reflejado esta posición inferior en influencia con un lenguaje sexista muy marcado. En español, el morfema de género femenino denota frente al masculino connotaciones semánticas despectivas en oposiciones como zorro / zorra, hombre público / mujer pública, gallo / gallina, perro / perra, gato / gata, toro / vaca, etcétera. Por otra parte, en formaciones del folklore tradicional como el Refranero, hay un abundante apartado que refleja la mentalidad misógina tradicional: "La mujer, la pata quebrada y en casa" "Llantos no se han de creer, de viejo, niño y mujer", etcétera.

La misoginia es una aberración de la que surgieron las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Veamos ahora esta colección de frases para recordar, verdaderas perlas de algunos de nuestros más celebres intelectuales y pensadores a través de la historia, en las que el denominador común ha sido el descaro, la falta de sensibilidad y la “amnesia” masculina:

Aristóteles (384-322 a. E.C), filósofo griego: La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades. El silencio es el mejor adorno de la mujer. 154


Erasmo de Rotterdam (1466-1536), filósofo y teólogo holandés: La mujer es, reconozcámoslo, un animal inepto y estúpido aunque agradable y gracioso. Pitágoras (580-500 a. E.C.), filósofo griego: Hay un principio bueno, que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo, que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer. François Marie Arouet Voltaire (1694-1778), escritor francés: Las mujeres son como las veletas: sólo se quedan quietas cuando se oxidan. Johann Wolfgang Goethe (1749-1832), escritor alemán: Al envejecer, el hombre construye su rostro y la mujer lo destruye. Francisco de Quevedo (1580-1645), escritor español: ¡Oh, qué plaga, qué aburrimiento, qué tedio es tener que tratarse con ellas mayor tiempo que los breves instantes en que son buenas para el placer! Jean-Baptiste Poquelin Molière (1622-1673), dramaturgo francés: Por muchas razones no es bueno que la mujer estudie y sepa tanto.

Honoré de Balzac (1799-1850), escritor francés: Emancipar a las mujeres es corromperlas.

155


Oscar Wilde (1854-1900), escritor irlandés: Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame. Bigamia es tener una mujer de sobra. Monogamia es lo mismo. Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen nada que decir, pero lo dicen deliciosamente.

Sacha Guitri (1885-1957), Dramaturgo francés. Si la mujer fuera buena, Dios tendría una.

Santo Tomás (1225-1274), Teólogo y Filósofo italiano El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan solo el principio pasivo.

¡Vaya! No estamos seguros de la veracidad de todas estas frases, pero en cualquier caso y vengan de donde vengan, que mala memoria tienen y que falta de vergüenza. Si estos son los pensadores ¿qué esperar de los que no piensan? Podríamos decir que no solo se les ha atrofiado el cerebro sino también el corazón. ¿Qué tal la del “Teólogo” y “Filósofo”, Santo Tomás? Pero sobre todo cuando descubrimos al propio Pitágoras aprendiendo ética con Temistocléia, sacerdotisa de Delfos, o a Diotima, sacerdotisa de Mantinéia y quien puso fin mágicamente a la peste en Atenas, enseñándole filosofía a Sócrates. Podemos inclusive notar la información aparentemente curiosa y pintoresca de que los líderes de todo el mundo griego antiguo viajaran hasta 156


Delfos, donde una sacerdotisa llamada Pitonisa los aconsejaba sobre los más importantes temas sociales y políticos de su tiempo. Pero lo más dramático y conmovedor, es ver como a estos ilustres “pensadores” tan admirados por nosotros, se les ha olvidado que la SABIDURIA siempre ha tenido nombre de mujer. Recordemos que la palabra Filosofía proviene del griego φιλοσ (filos), que significa amor, y σοφία (sofia), que significa sabiduría. Por lo tanto, φιλοσοφία (philosophía) significa ‘amor a la sabiduría’; como también sabemos que en la mitología India es Sarasvati, y en la mitología romana es Minerva, la diosa de la misma. ¡Menuda injusticia! Que no muy lejos, al otro lado del Mediterráneo, sea otra mujer, Maat, la diosa egipcia de la Justicia y la Verdad.

No olvidemos que también Hipatia, la celebre astrónoma, física, bibliotecóloga, matemática y filósofa egipcia, y nada más y nada menos que la última científica de la Biblioteca de Alejandría, el ultimo reducto de sabiduría y conocimientos antiguos en el mundo occidental, fue cobardemente masacrada por piadosos cristianos enceguecidos, en el año 415. Su pecado, haber enseñado a los hombres. Posteriormente incendiarían también la Biblioteca, pues el conocimiento siempre ha sido y será una amenaza contra las religiones y las posturas dogmaticas, y todo porque según “San Cirilo”, el obispo de Alejandría en aquel entonces y autor intelectual del crimen, “esta era una hembra inicua que hubo osado, contra los mandamientos de Dios, enseñar a los hombres”.

Triste contradicción, pues la Iglesia primitiva relacionaba íntimamente a la Virgen con la sabiduría, muestra de ello es la suntuosa y monumental catedral de Constantinopla, Santa Sofía, (Divina Sabiduría o Hagia Sophia), una de las obras más sublimes del arte bizantino; diseñada por los arquitectos 157


Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto y construida en 532. Y si esto fuera poco, la Letanía de la Virgen Santísima, contiene la plegaria Sedes sapientiae, ora pro nobis, «Sede de la Sabiduría, ruega por nosotros».

Bien lo sabia Sor Juana Inés de la Cruz cuando escribió en su Carta a Sor Filotea: “Si Aristóteles hubiera cocinado, habría pensado más y mejor”. Sor Filotea era el seudónimo usado por Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Guadalajara y Puebla, quien acostumbraba recriminar a su “sierva”, quizá porque en el fondo intuía que pensaba más y mejor que él.

Después de 12.000 años de dominación y discriminación masculina hacia la mujer en todos los aspectos de la vida, incluido el lenguaje, consideramos que ya va siendo hora de mirar con atención esta postura y sus implicaciones, empezando por la gramática. Ciertamente el lenguaje puede ser considerado una creación tan humana como divina, pero las reglas de la gramática, hasta donde sabemos, no nos cayeron del cielo grabadas en piedra.

Algunos académicos y mujeres defienden el que se utilice siempre el genero de la profesión en masculino, a los primeros los entendemos en su misoginia, las segundas no dejan de despertarnos ciertas sospechas.

Si detrás de toda discriminación se esconde un complejo de inferioridad, no es difícil entender de donde viene el orgullo herido, el bloqueo atávico y casi patológico de muchos hombres para reconocer el valor y la importancia de lo femenino, y para aceptar que algunos de los más grandes “aportes a la 158


civilización", como son el lenguaje y la escritura, lo más probable es que sean, como lo están demostrando los últimos hallazgos e investigaciones arqueológicas, de creación femenina.

Pero no se trata ahora de voltear la mirada, y tomar partido por el extremo contrario, para ignorar o devaluar el significado y el valor de todo lo que tenga que ver con lo masculino por otros cuantos milenios, no, se trata más bien de reflexionar para empezar a respetar y valorar lo otro, lo contrario, lo que a pesar de ser diferente es esencial y complementario, el yin y el yang que nos recuerda que no pueden existir él uno sin la otra. Somos conscientes por ejemplo, que en el caso de la familia, para citar un hecho, es fundamental el rol que juegan la figura masculina del padre y la figura femenina de la madre en el desarrollo de los niños en sus diferentes etapas de crecimiento. Durante los primeros cinco a siete años de vida aproximadamente, la presencia de la madre juega un papel protagónico, sin embargo, a partir de allí y pasada la etapa de la pubertad y la adolescencia, entra a tener una mayor relevancia la figura paterna, sin que esto signifique que tanto el padre como la madre, son fundamentales en todo el desarrollo del ser humano. Los contrarios son indispensables y llámense como se llamen, son la fuente de la estabilidad y del equilibrio en todo cuanto nos rodea.

La negación y el desprecio sistemático por lo femenino es ante todo un acto contra natura, un atentado contra las leyes del Universo, una actitud aberrante contra una parte insustituible en el origen de la vida. Su rechazo es fuente de desequilibrio, de enfermedad y de falta de armonía. Y eso es justamente de lo que adolece nuestra “civilización”. Nuestra sociedad, aunque 159


nos

cueste

aceptarlo,

es

una

sociedad

profundamente

enferma

y

desequilibrada. Los síntomas están a la vista. Para la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra, la realidad es una verdadera pesadilla en la que lo predominante es el hambre, la miseria, la contaminación, la corrupción, la degradación, la inseguridad, la violencia, la desigualdad, la ignorancia, la enfermedad, la esclavitud, la explotación y la injusticia.

No obstante lo anterior, si los últimos descubrimientos arqueológicos confirman el protagonismo de la mujer en el desarrollo del lenguaje y la escritura, paradójicamente fueron también estos inventos, junto con la domesticación de plantas y animales, (reconocidos como grandes avances), lo que abrió la brecha para el alejamiento y el dominio de la naturaleza por parte del ser humano; dominio y sometimiento del que la mujer misma mas tarde seria victima; en otras palabras, la mujer también ha sido coparticipe en la tragedia, como lo podemos deducir de las reflexiones del filosofo y escritor norteamericano John Zerzan en su ensayo “Futuro Primitivo”.

Y qué decir ahora de nuestros primos hermanos del Islam, en regímenes como el de Irán, donde aún hoy se puede apreciar en sus calles el espectáculo macabro de los homosexuales vendados, atados de pies y manos y ahorcados de los postes del alumbrado público; colgados cual faroles en medio de las tinieblas, o a las mujeres encarceladas bajo sus velos y sus burkas, cuando no molidas a piedra por actos de prostitución o de infidelidad; como ejemplo ante 160


el mundo, de su doctrina civilizadora. ¡Qué ironía!.

La naturaleza y sus

instintos convertidos en delito en la tierra del célebre matemático, astrónomo, naturalista, filósofo, historiador, juez y poeta persa, Omar Jayyam (1048-1131), autor del Rubayyat, y entre los pueblos que le dieron vida a “Las Mil y Una Noches”, entre otras.

El escritor libanés Rabih Alameddine autor de “El contador de historias” dice: “En Occidente se piensa que en el mundo árabe no existe el sexo, pero nuestra literatura está repleta de sexo. En un principio, “Las Mil y Una Noches”, en su versión no censurada, eran puro sexo. Tenemos obras del siglo XI en las que se habla de orgías de homosexuales y lesbianas. Para mí el sexo es religión y la religión es sexo”.

A pesar de la aclaración de Alameddine, que no deja de ser nostálgica, lo cierto es que la represión sexual, en el mundo islámico en la actualidad, campea a sus anchas.

Así describe el biólogo y epistemólogo chileno, Humberto Maturana Romesín, los rasgos que caracterizaron el surgimiento de la cultura patriarcal:

1. El deseo constante por más de una acumulación interminable de cosas que daban seguridad. 2. La valoración de la procreación como una manera de obtener seguridad a través del crecimiento del rebaño o manada. Esto derivó en que la 161


participación del hombre en la procreación, hasta entonces entendida como parte de la armonía de la existencia, empezó a ser asociada con la apropiación de los hijos, de la mujer y de la familia; hasta convertir la sexualidad de la mujer en una propiedad del hombre que engendraba sus hijos. Como consecuencia, las mujeres perdieron su importancia y libertad ancestral para convertirse en propiedad y junto con las hembras de la manada, en una fuente de riqueza. 3. El temor a la muerte como una fuente de dolor y de pérdida total.

Surgen también, “relaciones de apropiación y exclusión, enemistad y guerra, jerarquía y subordinación, poder y obediencia. Relaciones que se desplazan de la confianza activa en la armonía espontánea de toda la existencia, a la desconfianza activa en aquella armonía que conlleva un deseo de dominación y control”.

En la obra marxista clásica “Origen de la Familia, de la Propiedad Privada y del Estado”, el filósofo y revolucionario alemán Friedrich Engels (1820-1895), fue uno de los primeros en relacionar el surgimiento de jerarquías y estratificación social, basadas en la propiedad privada y la dominación masculina sobre las mujeres. Después Engels estableció la conexión entre el cambio de culturas matrilineales a culturas patrilineales, con el desarrollo de la metalurgia del cobre y del bronce. Aunque evidencias arqueológicas sostienen la conclusión de que no fueron los metales per se lo que ocasionó tal cambio, pero sí su orientación hacia el desarrollo de tecnologías cada vez más eficaces de destrucción; lo que representó un papel crítico en lo que Engels denominó "la derrota histórica del sexo femenino en el mundo". 162


Mirándonos a nosotros mismos, sumergidos en esa herencia monoteísta y patriarcal, cabe preguntarse qué otra cosa se puede esperar de una cultura en la que su Dios acepta la esclavitud, la degradación y el maltrato de los animales incluido el ser humano, como algo normal y natural. No vamos a citar todas las referencias a esta abominación presentes en la Biblia, el libro “sagrado”, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, porque sería tarea larga, pero para la muestra se pueden leer algunos pasajes en los que el propio Dios y los padres de la Iglesia dan instrucciones ejemplares. Es difícil de pasar por ellos de largo sin dejar de sentir desconcierto y repugnancia:

Levítico 25:44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. 45 También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión.

Éxodo 21:20 Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado; 21 más si sobreviviere por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad.

Deuteronomio 15:16 Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; 17 entonces tomarás una lezna, y horadarás

163


su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada.

1 Pedro 2:18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.

Efesios 6:5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo.

1 Timoteo 6:1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.

Si este es el trato recomendado para algunos de nuestros congéneres, imaginemos lo que le va al resto de la creación. Veamos lo que dice el escritor, biólogo, filosofo y director de cine, colombo-mexicano Fernando Vallejo en su libro “La Puta de Babilonia” sobre este tema: “En Judea y en tiempos de los reyes Ezequías (727-698 antes de Cristo) y Josías (639-609) la mafia sacerdotal y carnívora de los levitas emprendió una profunda reforma religiosa a la que se debe el Pentateuco con sus leyes y los seis siguientes libros de la Biblia cuanto menos, y cuyo propósito esencial era centralizar todos los mataderos de Judá en uno solo, el templo de Jerusalén, de suerte que los esbirros de Yavé tuvieran el monopolio de la carne con el pretexto de que era para los sacrificios en el altar del creador del mundo. 164


De cuántos libros ha escrito la humanidad en arcilla, en papiro, en pergamino, en papel, con ideogramas, jeroglíficos, caracteres cuneiformes o letras de alfabeto, el tercero y cuarto de la Biblia, el Levítico y Números, son los más viles. En ellos Yavé el Monstruo le exige a su pueblo de carnívoros sacrificios de animales. Ya en el Génesis leemos: 'Y vio Yavé que la maldad del hombre era grande en la tierra y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal. Se arrepintió entonces de haberlo creado y se afligió su corazón. Entonces dijo: 'Borraré de la faz de la tierra a los hombres y a los animales, pues me arrepiento de haberlos creado'" (Génesis 6:5-7). ¿Y por qué también a los animales? ¿Qué culpa tenían ellos de la maldad del hombre? ¿Por qué tenían que pagar ellos por él? Después de lo cual manda el diluvio. Y en Josué 11:6, en plena devastación de la tierra de Canaán, Yavé le ordena a Josué, su esbirro mayor: "No les temas a tus enemigos porque mañana a esta hora los entregaré heridos de muerte a Israel. Les cortarás entonces los jarretes a sus caballos y echarás al fuego sus carros". Y así se hace, los derrotan sin dejar un solo sobreviviente, les cortan los jarretes a los caballos y echan al fuego los carros. ¿Qué culpa tenían los caballos?

Desde el Génesis queda pues consagrado el atropello a los animales. Por algo dice Yavé el sexto día de la creación: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y que tenga autoridad sobre los peces del mar y las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo" (Génesis 1:26). Las leyes referentes al sacrificio de animales del Levítico no hacían más que sancionar la injusticia. He aquí resumidas, sin las descripciones detalladas y sangrientas de que van 165


acompañadas, algunas de ellas: "Si todo el pueblo de Israel peca por inadvertencia, en cuanto se dé cuenta de su pecado ofrecerá un becerro como sacrificio de expiación" (Levítico 4:13-21). "Si el que peca es el sumo sacerdote, le ofrecerá a Yavé un becerro sin defecto" (Levítico 4:3-12). "Si el que peca es un jefe, traerá como ofrenda un macho cabrío y lo degollará en el lugar de los holocaustos" (Levítico 4:22-26). "Quien toca por inadvertencia inmundicias humanas o pronuncia un juramento insensato, como sacrificio de reparación le llevará a Yavé una hembra de oveja o de cabra y el sacerdote hará expiación por él" (Levítico 5:3-6). "Si un hombre yace con una esclava, ambos serán azotados y él le ofrecerá a Yavé un carnero como expiación por su culpa (Levítico 19:20,21). Y esta perla de la infamia: "Si un hombre se ayunta con un animal, morirán él y el animal. Y si una mujer se deja cubrir por un animal, los dos morirán también. Son responsables de su propia muerte" (Levítico 20:15, 16). ¡Carajo, yo jamás he visto a un pobre burro persiguiendo a una puta vieja para cubrirla! Y ésta es la Ley que no venía a abolir Cristo (Mateo 5:17), sino a darle su plenitud. Porque a la mujer le vino la regla, porque dio a luz una niña, por lo uno, por lo otro, van cayendo degollados becerros, chivos, corderos, carneros, cabras, tórtolas, vacas, ovejas, pichones, para después ser quemados en el altar del Monstruo. Manual de los carniceros, el Levítico se lo destinó Yavé a los de la tribu de Leví, su preferida, los levitas, a quienes eligió como sus sacerdotes, y de quienes proviene la estirpe rezandera e hipócrita de curas, pastores, popes, rabinos y ayatolas, que después de milenios siguen estafando al mundo.

Y a las leyes contra los animales del Levítico se le suman las de Números: cada día, "ofrecidos en holocausto de calmante aroma para Yavé", 166


se le sacrificarán dos corderos de un año sin defecto, uno por la mañana y otro al atardecer; el sábado serán dos corderos; el primer día de cada mes, siete más un carnero; el día de la pascua, lo mismo; y lo mismo el día de las primicias, "además de un macho cabrío para que expíe por vosotros"; el día 15 del séptimo mes, trece novillos, dos carneros y catorce corderos sin defecto. Y así los capítulos 28 y 29 de Números van haciendo la larga lista de los animales que hay que sacrificarle a Yavé en tal fiesta o en tal día "como sacrificio por el pecado". Mayor infamia imposible. Ni siquiera el libro genocida de Josué es tan vil como el Levítico y Números. En Josué, el sexto libro del mamotreto, está el famoso pasaje en que durante la batalla de los israelitas contra los amorreos, Yavé detiene el sol en medio del cielo sobre Gabaón para que se tarde en ponerse, de suerte que su esbirro pueda completar a cabalidad el exterminio de sus enemigos. En el curso de su campaña de guerra santa y tierra arrasada por las montañas, las planicies y las lomas de Canaán, la tierra prometida, que Josué recorre sin dejar vencido vivo, pasándolos a todos a cuchillo y asolándolo todo, los israelitas atacan por sorpresa a los amorreos y los vencen. "Y mientras los amorreos huían de los israelitas y ya alcanzaban la bajada de Bet-Horón, Yavé les lanzaba desde lo alto del cielo grandes piedras de hielo, y fueron más los que murieron por ellas que los que cayeron bajo la espada de los israelitas" (Josué 10:11,12). ¡Qué imagen grotesca! El creador del mundo lanzándoles piedras desde lo alto del cielo, a mansalva y sobre seguro como rufián de la más baja ralea, a unos vencidos que huyen...

De esa infame religión de carniceros surgió la infame religión cristiana. Para desgracia de la tierra faltaba sin embargo por venir lo peor, esta otra maldita raza carnívora y sin prepucio de los secuaces de Mahoma que hoy, 167


convertidos en bombas excretoras, andan en plena campaña de destrucción del mundo acabando hasta con el nido de la perra. Mahoma (c570-632) es uno de los seres más dañinos y viles que haya parido la tierra. Una máquina de infamias que ni de la reproducción se privó: tuvo seis hijos con Jadiya, la viuda rica con que se casó para quedarse con su herencia, y otro con su concubina María la copta. De los 25 a los 45 años este mercader taimado que habría de fundar la religión mahometana (una plaga peor que el sida y la malaria) se pasaba cada año el mes sagrado del Ramadán encerrado en una cueva del monte Hira en las afueras de La Meca, durante el cual el arcángel Gabriel le aterrizaba encima y le hacía "revelaciones": que Alá, le decía, era grande, y que él era su Profeta. Y en el árabe más puro, el coránico que en esos instantes mismos nacía limpísimo, intocado, libre de anacolutos y moscas y de todo excremento humano o de perro, el enviado de Alá el clemente y misericordioso le iba dictando a su Profeta los luminosos versículos de los justicieros suras del Corán: "Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, no os caséis más que con dos, tres o cuatro mujeres" (sura 4, versículo 3). "En el reparto de los bienes entre vuestros hijos Alá os manda dar al varón la porción de dos hijas" (sura 2, versículo 12). "Jamás le ha sido dado a un profeta hacer prisioneros sin haberlos degollado ni cometer grandes sacrificios en la tierra" (sura 8, versículo 68). "Felices son los creyentes que limitan sus goces a sus mujeres y a las esclavas que les procuran sus manos diestras" (sura 23, versículo 6). "¿Hemos creado acaso ángeles hembras?" (sura 37, versículo 150). "Las peores bestias de la tierra ante Alá son los mudos y los sordos, que no entienden nada. Si Alá hubiese visto en ellos alguna buena disposición, les habría dado el oído. Pero si lo tuviesen, se extraviarían y se alejarían de él"

168


(sura 8, versículos 22 y 23). Hagan de cuenta las bellaquerías del Éxodo, el Levítico, el Deuteronomio y Números que ya cité.

Estamos de acuerdo con muchos de los comentarios del escritor Fernando Vallejo, sin embargo, y a pesar de estar en contra de la barbarie y el terrorismo promovido por sus líderes, nos preguntamos: ¿Que opción le queda a un pueblo, ante las injusticias y los crímenes de Estado cometidos por Israel con la ayuda y la complicidad de Estados Unidos y sus aliados, en el Medio Oriente? Aquella región conocida como Canaán 3000 años a. E.C. cuando llegaron los primeros pueblos semitas, fue cambiada de nombre por Adriano el emperador romano en el año 135 por Siria Palæstina, en referencia a los filisteos (peleshet o palestinos), uno de los antiguos Pueblos del Mar procedentes de Creta, asentados en la costa sur y enemigos tradicionales de los israelitas, procedentes de Mesopotamia. Pero se han encontrado allí evidencias de presencia humana de hace 60 mil años, correspondiente a una primera migración del norte de África. La región se ha caracterizado por la diversidad étnica y por ser lugar de paso entre África y Asia. Ha sido cuna de civilizaciones y de religiones, encrucijada de caminos y zona de conflictos religiosos y territoriales hasta el día de hoy. En ella han vivido pueblos muy diversos como los fenicios o cananeos, jebuseos, amorreos, hititas, hurritas, heveos, horeos, arameos o siriacos y hebreos, entre otros, y durante la mayor parte del tiempo perteneció a los distintos imperios que dominaron la zona como el egipcio, asirio, babilónico, macedonio, seleucida, persa y romano; por lo tanto, cualquier pretensión de exclusividad sobre el territorio es motivo de disputas. No estamos de acuerdo con los crímenes cometidos contra los judíos, 169


sin embargo, desde finales del siglo XIX, con la llegada de la primera Aliyá, como se les denomina a las inmigraciones masivas promovidas por el sionismo con el objeto de restablecer una patria para el pueblo judío en la región, a los habitantes que allí se encontraban, vengan de donde vengan, pocos o muchos, llámense como se llamen y que no eran judíos, les han ido arrebatando sistemáticamente su tierra y sus derechos. ¿De que otra manera pueden responder ante el poderío bélico israelí, uno de los mayores del mundo, que no entiende otro lenguaje diferente al de la fuerza y el terror? Tampoco estamos de acuerdo con la violencia, pero: ¿Que otra cosa pueden hacer para evitar que sean enterrados o arrojados al mar? Basta ver los cambios en las fronteras durante los últimos 60 años para comprender la magnitud del atropello. No hay nada que justifique semejante infamia. He aquí a la victima convertida en el verdugo, la arbitrariedad convertida en ley por la fuerza. Seria bueno dar una leída al libro: “Contra el Estado de Israel”, del profesor e historiador judío canadiense Yakov Rabkin, para entender mejor la raíz torcida del problema y la dimensión de la tragedia.

170


La Biblia y el Corán aprueban pues, explícitamente, la esclavitud. En cuanto a Cristo, al no desligarse de la ley antigua de la que dijo que no venía a abolirla sino a perfeccionarla, implícitamente la acepta. Y así, con la bendición de ambos libros y la aprobación tácita de Cristo, hubo en el mundo “esclavitud declarada” hasta mediados del siglo XIX en los Estados Unidos, país cristiano, y hasta mediados del siglo XX (si no es que hasta hoy subrepticiamente) en Arabia Saudita y Yemen, países mahometanos.

Nosotros consideramos que la esclavitud, ya sea abierta o velada, es generalizada en nuestros días, a pesar de las leyes.

Después de lo dicho, ¿se podrá esperar compasión para un cordero de parte de los secuaces de Alá y Mahoma, de Jehová y Moisés, de Dios y Cristo? Lo más que se puede pedir es que al Padre y al Hijo no les dé por comerse la paloma del Espíritu Santo, el Paráclito, porque entonces ahí sí va a ser el Armagedón. ¿Se imaginan un cónclave sin Espíritu Santo? ¿Quién va a inspirar a los purpurados? ¿Quién va a poner de acuerdo a los tonsurados? ¿Quién va a evitar el zafarrancho de los travestidos la próxima vez que se junten para elegirle pastor a la grey carnívora? Al Padre y al Hijo desde aquí les hago un comedido llamado: por el bien de la humanidad no se nos vayan a comer al Paráclito.

Autorizados por la Biblia, los evangelios y el Corán, hoy dos mil millones de cristianos, mil ochocientos millones de musulmanes y trece millones de judíos; se sienten con el derecho divino consagrado en el Génesis, de disponer 171


como a bien les plazca de los animales, de enjaularlos, de rajarlos, de cazarlos, de befarlos, de torturarlos, de acuchillarlos, en las granjas-fábricas; en los cotos de caza, en las plazas de toros, en los circos, en las galleras, en los mataderos, en los laboratorios y en las escuelas que practican la vivisección. "Dios es amor" dicen los protestantes. No. Dios es odio. Odio contra el hombre, odio contra los animales. E infames las tres religiones semíticas que invocan su nombre”.

Consideramos que los dos mil millones de cristianos de los que generalmente se habla, son parte de la manipulación de las estadísticas, pues en la realidad, vemos que cada día son menos, y muchos de los que se consideran como tal, han dejado de ser practicantes. En todo sentido. Caso contrario sucede con los musulmanes, judíos, budistas, entre otros, cada vez mas practicantes; a veces hasta el fanatismo.

Y como lo que le falta de piedad y de misericordia le sobra de cinismo a este dios carnicero, después de semejantes orgias de sangre, les prohibió a sus hijos “predilectos” que mezclaran la leche con la carne. Una situación que induce al equivoco, porque como sabemos, y gracias a las explicaciones del erudito inglés Robert Graves en su obra “La Diosa Blanca”, (y antes de él, al sabio judío Maimonides), el origen del impedimento proviene de la aversión a un antiguo rito pagano de iniciación, y no a un acto de compasión, o a una preferencia gastronómica:

172


“La cabra Dioniso, o Pan, era una divinidad poderosa en Palestina. Podía haber llegado allí desde Libia por Egipto o dando la vuelta por la ruta del norte a través de Creta, Tracia, Asia Menor y Siria. La víctima propiciatoria del Día de la Expiación era un sacrificio disimulado en honor de ese dios con el nombre de Azazel, y la fuente del Jordán era una gruta consagrada a él como Baal Gad, el rey cabra, antepasado epónimo de la tribu de Gad. La prohibición que se hace en Deuteronomio XIV de que se hierva un cabrito en la leche de su madre es enigmática sólo si se la interpreta sentimentalmente; está claramente escrita en el estilo severo del resto del capítulo, que comienza con la prohibición de desfigurarse a sí mismo en los funerales y está dirigido contra un rito eucarístico que no toleraba ya el sacerdocio de Jehová. La clave se encuentra en la conocida fórmula órfica:

Como un cabrito he caído en la leche…

que era una contraseña para los iniciados cuando llegaban al Hades y les salían al paso los guardianes de los difuntos. Se habían identificado con El Cabrito, es decir, con el Dioniso inmortal, originalmente el cretense Zagreo o Zeus, al participar de su carne, y con la diosa Cabra, su madre, en la caldera, y la leche en la cual había sido hervido. Una canción acerca del nacimiento de los dioses en una de las tabletas descubierta en Ras Shamra contiene la prohibición expresa de hervir un cabrito en la leche de su madre”.

173


Deberían sentirse ya satisfechos esos engendros trepadores disfrazados de teólogos y de santos, los que siempre han vivido del engaño y del terror, los que no pueden vivir juntos y en paz en ese infierno que llaman “Tierra Santa”, pero que más parece la “hoguera de las vanidades”: sacerdotes de todos los pelambres con su discurso baboso y nauseabundo, dignos representantes de ese dios iracundo y vengativo, viendo a todos los niños y las niñas del mundo a los que les han comido el seso mientras les embuten el veneno de la Torá, de la Biblia y el Corán con la sopa, y esto cuando han tenido la suerte de no morir de hambre o de bomba. Pero no, su voracidad, su arrogancia y sus ansías de poder enfermizas no conocen limites.

Detengámonos un momento para hacer una precisión sobre algo que parece obvio, más sin embargo suscita confusión. Seguramente habrá tantos conceptos e ideas de eso que llamamos Dios, como personas existen. En nuestro caso, creemos que los dioses y diosas, y no nos referimos aquí a las fuerzas creadoras de la vida y del Universo (Padre-Madre), porque esas son las mismas para todos y quizá resulten un poco más difíciles de ignorar. Hablamos de los otros dioses, los distintos, cada uno con sus atributos, sus defectos, sus personalidades, sus preferencias y hasta su nacionalidad, aquellos que no son más que el espejo de los pueblos que los adoran y que les dieron su nombre. Un reflejo del ego y del inconsciente colectivo magnificado. Un culto narcisista, ególatra, y de allí la profunda identificación que se siente con ellos, marcada por un comportamiento patológico, adictivo, irracional y acrítico.

174


Aldous

Huxley dice:

“Según

han

repetido

constantemente

los

expositores de la Filosofía Perenne, la obsesiva conciencia que el hombre tiene de sí mismo y su insistencia en ser un yo separado, constituyen el último y más formidable obstáculo para el conocimiento unitivo de Dios. Que a este anti espiritual egoísmo, eclipsador de Dios, se le haya dado el mismo nombre que se aplica al Dios que es un Espíritu, es por no decir más, infortunado. Como todos los errores de esta clase es probablemente voluntario y tiene un fin, de algún modo oscuro y subconsciente. Amamos a nuestro yo; deseamos una justificación de nuestro amor; por lo tanto, lo bautizamos con el mismo nombre que los teólogos aplican al Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Refiriéndose a Cristo, Fernando Vallejo escribe: ”Y uno que vino a sancionar esta sarta de ridiculeces e infamias hoy es el paradigma de lo humano, el modelo para dos mil millones, "el hombre incomparable, una persona sublime, la piedra angular de la humanidad", como lo calificaba Renán en su ditirámbica “Vida de Jesús”. ¡Qué esperanzas si así fuera! Pero no hay tal. Jesús no existió. Ni en cuerpo y alma según pretenden los evangelistas, ni como espíritu no encarnado según la tesis de los docetistas. Y Cristos hubo muchos. En cuanto al nuestro, el de los evangelios, el de la Puta, es obra de la imaginación mítica de los pueblos mediterráneos de hace dos mil años que lo fraguaron juntando a Atis, Mitra, Osiris, Krishna, Buda, Zoroastro y Dioniso en el engendro que hoy padecemos. En manos de la Puta este buen hombre ha detenido todo progreso espiritual y moral de media humanidad. Y para desgracia nuestra y de los animales, como si con sus necedades no bastara, 175


570 años después de su presunto nacimiento nos cayó la peste de Mahoma el taimado, el lujurioso, el sanguinario, un bellaco de calibre mayor infinitamente más dañino que veinte Cristos, y ése sí hijo de mujer y no de la mente obnubilada de los llamados cristianos, esas sectas heterogéneas de fanáticos de los tiempos de Tito y Domiciano, de Trajano y Adriano, de Marco Aurelio y Cómodo, que fueron brotando aquí y allá, como hongos en el excremento de las vacas, por los cuatro puntos cardinales del Imperio Romano, con el que acabaron”.

Sobre la existencia de Jesús y la veracidad de su historia, abundan las conjeturas y la turbiedad, mientras escasean las certezas. Muchos fuimos testigos a través de la TV, del descubrimiento hecho al Sudeste de Jerusalén en la ciudad de Talpiot, que asegura ser la tumba de Jesús. El 28 de marzo de 1980, fue descubierta una tumba conocida como "La tumba de los diez Osarios" ó “La tumba de Jesús”. En esta tumba se encontraron los osarios que contenían, aparentemente, los huesos de la familia de Jesús de Nazaret incluidos los de él mismo. Dicen que es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del Siglo XX, que supuestamente devela una serie de datos sobre la vida de Jesús ocultos ó desconocidos.

Estos datos, arqueológicamente y geológicamente estudiados por diferentes grupos científicos y la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) parecen revelar que Jesús de Nazaret tuvo hermanos de sangre (Hijos de José y María), además, se cree que se podría haber casado con María Magdalena y haber tenido hijos. “La Tumba de los diez Osarios” ha tenido intentos de ser 176


destruida e incluso se robaron objetos en los primeros días de su descubrimiento. En Talpiot se han encontrado miles de osarios pertenecientes todos ellos al Siglo I E.C., época en la que fueron populares hasta el incendio de Jerusalén en el año 70 E.C., cuando desapareció esa práctica fúnebre, muy extendida en aquel tiempo.

Tanto este descubrimiento, como la información minuciosa presentada por diferentes autores, entre ellos el escritor e investigador neozelandés Michael Baigent en su libro “Las cartas privadas de Jesús” y el erudito inglés Robert Graves en sus obras “La Diosa Blanca” y “Rey Jesús”, parecen confirmar que efectivamente si existió Jesús (Joshua o Yehoshu´a), y lo más posible es que fuera iniciado por los esenios en Egipto. Después de su lectura, queda en evidencia para el que lo quiera ver y salir de la inocencia, que desde sus orígenes, ha sido esta una historia deliberadamente rodeada de misterio y hermetismo, en donde todos los actores, empezando por el protagonista, sus correligionarios y sus ancestros, al igual que los gatos, han puesto su granito de arena para tapar sus heces, y si bien es cierto que no fuimos testigos presenciales de aquellos “milagros”, la fetidez es más difícil de ocultar y sigue hediendo miles de años después. He aquí la obra de unos grupos obsesionados por el poder y por la forma de gobierno teocrático (como el papa en el Vaticano), aunque otros se conformarían con una simple monarquía. Una mezcla de verdades y mentiras; un cuento basado en parte en antiguos relatos mitológicos que le precedieron, asociados con los remotos cultos al rey sacrificado que describió el antropólogo escocés James Frazer en su obra “La rama dorada”, (antropofagia incluida; de ahí el sacramento de la eucaristía), 177


pero

deformados y acomodados a su conveniencia por elites poderosas;

sociedades secretas iniciáticas masculinas, las mismas que han luchado desde un momento de la prehistoria por someter y aplastar a la mujer, a la naturaleza, y todo lo que ellas representan. El cristianismo es un montaje hecho por hombres, una puesta en escena, una confabulación, un invento, un engendro dañino, inmoral y criminal, de la misma ralea del judaísmo y del islam, cuñas todas del mismo palo. Digámoslo claramente y sin rodeos: empresas mafiosas disfrazadas de religiones para hacerlas intocables, muy jugosas y productivas por cierto, con las cuales se ha lavado el cerebro, se ha abusado y aterrorizado impunemente a media humanidad durante miles de años.

Efectivamente, Cristos ha habido muchos como lo afirma Fernando Vallejo. Y como los misterios de Osiris en Egipto, Attis-Adonis en Asia Menor o Quetzalcóatl en Mesoamérica, son figuras mitológicas relacionadas con el calendario solar, que seguramente representan la consolidación del paso de sociedades matrilineales a sociedades patrilineales. Hierofanías solares y antiguas cosmogonías que sitúan al “Yo”, (el Ego) en el centro del Universo, el inicio del antropocentrismo, (el hombre en el centro de la cruz, en el centro del axis mundi), y también el androcentrismo, el patriarcado (ver pag. 194), como modelo de estructura social. Que casualidad, el culto al “Yo” y con figura masculina: Yo, Yavé (YHVH), Yehoshu´a, cromosoma Y. La historia que se repite del hijo de Dios que viene al mundo a sacrificarse para salvar a la humanidad, es potente a pesar de toda su manipulación, porque al igual que la 178


comunión y la resurrección, representan también una verdad profunda, un arquetipo, algo con lo que todos (hombres y mujeres) inconscientemente nos identificamos, es decir, una condición común a toda la humanidad y a todos los seres vivos. Todos somos Cristo, Adonis o Quetzalcóatl, todos somos hijos de “Dios” (Padre-Madre), todos algún día vamos a morir y nuestra muerte será fuente de vida para otras criaturas, y finalmente todos reencarnaremos, como lo veremos mas adelante (ver pag. 222), según lo explica con sencillez, con claridad y sin pretensiones, el poeta y sacerdote nicaragüense de origen judío, Ernesto Cardenal. Vale la pena recordar también, que mucho tiempo antes de que aparecieran estos dioses masculinos, el signo universal de la cruz estaba asociado a la veneración de la naturaleza, posteriormente sería símbolo solar y finalmente a fuerza de manipulación terminó convertido en un instrumento de tortura. Nos cambiaron la libertad, el amor y el respeto por la naturaleza y por la vida, por la esclavitud y el temor a la muerte. El paso de sociedades de cooperación, a sociedades de dominación. Como dato curioso, no existen vestigios del uso del signo de la cruz durante los primeros siglos del cristianismo, su uso apareció únicamente a partir del siglo III E.C., sin embargo, como podemos ver en las siguientes imágenes, está presente en las representaciones mitológicas del dios mexica Quetzalcóatl cargando la cruz. Un misterio interesante, como para que no lo expliquen los doctores de las Iglesias cristianas.

179


Variaciones de la cruz en distintas épocas y culturas

El dios mexica Quetzalcoátl cargando la cruz.

Es sabido también, según lo escribe Fulcanelli en su libro “El misterio de las catedrales”, que la planta de las antiguas iglesias, esta colocada de tal manera que los fieles y profanos al entrar, miren hacia Oriente, donde nace el sol, cuna del cristianismo. Sobre el nombre de Jesús, explica: “La Biblia nos dice que María, madre de Jesús, era de la rama de Jesé. Ahora bien, la palabra hebrea Jes significa fuego, el sol, la divinidad. Ser de la rama de Jesé equivale, pues, a ser de la raza del sol, del fuego”.

Veamos ahora los comentarios del escritor Fernando Vallejo, sobre las honras fúnebres de su “santidad” Karol Józef Wojtyła o Juan Pablo II: “De los dos mil millones de seres humanos que se le sumaron al planeta durante los veintiséis años del pontificado de Wojtyła, un poco menos de la tercera parte de la población actual, todos estos jefes civiles y religiosos (asistentes al sepelio) son corresponsables con él pues ninguno levantó la voz para oponerse a su prédica insensata e hipócrita. Son sus solapadores. 180


Consideremos que para poder escalar las máximas jerarquías de la religión y del Estado, se necesita ser todo menos santo. Basta imaginar por las que han tenido que pasar los que ostentan en un solo cuerpo las dos “dignidades”.

Si hoy el mundo es un planeta atestado de gente en que los polos se están derritiendo por el efecto invernadero, en que los ríos se han convertido en cloacas y el mar en un desaguadero de cloacas; si hoy están las calles y las carreteras embotelladas, los aeropuertos embotellados, el cielo embotellado, los teléfonos y el Internet atascados; si ya se están acabando el petróleo y el agua; y si la vieja cría en el campo de los pollos, los cerdos y las vacas ha dado paso a las monstruosas fábricas de carne de hoy en que los animales viven y mueren encerrados en estrechas jaulas sobre el montón de sus propios excrementos y sin ver la luz del sol, a ese paporro inmoral se le debe y a sus cómplices, los truhanes del poder que lo alcahuetearon. Nunca los animales fueron tan desventurados como hoy. Pero no olvidemos que detrás del papa y los ayatolas están Cristo y Mahoma que nunca tuvieron una palabra de compasión por ellos y a cuyas dos religiones infames hoy pertenece la mitad de la humanidad. ¡Cómo van a ser ese loco rabioso que ni existió y ese asesino sanguinario los paradigmas para el ser humano, los modelos de lo que debe ser justo y noble! Hay que ser un ciego moral o un retardado mental para pensarlo. Del inconmensurable sufrimiento de los animales Cristo y Mahoma son los primeros culpables”.

181


Al único que se le olvido mencionar en esta ocasión a Fernando Vallejo, quizá por hacerle honor a su apelativo, fue al más carnicero, despiadado y miserable de todos los monstruos, ni más ni menos que a su soporte y fuente de inspiración: al innombrable. Yavé.

A Juan Pablo II, que como muchos de los anteriores, no es un espíritu inmaculado como la Virgen, sino todo lo contrario, alguien que conoció el mundo de la carne; fue actor de teatro y versificador, hasta que recibió el llamado al camino de la pureza sacerdotal, que lo llevaría a una vocación de “servicio” y más tarde al trono del Vaticano, y de allí al reino de los cielos, a pesar de que él mismo repetía que “el cielo y el infierno solo eran estados del alma”. O tal vez sería, que como tantos hombres del campo, después de pasada la guerra, la única alternativa que tenían, era la de ser maestros o sacerdotes, y le paso lo del cura Manuel Pérez, que después de haber pasado por la Republica Dominicana y habiéndose dedicado junto con Domingo Laín y José Antonio Jiménez a defender a los descendientes africanos en Haití, que seguían siendo esclavos, fue llamado por la jerarquía eclesiástica española como castigo, y sin otra oportunidad que la de ser maestro, escogió el camino del sacerdocio. Así llegó a la Cartagena de Indias olvidada y miserable, a donde no llegan los turistas, y terminó involucrándose en el mundo paradójico del ELN, junto con sus compañeros aragoneses, y llegó no precisamente al camino de la santidad, en esa guerrilla que tiene el fusil en una mano y la Biblia en la otra, la de Camilo. Pero nos preguntamos: ¿Que cara pondría Jesucristo si resucitara, hecho que lo hace Dios, y que camino tomaría, el del Vaticano con su boato, el 182


del Banco Ambrosiano, el de los palacios, o el de las selvas colombianas con sus paisajes paradisiacos, pero también con sus contradicciones y sus miserias?

El autoritarismo en cuanto a dominación masculina, fue y sigue siendo justificado

con

la

misma

consigna

que

modernos

totalitarismos

y

pseudototalitarismos, sean ellos de la derecha teísta o de la izquierda ateísta, aún predican a sus seguidores: “No piensen, acepten lo que es, acepten lo que la autoridad considera verdadero. Por encima de todo, no usen su inteligencia, no usen sus propios poderes mentales para cuestionarnos o adquirir conocimiento independiente, pues, si lo hicieran, el castigo será terrible”.

Pero al mismo tiempo que desobedecer a la autoridad y osar adquirir conocimiento independiente de lo que es bueno y malo son presentados como el más abominable de los crímenes, matar y esclavizar seres humanos y destruir y apropiarse de sus propiedades, son en la Biblia frecuentemente perdonados. Ciertamente, la muerte en la guerra no recibe sanción divina, así como pillar y así como violar mujeres y niños, presos de guerra y arrasar ciudades enteras. La pena de muerte para todos los tipos de ofensas noviolentas, incluyendo las sexuales, también es presentada como instrumento de la justicia divina; e incluso la muerte premeditada de un hermano por otro, no constituye ofensa tan grave, comparada a la desobediencia a la autoridad, por comer el fruto del árbol de la sabiduría. Pues no fue el asesinato de Abel por su propio hermano Caín lo que condenó a la humanidad a vivir para siempre en 183


desgracia, sino al contrario, el hecho de que Eva hubiera "probado", sin autorización e independientemente, lo que es malo o bueno. Al mismo tiempo, mientras derramar sangre matando o hiriendo a otros seres humanos —en guerras, a través de castigos brutales, y en el ejercicio de la autoridad masculina, prácticamente absoluta sobre mujeres y niños— se hace normal, el acto de dar a la luz, se torna corrompido e impuro.

A través de la habilidosa reelaboración del mito, “el conocimiento se hizo pecado”. Incluso el nacimiento fue transformado en algo impúdico. En resumen, las nuevas rutas de nuestra evolución cultural fueron tan bien establecidas que la realidad fue completamente colocada en posición inversa, escribe Riane Eisler.

La imposición de una ética dominadora fue tan eficaz que hasta el día de hoy, hombres y mujeres que se consideran buenos y éticos, son capaces de leer pasajes como éstos sin cuestionar como un Dios justo y virtuoso pudo ordenar actos tan crueles e inhumanos. Tampoco parecen cuestionar la moralidad de algunos hombres musulmanes, que aún en la actualidad, por cualquier infracción sexual real o imaginaria, consideran su deber "proteger la virtud de las mujeres", amenazando con matar —y hasta cumplirlo— a sus propias hijas, hermanas, esposas y nietas. Tampoco cuestionan por qué tales preceptos que quitan todo valor a la mujer, excepto cuando ellas son sexualmente "puras", aún deban ser denominados respetuosamente bajo el término "moralidad".

184


Tal vez el ejemplo más notable de esa ceguera inducida por los sistemas, esté en el tratamiento bíblico dado a la violación. En el Libro de los Jueces, capítulo 19, los sacerdotes que escribieron la Biblia nos hablan de un padre que ofrece a su hija virgen a una turba de borrachos. Él tiene un invitado en su casa, un hombre de la tribu de los levitas, de alto rango. Un bando de revoltosos de la tribu de Benjamín exige que él salga, aparentemente con la intención de zurrarlo. "Mirad", habla el padre a la turba, "he aquí a mi hija, una doncella, y su concubina (la del huésped); las traigo ahora hasta vosotros, degradadlas, y haced con ellas lo que os parezca adecuado, pero a este hombre no hagáis tal vileza." Esto nos llega de pasada, como cuestión de pequeña importancia. Enseguida, al continuar la historia, sabemos cómo "el hombre tomó su concubina y la llevó delante de ellos, y ellos la conocieron y la violaron la noche entera, hasta el amanecer"; cómo la concubina volvió arrastrándose hasta el umbral de la puerta de la casa donde "su señor" dormía; cómo, al despertarse y "abrir la puerta de la casa, y salir para seguir su camino", él tropezó con la mujer y le ordenó: "Levántate, sigamos el camino"; y cómo por fin, descubriendo que ella estaba muerta, él cargó su cuerpo a la espalda y fue a casa. En momento alguno de la narrativa de esa historia brutal acerca de la traición de la confianza de una hija y una amante y de la violación y asesinato de una mujer desamparada, percibimos el más mínimo vestigio de compasión, y mucho menos de indignación moral o ultraje. Pero, aún más importante e intrigante, es que la oferta del padre en el sentido de sacrificar lo que en aquella época constituía el atributo más valioso de su propia hija, su virginidad, y posiblemente también su vida, no violaba ninguna ley. Aún más desconcertante es que las acciones que previsiblemente llevaron a la violación, a la tortura y al asesinato, practicados por la turba, de una mujer esencialmente 185


esposa de un levita tampoco fueran consideradas fuera de la ley ¡y este es un libro repleto de prescripciones y proscripciones aparentemente interminables sobre lo que es moral y legalmente correcto y errado!

En suma, es tan estrecha la moralidad de ese texto “sagrado” que presenta de forma ostensiva la ley divina que en él vemos, que la mitad de la humanidad (femenina), podía ser entregada legalmente por los propios padres y maridos para ser violada, torturada o muerta; sin ningún temor al castigo o desaprobación moral. Aún más brutal es el mensaje de una historia que hasta hoy se presenta como parábola moral en congregaciones y clases de catecismo en todo el mundo occidental: la famosa historia de Lot, que solo fue salvado por Dios cuando las ciudades pecadoras e inmorales de Sodoma y Gomorra fueron destruidas. Aquí, una vez más según el Génesis 19:8, con la misma insensibilidad prosaica, en lo que aparentemente era costumbre difundida y socialmente aceptada, Lot ofrece a sus dos hijas vírgenes (probablemente aún niñas, pues en aquella época casaban a las niñas muy pequeñas) a una turba que amenazaba a dos invitados masculinos en la casa. Otra vez, no hay trazos de ninguna violación a la ley o ninguna expresión de indignación justiciera delante de tratamiento tan anormal dispensado por el padre a sus propias hijas. Muy por el contrario, como los dos huéspedes de Lot eran ángeles enviados por Dios, mientras el Señor "hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego" por sus "perversiones", ¡Lot fue recompensado por sus actos!. Sólo él y la familia fueron salvados. Según la perspectiva de la teoría de transformación cultural, lo que podemos desprender de esos ejemplos de moralidad bíblica y del sistema que apoyaba y mantenía, nos queda claro que la moralidad que impone la esclavitud sexual femenina era impuesta por 186


los hombres para satisfacer las exigencias económicas de un sistema rígidamente masculino en que la propiedad era transmitida de padre a hijo y los beneficios del trabajo de mujeres y niños se destinaban al hombre, concluye Riane Eisler.

Y es que verdaderamente se necesita tener el cerebro bloqueado, pero además estar ciego y anestesiado en cuerpo y alma, para tragarse semejantes historias sin cuestionarse y acto seguido continuar con piadosos rezos y sagradas alabanzas.

Hace ya algo más de 250 años, que la Academia de Dijon (1754), lanzó una pregunta y ofreció un premio para quien lograra responderla de manera adecuada: ¿Cuál es el origen de la desigualdad entre los hombres? ¿Es acaso la consecuencia de una ley natural?

Jean Jacques Rousseau (1712-1778), el escritor, filósofo y músico de origen francés y nacido en Ginebra, se intereso por la pregunta, y en respuesta escribió su obra “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”. Como lo explicó Rousseau, la desigualdad social y política no es natural, no obedece a la voluntad divina, ni tampoco es consecuencia de la desigualdad natural entre los hombres. Por el contrario, su origen es el resultado de la propiedad privada, de la apropiación indebida de la riqueza del 187


mundo entero y de los beneficios privados derivados de esa apropiación. Desde ese momento tratar de explicar el origen de la desigualdad social se ha convertido en una cuestión central para las ciencias sociales, y también desde ese momento la crítica a la sociedad burguesa apunta a señalar tanto la estructura de la desigualdad social como la de la falta de libertad, íntimamente conectadas entre sí, y ruedas engrasadas en el engranaje de la esclavización de la mayoría de personas en todo el mundo.

Si bien es cierto que Rousseau nos plantea un problema de difícil solución, también sabemos que todo es multideterminado, bien sea por la genética, la endocrinología, por la estructura física, psíquica, cultural y aún por la influencia astral.

El filósofo se hizo famoso, cuando en 1750 la Academia Francesa plantea también en un concurso la siguiente pregunta: ¿Contribuyen las artes y las ciencias a corromper al individuo? y el ganador, entre intelectuales de toda Francia, es Rousseau, quien responde categóricamente que sí, que las artes y las ciencias son una señal de la decadencia de la cultura que las crea, al surgir de la disolución del estado natural del hombre en la Naturaleza. “El hombre es bueno por naturaleza”, diría en su obra “Emilio, o de la Educación”, la que él consideraba su trabajo más importante, hoy aceptado como el primer tratado sobre filosofía de la educación en el mundo occidental, prohibido y quemado en Paris y Ginebra inicialmente, y luego rescatado de las cenizas para servir de inspiración a la Revolución Francesa. Una evidencia más del poder de la pluma sobre la espada.

188


Sin embargo, la pieza maestra del engranaje, que le falto incluir a la Academia Francesa en su pregunta y a Rousseau en su respuesta, con respecto a las principales fuentes de corrupción del ser humano, además de las ciencias y las artes, es la “religión”. Según el antropólogo y etnobotanico estadounidense Raoul Weston La Barre, “el arte como la religión nacen del deseo insatisfecho”, es decir, de la frustración, origen de la ansiedad, de la depresión, y de otras neurosis.

Es sabido que actualmente miles de millones de personas en el mundo están condenadas a subsistir con menos de un dólar por día, y que la mitad de la población mundial vive con apenas dos dólares diarios. Sabemos que la desigualdad mundial aumenta rápidamente, y que también crece la brecha entre los más pobres y los más ricos al interior de los países.

De acuerdo a un estudio publicado el 5 de Diciembre de 2006 por el Instituto Mundial para la Investigación de Desarrollo Económico de la Universidad de las Naciones Unidas (World Institute for Development Economics of the United Nations University, UNU-WIDER), el 2% de los adultos más rico del mundo posee más de la mitad de la riqueza global de los hogares. El estudio, el cual es el más completo de riqueza personal a la fecha, también reporta que el 1% de los adultos más ricos poseía el 40% de los activos globales en el año 2000 y que el 10% de los adultos cuenta con el 85% 189


del total mundial. En contraste, la mitad más pobre de la población adulta del mundo, sólo es dueña del 1% de la riqueza global.

Mientras que más del 40% de la riqueza del planeta esta en manos del 1% de la población, cada día mueren 34.000 niños en el mundo a causa de la miseria, la desnutrición y enfermedades que podrían ser curables.

La riqueza está concentrada especialmente en Norteamérica, Europa y los países de altos ingresos en el área de Asia-Pacífico. La población de estas naciones posee colectivamente el 90% de la riqueza total del planeta.

El PIB mundial, calculado hoy en US$25 billones, es el retrato de la brutal acumulación de riquezas en manos de pocos: los países del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Japón) detentan US$18 billones. Los $7 billones restantes deben ser repartidos entre más de 180 países.

Las 356 personas más ricas del mundo disfrutan una riqueza que excede a la renta anual del 40% de la humanidad, es decir 3300 millones de personas aproximadamente.

Contra el axioma de que primero hay que generar riqueza, para que luego, automáticamente, llegue a los sectores más bajos, las investigaciones revelan que las desigualdades, en vez de atenuarse, se incrementan. La investigación, realizada inicialmente en 1960, se repitió en 1990: en estos 30 años, el 20% de los países más ricos aumentó su participación en la riqueza 190


mundial del 70.2% al 82.7%; mientras que la del 20% más pobre disminuyó, pasando del 2.3% al 1.4%. Si en 1960 la riqueza de los países del primer grupo era 30 veces superior al de los más pobres, en 1990 era de 60 veces mayor. La diferencia pasó de $US 1,864 a $US 15,149 millardos.

La proyección de esta tendencia hace prever a más de 2 mil millones de personas en extrema pobreza en el mundo para el año 2025.

Consideremos que los 10 países más ricos del mundo manejan el 90% de la riqueza del planeta, y tanto ustedes como nosotros, sabemos que no tienen la menor intención de compartirla.

Para el año 2030, se prevé una cifra de 11.300 millones de personas en el mundo, y se cree que este es el tope máximo que puede soportar nuestro planeta. Si a principios del siglo XX éramos 1.000 millones de habitantes y a finales del mismo ya sumábamos 7.000 millones, no es difícil imaginar que alcancemos en estos años la cifra máxima. Sin duda será uno de los momentos más cruciales de nuestra historia, y esto sin contar con los cambios climáticos que vivimos en la actualidad. La última Cumbre del Clima 2009 en Copenhague nos ha dejado atónitos. No sabemos si reír o llorar.

Ahora solo falta que nos digan también que los peligrosos piratas somalíes son la consecuencia directa de una particular sociopatía en el cuerno de África, y no realmente una paradoja del destino,

el producto de unos 191


pueblos que han visto a través de los siglos el robo de sus riquezas por aquellos países que hoy los miran con asombro y con desprecio, pensando que esos pobres muertos de hambre se iban a conformar viendo pasar cargueros y petroleros con banderas del llamado primer mundo, o lujosos yates con despampanantes rubias semidesnudas y príncipes de cuentos de hadas, entre tanta ralea, que hacen aún más contradictoria su trágica existencia. Que estos pobres piratas somalíes, son pobres y son piratas porque habiendo sido pescadores artesanales durante generaciones, no pudieron competir con las grandes flotas pesqueras de los países expoliadores, que gracias a sus sofisticada tecnología satelital y sus poderosas redes, han arrasado sin misericordia con el producto de sus mares y la fuente de su subsistencia, pero a cambio, los han dejado llenos de armas, las mismas armas que estos les han vendido en las múltiples guerras y conflictos que han promovido por toda África, en su insaciable búsqueda de riqueza y de poder. En estos momentos y paradójicamente gracias a la acción de los “piratas”, que han logrado ahuyentar a las grandes flotas pesqueras, los pequeños pescadores están viviendo una de las mejores temporadas de pesca de los últimos cuarenta años. Ahora se vuelven a ver barracudas, tiburones, rayas gigantes, petos, jureles, marlines, y camarones entre otros, y los pescadores han pasando a ganar, de menos de 8 dólares por día, a entre 250 y 600 dólares diarios. Y esto es solo una fracción de lo que antes se llevaban olímpicamente, sin importar el hambre y la miseria que han dejado a su paso, los que hoy se sienten ofendidos. Consideremos que esta industria se calcula hoy en más de 1.5 billones de dólares y controla la cuarta parte del mercado del atún mundial.

192


Capítulo 16

Paradigmas que se tambalean

Según el arquitecto, profesor y escritor colombiano Harold Martínez: “El escenario de la vida contemporánea se ha venido caracterizando por el desencadenamiento cada vez más acelerado de una serie de acontecimientos que estremecen, deterioran y ponen en duda las esencias, los conceptos, las relaciones, las vivencias y los valores tradicionales necesarios para la operatividad cotidiana del ser humano. Esos acontecimientos tienen que ver tanto con la idea tradicional de orden social como con la de orden espacial. Es como si todo el entorno psíquico y físico del ser humano estuviera resquebrajándose y hundiéndose imperceptiblemente, y simultáneamente estuviera surgiendo algo nuevo, todavía brumoso e indefinido pero que apunta a una nueva idea de existencia y de espacialidad humana. Esta situación ha ocurrido varias veces en la historia del ser humano. Si bien dicha historia es un proceso de transición permanente, en algunas ocasiones ese proceso se acentúa estremecedoramente a lo largo de decenios y decenios por la ocurrencia de grandes acontecimientos que van afectando y transformando los modelos en torno a los cuales, hasta entonces, se organizaban los conceptos, las relaciones, las vivencias y los valores con los que era construida la realidad física y espiritual. 193


Esos modelos se conocen como “paradigmas culturales” y ese tiempo durante el cual ellos van desapareciendo mientras simultáneamente van surgiendo otros nuevos, se conoce como “período histórico de transición”. En el período histórico de transición actual estamos asistiendo al desmoronamiento de cuatro paradigmas magníficos de la Civilización Occidental. Estos paradigmas son el antropocentrismo, el androcentrismo, el racionalismo instrumental y el eurocentrismo.

El antropocentrismo entronizó al ser humano como centro y medida de todas las cosas, y como tal, ha pretendido que toda luz proviene de la teoría del ser humano, toda significación pivota alrededor de él y toda finalidad regresa a él.

El androcentrismo institucionalizó el patriarcado en la sociedad humana, lo cual ha posibilitado una organización social donde la supuesta superioridad del hombre sobre la mujer ha permitido no sólo el sometimiento de la mujer al hombre en su espiritualidad, sexualidad y capacidad de procrear, sino justificado también la conducta de apropiación, del control, la explotación, la valoración de la guerra y del guerrero, la aceptación de las jerarquías y del poder autoritario.

Como consecuencia de la aceptación antropocentrista de un ser humano ajeno y superior a la Naturaleza, el racionalismo instrumental ha orientado la existencia humana desde una idea narcisista que supuestamente le permite un conocimiento objetivo de la realidad. Para lograrlo, asume como método 194


correcto el adoptar una actitud de conocedor distante que puede desestructurar el mundo natural, reduciéndolo a unidades cartesianas medibles con el fin de apropiarlo, dominarlo y extraer inmisericordemente de él todas sus riquezas. El antropocentrismo, el androcentrismo y el racionalismo instrumental por una parte, han engendrado y posibilitado una conducta feroz y depredadora que sobrevalorando el ego humano ha creado una situación de hiperdesarrollo técnico y de subdesarrollo moral conducente a dominar, apropiar, controlar y explotar agresivamente el espacio natural. Y por otra, un desconcertante narcisismo que pretende corregir el orden de la Naturaleza para rehacerlos en una nueva organización supuestamente superior, en tanto sea construido a imagen y semejanza de lo humano.

En el siglo XVIII, <lo europeo> comenzó a ser difundido como modelo perfecto de cultura y en torno a este modelo se elaboró toda una teoría según la cual Europa evidenciaba, étnica y geográficamente, una superioridad con relación al resto del mundo. Más aún, los grandes avances técnicos y científicos alcanzados en este continente, justificaban y validaban la extensión universal de esta experiencia. Según esta teoría, conocida como el eurocentrismo, la valoración de la cultura de cada uno de los pueblos del planeta iba a depender de su grado de semejanza o diferencia con la cultura europea. Para el naciente capitalismo, esta teoría sustentó de la manera más oportuna sus incontenibles anhelos de expansión universal. Por tal motivo, era conveniente des-estructurar las economías de los diversos pueblos del planeta y a la vez homogeneizarlas junto con sus culturas hasta alcanzar tan evidente modelo de desarrollo. El proceso de desestructuración y homogeneización de las economías ha sido conocido desde entonces como <modernismo>. El 195


acontecimiento histórico que gesta y posibilita la modernización y el modernismo se llama Modernidad. El eurocentrismo ha posibilitado la difusión e implantación universal de la Modernidad”.

El profesor, físico, escritor y poeta catalán, David Jou Mirabent, miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en su libro “Reescribiendo el Génesis” dice: “Si la conciencia, el conocimiento y el amor fuesen realmente la finalidad y plenitud del Universo, y visto lo que hemos hecho con ellos, ¿no deberíamos ser tratados como auténticos saboteadores del Universo? El primer sabotaje es el uso que hemos hecho de la inteligencia, de la conciencia, de la fuerza: tanto saber sin amor, tanta riqueza sin solidaridad, tanto poder sin justicia. Y si amor y conocimiento no fueran el destino cósmico, pero si la fuente de nuestra plenitud efímera, ¿no seriamos igualmente saboteadores, no de una finalidad cósmica pero si de nuestra existencia? El segundo sabotaje lo estamos perpetrando contra el conjunto de la vida en la Tierra, con tanta voracidad, con tantos habitantes, con tanta avidez de consumo: una presión planetaria difícilmente sostenible, con la extinción de tantas especies, la acumulación de tantos residuos; la contaminación del agua y del aire. Esta destrucción no es nueva: hemos estado destruyendo el bienestar y la esperanza durante siglos con miles de guerras inútiles; afanes estériles de dominación, y mezquindades de todo tipo. Ahora estamos 196


modificando la evolución de la vida con la ingeniería genética y quizá podamos incluso modificar la espacie humana, hacia una especie futura con más resistencia física y mayor capacidad de procesamiento cerebral, pero ¿de qué servirá todo eso si no conduce a más felicidad y más sabiduría?

197


Capítulo 17

Una mirada al pasado, al espejo

Mirando al pasado, entre 10.000 y 12.000 años atrás, podemos encontrar un periodo de cambios trascendentales en el mundo. Una época en la cual se pasó paulatinamente de sociedades humanas predominantemente matrísticas o matrilineales, también llamadas sociedades de colaboración, a sociedades predominantemente patrilineales o patriarcales, sociedades de dominación, y como dato curioso, según cuenta Platón

en Timeo y Critias, este periodo

corresponde también en el tiempo, a la desaparición de la Atlántida, para la que él utilizaba la expresión Alêthinon Logon, queriendo indicar con este término que se trataba de una historia verdadera y no de un mito como algunos han creído, debido, como lo explica el historiador alemán Paul Koch, a las deficientes traducciones, basadas, no en el texto original de Platón, sino en las traducciones erróneas del filósofo renacentista florentino Marsilio Ficino.

Estamos familiarizados con las leyendas sobre una era primitiva, más armoniosa y pacífica. La Biblia habla de un jardín donde el hombre y la mujer vivían en armonía consigo mismos y con la naturaleza, antes de que un dios masculino decretara que de allí en adelante la mujer sería sirviente del hombre. El Tao Te Ching chino describe una época en que el yin, o principio femenino, aún no era gobernado por el principio masculino, o yang, una época en que la 198


sabiduría materna aún era honrada y respetada por encima de todo. El antiguo poeta griego Hesíodo escribió acerca de una "raza dorada", que cultivaba el suelo en "paz y tranquilidad" antes de que una "raza menor" introdujera su dios de la guerra. Pero aunque los estudiosos concuerden en muchos aspectos, estos trabajos se basan en acontecimientos prehistóricos, referencias a un tiempo en que mujeres y hombres vivían en asociación, y tradicionalmente son consideradas como fantasía.

Estudios que demuestran un largo periodo de paz y prosperidad mientras proseguía nuestra evolución social, tecnológica, cultural y espiritual; muchos miles de años en que todas las tecnologías básicas sobre las cuales la civilización fue construida; se desarrollaron en sociedades que no eran dominadas por el hombre; ni eran violentas o jerárquicas.

A nosotros, esa fuerza transformadora de sociedades de colaboración a sociedades patriarcales de dominación, nos llegó a través de la tradición judeocristiana y greco-romana que fue la que al final se impuso en el mundo occidental, sin embargo, este cambio curiosamente ocurrió en muchos lugares y culturas distantes en el mundo antiguo, incluso antes de que ocurriera la invasión de los hebreos a Canaán. Un cambio que para algunos representa una fase en el proceso de evolución de la consciencia humana, aunque más parece una degeneración.

Ante la ausencia de una comunidad de colaboración y con la pérdida de las plantas enteógenas, que catalizaban y mantenían aquella actitud y armonía

199


que las caracterizaba, la nostalgia por el paraíso perdido aparece naturalmente entre las nuevas sociedades de dominación. La Historia que nosotros conocemos, es la crónica de nuestra confusa agonía por la pérdida de ese mundo ideal y paradisiaco, por su olvido y su negación, que no es otra cosa que la negación de una parte de nosotros mismos. La historia de la ruptura de una relación cuasi-simbiótica con las plantas, que en algún momento se perdió, y la alienación y el desespero que nos envuelve y amenaza con un futuro insoportable como consecuencia de no vernos a nosotros mismos como parte del mundo natural, como bien lo describe Terence McKenna.

Según Riane Eisler, quien reconoce una encrucijada de la prehistoria en donde se producen una serie de cataclismos no solo de orden físico planetario sino también en la organización social y cultural. Hubo un momento en el que se produjo un cambio de paradigmas, un cambio de sociedades que adoraban los poderes alimentadores y generadores de la vida en el Universo, asociados a divinidades femeninas, a otras sociedades que adoraban el poder de la espada y el poder de quitar la vida, asociadas a una divinidad masculina. Esta transformación, está ligada además con la oposición entre las tecnologías que sostienen y elevan la vida, en contra de las tecnologías simbolizadas por el metal, por la espada, destinadas a destruir y a dominar. Este último ha sido el énfasis tecnológico a lo largo de gran parte de la historia 200


registrada. Y es este énfasis tecnológico, en vez de la tecnología por sí sola, el que hoy amenaza toda la vida en el planeta. Estos cambios, no necesariamente implican una evolución lineal en el sentido del mejoramiento de todos los aspectos de la vida, como frecuentemente se suelen interpretar, y por el contrario pueden darse regresiones enormes en la historia como ocurrió en el caso de la Grecia Homérica y posteriormente lo que fue la Edad Media en Europa.

Estudios realizados en la región del Danubio, de los Balcanes y del Egeo en 1982 por la arqueóloga lituana Marija Gimbutas, permiten deducir que hace unos 12.000 años sus pobladores eran agricultores primitivos que no fortificaban sus viviendas, que no tenían diferencias jerárquicas entre las tumbas de los hombres y las mujeres y que en los lugares ceremoniales depositaban generalmente figuras femeninas. Según Maturana Romesín, el biólogo y epistemólogo chileno, se trata de culturas matrísticas: “la vida matrística prepatriarcal estaba centrada, como el origen de la humanidad, en el amor, y en ella la agresión y la competencia eran fenómenos ocasionales, no modos cotidianos de vivir”, según nos cuenta Harold Martínez en su libro “La relación cultura naturaleza en la arquitectura occidental”.

Venus de Brassempouy

Venus de Lespugue

Venus de Laussel

Venus de Dolní Věstonice

201


Dice Riane Eisler: “Lo más notable en el arte neolítico es lo que no retrata. Pues lo que un pueblo no representa en su arte puede hablar tanto de él como aquello que si expresa. En contraste con el arte posterior, un tema notable por su ausencia en el arte neolítico son las imágenes idealizando el poder armado, la crueldad y la fuerza basada en la violencia. Ahí no hay imágenes de "guerreros nobles" o escenas de batallas. Tampoco existen señales de "conquistadores heroicos" arrastrando cautivos en manadas u otros indicios de esclavitud. También en profundo contraste con los vestigios dejados por los invasores de dominio masculino más primitivos y antiguos, es notable en estas sociedades neolíticas de culto a la Diosa, la ausencia de gran cantidad de entierros de "jefes de grupos". Y presentando también contraste con las civilizaciones de dominio masculino posteriores, como la de Egipto, no hay señal de soberanos poderosos, los cuales llevaban consigo en la vida después de la muerte seres humanos menos poderosos, sacrificados a causa de su muerte. Tampoco encontramos ahí, otra vez a diferencia con las sociedades dominadoras posteriores, grandes depósitos para armas o cualquiera otra señal de aplicación intensiva de tecnología material y recursos naturales para las armas. La conclusión de que esta fue una era mucho más pacífica, es reforzada por otra ausencia: la de fortificaciones militares. Estas sólo comienzan a surgir después, al parecer como reacción a presiones de bandos nómadas belicosos oriundos de regiones lejanas del globo. En el arte neolítico, ni la Diosa ni su hijo consorte cargan los emblemas que aprendemos a asociar al poder, como lanzas, espadas o rayos, símbolos de un soberano o 202


deidad terrestre que exige obediencia matando y mutilando. Aún distante, el arte de ese periodo es extraordinariamente desprovisto de imágenes dominador-dominado,

señor-objeto,

tan

características

de

sociedades

dominadoras.

Si aquí no había glorificación de deidades masculinas coléricas o gobernantes portando rayos o armas, o de grandes conquistadores arrastrando esclavas abyectas en manadas, no deja de tener sentido deducir que eso se debe al hecho de no haber imágenes correlativas a aquellas en la vida real. Y si la imagen religiosa central era la de una mujer dando a luz, y no como en nuestro tiempo, un hombre muriendo en una cruz, no dejaría de tener sentido deducir que la vida y el amor a la vida –en vez de la muerte y del miedo a la muerte– dominaban la sociedad, así como el arte.

Este culto a la Diosa, como observaron James y otros estudiosos, sobrevivió a periodos históricos, en la figura múltiple de la Magna Mater de los Balcanes y del mundo greco-romano. Percibimos con nitidez esta continuidad religiosa en deidades tan conocidas como Ísis, Nut y Maat, en Egipto; Ishtar, Astarte y Lilith, en el “Creciente Fértil”; Deméter, Hiedra y Core, en Grecia; y Atárgatis, Ceres y Cibele, en Roma. Aún después, en nuestra propia herencia judaico-cristiana, podemos identificarla en la Reina de los Cielos, cuyos arbolados son quemados en la Biblia, en la Shekhina de la tradición cabalística hebraica y en la Virgen María, la Madre de Dios.

Naturalmente, tiene sentido que la antigua representación del poder divino en forma humana haya sido de hembra, y no de macho. Cuando 203


nuestros ancestros comenzaron a hacerse las eternas preguntas ¿De donde vinimos antes de nacer? ¿Para donde vamos después de morir? deben haber percibido que la vida emerge del cuerpo de una mujer. Habría sido natural para ellos imaginar el Universo como una madre generosa de cuyo útero surge toda vida y para donde, así como en los ciclos de la vegetación, ella retorna después de la muerte, para renacer”.

Nos preguntamos también en el aquí y el ahora, lo que se han cuestionado no solamente Nietzsche, sino otros: ¿Qué somos?

204


Capítulo 18

Nuestros parientes bonobo

Existen muchas similitudes entre las descripciones de Eisler, Gimbutas y Mturana sobre las culturas matrísticas o de colaboración, con lo que sabemos de nuestros más cercanos parientes, los chimpancés bonobo (Pan paniscus) descubiertos por primera vez en 1928, por el anatomista americano Harold Coolidge, aunque el mérito de este descubrimiento como especie diferenciada, se atribuye al alemán Ernst Schwarz, que lo publicó en 1929.

La teoría más aceptada sobre el origen del nombre bonobo afirma que proviene de la palabra "ancestro" en un antiguo dialecto Bantu.

La especie, se distingue por la tendencia a que sus individuos anden erguidos en ocasiones, por su cultura matriarcal e igualitaria, y por el papel preponderante de la actividad sexual en su sociedad. Como el 98% de su ADN es idéntico al del Homo sapiens, están más emparentados con los humanos que con los gorilas. Otro estudio sobre la similitud de partes críticas del ADN en los géneros humano y chimpancé sugiere que el 99,4% es idéntico.

205


Por lo tanto, la comunidad científica reclasificó la taxonomía del bonobo (y el chimpancé común), cambiando su nombre de familia Pongidae a Hominidae, que incluye a los humanos. Sin embargo, aún hay controversia. Una minoría de científicos, como Morris Goodman de la Wayne State University de Detroit argumentan que, ya que tanto el bonobo como el chimpancé común están emparentados tan de cerca con los humanos, el nombre de su género debería ser también clasificado dentro del género humano Homo: Homo paniscus, Homo sylvestris u Homo arboreus. Una propuesta alternativa sugiere que el término Homo sapiens es realmente el problema, y que la humanidad debería ser reclasificada como Pan sapiens.

Pareja de chimpancés bonobo

Frans de Waal, uno de los más importantes primatólogos a nivel mundial, afirma que el bonobo es capaz de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y sensibilidad. Observaciones recientes en su entorno natural han confirmado que los machos en los grupos de chimpancé común son extraordinariamente hostiles hacia los machos externos al grupo, los machos dominan en la estructura 206


social. Organizan grupos de exterminio para "patrullar" en busca de machos desafortunados que puedan estar viviendo en solitario cerca de su grupo. Pero este no suele ser el comportamiento de los machos o hembras bonobos, que parecen preferir el contacto sexual dentro de su grupo más que la búsqueda de confrontaciones hostiles con extraños. El bonobo vive en ubicaciones donde no habita el más agresivo chimpancé común. Posiblemente el bonobo ha preferido dejar un amplio margen con respecto a su más violento y físicamente fuerte primo, y son considerados más inteligentes que estos últimos. Ninguno de los dos sabe nadar, y suelen habitar zonas opuestas de anchos ríos. Como dato sorprendente, nunca se ha visto que un bonobo mate a otro de su misma especie.

Las relaciones sexuales juegan un papel de primer orden en las sociedades de bonobos, ya que son usadas como saludo, como método de resolución de conflictos, como medio de reconciliación tras los mismos, y como forma de pago mediante favores tanto de machos como de hembras a cambio de comida. Los bonobos son los únicos primates (aparte de los humanos) que han sido observados realizando todas las actividades sexuales siguientes: sexo genital cara a cara (principalmente hembra con hembra, seguido en frecuencia por el coito hembra-macho y las frotaciones macho-macho), besos con lengua y sexo oral. La actividad sexual tiene lugar tanto dentro de la familia inmediata como fuera de ella, y suele implicar tanto a adultos como a crías. Los bonobos no forman relaciones estables con parejas individuales. Tampoco parecen discriminar en sus comportamientos sexuales según género o edad, con la posible excepción de las relaciones sexuales entre madres y sus hijos adultos; 207


algunos observadores creen que esos emparejamientos son tabú. Cuando los bonobos encuentran una nueva fuente de comida o lugar de alimentación, la excitación general suele desembocar en una actividad sexual en grupo, presumiblemente descargando la tensión de los participantes y permitiendo una alimentación pacífica. Los machos bonobo practican con frecuencia varias formas de sexo genital entre ellos (frot). Una de las formas consiste en ambos machos colgando de un árbol cara a cara mientras frotan sus penes entre sí. También se ha observado a los machos bonobos realizando esta actividad en el suelo. Una forma especial de la misma, empleada por los machos como reconciliación tras un conflicto, se realiza con ambos tumbados en el suelo y trasero con trasero, mientras frotan sus bolsas escrotales entre ellas. Las hembras bonobo también usan el sexo genital hembra-hembra (tribadismo) como forma de establecer relaciones sociales entre ellas, fortaleciendo así el núcleo matriarcal de la sociedad bonobo. La estrecha relación entre las hembras les permite dominar la estructura social, aunque los machos son físicamente más fuertes, no pueden plantar cara solos a un grupo unido de hembras, y no suelen colaborar entre ellos de esa forma. Las hembras adolescentes suelen abandonar el grupo en el que nacen para unirse a otro. Esa migración habitual de las hembras hace que el fondo genético de los bonobos se mezcle con frecuencia.

A pesar del enorme incremento en la actividad sexual, la tasa de reproducción no es mayor que la de los chimpancés comunes. Las hembras cuidan de sus crías y las alimentan durante cinco años, y pueden dar a luz cada cinco o seis años. Comparadas con las de chimpancé común, las 208


hembras de bonobo recuperan la actividad sexual mucho antes tras el parto, lo que les permite reincorporarse a las costumbres sexuales de su sociedad. Incluso los animales estériles o demasiado jóvenes o viejos para reproducirse participan en estas actividades sexuales. La masturbación también hace parte de la vida sexual de los bonobo en su medio natural.

Richard Wrangham y Dale Peterson enfatizan el uso del sexo por parte del bonobo como mecanismo para evitar la violencia: "Tanto el chimpancé común como el bonobo evolucionaron del mismo ancestro que dio lugar a los humanos, y sin embargo el bonobo es de las especies más pacíficas y no agresivas de mamíferos que hoy día viven en la Tierra. Han desarrollado vías para reducir la violencia que permean toda su sociedad. Nos muestran que la danza evolutiva de la violencia no es inexorable". Las hembras tienen un tamaño mucho más pequeño que los machos, pero un estatus social mucho mayor. Los encuentros agresivos entre machos y hembras son raros, y estos se muestran tolerantes para con cachorros y crías. Se han reportado casos en los que han sido comprobadas expresiones de regocijo y de placer en primates no humanos. Estudios

en donde se

analizan los sonidos grabados emitidos por bebes humanos y bonobos cuando se les hacen cosquillas, demuestran que aunque la risa del bonobo tiene una mayor frecuencia, sigue un patrón espectrográfico muy semejante al de los bebes humanos. Los bonobos pueden pasar la prueba del espejo, que sirve para demostrar la consciencia de uno mismo. Se comunican principalmente mediante sonidos, aunque aún no se conoce el sentido de sus vocalizaciones; sin embargo, los humanos comprenden de forma sencilla sus expresiones 209


faciales y algunos de sus gestos con las manos, como la invitación a jugar. Dos bonobos, Kanzi y Panbanisha, han aprendido un vocabulario de cerca de 500 palabras que pueden escribir usando un teclado especial de lexigramas (símbolos geométricos), y pueden responder a preguntas formuladas de viva voz. Algunos, como el filósofo y bioético Peter Singer, argumentan que esos resultados califican a los bonobos al "derecho a la supervivencia y la vida", derechos que los humanos teóricamente reconocen a todas las personas.

Impacta entre otras cosas el comentario final acerca del “derecho a la supervivencia y a la vida” de nuestros parientes bonobo, como si las demás especies no lo tuvieran. Nos sentimos autorizados por quien sabe que designio divino, para dar o quitar el derecho a la vida de quienes a nuestro parecer lo merezcan. Y es que en el caso de los humanos “civilizados”, empezando por la forma equivoca y tendenciosa en la que nos hemos autoclasificado (Homo sapiens), es tal el autoengaño, el grado de desconexión y la falta de identidad con nuestra propia esencia y condición “animal”, la falta de aceptación de lo que en realidad somos, que llegamos a usar el término “animal” de forma despectiva para insultar a nuestros congéneres, dando a entender que pretendemos ser de mejor familia. “El ser humano es un animal que quiere ser diferente” dijo Nietzsche. Por su parte Morris Berman sitúa la aparición del nemo a partir de la negación de nuestra condición animal. Vivimos exiliados de nuestra raíz y nuestro origen, y aparentamos estar bien, nos sentimos a gusto disfrazados de reyes, de jueces, de científicos y piloteando naves espaciales, y 210


mientras menos nos recuerden lo que somos tanto mejor, pero la procesión va por dentro. Pareciera que todas las extravagancias que hemos inventado para saciar nuestra vanidad y nuestra voracidad no consiguen llenar el vacio, no consiguen aliviar la desorientación y la distorsión que esta ruptura ha generado. Ya lo sentencio Gandhi: “La Tierra tiene lo suficiente para las necesidades de cada hombre pero no para la avaricia de cada hombre”. Entre nosotros los “civilizados”, quien no tiene quiere; quien ya tiene quiere más y quien tiene más dice que nunca es suficiente.

Viendo todo lo anterior nos preguntamos también si el comportamiento sexual de los bonobo, nos puede servir de ejemplo a nuestras conductas represivas, donde la violencia es más acentuada en sociedades reprimidas y donde las expresiones sexuales, sanas per se, aun en forma orgiástica, pueden ser el camino para la sublimación, disminución y desahogo de la agresividad. Y casualmente, parece que éste era el caso de Creta, la ultima gran civilización que en el mundo occidental se rigió por un modelo de sociedad de cooperación. Como escribió Hawkes: "Los cretenses parecen haber reducido y desviado su agresividad con una vida sexual libre y cuerda." Además de su entusiasmo por los deportes, por la danza, su creatividad y su amor a la vida, esas actitudes liberadas en relación al sexo pueden haber contribuido al espíritu pacífico y armonioso predominante en la vida cretense. Como es bien sabido, éste es el rasgo que destaca a Creta entre las otras civilizaciones desarrolladas en aquel periodo.

211


En su libro Cosmos, Carl Sagan escribe: “Los organismos han sido seleccionados para que se dediquen al sexo; los que lo encuentran aburrido pronto se extinguen”. Y más adelante afirma: “El neurosicólogo James W. Prescott ha llevado a cabo un análisis estadístico transcultural sorprendente de 400 sociedades preindustriales y ha descubierto que las culturas que derrochan afecto físico en sus hijos tienden a no sentir inclinación por la violencia. Incluso las sociedades en las que no se acaricia mucho a los niños desarrollan adultos no violentos siempre que no repriman la actividad sexual de los adolescentes. Prescott cree que las culturas con predisposición a la violencia están compuestas por individuos a los que se ha privado de los placeres del cuerpo durante por lo menos una de las dos fases críticas de la vida, la infancia y la adolescencia. Allí donde se fomenta el cariño físico, son apenas visibles el robo, la religión organizada y las ostentaciones envidiosas de riqueza; donde se castiga físicamente a los niños tiende a haber esclavitud, homicidios frecuentes, torturas y mutilaciones de los enemigos, cultivo de la inferioridad de la mujer, y la creencia en uno o más seres sobrenaturales que intervienen en la vida diaria”.

Si la Naturaleza ha sabido responder y adaptarse a las más variadas circunstancias durante millones de años sin nuestra portentosa sabiduría, y si la civilización y la cultura han llegado ha distorsionar nuestra esencia y nuestras raíces más profundas hasta el limite de lo absurdo, es hora de que volvamos la mirada hacia ella, para revaluar muchos de los tabús impuestos, a 212


menudo con hipocresía y con oscuras razones, en este caso, los referidos a la sexualidad, de tal manera que podamos apreciar desde una perspectiva más amplia y desprevenida, esos comportamientos que se han censurado a través de los siglos, pero que por alguna razón no se apartan de nosotros, y que más que un motivo de enfermizo tormento deberían ser una fuente de sano placer. ¿O es que acaso a fuerza de represión y de falsificaciones algún día conseguiremos cambiar las leyes de la Naturaleza y del Universo? Así por lo menos, se ahorraría a la Iglesia y al papa de turno, las disculpas y sobre todo las millonarias multas en todos los países a donde vaya, por los benditos deslices y el incesante acoso de sus curas, no sin antes elevar al cielo una última plegaria por todos los que ya perecieron injusta y perversamente en la hoguera.

William Wordsworth (1770-1850), uno de los más importantes poetas románticos ingleses decía: “Un impulso del bosque vernal te dirá más sobre los hombres, sobre el bien y sobre el mal moral, que todos los sabios juntos”…. "Sea la Naturaleza tu maestro".

Sea este también el momento de observar, que en la Naturaleza y el Universo, no existe esa lucha infantil entre el Bien y el Mal, ni nada que se le parezca. Esa es una idea sustentada por algunas religiones, y que se nos ha querido imponer desde un momento de la “historia”, pero solo cabe en nuestra mente y en la mente de los manipuladores. Hemos sido objeto de 213


una canalización del pensamiento, de un lavado del cerebro, que causa temor y enfrentamientos inútiles y desastrosos para la mayoría de la gente, pero ciertamente es un arma muy eficaz para sustentar el poder de unas élites. Si miramos con atención y con una visión más amplia y desprevenida, descubriremos que lo que en realidad existe es otra cosa, es todo lo contrario, una estrecha, constante y necesaria colaboración entre los opuestos. El Yin y el Yang de la filosofía oriental lo explica con claridad, y según esta, cada ser, cada objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia.

A su vez, Bernard de Clairvaux, el monje cisterciense francés (Borgoña 1090-1153), quien fuera inspirador y organizador de La Orden del Temple (Los Caballeros Templarios), y canonizado en 1174, declarado Doctor de la Iglesia en 1830 y una de las figuras más importantes de su tiempo, decía: "Lo que sé de las ciencias divinas y las Sagradas Escrituras, lo aprendí en los bosques y campos. No tuve otros maestros que las hayas y robles." Y en otra de sus cartas escribe: "Escucha a un hombre de experiencia: aprenderás más en los bosques que en los libros. Arboles y piedras te enseñarán más de lo que puedas adquirir por boca de un magíster".

214


No exagera el escritor, investigador y ecologista australiano Bill Mollison, promotor de la Permacultura en el mundo, una filosofía de vida y un sistema de agricultura sostenible basado en conceptos y prácticas ancestrales, cuando afirma: “Podríamos hacer desaparecer todas las universidades del mundo y no habremos perdido nada, pero si hacemos desaparecer los bosques, habremos perdido todo”.

Analizando algunas reflexiones que sobre la ética se hace el escritor y filósofo español Fernando Savater, encontramos la siguiente: “Nadie discute si las piedras

deben caer hacia arriba o hacia abajo: caen hacia abajo y punto.

Los castores hacen presas en los arroyos y las abejas panales de celdillas hexagonales: no hay castores a los que tiente hacer celdillas de panal, ni abejas que se dediquen a la ingeniería hidráulica. En su medio natural, cada animal parece saber perfectamente lo que es bueno y lo que es malo para él, sin discusiones ni dudas. No hay animales malos ni buenos en la naturaleza, aunque quizá la mosca considere mala a la araña que tiende su trampa y se la come. Pero es que la araña no lo puede remediar...

Y como los seres humanos podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y

215


procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética”.

En octubre de 2006, el Museo de Historia Natural de Oslo, presentó una exposición sobre un tema que aún es considerado tabú en amplios sectores de nuestra sociedad, con el titulo ¿En contra de la Naturaleza? No obstante haber sido reconocido por la comunidad científica internacional desde 1973, que la homosexualidad y la bisexualidad no son una enfermedad, en esta exhibición se

presentaron

fotografías

en

las

que

se

demuestra

que

estos

comportamientos son un hecho habitual y totalmente normal dentro del reino animal, habiendo sido registrado hasta el momento en más de 1500 especies en su entorno natural. Lombrices, perros, gatos, loros, monos, hienas, jirafas, ballenas, delfines, pingüinos y pulpos, entre otros, hacen parte de la muestra. Muchos de los animales son bisexuales aunque algunos son exclusivamente homosexuales. El filósofo griego Aristóteles (384 a. E.C.) ya contempló casos de lesbianismo en un grupo de hienas. El índice de homosexualidad en el reino animal varía de un 2% a un 15%, según la especie, siendo el campeón una especie de loro: la cacatúa rosa, con un 44% de ejemplares que mantienen relaciones con su propio género, según el biólogo noruego Geir Einar Ellefsen Soeli.

Asimismo, la bisexualidad también es muy frecuente, especialmente en primates superiores, lo que les permite aliviar tensiones, mantener al grupo unido, o como en el caso de los delfines, crear vínculos que favorecen la 216


búsqueda y la protección de las hembras. Las hembras de los langures grises (Semnopithecus entellus) de la India se montan con frecuencia entre sí, al igual que especies de macacos. Las hienas tienen sexo por placer, participando en actividades homosexuales, especialmente las hembras entre ellas. Los machos de la lombriz Moniliformis dubius copulan con otros machos y de paso bloquean el orificio genital de su compañero con una especie de cemento, de modo que éste ya no pueda nunca más sacar su pene, eliminando así un posible competidor.

Otra exposición, “Las vidas sexuales de los animales”, se ha hecho también en el MoSex (Museo del Sexo de Nueva York), y en ella queda claro que la variedad y la riqueza en la actividad sexual no son del acervo exclusivo de los humanos y rebasa ampliamente lo que los libros hasta ahora nos habían mostrado. La exposición ofrece una visión científica del tema, por eso ha contado con la asesoría de Joan Roughgarden, filósofa y bióloga graduada con honores de la Universidad de Rochester, doctora en biología de la Universidad de Harvard, profesora de Biología de la Universidad de Stanford y autora de varios libros, entre ellos: Evolution's Rainbow (El Arco Iris de la Evolución).

La homosexualidad y la bisexualidad son pues conductas comunes, naturales y extendidas en el mundo animal, y no sólo se observan relaciones 217


sexuales de corta duración, sino relaciones que se prolongan en el tiempo, incluso en algunas especies se establecen vínculos que pueden durar toda la vida. Lejos de los argumentos que señalan esta conducta como contraria a la naturaleza y a la supervivencia; puede ser ésta, entre otras cosas, un mecanismo de adaptación, una forma de regulación de la población, de fortalecimiento de vínculos, de liberar las tensiones, y de actitudes de cooperación que en última instancia contribuyen a perpetuar las especies. Además, está también demostrado que el acto sexual entre animales y especialmente entre los humanos es tanto un asunto de placer y de disfrute como de reproducción, algo que ya había observado el zoólogo y etólogo ingles Desmond Morris en su obra “El mono desnudo”, publicada en 1967; una muestra de ello es la amplitud del período de receptividad sexual comparado con el período de fertilidad: “La gran abundancia de copulación en nuestra especie se debe, evidentemente, no a la producción de retoños, sino al reforzamiento del lazo entre la pareja, gracias a los mutuos goces de los compañeros sexuales. Entonces, la reiterada consecución de la consumación sexual, no es, para la pareja, un fruto refinado y decadente de la civilización moderna, sino una sana tendencia de nuestra especie, con base biológica y profundamente arraigada. E igualmente se puede afirmar que ninguna práctica sexual, por muy depravada u obscena que parezca a los miembros de una civilización particular, puede ser biológicamente criticada, mientras no impida el éxito reproductivo general. Dicho esto, debo ahora señalar que existe una importante excepción a la regla. La moralidad biológica que acabo de esbozar, deja de aplicarse en el caso de una superpoblación”, asegura Desmond Morris.

218


Nianjjnum y Jnumhotep, Egipto, V dinastía, 2500 a. de E.C.

Zéfiro y Jacinto, cerámica, Tarquinia, 480 a. de E.C.

Ahora no ha de faltar el que quiera convencernos de que esos animales perversos son una obra del demonio, lo cual no estaría mal dicho si no fuera porque presentarlo de esa manera sería decir una verdad a medias, pues a ese demonio, a ese ser, a esa fuerza, a esa entidad, llámese como se llame, le faltaría su contraparte, su opuesto para poder procrear. Todos venimos de un padre y de una madre, de una copula cósmica, de dos fuerzas que se atraen y se unen, y negar cualquiera de ellas, como lo han pretendido las religiones monoteístas, es cuanto menos una soberana necedad, porque ese es un principio y una ley del Universo, de la que nada ni nadie se puede escapar. Y cada una de esas fuerzas tiene cualidades y defectos, (depende de cómo se miren), que no son patrimonio ni exclusividad de ningún género. Además, cada parte lleva en su interior una semilla de su opuesto como bien se expresa en el 219


“taijitu”, el símbolo del Tao, de la filosofía oriental que describe el concepto del “taiji”, el “principio generador del Universo”, el yin y el yang, que hemos citado antes.

Taijitu (Yin-Yang)

Vaya modo de vivir la de estos parientes bonobo; cualquier parecido con nuestro mítico paraíso no es más que una coincidencia. Que tal vivir en medio de un jardín esplendido y maravilloso, que provee todo lo necesario para la existencia, compartiendo y cooperando en paz y tranquilidad la mayor parte del tiempo, haciendo día y noche lo que más les complace, sin complejos, sin sentidos de culpa, y sin ningún dios justiciero, vengador y terrorista, o mejor dicho, sus magníficos y autoproclamados representantes, que vengan a imponer el orden donde éste ya existe.

Razón tenía Rabelais, el escritor, médico, teólogo y humanista francés del renacimiento,

autor de Gargantua y Pantagruel, cuando dijo: “La comedia

habría resultado divertida, si no fuese porque siempre hemos tenido que representarnos ante nuestros ojos el temor a Dios”. 220


Capítulo 19

La caída del velo…y de la máscara

“No existe la muerte de nadie, sino en apariencia, lo mismo que nadie nace, a no ser aparentemente”.

Apolonio de Tiana Filósofo, matemático y místico griego

Porque el día en que por fin la gente vuelva a abrir los ojos y vuelva a ser consciente de que antes que individuos separados, hacemos parte de un Todo, y el día que por fin la gente recupere la memoria y recuerde que todos de alguna manera somos inmortales, aunque le cueste aceptarlo a nuestro ego, ese día, se acabará el negocio para los mercaderes de las drogas, de la guerra y de la muerte, ese día, se caerá en pedazos el sistema corrupto en el que vivimos hoy, construido a fuerza de terror, de violencia, de falsificaciones y mentiras, amparado en el miedo y la ignorancia de la gente, y ese día finalmente, no habrá amenazas ni ejércitos que puedan sostenerlo. 221


El sacerdote, político, escultor, escritor y poeta nicaragüense de origen judío, Ernesto Cardenal, dice:”La naturaleza esta siempre comulgando consigo misma, esto es, comiéndose y dándose a comer. La comida, es la comunión de la vida. La comida no es una cosa “prosaica”. Dios ha querido que para vivir, tuviéramos que comer otros seres vivos, porque quería que los seres vivos viviéramos en comunión unos con otros. No ha querido que fuéramos seres independientes y autosuficientes, sino que necesitáramos estar asimilando siempre a nuestro ser otros seres vivos, y que mediante esta asimilación, estuviéramos siempre en comunión con todo el cosmos. A la diatomea la come el copeópado y al copeópado lo come el arenque y al arenque lo come el calamar y al calamar lo come la perca y cuando la perca muere y se convierte en detritus alimenta otra vez a la diatomea o es comida por el hombre y el detritus del hombre alimenta a la diatomea, porque “la vida y la muerte son una misma cosa” y la vida está siempre renaciendo de sí misma. Y no debe costarnos el imaginar la resurrección de la carne por el hecho de que nuestra carne haya pasado a ser la carne de otros seres, y la de estos de otros, pues en esto mismo estamos viendo ya en acción la resurrección de la carne. ¿Con que cuerpo resucitaremos? Resucitaremos con todos los cuerpos y con todas las edades, o mejor dicho, resucitara un solo cuerpo con muchas edades en el que todos seremos carne de otros y en el que estaremos todos unos dentro de otros como el feto esta dentro de la madre”.

A Cardenal lo conocimos un día en Ámsterdam, la ciudad en donde pueden ocurrir las más gratas sorpresas en el momento menos esperado. Un 222


día, cuando salíamos del Krasnapolsky, el hermoso hotel en la plaza Dam, junto al palacio de la reina Beatriz; de camino al centro por entre la telaraña de canales, vimos una manifestación con banderas de Chile, y reconocimos entre el gentío los rasgos mapuches de algunos hombres y mujeres entre los 20 y los 30 años. Nos unimos a ellos con la solidaridad de los sudamericanos en Europa. De repente escuchamos la palabra mágica, Ernesto Cardenal. Nos dirigimos con ellos a un auditorio, convocados por una ONG holandesa que le daba apoyo a los exiliados. En medio del grupo había un hombre con energías dispersas y acento venezolano que trataba de dirigirnos y entre los reunidos decían que debe ser de la DINA, la policía política de Pinochet que solía infiltrarse entre los grupos de exiliados chilenos. Al grito de “Salvador Allende siempre vivo”, entramos a un auditorio en la parte baja de un edificio moderno en el centro de la ciudad, y nos sentamos a esperar al antiguo jesuita y Ministro de Cultura del gobierno sandinista que dirigía a Nicaragua. En medio del bullicio de los latinoamericanos con sus arengas y el silencio de los holandeses presentes, llegó el poeta con sus sandalias, vestido de blanco y boina negra. Su inconfundible barba blanca, le hace parecer al Che, pero 20 años mayor. Un nativo de Surinam, que hacia parte de la organización cristiana que nos convocó, lo presenta en castellano y holandés. Cardenal leyó algo de sus poemas y adopta una postura de obediencia a la iglesia que nos deja inconformes, y sobre todo ahora al recordar aquel incidente durante la visita de Juan Pablo II a Nicaragua en 1983, cuando estando Cardenal arrodillado ante el papa en la misma pista del aeropuerto, este lo amonestó e increpó severamente frente a las cámaras de televisión, que transmitían para el mundo; por propagar “doctrinas apóstatas” y formar parte del gobierno sandinista.

223


Hoy entendemos que la postura de Cardenal, se debía a sus votos como sacerdote y a su honestidad al cumplirlos por encima de las diferencias ideológicas. Para nosotros el que quedó mal fue el papa, por inoportuno y soberbio.

En un erudito libro sobre los santos irlandeses, Hubert Butles ha contado una anécdota de san Odran de Iona que oculta una parábola iniciática: “Cuando san Columba decidió construir una iglesia, resulto que el lugar elegido estaba infestado de demonios, y se descubrió que la única manera de ahuyentar a aquellas criaturas era sepultar vivo en el lugar a un santo varón. San Odran se ofreció voluntario para tal honor, y fue debidamente enterrado. A los tres días san Columba decidió desenterrar a san Odran y le pidió noticias del Cielo. A lo que él declaró, que la muerte no tenía ningún misterio y que el infierno tampoco era como se decía. Apenas hubo escuchado esto, san Columba gritó: ¡Tapad otra vez con tierra la boca de Odran, y que no parlotee más!”.

San Odran revelo el secreto que nadie quería creer, y fue obligado a guardar silencio. En cuanto a San Columba, desde su punto de vista, el callar a San Odran era lo más prudente, porque si la muerte y el más allá, no son lo que siempre se ha dicho, entonces las enseñanzas de la iglesia y su religión no valen nada.

Fernando Calero de la Pava - Pedro Gómez Arango Agosto de 2010 224


Bibliografía

 AGUIRRE, José Carlos, El poder y la magia, España.  AHARONI, Yosef, Torah, Neviím, Ketuvim, Netsarim, Editorial Hebraica, Puerto Rico, 2007.  BAIGENT, Michael, LEIGH, Richard y LINCOLN, Henry, El enigma sagrado, trad. Jordi Beltrán, Ediciones Martínez Roca, S.A. Madrid, 2005.  BAIGENT, Michael, LEIGH, Richard y LINCOLN, Henry, El legado mesiánico, Ediciones Martínez Roca, S.A. Madrid, 2006.  BAIGENT, Michael y LEIGH, Richard, Masones y Templarios, trad. Gerardo di Masso, Ediciones Martínez Roca, S.A. Madrid, 2007.  BAIGENT, Michael, Las cartas privadas de Jesús, trad. Esther Valverde, Ediciones Martínez Roca, S.A. Madrid, 2007.  BECKER, Udo, Enciclopedia de los símbolos, Litografía Rosés, S.A. Barcelona, 2008.  BEHR, Hans Georg, La droga, potencia mundial, El negocio con el vicio, Editorial Planeta, Barcelona, 1981.  BERMAN, Morris, Cuerpo y Espíritu. La Historia Oculta de Occidente, Editorial Cuatro Vientos, trad. Renato Valenzuela M., Santiago de Chile, 1992.  BIOQUE, Bartolomé, Misterios del mundo antiguo, Editorial Océano, Barcelona, 2009.  BOLTE Taylor, Jill, My Stroke of Insight, Viking, New York, 2008.  BRAMLEY, William, The Gods of Eden, Avon Books, New York, 1993. 225


 CASTELLANOS De Zubiría, Susana, Diosas, brujas y vampiresas, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2009.  CORTÉS, Julio, El Sagrado Coran, Biblioteca Islámica, Fátimah AzZahra, San Salvador, 2005.  COUÉ, Émile, Self Mastery Through Conscious Autosuggestion, 1922.  CULIANU, Ioan Petru, Eros y magia en el renacimiento, (Giordano Bruno: magia y psicología) trad. Neus Clavera y Hélene Rufat, Ediciones Siruela, S.A. Madrid, 1999 – 2007.  De LOACH, Stan, El modelo Tavistock de la organización.  Del PUEYO, Begoña y PERALES, Alejandro, ¿Y si mi hijo se droga?, Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L. Barcelona, 2005.  DIAZ Mayorga, Ricardo, El Yagé, Breve descripción etnomédica, Revista Visión Chamanica, Bogotá, 2004.  EISLER, Riane, The Chalice and The Blade, Harper & Row, New York, 1989.  ELIADE, Mircea, Tratado de Historia de las Religiones, Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2001.  ESCOHOTADO, Antonio, Historia General de las Drogas, Editorial Espasa Calpe, S. A. Madrid, 2002.  ESPINOSA, Germán, La vida misteriosa de los sueños, Editorial Random House Mandadori Ltda, Bogotá, 2005.  ESTULIN, Daniel, Los secretos del Club Bilderberg, Editorial Planeta, S.A. Barcelona, 2008.  FERICGLA, Josep María, La madurez de los pueblos y el uso de ciertas drogas psicoactivas, Barcelona, 2006. 226


 FRAZER, James, La rama dorada, trad. Elizabeth y Tadeo Campuzano, Ediciones F.C.E. España, S.A. 1981  FULCANELLI, El misterio de las catedrales, Plaza & Janes, S.A. Editores, Barcelona, 1967.  GÓMEZ, Montañez, Pablo Felipe, Los Chyquys de la Nación Muisca Chibcha: (ritualidad, re-significación y memoria), Ediciones Uniandes, Bogotá, 2009.  GRAVES, Robert, The White Goddes, Faber & Faber, Londres, 1948.  GRAVES, Robert, King Jesús, Creative Age Pres, Nueva York, 1946.  GUÉNON, René, El Rey del Mundo, trad. Atilio Neira, Editorial Fidelidad, Buenos Aires, 1985.  HALL, Eduadrd T., La dimensión oculta, Siglo Veintiuno Editores, S.A., Mexico, 1977.  HEDSEL, Mark y OVASON, David, El Celador, Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 1999.  HODOSI, Oskar, Tantra, La sexualidad sagrada, Ediciones Robinbook, SL, Barcelona 1993.  HOMERO, La Odisea, trad. Luis Segalá Estalella, Editorial Bruguera, S.A. Barcelona, 1974.  HUXLEY, Aldous, La filosofía perenne, trad. C.A. Jordana, Editorial Sudamericana S.A. Buenos Aires, 1999.  HUXLEY, Aldous, El Arte de Ver, Grupo Editorial Tomo S.A. de C.V., Mexico D.F., 1999.  JODOROWSKY,

Alejandro,

Psicomagia,

Ediciones

Siruela,

S.A.

Barcelona, 2005. 227


 JOU, David, Reescribiendo el Génesis, Ediciones Destino, S.A. Barcelona, 2008.  JULIEN, Nadia, Enciclopedia de los mitos, Litografía Rosés, S.A. Barcelona, 2008.  KOCH, Paul, La historia oculta del mundo, Editorial Planeta, S.A. Barcelona, 2007.  LANCTOT, Ghislaine, La Mafia Médica, Ediciones Vesica Picis, Huesca, 2002.  LÉVI, Eliphas, Los Misterios de la Kabbala, Editorial Humanitas, 1861.  LLARCH, Joan, La pirámide iniciática, Ediciones Martínez Roca, S.A. Madrid, 1983.  MARCUSE, Herbert, Eros y civilización, Editorial Seix Barral, S.A., Barcelona, 1972.  MARON, Publio Virgilio, La Eneida, trad. Eugenio de Ochoa, Editorial Losada, S.A. Buenos Aires, 1968.  MARTINEZ Espinal, Harold, La relación cultura naturaleza en la arquitectura occidental, Univalle, Talleres artes graficas del Valle, Cali, 2001.  McKENNA, Terence, El manjar de los dioses, La búsqueda del árbol de la ciencia del bien y del mal, Editorial Paidós, Contextos, Barcelona, 1999.  METZNER, Ralph, Ayahuasca: Hallucinogens, Consciousness, and the Spirit of Nature, Thunder´s Mouth Press, New york, 1999.  MORRIS, Desmond, El mono desnudo, Plaza & Janes, S.A. Barcelona, 1978. 228


 MUNN, Henry, El lenguaje de los hongos.  NÁCAR Fuster, Eloíno y COLUNGA, Alberto, La Biblia, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1962.  OLIVELLA, Martí, El poder del dinero, trad. Angels Baldó, Edicions 62, Barcelona, 1992.  OSPINA, William, Es tarde para el hombre, Grupo Editorial Norma, S.A. Bogotá, 1994.  PAUWELS, Louis y BERGIER, Jacques, El retorno de los brujos, Editorial Plaza & Janes, Barcelona, 1975.  PIRENNE, Jacques, Historia de la Civilización del Antiguo Egipto, trad. Juan Maluquer de Motes, Editorial Éxito, S.A. Barcelona, 1966.  RABKIN, Yakov, Contra el Estado de Israel, trad. Irene Sesler, Grupo Editorial Planeta, S.A.I.C./ Martínez Roca, Buenos Aires, 2008.  REICHEL-DOLMATOFF, Gerardo, Indios de Colombia, Villegas Editores, Bogotá, 1991.  SAGAN, Carl, Cosmos, Editorial Planeta, Barcelona, 2004.  SCHULTES, Richard y RAFFAUF, Robert, El bejuco del alma, trad. Arturo Uribe, El Ancora Editores, Fondo de Cultura Económica, Bogotá, 2004.  SEJOURNE, Laurette, América Latina, Antiguas culturas precolombinas, trad. Josefina Oliva de Coll, Siglo XXI de España Editores, S.A. Madrid, 1973.  SZALAY, Ione, Kabaláh, Editorial Kier, Buenos Aires, 2003.  TRES Iniciados, El Kybalion, trad. Manuel Algora Corbi, Editor, Luis Carcamo, Barcelona, 2003. 229


 VALLEJO, Fernando, La puta de Babilonia, Editorial Seix Barral, S.A. Barcelona, 2007.  VASCO, Luis Guillermo, Jaibanás, Los verdaderos hombres, Fondo de Promoción de la Cultura del Banco Popular, Bogotá, 1985.  ZERZAN, John, Future Primitive, The Anarchist Library, 1994.  Enciclopedia Británica.  Enciclopedia Wikipedia.

NOTA: Todas las imágenes de este libro han sido tomadas de internet.

230


Agradecimientos:

Nuestro sincero agradecimiento a quienes con sus aportes han hecho posible este trabajo:

 Ana de Calero  Tirso Gómez  Hugo Castro  Carmen Elena Tello  Carlos Arturo Castro  Juan Castro  Diego Pombo  Darío Henao  Germán Patiño  Héctor Posso  Julio Cesar Londoño  Martha López  Luis Fernando Zuñiga  Jorge Giraldo  Francisco Ramírez  Harold Martínez  Javier Echeverri  Edith Valenzuela  Rodrigo Vargas 231


 Ida Valencia  Nelly Guzmán  Harold Pardey  Rodrigo Uribe  Gustavo Tabares  Lucia Londoño  Hernán Jaramillo  Gloria Bernal  Kevin García  Luz Aida Valencia  Hoover Delgado  Eduardo Duran  Escuela de Arquitectura (Universidad del Valle)  Facultad de Humanidades (Universidad del Valle)  A todos los amigos y amigas que nos han acompañado y apoyado.  A los autores y autoras que nos han enriquecido con su conocimiento y que han hablado a través de estas páginas.

232


Fernando Calero de la Pava

Fernando Calero de la Pava. Psicólogo clínico, criminólogo, escritor, cineasta y viajero, nacido en Cali en 1950, hijo de Julián Calero y Ana de la Pava. Su oficio profesional ha alimentado su quehacer literario, entretejiendo redes narrativas en torno a la marginalidad, la vida psicoactiva, la pasión desarraigada, el erotismo y la muerte. Doctor en Psicología Clínica del Centro Internacional de Psicoterapia y Psicodiagnóstico (C.I.P.P) de Barcelona, con tesis laureada por su estudio sobre el Test de Rorschach y su uso en las toxicomanías; recibe también el Diploma Superior en Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona (España). Hizo estudios de cine en el Centro de Enseñanza de la Imagen (C.E.I.) de Barcelona.

En su actividad académica ha sido ponente en el Congreso Internacional sobre Legislación y Drogas en San Sebastián, España y psicoterapeuta en comunidades de Bangkok y Chiang-Mai, Tailandia. Fue docente catedrático del área de Toxicomanía en el Centro Superior Jacques Lacan de Psicoanálisis y 233


Psicoterapia de Barcelona. Ha sido conferencista en numerosas universidades del país, columnista y consultor invitado en periódicos, revistas y programas de radio y televisión.

Es por el poemario Memorias de un recluso que Calero de la Pava quedaría finalista en 1986, en el II Premio Iberoamericano de Poesía Juan Bernier realizado en la ciudad de Córdoba, España. Respecto a su universo narrativo, Calero de la Pava demuestra en sus cuentos y poemas que conoce la psiquis humana, esa que lleva al individuo a recorrer los intrincados caminos del inframundo terrenal; como menciona el autor: "Creo que la poesía es un lugar de búsqueda, un acto de conocimiento, una forma de descubrir por medio de la reflexión no únicamente literaria, sino también existencial, filosófica, espiritual".

En 1988 publica el libro de poesía Estigmas, el cual fue ganador de la Fiambrera de Plata en el concurso de poesía del Ateneo Casablanca, en Córdoba, España. Los poemas de su libro Blanca Oscuridad publicado en 1996, empezó a escribirlos en 1982, en Barcelona, complementándolos poco después con los escritos realizados a su regreso a Cali, en 1988.

Premio Jorge Isaacs. Colección de autores vallecaucanos. Mención de Honor, Cali 1996. Ganador del Concurso de Poesía Fundación de la Ciencia Social, Cali, 1994. Invitado como conferencista a las últimas Ferias del Libro del Pacifico Colombiano en Cali y la Feria del Libro de Bogotá.

Sus libros sucesivamente han recibido no sólo el reconocimiento del público consagrado a la temática narrativa del autor, sino a la vez innumerables premios de poesía y literatura. 234


Publicaciones

Obra poética

Estigmas (1988). Blanca oscuridad (1996). Herederos de la noche (1997). Compra un caballo en Estambul (2003). El precio del placer (2005). La nada iracunda (2010) en edición.

Antologías

Nuevas voces de fin de siglo. Epsilon Editores. Bogotá-Ciudad de México, (1999). Verbum. Poetas colombianos. Amparo Romero Vásquez. Feriva Ediciones. Cali, (2002). El quintero de Versalles, Feriva Editores, Cali, (2003). Quién es quién en la Poesía colombiana. Rogelio Echavarria. Biblioteca Virtual del Banco de la República. Bogotá, (2005). Segunda antología del cuento corto colombiano. Harold Kremer y Guillermo Bustamante Samudio. Colección de Literatura y Lenguaje. Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, (2007).

235


Cali-grafías. La ciudad literaria. Antología bilingüe (Español-Francés). Fabio Martínez y Hernando Urriago. Universidad del Valle, Universidad de la Sorbonne. Cali – París, (2008). Literatura al borde del abismo; una opción de vida. Jorge Luis Rodríguez. Bogotá, (2006). Radiografía de un sobreviviente. Revista Roling Stones. Tomas Astelarra. Bogotá, (2006).

Cinematografía

Preproducción de un cortometraje basado en su vida. Direción y Fotografía, Juan Felipe Márquez – Juan Mosquera. Cali-Bogotá, (2010). Preproducción del largometraje, Sobredosis de vida. Dirección, Memo Bejarano; Producción ejecutiva, Edith Valenzuela Guzmán; Producción general, Matices Asociados y Camino de Herradura. Cali, (2008-2010). Su hijo Adriano Calero Valverde realiza cortos cinematográficos basados en sus relatos. Barcelona (2007-2010). Preproducción del largometraje, La voz del pasado. Director, Adriano Calero

Valverde;

Producción

ejecutiva,

Edith

Valenzuela

Guzmán;

Coproducción colombo-española, (2010).

Correo electrónico calerodelapava7@hotmail.com

236


Pedro Gómez Arango

Pedro Gómez Arango. Arquitecto, profesor y escritor, nacido en Cali en 1960, hijo de Tirso Gómez y María Victoria Arango. Graduado en la Universidad de Los Andes (Bogotá); hizo estudios de arte en el Taller Trazo (Bogotá); actualmente es docente de Diseño en la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Valle y profesional independiente.

Sus trabajos han sido publicados en libros y revistas especializados y por algunos de ellos ha sido finalista en concursos y recibido menciones en las Bienales Colombianas de Arquitectura de los años 1996 y 2000. Ha sido invitado como conferencista en La Feria del libro del Pacifico Colombiano, (Cali) 2009.

Además de la arquitectura, es un apasionado por la naturaleza, aficionado al deporte y la practica de yoga, y por otra parte, su curiosidad intelectual e interés personal, lo ha llevado a explorar de manera intuitiva pero 237


también reflexiva, en temas muy diversos que él considera fundamentales para su vida y su quehacer profesional, como: Arte, Antropología, Mitología, Filosofía, Culturas Precolombinas, Historia de las Religiones, Antiguas Culturas del Mundo, Sociedades Secretas, Semiología y Sustancias Psicoactivas entre otros, lo que le ha permitido forjarse una visión amplia y critica de la sociedad moderna y de la civilización occidental.

Publicaciones

Poesía

Todo lo mío es robado (2010). En edición.

Arquitectura

Casa Moderna en Cali (Modelos y Paradigmas). (2010). Libro y exposición; con el arquitecto Pablo Buitrago Gómez. Universidad del Valle. En edición. Oficina para COLENVASES (Bavaria), Bogotá, 1984 – 1985, Revista PROA No. 344.

Edificio LA GAVIA, Cali, 1993, Revista PROA No. 418 y 419. 238


CUARTEL DE POLICIA, Candelaria (Valle), 1994, Libro TESTIMONIO XV Bienal de Arquitectura Colombiana (1996).

Stand EDITORIAL NORMA, Cali, 1994, Revista ESCALA No. 177.

ILUMINACION Y ORNAMENTACION NAVIDEÑA DE BOGOTA 2000 Y SANTIAGO DE CALI 1998, 1999, 2000, libro TESTIMONIO XVII Bienal de Arquitectura Colombiana (2000).

Correo electrónico pedro.gomezar@gmail.com

239


240


241


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.