2 Semana de la Oración

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Parroquia de San Pedro Poveda de Jaén - www.pedropoveda.es

Plan de corresponsabilidad 2014/15: Boletín 2 - 26/10/2014

LA PERSONA es una criatura privilegiada pero con necesidades constantes; depende de Dios, que es quien puede resolver las necesidades. JESÚS invitaba a orar constantemente. Él recurría continuamente a su Padre. San Lucas recuerda cómo un día “les dijo una parábola para mostrar que es preciso orar en todo momento y no desfallecer” (Lc 18, 1). Con su ejemplo el Señor quiere que comprendamos la necesidad de la oración para vivir nuestra relación con Dios. Si queremos ser corresponsables con Dios, si queremos responder a su amor y generosidad, la clave es la oración confiada y agradecida a Dios, especialmente la adoración y alabanza.

«Oración es tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con Quien sabemos nos ama» (Santa Teresa de Jesús)


¿Qué es la oración? Según santa Teresa de Jesús Cuando se ama a alguien, no se puede vivir sin comunicarse La oración es “un trato de amistad”, en donde aprendemos a mirarnos como nos mira Dios, en donde aprendemos a amarnos como nos ama Dios y a amar como Él, en donde descubrimos dónde está nuestro verdadero valor. Dios es un amigo que nos quiere, nos cuida, nos sana y saca de nosotros nuestro mejor “yo” para que nosotros podamos hacer lo mismo y ayudar a otros. Tratar de amistad: orar es hablar con Dios, con Jesús, pero Él mismo nos enseñó que no se trata de hablar por hablar. Se trata de hablar con Jesús para hacer amigos, amigos que se conocen a fondo y se quieren con locura. Es ESTAR, escuchar, hablar, dialogar, mirar, compartir…. “Como habláis con otras personas, ¿por qué os han de faltar palabras para hablar con Dios?... Familiaridad y amistad se pierden con la falta de comunicación” (Santa Teresa) Estando muchas veces: orar no es un ejercicio de soledad. Se está con ALGUIEN que es más íntimo que nosotros mismos, con alguien que siempre está presente… orar no es cosa de momentos aislados, cuando lo necesito, en una emergencia… hay que orar todos los días, porque cuando se ama a alguien, no se puede vivir sin comunicarse. Tratando a solas… solas dos personas… los que se aman… Dios y yo. Para ello necesito silencio, por dentro y por fuera. Centrarnos en una persona que está dentro de nosotros.

“Procuremos estar a solas para que entendamos con quién estamos y lo que nos responde el Señor a nuestras peticiones. Aunque no le oigamos, bien habla Dios al corazón cuando se lo pedimos de corazón” (Santa Teresa). Con quien sabemos nos ama…el amor no se cuenta, se experimenta… Sabernos y sentirnos amados por Dios… “Para aprovechar mucho en este camino de oración… no está la cosa en pensar mucho sino en amar mucho, y así lo que más os despertare a amar, eso haced” (Santa Teresa)


orar? 1 ¿Cuándo Los momentos de la oración. Dios

no hace esperar, más bien es Él quien espera. Podemos orar siempre, pero es bueno tener momentos determinados para hacerlo: al levantarse y al acostarse, visitando al Santísimo por la tarde, después de comulgar, al empezar un trabajo... No debemos olvidar que la Santa Misa es el momento cumbre para alabar, dar gracias y pedir por nuestras necesidades de orar. 2 Modos Hay infinitos modos de orar porque

Dios guía a cada uno por su camino. La tradición cristiana señala como formas principales de orar: La oración vocal. Es la que se realiza también con palabras, como al rezar el Padrenuestro o el Avemaría. La oración mental. La calificamos así porque todo el trato con Dios descansa en la actuación de la mente y no en las palabras; interviene el pensamiento, la imaginación, la emoción... de la oración. 3 Cualidades La oración bien hecha habrá de ser:

-Piadosa: Hemos de acudir a la oración como hijos, porque lo somos. -Humilde: Siempre necesitamos de Dios, y somos pecadores. -Confiada: Él nos ama como Padre, nos fiamos de Él y estamos seguros de que nos dará lo mejor. -Perseverante: Pedir sin cansancio ni desánimo. Puede ocurrir que rezamos mal, o nos portamos mal o pedimos cosas no convenientes.

La oración de alabanza es difícil, pero da alegría “Nosotros sabemos rezar muy bien cuanto pedimos cosas, también cuando agradecemos al Señor, pero la oración de alabanza es un poco más difícil para nosotros: no es tan habitual alabar al Señor. Y esto podemos sentirlo mejor cuando hacemos memoria de las cosas que el Señor ha hecho en nuestra vida: ‘En Él – en Cristo – nos ha elegido antes de la creación del mundo’. ¡Bendito eres Señor, porque tú me has elegido! Es la alegría de una cercanía paterna y tierna”. (Papa Francisco)


4 semanas de co-responsabilidad Según el diccionario de la Real Academia española el término “responsable” proviene del latín “responsum”, variación del verbo “respondere”, que significa responder. Es un adjetivo que se refiere a aquel que está obligado a responder de alguna cosa o por alguna persona; también se utiliza para designar a la persona que pone atención en lo que hace o decide. La preposición co equivale a con e indica unión o compañía. Así pues, el término co-responsable se referirá a aquel que es responsable junto con otro u otros. La palabra “corresponsabilidad” se refiere a la forma en que nosotros los católicos vemos los regalos que Dios nos ha dado. Corresponsabilidad significa hacer el compromiso de vivir una vida centrada en Cristo y no en nosotros. Cuando se tiene a Cristo como centro, tenemos profunda gratitud, justicia y amor para con Dios. A lo largo de las próximas semanas vamos a reflexionar en nuestra Parroquia sobre los cuatro principios fundamentales de la corresponsabilidad Cristiana. Los cuales incluyen:

1. Orar a Dios con un corazón agradecido (26-oct)

La decisión de iniciar una vida de oración es un compromiso profundo que debemos hacer. Para ser buenos corresponsables de nuestra relación interpersonal con el Señor,

debemos dedicar una parte de nuestro tiempo a la lectura de la Sagrada Escritura, a la participación completa en la celebración Eucarística, a las adoración al Santísimo.

2. Alimentar nuestra familia con tiempo y amor (2-nov)

Las familias tienen responsabilidades de corresponsabilidad de gran importancia. Dentro de la familia las relaciones interpersonales deben ser alimentadas; debe abundar el perdón y la reconciliación, y hemos de compartir los valores cristianos.

3. Compartir nuestros dones con la comunidad parroquial (9-nov)

Como cristianos sabemos que nuestros dones, talentos y habilidades, nos han sido dados por Dios para ser cultivados y compartidos con los demás, empezando con nuestra familia y amigos, con quienes nos congregamos para celebrar la Eucaristía, y con el mundo entero; cada uno de nosotros somos una bendición particular en nuestra comunidad cristiana.

4. Devolver a Dios los primeros frutos de nuestra cosecha (16-nov)

El cristiano corresponsable acepta con gratitud el hecho de que nuestras posesiones y recursos financieros vienen de Dios. El dar como ofrenda es la manera en que nosotros los cristianos regresamos parte de nuestros bienes y recursos a Dios.


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