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La muchacha de Lunlunta

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Se reían

Se reían

LA MUCHACHA DE LUNLUNTA

Las uvas están maduras, cumplió su tarea el sol. Es febrero y hay vendimia, movimiento en las bodegas. mucha gente en los viñedos, ha venido a cosechar. La muchacha de Lunlunta lleva el tacho en su cabeza en vez de cargarlo al hombro como otros cosechadores, esta muchacha trigueña de ojos tintos como uvas; lleva el tacho en su cabeza.

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Las mujeres en Mendoza cuando van a cosechar los cabellos se protegen con un rebozo casero hecho de tela y papel. Las de Lunlunta le agregan una almohadilla en rodete en su parte superior. Es costumbre y tradición tan sólo en este lugar Llevar sobre la cabeza el recipiente que todos y en todas partes cargan siempre sobre el hombro.

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Camina erguida en la viña con elegante postura, la muchacha de Lunlunta con el tacho en su cabeza. Hazaña es cargarlo al hombro sin que se caiga un racimo, caminando en equilibrio por el suelo desparejo y subirlo a la cabeza es toda una maestría que sólo se ve en Lunlunta.

Pesa más de veinte kilos, lo ha subido sin ayuda a la cima de su estampa y con paso seguro y firme se dirige hacia el camión, cada verano en Mendoza, cuando voy a cosechar tengo un motivo especial que anima todas mis ganas porque he de volver a verla, porque se que ha de pasar por las viñas de mi tierra con su hermoso caminar la muchacha de Lunlunta con el tacho en su cabeza.

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