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Monstruo

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Se reían

Se reían

MONSTRUO

He estado aguardando la noche en mi escondrijo, luego caminé sediento por oscuras calles solitarias. Como un gato negro, confundido con las sombras tenebrosas de la noche. He llegado a tu morada, en medio de un vendaval, luna llena, sonidos, lamentos lastimeros y horripilantes imágenes de viscosos, seres vaporosos.

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Con hambre y con sed bestia al acecho desciendo del vapor y de la noche, en medio de siniestras opacas, luminarias que la premeditación de mis deseos atenuaron. Es mi obsesión deambular por ámbitos lúgubres; ser amenaza, terror, percibir tus miedos y temblores, ver tus grandes ojos,

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desorbitados de espanto. Ser el peligro, en fin, que se cierne en torno a tu figura.

Te adormezco con caricias de gigante. Te someto a mi abrazo poderoso y armado de palabras rumorosas, como leves rugidos. Me acerco a tus oídos, me deslizo a tus costados, voy buscando tus rincones vulnerables. Luego me enervo en ternura aterradora, salto sobre tu sombra extendiendo mis alas pegajosas, caigo en el centro de tu oscuro sacrificio y como un monstruo erizado de garfios, largas lenguas me devoro tu cuerpo en ligeras cucharadas.

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