Reforzamiento diferencial en el manejo de las emociones

La preocupación de todo padre es que hacer para ayudar a su hijo con el desarrollo de manejo de emociones e independencia. En conductismo aprendemos a separar el individuo de la conducta modificando así el objetivo directamente, la conducta. Toda conducta no deseada o inapropiada que sucede es conducta aprendida y reforzada por el entorno. Para que esa conducta en específico deje de suceder tenemos que dejarla de reforzar y pasar una extinción a través de un procedimiento llamado: Reforzamiento Diferencial. •Identifique las señales que nos indican que “las burbujas en el agua” están apareciendo y que nos dice que “el agua está llegando al punto de ebullición”. Es decir, identificar las señales corporales de nuestros niños que nos deja saber que ellos están a punto de perder el control e indican que conductas no apropiadas están por venir. •Si la identificación de estas señales se hace a tiempo uno puede “bajar la temperatura” removiéndole el estímulo que está causando el cambio en la conducta del niño, o distraerlo con algo de su agrado/preferencia, o si es posible, removiéndolo por completo del ambiente donde se encuentra. •Si estas señales no se pudieron identificar a tiempo, entonces la conducta no deseada/no apropiada va a exponerse. ¿Qué hacemos para no reforzarlas? Es decir que no se vuelvan a repetir. Vamos a usar la estrategia de reforzamiento diferencial.

•Reforzamiento Diferencial es el procedimiento donde las conductas no deseadas se ignoran de una manera planeada y las deseadas se refuerzan con atención. •Toda conducta no deseada debe ignorarse de una forma planeada siempre cuidando el bienestar del niño. Usaremos reforzamiento diferencial con toda conducta excepto: agresión física a otros, autoagresión y destrucción de propiedad. •Toda conducta apropiada debe reforzarse con atención inmediata dejando el orgullo a un lado y eliminando las ganas de querer regañar y corregir en ese momento. La corrección debe hacerse después de haber pasado un promedio de 20 minutos mínimos de calma y donde se vea cooperación y conductas apropiadas. •Sea firme con la consecuencia ya anticipada y consistente haciendo este procedimiento una y otra vez hasta que vea la disminución de la conducta se observe.

Recordemos siempre que para que la ciencia haga su trabajo, es nuestro deber mantenernos objetivos, siempre separando la conducta del individuo. También recordar que toda conducta, apropiada o no, que es conducta aprendida y reforzada por el entorno, incluyéndonos a nosotros como padres, familiares, cuidadores, maestros y/o terapeutas. Es un honor poder servir a nuestra comunidad educando y apoyándolos con un cuidado sin limite.

Isabel N. Mendoza Naim, BCaBA