Informe doblas aretxabala julio 2013 pdf

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PREVENCIÓN DE FUTURAS RECURRENCIAS SÍSMICAS EN LA LOMA DE ÚBEDA CONTROLANDO EL FACTOR ANTRÓPICO QUE AFECTA A LA INTEGRIDAD DE LOS ACUÍFEROS CONFINADOS Miguel de las Doblas1 & Antonio Aretxabala2 1

Instituto de Geociencias, CSIC-UCM, Madrid; 2 Escuela de Arquitectura, Universidad de Navarra, Pamplona

1 de Julio del 2013 Tras seis meses de investigaciones podemos confirmar que existen suficientes evidencias de que las variaciones del ciclo hidrológico en la Loma de Úbeda han estado íntimamente relacionadas con la crisis sísmica de octubre del 2012 a abril del 2013. Nos permitimos presentar este informe con el objetivo de que las autoridades y la población tomen conciencia de la problemática y tengan en cuenta las posibles medidas que sugerimos para la “protección integral de los acuíferos de la Loma de Úbeda”, que podrían atenuar los efectos de la acción del hombre sobre dichas masas de agua subterráneas empobrecidas por explotaciones masivas. No deseamos generar polémica en los municipios afectados, sino ofrecer la información relevante que pueda ser de utilidad para el conjunto de los habitantes. Comprendemos que intentar regular las extracciones de agua en una comarca cuya economía se basa en el regadío intensivo de los olivares constituye una tarea difícil de llevar a la práctica. En nuestro informe sugerimos una serie de medidas que pueden perturbar la rutina habitual y la economía de algunos ciudadanos y sabemos que nuestras ideas no serán bien acogidas por una parte de la población (regantes, industrias derivadas del olivo y/o particulares con piscinas o jardines). Para tranquilidad de los habitante, y una vez analizados los resultados que hemos obtenido, nos gustaría recalcar que no se pueden generar terremotos importantes en la Loma de Úbeda ya que no es una zona sísmicamente activa, no existen fallas potencialmente peligrosas y el mecanismo hidrosísmico que los provoca no es capaz de producir seísmos relevantes (siempre con magnitudes inferiores a mbLg < 4). Somos conscientes de que la Geología no es una ciencia exacta y, en este sentido, nuestra hipótesis de trabajo debe ser considerada como una teoría viable sustentada por datos, pero no deja de ser un modelo que deberá contrastarse con otras propuestas y depurarse con datos geofísicos y sismológicos, a la vez que reconocemos que la naturaleza es mucho más complicada e impredecible de lo que imaginamos. La Geofísica y la Sismología modernas se encuentran en una situación todavía más precaria ya que se trata de especialidades que llevan pocos decenios de experiencia y que a pesar de utilizar aparatos muy sofisticados y muchos datos cuantitativos, desconocen en gran medida las causas de los terremotos y no pueden predecirlos. La revista Science reconocía recientemente que “La bola de cristal de la sismología mundial es muy opaca”, como se demostró en los devastadores terremotos de Japón o Haití donde todas las previsiones que existían sobre los riesgos sísmicos fracasaron. La realidad es que la mano del hombre está lesionando gravemente el medio ambiente y por ello estamos sufriendo consecuencias a escala planetaria como el cambio climático, la subida del nivel del mar, la fusión de los casquetes polares, la progresiva desertización de los continentes, la desecación de los acuíferos sobreexplotados, los terremotos inducidos, etc. 1) RESULTADOS OBTENIDOS Nuestras investigaciones presentadas en el Congreso de la American Geophysical Union (AGU) en Cancún (mayo del 2013) nos permiten identificar 16 relaciones causa-efecto entre el agua y los terremotos (subdivididas en dos grupos), dentro de las características típicas de un modelo hidrosísmico: 1) Particularidades de los seísmos: i) enjambres difusos en ambiente intraplaca sin ningún tipo de alineación preferente; ii) 97% de los mismos son de muy bajas magnitudes y profundidades; iii) marcada periodicidad de los picos sísmicos que permite su predictibilidad (un caso excepcional en el mundo);

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iv) variaciones espacio/temporales de los epicentros e hipocentros de las cinco subseries de enjambres diferenciadas; v) aumento de la profundidad de los hipocentros en las dos series póstumas; vi) 51 % de los seísmos son “hidro-temblores”. 2) Relaciones temporales y/o espaciales entre el agua y la sismicidad: i) los máximos de precipitaciones y/o volumen del Giribaile preceden a los máximos sísmicos de las tres series ocurridas en la zona desde el año 2010: serie de Arquillos (SA; 2010-2011), serie de Baeza (SB; 2011) y serie de Torreperogil-Sabiote (STS; 2012-2013); ii) los llenados del embalse del Giribaile en 2010 y 2011 coinciden temporalmente con las dos primeras series (SA y SB) y parte de la tercera (STS; 2013); iii) el cambio brusco de un año 2012 con fuertes sequías (acuíferos vacíos y Giribaile al 18%) a un año 2013 con intensas lluvias precede a la activación de la STS; iv) los picos de las precipitaciones en el año hidrológico 2013 preceden a los picos sísmicos de las cinco subseries de la STS; v) la duración de las fuertes precipitaciones del 2012-2013 ha sido la misma que la de los enjambres de la STS, con un desfase entre ambos; vi) la crisis sísmica de la STS ha tenido unos máximos periódicos que coinciden con la periodicidad de los picos de lluvias (con un desfase temporal: pico hidrológico seguido de pico sísmico): en este sentido, la tectónica de placas, el empuje de África, la reactivación de fallas ocultas, el rebote isostático, etc., nunca podrían explicar estas peculiaridades; vii) los periodos de ausencia de sismicidad en las tres series (SA, SB, STS) coinciden con momentos de sequía; viii) existen claros vínculos espaciales entre las características hidrogeológicas de los acuíferos y la zona de concentración de los enjambres de la STS; ix) los enjambres de la SA y algunos de los de la STS están espacialmente asociados con los embalses del Giribaile y del Guadalén; x) el conjunto fisiográfico de la Loma de Úbeda está espacialmente relacionado con importantes sistemas fluviales: dos ríos (Guadalquivir, Guadalimar), sus tributarios y 5 embalses. Las variaciones del ciclo hidrológico dependen de factores naturales inevitables y de factores antrópicos que se pueden mitigar: 1) Los factores naturales relacionados con la reciente crisis sísmica incluyen una meteorología contrastada y bipolar (la gran sequía del 2012 seguida de las intensas lluvias del 2012/2013) y factores geológicos, hidrogeológicos, geomorfológicos, tectónicos, etc. 2) Los factores humanos que desestabilizaron la hidrología secular de la comarca incluyen la intensa y descontrolada explotación de los acuíferos (regadío, piscinas, etc.), el llenado del embalse del Giribaile (2010, 2011 y 2013), el defectuoso sellado/cementado de los pozos de regadío, etc. Intentaremos aclarar como el agua es capaz de generar terremotos, siguiendo las premisas de la hidrosismicidad: 1) Según la mecánica de rocas, el agua lubrica las fallas y esto contribuye a disminuir su resistencia al deslizamiento y provocar seísmos. 2) Cualquier aumento o disminución del peso aplicado a una zona de la corteza produce esfuerzos y deformaciones nuevas que la desestabilizan y pueden generar terremotos. En este sentido, existe una sustancia muy pesada cuyos movimientos dependen en gran medida del clima, de la meteorología y de las extracciones subterráneas: el agua. La corteza reacciona ante las variaciones de peso del agua elevándose (cuando disminuye este) o hundiéndose (cuando aumenta). 3) La subida brusca del nivel de los acuíferos profundos produce la compresión, desestabilización y explosión de gases hidruros inestables (metano, sulfhídrico) acumulados en las numerosas cavidades kársticas de los estratos que contienen a los acuíferos confinados, produciendo “hidro-temblores” (los “barrenazos” que describen los habitantes de la comarca). 4) El agua de lluvia que se infiltra a través de las numerosas bocas de riego mal selladas/cementadas produce cascadas internas (de hasta 800 m de desnivel), impactando violentamente contra las oquedades de los acuíferos profundos y produciendo más “hidro-temblores”. Como es complicado hacerse una idea de la relevancia que puede tener el peso del agua extraída de los acuíferos, vamos a poner algunos ejemplos ilustrativos. Los cálculos aproximados del IGME indican que unos 40 Hm3 de agua son extraídos cada año de los acuíferos confinados de la Loma. Esto corresponde a un peso de 40 millones de toneladas, una cantidad nada despreciable equivalente al peso de una manada de 6.5 millones de elefantes o al peso total de los habitantes del continente más poblado del planeta (Asia, con 4500 millones de habitantes).

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El consumo anual de agua para uso doméstico de una población equivalente al conjunto de los habitantes de la Loma de Úbeda (≈ 100.000) pesa alrededor de unos 8 millones de toneladas: esa es la cantidad de alimentos que se desperdician cada año en España (1/3 del total). En relación a los centenares de piscinas que empezaron a llenarse en mayo (con miles de litros cada una), el peso total del agua podría variar entre 5000 y 8000 toneladas (la Torre Eiffel pesa 8000 toneladas). Todas estas consideraciones nos dan una idea de la importancia que tiene el peso del agua extraída de los acuíferos de la Loma, de la misma manera que las intensas precipitaciones habrán añadido un peso considerable a partir de septiembre del 2012. Las extracciones masivas de agua de los acuíferos confinados han causado una notable bajada de los niveles piezométricos en los alrededores de Torreperogil y Sabiote: entre 2001 y 2007 han llegado a bajar 80 m, y durante la fuerte sequía del 2012 se podrían haber alcanzado valores de hasta 100 m. El peor caso corresponde al acuífero Triásico que ha perdido 85% de su capacidad y si se sigue manteniendo este nivel de explotación, el agua subterránea se agotará en 20 años. A pesar de estos datos sobre el pésimo estado de los acuíferos de la Loma de Úbeda y de las evidencias de causa-efecto que existen entre el ciclo hidrológico y la sismicidad, los regadíos intensivos e incontrolados de los olivares han empezado ya en Junio. 2) POSICIONAMIENTO DE LAS AUTORIDADES LOCALES, REGIONALES Y ESTATALES Desde un primer momento, los Ayuntamientos de Torreperogil y Sabiote (en contacto permanente con Antonio) tomaron cartas en el asunto y nos invitaron a dar unas charlas en sus municipìos. A continuación, y tras recibir un informe de Antonio, los Ediles consiguieron que la problemática de la sismicidad en la Loma de Úbeda llegara a instancias políticas superiores y pronto se convirtió en un asunto de Estado: el Ministerio de Fomento a través de la “Red Sísmica Nacional” del IGN nombró un Comité de Expertos para analizar la cuestión, reuniéndose posteriormente en la Diputación Provincial de Jaén. A partir de ese momento el asunto quedó definitivamente en manos Estatales y los responsables políticos locales y provinciales están a la espera de un “informe oficial del IGN” (previsto para Octubre). Entendemos que la hipótesis hidrosísmica que planteamos es controvertida y políticamente arriesgada ya que advierte que la mano del hombre ha sido decisiva en el desencadenamiento de la crisis sísmica, y en consecuencia se tendría que limitar la libre actuación de los de regantes de olivares, de la industria relacionada con los mismos (que representa el principal recurso económico de la zona), además de establecer normas para el llenado de piscinas y el riego de jardines. Los Ayuntamientos implicados tendrán limitadas sus posibilidades de actuación y su margen de maniobra debe ser mínimo, ya que ahora todo depende de las decisiones de instancias políticas Estatales que han tomado las riendas de este asunto. Mientras tanto, organismos Estatales que se encargan de analizar esta crisis sísmica (IGN) y algunos de los Centros de Investigación que participan en el Comité de Expertos (UJA, UGR, IJA/CSIC, IAG, IGME), podrían seguir convencidos de que el ciclo hidrológico no tiene ninguna influencia en los terremotos, a pesar de las evidencias existentes. Las relaciones de causa/efecto son tan obvias que mucha gente en las localidades afectadas ha asumido con naturalidad que la crisis sísmica de octubre 2012 a abril 2013 estuvo estrechamente ligada a las fuertes lluvias de septiembre 2012 a marzo 2013. No existen casualidades en ciencia y en la Loma de Úbeda se observan unas obvias relaciones de causalidad entre las lluvias y sus efectos sísmicos. Nuestro modelo hidrosísmico puede ser más o menos acertado, pero incluso en este último caso parece razonable que el IGN considere la posibilidad de que estas relaciones existan. El hecho de esperar al “informe oficial del IGN” para poder evaluar las medidas de control de los acuíferos que proponemos puede ser arriesgado, teniendo en cuenta que la época crítica durante la cual se gestó la crisis sísmica del 2012/2013 fue el periodo estival del año 2012 (junio a septiembre) con una sequía sin precedentes que vació el Giribaile y los acuíferos (reforzada por la masiva explotación antrópica de los mismos).

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El detonante final de la sismicidad fue un cambio brusco en la meteorología, con fuertes precipitaciones de septiembre a marzo que batirán todos los records de las últimas tres décadas. Creemos que si no se tienen en cuenta las medidas de prevención sugeridas aquí y vuelven a repetirse parecidas combinaciones de factores naturales y antrópicos que desembocaron en la crisis sísmica, no es descabellado especular que para este otoño vuelvan a producirse terremotos y para entonces el “informe oficial del IGN” habrá llegado tarde. Básicamente se trata de evitar que se vuelva a repetir el ciclo de acuíferos vacios (“esponja seca”) a acuíferos llenos (“esponja saturada”) en un corto periodo de tiempo, como ocurrió entre el verano de 2012 y la primavera del 2013. 3) DOS TEORÍAS CONTRAPUESTAS PARA EXPLICAR LA SISMICIDAD DE LA LOMA DE ÚBEDA La teoría sismológica al uso sugiere que los terremotos en zonas activas (San Francisco, Nueva Zelanda, Japón, Chile, etc.) son previsibles pero impredecibles, y se elaboran mapas de probabilidades de recurrencia de los mismos con magnitudes y tiempos concretos (parecidos a las previsiones meteorológicas, pero con plazos temporales mucho mayores). En el caso de la Loma de Úbeda donde no hay fallas activas ni neotectónica conocida, nos encontramos ante dos posicionamientos científicos radicalmente distintos: 1) El “oficial” del IGN que asume como propuesta tradicional que los terremotos de la Loma son imprevisibles e impredecibles ya que no es una región sísmicamente activa, se encuentra en la zona de influencia de las cordilleras Béticas y en consecuencia todo depende de la tectónica de placas, del empuje de África, del reajuste isostático de la corteza, de fallas ocultas que se reactivan, etc. En este sentido la teoría clásica del IGN puede denominarse de los 0P: los terremotos en la Loma de Úbeda no se puede Prever, no se pueden Predecir y no se pueden tomar medidas de Prevención. 2) Por el contrario, nuestra hipótesis hidrosísmica propone que los terremotos en la Loma de Úbeda son en cierto grado previsibles y predecibles y por lo tanto constituyen uno de los raros casos en el mundo en que el ser humano tiene la capacidad de anticiparse a la recurrencia de la sismicidad en función de sus propias actividades que desestabilizan los acuíferos o de las variaciones pluviométricas. Nuestra hipótesis puede denominarse de las 3P: la hidrosismicidad se puede Prever (si se repiten las mismas circunstancias naturales y antrópicas), se pueden Predecir sus ciclos periódicos una vez empezada la crisis (como demostró Miguel en tres ocasiones a través de Facebook) y se pueden tomar medidas concretas de Prevención y protección de los acuíferos de la Loma para evitar la influencia del factor humano. Las implicaciones sociales de las dos hipótesis son radicalmente opuestas: 1) Teoría 0p: no se puede hacer nada: el “informe oficial del IGN” seguramente ofrecerá la habitual batería de datos cuantitativos sismológicos y geofísicos que no tienen en cuenta que en la zona donde se producen los temblores viven personas que sienten y padecen, por la sencilla razón de que la naturaleza es aleatoria y no queda más remedio que soportar sus inevitables envites: esto es totalmente cierto en zonas activas como California o Japón, pero de ninguna manera es aplicable al caso de la Loma de Úbeda donde la hidrosismicidad es manifiesta. 2) Teoría 3p: se pueden tomar medidas para paliar la sismicidad: nuestra hipótesis propone soluciones al demostrar que la recurrencia de estos temblores puede reducirse notablemente si se toman las adecuadas medidas de prevención y control de la actividad antrópica, protegiendo la integridad de los acuíferos profundos. 4) MEDIDAS PREVENTIVAS SUGERIDAS EN ESTE INFORME Teniendo en cuenta los resultados obtenidos que evidencian relaciones de causa-efecto entre el ciclo hidrológico y la sismicidad (siendo el factor humano clave en este asunto), sería necesario plantear una campaña de prevención para controlar la influencia antrópica sobre los acuíferos confinados de la Loma y sus aguas subterráneas. Es significativo que, así como existen datos fiables sobre las variaciones naturales de la sismicidad y del ciclo hidrológico, desconocemos las cifras exactas de las actividades humanas que afectan a los acuíferos.

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Es incomprensible que no exista un censo exacto de los pozos de irrigación existentes (≈ 875), que proliferen los pozos ilegales que nadie controla (≈ 500), que no se conozcan exactamente las cantidades de agua extraídas en la Loma (≈ 40Hm3 al año), que no existan normas para la correcta cementación y sellado de los pozos, que la CHG no informe de los posibles vaciados/llenados “convenientes” del Giribaile, etc. El decálogo de medidas de prevención que sugerimos para proteger los acuíferos confinados de la Loma de Úbeda es el siguiente: 1) Es necesario hacer un recuento exhaustivo de los pozos de extracción existentes (legales e ilegales). 2) Se debe limitar y controlar el caudal de agua que se extrae y convencer a los usuarios de la necesidad de utilizar el agua de manera sostenible, tanto para riegos (mediante sistemas de goteo que funcionen de verdad) como para usos domésticos (piscinas, jardines, etc.). No se deberían abrir nuevos pozos sin una licencia previa. 3) Se debe establecer una norma para que los propietarios de los pozos los sellen y cementen adecuadamente para evitar infiltraciones no deseadas. 4) Se deben solicitar partes regulares a la CHG sobre los niveles del Giribaile y los planes que tiene sobre vaciados o llenados del mismo. Asimismo se deberían obtener informes periódicos sobre la actividad sísmica, hidrogeológica e hidrológica de la zona por parte de organismos públicos como el IGN, el IAG, el INM o el IGME. 5) Vista la importancia que ha tenido el embalse del Giribaile en estas crisis sísmicas, lo aconsejable sería que sus variaciones de nivel sólo dependieran del clima y no de factores antrópicos “convenientes”. 6) Se debería crear un grupo de "voluntarios" constituido por personas de estos municipios que hagan un seguimiento regular de la sismicidad, pluviometría, evapotranspiración, extracciones de agua, nivel del Giribaile, etc. De hecho ya contamos con la colaboración activa de ciudadanos comprometidos que nos facilitan regularmente los últimos datos sísmicos, pluviométricos, etc. (Antonio Jesús Galindo Jiménez, José López Fernández, etc.). Así tendríamos datos sistemáticos para poder analizar cómo evolucionan todos estos factores y se podría prever otra recurrencia sísmica si se vuelven a repetir circunstancias climáticas y antrópicas parecidas a las del 2012-2013. 7) Sería deseable que los ayuntamientos afectados se pongan de acuerdo con otros municipios que también están en la “zona de riesgo” por haber sufrido otros terremotos recientemente (Baeza, Úbeda, Arquillos, Canena, Vilches, etc.) con el objetivo de crear una “zona de protección de acuíferos confinados” (ver figura adjunta). 8) Convendría abrir una página web conjunta de todos los municipios afectados para informar regularmente de los datos que se van obteniendo y para que los ciudadanos puedan aportar sus sugerencias. Hemos comprobado la gran utilidad de las redes sociales a través de las cuales muchos habitantes de Torreperogil y Sabiote nos han aportado datos muy interesantes que no se pueden encontrar en la bibliografía científica. 9) También sería necesario alertar a la población sobre posibles fenómenos premonitorios de seísmos que ya hemos podido comprobar en la zona durante la crisis de octubre 2012 a abril 2013, con las informaciones aportadas por los habitantes: olores fuertes a gases como metano y sulfhídrico (“huevos podridos”), fenómenos lumínicos anormales a baja altitud en la atmósfera, ruidos parecidos a explosiones lejanas o barrenazos, comportamiento anormal de los animales, etc.

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10) A la vista de las innegables conexiones entre el ciclo hidrológico de la Loma de Úbeda y su reciente sismicidad, sería necesario que las autoridades reconsideren intervenciones antrópicas incontroladas que puedan afectar a los acuíferos, como el proyecto del IGME para recargar artificialmente el acuífero carbonatado, los planes de fracking de la compañía Canadiense Oil & Gas Capital, o los proyectos de exploración y explotación que tiene esta empresa al S del Guadalquivir (en el que se supone será el mayor yacimiento de hidrocarburos de España). 5) CONCLUSIÓN La clave para limitar el factor antrópico en la posible recurrencia futura de la sismicidad es que los acuíferos confinados y los embalses no deben ser alterados por la mano del hombre sin un control riguroso por parte de las autoridades. Se trata de introducir poco a poco una “nueva cultura del agua” (como se hizo en Madrid durante la sequía del 2008) mediante la cual la población tome conciencia de que este elemento, además de ser un bien preciado, es también un arma de doble filo y no se puede abusar de estos recursos subterráneos sin sufrir las consecuencias (bajo forma de sismicidad en el caso de la Loma de Úbeda).

ZONA DE PROTECCIÓN DE ACUÍFEROS CONFINADOS

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