NÚMERO
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PERfORMANCE
I S S N 2 0 0 7-2 4 6 5
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NUEVA ÉPOCA AÑO X ABRIL DE 2015
INTERPRETACIONES SOBRE INTERPRETACIONES
RAFAEL ANTÚNEZ ESTEBAN AZAMAR LUIS BUGARINI NINA CRANGLE EDUARDO ESPINA DOLORES GARNICA JOSÉ HOMERO
10 AÑOS
CAMILA KRAUSS RACIEL D. MARTÍNEZ GÓMEZ LUIS RESÉNDIZ LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ VILLALVAZO CONDE DE SAINT GERMAIN RAFAEL TORIZ
LA DÉCADA DE I
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XALAPA COATEPEC VERACRUZ EJEMPLAR GRATUITO
PERFORMANCE
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XALAPA COATEPEC VERACRUZ EJEMPLAR GRATUITO
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PERfORMANCE INTERPRETACIONES SOBRE INTERPRETACIONES
RAFAEL ANTÚNEZ ESTEBAN AZAMAR LUIS BUGARINI NINA CRANGLE EDUARDO ESPINA DOLORES GARNICA JOSÉ HOMERO
10 AÑOS
CAMILA KRAUSS RACIEL D. MARTÍNEZ GÓMEZ
LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ VILLALVAZO CONDE DE SAINT GERMAIN RAFAEL TORIZ
I
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JOSÉ HOMERO
LA DÉCADA DE I
Índice 3
EDUARDO ESPINA
LA DÉCADA DE PERFORMANCE
LUIS RESÉNDIZ
XALAPA COATEPEC VERACRUZ EJEMPLAR GRATUITO
POÉTICA (A LA FECHA DE HOY)
PERFORMANCE
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XALAPA COATEPEC VERACRUZ EJEMPLAR GRATUITO
Le tengo apego a mi
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MAYORDOMÍA DE LOS FANTASMAS
decreto santo-y-seña
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CAMILA KRAUSS
x como a una reliquia histórica, como a un
Esteban Azamar
NÚMERO
I S S N 2 0 0 7-2 4 6 5
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NUEVA ÉPOCA AÑO X ABRIL DE 2015
DIEZ LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ VILLALVAZO
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LA BROMA DE PRAGA RACIEL MARTÍNEZ
INFRUTESENCIAS RAFAEL ANTÚNEZ
EL REGRESO DE UN CLÁSICO JOSÉ HOMERO
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en que reconozco a los míos, a los de mi tierra, igual que en el dejo o acento, o en el uso de tal o cual término, o manera dialectal que me resucitan toda mi infancia.
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LA CATEDRAL DEL UNDERGROUND: DOÑA PANCHA
NOSTALGIA DEL CHUPACABRAS LUIS RESÉNDIZ
DOLORES GARNICA
ESTROBOS
LUIS BUGARINI
NO. 212 SEGUNDA ÉPOCA AÑO X ABRIL DE 2015
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Alfonso Reyes
EL SÍNDROME RIMBAUD
Director General José Homero Consejo de Edición Rafael Antúnez Nina Crangle Juan Carlos García José Luis Martínez Suárez Juan Javier Mora-Rivera Diseño Pablo Moya Diseño de portada Jobanni Díaz Arenas A partir de una manipulación digital de Esteban Azamar Formación Jobanni Díaz Arenas Jefa de Redacción Nina Crangle
RAFAEL TORIZ
UN ALACRANCITO ACORRALADO CONDE DE SAINT GERMAIN
NO HAY HISTORIA SIN TI NINA CRANGLE
Secretario de Redacción Carlos Romero Cartelera, redes sociales y promoción Ezra Crangle carteleraperformance@gmail.com Fotografías Jorge Castillo AVC Noticias Gina Collins Administración Susan y Asociados Distribución César Vázquez
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Correspondencia Av. Murillo Vidal 506, tercer piso Fraccionamiento Ensueño 91060 Xalapa, Veracruz Teléfono (228) 8 178 535 editorialgraffiti@gmail.com periodicoperformance@gmail.com periodicoperformance.blogspot.
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CARTELERA
PERFORMANCE Interpretaciones sobre interpretaciones, publicación quincenal, abril de 2015. Editor Responsable: José Homero Hernández Alvarado. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2014091213313400-101, ISSN 2007-2465; ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Número de Certificado de Licitud de Título y Contenido: 16414. Domicilio de la publicación: Murillo Vidal 506, tercer piso, C.P. 91060, fracc. Ensueño, Xalapa, Ver. Tel.: (228) 8 178 535.Impreso por talleres de Diario AZ, 20 de Noviembre 621, col. Badillo, C. P. 91190, Xalapa, Veracruz. Tél.: (228) 8 121 363. Distribuido por Editorial Graffiti. Este número se terminó de imprimir el abril de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de José Homero Hernández Alvarado.
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EDITORIAL
LA DÉCADA DE PERFORMANCE JOSÉ HOMERO
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on la entrega que tienes en tus manos, querido lector, nuestro periódico Performance cumple diez años de publicación ininterrumpida. Sería fácil y predecible aludir a la vigencia inusitada de un periódico semejante, no sólo dedicado a la cultura sino sufragado por medios propios y exclusivamente publicitarios, en una ciudad y un estado donde no se concibe la vida fuera de las dádivas presupuestales. Sería fácil y predecible ejemplificar que ni aun en la propia metrópoli tal edad es frecuente en los medios impresos culturales. Sería igualmente fácil y predecible mencionar el grave panorama para la cultura y más para los empeños críticos en un país donde el presupuesto cultural en vez de crecer decrece con recurrencia cíclica. Performance apareció en 2005 en un contexto diferente al actual. Se inauguraba el sexenio de Fidel Herrera que a pesar de los dudosos resultados de las elecciones suscitaba expectativas favorables. En el Instituto Veracruzano de la Cultura había sido designada Esther Hernández Palacios, mujer de letras y funcionaria sin tacha, en lo que se interpretaba como un resarcimiento por su salida poco clara durante su primer dirección. La Universidad Veracruzana lucía más afianzada en su vocación humanista con una editorial acaudillada por el poeta José Luis Rivas y su feria del libro listaba entonces entre las cuatro más importantes del país. Era un panorama favorable para la cultura y para la difusión y crítica de la cultura, por lo cual decidí retomar, tras reuniones y meses de planeación con muchos de los aún colaboradores cercanos, no sólo la actividad editorial sino también un proyecto que en su primera encarnación –en 1998– murió por la falta de recursos. Muchas cosas habían cambiado en apenas un lustro. En 2005, no sólo se respiraba un clima favorable, también habían aumentado los espacios privados e independientes. Xalapa no era ya más la ciudad provinciana emburocratizada con apenas un puñado de espacios para las artes. Había tiendas de tatuajes, de cómics, librerías bien nutridas, amplia oferta de cafés, sitios gastronómicos, teatros alternativos, bares
donde podía escucharse diversos géneros musicales, espacios que se formaban como centros culturales con cafetería, librería, foro. Sobre todo surgían nuevos artistas y nuevos actores de inéditas al menos en esta provincia formas artísticas. Se advertía por doquier la emergencia de una nueva generación más libre y al mismo tiempo más informada e interesada en expresarse. Así que tanto en el aspecto institucional como en la floración de pequeñas empresas el año 2005, parteaguas de la década, parecía un año inmejorable para emprender una aventura editorial.
En una década hemos pasado de la esperanza a la desesperación. El ecostistema cultural de nuevo se ha reducido. El gasto público ha menguado en más de un 50% comparado con la década anterior. Las instituciones culturales sobreviven gracias a la generosidad de los creadores independientes y a los subsidios federales, los cuales no sólo se emplean con discreción y sin transparencia, sino que asimismo se desvían del uso original y se pierden en el laberinto de esa boa constrictor que es la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de Veracruz. Veracruz sobrevive sofocado.
La desarición de todas las cosas
Cultura crítica, crítica de la cultura
En esta década sin embargo hemos pasado de las expectativas de una vida posible merced a las obras propias, a los emolumentos por el desempeño creativo y a la oferta de empresas culturales y de estilos de vida alternativos, al cierre paulatino de estas empresas, a la depauperización de otras y a la emigración de muchos de aquellos jóvenes que auguraban un mejor futuro para el ecosistema cultural de Xalapa. Incluso en aquellos años dorados ahora por la nostalgia, los primeros académicos formados en la gestión cultural habían llegado a Xalapa con sus flamantes títulos prometiendo enseñar métodos para la autosuficiencia. Es sintomático que estos gestores se hayan integrado a la academia, emigrado o bien que subsistan no generando recursos merced a sus propios medios sino gracias a los innumerables subsidios que ofrece el gobierno federal –del estatal ya sabemos que nada puede esperarse excepto hostilidad. Se crearon festivales que en su momento suscitaron expectación y cada uno auguraba beneficios económicos al situar a Veracruz como un destino de turismo cultural. Sin excepción cada uno ha desaparecido o se encuentra en la parte más crítica de su existencia. Del festival Afrocaribeño al festival de Salsa, del Hay festival al festival Jazzuv, los festivales veracruzanos desaparecen o se convierten en pretexto para representar de nuevo el concierto que atraiga a las masas y justifique el dispendio y el latrocinio del presupuesto.
Performance nació como un heredero de Graffiti, la revista de cultura que editamos a finales de los ochenta y durante toda la década de los noventa, un puñado de jóvenes y algunos menos –entre ellos nuestro llorado Ramón Rodríguez–, cuya propuesta fue integrar en un mismo discurso las artes habitualmente consideradas cultas y otras que aún padecían de la etiqueta amarillista de popular. Hoy esa batalla es vieja pero en los ochenta pugnamos por abordar géneros tildados de populares con la seriedad del análisis crítico. A diferencia de la mayoría de empresas de corte literario surgidas en provincia, el interés primordial de Graffiti no fue construir un espacio para amplificar la voz creativa de cada uno de los conjurados sino una revista que buscaba construir mediante la crítica un espacio más vivible para la cultura. A su modo, Graffiti retoma la herencia de las grandes revistas culturales de México: de Contemporáneos a Vuelta pero combinándola con la impronta de revistas no menos importantes aunque a menudo soslayadas, como La regla rota de Rogelio Villarreal. En Performance hemos continuado con esa tarea crítica. Entonces y ahora las generaciones de escritores emergentes se preocupan más por la difusión de sus creaciones que por propiciar un espacio adecuado para la reflexión. Cada día nacen más creadores y cada día se forman menos lectores. Por eso consideramos un deber cívico y una tarea intelectual necesaria contribuir a la
recepción a través de la crítica. Performance no es ni una revista de literatura ni una cartelera; busca conciliar el rigor del estilo con la variedad que ofrece la oferta en cultura cotidiana en Xalapa. En esta década hemos integrado a diversos escritores y críticos y aun ahora continuamos sumando nuevas voces que atestiguan la diversidad cultural que nos orienta. Son diez años de vigencia a favor de la libertad. Desde la pequeña trinchera de este periódico se han exhibido los atentados contra la libertad de expresión y la creciente inseguridad así como el hundimiento en la miseria que caracterizan a Veracruz durante el mandato de Javier Duarte. Desde la crítica cultural ejercida por El Diletonto y desde los reportajes de diversos periodistas hemos mostrado la simulación y corrupción de este régimen. Sabemos que sólo recibiremos hostilidad pero también que estamos sirviendo a la construcción de un mejor país. Esa es nuestra recompensa. Estos diez años no se hubieran cumplido sin el apoyo de diversos amigos y colaboradores. Nina Crangle, responsable de la redacción; Rafael Antúnez, Raciel D. Martínez Gómez, Juan Carlos García Rodríguez y Luis Enrique Rodríguez Villalvazo, quienes además de colaborar aportan su sabiduría para enmendar los tumbos de esta nave; Ezra Crangle, responsable de la cartelera desde hace más de seis años. Colaboradores fieles y ejemplares: Rafael Toriz, el Conde de Saint Germain, Omar Gasca, Juan Javier Mora-Rivera, Eduardo de la Torre, Sergio Raúl López, Camila Krauss y en la fotografía Jorge Castillo. No son los únicos colaboradores por supuesto pero sí los más constantes. Vuelvo a manifestar de nuevo mi reconocimiento a Pablo Moya por renovar el concepto de diseño, a Carlos Romero por su trabajo callado pero importantísimo en la redacción, a Jobanni Díaz por su pulso firme y su talento como diseñador cotidiano del periódico. A lo largo de esta década hemos publicado a más de una centena de periodistas, críticos y escritores, a todos ellos, cuyo recuento es en este espacio imposible, mi agradecimiento por su confianza.
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POÉTICA (A LA FECHA DE HOY) EDUARDO ESPINA Foto: José Homero
EL AHORA HA DE SER SEGURAMENTE UN LUGAR SEMEJANTE* (LAS HORAS SIGUEN COMO SI NADA)
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El poeta Eduardo Espina posa como Peter Lorre en Mad Love
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ada vez que puede, el lenguaje toma posesión de aquello que está diciendo. Cada vez que puedo, comparto su credulidad. A partir de ella, todo lo demás resulta posible, incluso la convivencia astuta de las emociones con la abstracción. Parto de una unión asimétrica de ambas para instalarme en el decir, y si no, hacer lo contrario, desdecirme para que el acto de escribir poesía sea parte y núcleo de la suma de refutaciones que caracteriza a sus aspiraciones de constante disidencia, ir siempre en contra de cualquier intento de representación precisa de lo real. No en vano, la poesía está hecha de ingredientes que justifican su predilección por una discontinuidad de intuiciones organizadas, por un plan de indicios que conviven al margen de los argumentos, de los arrebatos elementales. Por consiguiente, en esa ampliación de los límites de la realidad la escritura del poema sobrevive más allá de las conversaciones de las frases y percibe razones, sensaciones y sentimientos que podrían estar al alcance.
En la poesía china se considera un fracaso que el poeta no pueda trasmitir una visión objetiva del mundo a partir de su estado de ánimo. Pero, ¿puede un estado de ánimo ser objetivo? ¿Es la mía una lírica basada en el estado de ánimo del lenguaje? O es, por lo tanto, ¿un cuento chino? La poesía es, al menos hoy, una gran muralla con un agujero en medio, por donde la visión puede colarse y estar más cerca de aquello que la separa. Algo así: alguien mira a través de los ojos del lenguaje –a veces creo que soy yo– para que el objeto no quede indiferente a la contemplación. Escribir poesía implica construir un acceso a lo desacostumbrado, y nada lo es más que el estado de ánimo del propio poeta. A partir de “eso”, lenguaje y poeta pasan a ser mutuamente la mirada del otro (siendo el poema lo que está en medio), para establecer una retórica de comunicación diferente a la que ha dejado atrás. La poesía, eso que mete en el mismo saco al escribir con lo que estuvo antes de las palabras, no tiene otra obligación que
PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
La mirada hace decir a las palabras hablándoles al oído. Aquí descansan mi padre con mi madre, cada uno como ahora son, países separados por cualquier razón a ciegas. Al llevárselos, el zarzagán no siguió un orden alfabético, no terminaron sus cenizas en algún mar –hay uno a mano, por si quisieran– sino bajo el mármol, mar hasta la mitad. Sus nombres vienen del viento en noches como esta, en las demás tienen la valentía de quedarse sin que el aire lo sepa. El silencio les alcanza y sobra para no morir un poco más. Como suele suceder con las horas elegidas por el infinito cuando quedan para el final, la imposibilidad consuela a quienes ha dejado fuera para hacerlos visibles. Aquí descansan, ambos de una vez por todas. La cuerda que los une no está hecha de seda.
salirse de la sintaxis generalizadora para encontrar en lo que no puede describirse un tono, una prosodia, y todo cuanto venga después como algo abrupto sin declarar. “Hoy la mente no es parte del clima”, dice en uno de sus versos finales Wallace Stevens, quien había dicho que “la poesía es un río que fluye a ninguna parte, como el mar”. A ese río a donde las palabras van a nadar sin otro propósito que estar en el agua del idioma no le encuentro un nombre definitivo, pero me lleva a un lugar que no puede ser estipulado, en el cual la dicción actúa por contraste, presentando un punto de vista al que tanto le da ser o no validado por
la realidad empírica, pues su propuesta es emocionar intelectualmente, no mediante emociones convencidas de que tienen un propósito concreto. La poesía es el sonido de ese gran río sin nombrar, el que ha venido desde mucho antes para nacer nuevamente en la escritura que al oír escribo. Su prosodia no tiene deudas con la austeridad. Es un pensamiento que desde lejos se escucha y para cuando le presto atención ya está ahí, culminando todo cuanto pueda decirse a partir de ese momento, fuera del mundo, desplazándose por encima de algo que en cualquier momento puede llegar a ser imprescindible.
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UN PASADO EN CONSTRUCCIÓN (FUE MÁS FÁCIL ABRIR LAS VENTANAS QUE DECIRLO) Lord of happenings, & little things. J. B.
Por algo aprendí a olvidar la visibilidad donde estaba. Siempre hay algún ruido cuando las respuestas fallan. En el mundo esa vez, nada pudo quedar para después. La firma figuraba debajo del parte médico, manera de dar credibilidad en veremos a la última vida de alguien. Hay una fuerza que así funciona, sin oponerse al deseo. No eran los tiempos recíprocos cuando el pasado cedía su voz, y a la salida del teatro Stella había un taxi libre. Ocho y media de la mañana, diciembre 3, a esa hora yo dormía por diferencia horaria, eran cuatro horas menos en la planicie texana, el alma al maldecir lo que vino no prestó atención a las noticias traídas de arrastro, dormía como si fuera lo más seguro para mantener la respiración sin que se detenga ni el reloj por el cual supimos cuándo. La cronología fue interrumpida por el teléfono al sonar, hizo el mismo sonido mientras el mío debería haber sido un número equivocado, wrong number, ya tan repetido apenas el habla escuchada resultaba irreal al otro lado. Hubiera preferido un final menos lógico, esconderme entre las cobijas, decir no soy aquel al que se le ha muerto el origen, que la vida siga siendo lo menos parecido a una historia personal con uno incluido. A lo largo de los días el tiempo va dejando tardes y mañanas por el camino, se acostumbra a ser en cualquier momento la condición que todavía falta para llegar temprano al primer brío que descubra. De aquella aspiración al permanecer para saberlo, vagamente vienen llegando de atrás hacia delante las manchas hechas a manos de un cuadro en otra época, a la fe nada le falta, la figuración es la del rostro desapareciendo en la lluvia iluminada por
error, una actriz escapando de su fárfara inefable, en el boulevard de la memoria varios agregan una fisonomía a la mirada traída de los pelos, no es lo que habíamos pensado a la hora del almuerzo, un rato antes, cuando el médico dijo, de esta se salva. Oímos que lo llamaban por los altoparlantes, era su apellido uno similar a tantos, aunque no fuese él, quien viene y dispone como le da la gana es el “Señor de los acontecimientos, y pequeñas cosas”, en el verso de John Berryman está escrito en inglés.
ENCONTRADO ENTRE LOS APUNTES (LA TRISTEZA DA GANAS DE NO HACER NADA, Y ENTONCES ALGUIEN ESCRIBE)
Apetece un no sé qué que se halla por ventura –le pertenece a San Juan de la Cruz, y hay quienes lo han aprendido de memoria– “Un promedio de por medio”, “Una causa que no se anima a dejarle el desconocimiento a otros”, o, la próxima vez que vaya a verlos, llevaré “Una flor, para que no todo sea lo mismo”. (Por no haber autoría o recuerdo alguno de alguien antes de mí, esto debo de haberlo escrito yo, como también la antepenúltima vocal de la palabra nada.) Caía la noche para ser echada de menos. (Primer verso del poema “Narciso en pose de idilio” perteneciente al libro La caza nupcial, 1992, en cuya portada aparece mi nombre. Por lo tanto)
* Del libro inédito Todo lo que ha sido para siempre una sola vez. Poemas ante la muerte del padre y de la madre.
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Foto: Laura Gutiérrez Cinta
CRÓNICA
LA BROMA DE PRAGA RACIEL D. MARTÍNEZ GÓMEZ
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n gigante sueco y un psicoanalista esloveno conducían sendos taxis de lujo en el corazón de la Ciudad Vieja en Praga. Los taxis no eran de los amarillos, como recomendaban sinceramente los folletos de las agencias de viaje. Ronald Niedermann venía de Estocolmo, Suecia, huyendo de Lisbeth Salander; portaba un suéter de paca blanca con cuello de tortuga y encima una chamarra de piel oscura que daba la sensación de estar a punto de reventarse. Mientras que Slajov Zizek, cansado de ser un redactor multitask, llevaba puesta una gabardina azul, decolorada, un chaleco guinda de estambre y una camisa mostaza diluida del cuello, y venía de Liubliana, Eslovenia. Niedermann y Zizek veían a los turistas que compraban en las tiendas de marca como Gucci y Cartier en pleno corazón del barrio judío. Aparte de las bolsas de diseño, las cámaras fotográficas y la compulsión por caminar sin un proceso mimético adecuado, Ronald y Slajov sabían a la perfección quién llevaba en la frente una tarjeta que dijera “¡Estáfame!”, como esas que se utilizan en las llegadas de los aeropuertos para identificar al huero visitante. Y a eso se dedicaban en un cuadro de la ciudad checa en donde, de pronto, cualquiera puede transformarse al amanecer, y sin razón, en un bicho. Mi esposa y yo veníamos del Hoffmeister, hotel spa que se ubica a un costado del Castillo. El paseo nocturno no tenía ningún inconveniente, y menos en fin de año, donde el frío empezaba a apretar a las parejas de guiris que insistían en conocer los meandros del río Moldava en sus insólitos rincones góticos, como si fuesen protagonistas de una escena onírica de Brian de Palma en Misión imposible. Sí, veníamos del Castillo, de ver la pequeñísima casa de Franz Kafka en la Callejuela del Oro número 22, y nos disponíamos a disfrutar del Teatro Negro. Los boletos los compré a Pavel Nedved, quien entusiasta me sugirió en inglés que de una vez los adquiriese porque en taquilla luego ya no alcanzaría. Le creí. Además me distraje de su discurso al ver la chamarra de globo italiana,
negra, fresísima, que se ponía en la banca de la Juventus. De tal forma que no precisé el lugar de la función. Me confié entonces y nos dimos la oportunidad de registrar unas postales fotográficas con la ipad y los teléfonos celulares. Las tomas eran con el Puente Carlos de fondo. También estaba emocionado por las gárgolas de la iglesia de San Vito, por el Judas que perdía la lengua a manos del Diablo, pero sobre todo por la compra de un golem tamaño miniatura. En efecto, adquirí un golem de metal, un mito de escasos cinco centímetros –diametralmente opuesto a lo imaginado–, que se le mueven piernas y brazos, en Kolos Alchemist, que se unía a otro golem que compré de arcilla y a un librito que explica la leyenda del rabino Lowe. Digamos de paso que estos golem se integran a una colección donde está un Tláloc de trapo folclórico y un triceratopo de lana rosada confeccionado en San Juan Chamula, Chiapas. Inclusive pasamos de rapidito a la tienda de chunches de la Fundación Kafka para diagramar eventuales compras de pánico que incluían una bellísima edición bilingüe de La Metamorfosis e infinidad de bromas de Fun explosive jugando con la identidad intelectual de la región. Teníamos tiempo de sobra para recorrer los escasos cien metros donde, según yo, estaba el teatro. Cuando llegamos al foro, una casa vieja con equipamiento moderno, el taquillero a señas me dijo que allí no era la función sino en otro lado. Y sólo restaban cinco minutos. Lo fácil: tomar un taxi –que fuera amarillo–; pero, lo complicado: como toda cascada de mala suerte, no teníamos dinero para pagarlo, pues todo lo cubrimos con tarjeta (como el excelso abrigo Boss que me costó menos de cuatro mil pesos). De pronto no había cajeros, ni uno, en la calle de las más prestigiadas marcas de la moda europea. Bueno, había uno, escondido, que nos dio, por cierto, puro billete de mil coronas. Por fin vimos una luz al final del túnel y corrimos por el dichoso taxi que no era amarillo sino negro. Ahí estaban Niedermann y Zizek, que recién había llevado a Olga, la musa preten-
PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
De día, en el puente de piedra [puente de San Carlos, Praga vieja]
diente de Nathan Zuckerman, ya vetarra, a una orgía con exagentes del estado estalinista de Checoslovaquia. Las manazas de Ronald infligían temor: rubio todo, casi albino, con ceja oscura. Mejor nos subimos con el venerable Zizek que, de cualquier manera, también era chofer de un taxi negro de lujo. Daba igual. Ya para esto teníamos el tiempo encima y no queríamos desaprovechar la ocasión para conocer el Teatro Negro. Le indiqué la dirección y Zizek, calmo, tomó el apunte y la escribió en el tablero de su GPS que lo detectó de inmediato. Sospeché todo cuando salió por la sinagoga de la zona de Ciudad Vieja y vi como ráfaga el café Savoy. Pensé que nos raptaría el filósofo y que nos llevaría a la periferia para sufrir una pesadilla tipo la cinta Hostal o que se pondría a leernos algunas críticas a Hegel y Lacan y nosotros en actitud de Naranja mecánica de Stanley Kubrick. Sin embargo, dio vuelta y en tres cuadras ya estábamos pasando por Rodolfium, donde tocan a Mozart, uno de los hijos adoptivos predilectos de la República Checa. De lado derecho alcancé a notar el pórtico del puente Carlos y viró Zizek a la izquierda en la siguiente cuadra, con el GPS nos puso en la calle Narodni, vimos el Teatro Nacional, alma máter de la ópera, y nos detuvimos en una modesta placita como si fuese el pasaje Enríquez, en cuyo subterráneo daban la función de Life is life. Le pregunté a Zizek cuánto era la tarifa y me dijo que quinientas coronas. Me vi entonces en un callejón: saqué un billete de mil coronas y se lo puse en la mano. De su gabardina desgastada sacó una cartera, con todo sigilo la revisó y tomó un billete, de quinientas, mi cambio. Era café la cartera.
Zizek volteó y me miró a los ojos. Me entró la duda si era el verdadero intérprete de la vigilia de Hitchcock. Me pareció que más que a Zizek al que tenía frente a mí era Emir Kusturica. Tenía el cabello sebocito, como el director de Tiempo de gitanos después de entrevistar a Maradona. Recordé una foto del popular Zizek donde sus ojos tristes rimaban con la barba oblonga y desaliñada. El taxista de marras tenía una mirada más de mafioso de 8mm. Y hasta pensé que no tenía barba. Puso en mi mano el billete de 500 sin dejar de mirarme. Le sostuve la mirada para que no oliera mi miedo. Sólo advertí de reojo el número 500 del billete y lo introduje en mi cartera, también café. Le di las gracias y me centré en correr para disfrutar la función de Teatro Negro, en donde no había ni veinte personas para un espectáculo perfecto de luces fosforescentes. En medio de los pasajes de Life es life, pensé en la bondad del universo que nos propone el director de El gran Hotel Budapest, Wes Anderson, y en que a mi padre le gustaba mucho Stefan Zweig –y me puse a leer Fouché–. Y al mismo tiempo hice mi cuentita: de la zona de Ciudad Vieja al teatro en la calle Narodni son, cuando más, diez cuadras entre chicas, medianas y largas. En tiempo hicimos siete minutos. Las coronas valen como la mitad de los pesos. Es decir, pagué 250 pesos por una corrida de, ¿qué te gusta?, ¿ochenta o cien pesos? El espectáculo recuerda muchas técnicas visuales que permiten suplir la carencia de recursos de producción. Se trata de una base técnica que instauró el mismo George Meliés, que con sus selenitas en Viaje a la Luna, dejaba en claro la utilidad de la caja negra. Se trata de un orden físico tremendo
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José Resero
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El Judas deslenguado en la catedral. Junto: la gran K de Praga: el museo Franz kakfa.
donde la palabra queda atrás. Eso nos fascinó del Teatro Negro: la tarea muda para un decir vasto. Asimismo, también recordé los dibujos de Kafka, sobre todo el escritor tendido en un escritorio, que no era otra cosa que Teatro Negro. Max Brod tituló varios de los dibujos de Kafka como “marionetas negras que penden de hilos invisibles”. Por ello decidimos olvidar el incidente que nos demoró la llegada al teatro de la calle Narodni y nos fuimos a cenar a un restaurante italiano en el puente que nos conecta a la zona del castillo. En el restaurante nos sirvieron una deliciosa pasta con mariscos y de fondo musical teníamos a Billy Joel, que siempre se aparece sin pedir permiso por estos lares de un Oriente socialista prohibido anteriormente para el género del rock. Los alimentos y el vino nos dieron todavía energía para un paseíllo antes de llegar a las faldas del castillo. Las embajadas, con sus antiguas pero súper cuidadas construcciones, contrastaban con la maraña de tejados de Ciudad Vieja, encimados, como conectados secretamente, órganos de cemento y chimeneas que se amontonan como escenografía inclinada del expresionismo alemán. Toda la estética de El gabinete del doctor Caligari se entiende aquí, en una ciudad con un barroquismo cabalístico que tiene que ver con una lucha de resistencia entre la historia, la economía paupérrima, los tiranos, el imperio, el absurdo régimen comunista y la propia resistencia al clima inmisericorde cuando se trata del invierno. Al otro día, muy temprano, fuimos a la casa donde nació Kafka. En la antigua calle de Niklas la casucha de dos pisos estaba en los bordes del gueto de Praga. Ahora hay un café y enfrente, en las noches, venden vino caliente sabrosísimo, con aros de pan azucarados también sabroso. Por su cercanía, los cronistas de Praga presumen que la casa de Kafka en algún momento funcionó como sede de la prelatura de los benedictinos eslavos que tenían su iglesia muy cerca, a una cuadra y media: la iglesia de San Nicolás. Para no variar, siempre que viajamos le compro un rosario a mi madre. De palo de rosa, de plástico, salpicados en plata, o de lo que sea, el chiste es que ella se sienta satisfecha con tener algo sagrado del lugar. Así como yo busqué incunables de Kafka, pues ella igual con sus rosarios. La iglesia de San Nicolás no exhibe las riquezas de una casta eclesiástica, es muy modesta en relación con el resto de las iglesias en Praga, sobre todo si la comparamos con la que se encuentra dentro del Castillo. En San Nicolás compré los chunches
religiosos y entonces pagué con los billetes de coronas. El señor que me recibió el dinero me señaló que no quería el billete de quinientos que Zizek me había dado de cambio. Me tomó el de mil coronas y me dio a su vez vuelto. Salimos con tiempo suficiente para conocer otro lugar que habíamos reservado precisamente para concluir nuestro viaje. El vuelo de avión a Madrid era a media tarde y teníamos que irnos después de comer. Y nuestro último destino era el cementerio judío. Para ello iría cuando menos con dos prejuicios. Uno, recordaba esa figura de cejas tupidas y en general de aire mefistofélico del rabino de Un hombre serio, de los hermanos Coen, donde para concluir el periplo del rito inicial de Danny Gopnik, un joven, le recomienda escuchar el disco Surrealistic pillow, de la banda psicodélica Jefferson Airplane. Y un segundo, quizá menos incorrecto pero igualmente pantagruélico, lo hallé en El cementerio de Praga, la novela
de Umberto Eco. El erudito italiano nos plantea en Simonini a un personaje, genial impostor, capaz de crear cualquier documento apócrifo. A lo largo de la novela Simonini nos muestra el lado antisemita del piamontés con singular finura. Fue entonces que se me reveló todo en este encuentro sumario. Visitaría el Cementerio… pero habría que pagar 300 coronas y 50 por el derecho a sacar fotos. La fila era extensa y no avanzaba. No me explicaba cuál era el motivo de la tardanza. Cuando me tocó mi turno me enfrenté a un personaje marginal del libro de Eco. La encargada de la librería Beaune era la misma que me atendía. Una vieja arrugada, “vestida siempre con una inmensa falda de lana negra y una cofia que parecía la Caperucita Roja que, afortunadamente, le tapaba una mitad de la cara”. Era una mujer cuarteada por el tiempo. Estaba por supuesto encorvada y dirigía su cuello como ave de rapiña. Lerdamente me pidió 600 coronas. Saqué mi cartera e intenté ocupar mi billete de 500 coronas que me dio Zizek. La anciana alzó la mano y estiró su retorcido dedo índice y lo hizo moverse en dirección pendular para frenarme. No, ese billete es falso, me dijo. Es extranjero. No es checo. No son coronas. Su billete es de Bulgaria. Y como no tenía más coronas ni aceptaban pago con tarjeta, fue un instante donde resumí la estafa de Zizek. Lo de menos era cuán caro me habría cobrado la carrera del taxi. Más bien me había robado por completo mil coronas al darme un billete de 500 lev, la moneda búlgara, que carecía de valor en las casas de cambio. Debí haber pensado en el color de los taxis. Niedermann y Zizek sabían de lo que estamos hechos los turistas. De en balde me había servido la lectura de las obras completas de Milan Kundera, quien narra en cuentos la manipulación a los dirigentes del partido a través de los horóscopos. Nada es lo que parece, sostiene Eco. En la tierra de Kafka, insisto, cualquiera puede amanecer como un bicho raro. Y ni un golem se salva de esta paradójica, oscura, misteriosa y cabalística ciudad. Vaya, ni siquiera el cementerio judío, que no llegamos a conocer por culpa de esta broma de Praga.
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MAYORDOMÍA DE LOS FANTASMAS CAMILA KRAUSS
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En venteadas que resucita el dolor dulce y resbaladizo de los fantasmas* no son huraños ni parecen tristes en una zanja donde cantan aleluyas, el toronjil y los oréganos [silvestres flotan limpios los fantasmas tras lomita los cadáveres como soncle y los gusanos comen, y los insectos desovan crías de membranas tornasol la lluvia trabaja su deshuesadero de autopartes coloridos, los chatarrales desde la curva en el zanjón los fantasmas se miran con miradas habitadas entre ellos se reconocen su huella sin sangre, sin pus su huella sin líneas dactilares sólo su inconfundible dolor, el espanto barbechan y se consienten, son los favoritos de entre otros [purgatorios parecidos su redención es la custodia de un águila calva saben que los naguales existen y se confunden etéreos los muertos esperan por un agua con ranas por el sereno sin lloros fantasmas solitos en su zanja, su páramo límbico, mayordomía rural los fantasmas flotan en la dualidad de sus zodiacos: piscis, capricornio, tauro,
rata, mono, jaguar, quetzal… los huesos por sí solos no escarban, de sí se pulen en blancura las uñas, el pelo, la sangre coagulada estallan moléculas invisibles que intensifican el pitido de un tren entre [las sienes sonido que revive y no devuelve nada a su resuello, lágrimas que [enjuagan huesos muertos de las metáforas, pajarerío los testigos tienen un corazón de tedio y de impotencia o ya no tienen corazón para cuando la guerra termina los fantasmas no son huraños no se urgen ni se desviven, no los hiere la venganza su tregua no es una dádiva, ni una estrategia fantasmas replicantes, no contagian cólera o histerias virulentas fantasmas solos que no se le hincan al secuestro del insomnio ni se le arrastran, ni le temen ya al plomo el dolor dulce y resbaladizo de los fantasmas entra en los alambritos minúsculos de una pequeña máquina en el alfabeto desordenador de las palabras: paz barbarie en los arriates de la ciudad desmadrada mordiscos del óxido por todas las carreteras de un país dentelladas de furia criminal mandamiento: nadie está libre de la seductora tentación de herir por la calma que no se pudra el recuerdo que tampoco olviden las palomas sucias de las plazas negras… “naranja dulce/ limón partido/ dame un abrazo que yo te pido”.
PERFORMANCE EN LÍNEA
WWW.PERIODICOPERFORMANCE.COM MUY PRONTO EN TUS PANTALLAS PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
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ARTÍCULO
DIEZ
LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ VILLALVAZO
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n los más recientes diez años transcurridos hemos sido deponentes de la transformación, no sólo del contexto político social y de seguridad del país y del estado, sino de la forma en que el lenguaje ha ido perdiendo su carga semántica a fuerza de repetir palabras o recurrir a conceptos que acaban roídos hasta que su esencia se diluye en este inmediatez líquida que nos consume. De igual manera, este decenio ha parido una nueva jerga que se ha ido incorporando al imaginario colectivo y que de a poco hemos subsumido dentro de la normalidad léxica de los hablantes de este país. Son diez los términos aquí descritos, que pueden dar un bosquejo de lo que se dice líneas arriba. En el centro de ese microcosmos se encuentra impunidad, de ella se hace bandera y centro para justificar el estado de las cosas; de tanto oírla, leerla en análisis, columnas e incluso en informes de entidades supranacionales como la ONU, ha acabado por no significar casi nada, su repetición acaba por blindar a quien se acusa, inoculándolo contra cualquier cosa que pudiera haber representado. De la impunidad abreva la corrupción, relación simbiótica que incluso el propio Enrique Peña Nieto se declara incompetente en la materia para resolverla. Es cultural, dice. Y hay quien se levanta para rechazar sus dichos, señalando que ello es prohijarla; hipócritamente se llama “al ladrón, al ladrón” mientras se extiende la mano para ofrecer o recibir una dádiva, cuando desde los espacios periodísticos se enderezan campañas a modo, o en los reductos de la alta cultura y la academia se zurcen acuerdos al gusto. El que se ríe se lleva, y el que se lleva se aguanta.
El Estado como ente público está hoy en extinción. En los discursos vacuos de los políticos se acude al término como quien sumerge la mano en las pilas de agua bendita, hoy obsoletas en iglesias ante el criadero de gérmenes que representaba, buscando en él un asidero inexistente. Estado fallido resuena en los análisis de inteligencia y se levanta la guardia y el patrioterismo
hincha pecho para rechazar al masiosare, ese extraño enemigo. El término perdió su esencia, su sentido. Ciudadanía. Ajenos al concepto, nos llamamos ciudadanos sin entender a cabalidad de qué va la cuestión. Cabalgamos anodinos en los lomos de la desidia. México es uno de los países en Latinoamérica con el más bajo índice de confianza interpersonal,* lo que debilita el tejido social y en consecuencia la calidad de vida democrática de un país cada vez más abúlico. Un país con una baja confianza interpersonal es incapaz de lograr acuerdos. Desde el advenimiento de las redes sociales, se ejerce la ciudadanía desde el teléfono celular o la computadora, replicando mensajes e insultos sin que estos tengan un real impacto en las condiciones de vida del país. Democracia, Borges la consideraba una superstición; Chomsky señalaba hace catorce años, cuando el EZLN marcaba la agenda política, que en América Latina se vivía (y se vive) en una policracia donde “se le asigna al público el papel de espectador, no de participante. Su función en un sistema democrático formal es presentarse de vez en cuando a marcar una boleta –lo que en la práctica es seleccionar entre sectores de las clases privilegiadas- y regresar a casa”. Es una entelequia y en esa medida su realización como vocablo nace muerta, no hay una vinculación directa entre el término y su realización objetiva en la cotidianidad. Libertad de expresión. En los últimos años se ha escrito tanto sobre la ella y los muros que se pretenden construir desde las esferas del poder para acotarla. No obstante, es en los últimos años cuando el ejercicio de la libertad de expresión en este país ha tenido su mayor crecimiento, no gracias, cierto es, a la buena voluntad de autoridades de los * Un 72% de las personas considera que no se puede confiar en otras personas, según datos del Informe País de la Calidad de la Ciudadanía en México, publicado en 2014 por el IFE. Curiosamente, los niveles de confianza en las personas decrecen en las entidades ubicadas en el centro y sureste del país, mientras que en los estados del norte y occidente esta está por arriba de la media nacional. El bajo nivel de confianza en las instituciones se refleja en la disminución del porcentaje de confianza interpersonal de los ciudadanos.
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Diversas portadas de Performance
tres órdenes de gobierno, ha sido un espacio ganado con base en el actuar responsable de verdaderos periodistas investigadores, de ciudadanos que ejercen en forma activa su condición, y no producto de la protesta o el golpeteo mediático que actúa bajo intereses económicos y de grupúsculos de presión.
ria, y conversaciones en voz baja, como evitando su invocación en una especie de conjuro infantil.
A la par, el sustantivo periodista ha venido sufriendo el deterioro propio de la profesión convirtiéndose en reducto de oportunistas, que han hecho de ella un mecanismo de extorsión, cuarto poder tan corrupto o más que los otros tres que, se supone, delimita.
Un texto que pretendía ser celebratorio de una década de esfuerzo continuado (Performance cumple diez años), salió un reproche, una mirada en el espejo que reproduce un rostro que quisiera no reconocer como propio pero que es el mío.
En este decurso, hemos subsumido como parte de la normalidad discursiva una triada que, estridente, obtuvo carta de naturalización y parecemos condenados a padecerla. Desaparecido, levantón y ejecutado son quizá la representación más acabada de la violencia desencadenada y reproducida hasta el adormecimiento en imágenes y discursos, en medios de comunicación, altavoces que dispersan su mala-
Son diez términos, apenas palabras pero que representan mucho de lo que hoy le duele a este país, ese que parece que algunos apenas descubren que está jodido.
Aunque no todo es gris o marrón, el empeño puesto en empresas como la que conduce José Homero, le da tonalidades de selva, de trópico (“Trópico, ¿para qué me diste / las manos llenas de color? / Todo lo que yo toque se llenará de sol”), nave de los locos que se mantiene a flote a pesar de adversidades económicas y desinterés de los entes públicos, quizás en ello radique su éxito y de ello abreve la necedad de quien la impulsa. Brindo por eso.
INFRUTESENCIAS* RAFAEL ANTÚNEZ
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POSEER ES TRAER HACIA SÍ Poseer es traer hacia sí; desear es salir de sí. El ojo que mira la fruta busca poseer su carne, su aroma, la suavidad de su piel y su deseo lo hace inconforme: busca sus secretos y los frutos le otorgan nuevos frutos, revelan ante sus ojos su dulce intimidad. Frutos del deseo, pero también de la entrega, las imágenes que las frutas evocan en nosotros, las imágenes en que han devenido, sin perder su sustancia, nos recuerdan que el deseo, que en unos casos es hermano de la soledad, de la “soledad ardiente”, es en otros una senda, un puente que nos acerca, que nos reúne, y que, así sea por un instante (eterno y luminoso), nos hace uno con el mundo.
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Mujer barbada en el circo de los frutos, el kiwi, bajo la piel, es pura pulpa, pura fragancia, pura aspiración a la caricia.
CANCIÓN DEL ABEJORRO No soy digno del jardín, pero lo habito. En fugaces relámpagos fundo mis reales, me paseo por las frondas. Mía, por un instante, es la flor, míos los frutos, los rincones umbríos... Yo, el indigno, el que no labra ni brilla; así sea por un instante, soy el dueño del jardín. ***
Del esplendor a la herrumbre viaja el fruto a la velocidad de nuestra vida: el niño alza la mano hacia el higo, el hombre lo corta, el viejo lo come. El niño lo corta, el hombre lo siembra, el viejo lo nombra. El hombre lo mira, el niño lo muerde, el viejo recuerda. El viejo lo sueña, el niño lo olvida, el hombre lo escribe. ***
Kiwis de barba hirsuta y de nobles y dulces entrañas, la delicadeza de su carne fresca y tierna no conoce resistencia, es pura entrega generosa. En mi infancia no había kiwis, la breve tonada de su nombre no llegó a mis oídos sino mucho tiempo después. En mi infancia había ciruelas, jinicuiles, nísperos que, junto con los tordos, comíamos hasta hartarnos; plátanos dominicos que de puro dorados parecen hijos del sol, pero no había kiwis, grosellas de la china, como casi nadie los llama… PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
Yo también hablo de la pomarrosa, esa fruta que, más que al paladar, hechiza al olfato. La sola mención de los limones o los tamarindos hace que la boca se me llene de saliva, pero si digo pomarrosa, su aroma, o el recuerdo de su aroma, invade mi nariz: tierno, obsesivo, sensual… su perfume me embriaga, su carne delicada a qué sino a las rosas podría evocar. Decir pomarrosas es como decir niebla, terciopelo, nube clara, pétalos, perfume encarnado… El vendedor de frutas tira de su carrito cargado de pomarrosas y es como si llevara tras él un jardín de ciegos, hecho sólo para aspirarse. El perfume construye flores imposibles en el pensamiento, frutos milagrosos cargados de nieve y fuego que se deshacen en la boca y renacen en el aire.
EL AROMA DE LOS NANCHES Estos son los nombres del Byrsonima crassifolia que nosotros llamamos nanche: indano, nanchi, nanche, nance blanco, nancite, nancito, chaparro, chaparro de chinche, chaparro de sabana, chaparro peralejo, chaparro manteco, manteco, manteco sabanero, manero, crabo, marushi, maricas, maricao cimarrón, cimarrón, peralejo, peralejo blanco, peralija, changugo, tapal, yoco. Nadie que lo haya comido u olido podrá olvidarlo. Yo lo olí por primera vez una mañana de bronce de 1964. Hacía calor, mucho calor. Me recuerdo –como en un sueño– ir tomado de la mano de mi madre. Nos recuerdo llegando a la casa de mis bisabuelos un mediodía sin sombras inundado de sol y entrando en esa habitación llena de flores y humeantes veladoras donde yace –sobre un mesa– el cadáver de Mamá Sofía. Era como estar sumergido en una alberca de niebla candente, tratando de permanecer inmóvil entre el ir y venir de sollozantes y enlutadas mujeres. Hay una voz que –imperiosa– susurra: “despídete de tu abuela”. Y yo –con mis cuatro años a cuestas– avanzo entre la gente y me detengo ante el cadáver del que sólo asoman las manos y el rostro de Mamá Sofía. Mi mano –pequeña, tímida y morena– toca su mano –regordeta y blanquísima y helada–. Porque increíblemente
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estaba helada. En mi recuerdo salgo a un patio en busca de aire limpio y ahí me golpea –como una ola– el salvaje aroma de los nanches – tibio y lento como el aliento de un tigre– y para mí imposible de desasociar de la muerte.
EL GAMBUSINO
Níspero: tanto en armenio como en turco literalmente significa “nuevo mundo”. Wikipedia
Soy Era Fui un gambusino que afanoso buscaba el oro de los nísperos en competencia con los tordos. Fue Era una aventura cubrir el largo trecho de mi casa a los huertos vecinos a la estación del tren, cruzar las alambradas, oír el largo y agudo silbo de las locomotoras, sus crujientes traca traca...
Era Fui feliz bajo las frondas en busca del árbol más tupido y reluciente. Encaramarse en su tronco y empezar a elegir los frutos gordos y relucientes como pequeños odres cargados de oro y miel. Fue Era una delicia ver desde esa altura cómo el almíbar de la mañana se derramaba por todas las huertas dorando las frondas y haciendo más frescos y más umbríos los rincones. Gordas avispas, llamadas barrilitos o maribombas, cruzaban el aire zumbonas y veloces. A su paso permanecía inmóvil y en silencio, apretando contra el pecho mi dorado tesoro, pues les temía más que al viejo que cuidaba con desidia los huertos. Sus blasfemias, amenazas y falsas iras eran motivo de mofa más que de temor, sus viejos y cascados gritos acaso sólo eran un aviso de que ya era hora de partir: vamos, gordo, a fecundar tu gorda vamos, sordo, a fecundar tu sorda vamos, tordo, a fecundar tu torda. *Fragmentos del libro inédito del mismo título.
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ENSAYO i ARTE
EL REGRESO DE UN CLÁSICO JOSÉ HOMERO
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a leyenda es consustancial para nimbar con lauros de oro la efigie de ciertos artistas. En el breve periodo de una década, entre la segunda mitad de los años ochenta y la primera mitad de los noventa, uno de los pintores que se perfilaba como perdurable era Esteban Azamar. Nacido en 1954, en Minatitlán, Veracruz, el artista había demostrado firmeza y levedad en el trazo siendo a la sazón un gran dibujante, además de un don para componer obras que si figurativas inducían a un orden simbólico. Era claro que para Azamar el acto pictórico no constituía una sencilla representación del orbe cotidiano ni una asimilación nostálgica del neoclásico sino un orden en el que cada elemento poseía un secreto susurrando sibilino al espectador. Una composición plástica que participaba del encuentro entre elementos ajenos
entre sí pero sin el habitual dejo surrealista. Diríase, como lo atestigua su preferencia por alusiones escultóricas y pétreas, que era un arte de ruinas, el testimonio de una razón fragmentaria. El cambio de milenio transformó este derrotero . La devoción filial apartó a Azamar no sólo de la pintura sino de toda actividad ajena a la dedicación a su amada madre. Sus selectas obras –sólo lista dos exposiciones individuales y apenas una decena de colectivas– se convirtieron en emblemáticas y aun hoy circulan en subastas de Internet. Azamar ha sufrido un profundo dolor, uno de esos golpes como el rayo de Vallejo, que lo han obligado a recapitular sobre la existencia y también sobre los fundamentos del arte. Paulatinamente ha retomado el sendero, primero como alumno, desCupido
Calizas bituminosas de la edad cretácica sedimentadas en medio
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Naturaleza muerta
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OBRA PLÁSTICA DE ESTEBAN AZAMAR
pués como maestro de formación estética y últimamente otra vez como ejecutante. El lienzo aún aguarda pero entre tanto este ignoto maestro actúa con la fotografía digitalizada. Las muestras de este quehacer recuerdan las composiciones clásicas de Azamar. Hombre y esfinge por ejemplo retoma una antigua fotografía de desnudo y la entrevera con una suerte de quimera que Azamar compuso con objetos encontrados. La composición evoca la serie de óleos de Azamar con fotografías de Eadward Muybridge y en la propia composición, en la atmósfera lograda a través de los filtros de Photoshop, se aprecia un cuadro de indudable factura azamariana con reminiscencias de la tradición simbolista y por qué no órfica. Otras obras, como Niveles de sueño, evocan a los cuadros de pequeño formato que junto a las empresas mayores, compuso Azamar en su juventud con elementos florales y orlas evocando la estética camp de las tarjetas de felicitación de los años treinta y cuarenta. Son obras que retoman el elemento camp pero al descon-
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Hombre y esfinge
Niveles de sueño
textualizarlo y urdirlo en una trama distinta transforman el sentido. Esa filiación camp lo acercó en su momento a Carla Rippey y también al denominado neomexicanismo. Otra cualidad de Azamar es su pasión por la trama. No claro está por las peripecias narrativas sino por la simetría que urden las matemáticas vegetales. Y aquí en su nueva faceta de artista de manipulación digital, Azamar recupera ese gusto por las ramas, las frondas y las flores para componer collages que si abstractos no evaden nunca su origen natural. Una muestra, Naturaleza muerta. Presentar estas imágenes que atestiguan el paulatino retorno de uno de los artistas mayores de México me conmueve y enorgullece. Disfrutémoslas como lo que son: un ejemplar regalo para conmemorar los diez años de Performance.
ARTE
LA CATEDRAL DEL UNDERGROUND: DOÑA PANCHA DOLORES GARNICA
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ampoco al arte y la música hay que tomarlas tan en serio. Habrá que aprender a reírse de pretensiones, poses, estereotipos e incluso de sonidos e imágenes, de uno mismo y de los otros, para aventurarse a uno de los festivales de música más independientes y menos acartonados, solemnes y ceremonioso de México: Doña Pancha Festival, que nació en 2008, cuando la banda Los Nuevos Maevans buscaban espacios, acompañantes de tocada y, sobre todo, espectadores comprensivos. Los Maevans encontraron en Tecate, Baja California, el espacio ideal para una buena tocada que después se convirtió en tres conciertos, más adelante en varias sedes y, para este 2015, en un festival que se llevará a cabo en su natal Tecate, pero también en Guadalajara y Mexicali en México, y en San Diego y Los Ángeles California, en Estados Unidos. El Doña Pancha es coordinado por tres amigos de infancia, los tres de Tecate: Cristian Franco, Julián González y Guillermo Cosío, y han agregado otro buen elemento: las artes visuales. Ahora la aparatosa, guapachosa, ruidosa y divertida música sin pretensiones del festival, también se transforma en intervención, descontextualización y arte acción, desde el escenario hasta el boletaje, proponiendo otra manera de difundir el arte, tan diferente como el contenido y las bandas que se presentan sobre el escenario (aunque, habrá que agregar, que la mayoría de los artistas que se presentan tienen algo de propuesta visual, bastaría presenciar un concierto del magnífico El Muerto de Tijuana o Los Pellejos, o
OBRA DE EMANUEL TOVAR, ÉDGAR COBIÁN Y CRISTIAN FRANCO las bandas que han nacido pensando en el festival, como Players, Juan Cirerol, Trillones, Rancho Shampoo, Maniquí Lazer o San Pedro Cortez). En 2014, para la primera edición en Guadalajara, el festival estrenó sus “boletos de autor”: boletos intervenidos por tres artistas jóvenes pero bastante reconocidos en el círculo de las artes visuales mexicanas: Emanuel Tovar, Édgar Cobián y Cristian Franco, piezas únicas surgidas, en palabras de Franco, porque “antes los boletos estaban chingones y ahora son una cagada; antes los flyers para un concierto se imprimían y los hacían artistas, ahora los hacen diseñadores gráficos. Se nos ocurrió para reunir fondos para el proyecto (la edición especial costaba un poco más que el boletaje normal), y también para criticar la pérdida de los valores estéticos de esta época, donde el boleto o el flyer ya valen para pura verga”. Este año se renuevan las estrategias visuales, se amplían los escenarios y se engrandece la geografía de Doña Pancha, el espacio perfecto para escuchar una buena banda, bueno, más bien una banda diferente, o bueno, una banda underground, o bueno, una banda que suena mejor después de dos caguamas, o bueno, una banda más un boleto intervenido. Dios Salve a Doña Pancha. PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
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FICCIÓN
hacerlas crecer con suplementos vitamínicos y llegar hasta alturas impensadas. Quizá podríamos poblar otros universos con sólo desearlo. Al despertar por la mañana sería imperioso una sacudida de alas y todo saldría volando en el cuarto. No las tenemos, para tranquilidad de los decoradores.
ESTROBOS LUIS BUGARINI
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tilizo un bastón para agitar las nubes. Agito el aire. Se mueve. Se hace un torbellino en forma de cono. Me detengo y todo termina en el suelo. Escucho risotadas al fondo. Parto el bastón en dos. Una mujer me mira de lejos. Ella lo necesitaba. Pienso, medito, vuelvo sobre mis pasos. Inicia sólo aquello que nos confirma la paradoja. Habitamos en el lenguaje porque es lo único que tenemos. El prado es verde y el sol no brilla. Las nubes están agitadas aunque recuerdan la fuerza del viento. La mujer se arroja al precipicio.
En el correo hay una carta sin remitente. No la abro. Le escribo el nombre del vecino y la reenvío a otra dirección. La carta se escurre entre buzones porque su misión es evitar la inmovilidad. Viaja de un lado a otro y estalla y nos confirma el dicho de Heráclito. La devoción es para los débiles, así como el ansia de llegar primero. A la carta no le importa lo que desayuno. Se levantó una frontera entre su destino y el mío. Habitamos mundos distintos, nos alejamos en el tiempo y ninguno de los dos extraña al otro.
Lo normal es que la bala viva inconforme con serlo, pero es el destino de todos. Habita en un lugar cerrado y sin previo aviso recibirá un golpe en la parte trasera. Saldrá disparada en busca de un objetivo. Una bala es una bala es una bala es una bala. Habita su redondez para perseverar en su condición de instrumento. Y al ser lanzada gira y rueda y se concentra para llegar a ese objeto providencial que la detenga. Detesta el movimiento y prefiere la seguridad de su caja antes que la velocidad de un disparo, así sea a quemarropa.
El cielo y la tierra no son asimétricos. La intemperie es un sitio para los elegidos. Pasadizos de aire, tolvaneras en un desierto de hielo. Que nadie tiemble si la brisa no le afecta. De nada sirve gritar si el eco es una memoria del pasado. Herimos a la insistencia y damos la vuelta a la cobija. Para dormir es necesario fundirse con un mundo de imágenes superpuestas. Bostezo fugaz
de arrepentimiento y delirio. En un punto específico del espacio nos diluimos para conocer las alcantarillas y ahí reconocer la forma oculta de aquel rostro.
A la sombrilla no le gusta el agua porque es sucia y delirante y soberbia. Se agita antes de abrirse para escapar a las manos que la aprisionan. Sabe que el tesoro de su personalidad es un enigma, incluso para ella misma. De ahí que se resigne al trato infrecuente y poco delicado. La lluvia de verano es desconsiderada y la busca con insistencia. Es capaz de dirigir sus gotas hacia un punto específico y minar cualquier objeto a través del golpeteo constante. La brisa es caprichosa y no se deja gobernar.
La punta de un lápiz subsiste a las exigencias del usuario, pero cambia de forma. Es un ritmo, una línea, el paso tenue del jaguar previo al ataque. Los animales fabulosos nos rodean y exigen de nosotros discreción para lograr la invisibilidad. Es un arte decoroso y amplio. Existe en los márgenes de la impotencia que ataca sólo a los objetos que se enfrentan con rigor a la vitalidad. Ahí existe, palpita, se congrega en una cueva sin fondo. Bucea sin agua y agita un océano sin fondo. La multitud observa desde la distancia.
Cada que llega la noche me pregunto si podré dormir a pierna suelta. Tiento la cama, reordeno las sábanas, me fugo de la rigurosidad de quien la tendió sin disciplina. La cama es un refugio para los días más tristes. La peor batalla es contra el sueño. Se vuelve huidizo, frágil, indolente. Viene y va, según dicta el misterio de la noche. Increíble acostarse para que sucedan temblores, huracanes y otros imprevistos en el centro de la cabeza. Sin los favores del mundo onírico, vivir sería una pesadilla.
Las cordilleras existen para deleite de los viajeros. Se aprecian mejor desde el aire porque todo se aprecia mejor desde ahí. Vivir fuera mejor experiencia si se nos hubiera otorgado el privilegio de las alas. Podríamos
Los aviones sonríen cuando suben los pasajeros. Escuchan sus anécdotas y disfrutan su entusiasmo. Están lejos de ser aves, a las que reconocen como maestras del vuelo. Esperan aterrizar sin sobresaltos y andar entre nubes sin molestarlas con el ruido del motor. Cruzar el cielo es un ejercicio imposible y de virtudes heroicas. Más aún aterrizar con las prevenciones necesarias. Acaso no sólo es gasolina lo que necesitan los aviones. ¿Funcionarían sin pasajeros, sin el compartimiento del equipaje lleno?
El aserrín pelea por no tener forma. Salta, se vuelve sobre sí mismo, se arrincona y esquiva, hace ojos bizcos y se ríe de la escoba, que se esmera y falla en cada barrida. Su origen es incierto. Todas las maderas del mundo podrían ser la madre de cada pedazo. Hay trozos más gruesos que otros, los cuales imponen su condición a los demás. Los débiles cambian a condición de astillas. Todo es tan mudable que el aserrín pareciera humano y no un producto natural. Carpintería: museo de (in)formas.
La fortuna no es una rueda aunque todo apunta a su circularidad. Es lapso, ciclo, revuelta interior y desajuste. Es un barniz en los labios que se quita al menor roce. Quien la busca no la encuentra, quien la padece no la necesita y quien la tolera apenas puede digerir un plato de sopa. Su misterio es idéntico al de una caja de cerillos, salvo que enciende aún en días nublados y de lluvia. No hay ironía en la fortuna y el humor
de los días recorre el cuerpo de la perfección. No tiene ojos entre semana, pero te observa los sábados. ¿Qué será de las uñas cuando son cortadas? ¿Huyen, se dispersan, escriben odas a su libertad? Los dedos nos acompañan y se rascan ellos mismos. Labor ingrata por dondequiera que se le mire. El cuerpo reclama la persistencia de sí mismo, pero al ser cortada la uña deja de ser parte de él. Lo mismo una pierna o un brazo que se amputa. Es posible que las uñas nos miren con desprecio. Crecieron para darnos la comodidad de rascarnos y, eventualmente, son desechadas sin clemencia. ¿Culpa del hombre o del cortauñas?
Las arrugas del rostro presumen su avance ante el espejo. Y siguen y marchan y declinan la inmovilidad. Se amanece para hacer un inventario renovado. Ahí transcurren, en la inminencia de su firmeza. Son una línea que confirma que el tiempo existe y no es una entelequia para evitar que todos los eventos transcurran en un solo instante. Lo indeseable es que se roben el espacio entre ellas mismas, ya que ser ventajoso no es una habilidad destacable y menos aún la posibilidad de una virtud. Tampoco son falta de agua, como se ha dicho. Son una resignación.
Se suele creer que los botones se desprenden de la ropa por el paso del tiempo, pero lo cierto es que saltan a voluntad propia. Suelen tener cuatro ojos para calcular la caída, pero dos son suficientes. Intuyen que caer será menos doloroso que la oscuridad del clóset. Los botones prevén, argumentan, discuten y se organizan. Son una fuerza invisible en un océano de perplejidad. Van y vienen sin que los poseedores de la prenda se enteren. Existen al margen aunque su tarea es mantener parte de la realidad unida.
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ENSAYO
NOSTALGIA DEL CHUPACABRAS LUIS RESÉNDIZ
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ebo comenzar diciendo que extraño al chupacabras. Crecí con su presencia en las noticias: hace veinte años era común que alguien dijera haberlo visto e incluso capturado. Esos avistamientos eran más bien improbables, movidos por el deseo del dinero fácil y la fama instantánea, o por las ganas de conocer en persona a Jaime Maussan. Allí iba el provinciano, cargando un cadáver de perro callejero deformado por las inclemencias del sol y de los inviernos, a pararse en un set de televisión o a recibir al avispado reportero con chaleco de mil bolsillos, mientras afirmaba categóricamente ante las cámaras que sí, que ese era el chupacabras, que al fin habían capturado a la escurridiza creatura. El caso se transmitía en algún canal de televisón abierta y la conmoción era inmediata: la gente, boquiabierta, le hablaba a sus amigos o corría a contarle a los vecinos de la cuadra; los padres y abuelos movían la cabeza de arriba a abajo, certeros ante la confirmación de algo que nunca dudaron. “Y decían que se lo había inventado Salinas”, apuntalaban. Hoy, esa efervescencia, como corresponde a sus orígenes químicos, se ha diluido, y no puedo menos que lamentarlo. La fama del chupacabras permanece, ahora, mayormente oculta. Su nombre ya no ocupa primeras planas; algunos estudiosos afirman haber descifrado su linaje y aseguran que el chupacabras nunca fue tal: era una manada de coyotes con un virus que les carcomía la piel, dicen, o: fue producto de la imaginación de una muchacha que vio en demasiadas ocasiones las películas de Species, a grado tal que la ficción de la película terminó superponiéndose a la realidad de su natal Puerto Rico, el primer lugar donde se avistó a la creatura. El chupacabras, palabras más, palabras menos, no existe, nunca existió, jamás pasó de ser un alucine colectivo. Pero el chupacabras (o la idea del chupacabras) no se rinde, y sin previo aviso salta de vez en cuando a los titulares, sólo para comprobar su radical estático. De pronto se le ve asomarse en las páginas interiores de un ejemplar del Semanario de lo Insólito, o alguien, generoso, sube un video a internet en el que, tras decodificar lo que sugieren unos píxeles de ánimo expresionista, se alcanza a mirar el cuerpo ya sin vida de un supuesto ejemplar.
Acaso el chupacabras se rehúse a morir porque en él confluyen ideas que nos son comunes. El chupacabras es, qué duda cabe, un heredero de aquel nahual mesoamericano cuyas correrías se siguen contando en pueblos, rancherías y demás zonas a las que el México del Progreso no ha llegado en su totalidad. El nahual, en su acepción contemporánea, refiere a un brujo con la habilidad de transformarse en animal y, de esa forma, perpetrar robos, intimidaciones, simples y maliciosos sustos. Como el nahual, el chupacabras ataca de noche; su refugio es el campo en el que todos duermen: su manto es la oscuridad y con ella se cubre para no ser capturado. Como el nahual también, el chupacabras no tiene una forma precisa: su morfología es cambiante, mutatis mutandis; su aspecto es utilitario, se modifica según quien asegura haberlo visto (el chupacabras es una creatura de la subjetividad): un día parece un coyote y al día siguiente, un canguro pequeño. No en vano sus primeras apariciones ocurrieron en países con estrechos vínculos culturales: parecía que los únicos capacitados para verlo en acción éramos los hispanohablantes. Si Octavio Paz aún viviera y decidiera internarse, de nuevo, en las profundidades del laberinto de la soledad, invariablemente tendría que psicoanalizar al chupacabras.
*** La más reciente incursión del chupacabras de la que tuve conocimiento apareció en un periódico del que nunca había escuchado y del que nunca volví a escuchar: como tantos otros, llevaba las palabras «Crónica» y «Veracruz» en su título. Según contaba la nota, algunos habitantes, hartos ya de que su ganado desapareciera y de que sus exigencias a la policía no fueran tomadas en cuenta, emprendieron la cacería, internándose en los alrededores de su localidad. Después de varios días siguiendo el rastro de la bestia, los locales terminaron por abatirlo a tiros; después de matarlo, lo fotografiaron y dieron aviso a las autoridades y a los periódicos de la zona. La nota se hizo merecedora a un breve espacio en la versión impresa del periódico y a una entrada en su página de Internet, donde
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Chupacabras con sabor a tiranosaurio gremlin
podía verse la foto a todo color. Allí estaba el chupacabras: yacía en una porción de tierra de Paso de Ovejas, rodeado de hojas de plantas. Era su cuerpo como el de un lagarto, no muy distinto al de un dragón de Komodo, la mandíbula perruna, abierta en una última mueca delirante; sus extremidades, alargadas y con cinco dedos coronándolas, parecían más humanas que reptiles. El torso exhibía varios pequeños orificios, y su cola parecía desprenderse del resto del cuerpo, acaso por efecto de las balas. Los habitantes de Paso de Ovejas estaban divididos: algunos tenían la certeza de estar ante el chupacabras; otros, los más, creían firmemente que el animal capturado era un nahual al que no le dieron tiempo de volver a su forma humana: las extremidades, decían, tan parecidas a manos humanas, lo confirmaban. Nadie dio seguimiento al caso, y es probable que la bestia abatida haya sido ya asimilada por la tierra negra y húmeda donde abandonaron su cadáver. Esa noticia apareció hace más de un año: desde entonces, no he visto ninguna nueva nota sobre el chupacabras. En ocasiones surge alguna que me devuelve la esperanza; una rápida lectura hace ver que no es más que material reciclado de casos ya desmentidos. Vuelvo así a sumirme en la nostalgia
por el chupacabras: este punzante extrañamiento de la última creatura que albergó la posibilidad de otro México: uno en el que, bajo la aparente y aplanadora urbanización de concreto, habitaran seres extraños, últimos reductos del vínculo supersticioso que unía a muchos. Este México, inserto en un mundo en el que la posibilidad de lo fantástico ha dado paso a la tangibilidad de lo plausible, preserva al chupacabras en su imaginario como una curiosa pieza de museo, un críptido que, como aquellos que poblaban los cuartos de maravillas de los siglos XVI y XVII, funciona como un recordatorio de las posibilidades de un planeta aún desconocido. El error, creo, radica en pensar que todo ha sido descubierto ya, que no existe nada más allá de esta racionalidad: que esta visión es la última frontera. “Es un mundo extraño. Mantengámoslo así”, tenían como lema los personajes de Planetary, aquel cómic de Warren Ellis y John Cassaday que relataba las aventuras de un grupo de aventureros atemporales, permanentes retadores de lo fantástico. En algún rincón inexplorado de México, estoy seguro, el chupacabras suscribe esa afirmación, esperando el momento idóneo para abandonar, de nuevo y para siempre, su escondite.
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LIBROS ENSAYO
NO HAY HISTORIA SIN TI NINA CRANGLE
L
os últimos seis años de la vida de Victor Serge en México, según recordaría más tarde su amigo y camarada Julián Gorkin, “fueron los más tranquilos y literariamente los más fecundos”. Por ello la reciente aparición en México de Los años sin perdón ha de leerse como un ajuste de cuentas de nuestra tradición literaria con el autor de origen ruso. Exiliado en nuestro país desde 1941, luego de un peregrinar accidentado por Europa y algunas islas caribeñas, Serge emprende su escritura cinco años más tarde y no alcanzaría a verla publicada, al igual que un par de obras más que languidecían en el mismo cajón de su escritorio en la hora fatídica de su muerte en una calle céntrica de la capital, en 1947: Memorias de un revolucionario y El caso Tuláyev. Serge es un reconocido autor por su vasto conjunto de obras de corte político traducidas a numerosas lenguas (Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión, El año I de la Revolución rusa, Literatura y revolución, Retrato de Stalin, De Lenin a Stalin…); sin embargo, su obra novelística no ha merecido semejante atención, más por razones políticas e ideológicas que por méritos literarios, que los tiene de sobra. Y es que la vida de Serge, como la de la mayoría de sus contemporáneos de la Europa de la primera mitad del siglo XX, fue una existencia que raya en la ficción. Sólo que él, a diferencia de sus colegas escritores, logró, con más pena que gloria, sobrevivir y trascender un destino atroz para dejar testimonio de su tiempo. El tiempo de Serge es un tiempo que se extiende en la historia, un puñado de décadas que abarcan el antizarismo de sus padres, trashumantes por Europa (él nace, por este hecho, en Bruselas), el fin de la era Romanov, la Revolución de Octubre, el encumbramiento de Stalin, el ascenso del nazismo, la caída de París, el cerco a Leningrado, pueblos enteros devastados por los bombardeos aliados y la destrucción irracional de ciudades hasta entonces emblemas de Occidente. Estos hechos históricos fueron los elementos que Serge empleó para el trazado de Los años sin perdón, los que dieron origen a las dos guerras mundiales, pero cometeríamos un grave error si la consideramos una novela histórica. No es del interés de Serge ensalzar la Historia y las figuras de la pandilla temible. El lector no encontrará una sola mención directa a Stalin, pero percibirá su omnipresencia con la referencia del “Jefe”; o Hitler, sólo un moribundo sustantivo en boca de algún oficial nazi incrédulo y metafóricamente ciego. Serge considera que no merecen un nombre, por la misma razón que lo que no puede ser nombrado nunca existió. Lo que le mueve al autor es el acontecer humano en situaciones concretas, pero el hombre visto más como posibilidad y no como alguien sujeto a una realidad. Para Serge, un intelectual que se nutrió de todas las fuentes filosóficas en boga –pienso en los padres del existencialismo, Nietzsche y el primer Heidegger, y los materialistas Marx
y Engels–, es el proyecto humano el que le da sentido al mundo. La trama de la novela, pronto veremos, no es sencilla. Sus protagonistas, Sacha y Daria, son dos agentes encubiertos de la Internacional Comunista que renuncian a la causa, él el primero, Daria requiere de más tiempo. En las voces de los personajes centrales, que son la voz del propio Serge, el relato es el recuento del doloroso despertar de los personajes, de las crisis de valores, del incierto destino del arte y de la huida de sí inevitable. Los escenarios de la historia por los que transitan son el París crispado por la amenaza nazi y el ambiente de terror de los espías: en el mundo del espionaje (como en el del amor), la lealtad es un arma de doble filo. El sitio de Leningrado será el siguiente escenario, donde todo y todos son sacrificables en aras del sueño delirante y macabro de un solo hombre, el del Hombre de Acero. En el tercer capítulo hacen su aparición las ciudades reducidas a escombros y las fantasmales presencias de los habitantes sobrevivientes de
una Alemania que se resiste a la inminente derrota. Y, finalmente, el lugar del reencuentro de los exagentes, el mítico México, escenario del fin de los viajes. El lector acaso podrá concluir que Los años sin perdón es un compendio de historicidad, la misma que llevó a su autor a reflexionar e interpretar hechos pasados que le eran próximos en el tiempo. Y Victor Serge se sirve de sus personajes –espíritus libres dentro de un cuerpo material, finito y limitado– para reflexionar sobre su propia temporalidad, la de la esperanza inútil puesta en un mundo más igualitario, libre de guerras y ambiciones totalitarias. En fin, la toma de conciencia de la revolución traicionada. La prosa de Serge hace alarde al desvelar los pliegues más secretos de la condición humana, los del pueblo raso, amas de casa urgidas de pan para los hijos, profesores que cultivan lilas para conjurar las bombas, médicos y enfermeras obrando milagros en todos los frentes, soldados viles o con restos de humanidad. Todos ellos encarnan al ser angustiado (que somos todos) ante la presencia de la nada, que no sólo muere sino que sabe que va a morir. Serge, es un hecho, no pudo vivir todas sus tramas, pero aseguraba haber conocido a todos sus personajes. Con todo, Serge se veía a sí mismo como un ser optimista, su fe en la especie humana era inquebrantable. Richard Greeman, autor del inteligente, bien documentado y mejor escrito “Prefacio para la edición mexicana”, afirma que quizá por ello el Serge novelista “inyectó un poco de su propio espíritu invicto a su Sacha D. ficticio, quien sí logra resistir la desmoralización”. Sí, tal cual lo hiciera Víctor Serge, que escribía en francés (él, que nunca tuvo patria que lo reclamara) pero que, según su concepto de la misión de un escritor, se consideró “en la línea de los escritores rusos”. Retomo del Prefacio de Greeman, quien a su vez los tomó de Memorias de un revolucionario, estos últimos apuntes de un autorretrato de Serge: De esta infancia difícil, esta problemática adolescencia, todos esos años terribles, de nada me arrepiento en lo que a mí concierne […] Cualquier arrepentimiento que albergue es por las energías desperdiciadas en luchas destinadas al fracaso. Esas luchas me enseñaron que en todo hombre viven juntos lo mejor y lo peor, y a veces se mezclan, y que lo peor viene por la corrupción de lo mejor.
¿Y dónde todos los muertos? En los años sin perdón, los años negros desperdiciados en amores y luchas destinados al fracaso. Y es que Serge bien podría suscribir que en la realidad pasan muchas cosas, pero si no estás tú, cómplice lector, no hay historia.
Los años sin perdón de Victor Serge, trad. Alberto González Troyano, col. Ficción, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2014, 479 pp.
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ENSAYO
ARTÍCULO
RAFAEL TORIZ
CONDE DE SAINT GERMAIN
EL SÍNDROME RIMBAUD
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unque muchos lo intentaron, pocas figuras dañaron tanto a la literatura moderna en la medida y con la hondura como lo hizo Juan Nicolás Arturo Pedro Benavente Rimbaud (nombre que consta en la fe de bautismo conservada en la capilla de Charleville), príncipe de los poetas y rockstar decimonónico al que se le debe una de las obras más sucintas y poderosas de la lengua francesa; pájaro en llamas que conduce un vuelo sin escalas a la frustración alevosa y esencial en caso de que se intente seguir sus pasos: hablo de aquel mandato que obliga, sin posibilidad de rezongo, a escribir obras maestras antes de aprender a rasurarse el bigote, lo que resulta, si uno no ha nacido chino o bajo la estrella de los méndigos niños índigo, un absoluto despropósito. Nadie ignora que por extraños e insondables motivos, desde que nace el ser humano se encamina con paso decidido hacia la muerte. Por lo tanto la cultura, desde distintos flancos, hace todo lo posible por volverlo un ser neurótico y funcional, es decir, un ciudadano modelo. De ahí que ni bien el individuo integra los instintos básicos para su supervivencia en el entramado social, se le obligue a desarrollar actividades que tienden a convertirlo –horror de los horrores– en un adulto ridículo. Impostado: estólido. Por ello todos los niños vestidos de viejos, con ademanes de señorcitos o de lograda elocuencia parezcan, en el mejor de los casos, remedos de ewoks siniestros: young genius is the secret name that fairies use for the psychopaths solía decir, ya con sus copas encima, Gilbert Keith Chesterton. El valor de la precocidad –estigma del que me declaro culpable no por asunción propia sino por catalogación colectiva (acaso resulte ocioso aclarar que no me refiero a mi desempeño viril)– es un valor adquirido que bajo ninguna circunstancia puede homologarse en todas las artes conocidas, puesto que si bien existen pruebas notables de prodigios en la música y las matemáticas, al
día de hoy es posible asegurar que si el arte verbal contiene un valor específico es sólo debido a la experiencia empírica del mundo: Mozart sólo ha habido uno y sus restos descansan en la fosa común: lo que abundan bajo el sol de medianía son los Salieris. Y hasta eso habría que verlo. El mito del escritor juvenil, además de chabacano, es de factura improcedente. A diferencia de ciertas actividades motoras, cognitivas y sensibles perfectamente localizadas en el cerebro, el lenguaje literario es una herramienta complicada que sucede más en la distancia y en el tiempo: la literatura, en sus instantes más plenos, deviene antropología: Balzac, Chéjov, Pessoa e incluso Beckett (siempre Beckett, sobre todo Beckett) son esas formas extrañas en las que el lenguaje ha ensayado distintas formas de lo humano, nutrido siempre por la simultaneidad de la experiencia. Y es sabido que si los rusos supieron hacer arder sus corazón en la estepas y los estadounidenses enseñaron una forma de beber al siglo XX, sólo poetas, particularmente los surrealistas, pudieron bordear como aquellos inválidos a los que falta algún sentido la circunstancia íntima del acontecimiento. Tal es la grandeza de Rimbaud. Arrancar los trabajos y los días a edad temprana para mejor abandonarse a sus deleites nada tiene de incorrecto: el desencanto llegará primero pero ya aguardaba a la vuelta de la esquina; después de todo si se trata de echar desmadre con ahínco pa luego es siempre tarde (en las lides del deseo los placeres exquisitos suceden entre los trabajos y las noches). El rock, desde luego, arde mucho y con esmero, pero se trata de una pasión que sólo respeta a algunos cuantos; por ello, y ante la incapacidad de perdurar en el instante, vale la pena recordar el sollozo del poeta:
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...
PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
UN ALACRANCITO ACORRALADO
Estimado boss:
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veces me siento como un alacrán rodeado por un círculo de fuego donde no queda más alternativa que aplicarse el harakiri como el arácnido. Me siento atrapado sin salida en esta sociedad empeñada en retroceder felizmente en la ignorancia y la estulticia. Por si fuera poco, recibo su mensaje para que por fin me digne a escribir unas cuantas líneas con motivo de los diez años de Performance y de nuevo me siento acorralado. Dejo mis actividades recreativas de la madrugada y en los albores matutinos me dirijo a mi humilde palacio para redactar estas líneas. El cerco del terror continúa. Abordo un taxi y me acribilla con el sonido alterado del Komander y sus historias hipermachistas en franca apología de la violencia; en un tramo del trayecto nos hace compañía una camioneta Lobo, negra, con vidrios polarizados pero con ruidos excesivos parecidos a la música con la grabación de una especie de cantante desafinado hasta las cachas que se hace llamar Julión Álvarez. Harto de esos atentado auditivos le pedí al taxista que le bajara al sonido narcótico del Komander y de mala gana sintonizó en su radio a El Patrón. No noté cambio alguno en la música. Resignado vi por la ventanilla a un comando de la Fuerza Civil (ignoro por qué usan uniforme de camuflaje de campo en plena ciudad) que nos “escoltó” un momento. Al parecer también disfrutaban de la música mientras me apuntaban sin querer con sus armas de alto poder. ¡Cuánto hemos cambiado en diez años! A pasos agigantados hemos visto cómo la barbarie, la corrupción y la impunidad son las divisas importantes del poder, donde la educación, el arte y la cultura son acotados. Cuando menos en ese tiempo desaparecieron dos proyectos importantes en la agenda cultural de Xalapa: el Festival Jazzuv y el Hay Festival.
La radio se ha llenado de bazofia (más de la normal), los medios oficiales insisten en creer que tener auditorio es apostar por los esquemas de Televisa, la televisión local aporta poco, la Universidad Veracruzana mantiene su status quo y pocos proyectos culturales trascienden la entidad, el Instituto Veracruzano de la Cultura depende de los vaivenes políticos, la Cumbre Tajín es un derroche de vanidad sin beneficio real para la región del Totonacapan, las ferias del libro crecen poco y los grupúsculos del arte y la cultura se refugian en sus propios nichos. En cuanto a la información periodística, la crítica o información adversa al actuar gubernamental es poco tolerada y como resultado el estado de Veracruz ocupa el primer lugar de asesinatos de periodistas en el país con once plumas calladas. Es de celebrarse, sin duda, que Performance sobreviva en esta vorágine y que llegue a diez años siendo independiente, con los ojos bien puestos en el quehacer cultural veracruzano. No me queda más que felicitarlo, boss, a usted, a todo el equipo base y al sinnúmero de colaboradores que han desfilado por estas páginas a lo largo de una década. Al recapitular sobre este esfuerzo periodístico cultural, se me olvida un poco sentirme como alacrán acorralado por el fuego y me entra más el espíritu del Jefe, ese personaje simbólico de la película Atrapado sin salida, para recordarme que siempre habrá una posibilidad de escapar aunque parezca lo más increíble. Al menos decidí bajar del taxi y caminar por las calles entre la neblina y el frío. Reconfortante encuentro con la ciudad, la Xalapa de siempre. Me dieron ganas de ir a buscar al poeta y caballero Ramón para empezar los festejos de los diez años de Performance. Iré en su búsqueda. Hasta entonces el próximo escrito. Un abrazo. Conde de Saint Germain, duque de los Jardines de Xalapa y ocasional tundeteclas para Performance.
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cartelera
BOYHOOD: MOMENTOS DE UNA VIDA (BOYHOOD) Dir. Richard Linklater Con Ethan Hawke, Patricia Arquette y Ellar Coltrane Dur: 166 minutos Clasificación: B15 Exhibiéndose en Cinépolis Plaza Las Américas
EXPOSICIONES EL TALLER
Colectiva de mural con mosaicos Inauguración: jueves 30 de abril, 11:00 h. Sala IV de El Ágora de la Ciudad
TOCANDO LA LUNA (FLORES RARAS)
ESTERTOR
Pintura de Máximo González Inauguración: miércoles 29 de abril, 20:00 h. Hasta mayo Sala Principal de la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa
DEL MUNDO Y SUS LECTURAS
Colectiva del Instituto de Artes Plásticas de la UV Inauguración: jueves 16 de abril, 19:30 h. Hasta el 30 de mayo Galería de El Ágora de la Ciudad
META GRABADO
MUJER-ES
Escultura de Maribel Avilés Junco Hasta mayo Galería del Mezzanine del MAX
LA BESTIA. HOMENAJE A LOS MIGRANTES
Escultura, dibujo y pintura de Gabriel Macotela Hasta mayo Galería del Mezzanine del MAX
SEMBLANTE FAMILIAR
CICLO: LA LITERATURA EN EL CINE
Dir. George Stevens Dur: 201 minutos
CICLO: IDENTIDAD SEXUAL EN EL CINE MEXICANO Domingos de abril, 18:00 h. JARDÍN DE LAS ESCULTURAS DE XALAPA Domingo 12 Dir. Julián Hernández Dur: 83 minutos Domingo 19
EL CIELO DIVIDIDO Dir. Julián Hernández Dur: 140 minutos Domingo 26 Dir. Julián Hernández Dur: 191 minutos
CICLO: FABRIQUÉ EN FRANCE
Exposición colectiva de pintura y escultura Hasta abril Galería Realia
Miércoles de marzo, 19:00 h. CASA DEL LAGO UV
MUJERES DEL SALÓN DE LA PLÁSTICA MEXICANA: EN EL CENTRO DE LA MEMORIA
Viernes 10
COCO CHANEL & IGOR STRAVINSKY
De Constantino Méndez Hasta abril Ágora de la Ciudad
HISTORIAS PINTADAS
Pintura de Juan Sebastián Hasta el 19 de abril Pinacoteca Diego Rivera
Fotografía de Rugiro Temis Inauguración: martes 7 de abril, 19:30 h. Hasta el 30 de abril Sala IV del Ágora de la Ciudad
SIMPLICITY
ÚTIL & SUTIL
CINE
Grabados de Per Anderson Hasta mayo Jardín de las Esculturas de Xalapa
GIGANTE
Viernes de abril, 18:00 h. AUDITORIO DE LA GALERÍA DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE XALAPA
TIEMPOS Y VARIACIONES
META GRABADO
Domingo 29
RABIOSO SOL, RABIOSO CIELO
MUJERES DEL SALÓN DE LA PLÁSTICA MEXICANA
Colectiva de estudiantes Hasta abril Galería Universitaria Ramón Alva de la Canal
Cerámica de Elsa Naveda Hasta mayo Jardín de las Esculturas de Xalapa
Dir. Neill Blomkamp Con Sharlto Copley, Dev Patel y Hugh Jackman Dur: 120 minutos Clasificación: B15 Exhibiéndose en Cinépolis Plaza Las Américas, Cinépolis Plaza Las Américas VIP, Cinépolis Plaza Museo y Cinetix
CINE CLUB
SOSTENER UN DIÁLOGO
BIENESTAR ANIMAL
Domingos de marzo, 19:00 h. AUDITORIO DEL ÁGORA DE LA CIUDAD
MIL NUBES DE PAZ CERCAN EL CIELO, AMOR JAMÁS ACABARÁS DE SER AMOR
CHAPPIE (CHAPPIE)
Fotografía de Citlalli EB Hasta el 12 de abril Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa
Fotografía de Blanca Charolet Hasta abril Galería Realia
MUJER-ES
Dir. Bruno Barreto Con Glória Pires, Miranda Otto y Tracy Middendorf Dur: 118 minutos Clasificación: B Exhibiéndose en Cinépolis Plaza Las Américas
CICLO: JAMES DEAN: UN HÉROE DE TODOS LOS TIEMPOS
Gráfica de Víctor Mora Hasta abril Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa
EL CÓDIGO ENIGMA (THE IMITATION GAME)
Dir. Morten Tyldum Con Allen Leech, Keira Knightley y Benedict Cumberbatch Dur: 114 minutos Clasificación: B Exhibiéndose en Cinépolis Plaza Las Américas
EL NOMBRE DE LA ROSA Dir. Jean-Jacques Annaud Dur: 126 minutos Viernes 24
FAHRENHEIT 451
Dir. François Truffaut Dur: 112 minutos
Miércoles 25 Dir. Jan Kounen Dur: 118 minutos
CICLO: CHARLES CHAPLIN
Jueves y domingos de abril AUDITORIO DE EL ÁGORA DE LA CIUDAD
LA BESTIA. HOMENAJE A LOS MIGRANTES
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V FESTIVAL NIÑAS Y NIÑOS POR LA NATURALEZA Y EL ARTE
Martes 7 Jueves 9 Dir. Charles Chaplin Dur: 112 minutos 19:00 h.
Dir. Silvia Ouviert Teatro de títeres La Ensalada 20:30 h. Área 51
Domingo 12
Miércoles 8
LA QUIMERA DE ORO
EL CIRCO
Dir. Charles Chaplin Dur: 72 minutos 17:00 h. Domingo 19
EL CHICO
Dir. Charles Chaplin Dur: 88 minutos 19:00 h. Jueves 23
LUCES DE LA CIUDAD Dir. Charles Chaplin Dur: 87 minutos 19:00 h. Domingo 26
EL GRAN DICTADOR Dir. Charles Chaplin Dur: 126 minutos 17:00 h. Jueves 30
20
GLORIA
TIEMPOS MODERNOS Dir. Charles Chaplin Dur: 89 minutos 17:00 h.
CINE CLUB INFANTIL CICLO: DOMINGOS DE MATINÉ
Domingos de abril, 11:00 h. JARDÍN DE LAS ESCULTURAS DE XALAPA Domingo 12
BERNARD
Dir. Paul Stewart Domingo 19
Del 13 al 30 de abril Entrada libre TALLER DE VERSADA PARA NIÑOS
Por Emilio Bozzano Martes 14 y miércoles 15 de abril, 16:00 h. Auditorio y patio de la GACX
CHAQUETA CANTADA
De Ixtli Contreras MI VIDA EN CAJA De Sofía Miranda Cajas misteriosas eróticas de la Ciudad de México De 18:00 a 21:00 h. Los Álamos
LIBROS: EL CROMOSOMA DE BEATRIZ De Esther Hernández Palacios Jueves 16 de abril, 12:00 h. Auditorio de la GACX
LA LADRONA DE LIBROS Dir. Brian Percival Dur: 131 minutos Viernes 17 de abril, 18:00 h. Auditorio de la GACX
NA’: ENSAMBLE DE CUERDAS
Dir. Paulo Landa Laboratorio de Investigación Titeril 19:30 h. La Pitaya Jueves 9
SUEÑO CON POSADA Dir. Paolina Orta Esperpento Teatro 20:30 h. Área 51 Viernes 10
LA REPUGNANTE HISTORIA DE CLOTARIO DEMONIAX De Hugo Hiriart Dir. Pablo Cueto Teatro Tinglado 20:30 h. El Rincón de los Títeres Sábado 11
¡LAS AVENTURAS DE CHARLOT JOLMS! Dir. Pavel Ortega Fantasmagorías Animadas de Ayer y Hoy 19:30 h. El Telón CLAUSURA: ENSALADA DE TÍTERES 21:00 h. Café Teatro Tierra Luna
LA LEYENDA DE LAS MOMIAS DE GUANAJUATO Dir. Alberto Rodríguez Dur: 84 minutos Domingo 26
EL LIBRO DE LA VIDA Dir. Jorge Gutierrez Dur: 95 minutos
FESTIVALES ADULTÍTERES 2015 Del 5 al 11 de abril Lunes 6
EL PEZ Y LA MAR
De Ernest Hemingway Dir. Cuitláhuac Pascual Producciones Hombre Gacela 20:30 h. Casa del Lago UV
PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
ÚTIL & SUTIL
FESTIVAL DÍA INTERNACIONAL DE LA DANZA Miércoles 29 de abril Entrada libre AUDITORIO DE EL ÁGORA DE LA CIUDAD TALLER: MOVIMIENTO AUTÉNTICO Imparte Cindy Rodríguez Leyva De 11:00 a 13:00 h.
COREOGRAFÍA: SUEÑOS Colectivo Allume Kids 13:00 h.
COREOGRAFÍA: DETRÁS DE LA PIEL CEDAI y Academia Isadora 17:00 h.
COREOGRAFÍA: AL DESCUBIERTO
Con Edurné Noguera Hernández, Cindy Rodríguez Leyva y Karmina Valladares Ortiz Collectivo Allume 18:00 h.
DOCUMENTAL: PINA BAUSCH Dir. Win Wenders 19:30 h.
LA AMISTAD CUANDO SE ENCUENTRA SE GUARDA EN EL CORAZÓN Niños de la Casa Hogar del Niño Xalapeño Viernes 17 de abril, 11:00 h. Auditorio de la GACX
SUCEDIDO DE RANAS Y SAPOS
De Emilio Carballido Dir. Tania Hernández y Fernando Soto Compañía El Telón Sábado 18 de abril, 12:00 h. Auditorio del Ágora de la Ciudad Sábado 25 de abril, 18:00 h. Auditorio de la GACX
CINE CLUB INFANTIL: APRENDER DEL MUNDO Dur: 57 minutos Sábado 18 de abril, 12:00 h. Auditorio de la GACX
EL ARTISTA
Compañía LiteraTeatro Sábado 18 de abril, 18:00 h. Auditorio de la GACX
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POPULAR ESPECTÁCULO INTERACTIVO: LA HISTORIA DEL PAYASO QUE CORRIERON DEL CIRCO
MADERA SEPIA
QUINTETO DE METALES
Viernes 24 de abril, 20:30 h. Coop. $40.00 Café Teatro Tierra Luna
Domingo 19 de abril, 12:00 h. Auditorio de El Ágora de la Ciudad
Dir. Ernesto M. Miramontes Domingo 12 de abril, 12:00 h. Foro Abierto del Ágora de la Ciudad
TALLER DE DANZA
ORQUESTA MUNICIPAL
JAZZUV
Por Dante Mancilla Del 20 al 24 de abril, 16:00 h. Auditorio y patio de la GACX
Dir. José Pérez Sánchez Miércoles 15 de abril, 19:00 h. Foro Abierto de El Ágora de la Ciudad
EXPOSICIÓN: SOY
ADRIANA FLORES
DANZA
Viernes 17 de abril, 21:00 h. Café Teatro Tierra Luna
Fotografía de alumnos del CEDAI Del 21 al 30 de abril Sala 3E de la GACX ADULTÍTERES
LIBROS: EL NORTE DE BRUGUEL De Magali Velasco Jueves 23 de abril, 12:00 h. Auditorio de la GACX
CINE CLUB INFANTIL: EL CIELO Y OTROS MUNDOS Dur: 56 minutos Sábado 25 de abril, 12:00 h. Auditorio de la GACX
CONCIERTO: MONEDITA DE ORO Sábado 25 de abril, 12:00 h. Auditorio de El Ágora de la Ciudad
DANZA: EL JARDÍN DE LAS IDEAS
MUSICA
XXII FILU 2015
Jueves 16 de abril, 21:00 h. Coop. $80.00 Café Teatro Tierra Luna
BOLINA SIN PARNÉ
Sábado 18 de abril, 21:00 h. Coop. $30.00 Café Teatro Tierra Luna
TEATRO
ÁREA 51 Revolución 307, Centro AULA CLAVIJERO UV Benito Juárez 55, Centro BIBLIOTECA CARLOS FUENTES J.J. Herrera esquina Úrsulo Galván Tel. 8 18 42 80 CAFÉ TIERRA LUNA Rayón 18, Centro Tel. 8 12 13 01
Twitter: @Lacasadenadie Xalapa, Ver. CENTRO RECREATIVO XALAPEÑO Xalapeños Ilustres 31, Centro Tel. 8 18 87 35 LA CEIBA GRÁFICA Exhacienda La Orduña Coatepec, Veracruz Tel. 8 16 93 30 EL RINCÓN DE LOS TÍTERES Benito Juárez Esq. Manuel Ávila Camacho, Centro Tel. 1 86 37 34 ESCUELA VERACRUZANA DE CINE LUIS BUÑUEL Belisario Domínguez Esq. Dique, Centro Tel. 8 18 68 62
Dir. Alan Basco Viernes 10 de abril, 20:00 h. Sábado 11 y domingo 12 de abril, 19:00 h. Coop. $50.00 Auditorio del Ágora de la Ciudad
CASA DE LA CULTURA DE COATEPEC Pedro Jiménez del Campillo 4, Esq. Cuauhtémoc, Centro, Coatepec, Veracruz Tel. 8 16 67 57
NO HAY CABARET
CASA DEL LAGO DE LA UV Paseo de los Lagos, Centro Tel. 8 12 12 99
GALERÍA DE ARTE CONTEMPORÁNEO [GACX] Xalapeños Ilustres 135, Centro Tel. 8 18 04 12
LA CASA DE NADIE Callejón de Jesús te Ampare [1ª de Cuauhtémoc 12] Centro Histórico Tel. : (228) 8123406
GALERÍA CURIEL Av. 1 de Mayo 95, Col. Obrero Campesina Tel. 1 67 05 29
De Maricarmen Luna Del 6 al 22 de marzo Viernes y sábados, 20:00 hrs. Domingos, 19:00 hrs. Coop. pendiente Teatro La Libertad
Dir. Melina Mena García Viernes 24 de abril, 20:30 h. Coop. $80.00 Auditorio del Ágora de la Ciudad
CONVERSACIONES CHARLA CON DIEGO SALAS Y RAFAEL ANTÚNEZ Palabra de autor Miércoles 8 de abril, 19:00 h. Sala 1 Ágora de la Ciudad
DIRECTORIO DE SITIOS Y ESPACIOS CULTURALES
ALKIMIA González Ortega 20, Centro Tel. 8 14 01 38
AMOR, LOCURA Y CARTERA VACÍA
PRIMERA MUESTRA ANUAL DE DANZA ÁRABE
SILVIA & KARMEN
ÁGORA DE LA CIUDAD Bajos parque Juárez, Centro Tel. 8 18 57 30
De Ana Lucía Ramírez y LEGOM Dir. Hugo Arrevilaga Serrano A partir del 10 de abril Viernes de abril, 20:30 h. Sábados y domingos de abril, 19:30 h. Coop. $80.00 Sala Dagoberto Guillaumín del Teatro del Estado
ARCADIA LIBRE (GUADALAJARA) + DR. TOTEM + REGNUM IRAE + MUCOSIS VAGINAL
MAGIA Y MILAGROS MUSICALES
Del 24 de abril al 3 de mayo Complejo Deportivo Omega Entrada libre
EL ORIGEN DE LA FAMILIA, LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL ESTADO. CAPÍTULO 1: LA LÓGICA DEL PODER
CANTOS, CUENTOS Y DANZAS Domingos 12 y 16 de abril, 12:00 h. Foro abierto del Ágora de la Ciudad
CLÁSICA
La Pandilla Minisangres y Artífice Foro Miércoles 29 de abril, 18:00 h. Auditorio de la GACX
Martes 7 y 21 de abril, 19:00 h. Foro Abierto del Ágora de la Ciudad
ROCK
Miércoles 8 de abril, 21:00 h. Coop. $50.00 Bar La Librería, Úrsulo Galván 61
OSX Dir. Lanfranco Marcelletti Violín: Melania Rivera Director invitado: Noam Zur Viernes 10 de abril, 20:30 h. Coop. $120.00 Sala de conciertos Tlaqná
JAZZ
FORO LA RUECA Rodríguez Clara 2, Col. Felipe Carrillo Puerto Tel. 8 17 50 09
GALERÍA DE LA FACULTAD DE ARTES PLÁSTICAS Belisario Dominguez 25, Centro Tel. 8 17 31 20 GALERÍA FERNANDO VILCHIS DEL INSTITUTO DE ARTES PLÁSTICAS DE LA UV Av 1 de Mayo 21, Col. Obrero-Campesina, Tel. 8 40 32 44 GALERÍA FERNANDO VILCHIS DEL IAP UV Av 1 de Mayo 21, Col. Obrero-Campesina, Tel. 8 40 32 44 GALERÍA UNIVERSITARIA RAMÓN ALVA DE LA CANAL [RAC] Zamora 27, Centro Tel. 8 17 75 79 H. CONGRESO DEL ESTADO DE VERACRUZ Av. Encanto s/n, Esq. Lázaro Cárdenas, Col. El Mirador Tel. 8 42 05 00 JARDÍN DE LAS ESCULTURAS [JEX] Murillo Vidal s/n Tel. 8 12 73 69 MUSEO DE ANTROPOLOGÍA DE XALAPA [MAX] Av. Xalapa s/n Tel. 8 18 75 62
PINACOTECA DIEGO RIVERA J.J. Herrera 5, Centro Tel. 8 18 18 19 REALIA Xalapeños Ilustres 66, Centro Tel. 8 17 50 09 SCARABÉE DANZA Zamora 71, Centro Tel. 8 121003 y 2281451200 LA TASCA Xicoténcatl 74, Centro Tel. 8 17 50 09 TEATRO DEL ESTADO Ignacio de la Llave Esq. Rubén Bouchez, col.Tamborrel Tel. 8 17 65 47 TEATRO LA CAJA La Pérgola, Col. Lomas del Estadio Teléfono: 8 18 38 16 TEATRO LA LIBERTAD Ignacio de la Llave 105 Plaza Manos Veracruzanas TLAQNÁ, SALA DE CONCIERTOS Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte de la UV Col. Emiliano Zapata
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CHARLA CON BRENDA RÍOS E ITZEL GUEVARA Palabra de Autor Viernes 10 de abril, 19:30 h. Sala 1 Ágora de la Ciudad
MAYCO OSIRIS RUIZ SOBRE SU LIBRO EL REVÉS DE ESTA LUZ Palabra de Autor Miércoles 15 de abril, 19:00 h. Sala 1 Ágora de la Ciudad
CHARLA CON JOSÉ HOMERO Y RAFAEL ANTÚNEZ Palabra de Autor Miércoles 22 de abril, 19:00 h. Sala 1 Ágora de la Ciudad
MIGUEL ÁNGEL QUEMAIN CHARLA SOBRE OCTAVIO PAZ Palabra de Autor Viernes 17 de abril, 19:30 h. Auditorio de El Ágora de la Ciudad
CHARLA CON JOSÉ MIGUEL BARAJAS GARCÍA, EMMANUEL RUIZ E IDALIA SAUTTO Palabra de Autor Jueves 30 de abril, 19:30 h. Sala 1 Ágora de la Ciudad
22 TALLERES, CURSOS, DIPLOMADOS Y MÁS TALLERES Y ACTIVIDADES EN LA CASA DE NADIE
Pilates, tango, dibujo, jarana, fotografía y más Informes a casadnadie@gmail.com La Casa de Nadie, Callejón Jesús te Ampare
CURSOS Y LICENCIATURA EN NANDEHUI DANZA
Salsa, streching, flamenco, gimnasia y más Informes al 8 14 89 07 Nandehui Danza
TALLERES Y CLASES EN SCARABÉE DANZA
Flamenco, danzas polinesias, danza fusión, danza para peques y más Informes al 2281 45 12 00 y scarabeedanza@gmail.com Scarabée Danza, Zamora 71 al lado del Callejón Jesús te ampare
CURSOS EN LA CEIBA GRÁFICA
Cerámica, encuadernación artesanal, grabado textil y más Informes al 8 16 93 30 y ceibagrafica@gmail.com La Ceiba Gráfica, Hidalgo 1, La Orduña, Coatepec
CLASES EN CORAZÓN CON MANOS
Guitarra, flauta, violín, saxofón, canto y más Informes al 8 12 21 67 Centro cultural Corazón con Manos, Poeta Jesús Díaz 184, casi esq. con Av. 20 de Noviembre
ASEGURÓ EL ESCRITOR ENRIQUE SERNA
TOLERANCIA A LA CORRUPCIÓN OCASIONÓ DESASTRE DELINCUENCIAL EN MÉXICO PAOLA CORTÉS PÉREZ
E
l escritor Enrique Serna aseguró que la tolerancia a los actos de corrupción por parte de la sociedad mexicana ha ocasionado las atrocidades, el horror y el desastre delincuencial que se vive en el país, al presentar su más reciente novela La doble vida de Jesús, en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV), el pasado 24 de marzo. Serna charló con estudiantes, docentes universitarios y público en general, durante el Seminario Metamorfosis de la Sátira, realizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L), del 23 al 27 de marzo. Señaló que la moral dominante en la sociedad mexicana tiende a condenar con más rigor las faltas relacionadas con lo familiar o privado, que las vinculadas con lo público o cívico. “Pareciera que existe una especie de aprobación tácita a la corrupción, esto es lo que nos está llevando a este horror y desastre delincuencial. ”Este tipo de peccata minuta (pecados veniales) es lo que nos ha conducido a atrocidades como las ocurridas en Iguala, Guerrero, donde llegó a haber un alcalde lacayo de los capos del crimen organizado en esa región. Como éste hay muchos ejemplos en el país.” Fue esta realidad mexicana la que lo inspiró para escribir La doble vida de Jesús, que describió como un híbrido entre la novela negra y política. “Hay siempre situaciones impredecibles, golpes dramáticos, sorpresas, etcétera”, comentó a los asistentes que abarrotaron el Salón Azul para escucharlo. Admitió que durante un periodo prolongado estuvo en la “literatura evasiva de la realidad mexicana contemporánea”, así lo demuestran sus últimos libros Fruta verde y La sangre erguida, novelas que calificó de intimistas. Pero fue la psicosis de inseguridad, la descomposición social, la tragedia delincuencial que se ha vivido en México desde hace 10 años, lo que lo llevó a escribir esta novela que tiene más parecido con el género literario de los títulos de su primera época –Uno soñaba que era rey y El miedo a los animales–, pero con un contenido político más explícito y evidente. El protagonista de La doble vida de Jesús es Jesús Pastrana, síndico del ayuntamiento de Cuernavaca, Morelos, político intachable con aspiraciones a gobernar el municipio donde vive, quien además se ha encargado de vigilar los ingresos y egresos del gobierno municipal con tal escrúpulo que sus compañeros de trabajo lo llaman “El sacristán”. Recordó que lo primero que esbozó fue el personaje y como paso siguiente desarrolló la historia, para lo cual se preguntó “Si fuera un político de estas características, ¿a qué tendría que enfrentarme si quisiera llegar a la alcaldía de la ciudad en la que vivo?”, entonces surgió la historia de Jesús Pastrana. “Siempre he creído en los versos de Álvaro Carrillo que dicen ‘En este mundo tan profano,/quien es limpio no es humano’, por eso construí un personaje que tuviera un talón de Aquiles, que está locamente enamorado de un travesti de nombre Leslie, esto lo hará un hombre muy vulnerable al darle armas a sus enemigos políticos. Esto da una tensión dramática a la novela.”
PERFORMANCEINTERPRETACIONESSOBREINTERPRETACIONES
Lo que más le gustó plasmar en esta novela, compartió, fue la idea de defender una relación que a la mayoría de la moral convencional mexicana le parecería –o le parece– condenable. “Me divertí mucho al escribir las escenas de alcoba, el describir cómo va creciendo está pasión prohibida entre Jesús y Leslie”.
En el Seminario Metamorfosis de la Sátira, el escritor presentó La doble vida de Jesús, novela inspirada en la realidad contemporánea del país
El también ensayista detalló que le llevó un año escribir la obra, ya que no tuvo que realizar un trabajo previo de investigación, pues fue inspirado por algunos hechos de la realidad mexicana, como lo acontecido en el estado de Michoacán. “Sé que hay muchos reportajes sobre la complicidad del poder político con el crimen organizado, pero lo que traté de hacer es articular lo íntimo con la vida pública, mi intención fue reproducir una época donde el miedo está envileciendo a la sociedad mexicana.” Víctor Hugo Vázquez Rentería, presentador de la novela, apuntó que la destreza narrativa que desarrolla Enrique Serna es uno de los baluartes de La doble vida de Jesús. Otra característica a resaltar, indicó, es la riqueza de voces que se ocupa de configurar dos historias: la de una pasión intensa y oculta entre un político cabal y un travesti –más bien atascado–; y la de la violencia social que vive Cuernavaca, ciudad donde vive el personaje principal. “Ambas historias irán disputándose la primacía en la novela”. El profesor de las facultades de Letras Españolas e Idiomas de la UV resaltó que los 18 capítulos están redactados a la manera de los grandes folletines decimonónicos, lo que permite que cada uno sea leído como si fuera una historia individual. La doble vida de Jesús, finalizó Vázquez Rentería, es una novela que nos habla del conocimiento de dos mundos que va adquiriendo Jesús Pastrana, que le permite tener la alegría de vivir, “una alegría que parece decirnos que hay plumajes que para poder cruzar el pantano tendrían que mancharse más”.
I
ABRILDE2015 NÚMERO213
REALIZARON DOBLE INAUGURACIÓN EL 27 DE MARZO
GABRIEL MACOTELA Y MARIBEL AVILÉS EXPONEN EN EL MAX ADRIANA VIVANCO
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l Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana (UV) alberga el trabajo plástico de Gabriel Macotela y Maribel Avilés Junco, quienes presentan sus colecciones La bestia y Mujer-es, respectivamente, las cuales fueron develadas el 27 de marzo y están abiertas al público de martes a domingo en horario de 9:00 a 16:45 horas. La bestia estará en el MAX hasta el 12 de abril y Mujer-es hasta el 20 de este mes. La obra pictórica y escultórica de Avilés Junco, que se ubica en el mezzanine,
“muestra el desarrollo estético que las mujeres han tenido en el arte, la idea de este proyecto es trabajar sobre el cuerpo de la mujer desde un punto de vista muy particular. Actualmente la industria de la moda maneja una estética muy cerrada acerca de la imagen de la mujer, donde la escualidez se sobrevalora, es por ello que Maribel busca hacer una exploración y una reflexión sobre otro tipo de mujeres más voluptuosas”, refirió Beatriz Sánchez Zurita, coordinadora de exposiciones temporales del MAX.
Mujer-es de Maribel Avilés Junco abierta hasta 20 de abril
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La bestia de Gabriel Macotela permanecerán abierta hasta el 12 de abril
Explicó que la propuesta artística “se vuelve muy lúdica y es un homenaje a estas mujeres que no por tener unos kilos de más dejan de ser mujeres bellas y sensuales, es una forma de hacer eco de estos cuerpos que no son tan difundidos pero que tienen una carga simbólica y sensual muy importante.” Respecto de Macotela, quien presenta una maqueta del tren La Bestia, Sánchez Zurita señaló que “ha sido una persona que se ha comprometido con la problemáticas sociales de este país de una forma muy directa, en el sentido de que ha hecho obra en torno a problemas como Acteal, Aguas Blancas, Ayotzinapa, no con la idea de hacer del arte nota roja, pero sí con la intención de hacer una reflexión y presentar su punto de vista”. La maqueta se expone junto con un poema de Mardonio Carballo que habla sobre los migrantes y fotografías de Rubén Ochoa. Cabe destacar que en la develación de la pieza participó Eugenio
Elías, quien hizo la música para el evento. Por su parte, Maura Ordóñez, directora del MAX, comentó que este recinto abre sus puertas con mucho gusto al trabajo de Avilés y Macotela, respecto de este último señaló: “Es un artista que busca sumar voluntades, es un artista comprometido con su obra, con la comunidad artística, con los mexicanos, y por ello es un gusto tenerlo en el MAX”. Sánchez Zurita y Ordóñez afirmaron que las exhibiciones son parte de una nueva encomienda que prepara el MAX, con la intención de buscar nuevos públicos y acercar a la población dedicada al arte al trabajo de los grandes artistas plásticos de México. En este sentido, Sánchez Zurita ahondó: “Es importante que los estudiantes de artes que están en formación tengan un panorama amplio de lo que se hace fuera de México, así como la oportunidad de conocer a los grandes artistas de este país”.
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Programa: Felix Mendelssohn Obertura SueĂąo de una noche de verano
Solista: Melanie Rivera, violĂn
Concierto para violĂn Bela Bartok El mandarĂn milagroso Director invitado: Noam Zur
Sala de Conciertos TlaqnĂĄ 10 de abril, 20:30 horas
www.orquestasinfonicadexalapa.com