ISSN:2322-74GX | A帽o 27 | Edici贸n 182 | Distribuci贸n gratuita | 14.000 ejemplares | Medell铆n, marzo de 2014 | www.periodiconexos.com.co
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Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS
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Sumario En EAFIT
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Una ingeniera con sentido emprendedor Valentina Bustamante Mesa
Diamantina y La Perla es desarrollada por Susana Mejía, ingeniera de diseño de producto de EAFIT. Esta es una muestra de emprendimiento empresarial que ofrece productos hechos a mano.
Opinión
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La trampa
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3D
Juan Pablo Barrientos Hoyos
Columna sobre los escándalos de plagio y fraude académico que se han presentado en los últimos meses a pesar de las estrategias universitarias para evitarlos. Ana Cristina Restrepo Jiménez
¿Cuántas veces dentro de nuestra cotidianidad estamos expuestos a la necesidad de decidir? Y, ¿cómo saber cuándo una decisión es más compleja que otra? Votar en unas elecciones resulta ser una acción trascendental.
Actualidad
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Estructura institucional para construir capital social John Sudarsky Rosenbaum
El senador Sudarsky plantea una cultura política basada en la rendición de cuentas y en la lucha contra la corrupción superando la tradicional polaridad izquierda-derecha.
Cultura
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Los fuertes también lloran: una mirada al universo de la lucha libre Daniel Aldana Valencia
Una perspectiva distinta sobre nuestra experiencia cultural, sobre la lucha libre profesional y la falsedad que rodea todo ese espectáculo.
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Utopía, ciencia y mito
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Una orquesta de EAFIT para el país
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El arte secuencial
Agustín Patiño Orozco
¿Puede la ciencia construir una sociedad ideal?, ¿cómo entender la violencia, la injusticia y la muerte, y cuál es el papel de la razón frente a esos problemas?, ¿hay otra forma de asumir la naturaleza terrible de la vida? Maria Camila Cardona Aguirre
La Orquesta Sinfónica EAFIT, propone este año un repertorio para el enriquecimiento cultural de su público tradicional y la comunidad universitaria. Santiago Bustamante González
Sabemos que el arte se manifiesta a través de múltiples formas, una de ellas es el arte secuencial que utiliza imágenes y palabras para narrar una historia o transmitir información.
Punto Crónico
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A peso perdido no hay Santa Lucía que valga Natalia Zuluaga Salazar
Los casinos siempre han sido lugares vistos con recelo. ¿Qué sucede allí adentro? Esta es una historia ambientada en ese particular lugar con sus jugadores.
Encuentros Imagen Juan Osorno
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Un escritor de doble fe Valeria Zapata Giraldo
Héctor Abad Faciolince habla sobre el oficio al cual le ha dedicado su vida: la escritura.
Foto-reportaje
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Israel-Palestina: La tierra prometida del conflicto Paula Saravia Ruíz
Letras
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Ellos y nosotros Dara Hincapié Mejía
Fondo Editorial EAFIT
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Una viaje para meditar en “la tristeza de los destinos humanos” Daniel Palacio Jiménez
Una retrospectiva a la obra de Fernando González por el quincuagésimo aniversario de su muerte.
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La salud clama dignidad Simón Pérez Londoño
Director / sperezl1@eafit.edu.co
En
época electoral, donde ciertos partidos se aferran a supuestos mesías y otros se endulzan con mermelada, suele pasar que gran parte de los problemas fundamentales que aquejan al país quedan eclipsados en medio de los volantes, las vallas y la oda a la personalización del poder. Uno de esos inconvenientes invisibilizados, sin duda alguna, es el eterno caso de la salud pública, que ha sido en los últimos años objeto de críticas y de una bajísima calificación por parte de la sociedad colombiana. Y no es para menos: a pesar de que la Ley 100 de 1993 permitió que más colombianos tuvieran acceso al sistema de salud, aumentando la cobertura de manera positiva en tan sólo 10 años, los problemas de calidad y de desigualdad no son ajenos a dicho sistema. De nada sirve que la cobertura alcance cifras superiores al 90% de la población si en Colombia se pueden llegar a interponer más de 100.000 tutelas al año que reclaman el derecho a la salud. Según un estudio que realizó la Defensoría del Pueblo el año pasado, el 70% de las tutelas interpuestas en el año 2012 en materia de salud exigían medicamentos contenidos en el POS (Plan Obligatorio de Salud), es decir, medicamentos que por obligación las EPS deben brindar sin ninguna discusión. Y las cifras pueden llegar a ser más alarmantes: de las acciones de tutela interpuestas por tratamientos, el 88% solicitaron procedimientos incluidos también en el POS. Según lo anterior, el sistema de salud colombiano sufre un gran
contraste: por un lado tiene una cobertura que lo ubica entre los mejores de Latinoamérica y por otro posee grandes problemas de calidad y de incumplimiento a los usuarios. Digamos que esto último también se refleja en la insatisfacción: como afirma una encuesta realizada por Gallup a mediados del 2013, de 600 colombianos encuestados el 81% consideró que el país había desmejorado en su servicio de salud. Esto último responde por supuesto a la baja calidad que se presta y quizá a la percepción generalizada del mal manejo que tienen muchas EPS.
a hacer cuando el propio ministro Alejandro Gaviria, quien intercedió por la joven, asumió el caso. Pero el problema es que, ya en esa fecha, el trasplante no era viable por el desarrollo que durante esos meses tuvo la enfermedad. De este modo, la joven fue declarada desahuciada al no tener ya probabilidades de vida al menos en Colombia.
UN CASO NADA AISLADO
Lo que le ocurrió a Camila ha llamado la atención de los principales medios del país; su voz ha sido escuchada en los más importantes programas radiales y su caso expuesto en páginas de varios periódicos. Pero lo más importante -lo que en realidad es el trasfondo de las palabras acuciantes de la jovenaún no se ha dado: una verdadera discusión nacional sobre lo que debe hacerse con un sistema de salud que hizo agua por todos lados.
Son cientos de miles los colombianos que han sufrido de alguna manera los desbarajustes del sistema. Un caso que en los últimos días ha causado estupor en las redes sociales es el de la joven Camila Abuabara, quien personifica el drama de las inconsistencias que creó la Ley 100 de 1993, y que ha mostrado a la luz pública un fenómeno que está lejos de ser aislado. A Camila, a causa de una leucemia que padece desde 2010 y que fue tratada inicialmente con quimioterapia, se le notificó en el año 2013 que necesitaba de carácter urgente un trasplante de médula. Según ella misma ha informado a distintos medios -su presión vía Twitter ha logrado resultados imponderables-, su EPS -Sanitas- se demoró tres meses en trámites administrativos para aprobar el procedimiento. Y sólo lo vinieron
Al final, a Camila se le apareció una luz con un tratamiento experimental en los Estados Unidos, pero todo depende aún de trámites administrativos y de los avances de la ciencia. Y ahora no se sabe si se debe confiar en ellos.
Como el de Camila, se pueden escuchar casos por todo el territorio. Trámites, negaciones, demora en un servicio del que dependen vidas. No sólo hemos venido asistiendo al espectáculo de un sistema de salud que se maneja como un negocio, sino que con la inconformidad de los colombianos hemos podido notar que cada vez se afianza como uno que en muchas ocasiones abusa de sus clientes
DIRECCIÓN Simón Perez Londoño sperezl1@eafit.edu.co GERENCIA María F. Villafañe García mvillafa@eafit.edu.co
Ideas y Cultura Asociación Cultural
Periódico Estudiantil NEXOS
EDICIÓN Valeria Zapata Giraldo vzapata1@eafit.edu.co Daniel Aldana Valencia Valentina Bustamante Mesa María Camila Cardona Aguirre Gino Paul D’Paola Puche Felipe Murillo Carvajal Daniel Palacio Jiménez Juliana Rodríguez Cano Natalia Zuluaga Salazar DESARROLLO HUMANO Gabriela Restrepo Betancur grestr12@eafit.edu.co María Camila Hernández Correa
y los pone al borde del abismo. ¿Acaso el número anual de tutelas reclamando tratamientos incluidos en el POS ya no da un indicio de las carencias de nuestro sistema? Parece que no, y ya a algunos mediocres políticos se les ha ocurrido hasta eliminar la acción de tutela en lo concerniente a la salud. En un panorama como el descrito, la necesidad de cambio se hace urgente. Ahora bien, también se tendrá que poner atención suficiente como para no dejar que nos metan otros engendros como los que generó la Ley 100. Pero con un Congreso que tiene un número considerable de miembros cuyas campañas fueron financiadas parcialmente por las EPS, parece difícil. ¿Con qué fin estas entidades financian a ciertos políticos? Es una pregunta que debe hacerse la sociedad colombiana. Lo cierto es que en el 2014 se definirá si la actual reforma a la salud será aprobada. Desde finales del año pasado se ha escuchado el malestar desde muchos sectores, como el de asociaciones de médicos y facultades de medicina que prevén los peligros contenidos en el proyecto. El deber que tenemos como ciudadanos será sin duda hacer parte de la discusión en torno a nuestra salud, a nuestra propia vida. Que no tengamos que sufrir con palabras tan dolorosas -pero siempre tan dignas- como las de Camila en su lucha por un tiempo extra: esperemos que, con la participación y evitando que siga la salud como negocio, nosotros mismos la podamos dignificar.
MERCADEO Carlos Mario Arbelaéz Reyes carbel16@eafit.edu.co Santiago Jaramillo Jaramillo Mateo Emilio Saltaren Figueroa PORTADA Juan Esteban Tobón Alzáte DISEÑO Y MONTAJE Edison Alberto A. Taborda PREPRENSA E IMPRESIÓN Casa La Patria AGRADECIMIENTOS Desarrollo Humano Universidad EAFIT Otraparte Carlos Mario Correa Soto Fundado el 13 de agosto de 1987 por Jorge Restrepo, Jaime Cadavid, Claudia Patricia Mesa y Gustavo Escobar. Personería Jurídica No. 568 de septiembre de 1993. Carrera 49 No. 7 Sur-50 / Bloque 29 oficina 401 EAFIT Teléfono: 261 93 02 / Fax 261 95 00 ext. 407 nexos@eafit.edu.co / www.periodiconexos.com.co
Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan expresamente el pensamiento editorial del periódico.
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CICLO CINEMATOGRÁFICO 2014 Con la proyección de la película “The Men” comenzó el CineClub EAFIT, que esta vez tiene como protagonista al actor estadounidense Marlon Brando. Los encuentros para este foro son los lunes a las 6:30 p.m. en el auditorio 103 del bloque 38.
Una ingeniera con sentido emprendedor Valentina Bustamante Mesa vbustam2@eafit.edu.co
Productos
hechos completamente a mano, artesanales, con acabados en cobre y tendencias guiadas por lo geométrico son las características básicas que tienen los artículos de Diamantina y La Perla. Esta es una marca desarrollada por Susana Mejía, ingeniera de diseño de producto, egresada de la Universidad EAFIT, quien desde abril del 2013 ha estado trabajando en este proyecto acompañada por Martín Zapata, que la ayuda en todos los asuntos vinculados con relaciones públicas y comerciales, fotografía y redes sociales. Cuando salió de la Universidad consiguió un trabajo en una empresa de diseño, en la cual pudo desarrollar productos de decoración desde cero, como trancapuertas, tapones de botella, entre otros. Ella se describe como una persona que siempre ha sido muy independiente y cree que esa fue una de las razones
ESTUDIANTES EN DESACUERDO Algunos estudiantes han manifestado su inconformidad con los cambios que se hicieron en la zona de comidas principal de la Universidad. Los estudiantes piden que haya un restaurante que se acomode más a sus necesidades diarias, precios más bajos y productos más variados que incluyan ofertas vegetarianas.
creen mucho en nosotros”. Además, han recibido reconocimiento tres veces por la revista de arquitectura y diseño, Axxis.
Imágenes diamantinaylaperla.com
que la llevaron a la creación de su propio negocio. Todo comenzó cuando ella, con mucho miedo, decidió dejar su trabajo y -con el dinero que le prestó su mamá, y la ayuda de Camila Gallego- empezó a formar su marca. “Para empezar, tuvimos que pasar por varias cosas: hacer investigación, análisis, modelación, desarrollo de concepto, de marca y de nombre”, comparte Susana. El camino fue muy positivo, pues sus productos han tenido gran acogida; ella misma afirma que “hay almacenes multimarca que
En el proceso de producción se ven envueltos varios actores como artesanos, ceramistas, carpinteros y trabajadores de metal. “Nos gusta mucho lo que es artesanal, lo basado en tendencias, las cosas con buenos acabados y buena calidad, así salga costoso y se tenga que vender costoso. Hemos comprobado que hay gente para todo”. Hasta el momento solo han sacado una colección y esperan, a mediados de este año, lanzar la segunda. Actualmente en Medellín se encuentran en 902 Showroom, At Home, Tienda Plasma, Vida Augusta, Makeno y en algunos almacenes en Bogotá, pero principalmente sus productos se consiguen por las redes sociales.
¿Cuántas veces como estudiantes tenemos
¡Pilas con las Asambleas!
inquietudes acerca de algo que nos incomoda o quisiéramos mejorar en el pregrado o la Universidad? Pero, ¿cuántas veces dejamos de ir a las Asambleas de carrera y tomamos este espacio como un día libre? No respondas éstos interrogantes, solo asiste y lleva contigo tus ideas este 20 de marzo a las Asambleas de 10:00 a.m. a 2:00 p.m. en las aulas asignadas a cada pregrado. Gracias a estas, los Representantes Estudiantiles hemos logrado, por ejemplo, reducir el precio de los lockers nuevos. Además, estamos trabajando en la elaboración de una política de ventas para los estudiantes dentro del campus y hemos sido un puente directo con las directivas universitarias. Cabe resaltar que el semestre pasado, la mayoría de las carreras alcanzó a cumplir su quórum, incluyendo Administración de Negocios, la cual hace algún tiempo no lo lograba. Sin embargo, la invitación es a apropiarnos de este espacio y convertirlo en un lugar donde converjan nuestras ideas en pro del mejoramiento diario de la Universidad.
AMAR Y COMPRENDER LA ÓPERA Todos los miércoles a las 6:30 p.m. desde el 5 de febrero hasta el 26 de marzo se presentará en el Aula Fabricato 27 – 101 un ciclo de ópera que tiene como objetivo mostrar destacadas obras del siglo XVIII. El estilo clásico en Viena y Francia es la temática de este ciclo. La fechas exactas de presentación se pueden consultar en la página oficial de la Universidad EAFIT.
CONTINÚAN ALIANZAS INTERNACIONALES EAFIT y la Universidad de Purdue, Estados Unidos firmaron un convenio el pasado enero para promover el intercambio y la colaboración estudiantil y de docentes entre ambas instituciones. Este es el segundo pacto que se tiene con Purdue, la cual en el 2012 otorgó a EAFIT el supercomputador Apolo.
DÉCIMO ANIVERSARIO DE COMUNICACIÓN SOCIAL Hace 10 años se inauguró el pregrado de Comunicación Social en la Universidad EAFIT. Investigaciones sobre literatura y periodismo, semilleros de lenguaje y audiovisuales, un ciclo de cine y un trabajo de memoria histórica –entre otros- hacen parte de la celebración para el aniversario.
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Juan Pablo Barrientos Hoyos
Periodista mesa de trabajo de La FM / nexos@eafit.edu.co
“Mafia de falsificación de diplomas
se infiltra en las universidades”: El Tiempo, 11 de febrero; “denuncian que policías compraron resultados del examen del Icfes”: La Fm, 9 de febrero; “por fraude no se podrán graduar 40 estudiantes de la EAFIT”: El Espectador, 10 de diciembre de 2013; “descubren banda que vendía notas en la UPB”: El Colombiano, 23 de septiembre de 2013. Y así, podría dedicar esta columna a los escándalos de plagio y fraude académico que han copado las primeras páginas de los medios nacionales solo en los últimos meses. A pesar de las estrategias universitarias para evitarlo, este fenómeno se sigue presentando. EAFIT es un buen ejemplo. Su rector, Juan Luis Mejía, viene promoviendo desde 2011 la campaña “Atreverse a Pensar”, en la que invita a los estudiantes a actuar dentro de la legalidad. Al parecer la campaña no funcionó para 40 estudiantes y para muchos otros que desde la trampa quieren conseguir un título académico. Fui profesor en dos universidades de Medellín durante los años 20112013. EAFIT fue una de ellas. Debo confesar que no tolero el plagio, y los pocos estudiantes que alguna vez perdieron la materia fue porque cometieron fraude. Cierto día fui citado por un alto directivo de una de las universidades en las que daba clase. Palabras más, palabras menos, me pidió que le ayudara a un estudiante que me había perdido la materia por haber bajado un trabajo completo de internet. Adujo que era su último semestre de derecho y que ya tenía una beca en otro
país, por lo que me pedía que le pusiera otro trabajo y le dejara la materia en 3.0. Mi indignación fue total. El estudiante tenía un largo historial de plagio y de “ayuda en ayuda” se mantuvo vigente 5 años en la universidad hasta lograr su graduación. Por obra y gracia no sé de quién, el joven se graduó, pues su trabajo se lo entregaron a un segundo calificador… ¡Hágame el favor! Asegura el gobernador Sergio Fajardo que la corrupción es más difícil de combatir que las mismas guerrillas, paramilitares y bandas criminales. Este mal tiene su génesis, muchas veces, en las aulas de clase. Un estudiante que comete plagio, y entiéndase plagio como tomar, así sea una línea de un texto, como propia, es un futuro Nule, Moreno Rojas, Emilio Tapia, Hipólito Moreno, José Juan Rodríguez, Bernardo Hoyos y póngale el nombre del bandido que sea. Un estudiante que comete plagio es un corrupto en potencia, así de sencillo. Y si la universidad lo sabe y no lo corrige, es cómplice y también está aportando su granito de arena a la degradación del país. Enhorabuena por la campaña de EAFIT. Aplausos por las medidas correctivas que se tomaron con los estudiantes que compraron los exámenes de inglés. Ese es el camino. Mucha pedagogía, acompañada de mano dura. El plagio ha tumbado ministros en otros países. En Colombia se pasea como Pedro por su casa. Nadie corrige, pocos dicen algo. Lo importante es seguir imprimiendo títulos y sacando a la calle perdedores que no pudieron ni quisieron apostarle a la educación desde la legalidad.
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La universidad nos protege. Y no me refiero a la tal “burbuja” -ese detestable lugar común- que mencionan cada vez que nos quieren criticar por ser económicamente privilegiados: las aulas universitarias nos protegen porque allí nos entregan las herramientas para interpretar la realidad, juzgar los proyectos políticos y tomar decisiones argumentadas.
RETORNEMOS A LOS ASPECTOS MÁS COMPLEJOS DE LA DECISIÓN…
3D
El voto es secreto y de carácter personal. Aunque mi cruz en el tarjetón represente a una sola persona, no sólo debe procurar el bien propio, sino el colectivo. Votar no es un acto egoísta, solitario: lo hacemos todos juntos, el mismo día, para mirarnos en las urnas y recordar que nuestro carácter ciudadano nos despoja del individualismo, nos convierte en muchos. Es por eso, también, que el voto debe ser motivado por proyectos políticos: uno no vota por personas, sino por ideas y planes que beneficien a una colectividad. El culto a las personalidades ―o caudillismo― es el reflejo de la prevalencia de una mentalidad premoderna que privilegia el dogma sobre la razón.
Ana Cristina Restrepo Jiménez nexos@eafit.edu.co
5:00 a.m.: suena el despertador. Justo en la mejor parte del sueño. ¿Me levanto ya para ir a clase de seis o doy otra pestañeadita de cinco minutos? ¿Té, chocolate o café? ¿Tenis, botas o sandalias? ¿Tablet, portátil o cuaderno? ¿Bus, metro, bici, carro o a pie? Cuántas veces en la vida, cuántas en el día, conjugamos el verbo decidir.
A
pesar de que muchas de las decisiones diarias están mediadas por la intuición y la emoción antes que por la razón, todas tienen una característica en común: buscan satisfacer una necesidad (descansar, desayunar, vestirse, tomar notas en clase, transportarse). Como es apenas lógico, las decisiones más complejas son las que exigen una mayor intervención de la razón. Pero, ¿cómo determinar si una decisión es compleja? Existen múltiples consideraciones, no obstante, en esta reflexión revisaremos tres: 1). Son complejas las decisiones cuya trascendencia se extiende en el tiempo: producen cambios a largo plazo; 2). También lo son aquellas que no se toman sólo para beneficio personal sino para el de una colectividad; 3). La dimensión de las necesidades aumenta su complejidad. Las decisiones más simples, en las cuales priman la intuición y la emoción, suelen carecer de consecuencias duraderas y solamente afectan a una persona. Por ejemplo: si decido llevar hoy (día de clase habitual) una Tablet a la universidad y se me descarga en plena clase, de no encontrar otra forma de tomar notas, yo soy el afectado directo, me atraso sólo en los temas de hoy. Difícilmente alguien más saldría perjudicado.
Decidir racionalmente implica superar el carisma detrás de los candidatos y sus campañas, ir más allá del mito que se construye en torno a algunos de ellos. Nos exige ahondar en corrientes de pensamiento, en las historias de vida de los aspirantes a cargos públicos, en sus propuestas… y, atención: ¡en sus soluciones! ¿Para qué un político que critica sin proponer?
Imagen Calsidyrose
El voto informado entiende que cuatro años en el Congreso o en la Presidencia son muy pocos para arreglar la situación de un país… pero suficientes para robárselo, polarizarlo o venderlo al mejor postor
Vamos a una decisión compleja: votar en unas elecciones. Si bien la abstención es una posibilidad respetable y válida (en un país democrático, sin voto obligatorio, como el nuestro), no debería ser la opción para una persona con la formación académica y política que ofrece una universidad como EAFIT. Y no me refiero sólo a quienes estudian Ciencias Políticas: nuestra universidad se ha esforzado por abrir sus espacios a múltiples voces de la contienda electoral para que la comunidad académica ―y la ciudadanía en general― tenga una oportunidad invaluable: la del voto informado. Tener información disminuye nuestro margen de error. Por supuesto,
la persona informada también se puede equivocar al decidir... pero cuál opción es más deseable ¿fallar por ignorancia o porque todos (los votantes, los candidatos) estamos sujetos a la frágil condición humana y podemos errar? Asumir el precio de la decisión tomada es crucial para el funcionamiento de la democracia… y, cómo no, para reclamar respon-sabilidad política al elegido que incumple sus promesas. El gran cronista latinoamericano, Rubén Blades, lo canta mejor: “Decisiones, todo cuesta: vengan y hagan sus apuestas/ ciudadanía”. Quiero detenerme brevemente en un caso común en nuestras aulas: la soberbia. “Yo ya sé por quién votar, no necesito oír a nadie”. No tiene sentido ir a la universidad si se está lleno de certezas: aquí estamos para dudar, ser curiosos, preguntar, desconfiar de lo que dicen los candidatos, los medios de comunicación… nuestros profesores, nuestros amigos, nuestros padres. ¡Duden de las palabras de esta columna! Venimos a la universidad para aprender a decidir ―no sólo en el ámbito electoral― basados en la confrontación de diversas versiones y visiones del mundo.
En el estudiante universitario está el voto de opinión, el de protesta, el formado en las ideas, que no se deja llevar por la pasión ni la presión social sino por el poder deliberativo que otorga el conocimiento. El voto informado entiende que cuatro años en el Congreso o en la Presidencia son muy pocos para arreglar la situación de un país… pero suficientes para robárselo, polarizarlo o venderlo al mejor postor. El voto informado sabe que, en Colombia, la reelección parlamentaria es indefinida y la presidencial limitada. Pero ambas existen, son posibles. Y significan la extensión del poder en el tiempo… con el peligro que eso representa. 11:00 p.m.: ¿Apago ya el computador o navego otro rato? ¿Leo o veo la televisión antes de dormir? Entonces, entramos en un lapso efímero y a la vez eterno, en el cual no contamos con la posibilidad de elegir sobre nuestro destino: cuando dormimos. En nuestros sueños nocturnos, somos simples invitados, operan mecanismos inconscientes ― incontrolables para la mayoría de las personas― que deciden por nosotros. Despertar, dudar, decidir. Tres dimensiones de la democracia. Tres ejercicios de la ciudadanía crítica y responsable con un mismo fin: construir juntos. FIN
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Estructura institucional para construir capital social John Sudarsky Rosenbaum nexos@eafit.edu.co
La
equivoca al plantear el conflicto entre clases, cuando la clase a combatir es la corrupción y el clientelismo de la clase política.
polaridad izquierda-derecha es de las más socorridas en la clasificación de las posiciones políticas, y hoy en día en Colombia, de las más inútiles. Por un lado está la derecha conservadora tradicionalista ultramontana que quisiera que todo siguiera igual que a finales del siglo XIX; la otra, la derecha del orden (sin mucha ley) de Álvaro Uribe, buscando afirmar como sea que son el Centro Democrático. Por otro lado está la izquierda estadocéntrica, con un énfasis en que el Estado garantice los derechos sociales irrespectivamente de la sostenibilidad fiscal y sin especificar muy bien, fuera de aumentar los impuestos a los ricos, cómo cubrirían estos gastos del Estado sin desestimular la inversión. Llegan en los casos más delirantes a negar que Colombia se pueda enfrentar en un momento a una crisis fiscal y que sea necesario asegurarse de mantener su sostenibilidad. Estos temas son rotulados como neoliberales sin tener en su registro la diferencia entre estos últimos y los neoconservadores, que eliminaron la regulación del Estado, premisa de los neoliberales. Por ejemplo, el neoconservador Bush eliminó la regulación y provocó la crisis global del 2008, posición de la cual Álvaro Uribe es ejemplo entre nosotros. Aun hoy pudimos constatar en la Comisión Primera del Senado que la Superintendencia de Vigilancia -que supervisa un sector que representa el 1.1 por ciento del PIB, y ocupa cerca de 200.000 personas- cuenta con 120 empleados y cuatro inspectores para todo el país. Y esto sucedió con la superintendencia de Puertos, el otorgamiento de títulos mineros, el INCO, etc. etc. La polaridad izquierda-derecha la debemos ver entonces como la base de un triángulo donde lo interesante está en la parte superior del mismo: una cultura política que enfatice la rendición de cuentas, la acontabilidad, la transparencia, el compromiso de los elegidos ante los electores, la responsabilidad fiscal y el involucramiento de los ciudadanos en espacios de participación estructurados, para que ellos puedan ejercer el control social sobre la administración y le ayuden a priorizar lo que ella considera importante para resolver sus problemas, en pocas palabras, una posición sociocéntrica. Y aquí comienzan a aparecer asuntos que ni izquierda o derecha plantean. El problema es el modelo de gobernabilidad con que se ha operado en Colombia por largo tiempo. Este se basa en el clientelismo y la corrupción, que no son un vicio de la política sino intrínsecos a su práctica en Colombia. Con este modelo la gobernabilidad la logra el gobierno repartiendo segmentos completos del ejecutivo, especialmente en las regiones, a
¿Cuál es la alternativa al anterior modelo? Uno donde los congresistas tengan que responsabilizarse ante el colectivo de sus electores en un territorio, no como ahora donde una multiplicidad de congresistas cultivan y prometen alimentar sus clientelas personales que reparten en múltiples territorios. Esta necesidad de rendirle cuentas a sus electores cambiaría la dinámica pues se vería legítimo que, por ejemplo, un representante a la cámara luchara por conseguir recursos colectivos para un territorio de, digamos 420 mil habitantes, donde éstos se han organizado a través de una sociedad civil densa, articulada y autónoma, tan gravemente castigada por los gobiernos de Álvaro Uribe. Esta sociedad civil, a través de procesos participativos como los presupuestos y la planeación participativa que ya tiene un amplio espectro de experiencia en Colombia, priorizarían el gasto en su territorio y ejercería luego el control social sobre un preciso congresista (de lo que se trata es de concentrar la atención del electorado, no ofrecer más información), produciendo además el saldo pedagógico que la deliberación cara a cara produce.
políticos de la coalición, quienes, para reproducirse y resarcirse de costosas campañas políticas, se apropian del Estado y lo bloquean en su capacidad de implementar (ojo, en esta etapa del clientelismo el problema es de implementación) las soluciones a los problemas que requieren los colombianos. La última si no la más dramática de estas instancias es lo que, nos cuenta la Silla Vacía, sucedió con el Banco Agrario, que quedó en manos del senador Roberto Gerlein, para gastarse según parece, los tres billones asignados al Pacto Agrario – si, Dr. Guillermo Perry, sus temores se confirman-. Seguramente veremos votos por el senador Gerlein en todo el país, no sólo en Barranquilla, todo esto para garantizar la endeble alianza de gobierno, muy bien aprovechada por partidos con vocación extorsiva. Como podemos ver, el problema no son recursos ni políticas públicas -el área donde la izquierda se concentra- sin ver que los recursos solo alcanzan para problemas prioritarios, que hay que escoger y que se pierden vía el modelo de gobernabilidad. Igualmente, el ejemplo de Samuel Moreno en Bogotá muestra cómo el modelo se reproduce en administraciones de izquierda y derecha. En ese sentido la izquierda se
Esta propuesta, formulada para reemplazar el sistema electoral actual por un sistema mixto, es el punto de referencia para evaluar la acción de un gobierno -no lo que dice que va a hacer sino lo que hace- en la práctica de la democracia deliberativa. Y es en ese sentido que la administración Petro se raja de arriba a abajo. Estos procesos locales (¿los 420 mil habitantes?) que forman parte de su programa de gobierno, terminaron en que unilateralmente él determinó en qué se gastaban los recursos. Adicionalmente, en el POT (Plan de Ordenamiento Territorial), aprobado por decreto, los procesos de estudio por UPZs (Unidad de Planeación Local), se desestimularon. En lugar de los acuerdos se utilizó un mecanismo autócrata, muy leninista, aun teniendo experiencias muy cercanas a su administración en implementaciones exitosas de estos procesos. Por supuesto que estos son temas centrales de la paz y el post-conflicto: cómo crear una estructura institucional para construir capital social, tejer la sociedad civil y la confianza o, por otro lado con la estructura electoral actual, garantizar que los problemas del clientelismo y sus nefastas consecuencias en corrupción continúen permeando la sociedad colombiana post acuerdo de paz. Este es el problema a resolver y cómo implementar las soluciones que el país requiere. Izquierda y derecha deben pensar en esto, no en su anquilosado discurso para otro país y otra época.
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Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS
Un escritor de doble fe Valeria Zapata Giraldo vzapata1@eafit.edu.co
combinan bien, de contacto con lectores, y a eso si quieres lo podemos llamar inspiración. N: A PROPÓSITO DE LA CONFERENCIA, “EL OFICIO DE NO ESCRIBIR”, QUE DICTÓ EN HOLANDA EN ENERO DE 2011 Y AHORA PUBLICADA EN SU BLOG, MENCIONA QUE EL OFICIO DEL ESCRITOR PUDIESE LLEGAR A SER PELIGROSO Y ANGUSTIANTE. PERO TAMBIÉN, RESPECTO AL LIBRO DE PIEDAD BONNET, “LO QUE NO TIENE NOMBRE”, ES POSIBLE VER QUE LA LITERATURA PUEDE SERVIR PARA LIBERAR Y ENCONTRAR UNA ESPECIE DE REMEDIO. ¿CREE QUE EN LA ESCRITURA ESTÁ SIEMPRE ESA DUPLICIDAD O HAY UN ELEMENTO MÁS PRESENTE QUE EL OTRO?
Bajo miles de libros y lectores
es ahora frecuente encontrar a Héctor Abad Faciolince, quien desde el inicio del año ejerce como Jefe del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas en la Universidad EAFIT. Su oficina, en un primer piso, es un cubo de dos laterales color gris, y dos más en vidrio, uno donde está la puerta de entrada y otro justo al frente con una persiana. A través de ese último se observa el espejo de agua que rodea la Biblioteca, y en él los reflejos de los que pasan, árboles y un cielo azul abierto desde donde el sol ilumina y calienta el asfalto de la plazoleta principal. Abad Faciolince se acomoda en uno de los dos muebles café que tiene en su cubo laboral. Sobre una mano recuesta la cabeza y a medida que el tiempo pasa, juega de vez en cuando con su cabello gris. Desde esa posición, durante cerca de una hora, habla al Periódico Nexos sobre el oficio al que le ha dedicado la vida: la escritura. NEXOS: EN SU COLUMNA, “INSTRUCCIONES PARA
ESCRIBIR UNA CRÓNICA”, HACE UNA DIFERENCIACIÓN ENTRE LO QUE ES UN ESCRITOR CRÓNICO Y UN ESCRITOR LITERARIO. ¿CUÁL DE LOS DOS HA EJERCIDO MÁS A LO LARGO DE SU CARRERA? Héctor Abad Faciolince: El periodismo, al ser un oficio del que he vivido, es algo que yo tengo que hacer y no puedo sacar disculpas. Esa encarnación a la que he estado obligado es la que más he frecuentado, pero nunca he dejado de hacer otras cosas con más libertad. No hay ninguna con la que me sienta mejor, digamos que aunque el periodismo haya sido una fuente de sustento, tampoco me disgusta…uno muchas veces tiene la sorpresa en la vida de que lo que hace por obligación le puede salir incluso mejor que lo que hace en entera libertad. A veces la libertad produce una especie de quietud, de apatía, de incapacidad de empezar. N: PARA SALIR DE LOS TIEMPOS DE SEQUÍA EN LA ESCRITURA, ANDRÉS CAICEDO CUANDO ESTABA ESCRIBIENDO SU NOVELA “¡QUÉ VIVA
LA MÚSICA!” RECURRÍA A ALGUNOS AUTORES COMO EDGAR ALLAN POE PARA RETOMAR LA INSPIRACIÓN. ¿RECURRE A LO MISMO CON ALGÚN AUTOR EN ESPECIAL? H.A.F: Hay escritores que le devuelven a uno la fe en la profesión, porque para escribir hay que tener una doble fe, una fe en la literatura y una fe en que escribir libros vale la pena. A veces me aplico pequeñas dosis de esos escritores, tipos como Primo Levi, Joseph Roth, y poetas como León de Greiff. La fe es siempre irracional, la fe en la literatura es irracional. No hay una manera de comprobar científicamente que la literatura en efecto es útil o sirve para algo, pero los que nos devuelven esa fe son esos santos que cada uno tiene en el oficio. Yo muchas veces la pierdo, pero sí, la receta de Caicedo es buena. Leer a los grandes autores anima. Anima no porque uno pueda escribir como ellos, sino porque uno ve que se puede escribir como ellos. N: ¿CUÁNTO HAY DE INSPIRACIÓN Y CUÁNTO DE
TRANSPIRACIÓN AL MOMENTO DE ESCRIBIR? H.A.F: En esos momentos de crisis, que en el caso mío son muy largas, uno hace muchas cosas para tratar de superarlos. Un ejemplo de ello es cambiar de trabajo como lo acabo de hacer saliéndome de Blu Radio para no empezar todos los días con una discusión, con una pelea, que de alguna manera mancha y contamina el resto del día de molestia, de lucha interior con uno mismo.
H.A.F: Es muy raro, es algo doble y contradictorio. Se ha dicho que el mayor riesgo profesional de los poetas es el suicidio, así como el riego profesional de un electricista es electrocutarse, el de los poetas el pegarse un tiro, porque el fracaso esta siempre como en un horizonte muy cercano. Uno le esta apostando a salvarse por la escritura como Piedad Bonnet, pero si uno se la apuesta todo a esa salvación por la escritura, y fracasa, lo que hay al frente es un abismo hacia el que uno o salta o sale corriendo para atrás. Sobre todo para los escritores, escribir es más difícil, porque uno ha leído mucho más y se ha dado más cuenta de cuál es el nivel que habría que alcanzar, y entonces notar que las expectativas, los deseos, las ambiciones literarias no se corresponden con lo que uno es capaz de hacer es muy duro.
Entonces, para salir de una sequía, acepté este trabajo en la biblioteca, y también para estar en contacto con esa gravitación de los libros, porque yo siento que estoy aquí debajo de un imán inmenso que me llama y que me recuerda que el oficio mío es el de los libros.
N: YA QUE HABLA DE LA AMBICIÓN LITERARIA, ¿POR QUÉ EN ALGUNOS ESCRITORES SURGE EL AFÁN DE ESCRIBIR MUCHO? ¿POR QUÉ NO CONFORMARSE CON TENER UNA BUENA NOVELA EN VEZ DE ESTAR PRODUCIENDO CONSTANTEMENTE?
Aquí sudo, sí, transpiro en oficios de compra de libros, de ideas para promocionar la lectura entre los estudiantes, pero al mismo tiempo yo espero que ese contacto permanente con libros me manche a mí, no de malestar como con una discusión diaria en una emisora, sino que me manche de palabras que se
H.A.F: Hay artistas que tienen el don de ser prolíficos y de hacer cosas muy buenas en una vida muy corta, por ejemplo Mozart, o escritores que han escrito mucho toda la vida como Philip Roth, pero que a los 80 años decide no volver a escribir y se siente liberado. Muchas veces uno debería poder tomar la decisión
Marzo de 2014 en cualquier momento de su vida de no escribir más. Pero es como todas las cosas, uno se debate entre lo que puede hacer, entre lo que los demás le exigen y entre las necesidades materiales. Muchos escritores tienen simplemente necesidades materiales, no saben hacer otra cosa y entonces escriben una novela al año, buena o mala, como escribo yo mis artículos que, buenos o malos, tengo que escribirlos. Yo creo que los escritores que escriben por una necesidad material y publican, sea como sea, una o dos novelas al año, en general quedan destrozados por la mediocridad. N: EN LA REVISTA SOHO EN 2011 PUBLICÓ UN ARTÍCULO LLAMADO “PROYECTO BARBA”, EN EL QUE DECÍA QUE NO SE AFEITARÍA LA BARBA HASTA NO TERMINAR LA NOVELA QUE ESTABA ESCRIBIENDO EN ESE MOMENTO. ¿SÍ LO LLEVÓ A CABO? H.A.F: Bueno, como ven tengo la barba muy cortica (risas)…esa novela que estaba escribiendo se llamaba “Antepasados Futuros” y efectivamente yo estaba muy desesperado ya con una barba hasta el pecho. Desde que retomé su escritura en un retiro para escritores en Italia, tomé la decisión de no volverme a afeitar y la acabé en seis o siete meses. Digamos que la molestia cotidiana de sentirme como un vagabundo todos los días era una presión adicional, pero lo que pasa es que la novela no me gustó y se quedó en un baúl donde yo guardo cosas. No la quemé, pero tampoco la iba a publicar porque no quedé satisfecho con ella, así que cuando le puse punto final a una primera versión, fui a una peluquería y me afeité. N: RESPECTO A LA TWITTER NOVELA, OTRO PROYECTO QUE TENÍA, ¿POR QUÉ NO LA TERMINÓ? H.A.F: Es que la mayoría de las cosas no las termino (risas). Yo muchas veces me siento con muchas ideas, empiezo, hago algo y después…me desentiendo, abandono el proyecto a mitad de camino. Yo creí que podía escribir una novela frase a frase todos los días, porque así se escriben las novelas, frase por frase, pero perdía el interés. Una novela también se lee frase por frase pero uno pierde el hilo apenas leyendo una línea cada día, y en Twitter más, porque uno lee lo que llega cuando está conectado y es muy difícil seguir toda la línea del tiempo hacia atrás. Empecé una historia, pero empezaron a salirse ramas y cosas raras y me aburrí
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Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS y la dejé como tantos otros proyectos…iban a ser mil tweets y me quedé como en el trescientos algo. N: EN LA TWITTER NOVELA SE ALCANZA A NOTAR UNA CLARA INFLUENCIA DE LA REALIDAD EN LA ESCRITURA DE FICCIÓN, AL ADJUNTAR FOTOGRAFÍAS DE LOS PAISAJES QUE TENÍA AL FRENTE AL MOMENTO EN QUE ESCRIBÍA Y ASOCIANDO ESTAS CON SU HISTORIA. ¿QUÉ TANTO DE FICCIÓN Y QUÉ TANTO DE REALIDAD TIENEN SUS ESCRITOS EN GENERAL? H.A.F: Hay cosas que Twitter me permitía; por ejemplo, si yo estaba oyendo una música, ponía al personaje a oír esa música mostrando un link en Youtube. Además de eso quería que en la novela algunas de las decisiones no las tomara yo sino que las tomara el azar, entonces usaba los dados y filmaba con mi teléfono la decisión de si el protagonista iba a tener hijos o no y cuantos hijos iba a tener, y él me lo iba diciendo. Muchas veces el dado coincidía con mi vida, como el número de hijos que dio para mi protagonista, dos, y juro que es verdad y lo filmé. La ficción es siempre una mezcla rara de la propia experiencia. Cuando uno está muy obsesionado escribiendo un libro, todo lo que vive se canaliza hacia lo que uno está creando.
Yo no tengo mucho placer al momento de redactar, yo tengo placer al momento de terminar y sentirme satisfecho.
N: ¿TIENE ALGÚN HÁBITO A LA HORA DE ESCRIBIR? H.A.F: Yo he descubierto que la escritura y la caminata, sobre todo la caminata silenciosa y solitaria son dos cosas que van muy de la mano. Para escribir, caminando solo por el campo con una libretica en el bolsillo como las que yo uso, las ideas me llegan, sudando por la caminada, la inspiración llega espontáneamente. Para escribir no puedo escuchar música porque me gusta mucho y me distrae. Yo tengo una finquita en La Ceja que es como un sitio ideal para escribir porque es muy silenciosa, no tengo vecinos ruidosos y puedo caminar por el bosque y por carreteritas que hay…¡Pero este también es un buen sitio para escribir!
Aquí veo agua, veo reflejos, veo árboles, veo jóvenes, todo está lleno de vida.
N: ¿ESCRIBE Y LEE TODOS LOS DÍAS? H.A.F: Trato de leer todos los días. Antes leía muchos más libros, ahora paso mucho tiempo leyendo en la red. Escribo siempre que puedo y tengo una idea o un compromiso. Por ejemplo, sé que este fin de semana, en la finquita en La Ceja, tengo que escribir un artículo para el New York Times, porque es por encargo y ya me comprometí. Últimamente como tengo tantos compromisos y solicitudes, escribo más artículos por obligación que novelas porque me salen…para bien o para mal es así. N: ¿LA OBLIGACIÓN NO HACE PERDER EL PLACER AL MOMENTO DE REDACTAR? H.A.F: Yo no tengo mucho placer al momento de redactar, yo tengo placer al momento de terminar y sentirme satisfecho. Mientras redacto lucho con lo que estoy haciendo, con las palabras, con las ideas, puliendo, concentrándome en que sea claro, que sea llamativo y que no sea repetitivo. Sí, yo escribía con mucha más libertad cuando nadie me conocía, nadie me leía y no tenia editoriales…ese fue un momento de mi vida que a veces añoro, porque después la cosa cambia, todo el mundo le publicaría a uno incluso una idiotez pero entonces se corre el riesgo de publicar idioteces. N: HA TENIDO MUCHOS PAPELES EN SU RELACIÓN CON LOS LIBROS, COMO EDITOR, LECTOR, ESCRITOR, COMERCIANTE DE LIBROS, TRADUCTOR, Y AHORA JEFE DEL CENTRO CULTURAL BIBLIOTECA LUIS ECHAVARRÍA VILLEGAS. ¿QUÉ PAPEL SIENTE QUE LE FALTA? H.A.F: Esto era lo que me faltaba, en la cadena del libro me faltaba el papel de bibliotecario, que tiene una tradición también antigua entre escritores. Me llamó mucho la atención, encarnarme en otro oficio que tenga que ver el libro y tratar de que esta biblioteca les de a los estudiantes, a los profesores y a los ciudadanos de Medellín un servicio impecable en el acceso a la información, a los libros, a los documentos, a las herramientas nuevas de libros electrónicos, de documentos electrónicos, de revistas especializadas…me parece bonito.
Instrucciones para escribir una crónica *
Un escritor crónico acaba siendo un grafómano y por ese camino termina practicando muchos géneros. Héctor Abad Faciolince nexos@eafit.edu.co
Como el que mucho abarca poco aprieta, termina por no
ser ni novelista ni cuentista ni cronista ni poeta, por haber querido ser todas esas cosas a la vez. El escritor compulsivo se levanta y se sienta, mira la hoja o la pantalla en blanco y espera alguna señal del más allá. El sismógrafo está quieto; nada parece estar vivo en su interior. Al fin una vocecita le dice: “empieza así: como quieres hablar de la crónica usa una palabra que tenga que ver con lo cronológico, con el tiempo, por ejemplo: un escritor crónico”. Y así, el escribidor empieza: Un escritor crónico… Y sigue. Lo que importa es empezar, después una frase lleva a otra y se termina el primer párrafo. Cuando uno tiene por oficio escribir, se sienta y siente su estado de ánimo. El ánimo le dice que ese día está novelista (y empieza un capítulo), o está cuentista (e imagina una historia), o está poeta (y un primer verso nace de la nada), o está articulista (y el artículo sale, frase por frase). La novela, el cuento, la poesía, el artículo, son géneros literarios sentados. Nunca he sido poeta, pero a veces estoy poeta. Sin embargo nunca se puede estar cronista; para ser cronista hay que salir, pues uno no puede sentarse a escribir una crónica de la nada. La crónica exige pasar mucho tiempo de pie, o en el camino, en la calle, mirando, averiguando, apuntando. Para quienes practican los géneros literarios sentados el genio está en las nalgas: en la capacidad de aguantar ahí quietos, en el asiento, sin levantarse, y pulir, cambiar, mejorar, consultar diccionarios. Pero para practicar la crónica el genio está en los zapatos. Quien quiera ser buen cronista tiene que andar a pie, y tener buenos ojos, buenas orejas, y desarrollar ese otro órgano que los buenos cronistas comparten con algunos insectos y con la televisión: las antenas. El cronista debe tener antenas para ver —como ve el bastón del ciego— lo que se nota sin verse, y antenas para detectar y sentir donde están las historias. El cronista tiene un lema que en español puede decirse con siete monosílabos: si no se va no se ve. El cronista tiene que ir a ver para empezar a apuntar. El cronista tiene que ir porque el cronista es testigo y lo que escribe consiste en dejar un testimonio. El cronista testifica que tal cosa ha sucedido, efectivamente, porque la vio con sus ojos, o porque estuvo hablando con quienes la vieron y recorrió los mismos sitios donde aquello ocurrió. Solo después de haber ido a ver, a pie y con ojos y con orejas y con antenas, el cronista también necesita —como el poeta, el novelista— sentarse en el asiento y tener buenas nalgas. Comprimir en palabras el relato de lo sucedido, en un orden no necesariamente cronológico, pero sí que resulte ordenado en su cabeza y en la cabeza del lector. El cronista se sienta a traducir su experiencia mental, a las palabras bien escogidas de su lengua, en nuestro caso, del idioma español. Y en ese momento usa los recursos de los géneros sentados —novela, cuento, artículo, poema— de tal manera que lo que vio en la calle, lo que averiguó oyendo y preguntando, se transcriba en palabras con gracia, con recursos aprendidos de la lectura y del ejercicio insistente de la escritura. El cronista, después de mucho caminar, de mucho ver y oír y preguntar, se sienta a escribir. Y ahí no debe oír una voz interior, como el novelista, ni atender a una música secreta, como el poeta, sino seguir los límites de la crónica, que no son otros que los de la verdad (jamás mentir) y los de la canallada (nunca contar lo que no puede ser contado, porque viola la intimidad o la dignidad de las personas). Y nada más; eso es todo; así de fácil. Así de difícil. *El Espectador 30 de noviembre de 2013
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Este muro fue construido por el gobierno israelí y patrocinado por el gobierno estadounidense. Está situado alrededor de Belén y es vigilado por israelitas. Grafitis de paz, de odio y de arte cubren grandes partes de este muro.
Este es el cementerio judío más importante de Jerusalén, ubicado en el Monte de los Olivos. todos los cuerpos judíos.
Israel-Palestina: La tierra prometida del conflicto Paula Saravia Ruiz
paula.saravia8@gmail.com
Para el peregrino entusiasmado e ignorante Tierra Santa resulta ser un
lugar de divina apreciación y de amor profundo. Para los turistas es un territorio rico en historia y de gran importancia cultural, fue allí donde se dio origen a las creencias más aceptadas de hoy. Llegar a Israel es un sueño realizado para la mayoría de devotos, no solo cristianos, sino judíos y musulmanes también, pero lo que realmente se vive en la cotidianidad es opuesto a la enseñanza de todas estas religiones. Se respira un aire de tensión entre todas las comunidades que cohabitan allí. Donde alguna vez se predicaban la paz y el amor, es ahora un terreno fundado en odio y discriminación. Es ilusorio decir que se llegará a un acuerdo para este conflicto que parece no tener fin ni verdades absolutas, pero es cierto que lo que actualmente se vive es una deshumanización e involución de los derechos humanos y los principios éticos.
No solo los niños son llevados a Masada, los soldados también deben estar en el lugar vigilando. En Israel, tanto hombres como m durante tres años y ellas durante dos años. Estas salidas a Masada son hechas a los jóvenes para que no se depriman y para darle
Masada, situada en la mitad del desierto de Judea fue el escondite de los judíos tras la conquista que venía en camino por parte de los romanos. Cuando los judíos, que ya habitaban la Masada, supieron de la llegada de los romanos, optaron por un suicidio colectivo antes de ser conquistados y derrotados.
Esta es un ave del desierto situada en la frontera con Jordania, detrás del ave hay un campo minado que separa a Israel de Jordania.
Estos asentamientos son barrios de la comunidad judía construidos sobre Pale acuerdos de paz a los palestinos, pero poco a poco los judíos se han ido apoder ilegales ya que violan el acuerdo hecho con anterioridad.
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. Se cree que allí va a llegar el mesías y se va a dar la resurrección de
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El Muro de las Lamentaciones es el lugar más sagrado para los judíos, al que deben ir por lo menos una vez en su vida. Los alrededores del lugar están militarizados como prevención a ataques del Cartel Musulmán de Jerusalén.
mujeres deben prestar servicio militar, ellos es un oficio.
estina. Este territorio fue destinado en rando de él. Estas construcciones son
Aquí estuvo situada la ciudad construida por los judíos para la época de la conquista romana. Este punto es un sitio turístico importante para la historia judía, por lo tanto muchos niños judíos son llevados a conocer el lugar. Todos deben vestirse igual.
Esta es una calle Palestina situada en Belén. En el poste cuelga la bandera palestina, ese territorio no es reconocido por la comunidad internacional como un país. Los ciudadanos que allí habitan no tienen legalmente una nacionalidad y su economía está basada en el turismo.
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Imagen Juan José R. Bianchi
A peso perdido no hay Santa Lucía que valga La entrada al Casino Santa Luz*, situado cerca de la estación Santa Lucía del Metro, es como una pasarela donde no importa lo que uno tenga puesto. Un pasillo recibe a cualquiera que quiera entrar a jugar su dinero. En mi caso, el pasillo no estaba solo, había once hombres que cuando sintieron que alguien entró, no pararon de mirar hasta que me senté en una esquina del lugar. Los once estaban vestidos de manera muy informal, esto no es Las Vegas y el atuendo no es un requerimiento para ingresar al Casino. Natalia Zuluaga Salazar nzuluag2@eafit.edu.co
El lugar no solo estaba habitado por
hombres, luego del pasillo, las mujeres comenzaban a ser una constante. Nadie aparentaba menos de 40 años, cada uno estaba sentado en una máquina apostando parte de lo que llevaban en sus bolsillos. El Casino tiene 32 máquinas de juego y para las 7:00 p.m. solo quedaban tres de ellas libres. Por estar en septiembre, el mes del amor y la amistad, el Casino estaba cubierto de corazones de icopor y la mayoría de las luces eran de tonalidades rojas. Es un local pequeño, una máquina después de la otra. Tres de los once hombres del pasillo se pararon a reclamar un premio que acababan de ganar. “Participe en la polla para el partido de Colombia. Premio de $80.000. Es necesario que esté presente durante todo el partido”. Los tres se dispusieron a reclamar los $80.000 y sin mayores complicaciones llegaron al consenso de repartírselos en partes iguales. Dos de ellos, luego
de obtener sus $26.000, decidieron marcharse. Solo uno volvió a tomar asiento y comenzó a jugar lo que acababa de ganarse. A este punto entraron dos mujeres que aprentaban más de 65 años. Con ropa deportiva y sombrilla en mano, tomaron asiento una al lado de la otra y empezaron a jugar. Alejandro, quien trabaja allí desde hace nueve meses, me contó que las dos son hermanas y clientes muy frecuentes en el Casino. “Ellas vienen mucho, siempre juntas. Lo malo es que tienen otro hermano que está muy enfermo, ya está que se muere y ellas a veces vienen y se gastan la plata de los medicamentos”. – dice Alejandro, que se ha vuelto casi un amigo para estas mujeres. Los clientes nuevos eran pocos y esa noche los de siempre abundaban. Lentamente comencé a mirar alrededor y parecía que casi todos iban perdiendo su dinero. Una mujer golpeaba suave, pero con ímpetu, una
“Ellas vienen mucho, siempre juntas. Lo malo es que tienen otro hermano que está muy enfermo, ya está que se muere y ellas a veces vienen y se gastan la plata de los medicamentos”, dice Alejandro
máquina que parecía no estar dándole muchos frutos. Un hombre se puso de pie y fue hacia donde Alejandro para lograr cambiar un billete de $20.000 por varios de 2.000. En ese momento llegó otro hombre con un billete de $10.000: “Cambiame esto por dos de cinco, es que los que diez son de mala suerte. Uno solo gana con billetes de cinco mil”. A la pregunta sobre por qué el agüero que le tiene a los billetes, el hombre respondió que todo era producto de la experiencia, nunca ha ganado nada jugando con un billete de $10.000. La gente siguió jugando y un grupo de dos mujeres y un hombre ordenó una media de guaro, “ahora sí, vamos a ganar hijueputa” – decían las dos mujeres con la llegada del licor a sus máquinas. Cuarenta minutos después, el mismo grupo había ganado $100.000, y luego de apostarlos para ganar más dinero, perdieron todo lo que llevaban en sus bolsillos. La
Marzo de 2014 media de guaro ya la habían pagado, luego el problema fue encontrar la manera como iban a devolverse a sus casas. Entre los tres pensaron un rato mientras jugaban los últimos dos mil pesos que les quedaban. De los dos mil alcanzaron a ganarse $10.000 y con esto decidieron no seguir jugando y salir a buscar transporte. Helena es una mujer de 63 años, robusta, de pelo corto y muchas canas. Tiene un rostro encantador, inspira ternura y da cuenta de los años que tiene sin hacerla ver desgastada. A su edad se confiesa una adicta al juego, afirma que es lo mejor que han inventado sobre todas las cosas y acepta que no tiene muy buena suerte. “Helena, si no ganás mucho, ¿por qué seguís jugando tanto?” – le pregunto, “Ah, es que esto es una maravilla. Jueputa, el juego es lo más bueno que se han inventado. Yo casi no gano, pero paso más bueno que quién sabe qué”. – decía Helena. “¿Y alguna vez te has ganado un premio grande?” – le pregunté, “Por allá, hace mucho, me gané un platal. Yo no me acuerdo cuánto, pero fue bastante. La cosa fue que lo jugué y ahí sí que no volví a ganar”. Helena siguió jugando y el dueño de Santa Luz* se acercó a mi: “Si ves ahora a Helenita llorando cuando salga, es porque perdió. Siempre llora cuando pierde”. Veinte minutos
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Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS después, Helena salió del lugar con un tinto en la mano y una sonrisa que delataba que esta vez sí había tenido algo de suerte. Se despidió y dijo para todos que mejor se iba rápido antes de volver a perder. “Ehh, qué milagro que Helena no salió llorando. Seguro se ganó su buena platica”. – dijo una de las trabajadoras del Casino. La noche comenzó a avanzar y el volumen de la música a subir. Sonaba de fondo una salsa romántica que iba muy bien con la decoración de los corazones y el ambiente rojizo. En este punto, sin mirar a la gente y sólo sintiendo el ambiente, el Casino Santa Luz* parecía más un motel que un casino. El aire a motel se desmoronó cuando comenzaron las personas a perder. Una mujer que llevaba una hora sentada en la misma máquina hacía caras cada tanto, no parecía estar
Jueputa, el juego es lo más bueno que se han inventado. Yo casi no gano, pero paso más bueno que quién sabe qué”, decía Helena
ganando y decidió salir a fumarse un cigarrillo. Al salir a respirar un poco de otro aire, me encontré con ella y sin pensarlo mucho me dijo “¿usted a qué viene acá? ¿a hacer encuestas?” “No señora, yo soy estudiante de periodismo, vengo a mirar el lugar, a sacar historias para contar”, Con el cigarrillo en la boca, ella respondió “A mí no me pregunte nada. Ya muchos de esos periodistas me han preguntado cosas y qué bobada. Esos son unos bobos”. Después de esto la observé por un minuto y decidí retirarme para dejarla fumar tranquila. Ella volvió al Casino, se sentó en la misma máquina –que por suerte se mantenía desocupada- y siguió refunfuñando al notar que todavía no ganaba nada de dinero. Todo el tiempo hubo gente entrando y saliendo del casino, pero desde las siete de la noche hasta las once estuvieron dos hombres constantes, insistiendo en ganar dinero y perdiendo cada tanto. El primero de ellos, Adolfo, un hombre grande de barba y cabello blanco, iba por todas las sillas aconsejando a la gente. “Niña, párese de esa máquina que va a perder”, “señor, va muy bien, si gana me da la liga”, “mujer, hace rato no venías, ganá pues pa’que bebamos un ratico” – eran algunas de las frases con las que Adolfo sorprendía a la gente que estaba muy concentrada jugando. Volvió a tomar asiento para
probar suerte y Alejandro le cambió un billete de $50.000. Un tiempo después, Adolfo aplaudió, celebrando que por fin había ganado mucho, pero –como la mayoría de los jugadores- volvió a apostar aquello que había ganado y de nuevo perdió. Adolfo abandonó el Casino prometiendo que al otro día volvería y se llevaría el premio mayor. El segundo de ellos no era tan notable, un hombre de unos 75 años, sin dientes y de camisa blanca y pantalón café. Todo el tiempo se la pasó sentado en la misma máquina, solo jugaba con billetes de dos mil porque creía que jugar con billetes más altos no era de buena suerte. En cuanto perdía, hacía ruidos y golpeaba la máquina donde se encontraba. Por un momento ganó un poco y siguió apostando hasta cansarse de jugar. Pidió un shot de ron y salió del casino. Box Passion, Multigame, Money Groove, Aztec Adventure, Multigaminator y Kilavea fueron las máquinas más visitadas durante toda la noche. En Money Groove fue donde Helena al parecer se ganó algo de dinero y en Aztec Adventure Adolfo perdió todo lo que llevaba. Multigaminator tuvo más de ocho visitantes en toda la noche, solo uno de ellos salió satisfecho, los demás golpearon la máquina con rabia por no tener la suerte de ganar. *El nombre del casino ha sido cambiado a petición de su dueño.
Juan Osorno
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Un viaje para meditar en “la tristeza de los destinos humanos” Daniel Palacio Jiménez dpalac22@eafit.edu.co
Fernando González Ochoa, “El Brujo
de Otraparte”, como lo llamaban sus amigos cercanos, fue un pensador antioqueño amante de las letras y la vida. Abogado de profesión y humano de vocación, vio en la política y las condiciones sociales circundantes una excusa para ahondar en la filosofía y cuestionar, entre otras situaciones, la falta de identidad de la que aún adolecemos en Colombia. Para el quincuagésimo aniversario de su muerte podemos decir que su nombre resuena con fuerza en tertulias académicas, cafés literarios y en las conversaciones de quienes intentan darle un sentido a un mundo que poco a poco olvida la importancia de lo metafísico. Ahora, ¿cuál es la vigencia del pensamiento filosófico y político de González? “Eres y tienes que ser de un modo; es necesario que seas definible. Considera la infinidad de vidas posibles, y luego, considera que tú no podrás ser sino de un solo modo, que no podrás ser sino una de esas vidas, y caminar por uno del infinito número de senderos que existen”. Esta reflexión de Fernando González a sus 20 años, presente en su libro Pensamientos de un viejo, forma parte de su crítica a los pensamientos de su sociedad. En su constante búsqueda se encontró con la filosofía de Nietzsche, Schopenhauer y Dostoievski, quienes influenciaron muchas de las ideas que quedaron plasmadas en sus dos primeras obras —la mencionada anteriormente y El payaso interior—. Como lo muestra esa cavilación, sus textos resultan difíciles de encasillar. Literarios para algunos, filosóficos para otros, lo cierto es que su poética no puede reducirse a una clasificación genérica, como él mismo lo expresó con tanto ahínco.
REEDICIÓN DE UNA BÚSQUEDA Desde hace algunos años el Fondo Editorial de la Universidad EAFIT, en compañía de la Corporación Otraparte, se ha propuesto re-imprimir los títulos que conformaron la carrera literaria de González. Pensamientos de un viejo, El payaso interior, Viaje a pie, El maestro de escuela, Salomé, El remordimiento y Los negroides, integran la lista de ejemplares publicados por nuestra editorial; sin embargo es importante recordar que su producción escrita fue muy vasta y abarca unos 27 títulos.
Imagen Otraparte
Cinco de estas obras, a excepción de Los negroides, apuntan a la necesidad de saciar los interrogantes existenciales que obseden la filosofía del autor. Los soliloquios presentes en sus páginas buscan descifrar una sociedad compleja. “Preguntad a un hombre si cree en su libertad, y si os contesta que sí, estad seguros de que ni un solo instante se ha sentido a sí mismo”. ¿Qué es sentirse a sí mismo? O, ¿en sociedad? Cuando los esfuerzos se dirigen a la búsqueda de un sentido que exponga el porqué de nuestra existencia individual frente al universo —frente a las pasiones o las circunstancias, las emociones, los deseos o la razón— la respuesta con seguridad estará ligada al abandono que siente el “hombre silencioso”.
Quien se pregunte por su humanidad se enfrentará inevitablemente al concepto de libertad. En Remordimiento, el escritor interroga: “¿Obrar sobre las almas? Se puede. Se puede hacer aparecer amores y odios, deseos y repugnancias. ¿Somos libres? Nuestra vida nos la vive la sociedad, nos viven”. En Viaje a pie, en el Libro de los viajes o de las presencias, en Salomé, con sus apreciaciones morales del mundo, en el Maestro de escuela y su recorrido por la vida del profesor Manjarrés, es fácil pensar que sus tesis apuntan a descifrar ¿qué vemos en nuestras almas?, ¿qué vio González en su alma?
Dice Fernando que “hay muy pocos hombres que meditan; escasos son en la tierra los filósofos”; será porque, como lo dijo Spinoza, los seres humanos amamos las cadenas pues son sinónimo de seguridad, es decir, vivimos en una sociedad orientada a un pensamiento colectivo sin fundamento en el individuo, no porque la sociedad no piense en lo singular, sino porque el individuo ha dejado de pensarse a sí mismo para considerarse únicamente como parte de un conjunto de interacciones que le aseguran “todo” para su comodidad.
La vigencia política de este pensador, quien fue Magistrado del Tribunal Superior de Manizales, Juez Segundo Civil del Circuito de Medellín, y Cónsul General de Colombia en Génova, es problemática no porque sus juicios valorativos y sus críticas al sistema hayan sido un desacierto, sino porque nunca fueron tomadas en serio.
RETROSPECTIVA DE UNA “NACIÓN”
Al leer algunos apartados de Los Negroides, puede sentirse que “El Brujo” estaba adivinando a la Colombia del Siglo XXI. Por ejemplo, cuando escribe: “hoy están reunidos el Congreso y las Asambleas […] Todos son ilegítimos, es decir, todos se avergüenzan de la mamá; Presidente, Ministros, Diputados, obran y dicen torcidamente, simulando, avergonzados, sin orden, sin finalidad. Colombia produce bananos, y son de la United Fruit Company, produce platino, y es de ingleses; produce petróleo, y es de anglosajones […]; produce café, y es de los yanquis […] y produce esmeraldas, que [no] han dado un centavo para el país”. Los mal autodenominados colombianos buscamos evadir nuestra realidad identificándonos con
otros, ser parte de la historia de quienes nos impusieron sus visiones. González fue consciente de ello y Estanislao Zuleta acotó que quien sale de las zonas de confort empieza a confrontarse a sí mismo y su contexto. ¿En Colombia existe la confrontación entre historia y realidad? Digamos que no, que “pasan las gentes por la casa haciendo ruido y conversando. Quieren olvidarse; no quieren pensar en tantos atormentadores problemas; quieren apartar su mente de la muerte que se acerca; y de la alegría que no está en sus corazones”. Somos un país vanidoso: “Un acto de vanidad es el ejecutado para ser considerado socialmente. Aparentar es el fin del vanidoso. Vanidoso es quien obra, no por íntima determinación, sino atendiendo a la consideración social. Vanidad es la ausencia de motivos íntimos, propios, y la hipertrofia del deseo de ser considerado. Vanidad significa carencia de sustancia; apariencia vacía”. Así, para Colombia y Suramérica, “copiadas las constituciones, leyes y costumbres; la pedagogía, métodos y programas, copiados; copiadas todas las formas”, diremos que la vanidad ha sido el motor de nuestro “progreso”. De momento concluyamos diciendo que Fernando González es una voz que no puede naufragar en el mar de la indiferencia y del olvido que anega la consolidación de una original cultura colombiana, que tanta falta nos hace para sentirnos parte de un pedazo de tierra que nos contiene, que nos identifica y al cual debemos proveer de sentido. Abarcar sus pensamientos siempre será un reto pretensioso. Así, y recordando a Quevedo con su “conversación con los difuntos”, queda abierta la invitación para que revivan las dolencias y apreciaciones de este hombre que incubó en su pensamiento la ilusión de una Colombia que todavía no ha podido ser.
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Los Fuertes también lloran:
una Mirada al universo de la Lucha Libre Entre los cinéfilos la figura del actor que solamente vive de su bello rostro es casi un anatema. En los años 80 Mickey Rourke pasó de ser un niño bonito que alimentaba los sueños de solitarias señoras para convertirse, merced a una accidentada carrera como boxeador, en uno de los tipos más feos de Hollywood. Curiosamente esto lo hizo elegible para interpretar maleantes, estafadores y otros réprobos, siempre con esa facultad casi mágica de desaparecer detrás de sus personajes. Daniel Aldana Valencia daldana@eafit.edu.co
Su más reciente colaboración con el
renombrado director Darren Aranofsky nos presenta un personaje golpeado por la vida, un hombre que en busca de la gloria y la fama destruyó su cuerpo y su espíritu, quien para entretener sacrificó su vida y el amor de su familia, y que al darse cuenta que lo único que le queda es la ovación del público se le entrega finalmente, por completo. Bien podría ser la clásica historia de cualquier talento atormentado. Se trata de la historia de Randy “The Ram” Robinson, “El Luchador” (2008). Ni siquiera el mismo actor sabría decir si su personaje es un héroe romántico o un perdedor. De cualquier manera, confieso que me vi atraído por la teatralidad, los saltos de altura, los objetos contundentes y en general, por el nivel de sufrimiento que normalmente soportan los luchadores profesionales. Recordé los nombres de las estrellas de las promotoras mexicanas y norteamericanas que solía ver los fines de semana en la TV y, con no poca prevención, resolví volver a ver aquellas “peleas” que hace mucho había descartado como falsas. Pronto entendí que es un ballet más que una competición, y que lo principal es entretener y no “ganar”: diversión para toda la familia. La Lucha Libre Profesional siempre ha seguido el formato de una telenovela en la que hay tipos buenos (Faces) y tipos malos (Heels), y un universo en donde ellos, figuras de acción vivas, representan valores y antivalores, enfrentándose en conflictos de clase y raciales, líos de faldas y abusos de poder, para que al final triunfe el bien sobre el mal en una explosión de ego, insultos, músculos, golpes y acrobacias. La Lucha Libre se practica principalmente en EEUU, México y Japón, pero tiene adeptos en todo el mundo. Contrario a lo que muchos de sus detractores piensan, los fans tienen muy claro que el triunfo depende de si el “personaje” tiene tanto carisma como el luchador habilidad. Los más grandes no son necesariamente los mejores, sino los que atraigan más público y generen una reacción más visceral. Desde que comenzó a transmitirse por televisión en Inglaterra en los años 60, la telenovela de la lucha libre ha pasado por altibajos de popularidad, pero siempre ha sido un gusto propio de la clase trabajadora; la simpleza de sus historias y la línea borrosa entre el entretenimiento y el deporte que la caracteriza es lo que siempre la ha ubicado en lo que se conoce como “baja cultura”.
Por definición una “baja cultura” no se plantea grandes interrogantes. El entretenimiento simple y llano que con tanta elocuencia critica Mario Vargas Llosa en La Civilización Del Espectáculo es, en sí mismo, superficial. Este autor se suma a quienes deploran el estado actual de una cultura pasiva en la que las imágenes y las historias no son otra cosa que un producto en serie. Al parecer nuestra experiencia cultural debería ser un edificio sin fisuras que se eleva hacia los cielos en homenaje al intelecto y el estudio, en el que no caben expresiones dedicadas a lo más burdo de la experiencia humana. Para Vargas Llosa, al parecer, la cultura es “alta cultura” o no es.
Imagen Wikimedia Commons
Pronto entendí que es un ballet más que una competición, y que lo principal es entretener y no “ganar”: diversión para toda la familia
Podría argumentarse que en una época de aparente pobreza intelectual como la nuestra es fácil entretener. Basta con que nos den un conflicto,
por simple que sea, y quien lo encarne, y habrá espectadores; por eso el auge de los realities. Otro argumento para justificar la popularidad de la Lucha Libre es que ver a otros arriesgarse satisface pulsiones extremadamente básicas. Podría criticársele que sus líneas narrativas satisfacen solamente las exigencias de un público alienado. Tal vez pero, ¿no es cierto que los temas que animan a la lucha, las rancheras y otras distracciones son los mismos que en lo más básico vienen repitiéndose desde que sabemos contar historias? ¿No son las óperas italianas (el culmen de la “alta cultura”) iguales a las telenovelas, en el fondo? Pero la crítica más grande que se le ha hecho a este espectáculo es su supuesta falsedad. Al respecto basta considerar que el género en que se inscribe la lucha es “entretenimiento deportivo”, no “competencia”, por lo que no es de esperarse que se le mida con el mismo rasero que a otros deportes que carecen del elemento de la teatralidad. La Lucha Libre no es falsa: está arreglada. La diferencia es abismal, pues si bien los participantes saben quién ganará, la improvisación necesaria para que no lo parezca implica serios riesgos. La competencia es fingida, el dolor es real. El daño al que los luchadores profesionales someten sus cuerpos rivaliza con el que sufren otros atletas en populares deportes de alto impacto como el boxeo; la mayoría de ellos están a gusto con el hecho de que el verdadero ganador sea el público, y sonríen con sus dientes rotos y ensangrentados. El luchador profesional es una especie de actor que expone su cuerpo como ningún otro, pero que diariamente es mirado con desdén por quienes consideran que tanto su arte como su público son de baja categoría. Aun con lo caricaturescos que pueden ser los personajes que encarnan los luchadores, lo cierto es que estos personifican los deseos y las aspiraciones del pueblo: vencer, encontrar el amor y reafirmar la propia identidad. Pero como en todo espectáculo, al caer el telón el payaso es igual a cualquiera, y también sufre. Ese personaje que inspira a otros a ser más grande que la vida misma (luchador, músico o atleta) es humano y frágil, y Rourke logra plasmar a través de su actuación la constante lucha entre Randy el padre y el hombre, contra “The Ram”, el Face que desde lo alto de la esquina derrota a los malos. La línea que los divide está claramente dibujada, por lo menos en el Ring.
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Utopía, ciencia y mito De un lado está Bill Gates, diciendo que en el año 2035 casi no quedará ningún país pobre en el mundo. Chile y Turquía han alcanzado hoy los niveles de ingreso de Estados Unidos en 1960, lo que significa que los países en desarrollo van por buen camino, y que no está muy lejos el día en que millones de personas alcancen de los estándares de vida del primer mundo Agustín Patiño Orozco apaoroz@gmail.com
Imagen Michal Lisowski
Nuevas
vacunas, mejores semillas, la revolución digital (los negocios de Gates) redimirán al mundo de la miseria extrema, y quizás lo lleven a una nueva era de bienestar y progreso universal. Las nuevas generaciones, mejor formadas, podrán afrontar los retos que supone una población mundial creciente, más longeva, y con mayor capacidad de consumo de agua, energía y alimentos1. Una utopía: ¿puede la ciencia y la tecnología hacer algo así? Si fuimos a la luna, si las sondas Pioneer y Voyager recorrieron el sistema solar, si ahora planeamos ir a Marte… ¿no sería imaginable un mundo administrado por el conocimiento científico, con un aprovechamiento racional de los recursos naturales? Quien conozca el “Proyecto Venus”2, de Jacque Fresco y Roxanne Meadows, sabe de lo que hablo. En las películas Zeitgeist3, Fresco da a entender que una sociedad utópica es imaginable si el método científico reemplaza las estructuras de poder que gobiernan el mundo, es decir, si la política y la economía dejan que la ciencia, más objetiva y razonable, decida cuál es la mejor forma de gobernar y administrar los recursos.
HAY ALGUIEN DEL OTRO LADO… Y nos dice: “la poesía es la única verdad, sacar belleza de este caos es
virtud.”4 Por supuesto que no se puede igualar el optimismo de Bill Gates, basado en datos estadísticos comprobables, y justificado con los últimos avances de la medicina, la agroindustria y la informática, con el pesimismo de Gustavo Cerati, un músico y cantautor, es decir, un artista. No valoramos igual una afirmación tecno-científica y una afirmación artística o estética. Nadie en un ámbito científico, por ejemplo, aceptaría que el hombre no viene de los primates sino que fue creado por Dios porque la Biblia lo dice, o porque “la poesía es la única verdad”. La razón nos protege de aceptar cuentos como respuestas a las preguntas fundamentales: ¿qué es el hombre y de dónde viene?, ¿cuál es el origen del mundo?, ¿por qué se justifica la vida y la muerte?, ¿qué es la verdad? Antes, durante miles de años, encontramos respuestas en el mito, en la narración de los primeros días, los dioses y los héroes fundadores de la civilización. Consideramos que el inicio de la filosofía está donde renunciamos a los mitos para justificar la vida y explicar la naturaleza, y abrazamos la razón, la lógica, y la ciencia, como la mejor forma de entender al universo y a nosotros mismos. La ciencia es crítica, revisa constantemente los métodos y las teorías, y con ello se asegura de no caer en el conformismo y arrogancia del mito, que pretende validez universal y
No es justo exigirle a la ciencia que nos lleve de regreso a un paraíso (terrenal) libre de enfermedad y muerte. No deberíamos intentar ser inmortales o evitar para siempre el dolor y la muerte, pues estaríamos evitando también la molestia de estar vivos.
acceso a los terrenos pantanosos donde la ciencia, prudente, guarda silencio.
¿LA CIENCIA ES UN MEDIO, O UN FIN? Pero si es lícito cuestionar los métodos y las teorías, se aceptará la siguiente pregunta: ¿cuál es la finalidad de la ciencia? Una respuesta posible es que la ciencia no debe obedecer finalidades más allá de sí misma: se hace ciencia por La Ciencia, casi por placer, porque es bueno conocer la naturaleza a través del método científico, y entender las leyes del universo, conjurando los peligros del prejuicio y la superstición. A esta primera respuesta se le puede hacer una objeción: el conocimiento científico no hace elecciones morales.
Por ejemplo, saber que se obtienen grandes cantidades de energía con la fusión y la fisión atómica puede servir para proveer a la humanidad de una fuente abundante de energía, o para desarrollar un arma de gran poder destructivo. ¿Y si no es de ese modo, por qué los gobiernos de Israel y Estados Unidos se preocupan por el programa nuclear iraní? Otra respuesta sería que la ciencia es útil, que se hace ciencia para vivir más y mejor. La medicina, la agroindustria, la computación (de nuevo, los negocios de Bill Gates) nos dan herramientas para combatir la enfermedad, el hambre y la ignorancia. Quizás por eso la investigación académica en estas áreas sea más intensa, y mejor financiada. Lo útil se vende, lo inútil no… O mejor, lo que se vende es útil y lo que no se vende, no. Esta definición de utilidad puede ser arriesgada, pero en las condiciones actuales, exigirle a la ciencia “ser útil” puede significar someterla a los caprichos del mercado.
EN LA PRÁCTICA… Pasa que la investigación científica no se hace por la ciencia misma, sino que está subordinada a finalidades políticas y económicas. Esto es precisamente lo que denuncian las películas de Zeitgeist y el “Proyecto Venus”. Y si Bill Gates es optimista sobre el porvenir de las naciones y el planeta tierra, Jacque Fresco y
Marzo de 2014 Roxanne Meadows van todavía más lejos al proyectar una sociedad ideal: una nueva Atlántida construida bajo el amparo de la razón y la ciencia. Pero, la construcción de La Utopía ¿es lo que la ciencia debería adoptar como finalidad? A esto respondo que no, pues entiendo La Utopía como un producto de las aspiraciones fantásticas del hombre, más emparentadas con el mito universal de la Edad Dorada que con una verdadera sociedad ideal del saber. Dicho de otro modo, La Utopía pertenece más al mundo del mito que al de la práctica científica. En otras palabras, no es justo exigirle a la ciencia que nos lleve de regreso a un paraíso (terrenal) libre de enfermedad y muerte. No deberíamos intentar ser inmortales o evitar para siempre el dolor y la muerte, pues estaríamos evitando también la molestia de estar vivos. La ciencia no puede construir en este mundo lo que Cristo prometió en otra vida, y si lo intenta, no se salvaría de ser un mito más, un mito científico, un “cuento” científico. Al respecto dice Friedrich Nietzsche: “la imagen de Sócrates moribundo, como hombre a quien el saber y los argumentos han liberado del miedo a la muerte (…) recuérdele a todo el mundo el destino de [la ciencia], a saber, la de hacer parecer inteligible y por tanto justificada la existencia: a lo cual, desde luego (…) tiene que servir también el mito.”5
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Las preguntas sobre la muerte y la justificación de la existencia las hemos resuelto con más valentía a través del arte y el mito: los inventamos para afrontar lo efímero y terrible de la existencia.
EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS6 Las preguntas sobre la muerte y la justificación de la existencia las hemos resuelto con más valentía a través del arte y el mito: los inventamos para afrontar lo efímero y terrible de la existencia. Por eso Cerati dice que “sacar belleza de este caos es virtud”, y Nietzsche que “la tarea suprema del arte es redimir al ojo de penetrar en el horror de la noche”. Tal debería ser también la finalidad de la ciencia, ¡aunque por otros medios!: darnos herramientas para encarar mejor la experiencia de la vida como un todo, y no para amputar cobardemente los capítulos tristes o vergonzosos. Para Nietzsche, el problema del hombre de ciencia, que toma a Sócrates como modelo a seguir, es una confusión entre el instinto (el que hace sin saber), y la conciencia (el que hace porque sabe). “Mientr as que en todos
los hombres productivos el instinto es fuerza creadora y afirmativa, y la conciencia es crítica y disuasiva; en Sócrates el instinto es crítico y la conciencia creador”. El resultado: un arte intelectualizado que hay que descifrar tras una intrincada maraña de conceptos; y una ciencia irracional y caprichosa, que arrogante se reserva para sí misma “la única verdad”. Si se rechaza, por absurda, la afirmación de que “la poesía es la única verdad,” habrá que conceder, por lo menos, que la ciencia tampoco puede pretender tal cosa.
¿QUÉ ES EL AMOR? ¿Conocemos una respuesta verdadera…? Esta pregunta justifica la exposición de dos lados, o dos tipos de conocimiento: el arte (amigo del instinto y la creación) y la ciencia (amiga de la reflexión razonada y la crítica). En su doble pretensión de encontrar leyes universales, y de dudar de la validez de sus conclusiones, la verdadera ciencia puede afirmar, acaso, que el amor es un estado mental, provocado por ciertas reacciones hormonales, en últimas, un patrón de comportamiento automático y necesario. Por supuesto, a uno le pueden explicar que el amor es algo así como un instinto, pero esa comprensión de lo que es el amor poco le importa a quien de verdad está enamorado: simplemente lo experimenta, no lo
17 termina de entender, y lo siente como un fenómeno irracional, más cercano a la locura que al entendimiento. “¿Acaso hay un reino de la sabiduría del cual esté desterrado el lógico?”, pregunta Nietzsche, para luego aventurarse un poco más: ¿acaso el arte es un correlato y un suplemento necesario de la ciencia? ¡Claro que sí!, ciencia y arte deberían cultivarse con igual devoción. Si se acepta esto, habría que reflexionar sobre la importancia de la educación estética del hombre, pues es el arte (o el mito) quien mejor entiende al amor. “Sólo como fenómeno estético aparecen justificados la existencia y el mundo”, sentencia Nietzsche. El amor, como expresión de vitalidad, debería servir de amparo para asumir la vida y el miedo a la muerte como algo que se debe experimentar. Un intento científico (o metafísico) de superar la muerte, aún más, de erradicar del mundo la violencia y la injusticia, sea en su lugar, una muestra de cobardía y de un deseo infantil de huir del lado terrible de la existencia. 1. Bill y Melinda Gates (2014) 3 mitos que frenan el progreso de los pobres, en Gates Anual Letter. 2. Proyecto Venus, en Wikipedia. 3. Peter Joseph (2008) Zeitgeist: Addendum. 4. Gustavo Cerati (2009) Déjà vu. Sony Music Argentina. 5. Friedrich Nietzsche (1872) El nacimiento de la tragedia. Madrid: Alianza Editorial. 6. Francisco Goya (1797-99) El sueño de la razón produce monstruos. Museo del Prado.
Una Orquesta de EAFIT para el país María Camila Cardona Aguirre mcardo27@eafit.edu.co
Foto Orquesta Sinfónica EAFIT
La
posibilidad de contemplación, imaginación y emoción que produce la música clásica está presente en la Universidad EAFIT desde el año 2000 con la creación de la Orquesta Sinfónica EAFIT. Con la motivación de presentar una propuesta seria, profesional y de alta proyección al público de la ciudad de Medellín, la Sinfónica EAFIT inicia su proceso con 36 músicos profesionales de diferentes partes del país y la dirección de la Maestra Cecilia Espinosa. En el momento de su surgimiento, la situación orquestal de la ciudad era bastante desfavorable. Con la desaparición de la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la nueva orquesta entra en escena con el reto de saciar al público de la región deseoso de encontrar una propuesta que ocupara
los espacios que solo estaban llenando, esporádicamente, orquestas internacionales.
UNA HISTORIA DE LOGROS MUSICALES
UNA ORQUESTA PARA LOS ESTUDIANTES
Con ese contexto de base, la Sinfónica EAFIT tuvo la oportunidad de innovar en el repertorio, trayendo música que no se había tocado en la ciudad y sirviendo además de plataforma para la presentación de músicos nacionales y otras alternativas gestadas al interior de sus filas.
El posicionamiento de la Orquesta se evidencia en comentarios como el de Rafael Vega, respetado crítico musical, que tituló uno de sus artículos como “Por fin la orquesta anhelada”, refiriéndose a ella.
Ahora, el reto que se plantea la Orquesta Sinfónica EAFIT es llegar cada vez más a los estudiantes.
Así parte este proyecto que amplía la gestión cultural de la Universidad EAFIT, aportando también al escenario nacional. Para el pregrado de Música de la Universidad, surgió la posibilidad de suplir la práctica orquestal de los estudiantes avanzados, con el valor agregado de hacerlo a través de su propia orquesta, que además ya contaba con un reconocimiento regional importante.
Con la desaparición de la Orquesta Sinfónica de Colombia, la Temporada Sinfónica del Teatro Colsubsidio suplió esa ausencia con propuestas regionales de talla nacional, invitando a la Orquesta Sinfónica EAFIT a participar. Dejando su nombre en alto, la Orquesta continúa hasta hoy participando de diversos eventos alrededor del país. Actualmente, es una de las cinco orquestas profesionales de Colombia, según la Asociación Sinfónica Nacional.
La Maestra Cecilia Espinosa expresa su preocupación al plantear que “hay alumnos que pasan cuatro o cinco años en la universidad y ni siquiera se enteran de que existe una Orquesta con estas características”. Espinosa afirma además que la asistencia a los conciertos por parte del público universitario es muy escasa y que los asistentes, por lo general, son el público de la ciudad, público adulto, a pesar de que el 80% de la programación se hace al interior del campus y de que hay un descuento especial para los eafitenses.
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El Arte Secuencial Santiago Bustamante González bogaitnas@gmail.com
Arte secuencial se refiere a la forma de arte que utiliza imágenes y palabras para narrar una historia o transmitir información.
Ha nacido una nueva disciplina
en las artes. No estamos seguros a qué categoría pertenece. Si la comparamos a la cinematográfica, entonces le haríamos una injusticia. Si la consideramos hija de la pintura y la literatura, no nos alcanzarían los elementos de juicio de ambas disciplinas para definir al vástago. Si fuera solo un agigantado apéndice de las tiras cómicas, sería un acto de irresponsable simplificación. Ya el lector habrá podido adivinar de qué se trata; es una secuencia de imágenes acompañada de palabras. Una forma del cómic, se espera, más esmerada, pero de ninguna manera pretenciosa.
Una breve historia: pinturas murales egipcias y griegas, relieves romanos, vitrales de iglesias, manuscritos iluminados, códices precolombinos, la Biblia pauperum; y después Gutenberg y luego la litografía. Siglo XX: El Capitán América contribuyó a enaltecer los ánimos de los soldados durante la Segunda Guerra Mundial; junto a él los superhéroes se enfilaron para combatir a los alemanes. Y mientras tanto Will Eisner, a la cabeza de la nueva generación, expresó el haberse encontrado con una nueva forma literaria. “Ahora bien,” decía, “eso era pretencioso: fui un escritor frustrado, un pintor frustrado. En los cómics había una maravillosa oportunidad, única en la vida, para un creador, y de súbito aparece un medio de comunicación que toma ambas ineptitudes y las convierte en una aptitud.” Algo tienen en común las grandes artes, no entraremos en detalles teóricos. Es más una intuición que nos sirve para hablar del tema que nos ocupa: la novela gráfica. Aquel elemento esencial a todas las artes no es otro que el proceso por el cual el lector, a veces con terquedad, a veces sin darse cuenta del hechizo al que está sometido, insiste en seguir
Aquel punto común de las artes, es la magia de las secuencias, según el cual una cosa sigue a la otra, y en ocasiones, por fortuna, compone una agradable experiencia
las líneas de las palabras, pasar las páginas; la misma razón por la cual sigue mirando aquella película que descargó de internet o que entró a ver a la sala de cine. Aquel punto común de las artes, es la magia de las secuencias, según el cual una cosa sigue a la otra, y en ocasiones, por fortuna, compone una agradable experiencia. Estética o sensorial, qué más da, gracias a la afortunada secuencia el lector o público estará allí petrificado, pensando, “Qué va a pasar a continuación.” El tema del arte secuencial preocupa al cineasta, al literato, al dramaturgo y al novelista. Incluso
al pintor y al actor, al músico y al arquitecto. Los medios de comunicación saben que la participación del espectador es el grado en que la audiencia se identifica con los personajes de una historia, y una gran virtud de los cómics es permitirle al lector “enmascararse” dentro de un mundo sensorialmente estimulante. Comprender los misterios de la secuencia no solo afecta al creador de una manera íntima: es la materia prima de sus creaciones. Vilppu, en su práctico manual de dibujo, comenta que en 1963 la NASA le comisionó a Alexander Marshack la composición de un texto “para explicar cómo el hombre alcanzó ese punto en la ciencia y en la civilización para hacer posible la planificación de un aterrizaje humano en la luna.” La investigación condujo al libro “Las Raíces de la Civilización”, donde Marschack concluye que uno de los elementos básicos que distingue al hombre de la mayoría de los animales es su habilidad de pensar en secuencia, y utiliza la analogía de enviar un hombre a la luna: la tarea resulta imposible cuando se considera como un todo,
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que el Consejo no los catalogara como “Especie pre-consciente”, porque en ese caso declararían el territorio como Reserva Natural hasta que los nativos pudieran sostener una conversación inteligente. Y eso podría tardar miles de años.
pero si se toma como una serie de pequeños pasos o problemas, se vuelve posible. El arte secuencial es la nuez de la novela gráfica. Scott McCloud, basándose en Will Eisner amplió el concepto del arte secuencial y, además de definir con claridad en qué consistía, ofreció una teoría del arte. Sus esfuerzos por hacer comprensible el fenómeno de los cómics lo llevaron a la composición de tres volúmenes esenciales para cualquier narrador. “Entender el Cómic” (1993), “La Revolución de los Cómics” (2000) y “Making Comics” (2006). En este último ensayo, McCloud va a iluminarnos con respecto al impacto del Manga japonés en los cómics, cuyas características narrativas describen de manera acertada los fundamentos de aquel nuevo género al que nos referimos con tanta vehemencia: la novela gráfica. El Manga ofreció técnicas narrativas nunca antes vistas en los cómics americanos: diversidad de personajes icónicos; géneros para adultos; un fuerte sentido del lugar y páginas y viñetas sin diálogo capaces de situar al lector en las escenas; efectos expresivos de la emoción, que en última instancia permiten la participación del lector en la historia. Algunas novelas gráficas compuestas durante la última década han heredado las virtudes de la técnica japonesa. Nos deleitan con su maestría en el misterioso arte secuencial y ofrecen un nivel de composición y creatividad superiores a la mera tira cómica. Utilizan aquellas herramientas narrativas para componer cosmogonías tan auténticas como algunas grandes obras del cine y la literatura. ¿Y en qué consiste esta susodicha maestría? preguntará el atento lector: pues bien, la maestría en el arte es común a todas las disciplinas. Vamos a visualizarla como a una manzana: la semilla es la idea, la filosofía de fondo. La pulpa es la forma (¿un libro?, ¿un dibujo a lápiz?, ¿una escultura?), y también el género al que pertenece y su estructura o enfoque. La capa final es la ejecución de la obra: la piel de la superficie que deslumbra y despista a los incautos. Con plena confianza podemos iniciarnos en las páginas de estas novelas, y permitir que el color y las palabras comiencen a componer los mundos. Poco esfuerzo se nos pide y grande satisfacción nos espera. Quizá entre dibujo y dibujo, entre diálogo y diálogo, nuestras mentes inicien el mecanismo de la imaginación, y sea nuestro propio cerebro el que le dé voz y movimiento al universo de las páginas. Ilustración: Ignacio Minaverry y Pablo Sapia
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- La verdad, muchacha, espero que sí. La puerta del Puente de Mando se abrió para dejar pasar a los miembros del Consejo. El Capitán había escogido una posición de la nave que permitiera a quien estuviera en el Puente una visión magnífica de la nueva tierra y las posibilidades que ofrecía. Se puso de pie, y extendió una tenaza hacia la esfera azul y verde. - Señores del Consejo. Este es Sol 3. Sus habitantes lo llaman “Tierra”. -era bueno presentar a la especie dominante como consciente, se recordó. - ¿Habitantes? -interpeló despectivo el delegado de Infraestructura, agitando la cola.- Se necesita más que unas bonitas construcciones y un par de caminos para darle a sus creadores la calidad de Gente. Se la pasan más tiempo peleando entre ellos que desarrollando sus vías.
Ellos y nosotros Dara Hincapié
nexos@eafit.edu.co
- Capitán, ya estamos en posición. Unos segundos fueron necesarios para que el durmiente recordara su nombre, rango y posición como líder de la expedición que exploraría nuevas tierras y traería nuevas riquezas al reino. Eso, y que otra vez se había quedado dormido en el Puente de Mando. - Gracias, Alférez. ¿Ya está el Consejo informado? - Sí, señor, ya vienen. -jugueteó un poco con los adornos de su uniforme, antes de señalar con la cabeza el paraíso que se asomaba en la ventana.¿Es cierto que hay gente ahí? El Capitán dudó un tanto antes de responder. No estaba seguro de hasta qué punto pudiera considerar esos simios ruidosos que pululaban en aquellas tierras como “personas”. Se comunicaban, podría decirse, pero lo hacían de una forma primitiva, hosca, apenas convirtiendo conceptos en sonidos, sin las sutilezas del lenguaje complejo; ¿acaso podrían comprender la poesía? Habiendo descubierto el fuego recientemente, se la pasaban encendiendo aquello a su alcance, incluso unos a otros, por el solo placer de verlo arder. ¿Acaso no sentían el menor interés por su entorno más allá de embobarse con lucecitas de colores y lanzarse cosas unos a otros? Sería imposible hacerles entender conceptos tan básicos como ciencia, dinero, fantasía, contrato social. Y si era así, ¿cómo íbamos a negociar con ellos? Y ya que las nuevas políticas prohibían la servidumbre, tampoco podíamos explotarlos sin compensarlos, por más tontos que fueran. Rogaba para
- Cierto, señor. Guerras muy bonitas, muy bien organizadas… algunas. -La delegada del Ejército se frotaba un par de tentáculos, nerviosa. Todos sabían que era demasiado joven para el cargo y que sus superiores la habían enviado a las tierras salvajes sin muchas esperanzas de verla de regreso.- Son muy ingeniosos para matarse entre ellos. Un buen signo de una civilización en progreso. - Su tal “internet” es demasiado primitiva. Colapsaría ante las necesidades de una sociedad mediana-mente funcional. -la delegada de Comunicaciones siempre quería lo último y terminaba asustándose de lo nuevo. - Tienen buenas historias -balanceó el debate el delegado de Cultura, arreglándose las plumas-. Igual, no vinimos aquí a discutir, ¿cierto? Ésta era la parte que le ponía las antenas de punta al Capitán. Los miembros del Consejo comenzaron a oscilar en la escabrosa danza que los pondría a todos en trance y fundiría sus mentes en una sola máquina de pensar, alimentada con las perspectivas combinadas de docenas de disciplinas diferentes, siglos de experiencia y trabajo de campo en toda clase de ambientes. El Capitán trató de mirar hacia otro lado para no ver los ojos en blanco, los pseudópodos flácidos, las mandíbulas y picos babeantes. Por suerte nunca eran demasiado largas esas “sesiones”. Cuando volvieron en sí, compartieron una mirada cómplice, el ojo simple se encontró con el compuesto, el infrarrojo miró al ultravioleta, acompañados del caos ordenado de todas las voces al unísono entregando el resultado del análisis. - Nosotros, El Consejo, clasificamos a Sol 3 como Civilización Autónoma. Su especie dominante es considerada capaz de tomar decisiones informadas, por tanto, se autoriza iniciar todo tipo de negociación. Se retiraron lentos, agotados por lo demandante del ritual. “Ojalá tuviera la misma certeza que el Consejo.”, pensó el Capitán. “Es a mí a quien le toca tratar a esos simios perfumados como a gente decente, y jugarme las tenazas a que sepan lo que están firmando.” El delegado de Finanzas notó su ansiedad y le guiñó un par de ojos. - No se preocupe, Capitán. Estos son tan gente como usted o yo. Imagen Claire
El extranjero y yo Juan José Escobar Gíl jjotagil@gmail.com
Era temprano En el bar solo estábamos Albert y yo. Él hacia el crucigrama y leía artículos de opinión en un periódico regional Yo tenía en mis manos un libro de Raymond Carver, que acababa de adquirir Cada uno en su asiento Él al frente mío, Yo no tenía botellas sobre la mesa Y él ni una taza de tinto Tampoco cruzamos palabras, ni una sola, Ocasionalmente alzábamos la vista y mirábamos a la calle La gente era igual para ambos, simplemente gente que movía los pies; La música rodaba Él escogía las canciones. Una mujer entró Saludó Y lo arruinó todo.
Armas biológicas Presagio
steve1792@hotmail.com
Mis párpados son las armas con las cuales me deleito, Cuando el fracaso se acerca a mi vista, Los cierro a profundidad, apago el cerebro Perezco en silencio, Mis párpados son los escudos que utilizo Contra el tiempo, Cuando la lluvia no quiero ver O el atardecer me causa desasosiego Me olvido del mundo, huyo de mí. Ante las armas del enemigo y las palabras Que de ellos nacen con el fin de destruir Propongo apretarlos fuerte contra el pecho, Para que la asfixia enmudezca las voces traidoras, Cuando la amargura se posa en las cuerdas para colgar la ropa de mi balcón Agito mis párpados de arriba hacia abajo Tan fuerte como el palpitar de mi corazón Hasta que la pausa llegue, Hasta que el peso de la tristeza vuele y se entierre Bajo las cuencas en mi cabeza Cuando mis párpados abro con bondad No hay armas que puedas disparar.
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Febrero de 2014
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Prográmate con NEXOS
Enrique Bunbury
En el Teatro Matacandelas…
Orquesta Filarmónica de Medellín
El cantante español y ex integrante de la banda Héroes del Silencio se presentará con el tour “Palosanto” en Medellín. Hará lo mismo en Bogotá el 29 de marzo, en el parque Salitre Mágico.
Durante el mes de marzo el teatro Matacandelas presentará las obras “Ego Escriptor”, de Ezra Pound, los días miércoles y jueves, y “Angelitos Empantanados”, de Andrés Caicedo, los viernes y sábados.
Por primera vez en Medellín se presentará un ciclo de las sinfonías del compositor alemán Johannes Brahms. Este ciclo contará con la dirección del maestro Francisco Rettig (Chile)
27 de marzo. 8:00 p.m. Plaza de Toros La Macarena. www.tuboleta.com
Ambas obras se presentarán a las 8:00 p.m. Teatro Matacandelas. 215 10 10
27 de marzo. 6:00 p.m. Teatro Metropolitano 262 55 00
Hamlet en los tiempos del ruido
Pequeño Teatro
Zarzuela: Luisa Fernanda
Hasta el 22 de marzo el teatro La Hora 25, bajo la dirección de Farley Velázquez, presenta la obra “Hamlet en los tiempos del ruido”, en conmemoración por los 450 años del nacimiento de William Shakespeare.
Para marzo, el Pequeño Teatro presentará las obras “Edipo Rey”, “Meus Caros Amigos” y “Río arriba, río abajo”. Las dos primeras estarán entre el 1 y el 8 de ese mes, mientras la última se presentará entre el 12 y el 29 de marzo.
“Luisa Fernanda es una zarzuela”, es una comedia lírica narrada en tres actos, con música de Federico Moreno Torroba y libreto de Federico Romero Sarachaga y de Guillermo FernándezShaw Iturralde.
De jueves a sábado hasta el 22 de marzo 7:45 p.m. Teatro la Hora 25 2529991
7:30 p.m. Pequeño Teatro 2393947
28 de marzo 8:00 p.m. Teatro Metropolitano 444 7808
Orquesta Sinfónica EAFIT IV CONCIERTO DE TEMPORADA (Festival ClariSax)
V CONCIERTO DE TEMPORADA
Obertura sobre temas Turcos de O. Salliel Concertino para Saxofón y Orquesta J. Ibert Solista: Sneider Valencia Sinfonía Nº 5 P. Tchaikovsky Director invitado: Orhan Salliel (Turquía) Marzo 21 7:30 p.m. Auditorio Fundadores, EAFIT 2619500 Ext.9733
Obertura Concierto para fagot. Solista: Juliana Mesa Sinfonía Nº 4 P. Tchaikovsky Director: Andrés Felipe Lopera Marzo 28 7:30 p.m. Teatro Pablo Tobón Uribe 2619500 Ext.9733