El encierro
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Viento en popa y libro en mano
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Entrevista a Ana Mercedes Gómez
Páginas 12 - 13
La pertinencia de la prisión
ISSN:2322-74GX | Año 26 | Edición 177 | Distribución gratuita | 14.000 ejemplares | Medellín, abril de 2013 | www.periodiconexos.com.co
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Vox Populi
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Robos en La Aguacatala En los últimos días hemos recibido varios testimonios de estudiantes que han sido víctimas de robos por el sector de la Aguacatala. Sin importar la hora, los transeúntes de la zona están expuestos a situaciones de peligro, que pueden ir desde un robo hasta ser agredidos físicamente. Recomendamos tener precaución al caminar por estos lugares y, en la medida de lo posible, ir acompañado para disminuir el riesgo de Felicitamos a la Sala de asalto u otros daños. Patrimonio Documental por el trabajo realizado en la organización de la exposición Hereditas Documentalis, con motivo de la conmemoración de Felicitamos a los organizadores del El periódico NEXOS lamenta la muerte su décimo aniversario. La exposición, Festichelo EAFIT, evento que de Andrés Bernal Arbeláez, estudiante abierta hasta el 11 de abril de 2013, hizo parte de la celebración de los del pregrado en Economía de la tuvo lugar en el Centro de Artes de la 15 años del pregrado en Música. Universidad, ocurrida en el pasado Universidad EAFIT y fue recibida Además de contar con invitados mes de marzo. Presentamos con gran acogida por parte de talla internacional, como Carlos nuestras más sinceras de la comunidad Pietro, Gustavo Marín y Dennis Parker, el condolencias a la familia universitaria. evento tuvo la participación de la Orquesta y a todos sus allegados. Sinfónica de EAFIT y la Orquesta Filarmónica de Medellín.
Hereditas Documentalis
Festichelo en EAFIT: un éxito
Buena labor Resaltamos la labor ejercida por el Departamento de Desarrollo Artístico, al ofrecer espacios a los miembros de EAFIT para realizar actividades extracurriculares y potenciar sus diferentes habilidades.
Editorial
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Ideas y Cultura
Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS
De los medios a las mediaciones*
Fundado el 13 de agosto de 1987 por Jorge Restrepo, Jaime Cadavid, Claudia Patricia Mesa y Gustavo Escobar. Personería Jurídica No. 568 de septiembre de 1993. DIRECCIÓN
Daniel Bravo A. dbravoa@eafit.edu.co
GERENCIA
Pablo Botero V. pbotero@eafit.edu.co
EDICIÓN
Simón Perez L. sperezl1@eafit.edu.co Daniel Aldana V. Valentina Bustamante M. Luis G. Colorado C. Gino P. D’Paola P. Camila Gíl V. Santiago Martínez M. Gabriella Restrepo B. Viviana Ruíz R. Juliana Rodríguez C. Valeria Zapata G.
MERCADEO
Maria Clara Villegas H. mville20@eafit.edu.co María Camila Cardona J. Camilo Agudelo R.
DESARROLLO HUMANO Daniela Laverde V. mlaverd3@eafit.edu.co
Maria Esther Castelli C. Ángela María Cely A. María C. Hernández C. Mateo Upegui A.
FOTO PORTADA
Santiago Martinez M. Gabriela Restrepo
DISEÑO Y MONTAJE
Edison Alberto Álvarez T.
PREPRENSA E IMPRESIÓN Casa La Patria
AGRADECIMIENTOS
Desarrollo Humano Universidad EAFIT Centro de Administración Documental
Carrera 49 No. 7 Sur-50 Bloque 29 oficina 401 EAFIT Teléfono 261 93 02 Fax 261 95 00 ext. 407 nexos@eafit.edu.co www.periodiconexos.com.co Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan expresamente el pensamiento editorial del periódico.
Daniel Bravo Andrade Director dbravoa@eafit.edu.co
A
veces ocurren sucesos en la vida pública que obligan a los medios a preguntarse acerca de su labor como tales. En Colombia, por mencionar algunos, están las disputas entre el ex presidente Uribe Vélez y el presidente Santos, entre Uribe Vélez y Pastrana, los debates generados por el procurador Ordóñez, las polémicas que giran en torno al actuar de ciertos funcionarios públicos, etc. En la mayoría de estos casos, el papel que los medios de comunicación toman es –en especial el de los escritos-, a mi modo de ver, pasivo: reproducen los comentarios de ambas partes, acompañan la noticia con datos u otra información relacionada con el tema, y sirven como medio –o canal- para que la opinión pública debata sobre el asunto. De esta manera, los medios de comunicación centran su atención –y de cierta manera, la nuestra-, sobre asuntos que, si bien son de interés nacional, no cumplen del todo con el propósito del periodismo, y suelen servir únicamente para acrecentar las disputas ad hominem entre estos personajes de la vida pública. Existen conflictos que son de otra naturaleza. Por mencionar algunos, como los que aparecen en esta edición del periódico, están las polémicas relacionadas con el
hacinamiento carcelario en el país y las crecientes problemáticas de la explotación minera ilegal. Éstos son hechos que, si bien no son de curso común en la opinión pública –tal vez porque no se nos recuerda a diario de ellos- sí son de interés nacional. En relación a estos fenómenos los medios ejercen una relación de tipo, aparentemente, activa: son los objetos de las investigaciones periodísticas de largo aliento y a los que suele dedicárseles un mayor “espacio” de publicación. Lo que pasa con esta relación activa que ejercen los medios sobre este tipo de hechos es que no les dedican una porción “activa” de sus espacios de publicación, sean digitales, físicos o audiovisuales. Es paradójico que se le dedique, de esta manera, menos atención a los temas más investigados, y más a los temas menos investigados. Creo que debe reflexionarse acerca de la mencionada relación que tienen los medios con estos dos diferentes tipos de hechos e información. Por una parte, considero que los medios de comunicación no podemos dejarnos embelesar por el primer tipo de información: no somos el blog o el diario de estos personajes públicos para estar reproduciendo sus poco constructivas y personales disputas. Sobre el segundo tipo de información, considero que los medios deben preocuparse más
por la investigación, la denuncia social y la reportería, para poner en boca de las personas y de la opinión pública los temas que, si bien nos afectan a todos, parecieran no hacer parte de la agenda política nacional. Jesús Martín-Barbero en su libro De los medios a las mediaciones expone y explica, entre otras ideas, la manera en la que el radio y el cine contribuyeron a unificar las sociedades latinoamericanas durante el siglo XX. Los medios de comunicación sirven a un propósito similar: ayudan a conformar el imaginario popular colectivo, los temas tratados por la opinión pública, los asuntos que conforman la agenda política nacional, etc. En la introducción de dicho libro, Néstor García Canclini explica, un poco, la naturaleza del título de Martín-Barbero: el análisis de los medios debe desplazarse de su función comunicadora a su función mediadora. Tal vez la preocupación de la modernidad, donde abundan los medios y los consumidores también son productores de información, debería radicar más en la función medidadora de los medios, y menos en aquella otra, que pareciera importar más a aquellos que se dedican a reproducir y replicar discusiones bizantinas que, desinformando, no prestan mayor servicio al proyecto de nación que queremos construir. Libro de Jesús Martín-Barbero, publicado en 1987.
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Abierta al Mundo
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EAFIT y Bayreuth: Proyectos, intercambio e innovación Redacción ORI
internacional@eafit.edu.co
E
n la semana del cuatro al ocho de marzo, la Oficina de Relaciones Internacionales (ORI) recibió cuatro visitas de universidades internacionales, con la intención de promover nuevos convenios de cooperación y movilidad internacional con la Universidad EAFIT. Una de las más importantes fue la de la Universidad de Bayreuth en Alemania. La Universidad de Bayreuth es una universidad pública alemana que cuenta con 90 acuerdos de colaboración con universidades de otros países y programas de intercambio ERASMUS con 160 universidades europeas. Ésta, estuvo de visita en la Universidad EAFIT el seis de marzo, la cual fue concretada por la embajada de Colombia en Alemania quienes transmitieron el interés de esta universidad alemana de entablar acuerdos de colaboración con varias de las mas importantes universidades de Colombia. En su paso por Medellín,
la delegación de la Universidad de Bayretuh, encabezada por los señores Dr. Arnim Heinemann (Jefe de Relaciones Internacionales) y Dr. Leible (Vicerrector) visitaron la Universidad de Antioquia y la Universidad EAFIT. En nuestra universidad, el principal objetivo de la visita fue evaluar la posibilidad de entablar un convenio de cooperación entre ambas universidades, teniendo como principal interés las áreas de Economía, Ciencias de la tierra, Estudios Culturales e Ingeniería de materiales con cuyos directivos se sostuvieron reuniones durante el día. Asimismo, dado el interés ya mencionado por parte de la Universidad de Bayreuth en el tema de materiales, específicamente en el de plásticos, la delegación también estuvo de paso por el Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho - ICIPC, donde su directora -que tiene gran trayectoria en las relaciones con Alemania-, les ofreció un gran recorrido y muestra de los desarrollos e innovaciones llevados a cabo en dicho centro, los cuales fueron recibidos de manera exitosa por los visitantes alemanes. Por parte de la ORI quedamos a cargo de la consolidación de las relaciones con esta universidad y de la materialización del convenio a ser suscrito.
Imágenes wikimedia.org
En EAFIT
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In Memoriam: Gabriel Torres Avendaño Juan Pablo Durán O.
Director del Centro Internacional de Investigaciones Sociales y Económicas (IBSER) jduranor@eafit.edu.co
Conocí a Gabriel cuando llegué de
mi práctica en la Superintendencia Bancaria de Colombia (hoy Superfinanciera). Por su contextura gruesa parecía una persona más pequeña de lo que realmente era. Sus lentes semi redondos, su bigote bien cortado y su mirada profunda daban una primera impresión de mucha seriedad y formalidad, pero bastaba con hablarle sólo un minuto para darse cuenta de que en realidad era una persona muy alegre y cercana. Se reía mucho, incluso de sus propios chistes, que repetía a quien se paseara por los corredores del quinto piso del bloque 26, aunque nunca le repetía el mismo chiste a la misma persona.
Una prominencia Con el tiempo me di cuenta de que era toda una eminencia en el Departamento de Finanzas. Fue el primer director del mismo y el responsable de que las finanzas de EAFIT lograran y mantuvieran su buen nombre a nivel local y nacional por mucho tiempo. Apadrinó a muchos profesores y egresados actuales que fueron desarrollándose como docentes, magíster, doctores y ejecutivos; yo fui uno de sus últimos ahijados académicos. No todas sus ideas futuristas se llevaron a cabo: la estructuración de un proyecto para colocar una gran sede de EAFIT en Bogotá, ubicada cerca de donde hoy es la Universidad de la Sabana, fue rechazada porque en aquel entonces quedaba muy lejos del área metropolitana. El tiempo le dio la razón a Gabriel, los predios se
vendieron y la ciudad de Bogotá fue creciendo hasta que la Sabana quedó bastante cerca. Al cabo de un tiempo me convertí en el Director del Bufete Financiero, semillero de investigación que también fue apadrinado desde sus comienzos por Gabriel. Él era mi jefe directo. Siempre sus sabios consejos mejoraban la efectividad de las gestiones. En una ocasión le comenté que el presidente de la República había confirmado su asistencia a un evento del Bufete Financiero, pero que ningún otro conferencista había confirmado; faltaban solo 15 días para este y no había nada terminado, le dije que creía que había que tomar el riesgo, trabajar 100% del tiempo en hacer el evento consiguiendo los permisos correspondientes, confirmando conferencistas y haciendo la convocatoria. Me dijo que le parecía muy riesgoso; luego me miró de reojo con una medio sonrisa diciéndome: “a no ser que el rector apruebe el proyecto”. Yo sabía lo que tenía que hacer, al otro día el rector Juan Luis Mejía se convirtió en el mejor aliado, se aseguró de que todo saliera perfecto. En el ámbito académico era igual. Tuve la suerte de hacer varias investigaciones, artículos y ponencias bajo su tutoría. Lo que para algunos investigadores es una excepción, para Gabriel era la regla: siempre respetaba los derechos de autor y mencionaba las colaboraciones que hacían en sus trabajos por mínimas que fueran. Siempre me invitaba a presentar con él cuando era un trabajo en conjunto. No era una eminencia solo por su ética, su asertividad, su
humildad y su pedagogía, sino también por su conocimiento y experiencia. Una vez pasé por su oficina para desatrasarme de los acontecimientos económicos y financieros del momento. Lo encontré como muchas veces mirando absorto la pantalla de su computador, me dijo: “mirá como está la curva de los TES, está invertida de forma inusual, esas tasas de mediano y largo plazo indican que va a haber una crisis financiera”. En efecto, a los tres meses estalló la crisis de la bolsa de Colombia más profunda que hayamos vivido desde el 2000. Gabriel era parte de la Junta Directiva del Fondo de Empleados y de su cartera de inversiones, tiempo en el cual contó con muy buenas utilidades a pesar de las crisis. A diferencia de muchos economistas y financistas actuales, sabía muy bien la diferencia entre el mercado real y el mercado financiero, y veía a este último como un reflejo del primero. Creía que todos los mercados le debían servir a la producción y en sus inversiones sabía medir y gestionar responsablemente los riesgos. Probablemente, de haber seguido en las Juntas de Inversiones, Gabriel no hubiera estado de acuerdo en comprar repos a Interbolsa. En otro momento los estudiantes del Bufete Financiero querían captar dinero de todos los estudiantes de EAFIT para formar un fondo propio de inversiones y “aprender haciendo con el mercado real y con dinero real”. Como director del semillero no estuve de acuerdo, pero fue Gabriel el que, como casi nunca, dio un rotundo “no” a la iniciativa a pesar del disgusto de muchos estudiantes. Seis meses más
tarde reventó el escándalo de la pirámide de DMG en toda Colombia y la reclusión en la cárcel de su presidente por “captación ilegal de dinero”.
Sentido social Su espíritu social siempre estuvo muy vivo, a pesar de que pocas veces hablaba del tema. En realidad nunca entendí el porqué de la conexión tan profunda que tenía con Gabriel, hasta que en un almuerzo en la cafetería central de EAFIT le confesé mi interés por temas de pobreza y equidad. Sonriendo me dijo que siempre había estado al tanto de mis inclinaciones y mis escritos al respecto; y acto seguido me comentó varias anécdotas de su vida universitaria en donde luchó por reivindicaciones sociales en compañía de varias personas que hoy son personajes. Casi como una revelación providencial entendí ese día que yo no lo había escogido como mi maestro, sino que él me había escogido como su discípulo. La última vez que me reuní con él fue en el parque de El Poblado. Conocí a personas que siempre quise conocer y que, como me di cuenta luego, eran sus amigos de toda la vida. No lo visité cuando un profesor amigo me comentó que estaba muy enfermo, menos de un mes antes de su fallecimiento. No tuve tiempo de despedirme, me queda en la conciencia que le agradecí muchas veces y le dije que había sido casi un padre en lo académico. Significó mucho para mí, aunque sé que para él fui solo uno de sus muchos discípulos que pasaron por EAFIT como alumnos, profesores o investigadores y que hoy no podemos olvidar sus enseñanzas y cómo marcó nuestras vidas.
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Reseña
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¿De profesor a escritor? Fabián Sanabria
Director General de Instituto Colombiano de Antropología e Historia ICANH edicionnexos@eafit.edu.co
Hace
cuatro años, cuando fui designado decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, me di cuenta de que debía recapitular buena parte de mi vida, pues ésta resultaba sumamente paradójica: de niño jugué cuatro clases de juegos, pero sólo uno me quedó gustando. Primero quise ser astronauta poniéndome una careta y saltando descalzo encima de una colchoneta, luego me encantó ser “conductor de trolebuses”, después quise ser fraile franciscano como Severo Velazquez —un sacerdote que contribuyó a la caída del dictador Gustavo Rojas Pinilla— y, desde la tarde en que me matricularon en la escuela, me dediqué a “ser profesor” de alumnos imaginarios. Recuerdo que guardaba las tizas que quedaban dispersas en los salones al final de cada jornada y, con una almohadilla que me servía de borrador, improvisé un tablero en la puerta de mi cuarto. Así me enteré desde muy pequeño del “rollo de la pedagogía”, del aterrador “campo de juego” que forjando un mundo académico en vez de liberador resultaba bastante alienante, de los sistemas de calificaciones que para nada me gustaban y, especialmente, de cómo lo bueno y lo malo “en sí” eran convenciones morales relativas: un vaso de agua para un sediento era magnífico,
pero podía ser nocivo para un ahogado. De ese modo aprendí a ser “profesor”, hasta que comprendí que odiaba profesar verdades que en realidad eran creencias. Debo aclarar que tuve la fortuna de ser hijo legítimo de la educación pública, casi siempre becado: desde la Escuela Modelo del Norte, pasando por el Colegio República de Colombia, la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de París VIII, y la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Igualmente en mi repertorio profesoral influyeron excelentes maestros: Lucía Rincón Gómez, Elizabeth Beltrán Trujillo, Gilberto Romero, Carlos Eduardo Vasco, Antanas Mockus, Cornelius Castoriadis, Marc Augé, Danielle Hervieu-Léger, Jacques Derrida, Pierre Bourdieu y Michel Maffesoli, entre otros, los cuales deambulan y deliran conmigo a lo largo de más de cuatrocientas páginas que constituyen mi segunda novela. De algún modo estoy hecho de sus voces y gestos y, como lo confesé hace poco, a pesar de la ironía se trata de un homenaje porque en dos palabras: “soy ellos”. Ahora bien, tratando de precisar el origen de mi nueva ficción, debo
subrayar que tras desempeñarme como decano de la Nacional me dio una gripa tremenda que por descuido se volvió una neumonía que casi me manda “al otro lado”. Estuve dieciséis días en un coma inducido que, delirando, me puso a recrear casi cuarenta años, sin censuras. Así surgió ¿Profesor?, la segunda novela de mi anunciada tetralogía “Autoficciones”. Con signos de interrogación porque en esta vida nadie enseña, del mismo modo que los médicos no curan. Allí narro y describo en dos historias paralelas, párrafo a párrafo, a lo largo de 16 capítulos, en presente y a color mi estado de salud crítico, y en pasado y a blanco y negro mis juegos profesorales que —por ser demasiado serios— no quiero tomarlos en serio. Desde El Tramoyero he querido
ensayar una escritura que exige ser leída en voz alta. De algún modo el tono teatral se impone, y eso se corroborará cuando Mapa Teatro organice un “cabaret literario” a partir de mis escritos. De momento también debo señalar otro riesgo: en estas dos novelas (El Tramoyero y ¿Profesor? —y espero que así sea en las dos que siguen: Monigotes y El retozadero...), no hay comas, lo cual no implica que las aposiciones que marcan el compás de las frases no estén señaladas. Todo lo contrario: por medio de letras mayúsculas Salto por encima del vacío que las faltas de comas obligan al lector a dar. ¿Por qué eso? Por una influencia beckettiana de la que me es imposible desembarazar, pero sobre todo por culpa de las condenadas redes sociales —
Opinión especialmente de Twitter— de las que ya no podemos escapar. Además es un estilo que simple y llanamente me empieza a gustar: en vez de comas Poner una letra mayúscula Y ya. Finalmente debo contar otra osadía: con ¿Profesor? quise ser “titular” de la institución a la que simbólicamente pertenezco, nombrando incluso la cátedra que en un futuro, con todo fervor, quisiera orientar (hoy gozo de una comisión ad-honorem de la Universidad Nacional de Colombia para desempeñarme como Director General del Instituto Colombiano de Antropología e Historia —ICANH). Por supuesto que ese atrevimiento me fue negado del modo más burocrático. Para hacerle la “peor” propaganda a mi segunda novela, simplemente parafraseo la “sustancia” de los tres sapientes conceptos que anónimos colegas rindieron sobre el particular. El más benigno señaló que el autor de un texto “tan difícil” no podía promoverse porque éste carecía de objetivos, hipótesis, metodología y marco teórico. La siguiente evaluación adujo que jamás leería algo tan irreverente, que se burlaba faltándole al respeto a sus compañeros profesores, salvo porque el rector se lo pedía. Y la última “perla” la esgrimió una “noble dama”: veladamente pide que se investigue al perverso “profesor” que se atreve a “enseñar” en la más prestigiosa universidad pública de Colombia.
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Carta del editor Simón Pérez L.
Editor sperezl1@eafit.edu.co
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ace algunos días, cuando me encontraba en una obra benéfica en un barrio popular de Medellín, tuve la oportunidad de reunirme con un grupo de líderes estudiantiles de aquella zona. En medio de precarias condiciones económicas, ellos planeaban actividades con el fin de lograr una concientización de los problemas en las laderas de la ciudad. Entre sus objetivos estaba también aumentar los niveles de educación en estratos bajos y medios. No obstante, en sus caras había descontento, habitaba la desilusión y el desaire: aunque querían llegarle a su comunidad por medio de escritos y eventos puntuales, no encontraron ni medios para hacerlo ni voz que sirviera de amplificador de sus ideas educativas. Esta última actitud me pareció tan razonable como sus proyectos, además siempre he considerado evidente la falta de medios sólidos suficientes para materializar y difundir las propuestas e iniciativas juveniles en el país. Esta anterior reflexión me llevó a considerar el papel de nuestro medio en la comunidad estudiantil y en el devenir de la sociedad en general. Por un lado está claro que no sólo es nuestra labor como periódico auspiciar la participación de los estudiantes y la vinculación con sus proyectos, sino que es nuestro deber y compromiso. Ante el silencio de muchos medios tradicionales, periódicos y noticieros que responden solamente al llamado de ciertas tendencias políticas o intereses económicos, medios como el nuestro deben presentarse como mecanismos participativos de difusión de ideas y trabajos. Pero a pesar de esto, para abarcar este gran público, incluyendo a aquellos que por algún motivo no tienen las oportunidades económicas para ingresar a una universidad, sería menester generar muchos espacios así para tener un verdadero impacto en el país. Por lo pronto, con los ya existentes, hay que intensificar el trabajo.
Imagen LoboStudioHamburg
La realidad y el periodismo estudiantil
Por otro lado, aunque vinculado con lo primero, el propósito de esa participación y difusión debe tener, además de temas culturas en general, un acercamiento a las realidades sociales del entorno. Un periódico estudiantil, como medio sólido, no puede dejar de lado lo que ocurre en el contexto, en la actualidad, porque correría el riesgo de perder la construcción dialéctica que se da como consecuencia de tratar asuntos puntuales del entorno. Así, el debate de perspectivas se vuelve un punto fundamental en la agenda de un periódico y más si es estudiantil. Con base en todo ello, y con cambios que se iniciaron desde el año inmediatamente anterior, el periódico NEXOS pretende erigirse como un encuentro de trabajos periodísticos serios que sean un canal entre
una sociedad casi siempre pétrea, lejana a estas iniciativas, y las ideas estudiantiles y culturales. Lejos de ser un asunto de preferencias estéticas, políticas o ideológicas, la idea es generar ese vínculo que no sólo favorece a la juventud, sino que generaría un progreso social importante. Cada vez que quedan marginados los trabajos de jóvenes, como aquellos que me recibieron con cara de decepción por su falta de oportunidades, se da un paso hacia la desigualdad, la injusticia y la violencia. Por ello, desde los medios y abordando la realidad con un periodismo serio e investigativo, debemos generar participación, diálogos e inclusión. Que sea entonces el periódico un espacio sólido de la juventud, un grano más que irá llenando el bulto aún desnutrido que todavía pierde en la balanza con respecto al resto de la sociedad.
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Columnista Invitado
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Santiago Silva J.
Politólogo Universidad EAFIT ssilvaja@eafit.edu.co
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l color del agua es verde esmeralda; hermoso, si no fuera porque se debe al cianuro que han vertido en el embalse. También usan mercurio, esos son los dos químicos que utilizan los mineros para separar el oro de otros minerales. El paisaje, cuando se sobrevuela las tierras del Bajo Cauca antioqueño, se encuentra salpicado de estas pequeñas lagunas al lado de los ríos, testigos multicolores del más reciente boom minero que vive la región. Los peligros ambientales de la minería han sido bien conocidos por la opinión pública en los últimos meses; campañas para prevenir la exploración y explotación minera en páramos y zonas de reserva natural nos han salvado de las consecuencias de la minería a gran escala. Paradójicamente es esa, la minería de las grandes empresas, la que puede ser controlada; la otra, la informal/ilegal, no cumple con norma alguna y se encuentra completamente por fuera del radar de autoridades y sociedad civil. Según una reciente investigación del Decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad EAFIT, Jorge Giraldo Ramírez, el 99,7% de las operaciones mineras en el Bajo Cauca son ilegales y el 97,3% ni cuentan con una autorización ambiental, en Antioquia, estos mismos elementos promedian el 81% y el 82,6% respectivamente. Sin embargo, las consecuencias que trae la minería ilegal
Imágenes Colectivo Ecologista Jalisco y Silvia Alba y Reinaldo Aguilar
para el medio ambiente no son el único desafío para el futuro del país. La bonanza aurífera se ha convertido en el último de los botines de guerra para los grupos armados ilegales. Luego del incremento de los precios internacionales del oro en 2008, en el marco de la crisis económica mundial, las inversiones en exploración y los esfuerzos de explotación del mineral en Colombia se incrementaron exponencialmente. La producción en el municipio de Tarazá, por ejemplo, pasó de unos 230.000 gramos de oro en 2004 a un poco más de 780.000 en 2011. Casi todos los municipios con tradición aurífera del país sufrieron una tendencia similar. El negocio se volvió tan bueno que los mismos narcotraficantes del norte de Antioquia, el sur de Bolívar y el suroriente de Córdoba, empezaron a cambiar sus cultivos y laboratorios por dragas y retroexcavadoras para
la explotación aurífera. Según el Censo de Cultivos de Coca 2011 de UNODC, parte de la reducción a casi la mitad de los cultivos entre 2005 y 2011 en Antioquia se debió al “trasteo” de “raspachines” y narcos a la minería. Así, Bacrim, FARC y ELN se disputan actualmente la extorsión de mineros, o incluso del manejo de sus propias operaciones criminales de explotación del mineral precioso. Por lo tanto, La violencia ha aumentado a ritmos escandalosos en las zonas mineras. El nuevo gran premio para las estructuras criminales es el mercado del oro y no han escatimado recursos ni violencia para asegurarse su porción. Pero al lado de la violencia surgen otros vicios sociales asociados a la explotación del oro. Por un lado, la gran cantidad de recursos derivados del boom y la presencia de grupos armados ha supuesto un serio desafío para
el Estado en estas regiones. Así, la oferta institucional de algunas zonas auríferas es deficiente para asumir las necesidades que el solo crecimiento de población implica. Las bonanzas siempre conllevan cambios demográficos, y en algunos casos los cambios son tan radicales que las ya constreñidas administraciones locales y regionales son incapaces de asumir las nuevas necesidades de sus municipios. Esta situación resulta más visible si entendemos que los cambios sociales que trae la minería de oro son por lo general problemáticos. Con frecuencia, asuntos como la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, y otros, se disparan en los lugares en donde se produce el boom. Así, se puede asumir que bajo la economía ilegal del oro se expande la idea de un “ambiente de ilegalidad” (esto es, condiciones sociales, económicas y culturales que promueven y justifican las conductas ilegales), alimentado a su vez por la ausencia de las instituciones del Estado. De esta forma, el Estado y la sociedad colombiana se enfrentan a un enemigo a medias oculto y con un potencial de crecimiento y de hacer daño como pocos hemos visto desde el narcotráfico. Sí, quizá esa sea la mejor comparación para la economía ilegal del oro; regresamos a los ochenta y apenas salen las primeras avionetas cargadas de cocaína dorada para Estados Unidos, y si medidas urgentes, integrales y estudiadas no empiezan a implementarse, no podremos detener a este nuevo monstruo que se alimenta en nuestro patio a punta de desidia y cianuro.
Crónica
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Viento en popa y libro en mano
salió en su automóvil de su casa en La Pilarica. Aparecieron dos hombres armados en una moto, dispuestos a robarle su carro. Sergio, quien iba con su hijo, entregó inmediatamente las llaves, pero, en un aparente acto incomprensible del destino, según asevera Luis: “parece ser que hizo mucho escándalo o lo reconocieron o lo vieron muy alterado porque los tipos se miraron, y se fueron”. Sergio, afectado y pensativo después del evento, consideró: “hombre, si a mí me hubieran robado este carro, ¿cuánto me habría costado?”. Por decir algo, diez millones, cuenta Luis. Esos diez millones fueron la cuota inicial con la que Sergio se acercó a Elkin Obregón y le dijo: “Maestro, montemos la librería”.
La librería Palinuro cumplió diez años el pasado seis de febrero de 2013, pero la llegada al decenio no vino solo con celebraciones: en enero del año pasado sus socios fundadores se reunieron para considerar si debían cerrar, o no, la librería Daniel Bravo A.
Reportero NEXOS dbravoa@eafit.edu.co
“Cerrar una librería le hace más
daño a la ciudad que a los mismos dueños”, declara Luis Alberto “El Maraquero” Arango, mientras recuerda la reunión que hubo entre los socios fundadores en enero del año pasado. “Estuvimos considerando cerrar, pero decidimos abrirnos y buscar unos amigos para tener más socios. Pensamos en cinco, pero llegaron nueve. El amor a la misma librería no la deja cerrar”. Palinuro está ubicada en la carrera 42, número 54-58, en la calle Córdoba, entre Perú y Caracas. Habitualmente, entre sueños, un habitante de la calle custodia su puerta como un guardián armado. A las diez de la mañana, cuando Luis abre, se esfuma entre la luz del mediodía. Luis cuenta que la seguridad en el barrio es buena, a pesar de algunos robos a los locales vecinos. Por eso prefiere no tener computador en el trabajo y administrar la contabilidad de la librería a mano. En la fachada hay un parasol con el nombre de la librería y su leitmotiv: “Libros leídos”. También hay un trirreme dibujado en una baldosa: es
el logo de la librería, la barca en la que Eneas y su piloto, Palinuro, salieron de Troya. A través de la puerta se percibe la quietud de las estanterías llenas de libros, como inmersas en estasis. Hoy, 11 de marzo de 2013, está escuchando la radio, y mientras organiza la librería pone a hacer un tinto. La escalera al segundo piso fue adaptada para que, en el costado que queda al aire, puedan exhibirse libros. En la estantería improvisada hay, sobre todo, numerosos autores colombianos: Tomás González, Héctor Abad Faciolince, Fernando Vallejo, etc. Los escalones son estrechos y crujen al hundirse bajo las pisadas. Al final de la escalera se advierte un aviso que dice: “Hai excomunión reservada a su santidad contra cualesquiera personas que quitaren (…) algún libro, pergamino o papel de esta biblioteca (…)”. En Palinuro no sólo hay arte en forma de libros: en noviembre de 2005, hace ocho años, se inauguró La viga de Palinuro, un espacio para la exposición de arte. La historia de la creación de la librería tiene algo de fantástico. Comenzó “de doce a quince años atrás, con Elkin Obregón”, según cuenta Luis Alberto. “Elkin mantenía una idea, que era como un sueño,
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Lo que vino después ocurrió rápido: Luis aceptó el cargo de librero, se aceptó al escritor Héctor Abad Faciolince como otro de los socios fundadores y se consiguieron los libros con los cuales comenzar a Palinuro. Desde entonces la librería ha ajustado diez años de trajinar con libros y autores, con temas e ideas.
Imágenes Daniel Bravo A.
una cosa reiterativa de él. Nos decía, cada que estábamos todos los amigos juntos y tomando, “Yo quiero tener una librería de viejo”, que es como le dicen a estas librerías; “cuándo será que yo puedo tener una librería así”, era un sueño. Y eso nos lo endosaba en todos los tragos que se tomaba, y siempre me decía: “pero vos me la manejás”. Uno de esos amigos que escuchaba la historia era el actor y escritor Sergio Valencia, conocido tal vez más como la “Maruja” de “Tola y Maruja”. Algún sábado a las tres de la tarde, Sergio
Tal como Luis afirma, Palinuro ha sido: “mimada por los medios”. La librería y el maraquero son ahora conocidos local, nacional e internacionalmente, como demuestran la entrevista que Luis dio a un periodista del diario brasilero O Globo a mediados de marzo, y las dos páginas dedicadas por el periódico Universo Centro en su edición de febrero, entre muchas otras publicaciones en medios como SoHo, El Espectador, El Colombiano, El País, etc. Por ahora, los palinuros viajan con viento en popa sobre el mar de libros y librerías que hay en la ciudad. En el futuro, aunque incierto, no asoman dificultades para ellos. Y si llegaran a asomarse –y por el bien de la ciudad-que la misma magia que se posó sobre sus orígeneslos acompañe en sus dificultades.
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Entrevista
Abril de 2013
“No me arrepiento de haber defendido las políticas de Álvaro Uribe”:
Ana Mercedes Gómez
Durante 22 años, Ana Mercedes Gómez fue la directora de El Colombiano, hasta que en julio de 2012 se retiró. Desde entonces, no había concedido ninguna entrevista ni hablado de su salida del diario, de su relación con el uribismo, o de los perjuicios que le causó ser beneficiaria del programa Agro Ingreso Seguro
S.D.L.: Pero muchos detractores dicen que usted sí cambió la línea editorial de El Colombiano a favor del uribismo. A.M.G.: “En general sí apoyamos la gestión que realizó Uribe. Es que los tres huevitos de los que él habló creo que eran necesarios y siguen siendo necesarios para el desarrollo digno de Colombia y para llegar a la igualdad de oportunidades a todo el mundo, pero la gente es de memoria corta y no recuerda que hubo muchos editoriales en que con mucho respeto tuvimos divergencias con Álvaro Uribe”. S.D.L.: Deme un ejemplo. A.M.G.: “Cuando empezó el intento de negociación [para la liberación de secuestrados en el 2007] y él nombró al presidente Chávez como facilitador. Nosotros escribimos un editorial en que, palabras más palabras menos, dijimos que uno no mete al enemigo a la casa. Otro ejemplo, cuando hubo el remezón en el Ejército, y esto llevó a la renuncia del general Mario Montoya, escribimos que no estábamos de acuerdo con que hayan sacrificado algunos de ellos que habían sido tan buenos generales.
Imágenes Victor Buitrago, World Economic Forum e Internet
Sebastián Díaz L
Comunicación Social sdiazlo@eafit.edu.co
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ebastián Díaz López: En el tiempo que ocupó la dirección de El Colombiano, ¿cambió la línea editorial a través de los años? Ana Mercedes Gómez: “Yo creo que cada director le da una impronta al medio de comunicación en el cual trabaja. Destaco que organicé un grupo de personas que hacían parte de la dirección. Ahí estuvo un abogado, un economista y los periodistas, pero todos participábamos en la discusión de la línea editorial. Cuando escribía el editorial uno de ellos, lo revisaba con esa persona. Cuando yo lo escribía llamaba a
varios para que me lo criticaran, me preguntaran por qué había dicho una cosa y no la otra. Cuando las circunstancias hacían cambiar la línea, siempre decíamos por qué cambiábamos nuestra posición editorial”. S.D.L.: ¿En qué momento cambió más la línea editorial de El Colombiano? A.M.G.: “Al principio de mi dirección estábamos en contra de la extradición, porque cuando la asumí coincidió con la Asamblea Nacional Constituyente y
decíamos que los colombianos debían ser juzgados en Colombia. Cuando nos dimos cuenta que la justicia colombiana fallaba, le dimos el sí a la extradición. Otro momento crucial fue con la dosis mínima. Al principio dijimos sí al libre desarrollo de la personalidad y a un tratamiento adecuado para los drogadictos. Cuando nos dimos cuenta de que se generó el fenómeno del microtráfico y que Colombia ya era un país consumidor, cambiamos nuestra posición editorial”.
Pero yo siempre he dicho que Uribe tiene tan buena memoria que él debe acordarse de todos esos editoriales que escribimos criticando algunas de sus políticas. Esos son dos ejemplos de que no fuimos uribistas del todo”. S.D.L.: ¿Y no cree que esa cercanía con el uribismo le restó credibilidad a usted como periodista y a El Colombiano? A.M.G.: “Es que si la gente no lee bien y se queda con esos rumores, eso pasa. Obviamente yo fui víctima de eso, pero pueden buscar en los archivos editoriales y ver que estuvimos en contra de algunas políticas. Uno tiene que ser franco al decir que apoyamos las estrategias fundamentales de Álvaro Uribe, pero eso no quiere decir que no las criticamos”.
Entrevista S.D.L.: ¿Usted en este momento se arrepiente de haber defendido alguna política del gobierno de Uribe? A.M.G.: “No me arrepiento de haber defendido las políticas de Álvaro Uribe. Si me preguntan puntualmente puedo recordar temas con los que tuve diferencias, pero en general estuve de acuerdo con su gobierno”. S.D.L.: Hablemos de Agro Ingreso Seguro. ¿Cuándo se dio cuenta de que usted fue beneficiaria de esa política? A.M.G.: “Cuando Daniel Coronell sacó una columna el 9 de enero del 2010, en la que decía que yo debía haber dicho que era beneficiaria de AIS por un crédito de 82 millones de pesos con el Banco Agrario. Él escribió una columna terrible contra mí igualándome con la familia Dávila. Yo no sabía que ese crédito con el Banco Agrario estaba englobado con AIS. Así se lo dije a María Teresa Ronderos cuando me llamó y me dijo que estaban haciendo pesquisas sobre quiénes son beneficiarios de Agro Ingreso Seguro y me dijo que ahí figuraba una Ana Mercedes Gómez. La sorpresa mía fue que esa información la dejaron guardada y la sacaron el 9 de enero de ese año”. S.D.L.: Pero Daniel Coronell no la igualó con los Dávila, él le preguntó concretamente por qué no le dijo a sus lectores que era beneficiaria de AIS. A.M.G.: “Sí. Yo digo que en la percepción popular quedé como si yo me hubiera aprovechado como los Dávila, que ellos a sabiendas se aprovecharon de Agro Ingreso Seguro al dividir un predio de más de 100 hectáreas en 100 pedazos porque les daban más subsidios. Eso fue lo que quedó en la percepción de las personas. Yo le contesté a Daniel Coronell a través del periódico y Semana sacó apenas un poquitico porque sintieron que no me podían dar más espacio”. S.D.L.: Usted decía que María Teresa Ronderos la llamó en noviembre del 2009. ¿Esa no era una advertencia de que usted le debía decir a sus lectores que era beneficiaria de AIS? A.M.G.: “Pero cuando ella me llamó yo no sabía que los créditos que daba el Banco Agrario hacían parte de Agro Ingreso Seguro. Yo lo vine a saber cuando Daniel Coronell me hizo
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el escándalo. Además, María Teresa Ronderos, que antes trabajaba en la parte editorial de Semana, y Daniel Coronell columnista, se guardaron esa información todo diciembre y mitad de enero. Pregúntese cuáles eran las razones de él, qué pretendía haciendo el escándalo con mi nombre y a quién pretendía golpear”.
igualar con Daniel Coronell. Había una investigación sobre Daniel Coronell de cómo se financió para iniciar el noticiero Noticias Uno y con toda esa cantidad de pruebas documentales, orales y gráficas dije: ´usted que se las da de dueño de la ética explíquenos quienes financiaron para iniciar Noticias Uno`”.
“El ángel de la bicicleta”
S.D.L.: ¿Qué opina de Daniel Coronell?
S.D.L.: ¿Y por que no lo hizo antes sabiendo que Daniel Coronell ya había sacado investigaciones?
laudio “Pocho” Lepratti fue un militante social argentino que a mediados de diciembre de 2001, durante la represión policial del gobierno de Fernando De la Rúa, se encontraba en la escuela en la que trabajaba en el comedor escolar. De repente, unos agentes decidieron abrir fuego contra él y los infantes que allí se encontraban. Ante tal acto, el “Pocho” subió al tejado y gritó: “¡Hijos de puta! No tiren, que hay pibes comiendo”. Instantáneamente una bala penetró su tráquea, causándole la muerte.
A.M.G.: “Me parece que debe investigar más sus columnas. Le gusta mucho el show mediático. Si él hubiera hablado conmigo tal vez hubiera escrito en un tono menor y no de la manera que lo hizo. Pero yo tengo mi tesis de por qué lo hizo”. S.D.L.: ¿Por qué lo hizo? A.M.G.: “Él lo hizo para levantar el rating después de Navidad, que todo se calma, e indirectamente, lesionando mi fama y mi honra, atravesársele al presidente Álvaro Uribe Vélez”. S.D.L.: Cuando usted sacó una investigación contra Daniel Coronell meses después de que él publicara la columna, ¿se puede tomar como una rendición de cuentas, de quedar a la par con él? A.M.G.: “No, yo no me quiero
A.M.G.: “Porque no conocía los nexos de él con las personas que financiaron la iniciación de su noticiero. Cuando lo conocí bien documentados sacamos todas las caras de la moneda y las imágenes de quienes habían sido los financiadores por los cuales les adjudicaron la frecuencia por un canal nacional”. S.D.L.: Retomando la línea editorial, usted no puede negar que después de la columna de Daniel Coronell El Colombiano sacó editoriales a favor de los ministros de Agro Ingreso Seguro. A.M.G.: “Sí, es que me parece exagerado que digan que el exministro Arias es una persona peligrosa para la sociedad y tenga que estar en una cárcel, mientras uno ve que a delincuentes y narcotraficantes les dan casa por cárcel y se les vuelan a la justicia de este país. Yo no creo que Andrés Felipe Arias sea una persona peligrosa para la sociedad, lo sostenía, lo sostengo y lo seguiré sosteniendo”. S.D.L.: ¿Así lo estén investigando por los presuntos manejos irregulares que él hizo en campaña a la Presidencia? A.M.G.: “Eso está por verse. El juicio de Andrés Felipe Arias va muy lento y desgraciadamente buena parte de la justicia en Colombia responde a los medios de comunicación. Esperemos a que falle la justicia”. S.D.L.: Cambiando de tema. ¿Algún día le gustaría escribir sus memorias de periodista? A.M.G.: “No, me parece pretencioso hablar de memorias. De pronto, algún día escribiré sobre los procesos de paz en los que he participado, unos exitosos, otros fracasados como el del Caguán. Escribiré sobre ética periodística, prepararé seminarios para hablar de ese y otros temas”.
Julián Mazo Z.
Ciencias Políticas jmazoza@eafit.edu.co
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Lepratti, quien estudió Derecho un par de años y también tuvo tiempos de seminarista, realizaba el trayecto de su residencia a la escuela a bordo de una bicicleta, humilde como él. Por eso se le conoce como “el ángel de la bicicleta”, porque cuando no se le veía colaborando con la sociedad o instruyendo a los menores, se le veía en su bicicleta, recorriendo Rosario todos los días para llegar a su destino. Lo curioso, más allá de su heroica labor y lo reprochable de su muerte a manos de la autoridad, es el fenómeno cultural que tuvo en la conciencia social tal acto. Impugnación, desagrado. El policía culpable de la muerte de Lepratti fue procesado y condenado junto a otros compañeros que trataron de encubrir el hecho. Claudio Lepratti fue una hormiga más en el hormiguero, una gota más en el riachuelo y un ladrillo más en la muralla. Una labor como la del “ángel de la bicicleta” no distingue credo, es una labor tan inherente al ser humano, que nos es hasta peculiar cuando se le ve. Por esto, como el pocho hay pocos. Pero como “el ángel de la bicicleta”, ninguno. El fenómeno no debe morir, la labor no debe terminar y el ejemplo no debe caducar. ¡Pocho vive! Pero más importante aún: ¡Que el ángel nunca deje de pedalear!
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El encierro
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El encierro y la luz
La pertinencia Cuando hace años un borracho pasó con su camioneta por encima de mi hermano y otras cuatro personas, la primera reacción que tuve, luego de verificar que mi hermano iba a estar bien, fue desear que al culpable le pasara lo mismo, o que se pudriera en la cárcel
Simón Pérez L.
Editor sperezl1@eafit.edu.co
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lla mira, en los rayos de sol que puede percibir, una libertad que ahora le parece esquiva. No ha podido hilvanar, entre todas sus reminiscencias, un discurso coherente que le explique lo que sucedió. Sólo sabe, con desespero, que su existencia física ha quedado relegada. No puede precisar el motivo por el cual todavía sigue con vida. Empieza a divagar por los recuerdos borrosos de crímenes que no tienen sentido. Quiere borrar de su cabeza la supuesta locura. No parece pensar si fue ésta la causante del crimen o viceversa. Le interesa más salir de esas paredes que le aplastan, de esa camisa de fuerza que le reduce la misma existencia. No obstante ella no está sola, muchas personas actualmente sienten el peso de un encierro en cárceles, manicomios, escuelas, entre otros. Los barrotes, físicos o metafísicos, destruyen la poesía de la naturaleza. Son la negación de la humanidad. En los ojos de cada uno, el desasosiego se confunde con la esperanza. Al menos queda una posibilidad de compresión entre toda esa luz que entra por los resquicios de la libertad. Por ellos, con los ojos impávidos, podemos ingresar al mundo detrás de las murallas, las rejas y los parepetos mentales. Que sea una excusa para viajar un poco dentro de nuestra fronteras y nuestros prejuicios, ir a través de los caminos de la luz que se pasa en los espacios entre los barrotes.
Daniel Aldana V.
Reportero NEXOS daldana@eafit.edu.co
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a fuera que evitara que lo hiciera de nuevo, o lo castigara por el hecho, había aprendido a ver la cárcel como la victoria final de la justicia sobre el criminal. Más adelante me enseñaron que la prisión, idealmente, aporta a la protección de la sociedad confinando a los delincuentes y rehabilitándolos para volver a la sociedad, tras haber pagado su deuda con ella. Es una deuda muy costosa. Cuando se es encarcelado, aparte de entrar en un sistema que marca al individuo de por vida, es necesario tener mucho dinero si se quiere vivir con el mínimo de dignidad humana, lo que somete a familias enteras a un gasto económico constante y creciente. Aun con dinero, las condiciones de vida en una prisión colombiana son más que deplorables, como lo constata la acción de tutela resuelta por el Tribunal Superior de Medellín este cuatro de marzo que, entre otras decisiones, prohibió el ingreso de nuevos reclusos a la cárcel Bellavista a razón del hacinamiento existente: 7.500 reclusos en unas instalaciones diseñadas para albergar a 2.350. Según cifras de
diversas fuentes, el total del sistema carcelario colombiano suma 75.500 cupos, que se reparten entre 115.000 presos. Esta situación es aun peor que la que constató en 1998 la Corte Constitucional, al declarar estado de cosas inconstitucional en todas las cárceles del país. Desde que empezó la prisión, en el siglo XIX, ha sido evidente para todo el que la ha investigado que ésta ha fracasado en su misión resocializadora y protectora, y sólo sirve para crear más criminales, profundizar las brechas sociales y propiciar la corrupción estatal.
¿Qué hacemos entonces? Hay quienes abogan por terminar con la prisión o no construir más. El abolicionismo es una propuesta que, en palabras del investigador colombiano William Freddy Pérez, no es fácil, pues no le consigue votos a ningún partido: toda clase de ciudadano concibe un tipo de criminal a quien quiere ver podrirse en la cárcel. En últimas, siguiendo algunos de los argumentos propuestos por el académico noruego Thomas Mathiesen, cuando el Estado toma la decisión de privar a un individuo de la libertad por un tiempo determinado, lo hace en función de una noción de justicia que cambia con el paso de los años, incrementando discrecionalmente la duración de las penas, lo que no ayuda a las
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de la prisión Hace ya tiempo que la criminología se ha dedicado a demostrar la ineficacia de la prisión, y Ingreso de un huevo crudo Un bombillo en hace mucho que la en día hábil. momentos de escasez. sociedad colombiana está Ingreso en los primeros en mora de tomar cartas en 50 puestos de la fila, el Una botella pequeña de whisky el asunto, aunque solamente Una cobija sencilla. día de la visita. de marca no reconocida. se logre modificar un sistema que por su propia naturaleza no puede ser humanitario pero víctimas ni a la sociedad. Para los a la pena de prisión como una fórmula que puede hacerse menos inhumano. abolicionistas La Cárcel es el enemigo, mágica que cura todos los males de La cárcel tuvo fecha de creación pues no cumple ninguna de las la sociedad, dando así una respuesta y, como la esclavitud, bien puede funciones para las que fue diseñada. inmediata al clamor de la ciudadanía tener fecha de vencimiento. Por Ejemplo: los criminales convictos de por más seguridad. La academia ha ahora es parte de la sociedad en que más alto nivel, con la complicidad llamado a esta tendencia “populismo vivimos, y por eso los abolicionistas de guardias y directivos, manejan punitivo”. son cuidadosos con las ideas que un lucrativo mercado negro en las formulan, pues saben que “mientras cárceles colombianas que comprende Opciones tanto” son ideas, pero luego pueden productos y servicios de primera Ante la constante crisis ser realidades. Además, como necesidad; que estén encerrados no impide que se beneficien de explotar carcelaria, la predecible respuesta admite el profesor Pérez, los graves a otros. No olvidemos tampoco que de nuestro gobierno siempre ha sido problemas que acosan a un país muchas de las extradiciones de jefes construir más cárceles (durante la como Colombia hacen que los presos paramilitares en años pasados se administración de Uribe fueron diez), sean apenas los últimos en una larga lista de agraviados, que debieron en parte a que seguían antes que pensar seriamente esperan a que se sienten en la posibilidad de crear delinquiendo desde prisión. firmemente las desde cero una nueva Tan respetable es ser abolicionista manera de lidiar con condiciones para como no serlo. Se puede estar en el fenómeno de poder disfrutar contra de la prisión o de una prisión: la criminalidad. de sus derechos hay quienes creen que sí hay personas Una opción sería fundamentales. que merecen estar encerradas, pero adoptar medidas Por el consideran que el actual sistema de control de momento, la penal tiende a vulnerar, cuando no daños del tipo alternativa que a atacar directamente, la dignidad que propone tenemos como humana. Entre los que apoyan la la academia, colombianos, ya prisión, también hay quienes la como reducir la que dista mucho el ven como un mecanismo estatal de duración de las día en que hayamos retribución, una forma de venganza penas, o diseñar otra trascendido la necesidad institucionalizada, que el orden clase de castigos que en de la prisión, es la discusión imperante sustenta a través de penas realidad ayuden al criminal a en sí misma, pues al plantearla de más largas, para un creciente número cambiar para mejorar, que aporten a de delitos. Estas voces han tenido eco la sociedad y reparen a las víctimas, manera desapasionada e informada, entre nuestros líderes, quienes en pos todo en un marco de respeto por la en foros públicos y privados, comenzamos a ejercer el derecho de más votos han optado por mostrar dignidad humana.
¿Cuánto vale la vida en la cárcel?*
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$100.000
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Fotos Tribunal Superior de Medellín. Sala Sexta de decisión laboral. Cuatro de marzo de 2013. Radicado 05001205000-201300130
que tenemos como ciudadanos a tomar parte en esta situación, y eventualmente ejercer presión en favor de un cambio verdadero. Es necesario recordar que, ante la ley, no existen ciudadanos de segunda clase, y que los presos, por más que se hayan puesto bajo la mirada del derecho penal al violarla, siguen gozando de los derechos que consagra la Constitución.
“Humano soy” No olvidemos que los presos no han salido del vacío: son parte de sus familias, de la sociedad, que los reduce al nivel de bestias enjauladas, y de la especie humana, que por ser racional y estar dotada de sentido moral, se debe a sí misma un mejor tratamiento para aquellos que, por opción o por azar, han violado una ley que ella misma ha creado. Si el borracho que casi mata a mi hermano hubiera sido encerrado para sufrir todos los abusos que propicia la cárcel, saberlo no hubiera significado ningún cambio. Pero si aquél que nos hizo el mal pudiera lograr resarcir el daño y corregir sus fallas, sin tener que ser obligado a vivir durante años como un refugiado en las condiciones más terribles, ganaríamos todos, pues ello significaría una sociedad más humana, que de verdad considera al hombre como un fin en sí mismo, y cuyo objetivo es proteger a las personas, no simplemente al statu quo. *Fuente: http://www.lasillavacia.com/historiainvitado/4888/wiki-ciudadana/canasta-familiar-yotros-negocios-en-la-carcel-modelo-de-bogot
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El tiempo que se pasa junto a estas personas transcurre rápida o lentamente: todo depende de quien quiera contar su historia -o en muchos casos sus historias-, porque en la medida en que se los escuche se adentra más en un mundo irreal y fantástico, que puede ser feliz, trágico o cómico Gino D’paola P.
Reportero NEXOS gdpaolap@eafit.edu.co
A primera vista no se puede determinar si saben dónde y en qué situación se encuentran. A los espectadores se nos permite hablar e interactuar con algunos: los más callados se quedan pávidos mientras otros comienzan a hablar fluidamente con fascinación y dominio del tema. Otros, en cambio parecieran no entender nada, como si hasta el lenguaje fuera ajeno a sus mundos. Para muchos la idea de visitar uno de estos lugares asusta. Al entrar a un hospital mental o manicomio pareciera que nos transportamos a un espacio donde conviven diversos mundos diferentes al ordinario, donde historias indescriptibles toman lugar día a día. El psiquiatra, cuyo nombre reservamos por petición, explica: “En este lugar ayudamos a las personas: tomamos en cuenta sus necesidades e intentamos hacerlo de la mejor forma posible. No piense en este lugar como una cárcel, no estamos castigando a las personas por su condición; estamos dándoles lo que necesitan. Intentamos ser lo más cordiales y
gentiles posibles, pero como podrá darse cuenta a cada paciente se le trata como sea posible”. Después de esto, me dio un recorrido por la clínica. “Muchos de los pacientes que se encuentran aquí ni siquiera pueden percibir la realidad en la que están. Muchos son agresivos o simplemente demasiado tranquilos. Cuando hable con algún paciente tenga mucha paciencia, pues a muchas personas les puede llegar a irritar la intensidad y la forma con la que ellos hablan. Los innumerables trastornos mentales que tratamos aquí son difíciles de nombrar, pues existe una variedad enorme de enfermedades que sufren los pacientes, y diferentes grados de intensidad y manifestación de dichas enfermedades”. Recorrí con el psiquiatra varios pasillos rodeados de habitaciones bajo llave, algunas vacías y otras con pacientes en ellas. Me condujo hasta un patio social donde se encontraban varios de los internos de la clínica. “Estos son los pacientes con los que podemos permitirle hablar. Los demás, por motivo de seguridad, preferimos no exponerlos –así como a usted- a este tipo de actividades”. Muchos de ellos parecían tranquilos, sentados mirando simplemente pasar el tiempo. Otros parecían tener un tic nervioso, pues renegaban y miraban por todo el patio como en busca de algún objeto perdido. Cuando decidí hablar con algunos me sorprendió la cantidad de historias que podían relatar en tan poco tiempo. También querían contar hasta el más ínfimo detalle y
mantener interesado al oyente en la historia. Algunos no podían asimilar la realidad de su persona, pues parecía que su concepción de ellos mismos podía deteriorarse hasta pensar que su nombre era el de una marca de galletas, como Saltín Noel Integral. Otros tenían una perspectiva distinta de la realidad, puesto que algunos pensaban tener
Un gran número de trastornos mentales son hereditarios. La predisposición a estas enfermedades se manifiesta tanto en hombres como en mujeres. También es posible llegar a desarrollar estas enfermedades por el consumo de sustancias alucinógenas
Imágenes Periódico NEXOS
El encierro una relación estrecha con la reina de Inglaterra. Había abogados, ingenieros, administradores, y muchos cambiaban de profesión en menos de un minuto. Incluso pensaban ser los médicos encargados de sus compañeros. Aunque a simple vista la mayoría de los pacientes no parecían representar un mayor peligro, las medidas de seguridad en la clínica son muy estrictas: a los internos se les lleva cada noche a una habitación que se cierra con llave, y varios enfermeros se encargan de dar rondas tanto nocturnas como diurnas en las habitaciones de los pacientes. “Esto lo hacemos para proteger la seguridad de ellos mismos, pues hemos tenido casos en los cuales los pacientes, al no distinguir la realidad, pueden causar heridas a otros, o incluso provocar su propia muerte. Por esto las medidas de seguridad que implementamos son tan severas, incluso de ser necesario se sedan o inmovilizan a los pacientes para
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que no puedan causar o causarse daño”. En otro momento y lugar, la psiquiatra Juliana Tamayo, del Hospital General de Medellín, contó a NEXOS que la mayoría de los pacientes internos están en contra de su voluntad. Los casos en los que una persona llega por su propia voluntad a ser internado en el hospital son catalogados como “casos extraordinarios”. En la mayoría de los escenarios son los familiares quienes llevan al paciente a estos lugares. “Si bien la medicación y las terapias son graduales, la mayoría de los tratamientos psiquiátricos son de por vida. Existen diversos grados en los trastornos mentales, y por esto las dosis y la medicación son diferentes en cada uno de los casos. Lamentablemente, no puedo decir que los pacientes se alegren de verme, pues soy su psiquiatra, y para muchos
soy la que los mantiene encerrados y privados de su libertad. Con el tiempo, la mayoría pierde esta noción y reconocen la situación
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en la que se encuentra. Otros, lastimosamente, nunca pueden salir de ese estado, pues el daño cerebral que sufren no permiten que exista una mejoría”. Pero no todo es medicación y terapia. En ciertas clínicas de la ciudad los pacientes participan en diferentes actividades y programas, de carácter físico y artístico, que buscan ayudarlos en sus tratamientos y disminuir sus trastornos. Para algunos, estos lugares pueden ser considerados cárceles, centros de cuidado o simplemente lugares de confinamiento; lo que es claro es que la brecha que nos separa de ellos, que desde nuestra orilla parece tan clara y definida, con un pequeño giro de la fortuna puede desaparecer, junto con la cordura que fácilmente damos por sentada.
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en que nací, la libertad que tuve y que me brindó mi madre siempre la relacioné con la poesía. Creo que por ese estilo de vida era inevitable que tuviera una confrontación con la ley, y que el establishment me encerrara —incluso la fiscalía quería que me encerrarán de por vida—. Esto se dio porque me tocó ser consecuente un día con las ideas filosóficas que tenía y con la defensa de la libertad. Durante los cinco meses tras las rejas no escribí porque no tenía nada que decir, también porque estaba llevando una vida que no era compatible con la poesía: porque ser despertado por un reloj y no por los pájaros —como ocurre ahora— es incompatible con el hacer poético. N.: ¿Y la libertad y la poesía?
Framb, libre de las prisiones físicas Conversando con el poeta, nos relató cómo ha sido su experiencia de escritor, haciendo una reflexión sobre la cárcel, el encierro y otras nociones como la libertad y la poesía
Redacción NEXOS nexos@eafit.edu.co
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arlos Framb ha publicado cuatro libros entre prosa poética y novela. El poeta, oriundo de Sonsón, Antioquia, se encuentra actualmente escribiendo una novela autobiográfica. Carlos Framb: “Yo soy bachiller. Nunca quise estudiar en la universidad porque desarrollé claustrofobia en el bachillerato: me sentía realmente encerrado, recluido. Yo estudiaba en Sonsón, en un colegio en las afueras que tenía una pradera muy extensa y un río. Yo era uno de los que siempre se volaba mínimo una vez a la semana, y siempre tuve claro que no quería más las aulas. Durante mis veinte no trabajé. Viví a costa de mis papás, frecuentaba muchas bibliotecas y escribí mis dos libros de poemas: Antínoo y Un día en el paraíso.
Recuerdo que luego de la publicación de ese libro me ocurrió una gran desgracia: conseguí trabajo, y dejé de escribir por varios años”.
Incluso todavía soy amigo de muchos ex alumnos. Creo que fue una experiencia muy interesante para mí, pero no quisiera vivirla de nuevo”.
NEXOS: ¿Cómo fue su experiencia cómo docente, luego de decidir no querer estar relacionado con las aulas de clase?
Cuando el poeta, en el 2007, renuncia a la docencia, le ocurre algo inesperado que daría origen a su tercer libro: una novela sobre el suicidio asistido de su madre, hecho que le implicó cinco meses de encierro en la cárcel de mínima seguridad de Yarumito.
C.F.: “Si bien no estudié nunca para profesor, llegué a serlo por la influencia y amistad de los rectores de los dos colegios donde fui profesor. Desde el principio tuve muy claro que como profesor el reto mío era no permitir que los estudiantes se aburrieran como yo me aburría en el colegio. Entonces tenía una gran libertad y eso les transmitía a ellos: la clase que daba consistía básicamente en leerles un cuento y jugar. Me empecé a interesar por la magia y los trucos de cartas. Entonces, siempre en la clase hacía algunos trucos, o les permitía a los estudiantes dormirse cuando les estaba leyendo.
N.: ¿Qué implicó para usted estar encerrado cinco meses, y cómo relacionó el proceso de la muerte de su madre con la poesía? C.F.: “Por la postura que tengo frente a la vida, por las influencias y por el tipo de hogar
C.F.: “En el libro Del otro lado del jardín hago una pequeña reflexión sobre la noción de libertad, que no deja de ser una bella abstracción. Estamos encerrados no sólo físicamente sino también aislados por nuestros prejuicios, por nuestras circunstancias, por nuestras frustraciones, nuestras limitaciones, por nuestros genes o por el simple hecho de que nuestra vida es efímera. Creo sin embargo que hay un reducto de libre albedrío que hay que defender a toda costa.
Del otro lado del jardín es una confrontación entre dos modelos de mundo: el que encarna mi madre,(un modelo medieval y religioso diría yo), y el que encarno yo, la visión materialista de la realidad. Yo nací en un hogar religioso y en mi adolescencia esa burbuja se me hizo estrecha. Entonces llegaron a mi vida los libros han ido ampliando el perímetro de ese mundo o galaxia personal. Precisamente el libro nuevo que estoy escribiendo empieza con una página del embrión, una página sobre la etapa prenatal. Llega un momento en que el embrión se siente estrecho, se siente excesivo en la oquedad del útero materno, y como un prisionero que busca huir, comienza a empujar ese túnel y a abrirse paso. Creo que ahí comienza ese impulso de uno por salir, por romper la burbuja, por tumbar los muros que lo encierran, por ampliar el mundo y saltar al otro lado del jardín.”
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Literatura y encierro Juliana Rodríguez C. Ciencias Políticas jrodri47@eafit.edu.co
Sin consideración, sin piedad, sin recato Grandes y altas murallas en torno mío construyeron. Y ahora estoy aquí y me desespero. Otra cosa no pienso: mi espíritu devora este destino; Porque afuera muchas cosas tenía yo que hacer. Ah cuando los muros construían cómo no estuve atento. Pero nunca escuché ruido ni rumor de constructores. Imperceptiblemente fuera del mundo me encerraron. Constantino Cavafis, Murallas.
Algo
sabemos ahora sobre los poetas y su poesía, sobre el autor y sus narraciones, sobre el encierro y la palabra. Un ejemplo de esto es que sabemos del poeta Epifanio Mejía y de su enfermedad corporal y mental; lo vemos encerrado en el manicomio del barrio Aranjuez, en Medellín, escribiendo tras los muros que lo cercaban y lo alejaban de un lugar en guerras civiles y confrontaciones. Contemporáneamente conocemos al poeta griego Constantino Cavafis, descubriendo a través de sus letras las murallas que lo aislaron del mundo. Lo advertimos escribiendo tal vez a puerta abierta, pero apresado por su manera de concebir lo que lo rodeaba, por amar su mismo género y por relatar en sus versos la realidad que conoció. Para hablar de la relación entre la literatura y el encierro no sólo podemos hacer referencia al encierro físico en lugares como las cárceles, que se convierten en suburbios supervisados por la imagen de una justicia con los ojos vendados, o de habitaciones oscuras donde se ha dado origen al misterio de la palabra; o de manicomios donde las mentes más brillantes sucumben ante los químicos que adulteran el cuerpo y
el alma. O las aulas de clase atiborradas de información y vigilancia que intentan limitar los conocimientos. Esta vez no nos interesa como lo hemos dicho, el encierro físico al cual podemos ser sometidos sino que nos trasladamos al lugar de la literatura donde la necesidad del encierro es tan urgente que se recurre a él como un medio con el que, paradójicamente, se le permite a la mente ser absolutamente libre, propia, natural e imaginaria, a tal punto que el despojo de las ataduras de éste mundo real no sean una cadena que evite arribar en el mundo extraordinario de la literatura.
Internos ceremoniales Marcel Proust también dio a luz a una gran obra habitando un cuarto tapizado en corcho para aislarse del ruido del mundo. Se recluyó físicamente para encontrarse frente a frente con la literatura y lo logró.
Epifanio Mejía
Constantin Cavafis
Marcel Proust
Andrés Caicedo
Imágenes Gonmi, Cultura Banco de la República, wikimedia.org
Posterior a él —no en Francia pero sí en Colombia— aparece Gonzalo Arango, el profeta de la nueva oscuridad, quien debe responder por sus acciones en contravía y someterse a unos días en prisión por vulnerar la ley, recogiendo con esto la experiencia para escribir sus Memorias de un presidiario Nadaísta luego de sufrir encierro físico en La Ladera. Murallas, aquél poema que alguna vez escribiera Cavafis, desde su inicio, parece ocultar un secreto. La máxima con la que finaliza es una confirmación del descubrimiento que tras el rostro amable de la literatura, se esconde el enigma de que muchos han debido vivir su vida en auto exilio, encerrados, aislados del mundo —e incluso de sí mismos— para lograr vivir. Parece que abrimos la ventana y vemos que Raúl Gómez Jattin de nuevo cruza la calle pero ésta vez no hay buses. Lo vemos escribiendo y viviendo aún con el peso de sus temporadas en la cárcel y en las clínicas psiquiátricas de Cartagena. Y
tan sólo unos años después, conocemos al siempre joven Andrés Caicedo sumergido en su natal y fatal Calicalabozo. ¿Qué podemos decir aquí si el nombre lo abarca todo?, Caicedo nombra a su ciudad como un calabozo y así la imagina, un escenario permeado por todo lo cotidiano, una emanación de jóvenes amorosos y delirantes, una presencia constante de la muerte y una idea metafórica y un tanto real de que el cuerpo es una celda. El encierro es real e imaginario, es físico o mental, pero existe y coexiste al mismo tiempo con la literatura que es un puente, una salida de emergencia, una escalera para salir del abismo, un pasaje para cualquier rincón del mundo. Nos toma por sorpresa descubrir su entrañable relación, y sé que nos costará comprender a aquellos que se encierran para poder vivir y escribir. Los límites de la realidad afortunadamente pueden transgredirse, y qué alivio nos queda al descubrir lo lleno y lo vacío, lo cierto y lo incierto, lo real y lo ficticio, el encierro y la literatura.
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Opinión
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Humanos demasiado humanos La devoción ciega a la tradición demora el progreso de la humanidad. Hace casi un año la revista Wired publicó un artículo acerca de los robots que escriben nuestras noticias. Santiago Bustamante G. Escritor y traductor bogaitnas@gmail.com
Resulta que estos algoritmos han
penetrado en el mundo de los medios de comunicación y compañías de prestigio como Forbes los utilizan para sus sitios web. Aunque puede alegarse una falta de carácter en los textos, pueden incluso programarse tonos de voz para emular a los acelerados reporteros financieros, al pedante crítico o al amanerado diseñador de modas; pero lo cierto del caso es que los robots pueden remplazarnos en muchas actividades. Y los superficiales reporteros deportivos pueden comenzar a preocuparse, y más aún: a Kristian Hammond, cofundador de Narrative Science, le preguntaron sobre sus predicciones para la próxima década y dijo que más del 90% de las noticias serán escritas por robots. Incluso, parecía muy optimista de que un
Imagen bergie81
computador pudiera ganar el Pulitzer en cinco años.
De cambios y permanencias El cambio es una de aquellas leyes universales que más perturba a la población. Un ejemplo: circuló un rumor de que el Congreso de los Estados Unidos aprobaría una ley que relega la escritura manual, despidiéndola de las asignaturas académicas obligatorias, para enseñar sólo la mecanografía. La tradición aúlla escandalizada. Por otro lado, los progresistas dan vía libre a la tecnología computacional (¿para qué escribir con un dedo si tenemos diez?). Un debate de nunca acabar. O quizá olvidemos pronto cualquier herramienta para escribir, porque sólo basta dictarle al micrófono para transcribir nuestra voz, como aquel sistema Siri de comando oral o incluso Google, que ya lo tiene instaurado en sus páginas. Hablar de la escritura es denominar una herramienta que fue motivo de discusión y censura e incluso condena en alguna época en la que se veneraba la oralidad. La referencia pertenece a la idea clásica del Fedro, un texto platónico de hace unos 2.300 años, donde Sócrates advierte que la escritura debilita el pensamiento y destruye la memoria. Nada más propicio para ilustrar nuestro apego a las tecnologías predominantes desde Gutenberg. Siglos después, no hace falta enumerar los beneficios de la imprenta ni aventurar las bondades del internet, sin embargo esta discusión de la transmisión de la información y el conocimiento y sus posibles formatos, se corresponde directamente con el debate del apocalipsis del libro. En general, la existencia de una herramienta corresponde a la civilización y época donde fue usada. Y un paseo por Wikipedia muestra la cronología de los modos de comunicación, y su
Opinión desaparición o reemplazo: después de varios milenios, los papiros egipcios dejaron de usarse; al cabo de los siglos, las tablillas sumerias o las romanas se pulverizaron bajo las ruinas del imperio, o fueron quemadas las páginas del trono o del gobierno derrocado.
Escrito y sempiterno Volvamos a la cuestión: el periodismo digital no se impondrá radicalmente sobre la imprenta, por la sencilla razón de que los seres humanos somos ante todo órganos sensibles que responden a los estímulos. La presencia del papel, su olor, y la piel de los lomos ejercen una atracción física que desborda en la fe religiosa. La página física comprende una experiencia sensorial más completa y más difícil nos es renunciar a ella, de la misma manera como es difícil privarnos del vino y la carne. Más aún, como lo mencionó Antonio Muñoz Molina, el libro es un objeto de tecnología eficiente: no necesita baterías, es resistente y portátil, y por ello no hay que presagiarle un fin eterno. Y, de hecho, la escritura jamás remplazó a la oralidad, más aún, tal como lo dijo Nietzsche, la escritura debe ser una copia de la oralidad. (Y por eso fracasa la escritura burocrática, condenada a su digitalización.) Una cuestión fundamental sobre el papel de la prensa como institución en contraste con el internet y sus redes de información le fue se planteada a Steve Jobs en la D8 Conference en junio de 2010. Es cierto que ya la discusión estaba en boca de los hombres de conocimiento, pero con el torbellino de Apple las grandes cadenas mediáticas vieron un cambio radical en sus procedimientos. Baste mencionar la industria musical amenazada por las descargas gratuitas, y todo
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el asunto de los derechos de autor. No hablemos de los ambientalistas, que se alegrarían sobremanera de llenar de árboles el planeta y acabar con las hermosas pastas de cuero de novillo, pero sí de la proliferación de bloggers. ¿Cómo confiar nuestra perspectiva colectiva de los hechos del mundo a una ola de individuos, en ocasiones sin autoridad o formación? El mismo Jobs afirmó: “Una de mis creencias es que cualquier democracia depende, muy fuertemente, de una prensa libre y saludable. Algunos de estos periódicos, organizaciones de noticias y editoriales, son de verdad importantes. No quisiera vernos convertidos en una nación de bloggers. Creo que hoy en día necesitamos editoriales más que nunca.” Las tecnologías digitales apenas despiertan del sueño de Jobs, y se materializan con la lentitud de toda infraestructura. Desde la llegada de los computadores caseros al alcance del común y corriente, la noción de herramienta tuvo una transformación esencial: el apóstol de la era, el que llevó la tecnología a cada bolsillo, hizo referencia en una ocasión a un artículo en el que se mostraba cómo el ser humano era la última especie animal en llegar en una carrera de un punto A hasta un punto B, pero era el primero cuando iba en bicicleta. “Los computadores son bicicletas para el pensamiento”. Los humanos nos adaptamos con facilidad: un hombre en la luna, un vehículo en Marte, y luego es historia olvidada. El periodismo, como actividad comunicativa, como plataforma de conexión de redes de información y enclave de la voz de los hombres, se verá enormemente beneficiado con las nuevas aplicaciones de la teoría computacional y las investigaciones en neurolingüística, y con las nuevas herramientas la institución periodística tendrá un público dispuesto y adaptable, una recepción cada vez más abierta.
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Reseña
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Negroides, simuladores, melancólicos: El ensayo identitario del siglo XX en Colombia
La tradición ensayística colombiana, el uso de imágenes literarias y la pregunta por la condición nacional son algunas de las preocupaciones del profesor, investigador y crítico Efrén Giraldo en su nuevo libro: Negroides, simuladores, melancólicos. El ser nacional en el ensayo literario colombiano del siglo XX
Español y Literatura de la Universidad de Antioquia. Es autor de varios libros y actualmente es docente en EAFIT. En su nuevo texto, publicado en octubre de 2012 por el Fondo Editorial de la Universidad, Efrén hace un recuento de los representantes del ensayo identitario en Colombia durante gran parte del siglo XX. Analizando allí la obra ensayística de autores como Armando Solano, Luis López de Mesa, Cayetano Betancur, Fernando González, Gabriel García Márquez y William Ospina, el profesor logra llevar al lector por los vericuetos de la construcción del ensayo literario en estos escritores y acercarlos a la pregunta constante por la condición nacional. En entrevista con el Periódico NEXOS, Efrén contó algunos detalles de su nueva publicación. NEXOS: ¿Por qué decidió indagar y escribir sobre el ensayo identitario en Colombia durante el siglo XX?
Redacción NEXOS sperezl1@eafit.edu.co
La
tradición ensayística colombiana, el uso de imágenes literarias y la pregunta por la condición nacional son algunas de las preocupaciones del profesor, investigador y crítico Efrén Giraldo en su nuevo libro: Negroides, simuladores, melancólicos. El ser nacional en el ensayo literario colombiano del siglo XX. Efrén es Doctor en Literatura, Magíster en Historia del Arte y Licenciado en
Efrén Giraldo: “Una de las razones que me motivó es que el ensayo no es uno de los géneros más visibles en el establecimiento editorial y comercial colombiano. Es decir, de entrada había un propósito de rescate, recuperar textos de nuestra cultura intelectual y literaria que estaban más o menos olvidados. Por otro lado, me interesé en el tema porque es muy común que la gente diga que en Colombia no hay una tradición ensayística, por lo que me pareció
interesante recuperar dicha tradición tomando como base el ensayo identitario. Éste, de alguna manera, ha quedado negado en nuestro país por críticos que, sin tener suficiente soporte documental, afirmaron la inexistencia del ensayo colombiano. En México, Argentina y en otros países sudamericanos, el ensayo identitario es uno de los pilares de su cultura lectora: por
ejemplo, Octavio Paz y Alfonso Reyes en México, Sarmiento en Argentina o Rodó en Uruguay son referencias obligadas para cualquier estudiante de educación básica. En Colombia, se ha dicho que no existe una tradición de este tipo de ensayo y mi tesis es precisamente mostrar que sí la hay. Además, se puede decir que está vigente, pues empieza en el siglo XIX, desde los tiempos de los criollos ilustrados, y se practica hasta nuestros días. Yo abordo, particularmente, la producción de este tipo de textos en el siglo XX, particularmente a partir de la década del treinta, cuando se escriben las primeras reivindicaciones indigenistas de Solano, López de Mesa produce sus textos más influyentes y Fernando González escribe sus primeros textos de exaltación regionalista.” N: ¿Cuál es el criterio que utilizó para seleccionar a ciertos escritores como parte de esa tradición identitaria? E.: “Óscar Wilde decía que toda crítica es una forma de autobiografía. De modo que, cuando uno hace crítica literaria o crítica del arte, está hablando finalmente de sus preferencias. Pese a ello, creo que hay rasgos un poco más objetivos que determinan la aparición de algunos autores y no la de otros. El criterio
Reseña
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que elegí es el literario, el estético, en el sentido en el que seleccioné, entre varios textos escritos sobre la condición colombiana, aquellos que tuvieran una factura literaria y una elaboración estética. Reconozco que esta última es una categoría muy resbalosa, aunque sí se pueden tener en cuenta aspectos como la elaboración, la capacidad crítica, la intensidad de las imágenes, la construcción y la presencia subjetiva del autor que, si se quiere, son rasgos que marcan la diferencia entre el ensayo literario y el tratado o las ciencias sociales.”. N: ¿A qué se debe que hayan pasado tanto años sin un recuento del ensayo identitario en Colombia? E.: “Yo creo que sí hay trabajos sobre el ensayo en Colombia, pero han estado mal documentados o sesgados por prejuicios. Ha habido trabajos críticos y antologías, pero creo que no ha existido un interés por definir ese segmento de la producción ensayística. El problema del ensayo, en general, es el hecho de que, por lo menos en Colombia,ha sido un género de revistas y periódicos. Se trata, entonces de textos que, salvo cuando existe una iniciativa de recuperación editorial o crítica, no aparecen disponibles para el lector contemporáneo. Uno tiene que buscar bastante y volver a poner en discusión tesis y argumentos ya muy difusos. El ensayo no es un género que venda mucho, por lo menos en el contexto de la producción editorial colombiana, razón por la cual no ha tenido una presencia fuerte en la cultura lectora del país, como sí es muy claro, por ejemplo, en los países anteriormente mencionados: la tradición de ensayo identitario es muy importante y hace parte de la formación académica básica. Son textos que al joven en formación le ayudan a autoindagarse, a preguntarse por la condición nacional. Eso ha faltado en Colombia. Uno podría aventurarse a pensar que, en la medida en que se lean los ensayos identitarios y las ficciones fundacionales, podremos preguntarnos críticamente por nuestro destino.” N: ¿Cree que su libro está dirigido a una comunidad académica específica o es un texto divulgativo sobre estos tipos de ensayo en Colombia? E.:
“Esa
es
una
pregunta
habitual que nos hacen a los profesores e investigadores, pues nos dicen confrontan con algo ya bastante frecuente: si estamos escribiendo para un grupo académico especializado o si realmente tenemos una pretensión divulgativa más amplia. Yo estoy buscando lo segundo. No sé si en realidad lo logre, porque es difícil librarse de ciertos elementos conceptuales del discurso especializado, que finalmente son los que ayudan a recuperar la tradición intelectual colombiana. Mi pretensión es no haber hecho un libro sólo para la comunidad académica. Me interesa, a la hora de escribir sobre libros o exposiciones de arte, actuar como un propiciador de encuentros, algo que, creo, es lo que debe hacer un crítico. La idea es motivar al lector y aproximarlo a un grupo de textos que quizá no estén en el canon literario nacional, pero que merecen una nueva lectura.”
Nubes Carlos Framb
edicionnexos@gmail.com
A
veces emprendía el ascenso de la montaña en cuya ladera está recostado el pueblo y ya en la cumbre, me tendía de espaldas sobre la blanda hierba y con las manos cruzadas bajo la nuca me quedaba horas contemplando el círculo del cielo y las nubes de la tarde, nubes de delicada porcelana, nubes contorno de roca, balido de lana, vientre de paloma, nubes vagarosas y errátiles que se hacen y deshacen, nubes que reptan, se persiguen, se dispersan y se levantan empujadas por la brisa, veloces como naves, livianas como pájaros, empurpuradas y gloriosas, deshilachadas y sulfurosas, descaecidas y amontonadas, nubes
festoneadas y níveas que se quisiera tocar, nubarrones de frente tormentosa, ribete flameante o plumón arrebolado, cendales del crepúsculo tocados con la belleza triste de lo que está a punto de desvanecerse, nubecillas pensativas que vienen y se van como la vida que pasa y no se queda y nunca vuelve. Le temo a la noche Que camina silenciosa Con sus patas de araña solitaria, A su voz ronca Que aprisiona el corazón Y a su mirada ciclópea, A través de la luna, Su único ojo de marfil.
N: ¿En qué está el ensayo identitario en este momento en Colombia? E.: “La preocupación por la condición nacional sigue vigente. En especial en el arte contemporáneo, bastante teñido de inquietudes políticas y culturales. Un ejemplo también puede hallarse en la novela, que pretende indagar en asuntos como el conflicto reciente. Sin embargo, la preocupación no es igual a la que ocurría antes. Ya no parece tan importante definir quiénes somos los colombianos, en parte porque hay otro tipo de identidades que no están comprometidas con la idea decimonónica de nacionalidad. Pero sí hay un discurso político que realimenta el imaginario identitario continental y eso no se puede desconocer. Es probable que eso aliente nuevos intereses en tal dirección, quizás en el ensayo. En Colombia, creo que William Ospina es un buen ejemplo de la reactivación de preocupaciones por el ser nacional y el ser continental. Más allá de que, en algunos casos, haya que ser crítico con la manera un tanto acrítica de recuperar el discurso identitario, como si no hubieran pasado muchas cosas entre la activación de ese discurso desde las Crónicas de Indias y la recepción que, hoy en día, podemos hacer de él.”
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Le temo a la noche… Hobbys Ortiz M.
hobbys.ortiz@gmail.com
Le temo a la noche Que nos arropa el alma Con su bufanda oscura, Que mira de reojo, Igual que una traslúcida salamandra Cuando acecha a su presa. Aún más, le temo, Cuando revolotea locamente, Como mariposa nocturna, Bajo la luz De la bombilla. No me siento seguro En sus paredes de viento, Ni mucho menos Me gusta, Su aspecto: De pan añejo, De rincón húmedo, De eterna soledad. Le temo a la noche Que ríe Con sonrisa de hiena Y que siempre Nos espera, En el umbral De la tarde, Con la muerte.
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Cine
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Pulp fiction:
2 décadas después
Carlos Mario Pineda
fotogramasalaire@hotmail.com
E
l jueves 21 de marzo de 2013 tuve la oportunidad de asistir a la reposición de Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994), debido a que la película cumplió 20 años de ser producida. Este comentario no es solo la celebración de un evento que me parece importante para el cine, para la ciudad y para mí: la intención es poner en perspectiva lo que significa el paso del tiempo que permite ver si el vino se convirtió en una bebida de alto costo o en vinagre. Traigo a colación dos elementos más antes de hablar de esta reposición: el primero, una crítica negativa acerca de Pulp Fiction que me permitió –casi me obligó- a comenzar mi vida como comentarista. –Nótese que hago una clara diferencia entre crítica y comentario: considero de mayor valor la primera que la segunda-. No puedo dejar de mencionar que la crítica la escribió el celebérrimo Luis Alberto Álvarez: el mejor crítico desde 1972 hasta su fallecimiento en abril de 1996 (sin temor a exagerar, el mejor de la segunda mitad del siglo XX -en Colombia-). Vuelvo a la reposición: la noche de ese 21 de marzo la sala del múltiplex estaba llena. También, sin temor a equivocarme, afirmo que yo era el mayor de todos los asistentes: cumplo 50 años en pocas semanas. ¿por qué, entonces, un crítico de la talla de Luis Alberto Álvarez expresó esto?:
“(…) sentí un insólito placer al ver cómo, en esta violenta Medellín, racimos enteros de jóvenes abandonaban la sala adonde fui a verla. Pag. 76 Es lo que tengo que decir sobre esta película profundamente decepcionante y, de nuevo, admitir que no logro absolutamente entender la exaltación por una parte de la crítica.” Pág. 78” (ÁLVAREZ, 1995) Ya dije que me estrené como comentarista en respuesta a una crítica. Fue este fragmento el que me hizo reaccionar y escribir: (…) muy temerariamente me atrevería a imputarle el calificativo excelente a esta obra maestra que me recordó a Full metal jacket (Nacido para matar, 1987) de Kubrick.” Pág. 109” (PINEDA, 1995)
Como con el vino, el añejamiento de la película ha demostrado que no se convirtió en un producto desechable sino en una obra de culto, referencia obligada para hablar del cine contemporáneo. Me atreví a aseverar que el cine de los años 90 nació con Pulp Fiction, no con las películas filmadas en Hollywood en el año 1990. Volver a ver Pulp Fiction en sala de cine llena, con un público cautivado por el relato, reconfirma mi primera percepción en la cual vi una apuesta por la construcción de una manera propia, que con la aparición de cada nueva película afincaba el talento tarantinesco. Los encuadres de Tarantino buscan potenciar la presencia del personaje. Su emplazamiento de la cámara reafirma esa intención de la elaboración visual del encuadre.
Espero que baste un ejemplo para demostrar la afirmación: Vincent Vega (Travolta) y Jules (Samuel Jackson) se bajan del automóvil, abren el baúl y, vistos desde el interior de ese lugar, cobran una dimensión inusual, sólo por estar en contrapicado, limitados por la tapa del baúl. Para llegar a ese nivel de elaboración visual Tarantino necesitó engullir y digerir los cientos de videos que vio de adolescente.El montaje, más obra de Sally Menke que de Tarantino, es otro gran acierto. Las secuencias discontinuas se construyeron con la idea básica del “menos es más”, así lo asegura Menke en un documental en el cual dice que le permitió al director que hiciera su propio montaje, para desbaratárselo meses después. El espacio para este comentario se agota y me veo obligado a cerrar de manera abrupta: la música, el elemento más asociado a Tarantino, sigue intacta. La diversidad de ritmos, la diferencia entre unas piezas y otras, el uso de melodías que ya existían sueldan las imágenes a esa música de tal modo que es imposible escuchar una de esas canciones sin relacionarla con escenas o secuencias precisas de la película. Asistir -como un fósil- a una reposición me permitió percibir la sensación que produce en espectadores muy jóvenes una obra que generó polémica pero que, con veinte años, definió qué era lo que debería quedar para la historia del cine.
Política Internacional
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Nuevo papa, ¿nuevo rumbo? Acerca de la elección del papa Andrés Felipe Tobón V.
Estudiante de Maestría en EAFIT
L
a sorpresa de la elección de un papa no europeo, incluso no italiano, cuando todas las apuestas estaban en la misma canasta, ha abofeteado a quienes pensamos que la política del Vaticano es explicable a partir del entendimiento de cualquier otra tipología estadista de la política. La elección de un papa latinoamericano, que no debe entenderse como algo diferente a la elección de un papa no europeo, puede interpretarse como el resultado de una decisión que enmarca la elección del heredero de San Pedro en un escenario de lejanía de las viejas costumbres europeas, caras a la imagen de la Iglesia en los tiempos de hoy. Un papa lejano de toda consideración europea como lo es Jorge Mario Bergoglio, ahora Francisco, es posible garantía de un gobierno no -tan- comprometido con la burocracia eclesial y, por tanto, de uno sin muchos reparos para la reestructuración de la Curia y sus empoderados dicasterios. Quien ha tomado el nombre de San Francisco de Asís, ha tomado también su bandera de humildad y sencillez, dentro de lo posible en la figura del papa. No tiene lugar la espera por una Iglesia más abierta a temas contemporáneos como el
matrimonio entre homosexuales, el aborto, la planificación, entre otros. El papa Francisco viene de la rama más conservadora de la Iglesia católica, aquella que no considera -ni en sus más locos sueñosla reelaboración o transformación de dogmas. Antes bien, al Vaticano ha llegado un sacerdote de educación jesuita y radical en el entendimiento del cristianismo. Un papa con vocación social en sentido cristiano.
Agenda Política del Vaticano Adolfo León Maya S. Docente e investigador
Analizando
la agenda política Vaticano se hace necesario pensar en dos perspectivas. Una, en lo inmediato, en la Iglesia católica por dentro. Esto lo ha sugerido el papa Francisco al manifestar que la Iglesia debe entrar en una reevangelización donde se fortalezca el trabajo con las diversas comunidades, para acrecentar el número de creyentes o para, por lo menos, disminuir el número de descreyentes. Esa nueva evangelización tiene, desde luego, un componente doctrinal y tendrá que soportarse en una adecuada lectura del contexto político y social en donde se vaya a ejercer. del
El papa ha planteado justamente poner en primer lugar de preocupación a aquellos que sociológicamente se leen como los de abajo; y esto ya es una decisión política. Es un pontificado en el que se busca que haya una concordancia entre el discurso de la
humildad, de los pobres, de una iglesia rica espiritualmente y no llena de ostentaciones y de lujo, y así ponerle un sello político a la ciudad. Que haya coherencia entre lo que se dice en los evangelios y en lo que se hace en la relación entre creyentes e Iglesia. Como segundo punto, en cuanto a los problemas con la justicia que se da en las naciones en las que la iglesia católica tiene gran presencia, en gran medida por el tema del abuso sexual de parte de miembros de esta a jóvenes, ha deteriorado el reconocimiento. Cabe preguntarse cómo va a hacer el diálogo con las justicias nacionales en cuanto a la colaboración porque ya no basta con las indemnizaciones: es necesario que se den procesos jurídicos que le devuelvan una credibilidad a la iglesia como una institución que hace parte de los estados de derecho. A nivel externo, tiene que enfocarse en los asuntos diplomáticos teniendo en cuenta que la iglesia se ha desempeñado como mediadora en conflictos internos en muchos países católicos, por ende la iglesia debe volver a jugar como una institución mediadora que difunde y defiende los derechos humanos. Esto le permitiría resarcirse con la comunidad internacional en el papel de facilitador y como un tercer ente en la resolución política de conflictos.
Imagen Catholic Church (England and Wales)
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Prográmate con NEXOS
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¿Sabías que…? En España hay una cárcel con celdas para las familias: los personajes de Disney en las paredes, una guardería, un parque infantil para los niños. La idea es que los niños convivan con sus padres encarcelados, para que los presos que buscan la rehabilitación aprendan habilidades de padres. Se ubica a 40 kilómetros al sur de Madrid, dispone de 36 celdas para familias, aunque ahora sólo 16 están ocupadas: la mayoría por latinoamericanos.
Siete cadenas perpetuas. En 1996, Ryan Brandt y Jeffrey Kollie, acusados de varios asaltos a mano armada, fueron sentenciados a siete cadenas perpetuas seguidas de 265 años en prisión. Su caso ostenta la condena más larga en la historia del estado de Georgia, EUA. No se les sentenció por homicidio, ni por violación, ni por secuestro, y sus condenas habrían bajado a 40 años si tan sólo hubieran pedido una disculpa escrita, pero ambos se negaron, a sus 28 y 25 años, respectivamente
Caricaturas
Ubicada en Colorado, Estados Unidos, en la prisión ADX Supermax es prácticamente imposible matar a alguien. También, muchos de sus presos se vuelven totalmente locos en su interior, ya que están obligados a permanecer 22 horas diarias en sus celdas de 2x3 metros, sin ningún tipo de contacto con los demás reclusos. Además, escapar de esta prisión es completamente imposible.
La prisión de Sark se encuentra ubicada en la isla de Sark en Guernsey. Fue construida en 1856 y es al parecer la más pequeña del mundo. Puede albergar a dos presos y se sigue utilizando para pernoctar. Si continúas reincidiendo serás reenviado a un adecuado complejo con corredores y personal.
Juego de alcoba
Cirque du Soleil en Bogotá
El Ágila Descalza, en este mes, dará inicio a su nueva producción, Aguiluchos; está compuesta por Carlos Mario Aguirre y Cristina Toro. Vicky Salazar y Carlos Arango inician con la obra Juego de alcoba. Lugar: Teatro Prado del Águila Descalza Informes: 2844211 / 4446300
La compañía circense presentará la última fecha de su fantástico espectáculo. Se ha extendido su paso del 23 de abril al 5 de mayo. Lugar: Salitre Mágico Primera Fila: $462.000. VIP Rouge: $374.000
Lang Lang en Medellín
Gran concierto en Bogotá
Hoy por hoy, Lang Lang es considerado el mejor pianista clásico del mundo. Se presentará junto a la Orquesta Filarmónica de Medellín para celebrar sus 30 años. Día: 21 de mayo Lugar: Teatro Metropolitano
Ana Belén y Víctor Manuel están en su gira suramericana. Se presentarán en Bogotá, en un único concierto. Organiza IDARTES Día: Sábado, 20 de abril Lugar: Teatro Jorge Eliécer Gaitán Hora: 8:00