a un “proyecto de vida” en el que el dinero, el poder y el mayor bienestar posible nos han seducido de manera, que ya no sabemos vivir de otra manera. Y en esto hemos educado a los niños y a los jóvenes, mientras que a los mayores y a los ancianos los hemos metido en asilos en los que nos los quitamos de en encima, donde mueren abandonados a su desgraciada suerte, pero nos dejan seguir adelante con nuestro “proyecto de vida”, del que disfruta cada cual como puede.
E
n la vida de los seres humanos, hay dos fuerzas tremendas, que tiran constantemente de nosotros: el “dinero” y el “poder”. El dinero es “posesión”, que da “seguridad”. El “poder” es “dominación”, que da “importancia”. Estas dos fuerzas, la fuerza de la seguridad y la fuerza de la dominación, se viven como “deseo”. De ahí que las dos granes apetencias (o deseos), que rigen nuestra vida y la convivencia con los demás son: sentirnos seguros y sentirnos importantes. Cuando estos dos sentimientos son los que rigen nuestra vida, esto es lo que “nos hace felices”. De ahí que lo que decide lo que es y cómo es cada uno, no brota básicamente de la “decisión” que toma la persona, sino de la “pasión” que seduce, tira y hasta se puede decir que arrastra al sujeto. De ahí que el “proyecto de vida”, si es que se toma en serio y no se queda en mero deseo, sino que se erige en auténtica “convicción”, entonces, ni la seguridad del dinero, ni la importancia del poder, mandan en nuestra vida y en nuestra conducta. Lo que, entonces manda
realmente en nuestro proyecto de vida, no es lo que a mí me satisface, sino lo que necesitan los necesitados. Todos nos quejamos ahora de lo mal que están las cosas. Y ha tenido que venir la pandemia del covid-19, con la consiguiente crisis económica, para que empecemos a tomar conciencia del desastre de mundo en que vivimos. Un desastre del que los responsables somos nosotros. Y cuando digo “nosotros”, no me refiero a los gobernantes, sean del color que sean y tengan el poder que tengan. Los causantes del desastre somos todos. La salud y la economía están hecha trizas. Y de tal desastre, todos tenemos la culpa. Por acción o por omisión. Pero responsables, somos todos. Porque todos nos hemos ajustado, hemos permitido y hasta nos hemos acomodado a un “proyecto de vida”, que ha terminado llevándonos justamente a donde estamos. Ahora, le echamos la culpa a los que no piensan como nosotros. No, el problema está en que todos nos hemos acomodado
Y lo peor de todo es que vivimos engañados. Nos engañan los políticos. Y nosotros nos dejamos engañar, echando la culpa a “los de enfrente”. Pero como todo está pensado para que, en definitiva, todo siga igual, nos callamos o nos estamos quietos. O quizá nos manifestamos, en una manifestación aprobada y permitida por los que nos están engañando. Y permitimos un tipo de religión que sirve para organizar fiestas, festejos y vacaciones. Con tal que nuestro “proyecto de vida” siga siendo posible, nos callamos, nos aguantamos, colaboramos y hasta fomentamos lo que nos está destrozando. En definitiva, mientras no le toquemos a la pasión por el dinero, la pasión por el poder y el afán desmedido de disfrutar de la vida lo posible (y hasta lo imposible), que no le toquen a nuestro proyecto de vida. Habrá gente de derechas, de centro y de izquierdas, habrá creyentes y ateos. Mientras este mundo aguante, los que vengan detrás, que se busquen la vida. Así están las cosas. ¿Y éste es el mundo que les vamos a dejar a las futuras generaciones?
Misa, quedando siempre a salvo la naturaleza pública y social de toda Misa” (SC 27). Por tanto, tan pronto vaya siendo posible participar físicamente en la Misa, sobre todo en domingo, hay que dejar la pereza y la comodidad del hogar, para ir al templo y participar en forma plena en la celebración, formando una comunidad ya no sólo virtual, sino presencial. Eso es ser Iglesia; eso es ser Cuerpo de Cristo, asamblea santa, pueblo de Dios.
VER Con motivo de la pandemia por el COVID-19, se multiplicaron las misas transmitidas por diversos medios electrónicos. Miles y millones de fieles se han alimentado en ellas. Varios me han preguntado si esas misas valen. Desde hace años se transmiten, sobre todo para enfermos y ancianos, y nadie duda que les valgan, aún para cumplir el precepto dominical de participar en Misa. Para ellos, si las siguen con fe, les valen y les ayudan mucho, les alientan en la esperanza, les fortalecen en sus sufrimientos y son un gran alimento. La duda es para quienes no son ancianos ni enfermos, que valoran mucho la transmisión de estas celebraciones y no quieren que se terminen, ahora que se empiezan a abrir los templos. Los obispos de todo el mundo eximieron a los fieles del precepto dominical, mientras durara la pandemia. Por tanto, nadie tenía obligación de participar en la Misa en forma presencial. Como alternativa válida, casi todas las diócesis y parroquias se han servido de los medios digitales para transmitirlas. Por tanto, durante lo más grave de la pandemia, participar en forma virtual de estas misas, vale, aún en el sentido jurídico, y alimenta mucho la fe. Pero ahora, con el paso a la nueva normalidad litúrgica, cuando ya es posible participar presencialmente en la Misa, aunque todavía con ciertas restricciones en cuanto al número de fieles, según la capacidad de cada templo, ¿vale una Misa on line? ¿Valen estas misas en domingo? ¿Se cumple el precepto dominical? Para enfermos y ancianos, que ya no pueden ir al templo, les valen plenamente. Para personas mayores y vulnerables en su salud, expuestas a contagios, mientras dure la pandemia, les valen ciertamente y no han de angustiarse. Aún más, se les recomienda no ir a la celebración comunitaria. Para personas sanas,
ciertamente les ayudan, si participan con fe, dedicándole todo el tiempo, pero no cumplen el precepto dominical, porque tienen la posibilidad de participar presencialmente. Esto no es por una simple norma canónica, sino por el sentido profundo de la celebración eucarística. PENSAR Jesús instituyó la Eucaristía y participaron en ella los que estaban físicamente presentes. Es obvio que, en aquellos tiempos, no había los medios electrónicos de ahora. Pero su forma de actuar es la que norma nuestros criterios y comportamientos. El habla explícitamente de comer su Cuerpo y beber su Sangre, no en forma virtual, sino presencial. Por tanto, esta es la forma normal de vivir este Sacramento. Cuando se describe, en Hechos de los Apóstoles 2,42 y en la Carta a los Corintios 11,17-34, la práctica de las primeras comunidades cristianas, la participación es física, porque, como dice el Concilio Vaticano II, “fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo que le confesara en verdad y le sirviera santamente” (LG 9). Por ello, el mismo Concilio insiste en la necesidad de una “plena y activa participación de todo el pueblo, porque es la fuente primaria y necesaria en la que han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano” (SC 14). Esta participación ha de ser “activa, interna y externa” (SC 19), “plena, activa y comunitaria” (SC 21). Por ello, “siempre que los ritos, cada cual según su naturaleza propia, admitan una celebración comunitaria, con asistencia y participación activa de los fieles, incúlquese que hay que preferirla, en cuanto sea posible, a una celebración individual y casi privada. Esto vale sobre todo para la celebración de la
Sin embargo, no menospreciemos la participación virtual en las Misas, sobre todo entre semana. Muchas personas, si no es por este medio, no tendrían oportunidad de alimentarse de la Eucaristía, por sus ocupaciones normales. La comodidad de los fieles es también un criterio pastoral y canónico. Por ejemplo, cuando es complicado para los creyentes acudir al templo parroquial para un bautismo, la comodidad de los fieles puede ser razón para que el bautismo de sus hijos se haga en otra comunidad de la parroquia. Todavía hay párrocos que sólo permiten los bautismos en el templo parroquial, y no toman en cuenta lo prescrito en el Código de Derecho Canónico: “Fuera del caso de necesidad, el lugar propio para el bautismo es una iglesia u oratorio. Como norma general, el adulto debe bautizarse en la iglesia parroquial propia, y el niño en la iglesia parroquial de sus padres, a no ser que una causa justa aconseje otra cosa” (CIC 857). Sin embargo, el obispo diocesano, “habiendo oído al párroco del lugar,
puede permitir o mandar que, para comodidad de los fieles, haya también pila bautismal en otra iglesia u oratorio dentro de los límites de la parroquia” (CIC 858,2). Se pueden hacer los bautismos también en colonias urbanas o poblaciones rurales, por ejemplo en sus fiestas patronales, y hasta tener allí pila bautismal. Obsérvese la razón: por la comodidad de los fieles. También la comodidad cuenta. No la pereza y la desidia; sino la razonable comodidad de los fieles: ad fidelium commoditatem, dice el original latino. Esto vale también para las Misas. Participar, desde la comodidad del hogar, entre semana, en una Misa en forma virtual, es válido y aconsejable, si hacerlo en forma física es complicado. Eso entre semana; en domingo, hay que hacer todo lo posible por participar en forma presencial, junto con la comunidad local. Sin embargo, aun en domingo, si alguien no puede participar en forma presencial en la Misa, sígala por algún medio electrónico, incluso en forma diferida. Si lo hace con fe, le sirve, pues a Dios no lo limita el tiempo; lo que él ve es el corazón. ACTUAR Siempre que te sea posible, participa en forma presencial en las Misas, sobre todo en domingo. Pero si no te es posible, disfruta tu participación virtual, pero que sea a tiempo completo, en forma plena, activa, consciente y respetuosa. “Dios es espíritu, y por eso sus adoradores deberán adorarlo en espíritu y en verdad” (Jn 4,24). + Felipe Arizmendi Esquivel Obispo Emérito de SCLC
Vatican News
los bosques tropicales. La desigualdad social y el degrado ambiental van de la mano y tienen la misma raíz (cfr. Enc. Laudato si’, 101): la del pecado de querer poseer, de querer dominar a los hermanos y las hermanas, de querer poseer y dominar la naturaleza y al mismo Dios. Pero este no es el diseño de la creación.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
A
nte de la pandemia y sus consecuencias sociales, muchos corren el riesgo de perder la esperanza. En este tiempo de incertidumbre y de angustia, invito a todos a acoger el don de la esperanza que viene de Cristo. Él nos ayuda a navegar en las aguas turbulentas de la enfermedad, de la muerte y de la injusticia, que no tienen la última palabra sobre nuestro destino final. La pandemia ha puesto de relieve y agravado problemas sociales, sobre todo la desigualdad. Algunos pueden trabajar desde casa, mientras que para muchos otros esto es imposible. Ciertos niños, a pesar de las dificultades, pueden seguir recibiendo una educación escolar, mientras que para muchísimos otros esta se ha interrumpido bruscamente. Algunas naciones poderosas pueden emitir moneda para afrontar la emergencia, mientras que para otras esto significaría hipotecar el futuro. Estos síntomas de desigualdad revelan una enfermedad social; es un virus que viene de una economía enferma. Tenemos que decirlo sencillamente: la economía está enferma. Se ha enfermado. Es el fruto de un crecimiento económico injusto —esta es la enfermedad: el fruto de un crecimiento económico injusto— que prescinde de los valores humanos fundamentales. En el mundo de hoy, unos pocos muy ricos poseen más que todo el resto de la humanidad. Repito esto porque nos hará pensar: pocos muy ricos, un grupito, poseen más que todo el resto de la humanidad. Esto es estadística pura. ¡Es una injusticia que clama al cielo! Al mismo tiempo, este modelo económico es indiferente a los daños infligidos a la casa común. No cuida de la casa común. Estamos cerca de superar muchos de los límites de nuestro maravilloso planeta, con consecuencias graves e irreversibles: de la pérdida de biodiversidad y del cambio climático hasta el aumento del nivel de los mares y a la destrucción de
«Al comienzo Dios confió la tierra y sus recursos a la administración común de la humanidad para que tuviera cuidado de ellos» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2402). Dios nos ha pedido dominar la tierra en su nombre (cfr. Gen 1, 28), cultivándola y cuidándola como un jardín, el jardín de todos (cfr. Gen 2,15). «Mientras “labrar” significa cultivar, arar o trabajar [...], “cuidar” significa proteger, custodiar, preservar» (LS, 67). Pero cuidado con no interpretar esto como carta blanca para hacer de la tierra lo que uno quiere. No. Existe «una relación de reciprocidad responsable» (ibid.) entre nosotros y la naturaleza. Una relación de reciprocidad responsable entre nosotros y la naturaleza. Recibimos de la creación y damos a nuestra vez. «Cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla» (ibid.). Ambas partes. De hecho, la tierra «nos precede y nos ha sido dada» (ibid.), ha sido dada por Dios «a toda la humanidad» (CIC, 2402). Y por tanto es nuestro deber hacer que sus frutos lleguen a todos, no solo a algunos. Y este es un elemento-clave de nuestra relación con los bienes terrenos. Como recordaban los padres del Concilio Vaticano II «el hombre, al usarlos, no debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás» (Const. past. Gaudium et spes, 69). De hecho, «la propiedad de un bien hace de su dueño un administrador de la providencia para hacerlo fructificar y comunicar sus beneficios a otros» (CIC, 2404). Nosotros somos administradores de los bienes, no dueños. Administradores. “Sí, pero el bien es mío”. Es verdad, es tuyo, pero para administrarlo, no para tenerlo egoístamente para ti. Para asegurar que lo que poseemos lleve valor a la comunidad, «la autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad» (ibid., 2406)[1]. La «subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes [...] es una “regla de oro” del comportamiento social y el primer principio de todo el ordenamiento ético-social» (LS, 93)[2]. Las propiedades, el dinero son instrumentos que pueden servir a la misión. Pero los transformamos fácilmente en fines, individuales o colectivos. Y cuando esto sucede,
se socavan los valores humanos esenciales. El homo sapiens se deforma y se convierte en una especie de homo œconomicus —en un sentido peor— individualista, calculador y dominador. Nos olvidamos de que, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, somos seres sociales, creativos y solidarios, con una inmensa capacidad de amar. Nos olvidamos a menudo de esto. De hecho, somos los seres más cooperativos entre todas las especies, y florecemos en comunidad, como se ve bien en la experiencia de los santos[3]. Hay un dicho español que me ha inspirado esta frase, y dice así: florecemos en racimo como los santos. Florecemos en comunidad como se ve en la experiencia de los santos. Cuando la obsesión por poseer y dominar excluye a millones de personas de los bienes primarios; cuando la desigualdad económica y tecnológica es tal que lacera el tejido social; y cuando la dependencia de un progreso material ilimitado amenaza la casa común, entonces no podemos quedarnos mirando. No, esto es desolador. ¡No podemos quedarnos mirando! Con la mirada fija en Jesús (cfr. Heb 12, 2) y con la certeza de que su amor obra mediante la comunidad de sus discípulos, debemos actuar todos juntos, en la esperanza de generar algo diferente y mejor. La esperanza cristiana, enraizada en Dios, es nuestra ancla. Ella sostiene la voluntad de compartir, reforzando nuestra misión como discípulos de Cristo, que ha compartido todo con nosotros.
Y esto lo entendieron las primeras comunidades cristianas, que como nosotros vivieron tiempos difíciles. Conscientes de formar un solo corazón y una sola alma, ponían todos sus bienes en común, testimoniando la gracia abundante de Cristo sobre ellos (cfr. Hch 4, 32-35). Nosotros estamos viviendo una crisis. La pandemia nos ha puesto a todos en crisis. Pero recordad: de una crisis no se puede salir iguales, o salimos mejores, o salimos peores. Esta es nuestra opción. Después de la crisis, ¿seguiremos con este sistema económico de injusticia social y de desprecio por el cuidado del ambiente, de la creación, de la casa común? Pensémoslo. Que las comunidades cristianas del siglo XXI puedan recuperar esta realidad —el cuidado de la creación y la justicia social: van juntas—, dando así testimonio de la Resurrección del Señor. Si cuidamos los bienes que el Creador nos dona, si ponemos en común lo que poseemos de forma que a nadie le falte, entonces realmente podremos inspirar esperanza para regenerar un mundo más sano y más justo. Y para finalizar,pensemos en los niños. Leed las estadísticas: cuántos niños, hoy, mueren de hambre por una no buena distribución de las riquezas, por un sistema económico como he dicho antes; y cuántos niños, hoy, no tienen derecho a la escuela, por el mismo motivo. Que esta imagen, de los niños necesitados por hambre y por falta de educación, nos ayude a entender que después de esta crisis debemos salir mejores. Gracias.
ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. —Salmo 50— Renuévense en la mente y en el espíritu y vístanse de la nueva condición humana. Efesios 4,23-24 Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con aclamaciones. Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre: “El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades”.
A
unque me propuse no dejar a mis pecados punzarme desde el día en que fui libre, cuando lavaste mi culpa en confesión, no sé por qué amanecí sintiendo que aún te estoy en deuda. ¿Cómo no habría de estarlo, si Tú sigues ahí, a pesar de mis infidelidades? No es que yo intente una conciencia escrupulosa, es solo que me siento inseguro. Pienso en el proceso de infidelidad del rey David. Él no advirtió que del deseo de la mujer ajena pasaría a la infidelidad a ti y a su pueblo, y de allí al asesinato. David se perdió. ¿Cómo hago para no perderme? ¿Cómo advertir cuando estoy iniciando una infidelidad, cómo pararla? Señor Jesús, bendice mi jornada de este día y siempre. Que goce la vida
libre y pura que me diste en confesión. Y que al atardecer regrese a casa como templo tuyo y me crezca de cantar que Tú eres mi pastor, noche y día. Misericordia, Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud. Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,
—Salmo 99— Los redimidos deben entonar un canto de victoria. S. Agustín y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, Dios, Salvador mío!, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen; si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales,
Mientras atiendo las cosas de este mundo, devuélveme la paz, regálame el sentido de la victoria sobre mis errores. Alguien me dijo que Tú eres un Dios escondido, que ante ti se sonrojan todos por igual, y que se van avergonzados los fabricantes de ídolos mientras Tú salvas. Haz eso hoy conmigo, avergüenza a los ídolos que yo mismo fabrico. No permitas que nadie ocupe tu lugar, ningún apetito desmedido, ninguna soberbia ni vanidad, ninguna tentación. No permitas que me pierda. Hazme reconocer ante los demás que Tú eres mi Dios y que no hay otro. Amén.
ILUMINACIÓN DESDE LA FE
Por: Pbro. Carlos Sandoval Rangel
genera humanidad, más bien, lastima, divide, enferma. Esto solo tiene un remedio: volver al camino del evangelio. No como una devoción más, sino como principio fundamental que sana al ser humano. El corazón humano no necesita de autonomía radical, sino de humildad y docilidad. No podemos perder la capacidad de ser dóciles a la verdad. La pandemia nos ha puesto de rodillas y es tiempo de entender que no podemos todo lo que pensábamos. Necesitamos de Dios y necesitamos de los demás. Pero Dios no puede ante la barrera de un corazón egoísta. Necesitamos del prójimo, pero necesitamos, humildemente, quitarnos tantas etiquetas que nos separan. La docilidad, movida desde la fe, permitió que Jesús curara a diez leprosos, que un tullido pudiera volver a mover su mano, que un ciego viera y que muchos nos reencontremos con la misericordia de Dios. La docilidad ha permitido que muchos obedientes a la verdad, hagan un camino de vida más seguro y que muchos pueblos sean fuertes por la solidaridad con que trabajan y se buscan unos a otros.
E
Sabed que lo que es el barro en mano del alfarero así son ustedes en mis manos, dice el Señor” (Jr. 18, 1-7).
ntre los giros de mentalidad, que más han sobresalido en la modernidad y la postmodernidad, respecto a la visión sobre el ser humano, uno especial es el de la autonomía. El ser humano es un ser autónomo de modo radical. Esto, primero, respecto a un ser superior: llega el momento, señalaría un día Nietzsche, en que el hombre debe dejar de ver hacia arriba buscando a un Dios que no existe. El ser humano es de aquí abajo, no de allá arriba. Debe descubrir su propia realidad terrenal y vivir a partir de ella. Respecto a la relación entre los seres humanos, llega el momento, diría el filósofo alemán, en que el amor al prójimo y otros principios equivocados deben desaparecer, lo que ahora tiene prevalecer es la voluntad de poder. Lo importante no es saber, sino dominar. Que el ser humano se quite las máscaras y de descubra a sí mismo. Bajo esta mentalidad surgen diversos sistemas totalitarios, caciquismos ideológicos y visiones reduccionistas sobre
el ser humano, que provocan que la humanidad se empiece a fragmentar más de lo ordinario. Surge la idea de la libre competencia, la ley del más fuerte, ver al otro en cuanto representa una utilidad para sí mismo y tantos otros vicios que lastiman la humanidad. Todo esto nos llevó a un primer evento sumamente doloroso, las guerras mundiales. Pareciera que la lección era definitiva. De hecho, después de éstas la propuesta de filosofías como el personalismo hicieron mucho eco: es tiempo de voltear a ver el rostro del otro, es tiempo de volver a colocar a la persona en el centro. Tristemente, con el paso del tiempo, como señalaría Juan Pablo II, a propósito del 50 aniversario del fin de la segunda guerra mundial: la violencia no ha terminado, simplemente se sofisticó. A lo que podríamos agregar, muchas veces, pareciera que se vuelve sistema de vida. ¿Qué es lo que realmente sucede? En muchos casos, el corazón aparece en-
fermo, la autonomía radical dejó de ser una idea para convertirse en cultura, en una verdad a defender, en un principio de vida arraigado en el corazón humano. Cada quien tiene su verdad, su mundo, su proyecto, etc., y esto no
“Bajé a la casa del alfarero, y hallé que estaba trabajando sobre una rueda. Y la vasija de barro que estaba haciendo se deshizo entre sus manos; y al instante volvió a formar del mismo barro otra vasija de la forma que le plugo (…). Sabed que lo que es el barro en mano del alfarero así son ustedes en mis manos, dice el Señor” (Jr. 18, 1-7).
30 agosto/12 septiembre 2020
Por: Silvia del Valle @SilviaMdelValle @smflorycanto
Recordemos que todos tenemos todas las inteligencias en semilla y que algunos desarrollamos más unas que otras, pero con la práctica y el empeño, lograremos desarrollar las que tenemos más limitadas.
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stos niños son todo un reto ya que tienen una mente muy ágil y son los típicos que se les ocurren cosas que a nadie más se les podrían ocurrir. Esto es porque la lógica la tiene muy desarrollada y por lo mismo, razonan muy bien las cosas y muy rápido, por lo que son capaces de prever las consecuencias de sus actos y valorar si a pesar de ellas los llevan a cabo. La inteligencia lógico-matemática es aquella que nos ayuda a hacer cálculos mentales con agilidad, que nos ayuda a razonar las cosas de forma rápida y nos permite ver las diferentes opciones de solución de un problema. Los niños que la tiene más desarrolladas les gustan mucho los retos mentales y
LA FAMILIA CATÓLICA MODERNA
El que puede aprender lenguajes de programación, lo hace porque tiene una inteligencia lógica-matemática muy desarrollada. los acertijos que impliquen pensar en las soluciones. Para nosotros los papás, estos niños son un verdadero reto por lo que te dejo mis 5Tips para educarlos y ayudarles a desarrollarse integralmente. PRIMERO. Que resuelvan rompecabezas. En la actualidad hay rompecabezas de todos los tamaños y de muchos materiales muy diferentes que van de acuerdo a la edad y madurez de nuestros hijos. Es necesario que comiencen esta práctica desde pequeños para que les ayude a desarrollar la razón y puedan usar la lógica para resolverlo. Pueden comenzar por rompecabezas de pocas piezas y muy grandes; de materiales resistentes. Poco a poco pueden subir de cantidad de piezas o de tamaño de ellas. El resolver los rompecabezas le aporta a la agilidad mental. SEGUNDO. Para los más grandes, que jueguen sudoku. Este es otro juego que ayuda mucho
ya que se basa en el cálculo mental y la lógica. También en el sudoku existen niveles y los hay tanto digitales como impresos, de cualquier forma, son muy útiles.
Debemos tener cuidado de no forzarlos pues en ocasiones perdemos de vista su edad ya que su lógica es de niños más grandes, pero debemos estar pendientes de no violentarlos en este sentido.
Es importante que comiencen con algo de bajo nivel y que poco a poco lo vaya subiendo.
Y QUINTO. Facilítales computadoras y que aprendan lenguajes de programación.
TERCERO. Practica el cálculo mental.
Para nuestros hijos más grandes, este puede ser un gran recurso que les dará horas y horas de estudio y práctica y que les hará razonar y aprender muchas cosas muy interesantes para ellos.
Es necesario que nuestros hijos estén en constante práctica, por eso es bueno que jueguen con apps que impliquen calculo mental. También podemos hacer que nuestros hijos resuelvan operaciones mentalmente, siempre tomado en cuenta su nivel de madurez. Otra cosa que ayuda mucho es que nos ayuden a hacer las cuentas del super, así pueden ver que tener agilidad mental es de gran utilidad. CUARTO. Plantéales problemas de la vida cotidiana, que requieran razonar para encontrar la mejor solución. Es bueno que les hagamos pensar en las soluciones más sencillas a los problemas que se nos van presentando como familia en la vida cotidiana. Pueden ser desde lo que hay que hacer para comprar la despensa, hasta como podemos solucionar cosas más específicas y complicadas, pero siempre teniendo en cuenta la madurez de nuestros hijos.
Las computadoras implican un mundo nuevo y siempre cambiante e innovador. El que puede aprender lenguajes de programación, lo hace porque tiene una inteligencia lógica-matemática muy desarrollada. Es entendible que nuestros hijos no vayan desarrollando esa lógica poco a poco, pero también hay casos en los que desde muy chicos tienen la capacidad de comprender estos lenguajes y ponerlos en práctica. Tengamos cuidado de no estar limitando a nuestros hijos. Siempre es mejor darles la opción de desarrollar algún aspecto y que ellos se den cuenta sobre la marcha si es lo que les agrada y se les facilita o no. Recordemos que todos tenemos todas las inteligencias en semilla y que algunos desarrollamos más unas que otras, pero con la práctica y el empeño, lograremos desarrollar las que tenemos más limitadas.
Fotos e información: Codipac Celaya Fotos e información: P. Sergio Moctezuma
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a comunidad parroquial de San Diego de Alcalá en San Diego de la Unión, recibió su nuevo párroco, el Sr. Cura Norberto Grimaldo Méndez. La celebración fue presidida por el decano del decanato de Dolores Hidalgo, Pbro. Gumersindo Cortés. Varios sacerdotes acompañaron en la Eucaristía al neopárroco. El padre Rodolfo Ramírez, a quien suple el P. Norberto estará sirviendo como párroco en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Juan Martín, mpio. de Celaya. Fotos e información: Paty Hernández
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l 26 de agosto, la comunidad parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe de Juan Martín, comunidad perteneciente al municipio de Celaya, recibió a su nuevo párroco, el Sr. Cura Rodolfo Ramírez Manríquez, que tomó posesión de su cargo durante la Eucaristía presidida por el Pbro. Benjamín Jiménez Cruz. El Pbro. Gabriel Zamudio Tinoco, párroco saliente, dio la bienvenida al P. Rodolfo y leyó el nombramiento otorgado por el Sr. Obispo Benjamín Castillo. Fieles de la parroquia de San Diego de Alcalá, en San Diego de la Unión, acompañaron al que fuera su párroco por varios años, agradeciendo su servicio y pidiendo a Dios para bendijera esta nueva encomienda. Después de la santa Misa, todos fueron invitados a compartir los alimentos.
l día 26 de agosto, el Pbro. Ángel Terán Medina, por primera vez, ha iniciado una nueva etapa en su ministerio como párroco, en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Río Laja, Dolores Hidalgo, C.I.N.,Gto. La celebración eucarística fue presidida por el Pbro. Gumersindo Cortés, decano del decanato de Dolores Hidalgo
Por: Dimensíon de Comunicación Impresa
l lunes 17 de agosto, el neo E sacerdote Fray Diego Daniel Lerma Ramírez, presidió su primera Misa en su parroquia de origen, en Villagrán, Gto.
Acompañado de sus padres, la Sra. María Dolores Ramírez Tierrafría y el Sr. Luis Lerma, sus hermanos Luis Iván y Héctor Damián y familiares, dio inicio la Eucaristía concelebrada por los recién ordenados, Fray Guadalupe Pimentel Cornejo y José de Jesús Segura García, el párroco, Pbro. Eloy Padrón Salazar, Fray Felipe Álvarez,
Por: Edgar y Edith/Pastoral de la comunicación, Decanato de Rincón de Tamayo.
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l pasado 24 de Agosto de 2020, en la comunidad de Rincón de Tamayo, tuvimos la fiesta patronal en honor a San Bartolomé Apóstol, siendo está muy diferente a las que habíamos estado acostumbrados, pero con gran calidez por parte de los feligreses que asistieron y alegría por la apertura de nuestros templos, el Sr. Cura Roberto Ramírez puntualizó que en comunión con toda la Iglesia tenemos un día muy especial, porque celebra a uno de los doce Apóstoles llamados por nuestro Señor Jesucristo para que estuvieran con él, y San
Bartolomé, lo mismo que los otros Apóstoles, lo primero que hizo fue estar con nuestro Señor. Aquí encontramos un luminoso ejemplo para nuestras vidas, la espiritualidad del sacerdote, del laico, del obrero de la ama de casa, es estar con el Señor. La Eucaristía fue concelebrada por el vicario, el Padre Jesús Alejandro Contreras, quien también mostró su felicidad y agradecimiento por tal acontecimiento, concluyendo esta festividad con música de mariachi en el atrio de nuestra parroquia, guardando su sana distancia. San Bartolomé Apóstol, ruega por nosotros.
quien fuera su maestro de formación, Fray Alfredo y Fray Pedro entre otros. Predicó la homilía Fray Eleazar Chavero, quien comentó: " . Atención, las mujeres te persiguen, Santa Clara el día de tu ordenación y hoy, en tu Cantamisa, Santa Beatriz de Silva, no es casualidad que las virtudes de estas santas mujeres acompañen tu ministerio y sean el perfume que desprenda tu sacerdocio. Fray Daniel se mostró agradecido con Dios, con la vida y por quienes durante este tiempo oraron por él recordando que esto solo es el principio.
ALIMENTO PARA EL ALMA
Ante esta situación, podemos preguntarnos, ¿qué pasará con estos niños y jóvenes que ya no podrán estudiar
por no tener acceso a internet o a dispositivos móviles que les permita tomar clases a distancia? Es alarmante saberlo, sobre todo porque el futuro de nuestro país es incierto en el rubro de la educación, sin tomar en cuenta la afectación por la que pasan los demás ámbitos de la economía mexicana.
Algo semejante ocurrió hace algunos años con la influenza AH1N1, de la que ahora nadie se acuerda, pero que, de igual forma, nos paralizó y llevó a la economía a una situación complicada.
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espués de varios meses confinados, poco a poco las actividades se han ido reanudando, por fin, los templos, con estrictas medidas sanitarias, han sido abiertos de nuevo al culto con fieles, los negocios están recibiendo a las personas de manera limitada, y tal parece que pronto volveremos a la vida de antes, pero, en muchos casos, el miedo persiste, pues los medios y redes sociales se han hecho cargo de informarnos sobre el número de contagios y fallecimientos que la temible enfermedad del covid-19 ha cobrado hasta el momento, por eso, no es de extrañar que existan distintas posturas al respecto, desde los escépticos hasta los aterrorizados, sin embargo, se escuchan voces que llaman a la cordura, destacando que esta es una enfermedad que llegó para quedarse, y que tenemos que aprender a convivir con ella. Algo semejante ocurrió hace algunos años con la influenza AH1N1, de la que ahora nadie se acuerda, pero que, de igual forma, nos paralizó y llevó a la economía a una situación complicada. Por eso es muy válido preguntarnos, ¿será posible que volvamos a
la normalidad? Porque, eso sí, se nos ha dicho que las cosas no serán como antes, desde el momento en que se decidió denominar como “nueva normalidad” a retomar nuestra vida cotidiana, nada volverá a ser igual. Por eso, es necesario que aprendamos a vivir de distinta manera, por ejemplo, simplemente tenemos que asimilar que los estudiantes no volverán a las aulas, por lo menos en lo que resta del año, sino que retomarán sus clases de manera virtual. Tristemente, las cifras son desalentadoras, porque, a pesar de que pudiese parecer que tomar clases a distancia resulta cómodo y accesible para todos, la realidad es muy distinta, de acuerdo a datos aportados por la Secretaría de Educación durante la conferencia de prensa dada en Palacio Nacional el 8 de agosto del presente año, el 10% de estudiantes de nivel básico y el 8% de nivel bachillerato y educación superior, desertaron de la escuela por el tema de la conectividad, lo que significa poco más de 2 millones 800 mil estudiantes. (Excélsior, 8 de agosto de 2020).
Es necesario que hagamos conciencia sobre la situación que nos aqueja y propongamos soluciones, no digo al gobierno, sino a la gente con la que convivimos a diario y que es a la que podemos ayudar. Creo que si nos solidarizamos con los que menos tienen, podremos sobrellevar la crisis de mejor manera. Claro que tendremos que hacer uso de nuestro ingenio y generosidad, pues la razón por la que los niños no van a la escuela es para evitar contagios, sin embargo, podríamos diseñar un aula “virtual” entre compañeros de la misma escuela, prestando nuestra señal de internet o donando algún dispositivo que no utilicemos, sé que en esta época nadie está en la abundancia, pero si hacemos el esfuerzo y nos desprendemos de lo nuestro,
como dijo la Madre Teresa de Calcuta, hasta que nos duela, estaremos verdaderamente aportando un granito de arena para que nuestros niños, adolescentes y jóvenes no se queden sin estudiar. Las crisis son, ciertamente, tiempos difíciles, pero también son momentos de oportunidad en los que se despierta la parte creativa con la que surgen los grandes inventos que han hecho que la humanidad avance, no permitamos que por descuido, desidia o egoísmo, alguno de esos hermanos menos afortunados pierda el rumbo, recordemos que estamos de paso en este mundo y que todo el bien que hagamos nos será devuelto el ciento por uno. Solo entonces, podremos decir que volveremos a una normalidad diferente, porque seremos mejores personas. Pensemos seriamente en alguien a quien podamos ayudar y dejemos que Dios haga su obra en nosotros, les aseguro que se cumplirá cabalmente lo que dice la Sagrada Escritura: “hay más alegría en dar que en recibir” (Hechos 20, 35). Que tengan una excelente semana.
Por: Lic. Gustavo Ramírez
su cerebro está madurando y que aún no pueden procesar con calma planes o pensamientos que los adultos comunicamos. Reflexión para los padres: Informarse sobre el crecimiento de los niños y adolescentes, sus necesidades y problemas, sus temores, en pocas palabras, amar a nuestros hijos, hasta que duela; ser siempre prudentes.
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ecía el P. Ignacio Larrañaga que los padres de familia somos víctimas de las fallas de nuestros padres, pero al mismo tiempo, victimarios de nuestros hijos, al fallar en su formación.
hace responsables, sin perder de vista que hasta cierta edad, nosotros somos responsables de los hijos. Hacerles conscientes que frente a ellos, esta el hacer el bien o el mal, (formar su conciencia), por tanto aquí el ejemplo es fundamental, en el ejercicio del bien de parte de los padres. Si siempre les gritamos (violencia verbal), ellos pensarán que está bien la violencia verbal y será el patrón que elegirán para cuando se hagan responsables de su vida, así también si no los respetamos en sus decisiones de acuerdo a su edad, y al contrario los obligamos en cualesquier forma a hacer nuestra voluntad, ellos crecerán sin voluntad propia, y caerán en quien los manipule, ya que es un modelo formativo. Reflexión para los padres: Debemos buscar auxilio en la formación de los hijos, consultando primero nuestra conciencia moral, y al profesional de la salud (hay servicios gratuitos en cada municipio en las oficinas del DIF)
Cada padre de familia, repite, en gran parte, el modelo formativo que recibió de sus padres, y el ejemplo que como cónyuge recibió de ellos. ¿Por qué mencionar el matrimonio en este tema de la crianza de los hijos?, la respuesta es sencilla, porque los hijos, un día desearán formar una familia, tal vez tener hijos, y compartir su vida con su cónyuge, de ahí que para el ejercicio de la crianza sea importantísimo un buen ejemplo dentro del matrimonio. Hoy tenemos los Padres de familia, aprender a formar a los hijos, informándonos, sobre el mundo, no para que los hijos, se adapten al mundo y se hagan del mundo, sino para que sepan a que retos y luchas deberán enfrentarse al mundo. RETOS PARA LA FORMACION DE LOS HIJOS: BINOMIO IMPRUDENCIA-PRUDENCIA.- Debemos encomendar a los hiBINOMIO LIBERTAD y RESPONS- jos, tareas para que ellos tengan seguABILIDAD. -Hacerles comprender que ridad en ellos, dándoles la confianza ellos disponen de cierta libertad (de ac- necesaria, para que puedan madurar uerdo a su edad), pero que libertad los y hacerse cargo de su libertad, -esto es-, mantener con ellos un diálogo que haga posible, la comunicación. Entre los niños y los jóvenes de 20 años, existe un fenómeno emocional: La ansiedad, que puede llegar a convertirse en una enfermedad o patología, que los hará sufrir para toda su vida, por ello es importante que como padres, hablemos para conocer en lo posible el pensamiento de los hijos, sus reacciones, pero sobre todo, sabedores, que los hijos requieren de sentirse aceptados por los padres, de otro modo se cerrarán a la comunicación y rechazarán cualquier intento de acercamiento. La ansiedad, invita como compañera a la imprudencia y a las decisiones que los pueden poner en peligro, pero no olvidar que
BINOMIO AUTORITARISMO AMOR.La vía corta de “formación”, en generaciones pasadas y presentes, ha sido la violencia física (golpes, pellizcos, manazos, cuerazos, chanclazos y más), la violencia verbal (gritos, humillaciones, insultos, apodos, burlas y más), cierto es que se venera y se le rinde culto a la violencia en la formación de los hijos, privilegiando un golpe a un esfuerzo por dialogar o formar en el amor, (ojo, no en la complacencia, sino en hacer entender a los hijos lo que el amor debe ser en la familia, en su relación padres-hijos), pero al final se entiende que no podemos dar lo que no hemos recibido, si, como hijos, no recibimos un trato de amor
de nuestros padres, es probable que no sepamos como formar en el amor y en la razón, y siempre recurramos a la violencia como primer recurso y acaso el único. Reflexión para los padres: Hacer un alto en la formación de los hijos, analizar mis carencias como ser humano, como padres, como esposos, como hijos de Dios, preguntarme si mis padres me formaron en el amor y si a la fecha, concluyo que mis padres no me dieron el amor necesario, afectivamente hablando, tal como palabras de comprensión de aceptación, abrazos besos, diálogo, paciencia; tengo muchas cosas que arreglar en mi interior, para ser mejor padre. RETOS DEL MUNDO: Los niños y jóvenes, tienen frente a si a un mundo que los invita a la desesperanza, a las soluciones rápidas, al aborto, a la negativa a no casarse sino a vivir sin compromisos, a no tener hijos, -esto es- sin responsabilidades, por ello es necesario formarlos en el amor y en la responsabilidad. Hasta la próxima.
“OREN, HERMANOS” y escuchar la respuesta del pueblo, dice una oración que se llama: “SOBRE LAS OFREDAS”. El celebrante, con las manos extendidas, en nombre de todo el pueblo de Dios, pide que las ofrendas presentadas sean aceptadas por Dios y hace mención del misterio que se celebra en la Eucaristía.
En nuestra catequesis anterior vimos: EL LAVATORIO DE LAS MANOS Y LA INVITACIÓN A ORAR. Ahora veremos: LA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Luego de la invitación que el sacerdote ha hecho a la comunidad para unirse en oración con el
Esta oración termina siempre con una conclusión breve. Si la oración se dirige al Padre: “Por Jesucristo Nuestro Señor”; si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: “Él, que vive y reina por los siglos de los siglos”; si se dirige al Hijo: “Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos”. El pueblo siempre debe de aclamar: Amén.
2 Realizado el Ayuno eucarístico: al menos desde una hora antes de comulgar en ayunas de alimentos y bebidas, excluyendo agua y medicinas. Para algunas personas, como los enfermos en hospitales, el ayuno eucarístico puede menguar a 15 min aproximadamente.
La práctica de la Sagrada Comunión en la mano de los fieles debe ir acompañada, necesariamente, de la oportuna instrucción o catequesis sobre la doctrina católica acerca de la presencia real y permanente de Jesucristo bajo las Especies Eucarísticas y del respeto debido al sacramento”. Instrucción Inmensae Caritatis del 29 de Enero de 1973, párrafo 4 del apartado IV. Fundamento Bíblico y doctrina del Magisterio sobre la Eucaristía: Los Evangelios de Mt, Mc, Lc y 1° Cor nos relatan la Institución de la Eucaristía en la última Cena. Jesús tomó pan y les dijo 2 Tomen y coman todos de Él” y terminada la cena les dijo “Tomen y beban, esta es mi sangre”… Desde entonces, durante 20 siglos, la Iglesia es favorecida y comprometida con este sacramento de su presencia Real. El Concilio Vaticano II ha vuelto a reafirmar la naturaleza sacrificial de la Misa e insistido en la Presencia de Cristo en las Especies Eucarísticas (SC 7). Y durante ya medio siglo, a la luz de este Concilio, el Magisterio de la Iglesia ha insistido en elementos doctrinales y disciplinares sobre la Eucaristía. Enseguida mencionamos algunos aspectos a recordar y renovar.
I ¿A QUIÉN RECIBIMOS EN LA COMUNIÓN EUCARÍSTICA? A Cristo, presente en las especies Eucarísticas. En este sacramento, en efecto, de modo enteramente singular, Cristo entero e íntegro, Dios y hombre, se halla presente substancial y permanentemente. Esta presencia de Cristo sobre las especies “se dice real, no por exclusión, como si las otras no fueran reales” (Cf SC 7 y Prenotandos generales del Ritual de la Sagrada Comunión y del culto eucarístico fuera de la Misa n 6). II ¿CÓMO DEBEMOS ACERCARNOS A RECIBIR EL CUERPO DEL SEÑOR? Las circunstancias actuales, de la pandemia no conllevan a omitir las disposiciones espirituales y disciplinares para recibir la comunión. La Institución General del Misal Romano, en su 3ª edición típica y los Prenotandos del Ritual de la comunión y el culto eucarístico y la Instrucción Redemptionis sacramentum nos presentan las siguientes disposiciones al comulgar: 1 Acercarse con la conciencia limpia: Nadie consciente de pecado mortal, por contrito que se crea, se acerque a la sagrada Eucaristía sin que haya precedido la confesión sacramental. Habiendo participado en toda la celebración.
3 Actitudes corporales: en la presentación física el vestuario, el caminar procesionalmente y la postura corporal al recibir el sacramento son fundamentales. Ahora en época de Covid, este aspecto exige precisiones: + tomando en cuenta la sana distancia, quitarse correctamente el cubreboca y aplicándose correctamente el gel antibacterial, + los comulgantes, de rodillas o de pie, hacen la debida reverencia + Colocando su mano izquierda sobre la derecha + Atienden a cuando el ministro presenta el cuerpo del Señor y dice “El Cuerpo de Cristo” + Responde cada uno: Amén + El ministro deposita la hostia consagrada en la mano izquierda La Instrucción Redemptionis Sacramentum, n 92 nos dice que el fiel tiene derecho a pedir y recibir la comunión en la boca o en la mano. En la situación de pandemia se da la comunión en la mano; sin embargo póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. En cuidado a que la hostia no caiga al suelo y el riesgo de llevarse la hostia. + El comulgante toma la hostia con la mano derecha y la lleva a la boca mientras el monaguillo coloca el platillo debajo de la barbilla. + Se retira observando la sana distancia Al terminar la comunión de los fieles termina el canto de comunión, porque nos dice el n 88 de la IGMR: 4 “Cuando se ha terminado de distribuir la comunión, el sacerdote y los fieles, si se juzga oportuno, oran por un espacio de tiempo en silencio. Si se prefiere, toda la asamblea puede también cantar un salmo o algún otro canto de alabanza o un himno”. Desde
el espíritu de la letra de este número 88 aquí es el momento oportuno de la oración de comunión espiritual para quienes participan desde los medios de comunicación. La finalidad de estos momentos de oración: acción de gracias e impulsarnos a la caridad; así lo expresa el n 25 de lo prenotandos de Ritual de la comunión y culto Eucarístico: “La unión con Cristo, a la que se ordena el mismo Sacramento, ha de extenderse a toda la vida cristiana, de modo que los fieles de Cristo, contemplando asiduamente en la fe el don recibido, y guiados por el Espíritu Santo, vivan su vida ordinaria en acción de gracias y produzcan frutos más abundantes de caridad. Para que puedan continuar más fácilmente en esta acción de gracias, que de un modo eminente se da a Dios en la Misa, se recomienda a los que han sido alimentados con la sagrada comunión que permanezcan algún tiempo en oración. Situaciones en las que no debemos caer: (RS 94…). - No observar la sana distancia o la sanitización inmediata - La comunión en la boca (sólo a algún paralítico de manos). - ofrecer la comunión por sí mismos, o pasarla unos a otros. - Permitir que avancen con la hostia, menos hasta su lugar… - excluir el platillo de comunión Recibir la comunión en la mano no es un privilegio (distinción honorífica), no es una falta de respeto, ni mucho menos un sacrificio o un sacrilegio; es un modo tradicionalmente extraordinario permitido, y en caso de pandemia determinado por SS P Francisco, la Conferencia del Episcopado mexicano y de nuestro Obispo de Celaya Benjamín Castillo Plascencia. Atte: Pbro Joaquín Domínguez Luna Coordinador de la Pastoral litúrgica 21 Agosto 2020
13 Por. Pbro. Sergio Moctezuma Estrada
“La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento mismo de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (CEC 2270). Esta ha sido la doctrina constante de la Iglesia Católica en relación al don sagrado de la vida humana, ya que el “Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús” (EV 1) y la Iglesia ha de ser fiel a su Maestro. Este gran sí a la vida humana adquiere una especial importancia en nuestros días a la luz del contexto sociocultural que estamos viviendo y que San Juan Pablo II calificó en su tiempo como “cultura de la muerte” (EV12) y más recientemente el Papa Francisco designó como “cultura del descarte” (EG 53): “Por desgracia, objeto de
descarte no es sólo el alimento o los bienes superfluos, sino con frecuencia los mismos seres humanos, que vienen «descartados» como si fueran «cosas no necesarias». Por ejemplo, suscita horror sólo el pensar en los niños que no podrán ver nunca la luz, víctimas del aborto…” (Papa Francisco, Discurso a los embajadores ante la Santa Sede, 13 de enero de 2014). Dentro de este contexto mundial, en nuestro País estamos viviendo un momento coyuntural en el tema del reconocimiento, acogida, promoción y defensa de la vida humana desde el mismo momento de su concepción: frente a quienes quieren imponer el aborto como un supuesto derecho en toda nuestra nación mexicana, tenemos la oportunidad de fortalecer la conciencia de los ciudadanos e instituciones sobre el gran valor de la vida humana desde el vientre materno y contribuir, con el resto de la sociedad,
para impulsar el establecimiento de leyes a nivel constitucional que reconozcan, promuevan y defiendan la vida humana desde su concepción hasta su deceso natural.
impartir cursos o conferencias y realizar horas santas al respecto, se pueden elaborar subsidios informativos, promover la oración por la vida, aprovechar las hojas parroquiales, etc.
Para poder conseguir este fin, es esencial que todos los miembros de nuestra Diócesis -sacerdotes, religiosos y laicos- nos comprometamos efectivamente, y cada uno según sus circunstancias y posibilidades concretas, a anunciar el Evangelio de la vida, conforme se presenta en los múltiples documentos del Magisterio de la Iglesia.
Pero si los sacerdotes han de estar plenamente implicados en la promoción y defensa de la vida, no es sólo un deber de ellos, sino que es una misión apremiante de todos los bautizados. Es por esto que todos y cada uno de los miembros de nuestras comunidades cristianas, debemos preguntarnos ¿soy consciente de la gran necesidad de ser valientes y generosos en el anuncio de la dignidad de la vida humana y el deber de promoverla y defenderla?, ¿de qué formas concretas y creativas contribuyo en el anuncio del Evangelio de la vida en mi comunidad?, ¿colaboro con otras personas, familias, grupos parroquiales o asociaciones civiles para hacer más eficaz todo esfuerzo por impulsar la cultura de la vida en nuestra sociedad?, ¿qué más puedo hacer en este apostolado tan actual y tan revolucionario?
Es por esto que todos los sacerdotes requieren conocer y dar a conocer, de manera clara, positiva y precisa la doctrina de la Iglesia sobre la dignidad de la vida humana y de su carácter inviolable, así como la acuciante llamada que Dios hace a todos y a cada uno de respetar, defender, amar y servir a toda vida humana (cf. EV 5); también es muy importante que manifiesten a todo el Pueblo de Dios y a la sociedad en su conjunto, la doctrina sobre la gravedad moral del crimen del aborto provocado y las consecuencias derivadas tanto para la persona misma que lo practica o promueve, como al conjunto de la sociedad que lo permite mediante una legislación injusta. Para dar a conocer esta doctrina, hay que formar la conciencia de los fieles e invitarlos a un compromiso activo y eficaz, podemos aprovechar la predicación de la homilía (especialmente en las fiestas litúrgicas afines a esta enseñanza como son la Anunciación del Señor, la Visitación de María, la Inmaculada Concepción, el Nacimiento de San Juan Bautista, la Navidad, etc.); además se pueden
Especialmente es conveniente ponerse en contacto con el equipo diocesano de la Dimensión Vida, coordinado por el Padre Juan Rubén Pérez García (Rector en el Templo del Señor de la Piedad, Leandro Valle, Celaya Gto), e implementar las indicaciones y promover los subsidios que nos brinda el equipo diocesano de esta Dimensión. Que Dios, fuente de toda vida humana, guíe y fructifique todo nuestro esfuerzo en favor reconocimiento, promoción y defensa de la vida humana, en todas sus etapas y circunstancias, en nuestra querida Diócesis de Celaya.
Por: Omar Alejandro Jáuregui Ramírez/ Secretario de la Dimensión
diversas actividades en el tiempo de la Creación del 1 de septiembre al 4 de octubre de este año, las cuales serán publicadas en el Facebook de la Dimensión: Dimensión del Cuidado Integral de la Creación Diócesis de Celaya. Te invitamos a que estés atento a las actividades y compartas tus propuestas. Aprovechamos para exhortarte a formar parte de esta Dimensión y convertirte en animador del Cuidado de la Creación en la Diócesis, recordemos que el amor de Dios es el móvil fundamental de todo lo creado: “amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste, porque si algo odiaras, no lo habrías creado” (Sb 11, 24; Laudato Si, Nº. 77). Comunícate con nosotros al número 461 406 0193 o a través de nuestra página de Facebook. El responsable de esta nueva Dimensión Pastoral del Cuidado
Integral de la Creación es Mons. Engelberto Polino Sánchez, Obispo Auxiliar de Guadalajara.
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Del Señor es la tierra y cuanto hay en ella; el orbe y los que en él habitan” (Sal 24,1). Con esto los saludo, amables lectores del periódico Redes, sabedores que Dios colocó al hombre en el jardín del Edén para que hiciera uso de él (cf. Gen 2,16), nos consideramos administradores de la Creación, no somos dueños, sin embargo, en nuestra administración, hemos abusado de ella, y ahora, esta hermana nuestra clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella (Laudato Si, Nº. 2). Olvidamos que la degradación de la naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana (Laudato Si, Nº. 6), por ello, el Papa Francisco en esta carta encíclica Laudato Si, promulgada el 24 de mayo de 2015, nos invita a una conversión ecológica; urge a todos los bautizados cambiar nuestros estilos de vida, los modos de producción y de consumo para ser más coherentes con los valores del Evangelio. Una Iglesia en salida misionera, pobre para los pobres, es también una Iglesia que ama y protege la creación. En comunión con la Iglesia Ortodoxa, y en el contexto de Laudato Si, el Patriarca de Constantinopla Bartolomé
y el Papa Francisco expresaron su preocupación por el futuro de nuestra casa común, por ello el Papa Francisco ha destinado el 1 de septiembre como inicio de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Sin embargo, me interesa presentar una Dimensión que fue creada el día 2 de mayo de 2019, en el marco de la CVII Asamblea Plenaria, los Obispos de México aprobaron la “Dimensión Pastoral del Cuidado Integral de la Creación”, cuya misión es fortalecer la espiritualidad ecológica para la re-significación del Evangelio de la Creación y acompañar procesos de organización, planificación y acción comunitaria para el cuidado, la conservación y restauración de las relaciones socioambientales de nuestra casa común con la mirada de Laudato Si. Las áreas de trabajo de la Dimensión son: cuidado del territorio, agroecología, estilos de vida y la espiritualidad del cuidado de la creación. En nuestra Diócesis el encargado de la Dimensión es el Pbro. Eugenio Rodríguez Escobedo, vicario en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Cortazar, Gto., en comunión con el equipo, organiza
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L
a celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesiónletanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor.
Basílica de Santa Ana- se hallan los restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la casa natal de la Virgen. Esta tradición, fundada en apócrifos muy antiguos como el llamado Protoevangelio de Santiago (siglo II), se vincula con la convicción expresada por muchos autores acerca de que Joaquín, el padre de María, fuera propietario de rebaños El Evangelio no nos da datos de ovejas. Estos animales eran del nacimiento de María, pero lavados en dicha piscina antes de hay varias tradiciones. Algunas, ser ofrecidos en el templo. considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento La fiesta tiene la alegría de un en Belén. Otra corriente griega y anuncio premesiánico. Es famosa armenia, señala Nazareth como la homilía que pronunció San Juan cuna de María. Damasceno (675-749) un 8 de septiembre en la Basílica de Santa Sin embargo, ya en el siglo V Ana, de la cual extraemos algunos existía en Jerusalén el santuario párrafos: mariano situado junto a los restos de la piscina Probática, o sea, de "¡Ea, pueblos todos, hombres de las ovejas. Debajo de la hermosa cualquier raza y lugar, de cualquier iglesia románica, levantada por época y condición, celebremos los cruzados, que aún existe -la con alegría la fiesta natalicia del
gozo de todo el Universo. Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo. Ésta escuchó la sentencia divina: parirás con dolor. A María, por el contrario, se le dijo: Alégrate, llena de gracia!
que estuvo formada, fue dada a luz! Hoy emprende su ruta la que es puerta divina de la virginidad. De Ella y por medio de Ella, Dios, que está por encima de todo cuanto existe, se hace presente en el mundo corporalmente. Sirviéndose de Ella, Dios descendió sin experimentar ninguna mutación, o mejor dicho, por su benévola condescendencia apareció en la Tierra y convivió con ¡Oh feliz pareja, Joaquín y Ana, los hombres". a ustedes está obligada toda la creación! Por medio de ustedes, Si pensamos por cuántas cosas en efecto, la creación ofreció al podemos hoy alegrarnos, cuántas Creador el mejor de todos los dones, cosas podemos festejar y por o sea, aquella augusta Madre, la cuántas cosas podemos alabar a única que fue digna del Creador. Dios; todos los signos, por muchos y ¡Oh felices entrañas de Joaquín, de hermosos que sean, nos parecerán las que provino una descendencia tan sólo un pálido reflejo de las absolutamente sin mancha! ¡Oh seno maravillas que el Espíritu de Dios glorioso de Ana, en el que poco a poco hizo en la Virgen María, y las que fue creciendo y desarrollándose una hace en nosotros, las que puede niña completamente pura, y, después seguir haciendo... si lo dejamos.
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