Convocatoria sectorial para fomentar el arte, la cultura y el patrimonio distrital: territorios activos
Ciudad Bolívar territorio activo, turismo sostenible
FOMENTAR LA APROPIACIÓN POR EL TERRITORIO DE LA LOCALIDAD CIUDAD BOLÍVAR; A PARTIR DE LA CIRCULACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL E INMATERIAL LOCAL, REPRESENTADOS EN MEMORIA HISTORICA, HERENCIA CULTURAL, PRÁCTICAS CULTURALES, SOCIALES Y TURISMO COMUNITARIO SOSTENIBLE.
Mujeres tierra y memoria
© Alcaldía de Bogotá ©Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Claudia López Hernández Alcaldesa Mayor de Bogotá, D.C. Nicolás Montero Domínguez Secretario de Cultura, Recreación y Deporte Álvaro Vargas Colorado Director de Asuntos Locales y Participación Francy Morales Acosta Directora de Fomento SCRD
PROYECTO: PROYECTO: Ciudad Bolívar territorio activo, turismo sostenible Director del proyecto Eliana Varela Barreto EQUIPO DE TRABAJO Coordinador Editorial Mario Enrique Arévalo Edición, diagramación y Diseño Luis Carlos León Mario Enrique Arévalo Edición Carátula Propuesta Editorial y digitalización Perro que ladra editorial
Laura Eugenia González Pérez Jefe de la Oficina Asesora de Comunicaciones SCRD AÑO 2020
Publicación de libre distribución. Las obras se atribuyen a sus autores. Se permiten obras derivadas bajo la misma licencia.
Derechos reservados. Material digital de distribución gratuita con fines didácticos y culturales. Queda estrictamente prohibida su reproducción total o parcial con ánimo de lucro, por cualquier sistema o método electrónico sin autorización. HECHO EN COLOMBIA * MADE IN COLOMBIA
Contenido
Introducción....................................................................................................................................11 El palo del Ahorcado Símbolo Cultural Local..................................................13 Las historias de los Barrios..................................................................................................15 Nacen las Rutas Culturales de Identidad y Memoria.....................................16 Los vecinos Cuentan Historias.........................................................................................18 Diálogo de la Memoria de los Barrios........................................................................20 Mis recuerdos de La Lucha Social................................................................................22 Un territorio hecho a mano................................................................................................23 Puente del Indio..........................................................................................................................26 Red de huertas urbanas Altos de La Estancia....................................................28 Sabias Plantas..............................................................................................................................30 “ICES ISNEM” proyecto escuela-comunidad........................................................31 El centro de pensamiento cerámico de ciudad bolívar...............................34
Embalse la Regadera
Introducción
L
a presente MEMORIA, hace parte de las narrativas desarrolladas en procesos comunitarios en la localidad de Ciudad Bolívar, desde el arte, la cultura y el patrimonio. La vida nos coloca retos importantes, aun contando con el reconocimiento de nuestros sectores y nuestras comunidades. Es parte de la diferencia que nos identifica en nuestro territorio como una zona compleja dadas sus dinámicas sociales y culturales. Los sectores comunitarios de Ciudad Bolívar, nos aliamos para fomentar nuestras prácticas sociales y culturales, desde la cotidianidad, desde el hacer y quehacer como guías, gestores, maestros, pedagogos y mujeres con gran corazón. Nos formamos para cumplir roles esperanzadores a partir de prácticas vivas en cada uno de nuestros territorios, sin olvidar el pasado en el presente y desde lo espacial, el diario vivir y el afán de cada día, de nuestras gentes. El colectivo mujeres tierra y memoria, entidad que viene aportando un trabajo esforzado durante varias décadas, ha afianzado la salvaguarda del patrimonio material e inmaterial en nuestro territorio desde lo local y promovido las fuerzas vivas que acompañan por cuenta propia a través de varios procesos sociales y culturales. Así también las iniciativas de índole cultural apoyadas por la secretaria de cultura con el PROGRAMA ESTÍMULOS, y mediante los que se promueven acciones que conlleven a preservar el patrimonio cultural, material e inmaterial de los habitantes en la Localidad. Nosotras desde la organización nos hemos convertido en cooperantes, activistas del rescate de ese valioso patrimonio inmaterial: el arte literario y la defensa de los derechos culturales. Para ello iniciamos la búsqueda de la investigación, el ejercicio continuo de aportar a los procesos comunitarios desde los primeros poblamientos a partir de valores ancestrales heredados de los abuelos y a servicio a nuestros semejantes. Los oficios de la memoria se fueron aprendiendo y replicando desde la infancia, lo escritural se aprendió desde la ensoñación, para dejar legados a nuestras generaciones y no perder la huella de la historia. En materia de patrimonio inmaterial, de este dialogo de saberes entre unos y otros rescatamos las estéticas artísticas, las artes y oficios, el saber propio y heredado de cada uno con su cosmogonía. Nos encontramos para recrear el pasado en el presente y en este mundo especial: Colombia en Ciudad Bolívar. Logramos la trasmisión de estos saberes a partir de pedagogías vivas que dan como resultado el rescate de contenidos muy 11
valiosos que forman parte del saber, el hacer y las manifestaciones culturales de nuestros ancestros y nuestras herencias, símbolos, lenguajes y rituales. Exaltando el reconocimiento de nuestros portadores del patrimonio inmaterial Colombiano en Ciudad Bolívar. En el ejercicio de la transmisión de saberes y herencias, aplicamos las artes literarias a partir de escrituras creativas para narrar desde un lenguaje sencillo. Presentamos la narrativas de la memoria y nuestra historia de una parte de lo que fueron los inicios de la guerra en nuestro territorio y las miradas de los líderes sociales ante este gran fenómeno del conflicto colombiano en las voces de líderes de la comunidad: mujeres valientes, narradores, jóvenes con esperanza de transformar la vida a partir del deporte y el arte, abuelos que nos dejan su herencia y corazones abiertos para que continúe la vida. A los jóvenes les dejamos los legados de nuestra lucha, para que se empoderen con sus generaciones. Blanca Pineda
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El palo del Ahorcado Símbolo Cultural y Local
Arraigada la remembranza de nuestros tiempos viejos, de las callecitas con olor de antaño, la primera escuela de la señorita
Soledad, la Concentración Ismael Perdomo, de donde aprendimos a festejar la vida con el máximo respeto a nuestros mayores, surgen también las primeras organizaciones juveniles a mediados de los años setenta. Era la Juventud dinámica de los años 70, apoyada por los padres claretianos y organizada por los líderes chaparro, Mota y Triviño, el flaco Arévalo y entre las mujeres estaba yo presente en esos primeros movimientos juveniles. Nuestra tarea iniciando la época dorada era educar a los adultos iletrados a través de señales de la radiodifusora nacional de Colombia, allí nos daban las pautas y la guía para ser los primeros educadores de los telecentros de Bogotá. Los adultos aprendieron lo básico y lograron saber sumar, firmar y conocer el alfabeto, pero el programa no duro sino un año y nosotros desencantados de la vida nos seguimos reuniendo para proponer nuevas acciones. Entretanto viene el furor de la nueva ola y la vida de los cocacolos y las fiestas con “Los hispanos” y “Los graduados”. Pero había más quehacer: leer, y atesorar memoria. Eran buenos tiempos que no podían perderse en la juventud, entonces se empieza a guardar la memoria de aquella época dorada, unos y otros se emparentaron y dejaron los libros por la crianza de los hijos, entretanto yo seguía escribiendo memorias y promoviendo los festivales de la chicha para que no se perdiera la esencia de compadrazgo entre vecinos. Las montañas, los barrios, y el origen de la historia local me lleva a seguir los pasos de los pobladores pioneros en colonizar estas tierras, Es así que don Guzmán me cuenta la historia del palo del ahorcado a mediados de los setenta, él fue la primera fuente y quien vivió de cerca lo que sucedió con esta historia, la atesore con mis sueños y la hice visible años después. A las narrativas le sumaba lo que vivíamos desde el Perdomo cuando veíamos las tres luces en lo alto de la montaña virgen antes de que construyeran casas en el Perdomo alto. Luego vino don Rafael Forero Fetecua quien regalo muchos lotes a los hijos del Perdomo y se funda así el Perdomo alto. Las luces desaparecieron. Seguí alimentando la historia, el tejido de la memoria avanzaba, las historias que mi papá me contaba en la infancia las fuimos añadiendo a la historia lo que sucedía en la década de los setenta, y en mi mundo fui cultivando esos hitos patrimoniales a los cuales les rindo mi ms grande honor ahora que ya pasaron más de sesenta años. 13
El palo del Ahorcado SĂmbolo Cultural Local
Las Historias de los Barrios
Barrio Ismael Perdomo- fundado en el año 1.946
L os primeros festivales de la chicha surgieron a mediados de los setenta en el barrio. Históricamente siempre fueron grandes
momentos culturales en el Perdomo, donde se desplazaba todo el barrio a disfrutar de la buena comida a en la plaza, los cantantes que venían de otros lados y los consabidos tríos, duetos, los reinados eran el punto clave para seguir disfrutando los dos días seguidos que duraban. Ya en los setenta el festival de la chicha lo organizábamos con la parroquia, la Junta comunal y los líderes de la misma, y yo presente en esos momentos donde se revivían la danza criolla y los pasodobles, donde disfrutaban grandes y chicos del barrio. El departamento de Acción comunal Distrital (IDPAC), realizó acercamientos a la localidad. En aquellos tiempos nosotras y algunos vecinos del barrio habíamos conformado la Corporación Cultural “El Resbalón”, del mismo nombre de la hacienda que le diera origen a nuestro barrio hoy, Ismael Perdomo. Con esta organización nos presentamos a un concurso y, siendo ganadoras, desarrollamos el proyecto “Memoria colectiva, tradiciones y costumbres de Ciudad Bolívar”, fue el primer proyecto relacionado con el patrimonio cultural local que beneficio a treinta y siete barrios. De allí que nos organizamos treinta y siete personas, entre ellos líderes de los barrios para escribir la historia en un bello libro que se llamó Voces populares de Ciudad Bolívar, un proceso que tardo un año para tener una publicación. La remembranza volvió a brillar en los salones comunales de estos treinta y siete barrios. Se trató de jornadas largas a partir de encuentros que luego llamamos conversatorios, porque así los bautizaron las coordinadoras del departamento de Acción comunal. Le dimos un faro de luz a la historia de cada territorio, no sin antes hacer la memoria cultural en bazares, festivales de la chicha, encuentros culturales de bailes tradicionales y los encuentros literarios en los mismos salones y los consabidos encuentros en Quiba en honor al poeta Jorge Rojas. 15
Nacen las Rutas Culturales de Identidad y Memoria l año 1.997 fue importante, era el año y los meses de entregase E por completo a los procesos culturales en Ciudad Bolívar. Igual, era
el territorio donde había nacido y las historias de vida me acompañaban desde niña, me atraían como un imán. Y no solo eso, era recrearlas y contarlas en los diferentes barrios, promover los festivales de memoria que creaba y recreaba la historia de los vecinos y del Consejo de Cultura de aquella época. Se dio así la oportunidad de hacer oficial la leyenda del Palo del ahorcado que había rescatado veinte años atrás y que gracias a ello se aprobó para convertirse en el símbolo cultural de Ciudad Bolívar. Entre el ir y venir a Acción comunal Distrital, se promovieron acciones en torno a los procesos en la localidad. En esta institución ya conocían de nuestro trabajo desde los procesos de la memoria. El profesor Zambrano y el maestro Carrillo gentilmente accedieron a visitar nuestros lugares más representativos y con ello se realizó una correría por diez lugares emblemáticos de nuestra localidad. Participaron en la actividad los maestros en mención, don José Domingo Murcia, Pedro Cañón y yo como coordinadores del recorrido sumados a setenta personas de la comunidad quienes compartimos el aprendizaje tanto de los maestros como de nosotros los guías líderes. Desde esa época del año de 1.997, se inició un gran proceso en la salvaguarda de nuestros símbolos patrimoniales. En tiempos anteriores los nativos del territorio no dábamos importancia a lo que nos pertenecía como la herencia cultural, ni el patrimonio material, por eso este fue un momento preponderante para dar continuidad a rescatar lo propio. Las historias del palo del ahorcado y las memorias que había recatado cuarenta años atrás tuvieron un significado muy importante para la localidad. Desde ese tiempo la peregrinación hacia el palo del ahorcado en semana santa fue creciendo hasta la fecha a más de veinticinco mil peregrinos que acuden el día viernes santo. Además muchas compañías de cine nacional han venido a grabar películas, de hecho, en el año 2013 en la fundación Siglo XXI que es considerada casa de memoria, se realizó la producción de la película “Ella” con actores colombianos y galardonada en varios países. Unas murallas que nuestros padres conocieron en los años cincuen16
ta y luego nosotros en los años sesenta, se convirtieron en los paseos anuales, sin embargo a mediados de los ochenta los barrios desdibujaron el paisaje de ese símbolo patrimonial que ya en los noventa la comunidad del barrio Potosí bautizó como El puente del indio.
Igual sucedió con las historias de “La Piedra” o “Muela del púlpito”, pues en la medida donde llegaban nuevos habitantes a construir los barrios, estos lugares emblemáticos tomaron identidad propia. Un ejemplo de ello es lo que sucedió con “La piedra del muerto” sobre la cual han tejido mil historias. Toda esta narrativa en torno a los mitos y las leyendas se han convertido en un patrimonio inmaterial importante del territorio, dado que es un intangible cambiante que se mantiene casi como las casas patrimoniales y los vestigios que han quedado de algunas haciendas tales como la hacienda El Resbalón y la hacienda Santa Rita. 17
Los vecinos Cuentan Historias
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a magia de la infancia me hizo amar desde siempre a mi barrio, a mi cuadra, a las haciendas, al rio Tunjuelito y toda la gente que venía a poblar uno de los barrios más antiguos al sur de Bogotá. Desde mis primeros años inicie la búsqueda de las historias, los mitos y las leyendas que años después se convirtieran en mi gran pasión. Desde entonces navego en la realidad sombría que me ha tocado vivir en los diferentes procesos de poblamientos de la localidad Ciudad Bolívar de Bogotá. En un principio existieron solo dos barrios que fueron muy mentados por la población y por nosotros los que vivimos allí desde el día que nacimos. El barrio Meissen cuyo nombre fue dado en honor a un general Alemán apellidado como el nombre del mismo barrio, y por el otro lado existía el barrio en honor a monseñor Ismael Perdomo. Los otros terrenos eran grandes montañas en cadena, era tierra de los hacendados decía mi papa. Se aceraban los sesenta cuando los dos primeros barrios se fueron agrandando y se formaron otros, de allí nació el barrio San Francisco, La Acacia, El Perdomo alto y así sucesivamente. Las haciendas parieron barrios, es mi decir, allí empezaron a crecer muchos otros de los barrios que existen hasta el momento. Como la Hacienda las Manas donde se fundaron los barrios Cordillera, Naciones Unidas, Arabia. Igual sucedió con la Hacienda La María, de su entraña nació el barrio La Estrella y los barrios de Lucero Medio y Bajo. Entre tanto, un aviador loco de apellido Gaviria dejo al cuidado su hacienda en manos de las hermanas de apellido Chole, toda esta tierra fue parte de una guerra por sus terrenos. La señorial casona de la hacienda Casa Blanca está intacta actualmente, pero gran parte de la tierra la tomaron los invasores para dar origen a una zona más grande llamada Jerusalén y sus nueve sectores. Entre tanto La hacienda Santa Rita y el cerro Chipo se vio invadido en el sector semiplano una madrugada por cientos de personas que venían acompañadas de niños, mujeres y unos comandantes que vestían de camuflados. Estos dirigentes se tomaron parte del cerro y de allí nació el sector de los barrios Espino I, II, III. Muy cerca de estos predios, al barrio la Carbonera llegaban personas muy pobres que se fueron tomando las riveras de la quebrada Santa Rita y fueron invadiendo el sector bautizado Marquetalia. 18
Nunca se planificó la construcción de los barrios, cada día llegaban familias al territorio. De esta manera se fundaron más de cien barrios. El conflicto se hacía mayor en unos territorios que en otros. El agua fue una constante disputa en todas las pilas de los barrios, esto ocurría en el Tesoro, en la Estrella, en el Perdomo alto, en Santa Viviana, en Santo Domingo, en Caracolí y en cientos de barrios que nacieron de la informalidad. Los conflictos sociales nacieron allí, precisamente en la fila donde se llenaban las canecas de agua, el líquido vital era racionado para uso exclusivo del cocimiento los alimentos, no quedaba para el baño diario y menos para lavar las ropas. Los domingos en muchas partes del territorio se veían romerías de mujeres lavanderas en busca de una fuente de agua donde se pudiese lavar la ropa. Por algún tiempo en la parte alta se provisionó agua desde la zona rural y el traer el agua sin ningún tratamiento ocasionó problemas de salud como enfermedades estomacales e infecciones, todo esto motivó a los habitantes del Paraíso a tomar medidas drásticas y pelear por este servicio en el Concejo de Bogotá. También había otras problemáticas como el transporte que tardó muchos años en solucionarse, así mismo la falta de escuelas y jardines. En esta década la muerte infantil se multiplicó. En gran parte de los hogares eran las madres quienes cumplían rol de padre y madre. Eran mujeres que trabajaban para sostener a cinco o siete hijos, aparte de esto ayudar a sacar adelante los ranchos y padecer la falta del agua dejando a sus hijos a la deriva en calles improvisadas. El transporte fue un agravante, hacia más difícil la vida. Ir a trabajar era una total odisea, era necesario caminar desde lo alto de la montaña una o dos horas. En muchas madrugadas las mujeres padecieron largas caminadas hasta poder encontrar un medio de transporte. Antes de la creación de la Localidad, algunas comunidades pertenecían a Tunjuelito, otras a la jurisdicción de Bosa y otras de la parte de Caracolí pertenecieron a Soacha. Los registros civiles, la cedula y la escrituración se tramitaban en los Municipios de Bosa, Soacha o Tunjuelito. Yo que vi correr la vida desde el primer poblamiento de la localidad y también vi padecer a mis padres que formaron parte de ese poblamiento, entendí cómo sufría la comunidad. En ocasiones me dolía la gente del Meissen que tenía que transportarse en canoas, hasta la loma de San Carlos o quizás hasta Santa Lucia. Otros tenían que caminar muchos trechos para salir a Bosa o por el contrario ir hasta el legendario reten y abordar los buses que venían de Soacha. 19
Diálogo de la Memoria de los Barrios
A
través de nuestra iniciativa Diálogos de la memoria y la paz en los parques de los barrios México y barrio Vista Hermosa, pretendemos acercar al ciudadano al encuentro de su identidad, mediante su “Yo recuerdo en el presente”, una serie de sensaciones que van desde la nostalgia, la añoranza, la solidaridad y vivencia de lo cotidiano, estas travesías logradas permiten recordar en sus vidas la construcción de la ciudad y el patrimonio. La verdad de lo cotidiano se representa en las voces de los indagados en sus relatos cortos y narrativas personales. “Yo, soy y recuerdo en el presente”, enaltece la memoria colectiva de sus habitantes y hace relevante las voces de sus fundadores. Por ejemplo el recuerdo del bautismo del barrio en la voz de don Misael, o el nacimiento del que fuera años más tarde el barrio México en la voz de Mercedes, así mismo a Don Patiño y otros sabios y sabias fundadoras de los territorios, y sin olvidar el desarrollo barrial en la voz de don Orjuela. La fuerza común de los habitantes de Ciudad Bolívar en la parte alta de la montaña, el esfuerzo propio y el de vecinos solidarios. Familiares y amigos permitieron que nuevos vecinos llegaran a estas tierras a ocupar un lote que compraron vendido o reven-
Autor: Harold Bustos -Técnica: Tinta sobre papel -Dimensiones: 25x15 cm -Año: 2009
dido por un reconocido urbanizador de ese entonces. La lucha constante por el agua, la escasez de transporte, la falta de electricidad y las mínimas oportunidades para sobrevivir en lomas despobladas, donde la naturaleza era indómita, se sumaban a la pobreza de las familias que llegaban cada semana a la conquista de ganarle la batalla a la carencia. Venían de muchos rincones patrios: Boyacá, Cundinamarca y Santander principalmente, desde donde unos y otros convidaban a sus familiares y terminaban viviendo hasta 14 personas en una habitación mientras se solventaban para la cuota inicial de un lote. Luego, manos a la obra: abrir chambas y hacer el convite para la llenada de las bases, las columnas y así, ladrillo a ladrillo, se iba construyendo el barrio. Muchas madres fueron al sector de Abastos a conseguir la comida y solventaban entre vecinos el sagrado oficio de enviar a sus hijos a los primeros colegios. Las caminatas eran agotadoras, no había transporte, el agua escaseaba y largos trechos se caminaron con los timbos a cuestas con el precioso líquido así mismo las lavanderas se acompañaban entre sí. Pasaron lentos los años y se vislumbraba el desarrollo, ya existían las vías, el alcantarillado, y la electricidad por fin iluminaba las noches, luego llegó el agua potable y los servicios de salud. En el presente, los y las fundadoras del barrio acuden al grupo de personas de adulto mayor a recrear las memorias del barrio, con sus pasos ya cansados, contando y descontando el tiempo de sus luchas internas por la sobrevivencia.
Autor: Harold Bustos Técnica: Óleo sobre lienzo Dimensiones: 90 x 63 cm Año: 1993
Hoy buenas vías nos conducen a Vista hermosa, un barrio de mucho progreso, colegios bien dotados, una bonita Iglesia, el salón comunal, el CAI y el centro de salud. Almacenes donde ofrecen los mejores productos, niños y niñas felices sin la escasez de antaño. Un tejido social que crece y una memoria que se transforma en los barrios.
Mis recuerdos de la Lucha Social
A
Arcelio Orjuela Guevara.
ctualmente presidente de la organización comunal del barrio México en Ciudad Bolívar. El barrio México se encuentra situado en el sur oriente de la localidad de Ciudad Bolívar, colindamos con el río Tunjuelo. Del territorio del Tunjuelo hasta arriba del páramo de Sumapaz tiene aproximadamente 734 predios y un promedio de casi 5000 habitantes entre niños, jóvenes y adultos. Este barrio tiene todos los servicios públicos domiciliarios, y tiene importantes vías entre ellas la avenida Boyacá que colinda con la localidad de Tunjuelito, también tenemos el hospital de Meissen y dos colegios públicos. Al principio era la hacienda de las Manas, de Los Reyes Patria que fueron los que organizaron este barrio entre los años de 1965 y 1967, a este sector llegaron gente de todas partes del país. Aquí encontramos de todos los departamentos, llegaron por la violencia política de los años 50 y fue gente que construyeron sus propias habitaciones con esfuerzo. Así fue cómo se formó este barrio. Hoy en día es un barrio en buen estado, los dueños ya cumplieron su misión en la vida y son mayores de edad, por eso hay pocos antiguos habitantes. Esta comunidad creció y hoy contamos con profesionales, hay médicos, ingenieros y abogados. La mayoría por falta de oportunidades se ha ido, pero otros se han quedado..
Autor: Harold Bustos -Técnica: Óleo sobre MDF -Dimensiones: 60x40 cm -Año: 2003
Un territorio hecho a Mano Colectivo Mayaelo
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esde los bordes, desde otras tramas, desde las montañas de Ciudad Bolívar se tejen urdimbres de mil colores, que son a su vez el reflejo mismo de este país que migra, transita y se desplaza. De allí surgen, desde dentro de los barrios, desde las calles, desde las casas, las acciones y el pensamiento que se teje en lo diverso. A ese sentir lo denominamos “Estéticas amarradas con alambre”, lo entendemos como concepto, práctica y sensibilidad. Movimiento y construcción de una red cuyos hilos son las vidas que han hilvanado experiencias de las periferias urbanas de Bogotá que hoy cuestionan y tensionan los sentidos socioculturales. En forma vertical y hegemónica han sido asociados históricamente a estos territorios vivos, los discursos e imaginarios del poder fijan sobre el suelo una enorme convención, una referencia de zona del olvido, de la explotación, de la subordinación donde se construye a mil, donde se vive a mil, y con mil. 23
Al caminar por la montaña hemos emprendido un viaje sentipensante de la transformación de la relación entre lo humano y la naturaleza. Recuperar del olvido ese vínculo esencial que ha quedado en el rezago de una cultura de la razón déspota. Del monopolio de las desigualdades y la supremacía del individualismo. Una cultura donde todo vale apenas para unos cuantos. En los mismos bordes de esta sociedad, surgen posibilidades expresivas, comunicativas y estéticas. Una posibilidad de vida frente al olvido, al silencio, al vacío y a la ausencia. Cuando se revela el poder emancipador en el hacer, en el pensar y en el sentir estético; allí surgen mundos nuevos, diversos y plurales. Este ha sido el corazonar que ha guiado los caminos andados y que han permitido redescubrir la memoria que reposa en cada cuerpo, en cada piedra y en cada penca que recubre las mutiladas montañas del sur de la capital. Avivar el fuego de la creación colectiva, ha permitido cuestionar significados y estereotipos desde lo sensible. Caminar el barrio ha revelado el valor fundamental de un territorio puente para el equilibrio ambiental de la ciudad y de un territorio ancestral hoy vagamente resguardado en nuestro Parque Ecológico Cerro Seco. Un territorio testigo de la cultura Muisca que ha estado extendida a lo largo de altiplano cundi-boyacense. Y precisamente también sus huellas, aquellas huellas que resisten al saqueo y la extracción ilegal de materiales que han levantado la gran Bacatá moderna.
Autor: Harold Bustos Técnica: Tinta sobre papel Dimensiones: 15 x 10 cm Año: 2008
Tejido con mujeres Indigenas
Puente del Indio Fernardo Cuervo
E
n las entrañas de Ciudad Bolívar de Bogotá Colombia, se encuentra El Puente del Indio, testigo mudo del territorio y los cambios que han surgido, del paso del ecosistema subxerofítico a la construcción de diversos barrios. El Puente del Indio es guardián de la memoria de quienes lo construyeron, lo transitaron y lo cuidan hoy en día. Este es un abuelo incitador de la memoria y la imaginación, por eso quien lo mira y se enfrenta a su magnificencia se pregunta ¿quién lo construyó?, ¿por qué lo inventaron?, ¿para qué lo inventaron?, ¿cuándo lo crearon? ¿Será que lo construyeron los "indios" Preguntas difíciles de responder, pero que las comunidades hoy responden caminando hacia sus corazones y sus memorias, encontrando su significado antiguo y así darle su propia significación. Desde las comunidades que lo habitamos y guardianamos, decimos que es un abuelo protector, él es el puente entre la memoria antigua y la memoria reciente. Él nos ayuda a comprender que está allí para cruzar el vacío que nos dejó la herida de la colonización, la perdida de nuestra cultura y nuestro territorio, por el paradigma moderno del capitalismo. Es un puente entre la escuela, el barrio y la montaña, un ecosistema subxerofítico- reserva Ecológica Cerro Seco. Un lugar para encontrarnos en comunidad, compartir y revitalizar nuestra cultura propia con expresiones como "El Corredor Cultural El puente del indio". Esto quizá ayuda a responder estas preguntas. ¡Sí, lo Construyeron los indios!, los de éste territorio, los que siempre hemos estado aquí. Las mismas manos que construyeron el puente construyeron el barrio que es enorme. El obrero, el labriego, el jornalero, el asalariado; somos nosotros los mismos que hemos estado en las montañas, somos la herencia del Indígena Muisca. 26
Puente del Indio - Arborizadora Alta. Ciudad Bolívar
Dedicado a todos quienes se preguntaron por nuestro abuelo, quienes a través del arte y la cultura han hecho de este espacio, un Embalse Regadera espacio de encuentro con la memoria. A la Asociación delaMadres Comunitarias Nuevo despertar, todas sus integrantes han sido guardianas del puente y sin ellas lo más probable es que ya no estuviera en pie. A Carmen Fernández, una mujer luchadora, quien guarda con esmero la memoria del territorio.A todas las personas y los espíritus que aportaron su granito de arena a través de una fotografía, una historia, una canción, un poema, un malabar o una palabra para hacer este sueño realidad. 27
Red de huertas urbanas Altos de La Estancia UPZ 69 Ciudad Bolívar
La red de huertas está constituida por la huerta de Santo
Domingo, la huerta de Tierras de Bolívar, huerta Tres Reyes, la huerta Mi sueños mirador de la estancia, la huerta El porvenir en el barrio El Porvenir y la huerta en El espino tres, pero también hacen parte algunas que no están en el polígono como es la huerta Casa grande y Tiguan en barrio de la Estancia. Huertas construidas con el esfuerzo y trabajo de personas interesadas en implementar la agricultura urbana en el territorio, pues estas han sido elaboradas con entidades como Idiger o el Jardín Botánico de Bogotá, quienes han contribuido con insumos, capacitación y formación en soberanía alimentaria a personas que habitan en el territorio y que tienen un origen en el campo demás de un legado de abuelos y padres que han implementado la agricultura. Ellos, al estar en la ciudad han querido recordar este legado y también organizar núcleos de familias para tejer sociedad en los territorios, usando sus tiempos libres para compartir conocimientos y a la vez recuperar espacios inutilizados al transformarlos en corredores. Otros espacios como parques y rondas hídricas se desean recuperar y así promover escenarios que ayuden a la recuperación de suelos áridos contaminados y convertirlos en suelos con capas vegetales que se puedan utilizar para el aprovechamiento del cultivo de plantas de hortalizas, condimentarías, frutales y arboles medicinales que contribuyan al mejoramiento de la salud los habitantes del sector.
En este proceso de elaboración de huertas favorece a las plantas xerofíticas, plantas nativas del territorio, adaptadas al clima y que enriquecen la capa vegetal. Además se promueve la formación para la producción del compostaje, dando uso los residuos de todos los vegetales que se disponen por el manejo de la preparación de los alimentos, y agregando a esto el cultivo de lombrices para ser más permeable el suelo y enriquecer la capa vegetal. 28
El palo del ahorcado símbolo cultural local
También pensamos en fomentar unos senderos ecológicos a modo de recorridos ecoturísticos y aulas ambientales que sirvan como formación para diferentes tipos de población: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. De esta manera se busca conservar esa memoria histórica que ha sido construida en los sectores de nuestros ancestros donde han dejado el legado para que las generaciones presentes y futuras conserven esta memoria tejida en comunidad por todos sus pobladores. En mayor extensión se proyecta que también sirva como escenario para las diferentes instituciones, tanto locales, distritales e internacionales que visiten nuestro territorio, ya que podrán contar con un terreno de 73,5 hectáreas, lo cual se constituye como un gran sector dentro de una metrópoli urbana de América Latina. Por último queremos implementar un ejercicio de embellecimiento a través de la jardinería y en pro de mantener un hábitat para los polinizadores que ejercen un trabajo en la propagación de diferentes especies que se conservan como patrimonio de nuestros territorios, por lo tanto es de amplia importancia el conservarlos y hacer pedagogías de empoderamiento para que se conserven y sirvan a la memoria histórica de los territorios 29
Sabias Plantas Astrid Esperanza Bustos Sánchez
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as enseñanzas que me dejó mi abuela fueron el manejo de las plantas medicinales donde ella me decía “mijita la mejor medina de nosotros son las plantas”, entre ellas están la limonaria para el dolor de estómago o cólicos. Tenemos variedades de plantas duces y amargas que nos ayudan para una variedad de enfermedades, también para las energías buenas y malas; eso depende para lo que vayan a utilizarlas, y también están las tóxicas. Cada una tiene su potencial.
Autor: Harold Bustos,Técnica: Acuarela Sobre papel, Dimensiones: 35 x 25 cm, Año: 2008
La Caléndula, para las heridas abiertas e internas, se prepara hirviéndola un poquito y tomando el agua o haciendo baños en las heridas. Además, las cosas que tenemos en nuestras casas no debemos botarlas, como por ejemplo las cáscaras de papa que nos sirven para el dolor de las articulaciones debido al almidón que poseen. La pepa de aguacate se raya y se le hecha dos cucharadas de aceite de oliva, se deja por 24 horas y con esa mezcla se dan masajes en el cuero cabelludo. Se debe dejar por 30 minutos, así se evita la caída del cabello que se nutre al igual que con la sábila. La cáscara de huevo se muele o machaca dejándola como harina y se le aplica a todas las comidas. Es el mejor calcio para nuestros huesos. Con todo esto, el mensaje que yo quiero dejarle a nuestra juventud es que volvamos a nuestros antepasados, que retomen las plantas ya que ellas vienen siendo la mejor medicina desde hace muchos años. Les aconsejo que estudien todas las potencialidades que ellas tienen y que no dejen perder esas tradiciones que son una herencia de la cual nos debemos acordar. 30
“ICES ISNEM” proyecto escuela-comunidad
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uestro proyecto educativo Escuela-Comunidad en el barrio Potosí, Ciudad Bolívar se ha fundamentado en la Educación Popular y dentro de la reflexión de la pedagogía critica. Desde la práctica pedagógica hemos entendido que existen diversas propuestas educativas portadoras todas de iniciativas interesantes y útiles, pero resultaría ineficaz asumir alguna de ellas como modelo para reproducirlas. Es necesario profundizarlas, valorarlas, estudiarlas procurando interpretarlas en la realidad que las hizo posible para intentar desde una dimensión crítica y analítica, articular la propuesta educativa Escuela-Comunidad, que ha venido surgiendo en el medio en el que se estamos realizando el trabajo educativo en particular. El asumir modelos conduce necesariamente a renunciar de manera consciente o inconsciente a la capacidad de creación. La pedagogía popular tiene que ser expresión del conocimiento que es movimiento permanente, que no puede apegarse a lo establecido, sino que siempre investiga, siempre supera, porque va del presente hacia el futuro. Es en este amplio debate donde el proyecto educativo ha venido apostando a una propuesta de Escuela, sin pretender a tener la última palabra en pedagogía, tampoco de recoger mecánicamente de cada uno de estos presupuestos teóricos y metodológicos, puesto que estaríamos cayendo en el eclecticismo; la intención tampoco ha sido el de desconocer otras propuestas por el hecho de no ajustarse a nuestras condiciones socioculturales, políticas y económicas. Lo que hemos tratado es de asumir una oposición crítica y reflexiva sobre estas experiencias y la validez que tienen o tuvieron en el contexto en que se desarrollaron. Es necesario puntualizar que la experiencia educativa del Instituto ha pretendido precisamente, salir de los esquemas y construir desde la experiencia misma una propuesta que vea la escuela más allá del aula de clase, que el maestro sea un dinamizador de la comunidad, que su labor sea entendida como proceso de investigación crítica frente a las necesidades de sus educandos, que asuma los retos históricos de los sectores populares, de abordar la pedagogía dentro de un proceso de investigación participativa para la búsqueda de soluciones a los problemas de supervivencia de los sectores populares en el área de la salud, la educación, servicios públicos, desempleo la nutrición, la vivienda, la recreación y el deporte, el rescate de la cultura e identidad nacional, y la formación de valores como la solidaridad, la justicia y la libertad. 31
Asumir la pedagogía como proceso crítico y participativo nos ha permitido poner en tela de juicio no sólo los elementos que conforman el saber, sino también cuestionar las condiciones en las cuales ese saber ha sido producido, es decir, que resalta la capacidad que tiene el hombre para la apropiación del patrimonio cultural como recreador de esa saber y no simple receptor pasivo del mismo. Participativo porque en América latina hay toda una tendencia que viene consolidándose, desde la década del sesenta, la cual señala que “la participación de los sujetos del proceso educativo, asumidos colectivamente, es decir la participación comunitaria, es un elemento esencial de la dinámica educativa y no sólo una condición para llevarla a cabo. Por tanto, la participación social es un objetivo y una forma metodológica de realizar el proceso de consumación del acto pedagógico. Por ello hay que reivindicar como una tarea que tiene que ver con tendencias pedagógicas en nuestro continente, y la cual se torna ineludible hoy, la construcción de una pedagogía que desarrollo la creatividad, la comprensión de las realidades y los problemas mundiales, regionales, nacionales y locales, el ejercicio de las facultades críticas y los valores de solidaridad y participación social”.1
“ICES ISNEM” proyecto escuela-comunidad
Asumir la educación desde una perspectiva amplia, más allá de lo institucional ( escuela, colegio, iglesia, centros de capacitación etc.,) nos ha permitido conceptualizarla como un hecho social y cultural, como un proceso permanente y con profundo sentido de transformación y es en este dinámica donde intentamos explicitar lo pedagógico. Al mirar lo educativo y lo pedagógico en su interrelación en todo nuestro quehacer dentro del proyecto educativo EscuelaComunidad pretendemos la formación de todos los miembros de la comunidad educativa en su desarrollo integral y no sólo en el manejo de conocimientos científicos y tecnológicos. La formación y capacitación de la comunidad educativa está en todos los espacios donde se desenvuelve la vida de los habitantes, así es como nuestra propuesta se enmarca en un proceso de flexibilización de la jornada escolar de acuerdo a necesidades específicas. En este proceso de flexibilización, el proceso de aprendizaje no se circunscribe a los espacios escolares sino a todas las actividades que se establecen en las comunidades al igual que en los grupos sociales existentes. Así pues, hemos asumido metodologías de grupo, es decir, se desarrollan acciones específicas con grupos sociales existentes en nuestra comunidad. Lo importante de este ejercicio educativo popular que lleva más de treinta años trabajando en sectores marginados de la ciudad es la construcción de tejido social que permite la solidaridad de nuestros pobladores y la resolución de conflictos de manera acertada y oportuna, todo esto ha sido posible por la constante formación profesional y política de nuestros habitantes, los cuales participan decididamente es escenarios como coordinadores de cuadra, consejo comunal, reivindicaciones políticas y sociales en el escenario del poder popular. Hoy estamos convencidos de la vigencia de la educación popular como parte de las apuestas de la pedagogía crítica, es decir, la reflexión permanente y sistemática del papel histórico de la escuela como dispositivo de cambio y transformación de la sociedad donde el ser humano viva en dignidad y justicia.
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Taller Centro de pensamiento cerámico
El centro de pensamiento cerámico de ciudad bolívar
E n el año 2013 tras conseguir una beca de la secretaria de cultura emerge un proceso barrial donde la técnica de la cerámica fue el
pretexto para construir comunidad. Desde ese primer momento toda mi experiencia como ceramista fue compartida con jóvenes y niños del barrios Ismael Perdomo y barrios aledaños, esta primera exploración con un proyecto cerámico en las calles fue denominado Taller móvil de cerámica agricultor del espacio, allí comenzamos a sembrar la inquietud por la cerámica y dimos paso a tomarnos el espacio público de la calle como lugar de encuentro para aprender un técnica artística. Así bien, realizamos jornadas de capacitación para aprender el oficio de la cerámica y con ello embellecimos algunos espacios públicos del barrio afectado por basuras. De este proceso nos dimos cuenta que nuestro barrio y la localidad de Ciudad Bolívar están construidos a partir de arcilla, donde la estética de los barrios con los colores ocre ladrillo le daban un lugar protagónico a la arcilla en nuestra historia. 34
De esta manera surge el CENTRO DE PENSAMIENTO CERÁMICO en la UPZ 69 desplegando dos bases de trabajo en el territorio, uno en el barrio Santa Viviana en la parte alta de la localidad y el otro en el barrio Ismael Perdomo en la parte baja. El CENTRO DE PENSAMIENTO CERÁMICO es una escuela donde se aborda la cerámica con un enfoque territorial, esto quiere decir que a través de la arcilla se reflexiona sobre varios componentes de nuestra historia, uno de ellos, el pensamiento ancestral indígena. El retomar la palabra a través de una tradición alfarera nos ha permitido construir y tejer la historia con los y las participantes de este proceso, el taller cuenta con un grupo humano que aporta su conocimiento desde diversas áreas del conocimiento, como la sociología, el derecho y el trabajo comunitario, igualmente la infraestructura del taller está dotada con equipos de alta calidad que permiten el aprendizaje efectivo de la técnica cerámica. Nuestro proceso sigue siendo la semilla del despertar en la tierra, donde esperamos plantar unas raíces fuertes que permitan soportar una reflexión estética y sensible por el territorio a través de la arcilla
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Autor: Harold Bustos -Técnica: Acrílico sobre Cartón Dimensiones: 80x50 cm -Año:2005
La presente MEMORIA, hace parte de las narrativas desarrolladas en procesos comunitarios en la localidad de Ciudad Bolívar, desde el arte, la cultura y el patrimonio. La vida nos coloca retos importantes, aun contando con el reconocimiento de nuestros sectores y nuestras comunidades. Es parte de la diferencia que nos identifica en nuestro territorio como una zona compleja dadas sus dinámicas sociales y culturales.